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I. EL ASCENSO DEL MUNDO. OCCIDENTAL En el aflo 1500, la fecha clegida por numerosos eruditos para marcar la divisién entre tiempos mo- demos y premodernos', para los habitantes de Euro- pa so eta ent absoluto évidente que su continente es- tuviera destinado a dominar gran parte del resto de la Tierra. El conocimiento que tenfan los contempord- neos sobre las grandes civilizaciones de Oriente era fragmentario y a menudo erréneo, pues se basaba en relatos de viajeros. No obstante, la imagen general de extensos imperios orientales que posefan riquezas fa- bulosas y eriormes ejércitos era razonablemente exac- ta y a primera vista estas sociedades deben haber pa- recido mucho mejor dotadas que los pueblos y Esta- dos de Europa occidental. De hecho, comparadas con estos grandes centros de actividad cultural y econd- mica, las debilidades relativas de Europa eran mas Sridentes gue sus unten Renee: ease amas Sra la reign mis oth nie ota an los_mejores Tiigares. Desde el punto de vista geo- politico, el scontinente* europeo tenia una forma ine moda, limitada por hielo y agua al Norte y al Oeste, abierta a frecuentes invasiones desde el Este y vulne- rable estratégicamente desde el Sur. En 1500, y du- rante mucho tiempo antes y después de 1500, éstas no a eran consideraciones abstractas. Sélo habsan tra rrido ocho afos desde que Granada, la tltima region musulmana de Espafia, sucumbiera ante los ejércitos de Fernando e Isabel, pero ése era el final de una campafia regional, no de la lucha mucho més amplia entre la Cristiandad y las fuerzas del Profeta. Sobre la mayor parte del mundo occidental pendia ain el im- pacto de la caida de Constantinopla en 1453, suceso Que resulté tanto mas inqufetante cuanto que no mar- 6 en ningiin sentido los limites al avance de los tur~ cos otomanos. A finales de siglo éstos habfan con- quistado Grecia y las islas J6nicas, Bosnia, Albania y gran parte del resto de los Balcanes; y en la década de 1520 sucederian cosas peores al avanzar sus impo- nentes ejércitos de jenizaros hacia Budapest y Viena. En el Sur, donde las galeras otomanas saqueaban los puertos italianos, los Papas llegaron a temer que el destino de Roma imitara pronto el de Constantino- pla’. Mientras que estas amenazas parecfan formar par- te deiuna estratepa coherente del suitén Mehmet It y sus sucesores, Ia respuesta europea era aislada y es porddica. A diferencia de los imperios otomano ¥ chi- hho y del liderazgo que pronto establecerfan en la In- dia los mongoles, jamas bubo una Europa unida en la Cual todas las partes reconocieran wn Iider secular o religioso. En cambio, Europa era un batiburrillo de pequefios reinos y principados, marcas y ciudades-Es- tado, En el Oeste estaban surgiendo monarquias mas poderosas como por ejemplo Espafia, Francia e Ingla- terra, pero ninguna de elias estaba exenta de tensio- nes internas y todas se consideraban rivales mas que aliadas en la lucha contra el Islam. ‘Tampoco podia decirse que Europa tuviera venta- {jas notables en los campos de la cultura, las matemé- ticas, la ingenierfa, Ia navegacién u otras tecnologias en comparacién con las grandes ‘civilizaciones de ‘Asia. En cualquier caso, una porcién considerable de ja herencia cultural y eientifies europea se haba eto- mado prestada» del Islam, de la misma manera que Fae asec rnusulmanes extrajeron durante sigs conocimientos de China a través del comercio, la con- quista y los asentamientos. Retrospectivamente ve- mos que a fines del siglo xv Europa estaba tomando impulso tanto comercial como tecnolégico, pero tal vez el comentario general mas justo seria que cada uno de los grandes centros de Ja civilizacién mundial de la época estaba, aproximadamente, en un estadio de desarrollo similar, algunos més avanzados en un campo pero menos én otros. Tegpologica y, por lo tanto, militarmente, el Imperio otortanote China-ae Ta dinastia Ming, algo mas tarde eT norte dé Ta India Ehjo Tos mmangise ¢ ol sistema de stados-eurapeD- Gon un fetofio moscovila eran Muy superi Ss sociedades dispersas de Alrica, América y Oceania, Si Bien esto implica que en uropa er un de Tos centros culturales de poder mas importantes, no era en absoluto evidente que fuera a ocupar algin dia tuna posicién de liderazgo. En consecuencia, antes de investigar las razones de su ascensiéa es necesario examinar las ventajas y desventajas de los otros con- tendientes. ¥ " = La CHINA DE LA DINASTIA MuNG [De todas las civilizaciones de los tiempos premo- dernos, ninguna parecia més avanzada ni se sentia superior a la de China®,\Su considerable poblacién cle 00 4 300 millones por“ contraste con los 50-55 millo- hes de Europa ene catvuray sus Hanuras tnererbiemente fertifes e irrigadas, unidas oF un espléndido sistema de canales desde el siglo x3; y su administracién unificada y jersirquica, conducida por una burocracia confueiana bien educada, habjan dado a la sociedad china una coherencia y sofistica- cién que eran la envidia de los visitantes éxtranjeros. Verdad es que esa civilizacién habia sido sometida primero a graves tensiones por parte de las hordas mongolas y a la denominacién después de las invasio- nes de Kubilai Khan. Pero China tenia la costumbre de cambiar a sus conquistadores mucho mas de Io que se permitfa ser cambiada por ellos y, cuando en 1368 surgié la dinastia Ming para reunir el imperio y 29 derrotar por fin a Jos mongoles, segufa vivo gran par- te del viejo orden y conocimiento, Para los lectores educados en el respeto a la cien- cia «occidental», la caracteristica ms sorprendente de la civilizacién china debe ser su precocidad tecno- Logica. Desde muy temprano existfan enormes biblio- Impresion por uipos movibles v mW panto ApaTeRTS listria, estimulados por la construccién de canales y las presiones de poblacidn, eran igualmente sofistica- dos. Las ciudades chinas eran mucho mds que sus tiiivalentes de Ta Eur d Tas ru- tas comerciales chinas eran igualmente extensas. Mu- cho antes el papel moneda’ Hobie dado fluidez al co- mercio y el crecimiento de mercados. En las tiltimas iécadas del siglo x1 exist{fa en el norte de China una ings de un millgnyd bres cra un vasto mercado para Tas mercanefas de hierro. jMerece la pena senia- Jar que esta cifra de produccion era mucho mayor que la produccién briténica de hierro en los comien- zos de la Revolucién industrial, siete siglos mas tarde! Probablemente, tambign fueron los chinos los prim os en inventar la verdadera pélvora y los Ming utili- zaron caiiones para vencer. a sus gobernantes mongo- les a fines del siglo x1v ‘Teniendo en cuenta las pruebas de adelanto cultwr- ral y tecnoldgico, tampoco sorprende enterarse de gue los chinos ya habfan recurrido a los viajes de ex- ploracién y comercio. La brijula fue otra invencién china, algunos de sus juncos eran tan grandes como los galcones espaitoles posteriores y el comercio con las Indias y Ias islas del Pacifico era potencialmente tan provechoso como el de las rutas de caravanas Muchas décadas antes habia habido guerra naval en el Yang-Tzé —para derrotar a los navios de China de la dinastia Song en la década de 1260. Kubilai Khan se habfa visto obligado a construir su propia flota de buques de guerra, equipados con maquinds dispara: at doras de proyectiles— y el comercio de grano de la ‘costa era floreciente a comienzos del siglo xiv. En 1420 se calculé gue la armada Ming posefa 1.350 na- S20 Be cormbatelmnctnndas 400) frandes fortalezas fo. antes 7-750" barcos eisenados para persecuciones de Tago alcmnee-Eser faerzevelipsaba, pero no wiclara, Tos muchos navios privados que estaban ya en esa época comerciando con Corea, Japén, el sudeste dé ‘Asia y hasta el este de Africa, y obteniendo ganancias para el Estado chino, que procuraba gravar esté co- mercio maritimo. ‘Las mas famosas de Jas expediciones ultramarinas a Meh Tio cutie, 1405. Te viajes de Targa distancia co sndidos_por et alimirante Chen 1a 434. Fstas flotas —aue en ocasiones consistieron en Gentos de naves y decenas de miles de hombres— vi- sitaron multitud de puertos, desde Malaca y Ceilan hasta ‘las entradas del mar Rojo y Zanzibar. Por un Jado, lenaban de regalos a los gobernantes locales de- ferentes, por el otro, obligaban a los recaleitrantes a aceptar a Pekin. Hubo un barco que regresé con jira: fas del este de Africa para entretener al emperador chino; otro, con un jefe de Ceilén que habia tenido la mala idea de no aceptar la supremacia del Hijo del Cielo. (Sin embargo, hay que observar que, al parecer, / i aren ni acesrnavon.