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MAX WEBER ECONOMIA Y SOCIEDAD Esbozo de sociologia comprensiva Edicién preparada por JOHANNES WINCKELMANN: Nota preliminar de José MEDINA ECHAVARRIA FONDO DE CULTURA ECONOMICA, [MEXICO - ARGENTINA - BRASIL CHILE - COLOMBIA = ESPAA ESTADOS UNIDOS ~ GUATEMALA PERI VENEZUELA CONCEPTO DE ONDEN LEciriMO 25 tivo, a costa no sélo de Ie costumbre, sino, ademas, de la accién afectiva; y, todavia mis, que, apareciendo como puramente racional con arreglo a fines, To sea a costa de lo que daria un accién racional con arreglo a valores, De esta equivocidad del concepto de racionalizacién de la accién nos ocuparemos con cierta frecuencia ‘4. La estabilidad de la (mera) costumbre se apoya esencialmente en el hecho de que quien no orienta por clla su conducta obra “impropiamente”; es decir, debe aceptar de antemano incomodidades ¢ inconveniencias, mayores o menores, durante fodo el tiempo en el cual la mayoria de los que le rodean cuenten con la subsistencia de la costumbre y dirjan por ella su conducta La estabilidad de una sifuacién de intereses descansa, andlogamente, cn el hiecho de que quien no orienta su conducta por los intereses ajenos —“no cuenta” ‘con ellos— provoca su resistencia o acartea consecuencias no queridas ni pre vistas por él: y, en consecuencia, corre el peligro de perjudicar sus propios interescs. § 5. La accién, en especial la social y también singularmente la relacién social, pueden orientarse, por el lado de sus participes, en la representacién de la existencia de un orden legitimo. La probabilidad de que esto ocurra de Iiccho se lama “validez” del orden en cuestidn. 1, “Validez” de un orden significa para nosotros algo mis que una regularidad cen el desarrollo de la accién social simplemente determinada por la costumbre 0 por una situacién de intereses. Cuando las socicdades dedicadas al transporte de ‘muebles mantienen regularmente determinadas cldusulas relativas al tiempo de la mudanza, estas regularidades estin determinadas por la situacidn de intercses. Cuando tun buhonero visita a sus clientes de un modo regular en detenminados dias del mes o de la semana, esto se debe a una costumbre arraigada, 0 a una situacién de intereses (rotacién de su zona comercial). Empero, cuando un fun- Cionario acude todos Tos dias a su oficina a la misma hora, tal ocurre no s6lo por causa de una costumbre arraigada, ni sélo por causa de una situacién de intereses ue a voluntad pudiera 0 no aceptar—, sino también (por regla general) por la “validez" de un orden (reglamento de servicio), como mandato euya transgresién no s6lo acarrearla perjuicios, sino que (normaimente) se rechaza por el “senti- mints dal deer” del propio fmeimaro (efectng, in embrg, en muy vie 2, Al “contenido de sentido” de una relacién social le lamamnos: a) “orden” cuando la accién se orienta (por término medio o aproximadamente) por “méxi- mas” que pueden ser sefaladas. Y sélo hablaremos, b) de una “validez” de este orden cuando la orientacién de hecho por aquellas méximas tiene lugar porque tm algin grado ignfistivo (es deer, en un grado que pee pricticamente) aye, tecen vilidas para la acci6n, es decir, como obligatorias 0 como modelos de con- ducta, De hecho la orientacién de la acci6n por un orden tiene lugar en los parti- cipes por muy diversos motivos. Pero la circunstancia de que, al lado de los otras rmotivos, por lo menos para una parte de los actores aparezca ese orden como obli- gatorio o como modelo, o sca, como algo que debe ser, acrecienta la probabilidad de que la accién se oriente por él y eso en un grado considerable. Un orden sos- tenido sdlo por motives racionales de fin es, en general, mucho mas frigil que otto ‘que provenga de una orientacién hacia él mantenida dnicamente por la fuerza de la ‘ostumbre, por el arraigo de una conducts; la cual es con mucho la forma més frecuente de la acttud intima, Pero todavia es mucho més frdgil comparado con 26 CONCEPTOS SOCIOL6GICOS FUNDAMENTALFS ayuel orden que aparezca con el prestigio de ser obligatorio y modelo, es decit, con el prestigio de la legitimidad. El trénsito de la orientacién por un orden, ins- pirada en motivos racionales de fines o simplemente tradicionales a la creencia en su legitimidad es, naturalmente, en Ta realidad, completamente fluido. 