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INTRODUCCION La escuela como encrucijada de culturas Cee ee EEE La escuela, y el sistema educalivo en su conjunto, puede entenderse como una instancia de mediaci | entre los significados, sentimientos y con- na as de la comunidad social y el desarrolo particular de las nuevas genera- caries. Cuando se cuestiona el mismo sentido de la escuela, su funcién social y Consturaleza del quehacer educativo, (como consecuencia de las transforma, te ay cambios radicales tanto en el panorama politico y econémico, como en sPerero de los valores, ideas y costumbres que componen la cultura, 0 las ei furas de la comunidad social), los docentes aparecemos sin iniciatva, arin: caeetjos 0 desplazados por la arrolladora fuerza de los hechos, por la verigino- eetticesién de acontecimientos que han convertido en absoletos nuestros con- Pa idos y nuestras prdcticas. Como no podia ser de otra manera, los, docentes resencia it defintiva, nos encontramos it Laescuela imoone, fentamente pero de manera tenaz, unos nduota, pensamiento ‘se reproduce a si misma, A ‘elaciones propios de la institucion que i i 1. Los docentes y ‘aun viviendo las contradicciones y los desajustes evidentes de las minantes, acabamos reproduciendo las rutinas que gene- Ja, al objeto de conseguir la aceptacién institucional. Por estudiantes, précticas escolares dor rala cultura de la escuel otra parte, ivo_de la insituci que son otros los propdsitos y preacupacio- fies priorilarias en la vida econémica de la sociedad neoliberal y, al menos, |a escuela sique i ia, sin iTportar demasiado el abandono de su funcion educativa. Resulta claro que la escuela vigente en la actualidad y que hemos conocido bréctcamente naterablee igual asi misma, except interesantes excepoone, sde hace ya muchas décadas, correspande a la cultura moderna. En el mejor (© Ediciones Morta, SL La cultura escolar en la sociedad neclber) Hern as eats ee caminado a remoique de las exigen, $ los patrones, valores y Propuestas ‘iferan por doquier las manifestacio. de los casos, la escuela, que siempre a cias y demandas sociales, ha 1 de la cultura modema, incluso cual nes de sus lagunas, deficiencias Ay, conta ro ted Cee en anak finen la modernidac, ‘més preciada, la escuela. 3. Por ejemplo, el abrumador poder de acion que han adguitido los medios de comunicacion de masas plantea retos Pe e 2 pe shia ala practica educativa en la escuela. La revolucion ‘electronica que preside los ulti- fnos anos del siglo XX las ventanas de la historia una nueva Torna de ciudad, de configuracién del espace y el tiempo, de las relaciones ‘econdémicas, sociales, politicas y culturales; en definitiva, un nuevo tipo de ciu- organ con habitos, intereses, formas de pensar ¥ sentir emergentes. Une vida SaceT presidida por los intercambios a distancia, Po la supresion de las barre- ras temporales y las fronteras espaciales. ‘A esta nueva manera de establecer tae renpeynes sociales y los intercambios informativos ha de responder un nuevo modelo de escuela. i Uno de los aspectos mas relevantes de este momento de transicion y muta- cién seetancial dela cultura publica, es precisamente 1a recuperacién de la inter- pretacién cultural de la vida social como ‘eje de la comprension de las interaccio- retacion cafes partcularmente importante esta interpretacién ouluraista dela ‘jaa politica y social por cuanto se produce en una époce: caracterizada preciss- mente por los cambios radicales, profundos, generalizados y vertiginosos en la Configuracién de la cultura. Como afirma RACIONERD (1993, pag. 29): "Antes habia una cultura popular -el folklore~ y a alta cultura, de Goethe y ‘Mozart; ahora hay, Rae eae pe restos do flkore, en la ciudad cultura de masas y en algunos subi bios caros textos de Goethe y Mozart. La cultura de masas es el Parque aioe ico’, No es dificil imaginar la relevancia sustancial de esta interpretacion Sultural de la vida aparejada a la conciencia de su relatividad, contingencia y pro» Gsionalidad para determinar la incertidumbre y ambiguedad que recorre una de sus instituciones clave: la escuela. Es interesante, a mi entender, ampliar esta interpretacién culturalista a la comprension de la vida de la escuela, los modos de intercambio y los efectos que provoca en las nuevas generaciones. Por ello me ha parecido enormemen- te tl entender la escuela como un