You are on page 1of 10

Papeles del Psicólogo

ISSN: 0214-7823
papeles@correo.cop.es
Consejo General de Colegios Oficiales de
Psicólogos
España

Anguera, M. Teresa
POSIBILIDADES Y RELEVANCIA DE LA OBSERVACIÓN SISTEMÁTICA POR EL PROFESIONAL
DE LA PSICOLOGÍA
Papeles del Psicólogo, vol. 31, núm. 1, enero-abril, 2010, pp. 122-130
Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos
Madrid, España

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=77812441012

Cómo citar el artículo


Número completo
Sistema de Información Científica
Más información del artículo Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal
Página de la revista en redalyc.org Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto
Sección Monográfica Papeles del Psicólogo, 2010. Vol. 31(1), pp. 122-130
http://www.cop.es/papeles

POSIBILIDADES Y RELEVANCIA DE LA OBSERVACIÓN SISTEMÁTICA


POR EL PROFESIONAL DE LA PSICOLOGÍA*
M. Teresa Anguera
Universidad de Barcelona

La metodología observacional en contextos naturales o habituales es un procedimiento científico que permite estudiar la ocurrencia
de comportamientos perceptibles, de forma que se registren y cuantifiquen adecuadamente, lo cual implicará poder analizar relacio-
nes de secuencialidad, asociación y covariación. En numerosas situaciones la metodología observacional es la mejor estrategia, o
incluso la única posible; existen numerosos ejemplos en la evaluación de programas de baja intervención, interacciones entre igua-
les, entre niños y adultos, estudio de la interacción social en diferentes edades, discusiones en una pareja, o en el lugar de trabajo,
repertorio conductual del bebé, posturas corporales en tareas específicas, comunicación kinésica no verbal (de profesores, deportis-
tas, actores, etc.), análisis del movimiento en múltiples actividades, ocupación de espacios, o análisis de pautas de socialización y
desocialización.
Como se señala en el texto, la observación en contextos naturales supone desarrollar un procedimiento que resalta la ocurrencia de con-
ductas cotidianas, y el análisis de las relaciones entre ellas. Estas relaciones se pueden identificar objetivamente a partir del proceso de
análisis de datos idóneo en función del respectivo diseño observacional, combinando las perspectivas cualitativa y cuantitativa.
Palabras clave: Diseños observacionales, Registro, Codificación, Formatos de campo, Sistemas de categorías.

Observational methods applied to natural or habitual contexts are scientific procedures that reveal the occurrence of perceptible be-
haviours, allowing them to be formally recorded and quantified. They also allow the analysis of the relations between these beha-
viours, such as sequentiality, association, and covariation. In many situations observational methods are the best strategy, or even the
only strategy possible: examples are the assessment of low level intervention programs, interactions between peers, between children
and adults, social interactions at different ages, disputes between couples or in the workplace, the behavioural repertoire of the baby,
body posture for specific tasks, kinetic non-verbal communication (of teachers, sportsmen and women, actors, etc.), analysis of move-
ment in multiple activities, occupation of a particular space, or the analysis of norms of socialization and desocialization.
As we stated in the text, observation in natural contexts involves developing a procedure that highlights the occurrence of everyday
behaviours, and allows an analysis of the relations between them. These relations can be identified objectively as a result of the
analysis of data linked to the corresponding observational design, combining the qualitative and quantitative perspective.
Key words: Observational designs, Recording, Coding, field formats, Category systems.

¿POR QUÉ EL PSICÓLOGO NECESITA CONOCER Y idea” (Bernard); “Si observas, conoces; si conoces, quie-
UTILIZAR LA METODOLOGÍA OBSERVACIONAL? res, y si quieres, proteges” (Sabater Pi).
Son diversos los personajes eminentes que han pronun- La observación tiene un inmenso potencial en el estudio
ciado frases célebres en las cuales se lee que el conoci- del comportamiento humano. Nos permite estudiar las
miento se inicia con la observación: “La ciencia es el acciones y conductas perceptibles que tienen lugar de
simple sentido común llevado al máximo: observación forma espontánea o habitual en el propio contexto, así
cuidadosa y rigor ante las falacias lógicas” (Huxley); “La como analizar los diversos procesos que tienen lugar en
observación fortuïta de este hecho despertó en mi una el ser humano y en los grupos y colectivos de los cuales
Correspondencia: M. Teresa Anguera. Dept. Metodología de las forma parte. El psicólogo, en función de su especializa-
Ciencias del Comportamiento. Instituto de Investigación del Ce- ción, deberá profesionalmente diagnosticar e intervenir
rebro, Cognición y Conducta (IR3C). Facultad de Psicología. en campos muy diversos, como, a modo de ejemplo, en
Universidad de Barcelona. Campus Mundet. Pº Vall d’Hebron,
programas de prosocialidad en una escuela infantil, pro-
171. 08035 Barcelona. España. E-mailtanguera@ub.edu
............ gramas de mantenimiento en actividad física de tercera
* Este trabajo forma parte de la investigación Avances tecnológi- edad, programas de apoyo social en barrios o comuni-
cos y metodológicos en la automatización de estudios observa- dades en las que se han ubicado familias procedentes
cionales en deporte, que ha sido subvencionado por la Dirección
General de Investigación, Ministerio de Ciencia e Innovación de cualquier nacionalidad, programas de educación pa-
(PSI2008-01179), durante el trienio 2008-2011. ra la salud en guarderías o en residencias geriátricas,

