Villoro Toranzo, Luis (2008) Condiciones de La Interculturalidad. en - Lazo Briones, Pablo (Comp.) Ética, Hermenéutica y Multiculturalismo (Pp. 23-35) - México - UIA.
4. Villoro Toranzo, Luis (2008) Condiciones de la interculturalidad. En- Lazo Briones, Pablo (Comp.) Ética, hermenéutica y multiculturalismo (pp. 23-35). México- UIA.
Villoro Toranzo, Luis (2008) Condiciones de La Interculturalidad. en - Lazo Briones, Pablo (Comp.) Ética, Hermenéutica y Multiculturalismo (Pp. 23-35) - México - UIA.
Condiciones de la interculturalidad
Las
ste de Ines
Universidad Nacional Aut
Cualquier reflexion sobre interculturalidad debe partir de un he.
cho: la pluralidad de culturas,
i. La multipi
de las formas de vida de los grupos humanos. Cada forma de vida
‘es una manera de vivir de un grupo social que puede identificarse
ra, por singular que sea, cumple
res, permite preferenct
y eleceién de fines, da sentido a acticudes y comportamientos y,
al hacerlo, presta unidad a un grupo, integra a las personas en
cleceién de los mettios adecuados para realizar esos fines y
dentficar wna culeea consistria en conocer en qué medida cumple
esas funciones de expres neegrar a una comunidad
yy determinat los medlios adecuados para kogra
Pero esas fnciones son generale, no iddenificatian a
singular. iedeterminae cémo se curnplen,
esas condiciones en enda c s son sus modos de expresion,
‘eudles los fines y valores de su eleccidn, cules sus modal
integracién de las comunidades, todo
fa varios pasos.
ficar cada cultura en s28] Luts Vuiono Tonanzo
de posibilidad de todo tratamiento intercultural es la compren-
sin previa de la cultura que es su objeto. Se trata, ante todo, de
comprender una cultura en su identidad y telacidn con otras cultur
xs diversas. La comprensién de una cultura es neutra en cuanto a
su aceptacién 9 rechazo. No consiste en juzgar si es buena o mal
valiosa o desdedable, Al comprender, ponemos “entre paréntesis
toda posicién evaluativa, no sometemos a juicio sus earacteristicas.
La comprension implica la puesta ent cuestién de todo prejuicio.
No hay en una cultura nada “condenable”, como no hay nada
“loable"; todo es simplemente “comprensible”. La critica de los
prejuicios restituye af conocimiento k
sisal
Para comprender una cultura e dentificara, tenemos que con-
siderarla en dos dimensiones: del poder y del valor. Cuslquier
altura podria comprenderse en esa doble dimensidn.
Los primeros hominidos se agrupaban para dominae y trans
formar In naturaleta y para defenclerse de otcos grupos (dimen:
sidn de poder). Todos ellos cumplian sus necesidades al expresar
sentimicntos, intenciones y fines, en relaciones de conwvivencia
(dimensién de valor).
En esas dos dimensiones se explaya toda cultura, En unas cule
turas predomina la dimensiéni de poder, en otras, ciertos valores
que imptegnan las variadas manifestaciones cultuales: estéticos,
‘morales, religiosos, No hay cultura que no ejerza formas de poder
‘no hay poder que no se manifieste en m
Poder es la capacidad de algo o de a
rando la realidad. Una persona posee poder si tiene la capacidad de
satisfaver sus deseos y cumplir sus fines, cualesquiesa
Tiene poder quien es capaz de dominar las fuerzns naturales para
obtener lo que quiere, quien puede sacar provecho de sus propias
facultades ¢ itmponerse sobre los demas para realizar sus proposi-
tos; poder es dominio sobre si mismo y sobre el mundo en tomo,
y-social, para alcanzar lo deseado, Es el medio privilegiado
para logeae un fin. En toda cultura hay poder en ls medida en que
‘cuenta con la eficacia para realizar efectos, en que puicde trans.
formar ef medio segim sus fines. En toda cultura hay valor en la
medida en que exprese fines fgualmente va
‘comprensién de la cosa
CConorcowes be La merencueTuRAUDAd | 25
El poder en una cult
tos: puede ser un poder mi
centralizado en una persona 6 en un grupos puede ser personal 0
compartido. Cuando es duradero, cuando constituye una relacibn.
permanente, el poder impositivo se convierte en dominactoa. La
‘conocida definicién de Weber se refierea este sentido de “poder”
“Bs la probabilidad de impone ad, dentro de una
relacidn social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el
fandamento de esa proba
Cuando el poder se ejerce sobre ui
po de personas, podemos hablar d
Pero no todo poder puede consi
también uin amor del poder por
del poder no puede menos que ejercerlo con independencia de
sus resultados. Porque hay un goce vital de la propia fuetza, un
deleite en el despliegue de nuestras capacidades para bien o para
imal, para la creacién o la destruccién. El afin de poder por st
risino, sin mirar sus consecuencias, responde al deseo profun-
do de todo existente por prevalecer. Nadie que busque el poder
puede sustraerse del todo a esa pasién. Ya Nietasche no le faltaba
‘a2én cuando vela en la voluntad de poder Ia esencia misma de
la existencia,
a puede manifestarse en vat
persona o sobre un gre
sn poder como domi
‘Una cultura no puede preseindlie del poder, en las variadas for
‘mas en que se manifiesta, Pero en todas ls relaciones de poder en.