cruce de culturas, que provocan tensiones, ‘aperturas, restricciones y contrastes en la construccién de significados. Al intet- ppretar los factores que intervienen en la vida escolar como culturas estoy resak tando el cardctersistémico y vivo de los elementos que influyen en la determing. cidn de los intercambios de significados y conductas dentro de la institucién scolar, asi como la naturaleza tacita, imperceptible y pertinaz de los in‘lujos ¥ mentos que configuran la cultura cotidiana. Con este propdsito me parece iprescindible clarificar el concepto de cultura que vamos a utilizar en el des llo ca presente discurso para poder analizar y comprender ia compleja turas que se entrecruzan en la vida de la escuela. Ln eccyols como encrucjada de cuturas 1. El concepto de cultura Una de las primeras formulaciones del términ © cultura se debe al antropélo- go Edward 8. Tylor quien Ta define como “aque! todo complejo a ue incluye cor Besde esta primera formulacién en el campo de ° onpcido la interpretacion de la cultura te biolégica, de saberes, précticas, artefactos, instituciones y pares no poigan fa controvertida textura de la vida de los individuos y srubea Rene (walinowski, Sap, Mead). pos humanos La cultura aparece como el contexto simbélico que rodea nente y de forma mas o menos perceptible, el crecimiento pellet A Irjiduos y de los grupos humanos, O como afirma la Unesco “la cultura eateh Incinto de conocimientos y de valores que no es objeto de ninguna ensefan- se espectica y que, sin embargo, todos los miembros de una comunidad cono- Gen" (FINKELKRAUT, 1990, pag. 98) En qué consisten, cOmo se forman, desarrollan, transmiten y transforman tales productos simbolicos que constituyen la cultura, y cémo son reproduc the asimilados y recreados por los individuos y los grupos es el eje fundamen- cos aetudlo'y cscrepancia de la antropologia y el resto de las ciencias huma- ray que tantas repercusiones tiene en la concepcisn de la educacion y de la escuela. ea afrma FRKEUGAUT (1990) la cultura tiene una potente dimension popu lary radiciona, es el espititu del pueblo al que cada uno perlenece y que impr naa la vez el pensamiento mas elevado y los gestos mas sencillos de la vida cc diana. Y en este sentido el concepto de cultura popular se complica cuando la diana. et conémica, poltica y tecnoldgica extiende sus horizontes limites insospechados, de modo que el contexto de influencias cotidianas ¢ incluso cer- ore universaliza como consecuencia de la omnipresencia y poder seductor de los medios de comunicacion de masas. os reno que cada persona posee raices culturales igadas a la herencia, ala memoria étnica, constituida por estructuras, funciones y simbolos, transmitida de ‘generacién en generacién por largos y sutlles procesos de ‘socializaci6n. Es obvio ‘ginbién que cada individuo antes de poder decidir su propia propuesta de vida se aera inmerso en la inmanencia de su comunidad, en las coordenadas ave confguran el pensar, entry actuarlagtima en su grupo humano. Fore 2s Serato mas Svidente que fa herencla social que recibe cada individuo desce si ptimeros momentos de desarrollo ya no se encuentra constituida ni principal ni priontariamente por su Cultura local. Los influjos locales, aun importantes, ncvertran sustancialmente mediados por los intereses, expectatvas,simbolOs Y modelos do vida que se transmiten a través de los medios telematicos Parece ovidente que el contexto cultural que potencia tanto como resin las posibilidades de desarrollo del individuo humano- ha mutado sustanciaimen- fF y ‘de forma acelerada en las ultimas décadas para mostrar su naturale7a fox Fas rams: incierta, plural y diversificada. Las raices locales dela a han defnido el escenario cercano en ‘el que cada individuo incorporaba encia social, y que le proporcionaban tanto la plataforma de despegue como © Ediciones Morata, SL rnocimientos, Creencias, arte, leyes, moral, costumbr , moray res Sidad y habitos adquiridos por el hombre en cuanto miombro de una socedsor iedad’.) 