122
M. TERESA ANGUERA Sección Monográfica

programas de asistencia a familias maltratadoras o ne- comportamiento en contextos naturales con el perfeccio-
gligentes en las pautas de crianza de sus hijos, progra- namiento incesante de nuevos recursos tecnológicos que
mas preventivos del SIDA en adolescentes, programas de actúan complementariamente.
apoyo a familiares de jóvenes fallecidos por accidente,
programas de relajación en deportistas, programas de METODOLOGÍA OBSERVACIONAL Y COTIDIANEIDAD
socialización en centros penitenciarios, o en centros de La metodología observacional es sumamente flexible y
acogida de menores, etc. En la amplia diversidad de si- adaptable a los comportamientos y a los contextos. Aho-
tuaciones que se le presentan, además, se hallará con la ra bien, como todo método, supone seguir un proceso
encrucijada de los diversos contextos, y de las externali- de forma disciplinada y rigurosa. Es la cara y cruz de la
dades (personales, sociales, políticas, etc.) que procedan moneda.
del período en el cual se vive y de las cuestiones coyun- Por una parte, siempre implicará transcurrir por las
tales que se planteen. cuatro grandes etapas de delimitación del problema, re-
En un experimento se manipula el comportamiento, pa- cogida de datos, análisis de datos e interpretación de re-
ra lo cual se aplican técnicas diversas (se dan consignas, sultados, las cuales pueden desglosarse de forma
se establecen grupos mediante aleatorización, ...), pero notable; pero, por otra, la riqueza de información que
en la observación no, sino que se estudia el comporta- se obtiene es altamente valorable por captar directamen-
miento tal cual ocurre, sin más preocupación que el cum- te la parcela de realidad que nos interesa en su transcu-
plimiento de los requisitos éticos para que esta rrir cotidiano, sin tener que preguntar o pedir
observación sea posible (y a ello nos referiremos poste- información o datos concretos (como sí ocurre, por el
riormente) y el seguimiento del proceso para la objetiva- contrario, en la entrevista, cuestionario, tests psicológi-
ción de la parcela de realidad que nos interesa. Y en un cos, ...), y sin tener que someter a los individuos y/o
estudio que siga la metodología selectiva siempre hay grupos (pacientes, clientes, usuarios, ...) a una situación
una elicitación de la respuesta, entendiendo por tal la experimental o cuasiexperimental en la cual se formulen
solicitud o demanda de información a quién es nuestro determinadas consignas y se lleve a cabo un control de
objeto de estudio, diagnóstico o tratamiento, sea oral- las variables implicadas.
mente mediante entrevista, o haciendo uso de protocolos La cotidianeidad que siempre hallamos como referente
en el caso de cuestionarios, o utilizando el amplio espec- en el estudio observacional del comportamiento humano
tro de tests psicológicos existentes. constituye el ‘filón’ de información al cual el psicólogo
Pero la realidad es muy diferente cuando el profesional deberá acudir, y del cual tendrá que extraer adecuada-
de la psicología necesita conocer y estudiar el comporta- mente los datos que precise, gestionarlos en función de
miento tal cual se produce, de forma natural o espontá- sus objetivos, y analizarlos para la necesaria obtención
nea, en cualquier contexto (familia, escuela, oficina, de los resultados.
lugar de ocio, etc.), sea en un momento dado, o en el La actividad cotidiana supone un avance continuado en
marco de un proceso específico. el tiempo en donde se suceden diversas conductas, ho-
Como metodología de estudio, uso profesional e inves- mogéneas o dispares, es un recorrido por el curso vital
tigación, su desarrollo ha sido imparable en las tres últi- de cada uno, es un proceso dinámico sumamente com-
mas décadas, tanto a nivel mundial como europeo y plejo del que en muchas ocasiones no somos conscientes
español. Desde una situación inicial enormemente borro- de cuánto alberga (Anguera, 1999). El análisis de la co-
sa, en la cual se adolecía de la necesaria sistematización tidianeidad implica una contemplación de conductas di-
y objetividad que caracteriza el método científico, hasta versas desde distintos niveles que se sitúan en una
el momento actual, en el cual su estatus científico está estructura piramidal. Si nos situamos en la cúspide de la
perfectamente consolidado, su rigurosidad se halla ga- pirámide, mediante el análisis de la cotidianeidad el psi-
rantizada, y los resultados obtenidos en muy diversas cólogo avanza en el conocimiento de la trayectoria vital
aplicaciones respaldan su credibilidad. de cualquier individuo. Al descender en la pirámide des-
Como indica algún autor en la actualidad, nos halla- glosamos la cotidianeidad en diferentes planos (familia,
mos en el borde de una ‘revolución observacional’ profesión, relaciones sociales, ocio, ...) y la contempla-
(Dawkins, 2007, pp. 148) de forma totalmente justifica- mos desde diferentes ámbitos transversales (salud, afec-
da, aunándose la fortaleza metodológica del estudio del to, tensión, satisfacción, conflictos, ...).

