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Materiales para el estudio de

las ideas en América latina


(1810-2010)

Diego Benítez
Ernesto Bohoslavsky
Federico Iglesias
Francisco Teodoro
(introducción, selección y notas)
―La esperanza política no es un vaporcito inocente que acompaña a la
historia, la ilusión constituye la historia‖

Jesús SILVA-HERZOG MÁRQUEZ, El antiguo régimen y la transición en


México, México, 2000.

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Unidad II

Racismo, revolución y reformismo

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Unidad II “Racismo, revolución y reformismo”

Aunque con expresiones vernáculas anteriores, el positivismo fue la corriente de pensamiento dominante
en América Latina desde mediados del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX. Las nacientes republi-
cas necesitaban nuevas ideas como marco conceptual de organización de sus proyectos por lo que las ideas po-
sitivistas incursionaron no sólo por los andariveles “científicos” y filosóficos, sino también por los ámbitos de go-
bierno. Las ideas de Auguste Comte fueron interpretadas, apropiadas y puestas en práctica de diversas maneras,
en función de las diferentes necesidades y características de las elites latinoamericanas. La fuerza del positivismo
radicaba en su capacidad para decretar el carácter objetivo, inmodificable y transparente de las leyes sociales, en
una invitación no muy velada a mantener el statu quo vigente. Esa noción alimentó el discurso de Estados que
con muchas dificultades intentaron consolidarse sobre ciertos territorios y poblaciones, centralizando y monopoli-
zando la autoridad de gobierno. Como marca el caso de México, el derrotero del positivismo fue en el sentido de
abandonar el lastre liberal-progresista, para abrazar nociones cada vez más abiertamente autoritarias y conser-
vadoras.
El positivismo tuvo un fuerte acento en la educación y formación de los nuevos ciudadanos en determina-
dos valores y creencias con el fin de desterrar los “vicios” que impedían el pleno desarrollo material de las socie-
dades. Estos últimos en términos generales se encontraban vinculados a un pasado hispánico decadente y a una
cultura nativa reticente al trabajo y al progreso. Las posturas psicológicas y científicas sostenían un vínculo direc-
to entre rasgos antropológicos y modos de actuar. Varias explicaciones, utilizando estas ideas de base y nutridas
del social-darwinismo de Spencer, van a fomentar el racismo postulando a la sangre europea, de aquellos países
más desarrollados del viejo continente, como la más indicada para formar y “depurar” las poblaciones locales.
Aunque no todas las posturas tendieron a denostar la raíz nativa, el racismo puso en debate la identidad nacional
en torno a la mezcla entre europeos, negros e indígenas así como también el cosmopolitismo rioplatense.
La primera fuente seleccionada corresponde a fragmentos de Facundo, de Domingo Faustino Sarmiento,
uno de los escritos más destacados de la literatura y el pensamiento latinoamericano. Entre debates y guerras por
la imposición de determinados modelos sociales y políticos en tierra rioplatense, Sarmiento entiende que el pre-
coz Estado y el progreso material debían combatir a la barbarie rural e hispánica. La fe encendida en las ciencias
y su utilidad para comprender el mundo, definir pautas morales y actuar sobre la sociedad anida en las palabras
de Andrés Bello al momento de inaugurar la Universidad de Chile en 1843. El siguiente documento corresponde a
Juan Bautista Alberdi, quien explica de manera clara sus ideas sobre el modelo constitucional y civilizatorio que
deberían abrazar las Provincias Unidad del Sur. Seguidamente el ensayo de José María Ramos Mexía, una de
las figuras más destacadas del positivismo argentino, realiza un análisis psicológico con matiz evolucionista y na-
turalista de algunas figuras de la historia nacional. Ese carácter queda también encarnado en la expedición co-
mandada por Julio Argentino Roca cuyo informe de la expedición justamente “científica” revela de manera con-
tundente la fuerza de las ideas positivistas y naturalistas con las que el Estado argentino expandió la frontera
agraria gracias a la matanza de sus pobladores.
El estado centralizador positivista y oligárquico fue desafiado por fuerzas provenientes de la actividad sin-
dical (los trabajadores mineros en Chile, por ejemplo), pero sobre todo por figuras provenientes del reformismo y
el regeneracionismo político, más interesados en ampliar los espacios de participación política que en modificar el
“orden neocolonial”. Con un fuerte espíritu democrático, un acento en la fuerza juvenil, a veces con propuestas
indigenistas e impronta latinoamericanista, los reformistas buscaron alternativas políticas y sociales en un mundo
que comenzaba a transitar un siglo XX convulsionado. Así, la proclama de los jóvenes radicales de 1905 muestra
a nivel argentino pero también americano las fisuras del orden liberal conservador. Reclamos de reformas políti-
cas y sociales van a marcar la revolución de ese año, en búsqueda de inclusión y representación política.
Asimismo, hemos incluido pequeños textos producidos por militantes e intelectuales vinculados al movi-
miento obrero en las primeras décadas del siglo XX. Por un lado, están las “31 conjeturas anarquistas‖ del brasi-
leño José Oiticica, un conjunto de premisas que dan cuenta del utopismo ácrata. Por el otro, tenemos tres textos del chile-
no Luis Emilio Recabarren, protagonista muy destacado de la lucha sindical y de la creación de partidos de izquierda en su

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país. Asimismo, hemos incluido una nota de enero de 1896 de la revista “La voz de la Mujer”, que, fundada por
Virginia Bolten, fue el primer periódico feminista y anarquista de la Argentina.
El ensayo del cubano José Martí Nuestra América es un escrito de ineludible referencia a la hora de rese-
ñar el pensamiento latinoamericano. Desde un nacionalismo de corte humanista, el poeta y revolucionario Martí
destaca una América “nuestra” que debe valorizar la originalidad y sus raíces en oposición a aquella “otra” repre-
sentada por el imperialismo materialista de los Estados Unidos y las corrientes europeístas. La siguiente selec-
ción es otra obra de referencia dentro del pensamiento del continente: Ariel, del uruguayo José Enrique Rodó. En
ese texto Rodó va a caracterizar a la juventud latinoamericana como dotada de un voluntarismo vitalista capaz de
renovar las fuerzas espirituales de la región amenazadas por el norte donde se encuentra el utilitarismo estadou-
nidense.
José Ingenieros, formado desde el positivismo científico, y luego volcado al idealismo voluntarista, va a ser
una de las figuras intelectuales más destacadas del pensamiento latinoamericano de principios del siglo XX. Par-
tiendo de cierto pesimismo, en el ensayo aquí seleccionado Ingenieros destaca valores moralistas e idealistas
que considera vitales para una sociedad amenazada por la decadencia que representa la mediocridad. Ingenieros
apoyó el manifiesto reformista de los estudiantes cordobeses, movimiento juvenil liderado por Deodoro Roca, que
intentó revitalizar las corrientes americanistas del continente a favor de la autonomía universitaria y la indepen-
dencia económica y cultural del continente. El manifiesto de Córdoba retoma al juvenilismo arielista postulando a
América Latina como el último bastión de esperanza para los valores humanistas, en contraposición a una Europa
sumida en el caos de la guerra. Finalmente el discurso del presidente Hipólito Yrigoyen en relación al petróleo no
sólo tiene su importancia por provenir del primer presidente argentino elegido tras la promulgación de la ley
Sáenz Peña, sino que además encierra cuestiones claves de la política nacional y latinoamericana: la indepen-
dencia económica, la soberanía y el uso de recursos naturales.

Domingo Faustino Sarmiento. Facundo, 1845. se clasificado distintamente los elementos contrarios, in-
vencibles, que se chocan; hubiérase asignado su parte a
La República Argentina es hoy la sección hispanoameri- la configuración del terreno y a los hábitos que ella en-
cana que en sus manifestaciones exteriores ha llamado gendra; su parte a las tradiciones españolas y a la con-
preferentemente la atención de las naciones europeas, ciencia nacional, inicua, plebeya, que han dejado la In-
que no pocas veces se han visto envueltas en sus extrav- quisición y el absolutismo hispano; su parte a la influen-
íos, o atraídas, como por una vorágine, a acercarse al cia de las ideas opuestas que han trastornado el mundo
centro en que remolinean elementos tan contrarios. La político; su parte a la barbarie indígena; su parte a la civi-
Francia estuvo a punto de ceder a esta atracción, y no lización europea; su parte, en fin, a la democracia consa-
sin grandes esfuerzos de remo y vela, no sin perder el grada por la revolución de 1810; a la igualdad, cuyo
gobernalle, logró alejarse y mantenerse a la distancia. dogma ha penetrado hasta las capas inferiores de la so-
Sus más hábiles políticos no han alcanzado a compren- ciedad. Este estudio que nosotros no estamos aún en es-
der nada de lo que sus ojos han visto, al echar una mira- tado de hacer por nuestra falta de instrucción filosófica e
da precipitada sobre el poder americano que desafiaba a histórica, hecho por observadores competentes, habría
la gran nación. […] revelado a los ojos atónitos de la Europa un mundo nue-
A la América del Sur en general, y a la República Argen- vo en política, una lucha ingenua, franca y primitiva entre
tina sobre todo, le ha hecho falta un Tocqueville, que, los últimos progresos del espíritu humano y los rudimen-
premunido del conocimiento de las teorías sociales, co- tos de la vida salvaje, entre las ciudades populosas y los
mo el viajero científico de barómetros, octantes y brúju- bosques sombríos […]
las, viniera a penetrar en el interior de nuestra vida políti- De eso se trata: de ser o no ser salvaje. ¿Rosas, según
ca, como en un campo vastísimo y aún no explorado ni esto, no es un hecho aislado, una aberración, una mons-
descrito por la ciencia, y revelase a la Europa, a la Fran- truosidad? ¿Es, por el contrario, una manifestación so-
cia, tan ávida de fases nuevas en la vida de las diversas cial; es una fórmula de una manera de ser de un pueblo?
porciones de la humanidad, este nuevo modo de ser, que ¿Para qué os obstináis en combatirlo, pues, si es fatal,
no tiene antecedentes bien marcados y conocidos. forzoso, natural y lógico? ¡Dios mío! ¡Para qué lo com-
Hubiérase, entonces, explicado el misterio de la lucha batís!... ¿Acaso porque la empresa es ardua, es por eso
obstinada que despedaza a aquella República; hubiéran- absurda? ¿Acaso porque el mal principio triunfa, se le ha

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de abandonar resignadamente el terreno? ¿Acaso la civi- razas americanas viven en la ociosidad, y se muestran
lización y la libertad son débiles hoyen el mundo, porque incapaces, aun por medio de la compulsión, para dedi-
la Italia gima bajo el peso de todos los despotismos, por- carse a un trabajo duro y seguido. Esto sugirió la idea de
que la Polonia ande errante sobre la tierra mendigando introducir negros en América, que tan fatales resultados
un poco de pan y un poco de libertad? ¡Por qué lo com- ha producido. Pero no se ha mostrado mejor dotada de
batís!... ¿Acaso no estamos vivos los que después de acción la raza española, cuando se ha visto en los de-
tantos desastres sobrevivimos aún; o hemos perdido siertos americanos abandonada a sus propios instintos.
nuestra conciencia de lo justo y del porvenir de la patria, […]
porque hemos perdido algunas batallas? […] Da compasión y vergüenza en la República Argentina
¡Qué! ¿Se quedan también las ideas entre los despojos comparar la colonia alemana o escocesa del sur de Bue-
de los combates? ¿Somos dueños de hacer otra cosa nos Aires y la villa que se forma en el interior: en la pri-
que lo que hacemos, ni más ni menos como Rosas no mera, las casitas son pintadas; el frente de la casa,
puede dejar de ser lo que es? ¿No hay nada de provi- siempre aseado, adornado de flores y arbustillos gracio-
dencial en estas luchas de los pueblos? ¿Concedióse sos; el amueblado, sencillo, pero comple-to; la vajilla, de
jamás el triunfo a quien no sabe perseverar? Por otra cobre o estaño, reluciente siempre; la cama, con cortini-
parte, ¿hemos de abandonar un suelo de los más privile- llas graciosas, y los habitan-tes, en un movimiento y ac-
giados de la América a las devastaciones de la barbarie, ción continuos. Ordeñando vacas, fabricando mantequilla
mantener cien ríos navegables, abandonados a las aves y quesos, han logrado algunas familias hacer fortunas co-
acuáticas que están en quieta posesión de surcarlos ellas losales y retirarse a la ciu-dad a gozar de las comodida-
solas desde ab initio? des.
¿Hemos de cerrar voluntariamente la puerta a la inmigra- La villa nacional es el reverso indigno de esta medalla:
ción europea que llama con golpes repetidos para poblar niños sucios y cubiertos de harapos viven con una jauría
nuestros desiertos, y hacernos, a la sombra de nuestro de perros; hombres tendidos por el suelo en la más com-
pabellón, pueblo innumerable como las arenas del mar? pleta inacción; el desaseo y la pobreza por todas partes;
¿Hemos de dejar, ilusorios y vanos, los sueños de des- una mesita y petacas por todo amueblado; ranchos mise-
envolvimiento, de poder y de gloria, con que nos han me- rables por habitación, y un aspecto general de barbarie y
cido desde la infancia, los pronósticos que con envidia de incuria los hacen notables. […]
nos dirigen los que en Europa estudian las necesidades El hombre de la ciudad viste el traje europeo, vive de la
de la humanidad? Después de la Europa, ¿hay otro vida civilizada tal como la conocemos en todas partes:
mundo cristiano civilizable y desierto que la América? allí están las leyes, las ideas de progreso, los medios de
¿Hay en la América muchos pueblos que estén, como el instrucción, alguna organización municipal, el gobierno
argentino, llamados, por lo pronto, a recibir la población regular, etc. Saliendo del recinto de la ciudad, todo cam-
europea que desborda como el líquido en un vaso? ¿No bia de aspecto: el hombre de campo lleva otro traje, que
queréis, en fin, que vayamos a invocar la ciencia y la in- llamaré americano por ser común a todos los pueblos;
dustria en nuestro auxilio, a llamarlas con todas nuestras sus hábitos de vida son diver-sos; sus necesidades pecu-
fuerzas, para que vengan a sentarse en medio de noso- liares y limitadas; parecen dos sociedades distintas, dos
tros, libre la una de toda traba puesta al pensamiento, pueblos extraños uno del otro. Aún hay más: el hombre
segura la otra de toda violencia y de toda coacción? ¡Oh! de la campaña, lejos de aspirar a semejarse al de la ciu-
¡Este porvenir no se renuncia así no más! […] dad, rechaza con desdén su lujo y sus modales cor-
En la campaña de Buenos Aires, se reconoce todavía el te-ses, y el vestido del ciudadano. […]
soldado andaluz; y en la ciudad predominan los apellidos El progreso está sofocado, porque no puede haber pro-
extranjeros. La raza negra, casi extinta ya -excepto en greso sin la posesión perma-nente del suelo, sin la ciu-
Buenos Aires-, ha dejado sus zambos y mulatos, habitan- dad, que es la que desenvuelve la capacidad industrial
tes de las ciudades, eslabón que liga al hombre civilizado del hombre y le permite extender sus adquisiciones.
con el palurdo; raza inclinada a la civilización, dotada de
talento y de los más bellos instintos de progresos. Por lo
demás, de la fusión de estas tres familias ha resultado un Andrés Bello, Discurso en la inauguración de la Uni-
todo homogéneo, que se distingue por su amor a la ocio- versidad de Chile, Santiago de Chile, 1843.
sidad e incapacidad industrial, cuando la educación y las
exigencias de una posición social no vienen a ponerle La Universidad, señores, no sería digna de ocupar un lu-
espuela y sacarla de su paso habitual. Mucho debe haber gar en nuestras instituciones sociales, si (como murmu-
contribuido a producir este resultado desgraciado la in- ran algunos ecos oscuros de declamaciones antiguas) el
corporación de indígenas que hizo la colonización. Las cultivo de las ciencias y de las letras pudiese mirarse

