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Introducción

Este análisis discute los conflictos en Sirena Selena, vestida de pena de Mayra Santos-Febres que
permiten múltiples interpretaciones, las cuales se tratarán de abarcar.

Sirena Selena es un personaje ficticio en la novela de Mayra Santos-Febres que también explora
la historia y la política en la isla Hispaniola. En su viaje desde convertirse en una “niña”,
sintiéndose consciente de su “ser”, hasta convertirse en travesti y proclamar su ser como dolor.
Gira en torno a las ideas en conflicto que giran en torno a la idea de existencia versus "ser". Paulo
García intenta construir puentes conceptuales entre esta idea con referencias históricas como el
imperialismo y la esclavitud.

Mayra Santos-Febres se propone mostrar en su novela cualquier pasión, ya sea leer o escribir,
tiene el potencial de conducir finalmente a la ruina. Pero cuando la felicidad tiene una fijación,
ningún precio es demasiado alto.

Los lectores travestis son conscientes de que el silencio es parte de la forma de ser de Selena, "un
signo de poder entre las mujeres sin voz", y esto se manifiesta a través del uso de la falta de
emociones, el desapego y la pasividad para decir lo que hay que decir sin recurriendo a la
violencia.

Esta lectura arroja luz sobre las diferentes lecturas que ofrecen los relatos transcaribeños y su
capacidad para nutrir la comprensión de la diversidad social. Permite a los lectores comprender
cómo se conectan los problemas socioeconómicos con las historias de esclavitud en África. En
este caso específico, también explora cómo el travestismo opera como un subterfugio que le
permite a Selena no solo liberarse sino también ayudar a otros a encontrarse en el limbo.

Por incómoda que sea la escritura de Rivera-Febres, nos hace enfrentar realidades al ilustrar una
historia sobre Sirena Selena, justo antes de que comience a identificarse como Sirena en lugar de
Santiago. Esta novela es en realidad inquietantemente similar al proceso de crianza sociológica
transcultural de las niñas, en el que están fuertemente influenciadas por sus abuelas y madres
paternas, que en este caso se están travistiendo porque los hombres no pueden estar junto a las
mujeres cocinando y lavando ropa todo el día.
Desarrollo

Esta novela comienza con lo que parece ser una tradición oral en los márgenes de Cuba cerca de
Kingston Jamaica. Un hombre que canta por su amor perdido atrapado o esperando
imposiblemente el rescate de un barco naufragado bajo el mar y que recuerda un fatídico
encuentro con ella que lo puso en camino hacia tales tormentos. Soñando con la Atlántida y
añorando otra dimensión más allá de esta donde podrían residir reunidos para siempre.

Coincidentemente, Santos-Febres emplea técnicas de narración similares a esa tradición milenaria


de contar historias de boca en boca, además de hacer uso del cine como una crítica durante la
escritura.

La novela toma como punto de partida la formación del tema del travestismo, lo que significa
entender que no estamos hablando de una posición permanente, sino de una posición
camaleónica, cambiante, muchas veces puntual: rostros, cuerpos, razas y géneros disfrazados. Se
verá cómo este proceso se convierte en un medio o un recurso para contener un mundo cuyos
límites se definen al encontrar un lugar en el estadio del deseo. Por eso, el análisis distingue entre
los límites del ser y el ser-en-el-mundo, y cómo el primero es oscurecido por la agencia no
totalizadora del segundo. Como veremos, el tema transcaribeño se caracteriza como parte de una
exploración performativa de la trascendencia, una forma posible de ingresar a un mundo virtual
regido por la heterosexualidad o, mejor dicho, la convención masculina.

Se ve cómo las representaciones de estos personajes niegan su agencia "eso" en un mundo


universal y unificado, permitiéndoles una forma temporal de "ser", y la forma de ser los expondrá
al silencio y al anonimato.

Los personajes nos introducen en condiciones humanas reales, como la búsqueda de la identidad
y las reivindicaciones de la existencia. Los objetos disfrazados que nos presenta Santos Febres no
son más que entes problemáticos que buscan un lugar en el mundo que les ha sido asignado, pero,
al mismo tiempo, los evitan, porque no los reconocen. Lo único que tienen estos personajes es el

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azar. Kant reconoció la habilidad verdadera o trascendente como la base de todo poder humano;
Sin embargo, destacó el aspecto positivo de esta habilidad, que la convierte en “una habilidad
humana efectiva que tiene valor y compromiso para desempeñarse dentro de los mismos límites,
aunque limitados”. En el caso de Sirena, Marta y Solange, que aceptan la única posición
contundente posible del “ser”, revelan el inconveniente que Kierkegaard atribuye a esta
habilidad, revelando en su biografía la invalidez de lo que podría ser un agente de cambio y, por
tanto, la amenaza de la nada. La lujuria, que es el escenario de estos personajes, representa en
última instancia la nada.