‘una sociedad se manifiesta también otra dimensidn ajena a los po-
eres existentes: la que se expresa en valores (valores morales en el
comportamiento, estéticas en las expresiones artisticas, religiosos
‘en la relacidn con lo sagrado). La dimensién del valor puede ad-
vertise en todas las expresiones de una cultura, con cualidades dis.
tintas, incluso contrarias a aquellas en que se ejerce
cultura cs a fa vee un dmbito en ef que se
donde seejercen relaciones de poder. Para
tenemos que considerarla en esas dos di
thumana se desatrolla tanto en las relaciones de poder como en la
realizacin de valores opuestos, incluso contra el poder.
cen patentes valores y
mprender una
"Vins Max Weber, Enum yal, Ms
ups‘Asi, el primer paso en el conocimiento de una cultura es com-
‘render, tanto en los valores que pretende como en las formas
de poder con que se ejerce. Quien comprende se abstiene de acep-
taro techazor. Quien comprende no hace excepciéin de personas
6 de situaciones. No juzga, se limita a entender.
Sobre Ia comprension hay un segundo paso: la valotacidn. Una po-
ese paso, Incluitia juieios de valor. Pero
jraviones, forma parte
dde-un nivel de juicio posterior a commprenderla; fa supone.
Valorar una cultura incluye identiticara, jusgando en qué
rmedlida cumple con las funciones de cualquier cultura. Para ello
puede compararla con otras. Unas culturas podrian en principio
considerarse superiores en ciertos aspectos, otras, en otros, Unas
poxtrian mostrarse més eficaces, otras, menos. Podriames plantear
entonces I pregunta: json equivalentes todas las eultas?
La equiparacion entre varias inst lede darse por consi
dlorarlas del mismo valor 6 por vetlas como variantes le una soa.
En el primer caso, se consideran equivalentes; en el segundo, se
miden en funcin de una cultura que se pretende universal. En
tun pluralismo de las culturas, ninguna seeia susceptible de servir
de patron para evaluar a las demas: si consideramos,
jue hay una cultura universal, rodas las culturas singul
rian como variantes de una sola
Las relaciones entre culturas pueden oscilar entte dos extre
sno cultural sostiene
kauier re vilda, de manera que no
podlemos sefalar los carhcteres de wna cultura universal El relat
no levanca una barrera contra las pretensiones de a cultura oc
nal de ser universal. La cultura universal no pode
ura, pero tampoco puede excluir todo x
En efecto, si todas las culeuras tuvieran el
valor, no tendeiamos raz6n alguna para rechsae lava
CConoIciones De La wereReutrURAUDAD | 27
igual valider de cualquier cultura dominante y discriminadora
Para rechazarla tiene que argumentar que una comunidad cult
ral libre es preferible a una oprimida, y que vale mis el respeto a
lh pluralidad que la imposiciin de las propias actitudes ¥ creer:
cias, Si reivindiea el valor de Ia autonomia cultural, asevera que
Ta libertad es preferible a fa dominacién; si afitma su identidad,
cstablece la superioridad morat de see auténtico; si rechaza qe
el sentido de su vida sea determinado por otros, proclama el de-
echo de todos a elegir sus propios fines. Esos valores no pueden
set ya relativos, silo fueran, no habelajustfieacién r
rechazar una cultura que les fuweea contraria. Sin proclam:
su conducta esta fincada en razones y no s6lo en impulsos ciexos,
cl relativista tiene que admitir ciertos valores transcultuales para
justficar su propio relativismo,
Pero la marcha hacia la universalizacion de fa cultura no ha
sido la obra de la conunicacién racional y libre, sino de fa domi-
nacién y la violencia. La imposicién de una pretendida culeura
‘universal ha significado para muchos pueblos fa enajerac
formas de vida no elegidas. De allt que la aceleracion de Ia ter
dencia hacia una culeura global se acompane a menudo de una
centonces fa libertad cle cada cultura de determninar sus propios fi-
nes, e valor insustituible de las diferentes identidades culturales.
