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Nuevos Criterios Diagnósticos
Nuevos Criterios Diagnósticos
Resumen. La enfermedad de Alzheimer fue descrita por primera vez en 1907 como una entidad con síntomas psiquiátricos Unidad de Investigación Proyecto
Alzheimer; Fundación Cien-
a los que añadía un deterioro cognitivo. Los progresivos avances en el estudio de las enfermedades neurodegenerativas Fundación Reina Sofía; Instituto
han ido modificando los criterios para su diagnóstico. Recientemente, el interés por el diagnóstico en fases cada vez más de Salud Carlos III (J. López-Álvarez,
precoces ha motivado la investigación de biomarcadores específicos de fisiopatología tipo Alzheimer, que han perfeccio- L.F. Agüera-Ortiz). CIBERSAM (L.F.
Agüera-Ortiz). Madrid, España.
nado y adelantado en el tiempo el diagnóstico. A tenor del conocimiento científico actual se han desarrollado nuevos cri-
terios diagnósticos que mejoran los criterios previos. El objetivo de este artículo es describir las diferencias entre los nue- Correspondencia:
Dr. Jorge López Álvarez. Unidad de
vos criterios clasificatorios entre sí y en relación a las clasificaciones previas, valorándolos desde una perspectiva clínica Investigación Proyecto Alzheimer.
crítica. Valderrebollo, 5. E-28031 Madrid.
Palabras clave. Biomarcadores. CIE. Demencia. Deterioro cognitivo. Diagnóstico. DSM. Enfermedad de Alzheimer. NIA-AA. E-mail:
jlopez@fundacioncien.es
© 2015 Psicogeriatría
Biomarcadores
Figura 1. Sucesión de parámetros biológicos y clínicos en la enfermedad de Alzheimer. DCL: deterioro cog-
nitivo leve; SPCD: síntomas psicológicos y conductuales de demencia.
El diagnóstico de la EA en estadio preclínico es po
sible mediante el empleo de biomarcadores. Los
biomarcadores se detectan en momentos diferentes
del proceso fisiopatológico de la enfermedad y se
ñalan hitos sucesivos en su progresión. En un pri
mer momento pueden encontrarse sólo biomarca
dores de acúmulo de amiloide en el cerebro, y suce
sivamente aparecer biomarcadores de disfunción
sináptica (daño funcional) y luego biomarcadores de
pérdida neuronal (daño estructural). Los biomarca
dores de amiloidosis cerebral son fundamental
mente la disminución en líquido cefalorraquídeo de
Aβ42 y el aumento en la retención de trazadores de
amiloide empleando tomografía por emisión de po
sitrones (PET). Biomarcadores de disfunción sináp
tica son la disminución en la captación de fluoro
deoxiglucosa en PET en la región temporoparietal y
las disfunciones en esa área en la resonancia mag
nética (RM) funcional. La atrofia cerebral en el ló
bulo temporal medial y corteza paralímbica y tem
poroparietal valorada mediante RM estructural es
tales, incluidas las demencias, y en 1984, los crite un biomarcador de pérdida neuronal. Otro biomar
rios NINCDS-ADRDA [4] para el diagnóstico de la cador, el incremento de proteína tau en líquido ce
EA. Mucho más recientemente se han desarrollado cri falorraquídeo, indica daño neural, pero no es espe
terios diagnósticos específicos para otras demencias. cífico de EA [9].
En la figura 1 se muestra el orden más habitual de
Neuropatología aparición de los fenómenos neurobiológicos y clíni
cos en la EA.
En paralelo a esta caracterización clínica se desa A continuación se revisan las aportaciones de
rrollaron criterios anatomopatológicos [5-8] que se los distintos sistemas de clasificación al diagnóstico
han ido precisando con el tiempo, en la búsqueda de la demencia y la EA.