3. No sélo puede estar orientada Ia accién en Ia validez de un orden por “‘cum- mien” desu sentido (como por tHrmino medio se Ie entiende); también en de Ia accién correspondiente a su contenido de sentido); o a impedir su naci- ‘miento o subsistencia (un “estado” por medio de la guetta o la revolucién; una “onjura”, por una represi6n sangrienta; el ‘concubinato”, por medio de medidas policiacas; “negocios usurarios” retirindoles la. proteccién juridica y sancionén- dolos penalmente); 0 a favorecer conscientemente la subsistencia de una categoria dc relaciones a costa de las demés: lo mismo los individuos aislados que asociados pucden proponerse tal fin. O también puede ocurit b) que el desarrollo de hh Accién social y sus condiciones determinantes de toda indole tengan como come: cuencia accesoria, no querida, el hecho de que determinadas relaciones (es decir, la accién por ellas supuesta)” disminuyan progresivamente sus probabilidades dé persistencia o de nueva formacién, Todas las condiciones naturales y culturales, Gualguira, que sea su case, dan lugar en algin modo, en aso de varacion, 2 ie lesplazamicuto en las probabilidades de las més diversas relaciones sociales. En tales casos cada quien puede hablar de una seleccién de las relaciones sociales Pat smo dels itador— en la que tun la “mis fuerte” (eno sentido de la “mas adaptable”). Pero, debe insistirse en que esa lamada “scleccién” nada tiene que ver con la seleccién de los tipos humanos ni en el sentido social nien cl biolbgico; y que, en cada caso concreto, debe uno preguntarse por Ia causa aque ha producido ese desplazamicnto de las probabilidades respecto a1 una wi otta forma de accién social, o ha destruido una relacién social, 0 ha asegurado su perss- tencia frente a las demas; no debiendo olvidarse, tampoco, que es3s causts son tan iniltiples que resulta imposible abarcarlas con una f6rmula dnica. ‘También existe en estos casos el peligro de insertar “valoraciones” incontroladas en Ta inves- tigacién empirica y, sobre todo, de deslizar Ia apologia de un resultado, que a menudo estd individualmente condicionado en el caso particulary es, por lo tanto, uramente “casual”. Los cjemplos abundan en estos iltimos afios, Debc, pucs, ecordaise que la climinacién de una relacién social (conereta 0 cualitativamente COMUNIDAD ¥ SOCIEDAD 33 especificada) se debe con frecuencia a « nada nos dice en contra de la “viabilidad” § 9. Llamamos comunidad a una relacién social cuando y en la medida en que la actitud en la accién social —en el caso particular, por término me- dio o en el tipo puro— se inspira en el sentimiento subjetivo (afectivo o tra- dicional) de los participes de constituir un todo. Llamamos sociedad a una relacién social cuando y en Ja medida en que a actitud en Ia accién social se inspira en una compensacién de intereses por motivos racionales (de fines o de valores) 0 también en una unién de inte- reses con igual motivacién. La sociedad, de un modo tipico, puede especial- mente descansar (pero no tnicamente) en un acuerdo 0 pacto racional, por declaracién reciproca. Entonces la accién, cuando es racional, esté orientada 4) racionalmente con arreglo a valores: en méritos de la creencia en la prc vinculacién; b) racionalmente con arreglo a fines: por la expectativa de Ja lealtad de la otra parte. 1, Esta terminologia recuerda Ta distincién establecida por F. Tonnies en su obra fundamental: Gemeinschaft und Gesellschaft * (“‘Comunidad y Sociedad”) ‘Sin embargo, de acuerdo con sus propios fines, Tonnies dio a esta distincién, desde un principio, un contenido especifico, que no tiene ubilidad para nuestros propésitos. Los tipos més puros de “sociedad” son: a) el cambio estrictamente tacional con arreglo a fines y libremente pactado en el mercado: un compromiso real entre interesades contrapuestos que, sin embargo, se complementan; b) la tunién libremente pactada y puramente dirigida por determinados fines (Zweck- verein), es decir, un acuerdo sobre una accién permanente orientada en sus pro- pésitos y medios por la persecucién de los intereses objetivos (econémicos u Eos) de lx miembros partiipes cn ese acuerdo; c) la unin racionalmente mo- tivada de los que comulgan en una misma creencia (Gesinnungeverein): la secta racional, en la medida en que prescinde del fomento de intereses emotivos y afce- tivos, y S6lo quiere estar al servicio de la “tarea” objetiva (lo que ciertamente, en su tipo puro, ocurre s6lo en casos muy especiales). 