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CODIGO: 10031
TEMA: REPORTE
GRADO: 1° GENERAL
SECCION: “A”
AÑO: 2022
TEORIA DE LA SOCIEDAD DE EMANCIPACIÓN
Según Marx la emancipación humana tiene como base la liberación de los trabajadores o
proletarios. No obstante, una sociedad emancipada no es una sociedad de proletarios libres
de los capitalistas o una sociedad de una sola clase: la proletaria. La emancipación es la
abolición del trabajo proletario y en consecuencia la abolición de los proletarios como clase.
La liberación y autodisolución de los proletarios llevaría a la humanidad a una sociedad sin
clases, o comunista, con sujetos conscientes de sí mismos y en relación con los otros y la
naturaleza.
Lenin fue el principal exponente de esta perspectiva teórica y práctica. Para Lenin, el partido
comunista es donde la clase proletaria finalmente encuentra su realización y su misión, que
es el derrocamiento de la dominación burguesa. Para lograr esta misión, es necesario la toma
del poder del Estado por el partido de vanguardia. La teoría de la praxis de Lenin fue el
referente más importante de la revolución en el siglo XX. Propició muchas discusiones y
polémicas desde diferentes perspectivas teóricas marxistas.
Rosa Luxemburgo, una brillante marxista y gran revolucionaria alemana, criticó la teoría de
la praxis de Lenin y sostuvo que su concepción de organización revolucionaria como partido
de vanguardia era demasiado mecánica y centralista. Para Rosa Luxemburgo, el elemento
espontáneo es un elemento impulsor de la revolución; en este sentido, los obreros no
necesitan del partido para su liberación. Según Luxemburgo, la revolución es una práctica
autoemancipatoria, posibilidad a la que Marx nunca renunció.
Esta posición teórica y práctica la compartieron los consejistas en Alemania y Holanda, y fue
representada teóricamente por Anton Pannekoek, Paul Matick, entre otros. Podemos decir
que existen dos perspectivas teóricas en la tradición marxista sobre la praxis revolucionaria:
una que pone énfasis en el partido y en la toma del poder del Estado, y otra que se centra en
la autonomía de las luchas y rechaza el centralismo del partido comunista. Más que una
polémica de carácter teórico, las dos perspectivas son parte del movimiento histórico de la
lucha de clases.
Este artículo tiene como objetivo discutir la idea de emancipación y praxis en autores
marxistas contemporáneos como John Holloway, Theodor Adorno y Walter Benjamin. Nos
hemos centrado en estos autores dado que en la actualidad sus ideas teóricas y prácticas
permiten nuevas formas de entender la emancipación y actualizan la polémica sobre la praxis
que inició con el debate entre Lenin y Luxemburgo. Asimismo, creemos importante hacer
referencia al zapatismo, cuya idea de emancipación implica una propuesta alternativa a la
idea clásica de revolución.
La discusión sobre la emancipación y praxis que presentamos está atravesada por la polémica
entre las perspectivas antes mencionadas sobre la praxis revolucionaria, polémica que se
agudiza en las crisis de la misma praxis. La crisis de la praxis que ha resultado de las grandes
trasformaciones sociales e históricas del siglo XX, como la disolución de la Unión Soviética,
ha dado lugar a una nueva constelación conceptual sobre la emancipación humana. Esta
nueva constelación ha buscado actualizar el pensamiento de Marx y, al mismo tiempo, ha
intentado ir más allá del mismo.
LA TEORÍA DE LA SUBJETIVIDAD
La teoría de la subjetividad tiene sus bases en la PHC,
en la complejidad (González Rey, 2010b, 2011a, 2011c;
Hernández, 2008; Morín, 1998) y en una epistemología
desarrollada para abordar la subjetividad desde la
investigación cualitativa conocida como epistemología
cualitativa (González Rey, 2000b, 2000c, 2007a). Este
marco conceptual busca dar cuenta de la subjetividad
como objeto de estudio que tiene una naturaleza
ontológica propia (González Rey 2002, 2005, 2008). Es
decir, busca elaborar teóricamente aquellas
características que diferencian la subjetividad de otros
sistemas y que define su funcionamiento propio. En estas líneas, la subjetividad es
una producción específicamente humana que no puede ser reducida a la conducta,
procesos simbólicos o cognitivos (González Rey, 2007b)
Este bloque de clases está simbolizado por las estrellas de la Bandera de China, donde la
estrella mayor simboliza al liderazgo del Partido Comunista de China, y las otras cuatro
estrellas que la rodean simbolizan el bloque de las cuatro clases: trabajadores proletarios,
campesinos, pequeños burgueses, y los capitalistas de orden nacional. Esta es la coalición de
clases para la "Nueva Revolución Democrática". La Nueva Democracia de Mao explica que
el bloque de las cuatro clases es una consecuencia desafortunada pero necesaria del
imperialismo tal como lo describe Lenin, mientras que las críticas de la izquierda radical
denuncian esta estrategia como una fútil y peligrosa política del mal menor.
