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Apuntes Bloque 4
Apuntes Bloque 4
¿De qué hablamos cuando conversamos acerca del sexo? En relación con el sexo cuando
reflexionamos debemos tener en cuenta su historia, dependiendo de la época en la que nos situemos
estaremos hablando de cuestiones distintas. Hay que entender estos conceptos desde su construcción
social histórica. En este caso vamos a centrarnos en 3 épocas:
Clásica: reflexionaban entre lo que llamaron erótica (copula para reproducirse) y afrodisia (deseos y
sentimientos de los seres humanos, placeres del cuerpo). No hay textos clásicos explícitos en los que
aparezca el termino de sexo, sin embargo, hay un amago en ciertos textos como el de Platón (El
banquete) para comprender los deseos eróticos (El mito de andrógino).
A finales del siglo XIX se comienza a identificar el sexo con genitalidad. Pasamos entonces al
modelo bisexual, es decir hay unas diferencias muy claras entre el hombre y la mujer (corporales y
físicas). Los órganos sexuales externos se convierten en marcadores de jerarquía. La definición de
sexo es complicada. John Money definición el termino de sexo como la combinación de 5
elementos:
Al final somos las sociedades quienes asignamos un sexo a cada persona, y cada cultura le otorga un
marco para distinguirlos. Nuestra sociedad eligió el quinto elemento. Se producen
modificaciones/intervenciones en el cuerpo para sexuarlo, por ejemplo, alargan su cuello en las
mujeres del Tíbet o en Europa se busca la “cintura de Avispa”.
Se le asigna también un modelo sexual caracterizado por ser varón o mujer (pene/vagina) y se le
asigna un género (masculino y femenino) y una orientación sexual, hetero. Sabemos que hay
sociedades donde estas relaciones de sexo y genero se entienden de otra manera, por ejemplo, los
Pokot de Kenia, esto consideran dos sexos y para aquellas personas intersexo (serer) no adquieren
ningún rol y viven al margen de la sociedad.
En occidente hemos hecho una distinción dicotómica entre dos categorías (construcciones
sociales/culturales) sexo y género. Hombre y mujer no son esencias dadas sino categorías. No hay
que asociar cosas de hombre o cosas de mujeres ya que estaríamos reproduciendo un sistema
heterosexual y patriarcal.
Las categorías de varón y mujer pueden ser útiles, “Se ha construido la diferencia entre los géneros
como efecto de la desigualdad. No es la construcción de los géneros lo que genera la desigualdad,
sino esta aquella”-Lourdes Méndez
Las primeras feministas antropólogas críticas, para debatir este sistema se cuestionaron los
conceptos de sexo, género y patriarcado. A partir de ahí conformaron el sistema de sexo-género.
Gerda Lerner hablo de patriarcado como la institucionalización del dominio masculino sobre
mujeres, niños y su ampliación a la sociedad en general. Es decir, un sistema de organización social
en el que el poder político, social, religioso o militar es desde lo masculino, de ahí, que el patriarcado
perviva en sociedades paritarias. Lo masculino es una posición social construido socialmente.
Gayle Rubin considera que el termino patriarcado solo debe usarse en sentido estricto referente al
dominio paterno sobre otros miembros de la familia, sean mujeres o varones.
Estas reflexiones sirven para entender el patriarcado como la base a partir de la cual se construye una
estructura social y ahí nos construimos como varones o como mujeres. Rubin considero también un
posible sesgo androcéntrico en las ciencias sociales, por tanto, se cuestionó el sistema presente.
Consideró el sexo como algo biológico que reside en la psique y es mutable, social e histórico.
Joan Scott decía que las palabras de una u otra forma están determinadas y por tanto tienen historia,
por tanto, para ella género es sinónimo de mujeres. El género en este caso parece ajustarse a la
terminología científica de las ciencias sociales. Por tanto, hoy en día ambos conceptos aparecen
como entidades fijas, ontológicas y estables en discursos hegemónicos. Género y sexo son al mismo
tiempo categorías vacías (carecen de un significado ultimo trascendente) y rebosantes (contienen
definiciones alternativas), por tanto, hay que cuestionarlas.
Judith Butler reflexionó sobre el concepto de género, según ella las personas no tenemos género,
sino que lo adquiríamos de una constante representación de actos, gestos, palabras y por tanto el
genero es performativo. Es una llamada al mandato heterosexual consolidando la impresión de ser
hombres o mujeres. Esta definición pone en debate:
La idea de que muer y varón son categorías mutuamente opuestas, esto debe surgir de otra cosa, de
una oposición natural, ya que la identidad de género suprime las semejanzas naturales.
“Nosotras no solo estamos oprimidas como mujeres, sino por tener que ser mujeres y hombres. El
movimiento feminista tiene que luchar soñar con algo más que la eliminación de la opresión de las
mujeres tiene que soñar con la eliminación de la sexualidad y los papeles sexuales obligatorios”-
Gayle Rubin.
El sexo no es un dato natural, no es esencia biológica, sino que el sexo como el género es una
construcción social.
Iván Illich, al hablar de genero vernáculo, habla de género sexual, referidos a la dualidad que coloca
a hombre y mujeres en circunstancias que le impiden hacer, querer o percibir la misma cosa.
También se refiere al concepto de domus, conjunción de viviendas, familia y tierras que les
vinculaba con sus posesiones y entre sí. Aquí hombres y mujeres tenían un papel importante basado
en la interdependencia.
Hace una distinción entre dominación y poder, la dominación esta asociada a reino del género y el
poder al sexismo.
-El problema social de la violencia de género
En los años 60-70 se comienza a tratar este tema social como violencia familiar. Existe en
cuanto es representado en la sociedad.
En los años 80 la ONU comienza a tratar la violencia que sufren las mujeres en el hogar.
A mediados de los 80 se propone el termino violencia contra las mujeres.
En los años 90 se usa el concepto de mujer maltratada.
A mediados de los 90 se comienza a hablar de género, muy intencionada y paulatinamente
se produce una desactivación del feminismo crítico. Es la ONU la que empieza a utilizar el
género como neutro, políticamente correcto y propone este concepto.
A finales de los 90 desaparece la mujer en los discursos hegemónicos y se habla de
violencia doméstica.
Cerca del año 2000 se habla de violencia de género como lo entendemos hoy en día.
Justo a finales de los 90 principios de los 2000 a partir de un hecho concreto comenzamos a hablar
de violencia de género y a relacionarlo. El caso de Ana Orantes salió en un programa relatando su
experiencia.
Hoy en día se refieren a esta violencia como violencia machista, ahora se negocio con este nuevo
concepto, aunque no está introducido de manera absoluta. Existe una judicialización que está
ayudando a desactivar la reivindicación del feminismo crítico. Pasa de ser un problema político a un
problema que hay que gestionar, por tanto, las actuaciones ya no conllevan un cambio radical de la
sociedad.
Esta violencia no es un fenómeno fijo ni estable, debido a las diferencias entre culturas.