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RODOLFO CARDENAL

VIDA, PASIÖN Y MUERTE

DEL JESUITA

RUTILIO GRANDE

Edici~n corregida y aumentada

[äUcA
Lear~ores
1

EL ORIGEN DE LA VOCACIÖN

1. LAS RA[CES FAMILIARES

Rutilio naci6 en Ja Villa de EI Paisnal (departamento de San

Salvador, EI Salvador), el 5 de julio de 1 9 2 8 ' . Es el ltimo hijo de

Salvador Grande y Cristina Garcia. Su padre era comerciante y un

importante politico local. Rutilio fue bautizado el 29 de noviembre

de ese ano, por Miguel Villavicencio, pärroco de Guazapa, a cuya

jurisdicci~n pertenecia El Paisnal. Aunque su padrino fue el alcalde

Vicente Tejada, Rutilio siempre llam~ "padrino" a Facundo Barrera,

quien Je ayud6 econ6micamente durante sus anos de seminarista y

a quien siempre guard6 un cario especial.

La casa de adobe y teja de Ja familia Grande, una de las

mejor edificadas de Ja villa, era centro de una intensa vida social,

debido a Ja actividad comercial y politica del padre. En efecto, este

no solo regentaba una tienda muy bien surtida en su propia casa,

1 EI acta de nacimiento, firmada por el alcalde, Vicente Tejada, y por su propio

padre, registra que Rutilio Grande es hijo legitimo de origen ladino. Libro

de Registro Civil de Nacimientos 1928. Alcaldia de El Paisnal. Archivo de Ja

Provincia Centroamericana de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.

1
sino que ademas se dedicaba al comercio itinerante. Recorria los autoridad reconocian todos, los cuatro hermanos mayores se dedi­
municipios vecinos con una carreta de bueyes, raz6n por la cual caron a Ja agricultura. Rutilio no los acompanaba por ser pe q ueflo,

tenia muchos contactos en los pueblos de los alrededores. La tien­ pero !es llevaba la comida caliente del mediodia. Al llegar al sitio

da congregaba a clientes y visitas, que mataban el tiempo comen­ de la labranza, se las repartia y !es preparaba el caf~ al gusto de

tando los ltimos acontecimientos de la vida de! pueblo. EI padre cada uno. Ademas, estaba encargado de la crianza de los cerdos,

de Rutilio tambi~n fue alcalde de El Paisnal muchos anos y durante que le obedecian dcilmente.
varios periodos. En ese entonces, EI Paisnal era ms importante
Rutilio siempre fue muy solicito con sus cinco hermanos. Du­
que la reci~n fundada Aguilares.
rante sus ausencias de EI Salvador, algunas de ellas de varios afos,

La municipalidad otorgaba mucho poder al alcalde. Ademäs se mantuvo en estrecho contacto con ellos, a trav~s de Flavio. Por

de que bajo su mando se encontraban la policia local y los funcio­ su medio, !es informaba de sus andanzas, de sus estudios, de su sa­

narios judiciales, era el contacto institucional de la alcaldia con Ja lud y de sus impresiones generales, y le pedia con insistencia que le

autoridad civil, militar y eclesiästica nacional. La naturaleza de este escribiera, en nombre de todos, con la misma frecuencia y que lo

poder hizo que Ja familia Grande participara, de una u otra forma, mantuviera al tanto de las novedades de la familia y de EI Paisnal.

en Ja lucha de las facciones de la zona. Cuando el silencio se prolongaba, protestaba, molesto. "Es verdad

La bonanza familiar desapareci6 cuando Rutilio tena tres o que soy religioso y que he renunciado a muchas cosas por amor

cuatro anos. La crisis fue doble, econömica y familiar. Segan algu­ de Dios. Asi es verdad. Pero no he renunciado al amor a mi tierra

nos testimonios, Ja actividad comercial cay~ victima de la insolven­


y a los mios, al contrario los amo intensamente a trav~s de Dios".

cia, pues los clientes no pagaron la mercancia entregada al fiado. La


Rutilio siempre viajaba con un mapa de EI Salvador y otro de Cen­

explicaci6n es verosimil, porque en esos aflos Ja crisis econ6mica de troam~rica'.

1929 afect~ a la zona rural de EI Salvador. Los salarios bajaron dräs­ Siendo parroco de Aguilares, visitaba a Flavio con regulari­

ticamente o desaparecieron y predomin6 el desempleo. EI padre, al dad, en San Salvador. A veces, se presentaba sin avisar y lo invitaba

igual que decenas de miles de salvadorenos, se dirigi6 a Ja plantaci6n a salir a dar una vuelta en su VW Safari. EI itinerario era invariable,

de banano de! Caribe hondureno, que demandaba fuerza de trabajo recorrian los municipios vecinos de San Salvador, pero sin dete­

y ofrecia un salario promedio superior al de! resto de Ja regi6n. La cri­ nerse en ninguno. Rutilio rechazaba las invitaciones de su hermano

sis familiar fue provocada por la separaci6n de! matrimonio Grande para hacer un alto y tomar un refresco. Al final de su vida, frecuen­

Garcia, por motivos desconocidos. La madre de Rutilio permaneci6 taba mäs a su hermano Luis, en cuya casa acostumbraba comer. La

en EI Paisnal, pero sin convivir con Jos~ Maria Ruiz, el padre de su raz6n de esa frecuencia era que Luis no habia contraido matrimonio
hija, tambin llamada Cristina. Pero una anciana asegura que "tenian religioso. Discutieron mucho Ja cuesti6n y algunas veces se disgus­

sus amores . . . como era antes", es decir, en secreto. taron. Rutilio a menudo sentenciaba bondadosamente: "Luis, te vas

Flavio, el mayor de los seis hijos de! matrimonio, asumi6 la a casar, verdad?"5,

jefatura del hogar. Alquilaron dos manzanas de tierra, en San An­ Alberto profes6 como hermano coadjutor salesiano, el 8 de

tonio EI Gran de, a unas tres leguas de EI Paisnal, donde sembra­ diciembre de 1947, y muri6 en San Jos~, Costa Rica , el 7 de julio

ban maiz, frijol y arroz, y ademäs criaban cerdos. Poco despu~s, de 1964. Tenia fama de buen religioso y de muy trabajador, pe ro ,

compraron Ja tierra con los ahorros, pero como las dos manzanas
2 Entrevista del autor con Flavio Grande. San Salvador, diciembre de 1979.
resultaron insuficientes, alquilaron tierra a d icional, cuyo valor pa­
3 Rutilio Grande a Flavio Grande y familia. C6rdoba (Espana), s. f. Archivo
gaban con una parte de la cosecha de granos bäsicos y con lena, Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

equivalente a una semana de trabajo. Dirigidos por Flavio, cuya 4 Entrevista del autor con Flavio Grande. San Salvador, diciembre de 1979.

5 Entrevista del autor con Luis Grande. San Salvador, diciembre de 1979.

2 3
sobre todo, de ser una persona jovial y alegre. Rutilio y Alberto se preguntaba a Flavio qui~n habia celebrado la semana santa en El

encontraron en agosto de 1962, en San Jos~. "Dificil describir la Paisnal, c6mo habfa sido la celebraci6n de Ja fiesta patronal, si habia

grandisima impresi~n y emoci6n al verme frente a frente con Ruti­ catecismo y cuändo habian sido las primeras comuniones.

lio", escribi6 Alberto a Flavio. "Vernos y fundimos en un abrazo fue


Desde su infancia, Rutilio se caracteriz6 por el retraimiento.
una misma cosa. Francamente fue una semana de mucha felicidad
No acostumbraba salir de casa, excepto cuando Ja abuela lo enviaba
que nunca podr~ olvidar".
a hacer algn recado, que cumplia con esmero y prontitud. No se

Joaquin tambi~n era motivo de preocupaci~n para Rutilio. distraia como los otros nifios de su edad, que utilizaban cualquier

En concreto, Je disgustaban sus visitas a EI Paisnal los fines de sema­ ocasi6n para permanecer en Ja calle, entretenidos con juegos o pe­

na, porque acostumbraba sentarse a beber licor en sitios püblicos leas. En Ja escuela tampoco jugaba. Durante el recreo, permanecfa

con cualquier vecino. Su media hermana Cristina Je preocupaba sentado en un banco viendo jugar a sus compafieros, o en su pu­

an mäs, porque la encontraba indefensa, mientras que ~l se sen­ pitre, donde repasaba las lecciones de! maestro. Jams se bafiaba

tia impotente. Siendo pärroco, le prest~ especial atenci~n. Siempre desnudo en el rio, tal como acostumbraban los j6venes de! pueblo.

