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JOSE LUIS MEZA RUEDA Director EL ARTE DE INTERPRETAR EN TEOLOGIA Compendio de hermenéutica teolégica Capitulo 8 HE NEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA Una inteligencia volcada sobre la realidad Oscar Albeiro Arango Alzate* El presente capitulo esta estructurado en tres partes. Las dos primeras configuran un momento analitico en el cual se entregan elementos iniciales que permitiran entender eso de la realidad histérica y su im- portancia en el pensamiento de Ignacio Ellacuria. Luego se presenta la hermenéutica de la realidad histérica como inteligencia volcada sobre la realidad desde la cual se genera un camino interpretativo que pasa por un momento intelectivo, un momento ético, un momento praxico, para terminar en un momento de gracia. El apartado final del capitulo es mas sintético; expone como la intuicién fundamental que plantea Bllacuria, el pueblo crucificado hist6ricamente, genera una posibilidad para pensar la realidad hist6rica actual. En este apartado se aborda Ia categoria civilizacién de la pobreza como un ejercicio de actualizacién de-esta hermenéutica. UNOS ELEMENTOS INICIAL Praxis historica de liberacién y caracter intelectual de Ellacuria Lo que puede Ilamarse el corpus teolégico de Ellacuria se estructura en una intencionalidad mas englobante que aglutina todo su ejercicio aca- démico: la praxis hist6rica de liberacién que genera una forma espectfica de inteligir. Ahi es donde surge como elemento fundamental la realidad * Magister en Teologia, Pontificia Universidad Javeriana, Bogots; Comunicador Social y Periodista, Universidad de la Sabana, Bogoté; Especialista en Derecho Canénico, Profesional en Teologia, Pontificia Universidad Javeriana, Bogoté. Profesor de la Facultad de Teologia de la Pontificia Universidad Javeriana. Correo electrénico: oscar.arango@javeriana.edu.co 197 EL ARTE DE INTERPRETAR EN TEOLOGIA historica, centralidad de sureflexi6n filoséfica, politica y teolégica; un pensar volcado sobre la realidad que busca su transformacién. Tal esa intencionalidad desde la cual se estructura esta manera de conce- bir la hermenéutica teolégica de la realidad histérica Antonio Gonzalez, muy cercano a Ellacuria y a su pensamiento, indica que uno de los aportes, tal vez el mas sobresaliente, sin el cual es imposible comprender la forma como él despliega su forma de pensar, es su cardcter como intelectual’. La originalidad del cardcter intelectual de Ellacuria -afirma Gonzalez—no estd en haber realizado solo algunas puntualizaciones tedricas en el ambito de la filosofia, la politica o la teologia como praxis hist6rica de liberacidn. El genio y originalidad de este cardcter intelectual esté més bien en el haber convertido a la filosofia, la politica y la teologia mismas en un estilo de vida humana auténtica; en haber hecho de la teorfa un verdadero modo de existencia ética. Podria afirmar, en este sentido, que el cardcter intelectual de Ellacuria consistié en haber hecho de toda su reflexién un clemento constitutivo de su existencia, dedicada a dicha liberacién, y no en ha- ber puesto la praxis hist6rica de liberacién en el centro de todas sus reflexiones filos6ficas, politics, teolégicas. Fernandez afirma que encontramos en Ellacuria (1) un jesuita proveniente de una familia de tradici6n catélica, (2) con una formacién muy exigente en lo intelectual, (3) con una gran capacidad para aprender 10 mejor de sus maestros, (4) influido por figuras como el padre Arrupe y Oscar Amulfo Romero, y (5) preocupado por el sufrimiento de las mayorias No obstante, en esencia, Fernndez rescata de la personalidad de Ellacuria que este quiso poner todo ese ejercicio académico al ser- vicio de ese pueblo crucificado, sin abandonar su trayectoria y altura intelectual para servir al pueblo pobre, No trataba de dejar la filosofia, la teologia o la politica sino de ayudarse de ellas para entender y trans. formar la realidad histérica, y ayudarse de esta para elaborar una filosofia, una politica y una teologia serias, rigurosas, pertinentes vol- cadas sobre la realidad histérica, con el nico fin de liberarla?, Gonzalez, “Aproximacién a la obra filoséfica de Ignacio Fllacurfa”, 986. *Ferndndez, “Ignacio Ellacuria: vida, pensamiento e impacto en la universidad jesuita de hoy”, 10. 198. HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA Por ello, dedicar estas paginas a un intento de presentacién sistemdtica de su forma de hermenéutica teoldgica desde la realidad hist6rica tiene que partir de la pregunta sobre cémo opera el pensa- miento de Ellacurfa. Esto implica adentrarse sin temor en los rasgos de su biografia que tal vez dieron forma a ese cardcter intelectual, para advertir mejor el particular modo de existencia que permite un pensamiento totalmente volcado y comprometido sobre la realidad histérica, que funge como la teoria que anima una praxis de liberacion. Solo asi se comprende la motivacién que lleva a Ellacuria a estructurar una filosofia, una politica y una teologia vertidas sobre Ia realidad histérica en cuanto realidad; una realidad historica leida a partir de una comprobacién tedrica-practica: los pueblos hist6ricamente crucificados*. Es claro que é1 quiso interpretar, inteligir esa realidad, pero también influir en ella para transformarla, para generar praxis*. Desde el inicio quiero puntualizar la necesidad de Ellacuria de. aproximarse ala realidad, a los pueblos histéricamente crucificados, para habérsela con ella y transformarla. De esta forma, Ellacurfa mostré con su vida y muerte que la octipacién del pensar no es en primera medida una simple funcion académica que se agota en los espacios de una universidad 0 un congre- so de intelectuales en el primer mundo; ni mucho menos es una funcién legitimadora de un determinado estado de cosas, como pretendian las clases dirigentes en San Salvador a propésito de su cuestionamiento sobre el papel que deberia cumplir la Universidad Centroamericana, UCA. Para Ellacuria, la funcién que cumple toda inteligencia ha de ser liberadora de esas mayorias oprimidas hist6ricamente’. Dicha funcién liberadora no se agota en la transmisién de un determinado saber, en la entrega de una determinada tradicién o en la elaboracin de ? Bllacuria, “El pueblo crucificado”. * Sols, La teologia histérica de Ignacio Ellacurta, 19. 