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Condiciones de la interculturalidad Las ste de Ines Universidad Nacional Aut Cualquier reflexion sobre interculturalidad debe partir de un he. cho: la pluralidad de culturas, i. La multipi de las formas de vida de los grupos humanos. Cada forma de vida ‘es una manera de vivir de un grupo social que puede identificarse ra, por singular que sea, cumple res, permite preferenct y eleceién de fines, da sentido a acticudes y comportamientos y, al hacerlo, presta unidad a un grupo, integra a las personas en cleceién de los mettios adecuados para realizar esos fines y dentficar wna culeea consistria en conocer en qué medida cumple esas funciones de expres neegrar a una comunidad yy determinat los medlios adecuados para kogra Pero esas fnciones son generale, no iddenificatian a singular. iedeterminae cémo se curnplen, esas condiciones en enda c s son sus modos de expresion, ‘eudles los fines y valores de su eleccidn, cules sus modal integracién de las comunidades, todo fa varios pasos. ficar cada cultura en s 28] Luts Vuiono Tonanzo de posibilidad de todo tratamiento intercultural es la compren- sin previa de la cultura que es su objeto. Se trata, ante todo, de comprender una cultura en su identidad y telacidn con otras cultur xs diversas. La comprensién de una cultura es neutra en cuanto a su aceptacién 9 rechazo. No consiste en juzgar si es buena o mal valiosa o desdedable, Al comprender, ponemos “entre paréntesis toda posicién evaluativa, no sometemos a juicio sus earacteristicas. La comprension implica la puesta ent cuestién de todo prejuicio. No hay en una cultura nada “condenable”, como no hay nada “loable"; todo es simplemente “comprensible”. La critica de los prejuicios restituye af conocimiento k sisal Para comprender una cultura e dentificara, tenemos que con- siderarla en dos dimensiones: del poder y del valor. Cuslquier altura podria comprenderse en esa doble dimensidn. Los primeros hominidos se agrupaban para dominae y trans formar In naturaleta y para defenclerse de otcos grupos (dimen: sidn de poder). Todos ellos cumplian sus necesidades al expresar sentimicntos, intenciones y fines, en relaciones de conwvivencia (dimensién de valor). En esas dos dimensiones se explaya toda cultura, En unas cule turas predomina la dimensiéni de poder, en otras, ciertos valores que imptegnan las variadas manifestaciones cultuales: estéticos, ‘morales, religiosos, No hay cultura que no ejerza formas de poder ‘no hay poder que no se manifieste en m Poder es la capacidad de algo o de a rando la realidad. Una persona posee poder si tiene la capacidad de satisfaver sus deseos y cumplir sus fines, cualesquiesa Tiene poder quien es capaz de dominar las fuerzns naturales para obtener lo que quiere, quien puede sacar provecho de sus propias facultades ¢ itmponerse sobre los demas para realizar sus proposi- tos; poder es dominio sobre si mismo y sobre el mundo en tomo, y-social, para alcanzar lo deseado, Es el medio privilegiado para logeae un fin. En toda cultura hay poder en ls medida en que ‘cuenta con la eficacia para realizar efectos, en que puicde trans. formar ef medio segim sus fines. En toda cultura hay valor en la medida en que exprese fines fgualmente va ‘comprensién de la cosa CConorcowes be La merencueTuRAUDAd | 25 El poder en una cult tos: puede ser un poder mi centralizado en una persona 6 en un grupos puede ser personal 0 compartido. Cuando es duradero, cuando constituye una relacibn. permanente, el poder impositivo se convierte en dominactoa. La ‘conocida definicién de Weber se refierea este sentido de “poder” “Bs la probabilidad de impone ad, dentro de una relacidn social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea el fandamento de esa proba Cuando el poder se ejerce sobre ui po de personas, podemos hablar d Pero no todo poder puede consi también uin amor del poder por del poder no puede menos que ejercerlo con independencia de sus resultados. Porque hay un goce vital de la propia fuetza, un deleite en el despliegue de nuestras capacidades para bien o para imal, para la creacién o la destruccién. El afin de poder por st risino, sin mirar sus consecuencias, responde al deseo profun- do de todo existente por prevalecer. Nadie que busque el poder puede sustraerse del todo a esa pasién. Ya Nietasche no le faltaba ‘a2én cuando vela en la voluntad de poder Ia esencia misma de la existencia, a puede