-& diferen: Ga de los portugueses, holandeses y olfos invasores ‘Giropsos eT oceate Indiog,) Segumn To que pueden de cirnos los historiadores y arquedlogos sobre el tama- fio, poder y navegabilidad de la marina de Cheng Ho wRalgunos de los grandes buques-tesorerfa parecen haber tenido unos 1.200 metros de largo y desplazado més de 1.500 toneladas—, es muy posible que hayan podido navegar en torno a Africa y «descubrir» Portu- kal varias décadas antes de que las expediciones de Enrique ef Navegante empezaran a aventurarse por el sur de Ceuta’ 32 partir de entonces el personal naval fue empleado en barcos mas pequefios en el Gran Canal. Los grandes buques de guerra de Cheng Ho quedaron amarrados y se pudrieron. Pese a todas las oportunidades que exis- tian al otro lado del mar, China habia decidido dar la espalda al. mundo. Por supuesto habia una razén estratégica plausible yur explicaba cota deasion-Las fronteras nortefias” felinperio_volvian_a estar_somebdas_a Ta inongot y Tat ver parecio pruidente concentrar en esta St mos Wulnerable Toe pecursos milftares, En estas” circunstancias, una armada importante era un lujo caro y, en cualquier caso, la expansién que intentaron Jos chinos hacia el Sur, en Annam (Vietnam) resulta- ba estéril y costosa, No obstante, al parecer no se re considers este razonamiento valido cuando mas tarde ‘se hicieron evidentes las desventajas de la retirada na- val: al cabo de un siglo, aproximadamente, las costas y hasta ciudades chinas sobre el Yang-Tzé, estaban Siendo atacadas por piratas japoneses y sin embargo no hubo una reconstruccién seria de una armada im- perial. Ni siquiera la reiterada aparicién de navios portugueses en las costas chinas provocaron este re- farme*. Los mandarines argumentaban que lo que se necesitaba era la defensa en tierra, porque gacaso no se habfa prohibido a los stibditos chinos el comercio maritimo? Por lo tanto, aparte del coste y otras desventajas, uno de los a cetirada chi i Zonservadurismo_de la_burocracia_confuciana’t un sescrreClurisine acrecentado en el periodo Ming por el resentimiento provocado por los cambios a que los obligaron los mongoles. En esta atmésfera de «Res- tauraciéne, ckinfluyente funcionariado estaba ocupa- encrear mn ‘liramar. Segun el c6digo confuciano, Ia guerra era + Durante un breve Japso, en la década de 1990, una fora cover china ng mis dinamiea ayuda ox corennon ress ‘dos intentos de invasi6n japoneses; pero incluso este brote de fa armada Ming decliné a partir de entonces 33 a en si misma una actividad deplorable y g6lo el miedo alos ataques de los barbaros o a las revuelias internas jistilicaba Ta necesitad de Tas Fuerzas Armadas, El ‘Eggusto expernmemerd por e- munaaraS nea ijér- cito (y la Armada) iba acompafiado por una gran sus- picacia ante el comerciante. La acumulacién de capi- tal privado, la préctica de comprar barato y vender caro, la ostentacidn del comerciante nouveai riche. Todo esto ofendfa a Ia elite burocrética, erudita. La ofendia tanto como resentimientos despertaba en las masas tabajadoras. Si bien no deseaban poner frend a la totalidad de la economia de mercado, los manda. tines intervenfan con frecuencia contra comerciantes, confiscando sus propiedades o prohibiendo sus nego” ios. A los ojos de los mandarines, el comercio ex- uranjero por parte de sitbditos chinos débe haber sido incluso mas sospechoso, simplemente pore escapae Este disgusto por el comercio y el capital privado no ponfa obstaculos a los enormes logros tecnologi- cos ya mencionados. La reconstruccién de la Gran Muralla emprendida en el periodo Ming y el desarro- Ilo del sistema de canales. et trabajo de! hiervo y la Ar- mada imperial eran objetivos de Estapo, pues la bu- rocracia habia afirmado al emperador que eran nece- sarios. Pero de la misma manera en que podian ini- ciarse estas empresas, también podian descuidarse. Se permitid el deterioro de los canales; el Bjército quedaba periédicamente sin nuevos equipos; se des- Cuidaban los relojes astronémicos (construidos alre. dedor de 1090); las fundiciones de hierro fueron c: yendo en desuso, Estos no eran los tinicos obstéculos puestos al crecimiento econémico. La impresién esta. ba restringida a trabajos eruditos J ho se empleaba ‘Bata Irexpansionrttet conocimienco-practleory tlicha menos para la critica social, Lautilizacion del papel Ghonedaert-discontinus’ Las cludades chinas Joes disfrutaron de Js autonomfa de sus contrapartidas oc. cidentales; no habia burgos chines, con todo lo que implica este concepts; cuando el emperador cambia- ba de residencia, cambiaba también la citdad capital Y sin embargo los comerciantes y otros empresarios 4 otro estimulo potencial a la no podfan progresar sin estimulo oficial, e incluso aquellos que adquirieron riqueza tendian a invertirla en tierra y educacidn en lugar de hacerlo en el desa rrollo protoindustrial. De la misma manera, la prohi- bicién del comercio y Ia pesca ultramarinds elimin6 expansiGn econémica re- gular; el comercio exterior que se produjo con los portugueses y holandeses en’los siglos siguientes era de mercancfas de lujo y estaba controlade por fun- cionarios (aunque hubo indudablemente muchas eva- siones), Por lo tanto, la China Ming’era una tierra mucho menos vigorosa y emprendedora de lo que habia sido cuatro sigios anies con la dinastia Song. Por supues- to, en el periodo Ming habia técnicas agricolas mas avanzadas, pero al cabo de un tiempo incluso estas actividades intensivas de granja y el uso de ticrras marginales empez6 a resultar insuficiente para el cre- cimiento de poblacién. Este crecimiento sélo seria controlado por los instrumentos malthusianos de la plaga, las inundaciones y la guerra, cosas todas éstas muy dificiles de manejar. Ni siquiera el reemplazo de los Ming por los mas vigorosos Manchties después de 1644 puco detener la continua decadencia relativa Hay un glhimo detalle que puede resumir esta his- tori, Ey 1736 —precisammenie rude eamnensabart florecer Tas fundiciones de hi de Abrz én Coalbrookilale— se abandonaron por completo | ATtos hornos y hornos de coque di ci. ae ee eee fan sido grandes antes de que el Conquistador de- sembarcara en Hastings. No volverian a reanudar la produccién hasta el siglo xx. EL MONDO MUSULMAN Hasta Jos primeros marines europeos que vsitaron China a comienzos del siglo xv hubieran podido ob- Servar que se trataba de un pais que se haba encerra- do en si mismo, aun cuando se sintieran impresiona- dos por su tamafio, poblacién y riquezas. En esc mo- mento, sin embargo, no hubiera podido hacerse la 35 misma observacién respecto del Imperio otomano, gue se hallaba entonces en los estadios medios de su expansion y que, al estar mas cerca de casa, era en consecuencia mucho mas amenazador para la Cris- tiandad. De hecho, considerados desde la mas amplia ecspectiva historica y geogriltca, sevta justo afinmnar Ge heron fo Isstados musutmantes los que Const yeron Tas Muerzas de mas répida expansion durante el Finlo wvi-No solo avanzaban hacia el oeste Tos turcoe, sino-que tambien la dinastfa safaw{ en Persia disfru: taba de un resurgimiento de poder, prosperidad y gran cultura, sobre todo durante los reinados de Is- mail I (1500-1524) y Abbas I (1587-1629); una cadena de poderosos khanatos musulmanes seguia controlan- do la Ruta de la Seda por Kashgar y Turfan hasta Chi- na, semejante ala cadena de los Estados islimicos del Africa occidental como Bory, Sokoto y Tombuctii; a comienzos del siglo xvi fuerzas musulmanas conquis- taron el Imperio hindi en Java y el rey de Kabul, Ba- ber, entré en la India por la ruta del conquistador desde el Noroeste y establecié el Imperio mongol en 1526. Aungue al principio esta infuencia en la India fue vacilante, se consolidé con éxito durante el reina- do de Akbar (1556-1605), nieto de Baber, quien cons- ‘truyé un imperio indio nortenio que se extendia desde el Beluchistan al-Ocste hasta Bengala al Este..Duran- te el siglo.xvu, los sucesores de Akbar avanzaron mas al Sur contra fos mahratas hinduies, al mismo tiempo que los holandeses, britanicos y franceses entraban en, a peninsula india’ desde el mar, y por supuesto de maneta mucho menos eficaz. A estos signos seculares del crecimiento musulman hay que agregar el gran aumento en niimero de fieles en Africa y la India, en. comparacién con el cual palidecia el proselitismo de las misiones cristianas. Pero, por supuesto, el mayor desaffo musulman a a joven Europa moderna era el de Tos turcos oloma" igs 0, mis bie formidable ejercito y Tas re- nadas lechicas qe asedio de Ta época, Ya a comiens. zos del siglo XvT Sus dominios se extendian desde Cr\- mea (donde habfan destruido asentamientos comer- ciales genoveses) y el Egeo (donde estaban desmante- 36 Jando el Imperio veneciano) hasta el Levante, Hacia 1526, las fuerzas otomanas habfan capturado Damas- co y al ao siguiente entraron en Egipto, masacrando a'las fuerzas de mamelucos con el uso del cafén tur- co. Después de cerrar de esta manera la ruta de las es- pecias de las Indias, subieron por el Nilo, atravesaron el mar Rojo hacia el océano fndico y combatieron las incursiones portuguesas. Si esto perturbé a los mari- nos espafioles, no fue nada comparado con el terror que inspiraban los ejércitos turcos a los principes y pueblos de la Europa oriental y del sur. Los turcos té- fan ya’ Bulgaria y Serbia y eran la influencia predo- minaite en Valaquia’y en los alrededores del mar Ne- fro; pero durante el reinado de Soliman IL (1520- 1566)-se reandd6-la:presién contra Europa y siguié hacia el Sur el irnpulso que los evara a Egipto y Ara- bia, Hongria, el gran bastion oriental de la Crstian- dad de la época, no pudo seguir resistiendo a los ejér- citos turcos y después de la batalla de Mohacs, en 1526, fue derrotada; casualmente, ese mismo afio Ba- ber obtuvo una victoria en Panipat, después de la cual se establecié el Imperio mongol. @Le sucederia a Eu- ropa lo que le habfa sucedido al norte de la India? En 1529, con los turcos asediando Viena, esto debié pa- recer posible para algunos. En la realidad, se mantu- vo la linea colocada entonces al norte de Hungefa y el Sacro Imperio Romano; pero a partir de entonces los turcos constituyeron un peligro constante y ejercieron una presién militar gue nunca pudo ignorarse del todo. Todavia en una fecha avanzada como 1683, vol- vieron a asediar Viena’. [G expangién del poder naval otomano, fue casi igualmente alarmante en muchos sentidos. Como Ku- bilai_Khan_en China, los_turc ibian_constiturdo ima armada sélo para reducir una fortaleza enemiga Bofeaia por init oh este cago Constantindgla: & ‘que ef sutan Mehinet blogues con grandes galeras Gientos de_naves més pequefias_que Tavorecieron ef Sealto de 1453 Desde ontonces se wsaron formaidables Tiotas de galeras en operaciones a través del mar Ne- gro, en el avance hacia el Sur, en direccién a Siria y Egipto y en una serie de luchas con Venecia para ob- aT 6 . -oung Bf ap SeLaLrE sey “IOLIacns vroueIsUE vf ap svaL|a sauapao ulg “edomg Yoo J99Kq wypod opadury oxeg, [ep Joperedwo un tur veg un {u anb wouwar bun ap. 