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Capitulo IV La dinamica manifiesta: roles funcionales y disfuncionales de los integrantes de un grupo El presente capitulo esta dedicado al andlisis de los procesos de locamocién entendidos como procesos de produccién grupal, y de los procesos de mantenimiento, distinguiendo —entre estos uilti- mos— a los de facilitacion y de regulacion. Estrechamente vincula- dos a las funciones de locomocion y mantenimiento veremos los ro- les por|los que se desempefian esas funciones, clasificdndose en ro- les funcionates (los de locomocién y mantenimiento) y roles disfun- cionales (0 roles individuales). En todo grupo, al comenzar a funcionar como tal, se produce necesariamente un proceso de diferenciacién de roles equivalente al proceso de division del trabajo: los integrantes van desempefian- do distintas funciones necesarias para el desarrollo de la tarea. Es- ta diferenciacién se hace cada vez mas compleja y afecta tanto a los roles que estan directamente vinculados con dicha tarea como a los rales orientados hacia el grupo mismo a fin de regulario y per- petuarlo manteniendo 0 modificando su forma de trabajo. Pero tambiéh encontraremos roles que estén orientados hacia la satis- faccién de necesidades individuales de los integrantes, irrelevantes para la tarea y el grupo. A los primeros se los denominé “roles fun- cionales”, y a estos altimos “roles disfuncionales’). Lo$ roles funcionales o disfuncionales que pueden desempefiar Jos miembros de un grupo fueron analizados por Kenneth Benne y Paul Sheats, dos de los primeros colaboradores de Lewin, quienes trataroh de establecer las diversas funciones necesarias para el desarrollo de un grupo de discusion y facilitar el logro productivo de sus objetivos. 48 Benne y Sheats partieron de la existencia identificable de roles 0 conductas que son relevantes, funcionales, “positivas” para el ereci- miento del grupo y logro de sus objetivos: también existen conductas © roles identificables que son improductivos, o disfuncionales, que cbstaculizan el funcionamiento del grupo, y que van acrecentando en consecuencla, las fuerzas que tienden a la dispersion grupal. Diferenciaron a las primeras fuerzas —aquellas que facilitan la cohesién y son positivas para el logro de los objetivos grupales— en roles de locomocion y roles de mantenimiento, Roles de locomocion ‘Sern 168 de tarea, fundamentalmente intelectivos, mientras que ‘los de mantenimiéiito seran de tipo afectiva, También identificaron a los roles 0 ¢onductas disfuncionales, “negalivos” para la tarea ‘grupal y les dieron ef nombre de roles personales 0 Individuales, ya que en dltima instancia estas conductas no son roles orientados hhacia el grupo, sino que estan orientados hacia la satisfaceién de necesidades individuales que poco o nada tienen que ver con las actividades que fundamentan los objetivos grupales. Los roles para la tarea del grupo (locomocién) comprenden once posibles conductas diferentes: los roles de mantenimiento conslitt- yen siete alternativas posibles: se han discriminado también ocho roles disfuncionales distintos; vamos a verlos con detenimiento. 4.1. Roles para la tarea del grupo, roles de locomocién o roles de progresion La tarea fundamental de todo grupo es la de seleccionar, defi- nir y resolver problemas comunes; asi Benne y Sheats identificaron a los roles de locomocién como aquellos que facilitan y coordinan las actividades de resolucién de problemas, Todo integranté dé un grupo puede desempefiar mas de un rol en una misma interven- cién; es decir no diferenciaron caracteristicas de personalidades. sino tipos de conductas que ejecutan los miembros de un grupo, con las cuales facilitan (u obstruyen, tal el caso de los roles indivi- duales) la consecucién de una tarea, En consecuencia, un inte- grante puede desempefiar, en una sola intervencion, mas de un ti po de rol y varios roles en una serie de intervenciones sucesivas. Generalmente estos roles pueden ser y son desempefiados tanto por los miembros como por el “lider” del grupo. Benne y Sheats identificaron y diferenciaron los siguientes ro- les de locomocién: 49 a) Rol de iniciador-contribuyente (sugiere o propone al grupo nuevas ideas o formas diferentes de ver el objetivo 0 problema del supe). Br) Rol de inquiridor de informacion o rol de buscar informacion (pregunta para aclarar las sugerencias hechas) ©) Rol de inquiridor de opiniones, o de buscar opiniones (pre- gunta para aclarar los valores involucrados en las sugerencias). ¢) Rol de informante (aporta informacion). e) Rol de opinante (expresa creencias y opiniones enfatizando los valores involucrados en ella). 1) Rol de elaborador (reformula as opiniones y la informacién manejada por el grupc). ) Un rol que ha sido denominado de varias maneras: esclare- cedor, clarificador, sintetizador 0 coordindor emergente (para diferen- ciarlo del coordinador explicitamente propuesto para coordinar un grupo de discusién), muestra y clarifica las relaciones entre las di- versas ideas 0 sugerencias. hh) Rol de orientador (define o redefine la posicion del grupo respecto a sus objetivos). 4) Rol de critico evaluador (analiza las realizaciones del grupo en function de alguna norma o serie de normas). 4) Rol de dinamizador (incita al grupo a la accién o a la toma de decisiones). ) Por ultimo vamos a tener dos tipos de roles mas burocrat- cos: secretario (registra los contenidos discutidos por el grupo) y 1 Rol de técnico de procedimientos (facilita el movimiento gru- pal distribuyendo material, realizando tareas de rutina, disponien- do grabadores y sillas, ete.) 4.2. Roles de mantenimiento Han sido lamados también roles de mantenimiento y constitu- cion det grupo; son aquellas participaciones que tienen como fin dad la configuracién de actitudes positivas hacia el grupo, tendientes al mantenimiento emocional del mismo; apuntan en dltima instancia a que el grupo continite siendo un grupo. Todo integrante puede de- sempenar mas de un rol en intervenciones sucesivas (al igual que en Jos roles de locomocién); asimismo, como en aquellos, si bien algunos de estos roles van a ser desempeftados por los miembros, otros —mu- cchos mas— van a ser desempefiados por el “lider de mantenimiento’. 50 Entre los roles de mantenimiento vamos a encontrar: a) Rol de estimulador o alentador (elogia, esta de acuerdo, muestra solidaridad, etc). ) Rol de conciliador o armonizador (intermediario entre dife- rencias de otros miembros, concilia desacuerdos, mitiga tensiones, “vuelea aceite en aguas agitadas’, etc.). ¢) Rol de transigente (cede parte de su posicién para llegar a acuerdos), también denominado: favorecedor de compromisos. d) Rol de guardagujas, guarda tranqueras o regulador de comu- nicacién (intenta mantener ablertos los canales de comunicacién, estimulando 0 facilitando la participacion de todos). ¢) Rol de seguidor (sigue el movimiento grupal en forma pasiva), 1 Rol de legislador o “ideal” (se expresan normas y se iatenta aplicarlas en el funcionamtento o en la evaluacion de la calidad de la interaccién grupal, similar al “critico-evaluador", pero dedieado al funcionamiento grupal. @ Rol de observacor del grupo o comentarista (se registran di- ferentes aspectos del proceso de interaccién y realimenta al grupo con dichos datos); puede ser un rol “participante” —con cosienta- los periédicos acerca del procedimiento grupal—o “silencloso", 4,3, Roles disfuncionales Son roles “individuales”, intentos de satisfacer necesidaces in- dividuales sin relacién directa alguna con la tarea del grupo; gon conductas que no estan orientadas hacia el crecimiento ni al man- tenimiento del grupo, sino tentativas de utilizar el ambiente del grupo como un medio para satisfaccion individual narcisistica. Postularé que su aparicién frecuente es indicadora de Ia existencia de problemas y conflictos endogrupales no resueltos; en