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Cuartas Jornadas de Jóvenes Investigadores UNT - CONICET Tucumán, 22, 23 y 24 de Junio de 2010

Núcleo disciplinario/comité académico: Historia, región y frontera.


Titulo: Patrimonio y Dictadura. Los procesos de patrimonialización en el departamento
de Tafí del Valle durante la última dictadura militar Argentina (1976-1983). Los
procesos identitarios en contextos represivos.

Lic. Ariel Ignacio Slavutsky


slavbelli@yahoo.com.ar

Palabras Claves: Patrimonio cultural, Dictadura militar, Tafí del Valle / Patrimony
Cultural, Dictatorship militar, Tafí do Vale

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Cuartas Jornadas de Jóvenes Investigadores UNT - CONICET Tucumán, 22, 23 y 24 de Junio de 2010

Introducción

Hay relativo consenso, en la literatura académica, al afirmar que la última dictadura


militar argentina intentó transformar la sociedad llevando a cabo un proceso de
despolitización y reconfiguración de las prácticas sociales (Feierstein, 2007; Calveiro,
2008; Águila 2008). Estos intentos de transformación utilizaron como dispositivos la
persecución, represión ilegal, tortura y desaparición de las personas que hicieran uso
de su libertad política, caracterizadas por el régimen como delincuentes –
subversivos. Otro dispositivo complementario con los anteriores fue la gestión en los
espacios culturales y en la gestión del patrimonio cultural.
Aquí nos ocuparemos de los intentos de transformación de la sociedad a través de la
gestión cultural, particularmente a través del uso social del patrimonio, que pretendía
generar una sociedad despolitizada, disciplinada y acrítica, utilizando la identidad
“occidental y cristiana” como vehículo de integración.
Nos proponemos realizar un estudio de caso que analice la gestión patrimonial en el
departamento de Tafí del Valle, provincia de Tucumán durante el periodo 1976-1983.
La provincia de Tucumán se ubica al noroeste de la República Argentina, tiene
1.338.523(INDEC 2001) habitantes. El territorio está dividido en 17 departamentos,
cada uno de los cuales tiene municipalidades o comunas rurales, en el caso de
pequeñas poblaciones. El Departamento de Tafí del Valle posee una superficie de
2.741 km2 e incluye el Municipio de Tafí del Valle y las comunas de El Mollar, Amaicha
del Valle,
Ampimpa, El Tío, Colalao del Valle y El Pichao. El Municipio cabecera es Tafí del
Valle, el cual se encuentra ubicado sobre la Ruta Provincial Nº 307 (pavimentada), a
120 Km. al oeste de la ciudad de San Miguel de Tucumán. La misma ruta comunica
hacia el NO la localidad de Tafí con el Valle de Amaicha, y a través de la Ruta Nº 40
(pavimentada), hacia el Sur con la ciudad de Santa María (Provincia de Catamarca) y
hacia el Norte con Cafayate (Provincia de Salta).
La elección de esta zona responde a la importancia que revistió la provincia de
Tucumán en la política represiva nacional1, en el caso particular del departamento de
Tafí del Valle ese llevaron a cabo una serie de cambios políticos, económicos y
culturales durante el período estudiado:

1
Tucumán fue la provincia donde se ejerció por primera vez la represión organizada, a través del
denominado Operativo Independencia llevado a cabo en 1975 durante el gobierno de Isabel Martinez de
Perón.

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La creación del municipio: en mayo de 1976 se crea el municipio de Tafí del


Valle, esta acción respondió a la necesidad de un mayor control sobre una
zona estratégica2, tomando en cuenta la actividad desarrollada por el Ejercito
Revolucionario del Pueblo (ERP)3.
La transformación en el uso de la tierra: a partir de 1976 la crisis del cultivo de
la papa en la zona de Rosario, producido por la expansión de una virosis, dio
lugar a la producción de semillas diferenciadas, en la zona. Siguiendo a Bolsi
(Bolsi, A. 1991) podemos afirmar que la aparición de la producción diferenciada
de semillas de papa dio como resultado el cambio de la lógica de producción,
desplazando la lógica tradicional del “campesino”, por la de la “empresa”
caracterizada por una racionalidad capitalista. En un análisis desarrollado
durante 2005 por Arenas y Cainzo se describe la estructura agraria del
departamento, concluyendo que la introducción de la lógica empresarial, a la
cual se refiere Bolsi, tuvo como consecuencia la concentración de las grandes
propiedades y la subdivisión de los inmuebles con una extensión menor a 5
has, esto último responde al crecimiento de la construcción de casas
veraniegas así como de la infraestructura hotelera. Siguiendo a estas autoras
podemos observar un proceso de crecimiento turístico que comienza a
mediados de la década del 70 y se incrementa durante la última década del
siglo XX. El cambio en la lógica del uso de la tierra en el departamento guarda
relación con los cambios en la política económica impulsada a nivel nacional,
por el ministro Martínez de Hoz y por el presidente de facto J. R. Videla, con
tendencia neoliberal (Novaro y Palermo (2003); Gerchunof y Llach 1998).
La reconstrucción de las ruinas de Quilmes: en 1977 el gobierno de la provincia
de Tucumán firma un convenio con el Instituto Interdisciplinario Tilcara y la
Facultad de Filosofía y Letras de la UBA, con el fin de estudiar y reconstruir las
ruinas de Quilmes, el Lic. Pelissero fue el encargado del equipo del equipo
académico y sirvieron de mano de obra peones zafreros desocupados
temporalmente.
La creación del parque de los Menhires: su manipulación comienza mucho
tiempo antes de su formación, ya en 1908 se trasladó uno de los petroglifos
para la fundación del parque 9 de Julio, durante la década del 50` la Comisión
de Monumentos Históricos declaró monumento Histórico a los Menhires, en
1965 se promulgaron las Leyes 3228 y 3363 que les otorga valor paisajístico
/turístico. En el año 1977 se dicta la “ley 4733 por medio de la cual se declara