que pasaba delante de su vivienda, ubicada a la entrada de EI Pais­ Cuando lo sacaban de sus retraimientos, solia reaccionar de manera

nal, se detenia para conversar con ella. Aun cuando fuera retrasado, violenta. Pero el disgusto no le duraba mucho tiempo. Pronto bus­

siempre se paraba, pero sin bajarse de! vehfculo. EI motivo de su caba c6mo hacer las paces. Enviaba cartas con unas pocas lineas ca­

preocupaci6n era Ja mala relaci6n de Ja pareja. Su cunado habia rinosas, acompanadas con una pequena cruz, una fruta o un dulce.

obligado a Cristina a atender un sal6n cervecero en su vivienda y


Otra caracteristica de Rutilio era su hipersensibilidad. Protes­
adems le era infiel con la empleada dom~stica. Al final, se fug~ con
taba de manera agresiva cuando sus gustos o caprichos no eran
ella. Indignado, Rutilio lo busc6 en San Salvador para recriminarle
satisfechos y lloraba por cualquier contrariedad. Flavio lo recordaba
su conducta, pero sin conseguir el resultado esperado. Impotente
como un nino delicado y llor6n, lo cual atribuy6, en cierta medida,
ante la situaci~n de Cristina y el escändalo p~blico, se limit~, entris­
a los mimos de la abuela, pero en gran parte, a ~l mismo. Habia sido
tecido, a consolar a su hermana.
duro e intolerante con sus hermanos, probablemente agobiado por

Despu~s de la separaci~n de sus padres, Rutilio qued~ al cui­ la responsabilidad, en unas condiciones extremadamente dificiles.

dado de su abuela Francisca, que, segün sus palabras, "para mf fue Rutilio no encontr~ carino en ~l, ni la acogida que tanto necesitaba.

una segunda madre, ya que no conocf a mam". De acuerdo con La abuela, en cambio, Je proporcion6 Ja protecci6n matemal que

su testimonio, Ja abuela era una mujer muy religiosa, o "rezadora", afioraba. Asf, pues, se refugi6 en ella y en su propia interioridad.

en lenguaje popular. A ella le atribuy6 los fundamentos de su piedad "Pobrecito, nada decfa . . . ya habian terminado, eran pobres", co­
8•
y de su vocaci6n sacerdotal. Ella le ensen~ a rezar al levantarse y menta una anciana

antes de acostarse. Los dos rezaban juntos el rosario por Ja noche.


EI juego preferido de Rutilio era Ja construcci6n de altares en
A los siete anos, Rutilio ya sabia bien las oraciones de la abuela y
los rincones de Ja casa y de! patio interior. Frecuentemente, reunia a
estaba familiarizado con el culto, porque ella era Ja encargada de
unos diez ninos de su edad para hacer el viacrucis en el solar, el cual
la limpieza del templo de El Paisnal y ~l la acompanaba en sus ta­
era presidido por ~l, envuelto en una lona inservible. Obligaba a sus
reas. Despu~s, cuando estaba fuera de EI Salvador, Rutilio siempre
companeros de juego a hacer las catorce estaciones de! viacrucis o

una larga visita de altares, dispuestos por ~l mismo entre los ärboles
6 Alberto Grande a Flavio Grande. San Jos~, 1 de octubre de 1962. Archivo
del patio. Aquellos debfan seguir al pie de Ja letra sus instrucciones.
Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.

7 Rutilio Grande a Flavio Grande y familia Grande Garcia. Granada, Espana, 3 de La desobediencia podfa degenerar en un pleito. EI sonido de una
abril de 1963. Archivo Centroamericano de la Compania de Jesus, San Salvador,

El Salvador. 8 Entrevista del autor con Virginia Guzmän. San Salvador, diciembre de 1979.

4 5
campana o de una lata acompanaba estas procesiones. Polito, un EI anuncio de la inminente visita del arzobispo moviliz6 a EI

companero inseparable de estos juegos, hacia de sacristän. Mäs tar­ Paisnal. Rutilio particip6 de la agitaci6n general. No se cansaba de

de, Rutilio organiz6 paseos a los montes vecinos o al rio y "predica­ preguntar a la abuela cuändo llegaria el arzobispo, porque deseaba

ba" a sus companeros. La predicaci6n versaba sobre las ensenanzas verlo de cerca. Mons. Chävez se detuvo en Aguilares, en casa de

religiosas escuchadas a su abuela. Facundo Barrera, quien junto con su hermana Matilde, eran cola­

Las ancianas de EI Paisnal recordaban con admiraci6n la tem­ boradores incondicionales de la parroquia. "Era como el Pärroco de

prana y extraa vocacin de aquel niflo candoroso, puro y piadoso, La Toma [Aguilares] " , record6 Rutilio, con motivo de su fallecimien­

que luego se convirti6 en el padre Tilo. Recordaban c6mo siendo to en 1972. "En su casa encontraban hospitalidad todas las buenas

seminarista las visitaba de vez en cuando. Luego se ausent6 durante gentes, de un modo especial los Sacerdotes que por ahf pasaban" 1 3 •

mucho tiempo, hasta regresar hecho sacerdote a decir su primera En Aguilares, Facundo se integr6 a Ja comitiva episcopal quese diri­

misa en el pueblo. Antonia Montes recordaba que en su infancia gia hacia EI Paisnal. Rutilio se present6 a saludar, acompaado de su

le ensenaron a cantar "EI padre Tilo viene ya, toca las campanas, abuela. Despu~s de las presentaciones y los saludos, Mons. Chvez

ding, dong, dang", pues el pueblo lo recibia alborozado en el atrio, le pregunt~ si sabia rezar. Räpido, respondi~ afirmativamente. En­

cuando lo visitaba
9• tonces, el arzobispo le hizo algunas preguntas del catecismo, que

respondi~ satisfactoriamente. Mons. Chvez qued~ gratamente im­

presionado de la piedad y del conocimiento de aquel nino de doce

an0s. A continuaci6n, lo invit6 a acompanarlo al siguiente pueblo

(Nueva Concepci6n). Al regresar, el arzobispo pregunt6 si podia lle­


2. LA VOCACIÖN
varse al nino al seminario. EI padre, quien ya habia regresado de

Honduras, consult6 Ja cuesti6n con Flavio, que continuaba al frente

de la familia. A ~l le pareci bien. Una anciana de El Paisnal inter­


El encuentro de Rutilio con el reci~n nombrado arzobispo de
pret6 este hecho desde el contexto de Ja crisis de Ja familia Grande
San Salvador, Mons. Luis Chävez, tuvo repercusiones trascendentales
Garcia "Se lo trajo ~l [el arzobispo] como de lästima, como de
para su vida. "Pas6 Usted junto al camino de mi vida cuando era un
verlo que le gustaba"5.
joven Arzobispo y yo apenas un nino de 13 aos"", recordar~ Rutilio

anos ms tarde. "Despu~s de Dios a Usted le debo mi vocaci~n como EI 8 de mayo de 1940, Rutilio escribi6 a Mons. Chävez por

instrurnento visible de la gracia del Seflor: Por medio de Usted quiso primera vez para reiterarle su deseo de ser sacerdote. EI arzobis­

llamarme explicitamente Aquel que me habia escogido para esta vo­ po le respondi~ cuatro dias despu~s, el 12 de mayo, para animarlo

caci~n de servicio en su I g l e si a " . Por esa raz~n, Rutilio afirm~ que a perseverar en ese deseo y para recomendarle pedir al Espiritu

"al Seflor Arzobispo lo estimo y quiero como a mi propio padre, ya Santo "que si es de su agrado, se realicen tus santos deseos de ser

que siempre lo he considerado, despu~s de Dios, como a padre de Sacerdote", no faltar a Ja escuela ese aflo y mantener el contacto

12.
mi vocaci6n" epistolar. Adem~s, Mons. Chävez le recomend~ pedir al director de

la escuela clases particulares de "Aritm~tica y Gram~tica, que te en­

9 Entrevista del autor con Antonia Montes. San Salvador, diciembre de 1979. 13 Rutilio Grande a Matilde Barrera. Quito, 12 de marzo de 1972. Archivo

10 Aqui, Rutilio afirma que tenia trece anos cuando se produjo ese primer encuentro. Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.

Pero segün la fecha del acta de la visita pastoral, debia tener solo doce an0s. 14 Entrevista del autor con Flavio Grande. San Salvador, diciembre de 1979.

11 Rutilio Grande a Mons. Luis Chävez. Aguilares, 17 de diciembre de 1974. Archivo 15 Entrevista del autor con Virginia Guzmän. San Salvador, diciembre de 1979.

Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador. 16 EI ~nfasis se encuentra en el original. Rutilio utiliza itälica y, sobre todo, solo

12 Rutilio Grande a Mons. Arturo Rivera. Quito, 27 de julio de 1972. Archivo mayüsculas. Aqui he optado por sefalar esos ~nfasis con itälica.

Centroamericano de la Compaiia de Jess, San Salvador, EI Salvador.