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La falta de expansion territorial y consiguientes saqueos después de 1150, juiito con el alza de precios, hizo que jenizaros descontentos se dedicaran al pillaje interno, - Los comerciantes y empresarios, casi todos. ellos tranjeros, a quieries antes se habia estimulado, se en: contraron sujetos a impuestos imprevisibles, cuando no se les arrebataba directamente su propiedad. Deu das cada vez mds altas arruinaron el comercio y des- poblaron las ciudades. Tal vez los mas perjudicados ayan sido los campesinos, cuyas tierras y ganado fueron expropiados por los soldados. Al mismo ticm- po que se deterioraba la situacién, los funcionarios ci- viles se dedicaban al robo, solicitaban sobornos y con- fiscaban lotes de mercancias, El coste de la guerra y la pérdida del comercio asiatico durante la lucha con Persia intensificaron la desesperada busca de nuevos ingresos por parte del Gobierno, lo que a su vez entre- g6 mayores poderes a recaudadores sin escripulos”, _ En un sentido muy preciso, la airada respuesta al désafio religioso chifta reflejaba y anticipaba un en- durecimiento de las actitudes oficiales hacia todas las formas de libertad de pensamiento. Se prabibis la im= sidn porque podia diseminar opiniones peligrosas. dio primitivo: se aceptaban importaciones J {os occidentales pero estaba prohibida la exportacion; 5e-apoyé a los gremios en sus esluerzos por controlar la innovacién y el ascenso de productores «capitalis- tasn; se intensified la critica religiosa a los comercian- tes. Los turcos, que despreciaban las ideas y practicas europeas, se negaron a adoptar los méiodos més avanzados para contener las plagas; en consecuencia, su poblacién sufrié graves epidemias. En un sorpren: dente ataque de oscurantismo, una fuerza de jenfza- ros destruyé tun observatorio del Estado en 1580, ale- gando que habia provocado tna plaga"®. Las fuerzas armadas se hahian convertido en un bastion de con: servadurismo. Pese a observar, y en ocasiones pade- cer, el nuevo armamento de los jércitos europeos, los Jenfearos se tomaron su tiempo para modernizarse. 40 Sus voluminosos cafiones no fueron reemplizados pot la artilleria mas ligera. Después de su derrota en Lepanto, no construyeron el tipo de buque europes, mas grande. En el Sur, se ordeno simplemente a la Hota musulmana que permaneciera en las aguas mas tranquilas del mar Rojo y cl golfo Pérsico, para eludir asi la necesidad de construir buques que pudieran na- vegar por el océano, segrin el modelo portugués. Tal vez haya razones técnicas que ayuden a explicar estas decisiones, pero el conservadurismo cultural y isn logico_desempen tambien su papel (en cambio, los Coisarios de Berberfa adoptaron rapidamente el navio de guerra tipo fragata). Las anteriores observaciones sobre el conservadu- rismo podrfan hacerse con igual o mayor razén con respecto al Imperio mongol. Pese al descomunal ta- mano del reno en-su momehto de apogeo y el genio rniltar de alguno de sus emperadores, pese a la bri- llantez de sus Cortes y la perfeccién de sus productos de lujo, pese incluso a una sofisticada red bancaria y crediticia, el sistema era débil: una elite musulmana conquistadora en lo alto de una gran masa de campe- sinos empobrecidos que en su mayoria eran de fe hin- dit, En las propias ciudades habia una considerable cantidad de comerciantes, mercados abundantes y en- ire las familias hindvies una actitud hacia la manufac- tura, el comercio y el crédito que podria transformar- os en excelentes ejemplos de la ética protestante de Weber, Pero contra esta imagen de una sociedad em- prendedora preparada para el «despegue» econémico antes de ser victima del imperialismo britanico existen, retratos mas oscuros de muchos factores indigenas gue actuaron como frenos en Ja vida indiaLa propia rigidez de los tabdes religiosos hinddes obstaculiza Fe modemnizacion Ho Se-pocia- malar a Toedores © etos, de modo ieee pernn rca se perdian enormes cantidades de glimentos; las costumbres sociales referentes al mane ie iclaii condiciones in. alu 10 de eultive para Tas iva, estimulaba el ritual y restringfa el mercado; fe influencia que “ejercian Tos_sacerdotes_brahmanes' 41 . sobre los gobernantes locales indios significaba que ssc ovcurantisme actuaba-en Tos niveles nds altos. Ha- f obstaculos sociales profundos a cualquier intento de cambio radical. No es de extrafar que mas tarde muchos britinicos, después de saquear y luego tratar “de gobernar la India gegiin principios utilitarios, ter- minaran por abandonarla con el sentimiento de que el pais segufa siendo un misterio para ellos". Pero el Gobierno mongol apenas podia comparar- se con la administracién conducida por el Servicio Ci- vil Indio. Las brillantes cories'éran ‘tentros de consu- mo conspicuo a tina escala que hista él Rey Sol hit biera considerado excesiva en Versalles. Miles de sir- vientes y desocupados, ropas, joyas, harenes y mena- jes extravagantes, enormes despliegues de cuerpos de guardia que solo podfan pagarse creando una maqui- na de pillaje sistematicd. Los recaudadores de im- Puestos, a quienes sus-amos exigian sumas'fijas, se cebaban sin piedad en. campesinos y comerciantes; fuera cual fuese la situacién de las cosechas o el co- mercio, el dinero tenia que reunirse. Como, aparte de Ja rebelién, no habfa’ frenos constitucionales ni de ninguna otra especie, no era sorprendente que se lla- uaa «comiday a los impuestos. A cambio de este wi- buto anual colosal, la poblacién recibfa apenas nada, Habia pocos adelantos en las comunicaciones y nin- guna ayuda organizada en caso de hambre, inunda- ciones y peste, cosas que, por supuesto, eran habitua- les. Esto hace que por comparacién la dinastia Ming parezca benigna y.casi progresista. Técnicamente, el Imperio mongol entré en declive porque se hizo cada vez mas dificil de mantener luchando con los mahra- tas en el Sur, los afganos en el Norte y, por tiltimo, la Compafifa de las Indias: Orientales. En realidad, las razones de'su decadencia fueron mucho mas internas gue externas, Dos ForAstERos: JarOn y Rusia _ ._. En el siglo xvi habfa otros dos Estados que, aun- {qlie no se acercaban en tamaiio y poblacién a los im= 2 perios Ming, Otomano y Mongol, daban sefalés.de consolidacién politica y crecimiento econémica, En el Extremo Oriente, Japon avanzaba en el mismo momento en que su vecino chino comenzaba a aire. fiarse. La geografia daba una ventaja estratégica a los japoneses (como también a los britanicos) porque Ja insularidad ofrecia una proteccién contra invasio- nes por ticrra que China no posefa. No obstante, la separacin entre las islas de Japon y el tetritorio asiatico no era en absoluto completa y una. buena parte de Ia cultura y la religion japonesas era. una adaptacién de la civilizacién mas antigua, Pero mientras China era gobernada por una, burocracia unificada, en Japén el poder se hallaba en manos de sefiores feudales, de estructura clanica, y el empera dor no tenja verdadero poder. El Gobierno centraliza- do que habia existido en el siglo xvi habia sido reem- plazado por una perpetua lucha entre clanes... seme. Jante a la lucha entre sus equivalentes en iseocia. sta no era una circunstancia ideal para comercian: tes y mercaderes, pero no obstaculiz6 demasiado la actividad econémica. Tanto en tierra como en el mar, los empresari com seniores de fa guerra ¥ benclicio que-habured el comercio maritime detest Fe Asi, Los piratas japoneses asaltaban Tas costae de fina ¥ Corea para saquearlas mientras al mismo tiemapo otros japoneses aprovechaban la oportunidad de intercambiar mercancias con los visitantes poriu- gueses y holandeses de Occidente. Las misiones cris- tianas y productos europeos penetraron en la socie- dad jeponesa con mucha mas facilidad que en el Te. moto y autosuficiente Imperio Ming" Esta escena animada, aunque turbulenta, se altera- «fa pronto con el uso creciente de armamento europea importado. Como sucedia en todas partes del mundo, ¢l poder gravitaba en torno a aquellos inilividuos o Grupos que posejan los recursos necesarios para man- Ghones- Et fapou et resultado de eae tenoacis has Ta consolidacién de la autoridad del gran jefe militar Hydeyoshi, cuyas aspiraciones Jo levaron a intentar 4B por dos veces la conquista de Corea. Sus intentos fra- Easaron y cuando Hydeyoshi murié en 1598 la guerra civil volvié a amenazar el Japén; pero pocos afios des- pués cl poder se habfa consolidado en manos de leya- Su y sus amigos shogunes del clan Tokugawa. Esta vez el gobi ilitar centralizado era inconmovib] fA muchos sentidos, el Japon de Tokugawa tenia las caracteristicas de las «nuevas monarquiasy que habfan surgido en el Oeste durante el siglo anterior. La gran diferencia era la renuncia del shogunado ala iyo Sbansin maritima y on realidad a toro contacto Gh el mundo exterior, En [630 se deruvo