123
Sección Monográfica USO DE LA OBSERVACIÓN EN PSICOLOGÍA

¿CÓMO SE INICIA LA APLICACIÓN DE LA COMPLEMENTARIEDAD DE PERSPECTIVAS CUALITATIVA


METODOLOGÍA OBSERVACIONAL? Y CUANTITATIVA EN EL USO PROFESIONAL DE LA
Antes mencionamos las cuatro grandes etapas del méto- METODOLOGÍA OBSERVACIONAL
do científico, y que, lógicamente, también lo son de la Hace ya varias décadas que surgió una polémica entre
metodología observacional: delimitación del problema, los planteamientos cualitativo y cuantitativo, que se atizó
recogida de datos, análisis de datos e interpretación de con el radicalismo con que unos y otros defendían sus
resultados respectivas posturas, y que Cook y Reichardt (1979) sin-
La primera decisión a adoptar, la de carácter sustanti- tetizaron perfectamente. La metodología observacional
vo, consistirá en la delimitación temática de la actividad no ha sido en absoluto ajena a esta confrontación inicial
cotidiana (comportamiento perceptible del día-a-día) (Anguera, 1979, 2004; Anguera e Izquierdo, 2006),
que nos interese estudiar, y deberá contemplarse en inte- que después ha dado paso a una posición de comple-
racción con el entorno. Es decir, al objetivo posible de mentariedad.
observación le afectarán tres únicas restricciones: Su ca- La polémica planteada podríamos considerarla como po-
rácter perceptible, la espontaneidad del comportamien- liédrica, dado que se han desplegado diversos planos en el
to, y la naturalidad o habitualidad del contexto. ruedo de la confrontación, y todos ellos tienen relevancia
Cumplidas todas ellas, se puede ya delimitar el dominio en este conflicto epistemológico-paradigmático-
temático que nos planteamos someter a observación. Como metodológico, que está teniendo una importante trascen-
consecuencia, nos preguntamos ¿qué conductas podemos dencia (Bryman, 1994), aunque aquí no vamos a
estudiar desde la metodología observacional? Nos intere- referirnos a este debate, que se contempla en otro artículo
san todas las que tienen un carácter perceptible, y, por de este número monográfico (López, Blanco, Scandroglio,
consiguiente, las que captamos a través de nuestros órga- y Rasskin, en prensa). En este trabajo presentamos de for-
nos sensoriales (esencialmente vista y oído), aunque es ob- ma sucinta el estado de la cuestión, cada vez más proclive
vio que no cubren el contenido semántico de la a la complementariedad, y desde un planteamiento proce-
cotidianeidad, pero sí el de la cotidianeidad que percibi- dimental propio de la metodología observacional
mos. Ésta se halla conformada por innumerables conductas Esta complejidad conceptual genera a los profesionales
de contenido sumamente diversificado y de amplitud igual- un buen número de interrogantes, indecisiones y dudas a
mente diferenciada, haciendo gala del carácter relativo de nivel metodológico. La disciplina que impone el procedi-
molaridad y molecularidad (por ejemplo, en la realización miento, sin embargo, no debe estar reñida con la preser-
de actividad física, este recorrido de lo más molar a lo más vación de espontaneidad, o, al menos de la habitualidad
molecular se materializaría desde la ejecución de una tabla con que contemplamos la producción de innumerables
de gimnasia, a la realización de saltos, carreras, flexiones, conductas, a modo de moléculas -formada cada una por
giros, …, y de éstos al análisis detallado del movimiento en átomos- que interactúan entre sí de forma variada y for-
cada uno de dichos saltos o flexiones), así como de su ubi- man agrupaciones de mayor o menor envergadura. In-
cación en algún lugar del rico espectro que contempla infi- dudablemente, la perspectiva desde la cual nos
nitas combinaciones entre ellas. ubiquemos conceptualmente –siempre factible, pero
La segunda acotación a tener en cuenta es metodológi- siempre discutible- constituirá el referente que en cada
ca, por lo que nos planteamos para la observación la caso asuma la responsabilidad primaria y vertebradora
siempre difícil segmentación en unidades de conducta, del planteamiento efectuado.
conectada indudablemente a una segunda decisión
acerca de la vertiente predominante en la complementa- Priorización de la perspectiva cualitativa en la etapa
riedad entre lo cualitativo y lo cuantitativo. Estas dificul- de recogida de datos
tades anunciadas nos llevan a formular serios La observación científica de la conducta interactiva, una
interrogantes para los que no sabemos si existe respues- vez definido específicamente el objeto de estudio (¿qué
ta, aunque lo intentaremos, así como a revisar posicio- conductas nos interesa observar?, ¿de cuál o cuáles indi-
namientos tradicionalmente heterodoxos que posibiliten, viduos?, ¿en qué contexto/s?, etc.), se inicia con el regis-
desde la metodología, combinar en un feliz anclaje una tro. ¿Y qué es registrar? Consiste simplemente en
amplia flexibilidad propia del análisis de lo cotidiano efectuar un volcado de la realidad sobre algún soporte
con el rigor del método científico. determinado, y utilizando algún sistema de códigos. Este