6 7
senen bien las cuatro reglas y a ser posible nociones de quebrados y zapatos y algo de ropa. "Recuerdo con agradecimiento las ayudas

decimales, y adem~s que te ensenen a conjugar los verbos". Antes que ~l me dio cuando yo era un humilde muchacho seminarista.

de finalizar la carta, el arzobispo lo invit6 a visitarlo en San Salvador No podr~ olvidarlo!", escribi~ Rutilio a su hermana Matilde, a raiz

para conversar sobre su vocaci6n. En el reverso de la carta, Rutilio de! fallecimiento de Facundo. "Yo mismo hubiera querido estar a su

anot6: "Primera carta de Monseor: mayo de 1940"8. lado en sus ultimos momentos y presidir los funerales, pues siempre

me senti muy allegado a su persona y ~l tambi~n a la m i a" , continu~


Pero las esperanzas de Rutilio se habian "marchitado", a cau­
23•
Rutilio. En ese momento, se encontraba en Quito
sa de los gastos ocasionados por una enfermedad de su padre. En­

tonces, Mons. Chävez le escribi6 de nuevo el 19 de octubre de 1940. Rutilio cuid6 de Matilde Barrera con especial cariflo hasta su

Rutilio consider6 esa carta como decisiva en mi vocaci6n. Al rever­ fallecimiento, el 3 de julio de 1974. Despu~s de su muerte, pag~ sus

so, escribi6: "2a. Carta de Monsenor, decisiva en mi voca.: Octubre deudas con el dinero que Je administraba con permiso de! padre

de 1940". En ella, el arzobispo le pedia no desistir y Je reiteraba Ja provincial. Asimismo, hered~ una casa, ubicada enfrente de Ja casa
19
invitaci6n para visitarlo en Ja curia de San Salvador . cural de la parroquia de Aguilares, la cual puso al servicio de esta.

Despu~s de la muerte de Rutilio, el padre provincial, C~sar Jerez,


EI 9 de diciembre de 1940, por indicaci6n del arzobispo, el
traspas~ la propiedad a la arquidiöcesis de San Salvador.
rector invit6 a Rutilio a visitar el seminario para someterse a un exa­

men y para buscar una soluci6n a Ja cuesti6n econ6mica. EI semina­ A partir de! primer encuentro, Mons. Chavez trat6 a Rutilio

rio sufragaria los costos de! transporte y lo hospedaria en sus instala­ como a un hijo. Entre los dos naci6 y se desarroll6 una profunda

ciones. EI 1 6 de enero de 1 9 4 1 , el rector le comunic~ la admisin relaci6n de amistad y fidelidad. Prueba de ello es que le dio segui­

y le pidi6 presentarse a ms tardar el 29 de enero 2 1 • Flavio vendi6 miento a su vocacin, "como nino desde mi pueblo, a raiz de su

una yunta de bueyes para comprarle ropa, zapatos y los articulos de primera visita Pastoral, como Seminarista a trav~s de mis cinco an0s

uso personal requeridos por Ja direcci6n de! seminario. Pero como de Seminario y en los diverses periodos de mi formaci6n en Ja Com­

el producto de Ja venta no fue suficiente, Facundo Barrera complet6 pania de Jesus, a la cual ingres~ con su ben~vola aquiescencia"25.

lo que faltaba. Una beca completa de! arzobispado resolvi6 Ja cues­ Rutilio, por su parte, lo consider6 como un padre a quien debia su

ti6n de los estudios y la manutenci~n, pero no sus gastos personales, identidad sacerdotal. Desde entonces, guard~ Ja correspondencia
22
que fueron cubiertos con contribuciones de Ja familia y de Barrera • con Mons. Ch~vez en una carpeta especial, en cuya portada interior

peg6 una foto de! arzobispo. "Tengo una colecci6n de cartas que el
Esa no fue Ja (mica ocasi6n en que Facundo ayud6 econ6-
Senor Arzobispo me escribi6, cuando yo era nino, y que ahora guar­
micamente a Rutilio. En Ja primera carta, Mons. Chävez le sugiri6
do como un tesoro", inform~ al obispo auxiliar de San Salvador,
que Je pidiera dinero para pagar las clases particulares. En Ja segun­
Mons. Arturo Rivera Damas.
da carta, en el contexto de su ingreso al seminario, le indic6 que

tambi~n le ayudaria "con lo que buenamente pueda" para comprar Rutilio dio testimonio püblico de esta relacin durante la cele­

braci6n de las bodas de oro sacerdotales de! arzobispo en Aguilares,

17 Mons. Luis Chävez a Rutilio Grande. San Salvador, 12 de mayo de 1940. Archivo

Centroamericano de la Compaia de Jess, San Salvador, EI Salvador. 23 Rutilio Grande a Matilde Barrera. Quito, 12 de marzo de 1972. Archivo

18 Ibidem. Centroamericano de la compania de Jesus, San Salvador, EI Salvador.

19 Mons. Luis Chävez a Rutilio Grande. San Salvador, 19 de octubre de 1940. 24 C~sar Jerez a Mons. Oscar A. Romero. San Salvador, 3 de junio de 1977. Archivo

Archivo Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

20 Agustin Bariain a Rutilio Grande. San Salvador, 9 de diciembre de 1940. Archivo 25 Rutilio Grande a Mons. Luis Chävez. Aguilares, 11 de enero de 1976. Archivo

Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

21 Agustin Bariain a Rutilio Grande. San Salvador, 16 de enero de 1941. Archivo 26 Rutilio Grande a Mons. Arturo Rivera. Quito, 27 de julio de 1972. Solo las dos

Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador. cartas aqui citadas se encontraron en esa carpeta y entre sus papeles. Archivo

22 Entrevista de! autor con Flavio Grande. San Salvador, diciembre de 1979. Centroamericano de la Compafia de Jess, San Salvador, EI Salvador.

8 9
el 29 de diciembre de 1974. En esa ocasi6n, dijo que el primer en­ 3. LA FORMACIÖN

cuentro "fue la confirmaci6n explfcita y visible de mi vocaci~n sacer­

dotal que venia sintiendo desde hacia aos. EI me llam~ en nombre


Rutilio ingres~ al seminario menor de San Salvador el 3 1 de
de! Seflor y lo segui camino del seminario". Dias antes, el 1 7 de
enero de 1 9 4 1 , en cuyo registro fue inscrito con el nmero 64. Una
diciembre, despu~s de que el presbiterio de la arquidi6cesis le hu­
semana despu~s, hizo un retiro de tres dias, dirigido por el padre
biera otorgado un pergamino, de que el Presidente de la Rep~blica
Santiago Garrido, espiritual de los menores. La vida de! seminario
le hubiera enviado un telegrama significativo, de que la Asamblea
32
giraba alrededor de Ja piedad, los estudios y Ja disciplina. Rutilio no
Legislativa le hubiera otorgado otro pergamino de reconocimiento
parece haber sido un estudiante destacado, a juzgar por las notas de
y de que muchas personas y grupos diversos lo hubieran felicitado,
los dos primeros aflos, las unicas conservadas. Uno de sus compa­
por ultimo, se acercaba "sigilosamente a su despacho por medio de
neros declara en su testimonio: "vi siempre su piedad , su muy sano
[una] carta, este humilde sacerdote que mucho lo estima y mucho
28. estilo de vida y dedicaci~n a la piedad y dem~s virtudes"33. En los
tiene que agradecerle"
cursos de 1944 y 1945, se desempen~ como segundo celador, una
En esa ocasi6n tan especial, Rutilio ofreci6 a Mons. Chävez su
especie de bedel, celador de dormitorio y tambi~n de coro. A juzgar
sacerdocio y su vida religiosa, que, junto con la Iglesia, amaba pro­
por Ja letra y algunas expresiones muy suyas, es probable que haya
fundamente, como el mejor tributo de cario y gratitud. Concluy6
llevado el diario de! seminario al menos desde diciembre de 1943
la carta con un testimonio de amistad y lealtad filial. "Todos los dias
hasta mediados de 1944.
lo encomiendo muy de veras para que el Espiritu Santo le de fuerza
En algün momento, antes de concluir su seminario menor,
y aliento para enfrentar los graves problemas de nuestro pais en la
Rutilio comunic~ a Mons. Chävez que queria ser "como los Padres
hora presente, como Pastor de la lglesia"9.
del Seminario". Entonces, el arzobispo lo refiri6 a los jesuitas34. Asf,
En otra ocasi6n, al revisar su vida, en el contexto de la crisis
una vez concluido el seminario menor, Rutilio entr6 en el novicia­
que cuestion6 su labor pastoral en Aguilares, escribi6: "bien sabe
do de la Compania de Jesüs en Los Chorros (Venezuela), porque
el afecto profundo que le tengo desde mi niez", en referencia
en ese entonces Ja viceprovincia todavia no contaba con esa casa
a Mons. Chävez. Por eso, solicit~ a Mons. Rivera el privilegio de
de formaci6n . Su padre extendi~ dos autorizaciones, certificadas
pronunciar la homilia en el funeral de! arzobispo, "a no ser que me
por el alcalde de EI Paisnal, para viajar a cualquier pafs, y conti­
toque morir primero. No lo olvide, y que ojala nos dure muchos
nuar sus estudios. Rutilio viaj a Caracas, el 1 0 de septiembre de
anos todavia"3,
1945, como seglar, para evitar dificultades con las autoridades de

migraci6n, y se present6 como estudiante de! Colegio de San lgna­

cio de esa ciudad. EI 23 de septiembre de 1945, el padre maestro,

Vicente Pardo, apunt6 a Rutilio en el libro de ingresos del novicia­


35
do de Los Chorros .
27 Rutilio Grande. Homenaje al Senor Arzobispo, Mons. Luis Chävez y Gonzälez,

en sus 50 anos de Sacerdocio. Aguilares, 29 de diciembre de 1974. Archivo 32 Un total de cinco anos. Tres de gram~tica, infimos, medios y supremos, y dos de

Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador. ret6rica.