Ta construccion ie barcos para 1a avekacion ocednica y se prohibio a~ [Gs subditos japoneses la navegaciOn por alta Mr gomercio con Tos europeos quedo restrimgido al’ bu- gps holandés que fondeaba en Deshima, en el puerto fe Nagasaki; se expuls6 a los otros, Atin mas tempra~ no, practicamente todos los cristianos (extranjeros y naiivos) fueron asesinados sin piedad por érdenes del shogunado. Es evidente que el motivo que habia de- trds de estas drasticas medidas era la decision del clan Tokugawa de lograr el control indiscutible; en consecuencia, se consideraba subversivos a extranje- ros y ctistianos. Pero también lo eran potencialmente otros sefiores feudales, por lo que se les exigio pasar ‘medio afio en la capital y por lo que, durante esos seis meses en los que se les permitia residir en sus Esta- dos, sus familias tenfan que permanecet en Yedo (To- io), virtualmente como rehenes. ‘Esa uniformidad impuesta no obstaculiz6, por, misma, el desarrollo econémico, y tampoco impidio notables logros artisticos. La paz nacional era buena para el comercio, las ciudades y la poblacién global Crecfan y el uso cada vez més habitual de pagos con dinero realzaba la importancia de.comerciantes y banqueros. No obstante, estos tltimos no alcanzaron _ nunea la importancia social y politica que adquirieron “en Italia, los Pa(ses Bajos y Gran Bretaia, y obvid- mente Ide japoneses eran’ ineapaces de conocer "y Adoptar los adelantos tecnoldgicos ¢ industriales que se producian en otros lugares. Como la dinastia Mins, €l shogunado Tokugawa decidié deliberadamente, con “4 Rosas excepeiones, apartarse del resio-del mundo. Tal Fez esto no haya relfasado las actividades econémicas en el propio Japén, pero'st perjudicé el poder relativo del Estado japonés. Como despreciaban el comercio y se les prohibia viajar 0 exhibir sus armas salvo en oca- siones de ceremonia, los samurais al servicio de sus seflores vivian una vida de ritual y aburrimiento. Du rante dos siglos el sistema militar se atrofid, de modp ae en T853, cuando Megaron Jos famasos «b groan del comodoro Perry, poco podia hacer el fado gobierno japonés aparte de sal ‘Al comienzo de su perfodo de consolidacién y cre- cimiento politicos Rusia se asemejaba en varios as- pectos a Japon. Muy alejada geograticamente de Occi- dente —en parte a causa de las malas comunicaciones ‘yen parte 2 causa de que las luchas periédicas con Li- iuania, Polonia y Suecia, el Imperio otomano cortaba las rutas existentes—, el-reino de Moscovia estaba sin embargo muy influido por su herencia europea, trans- mitida en gran parte por Ia Iglesia ortodoxa rusa. Ad« mas, fue desde Occidente desde donde llegé la solu- cién duradera a la vulnerabilidad de, Rusia frente a los inetes de las planicies asidticas: los mosquctes y ca ‘FOSS Co reslas nuctas armas Mosca podta sitar Consecuencla, expandirse, El avant der efi pra Tos see jarque los sueccs y polacos También tenfan~ esobatHRMentos, pero la expansidn colonial hacia las tribus y khanatos del Sur y del Este fue mucho mas Sencilla a causa de esta ventaja tecnol6gico-militar Hacia 1556, por ejemplo, las tropas rusas habjan lle- gado al mar Caspio. La expansi6n militar fue acompa- fiada, ya veces hasta eclipsada, por los exploradores y pioneros que avanzaban constantemente hacia el este Ue los Urales, a través de Siberia, y habfan llegado in- _ cluso a Ja costa del Pacffico hacia 1638". Pese a su stt- perioridad duramente conseguida sobre los jinetes Imongoles, en el crecimiento del Imperio ruso no hubo nada léeil 0 inevitable. Cuanios rid» pucblos se con- guistaban, mayores eran las posibilidades de disensio- hes internas y revueltas, La nobleza nativa se agitaba 45 oo incluso después de la purga que Ivan el Terrible hizo entre suis filas. El khariato tartaro-de Crimea Segula siendo un enemigo poderoso; sus tropas.saquearon Mosedi en 1571 y mantuvo Ia independencia hasta nales del siglo xvi. Los peligeos que venian de Occh dente eran atin mayores: los polacos, por ejemplo, ocuparon Moscit entre 1608,y 1613. Otro punto débii era que, pese al intercambio con Occidente, Rusia seguia tecnologicatnente atrasada-y sconémicamente ‘subdesairéllada, Los extremos: el Initicos y las enormes distancias y"malas comunita- ciones eran en parte responsables de ello; pero tant: bien lo eran graves problemas sociales: el absohitismo militar de los zares, el monopolio de la educacién en manos de la Iglesia ortodoxa, la venalidad y arbitra, niedad de la burocracia y Ja'institucién de la servis dumibre, que hacfa feudal y estética la agricultura. No obstante, pese al atraso relativo y-a las desventajas, Rusia siguié expandiéndose ¢ imponiendacn vos lerritorios Ta misma fuerza mili ar_ycl gobiernp dutocratico que se _habfan utilizado pari Zz abediencia a lor wontovE Dee al e Ei se habia ob- tenido Ip bastante como part dar al teinee Tete ova arinads neta pa inismo tiempo se rest lalquier_otra ‘posibilid le «modernizacion» social olftica occidental. Por ejemplo, en Rusia se seeropaba a Le one Os ne Jos nativos para evitar influencias subversivas A dive rencia de otros despotismos mencionadas en. este‘ca~ pitulo, el Imperio de los zares se las arreglacia para sobrevivir y Rusia llegaria a ser un poder mundial. No obstante, en 1500 e incluso en 1650, esto no resultaba demasiado evidente para muchos Fanceses, holavle ses ¢ ingleses, quienes probablemente sabfan tanto so- bre el gobemante riso como sobre el legendasio Pres. te Juan", EL «MILAGRo RUROPEO»!? cPor qué se produjo entre los pueblos dispersos y Poco sofisticados que.habitaban la parte occidentel 46 novo pieraernmareaetnasut del continente euroasidtico un proceso imparable de 7 desarrollo econémico ¢ innovacién tecnolégica que los transformaria en lideres comerciales y militares en Jos asuntos mundiales? Esta es una pregunta que ha preocupado a eruditos y otros observadores duran- te’siglos y lo tinico que pueden hacer los siguientes parrafos es presentar una sintesis de opiniones., Sin embargo, por esquematico que deba ser necesaria- © mente este resumen, posee la ventaja de exponer las lineas principales del argumento que impregna esta obra: 6 sea, que habia involucrada upa dindmica, im- pylsada sobre todo_por los adelantos accidente ocasional, que para comprender ef curso de {a politica mundial és necesario conta TATOO oe log Blemientos materiales ya lage pve ee las vaguedades de penne ad ¢ Ios piror cena deTx diplornacia y Ta pollticary-que-el poder es une cosa relativa que solo Suede describirse y medirse mediante comparaciones ‘frecuentes entre diversos Estados y sociedades. La caracteristica europea que llama de inmediato. Ja atencién cuando se mira un mapa de los «centros de poder» del mundo en el siglo xvi, es su fragmentg- cidn politica (ver mapas | y 2), Esta no era una sittin. Gon reciente o accidental, como la que se produjo brevemente en China después del colapso de un im- perio y antes de que la dinastia sucesora pudiera tomar’ las riendas del poder centralizado. Europa siempre habia estado politicamente fragmentada a pe- sar de los grandes esfucrzos de los romanos, que no habfan podido extender sus conquistas mucho mas alld del Rin y el Danubio; y durante los mil afios pos. teriores a la caida de Roma la unidad basica de poder politico habfa sido pequefia y localizada, en contraste con la expansion regular de ta religion y cultura cris- tianas. Las concentraciones ocasionales de autoridad, como la de Carlomagno en Occidente o la de Kiev en el Este, eran sucesos temporales que terminaban con. un cambio de gobernante, la rebelin interna o las in- vasiones exlernas, car —______.. : a ‘de Eu 2 TASS Europa debfa esta diversidad politica en_ gran pay- le eayeopralin-No-habfe enotmes:plasices en las _ Giles pudiera imiponer-su dominio dn imperio de ji Fetes tampoco-cnormes j Teciles Zona wibereha Eufrates, el Yang-Tzé y el rio Amarillo, ‘que propor: frabajadores yj lacilmente conquistables El paisaje ropes cra mucho mis Fracturado, ton cadenas montafiosas y grandes bosques que separaban los dis- petsos centros-de poblacién de los valles; y su clima cambiaba considerablemente de Norte a Sur y de Oeste a Este. Esto tuvo una serie de consecuencias importantes, Para empezar, dificltaba ol establece miento de un control _unificado, incluso en manos de 0 minimizaba la posibilidad de que—el rimrente, fern Invadide por una Rere externe como las hor, as Ta jor otro Tado, este paisaje diverso est tnulaba el crecimiento y la existencia continuada del oder descentralizado, con reinos locales y senorios EeSiarory-cmes ae tierras altas y confederaciones de ciudades de tierras bajas, todo lo cual hacfa que un ‘mapa politico de Europa trazado en cualquier mo- mento posterior a la caida de Roma pareciera un edredén hecho con muchos trozos de tela de diferen- te color: Los dibujos de ese edredén podian variar en- tre siglo y siglo, pero jamés pudo usarse un solo color Para ‘significar. laexistericia de‘ un imperio unifica- 0 | clima diferenciado de Europa rindié productos: ) . diferencr: ira el Intercambio; y con el tiempo, a medida que se desatrollaban las rélacio” es rados_por oi BS senderos que se Sr a meme Po fos bosques entre a aT vila avactertstica mas i Pportante de este comercio fuera que consistia sobre todo en productosalimnaso5 ‘madera, grano, lana, arengucs, cic, que atcndian-a las necesidades’ de la ereciente poblacién de la Europa del siglo xv, més. que en el tipo de producto de lujo que levaban las ca- ~ravanas orientales. Aqui