5 En su texto, Funcién liberadora de la filosofia, indica que esta funci6n se historiza como criticidad, fandamentalidad y creacionalidad (Ellacuria, Funcién liberadora de ta filo sofia, 47) 199 EL ARTE DE INTERPRETAR EN TIOLOGEA un determinado conocimiento filoséfico, politico 0 teolégico: se tra duce en praxis histérica® que es, a la vez, critica y mayéutica’. La praxis historica critica’ sitia al pensador contra las ideo- logizaciones que naturalizan toda realidad de muerte, violencia y opresién y en direccién de quienes son victimas histéricas de dichas ideologizaciones’, Frente a este modo de comprender la praxis historica, Gonzalez precisa que es, en primer lugar, critica, porque se define en relacidn con la confrontacién de las ideologizaciones dominantes que tienen la pretensién de presentar como real, verdadero 0 justo lo que es irreal, falso e injusto; tales ideologizaciones alejan de la realidad y en su lugar entregan visiones deformadas, totalizantes y naturalizadas de ella”, Se trata de ideologizaciones que enfrentan la inteligencia a la nada con apariencia de realidad, a la falsedad con apariencia de ver- dad y al no-ser con apariencia de ser. Por eso, el mismo Ellacurfa llega a preguntarse: Por qué la nada en lugar del ser?" Y de esta forma explicita esa necesaria funcién critica, que solo puede dar un cardcter intelectual voleado responsablemente sobre la realidad; porque sittia toda inteligencia en la direccién de la comprensién de la realidad; yen el caso de Ellacuria, en la defensa de esa vida que se abre camino en medio de la realidad hist6rica de muerte que enfrenté El Salvador durante las décadas de los 70 y 80 del siglo pasado. En segundo momento es una praxis historica mayéutica, en- tendida como acompafar desde la labor intelectual a los pueblos ® Este planteamiento, que Ellacurfa no desarrollé, pudo incluso haberle Ilevado a introducir correcciones importantes en su Filosofia de la realidad histérica, pues la praxis histérica que alli es culminacién se convierte ahora también en principio, tanto en el ordo essendi como en el ordo cognescendi: la naturaleza y el hombre son afectados parcial pero “fisicamente” por la praxis histérica, la cual condiciona también el co- nocimiento humano de los mismos (Gonzélez, “Aproximacién a la obra filos6fica de Ignacio Ellacurfa”, 988). * Gonzélez, “Aprox “Ibid. ° Por ello, es necesario tomar bien el sentido de las funciones de criticidad y fundamen- talidad (Ellacuria, Funcién liberadora de la filosofia, 50). "Ibid, 49, " Tid, 50. " Gonzalez, “Aproximacién a la obra filoséfica de Ignacio Eilacuria’, 9, imaci6n a la okra filos6fica de Ignacio Ellacuria”, 987, 200 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA crucificados en su dificil hora hist6rica, situandose de forma parcial con quienes luchan por impedir que triunfe la muerte. Y como indica la expresién mayéutica, los intelectuales se hacen parteros de esa nueva realidad que nace indefensa y que, a pesar de todas las dificultades, se esfuerza por crecer. Esta es la mayéutica histérica que asume Ellacuria, una que no hace inutil la labor intelectual, sino que la exige con ver- dadera urgencia y le sefiala al intelectual horizontes y fines que van més all de los meramente profesionales®. Tal es el punto de partida para comprender la forma como Ellacurfa procede a pensar filos6fica, politica y teolégicamente, volcado sobre la realidad histérica como su principal fuente de luz; que afecta su inteligencia y que en la mayoria de los casos la hace funcionar de forma adecuada cuando se le toma en serio, con la tinica pretension de comprenderla para transformarla. Del concepto historia al de realidad histérica Una vez ubicada esta intencionalidad englobante, la praxis de liberacién y su cardcter intelectual volcado sobre la realidad histérica, que actia como amarre en la comprensién de esa particular forma de inteligencia con la que opera Ellacuria, realizaré una diferenciacién conceptual entre el uso que él hace de dos términos: historia y realidad histérica. Ellacurfa no comprende la historia como el conjunto de he- chos o vicisitudes. No entiende por historia lo que pasa en ella, ni los hechos, ni su serie ordenada y explicada. Comprende la historia bajo la perspectiva de la actualidad tiltima de realidad, de apertura y de reali- zacién trascendental que de suyo tiene la realidad’®. No se puede descuidar que son estas notas de actualidad, apertura y realizacién las que hacen la real realidad y las que permiten que ella pueda crecer como realidad hist6rica a partir de unos procesos de transmisién fradente, apropiacién de posibilidades y actualizacién de capacidades"’, Porque la realidad, antes que posicién, intencién, aparecer 8 Ibid,, 8 * Bllacuria, Funcién liberadora de la filosofia, 53. °® Sigue el pensamiento de Zubiri sobre lo dltimo y lo trascendental de la realidad. ' Ellacuria, Filosofia de la realidad historica, 564. 201 EL ARTE DE INTERPRETAR EN TFOLOGIA ente de lo 0 vida, es actualidad”. El cardcter de actual, es el estar pres real desde si mismo por ser real Por ello, hablar de realidad histérica no pasa por alto lo que ocurre en la historia. Ellacuria recalea que bajo este concepto se asume la historia de la realidad, lo que le pasa a la realidad misma cuando entra en contacto con el ser humano y la sociedad", Asi, la realidad historica acttia mas como Ambito que como contenido; y es en ese dmbito donde se formulan las preguntas, no sobre los contenidos de la historia, sino sobre la realidad misma desde la realidad misma, como insiste Ellacuria, lo que ella muestra y da-de-si”, De esta forma, Ellacuria no habla simplemente de historia, sino acuta la nocién realidad historica, que irrumpe como el tiltimo estadio de realidad en el cual se hacen presentes todas las dems realidades, En tal estadio, la realidad es més realidad porque se hallan contenidas todas las realidades anteriores. Es una forma de realidad superior que afecta toda la realidad en cuanto tal’, una forma superior de realidad que afecta las otras formas de realidad, no para negarlas o agotarlas, sino para contenerlas en lo que él denomina “mundo hist6rico””, donde ella va dando cada vez mas-de-si, haciéndose més verdadera y mas rea Es asi y solo as{ como la trascendentalidad, la ultimidad de lo real se constituye ante el mundo histérico” Inteligencia histérica e historicidad de la inteligencia Este tercer elemento lleva a la relacién que se da entre realidad hist rica e inteligencia, ya que lo Ultimo de la realidad no es accesible solo por el camino de la maxima abstraccién, sino por el volver a lo que es el maximo de concrecién que -como se ha insistido— es formalmente realidad hist6rica®. ” Zubiri, Inteligencia sentiente: inteligencia y realidad, 137-141. ' Ellacuria, “El objeto de la filosoffa”, 87. "Tid, 88, * idem, Filosofia de la realidad histérica, 43. * fdem, “La idea de filosofia en Xavier Zubiri”, ” Gonzalez, proximacién a la obra filoséfica de Ignacio Ellacuria”, 9 * Ellacuria, “Filosofia y politica’, 51 * Gonzalez, “Aproximacién a la obra filos6fica de Ignacio Ellacurfa”, 984 a”, 51 ® Ellacuria, “Filosofia y politi 202 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA Al pensar la realidad como realidad histérica se ofrece un saber que no se agota en conocer las cosas 0 en la direccién que debe a sumir el mundo o la vida. Pensar la realidad hist6rica equipa material y formalmente para interpretar y transformar el mundo a la escucha del reclamo que hace la realidad’. Para Ellacuria, la historicidad es constitutiva de la inteligencia humana y tiene su fundamento en lo que esta tiene de praxica, como unidad