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como peligroso bajo un punto de vista moral, o bajo un con los sombríos imperios del Asia, en que el despotismo
punto de vista político. La moral (que yo no separo de la hace pesar su cetro de hierro sobre cuellos encorvados
religión) es la vida misma de la sociedad; la libertad es el de ante mano por la ignorancia, o con las hordas africa-
estímulo que da un vigor sano y una actividad fecunda a nas, en que el hombre, apenas superior a los brutos es,
las instituciones sociales. Lo que enturbie la pureza de la como ellos, un artículo de tráfico para sus propios her-
moral, lo que trabe el arreglado pero libre desarrollo de manos. ¿Quién prendió en la Europa esclavizada las
las facultades individuales y colectivas de la humanidad y primeras centellas de libertad civil? ¿No fueron las le-
--digo más-- lo que las ejercite infructuosamente, no debe tras? ¿No fue la herencia intelectual de Grecia y Roma,
un gobierno sabio incorporarlo en la organización del es- reclamada, después de una larga época de oscuridad,
tado. Pero en este siglo, en Chile, en esta reunión, que por el espíritu humano? Allí, allí tuvo principio este vasto
yo miro como un homenaje solemne a la importancia de movimiento político, que ha restituido sus títulos de inge-
la cultura intelectual; en esta reunión, que, por una coin- nuidad a tantas tazas esclavas; este movimiento, que se
cidencia significativa, es la primera de las pompas que propaga en todos sentidos, acelerado continuamente por
saludan al día glorioso de la patria, al aniversario de la li- la prensa y por las letras; cuyas ondulaciones, aquí rápi-
bertad chilena, yo no me creo llamado a defender las das, allá lentas, en todas partes necesarias, fatales, alla-
ciencias y las letras contra los paralogismos del elocuen- narán por fin cuántas barreras se les opongan, y cubrirán
te filósofo de Ginebra, ni contra los recelos de espíritus la superficie del globo. Todas las verdades se tocan; y yo
asustadizos, que con los ojos fijos en los escollos que extiendo esta aserción al dogma religioso, a la verdad te-
han hecho zozobrar al navegante presuntuoso, no querr- ológica. Calumnian, no sé si diga a la religión o a las le-
ían que la razón desplegase jamás las velas, y de buena tras, los que imaginan que pueda haber una antipatía se-
gana la condenarían a una inercia eterna, más perniciosa creta entre aquéllas y éstas. Yo creo, por el contrario,
que el abuso de las luces a las causas mismas porque que existe, que no puede menos que existir, una alianza
abogan. No para refutar lo que ha sido mil veces refuta- estrecha entre la revelación positiva y esa otra revelación
do, sino para manifestar la correspondencia que existe universal que habla a todos los hombres en el libro de la
entre los sentimientos que acaba de expresar el señor naturaleza. Si entendimientos extraviados han abusado
ministro de instrucción pública y los que animan a la Uni- de sus conocimientos para impugnar el dogma, ¿qué
versidad, se me permitirá que añada a las de su señoría prueba esto, sino la condición de las cosas humanas? Si
algunas ideas generales sobre la influencia moral y políti- la razón humana es débil, si tropieza y cae, tanto más
ca de las ciencias y de las letras, sobre el ministerio de necesario es suministrarle alimentos sustanciosos y apo-
los cuerpos literarios, y sobre los trabajos especiales a yos sólidos. Porque extinguir esta curiosidad, esta noble
que me parecen destinadas nuestras facultades universi- osadía del entendimiento, que le hace arrostrar los arca-
tarias en el estado presente de la nación chilena. nos de la naturaleza, los enigmas del porvenir, no es po-
Lo sabéis, señores: todas las verdades se tocan, desde sible, sin hacerlo al mismo tiempo, incapaz de todo lo
las que formulan el rumbo de los mundos en el piélago grande, insensible a todo lo que es bello, generoso, su-
del espacio; desde las que determinan las agencias ma- blime, santo; sin emponzoñar las fuentes de la moral; sin
ravillosas de que dependen el movimiento y la vida en el afear y envilecer la religión misma. He dicho que todas
universo de la materia; desde las que resumen la estruc- las verdades se tocan, y aún no creo haber dicho bastan-
tura del animal, de la planta, de la masa inorgánica que te. Todas las facultades humanas forman un sistema, en
pisamos; desde las que revelan los fenómenos íntimos que no puede haber regularidad y armonía sin el concur-
del alma en el teatro misterioso de la conciencia, hasta so de cada una. No se puede paralizar una fibra (permí-
las que expresan las acciones y reacciones de las fuer- taseme decirlo así), una sola fibra del alma, sin que todas
zas políticas; hasta las que sientan las bases inconmovi- las otras enfermen. Las ciencias y las letras, fuera de es-
bles de la moral; hasta las que determinan las condicio- te valor social, fuera de esta importancia que podemos
nes precisas para el desenvolvimiento de los gérmenes llamar instrumental, fuera del barniz de amenidad y ele-
industriales; hasta las que dirigen y fecundan las artes. gancia que dan a las sociedades humanas, y que debe-
Los adelantamientos en todas líneas se llaman unos a mos contar también entre sus beneficios, tienen un méri-
otros, se eslabonan, se empujan. Y cuando digo los ade- to suyo, intrínseco, en cuanto aumentan los placeres y
lantamientos en todas líneas comprendo sin duda los goces del individuo que las cultiva y las ama; placeres
más importantes a la dicha del género humano, los ade- exquisitos, a que no llega el delirio de los sentidos; goces
lantamientos en el orden moral y político. ¿A qué se debe puros, en que el alma no se dice a sí misma: De en me-
este progreso de civilización, esta ansia de mejoras so- dio de la fuente del deleite Un no sé qué de amargo se
ciales, esta sed de libertad? Si queremos saberlo, com- levanta, Que entre el halago de las flores punza.
paremos a la Europa y a nuestra afortunada América,

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Las ciencias y la literatura llevan en sí la recompensa de paz del hogar doméstico? La Universidad, me atrevo a
los trabajos y vigilias que se les consagran. No hablo de decirlo, no acogerá la preocupación que condena como
la gloria que ilustra las grandes conquistas científicas; no inútil o pernicioso el estudio de las leyes romanas; creo,
hablo de la aureola de inmortalidad que corona las obras por el contrario, que le dará un nuevo estímulo y lo asen-
del genio. A pocos es permitido esperarlas. Hablo de los tará sobre bases más amplias. La Universidad verá pro-
placeres más o menos elevados, más o menos intensos, bablemente en ese estudio el mejor aprendizaje de la
que son comunes a todos los rangos en la república de lógica jurídica y forense. Oigamos sobre este punto el
las letras. Para el entendimiento, como para las otras fa- testimonio de un hombre a quien seguramente no se ta-
cultades humanas, la actividad es en sí misma un placer; chará de parcial a doctrinas antiguas; a un hombre que
placer que, como dice un filósofo escocés, sacude de no- en el entusiasmo de la emancipación popular y de la ni-
sotros aquella inercia a que de otro modo nos entregar- velación democrática ha tocado tal vez al extremo. ―La
íamos en daño nuestro y de la sociedad. Cada senda que ciencia estampa en el derecho su sello; su lógica sienta
abren las ciencias al entendimiento cultivado, le muestra los principios, formula los axiomas, deduce las conse-
perspectivas encantadas; cada nueva faz que se le des- cuencias, y saca de la idea de lo justo, reflejándola, in-
cubre en el tipo ideal de La belleza, hace estremecer de- agotables desenvolvimientos. Bajo este punto de vista, el
liciosamente el corazón huma no, criado para admirarla y derecho romano no reconoce igual; se pueden disputar
sentirla. El entendimiento cultivado oye en el retiro de la algunos de sus principios; pero su método, su lógica, su
meditación las mil voces del coro de la naturaleza: mil vi- sistema científico, lo han hecho y lo mantienen superior a
siones peregrinas revuelan en torno a la lámpara solitaria todas las otras legislaciones; sus textos son la obra ma-
que alumbra sus vigilias. Para él solo, se atavía la crea- estra del estilo jurídico; su método es el de la geometría
ción de toda su magnificencia, de todas sus galas. Pero aplicado en todo su rigor al pensamiento moral‖ […]
las letras y las ciencias, al mismo tiempo que dan un La Universidad estudiará también las especialidades de
ejercicio delicioso al entendimiento ya la imaginación, la sociedad chilena bajo el punto de vista económico, que
elevan el carácter moral. Ellas debilitan el poderío de las no presenta problemas menos vastos, ni de menos
seducciones sensuales; ellas desarman de la mayor par- arriesgada resolución. La Universidad examinará los re-
te de sus terrores a las vicisitudes de la fortuna. Ellas son sultados de la estadística chilena, contribuirá a formarla,
(después de la humilde y contenta resignación del alma y leerá en sus guarismos la expresión de nuestros inter-
religiosa) el mejor preparativo para la hora de la desgra- eses materiales. Porque en éste, como en los otros ra-
cia. Ellas llevan el consuelo al lecho del enfermo, al asilo mos, el programa de la Universidad es enteramente chi-
del proscrito, al calabozo, al cadalso. Sócrates, en víspe- leno: si toma prestadas a la Europa las deducciones de la
ras de beber la cicuta, ilumina su cárcel con las más su- ciencia, es para aplicarlas a Chile. Todas las sendas en
blimes especulaciones que nos ha dejado la antigüedad que se propone dirigir las investigaciones de sus miem-
gentílica sobre el porvenir de los destinos humanos. Dan- bros, el estudio de sus alumnos, convergen a un centro:
te compone en el destierro su Divina Comedia. Lavoisier la patria.
pide a sus verdugos un plazo breve para terminar una in- La medicina investigará, siguiendo el mismo plan, las
vestigación importante. […] modificaciones peculiares que dan al hombre chileno su
A la facultad de leyes y ciencias políticas se abre un clima, sus costumbres, sus alimentos; dictará las reglas
campo el más vasto el más susceptible y de aplicaciones de la higiene privada y pública; se desvelará por arrancar
útiles. Lo habéis oído: la utilidad práctica, los resultados a las epidemias el secreto de su germinación y de su ac-
positivos, las mejoras sociales, es lo que principalmente tividad devastadora; y hará, en cuanto es posible, que se
espera de la Universidad el gobierno; es lo que principal difunda a los campos el conocimiento de los medios sen-
mente debe recomendar sus trabajos a la patria. Herede- cillos de conservar y reparar la salud. ¿Enumeraré ahora
ros de la legislación del pueblo rey, tenemos que purgarla las utilidades positivas de las ciencias matemáticas y físi-
de las manchas que contrajo bajo el influjo maléfico del cas, sus aplicaciones a una industria naciente, que ape-
despotismo; tenemos que despejar las incoherencias que nas tiene en ejercicio unas pocas artes simples, grose-
deslustran una obra a que han contribuido tantos siglos, ras, sin procederes bien entendidos, sin máquinas, sin
tantos intereses alternativamente dominantes, tantas ins- algunos aun de los más comunes utensilios; sus aplica-
piraciones contradictorias. Tenemos que acomodarla, ciones a una tierra cruzada en todos sentidos de veneros
que restituirla a las instituciones republicanas. ¿Y qué ob- metálicos, a un suelo fértil de riquezas vegetales, de sus-
jeto más importante o más grandioso que la formación, el tancias alimenticias; a un suelo sobre el que la ciencia ha
perfeccionamiento de nuestras leyes orgánicas, la recta y echado apenas una ojeada rápida?
pronta administración de justicia, de seguridad de nues- Pero, fomentando las aplicaciones prácticas, estoy muy
tros derechos, la fe de las transacciones comerciales, la distante de creer que la Universidad adopte por su divisa

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el mezquino ¿cui bono? y que no aprecie en su justo va- tablecer sobre sólidas bases los derechos y deberes del
lor el conocimiento de la naturaleza en todos sus varia- hombre. Enumerar estos diferentes objetos es presenta-
dos departamentos. Lo primero, porque, pan guiar acer- ros, señores, según yo lo concibo, el programa de la Uni-
tadamente, la práctica, es necesario que el entendimiento versidad en la sección de filosofía y humanidades. Entre
se eleve a los puntos culminantes de la ciencia, a la ellos, el estudio de nuestra lengua me parece de una alta
apreciación de sus fórmulas generales. La Universidad importancia. Yo no abogaré jamás por el purismo exage-
no confundirá, sin duda, las aplicaciones prácticas con rado que condena todo lo nuevo en materia de idioma;
las manipulaciones de un empirismo ciego. Y lo segundo, creo, por el contrario, que la multitud de ideas nuevas,
porque, como dije antes, el cultivo de la inteligencia con- que pasan diariamente del comercio literario a la circula-
templativa que descorre el velo de los arcanos del uni- ción general, exige voces nuevas que las represen ten.
verso físico y moral, es en sí mismo un resultado positivo ¿Hallaremos en el diccionario de Cervantes y de fray Luis
y de la mayor importancia. En este punto, para no repe- de Granada --no quiero ir tan lejos--, hallaremos en el
tirme, copiaré las palabras de un sabio inglés, que me ha diccionario de Iriarte y Moratín medios adecuados, signos
honrado con su amistad: ―Ha sido, --dice el doctor Ni- lúcidos para expresar las nociones comunes que flotan
colás Arnott--, ha sido una preocupación el creer que las hoy día sobre las inteligencias medianamente cultivadas,
personas instruidas así en las leyes generales tengan su para expresar el pensamiento social? ¡Nuevas institucio-
atención dividida, y apenas les quede tiempo para apren- nes, nuevas leyes, nuevas costumbres; variadas por to-
der alguna cosa perfectamente. Lo contrario, sin embar- das partes a nuestros ojos la materia y las formas; y vie-
go, es lo cierto; porque los conocimientos generales jas voces, vieja fraseología! Sobre ser desacordada esa
hacen más claros y precisos los conocimientos particula- pretensión, porque pugnaría con el primero de los objetos
res. Los teoremas de la filosofía son otras tantas llaves de la lengua, la fácil y clara transmisión del pensamiento,
que nos dan entrada a los más deliciosos jardines que la sería del todo inasequible. Pero se puede ensanchar el
imaginación puede figurarse; son una vara mágica que lenguaje, se puede enriquecerlo, se puede acomodarlo a
nos descubre la faz del universo y nos revela infinitos ob- todas las exigencias de la sociedad, y aun a las de la
jetos que la ignorancia no ve. El hombre instruido en las moda, que ejerce un imperio incontestable sobre la litera-
leyes naturales está, por decirlo así, rodeado de seres tura, sin adulterar- lo, sin viciar sus construcciones, sin
conocidos y amigos, mientras el hombre ignorante pere- hacer violencia a su genio. ¿Es acaso distinta de la de
grina por una tierra extraña y hostil. El que por medio de Pascal y Racine la lengua de Chateaubriand y Villemain?
las leyes generales puede leer en el libro de la naturale- ¿Y no trasparenta perfecta mente la de estos dos escrito-
za, encuentra en el universo una historia sublime que le res el pensamiento social de la Francia de nuestros días,
habla de Dios, y ocupa dignamente su pensamiento has- tan diferentes de la Francia de Luis x Hay más: demos
ta el fin de sus días‖. anchas a esta especie de culteranismo; demos carta de
Paso, señores, a aquel departamento literario que posee nacionalidad a todos los caprichos de un extravagante
de un modo peculiar y eminente la cualidad de pulir las neologismo; y nuestra América reproducirá dentro de po-
costumbres; que afina el lenguaje, haciéndolo un vehícu- co la confusión de idiomas, dialectos y jerigonzas, el caos
lo fiel, hermoso, diáfano, de las ideas; que, por el estudio babilónico de la Edad Media; y diez pueblos perderán
de otros idiomas vivos y muertos, nos pone en comuni- uno de sus vínculos más poderosos de fraternidad, uno
cación con la antigüedad y con las naciones más civiliza- de sus más preciosos instrumentos de correspondencia y
das, cultas y libres de nuestros días; que nos hace oír, no comercio.
por el imperfecto medio de las traducciones siempre y La Universidad fomentará, no sólo el estudio de las len-
necesaria mente infieles, sino vivos, sonoros, vibrantes, guas, sino de las literaturas extranjeras. Pero no sé si me
los acentos de la sabiduría y la elocuencia extranjera; engaño. La opinión de aquellos que creen que debemos
que, por la contemplación de la belleza ideal y de sus re- recibir los resultados sintéticos de la ilustración europea,
flejos en las obras del genio, purifica el gusto, y concilia dispensándonos del examen de sus títulos, dispensán-
con los raptos audaces de la fantasía los derechos im- donos del proceder analítico, único medio de adquirir
prescriptibles de la razón; que, iniciando al mismo tiempo verdaderos conocimientos, no encontrará muchos sufra-
el alma en sus estudios severos, auxiliares necesarios de gios en la Universidad. Respetando, como respeto, las
la bella literatura, y preparativos indispensables para to- opiniones ajenas y reservándome sólo el derecho de dis-
das las ciencias, para todas las carreras de la vida, forma cutirlas, confieso que tan poco propio me parecería para
la primera disciplina del ser intelectual y moral, expone alimentar el entendimiento, para educarle y acostumbrar-
las leyes eternas de la inteligencia a fin de dirigir y afir- le a pensar por sí, el atenernos a las conclusiones mora-
mar sus pasos, y desenvuelve los pliegues profundos del les y políticas de Herder, por ejemplo, sin el estudio de la
corazón, para preservarlo de extravíos funestos, para es- historia antigua y moderna, como el adoptar los teoremas