manifestarse en vat persona o sobre un gre sn poder como domi ‘Una cultura no puede preseindlie del poder, en las variadas for ‘mas en que se manifiesta, Pero en todas ls relaciones de poder en. ‘una sociedad se manifiesta también otra dimensidn ajena a los po- eres existentes: la que se expresa en valores (valores morales en el comportamiento, estéticas en las expresiones artisticas, religiosos ‘en la relacidn con lo sagrado). La dimensién del valor puede ad- vertise en todas las expresiones de una cultura, con cualidades dis. tintas, incluso contrarias a aquellas en que se ejerce cultura cs a fa vee un dmbito en ef que se donde seejercen relaciones de poder. Para tenemos que considerarla en esas dos di thumana se desatrolla tanto en las relaciones de poder como en la realizacin de valores opuestos, incluso contra el poder. cen patentes valores y mprender una "Vins Max Weber, Enum yal, Ms ups ‘Asi, el primer paso en el conocimiento de una cultura es com- ‘render, tanto en los valores que pretende como en las formas de poder con que se ejerce. Quien comprende se abstiene de acep- taro techazor. Quien comprende no hace excepciéin de personas 6 de situaciones. No juzga, se limita a entender. Sobre Ia comprension hay un segundo paso: la valotacidn. Una po- ese paso, Incluitia juieios de valor. Pero jraviones, forma parte dde-un nivel de juicio posterior a commprenderla; fa supone. Valorar una cultura incluye identiticara, jusgando en qué rmedlida cumple con las funciones de cualquier cultura. Para ello puede compararla con otras. Unas culturas podrian en principio considerarse superiores en ciertos aspectos, otras, en otros, Unas poxtrian mostrarse més eficaces, otras, menos. Podriames plantear entonces I pregunta: json equivalentes todas las eultas? La equiparacion entre varias inst lede darse por consi dlorarlas del mismo valor 6 por vetlas como variantes le una soa. En el primer caso, se consideran equivalentes; en el segundo, se miden en funcin de una cultura que se pretende universal. En tun pluralismo de las culturas, ninguna seeia susceptible de servir de patron para evaluar a las demas: si consideramos, jue hay una cultura universal, rodas las culturas singul rian como variantes de una sola Las relaciones entre culturas pueden oscilar entte dos extre sno cultural sostiene kauier re vilda, de manera que no podlemos sefalar los carhcteres de wna cultura universal El relat no levanca una barrera contra las pretensiones de a cultura oc nal de ser universal. La cultura universal no pode ura, pero tampoco puede excluir todo x En efecto, si todas las culeuras tuvieran el valor, no tendeiamos raz6n alguna para rechsae lava CConoIciones De La wereReutrURAUDAD | 27 igual valider de cualquier cultura dominante y discriminadora Para rechazarla tiene que argumentar que una comunidad cult ral libre es preferible a una oprimida, y que vale mis el respeto a lh pluralidad que la imposiciin de las propias actitudes ¥ creer: cias, Si reivindiea el valor de Ia autonomia cultural, asevera que Ta libertad es preferible a fa dominacién; si afitma su identidad, cstablece la superioridad morat de see auténtico; si rechaza qe el sentido de su vida sea determinado por otros, proclama el de- echo de todos a elegir sus propios fines. Esos valores no pueden set ya relativos, silo fueran, no habelajustfieacién r rechazar una cultura que les fuweea contraria. Sin proclam: su conducta esta fincada en razones y no s6lo en impulsos ciexos, cl relativista tiene que admitir ciertos valores transcultuales para justficar su propio relativismo, Pero la marcha hacia la universalizacion de fa cultura no ha sido la obra de la conunicacién racional y libre, sino de fa domi- nacién y la violencia. La imposicién de una pretendida culeura ‘universal ha significado para muchos pueblos fa enajerac formas de vida no elegidas. De allt que la aceleracion de Ia ter dencia hacia una culeura global se acompane a menudo de una centonces fa libertad cle cada cultura de determninar sus propios fi- nes, e valor insustituible de las diferentes identidades culturales. Conta el papel hegeménico de la cultura occidents el valor semejante de todas las culeuras. puede abrirse una alternativa frente al dleseado universalismo de fa cultura occidental: la comprensién de fas culturas estableciendo analogias y sir ides parciales entre cho, las culturas pueden comprenderse mejor comparane parciales comunes entre ellas, detectando