estructural de sentir e inteli- gir que es su dinamismo activo”. La aprehensidn de la realidad seré, pues, una inteleccién sentiente, que es aprehender algo en impresin’*. Una inteligencia sentiente, en primer lugar, tiene su origen y su destinacin en la praxis social e hist6rica concreta, praxis que determina las posibilidades de esa actividad racional, sus intereses, contenidos y tareas. Diré Gonzalez: cualquier saber humano esté obligado a tomar conciencia de su propia historicidad, de sus concretas vinculaciones con la praxis so cial de la que surge, a la que sirve y en Ja que se mueve, pues sola- mente a partir de esta conciencia de la propia situacién es posible pretender objetividad e incluso universalidad, aunque se trate siem- pre de una objetividad y de una universalidad situadas.” De esta manera, se crea un marco desde el cual propiciar y situar la pregunta de como no inteligir de esta manera frente a la realidad hist6rica de crucifixion de las mayorias. Por ello el apremiante Hamado a la historizacién de la inteligencia en la que el saber humano esta forzado a tomar conciencia de su propia historicidad, de sus vincu- laciones concretas con la praxis social de la que brota, ala que sirve y en la que se mueve; porque solo es posible pretender objetividad e incluso universalidad a partir de esta conciencia de la propia situacién, aunque se trate siempre de una objetividad y de una universalidad situadas. s asi como Ia inteligencia humana queda afectada por la realidad historica y -segtin Ellacurfa~ se hace necesaria una interpre- taci6n nueva dela propia inteligencia, ahora como inteligencia histérica 2 jdem, “Aproximacidn a la obra completa de Xavier Zubiri”, 968, Zubiri, Inteligencia sentiente: inteligencia y realidad, 191 [bid., 133. ” Gonzalez, “Aproximacién a la obra filoséfica de Ignacio Ellacuria”, 10. 203 EL ARTE DE INTERPRETAR EN TROLOGIA Se trata de una inteligencia situada, que sabe que no puede entrar al fondo de si misma a menos que vaya hasta lo mas hondo de la realidad y la tome en su totalidad™, . Dicho en otros términos, la realidad es historica y solo un logos de la historia, un logos hist6rico, puede dar razén de la realidad. Un logos puramente natural nunca daria razén adecuada de una realidad que es mas que naturaleza™; un logos histérico hace que se entienda la importancia de la historicidad en la configuraci6n de las teologias, sus verdades, sus lenguajes y sus mediaciones, Lo anterior lleva a una historicidad de las teologias, porque toda inteligencia esta afectada por la realidad, su lugar y su tiempo”. Para Ellacuria, toda teologia deberia explicitar su historicidad, su matriz. referencial, su horizonte ideolégico, su medio histérico, el desde dénde comprende e interpreta el misterio. Y si las teologias poseen historicidad también la tienen sus verdades, su lenguaje y sus mediaciones. - Historicidad de las verdades teoldgicas: de igual forma, las for- mulaciones teolégicas no son ajenas a la realidad histérica. La com- prensién humana esta impregnada de lo histérico y hace parte de su estructura®, El conocer esta condicionado por el mundo histérico en el que se da, que esta referido a esa realidad como praxis histérica, por su responsabilidad ética con la realidad y no solo como comprobacion cientifica“. Toda verdad teolégica lo es siempre en relacién con la reali- dad histérica. - Historicidad del lenguaje teolégico: la comprensién y expresién de la salvacién, junto con sus lenguajes, estan afectados por lo historico. Exige el paso de un logos explicativo, contemplativo, transformative a “A taiz de la obra de Zubiti, Estructura dinémica de ln realidad, Ellacuria encuentra que en la historia se hacen presentes todos los demas dinamismos de lo real, de modo que la realidad hist6rica seria el nuevo horizonte de la filosofia, el “lugar de imbricacién entre realidad ¢ inteligencia, entre hombre y mundo” (Gonzalez, “Aproximacion a la obra filoséfica de Ignacio Ellacuria”, 984). " Ellacuria, “Filosofia y politica’, 384, © Idem, “Tesis sobre posibilidad, necesidad y sentido de una teologia latinoameri- cana”, 326. “idem, “Hacia una fundamentacién del método teoldgico latinoamericano”, 420, Ibid. 421. 204 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA un logos histérico", un logos capaz de formular lo hist6rico de lo huma- no, que busca la realidad y no solo presenta su funcionamiento; un logos que pueda llegar a la accion, la concrecién y la transformacién hist6rica. Historicidad de sus mediaciones: tomar coriciencia de la reali- dad histérica, del lugar desde donde se teologiza requiere asumir me- diaciones histéricas, tanto tedricas como praxicas, para desarrollar la adecuada inteligencia de la fe. La mediacién no se entiende como tomar elementos de otras disciplinas a la manera de una simple herramienta en los procesos de comprender teolégicamente la realidad. Ellacuria entiende dichas disciplinas como procesos historicos en los cuales se hace la salvacién, y no exclusivamente como sistemas tesricos™. Las mediaciones estan para comprender los procesos y para realizar efectivamente la liberaci6n en Ia historia. En esto radica la historicidad de las mediaciones. Materialidad de la realidad historica La materialidad de la realidad histérica implica, no tanto la definicion de contenidos o-hechos que han acontecido y configuran lo que se ha Hamado historia, sino lo que hace que la historia sea realidad y Ambito” Larealidad hist6rica ~como se indicé atras—no es una simple agrupacion 0 transmision de vida, herencia, hechos o vicisitudes®. Lo histérico es creacién y entrega continua de nuevas posibilidades que permiten obrar. Esta creacién y entrega de posibilidades reales, que no es simplemente una transmisién genética, ha de entenderse como historia, dinamismo de actualizacién de lo real”. Ellacurfa presenta tres momentos en la configuracién de la historia que permiten vislumbrar ese dinamismo de actualizacin del proceso de las formas de estar en la realidad como transmisién-tradente, actualizacién de posibilidades y proceso creacional de capacidades®: la ® Ellacuria, “Tesis sobre posibilidad, necesidad y sentido de una teologia latinoame- ricana”, 344. % Sols, La teologia hist6rica de Ignacio Ellacuria, 298. Para una mejor comprensién, ver a Zubiti, El hombre: lo real y lo irreal, 90-95. % Bllacuria, Filosofia de la realidad hist6rica, 515-516. ® Zubiri, Tres dimensiones del ser humano: individual, social e hist6rica, 13. Bllacuria, Filosofia de la realidad historica, 491 205 FL ARTE DE INTERPRETAR EN TEOLOGIA historia como transmisién-tradente; la realidad hist6rica como actua- lizacién de posibilidades; y la realidad hist6rica como proceso creacional de capacidades. 