de un criterio de referencia del diagnóstico definiti
vo de la enfermedad. Sin embargo, los diagnósticos
neuropatológicos están limitados porque se han Clasificación Internacional
encontrado placas y ovillos en personas sin demen de Enfermedades (CIE)
cia, no hay una correlación directa entre la grave
dad de las lesiones y la gravedad clínica presentada Los primeros criterios clínicos de demencia plan
por los pacientes, y es difícil valorar la influencia de teaban la necesidad de la presencia de un déficit de
la patología vascular y establecer el momento de memoria, al que se le añadirían déficits en otras
aparición del deterioro clínico y las lesiones en el áreas cognitivas (lenguaje, orientación, cálculo, ra
tejido cerebral. Se estima que el 30% de las perso zonamiento, reconocimiento o coordinación), pro
nas cognitivamente normales tienen patología tipo vocando una alteración en la autonomía del sujeto,
Alzheimer y una parte de ellos llegan a cumplir cri y la presencia de SPCD sólo se reseñaría de manera
terios neuropatológicos de EA sin haber mostrado circunstancial.
síntomas de ésta. La presencia de neuropatología Según la décima edición de la CIE, la última pu
tipo Alzheimer en el cerebro de sujetos sin enfer blicada [10], la demencia es un síndrome debido a
medad llevó a la demostración de la brecha existen una enfermedad cerebral, de naturaleza crónica o
te entre la aparición de las primeras lesiones en el progresiva, con déficits de múltiples funciones su
tejido cerebral y el inicio sintomático, es decir, que periores (memoria, pensamiento, orientación, com
existe patología tipo Alzheimer en ausencia de de prensión, cálculo, capacidad de aprendizaje, len
mencia durante una serie de años, un periodo que guaje y juicio, entre otras) y conciencia clara. En
puede definirse como un estadio preclínico. esta clasificación, el déficit se acompaña de deterio
Criterios DSM A. Evidencia de un declive cognitivo sustancial desde un nivel previo de mayor desempeño en uno o más
de los dominios cognitivos referidos:
El Manual diagnóstico y estadístico de las enferme- 1. Preocupación del individuo, de un tercero informado o del facultativo con respecto a un declive
sustancial en las funciones cognitivas
dades mentales (DSM) de la Asociación Americana
2. Declive en el desempeño neuropsicológico, implicando un desempeño en los tests del rango de dos o
de Psiquiatría (APA) en la cuarta edición revisada más desviaciones estándares por debajo de lo esperado en la evaluación neuropsicológica reglada
(DSM-IV-TR) [11] presenta criterios diagnósticos o ante una evaluación clínica equivalente
en la misma línea que los de la CIE-10 en cuanto al
foco en el ‘paradigma cognitivo’. Así, el primordial B. Los déficits cognitivos son suficientes para interferir con la independencia (p. ej., requieren asistencia
para las actividades instrumentales de la vida diaria, tareas complejas como manejo de medicación o
déficit mnésico debe acompañarse de alteraciones dinero)
afásicas, apráxicas, agnósicas o en las funciones
ejecutivas y provocar un deterioro en el funciona C. Los déficits cognitivos no ocurren exclusivamente en el contexto de un delirium
miento habitual para considerarse como demencia.
D. Los déficits cognitivos no son atribuibles de forma primaria a la presencia de otros trastornos menta-
También en esta clasificación los síntomas psiquiá les (p. ej., trastorno depresivo mayor, esquizofrenia)
tricos obtienen escasa relevancia.
El DSM-5 ha modificado sustancialmente sus
criterios con respecto a la versión anterior. Al ser
una clasificación de enfermedades tampoco incluye Las tablas I y II muestran los criterios diagnósti
los estadios preclínicos, pero sí contempla un esta cos de los trastornos neurocognitivos menor y ma
dio patológico predemencia al estilo del deterioro yor, respectivamente, y la tabla III, las diferencias
cognitivo leve de Petersen [12]. Se introduce el con entre ambos trastornos.
cepto de ‘trastorno neurocognitivo’, que ocupa el El DSM-5 incluye distintos subtipos etiológicos
lugar de los ‘trastornos mentales orgánicos’ de edi dentro de su clasificación de trastornos neurocog
ciones anteriores. Así, los trastornos neurocogniti nitivos (Tabla IV).
vos se dividirán en tres categorías: delirium, tras
torno neurocognitivo menor y trastorno neurocog
nitivo mayor. Los dominios sintomáticos estudiados Criterios NINCDS-ADRDA
para el diagnóstico serán: atención, función ejecuti
va, aprendizaje, memoria, lenguaje, funciones vi En 1984, el National Institute of Neurological and
suoperceptivas y visuoconstructivas y cognición Communicative Disorders y la Alzheimer’s Disease
social. El trastorno neurocognitivo mayor y el me and Related Disorders Association consensuaron
nor se diferencian en función de la intensidad de los los primeros criterios NINCDS-ADRDA de EA [4].