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de Euclides sin el previo trabajo intelectual de la demos- un inmigrado abyecto y servil, por la simple presión natu-
tración. Yo miro, señores, a Herder como a uno de los ral que ejerce su libertad, tan desenvuelta y fuerte que es
escritores que han servido más útilmente a la humanidad: la ley del país, sin que nadie piense allí que puede ser de
él ha dado toda su dignidad a la historia, desenvolviendo otro modo. […] Gobernar es poblar, pero sin echar en ol-
en ella los designios de la Providencia, y los destinos a vido que poblar puede ser apestar, embrutecer, esclavi-
que es llamada la especie humana sobre la tierra. Pero el zar, según que la población trasplantada o inmigrada, en
mismo Herder no se propuso suplantar el conocimiento vez de ser civilizada, sea atrasada, pobre, corrompida.
de los hechos, sino ilustrarlos, explicarlos; ni se puede ¿Por qué extrañar que en este caso hubiese quien pen-
apreciar su doctrina sino por medio de previos estudios sara que gobernar es, con más razón, despoblar? […]
históricos. Sustituir a ellos deducciones y fórmulas, sería Todo lo que es civilizado es europeo, al menos de origen,
presentar a la juventud un esqueleto en vez de un trasla- pero no todo lo europeo es civilizado; y se concibe per-
do vivo del hombre social; sería darle una colección de fectamente la hipótesis de un país nuevo poblado con eu-
aforismos en vez de poner a su vista el panorama móvil, ropeos más ignorantes en industria y libertad que las
instructivo, pintoresco, de las instituciones, de las cos- hordas de la Pampa o del Chaco.
tumbres, de las revoluciones, de los grandes pueblos y La inmigración espontánea es la mejor; pero las inmigra-
de los grandes hombres; sería quitar al moralista y al ciones sólo van espontáneamente a países que atraen
político las convicciones profundas que sólo pueden na- por su opulencia y por su seguridad o libertad. […] La Eu-
cer del conocimiento de los hechos; sería quitar a la ex- ropa del Norte irá espontáneamente a la América del
periencia del género humano el saludable poderío de sus Norte; y como el norte en los dos mundos parece ser el
avisos, en la edad, cabalmente que es más susceptible mundo de la libertad y de la industria, la América del Sud
de impresiones durables; sería quitar al poeta una inago- debe renunciar a la ilusión de tener inmigraciones capa-
table mina de imágenes y de colores. Y lo que digo de la ces de educarla en la libertad, en la paz y en la industria,
historia, me parece que debemos aplicarlo a todos los si no las atrae artificialmente. La única inmigración es-
otros ramos del saber. Se impone de este modo al en- pontánea de que es capaz Sud América, es la de las po-
tendimiento la necesidad de largos, es verdad, pero blaciones de que no necesita: esas vienen por sí mismas,
agradables estudios. Porque nada hace más desabrida la como la mala hierba. De esa población puede estar segu-
enseñanza que las abstracciones, y nada la hace más ra América que la tendrá sin llevarla; pues la civilización
fácil y amena sino el proceder que, amoblando la memo- europea la expele de su seno como escoria. […]¿Por qué
ria, ejercita al mismo tiempo al entendimiento y exalta la razón he dicho que en Sud América, gobernar es poblar,
imaginación. El raciocinio debe engendrar al teorema, los y en qué sentido es esto una verdad incuestionable? -
ejemplos graban profundamente las lecciones. Porque poblar, repito, es instruir, educar, moralizar, mejo-
rar la raza; es enriquecer, civilizar, fortalecer y afirmar la
libertad del país, dándole la inteligencia y la costumbre
Juan Bautista Alberdi, Bases y puntos de partida pa- de su propio gobierno y los medios de ejercerlo. Esto so-
ra la organización política de la República Argentina, lo basta para ver que no toda población es igual a toda
1852. población, para producir esos resultados. Poblar es enri-
quecer cuando se puebla con gente inteligente en la in-
Como se pone bajo mi nombre, a cada paso, la máxima dustria y habituada al trabajo que produce y enriquece.
de mi libro BASES, de que en América gobernar es po- Poblar es civilizar cuando se puebla con gente civilizada,
blar, estoy obligado a explicarla, para no tener que res- es decir, con pobladores de la Europa civilizada. Por eso
ponder de acepciones y aplicaciones, que lejos de ema- he dicho en la Constitución que el gobierno debe fomen-
nar de esa máxima se oponen al sentido que ella encie- tar la inmigración europea. Pero poblar no es civilizar, si-
rra y lo comprometen, o, lo que es peor, comprometen la no embrutecer, cuando se puebla con chinos y con indios
población en Sud América. Gobernar es poblar en el sen- de Asia y con negros de África.
tido que poblar es educar, mejorar, civilizar, enriquecer y Sumamente curiosa es la acción recíproca de los dos
engrandecer espontánea y rápidamente, como ha suce- mundos en la marcha y desarrollo de la civilización y es-
dido en los Estados Unidos. Mas para civilizar por medio pecialmente de la sociabilidad. […] Así Europa ejerce en
de la población es preciso hacerlo con poblaciones civili- América una acción civilizadora, al paso que América
zadas; para educar a nuestra América en la libertad y en ejerce en Europa una reacción en sentido opuesto. Esto
la industria es preciso poblarla con poblaciones de la Eu- sucede en el hombre, como sucede en los animales. Se
ropa más adelantada en libertad y en industria, como su- ha notado que los animales domésticos llevados de Eu-
cede en los Estados Unidos. Los Estados Unidos pueden ropa, recuperan en América su tipo y su índole, primitivos
ser muy capaces de hacer un buen ciudadano libre, de y salvajes. […]

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El tipo de nuestro hombre sudamericano - lo dije en las
BASES- debe ser el hombre formado para vencer al
grande y agobiante enemigo de nuestro progreso: el de- José María Ramos Mexía, Las neurosis de los hom-
sierto, el atraso material, la naturaleza bruta y primitiva bres célebres en la historia argentina. Buenos Aires,
de nuestro continente. He ahí el arsenal en que debe 1878.
buscar Sud América las armas para vencer a su enemigo
capital. Para inspirar más terror, muchos de ellos pintábanse la
Hacer en vez de eso, de un hombre una destructora cara de colorado; marchaban en pandilla, los unos em-
máquina de guerra, es el triunfo de la barbarie; pero ponchados y medio oculto el rostro tras el pañuelo, casi
hacer de una máquina un hombre que trabaja, que teje, desnudos y haraposos; sostenían, otros, sus cabellos
que transporta, que navega, que defiende, que ataca, que caían sobre la frente, por medio de enormes vinchas
que ilumina, que riega los campos, que habla de un polo rojas con "¡mueras!" en letras negras, formando aureola a
a otro, como hablan dos hombres juntos, es el triunfo de la imagen de Rosas. Algunos, a cara descubierta, iban
la civilización sobre la materia, triunfo sin víctimas ni delante golpeando las puertas con el cabo de sus puña-
lágrimas, porque los vencidos no son otros que nobles les y rompiendo a ladrillazos los vidrios de las ventanas.
soberanos que conservan todo su inmenso poder; y sólo Entraban a los templos y azotaban al sacerdote si era
parecen someterse al hombre graciosamente como en sospechado de enemigo oculto de la Federación, luego
testimonio de admiración simpática por la majestad de su recorrían los altares y si alguna imagen tenía cara de
genio. "salvaje unitario", hacíanla descender a lazo, la azotaban,
Más poderoso que el emperador Carlos V y con más le ponían la divisa y se retiraban, festejando con risota-
razón que él, podría el genio industrial moderno jactarse das y muecas sus hazañas tiberianas.
de que en sus dominios no se pone el sol, ni hay zona Siempre buscaban al más inocente para darle de puñala-
tórrida, ni zona templada; no hay polos, ni hay antípodas. das, al más débil para estropearle a latigazos, al más an-
Colaborador de la Providencia, el genio del hombre hará ciano para blanco de sus burlas procaces. Repartíanse
el verano permanente en Rusia, y hará el invierno inaca- en grupos de cincuenta o cien, por distintos puntos de la
bable en el Ecuador, porque el calor, el hielo, el vapor, el ciudad, y allí donde hubiera una familia comprometida,
aire, el gas, el agua, la electricidad, vencidos y sometidos entraban, y registraban hasta la última pieza, cometiendo
a su dominio, son hoy los esclavos del hombre, que le toda clase de tropelías. Si alguna mujer había olvidado el
sirven para llevar su trono a todos los ámbitos de la tie- "moño", se lo pegaban en la frente con brea, o era toma-
rra, y ser en todas partes el soberano de la creación. da por cuatro manos crispadas y vigorosas y, arrojándola
Libertad es poder, fuerza, capacidad de hacer o no hacer al suelo, la desmayaban a rebencazos. Desgarraban los
lo que nuestra voluntad desea. Como la fuerza y el poder papeles que cubrían las paredes, los muebles, los corti-
humano residen en la capacidad inteligente y moral del nados que fueran celestes, destruían a sablazos los cua-
hombre más que en su capacidad material o animal, no dros y las persianas, y llegaban hasta la cuna donde
hay más medio de extender y propagar la libertad, que dormía algún niño, "para cerciorarse si tenía las condi-
generalizar y extender las condiciones de la libertad, que ciones necesarias para ser un completo federal".
son la educación, la industria, la riqueza, la capacidad, en Luego, volvían a salir para continuar sus depredaciones y
fin, en que consiste la fuerza que se llama libertad. se veía a la gente aterrorizada disparando por las calles,
La espada es impotente para el cultivo de esas condicio- y "el ruido de las puertas que se cerraban iba repitiéndo-
nes, y el soldado es tan propio para formar la libertad se de cuadra en cuadra y de manzana en manzana", tal
como lo es el moralista para fundir cañones. era el horror que causaban aquellos hombres, impulsa-
Cuando se dice que la riqueza nace del trabajo, se en- dos por un soplo irresistible de locura.
tiende que del trabajo del hombre, pues trata la riqueza Vivían diseminados en todos los barrios, porque era por
del hombre. En otros términos, la riqueza nace del hom- cientos que se contaban los afiliados a la Mazorca, y lle-
bre. […] La forma más fecunda y útil en que la riqueza naban las tabernas y los cafés, se metían en los templos,
extranjera puede introducirse y aclimatarse en un país frecuentaban los parajes públicos, y asaltaban y mataban
nuevo, es la de una inmigración de población inteligente en media calle. Habían declarado guerra a muerte a la
y trabajadora, sin la cual los metales ricos se quedarán gente culta e ilustrada, y jóvenes, viejos, comerciantes,
siglos y siglos en las entrañas de la tierra; y la tierra, con eclesiásticos, abogados, literatos, pertenecientes todos a
todas sus ventajas de clima, irrigación, temperatura, ríos, la primera clase de la sociedad –dice Rivera Indarte-
montañas, llanuras, plantas y animales útiles, se quedará arrastraban pesados grilletes en las horribles cloacas a
siglos y siglos tan pobre como el Chaco, como Mojas, que se les destinaba. Casi diariamente, uno o dos de
como Lipes, como Patagonia. ellos, eran llevados a la muerte y no pocas veces fusila-

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dos a algunos pasos del calabozo, sin que se les hubiera La influencia de una causa patológica, es pues, evidente.
permitido arreglar sus negocios, dar sus últimas disposi- Esas fugaces épocas de calma, que solían sobrevenir, se
ciones, dejar una palabra a sus familias. Los cadáveres, presentan en casi todas las epidemias de este género y
arrastrados con escarnio hasta la puerta de la cárcel, se se explican perfectamente. Cuando la tiranía llegó a su
llevaban en un carro sucio y se arrojaban en una zanja lúgubre apogeo, la desconfianza mutua principió a sepa-
del Cementerio. Los degollados en la campaña, se les rarlos y se aislaron; aislándose, se suspendía el contagio
desollaba, se les castraba, se hacían marcas de su piel y nervioso que era uno de los agentes más poderosos de
se les dejaba insepultos, pasto de las fieras y juguete de su patogenia, y entonces la enfermedad manifestaba
los vientos Bajo la presión abrumadora de esta situación, tendencias a desaparecer sin tratamiento alguno, que es
determinada por un estado de embotamiento sensitivo lo que más habitualmente sucede. La sucesión de esos
completo, vivió Buenos Aires durante mucho tiempo con accesos terribles en que entraba la Mazorca en ciertas
cortos intervalos de tregua. Tanto él, como la exaltación épocas, traía así que terminaba, una depresión completa,
homicida, que en ciertas ocasiones manifestose con una sedación del sistema nervioso: era la calma que so-
síntomas marcados de exacerbación, eran el producto breviene a consecuencia de un gasto excesivo de fluido y
del contagio moral, determinado en cerebros ya prepara- una vez satisfechos los impulsos morbosos que dominan
dos un estado patológico que venían elaborando, de al cerebro. Después de un período de excitación muy
tiempo atrás, causas sumamente deletéreas del sistema grande, sucedió otro completamente contrario y caracte-
nervioso. Estado mórbido y epidémico, pero pasajero y rizado por una especie de laxitud saludable, de cansan-
que responde a perturbaciones cerebrales puramente cio, de postración análoga a la que trae el acceso de his-
dinámicas y no a lesiones materiales profundas y más o teria una vez que ha terminado. Esto es lo que sucede en
menos apreciables, como erradamente podría creerse y la manía y en la mayor parte de las formas de locura con
como sucede en las otras formas de enajenación mental exaltación violenta. […]
individuales y rara vez contagiosas. Todos esos acontecimientos fueron para Buenos Aires, lo
Estas epidemias, que tienen en sus manifestaciones di- que para ciertas poblaciones neurópatas de la Edad Me-
versas todos los caracteres de la enfermedad, responden dia la aparición de la peste o la producción de cualquier
únicamente a trastornos funcionales producidos por una otro incidente que absorbiera violentamente al espíritu:
multitud de causas, cuyos efectos están necesariamente un fuerte "derivativo". Más adelante, la mayoría de las
en razón directa de su magnitud, del tiempo que han ac- causas que producían la epidemia fueron, o disminuyen-
tuado, de la predisposición y de la inminencia mórbida en do su acción por una especie de tolerancia establecida
que se encuentra cada individuo. […] en la población connaturalizada ya con sus efectos, o
Atribuir estos actos, simplemente al deseo de complacer desapareciendo espontáneamente por una evolución na-
a Rosas y no a una perturbación cerebral, es un error la- tural y sin que nada conocido, a no ser los acontecimien-
mentable que la ciencia se apresura a corregir, es mos- tos arriba mencionados, viniera a precipitar la crisis. Esta
trar ignorancia de las leyes que rigen a la naturaleza del época de desolación fue, para Buenos Aires, el momento
hombre; sólo estas eflorescencias enfermizas pueden más crítico de su vida: fueron las convulsiones propias de
atrofiar en el cerebro humano ciertos sentimientos que una infancia difícil y enfermiza. […]
alumbran el alma eternamente y que sólo se apagan bajo Las necesidades nutritivas, las necesidades sensitivas,
la influencia maldita de una locura ingénita o adquirida. las necesidades morales e intelectuales constituyen los
"Entre los prisioneros de la batalla, escribía un teniente tres móviles ineludibles a que obedece la naturaleza del
de Rosas dando cuenta de la acción del Monte Grande, hombre. Estas tres fases de la evolución humana marcan
se halló al traidor salvaje unitario, Coronel Facundo Bor- en la vida de su "género" los tres tramos que ha tenido
da, que fue al momento ejecutado con otros traidores, que ascender para ocupar entre los "primates" el lugar
cortadas y saladas sus orejas". Las orejas de Borda fue- preeminente que le asigna la ciencia. El hombre de la
ron remitidas a Rosas y colocadas por él sobre una ban- edad de piedra, el troglodita prehistórico de las cavernas,
deja de plata, con el objeto de exhibirlas. […] acaso representado en la actualidad por el Fueguino y el
En medio de esta vida de enervamiento moral y de deca- Australiano, ocupan el primer tramo.
dencia, sensitiva, es claro que el resto de la población se El hambre, pero un hambre feroz y degradante, absorbe
encontraba imposibilitada para reaccionar contra estas todas sus fuerzas y su vida se desliza como la de la bes-
turbas embravecidas. Este descenso brusco de la perso- tia, en medio de las más horrorosas orgías estomacales,
nalidad humana, esta oclusión horrible de la razón y del en que la madre y el padre, arrebatados por las prome-
sentimiento, manifestándose bajo dos distintas fases sas voluptuosas de la embriaguez digestiva, se disputan
(depresión en unos, exaltación en otros), es lo que cons- los cadáveres de sus propios hijos. "Había comido hasta
tituye el rasgo principal de la epidemia. la saciedad -dice Lyon, describiendo el almuerzo polífago

