You are on page 1of 9

COMPLEJO EDUCATIVO DOCTOR ARTURO ROMERO

CODIGO: 10031

ALUMNA: JESSICA TATIANA CABEZA LINO

TEMA: REPORTE

MATERIA: ESTUDIOS SOCIALES

PROF. DE LA MATERIA: EVELIN

GRADO: 1° GENERAL

SECCION: “A”

AÑO: 2022
TEORIA DE LA SOCIEDAD DE EMANCIPACIÓN

La emancipación es el tema central del pensamiento


crítico. Marx rechazó entender la emancipación
humana como una emancipación de tipo político; es
decir, un proceso que se realice únicamente a través
del Estado o la sociedad civil. Para Marx, la
emancipación a través del Estado es una liberación
abstracta del individuo egoísta que se inscribe en los
límites de la sociedad burguesa. Desde sus escritos
de juventud, como los Manuscritos de 1844, hasta
El Capital, la emancipación humana es una idea
mucho más radical que la emancipación política.
Esta última es la emancipación posible en la sociedad burguesa, pero no es la “verdadera”
emancipación humana.

Según Marx la emancipación humana tiene como base la liberación de los trabajadores o
proletarios. No obstante, una sociedad emancipada no es una sociedad de proletarios libres
de los capitalistas o una sociedad de una sola clase: la proletaria. La emancipación es la
abolición del trabajo proletario y en consecuencia la abolición de los proletarios como clase.
La liberación y autodisolución de los proletarios llevaría a la humanidad a una sociedad sin
clases, o comunista, con sujetos conscientes de sí mismos y en relación con los otros y la
naturaleza.

Pero cuál es la praxis que llevaría a la humanidad a la “verdadera” emancipación. En El


manifiesto del Partido Comunista, una de las obras más importantes de Marx y Engels y uno
de los textos más influyentes del siglo XX, la emancipación del proletariado como base de la
emancipación total de los seres humanos se realizaría a través del “Partido” comunista. En El
manifiesto, la figura del partido como medio de emancipación le otorgó a la praxis
revolucionaria una dimensión política que se volvió fundamental para la revolución.
Asimismo, abrió la posibilidad de la lucha por el poder del Estado con el objetivo de
transformarlo en una herramienta para el cambio radical de la sociedad.

Lenin fue el principal exponente de esta perspectiva teórica y práctica. Para Lenin, el partido
comunista es donde la clase proletaria finalmente encuentra su realización y su misión, que
es el derrocamiento de la dominación burguesa. Para lograr esta misión, es necesario la toma
del poder del Estado por el partido de vanguardia. La teoría de la praxis de Lenin fue el
referente más importante de la revolución en el siglo XX. Propició muchas discusiones y
polémicas desde diferentes perspectivas teóricas marxistas.

Rosa Luxemburgo, una brillante marxista y gran revolucionaria alemana, criticó la teoría de
la praxis de Lenin y sostuvo que su concepción de organización revolucionaria como partido
de vanguardia era demasiado mecánica y centralista. Para Rosa Luxemburgo, el elemento
espontáneo es un elemento impulsor de la revolución; en este sentido, los obreros no
necesitan del partido para su liberación. Según Luxemburgo, la revolución es una práctica
autoemancipatoria, posibilidad a la que Marx nunca renunció.

Esta posición teórica y práctica la compartieron los consejistas en Alemania y Holanda, y fue
representada teóricamente por Anton Pannekoek, Paul Matick, entre otros. Podemos decir
que existen dos perspectivas teóricas en la tradición marxista sobre la praxis revolucionaria:
una que pone énfasis en el partido y en la toma del poder del Estado, y otra que se centra en
la autonomía de las luchas y rechaza el centralismo del partido comunista. Más que una
polémica de carácter teórico, las dos perspectivas son parte del movimiento histórico de la
lucha de clases.