Para Kierkegaard, el ser es simplemente un 'quizás'. El término se puede aplicar a personajes que
en un mundo hecho por hombres y satisfactoriamente creado por hombres, actúan como híbridos.
Serena y Marta son multiculturales, mientras tanto puertorriqueños como dominicanos forman
parte de una serie de nuevas identidades. Ambos caen en un drama sobre una situación
transgénero”, utilizando en la novela de Santos Febres la estructura narrativa de un mundo
paralelo, en el que el dominicano es siempre el sujeto de ese paralelo, de ese mundo. De pronto
cae en una “diferencia”. Por su parte, Solange es un estereotipo perfectamente diseñado basado
en una visión económica y patriarcal de lo que "debería" ser una esposa: un híbrido entre esclava
y súbdita, que aparece cuando se necesita y desaparece, se pierde sin demanda, personajes en un
plano inexistente; y el punto 0 se entiende como el punto entre el frío y el calor, entre el sabio y
el estúpido, entre el sí y el no, es un simple “tal vez.” Marta es un claro ejemplo del precario
equilibrio entre alternativas en conflicto que se despliega ante cualquier oportunidad. Marta
trabaja en sentido contrario a su proyecto original ya que la alternativa se abre como posibilidad
económica. Aquí el deseo es "transitorio", portátil y no permanente. La incapacidad de dedicarse
por completo a una tarea específica, porque en el primer movimiento se ha modificado el camino
original, no existe una habilidad única en este campo de camuflaje ni la capacidad de
desencadenar el impulso de ir a otro lugar o persona.

Los sujetos de la novela existen en una elección permanente de las posibilidades de sus vidas, las
realizan y las realizan, y llevan el peso y la responsabilidad de dicha realización, pero siempre se
encuentran detrás de esta realización al misterio que surge y se renueva, otras posibilidades de
elección y realización. Este rasgo es evidente en la personalidad de Marta, ya que sus planes de
convertir a Selena en una estrella internacional se ven ensombrecidos por una mezcla constante

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de giros y vueltas en la decisión que Selena elige, una decisión contraria a la que le asignó su
mentor. Selina tiene la opción de quedarse con Marta o aceptar la propuesta de matrimonio de
Graubel. acepta la última opción; en el que, por un momento, canalizó a Martha hacia un sentido
negativo y adormecedor de las posibilidades humanas que articuló Kierkegaard. Ante la amenaza
de la nada, Marta hace nuevos planes y acepta las alternativas que le ofrece su realidad.

En la novela, ese “otro modo de ser” y “forma de ser” no se logra. Podemos decir que la
existencia define la identidad, entonces, ¿qué es la existencia? Lo que se cuestiona es la
existencia misma, y lo que se descubre es el sentido de la existencia, pero lo que se cuestiona sólo
puede ser un ente, porque la existencia es siempre inherente al ente. El ser, tal como lo ve
Heidegger, comienza con el ser o el ser, que es la posibilidad del sujeto. Vemos que estas dos
posiciones de Heidegger, como las novelas de Santos Febres, existen en la misma cosa: no hay
sujeto sin el mundo, ni sujeto aislado. Es claro que en compañía de la "Existencia" los personajes
deben ceñirse a un modo de representarse a sí mismos y a los demás, ya que son conscientes de
sus propios deseos, pero expresan los deseos de los demás de una forma más trascendente de lo
"Otro...".

En Sirena Selena, la posición que adquieren los sujetos travestis no es en modo alguno una que
los aísle del mundo, sino un modo de ser que les da la oportunidad de negociar con el mundo. ,
como objeto de desalojo. a esto. El travesti posee una gama de actos performativos en los que
responde a un deseo exagerado por la perspectiva masculina del sujeto femenino.

La intersección de género que representan los travestis nos impide fijar identidades, puede ser
uno u otro, pueden ser ambos, los travestis no solo parecen mujeres, incluso enfatiza las
características de la feminidad irónica, desde lo erótico hasta lo femenino. psicológico. El
travesti, entonces, responde a los deseos (ya sean homosexuales o heterosexuales) que lleva
dentro el espectador, porque esos deseos se basan en una perspectiva patriarcal de la mujer
"perfecta": femenina, exótica, seductora, buena amante, buena esposa, etc.