tal medida son sintomas del deterioro del proceso grupal. En términos de The- len, serian indicadores de “problemas de proceso” no resueltcs; por ejemplo, sintomas de que esta operando un “conflicto de grupos superpuestos” no resuelto, Thelen postuld una serie de axiomas que hacen al sistema de regulacién grupal: en uno de ellos dice que “una participacién de un miembro, una vez realizada, ya no pertenece a él, sino que per- | tenece al grupo”; propone, en consecuencia, que todas las condue- tas problematicas ejecutadas por los integrantes de un grupo son problemas del grupo, excepto en los casos extremos; en estos “ca- 51 sos extremos”, la ejecucion de roles individuales ya no es un indl- cador|de problemas de proceso grupal: en todo caso el problema para él grupo sera como enfrentar y modificar esa conducta. Indudablemente, de acuerdo a nuestra estructura de persona- lidad, existe una mayor disposicién a ejecutar ciertos roles mas que otros; ya sean éstos de locomocién o de mantenimiento; pero la ejecucion repetida de roles individuales en un momento dado de una situaion grupal es un sintoma tnequivoco de conflictos no resueltos y consecuente deterioro del proceso grape ‘Veamos los roles disfuncionales o individuales. En muchos de ellos $u denominacion nos exime de mayores aclaractones. a) Rol de agresor. b) Rol de obstructor (expresa desacuerdos “sin razones", se re- trotrae a problemas ya resueltos). ¢) Rol de “buscador de reconocimiento" (0 de suministros narci- sistas para la autoestima, busca llamar la atencién sobre si mismo vanagloriandose, etc.). Rol de confesante (aprovecha la oportunidad proporcionada por el ambiente del grupo para expresar sentimientos personales sin vinculacién alguna con la tarea explicita, confunde grupo de trabajo con un grupo terapéutico, etc.). 7 @) Rol de mundano o “play boy” (conducta por la que se hace alarde de falta de compromiso con los procesos grupales, “ya esta de vuelta’, cinico, subestima a los demas, etc.) f) Rol de dominador (usa la conducta agresiva como medio pa- ra imponer su dominio, no permite participaciones, etc.). @ Rol de buscador de ayuda (intenta lograr una respuesta de simpatia a través de expresiones de inseguridad, confusion perso- nal o depreciacion de si mismo). h) Rol de defensor de intereses especiales (se defienden intere- ses ajenos al grupo, correspondientes a un grupo de pertenencia al- ternativo —por ejemplo, politico—, sin relacién alguna con la tarea). Conviene recordar que en una tnica intervencién, un solo in- tegrante puede desempefiar mas de un iinico rol: asi puede empe- zar a hablar ofreciendo informacion relacionada especificamente con Ia tarea grupal (rol de informante), continéa haciendo uso de Ja palabra para relacionar esta informacion con la situacién actual del grupo y los objetivos del mismo (rol de orientador} y finalizar profundizanco la idea expuesta anteriormente (rol de elaborador) al mismo tiempo que sugiere que los demas aporten sus ideas al res- peeto (rol de guardajugas, abre canales de comunicacion). 52 ‘También un misino tipo de rol puede ser ejecutado por mas de un integrante en una misma situacién: asi, por ejemplo, ante un ‘empantanamiento, podemos encontrar varlos miembros que estan ejecutando, con diversos contenidos, el mismo rol de obstructor. Y acd marcamos nuevamente la diferencia entre rol y contenido: varios {integrantes, cada uno con un contenido distinto, ejecutan un mis- mo rol de obstructor. Para finalizar debemos sefalar que en distintas etapas de se~ leceién y soluetén de problemas, los grupos van a tener diferentes requerimientos de roles; y que un mismo grupo, incluso en diferen- tes etapas de su "vida", tendra diferentes requertmientos de roles, que van a estar siempre en funcién del momento de desarrollo y del nivel de madurez del grupo. 4.4, Interjuego grupal de roles Una indagacion diferenciada de la dinémica de un grupo per- mite encontrar roles orientados hacia la produceién grupal que se ceniran fundamentalmente en la tarea (en lo que hace al trabajo de informacién), roles que se centran fundamentalmente en la cohe- sin (mantener la unidad del grupo) y una serie de roles que tienen caracteristicas predominantemente individuales y suponen —desde la perspectiva de Benne y Sheats— un clerto conilicto entre los ob- Jetivos grupales y las necesidades personales de los integrantes, y que desde nuestra perspectiva opefan como indicadores de una si- tuacién de conilicto grupal no elaborado ni resuelto, porque entran en juego en tales circunstancias arcaicos mecanismos de disocia- cio e identificacién proyectiva-introyectiva que conducen a la ad- Judicacién y depositacion de objetos internos sobre dichos roles y/o situacién conflictiva La fijeza y movilidad de roles, a través del interjuego grupal en los mismos, también estara vinculada a la situacién de conilicto. En la fljeza o movilidad de roles encontraremos la posibilidad de re- alizar un principio de evaluacién de la dinamica grupal: roles fijos que se traducen en una situacién estereotipada indican dificulta- des, situaciones de conflicto no resuelto a encarar tanto a nivel del grupo como de los integrantes que se sitiian —o son situados— en dichos roles fijos; 1a movilidad de roles indica una elaboracién de los problemas y una situacion de aprendizaje transformadora mas clara, en el sentido que se puede hacer frente a los obstaculos epis- 53 temol6gicos y epistemofilicos suscitados por la tarea y/o la cir- cunstancia grupal. El interjuego de roles puede ser complementario o suplementa- rio, Los roles complementarios caracterizan una situacién cooperati- ua y fos roles suplementarios son —casi siempre— indices de una st- tuacién competitiva. Afirmamos que la situacion de interaccién coo- perativa es funcién de roles complementarios porque la conducta de un integrante —el rol que desempeia— no se presenta 0 no es, pereibida como un obstaculo que impide alcanzar el objetivo grupal por parte de los otros, sino que lo que ésta hace ayuda a los demas a alcanzarlo. La relacion de roles suplementarios supone oposicion y competencia; observamos la competencia cuando lo que “el otro” hace es experimentado como un obstéculo para lo que nosotros queremos aleanzar. Contrariando a Benne y Sheats, e incluyendo una perspectiva psicoanalitica, Arsenian, Senrad y Shapiro postulan que los roles que aquellos consideraron como no relevantes al grupo (los roles indivi- duales 0 disfuncionales) pueden, incluso, servir primariamenie a clertas funciones grupales. Acuerdan que si bien hay momentos en que el comportamiento esta dirigido hacia la satisfaccién de las nece- sidades individuales por sobre las grupales: sostienen que una vez que el grupo se ha desarroliado, la mayoria de las acciones y senti- mientos estén orfentados y determinados por el grupo misino: por eso dichos roles —planteatlos como “disfuncionales” o individuales por Benne y Sheats— pueden ser también “funcionales”, porque cumplen con un cierto tipo de “funcién integral” para el grupo. A partir de su trabajo con grupos psicoterapéuticos y de labo- ratorio Arsenian, Senrad y Shapiro observaron que todo grupo guarda en su seno el germen de su propia destruccién; e intenta- ron retomar cierios postulados de la dialéctica de las pulsiones aplicados al estudio de los grupos; asi se interesaron, en principio, por los significados empiricos y conceptuales de las fuerzas de co- hesion y dispersion, postulando que las mismas pueden ser vistas en los pequefios grupos— como funciones integrales que se con- solidan y manifiestan a través de *racimos de roles’. Propusieron complementar, entonces, el concepto de rol —al que veian como compuesto de (o si no dominado por) factores per- sonales— con el concepto de “racimo de roles” —definido funda- mentalmente por aspectos situacionales— a partir de postular que Ja unidad de accion y, en