El clásico entendimiento marxista de las etapas del desarrollo económico e histórica de los
modos de producción bajo el que una revolución socialista puede tener lugar señala que ésta
sólo puede ocurrir luego que la revolución capitalista liberal suceda primero. La revolución
liberal prepara el camino para que la clase industrial proletaria pueda emerger como la clase
mayoritaria en la sociedad, luego de lo cual lanza el modelo capitalista e inicia la
construcción del socialismo. Marx creía que la revolución comunista en las áreas no
industrializadas del mundo sería insostenible, dado que no tendrían lo que él consideraba el
requisito esencial respecto a las condiciones económicas y sociales para tal suceso. Sin
embargo el éxito de la Revolución Rusa de 1917 para superar el fallo de los movimientos
comunistas en Europa luego de la Segunda Guerra Mundial parecía validar el análisis de
Lenin, cuestionando a Marx, al menos en algunos casos. Por su lado, Mao tomó la
perspectiva de Lenin en un siguiente nivel, señalando esencialmente que la democracia
liberal y el socialismo podían combinarse en un solo estado de construcción llamado Nueva
Democracia.
Una vez que la Nueva Democracia haya sido establecida, se puede afirmar que el país es
ideológicamente socialista bajo el liderazgo del partido comunista, y su gente está envuelta
activamente en la construcción del socialismo aun así el país mantenga varios aspectos de
capitalismo para propósitos de lograr un rápido crecimiento económico. Es en esta forma que
la Nueva Democracia se considera como una etapa para llegar al socialismo - un camino de
dos etapas donde luego de la Nueva Democracia le sigue la dictadura del proletariado. Dado
que la autoproclamada meta de la construcción socialista es la creación de una sociedad
comunista sin estado y sin clases, la introducción de la Nueva Democracia hace que el
proceso entero sea una teoría de tres etapas: primero la Nueva Democracia, luego la
dictadura del proletariado y al final el comunismo.
Antes del Movimiento del 4 de Mayo de 1919 (que tuvo lugar después de la Primera
Guerra Mundial imperialista de 1914 y de la Revolución de Octubre de 1917 en
Rusia), la pequeña burguesía y la burguesía (a través de sus intelectuales) ejercían
la dirección política de la revolución democrático-burguesa de China. En esa época,
el proletariado chino aún no había aparecido en la escena política como fuerza de
clase consciente e independiente, sino que participaba en la revolución siguiendo a
la pequeña burguesía y la burguesía. Este fue el caso, por ejemplo, en la época de
la Revolución de 1911. Después del Movimiento del 4 de Mayo, la dirección política
de la revolución democrático-burguesa de China dejó de pertenecer a la burguesía
y pasó a manos del proletariado, aunque la burguesía nacional continuó
participando en la revolución. El proletariado chino, gracias a su propio crecimiento
y a la influencia de la Revolución Rusa, se convirtió rápidamente en una fuerza
política consciente e independiente. Fue el Partido Comunista de China el que
lanzó la consigna de "¡Abajo el imperialismo!" y planteó un programa consecuente
para toda la revolución democrático-burguesa, y él fue el único partido que llevó
adelante la revolución agraria.
La burguesía
nacional
china, por
pertenecer a
un país
colonial y
semicolonial
y verse
oprimida por
el
imperialismo,
aún tiene en
ciertos
períodos y
hasta cierto
punto un
carácter revolucionario, incluso en la época del imperialismo, en el sentido de que
se opone a los imperialistas extranjeros y, como testimonian la Revolución de 1911
y la Expedición al Norte, a los gobiernos de burócratas y caudillos militares del país,
y puede aliarse con el proletariado y la pequeña burguesía contra los enemigos que
a todos les interesa combatir.