Colegio Nacional de Buenos Aires - Romina Ayelen Solano 5to 1ra
1) Revolución Rusa: Inicio y desenlace
Revolución Rusa: Inicio La Revoluciòn Rusa fue una serie de convulsiones políticas y económicas que tuvo lugar el 23 de febrero de 1917, cuando las mujeres trabajadoras de la fábrica textil Putilov, ubicada en Petrogrado (capital de Imperio Ruso), organizaron una huelga en protesta por las condiciones laborales, la escasez de alimentos y la precaria situación económica y social que vivían gran parte de la población. Esta huelga se extendió rápidamente a otros sectores de la población que se unieron a esta lucha por mejores condiciones laborales y sociales, pronto se convirtió en una gran manifestación masiva contra el gobierno Zarista y la participación rusa en la Primera Guerra Mundial (1914-1918). Finalmente, las protestas y disturbios culminaron con la abdicación del Zar Nicolás II el 2 de marzo de 1917 y se formó un gobierno provisional encabezado por Alexander Kerensky. Tras la eliminación de la autocracia rusa y después del Gobierno Provisional (Duma), resultó en el establecimiento del poder soviético bajo el control del partido bolchevique. Este grupo aprovechó el descontento popular y la debilidad del gobierno provisional para tomar el poder en octubre de 1917, iniciando así la Revolución Bolchevique y la creación de la Unión Soviética (1922-1991). Los revolucionarios abolieron la monarquía e implantaron un régimen de gobierno basado en la nacionalización de la industria y la propiedad colectiva de la tierra. En el siglo XIX, Rusia junto a Inglaterra, Francia, Alemania y Austria, era una de las mayores potencias europeas, pero mientras los demás países crecían, hacían reformas y se industrializaban, Rusia no se modernizaba. Su principal característica en la economía fue su sistema económico que se basó en el monopolio de la tierra y la riqueza que quedaba en manos de unos pocos (la nobleza y la aristocracia). Era considerada un país atrasado en relación a los demás. Su economía se basaba en la agricultura monopolizada, heredada de la edad medieval. Los siervos trabajan la tierra, pero los señores feudales no tenían ningún interés para modernizar las plantaciones, ya que estos se quedaban con toda la riqueza. Los trabajadores rurales vivían en extrema miseria y pobreza, pagando altos impuestos para mantener la base del sistema zarista de Nicolás II. Los alimentos empezaban a escasear en Rusia y el hambre se apoderaba de la población. Además, en el interior todos habían sido sometidos al zar incluida la Iglesia ortodoxa. La desigualdad social aumentaba, donde solo unos pocos eran los dueños de las riquezas y los trabajadores y campesinos llevaban la peor parte. La falta de libertad era casi absoluta. En el medio rural, los campesinos vivían sometidos a la nobleza latifundista, clase social teóricamente libre, pero que vivía subyugada por el zar. En el campo reinaba una fuerte tensión social con la permanencia de un sistema de producción feudal, que retrasaba la modernidad del país. Las reformas promovidas por el zar Alejandro II con la abolición de la servidumbre en 1861, y la reforma agraria, poco adelantaron para aliviar las tensiones. El régimen zarista reprimía todo tipo de oposición e incluso miles de personas fueron enviadas al exilio en Siberia condenadas por crímenes políticos. La clase obrera se concentró en grandes centros industriales como Moscú y Petrogrado. A pesar de ello, las condiciones de vida empeoraron con el hambre, el desempleo y la disminución de los salarios. La burguesía tampoco se beneficiaba, pues el capital estaba concentrado en manos de banqueros y grandes empresarios. La oposición al gobierno creció y los partidos perseguidos iban a la clandestinidad, como el Partido Social Demócrata donde sus líderes eran Plejanov y Lenin que tenían que vivir fuera de Rusia para huir de las persecuciones políticas. Las divergencias de opinión fragmentaron el partido, que se dividió en dos tendencias: - Bolchevique: dirigido por Lenin que defendió la idea revolucionaria de la lucha armada para llegar al poder. - Mencheviques: dirigido por Plejánov que defendió la idea de la evolución de llegar al poder a través de medios normales y pacíficos, por ejemplo, las elecciones. Por otra parte, la escritora Sheila Fitzpatrick en su análisis sobre las causas y consecuencias de la Revolución Rusa, argumenta que no fue el resultado de una crisis económica, sino también de factores políticos, sociales y culturales. Además para Fitzpatrick la revolución se dio en dos fases distintas: La revolución de Febrero, que se caracterizó por la caída del régimen zarista y la conformacion del gobierno provisional, y la revolución de octubre, donde se vio el ascenso del Partido Bolchevique y la creación del primer estado socialista del mundo. Nos describe al imperio zarista como una gran potencia que sin embargo demostró un profundo atraso en relación con la Europa occidental. Si bien el desarrollo económico e industrial se habían acelerado en las tres décadas anteriores a 1917 los resultados de la modernización no llegaban a ser homogéneos, y la sociedad estaba atravesada por las tensiones propias de la convivencia de elementos tradicionales y novedosos. Mientras que en los centros industriales y mineros, se desarrollaba un proletariado creciente, concentrado y combativo, en el ámbito rural se mantenía el esquema de las aldeas constituidas por campesinos atados a la comunidad por las deudas y la tradición. Esta tensión entre la modernidad y tradición, la brecha entre ricos y pobres, además con la falta de libertades políticas y con intelligentsia crítica del zarismo, pero deudora en sus intentos de modernización, abarcaron un gran sector de la razón del porque inició la Revolución Rusa.