consecuencia, del proceso grupal, no esta dada generalmente por un individuo y su rol sino, con frecuencia, 54 por un par o estructura mayor. Introducen entonces la nocisn de “racimos de roles” para sefialar que algunas pautas de conductas recurrentes estan sobredeterminadas por los requerimientos de la estructura y dinamica grupales. Esto permitiria explicar —incluso en el orden de lo determinado— el hecho de que muchas veves el individuo, en grupo, piensa, siente y actita de manera diferente a ‘como lo haria si estuviera solo o aislado. Arsenian, Senrad y Shapiro postulan, entonces, para les pe- quefios grupos, la articulacién de “racimos de roles" que —en de- terminadas circunstancias— cumplen una funci6n integradova, ya que pueden servir para expresar afectos negativos como la agresion (cualquiera sea su origen), sin que disgregue al grupo. Asi se inte- resaron por establecer los vinculos de la teoria freudiana —que se- jiala que la esencia de un grupo se basa en los lazos libidinales que existen en él con la vehiculizacion de los impulsos agresivos. Nuestra cultura establece limites grupales respecto a Ie tole- rancia y expresion tanto de los afectos amorosos como de los hosti- les. La descarga catartica de afectos —sobre todo los “negativos"— tiende a la dispersiin grupal, excepto bajo clertas condiciones. Si la agrestén puede ser instrumentada para el logro de las metas grupales, se neutraliza su funcién de dispersar y destruir: podria- mos decir, entonces, que se la inhibe en su fin, por ejemplo, a tra- vés de la sublimacién. La intensidad de los afectos positives y negativos requiers, en- tonces, ser regulada, a efectos de la preservacidn y subsistencia del grupo. De esta inhibicién resultaran tensiones e inconformismos residuales, que generalmente producen afectos o sentimientos am- bivalentes. Estos sentimientos positivos, negatives y ambivalentes se articulan y manifiestan como “funciones integrales" a través de “racimos de roles” vinculados estrechamente a ta cohesién, [a dis- persi6n y la ambigiedad. Los “racimos de roles” asociados a sentimientos ambivalentes tienen las funciones de suspender la accién grupal, “suspendiendo” los procesos grupales mediante la neutralizacién de las tendencias que pugnan hacia extremos de integracion o dispersion que gene- rarian excesiva tensién y ansiedad entre los integrantes: posponen la acctén al mismo tiempo que mantienen abiertos los canales de comunicacién grupal y disponibles tas funciones de locomocién. Los racimos de roles ambivalentes operan tanto para neutralizar fuerzas que tienden a producir una excesiva cohesién (que genera~ Tian una mayor tensién) como para neutralizar las fuerzas de dis- 55 persién (agresivas, por ejemplo) logrando de esta manera mantener al grupo unido y disponible para la tarea. ‘Todo pequefio grupo produce un conjunto o “racimo” de roles cuyd funcion es la expresion y descarga de sentimientos negativos; un gegundo conjunto de “racimos” cuya funcién es la expresin y descarga de afectos positives, y un tercer “racimo” cuya funcién es la expresion y descarga de sentimientos ambivalentes o mixtos. Cualquier rol puede, entonces, insertarse al servicio de uno o mas de dichos racitnos. paso a ejemplificar. Pocos racimos de roles’ permiten expresar activamente los sentimientos mixtos o ambivalentes y se encuen- tran tan nitidamente diferenciados como aquél que se articula alre- dedgr de un chistoso 0 bromista, una vez que disponemos nuestra perdepcion para comprenderlo como una estructura de roles que abarca a mas de un integrante. Otro claro ejemplo encontramos en al chivo emisario, analizado magistralmente por Pichon Riviere ‘Aqu{ tampoco se trata de un tinico rol, el de “chivo", sino que invo- lucra otros roles “expiadores" que castigan al “chivo". Ast también el bromisia necesita “socios de rol” que configuran una estructura mayor en “racimo’; alguien objeto de burla, otro que le sigue la co- rieate, etc, Si un racimo es ejercido por una sola persona, puede dejar a otro u otros integrantes silenciosos o inactivos. ‘Ahora bien, lo significativo de esta postulacion no se agota en la propuesta de articular racimos de roles por si mismos, sino tam- bién debemos destacar Ja funcién integral que el racimo de roles cunple: asi los “racimos” pueden ser intercambiables. Por ejemplo, los afectos “negativos” descargados sobre un chivo emisario (cabe aclafar que todo “chivo” sirve para unir al grupo, y por eso es pos- tulatio como un racimo ambivalente), pueden expresarse a través de ingeniosidades hostiles. Si el grupo se ve favorecido por la pre- sen¢ia de un “bromista sagaz” que expresa la hostilidad grupal a través de agudezas, tendra menos necesidad de un “chivo emisa- rio" El racimo de roles es distinto, pero su funcién integral, de des- carga de sentimientos hostiles, es la misma. Ciertos racimos permiten la expresién de los sentimientos amorosos, cuando el lider grupal no se preste a ser objeto de los mistnos: entonces el grupo puede buscar a un integrante que se adecue al racimo de “ser el favorito’: por ejemplo, varias personas, altefnativamente, pueden suftir pequefias desgracias o injusticias que requieran de los afectos del grupo; otras pueden mostrar la ne- cesitdad de afecto a través de enfermedades, etcétera, 56 La importancia del enfoque de Arsenian, Senrad y Shapiro so- bre la dinamica de los roles, radica en su intento de comprender el interjuego grupal de roles en funcién del grupo como totalidad, por un lado, y por destacar, en consecuencia, que los roles individuales diferenciados por Benne y Shents no pueden surgir como roles ais- lados, sino entroncados en una articulacion de roles: configuracién de roles donde exista complementariedad pero también suplemen- tariedad, esa particular “complementariedad-suplementariedad” que se daria, para el caso, por ejemplo, del chivo emisario entre victima y victimarios; complementariedad que emerge como una estructura particular de roles que desplaza o desliza, expresa al mismo tiempo que encubre, un conflicto subyacente. Una segunda y'significativa perspectiva aportada por este en- foque sefiala que jas articulaciones grupales de racimos de roles cumplen una determinada funcién en relacién a un conflicto; fun- cion que, incluso, puede derivarse en una contencién de la situa- cion conflictiva para mantener —en determinadas circunstancias, patoldgicamente— la cohesién grupal. Esta perspectiva, entonces, hos permitiré dirigirnos —en un grupo de discusiOn, por ejemplo— desde los niveles de lo manifiesto hacia los niveles de lo latente y desentrafar el conflicto subyacente y la forma particular como él grupo lo enfrenta a partir del tipo de vinculos que se configuran. Por otro lado, también nos permitira articular al mantenimiento de la cohesién asi lograda con la “ilusién grupal”, permitiéndonos es- tablecer una relacién entre la cohesion y lo imaginario, Pero sobre esto volveremos més adelante, al trabajar sobre la cohesién grupal, su funcién y su significado, Finalmente, solo cabe aclarar que esta forma de comprender la dinamica de los roles supone tener presente la interrelacién entre “verticalidad” y *horizontalidad” postulada por E. Pichén Riviere; alli también los roles son emergentes de la situacién grupal en su conjunto. 