analogias observando cémo se interpenetran, Unas coinciden en ciertos rsgos con otras di cuales a sit ver presenta easgos co- munes patcialmente semejances y diferentes en culturas podrian comprenderse parcialmente singulares que comparten esos comunes con as euleuras y die 28] Luis Vitozo Toro. vversos con otras. comprension intercultural no distinguitia las diferentes culturas segiin categorias légicas de género y especie, sino segiin semejancas y desemejanzas parciales como los “rasgos de familia” que pueden distinguir a varias personas~ de las que blaba Wicegenscein. Historiadores y anéropélogos haan intentado comparaciones li itadas entre culeuras, que pueden servir de pistas para desvelar que podria ser el “espit Pueden sugeriese unilias de culturas” derivadas de una mattis comin ta ramificacion de un tronco, Podemos también con coponiendo Siguiendo una negativa, no fale manera de subrayar las carencias que caracterizan a culturas qute ‘nos son cercanas. Intentémoslo, a modo de ejemplo, con el caso de fa cultura occidental moderna. No podeiamos menos que comprobar caten- cias morales de fo que Charles Taylor denomina “el desercanto de la modernidad”, ism es el resultado mis signi- moderna. Incluye el respeto a la persona, con su capacidad de elegir ibremente su vida, conforme asus fines, frente a una vida confinada a la sujecién a un orden lo. Pero la otra faceta del individualisina es a per dda de integracién en la comunidad y la carencia del sentido de -on Tos otros hombres y con el todo del tuniverso, La pérdida del sentido es del mundo” del que epoca moxterna, roma de ese “desencanto bbl Weber como caracteristica de nuestra lastimoso y mediocre bienestar” que m moderna es, sin duda, primacta de {a tazén instrumental. Lugar privilegiado de cia y la tecnologia, Ella nos de nuestros prejicios y fantasmas 9, al mismo mpo, ha logrado un poder nuevo sobre taura el dominio del hombre, a mundo. La época modern: nombre de la libertad como de El tercer rao de fa moder ded y la pol a CConiciones n6 1A mTERCULTURALIDAD | 29, se manifesta el atomismo de ta sociedad, su divisién radical entre los que participan en ella los excluidos. Por oposicién a la modernidad occidental podrian sefialarse ‘nsgos distintivos de otras culturas. Por ejem el individualismo, el racionalismo y el afin de dominio de fa cul- rua occidental, existen rasgos de una matris cultural distinta, 2 eas de la América indigena. A diferencia fen contraste con terizarse por el predominio que conceden a valores comunitarios sobre los valotes individuales y por su respeto a los valores que Elindividuo por los riiltiples aspectos en que se muestra lo sagrado, En contraste, puede sefialarse su aceptacidn de la muerte, de la que no estaba su imaginacion magica y su carencia de efica- yest mundo en torno. Son rasgos que caracte estin ditigidas por el afin de dominar la natura racionalmente y que, por contraste, intentaron formas de uniclad y armonéa con lo otto, aunque ello demeritara cl poder de su cultura, (Otra matrix cultural con la que podemos contrastarla es una matrie de culturas orientales, que se manifiesta en las religiones superiores del hinduismo y el buclismo, cuyo niicleo central es el yo, lau el todo, fa liberacién inte- Je ser ciegos, en c ria, Su contraste es una c el interés personal y el afin de dominio. En occidental modema, variantes de ese nticleo -cuyo getmen estuvo dan mayor importan racién sobre el egoismo, a la intuicion sobre el a Ahora bi pistes pras puede sum nterculeutalidad, pero no pod 30 Lurs VinoRo Torawzo a conceptos claros y dlstintos generales: solo podtia arrojar conclu- siones vagas,stijetas a excepciones y contraejemplos. Podemos entonces proponer una via alternativa. En lugar de conceptos generales aplicables a todas las culturas, dLefinir concep- tos que no pueden atribuirse a toda cultura, ¥ que por oposicion indicaran lo que en ningiin easo deber sus funciones en cualquier sociedad. Por oposicidn, s caracteristieas que no deberia tener una cultura De hecho, ninguna cultura singular cumple cabalmente esas, condiciones. Siempre existieé una distancia entre el orden norma- tivo ideal y Ia situncién real de cada cultura singular. Esa distancia hace posible la critica de la situacién existente a partir dea exigere ‘ia normativa no cumplida. Esos principios son universales, puesto que enuncian condi-

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