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I.

EI dominio público

A menudo, los tiempos modernos son comparados con aque-


llos afíos en los que comenzó la decadencia del Imperio Romano:
deI mismo modo en, que la podredumbre moral supuso eI soca-
vamiento del poder romano para gobemar el Occídente, se ha
dicho que ha socavado el poder moderno de' Occídente ' para
gobernar el mundo.• A pesar de la símpleza de esta concepción,
la misma contiene uo elemento de verdad. Existe un. escabroso
paralelo entre la crisis de la sociedad romana eOD posterioridad
a la muerte de Augusto y la vida moderna; se refiere aI equilíbrio
entre la vida privada y la vida pública.
Cuando la era de Augusto se fue apagando, los romanos co-
menzaron a considerar sus vidas públicas como una cuestión de
obligación formal. Las ceremonias públicas, las necesidades milí-
tares deI imperialismo, los contactos rituales con otrosromanos
fuera del círculo familiar, todo se transformó en una obligacíón
en la que los romanos participaban con un espíritu cada vez más
pasivo, de acuerdo a las normas de la Res Publica. pero confi-
ríendo una pasión cada vez menor a sus actos de conformidad.
A medida que la vida pública se volvia incruenta, el romano
busc6 en privado un nuevo foco para sus energías emocionales
un nuevo principio de compromiso y creencia. Este compromiso
privado era místico, relativo a una huida de! mundo a todo nivel
y de las fOrnlaJidades de la res pubtica COlXIb}1lll"té de ese mundo.
Este eompromíso estaba relacionado con diferentes sectas deI
Próximo Oriente, de entre las cuales el Cristianismo pas6 a ser
paulatinamente la dominante. Finalmente el Cristianismo dejó
de representar un compromiso espiritual practicado en secreto,
se expandíó por el mundo y se transformó en un nuevo princi-
pio de orden público.
Actualmente la vida. pública también se ha transformado en
una cuestión de obligación formal. La mayoría de los ciudadanos
mantienen sus relaciones con el Estado dentro de un espírítu de
resignada aquiescencia, pero esta debilidad pública tiene un al-
cance mucho más amplio que los asuntos políticos. Las costum-
bres y los intercambios rltuales con los ex.traiícs se perciben, en
el mejor de los casos, como formales y fríos Y. en el peer de los
casos, como 1also.. 11 p)"Opjo ntraíio representa una figura ame-
nazadora y pocas personas pueden disfnItar plenamente en ese
mundo de extrafios: la ciudad cosmopoll1lll. Una res publica se
mantiene en general para aquellos vínculos de asociación y com-

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promiso mutuo que existen entre personas que no se encuentran
unidas por lazos de familia o de asociaci6n -íntima; se trata dei ca. Un líder político candidato a un ministerio es considerado
vínculo de una multitud, de un «pueblo», .de una política, más corno «confíable» o «auténtico» según la clase de hombre .que cs,
que de aquellos vínculos referidos a una familia o a un grupo más que de acuerdo a las acciones o programas que defiende.
de amigos. Asi como en los tiempos romanos, actualmente la par- La obsesión con las personas a expensas de relaciones soeiales
ticipación en la res publica es demasiado a menudo una cuestión más impersonales es como un filtro que descolora nuestra com-
de seguir adelante, 'I los foros para esta vida pública, como la prensi6n racional de la socíedad, oscurece la persistente impor.
ciudad, se encuentran en estado de descomposici6n. taneia de la clase en la sociedad industrial avanzada, nos lleva a
La diferencia entre el pasado romano y el presente moderno ereer que la comunidad es la resultante de un acto de autodes-
reside en la alternativa, en lo que significa la íntimidad, Los ro- cubrimiento mutuo y' a subestimar las relaciones comunitarias
m~os busc~b,,:n. en privado otro principio para oponerlo aI pú- de' extrafios, particularmente aquellas que tienen lugar.. .eu las
blico, un prmcrpio basado en la trascendencia religiosa del mun- cíudadesi Irónicamenteç-esta concepción psicológica tambíénjn,
do. En privado no buscamos un principio sino una reflexién, hibe el desarrollo de las fuerzas de la personalidad básica; tales
aquella que se refiere a la naturaleza de nuestras psiques, a lo como el respeto hacia la intimidad de los demás, o la compren-
qp.~ _. es auténtico en nuestros sentímíentos. Hemos tratado de si6n de que, ya que cada yo es en alguna medida una vitrina de
transformar en un fio en sí rnismo el hecho de estar en la intí- horrores, las R1allioDes· ci.-i!izadas entnl·1os _ humanos sólo
~i~d, solos con nosotros rnisrnos o con la familia y los amigos P1.\CIl!eI! prqspetar en tànto pernumezcan ~ aquelk>s de-
mtímos, 8lIllCadables secretos de desee, codida yenvidia.
Las ideas modernas sobre la psicologia de esta vida privada EI advenimiento de la psicología moderna, y del psicoanálisis
son ~onfusas.. Actualmente pocas personas podrían sostener que en particular, fue establecido sobre la creencia de que en la
su VIda psíquica su!ge I\Or generación espontánea, ai margen de comprensi6n de los trabajos internos dei yo sui generis, sin ideas
las condiciones sociales- y de las influencias dei medio. No obs- trascendentales acerca del demonio o del pecado, las gentes po-
tante. Ia psique es tratada como si, tuviera una vida interna pro- drían zafarse de estos horrores y ser liberadas para participar
pia.. Esta vida psíquica se percíbe de maneta tan preciosa y deli- más' plena y racionalmente en una vida mera de los limites de
cada que podría llegar a marchitarse si se la expusiera a las sus propios deseos. Multitud de personas están comprometidas
duras realidades del mundo social, y sólo florecería con la con- como nunca antes con sus singulares historias vitales y emocio-
dición de que estuviera protegida 'I aisIada. EI 'lo de cada per- nes particulares; y este interés ha demostrado ser una trampa
sona se ha transformado en su carga principal; conocerse a 51 más que una Iiberaciôn.
mismo constituye un fín, en lugar de ser un media para conocer Debido a que esta imaginación psicológica de la vida tiene
el mundo. Y precisamente porque estamos tan autoabsorbidos vastas consecuencías socíales, deseo denominaria con un nombre
se nos hace extremadamente difícil Ilegar a un principio privado que al principio puede parecer inadecuado: esta imaginación re-
u ofrecer cualquier valoración clara a nosotros mismos o a los presenta una visión íntima de, la sociedad. «Intimidad» connota
demás acerca de la naturaleza de nuestras personalidades. La ra, tw.or~ .confianza y ·una abierta expresi6n de sentímlento, Pera
&ÓIIi radica en que, cuanto más privada es la psique. menor es su .preclsamente porque a 10 largo de nuestra experiencia hemos lle-
estl~u!aclón y más difícil para nosotros sentir O expresar los gado a esperar estos beneficios psicológicos, y justamente porque
sentímíentos, demasiada vida social con un significado concreto no ,puede pro-
En el romano de la época posterior a Augusto, Ia búsqueda ducír estas gratificaciones psicológicas, el mundo exterior, el mun-
de sus dioses privados, orientales, estaba separada en 5U mente do impersonal, parece abandonamos, parece estar viejo y vacío.
del mundo público. Acabó imponiendo esos dioses sobre el mun- Hasta cierto punto, estoy girando en tomo al argumento ex-
do público por medio de la subordinación de Ia Iey militar 'I puesto por David Riesman en La muchedumbre solitaria. Riesman
la costumbre social a un principio elevado y claramente diferente. contrastaba una sociedad dirigida hacia el Interior, en la que los
Bajo el código .moderno de intención privada las relaciones en- hombres desarrollan acciones y contraen compromisos basados
tre la experiencia ímpessonaí y la íntima noevidencian esacla- en metas y sentimientos que sienten internamente, eon una so-
ridad. Vemos a la sociedad como «significante» solamente si la ciedad dirigida hacia el exterior en la cual estas pasiones y com-
convertimos en un enorme sistema psíquico. Podemos entender promisos dependen de aquello que las gentes perciben como los
que el trabajo de un político sea el de redactar o ejecutar una sentímíentos de los demãs. Riesman creía que la sociedad nor-
legislación detetn:riftada, pera ese trabajo no nos interesa hasta teamerjcana, y en su despertar Europa occidental, se estaba mo-
tanto percíbamos eI papel de la personalidad en Ia Iucha politi- viendo desde una condición interna hacia una condición externa.
La secuencia debería invertirse. Las sociedades occidentales se
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mueven desde algo asi como una condición externa hacia una Una ínterrogacíón dialéctica significa que Ia argumentación
interna, excepto que en media de la autoabsorción nadíe puede está acabada. sólo cuando el libra ha sido terminado. No se
decir qué es interno. Como consecuencia, se ha producido una puede establecer «Ia teoria» súbitamente y Iuego dejarla como
confusión entre la vida privada y la pública las gentes están si fuese un mapa sobre el terreno de Ia historía. No obstante,
resolviendo en términos de sentímíentes ~sonáles aquellas cues- con el objeto de disponer de cierta claridad, aI principio ai me-
tiones públicas flUe 'sQIo 'Ttlden ser correctamente tratadas a nos, me gustaría analizar en el presente capítulo las dimensiones
kavés de CÕdigos de sillnlfleltdo ímpersonal, poUdcas y soeiaJes dei problema público tal como se ha desarro-
Esta confusión podría parecer un problema específicamente lIado en la sociedad moderna y en el capítulo próximo presentar
norteamericano. El. valor que la sociedad norteamericana otorga las dimensiones de una teoria de expresión en público. Los inte-
a la experiencia individual podrfa conducir a que-sns tiudadanos rrogantes históricos y teóricos serén analízados una y otra vez
consideraran a toda la vida social según e1 sentímíento personal. en Ias páginas subsiguientes de este libra.
Sín embargo, no es el áspero individualismo el que se experi-
menta actualmente: en cambio, es la ansiedad sobre el sentímíen-
to individual la que experímentan los individuos en función deI EZ amor [uera âel dominio público
eamino que sígue el mundo. El origen de esta ansiedad se en-
cuentra en los grandes cambias sufridos por el capitalismo y ...ELproblema público de la sociedad contemporânea presenta
la creencia teligiosa. Estas fenómenos no son estrechamente na- dos aspectos: la conducta y los temas que son impersonales no'
cionales en sus fronteras. SllSÇittlfl ck:masiado interés, ya que comienzan a despertar interés
La ansiedad acerca de lo que uno siente ,podría ser consíde- cuando Ias gentes los consíderan, falsamente, como si fuesen
l'ada tambiéfi como la expansión, y la vulgarízacíén, de la Mo cuestíones de personalidad. Pera debido a que este doble proble-
mdnticlll «búsqueda de la personalídad», Dicha búsqueda no ha ma. existe, crea otro problema' dentro de Ia vida privada. :w.,
sido eonducida en un vacío social; son las condiciones de la mundo, de los sentimientos privados pierde cualesquíera lítnites,
vida cotidiana las' que han impulsado a las gentes a esta bús- ya no se eneucntra constreãído por un mundopüblícoen el cual
queda romántica de la autorrealización. Más aún, ha Ilegado más las gentes hacen de sí mismas una alternativa y una inversión
aIlá deI alcance de los estudios Iiterar'ios de esta búsqueda para Compensada. Por lo tanto, el descaste de una vida pública pode--
elevar los costes de Ia sociedad resultante, y estas costes son rosa deforma Ias relaciones íntimas que se apoderan deI ioterés
elevados. sincero de las gentes. En ias-'úttttfias cuatro generaciones no se
.sI .desgaste de Ia vida públícacexige también una especíe ,de ha producido una instancia gráfica de. esta deformación salvo
análísís aI margen de los modos' habituales de .la histeria sodal. en el caso de la más íntima de Ias experiencias: el amor físico.
Hablar de la expresión en público conducé najuralmente a la En el curso de estas cuatro generacíones, el .amor físico ha
pregunta: iDe qué cláses de expresíon es -capaz el ser humano sido redefinido desde términos de erotismo a términos de sexua-
a nivel de las relaciones sociales? Por ejemplo, cuando un hom- lidado El erotismo victoriano implicaba relaciones sccíales; la
bre le hace un cumplido a un extrafio, iêstá actuando expresi- se""li1,lidafl implica la ídentídad Jler~pnal. ~tisbio s!llüificabfl
vamente ~n la forma en que 10 harfa un actor de teatro? Bs díff- que la expresión - . l trascendla· meroed a acciones. de elec;ctooó
clj referírse a una vacuídad .de expresión en {Ia vida" públíca-sín represiôn e Ü)téracoión. La sexualidad DP os una tIIlCióo lIlDo uh
disponer de alguna teoría acerca de lo que representa la expre- estado deI ser, en el cual el acto físico deI amor se produce casi
sión en sociedad. i Existe, por ejemplo,. alguna diferencia en Ia como una consecuencia pasiva, un resultado natural, de gentes
expresión apropiada para Ias relaciones públicas y aquella -que que se sienten íntimamente ligadas unas a atraso
es apropiada para' Ias 'relaciones en la intimidad.?·
f .- Entre Ia burguesia del sigla XIX, los conceptos .de _erotismo se
He tratado de crear una tebría de la expresión enpúblico a expresaban casi exclusivamente con temor y; en consecuencia, a
través de un proceso de acción recíproca entre historiá y .teoria. través deI filtro de la represión, Toda acción sexual era oscure-
Los cambias' concretos' en la conducta pública, el Ienguaje, la cida por un sentimiento de víolacíón, una vioIación deI cuerpo'
vestimenta y la creencia son utilizados en este libra como-evi- de Ia mujer por parte del hombre, violación deI código social por
dencia para la construcciónde una' teoría acerca de Ia naturaleza dos amantes, violación por dos. homosexuales de un código moral
de la expresión eo sociedad; Así como lá hlstcria ha propuesto más profundo. Grandes estamentos de la sociedad moderna se
guías a la' teoría, yo he tratado de tomar los insights abstractos hen rebelado contra el temor y Ia. represiõn. y todo. esta es posí-
obtenidos como guias en su curso hacia nuevos interrogantes tivo. Pera a raiz de la manera en que los ideales de intimidad
que formular a la crônica histórica. tifien la imaginación moderna, se ha producído también una reac-
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sión sexual nos hemos rebelado' contra la ídea de que la sexuali-
ci6n contra la ídea de que el amor físico constítuye una acci6n dad posee una dimensión sociaL
en la cual las gentes se comprometeu y como cualquie r otra ,For qué los esfuerzos hacía la Hbertad sexual, tan bien es-
acci6n social debería tener reglas, limites y ficciones necesarias tmcturados en la mente, deberían terminar en mágicos e ínsolu-
que otorgaran a la accíón un significado específico. Eu cambio, bles problemas dei yo? En una sociedad donde el sen~~1I
el sexo es una revelación del YQ. Por lo tanto, una nueva esclaví- intimo QOlIStituye un modi\lo total de la reall~, la expenen~l~
tud sustituye a la antígua, se organiza eu dos sentidos que conducen hacía esta destructíví-
Imaginamos que la sexualidad sirve para definir un vasto dad involuntaria. En una socíedad semejante, Ias energias in>-
territorio. relativo a quiénes somos y qué sentimos. Sin embargo, manas básicas de narcisismo se movílízan de tal modo que ao-
la sexuahdad, como un estado expresivo más que como un aeta ceden a las relaciones humanas en forma sistemáticay )JOfVlIl'Sl\o
expresivo, es entrópica, Cualquier cosa que experimentemos d.ebe En dícha sociedad Ia prueba de si las gentes son auténticas y
concernir de alguna manera a nuestra sexualidad, pera Ia sexua- «honestas» con la~ demás representa un modelo particular de
lidad es, Nosotros la revelamos, Ia descubrimos, aceptamOS sus intercambio de mercado en Ias relaciones íntimas.
condiciones, pero no la dominamos. Eso seria manipulativo, íns- En un sentido clínico, el narcísísmo difiere de la idea popular
trumental, insensible; y asimismo colocaría a la sexualidad en un que consiste en ínterpretarlo como el amQI a la propia bel~.
pie de igualdad con las emociones que intentamos molc.lear y En un sentido más estricto, y como una perturbación deI carâc-
no COD aquélIas a la que deseamos someterla, Los victorianos ter es la autoabsorción la que impide la comprensi6n de aquello
quienes tomaron al sexo según esta última expresíón, podían, po; qu~ pertenece aI dominío deI yo y de la a~t,?gratificación Y lo
lo tanto, hablar de aprender de su vida erótica, a pesar de que el que es exterior a ellos. Por lo tanto, el narcisismo es una 00....
aprendizaje fuese tan dolorosamente difícil debido a los filtros de síón con «aquello que esta persona o este. suceso significan para
la represión, -":tua1mente, nosotros no aprendemos deI sexo por- mís, Esta cuesti6n acerca de la importancia personal de. otras