también desempefié un papel 49 importante la geografia, porque el transporté por agua de estas mercaderias era mucho mas econérhico y Europa tenfa muchos rios navégables. EL hecho de gstar rodeada de mares estimul6 la indusitia- yal de aan Tava fad Media exis- aun “ nerclo maritime entre el Baltico, Liar del Norte, el Mediterraneo y el mar Negro, Por supuesto, este tralico era interrumpido por guerras ¥ se vela alectado por desasires locales como malas cé- sechas y peste; pero en general siguié expandiéndose, aumentando la prosperidad de Europa y enriquecien: do su dieta y llevando a la creacién de nuevos centros de riqueza como las ciudades Hansedticas o italianas. A su vez, los intercambios regulares de productos a grandes distancias estimularon el aumento de letras de cambio, yp Sistema crediticio V"bancarioa escala Tinternacional. La propia existencia del erédite mef- ‘eantil y desputs de letras de’ seguro permitia tna pre- “diccidn basica de las condiciones ecéndimicas’ due hasta entonces los, comerciantes: habfan conocidé Fa Tas veces en ningtin lugar del mundo”, . ‘Ademas, como gran parte de este comercio 8é¥a- lizaba en las turbulentas aguas del mar del Norte y en Ja bahia de Vizcaya —y taimbigu porque la pesca de altura se convirtié en una fuente importante de ali- mento y riqueza—, los astilleros se vieron obligados a constriir navios {ug?e cJegantes), capaces de trasfadar_prandes pesos y basa- fos solo ene] Vieni como fuerza propulsora. Aunque Con el tiempo tuvieron mas velas y mastiles y timones mas s6lidos, y por lo tanto se hicieron mas faciles de maniobrar, los: «cargiierosi, del iat, del Norte y sus sucesores tio deben haber tenido una apariencia tan impresionante como 168 navios mAs‘ligeros que Tecd- oo ‘rian las costas del Mediterréneo oriental y’el océatio i - Indico; pero, como veréirios, a largo:plazo demistia- rian poseer ventajas evidentes". Las consecuencias politicas y Sociales de este creci- miento descentralizado y en su inayor parte no super- visado del comercio y los comerciantes, los puertos y mercados, fueron muy significativas. En priiner lugar no _habja forma de suprimir totalmente: esas tenden- 50 cias_econémicas. Esto no quiere decir que el surgi- mento de las [uerzas de mercado no molestara a mu- chos de los que detentaban la autoridad. Los seitores fendales, que sospechaban de las ciudades como cen- tros de disidencia y santuarios para los siervos, trata- Fon a menudo de recortar sué privilegios. Como en to- das partes, se persiguid con frecuencia alos comer- Ciantes, robando sus ‘mercancias y confiscandé ‘su propiedad. Los pronunciamientos papales contra la “usura se parecian en muchos sentidos al disusto- que sentian'los confucianos por los intermediarios y pres tamistas. Peto lo fundamental es que en Europa no istia una autoridad uniforme que pudiera detenc ‘Tabja ningiin gobierno central cuyo cambio de priori- dades pudicra producir el ascenso o cafda de una ine dustria particular; no habia un saquco sistemético y universal de hombres de negocios y empresarios ll¢- vado a cabo por recaudadores de impuestos, como el que frené la economia de la India mongol. Tomemos como ejemplo especifico y evidente el de las circuns- tancias politicas tracturadas de la Europa de la Refor- may donde. ra inconcebible que todos aceptaran la di> sion hecht pare Par area aer eee nar eh esleras espantola y portuguesa. y atin mas in- Eoneebible que una Ofer Hue prohibiera el comercio “ultramarino tuviera un efecto en la realidad (como sticedi6 en la China Ming y en’el Japén de Toku- ‘gawa). a - EI hecho és que en Europa’ siempre hubo algunos principes y sefiores locales dispuestos a tolerar a los mercaderes y sus costumbres aun cuando otros los saquearan y expulsaran; y como ha quedado demos- trado, los mercaderes judios oprimidos, los trabajado- res textiles flamencos arruinados y los hugonotes per seguidos se trasladaban y se Ilevaban consigo su po- tencial. Un bar6n del Rin que cobraba excesivos im- puestos a los mercaderes transetintes, descubria que las rutas comerciales se habfan trasladado a otra par- te, y con ellas sus ingresos. Un monarca que no hicie- ra honor a sus deudas tendria enormes dificultades para reunir dinero cuando surgiera la amenaza de 51 una nueva guerra y necesitara répidamente reunir fondos para equipar sus ejércitos y flotas. Los ban- queros, traficantes de armas y artesanos eran miem- bros esenciales, no periféricos, de la sociedad. De ma* nera gradual y desigual 1a mavoria-de-las reaimenss, europeos establecio una relacion simbiotica_con Tx ‘economia de mere: ‘a partir del estal Un orden nacional y un sistema legal _no_arbitrario (inicturtos Tos extranjeros) _y de Ta percepeién_en im Heche ana panic pacon on los recientes bench Faumare tas patattas exactas, los gobernantes de cier- tas sociedades de Europa occidental reconocian de forma lacita que «para sacar a un Estado de la barba- rie y levarlo a la mayor opulencia apenas se necesita algo mas que paz, impucstos razonables y tuna admi- nistracion de justicia tolerablemente buena..."», De vez en cuando, los Iideres menos perceptivos —como Jos espanoles administradores de Castilla o algin que ‘otro Borbon de Francia— mataban literalmente la ga~ Tiina de los huevos de oro, pero lg.consiguiente deca: dencia de la riqueza y, por lo tat ‘del power mia, militar, ———————=— Probabiemente, el vinico factor que hubiera podida. » producir una a Pifolun adelarno tan enorme en la tecnologia del a Tmamento por patie de un Estado, que todos sus opo- jentes quedaran destruldos 0 alerrados, Esto no cra ‘exrabsoluto imposible en el rimo cada vez mas velo? del desarrollo econémico y técnico que se produjo en a Europa del siglo xv, a medida que la poblacién del continente se recuperaba de Ja Peste Negra y floreeia el Renacimiento italiano. Como ya hemos dicho, fue en este largo perfodo comprendido entre 1450 y 1600 cuando se consolidaron en todas partes los «imperios de la pélvora». Moscovia, el Japon Tokugawa y Ta In= dia mongol proporcionaban excelentes ejemplos de hasta dénde podia crecer un Estado que thviers Ifle- res que se aseguraran las armas y cafiones con los que obligar a la obediencia a sus rivales. ‘Como adems fue en la Europa de fines del medie- 52 yo vy comienzos de la era moderna donde mé nudo sed STecbicas de guerra absurdo suponer que pudiera producirse un progreso “fal que permitiera a una'nacién determinada dominat a sus tivales. Ya habfa signos que indicaban una cre- ciente coricentracién"de" poder militar®.“En Italia“el uso de compaiifas de arqueros, protegidos cuando era necesatio,por soldados con picas, habfa clausurado la boca del caballero en su caballo con su mal entrena- da leva feudal; pero fambién éra evidente que sélo los Estados mas rites, Como Venecia y Milén, podian pa- gar los nuevos ejécitos que ofrecian los famiosos con- lottieri. Ademis, alrededor de 1500 Jos reyes de Fran- ae Inglaterra hablar Fonseuido en aus respectivas stacios un monopolio de la artillerfa y en cx - Gia pods era necesario,aplasiar a unsublito er .{No terminaria por conducir esta tendencia aun monopolio transnacional. mas grande que abarcara toda Europa? Muchos debieron hacerse esta pregunta alrededor de 1550 al observar Jas grandes oncentraciones de tierras’y ejércitos al ‘mando del eniperador Carlos V: - En el proximo capitulo hay un estiidio detalfado de ese intento habsburgués de lograr el dominio de Eu- ropa, as{ como de su fracaso. Pero aqui podemos dar brevemente la razén mas general por la cual era im- posible imponer le unidad en el continente, También, en este caso era fundamental la existencia de una ya- riedad de centros de poder econémico y militar, No habia en Italia una ciudad-Estado que pudiera lud oF sobresalir_sin_que i intervinieran_para Poitener el eqeiliovioy ninguna cnueva Homarus Bodfa aumientar sus dothinios sin incitar a sus rivales a buscar compensacién. Al producirse la Reforma se gregé el-antagonismo religioso alas rivalidades tra- dicionales por el equilibtio de poder, lo cual haria que ‘fuera atin ‘menos “practicables las perspectivas de ~eentralizaeién politica-No obstante, [a verdladera ex. plicacién es algo tas profiinda; al fin'y al cabo, en Ja- én, la India y otros lugares la simple existencia de compétidores y de"rencores entre grupos guerreros 3 i 3 era evidente, pero eso no basté para evitar la unifiea- cfén. Europa era distnta porque cada una de as fuer- zas rivales Tenia Ta posibilidad de lograr acceso a las Frew reenicas militares, de modo que 10 habie-un Sp10 over gue tviera una ventaja decisive Por ejem Blovtbe Servicios de Tov aulzos 7 Otos Mettenarios ex taban al aleance de cualquiera que pudiera pagarlos. N lo cents luccién_de arcos ni impoco de cas fui liatase de los primeros ta. muds barata; estos armamentos se fabricabanrcerta de los depésitos de hierro del Weald, en la Europa cen- tral, en Malaga, en Milén, en Lieja y posteriormente en Suecia, De la misma manera, la proliferacién, de astilleros en diversos puertos desde el Baltico hasta.el mar Negro hacfa exactamente dificil para cualquier pais monopolizar el poder marftimo, lo que a su vei ayudé a evitar la conquista y eliminacion de centros rivales de produccion de armamentos que estuvieran. al otro lado del mar. En consecuencia, no ¢s tautolégico decir que el sis tena europeo de opsiicula puesto at ltzacion. Como exi Gna detenmiade cantdad “de cntidades. politicas competidoras, la mayorta de las cuales poseia o podia comprar los medios militares necesarios para mantener su independencia, ninguna de ellas podia alcan- zar sola la posibilidad de ejercer el dominio del conti- nente. Si bien esta interaccién competitiva enire los Esta dos europeos parece explicar la ausencia de un «im- perio de la pélvoras unificado.en. ese continente,. 