124
M. TERESA ANGUERA Sección Monográfica

apresamiento de la realidad sólo puede llevarse a cabo otra forma -en la actualidad cada vez gana más terreno
desde una vertiente procedimental de carácter cualitativo la opción de grabar el episodio, digitalizarlo, y, como se
(Anguera, 2004). ha dicho anteriormente, llevar a cabo una codificación
En su acepción más extendida y aceptada, “las meto- informatizada-. Éste es el núcleo del problema, y la cues-
dologías cualitativas se refieren a procedimientos de in- tión esencial en torno a la cual se conforman las actitu-
vestigación que dan lugar a datos descriptivos (...)” des a favor o en contra, y, por tanto, dando lugar a la
(Bogdan y Taylor, 1975, p. 4). Esta afirmación, sin em- vertebración de una metodología cualitativa o cuantitati-
bargo, comporta implícitamente un trasfondo que se va. En la primera fase del proceso que implica la meto-
configuró en la década de los setenta, y que en la actua- dología observacional se impone la metodología
lidad se halla en fase de depuración –no exenta de una cualitativa, dadas sus amplísimas posibilidades en la ob-
sofisticación probablemente exagerada- que permite tención de los datos.
pensar claramente en su complementariedad con una La estrategia que inspira la metodología cualitativa im-
metodología cuantitativa, a la que incluso puede llegar a plica un intercambio dinámico entre la teoría, los con-
superar en algunos casos en grado de formalización. ceptos y los datos con retroinformación e incidencia
Hasta hace unos años, se trataba de una opción meto- constante de los datos recogidos. En muchas ocasiones,
dológica claramente marginal y con escaso poder de además, el marco teórico, si existe, se halla sumamente
convocatoria. La situación en la actualidad parece co- debilitado (por la falta de comprobación empírica de sus
menzar a cambiar, aunque el paradigma vigente siga postulados, sin que por realizar dicha afirmación se nos
siendo el empírico positivo. Con frecuencia, la investiga- pueda acusar de reduccionismo), por lo que actúa de
ción cualitativa se describe como holística, preocupándo- manera puramente referencial, a modo de metateoría.
se por los seres humanos y su ambiente en toda su Las situaciones problema no plantean un necesario
complejidad, y encaja perfectamente en la fase de regis- cumplimiento de requisitos, a menos que en su formula-
tro de un estudio observacional, siendo posible un des- ción quede explícita la operativización que conlleve a
pliegue taxonómico de modalidades de registro. iniciar y proseguir el proceso de investigación mediante
A modo de mera ilustración, podemos pensar en su una metodología cuantitativa; si nos planteamos un estu-
gran adaptabilidad a lo que supondría el estudio de di- dio relativo a tiempos de reacción ante determinado estí-
versos comportamientos en todos los ámbitos que ofrece mulo, como en psicología del tráfico, es indudable que
la vida cotidiana, como el familiar, profesional, de rela- no resulta pertinente la metodología cualitativa, pero en
ciones sociales, o de implementación de programas de cambio es indiscutible en una investigación sobre con-
intervención (Valles, 1997; Anguera, 1999; Rabadán y ducta interactiva en el proceso de aplicar pautas de
Ato, 2003; Sánchez-Algarra y Anguera, in press). crianza de los hijos, o de irrupción de sujetos extraños
Si, como ejemplo, pensáramos aplicarlo tal cual al es- en conducta comunicativa, o en el análisis de redes de
tudio observacional de la conducta interactiva en una si- apoyo social en tercera edad.
tuación de actividad cotidiana, son innumerables las La matización que acabamos de realizar tiene poste-
discusiones y polémicas que pueden desprenderse de es- riormente una enorme trascedencia. La inicial decisión
tas palabras, y de forma especial la detección y plasma- sobre la selección de determinada información entresa-
ción de incidentes clave en el registro mediante términos cada del entramado que constituye el problema va a
descriptivos, así como el situarlos en una cierta relación conformar una trayectoria de partida correspondiente a
con el más amplio contexto social. ¿Cómo se logra por el la metodología cualitativa, aunque en un momento pos-
psicólogo sin caer en una mera praxis acientífica y exen- terior, y en virtud de la complementariedad que defende-
ta de rigor? ¿Es que la metodología cualitativa debe mos, se quiebre para dar paso a la posición alternativa.
quedar proscrita a un mero estudio exploratorio? ¿Se Es posible que en fases posteriores predomine el carác-
trata de una etiqueta con connotaciones de única verdad ter cuantitativo de las operaciones a realizar, pero a
para algunos y peyorativas para otros? ¿Cómo debe el nuestro juicio es secundario, a pesar de que tenga su im-
profesional resolver esta cuestión? portancia. La naturaleza del dato de partida la vamos a
En el fondo se trata de un problema de operativización, considerar constitutiva para la caracterización de la me-
que permitirá seleccionar la información considerada re- todología cualitativa, aunque no todos los autores están
levante, y como consecuencia recoger los datos de una u de acuerdo con esta consideración.