4.5, La dindmica de roles y el conflicto grupal Benne y Sheats no se propusieron ir mas alla de un plaiteo descriptivo; su trabajo es de 1940 y es uno de los primeros de la escuela lewiniana; permite a un observador 0 coordinador discrimi- nar el tipo de conduictas que apuntan a facilitar y coordinar los es- fuerzos grupales en cuanto a la definicién de objetivos y medios pa- 37 ra alcanzarlos (los roles de locomocién), el tipo de conductas que comprenden preocupaciones afectivas, mantienen la moral del gru- po, reducen los conllictos interpersonales, en fin, que brindan se- guridad (los roles de mantenimiento) y, finalmente, el tipo de con- ductas que van en detrimento de la tarea y la cohesién (los roles individuales). Es un trabajo pionero, del cual todos los enfoques posteriores son deudores. Pero en este trabajo falta —y esa ausencia es fundamental- una teoria del conflicto; s{ nos quedamos en la perspectiva de Ben- ne y Sheats —y nada mas— pareceria ser que el conflicto aparece en un grupo (0 que el conflicto es introducido en el grupo) porque sus integrantes ejecutan roles individuales. Y esto no es asi. En to- do caso, los roles individuales articulados en racimos (que cumplen, a su véz, funciones integrates) serdn indicadores de la existencia de conflictos no resueltos. Decimas que son indicadores de conflictos no resueltos —y no solamente de la existencia o la ausencia de uno o varios conflic- tos— porque consideramos al conflicto no sélo como niicieo del gru- ‘po y, en consecuencia inherente al mismo, sino también como funda- mental motor de cambio, y consecuentemente, al proceso de resolu- cién del conflicto como uno de los procesos esenciales de Ja dind- mica grupal. El conflicto, eatonces, nunca es introducido en el gru- po porque los miembros ejecutan roles individuales, sino que es in- hherente al mismo; y en todo caso, los roles “individuales” serdn in- dicadores de la existencia de un conflicto que permanece sin ser re- suelto, afectando la eficacia y eftciencia del grupo en relacién a la ta- rea y la pertenencia de sus miembros. En sintesis, la diferenciacton de roles en pequefios grupos de discusion que proponen Benne y Sheats parece interesante, tanto por lo que descubre como por lo que encubre. Por lo que descubre: una primera descripcion y clasificaciin exhaustiva de conductas desempefiadas por los miembros, que no pretende ir mas alla de tun mero nivel descriptivo. Por lo que encubre: una significativa au- sencla, una teoria del conflicto y sus funciones. La presencia de esta ausencia nos conduce a sefalar la segun- da‘perspectiva critica. Creemos que las funciones de locomocién pue- den ser encaradas como el equivalente grupal de los procesos de produecién, y tos procesos de mantenimiento como el equivalente de los procesos de reproduccién y praduocién de las condiciones de pro- duceién; los procesos de mantenimiento, desde esta perspectiva, serian los encargados de reproducir el equivalente grupal a las 58 fuerzas productivas y a las relaciones de produccién. Las motiva- clones y los esfuerzos que los miembros del grupo disponen para la consecucién de los objetivos grupales pueden ser vistos como el” equivalente de las fuerzas productivas; estas motivaciones, causa y consecuencia de la cohesién, son incentivadas por el *salario” de las gratificaciones que el participante recibe por su pertenencia al grupo y el logro de sus objetivos, La reproduccién de las relaciones de produccién se observaria en la configuracion de estereotipias, de aparicién recurrente —sobre todo— en los primeros momentos del trabajo grupal; indican el caracter alienado y alienante ce las relaciones existentes, y persistiran de no ser sefialados —por un coordinador, por ejemplo— para que el grupo, luego de hacer in- sight, las resuelva. Estereotipias que son efecto de la evitacior y de la pseudo-resolucion de conflictos mediante la negacion, externali- zacién, ete., de los mismos; situacién ésta —Ia existencia de con- fiictos no resueltos— que, segin proponemos, es indicada for la aparicion de roles individuales ejecutados por los miembros. En sintesis, podemos entender al pequefio grupo como instru- mento —para referimnos a la clasificacidn ofrecida en un texto ante- Tior— ya sea un pequefio grupo de discusidn o uno terapéutico, co- mo una unidad de produceién, o sea un agrupamiento social mini- ‘mo que tiene a su cargo un aspecto del proceso de produccién. En ‘consecuencia, en todo pequefio grupo podriamos encontrar el equiva- lente de los factores de produccién interrelacionados reciprocamente: los recursos 0 materias primas, los instrumentos y las personas En el grupo —de trabajo, de discusién o terapetitico—, la pro- duccion va a referirse a la obtencién de un aprendizaje dirigido ha- cia la realidad externa, por un lado, y hacia “uno mismo" —"in- sight"— por otro; el grupo mismo sera, en parte, instrumento de produccin: la interaccién cooperativa de sus miembros, los sefia- lamientos 0 interpretaciones del coordinador, etc.; finalmente, las ‘materias primas son los problemas, sus contenidos, los obstaculos, los conflictos sobre los que se aplica el instrumento y las estereoti- pias que se oponen a la elaboracién del producto. Asi como toda produceién presupone la construceién y mantent- miento del instrumento y mediante el funcionamiento del mismo la elaboracién de un producto, en el grupo encontraremos también es- tas operaciones: las de armado y mantenimiento del grupo, per un lado, y las actividades de investigacién y resolucién de problemas, por otro. Y esto en todo “grupo como instrumento”, ya sea un g-upo terapéutico, un grupo de discusién o un grupo opérativo, un labo- 59 ratorio, etc. En ellos encontraremos —como hemos visto—: un nivel general compartido por todos los integrantes del grupo; un nivel ‘particular dado por la asuncion y adjudicacion de roles, que se van a distribuir, repartir y compartir en cada “aqui y ahora” para resol- ver tin conilicto/obstaculo que impida la elaboracién de la tarea; y un nivel singular, porque cada rol se asume y se desempeita de acuerdo a una problematica que es siempre individual. ‘Si el grupo evoluciona, cada problema/conilicto, identificado, enfrentado y resuelto se convierte en un insight en el que los miembros descubren que su actividad de conocer es una de modifi- cacién de modalidades estereotipadas de vinculos, con lo que se credn nuevas situaciones que replantean, a su vez, nuevos conflic- tos y nuevos problemas. O lo que es lo mismo, el grupo se transfor- ma en un “campo vivencial de crecimiento y desarrollo’, ya no @ partir de un mero “control de ansiedades", sino de una elaboracion de las mismas que permita la incorporacion de nuevos roles con- juntamente con la modificacién de los roles estereotipados. Aqui ‘nos encontramos con una nueva perspectiva del grupo como “cam- po de aprendizaje de roles” 7 ‘Ahora tenemos que agregar que asi como en todo pequefio gru- po de discusién se reproducen las condiciones de produccion social, en todo grupo terapeutico —en la medida en que priman ta estructu- ray la dindmica inconscientes— se van a reproducir las condiciones de produccién del sujeto. La estructura inconsciente del grupo —se- gin Bion— nos remite a la triangularidad, a la escena primaria y a las Hefensas instauradas frente a ella, a los elementos basicos para la emergencia del sujeto. ‘Asi como en la situaci6n analitica individual el paciente repro- duce, en la relacién transferencial con el terapeuta, su propia his- toria —no la real, objetiva’, sino la de su realidad psiquica—, en el grupo terapéutico el participante, a través de los roles que juega en funeidn de la estructura y dinamica grupal, reproduce también, y tranferencialmente, los modos aprendidos de relacion que actuali- zan|en el aqui y ahora su historia personal. Pero tenemos que preguntarnos: jel grupo, como unidad, qué historia reproduce? El grupo, entendido como una unidad, carece de historia en e] sentido de una misma y Gnica historia infantil. @Britonces, el grupo como unidad, no reproduce ninguna historia? 