0 ofrece a primera vista la razgn de la imparable ascen. sign de Europa al puesto de liderazgo global. Después de todo, eno habrian parecido insiguifieantes las face zas dé que dispontan las tevas monarquias de_T500 m empleadas con los enormes ejeTctos imperio ip? alo cia aor 4 comenzas tet sigic XUV. en al carse este cambio hay que sefialar atra vez la descen- wralizacin del poder en Europa. Lo que provocé, so” bre Todo, Te una Toma primiliva de carrera aoa ‘hos mas grandes después. Probablemente esto tuviera én cicrta medida raices socioeconémicas. Cuando los ejércitos contendientes en Italia ya no estaban forma- dos: por caballeros feudales y sus gentes sino por pi- queros, arqueros y una caballerfa-(de flanco), pagada por los mereaderes y supervisados por los magistra- dos de una ciudad determinada, era casi inevitable que estos hombres exigieran resultados a cambio de su dinero... pese a las refinadas maniobras de los con- dottier’ para seguir siendo necesarios; en otras pala- bras, las ciudades exigirian el tipo de armas y éeticas que pudieran producir una victoria répida al tiempo que se pudieran reducir los gastos de la guerra. De la misma manera, cuando los monareas franceses de fi- nales del siglo xv tuvieron un ejército «nacional» bajo su control y pago directos, ansiaron ver que esta fuer- za daba resultados decisivos”! i Por la misma razén, este sistema de mercado libre, no sdlo obligé a los numerosos com a cOmpetir’ qeltG.a arte ‘saos ¢ invenfores a mejorar sus productos para Obie: ‘her nuevos encargos, Esta espiral armamentista, que Jarse deteciaba en la época de la manufactura de cos y armaduras a principio del siglo xv, se acrecenté en los cincuenta alios siguientes, con la experimenta- cién con armas de fuego. Es importante tener en cuenta que cuando se empleé el cafén por primera vez habia pocas diferencias entre Occidente y Asia con respecto a su disefio y eficacia, Esos tubos de hie- rro gigantescos que disparaban una bola de piedra y hacfan un ruido enorme resultaban impresionantes y en ocasiones obtenian resultados; fue este tipo de arma el que usaron los turcos para bombatdear lo8 muros de-Constantinopla en 1453. No obstante, el im- Bulso a la mejora constante parece haberse dado 5 unos aspects, inclu el xvi pes tiene ‘eEuroparen los grano’ de pélvora, en la fundicion. periodo cl equilibrio del poder militar se inclinaba de cafiones mucho mas pequenios (pero aalmente sa ss foe y tatu de al nonce ites. nsportes di a. Todo esto aumenté en fam Sroperion el poder y la movilidad de Ia artille: tia y dio al poseedor de ¢sas armas los medios para, Yeducir las fortalezas mas fuertes... como descubrie. see con alarmia las ciudades-Estado italianas euando Tirefercito francés equipado con formidables cafiones Ue bronce invadié Italia en 1494. Por lo tanto, apenas podfa sorprender que se instara a inventores y erudi- Pos a disefiar algiin artilugio para luchar contra estos Caftones (y todavia menos sorprendente que los cua Gernos de notas de Leonardo de esa época contengan bosquejos de una ametralladora, un tangue primitivo y un cafién de proj ulsién a vapor): h Hota no quiere decir que otras civilizaciones no ha- yan mejorado sus armamentos partiendo de los pri- yan ce disenos mas primitivos. Algunas de ellas lo i- wre on habitualmente copiando los modelos europeos seivenciendo a los visitantes europeos (como los je- suitas en China) para que colaboraran con sus cono- i i fa el mo- Cimientos. Pero como el gobierno Ming ten! ,opolio. de“Tos_cafiones 3 ambien To. cisieron ihuy onto Tos gobernan frongol, habla menos incentivo: jaracesasat— ‘Hae ana vez que se habla establecido su autoridad AL ee AAS tn af mismos Tos chitnos,y los japoneses des: caidaron la necesidad de desarroilar la produeciGn de §rmamentos. Aferrados a sus habitos guerreros tradi- Rfonales, los jenizaros del Islam se negaron a intere- Sitse demasiado por la artilleria hasta que fue dema- Side tarde para igualar el poder europeo, En cuanto SQusia y el ejército mongol, como se enfrentaban a Pueblos menos avanzados, no tenfan una necesidad Rigente de poscer armamento avanzado, ya que el Gue tenjan servia para espantar a sus oponentes. Tan ten el campo econémico general comoen el Arca.c o-Siivea de la tecnologia militar, Europa —propul an — 1150 ore oreciente com : ors recto comes 9 Pace cizacias¥ centros dey. ‘i ~ Es preciso mencionar otras dos consecuencias C¢ esta eapiral armamentista, Una asegur6 la pluralidad | olitica de Buroy su event imo, La primera es una historia sencilla y puede ex- Piterse en dos palabras! En el cuarto de siglo que sigui6 a la invasion francesa de 1494, y en ciertos as- prctos incluso ante, algunos italianos habian descu- jerto que si se elevaban terraplenes dentro de los muros de la ciudad se reducia mucho el efecto del bombardeo de artillerfa; al chocar contra los compac- tos monticulos de tierra, las balas de cafién perdian el, impulso devastador que tenian sobre los muros exte- riores. Si ademas estos terraplenes tenfan delante una zanja profunda (y después una serie de bastiones pro- tegidos desde los cuales podian dispararse mosquetes Cafiones), constituian tin obstéculo insuperable para 12 Infanterfa que participaba en el asedio. Esto devol- vié la seguridad a las ciudades-Estado italianas, 0 al menos a aquellas que no habfan caido en manos de un conquistador extranjero y posefa la gran cantidad de hombres necesaria para construir y poblar esas, complejas fortificaciones. También dio ventaja a los ejércitos encargados de mantener a raya a los turcos, como las guarniciones cristianas de Malta y el norte de Hungria, Sobre todo, evité que un solo poder eu- ropeo conquistara facilmente a rebeldes y rivales, como demostré el asedio prolongado que acompafié a Ia revuelta de los Paises Bajos. Por ejemplo, las victo- rias obtenidas a campo abierto por la formidable In- fanteria espafiola no legaban a ser decisivas si el ene- migo tenia bases muy fortificadas dentro de las cuales pudiera refugiarse. La autoridad adquirida mediante la pélvora por el shogunado Tokugawa o por Akbar en Ia India no tuvoréplica en Occidente, que conti- nué caracterizéndose por el pluralismo politic y su mottalasocinda: la carrera armamentista, impacto de la «revolucion de Ta polvora» en el mar fue incluso mayor". Como en el caso anterior, sulta sorprendente la Semejanza en capacidad: de construccién y poder naval que existié durante la Edad Media entre el norte de Europa, el mundo isla micg y el Extremo Ontente. Incluso los grandes viajes de Cheng Ho y el rapido avante de las flotas tureas en el mar Negro y el Mediterréneo oriental hubjeran su- st gerido a un observador de 1400 0.de.1450-que el: fi turo del desarrollo marftimo estaba en estos dos po: deres. Ademés, no parece que hubiera demasiada di- ferencia entre estas tres regiones en cuento a carto- grafia, astronomia y el uso de instrumentos como el compas, el astrolabio y el cuadrante. Lo que era dife- rente era la organizacién continuada. O, como sefiala el profesor Jones: «dadas las distancias que.cubrian otros navegantes, como por ejemplo los-polinesios, los viajes (ibéricos) son menos impresionantes que la capacidad europea para racionalizarlos desarrollar Te ocuisos que esi asa qe estabanra su alcance®y-La recopilas cidn sistematica de datos geograficos por parte de los portugueses, la reiterada disposicién de las casas co- merciales genovesas 2 financiar aventuras atlénticas que podrian, en Gltima instancia, compensar la pérdi- dla del comercio en el mar Negro y —mucho més al Norte— el desarrollo metédico de las pesquerfas de bacalao de Terranova: todo esto demostraba una per- manente disposicién a ir més allé que no se vefa en otras sociedades de la época. Tal vez el acto mas importante de «racionaliza- cién» haya sido la permanente mejora del armamento naval. La colocacién de caiuises en los nuvios era bas tante natural en una época en la que la guerra naval se parecia tanto a la terrestre; de la misma manera que los castillos medievales tenfan arqueros en los muros y torres para rechazar a un ejército, también Jos enormes barcos comerciales genoveses, venecia- nos. yaragoneses utilizaban hombres, armados con arcos y colocados en los «castillos» de proa y de popa, para defenderse contra los piratas musulmanes del Mediterréneo, Esto podfa producir grandes pérdidas entre la tripulacién de las galeras, aunque no neces riamente las suficientes como pata salvar a un mer cante detenido por falta de viento si sus atacantes es- taban realmente decididos. Sin embargo, en cuanto los marinos advirtieron los progresos que se habfan hecho en el disefio de armas en tierra (es decir, que los nuevos cafones de bronce eran mucho mas pe- quefios, mas potentes y menos peligrosos para los r- tilleros que las enormes bombardas de hierro), pudo 38 predecirse que estas armas se colocarfan a bordo. Al fin y al cabo, en China y en Occidente ya se hablan instalado en Jos buques de guerra catapultas, trabue cos y otros tipos de instrumentos disparadores de proyectiles. Pero los cafiones, aun cuando se convir tieron en armas menos peligrosas para sus artilleros, planteaban problemas considerables: dada