que esa circunstanda coloca a la sexualidad fuem de!t lO; CU personas y hechos externos se plantea con tanta frecuencía que
cambio nos dirigimos. frustrada e intenninablemellte, en m..ca se oscurece una percepci6n clara de dichas personas Y sucesos,
~ , ~ en eJ yo, bastante deSllJ.uaI. impide la ..... - .
de nosotros mismos a través de los genital."..
Pensad, por ejemplo, en Ias diferentes connotaciones de la pa- ~ dê. Ias. necesidades dei yo y haee que una persona ~
!abra catracci6n» en el siglo XIX y el término moderno «asuntos, que ....to. DO es 111 q\lC yo q1<le1'la» en el momento de ~
Atracción significaba que una persona despertaba en otra un seno ":j.~o o de vincularse con otra persona, En consecuen'?la,
timiento de tal magnítud que los c6digos sociales eran violados. el narcisismo posee la doble cualidad de configurar una absorcíén
Dicha violación ocasionaba el entredicho temporario de todas las voraz en las necesidades deI yo y un obstáculo para su satis-
demás relaciones sociales de esa persona: el c6nyuge, los híjos, facción.
los propios padres de la persona eran relacionados símbólíca- Las perturbaciones narcisistas del carácter constituyen las
mente por la culpa, y prácticamente si se descubría que la víola- causas más comunes de Ias formas de angustia psíquica que los
ci6n había tenido lugar. El término moderno. «asunto» echa tie- terapeutas deben tratar en la actualidad. Los sintomas histéricos
ITa sobre todos estos riesgos porque reprime la idea de que el que constituían los males dominantes en la sociedad represiva
amor físico es un aeto social; se trata ahora de un problema y erótica de la época de Freud han desaparecido por completo.
de afinidad emocional que in esse permanece al margen de la Esta perturbación deI carácter ha aparecido debido a que ~
trama de otras relaciones sociaIes en la vida de una persona, nueva .cIase de sociedad estimula eI crecimiento de sus compo-
Actualmente parecería ilógico que .una persona que tuvíera un nentes psíquicos y elimina en público. un sentido de encuentro
asunto, ya sea dentro o fuera de los Iímites de un matrimonio social significativo fuera de sus términos, de los Iímites deI yo
lo viera ínnatamente conectado a las relaciones panentales, d~ singular. Debemos ser prudentes aI especificar Ia naturaleza deI
modo que cada vez que hiciera el amor con otra persona su desorden a fin de no falsear el medio en el cual ha adquirido
status como hijo de otro se viera alterado. Podríamos decir que su form~ social. Esta perturbaci6n del carácter no conduce íne-
se trata de una cuesti6n de casos individuales, de factores de la vitablemente a la psicosis ni tampoco las personas bajo su ínfluen-
personalidad y no de una cuesti6n social. Entre espíritus más cía viven en un permanente estado de crisis aguda. La (alta de
libres se podría plantear el mismo argumento referido a un asun- compromíso, Ia continua búsqueda de una definición de «quién
to en relaci6n con un matrimonio. La misma palabra asunto soy yo» deade el interior, prodllCé <io\or pero no UDa enferm~
-tan vacía, tan amorfa- indica una especie de devaluaci6n de destructíva- RI narcisismo, en otras palabras, no crea las condi-
la sexualidad, como una imagen que puede ser socialmente os- clOllesque podrían ocasionar su propia destrucci6n.
curecida por medio deI Ienguaje. AI rebelamos contra la repre-
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16 HCS 151.2
En el domlnio de la sexuaIidad. el narcisismo despoja al amor debutantes se muestran ansiosos por demostrar que ellos consí-
físico de cualquier tJ:po de Ollll1PWlilisoI ya sea personal Q soaial. deran a sus sujetos como a verdaderas personas ~ no como a
El hed10 cabal dei eamprolniso por patte de una persona parece meras «fuentes de datas». Los entrevistadores desean tratar con
limitaria las oporfUnidades de una experiencia «suficíente» como sus sujetos como iguales haciendo descubrimie~tas.en ~o~a
para ~ qUién es y Como para encontrar a la persona .ad.,. conjunta. Este encomiable deseo produce una sltuaclón. l~lclal
cuad. que lo O la complemente. Toda relación sexual baja el singular: cada vez que el sujeto revele algun detalle o sentímíento
pénc!ula dei narcisismo se torna menos satisfactoria cuanto más de su vida privada, el entre.c. vístador le corresponderá revelando
se 'flI'ldongue la unión de los amantes. algún detalle de la suya propia. Tratar a alguien como a una
Se puede trazar una relación primaria entre narcisismo y «verdadera persona» en esta situaci6n se transforma en a~go as!
sexualidad, según las imágenes que la gente tiene de sus propios como una transacción de intimidades: te muestran un naipe, tu
cuerpos, Un interesante estudio, efectuado en París a lo largo les muestras otro.
de varios afios, ha evidenciado que, a medida que las gentes Los entrevistadores tienden a apartarse de este mercado de
llegan a tomar a sus cuerpos como definiciones cada vez más revelaciones mutuas cuando comienzan a percibir que, exponién-
completas de su propia sexualidad, la esfmbolízacíón» deI cuerpo dose ellos mismos están perdiendo la oportunidad de descubrir
se va haciendo cada vez menos sencilla. Ya que la sexualidad se los sentimientos del sujeto. Esta oportunidad se presentará si el
transforma en un estado absoluto cristalizado en la forma dei entrevistador formula preguntas, a tan s610 si permanece en
cuerpo, los que poseen esos cuerpos presentan una crecíente silencio, esperando que la otra persona conti:t;lúe con s?, relato.
dificu1tad para imaginarse formas fáticas en organismos natu- Luego de un tiempo, los entrevistadores sensíbles co~enzan a
rales como las plantas o para percibir una relaci6n entre el mo- sentirse incómodos con la idea de que para tratar a alguien como
vimiento corporal y la acción de un cilindro o un fuelle. La san- a un igual emocional se debe mantener con él una r.elación reci-
tlfil:eción del cuerpo como un estado sexual absoluto es narcisista proca, revelándole algún dato como forma de reaccíón frente a
PlJNU'I'bace de! l;l lléXualidad exclusivamente ao atributo de la aquello que la persona nos muestra, Y eo. este punto los ~tre­
~ . UD estado del ser más que una actividad y. en conseci!llW- vistadores se encuentran en la senda que díscurre desde una ídea
cía, -.;i81_te aiBlada de la experiencia sexual que la persona de intimidad basada en un trueque hacia una intimidad más
pueda o no poseer. Del estudío se infiere que el resultado de este auténtica. En ella, los límites deI yo no están aislados sino que
narcisismo configura una disminución de la imaginación «me- pueden estimular efectivaI:t;lente la com~cac~ó~ .con los <;le~~.
tafórica» deI cuerpo, es decir, un empobreci.riJ.iento de la actividad Los entrevistadores reciben sus nociones ínícíales de íntímí-
cognoscitiva de erear un símbolo a partir de un objeto físico. dad como un trueque a partir de los supuestos que rígen a la
~ste es uno de los motivos' por el cual las fuerzas psicológicas gran sociedad. Si las -personas se hallan tan próximas ent.. ella.s
destructivas acceden a un primer plano. en tanto una sociedad hasta el punto de que se conocen realmente. entonces el lX!O\lllIo
varia deI erotismo a la sexualidad y de' la creencia en las accío- nüertfoin"'jidisonaJI'Sé tr'lUlsfOrma en una cuestión de reyelación
nes emocionales del ser a la creencia en los. estados emocionales reciproca. Cuando dos personas se encuentran al margen de ell~
del mismo. Cuando una socíedad Ie niega 'incluso a Eros una revelaciones, Y el mercado de intercambio ha tocado a su fin,.Ia
dimensión pública es sefial de una destructividad desenfrenada. relaci6n ~cluye inmediatamente. Se agota porque eya no hay
La forma más común en la que el nercísísme se man.sta a
una persona es a través de un preceso de inversión; si sola-
nada que deci.... cada persona eda por supuesta» a la otra, EI
aburrimiento es la consecuencia lógica de la intimidad concebida
meaee pudiera sentir más, o si sólo pudiera realmente se11l4r. como una reJaci6n de trueque. Esta debilitación complemeata
llIldna entonces relacionarse con otros o entablat relaciones ..,.er- )el:Ú:ctamente la convíccíón narcisista de que todas las gratifu:a-
daderas ~ con ellos, Pera en ning(ln encuentro me parece sentlr ciones que uno recíbe eo un momento determinado no son todas
lo IUfidei1tea EI contenido obvio de esta inversión es una autoacu- las que podria reeibír o. a la inversa, de 'que uno no está sIn-
sación, pera enterrada debajo de ella existe la sensación de que tiendo lo _tante eomo para que la relación sea .real•.
el mundo me está fallando. E! narcisismo y el trueque de autorrevelaciones estructuran
Una segunda fuerza destructiva reafirma esta infructuosa bús- las condiciones bajo las cuales la expresión de sentimiento en
queda de una identidad integrada por elementos internos. La me- circunstancias íntimas se vuelve destructíva, Hay una búsqueda
jor forma de describir esta fuerza es ofreciendo un ejemplo de lncesante de gratificación y almismo tiempo el yo no puede
ella en el entrenamiento de aprendices de entrevistadores diag- permitir que la gratificación tenga lugar: Alguna medida dei 1'<>-
nósticos. der de este Jenguaje del yo puede ser VIslumbrada en el CÓdIgO
Con frecuencia, en sus primeras sesiones, los entrevistadores verbal utilizado actualmente para medir la «autenticídad» de las

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relaciones o de otras personas. Nos referimos a si podemos «rela-
c:onarnos» per~?nalmente con otras personas o acontecimientos y Cuando a una persona se la juzga auténtica, o cuando la socíe-
sl.eu esa relacfcn las personas están «abíertass unas a otras La dad en su totalidad es descrita. como promotora de los problemas
pr'rmera es .una palabra encubierta para medir al otro eu fun~ión de la autenticidad humana, el Ienguaje revela un modo en el
de ~ es~ejo de ~?toint~rés, y la segunda es una cubierta para cual la acción social es devaluada en el proceso de establecer
me~r Ia 1~~eracclOn SOCIal en. función deI trueque de confesión. una mayor consistencia en los problemas psicológicos. Como una
. La família burguesa dei síglo XIX procuro preservar alguna cuestión de sentido común, sabemos que hombres buenos ejecu-
díferencía entre el sentido de la realidad privada y las caracterjs, tan malas acciones, pero este lenguaje de autenticidad hace que
tícas totalmente, distintas que presentaba eI mundo público fuera se torne difícil emplear el sentido común.
deI hcgar, La línea entr~ ellos era confusa, a menudo violada, RI deseo de autenticarse uno mismo, a nuesttos motivosy
sumida eu la esfera erótica como consecuencia dei temor pera nuestros sentimientos es, en segunda instancia, una forma. de pU"
al menos se.;había hecho :m intento para mantener la sep~ación ritanismo, Debido a toda la liberaci6n de nuestra sexualidad, nos
Y la,compleJI<rnd de los diferentes dominios de la realidad social. encontramos dentro de la misma órbita de autojustificación que
Había .una cU~ldad ~erente a la vida burguesa del siglo pasado definió al mundo puritano. Y esta es así por una raz6n especial.
demasiado fácil de olvídar: su dignidad esencial. Se hizo un es- Los sentimientos narcisistas a menudo se enfoca0: a si mismos-
fuerzo, enfermízo ~ 9-estinado al colapso, por establecer díferen, sobre euestíones obsesivas acerca de si soy 10 'bastante baeno,o
cias entre los donllmo~ de la experiencia y, de este modo, arran- compet ente, y situaeiotles similares. Cuando una socíedad movi-
car alguna forma válida fuera de una sociedad de tremendo liza estos sentimientos, cuando reduce el carácter objetivo de la
desorden y .aspereza. Marx percíbíó esa dignidad no menos de accíón y aumenta la importancia de lós estados sentimentales
lo que lo ~o Weber; las primeras novelas de Thomas Mann subjetivos de los actores, estos problemas de autojustificación
s?n celebraclOn~~ a esa dignidad en la mísma medida que cons- accederán a un primer plano a través de un «acto simbólico». La
tltuy,en un ~SIS de su ínevítable desintegración. . transacción que ahora se produce entre el interés público y el
SI el encierro eu cuestiones dei yo se ha .producido incluso privado, merced a la movilización de estas obsesivas. cuestiones
cuando las personas continuaban desarrollando una vida activa acerca de la legitimidad del yo, ha reavivado los elementos más
C?n otras personas a las que nunca podrían llegar a conocer a corrosivos de la ética protestante dentro de una cultura que ya
nível ~e la política y de las grandes burocracias, podr~os no es religiosa ni está convencida de que la riqueza material
concluír acerta~amente que las dimensiones del problema se sea una forma de capital moral.
sustentan en la rmportancía crecíente de la psicología en la vida. La transacción entre la mayor absorción psíquica y la menor
b~gu:sa. Este problema psicológico podría interpretarse como participación social puede ser fácilmente confundida como una
d.,i~orCladO de los problemas sociológicos de participación y ac- conseeuencia psicológica en sí misma, Pod.tia afirmarse que las
CI n gI1;lpal._ Pero, de hecho, se ha producido una transacción, Eu partes están perdiendo el .deseo•. Estas palabras, como puros
la med.i~a eu qu~ aumenta el interés por las cuesfiones de la estados psicológicos, inducena error porque no explican CÓlnO
personalidad (ego~smo), la participación con desconocidos en pro- podria una socledad completa perder su voluntad o cambiar SUS
cura de fines socíales ha disminuido; o esa participación es fal- deseos, Engafian aún más al sugerir una solueíõn terapéutlca,
seada .por la cuesti6n .psico16gica. En los grupos comunitarios, sacar a la gente fuera de esta autoabsorción, como si el medi<t
por ejemplo, se experímenta la necesidad de conocer aí otro ambiente que ha desgastado su deseo social y transformado sus
como persona a fi.n de actuar en forma conjunta: luego se ven deseos pudiera,repentinamente, recibir con los brazos abiertos
atrapados por procesos paralizantes de ese deseo de mostrarse a estos IndividUos alterados.
como personas y píerden gradualmente la primitiva íntencíõn
de actuar juntos.
Este deseo. de revelar la propía personalidad a n1vel de :Ias El espacio públi<;o muerto;
....'-~ .socíaíes, y de medir la propia acción social en funt:ióD
de aq1llll10 11"". se evidencia en las personati<rnl!es de los dell'lll8, La visión íntima se induce en proporción al abandono que
~. <:.!,asiiicado '!" dos maneras. E" primer lugar, se 1Dta
..::e. ~ de atlten~se como un aclOr social através".1a
. tàclón de las cuali<rndes !"'!"SODéIes. Lo que hace que una
sufre el domínio público vacfo. En un nível más físico, el medio
impulsa a la gente a concebir el dominio público corno carente
de sentido. Esto ocurre con la organizaci6n del espacio en las
actuacíón sea buena (o sea, autêntica) es el caracter de aquellos ciudades. Los arquitectos que proyectan rascacielos y otras gran-
que se ven comprometidos en ella y no la actuación en si mísma, des construceiones de poblada densidad, se encuentran entre los
20 pocos profesionales que están obligados a trabajar con ideas con-