7 La historia como transmisién-tradente, es decir, la entrega de formas de estar en la realidad“, Abordemos en primer lugar eso de la trans- ‘isin, es decir, comprender los seres humanos como pertenecientes a un phylum, el humano, que es ese esquema conforme al cual y de ma- nera vital se va diversificando como viviente®. En razén de ese phylum los seres humanos reciben unas especificas formas somaticas (psico- orgénicas), unas formas de vida que lo insertan dentro de una especie, un phylum®. Sin embargo, la transmisién en los seres humanos presenta ras- 808 distintivos y radicales: los seres humanos no estan solo entre cosas Y con cosas, como lo estan los otros seres vivos; los seres humanos estan entre las cosas y con ellas realmente. Enfrentan un vivir realmente, uno vertido desde sf mismo a las demis realidades. De ahi la necesidad de hacerse cargo de la realidad y enfren- tar una existencia en opcién de una u otras formas de realidad. Es asi como, para el phylum humano, las cosas no solo son estimulos sino tealidades. Los seres humanos son animales de realidades que estan en la realidad realmente realizdndose*. Ahora explicitemos el sentido que tiene la tradicién en la con- figuraci6n material de la realidad historica®., Los seres humanos reciben estructuras, posibilidades y necesidades por via de la transmisién psico- orginica; y de igual manera, un modo concreto de estar en la realidad, 494, Tres dimensiones del ser humano, UA. ® Gracias a esa transmisi6n se puede hablar de que en el ser humano se da no solo un proceso de acumulacién y enriquecimiento de la especie por simple adicién o multi- Plicacién, sino que se da por un proceso de enriquecimiento, La transmisién entre los seres humanos acttia como en las otras especies de forma constitutiva, por su caracter de transmisién. “ Zubiri, Tres dimensiones del ser huntano, 14. “ La tradicién tiene una triple estructura a partir del momento constituyente, el mo- mento continuante y momento progrediente, y la unidad de estos tres momentos es la esencia de la tradicién (Zubiti, Tres dimensiones del ser humano, 123), 206 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA el modo humano. Asi, la historia es tradicién, entrega de estructuras socioculturales, y no mera transmisién. Esa entrega se apoya en la transmisi6n de las estructuras psico- organicas, La tradicin és cosa social que pasa forzosamente por el individuo, y lo afecta hasta convertirse en lo que configura su biografia personal. La tradicién implica este proceso de personalizacién al con- figurar la biografia personal cuya tinica denominaci6n es historicidad. De igual forma, la tradicion implica un proceso de impersonalidad y socializacin que configura, guardando las proporciones, la biografia social, que es la historia. De esta forma, Ellacuria une los dos conceptos y habla de trans- misién-tradente™, el primer elemento que configura la realidad hist6rica. La transmisién-tradente es el detonante, la génesis de esa realidad hist6rica, que se inscribe en la dimensi6n de las posibilidades creadas en quien las recibe. Por eso, Ja tarea de la transmisi6n-tradente es abrir un sistema de posibilidades, esto es, la posibilitacion”, La historia es entrega de realidad y no simplemente entrega de vicisitudes, sentidos testimonios de realidad. Se trata de la entrega de formas de estar en la realidad, un proceso de realizacién efectiva®* que se traduce en un principio y en apropiacién de posibilidades”. Resulta oportuno abordar este primer elemento constitutive de la realidad historica para indicar que Ellacuria logra constatar que en este planeta se impone una forma de estar en la realidad de la cruci- fixién hist6rica de las mayorias que, en lugar de abrir un sistema de posibilidades, crucifica y hace pender de un madero a estos pueblos enteros. La cruz irrumpe en la mentira, en la muerte, en la violencia con apariencia de verdad, vida, paz. Es un estar “real” en la “realidad”. En segundo lugar, la realidad histérica se entiende como actualiz cién de posibilidades, y para Ellacurfa esto es la produccién de posibles formas de estar “realmente” en la realidad®. La historia, ademas de ser transmisién-tradente (entrega de formas de estar en la realidad), “ Ibid., 76. © Ellacuria, Escritos filoséficos Ul, 278 Zubiri, Tres dimensiones del ser humano, 86. © Ibid, 89. ™ Bllacuria, Filosofia de la realidad historica, 514. 207 EL ARTE DF INTERPREIAR FN TEOLOGIA es la entrega de un principio, un proceso de apropiacién de posibilida- des. Estas posibilidades ponen en funcionamiento la historia, la abren, le dan vida, la hacen trascender. Por eso, la tradicién, mas que una serie de contenidos, es una entrega de posibilidades histéricas que dejan ver procesos y no sim- ples hechos o vicisitudes. Los sees humanos como phylum reciben una realidad que es entrega de un modo, una forma de estar en la realidad como humano, y no simplemente una transmisién. Lo que se ha expuesto hasta ahora lleva a tomar en serio como la transmisién-tradenteno solo entrega un modo sino posibilita nuevos modos de estar en la realidad. Es el proceso de lo que el ser humano puede 0 no hacer. En este sentido, la posibilitacién de posibilidades aparece como un poder, entendido como dynanis, poder hacer algo™. En esta direccién, Ellacuria indica que dicho poder se da por medio de la actualizaci6n de posibilidades que genera nuevas y mejores formas de estar en la realidad. Este es el poder que permite la realizacion del mismo ser. Es un poder que requiere posibilidades posibilitantes. El hecho es lo que el ser humano produce de manera natural, como es. pecie. El proceso es el hecho en cuanto realizaci6n de posibilidades®, que entrega ese poder optar. Ellacuria llama a esto apropiacién, hacer real la posibilidad en la dimensién social (la historia) y en la dimensién individual (la historicidad) Asi, la realidad histérica se estructura como las posibilidades de los procesos para estar en la realidad como humanos. En este segundo elemento constitutivo de la realidad historica tiene sentido, para los pueblos histéricamente crucificados, todo el proceso de posibilitacién en lo individual (la historicidad) y en lo social (Ia historia) para la con- figuracién de nuevas y mejores formas de estar en la realidad. Dir Jon Sobrino que Ia fe crefda coincide con la fe realizada, la cual lleva a bajar de la cruz a los pueblos histéricamente crucificados. = Finalmente, Ia realidad histérica como proceso creacional de capa cidades, la dote del ser para crear nuevas y distintas formas de estar en la * Zubiri, Ty © Ibid., 88 dimensiones del ser humano: individual, social e histérica, 94 208 HERMENCUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA realidad, Mirar la realidad hist6rica con lo que solo tiene de transmi- sidn-tradente seria reducirla esencialmente a un proceso de germinacién y desarrollo de algo que el ser humano ya tiene, que se le ha dado, que es estar en realidad como ser humano. Reconocer el poder como posibilidad emplaza al ser humano como alguien que esta situado en la realidad de forma real, que hace suyas unas posibilidades que antes nole pertenecian y que lo llevan a configurar nuevas y mejores formas de estar en la realidad. Por eso, la realidad hist6rica es 1a forma de ejercer