20 reproduce una historia, y en ese caso, qué historia reproduce? Esta es una pregunta bastante polémica, cuya respuesta evidencia tung hip6tesis a investigar: en el grupo terapéutico se reproducen las 60 condiciones de produccién del sujeto en cuanto tal, como sujeto suje- tado al discurso social ideol6gico, por un tado, y a las formaciones del inconsciente, por otro. Cabe aqui retomar una tematica anterior referida a la signifi- caclén que otorgabamos a los procesos de locomocién y —sobre to- do— a los de mantenimfento, Subrayar las funciones de manteni- miento implica destacar la importancia del nivel de lo afectivo en la vida y el proceso grupal. Resulta evidente que el grupo en donde lo afectivo predomina y es “razon de ser” del mismo, es el grupo fami- liar; lo afectivo y lo ideacional nos remiten al nticleo de lo grupal, al conflicto, al conflicto no resuelto, denunciado por los roles indivi- duales y por la configuracién de estereotiptas y la aparicién de una formacién encubridora, lo imaginario grupal. ‘Todo miembro de.un grupo esta, en cuanto sujeto, sobredeter- minado: por un lado, por un diseurso social; por otro, por las for- maciones inconscientes. El problema que se plantea es, entonces, el de comprender el orden de determinacion de lo afectivo y lo re- presentacional en lo grupal. Una linea de sobredeterminacién nos Feenvia al grupo familiar como “escena’ donde, a la vez, podemos observar ese doble discurso que se eruza y hace al sujeto, discurso de lo colectivo y de lo singular. El grupo familiar es un grupo primario; en tanto grupo prima- rio en un grupo donde se realizan actividades milltiples, y su obje- tivo no es “externo” al- grupo, no es un “estado de cosas a llegar” (en el sentido de modificar una realidad externa distinta a él), sino que su objetivo es “interno” al grupo, porque es el grupo mismo, En consecuencia, alli los procesos de mantenimiento van a predomi- nar sobre los de locomocién, las actividades consumativas predo- minan por sobre Jas instrumentales, en la medida en que las con- sumativas tienen un cardcter instrumental para el grupo. El grupo familiar, que desde la perspectiva althuseriana es un aparato ideo- logico, se caracteriza significativamente porque los procesos de mantenimiento tienen un predominio no sélo cualitativo, sino cuantitativo por sobre los de locomocion. Debemos mirar con una nueva éptica a los procesos de prima- rizacién de los grupos secundarios —sobre todo aquellos que se ve- rifican en los contextos institucionales— si nos interesa indagar la forma en que los grupos institucionales operan como aparatos ide- olbgicos, ya que una de las formas en que opera la sobredetermina- cién social del sujeto en el grupo es a través de los procesos de mantenimiento, Por ese motivo no s6lo hemos subrayado la impor- 6 tancia de estos procesos para la supervivencia del grupo en’ cuanww tal, sino también su significacién en cuanto reproductora de las condiciones de producctén. ‘Ahora bien, gcémo se produce la sobredeterminacién del suje- to en el grupo, por las formaciones inconscientes y a través de los procesos de mantenimiento? Aqui tenemos que introducir a lo ima- ginario grupal esa ilusion que —tal como la seftala Anzieu— funda al grupo sitwandolo en un area intermedia entre la realidad exter- nay la interna; posicionado como un objeto/fenémeno transicional (Winnicott), el grupo entonces opera —ya Io ha visto Bion— en un nivel imaginario y sobre la base de miecanismos defensivos muy primitives: la disociaci6n, la identificacién proyectiva, etcétera. Para Bion un grupo es, en primer término, un agregado de in- dividuios que en determinadas circunstancias —carencia de un ob- jetivo claramente definido excepto el ambiguo o indeterminado de “curarse’, carente de normas que regulen la interaccién mas alla de las enunciadas en el encuadre, ete—, las condiciones de un grupo terapéutico genera un cierto fendmeno emocional y de fantasias co- Tunes —ia “mente del grupo” bajo la forma de un determinado “su- puesto basico"— que, a su vez, los produce como grupo. Bion afir- mma que un grupo es un conjunto de individuos con un mismo nivel de regresion (cualitativa, pero no necesariamente cuantitativamente homogéneo); un conjunto de individuos que genera un imaginario que revierte sobre Jos mismos produciéndolos como grupo, estruc- tra ésta que no seria privativa de los grupos terapéuticos, Por estos motivos lo imaginario —en cuanto nivel de anélisis— se recorta con clerta especificidad no bien nos acereamos al grupo como objeto de estudio; imaginario grupal que es equivalente a la fantasia en cl nivel individual y a la ideologia en e! nivel social: por- que al igual que ambos, su funcion va a consistir en ocupar el lugar de una ausencia, un conilicto, una contradicci6n en una estructura. Cuando el grupo se transforma en un objeto libidinal para sus integrantes —y esto ocurre en todas las circunstancias— el grupo opera en el nivel de lo imaginario, Pontalis mostro en “El pequefio grupo como objeto", que el grupo mismo puede transformarse en ob- Jeto libidinal para sus miembros; esto se hace claro en la experiencia Ge los grupos terapeuticos. Pero no sélo los grupos terapéuticas 0 de laboratorios pueden transformarse en objeto libidinal para sus inte~ grantes: esto también ocurre —si bien de una manera algo diferen- e— en todo grupo familiar y en los grupos primarios en general. Los procesos de manienimiento —por definicién, aquellos por 62 los cuales un agregado se convierte en un grupo y contintia stendo tal— contribuyen notablemente para que un grupo se transforme en un objeto libidinal. Y es a través de lo imaginario grupal que se verifica la sobredeterminacién del sujeto, en el grupo, por el discur- soy las formaciones del inconsciente, 4.6. gCooperacién o competencia? ‘Vamos a tratar de describir las caracteristicas fundamentales de las situaciones cooperativas y/o competitivas en Ios grupos. Muchas de estas caracteristicas pueden aplicarse no s6lo a los pe- quefios grupos sino también a los grupos grandes, razon por la cual este tema ha suscitado una serie de polémicas que sobrepasa- ron el marco de lo estrictamente académico e investigativo al cues- tonar valores sociales vigentes, Los primeros en trabajar este tema de manera bastante inten- sa, ya que elaboraron treinta y cuatro hipétesis de investigacion, fueron los colaboradores de Kurt Lewin en los Laboratorios Nacio- nales de Entrenamiento en Dinamica de Grupos. La primera reac- cion extra académica fue la del tristemente célebre Senador Mc. Carthy, quien les sometié a juicio acuséndolos de “comunistas”. _ Si bien desde una perspectiva epistemologica actual, métodos y tonicas de investigacién pueden ser criticados, fue sumaraente invitante que desde la ciencia “oficial” se generaran diseftos de in- vestigaclén que corroboraron treinta y cuatro hipétesis que cues- tionaron seriamente los beneficios hipotéticos de las situaciones competitivas, tanto para los grupos como para sus integrantes cuando la “libre competencia” era considerada un valor “princeps* para la sociedad norteamericana. ‘Vamos a desarrollar este capitulo siguiendo los lincamientos generales de estas treinta y cuatro hipdtesis corroboradas por los investigadores de los National Training Laboratories; quienes guleran profundizar en ellas, su disefio, ete., pueden encontrarlas en la revista Human Relations, publicadas en los nimeros 3 y 4 del volumen correspondiente al afio 1948, Los informes de investigacion fueron realizados por Morton Deutsch, redactados en el lenguaje que se utilizaba en la Dinamica de Grupo en el afio 1948; un lenguaje que provenia de la Teoria del Campo; se habla de “sendero", de “campo”, de “meta’, de “valencias”; con todo el vocabulario que utilizaba Lewin en esos afios. No obstan- te vamos a tratar de eliminar las complicactones innecesarias, 63 En la situacion social cooperativa se definen las metas de for- ma tal que un integrante del grupo (0 un subgrupo de una unidad mayor) sélo puede aleanzar esas metas (y, en consecuencia, solo encdntrara la satisfaccién total o parcial de sus necesidades) tni- camente si los demas integrantes (0 subgrupos) llegan a aleanzar esa jmeta en forma simulténea y alcanzan también la satisfaccion de suis respectivas