síntomas y su repercusión en la funcionalidad del Para los autores, este trastorno era una entidad cli
paciente. nicopatológica inseparable, por lo que los individuos
tuya una demencia. Cuando progresa la alteración E. Evidencia de una mutación autosómica dominante en un familiar de primer grado
cognitiva se entra en la fase de demencia de la EA,
la cual puede considerarse como EA típica, si las
manifestaciones clínicas son las más clásicas; EA
Tabla VI. Criterios de exclusión de enfermedad de Alzheimer según Dubois et al [13].
atípica, si en la clínica se aprecia afasia progresiva
no fluente, afasia logopénica, la variante frontal de
Inicio súbito
EA o una atrofia cortical posterior; o EA mixta. Por datos de
Esta nueva clasificación difiere de la que clínica historia clínica Presencia temprana de alguna de la siguiente sintomatología:
mente se había venido utilizando a raíz de la intro trastornos de la marcha, crisis convulsivas o alteraciones conductuales
ducción del término ‘deterioro cognitivo leve’. Si
Datos de focalidad en la exploración neurológica
previamente a la publicación de los criterios del Por datos de
grupo de Dubois el deterioro cognitivo leve era una exploración
Signos extrapiramidales precoces
afectación cognitiva que excedía el declive cogniti
vo asociado a la edad y que podía degenerar en un Demencia no Alzheimer
cuadro demencial, tipo Alzheimer o no, según estos
Depresión mayor
nuevos criterios, el empleo del término ‘deterioro Otras enfermedades
médicas que presenten
cognitivo leve’ debe reservarse a cuando el deterio Enfermedad cerebrovascular
intensidad suficiente
ro incipiente –por la ausencia de biomarcadores o como para justificar
de déficit específico de memoria episódica– no la pérdida de memoria Enfermedades toxicometabólicas
puede atribuirse a una EA. Es decir, la EA en grado Anomalías en la neuroimagen (T2W o FLAIR) del lóbulo temporal
incipiente puede producir un deterioro cognitivo consistentes con enfermedad vascular o infecciosa
ligero, que sigue recibiendo el nombre de EA aun
que aún no haya producido demencia. Sólo en el
caso de que este deterioro ligero no sea causado por
una EA, recibe el nombre de ‘deterioro cognitivo En la tabla VII se reproducen las características
leve’, según el grupo de Dubois. La figura 2 muestra que presentan las diferentes entidades clínicas se
las diferencias en cuanto a la concepción del dete gún el grupo de Dubois.
rioro cognitivo leve desde la descripción de Peter Estos nuevos criterios enfatizan que el núcleo
sen hasta la concepción del grupo de Dubois. central y el origen de la EA debe ser la alteración de
Tabla VIII. Criterios NIA-AA para el diagnóstico de demencia por cual- Tabla IX. Diferencias entre los criterios NINCDS-ARDRA y NIA-AA.
quier causa.
NINCDS-ARDRA NIA-AA
Se diagnostica demencia cuando hay
síntomas cognitivos o conductuales que: Edad de De los 40 a
A cualquier edad
aparición los 90 años
1. Interfieren con la capacidad de funcionar normalmente en el traba-
jo o en las actividades habituales Presencia de Síntomas cognitivos
Clínica
síndrome amnésico o conductuales
2. Suponen un deterioro con respecto a los niveles de rendimiento y
funcionamiento previos Deterioro Se diagnostica en función
No recogido
cognitivo leve de la repercusión funcional
3. No se explican por la presencia de un delirium o de un trastorno
psiquiátrico mayor Evidencia opcional
Biomarcadores No de biomarcadores de
4. Se detectan y diagnostican por la combinación de la historia clíni- fisiopatología Alzheimer
ca obtenida en la entrevista con el paciente y un informador que
lo conoce, y la valoración objetiva del estado mental, bien sea una
evaluación neuropsicológica formal o una evaluación cognitiva en
la cabecera del paciente
posible o probable se les pueda agregar el término
5. La alteración cognitiva o conductual involucra al menos dos de los ‘con evidencia de procesos patofisiológicos de EA’
cinco siguientes aspectos: en caso de que sea posible realizar un estudio de
a) Capacidad alterada de adquirir y recordar nueva información biomarcadores. Este es el caso cuando, a una de
b) Alteración o cambios en el razonamiento, manejo de tareas com- mencia debida a EA posible o probable, se le puede
plejas o capacidad de juicio
añadir la presencia de biomarcadores como: evi
c) Alteración de las capacidades perceptivas y visuoespaciales
d) Alteración de las funciones del lenguaje
dencia de depósito de β-amiloide (puesto de mani
e) Cambio de personalidad o en el comportamiento fiesto a través de datos como niveles bajos de pro
teína Aβ42 en líquido cefalorraquídeo o amiloide po
sitivo en PET), evidencia de lesión o degeneración
neuronal descendente (como la presencia de niveles
no está suficientemente documentado, o bien cuan incrementados de proteínas tau total y tau fosfori
do existe evidencia de una enfermedad cerebrovas lada en líquido cefalorraquídeo), captación dismi
cular concomitante, signos de demencia por cuer nuida de fluorodeoxiglucosa en la corteza parieto
pos de Lewy o evidencia de cualquier enfermedad, temporal en estudios de PET, o atrofia despropor
neurológica o no, o de empleo de medicamentos que cionada en los lóbulos temporal medio, basal y late
puedan alterar sustancialmente la cognición. ral y en el lóbulo parietal medio en RM.