1 ‘ n perdido no s6lo su supremacia sino su propia aot to mga Ne 20° name tamy oe ee y original identidac’ verosos instrumentos de comunicacién social. Con elig aes indigo de las sociedades de finales del siglo XX ha ampliado arec® QUE Oi iaisa sus horizontes, recursos y expectativas culturales a Ge manera asombrosa sr mente, de perder seguridad. ee pare ‘el concepto de cultura, a pesar de la fuerza recuperada como recurso explicativo de las interacciones humanas, no puede entenderse sin nes que mantiene con el marco politico, eco. erst in eateches rons ave mantle Gono aca, polio, em Took cig Yas interaeciones humanas de un grupo social, es decir el conjunto de significados, expectativas y comportamientos, si arraigan y perviven es porque manifiestan un cierto grado de funcionalidad para desenvolverse en las condi. Clones sociales y econémicas del entorno. Ahora bien, estas relaciones no pue. den ya considerarse ni unilaterales ni dependientes, como la interpretacion mecanicista del desarrollo histérico impuso en gran parte del pensamiento /moderno. Tan evidente es que los productos culturales se generan adaptados ‘en cierta medida al contexto natural, econémico o social, como que mantienen, al mismo tiempo, un cierto e irreductible grado de autonomia que provoca cis. funciones, bloqueos, alternativas e incluso la transformacién de las condiciones de dicho contexto (CARSPECKEN, 1992). Si el concepto de formacién cultural parece sustituir al clasico concepto de clase social, no es a mi entender porque hayan dejado de existir las diferencias sociales en virtud del nivel econémico, ni porque empiecen a tener més impor. tancia los problemas referentes a la nacionalidad, la etnia, el lenguaje o la rei- gién, como plantea BELL (1996), olvidando que a todos ellos subyace algun pro- blema relacionado con la justicia @ igualdad en la produccién y distribucion de bienes; la sustitucin me parece necesaria para evitar la interpretacién mecani cista en las relaciones entre las condiciones econdmicas y las elaboraciones simbélicas de los grupos humanos. Precisamente porque no se confirman dichas relaciones mecanicas, porque existe un cierto grado de autonomia en la elaboracién de significados, expectativas y comportamientos de los individuos y de los grupos humanos, los limites y las fronteras entre ellos se difuminan y con- funden. En este sentido el concepto de proletariado o burguesia deja de tener valor para comprender los comportamientos individuales y los movimientos sociales. La relativa autonomia de la produccién simbdlica, que constituye é! concepto de cultura, permite un andlisis mas flexible, dinamico y diversificado Para comprender la pluralidad y complejidad del comportamiento humano. En todo caso, y como afirma CansPECKEN (1992, pag. 508) existen importan- razones para no provocar una separacién radical entre la cultura, la politica la Se coment enémenoe Culturales no pueden considerarse, de manera foto do a gad aisladas; para entenderlos hay que situarlos dentro del no forman ranaones sociales donde adquieren significacion. Cultura ¥ Parte de diferentes juegos lingiiisticos, sino que constituyen Un ionio indisoluble en ta vida cotidiana, a sewales, con la estructuracién racial de las relac ones ig edad como una forma de dependencia(..) cultura mates pce i oPresion do Gucirasimetias en las habilidades de los indivicuos y gripos soe J Mute @ pro- A ee econ A ana) bos ce Pn ety iar rene) Mc in canoe aime lornson, 1983, pag. 3, en Canspecnen, 1992, pdg. 510). SY [eas sociales _Geeira,(1993) por su parte, también estable dia yl edo de signiicados en funcién del cual los humanos inergrsen oa corjencia y gulan Su accion, y defnir la estructura social como la forma que ela accion, como la red actualmente existento de relaciones Sociaon: Uae tom nes sociales, por una parte, se configuran de una manera determinada reo las exigencias econdmicas y poltioas como por las interpretaciones tae fas gue orienta [a accion de los indviduos y de los grupos, Por ota sare el tejdo de signiicados que orientan la interpretacén yfa acién de les pars se configura tanto en funcién de las exigencias sociales, econémicas y Silfeas como de las resistencias y alternatvas que se generan y se aceoian pono posibles en el mundo imaginario de los indlviduos y de la colectvidad. Es Sugerente, en este sentido, el pensamiento de GeErTz (1973, pg. 8), cuando sea retue: “ol hombre es un animal suspendido en redes de signiicados que 61 mismo ha contribuido a tejer”. Fata interpretacion del concepto de cultura como el tejido de significads, ‘expectalivas y comportamientos, discrepantes 0 convergentes, que comparte tirgrupo humano, requiere, al mismo tiempo, tomar conciencia del caracterfle- un great del