2, La comunidad puede apoyast sobre toa srt de fundamentos,afetvs, motives y tradicionales: una cofradia pneumdtica, una relacién erética, una re- lacién de piedad, una comunidad “nacional”, una’ tropa unida por sentimientos de camaradera, La comunidad familiar es la’ que expresa con mayor adecuacién dl tipo de que se trata. Sin embargo, la inmensa mayorla de las relaciones sociales participan en parte de la “comunidad” y en perte de la “sociedad”. Toda rela- ién social, aun aquella mds estrictamente originada en la persccucién racional de algin fin (la clientela, por ejemplo) puede dar lugar a valores afectivos que trasciendan de los simples fines querides. ‘Toda “‘sociedad” que exceda los tér- ‘minos de una mera unién pata un propésito determinado y que, no estando li- mitada de antemano a ciertas tareas, sea de larga duracién y dé lugar a relaciones, sociales entre las mismas personas —-como las “sociedades” creadas dentro de un mismo cuadro militar, en una misma clase de la escuela, en una misma oficina, en tun mismo taller— tiende, en mayor 0 menor grado, a fomentar los afectos alu- 1 Hay que adver que Max Weber emplea lor tdeminos Vergeeschaftong y Vergemeinichal tung, que tls lets sean rcialncdn y comunizcn, 0 proceso de socacon y proce de c- ‘unién, poo que genctalente nots tradocitenos por comunidad sociedad po exigencas del Salome y bin pejudicar aiden. [E 4 CONCEPTOS SOCIOL6GICOS. FUNDAMENTALES didos. Por el contrario, una relacién que por su sentido normal ¢s una comuni- dad, puede estar orientada por todos o parte de sus participes con arreglo a ciertos fines racionalmente sopesados, Hasta qué punto un grupo familiar, por ejemplo, ¢s sentido como “comunidad” o bien utlizado como “sociedad”, es algo que se presenta con grados muy diversos. El concepto de “comunidad” aqui adoptado ¢s deliberadamente muy amplio, por lo cual abarca situaciones de hecho muy hreterogénens. , 3. La comunidad es norinalmente por su sentido la contraposicién radical de la “lucha”, Esto no debe, sin embargo, engafiamos sobre el hecho completamente normal de que aun en las comunidades més intimas haya presiones viclentas de toda suerte con respecto de las personas més maleables 0 transigentes; y tampoco sobre que la “seleccién” de lor tpos y las diferencias en ls probabilidades. de Vida y supervivencia creadas por elle ocurran To mismo en la “comunidad” que en otta parte cualquiera. Por otto lado, las “sociedades” son con frecuencia ini- ‘camente meros compromisos entre intereses en pugna, los cuales sélo descartan (0 pretenden hacerlo) una parte de los objetivos o medios de la lucha, pero de- jando en pie fa contraposicion de interes misma y Ia competencia por is dstin- tus probabilidades. Lucha y comunidad son conceptos relativos; la lucha se con- forma de modo muy divetso, segiin los medios (violentos o “‘pacificos") y los ‘mayores 0 menores miramientos en su aplicacién. Y por otra parte, el orden de ta ain soil, cualquier que se su cae, deja en pie, como sberos Ite cidn de hecho en la competencia de los distintos tipos ‘humanos por sus proba- bilidades de vida " ea 4. No toda participacién comin en determinadas cualidades, de la situaci6n o de la conducts, implies una comunidad. Por ejemplo, Ia paiticipacidn en uns determinada herencia biolégica —los lamados caracteres “raciales’— no implica en si una comunidad de los que poscan tales caracteristicas. Por limitacién del commercium y connubium frente at mundo circundante pueden desembocer —por aislamiento frente a ese contorno— en una situacin homogénea. Empero, aun- que reaccionen en esta situacién de un modo andlogo, esto no es todavia “comu- nidad”, ni tampoco la produce el simple “sentimiento” de la situacién comin y suis corisecuencias. Comunidad s6lo existe propiamente