125
Sección Monográfica USO DE LA OBSERVACIÓN EN PSICOLOGÍA

Registro y codificación como segunda etapa Son muchos los programas informáticos que se adap-
del proceso tan a estos requerimiento. A modo de ilustración, y ade-
En el apartado anterior nos hemos referido a la existencia más de programas de carácter general, como el EXCEL y
de una serie de modalidades de registro. La elevada lista el ACCESS, nos referimos a algunos en los que se ha
de dichas modalidades de registro se reconduce en la ac- comprobado la adecuación de sus prestaciones. Entre
tualidad al uso de programas informáticos, de los cuales otros, destacamos THE OBSERVER (1993), SDIS-GSEQ
existe un amplio listado. El impresionante desarrollo de los (Bakeman y Quera, 1996), THÈMECODER (Pattern Vi-
avances tecnológicos en los últimos años han dejado atrás sion, 2001), MATCH VISION STUDIO (Perea, Alday y
una larga tradición de registros 'de papel y lápiz', que Castellano, 2004), etc.
además conlleva importantes beneficios. Por una parte, Como caso particular, limitado únicamente al canal in-
evita errores derivados de un visionado analógico, en el teractivo verbal, podemos referirnos también a aquellas
cual se tenía que efectuar manualmente toda una serie de situaciones de conducta interactiva transcrita, y dispues-
operaciones que, como mínimo, predisponían a un alto ta, por tanto, en forma documental. El material de carác-
riesgo de cometer imprecisiones; en segundo lugar, au- ter textual presenta unas singularidades a tener en
menta la agilidad del proceso, así como la posibilidad de cuenta en esta segunda etapa del proceso, que habitual-
considerar unidades temporales cada vez más cortas, co- mente queda reconducida a un análisis de contenido
mo el frame (1/25 segundo); en tercer lugar, se posibilita (Krippendorf, 1980; Muskens, 1985; Roberts, 2000; Ho-
la transformación de ficheros de registro, permitiendo una genraad, McKenzie y Péladeau, 2003), en cuyo desa-
intercambiabilidad altamente funcional y versátil de acuer- rrollo específico no entramos en este artículo. Por
do con la estructura sintáctica de los respectivos progra- supuesto, también existen programas informáticos espe-
mas informáticos; y, finalmente, en cuarto lugar, la cíficos, como AQUAD6, ATLAS.ti, MAXqda2, NUDIST,
información, en forma de bases de datos, queda disponi- NVivo, etc., y queremos resaltar que precisamente el uso
ble para someterla, ya en la tercera etapa del proceso, a de estos programas ha favorecido el desarrollo de un
un control de calidad de los datos y a un proceso cuantita- tratamiento únicamente cualitativo, alcanzándose estruc-
tivo de análisis, de forma que actúe un cierto grado de turas relacionales (familias, redes, etc.) que gozan de
automatización tecnológica en el proceso, mediatizada una cierta estabilidad, al menos aparente, y siempre a
únicamente por las decisiones adoptadas por el investiga- partir de la toma de decisiones del investigador.
dor en función de los condicionantes específicos de cada El plano en que se sitúa el registro de la conducta es
estudio. pobre e insuficiente si pretendemos una elaboración pos-
El estudio observacional de la conducta interactiva, por terior -y también la cuantificación- de la plasmación de
considerar un ejemplo, se apoya en la suposición previa la conducta espontánea en episodios interactivos me-
de actuación de posibles niveles de respuesta (canales diante la observación sistemática. Y de ahí la necesidad,
interactivos), como podrían ser el intercambio de mira- mediante la codificación, de construir y utilizar un siste-
das, la distancia interpersonal, las vocalizaciones, el in- ma de símbolos -que pueden ser de muy diversos órde-
tercambio de mensajes verbales, etc. Además, van a nes- que permita la obtención de las medidas requeridas
tener que considerarse, por una parte, las co-ocurrencias en cada caso.
o sincronías temporales producidas por acciones especi- La sistematización completa del comportamiento se lo-
ficas de cada uno de los canales interactivos (sea frame gra mediante un sistema de códigos (icónicos, literales,
a frame, o bien en intervalos temporales previamente es- numéricos, mixtos, cromáticos, etc.) que pueden adoptar
tablecidos), y, por otra, la sucesión de dichas co-ocu- una estructura de cadena, modular, en cascada, etc. Por
rrencias a lo largo de un determinado período de tiempo supuesto, se puede llevar a cabo una simple codificación
o sesión. En consecuencia, se van a requerir programas binaria (presencia/ausencia, que se podría codificar,
informáticos que posibiliten la obtención de grandes ma- respectivamente, como 1/0), o de un único tipo de ele-
trices de códigos, de forma que cada fila consista en la mentos –por ejemplo, conducta interactiva verbal-, pero
relación de códigos correspondientes a las conductas o habitualmente interesará, como se ha indicado anterior-
acciones co-ocurrentes en un instante dado, mientras mente, una codificación simultánea de varios aspectos
que la sucesión de filas de la matriz corresponda al de- concurrentes, por lo que es posible elaborar una sintaxis
sarrollo diacrónico de la sesión considerada. completa de cualquier situación de observación, que al-

126
M. TERESA ANGUERA Sección Monográfica

canza un grado máximo de sistematización, sin requerir vante, dado que actúa como engarce entre la vertiente
de ningún término descriptivo. En este caso conviene ela- con predominancia cualitativa y la caracterizada por
borar un manual de codificación. Indudablemente, esta una predominancia cuantitativa. Su importante virtuali-
transformación debe validarse en la medida en que sea dad consiste en favorecer grandemente la integración -
factible la decodificación, con lo que se obtendría el co- más que la complementariedad- entre las perspectivas
rrespondiente registro descriptivo en su forma inicial no cualitativa y cuantitativa, y ello se consigue sin forzar
sistematizada; precisamente en aquellos casos en los ningún planteamiento epistemológico ni metodológico.
cuales no funcione esta operación (por obtenerse un re-
gistro descriptivo distorsionado o mutilado como conse- Priorización de la perspectiva cuantitativa en
cuencia de la decodificación) podemos diagnosticar la la tercera etapa del proceso
naturaleza de los errores cometidos durante la codifica- El proceso que sigue la metodología observacional, que
ción. en una primera fase ha requerido un especial cuidado pa-
El manual de codificación se compone de dos partes ra justificar el encaje de la metodología cualitativa, y don-
bien diferenciadas. En la primera, se incluirán todos los de la gran dificultad estribaba en la obtención del dato,
términos (conductas) utilizados en el registro sistematiza- una vez éste se ha obtenido gracias al proceso de codifi-
do con la inclusión del código correspondiente que las cación de la segunda etapa, en una tercera fase deberá
representa, y sin que haya ninguna limitación en cuanto llevase a cabo su control de calidad para la detección de
al tipo de código. Y en la segunda parte del manual de posibles errores y su subsanación, para someterse, una
codificación deben incluirse las reglas sintácticas que re- vez superado dicho control, a los análisis adecuados en
gulan el uso de los códigos, designando específicamente función del diseño observacional adecuado.
la sintaxis de la concurrencia de códigos y de la secuen- La figura del diseño observacional es sumamente rele-
cia de dichas concurrencias (Anguera e Izquierdo, vante, dado que actúa como esqueleto y soporte meto-
2006). dológico de cualquier estudio en que se siga la
Obviamente, dada la amplia y vasta gama de conduc- metodología observacional. Nuestra propuesta, desarro-
tas que se generan en un episodio de conducta, se justifi- llada en trabajos anteriores (Anguera, Blanco y Losada,
ca perfectamente la construcción de un instrumento de 2001; Blanco, Losada y Anguera, 2003), parte del cruce
observación ad hoc. En el estudio de la mayor parte de de tres dimensiones generadoras de dichos diseños, y
conductas, dada la práctica imposibilidad que supondría que, en la representación gráfica, son: Diámetro vertical,
categorizar los comportamientos perceptibles correspon- relativo al carácter idiográfico o nomotético del estudio;
diámetro horizontal, relativo al carácter puntual o de se-
dientes a cada uno de los canales (dado que implicaría
guimiento temporal; y circunferencias concéntricas, rela-
cumplir los requisitos de exhaustividad y mútua exclusi-
tivo a la uni o multidimensionalidad del estudio. En la
vidad), el único instrumento posible de observación es el
formato de campo (field format), caracterizado por la no
forzosa necesidad de contar con marco teórico, y su ca- FIGURA 1
rácter abierto (por tanto, deliberadamente no exhausti- ESQUEMA DE CONSTRUCCIÓN Y FUNCIONAMIENTO DEL
FORMATO DE CAMPO (ANGUERA E IZQUIERDO, 2006)
vo), multidimensional, de código múltiple, y
autorregulable (Izquierdo y Anguera, 2001; Anguera,
2003; Anguera e Izquierdo, 2006).
En la Figura 1 se muestra esquemáticamente el papel
de un formato de campo (de seis criterios o dimensiones)
y un ejemplo de registro mediante una serie de configu-
raciones (filas de la matriz de registro formadas por los
códigos correspondientes a las conductas co-ocurrentes),
que reúnen las características de sincronía entre los códi-
gos registrados (uno de cada dimensión, como máximo),
y, por otra, la sucesión de configuraciones (filas) se or-
dena secuencialmente a lo largo del paso del tiempo.
Esta segunda etapa tiene un papel absolutamente rele-