2
El departamento de Tafí del Valle vincula tres provincias (Catamarca, Salta y Tucumán)
3
Arenas, P. et. Al. 2007.

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Área Turística a seis localidades de la provincia, entre las cuales estaba Tafí
del Valle, a los fines de lograr una mayor protección de los recursos culturales
naturales” (Manasse, B. 2007). El 16 de octubre de 1978 se anuncia la
creación de un museo explicativo que llevará el nombre del arqueólogo que
estudió por primera vez petroglifos, Juan B. Ambrosetti.
La creación y restauración de la casa jesuita: el 5 de mayo de 19774 se anuncia
la creación de un museo en la antigua estancia donde se estableció una iglesia
perteneciente a la Compañía de Jesús, y el 7 de enero de 1979 comienza la
etapa final de la restauración y el proyecto de crear en la misma un museo
histórico, tomando como eje central sus sucesivos dueños entre los que se
encuentra el ex gobernador Frías Silva, Marco Avellaneda, y el ex presidente
Nicolás Avellaneda, nieto de Frías Silva. Por otra parte, se establece la
creación de una comisión de amigos del museo formada por los descendientes
de los antiguos dueños.
Como se puede observar en el departamento de Tafí del Valle se producen una serie
de cambios que tendrán consecuencias inmediatas y de largo alcance. Parece ser un
experimento crucial en el que se conjugan intereses económicos, políticos e
ideológicos, unido a una construcción identitaria lineal desde los pueblos originarios
hasta el presente que conducen a un conjunto de interrogantes:

¿Hay aquí una política integrada que al mismo tiempo que articula la
economía y el uso del espacio, subsume a los campesinos e indígenas al
capital agrario e impulsa formas de patrimonialización que pretenden
reorientar los procesos de identificación?
¿Cuáles fueron las razones por las que los gobiernos militares apostaron a la
patrimonialización en Tafí del Valle?
¿Cómo se relaciona el proyecto político económico neoliberal con la propuesta
identitaria del Proyecto de Reorganización Nacional?
¿Qué elementos simbólicamente representativos son tenidos en cuenta para
la selección de elementos patrimonializables?
¿Cuáles fueron los efectos de estas políticas sobre las prácticas sociales y
culturales de la población local?
¿Cuáles fueron los discursos que acompañaron este proceso?
La gestión patrimonial ¿constituyó una forma de opresión?

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Diario La Gaceta de los días 5 de mayo de 1977 y 7 de enero de 1979

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Antecedentes

El 24 de marzo de 1976 una junta militar conformada por las tres fuerzas armadas
realizan un golpe de estado que derroca al gobierno constitucional de Isabel Martínez
de Perón. El nuevo golpe no sólo pretendía recuperar la “normalidad” perdida por la
inestabilidad política del gobierno, como lo habían realizado anteriormente los intentos
del 55, 66 y 69 (Novaro y Palermo, 2003) sino que parte de un diagnóstico de la
sociedad argentina, a partir del cual determina que la misma “sufre de una patología
que debe ser extirpada para salvar a la nación.” 5
A partir de este análisis, las fuerzas armadas elaboraron un “plan de sanidad” que
estuvo conformado por tres elementos principales:

1. Político: pretendió eliminar toda expresión política, se prohibieron los partidos


políticos y la actividad política estudiantil (universitaria y secundaria), fueron
intervenidos los principales sindicatos al mismo tiempo que se suspende el
derecho de huelga y las reuniones públicas. Por otra parte, se elaboró un
nuevo sistema institucional basado en la división del poder en las tres fuerzas
lo que supuso una complicada trama de negociaciones y disputas por el
poder.6
2. Represivo: la puesta en práctica de un aparato de represión ilegal sobre el
enemigo7, pretendió despolitizar la sociedad a través de la tortura y
desaparición de militantes de organizaciones sociales y políticas, tuvieran o no
una estructura militar, tales como, sindicatos, clubes y centros vecinales8. La
represión produjo una fuerte transformación en las prácticas sociales9 por que

5
Novaro y Palermo (2003) estudian los discursos elaborados por el gobierno de facto, afirmando que el
elemento que los militares identifican como patológico es el populismo. Feierstein (2007) se apoya en el
estudio de la represión sobre los sujetos, para afirmar que el elemento común es el uso de la autonomía
política. Las propuestas de ambos autores son inclusivas ya que, el elemento común es la existencia de
lazos sociales solidarios a nivel de los sectores populares. En efecto, la solidaridad social, sindical, de las
organizaciones de la sociedad civil, la solidaridad para con el desvalido y la acción que supone el
identificarse con la causa de otro sujeto es la patología que debe ser atacada ya que en su interior se
encuentra el reconocimiento de la desigualdad y el conflicto social.
6
Sobre el funcionamiento institucional de la Dictadura militar se consultó Novaro y Palermo. 2003.
Historia Argentina 9. “La dictadura Militar”. Paidos. Buenos Aires. Sobre la división de poder y las
pugnas entre las fuerzas armadas es interesante el aporte de Quiroga, Hugo. 2004. El tiempo del
“proceso”. Homo Sapiens ediciones. Rosario.
7
Utilizamos el término enemigo en el sentido utilizado por Calveiro (2008) y Feierstein (2007) es decir
dentro de la lógica binaria cerrada amigo-enemigo que posibilitó llevar a cabo la construcción de la figura
de delincuente subversivo.
8
Gabriela Águila (2008) ha estudiado los efectos de la represión sobre las organizaciones políticas
barriales en la ciudad de Rosario Provincia de Santa Fe.
9
Feierstein caracteriza a las mismas como prácticas sociales genocidas poniendo el eje en el carácter
planificado con la intención de eliminar un grupo político.

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tuvo un efecto de terror sobre el conjunto de la sociedad. En efecto, con la


desaparición de los principales referentes políticos, así como con la extensión
del terror10 se propuso construir una sociedad disciplinada y silenciada.
3. Cultural: las transformaciones operadas sobre las instituciones nacionales y
provinciales afectaron a las instituciones educativas y a la gestión sobre la
cultura. Además de la represión directa y exclusión de artistas, estudiantes,
docentes y no docentes se modificaron los curriculums educativos, se ejerció
un control directo de los ámbitos educativos con la meta de generar un efecto
de terror sobre el conjunto de la sociedad y la inculcación de valores y
normativas desde los niveles más bajos del sistema.