necesidades. \Viceversa, en la situacién social competitiva, se definen las metas en forma tal que cualquier individu o subgrupo perteneciente al grupo que las alcance, impide o incapacita hasta cierto grado a los demfs integrantes 0 subgrupos para alcanzar sus respectivas metas. /Asi, en el primer caso, se habla de metas promotoramente inter- dependientes; objetivos interdependientes y que, a su vez, promue- ven lun cierto tipo de actividades. En cambio, en la situacién social competitiva se habla de metas restrictivamente interdependientes. Si lds grupos tienen metas que promueven la interdependencia, sus integrantes van a tener, incluso, un desempefio de roles de ta- rea tal que promueva aiin mas dicha interdependencia. Lo opues- to, vamos a encontrar en las situaciones sociales competitivas. Debemos aclarar que muy pocas situaciones grupales son “pu- ras"; La gente, en general, es cooperativa con respecto a algunas mets mientras que es competitiva con respecto a otras. iEn la situacion grupal cooperativa todos los integrantes del grupo van a ocupar las mismas posiciones relativas respecto a los objetivos. En consecuencia si cualquier integrante se locomociona para alcanzar und meta, necesariamente también se van a movilizar los demés: su progreso provoca el progreso de los otros miembros. En la situacién social competitiva, los distintos sujetos pueden ocupar tanto indistintamente las mismas como distintas' posiciones respecto de la meta grupal, y cuando un individuo se locomociona con Fespecto a dicha meta, no sdlo no produce necesariamente efec- tos gobre la locomocion de sus rivales, sino que afecta inevitablemen- te a las posiciones o distancias relativas de las posiciones entre ellos. ‘Asi, las personas inmersas en una situacién grupal cooperativa se representaran a si mismos como mas promotoramente interde- pendientes —solidarios, podriamos decir hoy—, en relacién a los de- ‘mAs|integrantes que componen el grupo con respecto a las metas, a la locomocién y a las dificultades con que se enfrentan. Se represen- taran a si mismos como mucho mas promotoramente interdepen- dientes que los participantes de una situacién social competitiva. En consecuencia vamos a encontrar cuatro fenémenos asocia~ 64 dos a las situaciones de cooperacion que involueran a la capacidad sustitutiva, la catexis positiva, la capacidad de induceién y la acti- tud hacia los obstculos. 18) La capacidad sustitutiva. Veiamos que cuando un inte- grante de un grupo cooperativo se acerca a la consecucién de los objetivos grupales produce necesariamente un efecto de locomo- cidn también sobre los demas miembros; en consecuencia, los de- més integrantes no tienen necesidad de repetir la accion realizada: en un grupo cooperativo hay capacidad sustitutiva de acciones. Por este motivo la division del trabajo es mucho més efectiva en un grupo cooperativo que en uno competitive. En los grupos competi- livos, al no haber capacidad sustitutiva, la division del trabajo va a ser mucho mas dificil de instaurar. 2* La catexis positiva. Como consecuencia de que cuando un integrante se acerca hacia su meta en un grupo cooperativo, los restantes también lo hacen, esos tltimos van a catectizar positiva- mente a la accién del primero y van a tender a extender dicha cate- xis positiva desde la accidn hacia la persona que la realiz6. Pode- mos ir pensando el efecto de estas catexis positivas sobre los vin- culos entre los miembros y, en consecuencia, sobre la cohesién y el mantenimiento grupal. 39) Capacidad de induccién positiva. Cuando un integrante se dirige hacia su meta, en una situacién cooperativa, —y en conse- cuencia por su propia locomocién van a variar las postciones de Sus compajieros, que van a acercarse también— éstos van a dirigir us propias fuerzas en la misma direceién que el primero. Este es el primer fendmeno de la induccién positiva. El segun- do fenémeno de la induceién posttiva es que no s6lo se van a cana- Iizar las fuerzas en la misma direcci6n sino que también van a sur- gir nuevos esfuerzos adicionales a los ya existentes, también cana- Iizados en esa misma direccién. En las siluaciones competitivas, por el contrario, no existe la capacidad sustitutiva; encontramos una catexia negativa (porque cada vez que A se dirige hacia su meta disminuyen las posibilida- des de que B, C. D, X, se locomocionen, y en consecuencia, dismi- nuye la posibilidad de alcanzarlo); vamos a encontrar también, una induceién negativa, porque B, C, D, X van a orientar sus propias, fuerzas en direcci6n opuesta a la de A. y al mismo tiempo van a crear nuevas fuerzas para colocarlas en direccién contraria. 4°) La actitud hacia los obsticulos y hacia las conductas que facilitan ta consecuctén de la meta. Si un integcante facilita la loco- 65 mocién de otro hacia su meta, este Gltimo tendera en consecuen- cia, a facilitar la locomocién del primero y también la de los demas miembros del grupo; asi se va a producir una reduecién de las ten- siones en el grupo. Viceversa, los obstaculos que se opongan en la direccién de la meta, van a ser negativamente catexizados y se va a tratar de evitarlos. En [a situacién social competitiva vamos a encontrar exacta- mente lo inverso: aquellos obstaculos que se opongan a la meta de otro van a ser catexizados positivamente, pero al mismo tiempo van a producir un aumento de tensiones del sistema. Los elementos fa- cilitadores de la accién de otro van a ser catexizados negativamente, yal mismo tiempo también van a elevar el sistema tensional. Indudablemente existen aspectos intrapsiquicos. psico-sociales y sociales que van a orientar la capacidad de cooperar 0 competi ‘Althuser sefial6 que, en cualquier tipo de sociedad, la escuela, la fa~ tailia, etc., constituyen aparatos ideolégicos de estado que tlenen significativo efecto formador sobre ciertos rasgos de personalidad, aclitudes y conductas, aparatos que operan sobre todos nosotros. ‘Asi, por mas que estemos de acuerdo con que la cooperacién es preferible a la competencia, cuando deseamos llevar a la practi- ca dicha cooperacién, emergen una serie de aspectos inconscientes vinculados al narcisismo singular y a las ansiedades paranoides gue sabotean de alguna manera nuestras intenciones manifiestas dificultando el romper con ese condicionamiento y sobredetermina- cién grupal. Investigar las propiedades de los grupos. las reglas y leyes que rigen la cooperaticion y competencia asi como los métodos y técni- cas para facilitar la primera y neutralizar la segunda, nos permitiré colocarnes en mejores condiciones para poder modificar las actitu- des hacia la rivalidad. Analizar los procesos inconscientes de todo grupo —en lo que que hace a su estructura y dinamica— es una forma de develar su operacion como aparatos ideolégicos. Encontramos, entonces, una mayor capacidad de sustitueién —para acciones de interés similar— entre los miembros de un gru- po cooperativo, en contraste con los miembros de un grupo compe- titivo. En los grupos cooperativos encontramos también un mayor porcentaje de acciones por parte de integrantes catectizados positi- vamente y. en consecuencia, un mayor porcentaje de acciones ca- tectizadas positivamente en grupos cooperativos. Encontramos también una mayor inductibliddad con respecto a los miembros en tun grupo cooperativo que en un grupo competitive. Habra, en con- 66 secuencia, un mayor conflicto intra-psiquico entre los miembros pertenecientes a grupos competitivos que entre los miembros perte- necientes a grupos cooperatives. Los miembros que componen un grupo cooperative, se ayudan mas entre si, a diferencia de los que componen un grupo competitivo; inversamente, hay mayores obs- trueciones entre si, entre los integrantes de un grupo compziltivo, que entre aquellos miembros que componen un grupo cooperativo, circunstancia que se refleja en las dilicultades para dar y recibir ayuda que padecen las