127
Sección Monográfica USO DE LA OBSERVACIÓN EN PSICOLOGÍA

Figura 2 se muestra esquemáticamente, indicándose los públicas como privadas. No obstante, en los países en
ocho diseños observacionales resultantes: los que existe una mayor tradición se aprecian, cada vez
Puntual/Idiográfico/Unidimensional de forma más generalizada, importantes avances consis-
Puntual/Nomotético/Unidimensional tentes en el uso de recursos metodológicos sofisticados
Seguimiento/Idiográfico/Unidimensional que permiten un rigor mucho más elevado, y que, si bien
Seguimiento/Nomotético/Unidimensional no todos proceden de estudios realizados en contextos
Puntual/Idiográfico/Multidimensional naturales, sí serían análisis adecuados en muchos de
Puntual/Nomotético/Multidimensional ellos, siempre que se dispusiera de los datos adecuados.
Seguimiento/Idiográfico/Multidimensional A modo de ilustración podemos señalar en este sentido,
Seguimiento/Nomotético/Multidimensional por su especial relevancia, la aplicación del análisis se-
Tradicionalmente se ha afirmado que los seguidores de cuencial, sea en su forma clásica de análisis secuencial
la metodología cuantitativa tienden a traducir sus obser- de retardos (Bakeman y Gottman, 1987, 1997), o bien
vaciones en cifras, y estos valores numéricos proceden de detección de T-Patterns (Magnusson, 1996, 2000;
de conteo o recuento, medida, o de constatación de la Anguera, 2005), así como el análisis de coordenadas
secuencia u orden, permitiendo descubrir, verificar o polares (Sackett, 1980), basado igualmente en el análi-
identificar relaciones simétricas o no entre conceptos que sis secuencial, y de muchos otros. El análisis secuencial,
derivan de un esquema teórico elaborado de acuerdo en cualquiera de los dos planteamientos, nos permitirá
con los criterios que rigen cada una de las situaciones de detectar la existencia de patrones de conducta que no
cotidianeidad que interese estudiar. Desde los plantea- son directamente perceptibles, y que tan útiles serán pa-
mientos de la metodología cuantitativa, para llevar a ca- ra el profesional de la psicología en procesos de diag-
bo el contraste de la hipótesis será preciso cumplir el nóstico y de intervención. Asimismo, el análisis de
requisito de representatividad y aleatorización, lo cual coordenadas polares nos permite obtener un mapa com-
comportará a su vez unas adecuadas técnicas de mues- pleto de relaciones entre conductas, pudiéndose objeti-
treo, a la vez que pueden proponerse sofisticadas técni- var en qué medida cada una de ellas repercute en otras,
cas de análisis (Anguera, 2004). y si esta repercusión es activadora o inhibitoria.
Si revisamos las revistas científicas en Psicología, en La cuestión básica a la que nos tenemos de referir es
muchos países es justa la crítica de una endémica debili- que, en función del diseño planteado y de la naturaleza
dad metodológica de la gran mayoría de los estudios de los datos, procederá una u otra técnica analítica. En
observacionales de conductas en contextos naturales que consecuencia, según cuál sea el cuadrante y el diseño en
son puestos en práctica por parte de instituciones tanto que se ubique un determinado estudio, resultarán idóne-
as unas u oras técnicas cuantitativas de análisis de datos
FIGURA 2 (Anguera, Blanco y Losada, 2001; Blanco, Losada y An-
DISEÑOS OBSERVACIONALES (ANGUERA, BLANCO Y LOSADA,
guera, 2003). En cualquier caso, si la metodología cuali-
2001; BLANCO, LOSADA Y ANGUERA, 2003)
tativa nos ayudó en la obtención del dato, la cuantitativa
Idiográfico
nos suministra los recursos analíticos para su tratamiento
II I más conveniente.
Multidimensional
INTEGRACIÓN DE LO CUALITATIVO Y LO
Puntual Seguimiento CUANTITATIVO EN METODOLOGÍA OBSERVACIONAL
Es cierto que ya está cuajando una tradición consistente
Unidemensional en que se produce en el desarrollo de la metodología
observacional una combinación entre perspectivas meto-
dológicas cualitativa y cuantitativa, sin entrar en la dis-
cusión acerca de si el paradigma cuantitativo se basa en
el positivismo y si el paradigma cualitativo se base en el
III IV interpretativismo y constructivismo. Ambos flancos se han
desarrollado independientemente, y muchas veces más
Nomotético
preocupados por criticar la posición antagónica que por