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de un Esquimal- y a cada instante se dormía con la cara Se trataba de conquistar un área de 15.000 leguas cua-
roja y encendida y la boca entreabierta. A su lado estaba dradas ocupadas cuando menos por unas 15.000 almas,
Armaloua, su mujer, que cuidaba a su esposo y le intro- pues pasa de 14.000 el número de muertos y prisioneros
ducía en la boca, cuando le era posible, un grueso y as- que ha reportado la campaña. Se trataba de conquistar-
queroso pedazo de carne medio cocido, ayudándolo con las en el sentido más lato de la expresión. No era cues-
fuertes empujones". He aquí todo entero el hombre primi- tión de recorrerlas y de dominar con gran aparato, pero
tivo. Un tramo más arriba, pero nada más que un tramo, transitoriamente, como lo había hecho la expedición del
están el Chacho, Ortoguez y el famoso Artigas, que Gral. Pacheco al Neuquén, el espacio que pisaban los
hubieran asombrado con su ferocidad al hombre brutal cascos de los caballos del ejército y el círculo donde al-
de las cavernas. La "faz sensitiva" es la segunda etapa, y canzaban las balas de sus fusiles. Era necesario con-
la "moral" la tercera, en donde el hombre, ya libre o por lo quistar real y eficazmente esas 15.000 leguas, limpiarlas
menos más independiente de las necesidades brutales de indios de un modo tan absoluto, tan incuestionable,
de la nutrición, da un paso más "hacia esa progresiva ex- que la más asustadiza de las asustadizas cosas del
teriorización del individuo en la cual germinan libremente mundo, el capital destinado a vivificar las empresas de
en su espíritu las pasiones sociales y los sentimientos ganadería y agricultura, tuviera él mismo que tributar
morales" que lo elevan a su nivel humano. homenaje a la evidencia, que no experimentase recelo en
El estómago es un tirano implacable: cuando manda, ab- lanzarse sobre las huellas del ejército expedicionario y
sorbe todas las nobles funciones del individuo, estorban- sellar la toma de posesión por el hombre civilizado de tan
do el libre desarrollo de ciertas facultades cerebrales de dilatadas comarcas.
cuyo concurso necesita para llegar hasta el período sen- Y eran tan eficaces los nuevos principios de guerra fron-
sitivo; período en el cual el juego de sus sentidos espe- teriza que habían dictado estas medidas, que hemos
ciales le procura un placer vivísimo, "tanto como para sa- asistido a un espectáculo inesperado. Esas maniobras
crificar la satisfacción futura de sus apetitos puramente preliminares, que no eran sino la preparación de la cam-
nutritivos, al deseo ardiente de procurarse un goce sensi- paña, fueron en el acto decisivas. Quebraron el poder de
tivo". Entonces es que el cerebro adquiere mayor viveza; los indios de un modo tan completo, que la expedición al
sus órganos tienden a completar su evolución; la vida se Río Negro se encontró casi hecha antes de ser principia-
hace activa y floreciente y las ideas y los sentimientos, da. No hubo una sola de esas columnas de exploración
aunque embrionarios y pueriles todavía, murmuran sin que no volviese con una tribu entera prisionera, y cuando
embargo su protesta contra los predominios bestiales. llegó el momento señalado para el golpe final, no existían
Después, un magnífico y supremo esfuerzo le da la po- en toda la pampa central sino grupos de fugitivos sin co-
sesión completa de la vida moral e intelectual: el cerebro hesión y sin jefes.
ha terminado su gestación laboriosa y recién entonces el Es evidente que en una gran parte de las llanuras recién
inmediato precursor humano se convierte en el hombre abiertas al trabajo humano, la naturaleza no lo ha hecho
radiante de las edades modernas. todo, y que el arte y la ciencia deben intervenir en su cul-
tivo, como han tenido parte en su conquista. Pero se de-
be considerar, por una parte, que los esfuerzos que habr-
Informe oficial de la comisión científica agregada al ía que hacer para transformar estos campos en valiosos
Estado Mayor General de la Expedición al Río Negro, elementos de riqueza y de progreso, no están fuera de
1879, al mando de Julio Argentino Roca. proporción con las aspiraciones de una raza joven y em-
prendedora; por otra parte, que la superioridad intelec-
El año 1879 tendrá en los anales de la República Argen-
tual, la actividad y la ilustración, que ensanchan los hori-
tina una importancia mucho más considerable que la que
zontes del porvenir y hacen brotar nuevas fuentes de
le han atribuido los contemporáneos. Ha visto realizarse
producción para la humanidad, son los mejores títulos
un acontecimiento cuyas consecuencias sobre la historia
para el dominio de las tierras nuevas. Precisamente al
nacional obligan más la gratitud de las generaciones ve-
amparo de estos principios, se han quitado éstas a la ra-
nideras que la de la presente, y cuyo alcance, descono-
za estéril que las ocupaba.
cido hoy, por transitorias cuestiones de personas y de
partido, necesita, para revelarse en toda su magnitud, la
imparcial perspectiva del porvenir. Ese acontecimiento es
“La Unión Cívica Radical al Pueblo de la República”,
la supresión de los indios ladrones que ocupaban el Sur
proclama revolucionaria del 4 de febrero de 1905.
de nuestro territorio y asolaban sus distritos fronterizos:
es la campaña llevada a cabo con acierto y energía, que
Ante la evidencia de una insólita regresión que, después
ha dado por resultado la ocupación de la línea del Río
de veinticinco años de transgresiones a todas las institu-
Negro y del Neuquén.
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ciones morales, políticas y administrativas, amenaza re- Desde la justicia y la instrucción, tan primordiales como
tardar indefinidamente el restablecimiento de la vida na- fundamentales, hasta el ejército y las finanzas, todos los
cional; ante la ineficacia comprobada de la labor cívica centros y ramas del gobierno están en el caos, acusando
electoral, porque la lucha es de la opinión contra gobier- descenso moral, incompetencia y abandono de los más
nos rebeldes alzados sobre las leyes y respetos públicos; importantes intereses de la Patria. Las cátedras, las ma-
y cuando no hay en la visión nacional ninguna esperanza gistraturas, la dirección de los institutos científicos, la je-
de reacción espontánea, ni posibilidad de alcanzarla fatura de las reparticiones y, en una palabra, todos los
normalmente, es sagrado deber de patriotismo ejercitar el cargos públicos, se conceden a los cortesanos con pres-
supremo recurso de la protesta armada a que han acudi- cindencia de integridad y de ilustración. La labor adminis-
do casi todos los pueblos del mundo […] trativa se traduce en obra inorgánica y destructora, en la
Todo ha sido conculcado desde su cimiento hasta su contradicción permanente de las iniciativas más opues-
más alta garantía. El sufragio, condición indispensable de tas, mientras quedan sin solucionarse los grandes pro-
la representación electiva, ha sido falseado primeramente blemas del bienestar nacional.
y simulado por fin, con intermitencias de sangrientas im- En el derroche irresponsable y sin contralor, se ha disi-
posiciones. pado la riqueza del país con la cual estaríamos en condi-
La vida comunal, la más directa demostración de las li- ciones de abordar con éxito la ejecución de las obras
bertades públicas, la primera escuela político-social y una públicas que la civilización impone. Gravita sobre el país,
de las bases de nuestra organización, ha sido sucesiva e comprometiendo su presente, el peso de una deuda
implacablemente menoscabada en su prestigio y en su enorme, de inversión casi desconocida, que pasará a las
eficiencia, hasta quedar suprimida, aún en esta Capital, generaciones futuras como herencia de una época de
centro de gloriosas conquistas humanas por ley fundada desorden y de corrupción administrativa. El presupuesto
en la agraviante ironía de su notoria incapacidad de prac- es ley de expoliación para el contribuyente, de aniquila-
ticarla. miento para la industria, de traba para el comercio y de
Mediante un sistema de punibles irregularidades, las pro- despilfarro para el gobierno. El pueblo ignora el destino
vincias han sido convertidas en meras dependencias real de las sumas arrancadas a su riqueza, en la forma
administrativas. Los gobernadores invisten y ejercen la de impuestos exorbitantes, porque el Congreso no cum-
suma de los poderes, y a su vez se prosternan ante el ple el deber de examinar las cuentas de la Administración
Presidente de la República, quien por el hecho de serlo para hacer efectivas las responsabilidades emergentes
adquiere prepotencia tan absoluta que todos, hasta el de los gastos ilegales y de la malversación de los dineros
Congreso y las legislaturas, se someten incondicional- públicos.
mente a su voluntad para afianzarse en el cargo que de- La población permanece casi estacionaria, siendo evi-
tentan, retomarlo si lo han perdido o conseguirlo si lo as- dente que cuando menos debiéramos constituir un Esta-
piran. do diez veces millonario, fuerte y laborioso, con persona-
Las constituciones, para cuya revisión las sociedades lidad respetada en el mundo trabajando en paz y libertad
bien dirigidas buscan las horas tranquilas y concurrentes la grandeza de la Patria.
de la opinión, has sido rehechas y deshechas al arbitrio Tan absolutas son las absorciones del poder, que no
de los gobernantes, no para ampliar los derechos o dar- existen leyes ni garantías seguras; y tan profunda es la
les más garantías, sino para restringirlos o falsearlos, depresión del carácter que, dentro del régimen, no hay
arrogándose mayores poderes y extendiendo sin necesi- conciencia que resista, ni deber que no se abdique ante
dad el enorme personal administrativo. En cambio, no se la voluntad del presidente o del gobernador.
han cumplido muchos de los más fecundos preceptos El predominio de esa política egoísta y utilitaria, que
que ellas consagran, como medios conducentes y efica- mantiene sistemáticamente clausurado el camino de las
ces para la mejor legislación y el bienestar de los pue- actuaciones dignas, ha esterilizado las mejores fuerzas
blos. del carácter y de la inteligencia argentinas. Han sucumbi-
La verdad y la eficacia de la doctrina que tiene por base do, las unas en el esfuerzo de la lucha activa, en la pro-
el gobierno del pueblo por el pueblo reside en el grado de testa contra el régimen; se han rendido, otras, víctimas
libertad con que la función electiva se realiza. Sin ésta no del descreimiento o falta de valor cívico, y se extinguen
hay mandato sino usurpación audaz, y no existe vínculo las más en el ostracismo de la vida pública, impedidas de
leal alguno entre la autoridad y el pueblo que protesta. prestar a la Nación el servicio de su patriotismo y de sus
Las demás instituciones que se fundan en el hecho de luces. […]
esa representación y están destinadas a recibir su calor, Entre el último día del oprobio y el primero del digno des-
quedan anuladas y mutiladas en su verdad y energía. pertar, debe de haber una solución de continuidad, una
claridad radiante, que lo anuncie al mundo y lo fije eter-

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namente en la historia. Esperar la regeneración del país 1* El territorio de cada país se dividirá en zonas federa-
de los mismos que lo han corrompido, pensar que tan das; las zonas en municipios y el municipio en comunas.
magna tarea pueda ser la obra de los gobiernos actuales 2* La división en zonas y municipios obedecerá al criterio
de la República y de la Presidencia surgida de su seno, del universo geográfico, esto es, a la forma particular de
sería sellar ante la historia y sancionar ante el mundo cada uno respecto al género de industria que ha de ex-
veinticinco años de vergüenza con una infamación, plotar o a la distribución de las poblaciones.
haciendo del delito un factor reparador, el medio único de 3* En cada comuna, los trabajadores se reunirán en gre-
redimir el presente y salvar el futuro de la Nación. mios, según sus oficios manuales o intelectuales.
Esta tarea requiere escenario y factores nuevos, porque 4* Cada gremio resolverá, en sus asambleas, todo lo re-
las acciones humanas realizadas en un medio extraño a ferido a los servicios comunales de una especialidad.
sus móviles, resultan inocuas o contraproducentes; exige 5* Para coordinar y dirigir los servicios y ejecutar las me-
una gran cohesión moral, un sólido vínculo de civismo, el didas acordadas en las asambleas existirán consejos
concurso de la voluntad nacional, y reclama un ambiente comunales, municipales, federales y uno internacional.
de justicia y de independencia de espíritu en el cual pue- 6* Cada gremio de la comuna escogerá un delegado al
dan desenvolverse ampliamente todas las capacidades, y consejo comunal; cada consejo comunal, un delegado al
bajo cuya influencia, hasta que sean posibles las reac- municipal; cada consejo municipal, un delegado al federal
ciones de los hombres, por la modificación de las ideas y y cada consejo federal, uno al consejo internacional.
de los procedimientos. […] 7* El consejo comunal velara por los intereses de la co-
La Unión Cívica Radical, que es fuerza representativa de muna, ejecutando las resoluciones de las asambleas, di-
ideales y de aspiraciones colectivas, que combate un rigiendo la producción, transporte y distribución de los
régimen y no hombres, no puede, pues, declinar de su productos, el servicio de estadística, la conservación de
propósito ni arriar su bandera. Cumple las decisiones de las obras realizadas y su mejoramiento, la enseñanza
sus autoridades directivas y responde a las exhortacio- primaria, las artes, los embellecimientos, fiestas, simetr-
nes de todos sus centros de opinión. Va a la protesta ar- ías, etc. Este consejo se reunirá diariamente y se renova-
mada venciendo las naturales vacilaciones que han tra- ra por turnos semanales o mensuales.
bajado el espíritu de sus miembros, porque contrasta e 8* El consejo municipal se ocupara de las relaciones en-
indigna, sin duda, el hecho de que un pueblo, vejado en tre las comunas, de la distribución de los productos pro-
sus más caros atributos e intensamente lesionado en su pios o recibidos de afuera, de los pedidos o trueques de
vitalidad, tenga aún que derramar su sangre para conse- trabajadores, de los servicios internacionales, etc. Se re-
guir su justa y legítima reparación. Pero el sacrificio ha unirá una vez por semana.
sido prometido a la Nación: lo reclaman su honor y su 9* El consejo federal se ocupara de las relaciones entre
grandeza, y lo obligan la temeraria persistencia del régi- los municipios, enseñanza superior y profesional, forma-
men y la amenaza de su agravación. Se efectúa sin pre- ción de profesores, de los trabajos materiales importan-
venciones personales, inconcebibles dentro del carácter tes en la zona que le correspondiere, instalación de usi-
del movimiento, y extraños a la índole moral de los que lo nas, fabricas, laboratorios, observatorios, astilleros, etc.,
dirigen, con derecho a sustraerse a estas agitaciones, pudiendo pedir los trabajadores necesarios de acuerdo
escudados en el antecedente de una larga y fatigosa la- con los consejos municipales y las asambleas comuna-
bor cívica. les. Se reunirá, normalmente, una vez por mes y sus de-
legados se renovaran cada año.
10* El consejo internacional se ocupara de las relaciones
José Oiticica, “31 Conjeturas Anarquistas”, s.f. entre países, del almacenaje y distribución de los produc-
tos, del pedido y trueque de trabajadores entre países, de
Muchas personas, después de un conocimiento superfi- la navegación internacional, de los grandes trabajos de
cial del anarquismo, al ver que nuestros escritores sos- interés universal, etc. Funcionará permanentemente, re-
tienen la destrucción del Estado, de las leyes, de los tri- novándose por turnos trienales.
bunales, del dinero, del comercio, de las fuerzas arma- 11* Los delegados no gozaran de ningún privilegio, ni
das, etc., nos toman por locos y preguntan cómo ha de serán dispensados de sus profesiones sino cuando sus
ser posible para la humanidad vivir sin esos males nece- funciones en los consejos les absorbieran todo el tiempo.
sarios. Consideramos conveniente satisfacer la curiosi- 12* Además de los consejos, habrá congresos municipa-
dad de esos asustadizos, ofreciéndoles un esquema de les, federales e internacionales de gremios, donde los re-
la organización social en un régimen anárquico. presentantes de cada uno de ellos discutirán los asuntos
especiales de cada servicio.

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13* En los congresos se presentaran invenciones, proce- 30* Los locos serán internados en quintas especiales,
sos o métodos nuevos que, expuestos por los autores y donde serán científicamente tratados mediante los pro-
discutidos, serán enviados a comisiones técnicas para cesos más suaves y recomendables.
estudio y experiencia, hasta la adopción o rechazo final. 31* La represión de los crímenes (que necesariamente,
14* La enseñanza superior y profesional será impartida sin el dinero, causa del 80% de los mismos, se reducirá a
en universidades constituidas en comunas, donde se ins- un mínimo insignificante) será de competencia exclusiva
talaran laboratorios, usinas, hospitales, etc. modelos. de la comuna donde acontezcan, la cual decidirá como
15* Los profesores universitarios de cada especialidad se bien le pareciere y las circunstancias lo dictaren.
constituirán en comisión técnica para examinar nuevos
inventos, procesos científicos, métodos de enseñanza, li- Luis Emilio Recabarren, “Amor y Libertad”, 2 de abril
bros didácticos, etc. de 1905.
16* Cada comuna tendrá servicio completo de asistencia
médica y dental con su hospital propio. ¡Amor y libertad! Esto es lo que queremos y lo que bus-
17* En los lugares apropiados serán fundados sanatorios camos y lo que encontramos. ¡Queremos que el amor re-
especiales, modelos. ine en todo el mundo! ¿Es esto malo? ¡Respondan los
18* Las horas de trabajo en cada comuna estarán regu- sabios! Si ello no es malo vamos allá a conseguir que el
ladas por las necesidades de la producción y los servi- amor reine. ¿Que es imposible? Lo que es bueno no
cios, quedando el horario a cargo del consejo comunal. puede ser imposible, ni se le debe poner obstáculos. Sólo
19* Los trabajos se distribuirán en cada servicio conside- los egoístas y los perversos lo consideran imposible. Pa-
rando la fuerza física y la capacidad de cada quien. ra que haya amor deben desaparecer todas las institu-
20* Las tareas repugnantes o insalubres se realizaran ciones que engendran odio. El gobierno con sus tiranías
por turno sin excepción, de preferencia con voluntarios. hace producir odios ¡abajo!
21* Los cargos de dirección técnica serán confiados a los El militarismo con sus armas es la expresión viva del odio
más competentes a juicio de los propios trabajadores, pe- al amor, la muerte de la vida, ¡abajo!, ¡destruyámoslo! El
ro no confieren ningún privilegio. dinero es el objeto de todas las ambiciones, que engen-
22* Cada comuna adoptara su régimen doméstico, y se dra justos odios de los pobres contra los ricos, y de los ri-
podría luego, por medio de congresos, adoptar un siste- cos que entre ellos ambicionan tener unos más que
ma único, el más practico posible. otros, y de los pobres que se corrompen, ¡abajo con él,
23* La instalación de escuelas, fabricas, teatros, etc. se que se acabe! Y así todos los organismos de esta socie-
hará según los más rigurosos preceptos higiénicos. dad presente ya podrida por su existencia superior a dos
24* Las casas serán ocupadas por familias de acuerdo mil años y que impide el amor de los hombres, debe de-
con el número de componentes de estas. rrumbarse, quemarse, para dar paso al torrente sano y
25* La construcción de templos, si los hubiese, y la con- joven de la nueva vida. ¡Queremos libertad!, libertad ab-
fección de utensilios de culto serán trabajo exclusivo de soluta, pura. ¿Es esto malo? No puede ser malo des-
los creyentes, fuera de la actividad común de la produc- arrollándose en un ambiente de igualdad económica
ción. Será igualmente trabajo extraordinario la formación donde todos disfruten de las comodidades apetecibles de
de los respectivos sacerdotes. la vida, porque nadie tendría motivos para mirar con en-
26* La unión conyugal, enteramente libre, se hará por vidia a otros. Siendo el amor puro la sana moral de todos
mero registro en la sede del consejo comunal, pudiendo los hombres, la libertad tiene que ser su corolario. Esto
cada pareja realizar las ceremonias religiosas que les vi- es lo que debemos conquistar, y por este sólo motivo
nieren en gana en las respectivas iglesias. únicamente se puede sacrificar la vida para librar a las fu-
27* Nadie se eximirá del trabajo productivo so pretexto turas generaciones de seguir viviendo bajo un ambiente
religioso; siendo inadmisible la profesión sacerdotal. tan podrido como el que hoy nos obligan a respirar los
28* Las federaciones han de ponerse de acuerdo para restos del antiguo barbarismo llamados hoy burgueses.
permitir, lo más posible, los viajes por toda la tierra y la Amor y libertad, eso es lo que queremos establecer, aun
permanencia temporal de estudiantes en países diferen- al precio de la vida de una generación entera.
tes para el aprendizaje practico de idiomas y el manejo
de la lengua internacional. Luis Emilio Recabarren, “Vivid de ilusiones”, 3 de ju-
29* Esos viajes se costearan muy fácilmente con servi- lio de 1918.
cios de la propia profesión en las comunas donde se
La vida humana tiene un camino que recorrer, podríamos
asentaren temporalmente.
decir, debidamente trazado, como por un cauce, del cual
no podrá desviarse. Viene, la vida humana, recorriendo
un camino: antes animal, en seguida salvaje insociable,
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después salvaje sociable, hasta llegar a su media civili- cial, política, económica y moral de las sociedades
zación actual. La marcha progresiva de la humanidad humanas. La humanidad ha recorrido ya parte de este
desde el salvajismo hasta la más alta civilización del por- camino. Ha venido perfeccionando la organización
venir no ha podido ni podrá ser detenida por la brutalidad humana en sus aspectos: industrial, social, político,
de ninguno de los tiranos civiles, militares o eclesiásticos económico y moral. Y para recorrer este camino de ac-
que han gobernado despóticamente el mundo. ción perfeccionadora ha necesitado vencer con la Revo-
La marcha humana hacia la más alta expresión del pro- lución y la Guerra todos los obstáculos que los enemigos
greso, es incontenible, porque lleva en su seno las fuer- del progreso han pretendido ponerle. ¿Quiénes han po-
zas vigorosas capaces de triunfar. La humanidad desde dido impedir el estallido y triunfo de todas las guerras y
la desorganización en tiempo del salvajismo insociable, revoluciones del pasado? ¿Nadie? ¡Nadie!
pasa a la organización de las tribus, primer paso a la so- Nadie tampoco podrá impedir en el porvenir, el avance
ciabilidad; se reúne después en naciones, en monarquías de la Revolución Social, que lleva como programa la más
absolutas y despóticas donde el monarca es el único perfecta civilización, fomentando una organización indus-
amo y verdugo de las poblaciones. trial sin esclavos, fomentando una organización social y
La Revolución y la guerra, convirtió las tribus en imperios, política sin tiranías; fomentando una organización moral
elevando el poder de los tiranos. La Revolución y la gue- sin el crimen de la guerra, por medio de la abolición de
rra convirtieron las monarquías tiránicas en monarquías los armamentos. Como nadie ha impedido el progreso de
constitucionales. La Revolución y la guerra fundaron las la humanidad hasta el presente, nadie podrá impedirlo en
repúblicas como una condenación a la brutalidad monár- el porvenir. Como triunfaron los principios de la revolu-
quica. La Revolución y la República abolieron la esclavi- ción francesa, con el mundo entero en su contra; así ói-
tud y el feudalismo, desenvolviendo la organización mu- ganlo bien, reaccionarios e ignorantes, así, están triun-
nicipal en las naciones más adelantadas. fando hoy en plena guerra, los supremos principios del
¿Quién ha podido detener esta impetuosa marcha de la socialismo, y continuará la revolución social del mundo,
humanidad, hacia una forma de vida cada vez más libre y afirmando sus principios y sepultando con la lápida del
feliz? La humanidad ha nacido en la cuna de la más gro- pasado todos los errores.
sera ignorancia. Sin otro maestro que la experiencia que Los ilusos, los que creen en la conservación de los erro-
la enseñara, viene saliendo de la ignorancia fundando su res religiosos, patrióticos, económicos y morales, pueden
saber y sus ciencias, desenvolviendo sus conocimientos, morirse alimentándose de ilusiones. Como el feudalismo
hasta adquirir la inmensa ciencia que hoy posee y que y el absolutismo fueron reemplazados por la democracia
sirve para aumentar sus comodidades. burguesa, como las religiones van siendo desplazadas
¿Quién ha impedido a la humanidad que fundara la escri- por la ilustración y la ciencia, como el militarismo último
tura y la imprenta, vehículos tan importantes para condu- sostén de la barbarie capitalista será desplazado, será
cir y desarrollar todo el demás saber? Todas las fuerzas abolido por un sentimiento de superior civilización, que
que en el pasado pretendieron ahogar el progreso huma- no pueden concebir ni comprender los degenerados que
no, fueron barridas por la propia fuerza del progreso. An- viven en el ambiente asfixiado del presente.
tes no había libertad de pensamiento, ni de asociación, ni En Chile mismo, el supuesto patriotismo se extingue y
de prensa. Era prohibido pensar, asociarse y hablar. sólo se le mantiene artificialmente sin ningún resultado.
¿Por qué han desaparecido todas esas prohibiciones? Es La moral socialista que proclama la verdadera libertad,
que para la fuerza del saber no hay diques potentes. Así, sin armas que la amenacen, va siendo aceptada cada día
todos los errores que todavía conserva la humanidad, por mayor número de personas. Pese a plumarios, pese
tendrán que ser desalojados por la fuerza de las nuevas a ignorantes y fanáticos, y para felicidad de la humanidad
ideas, que nadie puede contener. Suponer que los erro- que tantos siglos ha sufrido, las nuevas fuerzas huma-
res no serán nunca destronados, es no conocer las leyes nas, las grandes fuerzas de la vida y la verdadera civili-
evidentes y concretas del progreso. El Socialismo es la zación son las fuerzas socialistas que marchan firme-
concepción más concreta y más real de la civilización: mente barriendo todos los errores. En vano, pues, cons-
¡Una humanidad ilustrada! ¡Una humanidad honrada, que truiréis fuerzas artificiales. La realidad avanza incontra-
no mata a nadie, ni con el salario que hambrea, ni con la riable.
guerra estúpida y criminal, que es la negación de la inte-
ligencia! Luis Emilio Recabarren, ¿Esperando el fruto?, Iqui-
El Socialismo, no es otra cosa que el más completo con- que 4 de noviembre de 1914.
cepto de la civilización. El Socialismo y la civilización no
pueden ser otra cosa que la preocupación permanente Es muy frecuente la tendencia humana a querer alcanzar
para perfeccionar siempre la organización industrial, so- el bienestar con esfuerzo ajeno. La propaganda socialista

