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Matia Ramon Mella
Matia Ramon Mella
Sus nombres son frecuentemente intercambiados y suele ser llamado Matías Ramón Mella
aunque no existe ninguna información que lo sustente, por el contrario, todos sus documentos
oficiales certifican que su nombre fue Ramón Matías Mella, siendo "Ramón" su primer nombre
y "Matías" el segundo, por lo que se desconoce el origen de este cambio1.
Ramón Matías Mella Castillo era hijo de Antonio Mella Álvarez (1794–1837) y Francisca Javier
Castillo Álvarez (1790–1864), ambos de ascendencia mayoritariamente española. Nació el 25
de febrero de 1816 en Santo Domingo durante el período de España Boba. Tenía otros dos
hermanos llamados Idelfonso (1818-1910) y Manuela Mella Castillo (1827-1894). Varios
personajes ilustres de la historia colonial de las Américas se pueden encontrar en el árbol
genealógico de este general. Entre sus ancestros, figuran el conquistador Rodrigo de Bastidas
(fundador de la ciudad de Santa Marta, en Colombia), Gonzalo Fernández de Oviedo
(reconocido por ser el primer cronista de América) e Ignacio Pérez Caro (gobernador de Santo
Domingo durante 1656-1706).
Desde muy joven, se dice que tuvo un talento brillante en el manejo de la espada. Desde su
adolescencia, fue conocido por ser valiente e intrépido. Se sabe que paso los primeros años de
su vida involucrándose en trabajos productivos para su sociedad.
En 1836, Mella, con 20 años, se casa con Josefa Brea, hija de una familia acomodada. Juntos
procrearon 4 hijos: Ramón María, Dominga América María, Antonio Nicanor e Ildefonso.
Antonio Nicanor pasaría a ser posteriormente el padre Julio Antonio Mella, famoso activista
cubano que luego fue asesinado en la Ciudad de México. Un testamento reveló que el
matrimonio carecía de contribuciones de ambos lados de la unión. Se alega que algunos de los
bienes que Mella adquirió durante el matrimonio pueden deberse a la herencia que recibió
tras el fallecimiento de su padre.
Líder revolucionario
Duarte vio en Mella, un hombre de gran disciplina y liderazgo, características a las que Duarte
consideró perfectas para sustituir como candidato a Juan Nepomuceno Ravelo, tras el fracaso
de su llegada, por la comisión de Duarte. Mella, por deseo Duarte, fue enviado al pueblo
haitiano de Los Cayos, con la misión de buscar aliados para formar un movimiento de reforma,
con el propósito de derrocar al régimen de Boyer. Allí, Mella se hospedó en la casa de Jérôme-
Maximilien Borgella, un general y político haitiano, quien también fue excomandante de Santo
Domingo. Mientras tanto, la aceptación de Boyer había comenzado a decaer por la excesiva
subida de impuestos, cuyos beneficios no revertían a la población sino a Francia, a la que Boyer
había prometido una compensación a cambio de reconocer la independencia. Surgieron así
grupos opuestos al régimen de Boyer en el mismo Haití. En ese momento de 1843, la isla se
había sentido cada vez más frustrada con la dictadura represiva de Boyer, combinada con su
respuesta negligente luego de un terremoto repentino que había golpeado a Haití un año
antes, y estaban conspirando para derrocar al gobierno, una situación a la que Duarte creía
que podría ser utilizado como una ventaja.3
Posteriormente, Mella entró en contacto con el líder opositor haitiano Charles Hérard, quien a
su vez lideró el movimiento reformista. Desconocía por completo el motivo revolucionario de
los dominicanos. Juntos lograron derrocar a Boyer en 1843, poniendo así fin finalmente al
reinado de tiranía de Boyer de una vez por todas.
Mella partió de Los Cayos, y se trasladó al Cibao Central para seguir impulsando su Idela
republicana. Sin embargo, Hérard, quien ahora era el presidente de Haití, se enteró de los
verdaderos motivos de Mella y sus compañeros y viajó a la parte oriental de la isla para
arrestar a los conspiradores. Encarcelaría a Mella en Puerto Príncipe, donde permaneció dos
meses. Sin embargo, en esta misma ciudad estalló una rebelión contra Hérard, quien solo pudo
dominar con la ayuda de Mella y los veteranos encarcelados a quienes liberó. Pero con sus
planes revolucionarios ahora dados a conocer a los haitianos, algunos de sus seguidores
sintieron que su tapadera estaba descubierta, a lo que Mella responde de inmediato gritando:
"No hay tiempo para volver atrás, tendremos que ser libres o morir… ¡Viva República
Dominicana!"
Se dice que la noche del 27 de febrero de 1844, mientras se reunía con otros conspiradores en
la Puerta de La Misericordia, Ramón Matías Mella disparó un tiro para acabar con la vacilación
que amenazaba con fracasar. Disparó su trabuco y los patriotas marcharon hacia el baluarte de
San Gennaro (hoy Puerta Conde), donde otro patricio, Francisco del Rosario Sánchez, proclamó
al mundo el nacimiento de la República Dominicana. Fue Ministro de Hacienda de la República
Dominicana de 1849 a 1850.4
Pero en ese momento, Mella recibió noticias desde Cabo Haitiano de que el nuevo presidente
haitiano, Jean-Louis Pierrot, que no aceptaba la independencia de República Dominicana, se
acercaba a Santiago. Con esta repentina actualización, Mella sale de gira por la región no solo
para advertir a sus camaradas, sino también para reclutar más soldados, no sin antes dar
instrucciones a Imbert, quien ahora era el teniente para combatir el ataque que se avecina.
Esto fue un éxito, ya que las fuerzas de Imbert pudieron repeler el ataque y expulsar al ejército
haitiano del país en la Batalla de Santiago.
Los acontecimientos tomaron un giro diferente tras la victoria en la Batalla de Azua. Instalada
ya la independencia de República Dominicana, Mella votó elegir a Duarte como presidente de
la Junta Central de Gobierno con el propósito de evitar otra anexión por parte de alguna
potencia extranjera. A pesar de haber logrado expulsar a los haitianos del país, muchos
sectores del país sintieron que la nueva nación no podía sobrevivir sin ser anexada a una
potencia colonial. Esto provocó una división de larga data entre los trinitarios independientes y
los sectores anexionistas dentro del país. Esto, a su vez, dio lugar a disputas públicas, que a
veces empeoraron.