El diagnóstico de demencia debida a EA proba Por último, se emplearía el término ‘demencia
ble exigiría el cumplimiento estricto de los criterios debida a EA fisiopatológicamente probada’ cuando
nucleares y, además, la ausencia de evidencia de en se cumplen criterios clínicos y anatomopatológicos
fermedad cerebrovascular, demencia por cuerpos de EA.
de Lewy, demencia frontotemporal en todas sus va El termino ‘demencia improbablemente debida a
riables o de otras enfermedades, o consumo de sus EA’ se aplicaría cuando el proceso no cumple crite
tancias que puedan afectar a la cognición de forma rios de EA, cuando existe suficiente evidencia de
sustancial. otro diagnóstico neurodegenerativo, de origen mé
La demencia debida a EA probable podría consi dico o por sustancias, o ante un estudio de biomar
derarse ‘con grado aumentado de certeza’ cuando cadores negativo para la EA.
se aprecia en una EA probable un deterioro progre En la tabla XI se enumeran los distintos diagnós
sivo documentado a través de evaluaciones sucesi ticos de demencia por EA según los criterios NIA-AA.
vas que se han ido practicando al paciente, o bien
cuando hay presencia de mutaciones genéticas cau Deterioro cognitivo leve
sales en los genes de las presenilinas 1 y 2 y en la pro Los criterios NIA-AA, a diferencia de los criterios
teína precursora de amiloide. Característicamente de Dubois et al, sí recogen el concepto de deterioro
se excluyen las variantes en el gen de la ApoE, al no cognitivo leve, un cuadro que presentarían indivi
considerarse suficientemente específicas. duos no demenciados, que pueden presentar déficits
Los nuevos criterios NIA-AA permiten que a los pero mantienen su independencia funcional, con
términos antiguos como demencia tipo Alzheimer preocupación propia o ajena por los cambios cogni
Tabla X. Criterios nucleares de enfermedad de Alzheimer probable se- Tabla XI. Clasificación de la demencia por enfermedad de Alzheimer (EA)
gún la clasificación NIA-AA. según criterios NIA-AA.