El plan de “saneamiento cultural” apuntó a uniformizar las señales identitarias de la


nación a través de slogans (Los argentinos somos derechos y humanos), emblemas
(obligación de embanderar los frentes de las casas en las fechas patrias, la
publicación de manuales sobre el uso de los símbolos patrios y el denominado
Operativo claridad, entre otros.), rutinas de actuación (obligación de identificarse cada
vez que fuera requerido), entre otros que profundizaremos en nuestra investigación.
Postulamos aquí que las fuerzas armadas y sus valores funcionaban como un
significante de identificación que atravesaba todos los segmentos etarios y todas las
instituciones del estado.
“En rigor, la militarización en el dispositivo educativo se nutre de esta “convergencia
cívico militar”. No operó como mera figura analógica. Pudo formalizarse a través de
acciones, normas, reglamentos, dictámenes, resoluciones, acciones conjuntas, pactos
secretos y manifiestos.” (Kaufman, C. 2001: 94) en la colección Dictadura y educación
queda claro que la acción cívico militar no se redujo solo a la reglamentación del “que
hacer” y del “como hacer” sino también en el “que enseñar”, la prohibición de una gran
cantidad de libros culpables de marxismo11 y el análisis de los cambios curriculares

10
Calveiro (2008), Feierstein (2007), Águila (2008) y Novaro/Palermo (2003) concuerdan en que una
parte de la represión ilegal fue dedicada a afectar la sociedad fuera del campo de concentración, los
operativos públicos, el rapto Express de sujetos rápidamente liberados, sin tener en cuenta el efecto
psicológico de la desaparición de una persona conocida fueron algunos de los elementos destinados a
despolitizar la sociedad.
11
Como es el caso de los libros de Freire. Resolución 1527/ 21 del día 3 de noviembre de 1978, el caso
del Almanaque del mundial por la resolución 1479/21; el libro de historia moderna y contemporanea
editado por Kapeluz y escrito por Gabriel A. Ribas resolución 681/21; el libro Nuestros Muchachos de
Alvaro Yunque y editado por editorial Plus Ultra resolución 1731/21, entre otros. La escusa que permitió
estas prohibiciones se encuentra dos puntos. El uso de la ideología marxista, que fomentaba la
conflictividad social; y lesionar la soberanía nacional sobre todo en los casos que presentan “errores
geográficos” o “errores históricos”.

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permite observar como la transposición didactica12 elabora una versión de la historia


argentina que elimina los focos de conflicto fortaleciendo la continuidad y linealidad en
la narración13.
El gobierno de facto, ha sido definido por Feierstein (2007) como un genocidio14
reorganizador: “opera hacia el interior de una sociedad ya constituida (un Estado
nación preexistente) y busca refundar las relaciones sociales, los vínculos, los códigos,
la cotidianeidad, las mediaciones políticas; en suma, el ejercicio concreto y abstracto
del poder en dicha sociedad”(Feierstein, D. 2007:105). Para instalar nuevas reglas, el
proyecto genocida intenta eliminar un sector de la sociedad física y simbólicamente.
Esto se lleva a cabo a través de la puesta en práctica de lo que Pilar Calveiro (2008)
denomina aparato desaparecedor15 y de la construcción negativa de una identidad
representada en la imagen del delincuente-subversivo. La autora realiza una
descripción del proceso de negación de las identidades, concebido como vaciamiento
de los sujetos: 1) identificación y aislamiento; 2) hostigamiento; 3) separación espacial
y debilitamiento físico y emocional; 4) derrumbe psicológico con la consecuente
destrucción de los cuerpos. La construcción simbólica de la negatividad no puede
abarcar cualquier porción de la sociedad sino que se trata “de ciertos grupos que
tienen vinculaciones (más o menos potentes ajustados o sobredimensionados) con su
potencial subvertor o su inasimilabilidad para un determinado orden social” (Feierstein,
D. 2007:241), aquellos que no pueden ser asimilados a la normalidad del resto de la
sociedad “sana”. Para analizar este proceso por el cual es posible llevar a cabo el
genocidio el autor se centra en el estudio de las prácticas al interior de los Centros
Clandestinos de Detención y las consecuencias que tiene sobre el resto de la
sociedad. La propuesta de Feierstein que es compartida por Calveiro supone que los
militares intentaron crear a través de la acción negativa una sociedad despolitizada,
separada y atomizada en multiplicidad de reclamos individuales.
Estos procesos pueden ser analizados a través de la visión autoritaria amigo/
enemigo La construcción del enemigo interno (delincuente-subversivo), supone la
12
La transposición didactica es el proceso pedagógico por el cual se adecuan los conocimientos a las
capacidades cognocitivas de los alumnos. Ver Carretero. 2007. Documentos de identidad. Paidos Buenos
Aires
13
Si bien estas características no son exclusivas de la historia de la educación durante el periodo
estudiado, si se debe reconocer que el nivel de transformación de las instituciones educativas en ese
momento posee características originales.
14
El concepto de genocidio político es utilizado por el autor para describir las transformaciones llevadas a
cabo en las prácticas sociales a partir del impulso que dio la dictadura a la persecución e intento de
eliminación de un sector de la población, identificado con la utilización de su autonomía política.
15
El aparato desaparecedor estuvo compuesto en Argentina por los Centros Clandestinos de Detención
que operaron desde la ilegalidad. En los mismo se llevaba a cabo un proceso de “vaciamiento” de los
sujetos con un doble interés: la extracción de información útil en la lucha contra la subversión; por otro
lado, la transformación del sujeto en un individuo despolitizado, respetuoso de las jerarquías y por encima
de todo ensimismado (Calveiro, P 2008)