cuando sobre la base de se sentimiento la accién esti reciprocamente referida —no bastando la accién de todos y cada uno de ellos frente a la misma circunstancia— y en la medida en que esta referencia traduce el sentimiento de formar un todo. Entre los judios, por ejemplo, este caso es poco abundante —fuera de los cfrculos sionistas y de a accién de algunas sociedades para cl fomento de los intereses judios— y muchas veces ellos mismos lo rechazan. La misma comunidad de lenguaje, originada en ‘una tradicién homogénea por parte de la familia y la vecindad, fcilita en alto grado la comprensién reciproca, o sea, la formacién de relacion¢s sociales. ‘Pero en si no implica “comunidad” en estricto sentido, sino tan s6lo la faciitaci6n del intereambio social dentro del grupo en cuestién; 6 sea, la formacién de relaciones de “sociedad”. Ante todo, entre las personas individuales y mo en su cualidad de participes en el mismo idioma, sino como soportes de intereses de toda especie; la orientacién por las normas del lenguaje comtin constituye primariamente s6lo un ‘medio para un mutuo entendimiento, pero no “contenido de sentido” de las rela- cioncs sociales. ‘Tan s6lo la aparicién de contrastes conscientes con respect a terceros puede crear para los participes en un mismo idioma una situacién homo- ‘génea, un sentimiento de comunidad y fonnas de socializacién —sociedad— el fandamento consciente de la existencia de los cuales es la comunidad linghistica La participacién en un “mercado” (concepto en el cap. 1) se conforma de otta RELACIONES ABIERTAS Y CERRADAS 35 ‘manera. Crea formas de sociedad entre los contratantes particulares y una rela- cién social (de competencia sobre todo) entre todos los concurrentes al mercado, pues orientan su conducta por referencia reciproca a la de los demés. Pero fuera de esto solo surgen formas de sociedad cuando algunos participes se ponen de acuerdo con al fin de aumentar sus probabilidades de éxito en la lucha de precios, ‘0 cuando todos se concicrtan a fin de regular y asegurar cl cambio. {El mercado, y 1s economfa cle cambio fundada en él, es cl tipo ms importante de una influencia reeiproca de la accién por la pura y simple situacién de intereses, cosa caracteri- tica de la modema economia.) {§ 10. Una relacién social (lo mismo si es de “comunidad” como de “so- ciedad”) se lama “abierta” al exterior cuando y en la medida en que la par- ticipacié: en la accién social reciproca que, segin su sentido, la constituye, no se encuentra negada por los ordenamientos que rigen esa relacién a nadie que lo pretenda y esté en situacidn real de poder tomar parte en ella. Por el contrario, Tlimase “cerrada” al exterior cuando y ex Ta medida en que aque- lia participacién resulte excluida, limitada 0 sometida a condiciones por el sentido de la accién o por los ordenamientos que la rigen. El caracter abierto 0 cerrado puede estar condicionado tradicional, afectiva o bien racionalmente con arreglo a valores o fines. El cierre de tipo racional se basa especialmente en la siguiente situacidn de hecho: una relaciGn social puede proporcionar a sus participes determinadas probabilidades de satisfacer ciertos intereses, tanto interiotes como exteriores, sea por el fin 0 por el resultado, sea a tra vés de una acci6n solidaria 0 por virtud de una compensacién de intereses. Cuando los patticipes en esa relacién esperan que su propagacién les ha de aportar una mejora de sus propias probabilidades en cantidad, calidad segu- ridad 0 valor, les interesa su carscter ubierto; pero cuando, al contrario, es- peran obtener esas ventajas de su monopolizacién, les interesa su cardcter cerrado al exterior. Una relacién social “cerrada” puede garantizar a sus participes el disfru- te de las probabilidades monopolizadas: a) libremente, b) en forma racionada © regulada en cuanto al modo y la medida, oc) mediante su apropiacién per- manente por individuos 0 grupos y plena o relativamente inalienable (cerrada en su interior). Las probabilidades apropiadas se Haman “derechos”. Seguin €l orden que tija la telacién social la apropiacién puede corresponder 1) a todos los miembros de determinadas comunidades y sociedades —asi por