tivos que presenta. En estos pacientes se objetivan Diferencias entre los criterios de
déficits en uno o más dominios cognitivos mediante Dubois et al y los criterios NIA-AA
tests formales, aplicados de forma repetida en el La comparación entre los criterios de Dubois et al y
tiempo, que afecten no sólo la memoria, sino otros los criterios NIA-AA para establecer el diagnóstico
dominios cognitivos, permitiendo el reconocimien de EA muestra una aproximación más clínica por
to de las presentaciones atípicas de la EA. parte de estos últimos, en los cuales se concede
El uso de biomarcadores en un paciente diag gran importancia al examen neuropsicológico de
nosticado de deterioro cognitivo leve permitiría de diversos ámbitos cognitivos, a la exploración psico
limitar mejor el origen del déficit. Así, en función patológica y a la valoración funcional, y no sólo a la
de la presencia o no de los biomarcadores, el dete alteración del nivel de memoria. Ello permite aproxi
rioro cognitivo leve se incluiría en una de las cate marse al diagnóstico en el marco de la clínica habi
gorías siguientes: deterioro cognitivo leve por EA tual, sin necesidad de la gran sofisticación tecnoló
con un grado alto de certeza, deterioro cognitivo gica necesaria para la detección de biomarcadores,
leve por EA con un grado intermedio de certeza o que los criterios de Dubois et al sí precisan. Para los
deterioro cognitivo leve probablemente no debido criterios NIA-AA, la presencia de biomarcadores
a EA. Estos grados se diferencian en función de que apoya el diagnóstico, pero no es imprescindible su
fueran positivos tanto los biomarcadores de depó empleo. Estos criterios conservan además el con
sito de β-amiloide como los de degeneración neu cepto de deterioro cognitivo leve y definen los cri
ronal, se encontrara sólo un marcador positivo o el terios para diagnosticar una demencia, sea o no de
estudio de biomarcadores fuera negativo, respecti bida a EA.
vamente. En la tabla XII se comparan las diferencias entre
los criterios de Dubois et al y los NIA-AA.
Enfermedad de Alzheimer preclínica
Se ha postulado el término de ‘EA preclínica’, para
su empleo exclusivo en investigación, en individuos Discusión
asintomáticos con biomarcadores positivos que po
drían o no desarrollar demencia con el tiempo. Tras la exposición de los distintos sistemas clasifi
Sperling et al han planteado la existencia de tres es catorios que se han empleado con anterioridad y
tadios evolutivos dentro de la EA preclínica. El es los que se han desarrollado últimamente, la impre
tadio 1 estaría conformado por aquellos individuos sión general es que, pese al indudable avance en la
asintomáticos con evidencia por biomarcadores de conceptualización de la EA, todavía queda un ca
amiloidosis cerebral, añadiéndose a esa evidencia la mino por recorrer para alcanzar una clasificación
presencia de biomarcadores de disfunción sináptica de consenso.
o neurodegeneración en el estadio 2. El estadio 3
combinaría las evidencias de neurodegeneración, Clasificaciones
disfunción sináptica y amiloidosis con la presencia
de un declive cognitivo sutil. Ese estadio 3 sería el Las clasificaciones de enfermedades como la CIE-10
paso previo a la EA propiamente dicha [9]. o el DSM-5 resultan demasiado simples para la com
Los criterios NIA-AA comienzan por definir el decen un trastorno mental grave, los que consumen
síndrome ‘demencia’, lo que supone una perspectiva fármacos que alteran la función cognitiva y los que
mucho más abierta. Una vez diagnosticado el sín tienen una gran reserva funcional.
drome, se ocupan de las peculiaridades de la EA. Se Conviene avisar también acerca del uso indiscri
señala explícitamente que el diagnóstico de demen minado de los biomarcadores. Existe un riesgo aña
cia ha de poder realizarse en la cabecera del pacien dido de diagnóstico ante la presencia de biomarca
te y se concede una importancia más limitada al dores positivos en individuos asintomáticos que ja
empleo de biomarcadores por su aún difícil dispo más desarrollarán la enfermedad, pero que presen
nibilidad generalizada. Este planteamiento parece tan quejas de tipo neurótico-hipocondríacas. La pre
muy acertado porque supone la posibilidad real de sencia de biomarcadores positivos puede llevar a que
alcanzar un diagnóstico en cualquier contexto clí todo nuevo síntoma cognitivo, psicológico o con
nico, desde la atención primaria a los centros más ductual se interprete como causado por la EA, di
especializados, aun a riesgo de renunciar a la me ficultando una valoración más exhaustiva de otras
nor tasa de falsos positivos que el uso de biomarca causas posibles de dicho síntoma.
dores conlleva. A las consideraciones de tipo técnico han de
Tanto los criterios de Dubois et al como los cri añadirse otras de carácter económico. La realidad
terios NIA-AA suponen un importante avance en socioeconómica de las diversas naciones y entre los
la conceptualización de la enfermedad y en la bús diferentes individuos de un mismo país condiciona
queda de un diagnóstico precoz y deberán tenerse la posibilidad de aplicar de forma sistemática su es
muy en cuenta a partir de ahora. tudio de cara a un diagnóstico precoz de la EA,
siendo probable que sólo se beneficien de la ‘exce
Biomarcadores lencia’ diagnóstica del estudio de biomarcadores los
individuos de países con sistemas de salud bien do
Los biomarcadores han irrumpido con fuerza en el tados económicamente o las personas que quieran
contexto del diagnóstico de la EA. Son el reflejo del y puedan costearse estos estudios complementarios.
