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ANÁLISIS DE OBRA: CATEDRAL DE SANTA MARTA (E.

WALHOUSE MARK)

La acuarela de Walhouse como referente histórico-artístico

de La Nueva Granada

Santiago Villamil Bonfante

201633569 – Universidad de Los Andes

Octubre del 2016

Catedral de Santa
Titulo
Marta

Artista Edward Walhouse


Mark (España)

Cultura La Nueva Granada

Fecha 1844

Técnica Acuarela sobre papel

Dimensiones 25,3 x 17,3 cm

Museo Banco de la
Ubicación República
Bogotá D.C., Colombia

Fuente: http://www.banrepcultural.org/coleccion-de-arte-banco-de-la-republica/obra/catedral-de-santa-marta

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El arte a través del tiempo ha cumplido con distintos propósitos y aportes para la

sociedad en su contexto, ya sea retratar la cosmovisión de la civilización, propagar la

pedagogía de una religión, exponer el cuerpo, sentimientos o costumbres del hombre o

incluso ser mensaje de rebelión frente a ella misma. Hay que admitir, sin embargo, que es

realmente valioso cuando aún fuera de su contexto histórico el arte cumple una función más

allá del fin contemplativo. Catedral de Santa Marta de Edward Walhouse Mark cumple

precisamente al día de hoy ser un referente histórico. El alto grado de naturalismo en la

obra de Mark permite al espectador, sin importar mucho su contexto, tener indicios claros

de las costumbres neogranadinas del siglo XIX.

La entonces república de La Nueva Granada, que se había conformado con la

separación de Ecuador y Venezuela, celebraba sus décadas de independencia del reino

español, alzándose como una democracia joven, pero con claras intenciones de gobernar

bajos los principios que le hicieron independiente. En este contexto la joven republica

empieza a demarcar sus costumbres al tiempo que en el exterior existe un naciente interés

por conocer la realidad poscolonial evidenciado en la presencia de obras que buscan retratar

la cotidianidad de la nación y sus habitantes. Se empieza a tener, apenas unos años después

de la aparición de la presente obra, la visión de que el colonialismo no habría brindado un

fuerte epistémico del nuevo mundo. Y es así como toma auge que una gran comunidad

científica y artística se centre en el estudio y retrato de las tierras hispanoamericanas.i

En este contexto Edward Walhouse Mark, proveniente del gobierno británico,

aunque nacido en Málaga, España, llega para desempeñar como cónsul de Gran Bretaña en

1843. Durante su estadía toma gran cantidad de apuntes sobre los paisajes y costumbres que

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encuentra en La Nueva Granada, entre los cuales destacan la presente obra, “Catedral de

Santa Marta”, “Panorama del Tequendama”; retratos de personajes célebres, principalmente

coroneles y generales; acuarelas de la biodiversidad étnica y floral y, claramente, paisajes

costumbristas de la época. Lo más probable respecto al proceso artístico de Mark es que

poseyera un cuaderno de acuarelas que le acompañara en sus funciones de cónsul y

conservara sus obras hasta su regreso a Inglaterra tras retirarse como funcionario británico.

La obra de Edward Walhouse Mark se destaca por ser de mediano formato, debido a la

dificultad de obtener papel en La Nueva Granada y aunque parte de ella hace parte de la

colección del Banco de La República colombiano, lo más factible es que exista una gran

parte en manos de particulares.ii

Del apartado de su obra, ciertamente valioso, que puede encontrarse como parte de

la colección del Banco de la República llama particularmente la atención Catedral de Santa

Marta. Esta obra, realizada en 1844, expone un paisaje costumbrista y cotidiano de la

ciudad de Santa Marta en una tarde alrededor de su catedral. La acuarela narra una tarde en

la cual diversos habitantes se encuentran bien sea dialogando, entrando al recinto o

caminando a través de la plaza. Las expresiones que se pueden detallar en la acuarela

brindan un aire no sólo de cotidianidad sino del característico folclor del caribe

colombiano: mujeres acompañadas de ropajes coloridos, burros que son utilizados como

medios de transporte, una actitud “relajada”, tan distinta del formalismo del interior o del

antes colono de la época. La catedral es, desde una primerísima impresión, el sujeto de la

acuarela, la situación circundante la hace protagonista de los eventos que ocurren a su

alrededor, a los cuales ésta les brinda contexto y significado. Esto es aún más claro

conociendo que es en torno a la catedral que giran las festividades de la nueva república, en

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su mayoría, si no totalidad, de tipo religioso.iii Aunque la obra se titule como Catedral de

Santa Marta es válido considerar a las costumbres y características del gentilicio de Santa

Marta como verdadero tema puesto que la composición no encierra únicamente a la figura

arquitectónica.