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temporáneas acer.ca de la vida pública, y por cíerto están entre luz y que anula la barrera entre el interior y el exterior. Esta
los pocos profesionales que de Ia necesidad expresan códigos permeabilidad entre la casa y el ext~;ior es. curiosamente a,?S:
y haeen que éstos sean manifiestos a los demás. tracta; se tiene una agradable sensacíon d~ cíelo; pero los e~
Uno de los primeros rascacielos que la International School cios se encuentran tan esquinados que no tle~en runguna relacíón
construyó después de Ia Segunda Guerra Mundial fue Ia Lever con, ni vista hacia, los edifícios que rodean Bloomsbury. Por
Housed~ Gordon Bunshaft en Park Avenue, Nueva York. La cierto el extremo posterior de uno de los bloques de apartamen-
planta baja de la Lever House es una plaza aI aire libre, un patio tos r~vestido de s6lido hormigón, mira. hacia una de las plazas
eon una. torre que se eleva en la parte norte y, a una planta so- más herrnosas de tod? Lon~~',., o más bien Ia i~ora. El edifício
bre el nível del suelo, hay una estructura de poca altura rodeando está ubicado como SI pudíese estar en ~ualquler lugar, 10 ~ue
las o~ras tres secci<:>nes. Sín embargo, uno pasa desde la calle por significa que los disefiadores no tenían idea de ~u 10caliza~lón
d~baJo de esta baja herradura para entrar aI patio; el propio en un lugar concreto y mucho menos en un media extraordina-
nlve~ de la calle es un espada muerto. No hay actividad Di di- rio urbano. .
yersl~d en la planta baja, es solamente un media de acceder aI La leccíón real deI Brunswick Centre está contemda en su
ínteríor. La forma de este rascacielos International prototipo secci6n central. Existen aqui unos pocos negocios y vasta~ .áreas
es~á de ~~ta con su funci6n, ya que una minúscula plaza pú- de espacío vacto. He aquí un área de paso, no para ser utilizada;
blica revívífícada es enunciada s610 formalmente, pero la funcíón sentarse en uno de los pocos bancos de hormigón durante todo e1
destruye la natu~a~eza de una plaza pública, que es la de combi- tiempo que uno desee es llegar a sentirse profundamente incómo-
nar gentes y actívidades diversas. do como si uno estuviese en exhibici6n en un enorme vestíbulo
Esta co~tradicción es parte de una controversia aún mayor. va~ío. En efecto, la zona «pública» deI .Centre se encuentra res-
~ I';1t.er.n.atlOnal School fue destinada para una nueva concepción guardada de Ias principales caUes contíguas a Bloomsbury por
de :Vl~lbl1idad en la construcción de grandes edificios. Los muros dos enormes rampas con cercas en los costados. La zona central
easí mtegram~n,te de crist~, ex;unarcados con soportes de acero propiamente dicha está elevada varios pies sobre el nível de 'Ia
delgado, permítían que el mtenor y el exterior de un edificio se calle. Nuevamente todo ha sido concebido para aislar el área pú-
desvaneciese~ hasta el mínimo grado de diferenciación. Esta tec- blica del Brunswick Centre de cualquíer íncursíón accidental
no~ogía permite la realización de aquello que S. Giedion denomina desde Ia calle, o deI simple] vagabundeo, deI mismo modo que
el Ideal deI muro permeable, lo fundamental en visibilidad. Pero el emplazamiento de los dos bloques de apartamentos aísla efec-
estos muros constituyen también barreras herméticas. La Lever tivamente de lacaUe, Ia zona central y Ia plaza, a aquellos que
1I0u se fue la precursora de un concepto de dísefío en el cual el los habitan, El planteamiento visual producido por el detalle deI
"'U:~' aunque permeable, aisIa también de Ia vida de Ia caIle Ias muro de ínvernáculo se basa en que el interior y el exterior de
ictiVldades qu~ s~ desarrollan en el interior del edifício. En este una vivienda no presentan diferenciación alguna; el planteo so-
~~pto .de disen? se combinan Ia estética de Ia visibilidad y cial representado por la zona central, la localización deI complejo
el 8l8lllIl11ento SOCIal y las rampas sfgnífica que una imnensa. barrera separa en el
.La .paradoja deI aislarniento en medio de la visibilidad no es Brunswick Centre el «interior» deI «exterior».
pnvat~va de Nueva .York, ni tampoco los especiales problemas La elímínación del espada. público viviente está relacionada
del crunen en esa ciudad representan una explicaci6n suficiente con una idea aún más perversa: la de volver al espacío contín-
s~bre Ia muerte deI espacio público en dicho díseão. En el Bruns- gente para el movímiento. En el Centro de Defensa, ?-sí.como en
wíck Centre construido en el sector de Bloomsbury en Londres la Lever House y el Brunswick Centre, el espacio publico es un
y en,elo complejo ~e oficinas dei Centro de la Defen~a erigido e~ área de paso, no de perrnanencia. En el C~tro de ~efensa, lçs
los Iímites de Parfs, se presenta la mísma paradoja y da como terrenos que circundan las torres de oficinas que mt~an el
resultado la misma área pública muerta. complejo contienen unos pocos almacenes, pero el propósito con-
En el Brunswick Centre, dos enormes complejos de aparta- creto es el de que sirvan como un área de. pa~o para; trasladarse
mentos s~, elevan desde una seccíón central de hormig6n; la desde el automóvil o el bus hasta los edifícios. EXIste una pe-
conatrucción de los apartamentos está escalonada piso tras piso quena evidencia de que los proyectis~as del CeD;tro de D~fensa
de modo que cada complejo parece una ciudad babil6nica ele- concibieran este espacio para que tuvíera cualquíer valor íntrín-
vada y asentad~ sobre una colina. Las terrazas de los apartamen- seco para que las gentes de los distintos bloques de apartamentos
tos dél Brunswíck Centre están cubiertas por cristal en su mayor pudÍeran desear quedarse allí. El terreno, segú.n Ias, palabras de
parte; po:: lo ta~.to, el morador del apartamento dispone de una uno de los proyectistas, es «el nexo.soporte-s.all~a-tráfico para la
pared de mvemaculo que permite la entrada de gran cantidad de totalidad vertical». En otras palabras, esto significa que ,t ~
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cio ~lico se ha transfonnado eu un derivado deI movimiento. exterior de los mismos. Las barreras visuales desapareceu mer-
La idea deI espacío como derivado deI movimiento parangona ced a Ia supresión de los muros de Ias oficinas, de manera que
exactamente la~ .relacion~s de espacío a movimiento producidas todas las plantas se transformen en un vasto espacio abíerto, o
por lo~ ~utomov~les particulares. Uno no utiliza el coche propio sobre ese perímetro habrá un grupo de oficinas pdyadas con
para vísítar .1a ci~dad; eI automóvíl no es un vehículo para tu. una amplia zona abierta eu su in~erior. Esta d~strucclón d~ los
nsmo o, melar dicho, no es utilizado como tal, excepto en aque- muros, según se apresuran a decir los proyectístas de oficlnas,
110s adolescentes que 10 utilizan subrepticiamente. En cambio el incrementa la eficiencia en el trabajo porque cuando Ias perso-
autom6vil otorga libertad de movimiento; uno puede viajar .sin nas se encuentran todo el día expuestas a Ia mirada de los
preocuparse por paradas formales como ocurre eu eI metro sin demás son menos propensas a la murmuración y a la char~a y
cambiar el modo de Iocomoción desde un bus, el metro o el fe- se muestran más dispuestas a mantenerse dentro de sus limites.
r~o~arril aéreo al movimiento pedestre, cuando se efectúa un Cuando cada uno tiene ai otro bajo vigilancia, lá sociabI1ll!l!d
viaje desde eI lugar A aI lugar B. En la ciudad, la calle adquiere deerece Y el silencio constituye la única forma de proteceión.
entonces una funci.ón particular, Ia. de pennitir eI movímíento: El proyecto de oficinas de planta abierta.lleva a su mayor .expre-
si"~' reguIa, de,!,asiado el movímíento, COn semáforos, calle~ si6n la paradoja de visibilidad y aíslamiento, una paradoja que
~,unasola direccíõn, etcétera, los automovilistas se vuelven ner- tambíén puede sustentarse en sentido c~ntrario. Las gentes IOD
- . p violentos. más sociabIes cuanto más barreras tangibIes tengan entre ellas,
. . ~!ualmente disfrutamos de una facilidad de movimiento des- así como necesitan lugares públicos específicos cuyo único
~ para cual'llui~ otra civilización urbana precedente s, sln propósito es el de reunirlas. ExpliquémosIo de otra manera: , .
'~ã~,W"o, este movímíente. se ha transformado en el mayor por- seres hwnanos necesítan mantener cierta distancia con respecte.
,. .. ,i .... aDSiedad de hls actividades cotidianas. La ansiedad a la observación fntima de los demás a Iln de sentirse sociabIes.
provlene deI hecho de tomar aI movimiento incontrolado como Si se Incrementa eI contacto intimo se dísmínuye la soclabllided.
un derecho absoluto deI individuo. El automóvil particular es el He aquí la lógica de. W1a forma de eficiencia burocrática.
instrumento lógico para ejercer ese derecho, y su efecto sobre ,EI espacio público muerto es una razón, la más concreta,
el' espacío público, especialmente sobre el espacío 'de las -. alies para que las gentes busquen en eI t~rren~ íntimo lo que se les
Iff~' es que eI espacio se vueIve Insignificante o Incluso írrí- ha negado en un plano ajeno. EI aislamiento en media de la
tante' a' - . - que pueda subordinarse ai movimiento Iibre, La visibilidad pública y la enfatización de ,las transacciones psico-
tecnologia deI movimiento moderno reemplaza el hecho de estar lógicas se complementan mutuamente. Hasta el extremo, por
en la calle por un deseo de anular Ias represiones de la geo- ejemplo, de que una persona siente que debe protegerse, me-
grafia. diante el aisIamiento silencioso, de Ia vigilancla que los. demás
Esta situaci6n hace que el concepto de disefío deI Centro de ejercen sobre ella eu eI domlnio público, y lo compensa de_
Defensa o de una Lever House se una a la tecnología deI trans- briéndose ante aquéllos eon los que quiere establecer contacto.
porte. En ambos, en tanto el espada público se transforma en La Í'elación complementaria existe .porque aqui se dan dos ex-
una función de movimiento, pierde cualquier significado experi- presiones de una única, general transformacíón d~1 las relaciones
mental independiente. sociales. En ocasiones he pensado en esta sítuacíon complemen-
aasto .este punte el «aislamiento. ha sido utilizado en dos taria en función de las máscaras del yo que crean los modos y
~s; ~ero, sigtrlfica que los habitantes o trabajado_ de los rituales de la cortesia. Estas máscaras han dejado de tener
~ estruc~urbana densamente poblada se ven inhibldoiJ.para importancia en las situaciones impersonales o parecen ser pri-
sendr!3Ja)q!,!)Ct reIacjón con el medio en el cuaI se ~ vativas de los snobs: en relaciones _más estrechas, aparentan
la estroetura. Segundo, que en la medida eu que uno pIledá ~. formar parte deI camino que conduce al conocimiento deI otro.
1_ "!' un automóvilparticufar para disponer de Ilbertad.,ck Y me pregunto si en reaIidad este desprecio por Ias máscaras
movirnlento, deja de creer que eI media PUeda tener algún lllgni: ritlolales de la sociabilidad no nos ha vuelto culturabnellte má~
fk:ado, ~Ivo ~omo una forma de lograr eI objetivo deI moviml.... primitivos que la tribu más símple de caz~dores Y' agricultores.
to propío, EXIste un tereer sentido de aislamiento social eu espa- Una relación entre el modo como consideran las gentes sus
cios públicos, aún más brutal, y es eI que se reiiere ai aisln. amqríos y aquello que experimentan ,en la. calle ~uede parecer
míento direetamente producido por la vislbilidad que los demás forz'ada. E incluso si se concede ja exístencía de dichas conexio-
tlenen de uno. nes entre los modos de la vida personal y la pública, se podria
La idea de diseiío deI muro permeable es aplicada por mu- objetar razonablemente que tienen raíces históricas pocc pro-
chos arquitectos dentro de sus edíficíos, como así también en eI fundas. La generación nacida después de la Segunda Guerra
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Mundial fue la que se volcó hacía lo interior cuando se sinÍió la viüe, la corte y la ciudad. Auerbach desc?bri? que en realidad
liberada de las represiones sexuaIes; es en esta rnisma genera- este público teatral consistia en un grupo mínorítano, ún·.hanaz~o
ción donde se ha producido la mayor destrucción física deI do- obvio eU función de la vida cortesana pero no tan obVIO segun
mínio público. Sin embargo, la tesis de este libra se refiere a la vida urbana. Eu el París del sigla XVII, la ville era un grupo
que estas signos altisonantes acerca de una vida personaf dese- muy pequeno cuyos orígenes eran mercantilistas y no aristocrá-
quilibrada y de una vida pública vac1a han estadoen formación ticos, pero cuyos modales estaban dirigi~o~ ~~ ase.urecer esta
durante largo tiemjlb. Son los resultados. de un cambio que co- circunstancia, DO 5610 por razones de humillacíón, smo para fa-
m~<;on la decadeneía dei ancien régime y con la fonnación cilitar los intercambios con la corte.
de una y
cultura capitalista, nueva, secular, urbana. Al comenzar el siglo XVIII, el sentido de quién era «el público»
y d6nde se encontraba uno cuando estaba en público, se v?lvió
más amplio, tanto en Paris como en Londre~. La bur~esIa se
Los cambias en el domínio público interes6 menos por ocultar sus orígenes socíales: las cíudades
que habitaba se transformaban en ~ mundo en el cu~ comen-
La historia de las palabras «público» y «privado» constituye zaban a relacionarse grupos muy diferentes de la socíedad. En
una llave para la comprensíõn de este cambio básico en los tér- consecuencía, para la época en Ia que I~ palabra «público» ha,!,ía
minos de la cultura occidental. Los primeros usos registrados adquirido su significado actual, no aludía solam~Il;te a una reg~~n
de la palabra «público» en inglés identifican I" «público» con el de la vida social localizada al margen deI domínio de la famiha
bien comón en socíedad. En 1410, por ejemplo, Malory hablaba y los amigos íntimos,. sino que al~día .también a que est.e domi-
deI «emperador Lucio... dictador o administrador de la voluntad nio público de conocidos y extranos mcluía una díversidad de
pública de Roma'». Alrededcr de 70 afias más tarde, se Ie agregó personas relativamente amplia.
un sentido de «público» a aquelIo que es manifiesto y abierto a Existe una palabra asociada logicamente a un públi~o urbano
la observación general.': Hall escribió eu su Crônica de 1542: «Su multiforme: es la palabra .cosmopolita::>. Un cosmopolita según
rencor interno no podía contenerse sino que debía vocearse en el uso francês registrado en el ano 1138, os un bombre que se
lugares püblícos j; también privados.» «Privado» se utílízaba aqui mueee cómodame.nte eu la cltVei'si'daã se encuenrra c6mcldo en
PAra.-.~ignificar privílegíado, a un. alto niveI de gobierno, Afines situm:tõnes que no tienen ningún ~o o paralelo con aquello
deI siglo XVII, la oposición entre «público» y «privado» fue me- que le os familiar. EI mísmo sentido de la palabra aparecíé en
nos clara que la forma en "que se utilizan los términos en la ac- el idioma Inglés antes que en francés, pero no fue. muy empleado
tualidad. «Público» significa abierto a la consideracíón de cual- hasta el sigla XVIII. En vista de los nuevos térmmos empleados
quíera, mientras que «privado» . significa una región de la para referirse ai hecho de estar en público, el cosmopolita se
vida amparada y definida por la família y los amigos. Por lo CODll1itu)ió en el hombre público perfecte, Un ';Iso tempran? de
tanto, Steele, eo una edición deI Tatler eu 1709, escribía; «Estas la palabra en ingIés anuncíõ el sentido comun de la rmsma
efectos... sobre Ias acciones públicas y privadas de los hornbress, en la sociedad burguesa del siglo XVIII. En una de sus Cartas
y But1er en los Sermons (1726): «Todo hombre debe ser conside- (1645) Howell escribió: «He lIegado al mundo revolcándome, un
rado según dos capacidades, la privada y la públíca.» Salir «en puro .segundón un verdadero Cosmopolita, que no ha nacido
público» (Swift) es una frase basada en una sociedad concebida para tierra, ar;iendo, casa u oficína,» Sin haber heredado rique-
en funci6n de esta geografia. Actualmente, no están enteramente zas o una obligaci6n feudal, el cosmopolita debe hacer de la
perdidos los antíguos' sentidos en inglés, pero su uso en el si- necesidad su camino en el mundo, cualquíera sea el placer que
glo XVIH -estableciõ los términos modernos de referenda. disfrute en él.
Los significados otorgados a le public en francés muestran una Por lo tanto, «público» viene a sig:nificar una v~da que trans-
situaci6n similar. RI uso renacentista de la palabra fue empleado curre fuera de la vida, de la familia y de los amígos ~.anos.
en función deI bíen común y deI cuerpo político; paulatinamente, En la región pública, los grupos sociales complejos, distintos,
te public se transformó también en una regíón especial de la habrían de lIegar a un contacto indefectible. La ciudad capital
sociabilidad. En una oportunidad, Erich Auerbach realizó un es- constituía el foco de esta vida pública.
tudio exhaustivo de esta definición moderna de «el público», Estas cambios en el idioma fueron correlativos a condiciones
apareciendo por primera vez en Francia hacia la mitad deI si- de la conducta y de los términos de la creencia en las ciudades
glo XVII, refiriéndose al público que constituía la audíencia cosmopolitas. Cuando las ciudades erecieron, y desarrollaron si90
de las obras de teatro. En tiempos de Luis XIV, ai pú- temas desoclabilidad. mdependientes deI control real directo, cre-
blico de teatro se le denomin6 mediante la expresión la cour et cieron _blén aquellos lugares donde los ~traiíos podían lIeglll'