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negación de la identidad de una porción de la población. De esta forma, la


construcción de un enemigo supone al mismo tiempo la afirmación de un amigo.
Siguiendo esta lógica, la formula delincuente-subversivo va de la mano con la
afirmación del verdadero ser argentino (occidental y cristiano)16.
Al reimplantarse democracia se comenzó a indagar las razones que habían
posibilitado la llegada al poder de la junta militar. En este sentido Feierstein (2007)
desarrolló un estudio pormenorizado de la bibliografía teniendo como eje la casuística
utilizada en las investigaciones para explicar el fenómeno de la última dictadura militar
en Argentina:

La explicación militar: el documento final de la Junta Militar, la ley 22.924


conocida como “de autoamnistía” y el libro “El último facto”, escrito por último
presidente de facto Bignone, intentan explicar las razones del accionar
poniendo el eje en el servicio prestado a la patria en la guerra anti-subversiva,
justificando la ilegalidad de algunos de sus actos con términos como excesos y
errores en el desarrollo de una acción legítima17.
La teoría de los dos demonios: los decretos 157, 158 y el prólogo al informe de
la CONADEP “Nunca más” escrito por Ernesto Sábato dan lugar a la igualación
de victimas y victimarios, al considerar la acción política y la represión como
dos terrores simétricos ubicando en el lugar de victima a la sociedad. Quizás
este elemento tranquilizador de las conciencias de un grupo indeterminado sea
la razón del éxito de esta visión. El autor explica como esta visión posibilitó la
negación de explicaciones más complejas que tuvieran en cuenta causas
económicas, políticas, históricas y culturales propuestas en los tempranos
trabajos de Marin, Duhalde, Rozitchner y O`Donnell. Al mismo tiempo, la teoría
de los dos demonios permitió la negación de las voces de los sobrevivientes,
ya que los mismos eran mínimamente sospechosos de traición y solo fueron
escuchados mientras narraron el horror de la experiencia concentracionaria 18
para luego ser ignorados.

16
Existe una gran cantidad de autores (Calveiro 2008; Feierstein 2007; Novaro y Palermo 2003; Águila
2008 y Kaufman 2006 entre otros) que concuerdan que la construcción de la identidad nacional por la
última dictadura militar argentina se funda en la formula “Dios, Patria y Familia”.
17
El autor hace referencia a los libros escritos por Acdel Vilas y Camps donde se describe las acciones
ilegales de tortura y desaparición como elementos necesarios para la lucha contra la subversión, en este
sentido los últimos documentos proponen una revisión que se relaciona más con una nueva situación
política (la vuelta a la democracia y el riesgo de ser juzgado) que con un cambio en la justificación de las
acciones llevadas a cabo.
18
Feierstein propone considerar estos testimonios como una continuidad de la política de terror “vayan y
cuenten al conjunto lo que ha ocurrido con sus cuerpos, lo que hemos hecho con ellos, para que nunca
más exista nadie que se atreva a hacer lo que ustedes hicieron” Feierstein (2007:340)

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No fue sino hasta la década del 90`, cuando una nueva generación planteó la
necesidad de respuestas que excedían los planteos tranquilizadores, cuando
se recuperaron las voces de los sobrevivientes y las propuestas contestatarias.
Focalizándonos sobre el espacio provincial nos parecen relevantes los estudios
realizados por las distintas ciencias sociales en particular los llevados a cabo por las
ciencias antropologías.
Miriam Tarrago “La Arqueología de los Valles Calchaquíes en perspectiva histórica”
y el referido a las políticas patrimoniales de los Menhires en el valle de Tafí de A. M
Chambeau. En el caso del primero hace un recorrido histórico de las metodologías y
corrientes de pensamiento que se encuentran en los estudios sobre los valles
Calchaquíes desde principios del siglo XX hasta la vuelta a la democracia en la
década del 80`, la autora realiza una correlación interesante entre el momento político
y las postura científica, la dictadura no solo expulso una gran cantidad de docentes
innovadores sino que los espacios dejados por la persecución política fueron
ocupados por científicos que sostuvieron el punto de vista histórico cultural con claras
tendencias racistas19. Chambeau (2007) realiza un recorrido histórico cuidadoso sobre
los derroteros políticos de la gestión de los Menhires sin embargo su punto de vista se
separa del análisis de los efectos identitarios del traslado y construcción del parque de
los Menhires durante el gobierno provincial de facto de Busi para centrarse en las
consecuencias técnicas del mismo y los procesos de gestión truncados con el nuevo
traslado al predio de La Sala.
Por otra parte nos resultan sugerentes las propuestas realizadas por Barbara
Mannase (2007) quien elabora a partir de una síntesis de las últimas investigaciones
arqueológicas una historia alternativa del valle de Tafí, la cual contradice la postura
tradicional del vaciamiento y desaparición de las culturas originarias. La propuesta de
la autora encuentra continuidad en la ocupación del valle y por sobre todo da lugar a
una discusión que excede los intereses científicos y penetra directamente en los
conflictos sociales donde la historia ha favorecido a los terratenientes en desmedro de
los derechos de los pueblos originarios. Carmelingo y Mannase (2007) realizan un
análisis interesante de los discursos en el ámbito educativo tafinista, según los autores
el discurso educativo tiende a valorizar los restos arqueológicos reubicándolos en
espacios atemporales y anónimos que no permiten el reconocimiento de los pueblos

19
Sobre las características de la corriente Histórico Cultural consultar a Edgardo Garbulsky “La
antropología argentina en su historia y perspectivas. El tratamiento de la diversidad, desde la negación /
omisión a la opción emancipadora”Ponencia presentada a las I Jornadas Experiencias de la Diversidad-
Centro de Estudios sobre Diversidad Cultural- Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional
de Rosario. Rosario, Argentina, 9 y 10 de mayo de 2003.