28 Rutilio Grande a Mons. Luis Chävez. Aguilares, 17 de diciembre de 1974. Archivo 33 Congregatio de Causis Sanctorum, Santi Salvatoris in America, Beatificacionis seu

Centroamericano de la Compaia de Jesüs, San Salvador, EI Salvador. declarationis martyrii, Servorum Dei, Rutilii Grande Garcia, Sacerdotis professi Societatis

29 Ibidem. les, Et II Sociorum, Chistifidelium Laicorum, in odioumfidei, utifertur, interfectorum (t12.

30 Rutilio Grande a Mons. Luis Chävez. Aguilares, 11 de enero de 1976. Archivo IIL1977). Positio Super Martyrio, Summarium Testium, Testigo I, § 2 (Roma, 2019).

Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador. 34 Congregatio de Causis Sanctorum, o. c., Summarium Testium, Testigo II, $ 14.

31 Rutilio Grande a Mons. Arturo Rivera. Quito, 27 de julio de 1972. Archivo 35 Vicente Pardo a Alvaro Echarri, 13 de mayo de 1946. Archivo Centroamericano

Centroamericano de la Compaia de Jess, San Salvador, EI Salvador. de la Compaiia de Jess, San Salvador, EI Salvador.

10 11
En el reverso de una fotografia de los profesores del semina­ Un compaero centroamericano de noviciado, de origen pa­

rio, del curso de 1943, escribi6 su opini6n personal de cada uno: nameno, el padre Rosendo Torres, cuyo temperamento era alegre y

los padres Luis Ciarän y Valentin Arrieta, fallecidos ese ano, "muy juguet6n, lo recordaba serio y retraido, solitario y poco comunicati­

llorados"; los padres Jos~ Carlucci, Marcelino Redondo y Victoriano vo. Torres se burlaba de su gravedad y se metia con ~l, de tal mane­
39.
Usubiaga, "tambi~n bastante llorados"; el padre Alfonso Barianda­ ra que le hacia perder Ja paciencia con facilidad No seria extrano

rän "dej~ el arado", esto es, abandon~ la Compaia de Jesus; y el que la extremada rigidez y escrupulosidad de! maestro de novicios

padre Bernardo Aguirre-Ceciaga, " i P o b r e ! " , pues estaba muy enfer­ hayan reforzado estas dimensiones de! temperamento de Rutilio.

mo. Sobresalen en su estima personal el hermano F~lix Barruetabe­ Desconocemos las primeras motivaciones de Ja vocaci6n je­
na, "religioso de verdadero cuno ignaciano", y el rector, el padre
suita de Rutilio. En algn momento, segn correspondencia poste­
Agustin Bariain, a quien le estaba muy agradecido. Solo de! padre
rior, sinti~ vocaci~n misionera. Poco antes de hacer los votos de!
Garrido, el director espiritual, expresa una opini6n negativa: "ya es
bienio, pidi6 al padre viceprovincial ser enviado a las misiones de!
hora que vaya dejando la bromita de jugar a santo"36,
lejano Oriente, una vocaci6n que habria madurado en el seminario.

En el noviciado, Rutilio dio muestras de tener una vocaci6n "[S]~ lo que significa, Padre, y fue entonces una de las cosas que

seria para la Compania de Jesüs. De esa manera, se confirm~ la me movieron a entrar en la Compafüa, con Ja esperanza de ser un

opini~n del rector del seminario, que, habi~ndolo conocido durante dia Misionero entre infieles"". Se sentia atraido de manera especial

cuatro anos, inform~ al viceprovincial que la vocaci6n de Rutilio por Ja vida abnegada y heroica de! misionero. "Si el Senor me lo

era s6lida. Su nico temor era la reacci6n de los obispos, porque concede, me considerar~ feliz". Pero los jesuitas con los que habia

entre los seminaristas ya habian surgido varias vocaciones para la conversado sobre esa vocacin, el padre espiritual de! seminario y

Compafüa de Jesus. La primera impresi6n del maestro de novicios el maestro de novicios, le habian recomendado cultivar la indiferen­

fue buena. A los tres meses, inform al padre viceprovincial de Cen­ cia y Ja disponibilidad. Aun asi, un "coraz6n bien nacido" no podfa

troam~rica que Rutilio y otro novicio "daban buena cuenta de sf, permanecer pasivo. Por eso, continüa Rutilio, "[q] uisiera firmarle

son piadosos, observantes e inteligentes"37. Esa opini6n no varia en con mi sangre estos mis deseos y al hacerlo confieso humildemente,

los dos anos de noviciado. EI maestro se mostr6 muy satisfecho de Padre, que no me dejo Ilevar de fantasias. Todo lo pongo en sus

los jesuitas centroamericanos, entre los cuales se encontraba Rutilio. ma n o s". EI padre viceprovincial se limit6 a animarlo a alimentar ese

En consecuencia, al acercarse el fin de los dos aos de noviciado, deseo con "santa subordinaci~n"4,

recomend6 al padre viceprovincial, con el consenso de Ja consulta Aun cuando su petici6n no fue atendida, Rutilio estaba tan se­
del noviciado, concederle los votos del bienio, pues junto con los
guro de su vocaci6n misionera, que en tres ocasiones consecutivas
otros novicios centroamericanos, "con el fervor divino sern buenos
Ja represent6 a sus superiores, en 1948, 1949 y 1950. "Mis ideales
yfervorosos operarios de Ja Compafüa"38. Rutilio recibi6 con "verda­
no son otros que: 1) dar mi vida por completo al Senor, sacrifican­
dera alegria" los votos, que pronunci6 el 24 de septiembre de 1947.
do toda afici6n terrena, como patria, etc. 2) dedicarme al aposto­
42.
lado directo con esos infelices" En Ja petici6n de! 9 de enero de

39 Comunicaci6n personal del padre Rosendo Torres con el autor. Panama, septiembre

36 Fotografia de los profesores del Seminario San Jos~ de la Montana. San Salvador, de 1980.

1943. Archivo Centroamericano de la Compaia de Jess, San Salvador, EI 40 Rutilio Grande a Avaro Echarri. Villa Pignatelli, 15 de agosto de 1947. Archivo

Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

37 Vicente Pardo a Alvaro Echarri. Villa Pignatelli, 15 de diciembre de 1945. Archivo 41 Avaro Echarri a Rutilio Grande. Granada, 27 de septiembre de 1947. Archivo

Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

38 Vicente Pardo a Alvaro Echarri. Villa Pignatelli, 15 de junio de 1947. Archivo 42 Rutilio Grande al Viceprovincial. Cotocollao, 13 de junio de 1948. Archivo

Centroamericano de la Compaiia de Jess, San Salvador, EI Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

12 13
A comienzos de 1948, ante la ausencia de una decisi6n de!
1 9 5 0 , aunque expresa sus "buenos deseos de santidad y perfecci6n,
padre viceprovincial sobre sus estudios, termin6 el curso de ret6rica
su indiferencia en la voluntad de Dias que se manifiesta por me­
y estudi~ ciencias sociales. Al finalizar el ano, el rector inform6 a este
dio de los Superiores", insisti~ de nuevo en "sus santos deseos de
que los dos centroamericanos, Rutilio uno de ellos, "estän trabajan­
ser misionero". Asimismo, comparti6 su vocaci6n misionera con
47
do como buenos por su formaci6n y muy edificantes. iLaus Deo!" .
Mons. Ch~vez, quien lo apoy~ y lo anim~ a cultivarla.
EI 25 de marzo de 1950, Rutilio obtuvo el diploma en humanida­