contenido de la misma. Las producciones simbdlicas no pue- den entenderse como las producciones materiales. Las relaciones mecanicas entre elementos confunden ‘mas que aclaran la verdadera naturaleza de las inte- crvwones humanas. Como afirman reiteradamente pensadores de tan cistinto Origen como Bruner, Van Maanen o Gertz, la cultura es un texto ambiguo, inaca- bado, metaférico que requiere constante interpretacion. La cultura, como fend- rong fundamental y radicalmente interactivo y hermenéutico requiere interpre- eee a ue expicacion causal. Conocer incluso la propia cultura es una ‘empresa sin final. EI mismo hecho de pensarla y repensarla, de cuestionarla 0 compartirla supone su enriquecimiento y ‘modificacion. Su caracter reflexivo implica su naturaleza cambiante, su identidad autoconstructiva, su dimension creativa y poética, Cuando e! hombre organiza racionalmente no hace mas que reproduci, repeti 0 prolongar formas ya existentes. Pero cuando organiza poéticamente, da forms 3 aos, y esta accién, que es quizd la mejor definicion de la cultura, se mantiesta con luna Claridad apabullante en el caso del arte (CAsToANDIS, 1993, pag. 47). la interpretacién de los asuntos ‘esos de socializacién esponté- ~ jido y sistemético de la conciencia de sus fe SUS propios Pproce- indo en cada uno el Este aspecto reflexivo es un eje crucial para | humanos, La diferencia sustancial entre los proc Nea y los de educacién intencional es el propésito decial ésta Ultima de favorecer el desarrollo en los individuos de Posibldades reflexivas, de volverse sobre si mismos y sobri 8 de socializacién para entender como se est configural (© Ediciones Mora, SL La cultura escolar nla Sociedad nectbera i a a ‘en su cultura y para decidir sobre su pen jc an ants conan stra as squeal educacién se entiend® Tce sobre si mismo, reflexivamente, para entender enculturacten sentido y efectos en el desarrollo individual y colectivo. Por eli, Sus Mprescinaible entender los mecanismos epicitos y dots de itercambo os imprescin gt soe para comprender ¥ estiular 108 PrOCEEOS de reflexion educative, sintesis conviene destacar dos aspectos del concepto de culta Fe aces Stevaneia para nupsto ciscurs0 posterior en Primer lugar, el cade ter sistemico @ interrelacionado de los elementos simb6licos que constituyen la ter sister ctreados compartidos, de modo que se eviten las intepretaciones Unilaterales y reduccionistas. En segundo lugar, naturaleza implicita, el unllateraes Y “eedo por supuesto, de la mayoria de sus Contenidos, Las cut. fas funcionan como patrones de intercambio precisamente porque forman una idos que los individuos generalmente no coherente red de significados compart cnefonan y se admiten como marcos utiles y presentes en los procesos de dae ration, Los significados se objetivan en comportamientos, artefactos y cornea aue Torman la piel del contexto institucional y que se asumen como Imprescinaibles e incuestionables por su cardcter previo a la intervencion de los agentes. 2. La escuela como cruce de culturas Todas estas caracteristicas del concepto de cultura: configuracién sistémica, ‘cardcter indeterminado y ambiguo, abierto a la interpretacion, naturaleza implic- ta de los contenidos, relevancia vital de sus determinaciones, ambivalencia de sus influjos, que representan tanto plataformas que abren posibilidades como marcos que restringen perspectivas, me parecen de enorme trascendencia para fa comprension de los fenémenos de socializacién y educacién que tienen lugar en el escenario de la escuela(E! enfoque cultural no supone un ‘simple cambio de denominaciones, sino de perspectiva) El andlisis de lo que realmente ocurre en la escuela y de los efectos que tiene ef los pensamientos, sentimientos y con uctas de los estudiantes requiere descender a los intercambios subterraneos d& significados que se producen en los momentos y en las situaciones mas diversas e inadvertidas de la vida cotidiana de la esouela, Las diferentes culturas que s° entrecruzan en el espacio escolar impregnan el sentido de los intercambios y él > valor de las transacciones simbélicas en medio de las cuales se desarrolla la construccién de significados de cada individuo.) Con este propésito y teniendo en cuenta la complejidad del término cultura eeerrieie Geese re pape necesario precisar y concretar el con

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