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originarios. En una línea similar pueden incluirse los proyectos de empoderamiento


llevados a cabo por Josefina Racedo desde el CERPACU y por Patricia Arenas que
recuperan la complejidad histórica de los cambios en el uso del espacio en el valle y
los procesos de reetnización llevados desde fines del siglo XX y principios del XXI.
La gestión del patrimonio cultural también fue útil para la imposición de una visión
despolitizadora, jerarquizante expresada en la linealidad y continuidad de los procesos
históricos. Para imponer una perspectiva autoritaria sobre la gestión patrimonial
colaboraron científicos y técnicos como agentes de legitimación.
Conviene primero aclarar que entendemos por patrimonio cultural. Definimos al
patrimonio como una construcción social que se lleva a cabo en un espacio y tiempo
concreto respondiendo a los intereses de un grupo determinado que refleja la lucha de
poder específica del momento en el cual se produce la selección del elemento
activado. La selección es justificada mediante discursos legitimados, reconocidos por
su capital (en el sentido utilizado por Bourdieu 1991). Sin embargo, un elemento puede
ser patrimonialmente activado en un contexto, justificado por discursos que responden
a los intereses de un grupo y un tiempo después, ser resignificado por otros discursos
y reapropiados por otros grupos. Este proceso puede ser observado en el caso de la
Ruinas de Quilmes cuya reconstrucción, en el contexto de mediados de la década del
70`, respondió a los intereses de un gobierno de facto con intenciones reorganizadoras
para luego ser resignificada al comienzo del siglo XXI, con la recuperación de la
“Ciudad Sagrada” por los pueblos originarios.
La gestión patrimonial tiene antecedentes que se remontan a principios del siglo XX,
sin embargo, no es hasta después de la segunda guerra mundial cuando se produce
una gran preocupación por los bienes materiales con valor cultural20 que tomó un
mayor impulso durante el periodo estudiado. Argentina, con un gobierno cuestionado
en el mundo, adhirió a los convenios internacionales, por lo que, no es de extrañar que
las activaciones patrimoniales cumplieran un conjunto de propósitos, entre otros
suavizar la imagen represora del gobierno de facto.
El estudio de los procesos de patrimonialización coadyuvará al análisis de la
producción simbólica de identidades, tanto aquellas que fueron congruentes con el
sistema como identidades resistentes. Así, se considera:

20
Entre las que se encuentra la carta de Atenas de 1931, la convención de la Haya sobre la protección de
los bienes culturales en caso de conflicto armado de 1954, la convención de UNESCO para la protección
del patrimonio cultural y natural de 1972, la convención sobre la protección del patrimonio arqueológico,
histórico y artístico de la naciones americanas de la Organización de Estados Americanos (OEA) de 1976.
Todas ellas pueden ser consultadas en el sitio oficial de la UNESCO www.unesco.org

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Los procesos de selección deben ser analizados en su contexto específico


(Prats 2004). El acto de separación de un objeto o elemento cultural se
produce dentro de un listado de potenciales activaciones, de esta forma la
selección de un elemento sobre otros, es representativo de la intención político
ideológica de quienes ejercen poder.
La justificación: alrededor de la selección se generan discursos que visibilizan
la conflictividad social en su contexto de enunciación. Los enunciados
provenientes desde distintos espacios de enunciación argumentan a favor o no
de la selección de un elemento, en este sentido se deben analizar los discursos
periodísticos, académicos, escolares y políticos.
El espacio donde se ubican las activaciones patrimoniales: la activación de un
elemento natural o cultural transforma el uso del espacio. En efecto, la
patrimonialización introduce nuevas reglas que responden a la voluntad de
conservar y preservar, con una lógica centrada más en los bienes que en las
personas. Esta transformación del espacio supone cambios para las
poblaciones poseedoras o convivientes con el bien.

Volviendo sobre el ejemplo de la reconstrucción de las ruinas de Quilmes, se


transforma un espacio transitado libremente, en un espacio privado en el cual las
prácticas deben subsumirse al tránsito cuidadoso sobre un camino delimitado
previamente. Se generaron discursos periodísticos tendientes a la justificación de
la reconstrucción de las ruinas21, se proyecta la recuperación de la historia, la
tradición y las raíces de la identidad nacional. Por su parte, el discurso académico
estuvo presente desde el primer instante, ya que la reconstrucción fue planificada y
llevada a cabo por el arqueólogo Pelissero y el geógrafo Difrieri, pertenecientes a
la Universidad de Buenos Aires, quienes elaboraron un informe que se publicó en
1981 con el nombre de “Quilmes”. El discurso académico y periodístico no
consideró el punto de vista de los pueblos originarios, que resistieron a esta
propuesta patrimonial, resistencia que continúa hoy.

De esta forma, nuestra propuesta se dirige a profundizar el estudio de la historia


reciente argentina. Allí se concreta el intento de influir en los procesos identitarios a
través de la gestión patrimonial (entre otras herramientas) para la afirmación de la
“verdadera identidad nacional” y la negación de identidades políticas heterogéneas. En
efecto, la construcción del discurso académico y periodístico que afirmaba la

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Diario La Gaceta de los días 1/12/1977; 26/01/1978; 8/05/1978; 20/06/1978; 10/08/1978; 15/01/1979;
8/05/1979; 3/12/1980 y 4/12/1980

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desaparición física y por ende la negación de los derechos de los pueblos originarios
ha tenido consecuencias sobre la construcción de los discursos sociales y sobre las
políticas de reconocimiento.
Esta investigación intenta comprender y explicar los procesos apropiación del
pasado y la construcción simbólica en contextos represivos y autoritarios.

Objetivos generales:
Comprender y explicar la producción material y simbólica de identidades en el
contexto represivo y autoritario durante la última dictadura militar Argentina.
Estudiar la ejecución de un programa integral de dominación analizando
actuaciones de las personas.
Poner a prueba el concepto de dominación ideológica.

Objetivos específicos:
Problematizar la relación entre el proyecto político-económico y los procesos de
negación y fortalecimiento de las identidades sociales en el departamento Tafí
del Valle durante el periodo estudiado.
Exponer los elementos simbólicamente representativos presentes en los
objetos patrimonialmente activados en Tafí del Valle por el gobierno de facto.
Visibilizar la relación entre la producción social de discursos y la gestión
patrimonial en Tafí del Valle y sus consecuencias en el presente.