La paradoja de esta posición masculina es que es divisiva. La escisión representada por Solange y
Selena, dos personalidades incapaces de habitar una sola entidad, optando por el "travestismo"
como alternativa a la "existencia". Tenemos que darnos cuenta de que Solange tiene todo lo que
Selena quiere ser, y Selena a su vez es exótica y misteriosa, lo cual es propio de ella siendo un

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ente travesti o “andrógino”, algo que Solange repugna y no quiere lo mismo, pero la voz de
Selina. revela su "pobreza", sabiendo lo que Solange nunca podrá tener, la voz que seduce y
confunde a su marido, la voz que le penetra los huesos y emite una voz peligrosa.

Selena descubre que aspectos de ella misma son temporales, y como un cuento de hadas, se le
revela que, al final, toda posibilidad se vuelve imposible y dentro de toda posibilidad yace la
irrealidad de la existencia. Posibilidad, también, de que él deje el brandy. Vidrio y lirio "cala" en
su lugar al final de la farsa, revelando su "existencia" actual en un mundo donde "existe"
nuevamente.

"Selena vestida de pena" se refiere a una prenda, una actuación, una forma de "ser", que a su vez
nos da importantes conocimientos sobre el futuro datos "preformados", estamos en el proceso de
disfrazar la "pobreza" de este y se encontraron otros caracteres en estos datos.

Los nombres de los personajes son igualmente significativos: se sabe que Sirena hace referencia
al mito del Canto de las Sirenas, que, gracias a su encanto, promete felicidad, pero hace que el
barco se hunda; "Selene" significa luna en griego, un símbolo de bisexualidad, lo que sugiere la
naturaleza "loca y extravagante" del personaje.

En la novela, el "equilibrio" es un significante personal construido en torno al personaje de


Sirena. Marta es el motor que ayuda al proceso de travestismo, porque ella misma es un producto,
modelado a partir de Bette Davis, un producto temporal, mutable, no permanente, porque cuando
se apagan los focos, la ilusión de "convertirse" se acaba, dando paso a lo que el verbo "ser"
significa para nosotros gramaticalmente. Para Marta, la existencia se prolonga porque hay un
deseo constante de "ser", pero al final no es, es solo existencia. Marta trata de ocultar lo que no se
puede "hacer".

Marta y Selena, como sus nombres, representan una “creación” a partir de estereotipos míticos y
recordemos que el mito parte de datos no verdaderos aceptados de manera convencional por una
sociedad o una cultura, parte de la posición del se dice. En el mito, “al narrar las representaciones
de la realidad, se implica su significación ontológica y se presenta el comportamiento de los entes
que en ellas sirven de modelo”. Estos patrones deben ser emulados en las actividades personales
y sociales de los miembros de la comunidad; esto el mito es Comience con la consideración del

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comportamiento "asumido". Es así como los personajes construyen sus propios espacios y
representaciones, siguiendo patrones y perspectivas tradicionales que parten de los deseos
mientras les brindan realización, ya sea propia o ajena; incluso Solange es parte de esta empresa,
la empresa parte de asumir ese “ser” una mujer en una sociedad que la excluye y hace que se
comporte de manera deliberada única y exclusivamente "se convierte" en una entidad que
"incluye" la exclusión, la raza, el género y el mundo de clases.

La presencia de los personajes está bloqueada, pero es posible encontrar una estructura básica en
un mundo construido sobre la retórica heterosexual. Un travesti esconde su poder para no ser
reconocido en el mundo global o "normalizado". Estos personajes han alcanzado un cierto nivel
de "existencia anónima" porque en el proceso de encontrar su lugar en el mundo, se unen a las
convenciones que el mundo les exige como travestis.

Su "diferencia" sólo puede justificarse desde ese punto de vista, que es la diferencia, y no desde
el punto de vista de entrar en un mundo que lo acepta temporalmente, ya que la trascendencia
buscada al final no se logrará. Heidegger se refiere a la existencia anónima como la existencia de
todos y la existencia de nadie. Los personajes actúan de acuerdo con lo que dicen o hacen.

Esta presencia asume todo lo que es "plano", formal y rutinario. En el proceso de verificación de
sus identidades, se vuelven todos y uno porque eso es lo que se supone que son; lo que son, no es
una existencia real, sino una forma "gradual, siempre cambiante" y tradicional; el travestismo es
tradicional en cuanto oculta la propia existencia, un tedioso espectáculo secundario que sólo
ofrece un énfasis en lo disfrazado y mutable.

Los lectores pueden ver esto claramente en el texto. Así, incluso en el uso desigual de los géneros
morfológicos masculino y femenino, la unidad de la novela radica en esta hibridación de la
narración misma, que revela temas de fugacidad tanto a nivel de identidad como a nivel de
generalidad. Los personajes pueden reclamar agencia, pero al final vemos que esto simplemente
se refiere a un estado de constante adaptación o desconexión en un mundo que no los necesita
porque pueden ser reemplazados fácilmente.