Probablemente, el origen de esa vocaci6n se encuentre en


des cläsicas, equivalente al bachillerato en esa disciplina. Lo recibi~

las pläticas del padre espiritual del seminario menor, el padre Ga­
como "muestra [de la] bondad y benevolencia" del rector, "cierta­
rrido, a quien debe haber oido hablar con cierta frecuencia de la
mente magnifico", "y no m~rito mio que es exiguo, pues, para des­
gran necesidad de misioneros en el Lejano Oriente y de las dificul­
gracia mia, muy poco he aprovechado de tantas cosas buenas como

tades de esa vida apost6lica. En ese entonces, la Viceprovincia Cen­


48
hay por aquf" . En junio de 1962, con ese diploma y la licenciatura
troamericana dependia de una provincia espanola con misiones en
en filosofia del Colegio Mäximo San Francisco Javier (Ona), obtuvo
China. EI celo apost6lico se habria apoderado de Rutilio y habria
el titulo de profesor en educaci6n media , especialidad en ciencias
de ci dido que seria misionero jesuita. Ciertamente, a Garrido no ]e
sociales. Al regresar a San Salvador, Rutilio inscribi6 este tftulo en
faltaria dramatismo e imaginaci6n para suscitar el entusiasmo en su
el Ministerio de Educaci6n, el 6 de julio de 1962, lo cual lo capacit6
joven auditorio. Rutilio no podia conformarse con ofrecer oraciones
para ejercer la docencia en el Seminario San Jos~ de la Montana.
y sacrificios.
El destino a magisterio tambi~n estuvo marcado por la in­
En lugar de ser destinado a las misiones, Rutilio fue enviado
decisi6n de! viceprovincial. Primero lo destin6 al Colegio Javier de
a estudiar humanidades cläsicas en Quito, a donde lleg~ el 6 de
Panama. Pero luego cambi~ de opini~n y lo envi~ al Colegio Cen­
octubre de 1947. En realidad, debia haber sido destinado a filosofia
troam~rica de Granada (Nicaragua) para remplazar a un maestrillo
porque ya habia hecho retörica en el seminario menor. Al caer en
nicaragüense trasladado a Panamä. Al final, Rutilio acab~ en Panama,
la cuenta de ell o, el padre viceprovincial, Alvaro Echarri, le mand6
donde se desempen como inspector de los medianos, esto es, de los
improvisadamente a repasarla. Pero Rutilio ya lo habia hecho en el
estudiantes de tercero a sexto grado. La responsabilidad de inspec­
noviciado. Adems, estaba bastante adelantado en latin y habia
tor comprendia la vigilancia en los recreos y el recorrido del autobs
comenzado con el griego. Entonces, perfeccion el latfn con el estu­
colegial, una tarea particularmente pesada, tanto por el calor de la
dio de las catilinarias y las filipicas, continu~ con el griego, ayudado
ciudad como porque el dia comenzaba en la madrugada con una
por un profesor particular y por un companero, asisti~ a las famosas
hora de meditaci6n y terminaba bastante entrada la tarde. EI rector
clases de! padre Aurelio Espinosa Polit sobre las tragedias griegas y
de! colegio tuvo la atenci6n de preguntarle por sus capacidades e

tom6 un curso de literatura razonada y otro de elocuencia sagrada.


inclinaciones para la docencia. De esa manera, le asignaron las clases
Ademäs, ley~ bastante literatura y composici~n espanola".
de espanol de quinto y sexto grado y de primero de secundaria. Ru-

43 Avaro Echarri a Rutilio Grande. Granada, 23 de enero de 1950. Archivo

Centroamericano de la Compaia de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.


47 Carlos Riofrio a Avaro Echarri. Cotocollao, 1 de diciembre de 1948. Archivo
44 Cartas del 3 de junio de 1947, 6 de junio de 1948 y 24 de julio de 1950. Archivo
Centroamericano de la Comparia de Jess, San Salvador, EI Salvador.
Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.
48 Rutilio Grande a Florentino ldoate. Cotocollao, 29 de marzo de 1950. Archivo
45 Avaro Echarri a Vicente Pardo. Granada, 28 de octubre de 1947. Archivo
Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.
Centroamericano de la Compaia de Jess, San Salvador, EI Salvador.
49 Alvaro Echarri a Rutilio Grande. Granada, 23 de enero de 1950. Archivo
46 Carlos Riofrio a Alvaro Echarri. Cotocollao, 14 de octubre de 1947. Archivo
Centroamericano de la Companfa de Jess, San Salvador, EI Salvador.
Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.

15
14
final de filosoffa lo puso nervioso. "Pondr~ en su preparaci6n lo que
tilio lleg a Panama a mediados de abril de 1950, despu~s de hacer
est~ de mi parte evitando las ansiedades y acatando el resultado
Ejercicios espirituales en Quito5.
como la voluntad de Dios"5. El 25 de junio de 1 9 5 6 , obtuvo el titulo
La primera impresi6n que caus6 en el colegio fue buena: "ha
de licenciado en filosoffa.
51•
cafdo muy bien", dice el rector Pero entre mediados de mayo y
Rutilio fue muy conocido y querido por los vecinos del pue­
mediados de junio, esto es, apenas empezado el curso, Rutilio expe­
blecito de Ona, donde participa de la actividad catequ~tica del Co­
riment6 una crisis nerviosa muy grave. Al parecer, un dia perdi~ el
legio Mäximo. Fue director de la Congregacin de los Kostkas, una
contacto con Ja realidad y empez6 a hablar de manera ininteligible.
asociaci~n de jvenes de entre doce y diecis~is aos. Se sentia ms
Superado Io peor de Ja crisis -de Ja cual se habla en el capitulo
realizado en el apostolado que entre los libros y las abstracciones de!
siguiente , fue enviado a Ja residencia de Ja lglesia de! Carmen, en
52. aula. Los vecinos de Ofla apreciaron su dedicaci6n al apostolado y
Santa Tecla (EI Salvador), para descansar Pero al poco tiempo,
su bondad, y se Io demostraron en su primera misa.
fue destinado al Seminario de San Jos~ de la Montana, donde se

desempen~ como subprefecto de disciplina de! seminario menor y Rutilio deseaba continuar inmediatamente con los estudios

profesor de historia sagrada, historia de Am~rica, historia patria y de teologia. "Creo que no he desmerecido. Me he cuidado y mo­

caligrafia, en el curso de 1950, de historia, en el curso de 1952, y de derado precisamente con vistas a mi Teologia". Por lo que respecta

latin, castellano y caligrafia, en el curso de 1 9 5 3 . a su salud, "creo que no hay dificultad y ademäs yo seria el primero

en manifestarla, si es que la hubiera"5. Sin embargo, queria estudiar


En octubre de 1 9 5 3 , Rutilio inici6 los estudios de filosoffa en
teologfa en Estados Unidos, en concreto, en el teologado de Kansas,
el Colegio Mäximo San Francisco Javier (Ona), escondido en un
para cambiar de ambiente y aprender ingl~s. El padre viceprovincial
rincn de la Bureba (Espana), en las estribaciones cantäbricas. EI
Je concedi6 el paso a teologia, pero un cambio tan radical como el
primer ano fue muy dificil, porque no pudo estudiar con la inten­
que proponia le pareci~ peligroso. Adem~s, estaba la dificultad del
sidad y el rendimiento de antes. EI nivel de abstracci6n de las asig­
idioma. Algunos companeros lo animaban a estudiar en Estados Uni­
naturas le result~ extrano. EI segundo ano de flosofia le result mäs
dos, donde encontraria un ambiente ms abierto y sano que en Ona.
fäcil y llevadero. Las materias Je parecieron menos abstractas y ms
EI mismo Rutilio pensaba que la exigencia acad~mica era menor en
interesantes. De todas maneras, por razones de salud, sigui~ el nivel
Kansas y que Ja dificultad de! idioma Ja superarfa a lo largo de los
de menor exigencia acad~mica.
cuatro anos de teologfa. Al final, dej6 Ja decisi6n en manos de! vice­
Al finalizar los estudios de filosofia, elabor~ una tesina, titula­
provincial, ya que no confiaba en sus propias fuerzas55•
da "EI psiquismo consciente e inconsciente", dirigida por el padre
En Espafla, habfa altemativas a Ona. Las facultades de Gra­
Jos~ Sagastume y presentada el 1 9 de marzo de 1 9 5 6 . La tesina, de
nada y de San Francisco de Borja, en Sant Cugat (Barcelona), te­
la cual solo escribi6 dos de las tres partes de! proyecto original, hace
nian programas de teologia. Pero esta ultima respondi~ que en el
un recorrido por las diferentes definiciones de consciente e incons­
curso de 1 9 5 6 - 1 9 5 7 , no tenfa cupo. Por lo tanto, habia que esperar
ciente, desde la escolästica hasta la modernidad. El enfoque es tra­
al siguiente. El padre viceprovincial le sugiri aprender ingl~s du­
dicional y poco interesante, pero indudablemente para Rutilio debi6
rante el verano y el curso siguiente de 1 9 5 6 - 1 9 5 7 , ya que si llegaba
tener un significado personal importante. La proximidad de! examen