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va tropezando a cada paso con esta expresión. ¿Y qué
ganaré yo con el socialismo? Es verdad que el socialismo "Apareció aquello! (A los escarabajos de la idea)" No. 2
será la acumulación infinita, interminable de los grandes (31 enero 1896)
placeres, de los verdaderos goces, pero no es menos
cierto que este supremo bienestar tiene que ser fabricado Cuando nosotras (despreciables é ignorantes mujeres)
por el trabajo y buena voluntad de todos. tomamos la iniciativa de publicar "La Voz de la Mujer" ya
"¿Qué ganaré yo con el socialismo?" Si le doy al socia- lo sospechábamos ¡oh modernos cangrejos! que voso-
lismo algún concurso, ganaré bienestar, si no le presto tros recíbirais con vuestra macanística y acostumbrada fi-
concurso nada puedo aspirar. Esto es lo que debemos losofía nuestra iniciativa por que habéis de saber que no-
contestar a todos. El socialismo es la suprema fuerza del sotras las torpes mujeres también tenemos iniciativa y
bienestar verdadero y honrado. Pero el socialismo no esta es producto del pensamiento ¿sabéis? también pen-
puede reunir en sí todo ese poder de bienestar, sino con samos.
el concurso bien intencionado de todos los seres huma- Apareció el primer número de "La Voz de la Mujer", y cla-
nos. ro, ¡allí fué troya! "nosotras no somos dignas de tanto,
La capacidad bienhechora del socialismo depende de la ¡cá! no señor "¿emanciparse la mujer?" ¿"para qué?"
capacidad que cada cual aporta a esta obra. Si somos "¿qué emancipación femenina ni que ocho rábanos" "¡la
pocos los que nos agrupamos para producir esa fuerza nuestra!" 'Venga la nuestra primero, y luego cuando no-
de bienestar, poco será el fruto que ha de producir. Si sotros, los hombres, estemos emancipados y seamos li-
somos muchos los que nos agrupamos para construir es- bres, allá veremos".
ta gran fuerza bienhechora, grande será el fruto que para Con tales humanitarias y libertadoras ideas fue recibida
todos venga. Es así la Naturaleza de las cosas. nuestra iniciativa.
Diez cuadras de sembrado nos producirán mejor cosecha Por allá nos las guarden, pensamos nosotras.
que una cuadra de sembrado. Una cuadra de sembrado Ya teníamos la seguridad de que si por nosotras mismas
con ricos abonos, nos producirá mejor y más frutos, que no tomábamos la iniciativa de nuestra emancipación, ya
una cuadra de sembrados sin abonos. Así se produce la podíamos tomarnos momias ó algo por el estilo, antes
propaganda socialista. Si a nuestra propaganda acompa- que el llamado Rey de la tierra (hombre) lo hiciese.
ñamos buenos ejemplos de voluntad inquebrantable para Pero es preciso señores cangrejos, y no anarquistas,
el bien y engrandecimiento del socialismo, alcanzaremos como mal os llamáis, pues de tales tenéis tanto como no-
más frutos que si somos flojos y despreocupados o da- sotras de frailes, es preciso que sepáis de una vez, que
mos malos ejemplos. esta máquina de vuestros placeres, este lindo molde que
Mil socialistas unidos aportando el total de inteligencia a vosotros corrompéis, ésta sufre dolores de humanidad,
la producción del bienestar, producirán mayor cuota de está ya hastiada de ser un cero á vuestro lado, es preciso
felicidad, que cien socialistas unidos con igual objeto y ¡oh, falsos anarquistas! que comprendáis una vez por to-
aunque fuera con superiores intenciones. Mil socialistas das que nuestra misión, no se reduce á criar vuestros
unidos reunirán mensualmente, una cantidad de dinero hijos y lavaros la roña, que nosotras también tenemos
diez veces más grande que cien socialistas y 'bien, que al derecho á emanciparnos y ser libres de toda clase de tu-
presente, mil pesos en dinero producirán una utilidad diez telaje ya sea social, económico ó marital.
veces superior que cien pesos. De esta manera debemos Para vosotros, ¿qué es una mujer fea ó bonita, joven ó
conversar mucho los socialistas que queremos el progre- vieja? ¡una sierva, una fregona!
so y bienestar para todos. Cuando vosotros, en la terrible y desesperada lucha por
Si por nuestra propaganda conseguimos que a nuestras la vida inclináis abatidos la cabeza sobre el lacerado pe-
reuniones asista doble o cuádruplo número, del que ordi- cho, sí os salis á disipar vuestro mal humor, cuando en
nariamente asiste, los efectos de nuestra propaganda se nosotras no lo hacéis, ahí quedan vuestras hembras, (pa-
multiplicarán rápidamente. ra vosotros no somos otra cosa) vertiendo amargo lloro,
Esto es lo que debemos contestar al que pregunte: "¿y esto os debe hacer comprender que la diferencia de sexo
qué ganaré con ser socialista?". Esto es lo que debemos no nos impide de sentir y pensar.
contestar al que dice que está esperando ver los frutos Ya sabíamos señores infelices que para vosotros una
del socialismo. S i al árbol no lo cuidamos bien no produ- mujer no es más que un lindo mueble, algo así como una
ce buenos frutos. S i queremos que el árbol del socialis- cotorra que os halaga, os cose, os trabaja—y lo que es
mo dé ricos frutos cuidémosle mucho y bien. Es mejor más, os obedece y teme.
comer el fruto de su propio trabajo que no el ajeno. ¿Verdad señores maridos? ¿no es verdad que es muy
bonito, tener una mujer á la cual hablareis de libertad, de
La Voz de la Mujer (Prensa anarquista femenina) anarquía, de igualdad, de Revolución Social, de sangre,

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de muerte, para que ésta creyéndoos unos héroes os di-
ga en tanto que temiendo por vuestra vida (por que, cla-
ro, vosotros os fingís exaltadísimos) os echa al cuello los José Martí, Nuestra América, México, 30 de enero de
brazos para reteneros, y casi sollozando murmura: "¡Por 1891.
Dios, Perico!"
¡Ah! ¡aquí es la vuestra! Echáis sobre vuestra hembra Cree el aldeano vanidoso que el mundo entero es su al-
una mirada de conmiseración, de amor propio satisfecho dea, y con tal que él quede de alcalde, o le mortifiquen al
de hidrópica vanidad lo decís, con teatral desenfado: rival que le quitó la novia, o le crezcan en la alcancía los
"Quita allá, mujer, que es necesario que yo vaya a la reu- ahorros, ya da por bueno el orden universal, sin saber de
nión de tal ó cual, de lo contrario los compañeros ... va- los gigantes que llevan siete leguas en las botas y le
mos no llores, que á mi no hay quien se atreva á decir- pueden poner la bota encima, ni de la pelea de los come-
me, ni á hacerme nada". tas en el cielo, que van por el aire dormido engullendo
Y claro, con éstas "paradas" vuestras pobres compañe- mundos. Lo que quede de aldea en América ha de des-
ras os creen unos leones (para el pan lo sois) y piensan pertar.
que en vuestras manos esta el porvenir social de este va- Estos tiempos no son para acostarse con el pañuelo a la
lle de anarquistas de macana. cabeza, sino con las armas de almohada, como los varo-
Claro que con esto os dais una importancia que no digo nes de Juan de Castellanos: las armas del juicio, que
nada, y como vuestras infelices compañeras os creen vencen a las otras. Trincheras de ideas valen más que
unos formidables revolucionarios, claro que os admiran trincheras de piedras.
intelectual y físicamente. No hay proa que taje una nube de ideas. Una idea enér-
Es por esto que cuando tenéis algo que hacer observar á gica, flameada a tiempo ante el mundo, para, como la
vuestras compañeras os basta con fijar en ellas vuestra bandera mística del juicio final, a un escuadrón de acora-
fuerte e irresistible mirada, para que estas agachen tími- zados. Los pueblos que no se conocen han de darse pri-
damente la cabeza y digan: sa para conocerse, como quienes van a pelear juntos.
¡Es tan revolucionario! Los que se enseñan los puños, como hermanos celosos,
Por esto, sí señores anarquistas cangrejiles., es por esto que quieren los dos la misma tierra, o el de casa chica
que no queréis la emancipación de la mujer por que os que le tiene envidia al de casa mejor, han de encajar, de
gusta ser temidos y obedecidos, os gusta ser admirados modo que sean una, las dos manos. Los que, al amparo
y alabados. de una tradición criminal, cercenaron, con el sable tinto
Pero a pesar vuestro, ya lo veréis, haremos que "La Voz en la sangre de sus mismas venas, la tierra del hermano
de la Mujer" se introduzca en vuestros hogares y que di- vencido, del hermano castigado más allá de sus culpas si
ga á vuestras compañeras que, no sois tales leones ni no quieren que les llame el pueblo ladrones, devuélvanle
siquiera perros de presa; lo que si sois, es un compuesto sus tierras al hermano.
de gallinas y cangrejos (extraño compuesto ¿eh? pues, Las deudas del honor no las cobra el honrado en dinero,
tal sois) que hablan de libertad y sólo la quieren para sí, a tanto por la bofetada. Ya no podemos ser el pueblo de
que hablan de anarquismo y ni siquiera saben... pero de- hojas, que vive en el aire, con la copa cargada de flor,
jemos eso, que vosotros sabéis demasiado lo que sois y restallando o zumbando según la acaricie el capricho de
nosotras también ¿eh? la luz, o la tundan y talen las tempestades; ¡los árboles
Ya lo sabéis, pues, vosotros los que habláis de libertad y se han de poner en fila, para que no pase el gigante de
en el hogar queréis ser unos Czares, y queréis conservar las siete leguas! Es la hora del recuento y de la marcha
derecho de vida y muerte sobre cuanto os rodea, ya lo unida, y hemos de andar en cuadro apretado, como la
sabéis vosotros los que os creéis muy por encima de plata en las raíces de los Andes.
nuestra condición, ya no os tendremos más miedo, ya no A los sietemesinos, sólo, les faltará el valor. Los que no
os admiraremos más, ya no obedeceremos, ciega y tími- tienen fe en su tierra son hombres de siete meses. Por-
damente vuestras órdenes, ya pronto os despreciaremos que les falta el valor a ellos se lo niegan a los demás. No
y si á ello nos obligáis os diremos cuatro verdades de á les alcanza al árbol difícil, el brazo canijo, el brazo de
puño. Ojo pues, macaneadores, ojo cangrejos. uñas pintadas y pulsera, el brazo de Madrid o de París, y
Si vosotros queréis ser libres, con mucha más razón no- dicen que no se puede alcanzar el árbol. Hay que cargar
sotras; doblemente esclavas de la sociedad y del hom- los barcos de esos insectos dañinos, que le roen el hue-
bre, ya se acabó aquello de: "Anarquía y libertad" y las so a la patria que los nutre. Si son parisienses o madrile-
mujeres á fregar. Salud! ños, vayan al Prado, de faroles, o vayan a Tortoni, de
sorbetes. ¡Estos hijos de carpintero, que se avergüenzan
LA REDACCIÓN de que su padre sea carpintero!