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de crear repentinamente un orden social en me~i~ de condieio~es
'" reIKionarse en forma regular. Esta fae la era de la conserue- socíales caóticas y confusas lIevó a Ias conu:a?icclOnes .d:el anezen
ción de parques urbanos masivos, de los primeros intentos de régime a un punto de crisis y creó las con~clOnes posítivas para
hacer que las calles se adaptaran ai propósito específico da los un grupo cuya vida aún debía ser entendida.
paseos eomo una forma de relajamiento. Fue Ia era en la cual Tanto en conducta como en creencia los habitantes de las ca-
los saIones de café, luego las cafeterías y las posadas se. trans- pitales deI siglo XVIII intentaron definir lo qu~ ~ra y lo q~e no
formaron en centros socíales: en la que eI teatro y Ia ópera se era la vida pública. La línea trazada entre ]0 pu~h~? y ]0 privado
abrieron al gran público merced a la venta libre de entradas, era aquelIa sobre la cual los reclamos ~e la civilldad, .c.ompen·
a diferencia de la antigua práctica en la que patronos aristocrá- diados por la conducta pública, cosmopohta, estabari equlhbra~?s
ticos distribuían los lugares. Las diversiones urbanas se dí- con los reclamos de la naturaleza, compendiados por la. ~amIha.
fundieron fuera de un pequeno círculo de mínorías y bacia un es- ElIas vieron a estas reclamos en confficto, y Ia complejidad de
pectro más amplio de la socíedad, de modo que incluso las clases su visión se basa en que rehusaron prefe~i~- ~ uno sobr~ el otro,
trabajadoras comenzaron a adaptar algunos de los hábitos de manteniendo a los dos en estado de equilíbrio. A mediados del
sociabilidad, como los paseos por los parques, que constítuían siglo XVIII, el comportarse cori los _extrafto~ de una manera emo-
ai principio un lugar exclusivo de la minoria, cominando por sus cionaImente satisfactoria y permanecer, sm. "lDbaJ:80' apartado
jllrdines privados O centregando. una noehe ai teatro. de ellos fue visto como el medio por el cual el animal hllD1lDO
En el dominlo de la necesidad como en aquel dei 000, se desa- se transformó en el ser social. A su vez, las capacidades para la
rroIIaron pautas de ínteraccíón social que se acomodaban ai inter- paternidad y la amístad profunda fueron ~nsideradas como .po-
cambio entre los extrailos y no dependían de determinados pri- tencialidades naturales más que como creaciones humanas. MieJl..
vilegiOl feudales o de un control monop6Iico establecido por tras "'. hombre se haota a sí mismo en público, realizaba .su ':1"-
decreto real. EI mercado urbano del sigla XVIII era diferente de turaleza eu el dominio privado, sobre -todo _en 5US exIJ:&1CBC18S
sus predecesores medievales o renacentistas; era internamente dentro dei núcleo familiar. Las tensiones que se produjeron en-
competitivo, aqueIlos que vendían en él se disputaban Ia atención tre los reclamos de la civilidad y los d~rechos ~e la na~uraleza,
de un grupo de compradores variable y totalmente desconocído. representados por la división en~re ]8; vida pública y privada en
ew.ndo la economia y las modalidades de crédito se expanc:tieron, el centro cosmopolita, no solo difundieron la elevada cultura de
.. :CI)Dtaloilidad y la inversión se volvieron más racionalizadas, los la época, sino que la extendieron hecía dominios má~ mundanos.
r . los 'se llevaron a cabo en oficinas y almacenes y, sobre una Estas tensiones aparecieron en los manuales de~tlDéI;dos a la
báse' crecíentemente impersonal. Por supuesto sería un errar el crianza de los niüos, en los opúsculos sobre la cbl igación moral
concebir a la economia o a Ia sociabilidtfd de estas ciudades en ex- y en las creencias de sentido com~ sobre los. derechos del
pansión como reemplazando súbitamente a las antiguas modalida- hombre. En forma conjunta, lo púbhco Y lo pnva~o crearon
des de negocio y placer. En cambio, se yuxtapusieron modos de aquello que hoy podría denominarse como un «Universo» de
obligación personal aún vigentes con nuevos modos de ínteraccíón relaciones sociales.
adaptados a una vida que transcurría entre extraüos y bajo las La lucha por el orden público en. Ia ci~~d dei síglo XVIII y
condiciones de una expansión empresarial pobremente regulada. Ia tensión entre los reclamos de la VIda pública y privada, cons-
Tampoco sería correcto imaginar que el falsear un vínculo tituyeron los términos de una cultura coherente, 8; pesar de que
social adaptado a una ciudad en expansión, y a una cIase bur- hubo excepcíones, desviaciones y modos alterriatívos como los
guesa dísemínada, fuese inofensivo o justo. Las gentes trataban hay en cualquier período. ,.'
ansiosamente de crear modos de expresión, e incluso de VIllItir, Pera sí existió un equilibric de la geografia pública y ~nvada
que ordenarlan la nuevasituacíõn urbana y buscaban tambNn en tíernpos de la lIustraci6n, y en el se destaca el cambio fun-
delimitar esta vida con respecto ai dominlo privado de la famllia damental en las ideas de público y privado que . r~forzaron las
y los amigos. Con frecuencia, y en su búsqueda de principios de grandes revoluciones a últimos dei síglo y la aparíción de un ca-
orden público, recurrieron a modos de Ienguaje, vestimenta o pitalismo industrial nacional en los tiempos más ~ode~os.
interacción adaptados Iógicamente a una era que estaba desapa- Tres fuerzas estaban ai servieio de este cambio. Existía, en
reciendo y trataron de forzar Ia significación de estas modos prirner lugar, una doble relación mant~ni~ en eI siglo XJ?C po~
bajo condiciones nuevas y opuestas. En eI curso de este proceso el capitalismo industrial eon la vida pública en l~ gran ~Il;ldad.
muchas de Ias iniquidades de Ia sociedad medieval, traspIantadas en segundo lugar, una reformulación deI seculartsmc originado
abora a terreno ajeno, se voIvieron dolorosas y opresivas. No eu el siglo XIX y que afectaba el modo en que la gente ínterpre-
hay necesidad de novelar la vida pública de las ciudades cosmo- taba lo extrafio y lo desconocido; y, en tercer lugar. una fuerza,
politas dei ancien régime para poder comprenderla; eI intento
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que se. trans!o~mó en de?ilidad, erigida dentro de la estructura EI capitalismo industrial estuvo trabajando dei mismo modo
de I~ vId~ P?bhca en el ancien regime. Esta fuerza significó que y directamente sobre la vida material deI propio dominío públí-
la vída pública no, ~ufriera ~na m?e~te instantânea bajo el peso co. Por ejemplo, la producción masiva de vestimentas, yel uso
del ~ata~hs~o político Y SOCIal a últimos deI síglo XVIII. La geo- por parte de sastres particulares o costureras de modelos de
grafía pública ~e prolongá dentro deI siglo XIX, aparentemente producción masiva, significó que muchos segmentos diferentes
intacta, . y cambiando, de hecho, desde su interior. Esta herencia del público cosmopolita comenzaran a adquirir en gran escala
conmovíé a las nuevas fuerzas del secularismo y deI capitalismo una apariencia semejante, que los rasgos públicos perdiesen sus
t~?to como ~abían estado trabajando sobre ello. (La transforma. formas distintivas. Sin embargo, virtualmente nadie creía que la
cron de la VIda pública puede verse como un ~ralelo con el sociedad (ie estuviese volviendo homogénea; la máquina significó
colapso que les sobreviene a los atletas que han sido especial- que las diferencias sociales, diferencias importantes, necesarias
mente fuertes, de modo tal que sobreviveu más alIá de la juven- para saber si uno iba a sobrevivir en un medio de extrafios en
tud con poderes aparentemente intactos y que manifiestan en rápida expansión, se vclvían ocultas y los extrafios un místerío
forma súbita la decadencia que ha estado desgastando contínua, más huraüo. La producción mecânica de una amplia variedad
mente sus.cuerpos desd: el interior. Debido a esta forma peculiar de bienes, vendidos por vez primera en un medio masiv~mente
de supervrvencia, los SIgnOS dei publicismo dei ancíen régime mercantilizado, el gran almacén, tuvo éxito con el público no
no se e~cueI:!tran tan lejos de la vida moderna como podría merced a anuncias de su utilldad o de precios econômicos, sino
haberse ímaginado en un principio. más bien a través de capitalizar su mistifícacíôn. A$:(~ se
. I'fl'P~i!insUuu:J", li! doble ~~Iación dei capitalismoiadus- yqlvi'lfon más uniformes, ios bienes físicos fueron dOtados de
~ ~ hIl,Cílltlit'a públIca urbana se basan en las presíonesde la cUalldl!4es hUDlBIll!s en los anuncias publicitarios, huiéndokJs
pnY~n que 1'1 capitalismo Prod:ujo en la so~iedad Ílttrgue- aJlllA""'f como místeríos inasequibles que deblan ser poseMos
M. ~t sltPo XIX. En segunda mstancía, en li! -mlstificación' de para jIQlier comptenclerlos. Marx lo llamõ _fetichismo dei artfculo
I.. ·viria ,matmal en público, especialmente en cuestión de vesti- de consumes. y fue sólo uno de entre los muchos que se sintíe-
~•. ClCB810nada por la praducción y distribución masivas ron sacudidos por la confluencia de la producción masiva, la
Los traumas deI. capitalismo del siglo XIX lIevaron a aqueilos homogeneidad de la apariencía Y, además, por la inversíón en
que. tenían los medíos a tratar de protegerse de cualquíer- forma cosas materiales de atributos o asociaciones de personalidad
posible frente a los choques de un orden econômico que no en- privada.
tendían .Di los vencedores ni sus víctírnas, Paulatinamente se Por lo tanto, la ínteraccíón dei capitalismo y la geografia
desgasto la voluntad de controlar y dar forma ai orden público pública se dirigia en dos dírecciones: una era el retiro dei do-
y las gentes se dedicaron a protegerse de él. La família se trans- mínio público dentro de la familia, la otra representaba una
fo~mó en una de estas defensas, Durante el sigla. XIX, la -familía nueva confusión acerca de los elementos materiales de la apa-
cJ~.J_~. de ser, en forma c~d~ vez más crecíente, el centro de una riencia pública, una confusión que, sin embargo, podia conver-
~egü).nparticular.... nopubb~.~, . y pasó a representar uno refugio tirse en un beneficio. En consecuencía, se podría tentar la con-
idealízado, ~ .mUJl5:to. en sí.m,i,smo! .ccn un .v~Jor .moral ~to clusión de que el capitalismo industrial 8610 me la causa de
que e!..d"!"Ull()..publico, Se idealízó la família burguesa como que el domínio pUblico perdiera J.eaitimidad y cohereneía, pera
1UU1 ~laa donde el orden y la autoridad no eran desafiados la la conc1usión seria inadmisible aun en sus propios términos.
segundad de ~a exístencía material podía ser una concomita'nte Después de todo, lqué fue lo que impulsó a la gente a creer que
deI amor mant~ .real y donde las transacciones entre los miem- estos bienes físicos, tan uniformes, podían tener asociaciones
~rosje. la fa~~ha no tendrían que tolerar .el juicío exterior. ~cológicas? lPor qué creer en una cosa como si fuese humana?
G. f i la. família se transformo en un refugío frente a Im; te- BI becho de que esta creencía fuese beneficiosa para unos po-
nótIlS' de la sociedad, también se volvíô paulatinamente un pa- COS no explica por qué debía ser sustentada por una multit':ld.
~- para medir 1'1 c1ominio público de la ciudad capitill. Esta cuestión inc1uye la .segunda fuerza heredada deI anclen
U"I,!"""", las relaciones familiares como un modelo las gemes r~gime que cambió la vida pública, un cambio en función de la
P~fon. e1. dominio público no como a un grupo Ílmitadó de creencia acerca de la vida mundana. Esta creencia es la secula-
re1aCJ<mêS _ales, como' ~bía ocurrido en la I1ustraciÓll, flh() ridad. En la medida en que lo secular es concebido como opuesto
que, pot ·el ~trarlo,. conslderaron a la "\lida pública colllt> mo- a lo sagrado, la palabra se vuelve unidimensional y fija. Es
r'áInieilt~ ~feri?t. Inhmidad y estabilidad pi!recfan estar UDldas mejor empleada como la imaginación y los símbolos que hacen
en la. famlha; Junto a este orden ideal, la legitimidad dei orden inteligibles a las personas y a las cosas en el mundo. Pienso
póblleo me 'puesta en entredicho. que la siguiente definición es más correcta: la secularidad es la
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convicción antes de morlr de por qué las cosas son como son, íntroduce, por lo tanto, un elemento de profunda ~uda d~nt~
una convicción que dejará de preocuparnos una vez que haya- de su aparato cognoscitivo, ya que cualqwer ~JercICl9..?e discrí-
mos muerto. minación podría ser un errar. En consec~eD:cIa, surgio una d:
Los términos seculares cambiaron drásticamente deI sigla XVIII las mayores y más enriquecedoras contradiCClOnes deI siglo XIX:'
al XIX. «Las cosas y las gentes» eran comprensibles en el si- aun cuando la gente deseaba huir, encerrarse ~n UIl: ,domm~.orp~­
gla XVIII cuando se les podía asignar un lugar en el orden de vado moralmente superior temía que la clasificación arbítraría
la Naturaleza, Este orden de la Naturaleza no era una cosa de s~s experiencias eu, digamos, dimensiones públicas y priva-
física, tangible, como tampoco lo era el orden siempre encapsu- das pudiera representar una ceguera autoinfligida. .
lado por las cosas mundanas. Una planta o una pasión ocupa- En este nuevo orden secular, el fantasear que los objetos fí·
ban un lugar en el orden de la Naturaleza, pero no la defínían sicos tenían dimensiones psicológicas se transformó en. ~ hecho
en miniatura y totalidad. Por lo tanto, el orden de la Naturaleza lógico. Cuando la cr~encia fue. g?b~rnada por el principie de
era una idea secular acerca de lo trascendental. Esta idea no inmanencia desaparecleron las dístíncíones entre perceptor y per-
sólo permitió los escritos de científicos e intelectuales, sino que cíbído dentro y fuera, sujeto y objeto. Si potencialmente todo
penetró en los asuntos cotidianos en la forma de actitudes diri- euenta, lcómo hago {J?ara trazar un límite entre aquello que se
gidas .a la disciplina de los nifios o a la moralidad de los asuntos relaciona con mis necesidades personales y 10 que ~s ímpersonal,
extramatrimoniales. no relacionado con el dominio inmediato de mi ~xpenencI::"?
EI secularismo que hizo su aparición en el sigla XIX era de Todo puede tener importancia, nada puede tener unportanc~a,
una especie totalmente antitética. Se basaba en un código de lo pero i. cómo saberlo? En consecuencía, no debo establecer Dml
inrnanente más que de lo trascendente. Sensación inmediata, guna distinción entre categorias de objetos y sensaciones porque
hecho inmediato, sentimiento inmedíato, no debían ser ya in- ai dif4renciarlas puedo estar creando ~ falsa. barrera. La ceie-
cluidos dentro de un esquema preexistente para ser comprendi- bración de la objetividad y el compronuso pertinaz de un .hec~lO
dos. Lo inmanente, el instante, el hecho, constituían una realidad tan promínentc hace un siglo, todo en nombre de la Clencla,
en sí misma y de sí misma, Los hechos eran más verosímiles ,era apaso una preparación inconsciente de la era presente de
que el sistema o, mejor aún, el conjunto lógico de hechos se sulljetMdad radical?
transformó en sistema; en el siglo XVIII, el orden de la Naturaleza Si el impacto dei capitalismo industrial iba a desgasta~ el
en el cual los fenómenos ocupaban un lugar pera en el que la sentido de la vida pública como una esfera moralmente legítírna,
Naturaleza trascendía a los fenômenos fue, en consecuencia, aban- el impacto de la nueva secularidad desgasta~ía esta esf~ra por
donado. Esta nueva medida de aquello que podia servir Como un carnino contrario, planteando a la humarudad el ~0rJ.SU?D de
elemento para la creencia rigió la psicología tanto como lo hizo que 1'10 puede excluirse a priori dei domínio de la VIda pnvada
con el estudio de los objetos físicos. En 1870 parecfa plausible de una ~na nada que produzca sensacíõn, perpl~jidad. o
estudiar «una emoción» como poseedora de un significado auto- simple arcncíõe, o ser despojado de alguna ~dad PSICOlógica
suficiente, si uno era capaz de descubrir todas las circunstancias importante a descubrir. Sin embargo, e~ capitalismo ~ el secula-
concretas en las que aparecfa «la emoción» y aquellos signos rismo en forma conjunta aún proveen solo una V1SIOh íncompleta
tangibles a través de los cuales la emoción se hacía manifiesta. de aquellos agentes del desorden que trabajaban en el domínio
Por lo tanto, no podían excluirse a priori como irrelevantes oi público o aI menos una visión distorsionada. Ya que la suma
los signos ni las circunstancias. En un mundo donde la inma- de est~s dos fuerzas habría producido un complet? desast;e
nencia constituye el principio de 'ccnocfmlento secular, todo im- social y cognitivo. Todos los habituales clisés catastróficos, alie-
porta porque todo podría importar. nación disociación, etcétera, tendrían que ser echados a rodar.
Esta reestructuración del código deI conocimiento secular tuvo Realm~te si en este punto se detuviera la historia acerca de
un efecto radical sobre la vida pública. Significó que las apa- cómo fue 'hecha pedazos una dimensió.n pública,. podríamos es-
riencias en público, no importa cuán mistificadas, todavia debían perar que se hubiesen producido catachsmos maSlVOS, torment?-s
ser tomadas con seriedad, porque podían representar indicios de pol1ticas y furores igualmente apasionados entre 1::" ~urguesla,
la persona oculta tras Ia máscara. Cualquier apariencia que tu- aunque diferentes en esencia a aquellos que los soclahst.as espe-
viese una persona era real, en alguna medida, porque era tangi- raban que apareciesen entre el proletariado urbano deI síglo XIX.
ble; además, si esa apariencia era un misterio, razón de más La misma expansíén de una cultura urbana establecida en el
para tomarla seriamente: (sobre qué fundamentos, a priori, podía mundo de estas nuevas fuerzas econômicas e ídeolõgicas ~
uno olvidarlo o discriminarIo? Cuando una sociedad se dedica compensó y mantuvo cierta aparíencía de orden durant;e al~
al principio de las cosas que tienen un significado en si mísmas, tiempo en medio de emociones muy dolorosas y contradictonas.