constante- mente ese poder optar, que ahora irrumpe como proceso histérico de apropiacién, que aparece como potencia™, que emerge como ovum y que hace comprender lo posible como posibilidad. De acuerdo con el pensamiento de Bllacuria, todo esto es la fe realizada en el pueblo his- téricamente crucificado, que ya noes simplemente un objeto de salvacién, porque aquel se hace sujeto histsrico generador de salvaci6n. Ese ovum viene de la nueva realidad que enfrentan estos pueblos ahora, como protagonistas activos de la salvacién y Ia liberaci6n, y no como simples personajes pasivos. Por ello, al abordar la realidad histérica en la perspectiva ellacuriana, se concibe como posibilidad de existir, posibilidad de crear formas de existir y posibilidad de cfear formas distintas y diversas de existir, En consecuencia, todo saber filos6fico, politico 0 teol6gico esta confrontado a tomar en serio la realidad histérica de los pueblos histo- ricamente crucificados, y a como aprendemos de ellos nuevos procesos y nuevas formas de estar en la realidad como seres humanos®. HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA La realidad histérica como punto de partida Se puede percibir hasta aqui por qué el objeto central que pone en funcionamiento el pensar filoséfico, politico y teolégico en Ellacuria © Ellacuria, Filosofia de la realidad hist6rica, 551. 5 Puede llegar a ser y permite comprender lo posible como potencial. Un poder que aparece como facultad, es decir, actualizacién del poder, que permite comprender lo posible como factible (ibid., 537-538). 5 Arango, “Teologfa de la realidad hist6rica: recorrido por la propuesta metodoligica de Ignacio Ellacuria”, 42. 209 EL ARTE DE INTERPRETAR EN TFOLOGIA es la realidad hist6rica, no la historia. Ya en su texto Filosofia de la rea- lidad historica él se pregunta por la importancia que tiene el dinamismo historico y su caracter formal. Afirma que la llamada realidad histrica tiene un cardcter de praxis entendida en la perspectiva de actividad humana, como “la totalidad del proceso social en cuanto transformador de la realidad tanto natural como hist6rica’”, maxime cuando dicha realidad hist6rica es lefda bajo el signo mayor que atina toda esa realidad: los pueblos hist6ricamente crucificados, Se indic6 que Ellacurfa comprende la inteleccién humana” como aprehensién sentiente de esa realidad hist6rica y el necesario y urgente enfrentamiento con ella. Se insistié que, para él, la fuente que ilumina este proceso es la realidad, en la medida en que esa inteligencia esté totalmente vertida sobre ella. Por eso, desde la perspectiva ellacuriana, el quehacer teolégico se concibe como el estudio sobre Dios en sf, pero en cuanto y en la medida en que se hace presente y acttia en la realidad historica (c6mo Dios se hace presente de forma mas visible en y como historia). Para Ellacuria, Dios lo hace en el signo de los tiempos: pueblos crucificados historicamente™ Teologizar se trata, pues, de la comprensién de la accién sal- vadora-liberadora de Dios en la realidad historica. Ellacuria la entiende como Reinado de Dios: una accién, que en la mayoria de los casos es una reacci6n, frente a las negatividades que oprimen al ser humano, pueblos ctucificados hist6ricamente; pero también, inleraccién, bajar de la cruz a los crucificados, en, como y para la historia. 1a realidad historica como lugar teologal De esta forma, el lugar teologal, es decir, el lugar donde se cree en cl Dios que libera y se realiza esa fe funge como un lugar real: pueblos ctucificados hist6ricamente, Antes que teoldgico, es decir, un lugar en el cual se piensa sobre Dios, ese lugar es teologal, es decir, el lugar en cual se realiza y verifica esa fe. “ Bllacuria, Funcié liberadora de la filosofia, 57. sentir y el inteligir constituyen una unidad, un solo acto de aprehensién en Cuanto sentiente es impresi6n de la realidad, en cuanto intelectivo es aprehensién de la realidad. Ast, inteligir es un modo de sentir, y sentir es el modo como los seres hes manos pueden inteligir. (Zubiri, Inteligencia sentiente: inteligencia y realidad), * Arango, ‘Teologfa de la realidad histérica”, 46. HERMENGUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA De esta manera, el lugar desde el cual se teologiza nose entien- de simplemente como un ubi®, un lugar concreto en cuanto a geografico, espacial o categorial. Al designar la realidad como lugar teologal se esta entendiendo como un quid, una realidad existencial con la cual la reflexién teolégica se deja afectar, cuestionar, transformar, iluminar, realizar®, En este caso es un lugar donde conviven peligrosamente la esperanza y la desesperanza, la vida y la muerte; la justicia y la in- justicia; la verdad y la mentira®. Este lugar teologal, realidad histérica, presencia de pueblos hist6ricamente crucificados, es lo decisivo para configurar el modo particular de pensar teolégicamente y permite 0 no una ruptura epis- temolégica para orientar en accién ese pensamiento, porque la realidad hist6rica —de acuerdo con el pensamiento de Sobrino~ da qué pensar, capacita para pensar y ensefia a pensar. Esta realidad hist6rica da qué pensar y pone a pensar en ver- dad y no rutinariamente. Es lo qué pone en accién la inteligencia his- t6rica. La realidad histérica capacita a pensar porque ofrece una ventaja epistemolégica, una luz que ilumina la inteligencia, para que se pueda ver lo que a simple vista no se puede ver. La luz es lo que permite ver, no lo que se ve; y, finalmente, la realidad hist6rica ensefia a pensar, hace que la inteligencia funcione y se genere una praxis historica en determinada direccién: la liberaci6n®. Una inteligencia que ha de enfrentarse con la realidad como praxis La realidad hist6rica, la irrupcién de los pueblos histéricamente cru- cificados hace que la inteligencia teolégica intérprete y reflexione sobre su propio funcionamiento, para preguntarse si esta propiciando realmente una praxis histérica de liberacién. De esta forma, la estructura de esa inteligencia histérica permite enfrentarse con la realidad real. » Sobrino, Jesucristo liberador, 47. Psta determinacién del lugar teologal es fundamental para el inteligir, y este lugar desde el pensamiento de Ellacuria esta configurado por los pueblos crucificados his t6ricamente, por configurar la escandalosa y presencia profética del Dios cristiano (Gobrino, Jestcristo liberador, 47). X Ellacuria, “Discernir el signo de los tiempos”, 58. ® Sobrino, Jesucristo liberador, 52-54, © Tbid., 53-55. 