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¡Estos nacidos en América, que se avergüenzan, porque brio de los Por eso el libro importado ha sido vencido en
lleva delantal indio, de la madre que los crió, y reniegan América por el hombre natural. Los hombres naturales
¡bribones! de la madre enferma, y la dejan sola en el le- han vencido a los letrados artificiales. El mestizo autócto-
cho de las enfermedades! Pues ¿quién es el hombre? no ha vencido al criollo exótico. No hay batalla entre la
¿El que se queda con la madre a curarle la enfermedad, civilización y la barbarie, sino entre la falsa erudición y la
o el que la pone a trabajar donde no la vean, y vive de su naturaleza. El hombre natural es bueno y acata y premia
sustento en las tierras podridas, con el gusano de corba- la inteligencia superior, mientras ésta no se vale de su
ta, maldiciendo del seno que lo cargó, paseando el letre- sumisión para dañarle o le ofende prescindiendo de él,
ro de traidor en la espalda de la casaca de papel? ¡Estos que es cosa que no perdona el hombre natural, dispuesto
hijos de nuestra América, que ha de salvarse con sus in- a recobrar por la fuerza el respeto de quien le hiere la
dios, y va de menos a más; estos desertores que piden susceptibilidad o le perjudica el interés. Por esta confor-
fusil en los ejércitos de la América del Norte, que ahoga midad con los elementos naturales desdeñados han sub-
en sangre a sus indios, y va de más a menos! ¡Estos de- ido los tiranos de América al poder; y han caído en cuan-
licados, que son hombres y no quieren hacer el trabajo to les hicieron traición. Las repúblicas han purgado en las
de hombres! Pues el Washington que les hizo esta tierra tiranías su incapacidad para conocer los elementos ver-
¿se fue a vivir con los ingleses, a vivir con los ingleses en daderos del país, derivar de ellos la forma de gobierno y
los años en que los veía venir contra su tierra propia? gobernar con ellos. Gobernante, en un pueblo nuevo,
¡Estos «increíbles» del honor, que lo arrastran por el sue- quiere decir creador. En pueblos compuestos de elemen-
lo extranjero, como los increíbles de la Revolución Fran- tos cultos e incultos, los incultos gobernaran, por su hábi-
cesa, danzando y relamiéndose, arrastraban las erres! to de agredir y resolver las dudas con su mano, allí don-
¿Ni en qué patria puede tener un hombre más orgullo de los cultos no aprendan el arte del gobierno. La masa
que en nuestras repúblicas dolorosas de América, levan- inculta es perezosa, y tímida en las cosas de la inteligen-
tadas entre las masas mudas de indios, al ruido de pelea cia, y quiere que la gobiernen bien; pero si el gobierno le
del libro con el cirial, sobre los brazos sangrientos de un lastima, se lo sacude y gobierna ella. ¿Cómo han de salir
centenar de apóstoles? De factores tan descompuestos, de las universidades los gobernantes, si no hay universi-
jamás, en menos tiempo histórico, se han creado nacio- dad en América donde se enseñe lo rudimentario del arte
nes tan adelantadas y compactas. Cree el soberbio que del gobierno, que es el análisis de los elementos peculia-
la tierra fue hecha para servirle de pedestal, porque tiene res de los pueblos de América? A adivinar salen los jóve-
la pluma fácil o la palabra de colores, y acusa de incapaz nes al mundo, con antiparras yankees o francesas, y as-
e irremediable a su república nativa, porque no le dan piran a dirigir un pueblo que no conocen. […]
sus selvas nuevas modo continuo de ir por el mundo de El pueblo natural, con el empuje del instinto, arrollaba,
gamonal famoso, guiando jacas de Persia y derramando ciego del triunfo, los bastones de oro. Ni el libro europeo
champaña. La incapacidad no está en el país naciente, ni el libro yankee daban la clave del enigma hispanoame-
que pide formas que se le acomoden y grandeza útil, sino ricano. Se probó el odio, y los países venían cada año a
en los que quieren regir pueblos originales de composi- menos. Cansados del odio inútil, de la resistencia del li-
ción singular y violenta, con leyes heredadas de tres si- bro contra la lanza, de la razón contra el cirial, de la ciu-
glos de práctica libre en los Estados Unidos, de diez si- dad contra el campo, del imperio imposible de las castas
glos de monarquía en Francia. Con un decreto de Hamil- urbanas divididas sobre la nación natural, tempestuosa o
ton no se le para la pechada al potro del llanero. Con una inerte, se empieza, como sin saberlo, a probar el amor.
frase de Sieyès no se desestanca la sangre cuajada de la Se ponen en pie los pueblos, y se saludan. «Cómo so-
raza india. A lo que es, allí donde se gobierna, hay que mos», se preguntan, y unos a otros se van diciendo cómo
atender para gobernar bien: y el buen gobernante en son. Cuando aparece en Cojímar un problema, no van a
América no es el que sabe cómo se gobierna el alemán o buscar la solución a Danzig. Las levitas son todavía de
el francés, sino el que sabe con qué elementos está Francia, pero el pensamiento empieza a ser de América.
hecho su país, y cómo puede ir guiándolos en junto, para Los jóvenes de América se ponen la camisa al codo,
llegar, por métodos e instituciones nacidas del país mis- hunden las manos en la masa, y la levantan con la leva-
mo, a aquel estado apetecible, donde cada hombre se dura de su sudor. Entienden que se imita demasiado, y
conoce y ejerce, y disfrutan todos de la abundancia que que la salvación está en crear. Crear es la palabra de pa-
la naturaleza puso para todos en el pueblo que fecundan se de esta generación. El vino, de plátano; y si sale agrio
con su trabajo y defienden con sus vidas. El gobierno ha ¡es nuestro vino! Se entiende que las formas de gobierno
de nacer del país. El espíritu del gobierno ha de ser el del de un país han de acomodarse a sus elementos natura-
país. La forma del gobierno ha de avenirse a la constitu- les; que las ideas absolutas, para no caer por un yerro de
ción propia del país. El gobierno no es más que el equili- forma, han de ponerse en formas relativas; que la liber-

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tad, para ser viable, tiene que ser sincera y plena; que si propague la oposición y el odio de las razas. Pero en el
la república no abre los brazos a todos y adelanta con to- amasijo de los pueblos se condensan, en la cercanía de
dos, muere la república. El tigre de adentro se entra por otros pueblos diversos, caracteres peculiares y activos,
la hendija, y el tigre de afuera. El general sujeta en la de ideas y de hábitos, de ensanche y adquisición, de va-
marcha la caballería al paso de los infantes. O, si deja a nidad y de avaricia, que del estado latente de preocupa-
la zaga a los infantes, le envuelve el enemigo la caballer- ciones nacionales pudieran, en un período de desorden
ía. Estrategia es política. Los pueblos han de vivir cri- interno o de precipitación del carácter acumulado del
ticándose, porque la crítica es la salud; pero con un solo país, trocarse en amenaza grave para las tierras vecinas,
pecho y una sola mente. […] aisladas y débiles, que el país fuerte declara perecederas
Pero otro peligro corre, acaso, nuestra América, que no e inferiores. Pensar es servir. Ni ha de suponerse, por
le viene de sí, sino de la diferencia de orígenes, métodos antipatía de aldea, una maldad ingénita y fatal al pueblo
e intereses entre los dos factores continentales, y es la rubio del continente, porque no habla nuestro idioma, ni
hora próxima en que se le acerque, demandando relacio- ve la casa como nosotros la vemos, ni se nos parece en
nes íntimas, un pueblo emprendedor y pujante que la sus lacras políticas, que son diferentes de las nuestras, ni
desconoce y la desdeña. Y como los pueblos viriles, que tiene en mucho a los hombres biliosos y trigueños, ni mi-
se han hecho de sí propios, con la escopeta y la ley, ra caritativo, desde su eminencia aún mal segura, a los
aman, y sólo aman, a los pueblos viriles; como la hora que, con menos favor de la historia, suben a tramos
del desenfreno y la ambición, de que acaso se libre, por heroicos la vía de las repúblicas; ni se han de esconder
el predominio de lo más puro de su sangre, la América los datos patentes del problema que puede resolverse,
del Norte, o en que pudieran lanzarla sus masas vengati- para la paz de los siglos, con el estudio oportuno y la
vas y sórdidas, la tradición de conquista y el interés de un unión tácita y urgente del alma continental. ¡Porque ya
caudillo hábil, no está tan cercana, aun a los ojos del más suena el himno unánime; la generación actual lleva a
espantadizo, que no dé tiempo a la prueba de altivez, cuestas, por el camino abonado por los padres sublimes,
continua y discreta, con que se la pudiera encarar y des- la América trabajadora; del Bravo a Magallanes, sentado
viarla; como su decoro de república pone a la América en el lomo del cóndor, regó el Gran Zemí, por las nacio-
del Norte, ante los pueblos atentos del universo, un freno nes románticas del continente y por las islas dolorosas
que no le ha de quitar la provocación pueril o la arrogan- del mar, la semilla de la América nueva!
cia ostentosa, o la discordia parricida de nuestra Améri-
ca, el deber urgente de nuestra América es enseñarse
como es, una en alma e intento, vencedora veloz de un José Enrique Rodó, Ariel, Montevideo, 1900.
pasado sofocante, manchada sólo con la sangre de abo-
no que arranca a las manos la pelea con las ruinas, y la Es así como, no bien la eficacia de un ideal ha muerto, la
de las venas que nos dejaron picadas nuestros dueños. humanidad viste otra vez sus galas nupciales para espe-
El desdén del vecino formidable, que no la conoce, es el rar la realidad del ideal soñado con nueva fe, con tenaz y
peligro mayor de nuestra América; y urge, porque el día conmovedora locura. Provocar esa renovación, inaltera-
de la visita está próximo, que el vecino la conozca, la co- ble con un ritmo de la Naturaleza, es en todos los tiem-
nozca pronto, para que no la desdeñe. Por ignorancia pos la función y la obra de la juventud. De las almas de
llegaría, tal vez, a poner en ella la codicia. Por el respeto, cada primavera humana está tejido aquel tocado de no-
luego que la conociese, sacaría de ella las manos. Se ha via. Cuando se trata de sofocar esta sublime terquedad
de tener fe en lo mejor del hombre y desconfiar de lo pe- de la esperanza, que brota alada del seno de la decep-
or de él. Hay que dar ocasión a lo mejor para que se re- ción, todos los pesimismos son vanos. Lo mismo los que
vele y prevalezca sobre lo peor. Si no, lo peor prevalece. se fundan en la razón que los que parten de la experien-
Los pueblos han de tener una picota para quien les azu- cia, han de reconocerse inútiles para contrastar el altane-
za a odios inútiles, y otra para quien no les dice a tiempo ro _no importa_ que surge del fondo de la Vida. Hay ve-
la verdad. ces en que, por una aparente alteración del ritmo triunfal,
No hay odio de razas, porque no hay razas. Los pensa- cruzan la historia humana generaciones destinadas a
dores canijos, los pensadores de lámpara, enhebran y personificar, desde la cuna, la vacilación y el desaliento.
recalientan las razas de librería, que el viajero justo y el Pero ellas pasan--no sin haber tenido quizá su ideal co-
observador cordial buscan en vano en la justicia de la na- mo las otras, en forma negativa y con amor inconsciente-
turaleza, donde resalta, en el amor victorioso y el apetito -y de nuevo se ilumina en el espíritu de la humanidad la
turbulento, la identidad universal del hombre. El alma esperanza en el Esposo anhelado; cuya imagen, dulce y
emana, igual y eterna, de los cuerpos diversos en forma radiosa como en los versos de marfil de los místicos,
y en color. Peca contra la humanidad el que fomente y

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basta para mantener la animación y el contento de la vi- de su vida, se convierten en una remota, y quizá no sos-
da, aun cuando nunca haya de encarnarse en la realidad. pechada región, para una inmensa parte de los otros.--
La juventud, que así significa en el alma de los individuos Todo género de meditación desinteresada, de contem-
y la de las generaciones, luz, amor, energía, existe y lo plación ideal, de tregua íntima, en la que los diarios afa-
significa también en el proceso evolutivo de las socieda- nes por la utilidad cedan transitoriamente su imperio a
des. De los pueblos que sienten y consideran la vida co- una mirada noble y serena tendida de lo alto de la razón
mo vosotros, serán siempre la fecundidad, la fuerza, el sobre las cosas, permanece ignorado, en el estado actual
dominio del porvenir. […] de las sociedades humanas, para millones de almas civi-
Por desdicha, es en los tiempos y las civilizaciones que lizadas y cultas, a quienes la influencia de la educación o
han alcanzado una completa y refinada cultura donde el la costumbre reduce al automatismo de una actividad, en
peligro de esa limitación de los espíritus tiene una impor- definitiva, material.--Y bien: este género de servidumbre
tancia más real y conduce a resultados más temibles. debe considerarse la más triste y oprobiosa de todas las
Quiere, en efecto, la ley de evolución, manifestándose en condenaciones morales. Yo os ruego que os defendáis,
la sociedad como en la Naturaleza por una creciente ten- en la milicia de la vida, contra la mutilación de vuestro
dencia a la heterogeneidad, que, a medida que la cultura espíritu por la tiranía de un objetivo único e interesado.
general de las sociedades avanza, se limite correlativa- No entreguéis nunca a la utilidad o a la pasión, sino una
mente la extensión de las aptitudes individuales y haya parte de vosotros. Aun dentro de la esclavitud material,
de ceñirse el campo de acción de cada uno a una espe- hay la posibilidad de salvar la libertad interior: la de la
cialidad más restringida. Sin dejar de constituir una con- razón y el sentimiento. No tratéis, pues, de justificar, por
dición necesaria de progreso, ese desenvolvimiento del la absorción del trabajo o el combate, la esclavitud de
espíritu de especialización trae consigo desventajas visi- vuestro espíritu. […]
bles, que no se limitan a estrechar el horizonte de cada La concepción utilitaria, como idea del destino humano, y
inteligencia, falseando necesariamente su concepto del la igualdad en lo mediocre, como norma de la proporción
mundo, sino que alcanzan y perjudican, por la dispersión social, componen, íntimamente relacionadas, la fórmula
de las afecciones y los hábitos individuales, al sentimien- de lo que ha solido llamarse en Europa el espíritu de
to de la solidaridad.--Augusto Comte ha señalado bien _americanismo_.--Es imposible meditar sobre ambas
este peligro de las civilizaciones avanzadas. Un alto es- inspiraciones de la conducta y la sociabilidad, y compa-
tado de perfeccionamiento social tiene para él un grave rarlas con las que les son opuestas, sin que la asociación
inconveniente en la facilidad con que suscita la aparición traiga con insistencia a la mente la imagen de esa demo-
de espíritus deformados y estrechos; de espíritus «muy cracia formidable y fecunda que allá en el Norte ostenta
capaces bajo un aspecto único y monstruosamente inep- las manifestaciones de su prosperidad y su poder, como
to bajo todos los otros». El empequeñecimiento de un ce- una deslumbradora prueba que abona en favor de la efi-
rebro humano por el comercio continuo de un solo géne- cacia de sus instituciones y de la dirección de sus ideas.-
ro de ideas, por el ejercicio indefinido de un solo modo de -Si ha podido decirse del utilitarismo que es el verbo del
actividad, es para Comte un resultado comparable a la espíritu inglés, los Estados Unidos pueden ser conside-
mísera suerte del obrero a quien la división del trabajo de rados la encarnación del verbo utilitario. Y el Evangelio
taller obliga a consumir en la invariable operación de un de este verbo se difunde por todas partes a favor de los
detalle mecánico todas las energías de su vida. En uno y milagros materiales del triunfo. Hispano-América ya no es
otro caso, el efecto moral es inspirar una desastrosa indi- enteramente calificable, con relación a él, de tierra de
ferencia por el aspecto general de los intereses de la gentiles. La poderosa federación va realizando entre no-
humanidad. Y aunque esta especie de automatismo sotros una suerte de conquista moral. La admiración por
humano--agrega el pensador positivista--no constituye fe- su grandeza y por su fuerza es un sentimiento que avan-
lizmente sino la extrema influencia dispersiva del princi- za a grandes pasos en el espíritu de nuestros hombres
pio de especialización, su realidad, ya muy frecuente, dirigentes, y aún más quizá, en el de las muchedumbres,
exige que se atribuya a su apreciación una verdadera fascinables por la impresión de la victoria.--Y de admirar-
importancia. […] la se pasa por una transición facilísima a imitarla. La ad-
Cuando el sentido de la utilidad material y el bienestar miración y la creencia son ya modos pasivos de imitación
domina en el carácter de las sociedades humanas con la para el psicólogo. «La tendencia imitativa de nuestra na-
energía que tiene en lo presente, los resultados del espí- turaleza moral--decía Bagehot--tiene su asiento en aque-
ritu estrecho y la cultura unilateral son particularmente lla parte del alma en que reside la credibilidad».--El sen-
funestos a la difusión de aquellas preocupaciones pura- tido y la experiencia vulgares serían suficientes para es-
mente ideales que, siendo objeto de amor para quienes tablecer por sí solos esa sencilla relación. Se imita a
les consagran las energías más nobles y perseverantes aquel en cuya superioridad o cuyo prestigio se cree.--Es