32 33
Los historiadores estlmulan la ceguera sobre esta herencia. Cuan- hombres, incluso con su marido presente, hubiese causado una
do e1los se refíeren a una revolución como si fuese una «divisaria sensaci6n pública, mientras que el hecho d~ que un .h?~?re bl:lr-
de aguas», o al surgimiento dei capítalismo industrial como a gués comiera fuera de su casa con una mujer de condíción SOCIal
una «revo!ución», sugieren a menudo a la imagina.ci6n de los más baja era tácita pera estudiadamente evitado como te!Ua de
lectores que previamente existia una socíedad, que durante la conversaci6n entre cualesquiera de aquellos allegados a el. Por
revolución la sociedad se detuvo, y que luego una nueva sociedad esta misma raz6n en la época vietoriana las relaciones extrama-
cobróforma. Ésta constituye una concepción de la historia hu- ritales de los ho~bres se desarrollaban más públicamente de lo
mana basada en el ciclo vital de Ia polilla, Lamentablemente, en que en retrospectiva se pudiese imaginar, porque ocurrían e~
ningún lugar la teoría de la crisálida de la historia humana ha un espacio social que continuaba estan~o mu~ Iejos de la famí-
prevalecido eon peor efecto que en el estudio de la ciudad, Frases lia; ellos estaban «fuera».. en una especíe.de.Jímbo.mara]. . .
tales como «la revolución urbana industrial» y «la metrópolis ca- Por otra parte, a mediados del siglo pasado, la experiencia
pitalista» (empleadas por escritores de concepciones políticas obtenida en compaflía de extraâos vino a representar una cues-
opuestas) sugieren que antes del sigla XIX la ciudad era una cosa 'ti6n de urgente necesidad en la formación de la personalidad.
y después que el capitalismo o el modernismo hicieran su tra- Las fuerzas personales podían no llegar a desarrollarse si uno
bajo totalmente otra. El error es mayor que aquel que se refiere no se exponía al contacto con los extraãos: uno podia. s~r de-
al fracaso en ver c6mo un estilo de vida empana a otro; es el masiado inexperto, demasiado ingenuo, como para sobrev~vlr. En
fracaso de no comprender tanto la realidad de la supervivencia los manuales de crianza de las triaturas y en las cartillas de
cultural como los problemas que este legado, como cualquier he- lectura para ninas en los anos 1870 o 1888, encontramos ~a Y
rencia, crea en una nueva generaci6n. otra vez los temas contradictorios de evitación de 1m peligros
La burguesía continuó creyendo que las gentes experimenta- mundanos en compafiía de extrafios y la orden de aprender tan
ban «en públicos' sensaciones y relaciones humanas que no po- concienzudamente los peligros del mundo, que uno se vuelve lo
dían experimentarse en ningún otro ambiente o contexto social. bastante fuerte para reconocer estas tentaciones ocultas. Bn el
El legado de la ciudad del ancien régime se vinculó de otro ancien régime la experiencia púbücase conect6 con la f0n:na--
modo a los impulsos de privatizaci6n del capitalismo industrial. ción cflo1 ordeu social; en el siglo pasado, la experiencia pdbllCa
-En público significaba allí donde se producía y era tolerada la llegó a conectarse con la formación de la personalidad. La ex-
violaci6n moral; en público uno podía quebrar las leyes de la res- períencía mundana como una obligaci6n para el autodesarrollo
petabilidad. Si lo privado era un refugio contra los terrores de la apareció en los grandes monumentos de la cu1tut:a del siglo
ciudad como totalidad, un refugio creado por media de la idea- pasado, como así también en sus códigos de creen?a ~s cotí-
lizaci6n de la família, uno podia escapar de las cargas de este dianos: el tema se trata en la obra de Balzac Las ilusiones per-
ideal merced a una experiencia especial, uno pasaba entre los /lidas 'en Souvenirs de Tocqueville y en los trabajos de los dar-
extraíí.os o, 10 que era más importante, entre personas decididas winistas socíales, Este tema penetrante, doloroso, irracional, fue
a permanecer como extrafias entre sí. el resultado de la conjunción de una creencia sobreviviente en el
Lo público, como un domínio inmoral, significaba algo bas- valor de la experiencia pública con el nuevo credo secular r~fe­
tante diferente para hombres y mujeres. Para las mujeres re- rido a que todas las experiencias ' de~en tener. un v~lor equrva-
presentaba un lugar donde se corria el riesgo de perder la virtud, lente porque todas disponen de una ímportancía equivalente po-
de ensucíarse, de ser arrastrada hacia «un turbulento e impetuoso tencial en la formaci6n del ser.
remolíno» (Thackeray). !;,Q,público y la idea de desgracia estaban Finalmente, necesitamos preguntar quê indicias tenemos en la
estrechamente conectados. Para un hombre burgués, 10 público te-- el})eriencia ordiriaria de la época actual acerca de las Itransfor-
ma un tono moral" diferente. Saliendo en público, o «perdiéndose aaciones que se produjeron en el sigla pasado. lOe que manera
en el público» según la frase acufiada en el lenguaje habitual de domínan nuestras vidas fuerzas aparentemente abstractas como
hace un siglo, un hombre era capaz de despojarse de esos represi- privatizaci6n, fetichismo del artículo de consumo ~ secu~arismo?
vos y autoritarios caracteres de respetabilidad que se suponían Cuatro de estas conexiones con el pasado pueden discernirse den-
estaban encarnados en su persona, como padre y marido, en el ám- tro deI domínio de las creencias corrientes sobre la personalidad.
bito del hogar. Por 10 tanto, para los hombres, la inmoralidad de
la vida pública estaba unida a una tendencia a concebir la ínmo-
ralidad como una regi6n de libertad más que de simple desgracía,
como ocurría con las mujeres. Por ejemplo, en los restaurantes deI
sigla XIX, una mujer sola, respetable, comiendo con un grupo de

34 35
El pasado en el presente .istir en: «(Ilvidaos acerca de rol vida privada; todo lo que voso-
tros necesitáis saber con respecto a mí es cuán buen legJ.~I~dor
En la actualídad, en el lenguaje corriente, la gente habla de o ejecutivo soy y quê acción intento llevar a cabo.en el míníste-
hacer algo «inconscientemente» o de cometer un lapsus «íncons- rio.» En cambio, nos excitamos cuando un presidente francés
ciente» que revela sus verdaderos sentimientos a alguna otra conservador cena con una familia de la clase. obrera, ~un cu~do
persona, No importa que su empleo sea vacío enun sentido haya aumentado los impuestos sobre los. [ornales índustriales
estrictamente psicoanalítico. Lo que, este lenguajereveía es una pocos días antes, o creemos que un pre~ldente norteamericano
creencia en la revelación involuntaria de la emoeión y esa creen- es más «autêntico» y confiable que su infort~o predece~or
ela adquirió forma en el sigla pasado cuando se desequilibró Ia porque prepara su propio desayuno, Esta eeredíbílidad» política
~deración de la vida. pública y la vida privada. A últimos dei representa la sobreimposición de la inIaginación privada sobre
siglo pasado, la nocíon de la revelación involuntaria de los esta- la pública y nuevamente surge eu el sigla pasado como resultado
dos deI carácter se evidenció más claramente en Ia floreciente de las confusiones ideológicas y de conducta entre estas dos
práctica de la Irenclogía -Ia lectura del caracter a través de la domínios.
forma física de Ia cabeza- y de Ias mediciones de Bertillon en La inIaginaclón psicológica, como ya se ha sefialado, fue so-
criminología, merced a. Ias cuales los psicólogos intentaron íden- breimpuesta sobre las cosas para su venta en públic~. La .mísma
t~~ar a los futuros criminales según el cráneo y otros rasgos clase de proceso comeJ.?-zó con la ,conducta ~e los políticos frent~
fISICOS. En. ambas, aquello que una persona es psicológicamente a las multitudes callejeras, manifestada VIvamente por vez pn-
fue concebido para ser mostrado tanto física como involuntaria- mera durante las revoluciones que tuvieron lugar en 1848. Cuando
mente; Ia personalidad es un estado que no se encuentra sujeto la gente observaba a alguien que actuaba en público, lo que
a una formación dirigida, segura. En concepciones más refinadas, percíbía eran sus intenciones, su caracter, de modo que la verdad
como las de Darwin, los estados emocionales transitorios también () lo que él decía parecia depender de la clase ?e. perso~a que
eran vistos como revelaciones involuntarias; por cierto, gran 61 fuese. Si Ia persona a quien se observaba en pubhco ba]o esos
parte de las primeras investigaciones psicoanalíticas se basaban términos era un político, esta sobreimposición tema un efecto
en un principio derivado de Darwin: especialmente que el pro- profundamente antiideológico, en el sentido má~ puro de I~ pa-
ceso prímario podía ser estudiado en los adultos porque escapa- labra. i.Cómo puede la visión de los males so.cIales o la VlSl?D
ba ai c(.mt~1 y voluntad de ,éstos. A un nivel más amplio, en la de una sociedad mejor significar algo en si rrusma y de sí mIS-
época victonana la gente creia que sus vestimentas y su lenguaje 'IIl8. Y motivar una acción sostenida si su credibilidad depende
revelaban su personalidad; temian que estos signos estuvíesen deI modo en que una audiencia simpatiza en un momento deter-
ll\ualmente;nAs allá. de su poder de moldearlos, pero que en cam- 1Ilinado con el carácter deI hombre que defiende la causa? Eu
blo se hanan manifiestos a los otros en involuntarias bromas estas condiciones, el sistema de expresión pública se transformá
dei Ienguaje, gestos corporales o incluso por la manera de ador- en un sistema de representación personal: una figu~~ pública
narse, muestra a otros lo que síente, yes esta representacícn de su
El resultado fue que Ia línea entre el sentimiento privado y sentimiento lo que produce la confíanza. Esta sobreimposición
su exhíbición pública pudo ser borrada más allá dei poder vo- de lo privado sobre-lo.. púbJjçs> tuvo una atracción particular-
Iuntarío por. regularia. EI Iímite entre público y privado ya no mente fuerte entre Ias audiencias burguesas, pero solo en la me-
era el trabajo de ~na mano humana resuelta; en consecuencía, dida en que logró que otros situados más abajo en la escala
aun cuando Ia realídad separada del domínio público permaneció social basaran su confianza en los términos de aquélla, pudo
verosímil, su gobiemo ya no presentaba las características de darse la dominación de clase a través de la ímposición
un acto social. Aquello que en la actualidad es denominado erro- de los cánones burgueses de «respeto» por una personalidad
~eamente como conducta «inconsciente» fue anunciado por estas autentíca, Bn resumen, Ias ideas actuales acerca de la. «a u te1?'ti-
ídeas acerca de Ia revelación involuntaria del carácter en pü- cidad» en público tienen sus raíees en un arma antü.deo~
blico, que comenzô a ser utilizada en la Incha de clases en el siglo
El segundo indicio de la crisis del sigla XIX se encuentra en pasado .
el lenguaje político corriente de nuestros días. Probablemente La tercera relación íncluye a los mecamsmo~ de defe!1sa que
describamos como líder «confiable», «carismático» o «creíblc» a la pnte utilizó hace cien afies contra su propia cree~cIa €7.n. la
alguien que puede hacer llamamientos a grupos cuyos intereses reve1ación involuntaria del carâcter y contra la. sobreimposición
están unidos a sus propias conviccíones, distrito electoral o ideo- de la imaginación pública y privada. Por medío de uno cammo
logia. En la política moderna sería suicida para un líder el ín- accidental. estas defensas vinieron a estimular al púbhco para

36 37
que elevara a los ejecutantes artísticos a la categoria especial de fundamentales. EI silenl;iQ en público pasó a ser el único camino
figuras públicas que actualmente disfrutan. iJ!If1Çcid fi'W.. UDO POdia. experimentar la vida pública, especialmente
Si uno no puede evitar demostrar lo que siente, y si la verdad ' . vida de la caJJe sin sentírse abrumado. En la mitad deI si-
de cualquier emoción, afirmacíón o argumento en público de- glo XIX se desarroIló en Parísy en Londres, y desde aIlí en otras
pende deI carácter de la persona que habla, lcómo pueden evitar capitales occidentales, un modelo de conducta diferente de aquel
las gentes el ser examinadas? La única defensa segura es la de que se conociera un siglo antes en dichas ciudades, o deI que se
tratar de impedir el sentimiento, no tener ningún sentimiento conoce actualmente en la mayor parte del mundo no occidental.
que mostrar. Actualmente, la represíón de la sociedad victoriana Se desarroIló la noción de que los extrafios no tenían derecho
es. condenada como una mezcIa de esnobismo social y temor a hablarse entre elIos, de que cada hombre poseía un escudo
sexual: Pero detrás de estas motivaciones había algo, si no más invisible como un derecho público, un derecho a que le dejasen
atractívo aI menos más comprensible. En un medio donde la solo. La conducta pública fue materia de observación, de parti-
sensación y el sentimiento, una vez producidos, están concebi- cipación pasiva, de cierta clase de voyeurismo. La «gastronomia_
dos para ser exhibidos más aliá dei poder de la voluntad de dei ajo» la llamó Balzac; uno está abierto a cualquier cosa, no
ocultarlos, la retirada deI sentimiento es el único medio de man- rechaza a priori nada que esté a su alcance, estando satisfecho
tener alguna medida de invulnerabilidad. Por ejemplo, las gentes uno no necesita volverse un participante, cogido en un escenario.
trataban de ocultar sus caracteres a otras personas usando lo Este muro invisible deI silencio como un derecho significaba
menos posíble joyas, encajes o pasamanería inusual, de modo que el conocimiento en público era una cuestión de observación
de no lIamar la atención; ésta fue una de las razones de por de escenas, de otros hombres y mujeres, de locales. RI conocí-
qué sólo unas pocas matrices para máquinas de coser eran po- miento ya no se produciría por el intercambio social.
pulares en la época, aunque técnicamente una variedad de mo- La paradoja de visibilidad y aislarníento, que obsesionó tanto
delos podrfan haber sido fácilmente empleados en las mismas a la vida pública moderna, se originó en el derecho al silencio en
máquinas. público que tomó forma en el siglo pasado, RI aislami~nto ~n me-
. ;4-1 mismo tiempo q~e la gente buscaba aparecer tan desaper- dia de la visibilidad de los otros fue una consecuencia lógica de
cibida como fuese posible, comenzó a exigir que en el teatro las la insistencia en el derecho propio a permanecer mudo cuando
v~s.timentas .indicaran exacta.mente los caracteres, historias y po- uno se aventuraba en este dominio caótico y, sin embargo, to-
siciones socíales deI dramatis personae. En las piezas históricas davía magnético.
ejecutadas a mediados de siglo, los actores debían representar Hablar dei legado de la crisis de la vida pública dei siglo XIX
exactamente aquelIo que se suponía lucían un príncipe dínamar- es hablar de grandes fuerzas tales como el capitalismo y el se-
qués o un emperador romano; en el melodrama, el vestuario y cularismo, por un lado, y aquelIas otras fuerzas referidas a las
los gestos en el escenario se volvieron tan estilizados que ai ob- cuatro condiciones psicológicas, por el otro: la revelación invo-
servar a un hombre que entraba a escena con pasos rápidos y luntaria deI carácter, Ia sobreimposición de Ia imaginación pú-
afectados, uno pcdía decir ínstantáneamente que se trataba deI blica y privada, la defensa a 1ravés de la retirada, y el silencio.
vilIano antes de que hubiera dicho una sola palabra. Más general- Las obsesiones eon la personalidad son intentos de solucionar-
mente, en un arte de representacíón, a diferencia de la vida, por 5U negación estos acertijos dei siglo pasado. La intimidad
uno debía mostrarse como una persona fuertemente afirmada es un intento de resolver el problema público negando que el
personaImente dominante. RI actor y el músico aparecieron en l~ publico existe. Como ocurre con cualquier negación, ésta s610 ha
[erarquía social mucho más alIá dei nivel de servilismo que ha- conseguido que los aspectos más destructivos dei pasado estén
bían ocupado durante el ancien régime. EI ascenso social deI más firmemente atrincherados. EI siglo XIX aún no ha terminado.
ejecutante estaba basado en la manifestación de una personalidad
excitante, enérgica, moralmente sospechosa totalmente contraria
aI estilo de la vida burguesa corriente en la cual uno trataba
de evitar ser descubierto como persona por medio de la supresión
de los sentimientos.
En esta sociedad en camino de volverse íntima donde eI
caracter se expresaba más alIá del control de la v~Iuntad lo
privado estaba sobreimpuesto a lo público, Ia paralización'dei
sentímíento era la defensa para evitar ser descubierto por los
demás, la conducta personal en público se alteró en sus términos
38 39
11. Roles

La cambiante importancia entre la vida pública y privada ha


concitado la atención de muchos escritores en la sociedad mo-
derna, y también les ha confundido. Esta confusión ha sido de
dos clases.
El tópico es tan vasto que es difícil darle forma. Las conse-
cuencias implicadas sou tan diversas como lo es el desgaste deI
espada público en las ciudades, la conversación dei discurso po-
lítico en términos psicológicos, la elevación de artistas ejecu-
tantes a una categoria especial como personalidades públicas y
la designaci6n de la propia impersonalidad como un mal moral.
'Comeparte del mismo problema, se hace difícil discriminar qué
clase de experiencia específica, qué cIase de -edatos» están rela-
cionados con el tema general. El sentido común sugiere, por ejem-
plo, que la substitución por estancias suburbanas de lascalles
y plazas de la ciudad como centros sociaIes podría haber tenido
relación con una creciente absorción en problemas deI vo, Pero
l cuâl es el sentido exacto de dicha conexión, y cuáles son sus
ramificaciones?
La segunda dificultad es más evasiva. A causa de toda la ge-
neraIidad de estas temas, los escritores que los asumen parecen
estar escribiendo sobre otro tema o aI menos intentan hacerlo
embebidos en la idea del desgaste del dominio público, pera que
no aparece en forma inmediata como evidente en dichos térmi-
nos deI discurso. Ese problema reside en los términos sociales
en los cuales los seres humanos son expresivos. i:Qué condicio-
nes sociales estimulan a las gentes a exhibir sus sentimientos a
los demás de manera tal que se produzca aIguna respuesta affn,
alguna clase de despertar? lBajo quê condiciones conectan los
seres humanos sus poderes creativos para volver expresiva la
experiencia ordinária? Estas lnterrçgantes constituyen modos de
preguntar cuándo, si acaso alguna I vez, apeló el ser humano na-
turalmente y sin agitación a las energías que hoy parecen aisIa-
das en los muy especiales cotos del Arte. Muchas de las obras
contemporáneas sobre Ia obsesión de la sociedad con el yo pro-
claman eI hecho de que esta obsesión impide que las personas
sean expresivas entre ellas, de que somos artistas que carece-
mos de un arte. Pero (cuál es eI arte erosionado .por las obsesio-
nes íntimas?
Existe una relación entre el problema deI método y el pro-
blenra de la expresión abortada. La capacidad que se malgasta