Conta el papel hegeménico de la cultura occidents
el valor semejante de todas las culeuras.
puede abrirse una alternativa frente al dleseado universalismo de
fa cultura occidental: la comprensién de fas culturas
estableciendo analogias y sir ides parciales entre
cho, las culturas pueden comprenderse mejor comparane
parciales comunes entre ellas, detectando analogias
observando cémo se interpenetran, Unas coinciden en ciertos
rsgos con otras di cuales a sit ver presenta easgos co-
munes patcialmente semejances y diferentes en
culturas podrian comprenderse parcialmente
singulares que comparten esos comunes con
as euleuras y die28] Luis Vitozo Toro.
vversos con otras.
comprension intercultural no distinguitia las
diferentes culturas segiin categorias légicas de género y especie,
sino segiin semejancas y desemejanzas parciales como los “rasgos
de familia” que pueden distinguir a varias personas~ de las que
blaba Wicegenscein.
Historiadores y anéropélogos haan intentado comparaciones li
itadas entre culeuras, que pueden servir de pistas para desvelar
que podria ser el “espit Pueden sugeriese
unilias de culturas” derivadas de una mattis comin
ta ramificacion de un tronco, Podemos también con
coponiendo
Siguiendo una
negativa, no fale
manera de subrayar las carencias que caracterizan a culturas qute
‘nos son cercanas.
Intentémoslo, a modo de ejemplo, con el caso de fa cultura
occidental moderna. No podeiamos menos que comprobar caten-
cias morales de fo que Charles Taylor denomina “el desercanto
de la modernidad”,
ism es el resultado mis signi-
moderna. Incluye el respeto a la
persona, con su capacidad de elegir ibremente su vida, conforme
asus fines, frente a una vida confinada a la sujecién a un orden
lo. Pero la otra faceta del individualisina es a per
dda de integracién en la comunidad y la carencia del sentido de
-on Tos otros hombres y con el todo del
tuniverso, La pérdida del sentido es
del mundo” del que
epoca moxterna,
roma de ese “desencanto
bbl Weber como caracteristica de nuestra
lastimoso y mediocre bienestar” que m
moderna es, sin duda,
primacta de {a tazén instrumental. Lugar privilegiado de
cia y la tecnologia, Ella nos de nuestros prejicios y
fantasmas 9, al mismo
mpo, ha logrado un poder nuevo sobre
taura el dominio del hombre, a
mundo. La época modern:
nombre de la libertad como de
El tercer rao de fa moder
ded y la pol
a
CConiciones n6 1A mTERCULTURALIDAD | 29,
se manifesta el atomismo de ta sociedad, su divisién radical entre
los que participan en ella los excluidos.
Por oposicién a la modernidad occidental podrian sefialarse
‘nsgos distintivos de otras culturas. Por ejem
el individualismo, el racionalismo y el afin de dominio de fa cul-
rua occidental, existen rasgos de una matris cultural distinta, 2
eas de la América indigena. A diferencia
fen contraste con
terizarse por el predominio que conceden a valores comunitarios
sobre los valotes individuales y por su respeto a los valores que
Elindividuo
por los
riiltiples aspectos en que se muestra lo sagrado, En contraste,
puede sefialarse su aceptacidn de la muerte, de la que no estaba
su imaginacion magica y su carencia de efica-
yest mundo en torno. Son rasgos que caracte
estin ditigidas por el afin de dominar la natura
racionalmente y que, por contraste, intentaron
formas de uniclad y armonéa con lo otto, aunque ello demeritara
cl poder de su cultura,
(Otra matrix cultural con la que podemos contrastarla es una
matrie de culturas orientales, que se manifiesta en las religiones
superiores del hinduismo y el buclismo, cuyo niicleo central es el
yo, lau el todo, fa liberacién inte-
Je ser ciegos, en c
ria, Su contraste es una c
el interés personal y el afin de dominio. En
occidental modema, variantes de ese nticleo -cuyo getmen estuvo
dan mayor importan
racién sobre el egoismo,
a la intuicion sobre el a
Ahora bi
pistes
pras puede sum
nterculeutalidad, pero no pod30 Lurs VinoRo Torawzo
a conceptos claros y dlstintos generales: solo podtia arrojar conclu-
siones vagas,stijetas a excepciones y contraejemplos.
Podemos entonces proponer una via alternativa. En lugar de
conceptos generales aplicables a todas las culturas, dLefinir concep-
tos que no pueden atribuirse a toda cultura, ¥ que por oposicion
indicaran lo que en ningiin easo deber
sus funciones en cualquier sociedad. Por oposicidn, s
caracteristieas que no deberia tener una cultura
De hecho, ninguna cultura singular cumple cabalmente esas,
condiciones. Siempre existieé una distancia entre el orden norma-
tivo ideal y Ia situncién real de cada cultura singular. Esa distancia
hace posible la critica de la situacién existente a partir dea exigere
‘ia normativa no cumplida.
Esos principios son universales, puesto que enuncian condi-
3. Bartolomé, Miguel Alberto (2006) “Pluralismo e interculturalidad” en- Procesos interculturales Antropología política del pluralismo cultural en América Latina (pp. 85-131). México- Siglo XXI.pdf