estado de nuestro conocimiento de la enfermedad y
han supuesto un notable avance para su caracteri Funcionalidad
zación. Pese a ello, aún adolecen de serios proble
mas para su uso clínico generalizado entre los que Pese al reconocimiento generalizado de que la con
se encuentran, en primer lugar, una insuficiente es secuencia de los déficits cognitivos y comportamen
tandarización de los métodos de medida y de los tales es un deterioro de la funcionalidad del pacien
puntos de corte que permitan diferenciar lo normal te, ello no se refleja adecuadamente en los criterios
de lo patológico. Esta estandarización depende tam de clasificación. Los criterios de Dubois et al [13] ni
bién del estadio de la enfermedad en que se halle el siquiera mencionan la alteración funcional como
paciente. El margen de error de algunos de los mé necesaria para el diagnóstico. El DSM-5 y los crite
todos es aún muy grande para su generalización. rios NIA-AA sí mencionan, respectivamente, el de
Tampoco se conoce cuál es la combinación de bio clive en la capacidad de independencia y la interfe
marcadores de amiloidosis cerebral y de disfunción rencia en la capacidad para desenvolverse en las ac
sináptica más eficiente [17] para precisar el diag tividades habituales. Sin embargo, no se sugiere la
nóstico. Se critica de los biomarcadores no sólo una forma adecuada de medirlos, asunto que puede ser
probabilidad de certeza en el diagnóstico inferior al complejo y sujeto a gran variabilidad, ya que el nivel
80%, sino las consecuencias negativas que puede de auto y heteroexigencia funcional para las perso
acarrear un diagnóstico de la enfermedad sin una nas de edad avanzada es muy distinto en los diferen
mejora de las opciones terapéuticas. Además, son po tes ámbitos socioeconómicos y culturales. Es un área
co sensibles en las etapas tempranas de la enferme evidente que debería mejorar e incorporarse a las
dad y sólo deberían aplicarse a aquellos individuos nuevas ediciones de los sistemas diagnósticos.
que muestran algún mínimo déficit cognitivo [18].
En ciertos grupos clínicos, el uso de biomarca Síntomas psicológicos y conductuales de demencia
dores puede tener un valor añadido con respecto a
su empleo en la población general debido a la ma Sigue siendo llamativa la asunción exclusiva del ‘pa
yor dificultad para diferenciar su situación clínica radigma cognitivo’ por parte de la mayoría de las
respecto al componente de neurodegeneración. En clasificaciones de las demencias. Sólo los criterios
tre otros, los pacientes que pueden beneficiarse del NIA-AA incluyen los SPCD como uno de los posi
uso de biomarcadores son los que previamente pa bles criterios diagnósticos, lo cual es un importante
paso adelante. Sin embargo, algunos SPCD pueden cognitivo en cuadros de origen farmacógeno, bien
ser los primeros síntomas encontrados en los ini por la atribución errónea al fármaco de un deterioro
cios de la enfermedad. Así, la apatía, la ansiedad y cognitivo en realidad neurodegenerativo [16]. Ade
la depresión presentes en pacientes con deterioro más, son los pacientes con trastorno mental grave
cognitivo leve pueden incrementar el riesgo de de quienes más consumen fármacos con efecto antico
mencia o ser sus primeros síntomas [15]. Sin estu linérgico, lo que complica aún más el diagnóstico.
dio de biomarcadores, la no sospecha de evolución
a demencia desde la aparición del primer síntoma Reserva cognitiva
psiquiátrico puede provocar retrasos diagnósticos,
a la espera del primer síntoma cognitivo. Pero in Existe gran dificultad para diagnosticar de forma pre
cluso con el apoyo de los biomarcadores, los SPCD coz la EA en pacientes con gran reserva cognitiva,
podrían constituir el primer signo fiable, la expre normofuncionales o incluso con un rendimiento
sión clínica de un cerebro con patología tipo Alzhei superior al de su cohorte de edad, tanto en los tests
mer en un paciente previamente asintomático. Por neuropsicológicos como a nivel funcional. No se
otro lado, el riesgo de los síntomas psiquiátricos encontrarán alteraciones significativas en los tests
como marcador de neurodeterioro sería el conside de cribado más habituales. Ello supone un reto para
rar todo cuadro psiquiátrico o alteración de la per el diagnóstico que tampoco se contempla en los sis
sonalidad que se modifique o que aparezca en la temas de clasificación.