41
en la autoabsorci6n es aquella que se refiere a la actuación; 110 que~~ siente en privado; por autenticidad quiere significar
para ser exitosa, la actuacíón requiere una audiencia de extraüos, IãêXposlción directa a otra persona de nuestros propios intentos
pero es insignificante o incluso destructiva cuando se desarrolla de sentir. Los modos de autenticidad anulan las diferencias entre
entre los íntimos. La actuación en términos de maneras, conven- público y privado. La humanidad podría consistir en ocultarle a
ciones y gestos rituales representa la verdadera materia prima una persona los sentimientos agresivos que se experimentan
que da forma a las relaciones públicas, y de la cual las relacio- hacia ella: el disfraz y la autorrepresión pueden ser moralmente
nes públicas' dérivan sus significados emociófiáles, Cuanto más expresivos: estas ideas pierden su significado bajo la égida de
corroen las condiciones sociales el foro público, más se encuen- la autenticidad. En cambio, la autorrevelaci6n se transforma en
tran las gentes rutinariamente inhibídas de ejercer su capacidad una medida universal de credibilidad y verdad, pero i qué es lo
de actuar. Los miembros de una sociedad íntima se transforman que se descubre en la revelación de uno mismo a otra persona?
en artistas privados de un arte. Estos modos de Ia actuaci6n son En este punto Trilling lIega a una ídea que hemos expresado
los «roles». Por lo tanto, un método para que el cambio entre en el concepto psicológico de «narcisismo» a través de un aná-
.10 público y lo privado en la cultura moderna adquiriese sentido lisis de textos literarios, sobre todo merced á una crítica a Sartre.
sería el de investigar los cambias históricos en estos «roles» Cuanto más se concentra una persona en un sentimiento autén-
públicos. Ese es el método de este libra. tico, más que sobre el contenido objetivo de aquelIo que síente,
Debido a que actualmente el análisis social se conduce en más se transforma la subjetividad en un fin en sí mismo y
una Babel de idiomas, podría resultar provechoso comenzar acla- menos expresiva puede lIegar a ser. Bajo condiciones de auto-
rando algunas de las ideas utilizadas habitualmente para descri- absorción, los descubrimientos momentâneos dei yo se vuelven
bir el desequilibrio de los reclamos psicológicos y sociales en la amorfos. «Miradme sentir» es un narcisismo obvio, pera Trilling
cultura moderna. Aquellos que se han consagrado directamente ha notado que la fórmula menos obvia, «sólo puedo mostraros
a este problema se ubican en dos campos bastante diferentes. mis intentos por sentir», es inseparable del mismo impulso.
En uno se encuentran los escritores que están interesados en La comprensi6n evidenciada por David Riesman acerca de
la condición moral de una sociedad desistiendo de la visión psi- las consecuencias implicadas en este cambio hist6rico represen-
cológica; en el otro se encuentran aquellos que buscan explicar ta la misma ínclínacíón que animaba a Lionol Trtlling, aunque
los orígenes históricos de dicho cambio empleando la termino- la argumentaci6n de Riesman en La muchedumbre solitaria ten-
Iogía de la tradición marxista-, día a un objetivo opuesto. Desde entonces Riesman se ha mo-
Los moralistas han sido quienes se han mostrado más inte- vido hacia la posición que sustentara TrilIing en su trabajo
resados en Ias cuestiones de Ia expresión humana que surgieron menos conocido, pero igualmente importante, acerca de la s.o-
merced a este desequilibrio histórico; sus intereses, sin embargo, ciología de la educación. La generación norteamericana que creció
no se refieren tanto a una teoría de las potencialidades creativas con La muchedumbre solitaria era propensa a interpretar mal
de una sociedad dada, sino más bien a la paradoja específica- las intenciones dei autor. Pensaron que Ríesman estaba crrtican-
mente moderna de que cuando las personas están interesadas en do la tendencia de la sociedad norteamericana a reemplazar la
la expresión de sus propios sentimientos, no son personas muy cultura protestante de dirección interna y necesidad privada por
éxpresivas. Esta paradoja anima trabajos tales como T1l'ê Lan- otra cultura en la cual las gentes exigieran una mayor apertura
gua'ge Df Authenticity deI sociólogo alemán Theodor Adorno, los hacia las necesidades y deseos de los demás. En efecto, a pesar
ataques a la subjetividad-como-verdad conducidos por algunos de todas sus dificultades Riesman pens6 que esta díreccíón-hacia-
psicoanalistas franceses s. en forma más reciente y más podero- el otro configuraba un cambio positivo en la vida norteamericana
sa, los últimos escritos de Lional 'I'rilling. y en la sociedad europea si ésta seguia el mismo camino. La
AI final de su vida, Trilling estaba comenzando a escribir mala interpretación de los valores que sustentaba Riesman fue
acerca de Ia creencia eu un yo «ilimitado» eu la cultura mo- una consecuencia lógica de la cultura en la que vivía su público,
derna. En el primero de estos estudios, Sincerity and Authenticity, ya que esa generacíõn estaba dominada por el deseo d: utili~r
Trillingjse mostraba interesado por sefialar los términos ,en los la vida psicológica como un escape de un mundo SOCIal vacio
cuales la autorrevelación no representa un acto de expresiórn Su y como un reproche al mismo. La repulsa y las subsiguientes re-
ínvestígacíén cstaba dirigida específicamente a comprender un beliones de aquellos elementos pertenecientes a la generación de
cambio en el idioma que corporizaba esta verdad, un cambio del los sesenta que evidenciaban el mismo interés en «ponerse de
idioma de la sinceridad personal empleado antes dei siglo XIX a acuerdo» antes de actuar, no constituían desafío alguno para la
un idioma de autenticidad individual utilizado posteriormente. cultura dominante, sino que en efecto la intensificación íncons-
Por sinceridad Trilling significa la exposición en público, de aque- ciente del .desequilfbr'io entre un dominio público vacío y un
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dominio íntimo se sobrecargó de tareas que no pudieron llevar Pocos de aquellos que actualmente escriben según la tradi-
a cabo. cíõn de Tocqueville aceptan su base genética, la çreencia de
La importancia de Ia obra de Riesman Se hace manifiesta no que estos males psíquicos son el resultado de una sociedad de
símplemente en el hecho de su mala interpretación. Tampoco se ígualdad de condiciones. Ni en la obra de Trilling oi eo Ia
trata de que el propio Riesman malinterpretara un modelo de de Riesman existe la creencia de, que la igualdad «cause» la
movirniento histórico, ya que en efecto ha habido un movimiento .visión íntima. Pera si no es la igualdad, lqué es entonces? Esta
desde algo parecido a su socíedad de dirección externa hacia una es la dificultad que enfrenta esta escuela en los tiempos mo-
sociedad de dirección interna. EI logro de Riesman fue el de dernos como consecuencia de toda Ia complejidad de su insight
cr~a~ un lenguaje socio-psi~ológico para este problema general y moral y su interés humano por el ahogo expresivo creado por
múltiple, Por otra parte, Ríesman fue el primero en mostrar' por la intimidado
qué aquellos que se muestran interesados en la sobrecarga de La segunda aproximación moderna a los problemas, de la
la vida íntima, cuando ésta afecta el poder expresivo de las vida íntima ha estado ciertamente interesada en estas causas
gentes obsesíonadas con el1as rnismas, pertenecen a una tradi- y mucho menos interesada en el emergente moral y las com-
ción especial dei pensamiento social. Esta es la tradición esta- plejidades psicológicas. Esta aproximación está encarnada en
blecida en el siglo XIX por los trabajos de Alexis de Tocqueville. e1 trabajo realizado por los miembros dei Instituto para la
En sus obras TocquevilIe inicia esta crítica modernaen un Investigación Social (la «Bscuela de Frankfurt») después de
punto específico, en el segundo volumen de Democracia en Amé- la Segunda Guerra Mundial. En los días de la preguerra los
rica, publicado cinco afias después que el primero. EI primer miembros de la escuela, fundamentalmente Theodor Adorno, in-
volumen veía.a los peligros de la democracia, que eran equipa- tentaron un análisis a gran escala dei concepto de autenticidad
rados con la igualdad, basados en la supresión de los descarría- deI sentimiento, tanto a nivel de la experiencia cotidiana como
dos y los - dísídentes por obra de la mayoría gobernanté" En el en términos de nociones más filosóficas tales como las susten-
s:gundo volumen de Tocqueville el énfasis se apoya en las con- tadas por Hegel. Después de la guerra, miernbros más jóvenes
dícícnes de. Ia vida cotidiana en un estado de igualdad, antes que como Jurgen Habermas y HeImut Plessner afrontaron este tra-
en la política, y ahora el peligro de la supresíón de los desca- bajo en función de un cambio en el significado de «público» y
rriados .es reemplazado por un peligro más complejo y matizado. «privado». Habermas realizó estudios de encuestas de opinión
Los pehgros se encuentran ahora entre, lamasa de ciudadanos para deducir lo que las gentes pensaban acerca de la dimensión
más que entre sus enemigos. Puesto que bajo una escabrosa pública de la vida social. Plessner vinculó los mutables pesos
ígualdad de condiciones, sostenía Tocquevllle, las intimidades entre público y privado con cambias en el carácter de la cíu-
de l~ vida se volverían cada vez más importantes. EI público dado Esta generación más joven se apartó de algunas de las
estaria compuesto por gentes como uno, se podrían confiar los profundidades psicológicas de Adorno y Max Horkheimer hacia
asuntos públicos a burócratas y funcionarios de estado quienes una postura más «econômica», en tanto la economía sea en-
buscarían los intereses comunes (es decir, iguales). Los atractí- tendida en 'el amplio sentido de producción de los medios de
vos beneficios de la vida se volverían entonces cada vez más vida. AI hacerlo así, ellos retransmitieron nociones desarrolladas
psicológicos en su carácter y así también los ciudadanos, con- por Marx acerca de Ia «privatización» en la ideología burguesa,
fiand? en el e~tado, abandonarían su interés por aquello que o sea, acerca de la tendencia compensatoria en el capitalismo
estuvíese ocurriendo fuera dei dominio privado. l Cuál sería el moderno para que aquellas personas que trabajan en sttuacío-
resultado? I~ nes impersonales de mercado puedan exhibir aquellos sentimien-
TocquevilIe lo veía como una constricción de dos aspectos. tos, que no pueden exhibir en su trabajo, en el domínio de
EI grado de riesgo emocional en el que los hombres desearan la familia y en la crianza de los nífios,
comprometerse crecería cada vez menos. Los hombres se mos- El resultado de elIo fue un gran refinamiento de la termi-
trarían permanentemente ambiciosos aunque no conservarían nología de «prívatlzación», pera estos escritores, especialmente
grandes pasiones, y mucho menos las expresarfan, porque la Plessner, pagaron un precio muy alto por ello. A medida ,que
pasíón ~men~aría la estabilidad de la vida privada. Segundo, se adentraron eo la ortodoxia marxista, los males resultantes
Ias gratificacíones deI yo se volverían cada vez más difíciles por ellos descritos se volvieron cada vez más unidimensionales:
puesto que, sostenía TocquevilIe, cualquier relaci6n emocional el hombre se transformo en una criatura suficiente y alienada
puede ser significativa solamente cuando se la percibe como eu manos de un sistema horrible, un sistema internalizado en
parte de una trama de relaciones socíales más que como el «50- sus propios sentimientos, en vez de una criatura cuyas propias
litario fin Inexpresívo» dei individualismo. tendencias hacia la autodestrucción y el fracaso expresivo fue-
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~en fórtalecidJLOS -P.9.r......wl-. .slstema destructivo. Apareció un Iengua- ciones sobre la propiedad. No obstante, se encuentra habitual-
JC de pura "CIêlImización.i Eu tanto una víctima pura es un mente omitido en dichos catálogoa el hecho de que los roles no
recepto~ paSIVO de los soplos deI destino, se perdieron todas las son s610 pantomimas o gestos a través de los cuales 'las' gentes
c~:n:npl~J}dades. de la victimización real y especialmente la par. exhiben mecánicamente los signos emocionales correctos en! el
tícípación actíva eu la propia degradación que fuera percibida momento y lugar apropiados. Los roles implícan también códi-
por escritores de Ia escuela de Tocqueville. . gos de creencia, en qué medida y en qué términos las gentes
Cada una de es~as escuelas JJosee una fuerza de Ia que la toman seriamente sus propías conductas, la conducta de los
?tr~ carece. La p!lmera presenta un poder descríptívo y un demás y las .situaciones en las que se encuentran comprometi-
insíght .de los fenômenos de la vísión íntima; la segunda pre- dos. Más allá de toda la cataloguización de cómo se comportan
senta un. len~a~~ refinado, aunque reducido al tópico' marxista las gentes, existe la cuestión de qué valor colocan sobre la con·
de la pnvatl~aClOn, sobre la forma en que se producen estas ducta en «situación específica». Conducta y códigos de creencia,
fenômenos. SIn embargo, Ia primera escuela ha sido armoníza, en fama conjunta, constituyen un rol y es esto exactamente
da eon el hecho de que detrás del principio de autoabsorcion lo que vuelve tan difícil el estudio histórico de los roles. Puesto
s~ encuentra un pr'incipjn más fundamental. Los miembros de que en algunas oportunidades, las nuevas pautas de conducta
dicha escuela consld.eran que el potencial expresivo de los seres continuarán siendo interpretadas mediante viejos códigos de creen-
humanos puede estímularse por un grupo de condiciones so- cia, aIgunas veces la misma c1ase de conducta continuará vi-
cíales y también que estas condiciones pueden reforzar los im gente aún cuando las gentes arriben a nuevas definiciones acer-
pulsos autodestructivos de Ia propia persona. La generaci6n j; ca de suo significado.
ven de la Escuela de Frankfurt ensordeció gradualmente frente En "los roles están implicados tipos esenciales de creencias.:
a este problema oculto, mientras los males de la sociedad mo- Esta circunstancía puede percibirse a través de la diferencia-
terna se pl~sma~an en todos aquelIos clisés catastróficos fami- ción de esa creencía con respecto a dos palabras conexas: «ideo-
lares de alienación, despersonalización y similares. logia» y «valor». La creencia puede separarse de la ideologia de
P:ua superar estas problemas, por ser ambos históricos una maneraingenua. La afirmación «los trabajadores son opri-
s~nslbles ~ las complejidades deI resultado histórico, se nec~ midos por el sistema» es una sentencia ideológica. Dicha afirma-
SIta. un met?do y una teoría aI misrnc tíempo. Los científicos ción 'ideológica es una fórmula de conocimiento, lógico o ilógico,
,soclales mahnterpretan con frecuencia a los otros y a ' , para un determinado grupo de condiciones sociales, ~.j4~
m ibi d ' SI IDIS~
o~, escn ien o como si un método fuese un media neutro log!a se. transforma en .creencia en el momento en que se vuelve
hacía un fin, de manera que el científico «aplica» una teoría a conscientemente implicada en la conducta de la persona que
un problema. AI estudlar el desgaste de los roles públicos es- lá sustenta. ta ideología se confunde a menudo con la creencia
t~mos adoptando un modo de indagación, el cual a su vez cons- i porque el conocimiento es confundido con la creencia. «Te amo»
utuye una teoria acerca de nuestro tema, especialmente en el es, corno fragmento .del lenguaje, una expresión cognitiva cohe:-
sent~do de que el tema contiene más de lo que se puede ver rente; si es o no verosímil depende de otros factores que SI
contíene el problema oculto de Ias condiciones .bajo las cuales se tratara de una oración completa, si es expresada por una
los seres humanos son capaces de expresarse violentamente en- persona a otra en un momento apropiado, etcétera. I
tre ellos,
G:ran...l2-:õlrte.de la opinión que las gentes sustentan acerca de
la , vida s.oci~l1 nunca alcanza o influencia vigorosamente a sus
Roles conductas. Con frecuencia se descubre una ideología de este
t!p() pasívo en las encuestas de opínión pública modernas; las
gentes le cuentan ai encuestador lo que píensan acerca de la
. General~ente un «rol» se define como una conducta apro- negligencia urbana o de la inferioridad de los negros, el encues-
p~g:a a crer-tas situaciones, pero no a otras. EI Ilanto "-en sí tador piensa que ha llegado a una verdad sobre sus sentimien-
mrsmo no es una condueta que pueda ser descrita COmo un tos .porque estas opiniones pueden ser relacionadas racíonalmen-
«ro!»,. pero el Ilanto en un funeral es una conducta que sí puede te con el rango social del informante, su educación, etcétera, y
descnblrs e. co~o tal, ya que es esperada, apropiada, específica luego las gentes comprometen su comportamiento de un modo
~a~ esa situación. Gran parte dei estudío de los roles ha cons- diametralmente opuesto a aquel que le han referido ai encues-
titU1~o un ca.tálog.o de la clase de conducta apropiada para de- tador, Un ejemplo gráfico de esta situación tuvo lugar en los
termmad~s sItuaclOnes y las teorías corrientes de los roles en Estados Unidos a principios de la década de 1970: los bur6cra-
la actuahdad se refieren al modo en que la sociedad crea defini- tas sindicales condenaban vigorosamente a aquellos que protes-
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t~ban contra la guerra de Vietnam por considerarlos eantipatrfó- la visron de Platón en las Leves; la sociedad como uno t~t~o
tICOS» y, ai mismo tiempo, ejercían una presión concreta sobre fue el lema deI Satiricón de Petronio. En tiempos deI Cr-iatiants-
el gobierno para que diera fin a la guerra. El estudio de la creen- mo, el teatro del mundo era concebido a ~enudo como te-
c~a como opuesta a la opinión es, por lo tanto, una investiga- niendo un público de una sola persona, un DlOS que observaba
cíón sobre aquellos sentimientos y disposícíones que están en- angustiado desde el cielo el pavoneo y la mascarada de sus hijos
lazados con acciones o que influencian concretamente esas ac- debajo. Eu el siglo XVIII, cuando las gentes hablaban dei .m~­
ciones. Los códigos de creencia en los roles pueden definirse do como un teatro, comenzaron a imaginar u? nu;e,:,o aU~ltOrlO
formalmente como ·lá actívación de la ideologia y esta activación para sus actitudes: unos a otros; .la angustia divina dandoI~
surge a través .de la influencia de las condiciones sociales y no sentido a un público dispuesto a disfr'utar, aunqu~ un p~c? CI-
merced a los dictados de la coherencia lingüística. nicamente la actuación y las simulaciones de la VIda cotidiana.
Las expresiones «valores sociales» y «sistemas de valor» cons- y en tie~pos más recientes esta ident~cación de teatro y 50-
tituyeIl; barb~rismos que las ciencias sociales han infligido aI ciedad ha sido continuada en la Comedia Humana de Balzac, en
l~n~aJe corrrente. Confieso que nunca he comprendido 10 que Baudelaire, Mano y, curiosamente, en Freud.. . .
significa un «valor». No es una cosa. Es parte dei lenguaje con La ímagen de la sociedad como urr teatro no ttene un srgm-
el cual las gentes racionalizan su mundo social, y por tanto debe ficado unitario, habiendo pasado por !3;Dtas manos y. por. tanto
ser tratada como una parte de la ideologia. Si un «valor» es tíempo. Pero ha servido ?- tres p.ropos.Ito~,morales mv~nables.
una «ídea valuada» luego el término es una completa confuslón. EI primerc ha sido el de íntroducír la ilusión y el engano co~o
«~ibertad» y «justicia» ~on ideas valuadas que significan cosas cuestiones fundarnentales de la vida social, y ~I segundo ha SIdo
diferentes para gentes diferentes en épocas diferentes' llamarlas el de separar la naturaleza hUI:l1all:a de la accíón soc~al. EI hom-
valores sociales per se no ofrece ningún indicio en cuanto a los bre corno actor suscita la creencia; de otro modo, fuera d.e las
fundamentos sobre los cuales están basados, condiciones Y del momento en que se produce, esa. crc:encla no
En consecuencía, una creencia será tomada como una acti- podría hacer su aparición. Por lo. tanto, C~~~~cIa e. IIus~ó~ están
vación ~el .conocimiento lógico de la vida social (ideologia); unidas en esta ímagen de la sociedad, De un mudo similar, la
esta actívacíõn se produce aI margen de las regias lingüísticas naturaleza de un actor no puede inferirse a partir de ~ ~olo
para la coherencia. RI término «valor» es abandonado por con- rol, ya que .puede aparecer con una má.scar~ totalmente dist.Inta
fuso. Además, Ias creencias afines a los roles no se centran en en una obra diferente o en un escenario diferente. lCómo infe-
la naturalez~ de Dias o en Ia. constitución fisiológica dei hom- rir entonces la naturaleza humana de las acciones desarrolladas
bre, están VInculadas a actos específicos de la conducta. Afec- en el teatro de la sociedad?
tan a aquello que una persona cree que experimenta cuando Tercero1 y el más importante, las imágenes dei theatrum
reza en I.a íglesía como opuésto a su plegaria espontánea mien- mundi son estampas del arte que Ias personas emplean eu la
Iras camma por el campo. Suconcepción sobre qué cirugfa ha- vida corriente. Este es el arte de la actuación y las perso~as
brá de emplearse para desembarazar a su cuerpo de un fluido que lo ejercen están desempenando «roles». Para. un escntor
~aligno y s.us concepciones generales sobre cirugía constituyen como Balzac estos roles constituyeIl; las másc';lras ~hversas y ne-
diferentes típos de creencias. Es razonable objetar que puede cesarias que las gentes utilizan en diferentes sítuaciones. El hom-
no haber una distinción lógica entre una creencia general en bre como una criatura de máscaras se ajusta perfectam~nte a
Dios y la crécncía en ~l cuando uno es capaz de rezarle en la creencia de Balzac, como lo ha hecho con estos. escnt~res,
~a iglesia: esto, es bastante cierto, puede no existir ninguna quienes han percibido los asuntos humanos co~o cIe~os tIpOS
diferen.cIa, C? podI.'la haber una: Enfocando situaciones específicas de .comedie, de que ni la naturaleza humana ~ ~a simple de-
es posíble mvestígar cualesquiera degradaciones de la creencia finición de la moralidad pueden ser nunca deducidas firmemen-
que se deriven de su relación con Ia acción, y aquellas pueden te a partir de la C?I!clucta. .
sustraer ai estudiante de «concepciones dell mundo» «mentali- Irónicamente, á medida que los SOCIólogos modernos. se h~
dades culturales», etcétera. ,.:' vuelto cada vez más ínteresados en las máscaras (definidas SIn
RI estudio de los roles tiene una larga .hístoria (aunque no elegancia alguna como econducta en situación específica») las
reconocida por los sociólogos) en el pensamíento occidental. Una inquietudes acerca de la moral cIásica han desaparecido. Tal
de las ideas occídentales más antiguas acerca de la sociedad vez esta circunstancia representa un simple fracaso en el C?no-
humana es la de concebir a la sociedad en sí misma como a un cimiento. Con harta frecuencia los analistas de role~ escrI~en
teatro. Existe la tradición deI theatrum mundi. La vida humana como si en la era «precientífica» las idea~ afines hubíesen SI~O
como una función de marionetas escenificada por los dioses era desconocidas. Quizá se trate de que los «cIentíficos» de la SOCle-
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HCS 151.4
dad están dispuestos a creer que la conducta humana y la ética admiten demasiado compromíso, Salvo para los minusválidos
humana son de algún modo diferentes, y que la ciencia sólo se "como así también para los' insanos y los deformes, entre los
aplica a la primera de ellas. Sin embargo, creo yo que existe actores se produce poca inversión en sentimientos. En efect~,
en ejecución algo más en esta reducción del insight, en este si un determinado rol implica algún dolor, Goffman caracãert-
estrechamiento del fundamento, aquello que los sociólogos mo- za a aquel que lo experimenta no como desafiando sus. ci~c.uns~
dernos han efectuado en la tradícíón deI theatrum muruii. Está tancias sociales sino, en cambio, de esta manera: «el Individuo
relacionado con el verdadero cambio en los pesos entre la vida se dobla, se voltea y se retuerce aún mientras permite ser lle-
pública y la privada y se encuentra graficamente expuesto en vado junto con la definición predominante de la sítuación.v. el
la obraclel más importante analista de roles contemporáneo, individuo... es un prestidigitador y un sintetizador, un acomo-
Erving Goffman. dador y un pacificador... » . . •
Goffman ha estudiado una amplia gama de situaciones hu- Considerando que las «definiciones predominantes» son fijas,
manas, desde los granjeros en las islas Shetland hasta pacientes la simulación es lo que vuelve compleja a la experiencia. En
psiquiátricos y aquellos problemas que presentan las personas otras palabras, los escritores de la escuela de Goffman prescn-
físicamente deformadas: ha investigado los modelos de tráfico tan no tanto una teoría general de la sociedad sino un síntoma
en las ciudades, la publicidad, los casinos de juego e incluso los principal de la enfermedad moderna que conforma el tema de
quirófanos. Es un observador agudo y extremadamente sensible este libro: la incapacidad de imaginar relaciones sociales que
que advierte pequenos fragmentos y cambias que de hecho con- pudieran despertar mucha pasión, una imaginación de l~ vida
forman una parte importante en la estructuración de las inte- pública en la cual las personas se comportan, y manejan su
racciones personales. Las dificuItades en su trabajo se producen conducta, solamente a través de la retirada, la «acomodaci6n» y
cuando busca formular estas observaciones dentro de un síste- el «apaciguamiento».
ma teórico.
Cada una de las «escenas» en su campo constituye una si-
tuación fija. Goffman es indiferente a las cuestiones referidas Roles públicos
aI modo en que se produce una escena, cómo . aquellos que
desempefian sus roles en ella cambian la escena merced a sus Co Cómo 'ha llegado a producirse esta situación donde los tér-
actos o, inclusive, cómo cada escena puede aparecer y desapa- minos de la actuación de roles se ha alterado de tal modo que
recer debido a las más amplias fuerzas históricas que actúan se han vuelto cada vez menos cuestiones de expresión, cada vez
en la sociedad. Eu sus obras, la sociedad de escenas estática, más cuestiones de neutralización y apaciguamiento de los de-
anhistórica, se deriva de su creencia de que en los asuntos hu- más? Para responder a la pregunta es necesario en primer lugar
manos las personas buscan siempre el establecer una situación resudtar el ínterés moral contenido en la escuela clásica del
de equilibrio; ellos dan y reciben hasta que logran la suficiente theatrum mundi, especialmente su creencia de que la actuación
estabilidad como para saber qué esperar del equilibrio mutuo de roles es expresiva, de que cuando las. personas confieren sen-
entre sus acciones; las accíones: balanceadas son los «roles» de timiento a sus roles adquieren algo del poder de un actor. Pero
una determinada situaclón, En esta aproximaci6n se pierde el entoaces coon qué comprometen las gentes sus pasiones cuando
elemento de verdad porque Goffrnan no muestra ningún inte- desempeâan los roles?
rés hacia las fuerzas deI desorden, separación y cambio que En el teatro existe una ccrrelacíón entre la creencia en la
podrían intervenir en estos arreglos. He aquí una estampa de persona deI actor y la creencia en las convenciones. La obra,
la sociedad en la cual hayescenas pero ningún argumento. Y en la actuación y la representación, todo exige una creencia en las
tanto en esta sociologia no hay argumento, en consecuencia no convenciones para ser expresivo. La convencíón es la herramien-
hay historia y no hay personajes en ella, conforme ese término ta más expresiva de la vida pública. Pero en un sigla donde
tenga algún significado en el teatro, ya que sus acciones no las relaciones intimas determinan aquello que es vernsímil, las
producen cambio alguno en Ias vidas de sus gentes, existe so- convenciones, los artificios y las regIas aparecen sólo para apa-
lamente una adaptaci6n infinita. Eu el mundo de Goffman, las rentar la revelación recíproca Y_ conatituyen obstáculos para
personas actúan pero no tienen experiencia. la expresíón íntima. Cuando el desequilibrio entre vida pública
La atención hacia la conducta estática en los roles, a expen- y privada se ha incrementado, las gentes se han vuelto menos
sas de la aterrcíón a la experiencia adquirida en esas sítuacio- expresivas. Cuando en la vida cotidiana se hace hincapié en la
nes, se deriva de una suposici6n moral fundamental de esta autenticidad psicológica, las personas se vuelven inartístícas por-
especie de investigación aparentemente amoral. Estos roles no que son incapaces de transmitir la fuerza creativa fundamental