128
M. TERESA ANGUERA Sección Monográfica

mejorar la propia. Cada uno de ellos ha tenido amplio Anguera, M.T. (1999). Hacia una evaluación de la acti-
eco en revistas científicas acordes con su respectivo posi- vidad cotidiana y su contexto: ¿Presente o futuro para
cionamiento, e incluso se han acuñado términos y expre- la metodología? Conferencia de ingreso en la Real
siones con lecturas antagónicas según el planteamiento Acadèmia de Doctors, Barcelona. [Reprinted in A. Ba-
desde el cual se usan. zán Ramírez y A. Arce Ferrer (Eds.) (2001), Métodos
Nuestra propuesta en este artículo se sitúa en una posi- de evaluación y medición del comportamiento en Psi-
ción claramente complementaria entre las metodologías cología (pp. 11-86). México: Instituto Tecnológico de
cualitativa y cuantitativa, y pensando en el profesional Sonora y Universidad Autónoma de Yucatán].
de la psicología. La lógica del proceso en la metodolo- Anguera, M.T. (2003). Observational Methods (Gene-
gía observacional permite secuenciar las perspectivas, ral). In R. Fernández-Ballesteros (Ed.), Encyclopedia of
iniciando el estudio con una predominancia de la cuali- Psychological Assessment, Vol. 2 (pp. 632-637). Lon-
tativa, para después someterse a un determinado tipo de don: Sage.
registro, mediante el importante apoyo del formato de Anguera, M.T. (2004). Posición de la metodología ob-
campo, y a una codificación -preferentemente informati- servacional en el debate entre las opciones metodoló-
zada- generadora de una matriz de datos intercambia- gicas cualitativa y cuantitativa. ¿Enfrentamiento,
bles formalmente, para finalmente invertirse el criterio y complementariedad, integración? Psicologia em Revis-
continuar con predominancia de la perspectiva cuantita- ta (Belo Horizonte, Brasil), 10 (15), 13-27.
tiva (Anguera, 2004; Anguera y Izquierdo, 2006). Anguera, M.T. (2005). Microanalysis of T-patterns.
En numerosos estudios se ha comprobado su eficacia Analysis of symmetry/assymetry in social interaction.
(Arias y Anguera, 2004, 2005; Jonsson, Anguera, Blan- In L. Anolli, S. Duncan, M. Magnusson y G. Riva
co-Villaseñor, Losada, Hernández-Mendo, Ardá, Came- (Eds.), The hidden structure of social interaction. From
rino y Castellano, 2006), y queremos resaltar que el Genomics to Culture Patterns (pp. 51-70). Amster-
marco metodológico que lo permite de forma óptima es dam: IOS Press.
el de la metodología observacional, debido precisamen- Anguera, M.T., Blanco, A. y Losada, J.L. (2001). Diseños
te a las especificidades que la caracterizan. observacionales, cuestión clave en el proceso de la
metodología observacional. Metodología de las Cien-
COMPETENCIA DEL OBSERVADOR cias del Comportamiento, 3 (2), 135-160.
La competencia observacional tiene una larga vida pero Anguera, M.T., Blanco, A., Losada, J.L. y Sánchez-Alga-
una corta historia. En el transcurso del último medio siglo rra, P. (1999). Análisis de la competencia en la selec-
ha sido esporádicamente estudiada, y tradicionalmente ción de observadores. Metodología de las Ciencias
los psicólogos se han referido a ella de forma confusa, del Comportamiento, 1 (1), 95-114.
debido, probablemente, a que se han vinculado habili- Anguera, M.T. e Izquierdo, C. (2006). Methodological
dades observacionales a cualidades admirables, a estra- approaches in human communication. From comple-
tegias efectivas de aprendizaje, a una actualización del xity of situation to data analysis. In G. Riva, M.T. An-
propio observador a partir del entrenamiento, y a la guera, B.K. Wiederhold y F. Mantovani (Coord.),
equiparación de la competencia observacional con el From Communication to Presence. Cognition, Emo-
éxito (Anguera, Blanco, Losada y Sánchez-Algarra, tions and Culture towards the Ultimate Communicative
1999). Experience (pp. 203-222). Amsterdam: IOS Press.
A pesar de los escasos estudios realizados sobre com- Arias, E. y Anguera, M.T. (2004). Detección de patrones
petencia observacional, han sido suficientes para consi- de conducta comunicativa en un grupo terapéutico de
derar que ‘el observador no nace, sino que se hace’, y adolescentes. Acción Psicológica, 3 (3), 199-206.
que su proceso de formación debe cuidarse con minucio- Arias, E. y Anguera, M.T. (2005). Análisis de la comuni-
sidad. cación en un grupo terapéutico de adolescentes: estu-
dio diacrónico. Revista de Psicopatología y Salud
REFERENCIAS Mental del Niño y del Adolescente, M1, 25-36.
Anguera, M.T. (1979). Observational Typology. Quality Bakeman, R. y Gottman, J.M. (1986). Observing interac-
& Quantity. European-American Journal of Methodo- tion. Introduction to sequential analysis. Cambridge:
logy, 13 (6), 449-484. Cambridge University Press.