ejemplo, en una comunidad doméstica—, 0 2) a individuos, y en este caso 4) de un modo puramente personal, 0 b) de manera que, en caso de muerte, se apropien esas probabilidades uno 0 varios individuos, ‘unidos al que hasta ese momento fue el titular por una relacién social o por nacimiento (paren- tesco), 0 designados por 61 (apropiacién hereditaria). Por tltimo, puede ocumtir 3) que el titular esté facultado para ceder a otros més o menos libre- mente sus derechos mediante pacto; siendo los cesionarios a) determinudos, © b) discrecionales (apropiacién enajenable). Los participes en una relacién social cerrada se consideran como iguales 0 compaiieros y en el caso de una regulacién de 6a paricipacion que les ascgure Ia apopiacién de cetas pro babilidades se consideran como compatieros juridicamente protegidos. Se Maina propiedad al conjunto de probabilidades hereditariamente apropiadas ODER ¥ DONIVAGION B § 16. Poder significa la probabilidad de imponer la propia voluntad, dentro de una relacién social, aun contra toda resistencia y cualquiera que sea cl fundamento de esa probabilidad. Por dominacién debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia a un mandato de determinado contenido entre personas dadas; por disciplina debe entenderse la probabilidad de encontrar obediencia para un mandato por parte de un conjunto de personas que, en virtud de actitudes arraigadas, sea pronta, simple y automitica. 1, El concepto de poder es sociolégicamente amorfo, Todas las cualidades imaginables de tn hombre y toda suerte de constelaciones posibles pueden colocat 2 alguien en la posicién de imponer su voluntad en una situacién dads, El con- ‘epto de dominacién tiene, por eo, que ser ms preciso y s6lo puede significa Ia probabilided de que un mendato sea abedecido. 2 El concepto de diseiplina enciera el de una “obediencia habitual” por parte de las masas sin resistencia ni citica, La situacién de dominacién esté unida a la presencia actual de alguien ‘mandando eficazmente a ofro, pero no est unida incondicionalmente ni a la cexistencia de un cuadro administrativo ni a la de una asociacién; por el con- trario, si lo esté ciertamente —por lo menos en todos los casos normales— a una de ambas. Una asociacién se llama asociacién de dominacién cuando sus miembros estén sometidos a relaciones de dominacién en virtud del orden vigente. 1, El patriarca domina sin cuadro administrativo. El cabecila beduino que Tevanta contribuciones de las personas, caravanas y bienes que aciertan a pascr por s1t rocos0 poblado, domina gracias a su séquito guerrero, el cual, dado el caso, fun- ciona como cuadro administrative capaz de obligar a todas aquellas personas, cambiantes ¢ indeterminadas y sin formar entre s{ asociaci6n alguna, tan pronto ¥ durante el tiempo en que se encuentran en una situacién determinada. (TTebrici- mente cabe imaginar una dominacién semejante de una sola persona sin cuadro administrativo.) 2, Una asociacién es sicinpre en algiin grado asociacién de dominecién por la simpie existencia de su cuadro administrative. Sélo que el concepto es relative La asociacién de dominacién, en cuanto tal, es normalmente asociacién adminis: trativa, La peculiaridad de esta asociaciOn esté determinada por la forma en que se administra, por el cardcter del circulo de personas que ejereen la administeacion, por los objetos administrados y por el alcance que tenga la dominacién. Las dos primeras caracteristicas dependen en gran medida de cuales sean los fundamentos, de legitimided de la dominacién’ (sobre esto, ver cap. m1). § 17. Una asociacién de dominacién debe Mamarse asociacién politica cuando y en'la medida en que su existencia y la validez de sus ordenaciones, dentro de un dmbito geogrdfico determinado, estén garantizados de un modo continuo por la amenaza y aplicacién de la fuerza fisica por parte de su cuadro administrativo. Por estado debe entenderse un instituto politico de actividad continuada, cuando y en la medida en que su cuadro administrative mantenga con éxito IIL. LOS TIPOS DE DOMINACION 1, Las FORMAS DE LucrrmnAD § 1. Debe entenderse por “dominacién”, de acuerdo con la definicién ya dada (cap. 1, § 16), la probabilidad de