personas socializadas en agrupamientos hu- manos que priorizan estas caracteristicas. gEs posible la trespola- clon de estas hipétesis corroboradas en pequefios grupos a circuns- tancias propias de macrogrupos? De ser asi, concluiriamos cue to- da estructura social basada en la competencia, configura una socie- dad que, necesariamente, promueve el padecimiento mental, Los temas vistos hasta ahora estan vinculados a las hipétesis generales, corroboradas por las investigaciones. Desde ahora en adelante vamos a desarrollar aspectos particulares que atsfien a los grupos competitivos y cooperatives. ‘Comenzaremos con aspectos especificos relacionados con la organizacion de los grupos cooperativos y competitives. Se corro- bord una mayor coordinacién de esfuerzos —capacidad para traba- Jar juntos— entre los miembros de grupos cooperatives que entre los integrantes de grupos competitivos. Al mismo tiempo, le coor- dinacion de acciones va a ser cada vez mas frecuente entre los miembros de un grupo cooperativo que entre los de un grupo com- petitivo, Los roles, en un grupo cooperative, van a tender a ser complementarios. Encontraremos una mayor homogeneidad respecto al grado de contribuciones 0 participacién entre los miembros de un grupo competitive, que entre los de uno cooperativo, porque entre los componentes de un grupo competitive no existe ia capacidad susti- tutiva y, en consecuencia, todos tienen que realizar las mismas ac- tividades para alcanzar la misma meta; en consecuencia, aqui va~ ‘mos a encontrar una mayor homogeneidad porque los roles en un ‘grupo competitivo, van a tender a ser suplementarios, En un grupo cooperativo, al existir la capactdad sustitutiva, Jos miembros tlenen que realizar actividades diferentes a fin de al- canzar mas rapido la meta; en consecuencia vamos aa encontrar una mayor heterogeneidad y riqueza grupal, ademas de un mayor ‘enriquecimiento personal. En consecuencia va a haber una mayor especializacién de funciones en los grupos cooperativos que en los 67 competitivos, circunstancia que se deduce, facilmente de lo ante- rior. Y no sélo nos vamos a encontrar con una mayor especializa- cidn, despecto a las funciones, sino también respecto a los conteni- dos de dichas funciones; no solo va a haber una mayor especializa- cion en la division del trabajo, sino tambien en el contenido del tra- ‘bajo eSpecializado. Encontraremos distintos aspectos de una mi ma tafea realizados en forma simulténea entre los miembros del grupo cooperativo, circunstancia que no se verifica entre los inte- grantgs de un grupo competitivo. Eh un grupo competitive vamos a encontrar una mayor rigidez respedto a las funciones de los miembros porque la sustitucion de accionles le facilitara a otro integrante que alcance sus metas y le impediré u obstaculizara alcanzar las propias. Un macrogrupo or- ganizado sobre la base competitiva necesariamente desemboca en una estructura autoritaria porque la interaccién se va haciendo ca- da ved mas rigida y la organizacion s6lo puede mantenerse a partir de un creciente autoritarismo. La investigacién corrobor6 que exis- te una mayor flexibilidad organizativa en los grupos cooperatives que et los competitivos. Pasemos a ver ahora una serie de aspectos relacionados con la motivactén individual y grupali En un grupo cooperativo las fuerzas que operan sobre sus in- tegrantes son mas homogéneas y de direccién similar que aquellas que operan sobre los componentes de un grupo competitive, En consecuencia, vamos a encontrar una mayor locomocion y mayor rapidez en la toma de decision y facilidad para alcanzar acuerdos en un grupo cooperative que en un compelitive, Asimismo en un grupo cooperativo. la mayor parte de las fuerzas efercidas sobre sus inlegrantes van a estar dirigidas hacia la finalizacion de la ta- rea o la consecucién de la meta y la satisfaccion de las necesida- des, mientras que gran parte de las fuerzas que se ejercen sobre los componentes de un grupo competitivo se dirigen a bloquear la accién del otz0. En consecuencia la “fuerza del grupo” —si es que podemos proponer tal antropomorfizaciOn imaginaria— en direccién a la me- fa, vala ser mayor en un grupo cooperativo que en uno competitivo. Aqui fos encontramos.con un proceso dialéctico, porque si las fuerzas que disponen los integrantes son mayores, sera mayor la resultante total. Al experimentar como mayor a “la fuerza del gru- po", --y recalquemos el cardcter imaginario de esta representa- ion por el proceso de induccién van a aparecer nuevas fuerzas 68 en los integrantes que a su vez seran mayores que las que apare- cieran en un primer momento. Como consecuencia de lo que hemos expuesto, vamos a en- contrar un mayor interés y compromiso en los integrantes de un grupo cooperativo que en ios componentes de uno competitive. Y este mayor interés y compromiso va a estar vinculado a un interés y compromiso especificos del integrante con los otros miembros, del integrante con el grupo como un todo, y del integrante con las metas. La solidaridad y la cohesién estarian, por definicién. en permanente amenaza y deterioro en una estructura competitiva. ‘Vamos ver ahora algunos aspectos que estén relacionados con la comunicacién entre los miembros en un grupo cooperative y en un grupo competitivo. ‘Cuando la estructura de la tarea es tal que la produccién de signos de comunicacién observables se consideran un medio de lo- comocién, vamos a encontrar una mayor cantidad de signos pro- ducidos por unidad de tiempo en un grupo competitivo que en un grupo cooperativo, porque los signos que se comuniquen seran simbolos de la posicién relativa a la meta que ocupa el individuo. En iiltima instancia, trasladados a las situaciones macro-so- ciales, se comunicarén simbolos de status y de poder; vamos a en- contrar una mayor produccion de simbolos de status y de poder en grupos competitivos que en grupos cooperatives. A su vez estos simbolos son superfluos, porque cuando las caracteristicas de la area son tales que la locomocion es posible sin que se produzcan signos observables —y en consecuencia sin que sea necesario co- municar estos signos observables—, vamios a encontrar mayor pro- duccion de simbolos en los grupos cooperatives. Cuando la pro- ducci6n de simbolos y su comunicacién no es indicador de locomo- cin ésta es menor en un grupo competitive porque si no es signo de locomoci6n y de status es un esfuerzo que se gasta sin sentido, En un grupo cooperativo, los signos no indican solo locomo- cién; sirven para facilitar, por un lado, la division de tareas e incre- mentar, por otro, la cohesion grupal. Y estos signos van a ser mas litiles para el grupo que los signos que produzcan los grupos com- petitivos. Las comunicaciones. en consecuencia, van a ser mucho mas funcionales en un grupo cooperative que en uno competitive, Por lo tanto vamos a encontrar una mayor atencidn a la produccion mutua de signos en un grupo cooperativo que en uno competitive. Incluso, en un grupo competitive, cuando la tarea requiera que la produccién de signos sea indicadora de la posicién de uno de sus 69 integrantes, también encontraremos que se le presta menos tmpor- tancia que la que se le otorga en un grupo cooperativo a la produc- dion de signos de division de trabajo y de signos de cohesién grupal. La produccién de signos va a tener, con mayor frecuencia, sig- nificados comunes y compartidos en los grupos cooperativos que en los competitivos. Va a ser mas facil establecer significados co- munes a partir de la comuntcacién interpersonal en un grupo coo- perativo que en un grupo"competitivo, Incluso cuando la atencion sea optima, la significacién comin sera prevalente en los grupos cooperativos en relacién a los competitivos, Ademas se van a valo- rar y aceptar mas los productos o mensajes que emite un integran- te de un grupo cooperative que en uno competitive. Y ademas, va- ‘mos @ encontrar una mayor y mejor disposicién y disponibilidad para recibir comunicaciones emitidas por otros en un grupo coope- rativo que en uno competitive. En funcién de lo que hemos visto, va a existir un mayor cono- cimiento entre los integrantes de un grupo cooperativo que entre Jos que componen un grupo competitivo; mayor conocimiento perti- nente a la tarea tanto como personal. Finalmente, si la orientacién del grupo en relacién a sus obje- tivos va a depender de la existencia de significados comunes (cosa que es obvia) y la aparicién de acuerdos va a estar directamente re- lacionada con la orientacion del grupo respecto a sus objetivos, va- ‘mos a encontrar una mayor orientacién y una mayor conciencia de la situacién del grupo y de su vinculacion con los objetivos en los grupos cooperativos que en los competitivos. ‘Veamos ahora una serie de aspectos relacionados con [a pro- ductividad. Hemos establecido que existe una mayor motivacién en los grupos cooperatives que ios competitivos. A mayor motivacion, la area se encararé mas rapidamente, y la productividad de un gru- po cooperativo seré mayor (por unidad de tiempo} que la producti- vidad existente en un grupo competitive: en consecuencia, un gru- po cooperativo va a tomar menos tiempo para elaborar un producto grupal que el tlempo que necesitara un grupo competitive. ‘Al decir “productividad” nos referimos no sélo a los aspectos cuantitativos sino también cualitativos. Lewin, Lippit y White en su experiencia sobre tipos de liderazgo corroboraron que la calidad de la tarea era mayor en los grupos con liderazgos democraticos que en los grupos con liderazgo autoritario o laissez-faire. Finalmente podemos agregar, en funcion de lo seftalado acerca 70 de la comunicacién y Ia capacidad de induccién positiva, cue en Jos grupos operativos se va a producir un mayor y mas rapido aprendizaje que en los competitivos. Pasemos a analizar las relaciones interpersonales en ambos ti- pos de grupos. Encontraremos una mayor amistad entre los integrantes de un grupo cooperativo que entre los participantes de un grupo competl- Uo. Las acciones realizadas por integrantes de un grupo coopera~ tivo van a ser catectizadas positivamente y esta catexis postiiva se traslada desde la accién al integrante que la realiza y en conse- cuencia se van a desarrollar lazos libidinales tiernos, ‘Habra tam- bién una mayor valoracién de los productos grupales en los crupos cooperativos, porque asi como la catexis positiva se generelizaba desde la accién hacia el individuo, se va a generalizar también des- de la accién y los integrantes hacia los productos. Con respecto a los roles desemperiados, encontraremos un mayor porcentaje de roles funcionales ejecutados por los integran- tes de un grupo cooperativo que por los de un grupo competitive, A partir de las experiencias programadas para comprobar esas hi- potesis (experiencias que se realizaron con estudiantes universita- rios) Benne y Sheats desarrollaron su categorizacién de roles en funcionales (de locomocién y mantenimiento) y disfuncionales (0 roles personales). Viceversa, vamos a encontrar un mayor porcen- taje de roles disfuncionales en un grupo competitivo; en un grupo cooperativo va a privar el sentido de realidad mucho més que en uno competitivo como consecuencia de las ansiedades paranoldes que se desarrollardn en este tltimo. ‘Ademas los integrantes de los grupos cooperativos se represen- taran a si mismos como causantes de efectos favorables los unos sobre los otros, casa que no va a ocurrir en los grupos competitivos. En sintesis, podemos concluir que vamos a encontrar una ma- yor incorporacién de la actitud del “otro generalizado” (Mead) en los rupos cooperativos que en los competitivos; en consecuencia en- contraremos una mayor cohesién y solidaridad en un grupo coope- rativo, ,Se puede traspolar de microgrupos a macrogrupos? Indu- dablemente, en un macrogrupo social competitivo, la solidaridad social interna es mucho menor, porque la internalizacién del “otro generalizado” es menor que en un grupo cooperativ Podemos afirmar, entonces, retomando el primer criterio de grupo que hemos enunciado en un trabajo anterior que un grupo solo desarrollara el segundo y tercer criterio si su interacciéa es la 71 de un grupo cooperative. Es decir que la representacién de grupo como fotalidad unitaria y los lazos libidinales e identificaciones re- ciprocas consecuentes sélo se produciran en la medida en que los miembros que componen dicho grupo perctban 0 posean metas promotoramente interdependientes. En el caso contrario (metas Testrictivamente interdependientes 0 incluso contrapuestas) la re- preseritacién-grupo va a carecer de unidad y se sustentara proba- blemente, sobre una fantasmatica arcaica (de cuerpo fragmenta- do/nor unificado y/o de nifos-heces entredespedazindose en el ‘atero materno, por ejemplo) acompafiada de angustias correlativas. La cohesién —y su contracara inconsctente. la resonancia fan- tasméiica, de imagos y/o protofantasias— va a estar directamente relacionada con la capacidad de cooperacion y con el hecho de que las metas promuevan la interdependencia. De aqui se sacan una serie de consecuencias respecto a la motivacién o aspiraciones pa- rala pertenencia a un grupo. Las situaciones competitivas y cooperativas fueron también analizadas desde la perspectiva de la Teoria de tos juegos. La Teo- ria de los Juegos comienza con von Newman y Morgensen en 1928; quienes tratan.de establecer ciertos paralelos entre algunos juegos (como el ajedrez, las Damas, de cartas, como el Poker) y la situacio- nes sqciales proponiendo pensarlos como modelos microsociales. Asi, s¢ interesaron por la creacidn de juegos-modelos que reprodu- jeran de una u otra manera situaciones sociales cooperativas y/o competitivas, intentando aplicar modelos de légica-matematica (y no célleulo matematico); los juegos nos ofreceran a dar un modelo ideal deerca de qué es lo que puede suceder (0 lo que debe suceder lo que va a suceder necesariamente), pero nunca nos van a decir cbmo va a suceder. En todo caso, la Teoria de los Juegos nos dird el cémo “organt- zativo’ debe suceder (las reglas) y el cOmo “estratégico” deberia su- ceder (las estrategias en funcion de esas reglas) pero nunca nos va a decit el cémo en cuanto al orden (secuencia de jugadas) ni cual de los dos contendores va a ganar. O sea: es la aplicacion de la 16- gica matematica, pero no del céiculo matematico. Posteriormente, la Teoria de los Juegos fue desarrollada en funcioh de intereses bélicos (modelos de acciones de guerra) y co- mercigles (juegos de empresa), razones por las que su énlasis se encuentra colocado sobre el andlisis de las situaciones competiti- vas. No obstante lo cual presentan el siguiente cuadro general comparativo de las caracteristicas de los juegos cooperativos y 72 competitivos (ya sean estos juegos intergrupales o entre individuos singulares) que confirman nuestros enunciados. SITUACION COMPETITIVA SITUACION COOPERATIVA | COMUNICACION TACITA COMUNICACION EXPLICITA (CON SECRETOS) } (SIN SECRETOS) ESTRATEGIA: ESTRATEGIN secrete y rig | comunieabley exe DESCONFIANZA PAUTAS DE CONFIANZA. EXITO EN UNO, | EXITO EN AMBOS GRUPOS FRACASO EN EL OTRO | Acarrea un aumento ‘Acarrea aumento de la competencia | de la cooperacin, Para finalizar, la teoria de los juegos insiste en que las situacio- nes cooperativas y competitivas responden a ciertas reglas. En al- gunas situaciones seran utiles las reglas competitivas, pero en la mayoria de los casos las situaciones, reglas, y estrategias cooperatl- vas serén las mAs adecuadas. Si esto es cierto compete a la teoria de los grupos tratar de investigar las bases y los obstaculos para “jugar los juegos” grupales cooperativamente. Lo que. indudable- ‘mente, responde al nivel macrosocial, a un modelo socioeconémico. 73.

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