2 EL ARTE DE INTERPRETAR EN TEOLOGEA to fue entendido por Ellacuria como un proceso interpretative que implica cuatro momentos: uno intelectivo, otto ético, otro préxico y uno final de gracia, los cuales se pueden sistematizar de la siguiente maner momento intelectivo como hacerse cargo de la realidad: momento ético como cargar con Ia realidad; momento praxico como encargarse de la realidad; y momento de gracia como dejarse cargar por la realidad. Es tos cuatro momentos son los que configuran una hermenéutica de la realidad histérica. Momento intelectivo: hacerse cargo de la realidad Este momento intelectivo, como se ha insistido, supone que el tedlogo ha de estar en la realidad de las cosas y no estar ante la idea de las cosas 0 enel sentido de ellas, Implica -para el tedlogo- estar entre ellas con me- diaciones tanto materiales como activas. Las primeras son necesarias y las segundas son urgentes. Este momento del proceso hermenéutico desde la realidad histérica implica que el tedlogo esté abierto intelecti- vamente a la realidad, pueblos histéricamente crucificados, ya su propia realidad en cuanto real. Por ello, un telogo situado de esta manera ha de ser uno que vive para la realidad, y en el acto tiene forzosamente que hacerse cargo de ella. De esta manera resulta que la posibilidad fundamental del tedlogo que hace posible todas las otras posibilidades reside en ese tener que abrirsea la realidad para inteligirla®. Pn este primer momento intelectivo se ponen en marcha dos funciones: la criticidad y la fundamentalidad. Por ello, hacerse cargo de la realidad exige una actitud de honradez con lo real. Se trata de que el tedlogo conozea la realidad, para poder responder a ella, y de comprender la realidad, no como superacién de Ia ignorancia o la indiferencia, sino como oposicién a la tendencia de so- meter la realidad a las ideologizaciones imperantes que, por lo general, solo dan razonablemente un rodeo a la realidad. Cuando el tedlogo se hace cargo de la realidad, en él hay honradez porque respeta su verdad y porque ponea prueba su capacidad de aceptar la realidad sin violentarla, de acuerdo con sus intereses, Ese respetar la verdad es ser fiel a ella y mostrar todo lo que la encubre o la desfigura. ™ Zubiri, Estructura dindmica de la realidad, 213, lacuria, “Fundamentacién biolégica de la ética” 212 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA Un tedlogo que se sittia realmente en la realidad no pasa por alto los marcos de referencia desde los cuales se comprende esta, lo que se ha llamado el mundo de las ideas. Este primer momento parte de la pregunta sobre los discursos que determinan nuestra percep- cién de un mundo que miramos pero no vemos. Ellacuria Hama funcion de criticidad la capacidad de comprender el entramado de ideologizaciones que construyen un mundo real desde la retérica de lo evidente o la demagogia de la complejidad. Esta funcin de criticidad que debe enfrenar toda teologia va encaminada a desvelar toda ideologizacién presente en.la estructura social, en el ctimulo de objetivaciones y relaciones sociales. Asumir una funcién de criticidad implica que el tedlogo no se conforma con indicar que ena construccién de la realidad se asumen ideologias que explican y crean realidad, sino que se debe explicar a fondo por qué son necesa- rias las ideologizaciones y por qué esas explicaciones se presentan bajo la apariencia de verdad, justicia y bien. Las ideologyas juegan un papel pedagégico propedéutico que expresan visiones de realidad en funci6n de intereses que resultan de la conformacién de grupos sociales, pero en la mayorfa de casos de- vienen en ideologizaciones que construyen una visién totalizadora, interpretativa y justificadora de una realidad determinada en la que se esconden o se enmascaran elementos importantes de falsedad o injusticia®. Tal deformacién responde a intereses colectivos, es presen- tada como verdad por quien la produce y acogida como verdad por quien la recibe, Esta verdad se presenta con cardcter de universalidad y necesidad, y configura la conciencia personal y colectiva en favor del statu quo. El quehacer teolégico se distingue de igual forma por su fundamentalidad, esto es, la btisqueda de los fundamentos que permitan -segiin Ellacurfa~ “Ja desfundamentacién de las posiciones ideologizadas que tienen enormes posibilidades de presentarse como fundamento real cuando realmente son un fundamento imaginado”®. Afirma Bllacuria que Heidegger pensaba que la nada fundamentaba la posibilidad del no y, en general, de la negatividad; por ello, quizas en vez de preguntarse por qué hay més bien ente que nada, deberfa haberse [dem, Funcién liberadora de Ia filosofia, 49. © Tos 52, 213 EL ARTE DE INTERPRETAK EN TEOLOGIA preguntado por qué hay nada, es decir no ser, no realidad, no verdad en vez de ente®. Es esto lo que genera la ideologizacién: nos enfrenta con la nada con apariencia de realidad, con la falsedad con apariencia de verdad, con el no ser con apariencia de ser. De tal manera, cuando se teologiza en el momento intelectivo, la criticidad y la fundamentalidad permiten realizar una tarea des- ideologizante. A partir de ellas se hace efectiva la funcién liberadora como exigencia a la teologia. Son estas funciones de criticidad y fun- damentalidad las que obligan a buscar una fundamentalidad critica al teologizar. Momento ético: cargar con la realidad Cargar con lo real es ~antes que nada~ responsabilidad con lo real. Se tefiere al cardcter ético que enfrenta una inteligencia que se realiza como hist6rica; una inteligencia que asume el tedlogo, para cargar con lo que realmente son las cosas y con lo que ellas le exigen, y no para evadirse de sus compromisos reales. Para Ignacio Ellacuria no basta con la dimensién intelectiva. Es necesario un momento ético que pasa de comprender lo que ocurre a influir en los acontecimientos, hacer que la historia vaya, no hacia un abismo sino hacia la esperanza de realizar e] Reinado de Dios. Con la expresién “cargar con la realidad” Ellacuria asume una noci6n de ética: una que implica reflexionar sobre el lugar donde el ser humano vive. El ser humano constituye el lugar que habita y tiene la responsabilidad de transformarlo para que sea lo que debe ser. Por eso, la realidad se va realizando y esa realizacién es competencia del ser humano, pues esta realidad no sera lo que debe ser respecto del ser humano si este no carga con ella”. El paso de un momento de inteleccién a un momento ético se evidencia en el compromiso y la responsabilidad que el tedlogo tiene frente a la realidad hist6rica construida. Encargarse de la realidad hace que los seres humanos se asuman como sujetos hist6ricos, al ser quienes se afectan historicamente por ella en ese proceso de actualizacién de © Ibid, 5 * amour, Voluntad de liberacién: la filo Ignacio Ellacuria, 94 214 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA posibilidades. Este es el sentido ético que se desprende y confronta al quehacer teolégico: aprehender la realidad y enfrentarla, para hacerse responsable de ella. Momento praxico: encargarse de la realidad Encargarse de la realidad exige la fidelidad del teélogo con lo real. Este momento conlleva el caracter praxico de la inteligencia, que solo se cumple cuando se asume la tarea conocedora y comprensiva de sentido, cuando toma a su cargo un hacer real. La praxis es el dina- mismo entero de la realidad hist6rica” en el cual se estrecha la relacion hombre-mundo al ponerse a prueba sus