Marco teórico:

A diferencia de otros golpes militares latinoamericanos, en los cuales las fuerzas


armadas actuaron como ejecutoras de diversos intereses económicos o bloques que
intentaban imponer su hegemonía, la dictadura comenzada en 1976 en Argentina, así
como el Pinochetismo en Chile, no se planteaban como un momento de transición
entre dos órdenes constitucionales, sino que tuvieron como meta la transformación
completa de la sociedad.
La idea de Videla sintetizada en la frase “tenemos objetivos, pero no plazos”,
intentaba dar cuenta que la guerra antisubversiva era un medio para realizar una
“limpieza sanitaria” completa que incluía tanto los aspectos físicos (exterminio) como
los morales-culturales (occidentalismo-cristiano).
En los primeros años de esta dictadura quedaba claro en la sociedad argentina que
la supuesta guerra había sido ganada militarmente (Feierstein, D. 2007; Novaro y
Palermo 2003). Las fuerzas armadas habían ocupado la totalidad del territorio, y en

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especial habían consolidado sus fronteras, habían colocado funcionarios de las


distintas fuerzas y rangos en todas las instituciones, creían haber logrado legitimar un
cuerpo de doctrina para sustentar su accionar, y contaban con la complicidad de
algunos sectores civiles (Kaufman, C. Ob. Cit.).
Desde ese momento, mediados de 1977 o comienzos de 1978, quedaba para las
fuerzas armadas argentinas, ganar también la guerra “por otros medios”. Es en estos
“otros medios” donde ingresa la política cultural, como algo más que la represión y la
prohibición, que podemos caracterizar como una “ofensiva” cultural, donde se
pretende efectivamente doblegar e integrar a la población, que ya había sido sujetada
por las armas.
El mundial de fútbol de 1978 fue un ensayo de ofensiva cultural donde se manipulan
símbolo identitarios nacionales –el gauchito del mundial- y se elaboran slogans tales
como “el mundial también es confraternidad…y usted juega de argentino” para
enfrentar culturalmente las denuncias sobre los campos de concentración, la tortura y
los asesinatos masivos. Esta ofensiva también funcionó a niveles micro: la referencia a
los símbolos patrios como identidad cosificada, el control sobre la apariencia en los
establecimientos públicos, las prohibiciones bibliográficas, el respeto a las jerarquías
familiares (O` Donnell 1984).
Este cuadro, nos induce a pensar que el proyecto de las Fuerzas Armadas de 1976
se intentó desarrollar bajo los principios de un ejército colonial de ocupación, sobre
todo tomando en cuenta que sus oficiales eran discípulos de las escuelas de las
Américas montadas alrededor de las experiencias norteamericanas antisubversivas,
que no sólo preparaban a sus cuadros superiores para el ejercicio de la tortura y la
represión, sino para el tratamiento de la población local, su dominación y
consentimiento subordinado.
Partiendo de esta premisa consideramos que nuestro marco teórico se fundamenta
en los estudios realizados por los sociólogos, antropólogos, filósofos, psicólogos e
historiadores que se dedicaron al análisis de los mecanismos de la dominación
colonial contemporánea, desde Alberto Memmi (1969), Franz Fanon (1966; 1974),
Jean Paul Sartre (1968) hasta los actuales Estudios Culturales y Postcoloniales, como
Homi Bhabha (2002), Chakrabarty (2009), Said (2005), etc.
Esta línea de investigación considera que la dominación colonial se monta sobre una
doble operatoria, la fragmentación de las subjetividades con la meta de eliminar toda
posibilidad de resistencia a través del terror, la limitación de las interacciones, las
prácticas de la sumisión; y, la naturalización de la racionalidad opresora, como única
forma cultural posible.

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Dentro de esta segunda operatoria, se encuentra la manipulación de los medios de


comunicación y propaganda, la reforma de los sistemas educativos, la creación de
símbolos de identificación y rituales, hasta las prácticas de vida cotidiana.
Fanon en Sociología de una revolución (1966), analiza los esfuerzos del ejército y
los funcionarios coloniales franceses por “occidentalizar” a la mujer argelina, no sólo
por el deseo de apropiarse de lo oculto del otro, sino también por la razón militar de
considerar que la socialización de los niños al interior de los hogares argelinos
dominados por la “mujer tras el velo” se fertilizaba la semilla de la revolución. En este
sentido, el énfasis puesto en el fortalecimiento de las jerarquías familiares funcionó
como una metáfora de otros dispositivos de disciplinamiento que afectaron el total de
la sociedad cuya mayor “enfermedad” se encontraba en el uso desmedido de la
autonomía (O`Donnell G. 1984).
En este sentido, la producción de discursos sociales (textos, diseños espaciales,
formas de presentación de la persona) es una herramienta central de la estrategia de
imposición de la racionalidad opresora. Estos textos, tal como plantea Said,
preformatean la realidad, la anticipan de tal manera que los ojos del dominado, ya
desenclavado de su “matriz” cultural, sólo puede “ver” aquello que los textos pretenden
que vea.
El Orientalismo (Said), esa creación inglesa universalizada sobre Medio Oriente, o la
construcción de la Historia hindú (Bhabha, Chakrabarty) que legitiman el orden
occidental como necesario frente a las desigualdades y para preservar las propias
creaciones culturales locales, son descripciones reflexivas sobre los modos en que
operó la dominación sobre los intelectuales locales.
En términos de Zizek (2003) estas políticas constituyen el eje de la imposición
ideológica por la cual se pretende que las personas, a través de la ritualización de las
conductas, terminen creyendo que lo “real” es verdaderamente la “realidad” relatada
en los textos.
En el caso que nos ocupa, la textualidad generada estuvo dirigida a reafirmar “una”
identidad nacional amenazada por la “subversión”. A diferencia de otros procesos
coloniales no se partió de la diferencia étnica o cultural que distingue taxativamente
dos bandos, sino que se trató fundamentalmente de la afirmación de ciertos aspectos
para borrar otros y resignificar significantes al colocarlos en un nuevo contexto de
significación, rearticularlos desde otro Significante Amo (Zizek, S. 2003).
Así, la política cultural de patrimonialización tendió a consolidar la idea de que existe
una sola Nación Argentina y que su construcción tuvo un agente principal en las
Fuerzas Armadas. Dentro de esta, la reconstrucción de sitios arqueológicos y los