El lenguaje que Marta y Selena adquieren revela la expresión del estar, y como una charla en la
que su cuerpo es el lienzo en el que se copia (y como “copias” los personajes pueden ser

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fácilmente sustituibles) la obra original de un artista conocido. Selena adquiere el bolero como
medio para navegar en el ámbito del deseo y la cosa deseada; Marta como diva retirada que ahora
atiende a intereses de tipo meramente económico y Solange que ha elegido la coreografía de una
señora respetable “como todas” y al igual que todas las que pertenecen a su clase social.

Es por eso, que el axioma adoptado en la novela de Santos Febres por los personajes travestidos
obedece a “la cosa es así porque así se dice”. Una existencia vacía que no pretende criticar los
déficits afectivos y vivenciales de estos personajes (para lo que es necesario otro tipo de lectura)
busca naturalmente llenarse y por tanto está patológicamente inclinada al deseo, que no es por la
existencia de las cosas, sino por su apariencia visible, de ahí el "malentendido".

Como se puede ver en este pasaje, Selena no encaja en ese espacio, pero trata de hacerlo suyo.
Sirena se encuentra comparada con objetos materiales, revelando sus intereses más
insignificantes, como los deseos financieros en perspectiva y preparando el escenario para hacerla
parecer algo que no tiene (encanto). Es una imitación. . Solo se descubrió cuando se apagaron las
luces y se le quitó el disfraz. Selena estaba mal posicionada. Al limitarse a reconocer que el ser
anónimo de este último, como Marta y Solange, es parte de la estructura del ser del sujeto, y de
manera paradójica, el ser anónimo es parte del “poder ser”.

Este "poder ser", los personajes lo adquieren porque parecen haber sido desterrados a un mundo
particular. Su presencia se lanza al nivel de las cosas del mundo, y es aquí donde podemos
comenzar a presentar un panorama más revelador de nuestra protagonista. La depresión no es
algo que se pueda eliminar “la subjetividad es parte esencial del ser”: el sentimiento de ser
abandonado tal como es y buscar una manera de sobrellevar una condición racial y sexual, en el
caso de Marta y Selena, las convierte, pues en sujetos transcaribeños.

Marta, Selena y Solange están navegando por las arenas movedizas de la crisis de identidad; la
primera opta por un atuendo heterosexual más dinámico, mientras que la segunda mantiene una
seguridad superficial de su "carácter" como mujer del mundo y la sociedad, en lugar de
inquietarse e indecisión vacilante. Debemos reconocer que la inestabilidad del "ser" es también el
resultado de un mundo que se tambalea y fluctúa en el espacio y el lugar en una retórica de la
“insinuación” frente a una realidad poco alentadora y potencialmente regida aún por los círculos
patriarcales, de manipulación y poder de una supuesta voz heterosexual.

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El travesti es libre de elegir, y puede “ampliar” sus opciones, porque todas acomodarán el espacio
que debe recorrer en la misión de encontrarse, de encontrarse, de descubrir identidades que se
adaptan al cambio, de acomodar el disfraz y Rendimiento consistente. Dadas las identidades
previamente otorgadas, son entidades marginales y condenadas.

Desde un punto de vista marginal, todas las posibilidades son equivalentes. Los que "tienen" lo
admiten son otras personas, aunque también viven una vida secreta como homosexuales. En el
mundo que se nos presenta en la obra de Santos Febres, siempre tendrán poder y voz, aunque,
como ya hemos dicho, también reprimen sus deseos, accediendo a ellos sólo a través de espacios
cerrados y secretos. Los sujetos travestis son manipulados por sujetos de poder para que estos
últimos sean aceptados en lugar de marginados como homosexuales.

Todo lo que el ser puede proyectar desde su posibilidad recae sobre lo que ya es (origen
revelador), elemento vacío o nada como elemento, ya que la duplicidad no puede definir ni
caracterizar el "ser". Esto funciona igualmente bien para proyectos exitosos y no exitosos, ya que
se presentan en los ámbitos de lo efímero, las relaciones duales, el rendimiento y el
enmascaramiento racial y de género. Así que esta nada existencial no se caracteriza en absoluto
por la privación, no por la "carencia", sino sólo por la "pobreza" relativa a un ideal proclamado,
no realizado.