Este artículo tiene como objetivo discutir la idea de emancipación y praxis en autores
marxistas contemporáneos como John Holloway, Theodor Adorno y Walter Benjamin. Nos
hemos centrado en estos autores dado que en la actualidad sus ideas teóricas y prácticas
permiten nuevas formas de entender la emancipación y actualizan la polémica sobre la praxis
que inició con el debate entre Lenin y Luxemburgo. Asimismo, creemos importante hacer
referencia al zapatismo, cuya idea de emancipación implica una propuesta alternativa a la
idea clásica de revolución.

La discusión sobre la emancipación y praxis que presentamos está atravesada por la polémica
entre las perspectivas antes mencionadas sobre la praxis revolucionaria, polémica que se
agudiza en las crisis de la misma praxis. La crisis de la praxis que ha resultado de las grandes
trasformaciones sociales e históricas del siglo XX, como la disolución de la Unión Soviética,
ha dado lugar a una nueva constelación conceptual sobre la emancipación humana. Esta
nueva constelación ha buscado actualizar el pensamiento de Marx y, al mismo tiempo, ha
intentado ir más allá del mismo.
LA TEORÍA DE LA SUBJETIVIDAD
La teoría de la subjetividad tiene sus bases en la PHC,
en la complejidad (González Rey, 2010b, 2011a, 2011c;
Hernández, 2008; Morín, 1998) y en una epistemología
desarrollada para abordar la subjetividad desde la
investigación cualitativa conocida como epistemología
cualitativa (González Rey, 2000b, 2000c, 2007a).  Este
marco conceptual busca dar cuenta de la subjetividad
como objeto de estudio que tiene una naturaleza
ontológica propia (González Rey 2002, 2005, 2008).  Es
decir, busca elaborar teóricamente aquellas
características que diferencian la subjetividad de otros
sistemas y que define su funcionamiento propio.  En estas líneas, la subjetividad es
una producción específicamente humana que no puede ser reducida a la conducta,
procesos simbólicos o cognitivos (González Rey, 2007b)

La concepción de la subjetividad de González Rey reta el racionalismo dominante


que busca definir la psique humana en términos lógicos, objetivos, cognitivos e
instrumentales (González Rey, 2007b).  De igual forma esta perspectiva pretende
superar dicotomías que la psicología ha heredado de su desarrollo bajo el
paradigma positivista o de la Modernidad, tales como individuo-sociedad,
consciente-inconsciente y racional-emocional (González Rey, 2002, 2007b).  Los
elementos esenciales de esta teoría giran alrededor de la construcción del sentido
subjetivo, al sujeto como generador y constructor de ellos y a la inclusión de su
dimensión afectiva dentro de la configuración subjetiva (González Rey, 2010b,
2011c, 2011a; Hernández, 2008). 

Planteamiento filosófico general

La teoría de la subjetividad tiene como fundamento filosófico la complejidad


(González Rey, 2010b, 2011c, 2011a; Hernández, 2008; Morín, 1998). Los
principios que conforman esta teoría proveen una concepción del ser humano y de
la naturaleza que se articulan en niveles sociales y psicológicos dentro del marco
de la recursividad en un esfuerzo por superar la dicotomía entre lo social y lo
individual (Hernández, 2008).  En esta misma dirección, estos principios se
oponen a los reduccionismos biológicos y sociológicos (Hernández, 2008). Para
poder comprender el planteamiento epistemológico de esta teoría, es necesario
exponer los tres principios básicos del pensamiento complejo.  Dichos principios
son: el principio dialógico, principio de recursividad organizacional y principio
hologramático (Hernández, 2008; Morín, 1998). 
El principio dialógico permite mantener la dualidad en el seno de la unidad. 
Asocia dos términos que son complementarios y antagónicos de forma simultánea
(Hernández, 2008; Morín, 1998).  Hernández (2008) expresa que el principio
dialógico es “inmanente a los seres vivos, no es un método para abordar la
realidad, por ello sirve de guía en la comprensión del ser humano en su proceso
dialéctico de desarrollo como personalidad” (p.155). 