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museos son textos que nos hablan sobre el origen y el derrotero de la argentinidad,
pero también prometen un destino, a través de la lógica de los guiones de su recorrido.
Sin embargo, la eficacia de esta “realidad” textual no pudo borrar la tortura, las
desapariciones y sobre todo, las desigualdades sociales. El último intento
desesperado de retornar a la esfera propiamente militar, la Guerra de Malvinas, es un
síntoma de que los otros medios, la dominación ideológica, habían fracasado.
Como en el caso argelino la ofensiva cultural en la Argentina acompaño un proyecto
más amplio de transformación económica y política. Para dar cuenta de un proyecto
de reorganización general de las prácticas es pertinente el uso de la noción
foucaultiana de dispositivo.
El dispositivo es objeto de la descripción genealógica. Foucault hablará de,
dispositivos de poder, dispositivos de saber, dispositivo de sexualidad, dispositivo de
alianza, dispositivo de subjetividad, dispositivo de verdad, etc (Castro, E. 2004). Se
entiende por dispositivo, a la red de relaciones que se pueden establecer entre
elementos heterogéneos: discursos, instituciones, arquitectura, reglamentos, leyes,
medidas administrativas, enunciados científicos, proposiciones filosóficas, morales,
filantrópicas, lo dicho y lo no dicho. Sus características principales son:
1. El dispositivo establece la naturaleza del nexo que puede existir entre estos
elementos heterogéneos con un fin estratégico. Por ejemplo, el discurso puede
aparecer como programa de una institución, como un elemento que puede
justificar u ocultar una práctica, o funcionar como una interpretación a posteriori
de esta práctica, ofreciendo un campo nuevo de racionalidad.
2. Se trata de una formación que en un momento dado ha tenido por función
responder a una urgencia. El dispositivo tiene así una función estratégica,
como por ejemplo, la reabsorción de una masa de población flotante que era
excesiva para una economía mercantilista.
3. Además de definirse por la estructura de elementos heterogéneos, un
dispositivo se define por su génesis. Foucault distingue al respecto dos
momentos esenciales: un primer momento de predominio del objetivo
estratégico; un segundo momento de constitución del dispositivo propiamente
dicho.
4. El dispositivo, una vez constituido, permanece tal en la medida en que tiene
lugar un proceso de sobre–determinación funcional: cada efecto, positivo o
negativo, querido o no, entra en resonancia o contradicción con los otros y
exige un reajuste. Por otro lado, nos encontramos con un proceso de perpetuo
rellenamiento estratégico.

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De esta forma, los cambios en el uso de la tierra (transformación económica), la


creación del departamento de Tafí del valle (control territorial), la puesta en valor de
bienes culturales (proceso de creación textual de la identidad), serán analizados como
dispositivos para la dominación ideológica.

Metodología:

Como se pudo observar a lo largo del proyecto se propone un diseño no


experimental, flexible y de tipo longitudinal (Sampierri, H et al. 1997). Se trata de una
investigación con metas explicativas “las investigaciones explicativas son más
estructuradas que las demás clases de estudios y de hecho implican los propósitos de
aquellas (exploración, descripción y correlación), además de que proporcionan un
sentido de entendimiento del fenómeno al que hacen referencia” (Sampierri, H. Ob.
Cit. 68).
Las hipótesis tentativas que animan nuestra investigación afirman:
a) La gestión patrimonial durante la última dictadura militar formo parte de una
política integral cuyos cinco ejes fueron: 1) el cambio económico, 2) el control
territorial, 3) la dominación cultural 4) la imposición de una única identidad
abstracta fundada en la trilogía “dios, patria y hogar”, al servicio de un proyecto
normalizador que pretendió lograr la despolitización de la sociedad y 5) la
política del terror.
b) Las políticas patrimoniales y la imposición de identidad constituyen los ejes del
proyecto de dominación ideológica.
c) El proyecto de dominación ideológica es llevado a la práctica a través de la
utilización de dispositivos normalizadores activados localmente, a través de las
instituciones y el disciplinamiento de los cuerpos.
Poner a prueba estas hipótesis tentativas posibilita una línea metodológica
enmarcada dentro de la microhistoria22. Con ella se hace referencia a la escala de
observación. La microhistoria, de acuerdo con lo que plantea Ginzburg (1995), surge a
partir de una crítica generalizada al etnocentrismo, que llevó a replantearse la escala
nacional como escala única de análisis. De esta forma, microhistoria se diferenció de
la historia nacional y de la historia regional, ambas muy vinculadas al desarrollo de

22
Vale aclarar que tomaremos la concepción italiana de microhistoria.

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estudios homogeneizadores que en las décadas del 70`y 80` tomaron la forma de
historia serial23, impulsada desde la escuela francesa de Annales.
Una pregunta que surge es ¿Cuál es la escala de la microhistoria? En el artículo
citado, donde Ginzburg lleva a cabo una síntesis de las razones que lo llevaron a
realizar la historia de un molinero de Friuli, el autor afirma “la incitación por este tipo de
narración (más en general, la incitación a ocuparme de la historia) me venía de más
lejos: de La guerra y la paz, de la convicción de Tolstoi respecto que un fenómeno
histórico puede tornarse comprensible solamente a través de la reconstrucción de la
actividad de todas las personas que formaron parte de él24”, la propuesta de Tolstoi,
no hacer una historia vacía, se relaciona con la inclusión del agente en la historia. La
vida y muerte de un molinero del siglo XVI puede no decir nada de una sociedad o
puede decirlo todo, la escala no está dada solo por el tamaño de la superficie o la
cantidad de individuos, sino por la intención del historiador que busca en estas
historias ignoradas indicios que ayuden a comprender y explicar una sociedad
determinada. (Slavutsky, A. 2007).
Poner el foco en el departamento de Tafí permite analizar las políticas nacionales en
su implementación local, las acciones a que dieron lugar, consecuencias previstas y
no previstas así como los procesos de resistencia, mediación, aceptación o rechazo de
las mismas.
El proyecto contempla tres situaciones concurrentes:
1. El relevamiento, registro, procesamiento y análisis de la información disponible
édita e inédita de:
Documentos públicos: Archivo Histórico Nacional, Archivo General de la
Provincia, Archivo de la legislatura, Oficina de Leyes y Decretos de la
Casa de Gobierno, Bibliotecas Públicos.
Semi públicos: por ejemplo documentos institucionales existentes en
escuelas, municipios, clubes, documentos administrativos de museos,
de organizaciones de base como comunidades indígenas,
asociaciones gauchas, centros de residentes, y todo otro que
convenga a los fines del presente proyecto.
En ambos casos se realizará un registro informatizado que será
sometido a la crítica externa e interna a través de la triangulación de
fuentes e interpretado del análisis del discurso y el contenido.