129
Sección Monográfica USO DE LA OBSERVACIÓN EN PSICOLOGÍA

Bakeman, R. y Gottman, J.M. (1987). Applying observa- terns in behavior: T-patterns and their detection. Beha-
tional methods: A systematic view. In J.D. Osofsky vior Research Methods, Instruments, & Computers, 32
(Ed.) Handbook of infant development (pp. 818-853). (1), 93-110.
New York: Wiley. Muskens, G. (1985). Mathematical analysis of content.
Bakeman, R. y Quera, V. (1996). Análisis de la interac- Quality & Quantity. International Journal of Methodo-
ción. Análisis secuencial con SDIS-GSEQ. Madrid, logy, 19, 99-103.
Ra-Ma [http://www.ub.es/comporta/sg/sg_e_pro- PatternVision (2001). ThèmeCoder [software], Retrieved
grams.htm]. January 15, 2002 [http://www.patternvision.com].
Blanco, A., Losada, J.L. y Anguera, M.T. (2003). Analy- Perea, A., Alday, L. y Castellano, J. (2004). Software
tic techniques in observational designs in environment- para la observación deportiva Match Vision Studio. III
behavior relation. Medio Ambiente y Comportamiento Congreso Vasco del Deporte. Socialización y Deporte
Humano, 4 (2), 111-126. / Kirolaren III Euskal Biltzarra. Sozializazioa era Viro-
Bogdan, R. y Taylor, S.J. (1975). Introduction to qualita- la. Vitoria.
tive research methods. New York: Wiley & Sons. Rabadán, R. y Ato, M. (2003). Técnicas cualitativas pa-
Bryman, A. (1994). The debate about quantitative and ra investigación de mercados. Madrid: Pirámide.
qualitative research: A question of method or episte- Roberts, C.W. (2000). A conceptual framework for
mology? British Journal of Sociology, 35, 75-92. quantitative text analysis. Quality & Quantity. Interna-
Cook, T.D. y Reichardt (Eds.) (1979). Métodos cualitati- tional Journal of Methodology, 34, 259-274.
vos y cuantitativos en investigación evaluativa. Ma-
Sackett, G.P. (1980). Lag sequential analysis as a data
drid: Morata.
reduction technique in social interaction research. In
Dawkins, M.S. (2007). Observing animal behaviour. De-
D.B. Sawin, R.C. Hawkins, L.O. Walker y J.H. Penti-
sign and analysis of quantitative data. Oxford: Ox-
cuff (Eds.). Exceptional infant. Psychosocial risks in in-
ford University Press.
fant-environment transactions (pp. 300-340). New
Hogenraad, R., McKenzie, D.P. y Péladeau, N. (2003).
York: Brunner/Mazel.
Force and influence in content analysis: The produc-
Sánchez-Algarra, P. y Anguera, M.T. (in press). Qualita-
tion of new social knowledge. Quality & Quantity. In-
tive/quantitative integration in the inductive observa-
ternational Journal of Methodology, 37, 221-238.
tional study of interactive behaviour: Impact of
Izquierdo, C. y Anguera, M.T. (2001). The rol of the
recording and coding predominating perspectives.
morphokinetic notational system in the observation of
Quality & Quantity. International Journal of Methodo-
movement. En Ch. Cavé, I. Guaïtella et S. Santi (Eds.),
Oralité et Gestualité. Interactions et comportements logy, 43.
multimodaux dans la communication (pp. 385-389). The Observer [Software] (1993). Sterling, VA, Noldus In-
Paris: L’Harmattan. formation Technology [www.noldus.nl]
Jonsson, G.K., Anguera, M.T., Blanco-Villaseñor, A., Lo- Valles, M.S. (1997). Técnicas cualitativas de investiga-
sada, J.L., Hernández-Mendo, A., Ardá, T., Cameri- ción social. Reflexión metodológica y práctica profe-
no, O. y Castellano, J. (2006). Hidden patterns of sional. Madrid: Síntesis.
play interaction in soccer using SOF-CODER. Beha-
vior Research Methods, 38 (3), 372-381. SUGERENCIAS PARA EL PROFESIONAL DE LA
Krippendorf, K. (1980). Content analysis: An introduc- PSICOLOGÍA
tion to its methodology. Bevery Hills, CA.: Sage. 1. Lectura del siguiente trabajo:
López, J.S., Blanco, F., Scandroglio, B. y Rasskin, I. (en Anguera, M.T., Blanco, A. y Losada, J.L. (2001). Diseños
prensa). Una aproximación a las prácticas cualitativas observacionales, cuestión clave en el proceso de la
en Psicología desde una perspectiva integradora. Pa- metodología observacional. Metodología de las Cien-
peles del Psicólogo. cias del Comportamiento, 3 (2), 135-160.
Magnusson, M.S. (1996). Hidden real-time patterns in 2. Se recomienda especialmente el uso de los siguientes
intra- and inter-individual behavior. European Journal programas informáticos de acceso libre:
of Psychological Assessment, 12 (2), 112-123. Kinovea [http://www.kinovea.org/en/]
Magnusson, M.S. (2000). Discovering hidden time pat- SDIS-GSEQ [http://www.ub.edu/gcai/gseq/]

130

You might also like