El principio de recursividad organizacional plantea la recursividad como forma de


organización.  El proceso recursivo es entendido como aquel en el cual “los
productos y los efectos son, al mismo tiempo, causas y productores de aquello que
los produce” (Morín, 1998, p.106).  Morín (1998) utiliza el ejemplo del individuo
para ilustrar este principio.  Señala que somos productos de un proceso de
reproducción que es anterior a nosotros, pero una vez somos producidos, nos
volvemos productores del proceso que va a continuar.  También utiliza un ejemplo
sociológico.  La sociedad es producida por las interacciones entre individuos, pero
una vez producida, retroactúa sobre los individuos y los produce.  Este
planteamiento rompe con la causalidad lineal propia del positivismo, porque todo
lo que es producido re-entra sobre aquello que lo ha producido (Hernández, 2008;
Morín, 1998).  Esto ocurre en un ciclo que es en sí mismo auto-constitutivo, auto-
organizador y auto-productor (Morín, 1998). A esto Hernández (2008) añade que
su valor epistemológico para una investigación sobre subjetividad y sus procesos
está dado por el hecho de que “provee un soporte a la interpretación hermenéutico-
dialéctica del proceso de desarrollo en el ser (nivel individual) y el convivir (nivel
social), en una red vincular de interacción” (p.155). 

El tercer principio, el hologramático, busca trascender el reduccionismo que solo


ve las partes, y al holismo que solo ve al todo (Morín, 1998). Este principio
concibe a las partes en el todo y el todo en cada parte (Hernández, 2008). El
proceso entonces es visto como un “todo que se va configurando de manera
particular en el hombre con su aprendizaje y actuación” (Hernández, 2008,
p.156).  Es siguiendo estos principios del pensamiento complejo entonces que
González Rey (2002) elabora la teoría de la subjetividad desde la PHC. Presentaré
entonces el concepto principal, que es la unidad básica y constituyente de la
subjetividad desde esta perspectiva: el sentido subjetivo (González Rey, 2002,
2011c). 
NUEVA DEMOCRACIA
Nueva Democracia es un concepto maoísta basado en la teoría del Bloque de las cuatro
clases de Mao Zedong en la China post-revolucionaria. Actualmente, el Nuevo Ejército del
Pueblo de Filipinas, y el Partido Comunista de la India llevan adelante actividad guerrillera
("guerra popular") con el intento de establecer la Nueva Democracia. Sendero Luminoso
también intentó lo mismo en el Perú.

La teoría apunta a derrocar el capitalismo burocrático y lograr la liberación nacional, que se


ve impedida por el gobierno de la clase capitalista, optando por el socialismo a través de una
coalición de clases que luchan contra el antiguo régimen gobernante, unidos bajo el liderazgo
y la guía de la clase trabajadora y su partido comunista.

Este bloque de clases está simbolizado por las estrellas de la Bandera de China, donde la
estrella mayor simboliza al liderazgo del Partido Comunista de China, y las otras cuatro
estrellas que la rodean simbolizan el bloque de las cuatro clases: trabajadores proletarios,
campesinos, pequeños burgueses, y los capitalistas de orden nacional. Esta es la coalición de
clases para la "Nueva Revolución Democrática". La Nueva Democracia de Mao explica que
el bloque de las cuatro clases es una consecuencia desafortunada pero necesaria del
imperialismo tal como lo describe Lenin, mientras que las críticas de la izquierda radical
denuncian esta estrategia como una fútil y peligrosa política del mal menor.