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así como la visión de una América deslatinizada por pro- miento sereno que se aproxime a golpear sobre las exte-
pia voluntad, sin la extorsión de la conquista, y regenera- rioridades fastuosas, como sobre un cerrado vaso de
da luego a imagen y semejanza del arquetipo del Norte, bronce, sienta el ruido desconsolador del vacío. Necesa-
flota ya sobre los sueños de muchos sinceros interesa- rio es temer, por ejemplo, que ciudades cuyo nombre fue
dos por nuestro porvenir, inspira la fruición con que ellos un glorioso símbolo en América; que tuvieron a Moreno,
formulan a cada paso los más sugestivos paralelos, y se a Rivadavia, a Sarmiento; que llevaron la iniciativa de
manifiesta por constantes propósitos de innovación y de una inmortal Revolución; ciudades que hicieron dilatarse
reforma. Tenemos nuestra nordomanía. Es necesario por toda la extensión de un continente, como en el armo-
oponerle los límites que la razón y el sentimiento señalan nioso desenvolvimiento de las ondas concéntricas que
de consuno. […] levanta el golpe de la piedra sobre el agua dormida, la
En ese esfuerzo vano hay, además, no sé qué cosa de gloria de sus héroes y la palabra de sus tribunos, puedan
innoble. Género de snobismo político podría llamarse al determinar en Sidón, en Tiro, en Cartago.
afanoso remedo de cuanto hacen los preponderantes y A vuestra generación toca impedirlo; a la juventud que se
los fuertes, los vencedores y los afortunados; género de levanta, sangre y músculo y nervio del porvenir. Quiero
abdicación servil, como en la que en algunos de los considerarla personificada en vosotros. Os hablo ahora
snobs encadenados para siempre a la tortura de la sátira figurándome que sois los destinados a guiar a los demás
por el libro de Thackeray, hace consumirse tristemente en los combates por la causa del espíritu. La perseveran-
las energías de los ánimos no ayudados por la Naturale- cia de vuestro esfuerzo debe identificarse en vuestra in-
za o la fortuna, en la imitación impotente de los caprichos timidad con la certeza del triunfo. No desmayéis en pre-
y las volubilidades de los encumbrados de la sociedad.— dicar el Evangelio de la delicadeza a los escitas, el Evan-
El cuidado de la independencia interior --la de la persona- gelio de la inteligencia a los beocios, el Evangelio del
lidad, la del criterio--es una principalísima forma del res- desinterés a los fenicios.
peto propio. Suele en los tratados de ética comentarse un Basta que el pensamiento insista en ser --en demostrar
precepto moral de Cicerón, según el cual forma parte de que existe, con la demostración que daba Diógenes del
los deberes humanos el que cada uno de nosotros cuide movimiento--, para que su dilatación sea ineluctable y pa-
y mantenga celosamente la originalidad de su carácter ra que su triunfo sea seguro.
personal, lo que haya en él que lo diferencie y determine, El pensamiento se conquistará palmo a palmo, por su
respetando, en todo cuanto no sea inadecuado para el propia espontaneidad, todo el espacio de que necesite
bien, el impulso primario de la Naturaleza, que ha funda- para afirmar y consolidar su reino, entre las demás mani-
do en la varia distribución de sus dones el orden y el festaciones de la vida. --Él, en la organización individual,
concierto del mundo.--Y aún me parecería mayor el impe- levanta y engrandece, con su actividad continuada, la
rio del precepto si se le aplicase, colectivamente, al bóveda del cráneo que le contiene. Las razas pensado-
carácter de las sociedades humanas. Acaso oiréis decir ras revelan, en la capacidad creciente de sus cráneos,
que no hay un sello propio y definido por cuya perma- ese empuje del obrero interior. --Él, en la organización
nencia, por cuya integridad deba pugnarse, en la organi- social, sabrá también engrandecer la capacidad de su
zación actual de nuestros pueblos. Falta tal vez, en nues- escenario, sin necesidad de que para ello intervenga nin-
tro carácter colectivo, el contorno seguro de la «persona- guna fuerza ajena a él mismo. --Pero tal persuasión, que
lidad». Pero en ausencia de esa índole perfectamente di- debe defenderos de un desaliento cuya única utilidad
ferenciada y autonómica, tenemos --los americanos lati- consistiría en eliminar a los mediocres y los pequeños de
nos-- una herencia de raza, una gran tradición étnica que la lucha, debe preservaros también de las impaciencias
mantener, un vínculo sagrado que nos une a inmortales que exigen vanamente del tiempo la alteración de su rit-
páginas de la historia, confiando a nuestro honor su con- mo imperioso.
tinuación en lo futuro. El cosmopolitismo, que hemos de Todo el que se consagre a propagar y defender, en la
atacar como una irresistible necesidad de nuestra forma- América contemporánea, un ideal desinteresado del espí-
ción, no excluye, ni ese sentimiento de fidelidad a lo pa- ritu --arte, ciencia, moral, sinceridad religiosa, política de
sado, ni la fuerza directriz y plasmante con que debe el ideas--, debe educar su voluntad en el culto perseverante
genio de la raza imponerse en la refundición de los ele- del porvenir. El pasado perteneció todo entero al brazo
mentos que constituirán al americano definitivo del futuro. que combate; el presente pertenece, casi por completo
[…] también, al tosco brazo que nivela y construye; el porve-
Existen ya, en nuestra América latina, ciudades cuya nir —un porvenir tanto más cercano cuanto más enérgi-
grandeza material y cuya suma de civilización aparente cos sean la voluntad y el pensamiento de los que le ans-
las acercan con acelerado paso a participar del primer ían-- ofrecerá, para el desenvolvimiento de superiores fa-
rango en el mundo. Es necesario temer que el pensa-

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cultades del alma, la estabilidad, el escenario y el am- maveras y otoños, en cuyo alternarse infinito se divide la
biente. continuidad del tiempo.
¿No la veréis vosotros la América que nosotros soñamos; En ciertos períodos la nación se aduerme dentro del país.
hospitalaria para las cosas del espíritu, y no tan sólo para El organismo vegeta; el espíritu se amodorra. Los apeti-
las muchedumbres que se amparen a ella; pensadora, tos acosan a los ideales, tornándose dominadores y
sin menoscabo de su aptitud para la acción; serena y fir- agresivos. No hay astros en el horizonte ni oriflamas en
me a pesar de sus entusiasmos generosos; resplande- los campanarios. Ningún clamor de pueblo se percibe; no
ciente con el encanto de una seriedad temprana y suave, resuena el eco de grandes voces animadoras. Todos se
como la que realza la expresión de un rostro infantil apiñan en torno de los manteles oficiales para alcanzar
cuando en él se revela, al través de la gracia intacta que alguna migaja de la merienda. Es el clima de la mediocri-
fulgura, el pensamiento inquieto que despierta?... -- dad. Los Estados tórnanse mediocracias, que los filólo-
Pensad en ella a lo menos; el honor de vuestra historia gos inexpresivos preferirían denominar "mesocracias".
futura depende de que tengáis constantemente ante los […]
ojos del alma la visión de esa América regenerada, cer- Siempre hay mediocres. Son perennes. Lo que varía es
niéndose de lo alto sobre las realidades del presente, su prestigio y su influencia. En las épocas de exaltación
como en la nave gótica el vasto rosetón que arde en luz renovadora muéstranse humildes, son tolerados; nadie
sobre lo austero de los muros sombríos. --No seréis sus los nota, no osan inmiscuirse en nada. Cuando se enti-
fundadores, quizá; seréis los precursores que inmedia- bian los ideales y se reemplaza lo cualitativo por lo cuan-
tamente la precedan. En las sanciones glorificadoras del titativo, se empieza a contar con ellos. Apercíbense en-
futuro hay también palmas para el recuerdo de los pre- tonces de su número, se mancornan en grupos, se arre-
cursores. Edgard Quinet, que tan profundamente ha pe- bañan en partidos. Crece su influencia en la justa medida
netrado en las armonías de la historia y la Naturaleza, en que el clima se atempera; el sabio es igualado al anal-
observa que para preparar el advenimiento de un nuevo fabeto, el rebelde al lacayo, el poeta al prestamista. La
tipo humano, de una nueva unidad social, de una perso- mediocridad se condensa, conviértese en sistema, es in-
nificación nueva de la civilización, suele precederles de contrastable.
lejos un grupo disperso y prematuro, cuyo papel es aná- Encúmbranse gañanes, pues no florecen genios: las
logo en la vida de las sociedades al de las especies creaciones y las profecías son imposibles si no están en
proféticas de que a propósito de la evolución biológica el alma de la época. La aspiración de lo mejor no es privi-
habla Héer. El tipo nuevo empieza por significar, apenas, legio de todas las generaciones. Tras una que ha reali-
diferencias individuales y aisladas; los individualismos se zado un gran esfuerzo, arrastrada o conmovida por un
organizan más tarde en «variedad», y por último, la va- genio, la siguiente descansa y se dedica a vivir de glorias
riedad encuentra para propagarse un medio que la favo- pasadas, conmemorándose sin fe; las facciones dispú-
rece, y entonces ella asciende quizá al rango específico: tanse los manejos administrativos, compitiendo en mano-
entonces--digámoslo con las palabras de Quinet-- el gru- sear todos los ensueños. La mengua de éstos se disfraza
po se hace muchedumbre, y reina. con exceso de pompa y de palabras; acállase cualquier
protesta dando participación en los festines; se procla-
man las mejores intenciones y se practican bajezas abo-
José Ingenieros, El hombre mediocre, 1913. minables; se miente el arte; se miente la justicia; se mien-
te el carácter. Todo se miente con la anuencia de todos;
En raros momentos la pasión caldea la historia y los idea- cada hombre pone precio a su complicidad, un precio ra-
lismos se exaltan: cuando las naciones se constituyen y zonable que oscila entre un empleo y una decoración.
cuando se renuevan. Primero es secreta ansia de liber- Los gobernantes no crean tal estado de cosas y de espí-
tad, lucha por la independencia más tarde, luego crisis de ritus: lo representan. Cuando las naciones dan en bajíos,
consolidación institucional, después vehemencia de ex- alguna facción se apodera del engranaje constituido o re-
pansión o pujanza de energías. Los genios pronuncian formado por hombres geniales. Florecen legisladores, pu-
palabras definitivas; plasman los estadistas sus planes lulan archivistas, cuéntanse los funcionarios por legiones:
visionarios; ponen los héroes su corazón en la balanza las leyes se multiplican, sin reforzar por ello su eficacia.
del destino. Las ciencias conviértense en mecanismos oficiales, en
Es, empero, fatal que los pueblos tengan largas interca- institutos y academias donde jamás brota el genio y al ta-
dencias de encebadamiento. La historia no conoce un so- lento mismo se le impide que brille: su presencia humi-
lo caso en que altos ideales trabajen con ritmo continuo llaría con la fuerza del contraste. Las artes tórnanse in-
la evolución de una raza. Hay horas de palingenesia y las dustrias patrocinadas por el Estado, reaccionario en sus
hay de apatía, con vigilias y sueños, días y noches, pri- gustos y adverso a toda previsión de nuevos ritmos o de

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nuevas formas; la imaginación de artistas y poetas pare- Cada Patria es un elemento de la Humanidad; el anhelo
ce aguzarse en descubrir las grietas del presupuesto y fil- de la dignificación nacional debe ser un aspecto de nues-
trarse por ellas. En tales épocas los astros no surgen. tra fe en la dignificación humana. Asciende cada raza a
Huelgan: la sociedad no los necesita; bástale su cohorte su más alto nivel, como Patria, y por el esfuerzo de todos
de funcionarios. El nivel de los gobernantes desciende remontará el nivel de la especie, como Humanidad.
hasta marcar el cero; la mediocracia es una confabula- Mientras un país no es patria, sus habitantes no constitu-
ción de los ceros contra las unidades. Cien políticos tor- yen una nación. El celo de la nacionalidad sólo existe en
pes juntos, no valen un estadista genial. Sumad diez ce- los que se sienten acomunados para perseguir el mismo
ros, cien, mil, todos los de las matemáticas y no tendréis ideal. Por eso es más hondo y pujante en las mentes
cantidad alguna, siquiera negativa. Los políticos sin ideal conspicuas; las naciones más homogéneas son las que
marcan el cero absoluto en el termómetro de la historia, cuentan hombres capaces de sentirlo y servirlo. La ex-
conservándose limpios de infamia y de virtud, equidistan- igua capacidad de ideales impide a los espíritus bastos
tes de Nerón y de Marco Aurelio. ver en el patrimonio un alto ideal: los tránsfugas de la
moral, ajenos a la sociedad en que viven, no pueden
II. LA PATRIA concebirlo; los esclavos y los siervos tienen, apenas, un
Los países son expresiones geográficas y los Estados país natal. Sólo el hombre digno y libre puede tener una
son formas de equilibrio político. Una patria es mucho patria.
más y es otra cosa: sincronismo de espíritus y de cora- Puede tenerla; no la tiene siempre, pues tiempos hay en
zones, temple uniforme para el esfuerzo y homogénea que sólo existe en la imaginación de pocos: uno, diez,
disposición para el sacrificio, simultaneidad en la aspira- acaso algún centenar de elegidos. Ella está entonces en
ción de la grandeza, en el pudor de la humillación y en el ese punto ideal donde converge la aspiración de los me-
deseo de la gloria. Cuando falta esa comunidad de espe- jores, de cuantos la sienten sin medrar de oficio a horca-
ranzas, no hay patria, no puede haberla: hay que tener jadas de la política. En esos pocos está la nacionalidad y
ensueños comunes, anhelar juntos grandes cosas y sen- vibra en ellos; mantiénense ajenos a su afán los millones
tirse decididos a realizarlas, con la seguridad de que al de habitantes que comen y lucran en el país.
marchar todos en pos de un ideal, ninguno se quedará en El sentimiento enaltecedor nace en muchos soñadores
mitad del camino contando sus talegas. La patria está jóvenes, pero permanece rudimentario o se distrae en la
implícita en la solidaridad sentimental de una raza y no apetencia común; en pocos elegidos llega a ser dominan-
en la confabulación de los politiquistas que medran a su te, anteponiéndose a pequeñas tentaciones de piara o de
sombra. cofradía. Cuando los intereses venales se sobreponen al
La patria tiene intermitencias: su unidad moral desapare- ideal de los espíritus cultos, que constituyen el alma de
ce en ciertas épocas de rebajamiento, cuando se eclipsa una nación, el sentimiento nacional degenera y se co-
todo afán de cultura y se enseñorean viles apetitos de rrompe: la patria es explotada como una industria. Cuan-
mando y de enriquecimiento. Y el remedio contra esa cri- do se vive hartando groseros apetitos y nadie piensa que
sis de chatura no está en el fetichismo del pasado, sino en el canto de un poeta o la reflexión de un filósofo pue-
en la siembra del porvenir, concurriendo a crear un nuevo de estar una partícula de la gloria común, la nación se
ambiente moral propicio a toda culminación de la virtud, abisma. Los ciudadanos vuelven a la, condición de habi-
del ingenio y del carácter. tantes. La patria a la de país.
Cuando no hay patria no puede haber sentimiento colec- Eso ocurre periódicamente: como si la nación necesitara
tivo de la nacionalidad -inconfundible con la mentira pa- parpadear en su mirada hacia el porvenir. Todo se tuerce
triótica explotada en todos los países por los mercaderes y abaja, desapareciendo la molicie individual en la
y los militaristas-. Sólo es posible en la medida que mar- común: diríase que en la culpa colectiva se esfuma la
ca el ritmo unísono de los corazones para un noble per- responsabilidad de cada uno. Cuando el conjunto se do-
feccionamiento y nunca para una innoble agresividad que bla, como en el barquinazo de un buque, parece, por re-
hiera el mismo sentimiento de otras nacionalidades. latividad, que ninguna cosa se doblará. Sólo el que se le-
No hay manera más baja de amar a la patria que odiando vanta y mira desde otro plano a los que navegan, advier-
a las patrias de los otros hombres, como si todas no fue- te su descenso, como si frente a ellos fuese un punto in-
sen igualmente dignas de engendrar en sus hijos iguales móvil: un faro en la costa.
sentimientos. El patriotismo debe ser emulación colectiva Cuando las miserias morales asolan a un país, culpa es
para que la propia nación ascienda a las virtudes de que de todos los que por falta de cultura y de ideal no han
dan ejemplo otras mejores; nunca debe ser envidia colec- sabido amarlo como patria: de todos los que vivieron de
tiva que haga sufrir de la ajena superioridad y mueva a ella sin trabajar para ella. […]
desear el alejamiento de los otros hasta el propio nivel.

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VI. PELIGROS SOCIALES DE LA MEDIOCRIDAD de intereses inconmovibles. Subvierten la tabla de los va-
La psicología de los hombres mediocres caracterizase lores morales, falseando nombres, desvirtuando concep-
por un riesgo común: la incapacidad de concebir una per- tos: pensar es un desvarío, la dignidad es irreverencia, es
fección, de formarse un ideal. Son rutinarios, honestos y lirismo la justicia, la sinceridad es tontera, la admiración
mansos; piensan con la cabeza de los demás, comparten una imprudencia, la pasión ingenuidad, la virtud una es-
la ajena hipocresía moral y ajustan su carácter a las do- tupidez.
mesticidades convencionales. En la lucha de las conveniencias presentes contra los
Están fuera de su órbita el ingenio, la virtud y la dignidad, ideales futuros, de lo vulgar contra lo excelente, suele
privilegios de los caracteres excelentes; sufren de ellos y verse mezclado el elogio de lo subalterno con la difama-
los desdeñan. Son ciegos para las auroras; ignoran la ción de lo conspicuo, sabiendo que el uno y la otra con-
quimera del artista, el ensueño del sabio y la pasión del mueven por igual a los espíritus arrocinados. Los dogma-
apóstol. Condenados a vegetar, no sospechan que existe tistas y los serviles aguzan sus silogismos para falsear
el infinito más allá de sus horizontes. los valores en la conciencia social; viven en la mentira,
El horror de lo desconocido los ata a mil prejuicios, comen de ella, la siembran, la riegan, la podan, la cose-
tornándolos timoratos e indecisos: nada aguijonea su cu- chan. Así crean un mundo de valores ficticios que favore-
riosidad; carecen de iniciativa y miran siempre al pasado, ce la culminación de los obtusos; así tejen su sorda tela-
como si tuvieran los ojos en la nuca. raña en torno de los genios, los santos y los héroes, obs-
Son incapaces de virtud; no la conciben o les exige de- truyendo en los pueblos la admiración de la gloria. Cie-
masiado esfuerzo. Ningún afán de santidad alborota la rran el corral cada vez que cimbra en las cercanías el
sangre en su corazón; a veces no delinquen por cobardía aletazo inequívoco de un águila.
ante el remordimiento. No vibran a las tensiones más al- Ningún idealismo es respetado. Si un filósofo estudia la
tas de la energía; son fríos, aunque ignoren la serenidad; verdad, tiene que luchar contra los dogmatistas momifi-
apáticos sin ser previsores; acomodaticios siempre, nun- cados; si un santo persigue la virtud se astilla contra los
ca equilibrados. No saben estremecerse de escalofrío ba- prejuicios morales del hombre acomodaticio; si el artista
jo una tierna caricia, ni abalanzarse de indignación ante sueña nuevas formas, ritmos o armonías, ciérranle el pa-
una ofensa. so las reglamentaciones oficiales de la belleza; si el
No viven su vida para sí mismos, sino para el fantasma enamorado quiere amar escuchando su corazón, se es-
que proyectan en la opinión de sus similares. Carecen de trella contra las hipocresías del convencionalismo; si un
línea; su personalidad se borra como un trazo de carbón juvenil impulso de energía lleva a inventar, a crear, a re-
bajo el esfumino, hasta desaparecer. Trocan su honor generar, la vejez conservadora atájale el paso; si alguien,
por una prebenda y echan llave a su dignidad por evitar- con gesto decisivo, enseña la dignidad, la turba de los
se un peligro; renunciarían a vivir antes que gritar la ver- serviles le ladra; al que toma el camino de las cumbres,
dad frente al error de muchos. Su cerebro y su corazón los envidiosos le carcomen la reputación con saña malé-
están entorpecidos por igual, como los polos de un imán vola; si el destino llama a un genio, a un santo o a un
gastado. héroe para reconstituir una raza o un pueblo, las medio-
Cuando se arrebañan son peligrosos. La fuerza del cracias tácitamente regimentadas le resisten para en-
número suple a la febledad individual: acomúnanse por cumbrar sus propios arquetipos. Todo idealismo encuen-
millares para oprimir a cuantos desdeñan encadenar su tra en esos climas su Tribunal del Santo Oficio. […]
mente con los eslabones de la rutina.
Substraídos a la curiosidad del sabio por la coraza de su
insignificancia, fortifícanse en la cohesión del total; por “La Juventud Argentina de Córdoba a los hombres
eso la mediocridad es moralmente peligrosa y su conjun- libres de Sudamérica”, 21 de junio de 1918.
to es nocivo en ciertos momentos de la historia: cuando
reina el clima de la mediocridad. Hombres de una República libre, acabamos de romper la
Épocas hay en que el equilibrio social se rompe en su fa- última cadena que, en pleno siglo XX, nos ataba a la an-
vor. El ambiente tórnase refractario a todo afán de per- tigua dominación monárquica y monástica. Hemos re-
fección; los ideales se agostan y la dignidad se ausenta; suelto llamar a todas las cosas por el nombre que tienen.
los hombres acomodaticios tienen su primavera florida. Córdoba se redime. Desde hoy contamos para el país
Los estados conviértense en mediocracias; la falta de una vergüenza menos y una libertad más. Los dolores
aspiraciones que mantengan alto el nivel de moral y de que quedan son las libertades que faltan. Creemos no
cultura, ahonda la ciénaga constantemente. equivocarnos, las resonancias del corazón nos lo advier-
Aunque aislados no merezcan atención, en conjunto ten: estamos pisando sobre una revolución, estamos vi-
constituyen un régimen, representan un sistema especial viendo una hora americana.