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deI actor, la capacidad de aetuar eon un sentimiento conferido por la noción más funcional, neutral, de comunícacíén. «El me-
a las imágenes externas del yo. Por lo tanto arribamos a la dia es el mensaje» es una afirmación sensible sólo.vcuando la
hipótesis de que la teatralidad mantíene una relación amistosa, expresión se reduce a una corriente de mensajes. En general,
igualm'êl11é'- especial, con tiria-'vidâ"-piUJlic-ã.' fuerte. como la relacíón con la sociedad se ha incrementado, con I de-
i.Cómo pueden compararse las experiencias que un público masiada frecuencia se ha minimizado el arte que calificaba para
de extrafíos tiene en el teatro o en un sal6n de concierto con esta relación; el arte serio y la vida social permanecen tan
aquellas experiencias que vive en la calle? En ambos dominios, separados como en el siglo XIX, sólo se han invertido los tér-
la expresión se produce en un media de extrafios relativos. En minos.
una sociedad con una poderosa vida pública tendrian que existir Por lo tanto al asociar las artes de representación y las re-
afinidades entre los dominios del escenario y de la calle; teu- laciones sociales uno debe estar abierto simplemente a la idea
dría que existir algo equiparable eu la experiencia expresiva que de que el arte serio, genuino, real, puede ayudar a la compren-
las multitudes han tenido en estas dos terrenos. Cuando la vida sión de una condición social diseminada en la sociedad. Es
pública declina, estas afinidades tendrían que gastarse. El marco igualmente importante apartarse de un lenguaje de causa y
16gico para estudiar esta relaci6n de escenario y calle lo cons- efecto, Por ejemplo, existen afinidades entre la vestimenta utí-
tituye la grau urbe. Es en este media donde la vida de extraíios lizada en los escenarios de París y la vestimenta de calle en 1750.
en multitudes se hace más evidente y donde las transacciones En lugar' de preguntar cuál determinaba a la otra, un ejercicio
entre los extrafios adquieren una especial importancia. Eu re- sin sentido. es más valioso investigar qué similitudes entre la
sumen, el tema de los pesos cambiantes entre la vida pública vestimenta de la escena y la de la calle, ambas marcadamente
y la privada debería ser iluminado por un estudio histórico com- diferentes de la indumentaria apropiada para el hogar, nos mues-
parativo del cambio de roles en el escenario y en la calle dentro tran acerca de las imágenes deI cuerpo en público. Cuando en
del marco donde la vida pública moderna, basada en una ser eI siglo XIX la vestimenta de la escena y la de la calle comen-
ciedad secular, impersonal y burguesa, se manifestó por prime- zaron a díferenciarse, se estaba produciendo un cambio en la
ra vez: la ciudad cosmopolita. creencia acerca del cuerpo en público y las dimensiones de este
- Comparar el despertar de la creencia dentro de las artes de cambio pueden estudiarse tomando en consideración esa dife-
representaci6n ccn el despertar de la creencia en las calles debe rencia.
causar ínquíetud, ya que significa asociar el arte con la sociedad
y desde el sigla XIX dicha asociación ha sido ímpractíbfe.Tuando
a fines del sigla XIX los historiadores emplearon Ias artes como Los roles públicos en las ciudades
herramientas para el estudío de la vida social, estuvo referido
habitualmente a la vida social de una pequeíia minoria -patro- Si causa y efecto, influencia y enunciados similares constitu-
nos, importantes personalidades de la época, etcétera. Podemos yen maneras incompletas para describir la relación entre la vida
pensar en escritores como Matthew Arnold o Jakob Burckhardt, pública y las artes públicas (de representación), existe sin em-
quienes percibieron el arte como una llave para comprender bargo una r_~Jªc~t?!1.lógica entre el escenario y la calle. Esta re-
a la sociedad total, pero en su época estas hombres eran ex- lación lógica incluye cuatro partes.Primero, el teatro compar-
cepciones a la suposición de los entendidos en el sentido de que te un problema no con la sociedad en general, sino con una
un arte valioso en un determinado momento solamente tiene clase peculiar de sociedad: la gran ciudad. El problema es de
relación con un sector muy selecto dentro de la sociedad. audiencia, específicamente cõmodespertar la creencía en la apa-
En el presente síglo, fue el antropólogo quien comenzó a per- ri~ncia,personal en ,U:r;1. medíô" de extranos. Segundo, en una cíu-
cibir naturalmente al arte en relación con la sociedad como un dàd pueden surgir normas para hacer verosímiles las aparien-
todo. Pero cuando esta relación se volvió popular fuera de la cias ante los extrafios que tengan, en esa época, una continuidad
antropología, la concepción del arte se vulgarizó en una especie de conteniâo con las normas que rigen la respuesta ai escenarío,
de esnobismo opuesto. Uno se mOVÍa desde el arte de un pueblo, En consecuencia, la audíencia puede desempenar un rol común
usualmente referido a los oficios y tomados seriamente como en ambos dominios. Tercero, en la medida en que un problema
una producci6n estética genuina por parte deI antropólogo, hasta común de audiencia es resuelto a través de un código común de
«arte del pueblo», eu el cual sólo una restringida clase de ar- verosimilitud, se produce una geograiía pública, de acuerdo a
tesanos tenían una relaci6n con la sociedad como un todo, con dos criterios de publicismo: el mundo externo aI medio inme-
los «medias». .l\!~c;)Jqs es _o son formulaciones deI arte deI pueblo diato y las leyes personales se vuelven conscientemente defíní-
en el que todo intento' dirigido a la expresión es reemplazado dos, y el movimiento a través de circunstancias sociales diver-