53 Rutilio Grande a Miguel Elizondo. Ona, 9 de abril de 1956. Archivo Centroame­


50 Florentino Idoate a Rutilio Grande. Panama, 11 de febrero de 1950. Archivo
ricano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.
Centroamericano de la Compaia de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.
54 Rutilio Grande a Agustin Bariain. Ona, 5 de diciembre de 1955. Archivo
51 Florentino Idoate a Alvaro Echarri. Panama, 13 de mayo de 1950. Archivo
Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.
Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.
55 Rutilio Grande a Miguel Eliaondo. Ona, 9 de abril de 1956. Archivo Centroame­
52 Agustin Bariain a Florentino Idoate. Granada, 6 de julio de 1950. Archivo
ricano de la Compafia de Jesus, San Salvador, EI Salvador.
Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

17
16
56.
a dominarlo, lo enviaria a Kansas Pero Rutilio queria comenzar la trabajar por su "mayor gloria"; el campo que te espera es anchuroso

teologia. y colmado de gravisimas necesidades, espirituales, morales, sociales,

econ~micas, etc. iCuäntas almas esperan tu santo ministerio! iCuän­


A mediados de 1 9 5 6 , las dudas desaparecieron. Si habia que
tos se salvarän por tu obra apostölica!9.

permanecer en Espana, preferia Ona, "en donde reconozco since­


Rutilio fue ordenado sacerdote en Ofi.a, el 30 de julio de 1 9 5 9 ,
ramente que me ha ido muy bien en todo sentido"57, Comillas le
junto con otros treinta y tres companeros, por Mons. Demetrio Man­
interesaba por la obra anexa de! seminario, pues en ese entonces
silla, obispo auxiliar de Burgos. Padrino de su ordenaci6n fue el ma­
vio con claridad que se dedicaria a la formaci6n de! clero. Pero
trimonio Guerricagoitia, con el cual lo unia una amistad especial.
Comillas era una ilusi6n, porque no tenia las notas necesarias. EI
Conoci6 a la familia por Jos~ Maria, uno de sus hijos, con quien
padre Marcelino Zalba, su confidente mäs importante en esos an0s,
habia coincidido en el seminario, al final de su magisterio. Una vez
le aconsej6 permanecer en Ona. El rector secund6 esa opini6n. En­
en Ona, Rutilio pidi6 a sus hermanos atender con esmero a Jos~
tonces, el provincial le recomend6 interrumpir un ano los estudios
Maria para corresponder de alguna manera las atenciones que su
para descansar, pero Rutilio no lo consider6 necesario, porque ya
familia le daba a ~l. Cuando Jos~ Maria sali~ de la Compania de
habia encontrado un m~todo adecuado para estudiar. Adem~s, un
58 Jesus en Estados Unidos, poco antes de ordenarse (el 20 de marzo
ano de magisterio no era ning(m descanso . Asi, pues, Rutilio co­
de 1959), Rutilio fue a Bilbao, como "ängel consolador", para in­
menz6 sus estudios de teologia en el curso de 1 9 5 6 - 1 9 5 7 .
formar a la familia, pues aquel no les escribia desde febrero. Dadas
Al finalizar el tercer ano de teologia ( 1 9 5 8 - 1 9 5 9 ) , pidi las
estas circunstancias, pidi6 al matrimonio Guerricagoitia no asistir a
6rdenes, las cuales le fueron concedidas. A principios de 1 9 5 9 , se
su ordenaci6n, pero este estuvo presente, acompanado de sus tres
tom6 una semana de descanso para prepararse para el "gran mo­
hijos. Mäs an, la seora Cuerricagoitia le desat~ las manos, atadas
mento". Al regresar, hizo ocho dias de Ejercicios espirituales. Envi6
despu~s de la unci~n con la cinta que ella misma habia traido desde
varias tarjetas de participaci6n a su hermano Flavio, para que las
Bilbao. EI rito de desatar las manos usualmente corresponde a la
distribuyera entre los familiares y algunas amistades. Mientras que ~l
madre de! nuevo sacerdote. Posteriormente, Rutilio envi6 esa cinta
mismo se encarg~ de participar a Mons. Ch~vez, a los padrinos de
a su familia para que la guardara como recuerdo.
Aguilares, a sus companeros del clero salvadoreno, a su hermano
En la primera carta dirigida a la familia, despu~s de las rde­
Alberto y a los jesuitas59. Asimismo, solicit6 la bendici6n papal, la
nes, Rutilio expres6 con claridad el significado de su sacerdocio. A
cual le fue concedida por Juan XXIII, el 27 de mayo de 1959.
trav~s del obispo, le habian sido concedidos
Mons. Ch~vez confirm~ su vocaci~n.

los grandes poderes de Jesucristo y qued~ convertido desde entonces


Ante mis ojos tengo un libro que me enviastes [sie] hace algunos me­
en otro Cristo para perdonar en su nombre los pecados de los hom­
ses y que se titula Nosotros firmes, asi te quiere Dios Nuestro Senor
bres, para administrar los sacramentos de Ja Iglesia, para evangelizar
en todos los dias de tu vida sacerdotal, firme, dispuesto, pronto a
a los hombres, para celebrar el Santo Sacrificio haciendo descender

milagrosamente a mis manos su Cuerpo y su Sangre Santisimos...


56 Miguel Elizondo a Rutilio Grande. Granada, 6 de junio de 1956. Archivo
No os pod~is imaginar el Estado de mi alma en aquellos dichosos
Centroamericano de la Compaiia de Jess, San Salvador, EI Salvador.
momentos. Era un sentir el abrazo estrecho de Cristo, abrazo inti­
57 Rutilio Grande a Agustin Bariain. Ona, 4 de diciembre de 1955. Archivo

Centroamericano de la Comparia de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.

58 Rutilio Grande a Miguel Elizondo. Ona, 11 de junio de 1956. Archivo 61 Mons. Luis Chävez a Rutilio Grande. San Salvador, 18 de julio de 1959. Archivo
Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.
59 Rutilio Grande a Flavio Grande. Ona, 19 de junio de 1959. Archivo Centroame­ 62 Rutilio Grande a Flavio Grande. Ona, 24 de julio de 1953. Archivo Centroame­

ricano de la Compaiia de Jess, San Salvador, EI Salvador. ricano de la Compaia de Jess, San Salvador, EI Salvador.
60 Rutilio Grande. Recordatorio de la ordenacin. Archivo Centroamericano de la 63 Rutilio Grande a la familia Grande Garcia. Ona, 7 de agosto de 1959. Archivo
Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

18 19
mo, esperado hada ya tantos aos. Desde esa cumbre sagrada de!
Mientras tanto, en Aguilares, sus padrinos mandaron a de­
Sacerdocio he visto en un instante y a vuelo de päjaro todos los an0s

transcurridos desde que, siendo nino, tuve deseo de ser Sacerdote'. cir una misa el mismo dia de su primera eucaristia solemne, a Ja

cual asistieron ellos dos y algunos de sus hermanos y familiares.


Al dia siguiente, fiesta de san Ignacio, Rutilio dijo su primera
Rutilio !es prometi6 que cuando regresara, diria una misa solem­
misa. Le concedieron el privilegio de presidir Ja misa solemne de 69•
ne en EI Paisnal
tres ministros. Poco antes, habia llegado el c6nsul de EI Salvador en
En la leyenda de Ja estampa conmemorativa de Ja ordenaci6n
Burgos, Manuel Villanueva, acompanado de su esposa y sus hijos,
y de Ja primera misa, Rutilio pidi6 una bendici~n "por mis manos con­
que hicieron las veces de padrinos. La bandera salvadorena, trada
sagradas a mis queridos familiares, a mis amigos y conocidos y a cuan­
por el mismo c6nsul, fue colocada junto al altar. A Ja misa asistieron
tos me han ayudado a subir a tu Altar". Bendici~n que !es imparti6,
los familiares de los ordenados, que habian dicho su primera misa
en Ja misma carta donde !es explicaba el sentido de su sacerdocio:
antes, la comunidad del Colegio Mäximo, los vecinos y los veranean­
"con mis manos reci~n consagradas por la uncin santa os voy a dar
tes de Ona. El coro de Ja facultad, reforzado con doce tiples, fue
a todos y a cada uno de vosotros mi bendici6n de sacerdote. Poneos
"algo realmente estupendo"5.
de rodillas y ahf os va plena de carino y llena de gratisimos recuerdos:
Durante Ja misa, Rutilio repas6 su vida y se detuvo en sus
La bendici~n de Dios omnipotente... "79.
seres queridos.
En esos dias, Rutilio recibi6 muchas "Cartas llenas de caridad