Revolución Rusa: Desenlace
Según Sheila Fitzpatrick, la Revolución Rusa tuvo varios desenlaces. En primer lugar, la caída del régimen zarista y la consolidación del poder soviético bajo el liderazgo de Lenin y los bolcheviques (1917-1918). En segundo lugar, la Guerra Civil que estalló en 1918 hasta 1921. Donde las fuerzas ligadas al antiguo régimen zarista se reunieron en el Ejército Blanco consiguiendo el apoyo de las potencias capitalistas (Francia, Estados Unidos, Japón y el Reino Unido) para intentar derribar el naciente poder soviético. La guerra civil tuvo un inmenso impacto sobre los bolcheviques y sobre la república soviética: polarizó la sociedad, devastó la economía, paralizó casi por completo la industria y vació las ciudades. Ambos bandos generaban terror, pero los bolcheviques no lo ocultaban y se enorgullecían. Además Lenin y Trotsky se mostraban despectivos hacia los socialistas que no comprendían la necesidad del terror. Tras finalizar este conflicto con la victoria bolchevique (del proletariado) dejó un saldo de millones de muertos sin importar su ideología política y a un país devastado. Finalmente, el desenlace de la Revolución Rusa fue la implantación de un nuevo régimen político y económico, el comunismo de guerra. Según Fitzpatrick, este régimen se caracterizó por la construcción de una nueva sociedad en la que se suprimió la propiedad privada, se nacionalizó la industria, la tierra y los bancos, se eliminó el mercado y se planificó la economía en base a un control centralizado del Estado. En teoría todo el circuito de producción ahora estaba al mando del poder soviético, e incluso los talleres artesanales y los molinos de viento eran parte de la economía centralizada. Hacia el final de la guerra civil se prohibió el libre comercio, la economía estaba carente de dinero. También nacionalizaron el comercio mayorista, prohibieron la venta minorista de los alimentos más básicos y los productos manufacturados e intentaron transformar las cooperativas de consumidores en una red de distribución propiedad del estado. Estas medidas de emergencia fueron tomadas para manejar la crisis de alimentos en las ciudades y los problemas de suministros del ejército, pero eran justificadas en términos ideológicos. El trueque se convirtió en la forma básica de intercambio y el dinero perdió su valor. Estas medidas significó para los bolcheviques un triunfo ideológico mientras que allanaron el camino para la implementación de políticas socialistas, como la educación y la salud pública, la igualdad social y económica. Para restablecer la confianza en el gobierno, se creó la NEP (Nueva Política Económica), lo que permitió la entrada de capital extranjero. La aplicación de esta nueva política resultó en el crecimiento industrial y agrícola de Rusia, y en 1922 se estableció la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Habiendo finalizado la revolución y establecido la URSS, comenzó un período de gran crecimiento económico. La URSS se convirtió en una gran potencia económica y militar, y más tarde competiría con los Estados Unidos en la llamada Guerra Fría. Sin embargo, Fitzpatrick también destaca que el comunismo soviético tuvo graves problemas y limitaciones, como la falta de libertades democráticas y la represión política, la escasez crónica de bienes de consumo, las disfunciones en la aplicación del plan económico y la corrupción en el seno del aparato burocrático. Estos problemas, junto con otros factores, llevaron a la disolución de la Unión Soviética en 1991 y la caída del comunismo como régimen político en varias partes del mundo.
2) Tratado de Versalles: consecuencia políticas-económicas.
El tratado de Versalles fue una serie de acuerdos políticos y económicos firmado el 28 de junio de 1919 tras finalizar la Primera Guerra Mundial. Entre las principales disposiciones del tratado se encontraban: - Se le obliga a Alemania a asumir la responsabilidad moral y política por la guerra. - Se le impuso una enorme carga económica a Alemania derrotada al tener que pagar una gran cantidad de dinero a las naciones aliadas como compensación por los daños y perjuicios causados durante la guerra. - Tuvo que entregar todas sus colonias a los vencedores e incluso se le recortó parte de su territorio. - Se le obligó a desmilitarizarse y se limitó su ejército alemán a sólo 100.000 hombres. - Se le prohibió la fabricación de armamento pesado o aviones de combate. - Le quitan la flota mercante y pierde 7 millones de habitantes, la mitad de su industria química y farmacéutica y parte de su mercado interno. Según el historiador Eric Hobsbawm, es que el Tratado de Versalles estableció las bases para la Segunda Guerra Mundial ya que fijó las semillas del resentimiento y tensión dentro de la población alemana. En lugar de ser un acuerdo de paz, se convirtió en un símbolo de humillación para muchos alemanes. La carga abrumadora de las reparaciones impuestas a Alemania ahogó su economía y amenazaba la estabilidad económica de toda Europa, además fomento el resurgimiento del nacionalismo Alemán y por consiguiente el ascenso de Hitler como una respuesta al caos económico, lo que finalmente desencadenó la Segunda Guerra. Una consecuencia que destaca Hobsbawm fue la creación de la Sociedad de Naciones con el objetivo de prevenir futuros conflictos. Consideraba que la fundación de esta organización internacional fue un paso significativo hacia el establecimiento de una estructura mundial de cooperación y regulación, aunque también admitió que su capacidad para evitar conflictos futuros era muy limitada. Fue un intento valiente pero muy problemático por parte del mundo para establecer el orden político-económico, y aunque se lograron algunas metas importantes, el tratado tuvo fallas y limitaciones significativas lo que lo llevó al fracaso.