Para Marta, en un momento, mantener el nombre "Divino" estaba fuera de discusión, y fue
entonces cuando vimos que tenía que tomar una postura (relativamente) estandarizada y descartar
espectáculos de travestis para encajar en un "Obviamente" heterosexual. (hasta ese punto de la
narración).

En la estructura travestida que nuestros personajes presentan, se encuentra incluida una nulidad
esencial. Todo lo que el estar siendo puede proyectar a partir de sus posibilidades recayendo
sobre lo que ya es (delata procedencia), un proyectar nulo o una nada en cuanto proyecto, ya que
la duplicidad no puede definir o caracterizar al “ser.” Esto vale igualmente para los proyectos
logrados como para los que no tienen éxito, ya que tales se presentan en el ámbito de las
relaciones transitorias, dobles, de actuación y enmascaramiento étnico y de género. Entonces,
esta nulidad existencial no tiene por nada el carácter de privación, de “deficiencia”, con respecto
a un ideal proclamado y no alcanzado, sólo posee un carácter de “indigencia.”

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Para Marta resulta imposible, en un momento, mantener el nombre “Divine” y es aquí cuando
vemos que ella tiene que adoptar (relativamente) una postura estandarizada y dejar fuera el
performance travestístico, para poder encajar en un mundo que “aparentemente” es heterosexual
(hasta ese momento en la narración).

Por tanto, ni Marta, ni Selena, ni Solange, podrán cambiar al mundo en el que habitan. Estos
entes se apoderan de las formas para estar siendo y una de esas formas es la espera, como
perfectos entes existenciales. La espera es lo único que tienen por seguro, la espera es lo único
que es palpable, la imposibilidad de su posibilidad de “ser”:

Hay que mantenerse positivos. Aunque una se sienta como un trapo usado porque la vida les
pudre el pecho como una llaga mala. Aunque los policías las corran a la salida de la disco por
mariconas y el marido se les vaya con otra. Aunque vivan en un cuartito lleno de cucarachas y la
polilla les coma los trajes que con tantas privaciones se han cosido para gozarse un instante de
lujo en esta barra de mala muerte.

Desde el punto de vista del mundo de clase, Solange tiene más oportunidades que nuestros otros
dos personajes. Solange ha entrado en un mundo de glamur y riqueza. Solange ha aprendido el
papel, es un papel convencional. Su postura travesti es más estable y menos vergonzosa, por lo
que encontrará más fácilmente un lugar en un mundo de patriarcado, heterosexualidad y
globalización. Para Solange, tenerlo y "todo" le facilitará permanecer en este mundo, y algún día
podrá establecerse más rápido que Selena y Marta.

Conclusiones

El travestismo representa por tanto otra forma de ser o estar. Considero que la metáfora de la
transexualidad se mueve en un campo móvil y una violación de los espacios socialmente
determinados. La única manera de que los personajes presentados por Santos Febres existan en
este mundo es "migrar". Cambia de piel, cara, cuerpo, raza.

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Adoptar una pose de travestismo significa entender que no es una pose permanente, sino
cambiante, camaleónica y muchas veces oportuna, aunque también está condenada a esperar y, en
muchos otros casos, al fracaso. Para los personajes travestis, esta característica les proporciona un
escenario improvisado. Veremos a los personajes seguir viviendo en silencio, y su huida hace
creer que permanecerán en el anonimato por la ayuda que han tenido disfrazados.

En el caso de Marta, se ve que el travestismo la devuelve al punto de partida, lo único que ha


cambiado es el público gay geoespacial. Como mencionamos antes, Solange tiene más
posibilidades, y su estado brinda esas posibilidades. Es así como vemos cómo la "metáfora" del
tema travesti permite que nuestros personajes actúen dentro de la retórica del deseo, pero al final
la carencia sigue imponiéndose.

Es así pues que vemos cómo la “metáfora” de sujetos travestidos permite a nuestros personajes
accionar en la retórica del deseo, pero al final, sigue imperando la falta. La falta mueve dicha
“metáfora”: la metáfora del disfraz, de la máscara, del continuo hacerse o rehacerse.

Bibliografía

Santos-Febres, M. (2019). Sirena Selena vestida de pena. Habana Vieja, Cuba: Editorial Arte y

Literatura

España, A. I. (2016, julio). Personas transgénero en el Caribe: la lucha continúa. Amnistía

Internacional Sección Española. Recuperado 16 de diciembre de 2022, de


https://www.es.amnesty.org/en-que-estamos/blog/historia/articulo/personas-transgenero-
en-el-caribe-la-lucha-continua/

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Arroyo, J. (2003). Sirena canta boleros: travestismo y sujetos transcaribeños en Sirena Selena

vestida de pena. Redalyc.org. https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=37715203

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