Mi primera Misa la ofreci por todos vosotros y por los difuntos de y companerismo", de Venezuela, Panam~, Inglaterra, Portugal, For­
nuestra familia. Fueron pasando por mi mente vuestros nombres
mosa, Estados Unidos, Espana, El Salvador, Guatemala y Francia.
queridos. Momentos de un Ilorar silencioso, llenos de recuerdos le­
Despu~s de contestarlas, se las envi~ a Flavio. La mquina de afeitar
janos, Ilenos de nombres y de episodios, un mirar hacia mi pequefla
el~ctrica, regalo de la familia Guerricagoitia, el reloj despertador del
tierra y hacia mi pequeno pueblo lejano.

c6nsul y Ja ropa de otras amistades las entreg6 al superior. Entre los


Al finalizar Ja misa, imparti6 Ja bendici6n papal, concedida para esa 71•
regalos, habia varias cintas para atar las manos
ocasi6n. Luego, sentado en medio de! templo, entre el c6nsul y su
Esos dfas "[ h]an sido de intensas emociones que ciertamente
esposa, los asistentes desfilaron durante media hora delante de ~l
67• estremecen todo el ser y por eso me dejaron bastante cansado"72
para besar sus manos. "iDichosos momentos ciertamente!"
Al dia siguiente de Ja primera misa, se dirigi~ en tren a Santelices,

En Ja comida posterior, en Ja mesa de Rutilio se sentaron la fa­


un pueblo situado a unos 60 kil6metros de Ona, para descansar
milia Guerricagoitia, el c6nsul y su familia, Gustavo Oliva, un jesuita
durante tres dias, en Ja casa de Ja familia G ue rr icagoitia. EI pueblo
guatemalteco, y otros <los jesuitas con quienes habia coincidido en
Je pareci~ " e n c a n t a d o r " , y en Ja familia "realmente me han tratado
el seminario. Los comensales saborearon el caf~ salvadoreno que al­
como a un hijo, con un inmenso carino [. . . ] con toda suerte de
guien regal6 a Rutilio. A continuaci6n, hubo bendici6n solemne con
exquisiteces que nunca podr~ olvidar". EI 2 de agosto, presidi6

el Santisimo Sacramento y una velada literaria musical al aire libre,


una misa solemne en el templo parroquial, asistido por el pärroco,
"cosa ciertamente muy simpätica y amena [ . . . ] y asi pas tambi~n
"una bellisima persona, bueno de verdad". Catorce seminaristas
aquel dia inolvidable, con sus grandes e imborrables emociones"6,
mayores cantaron Ja misa. EI predicador Je dedic6 el serm6n e

69 Rutilio Grande a Flavio Grande. Ona, 2 de julio de 1959. Archivo Centroameri­


64 Ibidem.
cano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.
65 Ibidem.
70 Rutilio Grande a la familia Grande Garcia. Ona, 7 de agosto de 1959. Archivo
66 Ibidem.
Centroamericano de la Compaiia de Jess, San Salvador, EI Salvador.
67 Ibidem.
71 Ibidem.
68 Ibidem.
72 lbidem.

20
21
hizo alusiones a sus padres difuntos, a sus hermanos y a su familia zones de salud han hecho aconsejable que viniera antes de hacer

ausente. El pueblo desfil~ a la hora del besamanos, "demosträndo­ su tercera Probaci6n"78. En el seminario, se desempen~ como pre­

me un carino inmenso [ . . . ] Gente realmente buenisima toda ella fecto de disciplina del seminario menor y como profesor, "y lo estä

sin excluir a los ninos". Comieron en el hotelito de! pueblo y un haciendo bastante bien"7. Al valorar su trabajo dos anos ms tarde,

fot6grafo hizo varias fotografias durante Ja misa. Al dia siguiente, el rector informa que Rutilio se habia desempeado con "muchi­

Rutilio presidi6 otra misa cantada. Esa vez, en un pueblo vecino, simo acierto y total dedicaci6n. No se c6mo nos las arreglaremos

que celebraba la fiesta patronal de san Esteban. El pärroco le ofre­ despu~s".

ci la presidencia y el serm~n, que "[a]cept~ encantado"73.


En efecto, en septiembre de 1962, comenz~ su tercera proba­

EI ltimo da de vacaci~n, sali~ de excursin con los semina­ ci6n, en el Colegio Noviciado San Francisco de Borja, de C6rdoba

ristas. Regres6 a Ona resfriado y con fiebre. Rutilio pidi6 a Flavio (Espana), bajo Ja direcci6n de! padre Francisco Cuenca. Terminada

escribir en nombre de Ja familia a los Guerricagoitia, "sin ahorrar esta en julio de 1963, pas~ diez dias de vacaci6n en Comillas (San­

ningn gasto ni molestias", pues "[n]o se pueden Ustedes imaginar tander). Luego, viaj6 a Paris, donde dedic6 el resto de! verano a

c~mo se desvivieron por atenderme". "Me quieren a rabiar, segn la aprender franc~s".

expresi6n de por aqui. Me han atendido con exquisito cariflo a pesar


En octubre de 1 9 6 3 , se matricul6 en el Instituto Internacional
de Ja prueba dolorosa que han tenido que soportar desde hace unos
de Catequesis y Pastoral Lumen Vitae de Bruselas y residi6 en el
meses a esta parte"74.
Colegio de San Miguel.

Las semanas siguientes, Rutilio las dedic6 al descanso, pero


Los Superiores me enviaron de nuevo a Europa con motivo de Ja
sin descuidar a los niflos de Ona, porque "recordaba yo de mis tiem­
tercera probaci6n, a fin de que una vez terminada hiciera uno o
pos cuando era un pequeno seminarista [ . . . ] y pasaba mis vacacio­


dos anos de estudios especiales en B~lgica o Francia. Ciertamente
nes en mi pueblo, yendo en mi caballo viejo a Guazapa para oir no acabo de ver qu~ m~ritos pudieron ver en mi p e r s o n a .

la Santa Misa"75. Adem~s, dio Ejercicios espirituales a un grupo de


Sin embargo, el rector de! seminario tenia claridad al respecto:
estudiantes jesuitas y de otras congregaciones religiosas. EI padre
"para que tengamos un P. bien preparado en todo eso, tan necesa­
provincial lo mand6 a visitar comunidades y obras en Espana, ya
rio en el S e m i n a ri o " s . " Y asi es como he venido a parar a Bruselas.
que "[c]onfieso que apenas si he salido de Ona en estos seis anos
Estoy siguiendo el curso en el Instituto de Pastoral Lumen Vitae.
que llevo a q u f" . Pese a ello, puso alguna resistencia, pero acept~
76 (Estoy francamente satisfecho, muy satisfecho.)"+. La ültima frase
hacer Ja gira, una vez que Je concedieron un companero de viaje .
entre par~ntesis solo se encuentra en la copia de la carta que Rutilio
Finalmente, el padre viceprovincial Je concedi6 hacer el

cuarto ano de teologfa en Kansas. Pero "Ja falta de salud me ha


78 Ladislao Segura al Padre General. San Salvador, 12 de enero de 1961. C. Am~rica,
hecho desistir. Siempre es cosa fuerte estar en un pais con lengua
1005, XX. Archivum Romanum Societatis Iesu, Roma.
extrana"77. 79 Ibidem.

80 Ladislao Segura al Padre General. San Salvador, 14 de julio de 1962. C. Am~rica,


Al terminar sus estudios en Ona, en julio de 1 9 6 0 , Rutilio se
1005, XXV. Archivum Romanum Societatis Iesu, Roma.

integr~ a la comunidad del Seminario San Jos~ de la Montana. "Ra­ 81 Rutilio Grande a Flavio Grande. C6rdoba, 13 de julio de 1963. Archivo

Centroamericano de la Compania de Jesüs, San Salvador, EI Salvador.

82 Rutilio Grande a Marcelino Zalba. Bruselas, 24 de febrero de 1964. Archivo

73 Ibidem. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

74 Ibidem. 83 Ladislao Segura al Padre General. San Salvador, 20 de enero de 1963. Archivo

75 Ibidem. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

76 Ibidem. 84 Rutilio Grande a Marcelino Zalba. Bruselas, 24 de febrero de 1964. Archivo

77 Ibidem. Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

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conserv6 entre sus papeles, pues la habria suprimido en el original diciembre de 1964, donde se familiariz6 con el Movimiento por un

enviado al padre Zalba. mundo mejor, fundado por el padre Ricardo Lombardi.