El clásico entendimiento marxista de las etapas del desarrollo económico e histórica de los
modos de producción bajo el que una revolución socialista puede tener lugar señala que ésta
sólo puede ocurrir luego que la revolución capitalista liberal suceda primero. La revolución
liberal prepara el camino para que la clase industrial proletaria pueda emerger como la clase
mayoritaria en la sociedad, luego de lo cual lanza el modelo capitalista e inicia la
construcción del socialismo. Marx creía que la revolución comunista en las áreas no
industrializadas del mundo sería insostenible, dado que no tendrían lo que él consideraba el
requisito esencial respecto a las condiciones económicas y sociales para tal suceso. Sin
embargo el éxito de la Revolución Rusa de 1917 para superar el fallo de los movimientos
comunistas en Europa luego de la Segunda Guerra Mundial parecía validar el análisis de
Lenin, cuestionando a Marx, al menos en algunos casos. Por su lado, Mao tomó la
perspectiva de Lenin en un siguiente nivel, señalando esencialmente que la democracia
liberal y el socialismo podían combinarse en un solo estado de construcción llamado Nueva
Democracia.

Una vez que la Nueva Democracia haya sido establecida, se puede afirmar que el país es
ideológicamente socialista bajo el liderazgo del partido comunista, y su gente está envuelta
activamente en la construcción del socialismo aun así el país mantenga varios aspectos de
capitalismo para propósitos de lograr un rápido crecimiento económico. Es en esta forma que
la Nueva Democracia se considera como una etapa para llegar al socialismo - un camino de
dos etapas donde luego de la Nueva Democracia le sigue la dictadura del proletariado. Dado
que la autoproclamada meta de la construcción socialista es la creación de una sociedad
comunista sin estado y sin clases, la introducción de la Nueva Democracia hace que el
proceso entero sea una teoría de tres etapas: primero la Nueva Democracia, luego la
dictadura del proletariado y al final el comunismo.

LA POLÍTICA DE NUEVA DEMOCRACIA

La revolución china se divide en dos etapas históricas, y la primera es la revolución


de nueva democracia; ésta es la nueva característica histórica de la revolución
china. Ahora bien, ¿cómo se manifiesta concretamente esta nueva característica en
las relaciones políticas y económicas internas de China? Esto es lo que
examinaremos a continuación.

Antes del Movimiento del 4 de Mayo de 1919 (que tuvo lugar después de la Primera
Guerra Mundial imperialista de 1914 y de la Revolución de Octubre de 1917 en
Rusia), la pequeña burguesía y la burguesía (a través de sus intelectuales) ejercían
la dirección política de la revolución democrático-burguesa de China. En esa época,
el proletariado chino aún no había aparecido en la escena política como fuerza de
clase consciente e independiente, sino que participaba en la revolución siguiendo a
la pequeña burguesía y la burguesía. Este fue el caso, por ejemplo, en la época de
la Revolución de 1911. Después del Movimiento del 4 de Mayo, la dirección política
de la revolución democrático-burguesa de China dejó de pertenecer a la burguesía
y pasó a manos del proletariado, aunque la burguesía nacional continuó
participando en la revolución. El proletariado chino, gracias a su propio crecimiento
y a la influencia de la Revolución Rusa, se convirtió rápidamente en una fuerza
política consciente e independiente. Fue el Partido Comunista de China el que
lanzó la consigna de "¡Abajo el imperialismo!" y planteó un programa consecuente
para toda la revolución democrático-burguesa, y él fue el único partido que llevó
adelante la revolución agraria.
La burguesía
nacional
china, por
pertenecer a
un país
colonial y
semicolonial
y verse
oprimida por
el
imperialismo,
aún tiene en
ciertos
períodos y
hasta cierto
punto un
carácter revolucionario, incluso en la época del imperialismo, en el sentido de que
se opone a los imperialistas extranjeros y, como testimonian la Revolución de 1911
y la Expedición al Norte, a los gobiernos de burócratas y caudillos militares del país,
y puede aliarse con el proletariado y la pequeña burguesía contra los enemigos que
a todos les interesa combatir.

You might also like