la mayor cantidad de pélvora, el retroceso podia ser impresio. nante, pues podia enviar el cafién al otro lado de la cubierta si no se sujetaban, y estas armas seguian ‘siendo lo bastante pesadas Como para desequilibrar un’bareo si las habia en cantidades considerables a bordo (sobre todo, en los castilios). Allf era donde el navio robusto, de casco redondeado, de tres méstiles y.capaz de navegar con cualquier tiempo tenia mayo- Tes ventajas en comparacién con las galeras esbeltas de las aguas de los mares Mediterraneo, Baltico y Ne- gro y también con el dhow érabe y hasta el junco chi. no, En cualquier caso, podfa disparar en un abanico mas amplio manteniendo la estabilidad, aunque por supuesto de vez en cuando se producian catastroles. Pero en cuanto se advirtié que si se colocaban esas ar. mas en el centro del harco en lugar de colocarlas en los castillos la plataforma de tiro era mucho mas se. gura, el poder potencial de estas carabelas y galeones fue formidable. Comparados con ellos, los navios mas ligeros tenfan la doble desventaja de su menor capaci. dod para aportar armas y su mayor vulnerabilidad a Jas balas de cafion. ~-Es necesario subrayar las palabras poder potencial porque la evolucién del navio con capacidad de dis- paro a largo alcance fue lenta y con frecuencia desi. gual. Se construyeron muchos tipos hibridas, algunos le los cuales llevaban multiples méstiles, cafiones y fi. las de-remos. En el siglo xvt todavia podian verse en el canal de la Mancha veleros tipo galera. Ademas, hia. bia razones considerables para favorecer la continui- dad de las galeras en los mares Mediterraneo y Negro; en muchas ocasiones eran mas veloces, mas maneja, bles en aguas cercanas a la orilla y, por lo tanto, mas faciles de utilizar en conjuncién con operaciones en tierra a lo largo de la costa, lo que para los turcos st. 38 peraba las desventajas de su poco alcance y su impo- sibilidad de actuar en mares turbulentos”, ‘De Ja misma manera, tampoco debemos imaginar que en cuanto los primeros navios portugueses rodea- ron el cabo de Buena Esperanza se inicié la era del in- discutible dominio occidental. El proceso que los his- toriadores llaman la «época de Vasco de Gama» y la ‘aera colombina» —o sea, los tres o cuatro siglos de hhegemonfa europea posteriores @ 1500— fue muy gra- dual. Los exploradores portugueses puede que llega ran a las cestas de la India hacia 1490, pero sus na- vios eran todavia pequefios (con frecuencia sélo de 300 toneladas) y no estaban en absoluto bien arma- dos; desde luego, no podian compararse con los pode- rosos navios de las Indias orientales holandesas que havegarian en esas aguas cien afios después. En reali- dad, los portugueses no pudieron penetrar en el mar Rojo durante mucho tiempo, y cuando lo hicieron fue de manera precaria, y tampoco pudieron ejercer de- masiada influencia en China; y a fines del siglo xvi perdieron parte de sus enclaves en Africa oriental a ‘causa de una contraolensiva arabe”. ‘También serfa erréneo suponer que los poderes no europeos se derrumbaron simplemente como una ba- raja a las primeras sefales de expansidn occidental, Esto fue precisamente lo que sucedié en México, Pert y otras sociedades menos desarrolladas del Nuevo Mundo cuando desembarcaron los aventureros espa~ fioles. En otras lugares la historia fue-diferanteComo Ggmercio-cayera en manos de los barbaras. siquie- Sitactoria cast oficial que establecieron los portu- gueses en Macao en 1557, por lucrativa que resultara ‘para los mercaderes de seda locales y los administra- dores cémplices, parecié conmover Ja_ecuanimidad de Pekin, Por su parte, los japoneses fueron mucho mas expeditivos. Cuando en 1640 los portugueses en- Jaron una mision para prulestar contra In expulsion de extranjeros, asesinaron a casi todos sus miembros; Lisboa no podia intentar una devolucién en especie. Por tiltimo, el poder naval otomano se mantenfa en el 60 Mediterraneo oriental y su poder terrestre seguia siendo una gran amenaza para la Europa central. De hecho, en el siglo xv1 «para la mayoria de los estadis- tas europeos la pérdida de Hungria tuvo mucha ma- yor importancia que el establecimiento de factorfas en Oriente, y Ja amenaza a Viena fue mucho més sig- nificativa que sus propios ataques a Adén, Goa y Ma- aca; s6lo los Gobiernos que bordeaban el Atkantico podian ignorar este hecho, como lo hicieron sus his: toriadores posteriores?*» Sin embargo, hechas estas reservas, no hay duda de que el desarrollo del riavio armado de largo alcan- ce anuncié un progreso fundamental en el lugar que iba a ocupar Europa en el mundo. Con estos navios,, Jos poderes navales de Occidente estaban en situacién de controlar las rutas comerciales ocednicas y de asustar a las sociedades vulnerables a las maniobras de un poder naval. Esto quedé claro incluso en los primeros encuentros entre los portugueses y sus ene~ migos musulmanes en el océano Indico. Viéndolo re- trospectivamente, es indudable que exageraron, pero leer los diarios e informes de Gama y Alburquerque, en los que se describen cémo sus buques de guerra se abrieron paso a cafionazos entre las (upidas flotas de dhows arabes y otras naves ligeras que encontraron cerca de Ja costa de Malabar y las rutas de Ormuz y Malaca, es tener la impresién de que una fuerza ex- traterrestre, sobrehumana, habfa_descendido sobre sus desdichados oponentes. Siguiendo la nueva tacti- ca seguin la cual eno debfan abordar sino luchar con, la artilleria», las tripulaciones portuguesas eran vi thalmenve ievencibles en el mar”, En tierra las cosas eran muy distintas, como quedé demostrado en las fe- roces batallas (y ocasionales derrotas) de Adén, Jid- dah, Goa y otros lugares. No obstante, estos invasores de Occidente eran tan decididos y brutales que a me- diados del siglo xv1 habfan conseguido una cadena de fuertes que iba desde el golfo de Guinea hasta el sur del mar de China, Aunque nunca pudieron monopoli- zar el comercio de las especias de las Indias —gran parte del cual siguié fluyendo por los canales tradi- Gionales: hacia Venecia—, sin duda los portugueses 6 capturaron porciones considerables de ese comercio y se beneficiaron mucho de su ventaja en la carrera por el Imperio™, Por supuesto, la evidencia del beneficio fue incluso mayor en el vasto imperio terrestre que establecieron répidamente los conquistadores en e] hemisferio occi- dental. Desde los asentamientos tempranos en la Bs- patiola y Cuba, las expediciones espafolas avanzaron hacia el continente y conquistaron México en la déca- da de 1520 y Peri én la de 1530, Pocas décadas des. pués este dominio se extendia desde et rio de la Plata en el Sur hasta el rf0 Grande en el Norte. Los galeo- nes espafioles que hacfan la ruta de la costa occide1 tal, encontraban navfos que legaban de las Filipinas y cambiaban sedas chinas por plata peruana, En su «Nuevo Mundo», los espafioles dejaron bien claro que estaban dispuestos a quedarse, pues establecieron una administracién imperial, construyeron iglesias ¢ iniciaron actividades agropecuarias y mineras. Al ex plotar los recursos naturales —y mds atin la fuerza de trabajo nativa— de estos territorios, los conquistado- res enviaban a casa una cantidad regular de aziicar, Uintes, pieles y otros productos, Sobre todo, enviaban plata de la mina de Potosi, que durante mds de un ai- glo fue el mayor depdsito de este metal del tune, Todo esto condujo a un «crecimiento acelerado del comercio transatiéntico, cuyo volumen aumenté ocho veces entre 1510 y 1550.y otras tres veces entre 1550 y 1610" En consecuencia, parecia que este imperialismo seria permanente, A diferencia de las visitas tupoces que hacia Cheng Ho, la actuacién de los exploradores portugueses y espafioles simbolizaba un compromise de allerar los equilibrios politicos y econémicos del mundo. Fue precisamente lo gue hicieron con sus na- vios armados y sus soldados con mosquetes. Mirando airs a veces resulta diffcil aceptar que un pais con la limitada poblacién y recursos de Portugal pudiera lle- gar tan lejos y adquirir tanto. En las especiales cir~ cunstancias de superioridad militar y naval europea que hemos descrito, no es en absolute imposible. Una vez hecho, los evidentes beneficios del Imperio y el 62 deseo de obtener més simplemente aceleraron el pro- ceso de engrandecimiento. Hay clementos de esta historia de la «expansién de Europa» que hasta ahora se han ignorado 0 solo se han mencionado de forma sumaria. No hemos exami. nado el aspecto personal, y sin embargo, lo hubo en abundancia, camo en todas las grandes empresas! en hombres como Enrique ef Naveganie; en el ingenia de artesanos, armadores y eruditos; en el sentido empre, sario de los comerciantes; por encima de todo, en el coraje de aquellos que realizaron los viajes y soporta- ron todo cuanto les oponfan los mares, los climas hostiles, los paisajes desolados y los feroces oponen- tes. A causa de una compleja mezcla de motives —-ga- nancia personal, gloria nacional, celo religioso, tal vez un sentimiento ‘de aventura—, los hombres estaban dispuestos a arriesgarlo todo, como de hecho hicieron ea muchos casos, Tampoco nos hemos detenide mu- cho en Jas espantosas crueldades impuestas por estos conquistadores europeos a sus innumerables victimas én Africa, Asia y América. Si apenas hablamos aqui de estas cosas es porque en su momento muchas socic. dades han producido individuos y prupas diepaestes ¢ arriesgarlo todo y a hacer cualquier cosa para domi. nar el mundo: Lo que distinguia a