En B~lgica, en particular, en Lumen Vitae, Rutilio descubri~ Durante su estancia en Bruselas, el Padre General le concedi6

entusiasmado la pastoral francesa. La espiritualidad bfblica y litürgi­ la profesi~n como coadjutor espiritual. Rutilio pronunci~ sus ültimos

ca de los benedictinos de San Andres, entre quienes pas6 la semana votos el 1 5 de agosto de 1964, en la iglesia de! Colegio de San Mi­

santa de 1964, le caus6 una profunda impresi6n. Durante su estancia guel. Los votos fueron recibidos por el rector del colegio, el padre

en Bruselas, adquiri6 varios libros sobre pastoral para el seminario, Jos~ Guerdavid. Antes de pronunciarlos, Rutilio renunci6 a heredar

y luego, ya en San Salvador, reprodujo y distribuy6 entre los semi­ cualquiera de los escasos bienes familiares, en favor de sus herma­

naristas varios de los apuntes de Lumen Vitae, en particular, los de nos Flavio, Joaquin y Luis.

catequesis de C. Decluve. En esta experiencia con la pastoral france­

sa, se encuentran las rafces remotas de la perspectiva y de! quehacer ***


La figura de Rutilio, el padre Tilo, como lo lamaban carino­
pastoral de Rutilio. Desde entonces, aparece Ja preocupaci6n por
samente, despertaba una mezcla de sentimientos curiosos entre los
abrir espacio a Ja participaci6n de! pueblo de Dias y por evitar el
vecinos de El Paisnal, que lo vieron nacer y crecer, y luego irse al
autoritarismo clerical. Mäs tarde, la experiencia lo llev~ a adoptar
seminario de San Salvador y al extranjero. Sabian que era uno de
una postura critica ante ese enfoque, que abandon~ gradualmente,
ellos, pero al mismo tiempo lo sentian lejano, por sus viajes, sus estu­
por considerarlo demasiado franc~s y poco salvadoreo.
dios, porque era "viajado" y "leido", y adems era sacerdote. Habia
Al concluir los cursos en Lumen Vitae, redact~ un trabajo es­
estado en pafses desconocidos para ellos, habia adquirido modales
crito y aprob varios ex~menes. Durante la redaccin del trabajo, diferentes a los suyos y usaba sotana o traje clerical. Pese a ello,
vivi~ en una capellania de monjas, que Je proporcion6 los medios lo consideraban uno ms del pueblo, uno que habfa salido de El
para vivir. Los requisitos acad~micos finales no fueron fäciles, pues Paisnal y que habia ascendido en la escala social y sagrada. Tenian
"[a] mi edad es duro andar haciendo estos esfuerzos intelectuales.
razones para sentirse orgullosos de un sacerdote que habia salido de
Gracias a Dias he salido bien, habiendo obtenido la Gran Distin­
en medio de! pueblo.
ci6n". En efecto, Rutilio era consciente de su edad. "Ya vamos para
Cuando Rutilio regres6 ordenado sacerdote a decir su prime­
viejos. Mi pelo se va poniendo cada vez mäs blanco, pero todo es
ra misa en EI Paisnal, tal como lo habia prometido, el lleno fue com­
nada, absolutamente nada en comparaci6n con Ja cruz que el Senor
pleto. EI templo result~ pequeo para tanta gente. Todos hablaban
85,
ha querido poner sobre las espaldas de nuestro hermano Alberto"
bien de ~l. Lo veian, segün una expresi~n muy salvadorena, "bien
quien ya estaba paralftico. Por ese motivo, modific~ su itinerario de
galän". El ambiente de ese dia fue de fiesta popular. El vecindario se
regreso. En lugar de pasar por M~xico, donde hubiera querido visi­
volc6 para regalarle de lo poco que tenia y mostrarle asi su afecto y
tar algunos seminarios, vol~ directamente desde Madrid a San Jos~.
su orgullo pan dulce, maiz, caf~ e incluso mangos. Hubo poemas
Pero antes de regresar a Centroam~rica, en los primeros das
de bienvenida, cohetes, msica y estreno de trajes. Mons. Chävez y
de agosto, estuvo en Alemania para visitar a varios escolares de la
varios compafleros de! seminario asistieron a su misa. Los vecinos
viceprovincia. EI resto de! verano lo pas6 de nuevo en Paris. En la
que lo acompanaron del templo a la casa patema fueron agasaja­
Abadia de Saint Denis O'Bourg, asisti6 a un mes de pastoral. Final­
dos con un refresco, mientras los invitados especiales disfrutaban de
mente, visit el Centro Internacional Pio XII, en Rocca di Papa, en una comida, preparada con esmero por Flavio. Este se esforz6 para

hacer memorable la ocasi~n, incluso contrat6 un conjunto musical

para alegrar Ja comida. Pero a Rutilio esto le pareci6 excesivo y or­


85 Rutilio Grande a Flavio Grande. Bruselas, 1 de julio de 1964. Archivo Centroame­
den~ que si los msicos no se retiraban, se regresaria a San Salva­
ricano de la Compania de Jess, San Salvador, EI Salvador.

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dor de inmediato. Apenado, Flavio despidi6 al conjunto, sin darle dieta m~dica. Sin embargo, siempre se esforzaba por no molestar, ni

Ja oportunidad de tocar. La sobremesa se prolong6 hasta entrada Ja ocasionar gastos innecesarios.


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tarde, con los recuerdos de los tiempos de! seminario .
No obstante, al final de su vida, Rutilio se sinti6 poco identi­

Rutilio, por su parte, siempre se consider6 parte de! pueblo. ficado con el pueblo salvadorefio. En 1974, en una congregaci6n

Cuando visitaba EI Paisnal, rechazaba tajante cualquier trato espe­ viceprovincial, declar6, con la gravedad que lo caracterizaba:

cial, pues queria ser tratado y reconocido como el Tilo de siempre.


[t]odavfa me siento desidentificado, hasta cierto punto de las gran­
En una ocasi6n, cuando an no era sacerdote, se present6 sin anun­
des mayorias de nuestros paises, aunque reconozco que un proceso
ciarse en la vivienda de una pariente, cuando esta hacia la limpieza.
de conversi6n comenz6 en mi interior hace alg(m tiempo, y pido

Al encontrarse de repente con Tilo, de sotana, ella se asust6. Protes­ a Dios que ese proceso no pare, si es que de veras quiero ser fiel a

t6 por la visita inesperada. Pero ~l bondadosamente le respondi6: mi vocaci6n de cristiano y religioso en mi medio. Declaro que no

soy "nacionalista" en el sentido peyorativo de la palabra, ini mucho


"Yo soy el mismo Tilo de antes y ser~ el mismo Tilo. No te aflijäs,
menos! iHe vivido ocho largos anos en Espana, y präcticamente he
no te aflijäs... no tengäs pena, soy el mismo Tilo, el mismo Tilo de
vivido entre espafloles, desde mis 17 anos, en tranquilidad y paz,
siempre soy". Segn el testimonio de esta senora, "no le gustaba que
aunque he de confesarlo que he vivido como un extranjero en mi
lo llamaran don Tilo o padre Tilo, no. EI era el Tilo de siempre". Por
propio medio y un tanto alienado de los grandes problemas que nos

eso, comia lo que le pusieran, porque "no era delicado para nada"87, circundan".

Le disgustaba mucho que los campesinos se sacrificaran para darle

de comer algo distinto a lo que ellos comian. En esas ocasiones, !e s

explicaba que llegaba a compartir lo que tenian. Y agregaba con

cierta ironia que no deseaba ser como los curas cachetones a costa

de! hambre de otros.

Los vecinos de EI Paisnal y los campesinos de la parroquia

de Aguilares descubrieron asi la clase de sacerdote y de pärroco

que era Rutilio. Las sefioras mayores peleaban entre ellas por hos­

pedarlo en su hogar, pues no dormfa, ni comia en Ja casa cural, sino

que pedia posada en los hogares vecinos al templo. Cansadas, las

ancianas que se disputaban sus favores, llegaron a un acuerdo: se

turnarian. Cuando no respetaban el acuerdo, Rutilio las chantajea­

ba afectivamente. En esas ocasiones, compartia la comida del dia y

dormia en las mismas condiciones que Ja familia, en cualquier sitio,

y se cobijaba con lo que hubiera a mano. La diabetes que padeci6

en sus ültimos aos lo hizo sufrir mucho, porque ya no pudo per­

mitirse comer cualquier cosa o trabajar despreocupadamente. Los

Campesinos tambi~n aprendieron que solo podia comer verduras

cocidas y caf~ simple, y a sus hermanos !es entreg6 una lista con Ja

88 Rutilio Grande. Alocuci6n a la Congregaci6n viceprovincial. San Salvador, abril

86 Entrevista del autor con Flavio Grande. San Salvador, diciembre de 1979. de 1974. Archivo Centroamericano de la Compania de Jess, San Salvador, EI

87 Entrevista de! autor con Virginia Guzmn. San Salvador, diciembre de 1979. Salvador.

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