encontrar obediencia dentro de un grupo deteminado para mandatos especificos (0 para toda clase de manda- tos). No es, por tanto, toda especie de probabilidad de ejercer “poder” 0 “influjo” sobre otros hombres. En el caso concreto esta dominacién (‘“auto- ridad”), en el sentido indicado, puede descansar en los més diversos motivos de sumisién: desde la habituacién inconsciente hasta lo que son considera- ciones puramente racionales con arreglo a fines. Un determinado minimo de yoluntad de obediencia, o sea de interés (externo o intemo) en obedeces, es esencial en toda relacién auténtica de autoridad, No toda dominacién se sirve del medio econ6mico. Y todavia menos tiene toda dominacién fines econémicos. Pero toda dominacién sobre una pluralidad de hombres requiere de un modo normal (no absolutamente siem- pre) un cuadro administrativo (ver cap. x, § 12); es decir, la probabilidad, en. Ja que se puede contfiar, de que se dari una actividad, dirigida a la ejecuci6n de sus ordenaciones generales y mandatos concretos, por parte de un grupo de hombres cuya obediencia se espera. Este cuadro administrativo puede estar ligado a la obediencia de su sefior (0 sefiores) por la costumbre, de un modu puramente afectivo, por intereses materiales o por motivos ideales (con arreglo a valores). La naturaleza de estos motivos determina en gran medida el tipo de dominacién. Motivos puramente materiales y racionales con arreglo a fines como vinculo entre el imperante y su cuadro implican aqui, como en todas partes, una relacidn relativamente fragil. Por regla general se le afiaden otros ‘motivos: afectivos o racionales con amreglo a valores. En casos fuera de lo normal pueden étos ser los decisivos. En Jo cotidiano domina la costumbre y con ella intereses materiales, utilitarios, tanto en ésta como en cualquiera otra relacién, Pero la costumbre y la situacién de intereses, no menos que los motivos puramente afectivos y de valor (racionales con arreglo a valores), no pueden representar los fundamentos en que la dominacién confia. Normal- mente se les afiade otro factor: la creencia en la Legitimidad. De acuerdo con la experiencia ninguna dominacién se contenta volunta- riamente con tener como probabilidades de su persistencia motivos puramente ‘materiales, afectivos 0 tacionales con arreglo a valores. Antes bien, todas pro- ccuran despertar y fomentar la creencia en su “legitimidad”. Segrin sea la clase de legitimidad pretendida es fundamentalmente diferente tanto el tipo de la obediencia, como el del cuadro administrativo destinado a garantizarla, ‘como el caricter que toma el ejercicio de la dominacién. Y también sus efec- tos. Por eso, parece adecuado distinguir las clases de dominacién segin sus pretensiones tipicas de legitimidad. Para ello es conveniente partir de rela- ciones modemas y conocidas. 170 DEFINICIGN, CONDICIONES Y CLASES m 1. Tan s6lo Tos resultados que se obtengan pueden justficar que se haya to- mado este punto de partida para la casficacién y no otzo. No puede ser en esto un inconveniente detisivo el que por ahora se paspongan para ser aiadidas otras caractristicas distintivas Upieas. La “legitimidad” de una dominacién tiene una \ Jmportancia que no es puramente “ideal” aunque no sea més que por el hecho de que mantiene relaciones muy determinadas con la legitimidad de la “propiedad”. /’ 3. No toda “pretensin” convencional o juridicamente garantizada debe la- arse “relaci6n de dominacién’”. Pues de esta suerte podria decizse que el traba jador en el dmbito de la pretensin de su salario es “tefl” del pattono, ya que éste a demanda del ejecutor judicial, est a su disposicin, En verdad, es formal- mente s6lo una parte “acreedora” a la tealizacion de ciertas prestaciones en un determinado cambio de servicios. Sin embargo, el concepto de una relacién de dominacién no excluye naturalmente el que haya podido surgir por un contrato formalmente libre: asi en la dominacin del patrono sobse el obrexo traducida en Jas instrucciones y ordenanzas de su trabajo o en la dominacién del sefior sobre el vasalo que ha contraido libremente el pacto feudal. El que la obediencia por

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