capacidades. La realidad hist6rica acttia como lugar de la praxis, ya que los elementos que configuran la realidad hist6rica son también con- figuradores y fundamentadores de la praxis, y por medio de ellos se posibilita la realizacién de la historia”, Esta es la tarea principal que enfrenta un quehacer teolégico al encargarse de la realidad. Por eso, Ellacuria afirma que lo importante no es lo que estd hecho sino lo que esta por hacerse, la verdad y la realidad que estan por descubrirse y realizarse. Sin embargo, nada de esto es posible si el quehacer teoldgico solo se detiene en hacerse cargo y cargar con la realidad. Teologizar implica este tercer momento praxico, encargarse de la realidad, cargar con las cosas-realidad asumiéndolas responsablemente para transfor- marlas de forma positiva como encargo que se le ha dado. En este tercer momento, otra vez se hace presente la funcién liberadora que toda teologia asume cuando se sittia en la realidad histérica como lugar teologal y que aparece en el proceso teoldgico como una funcién creadora. Elia hace que la inteligencia -en este caso teolégica— pase de un proceso eritico, de fundamentacién y de res- ponsabilidad, a un proceso praxico para transformar la realidad. La praxisesté configurada por tres modos fundamentales: lasacciones, lasactuaciones y las actividades. (Gonzalez, Estructuras de a praxis: ensayo de una filosofia primera, 187). 7 Entendida asf, la praxis no se opone a intelecci6n, los actos intencionales y racionales representan los momentos constitutivos de la praxis humana (ibid., 188). 215 FL ARTE DE INTERPRETAR EN TEOLOGIA Momento de la graci rgar por la realidad dejarse ca Esto es la apropiacién de la gratuidad que viene de lo real. Para el que- hacer teoldgico es facil volcarse sobre la realidad, leida por Ellacuria como pueblos histéricamente crucificados, y ver que ellos requieren sal- vacién y liberacién; pero no es tan facil ver que estos pueblos, ademas de ser objeto de esa salvacién, son sujetos portadores y generadores de esa salvacién y liberacin. El momento de gracia propone asumir eso en el quehacer teoldgico, lo cual puede resultar escandaloso en algunos espacios académicos, y muchas veces vergonzoso: proponer que la pasién y crucifixi6n de Jestis se prolonga hoy en la de los pueblos como algo central. En otras palabras, la salvacién de Dios hoy también ocurre a través de los pueblos histéricamente crucificados porque él esta en ellos. Si Dios esta en el Crucificado que salva al mundo, si Dios esta colgado en el madero, si Dios se ha identificado con ese Crucificado, Dios esta con todos los crucificados de la historia”, Igual ocurria ayer, cuando la pasién de Jestis causaba escan- dalo y locura en el mundo griego y judio, precisamente por la propia inverosimilitud salvifica que puede generar un Dios crucificado. $i el Dios que se encarné, vivid, fue crucificado, muerto y resucitado esta en !os pobres, los débiles y los excluidos, se entiende por qué él esta en cada pueblo crucificado. Esta verdad no es una ideologia: es una realidad”, Como tedlogo, Ellacuria se hace cargo de la realidad, la apre- hende como pueblo crucificado, pero se deja cargar por esa realidad. En ese pueblo, Ellacuria descubre la continuacién histérica del Crucificado a quien el pecado del mundo sigue quiténdole toda figura humana, a quien los poderes de este mundo siguen despojando totalmente, a quien le siguen arrebatando todo, hasta la vida, y sobre todo la vida”, Ella- curia vive sostenido por ese pueblo que le entrega de forma gratuita y generosa esperanza-y liberacion, EI pueblo histéricamente crucificado, ademas de entregar a Ellacuria, como intelectual, una luz para que pueda ver la verdad en el mundo, ahora lo sostiene, le trae salvacién y le ofrece como tedlogo ” Idem, Teologia de la praxis evangética, 278. Bll % {dem, “Discernit el signo de los tiempos”, 58. ria,.“El pueblo crucificado”, 216 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA una herramienta interpretativa adicional. Este pueblo acttia como un espejo invertido en el cual, al verse el mundo, se ve en su verdad, una verdad tan incémoda que el mismo mundo intenta ocultar o disimular. Los pueblos histéricamente crucificados se constituyen en criterio de discernimiento. Paraddjicamente, el pueblo histéricamente crucificado es el elegido de Dios como instrumento de salvacién. Al cargar hist6rica y realmente con el pecado de este mundo, Dios tiene la facilidad para erradicarlo y generar, desde abajo, desde lo débil y despreciado, un camino diferente que irrumpe como luz y salvacién. Asi, se configura una escandalosa paradoja: los pueblos crucificados son portadores de salvacisn histérica porque permiten desenmascarar la mentira con la que se nubla la realidad de este mundo. Y ante este pueblo, los otros pueblos pueden conocer la verdad: la civilizacién de la pobreza que confronta toda forma de estar en la realidad como pueblo historica- mente crucificado, sobre lo cual se ampliaré en el apartado final”. Lo QUE HACE PENSAR LA REALIDAD DE LOS: PUEBLOS HISTORICAMENTE CRUCIFICADOS: LA CIVILIZACION DE LA POBREZA Antes de avanzar, hagamos un sumario de lo dicho. Ellacuria propone una forma de teologizar que reflexiona sobre la realidad histérica en la cual percibe cmo se realiza el Reinado de Dios, la salvaci6n hist6rica. Se desencadena asi una reflexién en la que el tedlogo delibera sobre la historia de salvaci6n en el interior de la realidad real, la realidad his- t6rica, Su teologia asume un logos histérico y unas mediaciones hist6ricas que ayudan a comprender eso de la realidad histérica. Tal teologia no toma la historia como objeto de estudio sino reflexiona sobre la salvacién en y como historia; y no solo se preocupa por comprender sino esté comprometida con la realizaci6n historica, con el Reinado de Dios. Es una teologia que funge como teoria de la praxis en la necesidad de abordar teolégicamente los problemas histéricos. Es tina teologia que se detiene en la experiencia de fe de una colectividad, de un pueblo que estd en proceso de liberacién. Es una teologia que asu- me, como sujetos historicos, a esas mayorfas empobrecidas y marginadas * Sobrino, Jesucristo liberador, 331 217 HL ARTE DE INTERPRETAR EN THOLOGIA que Ellacuria Hama pueblos crucificados. Es una teologia que se hace cargo, carga, se encarga de la realidad y se deja cargar por ella. Esta es la teologia que voy a explicitar en la forma como Ellacuria teologiza desde los pueblos hist6ricamente crucificados. El pueblo hist6ricamente crucificado fue la primera gran intui- cin de martir jesuita; desde alli él entrega su legado al mundo actual, lo que nos viene desde estos pueblos: pensar y realizar la civilizacién de la pobreza. Al explicitar la hermenéutica de la realidad histérica desde el pensamiento mismo de Ellacuria lo haré a partir de este legado La civilizacion de la pobreza El pueblo histéricamente crucificado es la intuicién teolégica que se ha generalizado para comprender y presentar el