vejez como una señal inequívoca de deterioro de
mencial seguro, obviando que no todos los cuadros
psicogeriátricos son neurodegenerativos. Conclusiones
Trastorno mental grave previo A pesar de los avances en cuanto al diagnóstico bio
lógico de la EA, los sistemas clasificatorios actuales
Las clasificaciones diagnósticas actuales presentan se apoyan claramente en un diagnóstico clínico. Pen
un difícil acomodo para los pacientes con un tras samos que en estos momentos es la aproximación
torno mental grave previo. Se sabe que estos tras correcta porque permite el diagnóstico en un am
tornos pueden provocar déficits cognitivos más o plio contexto clínico y socioeconómico.
menos estables en el tiempo, pero los pacientes que Sin embargo, aunque el diagnóstico de demencia
padecen estos trastornos también pueden desarro ha de contemplar ineludiblemente la sintomatolo
llar una demencia franca. No sólo se ha visto riesgo gía cognitiva, el planteamiento únicamente basado
de progresión a EA en patologías mentales como el en este ‘paradigma cognitivo’ supone un reduccio
trastorno bipolar [19], sino que estos pacientes que nismo que debe superarse con la inclusión en todos
padecen un trastorno mental grave suelen sufrir con los sistemas diagnósticos de los SPCD, como ya se
mayor frecuencia un síndrome metabólico [20], por ha hecho en los criterios NIA-AA.
lo que se incrementaría el riesgo de un deterioro Se ha demostrado que la cascada patológica que
cognitivo de origen vascular. El incremento de la es culminará en la aparición de los cuadros demencia
peranza de vida de estos pacientes provoca que exis les sintomáticos es un proceso presente mucho
ta un creciente número de individuos con enferme tiempo antes de la eclosión sintomática, lo que lleva
dad mental y riesgo de demencia, sin que hasta aho a la búsqueda de biomarcadores que permitan un
ra se hayan fijado criterios específicos que delimiten diagnóstico cada vez más precoz de la EA. El futuro
adecuadamente el deterioro en estos pacientes. abrirá la oportunidad de poder realizar diagnósticos
muy precoces de la EA en estas fases oligosintomá
Consumo de medicaciones con capacidad ticas o incluso asintomáticas, cuando los biomarca
de producir deterioro cognitivo dores alcancen suficiente capacidad predictiva.
Las mejoras en el diagnóstico cada vez más pre
Existe una evidencia creciente acerca del efecto de coz de la enfermedad han de ir de la mano de la
letéreo sobre las funciones cognitivas del consumo aparición de tratamientos capaces de modificar el
de sustancias o medicamentos. Los agentes con ac curso de ésta, de forma que todo ello cobre un sen
ción anticolinérgica son probablemente los más im tido clínico aplicado y práctico.
portantes a este respecto. Se estima que hasta un
60% de los ancianos podrían consumir tales fárma Bibliografía
cos [21]. Ello podría dificultar el diagnóstico de de 1. Blessed G, Tomlinson BE, Roth M. The association between
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New diagnostic criteria for dementia and Alzheimer’s disease: a psychogeriatric perspective
Summary. Alzheimer’s disease was first reported in 1907 as an entity with psychiatric symptoms together with cognitive
deterioration. The progressive advances made in the study of neurodegenerative diseases have modified the criteria for
its diagnosis over the years. The interest in being able to make a diagnosis at increasingly earlier phases of the disease has
triggered research on specific Alzheimer-type pathophysiological biomarkers, which have perfected the diagnosis and
shortened the time needed to reach it. Current scientific knowledge has made it possible to develop new diagnostic criteria
that improve on the previous ones. The aim of this article is to describe the differences between the new classificatory
criteria with each other and in relation to the previous classifications by means of an appraisal conducted from a critical
clinical perspective.
Key words. Alzheimer’s disease. Biomarkers. Cognitive deterioration. Dementia. Diagnosis. DSM. ICD. NIA-AA.