52 53
sas y los grupos de extraüos Se vuelven confortables con la cunstancía no le transformará per se en un Romeo. Hay pobres
ayuda de este código común. Cuarto, en la medida en que exis- actores que se deslizaron por algún tiempo sobre sus estatus
te una geografia pública la expresión social será concebída como como «personalidades estelares», pero no llegaron demasiado le-
una presentación a otras gentes de aquellos sentimientos que jos ni se mantuvieron por mucho tiempo. En las situaciones
tienen un significado en sí mismos y de sí mismos, en lugar de urbanas, carecemos habitualmente deI conocimiento externo para
una representación a otras personas de sentimientos presentes y juzgar la realidad de la conducta de un extrafío; en el teatro
reales a cada uno. Las cuatro estructuras tipificadas en este hacemos como si fuésemos extrafíos para el actor, de modo que
punto son, por 10 tanto, de audiencia, de continuidad en normas deba despertar la creencia en una parte de su actuación; la me-
de creencía, de geografía pública y de expresión. Existe una ex- moria de un público acerca de cómo actuó en esa parte hace
periencia humana concreta encastrada en este grupo abstracto ,.Çinco anos, cinco meses o cinco días, no influirá en absoluto.
de relaciones lógicas. ' En consecuencia, la creencia en el teatro, como la creencia en un
Es probable que existan tantas ciudades como maneras di- extrafio, es una cuestión de considerar al encuentro inmediato
ferentes de concebir 10 que es una ciudad. En consecuencia una como el límite de la realidad cognoscible. En ambas no está
simple definición tiene sus atractivos. La más simple es la que .ímplicadc el conocimiento externo por parte del público: en la
se refiere a que una__ciudad es una.,col()~él,hul?<lna,_enJlo.tlde ciudad, por necesidad; en el teatro, por mandato.
esta
)?~ . ~~t~afíos J?osibleI11~~t_~~"~~~~~ç9.!iQiçªtÍ."· Para que definicíón De este modo, las semejanzas entre el vestuario teatral y las
vestimentas de calle o entre el estilo de representar una figura
sustente una verdad, el entorno debe tener una población ex-
t;nsa, heterogénea: la población debe estar unida y no espar- trágica como Coriolano y el estilo que tienen de comportarse
cída: las transaccíones entre la población deben producir esta los políticos frente a una mu1titud callejera, tienen más de una
interacci6n masiva densa y diversa. En este médio deextrafíos. relación casur-' porque existe más de una relación casual de
cuyas vidas se toc,an",se presenta un problema de audiencia -~ãi1ã~-'­ público en los dos dominios.
logo al -problema de público que un actor enfrenta en el teatro. La idea de que los hombres son como actores y la sociedad
En un medio de extrafios las gentes que presencian nuestras como un escenario, fue conservada celosamente en la escuela
accíones, declaraciones y profesiones, habitualmente desconocen tÍ"âc1id6naI del theatrunt mundi porque, en efecto, este problema
nuestra historia y no tíenen experiencia sobre acciones, decla- común de público ha sido resuelto con frecuencia en el pasado
raciones y profesiones similares en nuestro pasado; por lo tanto a través de un código común de apariencias verosfmlles. Esto
se vuelve difícil para este público juzgar, merced a un modelo no significa que los códigos comunes de la época platónica fue-
externo de experiencia con una persona en particular, si se nos ran reproducidos en tiempos de Marivaux, sino que reaparece
puede o no creer en una situación determinada. El conocimien- el hecho de un puente entre ellos. El problema con esta tradi-
to sobre el cual se puede basar Ia creencia está confinado aI ción se basa eu que es demasiado fácil suponer que aquello
marco de la situación inmediata. El despertar de la creencia que es común es, por 10 tanto, irinato. De una sociedad a otra
depende, pOJ:" Jo, tanto, de la manera-eu-qUê" uno se .ccmporte, existe una gran variedad en la naturaleza de aquellas regIas que
según ,la.s ,<:on~e~~_élc!()!:1~~~"~_e~t~s,, .movimíentos y vestímeritas, vinculan la creencia en el escenario con lacreencia en los ex-
dentro de la situacíõn rrusma. Dos personas se encuentran en trafíos de la calle. En sociedades con etiquetas jerárquicas muy
una comida, una le dice a la otra que ha estado deprimida du- estrictas, por ejemplo, la, c()ndl1cta<.i~. un extraiío será escrutada
rante semanas; s610 en la medida en que el oyente como público por.medío de indicias ~gestu~,1,~s.º_ dé lenguaje, hasta. que otros
pueda juzgar la verdad de dicha afirmaci6n a través deI modo p,º=~gJl':":l: ubicarlo eu el lugar de la escala social a que pertenece.
en que en el extraiío actúa el sentimiento de depresión, las apa- Usualmente- no se le preguntará directamente acerca de esta
riencias como ésta poseen una calidad «urbana». La .ciudad es información sobre sí mismo. Tal era eI caso en muchas ciuda-
YJ!.~~~ªºleçi~i~~~9,~11 elque tales problemas de actuacíón -Üenen des medievales hindúes. En ellas, el mismo escrutinio 'de gestos
mayor probabilidad de surgir como una cuestión de rutína. y .lenguaje aparecía eu las obras de teatro populares. En aque-
------Aquello qtieesimposible'-ei1'"la ciudad, es 'ilícito' en--el teatro. lIas sociedades que carecen de esta estricta etiqueta jerarquiza-
Cualquíera sea el conocimiento que un público tenga de la vida da, o en las que solamente la ubicación eu la escala social DO
privada de un actor, no será suficiente para suscitar la creencia determina los parâmetros de una apar'iencia verosímil, se puede
en aquello que él o ella realicen en el escenario. El solo hecho construir un puente entre el escenario y la calle mediante otros
de saber que un actor ha firmado las justas peticiones de paz métodos. En París, a mediados del sigla XVIII, por ejemplo, tan-
no puede hacer que le tomemos seriamente como a un Coriola- to el vestuario teatral como la vestimenta de calle trataban ai
no; si ha publicitado sus asuntos amorosos privados, esta cir- cuerpo como a un marco neutro, un maniquí inanimado, sobre

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el cual debían ser colocados Ias pelucas, los refinados sombre- efecto sobre las modalidades de la imaginación que prevalece
TOS y otros adornos; el cuerpo despertó ínterés, y creencia eI en esa sociedad. .
personaje que vestía ese cuerpo, aI extremo de que el cuerpo Finalmente, en una sociedad urbana que enfrenta tm proble-
ma común de público para eI extraáo y el actor y que resuelve
fue considerado como un objeto que debía decorarse. Dentro dei
ese problema a través de códigos comunes de creencia, creando
círculo privado de la familia prevaleció un sentido más négligé
por lo tanto un sentido de dominio público significativo en la
y enteramente animado de atavío corporal.
sociedad, es probable que Ia expresión humana se~ conceb.ida
Cuando surgió un puente entre el escenario y la calIe, como en términos de gestos y símbolos que son reales, mdependien-
respuesta ai problema dei público, nació una geografía pública. temente de quién haga el gesto o emplee el símbolo. Se han pre-
Por lo tanto es posible creer en la realidad tanto de gentes sentado, por lo tanto, las emociones. Cuando se producen los
desconocidas y de personajes imaginarias como de un dominio cambios, en las tres primeras estructuras, se produce asnmsmo
singular. un cambio en la estructura de la expresión. Según sea la per-
En una oportunidad Balzac se refirió a las diferencias entre sana que hable, se determina crecientemente la expresividad de
los campesinos y los cosmopolitas en estos términos: un cam- lo que dice; llegan a prevalecer los intentos de representación
pesino cree solamente en lo que observa entre aquelIos a quie- para los demás de las emociones experimentadas por el que
nes la exposición cotidiana vuelve familiares, mientras que un habla, como parte de su personalidad, como una expresión de
cosmopolita está dispuesto a creer sólo en aquelIo que puede sí mismo. Esta cuarta estructura incorpora la correlacíón entre
imaginar acerca de los modos de vida y las personas de Ias una vida pública poderosa y aquello que en psicología se deno-
que todavía no tiene una experiencia concreta. Naturalmente, mina la objetividad de los 'signos expresivos; cuando el público
seria absurdo afirmar que, en los centros de la sociedad occi- se desintegra los signos se vuelven más subjetivos.
dental desde Ia Edad Media, Ias gentes literalmente fusionaban Estas cuatro estructuras lógicas que relacionan el teatro con
a los aetores de teatro con las personas reales, aunque, nueva- la sociedad son como verbo- irregulares; pueden ser utilizados
mente en muchas sociedades hoy más inocentes que la nuestra, una vez que se conoce su conjugaci6n. ElIas incluyen en forma
si ésa es la palabra correcta, los dos serfan uno solo. Además, conjunta la vida pública que existía en una forma relativamente
en un período como el sigla XVIII el aetor y el extrafío serían fuerte en las ciudades de Paris y Londres a mediados dei sí-
juzgados en los mismos términos y lo que uno pudiese apren- glo XVIII. Cuando el problema deI público lIegó a conce~irse de
der dei primero en el dominio dei arte, se podrfa aprender dei manera diferente en la ciudad y en el teatro, los CÓdIgOS de
(o aplicar ai) otro en el dominio especial de Ia vida social im- creencia y la conducta ante los extrafios se separó en -Ios dos
personal. Y de este modo, en un sentido verdadero, el arte po- domínios. En la medida en que estos roles públicos se separa-
dría ser un maestro de la vida; los limites imaginativos de la ron las dos condiciones necesarias para una geografía pública
conciencia de una persona estaban extendidos dei mismo modo relevante fueron sumidas en un estado de confusión y ânalmen-
que estos limites se reducen en una época en la que la imita- te, en la época moderna. en un estado de disolu~ión. Cuando
ción, la pose, etcétera, parecen moralmente inauténticos. el dominio público se ôscureció, los términos refendos ai modo
La creación de una geografía pública tiene, en otras palabras, en que la sociedad entendia la expresividad humana se trasla-
una estrecha relación con la imaginación como fen6meno social. daron de la presentación hacia la representación,
Cuando una criatura puede distinguir el yo dei no-yo, ha dado En este libra los elementos de la vida pública en Paris y Lon-
el-pffiner·l?as~ y .el ·más importante en el enriquecimiento de dres en la década de 1750 son estudiados por vez primera. Se
sus poderes de simbolizaci6n: cada sfmbolo no será ya rena han elegido dos ciudades porque es importante ver aquello que
proyección de lasnecesidades de la criatura sobre el mundo. acorta las diferencias de las culturas nacionales en esta vida pú-
La creación de un sentido de espacio público representa el pa- blica de una capital. Se ha elegido la década de 1750 porque
ralelo social adulto de esta distinción psicológica de la infancia, ambas ciudades eran relativamente prósperas en esa época y
con resultados similares; la capacidad de simbolización de una porque entonces comenzó a florecer la clase burguesa, cuyas ex-
sociedad se enriquece porque la imaginación de aquello que es periencias habrán de constituir nuestro principal interés. Esta
real, y por lo tanto verosímil, no se eneuentra ligada a una clase estaba más segura de sí que en los días en los cuales la
verificación de lo que es rutinariamente sentido por el yo. De- ville ocultaba sus orfgenes sociales. Los temas estudiados son
bido a que una sociedad urbana que tiene una geografía social las apariencias visuales y verbales en público, las diferencias
dispone también de ciertos poderes de imaginación, el traspaso producidas entre lo público y lo privado, las ambigüedades de
de lo público y la emergencia de lo íntimo tienen un profundo esa distinción que recién comenzaba a aparecer en un nuevo
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movimiento político, las teorías contemporâneas deI hombre- alternativas por media de una jerarquia de exc1usiones. Los es-
como-actor y de la relación deI teatro con la ciudad y, final- tudios cualitativos a menudo y equivocadamente tratan de pro-
mente, las condiciones morales de la capital deI ancien regime. bar sus argumentos en la misma forma. El investigador debe
Para estudiar la desaparicíón de este mundo se han elegido tratar de agotar toda la gama de detalles conocidos sobre un
dos décadas, la de 1840 y la de 1890. En la década de 1840 y tema dado. De otra manera podría haber datos que el investiga-
eu los primeros anos de -1850 se hicieron evidentes los efectos deI dor no conociera y que «contradijeran» su argumentación. En
capitalismo industrial sobre las aparíencías verbales y visuales una escala de verdad exclusiva, la contradicción a través del des-
en público; en la década de 1890 eran claramente perceptibles cubrimiento de nueva evidencia debe significar la invalidación del
las revueltas tanto en la vestimenta como en el Ienguaje con- argumento original, ya que icómo pueden ser igualmente verda-
tra los términos de la vida pública de la década de 1840. Tan- deras dos interpretaciones opuestas deI mismo tema?
to para los aftas de 1840 como para los de 1890, los temas es- Este empirismo, basado en la exclusión por médio de la eva-
tudiados son, al igual que en Ia década de 1750, las imágenes cuación de la evidencia es, según rni punto de vista, opuesto a
del cuerpo, las pautas deI Ienguaje, el hombre-como-actor, las -cualquier noción real de honestidad intelectual. Llegamos a la
teorías de la expresión en público y las condiciones materiales honestidad intelectual admitiendo, precisamente, la realidad de
de Ia cíudad, La política dirigirá nuestra atención mayormen- la contradicción y evitando toda esperanza de arribar a un fun-
te hacia París, porque Ias crisis de la revolución y la reacción damento inmutable. El canon de la evacuación de la evidencia
eu esa capital trajeron a un primer plano las fisuras en el es muy especial en la práctica; parece vinculado a una crecien-
mundo público que ya exlstían, pera menos claramente, en te miniaturización del enfoque, de modo que cuanto más «co-
situaciones menos extremas producidas en otros lugares. nocemos» sobre un tema, conocemos más detalles. La anestesia'
El estudio de tres décadas tan ampliamente espadadas es deI intelecto es el producto inevitable de esta forma de prueba
lo que los historiadores Ilaman «postholing». Los métodos «pos- porque a veces requiere que no se pronuncie ningún juicio hasta
thole» intentan describir el alcance de las fuerzas históricas y tanto se reúnan todos los hechos.
al mismo tiempo algo de la riqueza de detalle que provlene de En la investigación cualitativa, la «prueba», si es que debe uti-
ahondar en un momento histórico específico. Este método his- lizarse esa palabra cargada de ansíedad, constituye un problema
tórico no sólo invita a la teoría acerca de por qué se produce de demostración de una relacíón lógica; el investigador cualita-
el cambio cuando se lo estudia en un lapso tan extenso' el mé-- tivo ha hecho recaer sobre sí la carga de la plausibilidad. He Ile-
todo exige una teoría, creo yo, porque minimiza las explicacio- gado a pensar que la carga es más grande y más rigurosa que
nes de datas concretos basados en contingencias inmediatas o las obligaciones asumidas por un investigador que excluye una
desvía la coyuntura. En tanto la contingencía y el accidente son explicación en favor de otra, sin tener en cuenta su poder lógico
tan reales como el capitalismo o el secularismo, lo que un mé- o coherencia respectivos. La plausibilidad empírica es una cues-
todo «posthole» gana en vigor intelectual lo pierde en una cier- tión de demostración de las conexiones lógicas entre fenómenos
ta c1ase de veracidad. que pueden ser concretamente descritos. Esta definición baría
Habiendo establecido un movimiento histórico, el libra explo- infeliz a un filósofo y tal vez colocaría aI «científico» de la so-
ra, en su última parte.. el significado deI desequilíbrio entre lo ciedad. en una posición marginal, pero podría satisfacer, espero,
público y lo privado en la sociedad occidental actual. 8610 un las expectativas de un lector media, inteligente y sofisticado. Si
tonto podría llamarse a sí mismo amo de tanto material, y esa esc lector encuentra en este libra un razonable análisis de cómo
circunstancia da lugar a la cuestión de aquello que se puede o se ha producido la enfermedad de la sociedad moderna, el libra
no esperar como «prueba» en este análisis. habrá tenido éxito; si después de haberlo concluído piensa en
una alternativa lógica para explicar esta zozobra, tanto mejor,
Por último, debo decir una palabra acerca de este libro en re-
iPrueba o plausibilidad? lación con mi trabajo anterior. He estado escribiendo sobre el
problema dei repliegue social durante los últimos diez afias, a
La palabra «prueba» ha llegado a tener en los estudios socia- menudo sin saberlo. Families against the City era un estudio de
les empíricos un desafortunado significado: ninguna otra expli- cómo la família nuclear en Chicago en el siglo XIX se transfor-
cación es factible salvo la propuesta después de un proceso de mó en un refugio contra la grau sociedad, así como la cíudad se
investigación determinado. Los anâlists de la regresión, las me. volvió el centro de una región industrial. Vida urbana e iden-
diciones de los fenómenos chi o gamma, son utilizados ahora en tidad personal era un estudio sobre cômo las estructuras de la
los estudios cuantitativos a fin de elegir entre interpretaciones personalidad se intersectan con una economía de afluencia, de
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modo que las gentes tratan de purificar su experiencia deI do- Segunda parte
lar, la ambigiiedad y las represiones de la necesidad que forman
parte de cualquier relación pública verdadera. The Hidden In- EL MUNDO PÜBLI,G0
juries oi Class era un estudio acerca deI modo en que la clase DEL .ANCIEN REGIME.
social está siendo interpretada boy como una cuestión de per-
sonalidad y de la despolitización de clase que esta provoca. EI
libra actuaI se ha transformado para mí en un sistema general
que abarca estas estudios particulares; es su ambiente histó-
rico y teórico. Por ende, espero que el lector me disculpe si en
algún párrafo ocasional corrijo los errores de interpretación o
de argumento de aquellos trabajos particulares, como resulta-
do de verias ahora como partes de una totalidad.

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