En su composición se destaca el papel que cumplen tres elementos protagónicos: el

gentilicio, la construcción de la catedral y el cielo. El gentilicio, como se habría estipulado

antes, cumple el papel como importante protagonista de la escena, es quien rompe con la

que ha podido ser la simetría inicial de la composición, provocando que el espectador dirija

su atención a estos personajes que se encuentran dialogando frente a la catedral de manera

casi inmediata. Sus ropajes contrastan con la unanimidad del suelo y sus expresiones y

posiciones, además de tener un propósito costumbrista, capturan la atención de quien

visualiza la acuarela. Así mismo, la catedral se alza en gran parte de la composición,

llenando una parte importante del espacio y actuando como símbolo de la escena; es la

catedral quien brinda espacios de esparcimiento a sus habitantes y quien les permite

segregar sus costumbres alrededor de ella. Por otro lado, el cielo cumple su función como

espacio negativo de la escena, sus tonos nublados brindan mayor protagonismo a la

catedral, que es blanca, y a quien se busca brindarle como punto de inicio en la

composición.

Las relaciones tridimensionales de la imagen, así como su composición misma, son

decisivas en la percepción por parte del espectador y las que permiten como argumento

válido el considerar a la catedral como protagonista de la composición. En la acuarela

podemos notar varias relaciones que nos permiten conocer el tamaño de la catedral, la

distancia entre los habitantes que se encuentran reunidos, la catedral y, el tamaño de la

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plaza que rodea a ésta. Las personas que se encuentran en la plaza son el elemento

primordial para dar cuenta de estas relaciones espaciales: por un lado, la relación entre

quienes dialogan en la parte frontal de la composición y quienes se encuentran entrando a la

catedral o caminando la plaza dan la percepción de distancia y tamaño de la plaza; por el

otro, la relación entre estos últimos y la catedral dan el indicio de la magnificencia de la

construcción. Es también elemento sugestivo la edificación amarilla que se encuentra detrás

de la catedral, que brinda la idea de que efectivamente las construcciones alrededor de la

catedral no le son iguales, y que ésta es elemento protagónico en la ciudad.

Catedral de Santa Marta posee un formato vertical y está hecha en papel de la

época con unas dimensiones de veinticinco centímetros en su altura. Esto último, lejos de

ser un aspecto negativo, es una característica interesante de la obra. Su tamaño hace que el

espectador tienda a acercarse a detallar la obra desde distancias distintas para poder detallar

sus elementos más pequeños, pero también su totalidad. El nivel de detalle en la obra es

valioso, no en vano el crítico de arte, Gabriel Giraldo Jaramillo encontraba en Edward

Walhouse Mark "dibujante fino, detallista, que amó la línea pura y buscó el tono apropiado;

su arte no fue el de un maestro, pero sí el de un aficionado de gran clase: cuidadoso, pulido,

limpio, pero fácil al mismo tiempo y no privado de gracia y humor”iv. La obra de este

artista evoca en el espectador distintos movimientos visuales: primeramente apreciación de

la totalidad del recuadro, seguido la profunda intención de acercarse aún más para detallar

estos elementos protagónicos, el regreso a la catedral seguido de un cielo nublado que está

acompañado del vuelo de aves, posible último elemento para evocar la presencia de

biodiversidad en la zona.

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Por última anotación, la acuarela de E. Walhouse Mark se caracteriza porque su

nivel de detalle no está acompañado de pinceladas bruscas ni delimitaciones agresivas. Los

colores de Catedral de Santa Marta no poseen una saturación excesiva ni un contraste alto,

tampoco una relación antagónica entre luces altas y sombras lo que le brinda calma a la

obra. Esto último es claro ejemplo de que no son necesarios estas características para que

una imagen capte la atención: Mark demuestra que una excelente composición brinda lo

necesario. En conclusión, la obra de Edward Walhouse es un exponente artístico e histórico

para viajar, a través de las pinceladas de este artista, a una Colombia temprana en dónde

vemos la cotidianidad que aún hoy nos caracteriza.

BIBLIOGRAFÍA
i
“Sociedad de Naturalistas Neogranadinos”, Estatutos (1859): 3 - 8
ii
“El arte en los billetes colombianos”, MásColeccionismo, acceso Octubre 17, 2016,

http://www.mascoleccionismo.com/el-arte-en-los-billetes-colombianos/
iii
Edgar Rey Sinning, “Las nuevas liturgias patrióticas: celebraciones en Santa Marta, con

ocasión de la elección y posesión de tres presidentes neogranadinos, Palobra N°7 (2006):

76
iv
“Biografía de Edward Walhouse Mark”, Banco de la república actividad cultura, acceso

Octubre 17, 2016,

http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/todaslasartes/conmi/conmi05.htm

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