los capitanes, tri ulaciones y exploradores de Europa era que poseian los barcos y la capacidad de fuego necesarios para lo- grar sus ambiciones y que provenian de un entorno Politico en el que la competicién, el riesgo y la capa, Cidad de empresa eran fundamentales. Los beneficias obtenidos de la expansion de Buro- a fueron generalizados y permanentes y, lo que es mas importante, ayudaron a acelerar wa dindmica ya existente, El deslumbramiento asociado a la adqui- sicién de oro, plata, metales preciosos y especias, por importantes que fuesen estos productos, no deberia hacernos olvidar la valia de otros menos espectacula, Fes que invadieron los puertos europeos cuando los marinos consiguieron romper la frontera oceanica, El acceso a las pesquerias de Terranova trajo consigo un suministro aparentemente inagotable de alimentos, y el océano Atlintico proporcions también los accites 63 de ballena y de foca, fundamentales para la ilumina- cidn, Ja lubricacién y otros empleos. El azicar, el fn- digo, el tabaco, el arroz, las pieles, la madera y plan- tas nuevas como la patata y el mafz acrecentarian.la riqueza y bienestar del continente; y més adelante, por suptiesto, Iegarfan el grano, las carnes y el algo- én. Pero no es necesario siquiera anticipar la econb- mia mundial cosmopolita de finales del siglo xx para comprender que Jos descubrimientos portugueses y espafioles contribuirian, pocas décadas después, a re~ falzar cada vez mas la prosperidad y el poder de las porciones occidentales del continente. El comercio de bulto, como el de las pesquerias, empleaba una gran cantidad de personas, tanto en la pesca misma como en la distribucién, lo que mejoré la economia de mer- cado. ¥ todo esto signified un enorme estimulo para Ia industria europea de construccién de barcos y atra- jo una gran variedad de, artesanos, proveedores, co- merciantes y aseguradores a los puertos de Londres, Bristol, Amberes, Arasterdam y muchos otros, El re- sultado de esto fue despertar en una considerable par- te de la poblacién europea —y no sdlo en unos po- cos— un interés material enorme por los frutos del comercio de ultramar. ‘Cuando se ahade a esta lista el comercio proceden- te de la expansién territorial de Rusia las pieles, cueros, madera, céfiamo, sal y grano que Hegaban desde allf a la Europa occidental—, se comprende que Jos eruditos tengan motivos para describir este proce- so_como el inicio de un «sistema mundial moder. no™», Lo que habia comenzado como una cantidad de expansiones aisladas, se convertfa en una totalidad jnterrelacionada: el oro de la costa de Guinea y la pla- ta del Pert eran utilizados por portugueses, espafioles ¢ italianos para pagar las especias y sedas de Oriente; los abetos y la madera de Rusia ayudaban a comprar caiiones de hierro de Inglaterra; los granos del Baltico pasaban por Amsterdam en su camino al Mediterré- heo. Esto genero una interacelén continua Ue poste- Hor expansién europea que produjo nuevos descubri- mientos y, en consecuencia, oportunidades comercia- les, que a su vez originaron mayores ganancias que 64 ¢stimularon una‘rhayor, expansién. Este proceso no " fue necesariamente-fiuido: una gran guerra en Bur a o agitaciones civiles podfan reducir de manera im= portante las actividades de ultramar, pero raras veces Tenuinciaron-los poderes colonizadotes a sus adquisi- clones, y al poco tiempo recomenzaba otra ola de ex-~ pansion y exploraci6n. Al fin y al cabo, si las naciones imperiales ya establecidas no explotaban sus posicio- nes, otras estaban dispuestas a hacerlo en su lugar. En diltimo andlisis, ésta fue la principal razén por la que esta dindmica continué funcionando como lo hi- zo: las multiples rivalidades de los Estados europeos, ya acusados,.se-manifestaban en las esferas trans- ‘Scednicas. Por mucho que lo intentaran, Espaia y Portugal no podian guardar para sf su monopolio del mundo exterior, concedido por'el Papa, sobre todo cuando se comprendié que no habia un paso de Eu- ropa a-Catay ni al Nordeste ni al Noroeste. Ya en la década de 1560, los navios holandeses, franceses e in- gleses se aventuraban através del Atléntico y algo mas tarde en los océanos Pacifico ¢ Indico, proceso que aceleraron la decadencia del comercio inglés de pafios y la rebelin de los Paises Bajos. Con el patro- Cinio real y aristocratico, ton el dinero de los grandes Comerciantes de Amsterdam y Londres y el celo reli- gioso y nacionalista engendrado por la Reforma y la Contrarreforma, las nuevas expediciones de comercio y pillaje partieron desde el noroeste de Europa para asegurarse usta participacién en los despojos. Existia Ja posibilidad de obtener gloria y fortuna, de asestar un golpe a un rival y mejorar los recursos del propio pais, ademés de'convertir nuevas almas a la verdade- ra fe de cada uno. Qué argumentos en contra podfan esgrimirse para no emiprender estas aventuras”? EL aspecto mas luminoso de esta ereciente rivali- dad comercial y colonial fue el aumento paralelo del Conocimiento cientifico y tecnolégico™, Sin duda mu- chos de los pfogresos de la época fueron un efecto se- Cutulario de la carrera ‘armamentista y Ia lueba por el comercio transocednico, pero sus beneficios 2 largo plazo trascendieron su origen poco glorioso. Las me- joras en la cartografia, las cartas de navegacién, los instrumentos nuevos como el catalejo, el barémetro y el compas de suspensién, asf como los mejores méto- dos en la construccién de barcos ayudaron a hacer de Ja travesfa maritima una forma de viaje menos impre- decible. Las nuevas cosechas y plantas no sélo mejo- raron la nutrieion, sino que tambien constituyeron un estimulo para la botdnica y'la agricultura. Las espe- cialidades metahirgicas y, de hecho, la industria del hierro en su totalidad hicieron rapidos progresos, al igual que las técnicas de mineria en profundidad, ‘También la astronomfa, la medicina, la fisica y la in- genierfa se beneficiaron del paso acelerado de'la eco- nomia y el mayor valor de la ciencia. La mente inqui- sitiva y racionalista observaba y experimentaba mas; y las imprentas, ademas de producir las Biblias ver- néculas y los tratados politicos, diseminaban. estos descubrimientos, El efecto acumulativo de esta explo- siGn de conocimiento aumentaria atin mas la superio- ridad tecnol6gica —y por consiguiente militar— de Europa. Hasta los poderosos otomanos, 0 al menos sus soldados y marineros de primera I{nea, sentian al- gunas de las consecuencias de este proceso:a finales del siglo xvi. En otras sociedades menos activas sus efectos scrian mucho mas serios. Es bastante dudoso que cierto Estado de Asia fuera a producir una revo- lucién comercial ¢ industrial propia si no hubiera sido por este factor externo™; pero lo que si-estaba claro era que a otras sociedades les resultaria extre- madamente dificil ascender la escalera del poder mundial mientras los Estados europeos mas avanza- dos ocuparan los escalones mas altos, Justo es admitir que esta dificultad hubiera sido ain mas grande, pues ascender por esa escalera no sig- nificaba simplemente adquirir el equipo o las técnicas europeas; también hubiera sido necesario tomar pres- tadas todas aquellas caracteristicas que distinguian de las otras a las sociedades occidentales. Hubiera impli- cado la existencia de una economia de mercado, si no en la medida propuesta por Adam Smith, al menos en Ja medida en que comerciantes y empresarios pudie- ran actuar sin estar sujetos a obstaculos, frenos y ex- polios. También hubiera significado la existencia de 66 una pluralidad de centros de poder, a ser posible cada tino con su propia base econémica, de modo que no existiera la posibilidad de la centralizacién impuesta por un régimen despético al estilo oriental y si, en cambio, la perspectiva del estimulo progresista, aun- que turbulento y en ocasiones brutal, de la competen- cia. Por extensidn, esia ausencia de rigidez econém a y polftica implicarfa una ausencia similar de orto- doxia cultural e ideolégica; es decir, una libertad para inquirir, disputar, experimentar, una creencia en las posibilidades de 'mejora, una preocupacién por lo préctico mas que por lo abstracto, un racionalismo que desafiarfa los cédigos del mandarinato, el dogma religioso y el folclor tradicional, En la mayorla de Tos casos Jo que resulté no fueron ianto elementos po sitivos como una reduccién de los obstéeulos que fre- naban el crecimiento econémico y Ia diversidad poli- tica. La mayor ventaja de Europa fue que tenia menos desventajas que las otras civilizaciones. Aunque es imposible probarlo, uno sospecha que estas diversas caracterfsticas gerierales estaban inter- relacionadas, como si fuera por una logica interna, que todas eran necesarias. Fue una combinacién de laissez-faire econdmico, phiralismo politico y militar y libertad intelectual —por rudimentarios que fuesen estos factores si se comparan con épocas posterio- res— la que se mantuvo en una interaccién constante para producir el «milagro europeo». Como el milagro luc histéricamente tinico, parece plausible suponer que s6lo una réplica de todos sus componentes hubie- ra podido producir en otra parte un resultado similar. Como esa mezcla de ingredientes basicos no existia en la China Ming ni en los imperios musulmanes del Oriente Medio y Asia o en cualquiera de las otras so- ciedades de las que hemos hablado, estas culturas pa- recieron detenerse mientras Europa avanzaba hacia el centro del escenario mundial.

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