23
La historia serial se basa en la cuantificación y comparación de documentos homólogos. Las
conclusiones se basaban en la cantidad de documentos que establecían un patrón de comportamiento
dejando de lado los documentos que significaban una excepción a la gran mayoría.
24
Ginzburg, Carlo. 1995. Microhistoria:dos o tres cosas que sé de ella. En Entrepasados- revista de
historia año V, Nº 8. Pág. 61

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2. Recuperación de la memoria a través de la metodología evocativa con


sustento en las técnicas de historia oral de las prácticas y acciones de los
agentes e instituciones involucrados en los proyectos de patrimonialización del
periodo estudiado, recuperando los lenguajes no verbales y discursivos, y sus
contextos de producción.
3. Registro de las prácticas y acciones de las denominadas poblaciones objetivo
de los proyectos y programas involucrados. El diseño general responde a una
combinación específica de métodos históricos con métodos y técnicas
cualitativas de investigación consideradas como pertinentes. Por ejemplo, los
métodos cualitativos y, en particular, el análisis de contenido y discurso,
pueden proporcionar información sobre las formas en que las comunidades
locales percibieron los procesos de valorización y la imposición de normativas
ambientales y culturales y cómo se vieron afectados.

Se considera que una parte significativa de la información requerida por el proyecto


debe ser construida a través del trabajo con registros testimoniales y
secundariamente, a través de técnicas cualitativas como la entrevista, desde una
perspectiva reflexiva y crítica (Bourdieu y Wacquant, 1995) que evite la reproducción
de los supuestos teóricos y metodológicos que “son producto de un estado anterior de
la ciencia”, la apelación a la metodología cualitativa es un espacio común entre las
investigaciones sobre el pasado reciente argentino debido a la gran cantidad de
documentos destruidos por el gobierno de facto para cubrir las actividades ilegales
(Águila, G. 2008)
Desde esta perspectiva el trabajo de campo está concebido como una relación
dialéctica entre los conocimientos básicos disponibles (ideología científica, teorías
disponibles, y prácticas de investigación), el conjunto de acciones y lógicas prácticas
(Bourdieu; 1981) de los agentes involucrados directa o indirectamente, y la realidad.
Este proceso será posible en el conjunto de lugares (De Certeau; 2000) a través de la
generación de situaciones de copresencia que permitan la producción de relaciones de
fiabilidad, proponiéndose superar los obstáculos epistemológicos típicos
(extrañamiento, distanciamiento, desconfianza, etc.) de la etnografía tradicional.
En el marco del objetivo general una de las categorías centrales de análisis del
proyecto es la de “patrimonio”. En este sentido, este no será tratado sólo como una
construcción producida por la ideología hegemónica que lo ubica dentro del desarrollo
de una historia direccional y única, que recoge los aportes locales considerados como
significativos para la universalizacion del occidentalismo (Said). Por el contrario,
interesa evaluar las consecuencias que esta construcción tuvo sobre el patrimonio

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activo de los sectores oprimidos de la sociedad, cuyo patrimonio se constituye desde


la defensa de su territorialidad, los modos de reproducción socio-cultural, la memoria
entendida como resistencia, y la producción y transformación del capital simbólico.
Se pretende lograr los estándares de adecuación descriptiva y explicativa
apropiados para las ciencias sociales. En términos del trabajo empírico la meta es
alcanzar altos niveles de confiabilidad y validez interna (en el diseño de los
instrumentos) y externa.

Reflexiones finales:

A lo largo de este proyecto de investigación hemos intentado dar cuenta de la


utilidad heurística del concepto de patrimonio cultural como fuente de información para
el análisis de los procesos identitarios en contextos represivos.
Si bien ha quedado clara la utilidad del patrimonio cultural como fuente de
información, solo lo es en tanto, puede ser considerado como un dispositivo
foucaultiano es decir como un elemento que permite relacionar variables de distinto
origen.
Al analizar el patrimonio como un dispositivo su utilidad se amplifica en estudios
microfocalizados ya que estos permiten relacionar una mayor cantidad de variables
específicas. El caso de Tafí del Valle nos permitió relacionar los cambios económicos,
sociales y culturales en un contexto represivo.
El estudio de la gestión cultural implica focalizarnos en el punto de vista hegemónico
de la realidad sin embargo esto no quiere decir que no se pueda observar en la acción
de los agentes procesos de resistencia que aún hoy continúan. En efecto la imposición
de lo occidental y cristiano así como una forma de leer el pasado del Valle que es
resistida por los pobladores más empobrecidos hoy visibilizados a partir del
reconocimiento de los derechos de los pueblos originarios.
El uso del patrimonio cultural como fuente de información implica también el análisis
del mismo en un contexto específico. Ya que, es este el que permite relacionar los
discursos y variables que se entretejen alrededor de la gestión cultural. En el caso
particular de la última dictadura militar, hemos podido observar que el análisis del
discurso y las prácticas sociales toman un significado particular relacionado con los
ejes espacio-temporales.
Este contexto represivo nos permite plantear la estrategia cultural de la última
dictadura militar como un intento de dominación colonial que intenta imponer una
visión de la “realidad”, sintetizada en lo que el Proceso de Reorganización Nacional

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denominaba el “Ser Argentino”, que ancló en una identidad occidental y cristiana,


intentando invisibilizar procesos conflictivos de resistencia. Vale la pena preguntarnos
¿hasta que punto tuvo éxito el intento de dominación y cuales fueron las secuelas de
los años de dictadura?

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