El club de los 5

“Nos parece estúpido que nos encargue hacer un ensayo sobre quiénes creemos
que somos, porque al final de cuentas, usted nos verá cómo quiere”

Me parece que esta película amerita una reflexión, así que dejaré que surjan las
palabras…
La presión social te acribilla. Una y otra vez, y no solamente la presión social
sino la maldita presión interna. Así lo puedo sentir perfectamente en este
momento. Me pone ansiosa “no ser lo que debo ser”.
Me pone ansiosa equivocarme, decepcionarme a mí misma, decepcionar a los
demás, lastimar a los demás.
Tal vez en el fondo es soberbia… pero esa palabra no me gusta porque me
recuerda a Fabián y me dan ganas de cambiar de tema rápidamente.
¿Por qué hay cosas que me hacen tanto ruido? Equivocarme me hace ruido, me
deja intranquila, me desvía, me frustra.
Volviendo a la película… me identifiqué con Clear y siento que Álex sería el rudo.
El que me diría eses palabras. Aunque sé que en realidad nunca me diría algo tan
feo y que sabe que me lastimaría mucho. (Me refería a la parte donde el rudo le
dice a Clear que ella es una niña rica que no tiene que esforzase para conseguir lo
que quiere)
Me pone nerviosa el hecho de que Álex a veces no haya tenido qué comer y yo
siempre lo he tenido todo, tal vez me tiene envidia. Aunque tal vez en el fondo el
desprecio que tengo hacia él es envidia.
Envidia de que él si esté curtido y yo no… a veces me siento como una inútil y me
pone ansiosa mi debilidad.
Pero al fina los dos chavos que tanto se dijeron de cosas terminaron juntos… tal
vez fue atractivo para ella que le gritaran en su cara la verdad.
Cuanto Alejandro menciona a su madre yo me siento incómoda, porque me
recuerda todo lo que tengo y por lo que agradezco, pero también por lo que no
agradezco… y entonces siento que me está reprochando algo, como si me dijera:
¿por qué no eres feliz si lo tienes todo? Me siento juzgada… más que por él, por
mí misma.