pensamiento teolé- gico de Ellacuria, Esa misma intuicion le permitié desarrollar, en los Ultimos aitos de su vida, otra categoria teolégica que funge como criterio fundamental de discernimiento ~y se podria decir de interpretacién- como es el momento de la gracia, dejarse cargar por la realidad que trae esperanza y salvacién. En los tiltimos afios de su vida, en fidelidad a ese pueblo historicamente crucificado, mas que pensar, Ellacuria insistié en la necesidad de posibilitar “otro” mundo, en “revertir la historia, sub- vertirla y lanzarla en otra direccién’. Esto lo llamé “civilizacién de la pobreza’. Estar en la realidad hace que él pensara en el todo en el cual se encontraba. En palabras de Sobrino, Ellacuria tenia la formulacién teérica para transformar la realidad de los pueblos hist6ricamente crucifica- dos, pero hacerla real fue lo mas dificil. Esa solucién se articulaba a partir de la formulaci6n “civilizacion de la pobreza”. Qué entiende Ellacuria por civilizacién? El concepto civiliza- cién lo comprende a partir de dos realidades. Por un lado, el dinamismo ® Pensar teolégicamente esta civilizacién de la pobreza hace que Ellacuria escriba cuatro textos que se convierten en los insumos tedricos desde los cuales explicitar su legado en la actualidad; “El Reino de Dios y el paro en el Tercer Mundo” (1992); “Mision actual de la Compaiia de Jestis”, escrito en 1983 y publicado postumamente (1993); “Utopia y profetismo descle América Latina: un ensayo concreto de soteriologia histérica” (1989 y 1990). 218 HERMENEUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA de la historia, el motor fundamental y, por el otro, el principio de humanizacién, la forma como ese dinamismo posibilita unas formas de estar en la realidad como seres humanos. Desde estas dos realidades se estructuran dos formas de expresién de la civilizacién: “civilizacién de la riqueza” y “civilizacién de la pobreza”. La “civilizacion de la riqueza”, cuyo dinamismo de la historia es la acumulacién de capital, tiene por principio de (des)humanizacién la posesién-disfrute de la riqueza. Este tipo de civilizacién —dice Ellacuria ofrece desarrolloy felicidad; propone la acumulacién privada del mayor capital posible por parte de individuos, grupos, multinacionales, estados © grupos de estados, como base fundamental de desarrollo”; plantea Ja acumulacién poseedora, individual o familiar, de la mayor riqueza posible como base fundamental de la propia seguridad y el consumismo siempre creciente como base de la propia felicidad”. Es la civilizacién que configura una (des)humanizacén desde el fortalecimiento del individuo, su éxito, el egoismo y el buen vivir. Desconocer que, en la actual coyuntura, esta civilizacién de la riqueza ha generado lo que se denomina crisis de principios de milenio seria cerrar los ojos ante la realidad global actual: crisis financiera, ambiental, climatica, alimentaria, demografica y energética®. En oposicién, Ellacuria desarrolla la categoria “civilizacion de la pobreza”. Esta tiene, como dinamismo de la historia, la satisfacci6n universal de las necesidades basicas, y como principio de humanizaci6n, el fortalecimiento de la solidaridad compartida, Segtin Ellacuria, la civi- lizaci6n de la pobreza es ..aan estado universal de cosas en que esté garantizada la satisfac cin de las necesidades fundamentales, la libertad de las opciones personales y un Ambito de creatividad personal y comunitaria que permita la aparicién de nuevas formas de vida y cultura, nuevas relaciones con la naturaleza, con los demas hombres, consigo mismo y con Dios.” ” Ibid, 170. * Ibid. ™ Tid. 8 Maier, “Civilizacién de la pobreza y los desafios globales de hoy”. ® Bllacuria, “El Reino de Dios y el paro en el tercer mundo", 595. 219 EL ARIE DE INTERPRETAR EN TEOLOGIA Hay quienes han acusado a Ellacuria de querer establecer la pauperizacién universal con este principio, pero no se esta compren- diendo que, desde la realidad de la pobreza, él rechaza la acumulacién de capital: --techaza la acumulacién del capital como motor de la historia y la posesién-disfrute de la riqueza como principio de humanizacion, Y proponé la satisfacci6n universal de las necesidades basicas como el principio del desarrollo y el crecimiento de la solidaridad com- partida como el fundamento de la humanizacién.” Con la expresién “civilizacién de la pobreza” Bllacuria con- fronta la civilizacin de la riqueza. Este es un mundo configurado Pecaminosamente desde el dinamismo de la historia del capital-riqueza, Porello indica que, desde la civilizacién, se necesita suscitar un dinamismo de la historia contrario que lo confronte y, por qué no, que lo transforme. EI pecado solo se supera salvificamente. Desde esta gran intuicion, Ellacuria propone, para la actual situacion de globalizacién de los mer- cados, dos formas para transformar la orientacién de lo que llamamos civilizacién. . La primera: “crear modelos econémicos, politicos y culturales, que hagan posible una civilizacién del trabajo como sustitutiva de una civilizacién del capital’ La segunda: “asumir la caracteristica fundamental de la civi- lizaci6n de la pobreza, la solidaridad compartida, en contra- posicin con el individualismo cerrado y competitivo de la civilizaci6n de la riqueza’”™, lo que significa la distribucién de los recursos y riquezas de forma mas equitativa y la limita- ci6n a los excesos de los mas ricos en sus estilos de vida. Mencionar la solidaridad es introducirse en un dmbito de la realidad que no es meramente el de lo eficaz-instrumenial. Es hablar de “la gracia”, de la eficacia de la gratuidad que nos viene de los pueblos hist6ricamente crucificados. Lo novedoso del pensamiento de Ellacuria es comprender la realidad pasando por los momentos intelectivo, ético " Idem, “Utopia y profetismo desde América Latina”, 170, ® Idem, “El desafio de las mayorfas pobres”, 1078. ™ {dlem, “Utopia y profetismo desde América Latina”, 172. 220 HERMENCUTICA DE LA REALIDAD HISTORICA y praxico, hasta llegar al momento de la gracia porque este entrega a Jos teGlogos intuiciones que se sitian como punto de partida para iniciar de nuevo como posibilidad, con una nueva luz el proceso de enfrentar | y volearse otra vez sobre la realidad. Y el momento de la gracia sera el que permita esa nueva civilizacién [Porque es la] pobreza la que realmente da espacio al espfritu, que ya no se vera ahogado por el ansia de tener mas que el otro, por el Ansia concupiscente de tener toda suerte desuperfluidades, cuando a la mayor parte de la humanidad le falta lo necesario. Podré entonces florecer el espiritu, la inmensa riqueza espiritual y humana de los pobres y los pueblos del tercer mundo, hoy ahogada por la miseria y por la imposicién de modelos culturales mas desarrollados en al- gunos aspectos, pero no por eso mas plenamente humanos.*° ® Arango, “Teologia de la realidad histérica”, 41. % Bllacuria, “Mision actual de la compaiia de Jess”, 119, 221

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