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¿Es mejor la educación virtual o la educación presencial?

Durante la pandemia COVID-19 nos vimos obligados al encierro total en nuestras casas y por ende
se vio afectada en gran manera la educación, en la cual suspendieron de inmediato las clases
presenciales y con ello integrando el sistema virtual. Hay cierto debate entre si es mejor la
educación virtual o la educación presencial. Esto depende de las necesidades y preferencias de
cada persona, ya que ambas modalidades tienen ventajas y desventajas. En este ensayo,
argumentaré que la educación presencial es mejor que la educación virtual debido a que hay mayor
interacción maestro-alumno, ocurren menos interrupciones por fallas técnicas, y se puede enfocar
en cada alumno con mayor facilidad.

En un entorno presencial, los estudiantes tienen una mayor interacción con sus maestros, lo que
puede ayudarles a recibir retroalimentación y hacerles preguntas en tiempo real. Además, en un
aula, los estudiantes pueden interactuar cara a cara con sus compañeros de clase y sus maestros, lo
que puede ayudarles a desarrollar habilidades sociales y de comunicación. Mientras que, en la
educación virtual, los alumnos están todo el día frente a una pantalla, lo que afecta sus habilidades
sociales y hace que no presten atención al maestro de la misma forma que lo haría en persona. Al
no tener a esa figura de autoridad presente, el alumno no les da la misma importancia a sus clases
y se distraen fácilmente.

La educación virtual a menudo se ve afectada por muchas razones, en la cual puede llegar a
interrumpir el proceso de aprendizaje y dificultar la comunicación entre los estudiantes y los
profesores. Por ejemplo, problemas de conectividad a Internet o fallas en el software de
videoconferencia pueden afectar la calidad de la comunicación y el acceso a los recursos
educativos. También se debe considerar que muchos estudiantes no tenían la facilidad de comprar
un dispositivo de alta gama, otros tenían que compartirlo con sus hermanos, otros tenían un
dispositivo de menor calidad que se descargaba y se recalentaba fácilmente, y algunos incluso no
contaban con internet ni dispositivos móviles en sus casas por lo que se les dificultaba entrar a sus
clases. Mientras que en las clases presenciales estos problemas se evitan, ya que todos están en un
mismo salón de clases y se mantiene el mismo ritmo sin interrupción alguna.

La educación presencial puede permitir a los profesores enfocarse en cada alumno con mayor
facilidad en comparación con la educación virtual. Es más difícil para el docente estar al tanto de
todos los niños a través de una llamada Zoom porque no tiene el mismo manejo del orden que en
una clase normal. Esto se debe a que, en un ambiente presencial, los profesores pueden observar a
los estudiantes directamente y responder a sus necesidades de manera inmediata; mientras que, en
una clase virtual, solo se puede ver al alumno por medio de una cámara. Esto dificulta al maestro
a saber si el alumno está trabajando en la actividad, si presenta dificultades, si le entiende al tema,
e incluso hace que los alumnos sean más propensos a cometer fraude en sus exámenes ya que sus
maestros no los están viendo.

En conclusión, la educación presencial es preferible a la educación virtual debido a la mayor


interacción entre maestro y alumno, las interrupciones técnicas reducidas y la capacidad del
maestro para enfocarse en cada alumno con mayor facilidad. Aunque la educación virtual ha sido
una herramienta valiosa en tiempos de pandemia, ha quedado demostrado que no puede reemplazar
por completo la educación presencial en términos de calidad y efectividad. Personalmente seguiré
defendiendo en mi tesis que prefiero las clases presenciales ya que, desde mi experiencia con mis
dos hijas, fue muy difícil para ellas adaptarse a las clases en línea a pesar de estar en diferentes
etapas académicas. Con mi hija menor prácticamente me volví su maestra; era frustrante estar
todos los días en esa rutina que no era bueno ni para la niña, ni para mí. En este proceso de
aprendizaje ella fue la más afectada, ya que su etapa más importante del desarrollo motriz la tuvo
a través de clases virtuales, y no lo llevo a cabo como debía. Esto hizo que tuviera dificultades en
su aprendizaje al volver a clases presenciales, ya que carecía de ese desarrollo básico que se les
enseña en preescolar. En cuanto a mi hija mayor, también tuvo dificultad porque no entendía bien
sus clases y esto hizo que llevara una mala base al entrar a la universidad, además que le dejaban
mucho trabajo y se pasaban del tiempo que los tenían conectados en clases.

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