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La rebeldía estalla ahora en Córdoba y es violenta por- instituto de ciencia es la del que escucha una verdad o la
que aquí los tiranos se habían ensoberbecido y era ne- del que experimenta para crearla o comprobarla.
cesario borrar para siempre el recuerdo de los contrarre- Por eso queremos arrancar de raíz en el organismo uni-
volucionarios de Mayo. Las universidades han sido hasta versitario el arcaico y bárbaro concepto de autoridad que
aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los en estas casas de estudio es un baluarte de absurda ti-
ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y — ranía y sólo sirve para proteger criminalmente la falsa
lo que es peor aún— el lugar donde todas las formas de dignidad y la falsa competencia. Ahora advertimos que la
tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dic- reciente reforma, sinceramente liberal, aportada a la Uni-
tara. Las universidades han llegado a ser así fiel reflejo versidad de Córdoba por el doctor José Nicolás Matienzo
de estas sociedades decadentes que se empeñan en no ha inaugurado una democracia universitaria; ha san-
ofrecer el triste espectáculo de una inmovilidad senil. Por cionado el predominio de una casta de profesores. Los
eso es que la ciencia frente a estas casas mudas y ce- intereses creados en torno de los mediocres han encon-
rradas, pasa silenciosa o entra mutilada y grotesca al trado en ella un inesperado apoyo. Se nos acusa ahora
servicio burocrático. Cuando en un rapto fugaz abre sus de insurrectos en nombre de un orden que no discutimos,
puertas a los altos espíritus es para arrepentirse luego y pero que nada tiene que hacer con nosotros. Si ello es
hacerles imposible la vida en su recinto. Por eso es que, así, si en nombre del orden se nos quiere seguir burlando
dentro de semejante régimen, las fuerzas naturales lle- y embruteciendo, proclamamos bien alto el derecho a la
van a mediocrizar la enseñanza, y el ensanchamiento vi- insurrección. Entonces la única puerta que nos queda
tal de organismos universitarios no es el fruto del desa- abierta a la esperanza es el destino heroico de la juven-
rrollo orgánico, sino el aliento de la periodicidad revolu- tud. El sacrificio es nuestro mejor estímulo; la redención
cionaria. espiritual de las juventudes americanas nuestra única re-
Nuestro régimen universitario —aún el más reciente— es compensa, pues sabemos que nuestras verdades lo son
anacrónico. Está fundado sobre una especie de derecho —y dolorosas— de todo el continente. ¿Que en nuestro
divino; el derecho divino del profesorado universitario. Se país una ley —se dice—, la ley de Avellaneda, se opone
crea a sí mismo. En él nace y en él muere. Mantiene un a nuestros anhelos? Pues a reformar la ley, que nuestra
alejamiento olímpico. La federación universitaria de salud moral lo está exigiendo.
Córdoba se alza para luchar contra este régimen y en- La juventud vive siempre en trance de heroísmo. Es des-
tiende que en ello le va la vida. Reclama un gobierno es- interesada, es pura. No ha tenido tiempo aún de conta-
trictamente democrático y sostiene que el demos univer- minarse. No se equivoca nunca en la elección de sus
sitario, la soberanía, el derecho a darse el gobierno pro- propios maestros. Ante los jóvenes no se hace mérito
pio radica principalmente en los estudiantes. El concepto adulando o comprando. Hay que dejar que ellos mismos
de autoridad que corresponde y acompaña a un director elijan sus maestros y directores, seguros de que el acier-
o a un maestro en un hogar de estudiantes universitarios to ha de coronar sus determinaciones. En adelante, sólo
no puede apoyarse en la fuerza de disciplinas extrañas a podrán ser maestros en la república universitaria los ver-
la sustancia misma de los estudios. La autoridad, en un daderos constructores de almas, los creadores de ver-
hogar de estudiantes, no se ejercita mandando, sino su- dad, de belleza y de bien.
giriendo y amando: enseñando. Los sucesos acaecidos recientemente en la Universidad
Si no existe una vinculación espiritual entre el que ense- de Córdoba, con motivo de la elección rectoral, aclaran
ña y el que aprende, toda enseñanza es hostil y por con- singularmente nuestra razón en la manera de apreciar el
siguiente infecunda. Toda la educación es una larga obra conflicto universitario. La federación universitaria de
de amor a los que aprenden. Fundar la garantía de una Córdoba cree que debe hacer conocer al país y a Améri-
paz fecunda en el artículo conminatorio de un reglamento ca las circunstancias de orden moral y jurídico que invali-
o de un estatuto es, en todo caso, amparar un régimen dan el acto electoral verificado el 15 de junio. Al confesar
cuartelario, pero no una labor de ciencia. Mantener la ac- los ideales y principios que mueven a la juventud en esta
tual relación de gobernantes a gobernados es agitar el hora única de su vida, quiere referir los aspectos locales
fermento de futuros trastornos. Las almas de los jóvenes del conflicto y levantar bien alta la llama que está que-
deben ser movidas por fuerzas espirituales. Los gastados mando el viejo reducto de la opresión clerical. En la Uni-
resortes de la autoridad que emana de la fuerza no se versidad Nacional de Córdoba y en esta ciudad no se
avienen con lo que reclaman el sentimiento y el concepto han presenciado desórdenes; se ha contemplado y se
moderno de las universidades. El chasquido del látigo contempla el nacimiento de una verdadera revolución
sólo puede rubricar el silencio de los inconscientes o de que ha de agrupar bien pronto bajo su bandera a todos
los cobardes. La única actitud silenciosa, que cabe en un los hombres libres del continente. Referiremos los suce-
sos para que se vea cuánta razón nos asistía y cuánta

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vergüenza nos sacó a la cara la cobardía y la perfidia de La juventud universitaria de Córdoba afirma que jamás
los reaccionarios. Los actos de violencia, de los cuales hizo cuestión de nombres ni de empleos. Se levantó con-
nos responsabilizamos íntegramente, se cumplían como tra un régimen administrativo, contra un método docente,
en el ejercicio de puras ideas. Volteamos lo que repre- contra un concepto de autoridad. Las funciones públicas
sentaba un alzamiento anacrónico y lo hicimos para po- se ejercitaban en beneficio de determinadas camarillas.
der levantar siquiera el corazón sobre esas ruinas. Aque- No se reformaban ni planes ni reglamentos por temor de
llos representan también la medida de nuestra indigna- que alguien en los cambios pudiera perder su empleo. La
ción en presencia de la miseria moral, de la simulación y consigna de «hoy para ti, mañana para mí», corría de
del engaño artero que pretendía filtrarse con las aparien- boca en boca y asumía la preeminencia de estatuto uni-
cias de la legalidad. El sentido moral estaba obscurecido versitario. Los métodos docentes estaban viciados de un
en las clases dirigentes por un fariseísmo tradicional y estrecho dogmatismo, contribuyendo a mantener a la
por una pavorosa indigencia de ideales. universidad apartada de la ciencia y de las disciplinas
El espectáculo que ofrecía la asamblea universitaria era modernas. Las elecciones, encerradas en la repetición in-
repugnante. Grupos de amorales deseosos de captarse terminable de viejos textos, amparaban el espíritu de ru-
la buena voluntad del futuro rector exploraban los contor- tina y de sumisión. Los cuerpos universitarios, celosos
nos en el primer escrutinio, para inclinarse luego al bando guardianes de los dogmas, trataban de mantener en
que parecía asegurar el triunfo, sin recordar la adhesión clausura a la juventud, creyendo que la conspiración del
públicamente empeñada, el compromiso de honor con- silencio puede ser ejercitada en contra de la ciencia. Fue
traído por los intereses de la universidad. Otros —los entonces cuando la oscura universidad mediterránea
más— en nombre del sentimiento religioso y bajo la ad- cerró sus puertas a Ferri, a Ferrero, a Palacios y a otros,
vocación de la Compañía de Jesús, exhortaban a la trai- ante el temor de que fuera perturbada su plácida igno-
ción y al pronunciamiento subalterno. (¡Curiosa religión rancia. Hicimos entonces una santa revolución y el régi-
que enseña a menospreciar el honor y deprimir la perso- men cayó a nuestros golpes.
nalidad! ¡Religión para vencidos o para esclavos!). Se Creímos honradamente que nuestro esfuerzo había
había obtenido una reforma liberal mediante el sacrificio creado algo nuevo, que por lo menos la elevación de
heroico de una juventud. Se creía haber conquistado una nuestros ideales merecía algún respeto. Asombrados,
garantía y de la garantía se apoderaban los únicos ene- contemplamos entonces cómo se coaligaban para arre-
migos de la reforma. En la sombra los jesuitas habían batar nuestra conquista los más crudos reaccionarios.
preparado el triunfo de una profunda inmoralidad. Con- No podemos dejar librada nuestra suerte a la tiranía de
sentirla habría comportado otra traición. A la burla res- una secta religiosa, ni al juego de intereses egoístas. A
pondimos con la revolución. La mayoría representaba la ellos se nos quiere sacrificar. El que se titula rector de la
suma de la represión, de la ignorancia y del vicio. Enton- Universidad de San Carlos ha dicho su primera palabra:
ces dimos la única lección que cumplía y, espantamos «Prefiero antes de renunciar que quede el tendal de
para siempre la amenaza del dominio clerical. cadáveres de los estudiantes». Palabras llenas de piedad
La sanción moral es nuestra. El derecho también. Aque- y de amor, de respeto reverencioso a la disciplina; pala-
llos pudieron obtener la sanción jurídica, empotrarse en bras dignas del jefe de una casa de altos estudios. No in-
la ley. No se lo permitimos. Antes de que la iniquidad fue- voca ideales ni propósitos de acción cultural. Se siente
ra un acto jurídico, irrevocable y completo, nos apodera- custodiado por la fuerza y se alza soberbio y amenaza-
mos del salón de actos y arrojamos a la canalla, sólo en- dor. ¡Armoniosa lección que acaba de dar a la juventud el
tonces amedrentada, a la vera de los claustros. Que esto primer ciudadano de una democracia universitaria! Reco-
es cierto, lo patentiza el hecho de haber, a continuación, jamos la lección, compañeros de toda América; acaso
sesionado en el propio salón de actos la federación uni- tenga el sentido de un presagio glorioso, la virtud de un
versitaria y de haber firmado mil estudiantes sobre el llamamiento a la lucha suprema por la libertad; ella nos
mismo pupitre rectoral, la declaración de huelga indefini- muestra el verdadero carácter de la autoridad universita-
da. ria, tiránica y obcecada, que ve en cada petición un agra-
En efecto, los estatutos reformados disponen que la vio y en cada pensamiento una semilla de rebelión.
elección de rector terminará en una sola sesión, pro- La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el de-
clamándose inmediatamente el resultado, previa lectura recho a exteriorizar ese pensamiento propio en los cuer-
de cada una de las boletas y aprobación del acta respec- pos universitarios por medio de sus representantes. Está
tiva. Afirmamos, sin temor de ser rectificados, que las bo- cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de
letas no fueron leídas, que el acta no fue aprobada, que realizar una revolución en las conciencias, no puede des-
el rector no fue proclamado, y que, por consiguiente, para conocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de
la ley, aún no existe rector de esta universidad. su propia casa.

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La juventud universitaria de Córdoba, por intermedio de ―El estado como encarnación permanente de la colectivi-
su federación, saluda a los compañeros de América toda dad tiene el derecho de obtener un beneficio directo so-
y les incita a colaborar en la obra de libertad que inicia. bre el descubrimiento de estas riquezas. A eso responde
la participación que se reserva el estado en el producido
neto y bruto de las explotaciones, en forma sin embargo
Hipólito Yrigoyen, “Discurso en defensa del petróleo que no reste estímulo al interés privado; tanto más cuan-
nacional”, Buenos Aires, 1919. to la mayor parte de dicha participación se destina a ser-
vicios públicos, necesidades de la armada, de los trans-
Al Honorable Congreso de la Nación: portes ferroviarios, marítimos y fluviales, etc., que resul-
Los problemas de orden legal y económico que la explo- tarán en beneficio inmediato para los mismos y otra bue-
tación de los yacimientos petrolíferos suscita han mereci- na parte para fomentar el desarrollo de esta misma in-
do preferentemente atención por parte de los gobiernos, dustria minera.‖
habiéndose llegado a concretar en fórmulas legislativas ―Para no incurrir en los errores que en otros países se
especiales los principios con arreglo a los cuales se ha han cometido al iniciarse las explotaciones, y a fin de
considerado conveniente encauzar las exploraciones y aprovechar lo que en ellos se ha experimentado y para
explotaciones de dichas minas.‖ dictar una legislación lo más perfecta posible y adaptable
―La ley nº 726 del 26 de agosto de 1875 estableció en su a nuestro país ha sido menester estudiar con toda deten-
artículo 2º que el redactor de Código de Minería debía ción la solución de este importante problema, a fin de no
tomar como base para la confección de ese trabajo el sancionar leyes incompletas o defectuosas cuyo perfec-
principio de que las minas son bienes privados de la na- cionamiento, derogación o aplicación traería trastornos o
ción o de las provincias, según el territorio en que se en- consecuencias perjudiciales para la economía nacional.‖
cuentren.‖ ―Era, además, indispensable tener una noción, aunque
―El codificador, sin embargo, se apartó totalmente de ese sólo fuera aproximada, de la importancia del yacimiento
principio y fijó el contrario al reglamento.‖ petrolífero, estudiar su forma más conveniente de explo-
―Esa omisión, si bien sancionada por el Honorable Con- tación para su ubicación y arbitrar los recursos pecunia-
greso, resulta en la actualidad dañosa y perjudicial a los rios para llevar a cabo una explotación de cierta impor-
interese bien entendidos del país, desde que las conve- tancia.‖
niencias que tanto de orden fiscal como social se derivan ―La situación mundial del mercado monetario, del comer-
de la utilización múltiple de ese combustible, reclaman la cio y de las industrias extranjeras, a las que habíamos
atención del estado.‖ podido recurrir en los tiempos normales para desarrollar
―Se reserva, pues, para el estado, en razón de la incorpo- esta industria minera, no ha permitido intensificar la ex-
ración de estas minas de petróleo a su dominio privado, plotación petrolífera; pero cuando V. Honorabilidad, se
el derecho de vigilar toda explotación de esta fuente de imponga de los resultados obtenidos y del desenvolvi-
riqueza pública, a fin de evitar que el interés particular no miento de las explotaciones petrolíferas particulares, se
la malgaste, que la ignorancia o precipitación la perjudi- convencerá que difícilmente se hubiera podido hacer más
que, o la negligencia o la incapacidad económica la deje durante la guerra mundial.‖
improductiva, para lo cual se adoptan en el proyecto dis- ―Después de haber estudiado las leyes que rigen las ex-
posiciones que fijan y garantizan un mínimo de trabajo y plotaciones petrolíferas en Estados Unidos, Rusia y Ru-
las formas convenientes de realizarlo. Con el mismo con- mania, el Poder Ejecutivo ha llegado a la conclusión de
cepto se ponen trabas a la posible acción perturbadora que las que se han dictado en este último país, son las
de los grandes monopolios.‖ que más conviene adoptar para el nuestro, con algunas
―Por la naturaleza misma de los yacimientos, no pudien- modificaciones.‖
do constituir fuentes permanentes de provisión de com- ―En los tres capítulos de la ley que el Poder Ejecutivo
bustible, desde que su existencia como tal es determina- somete a la consideración de Vuestra Honorabilidad se
da dentro de un limitado número de años, estando ha condensado cuál debe ser el régimen legal, técnico,
además sujeta a una serie de circunstancias, se impone económico y financiero de las explotaciones de las minas
la intervención y participación del estado y su control en de petróleo, sin desconocer los derechos adquiridos bajo
la forma y condiciones en que se manejan esos yaci- el imperio de las disposiciones del Código de Minería y
mientos para asegurar su racional explotación e impedir dando lugar a que la iniciativa privada pueda contribuir al
se apresure su agotamiento, y regular la producción y desarrollo de las explotaciones de esta riqueza natural,
provisión de combustible, de acuerdo con las necesida- dentro de los límites prudentes y bajo ciertas condicio-
des del consumo.‖ nes.‖

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―De acuerdo con las previsiones adoptadas por otras na- nes particulares del petróleo, el propósito de fomentar las
ciones, se prevé la formación de reservas fiscales dentro explotaciones de ese combustible, en aquellas zonas en
de las regiones petrolíferas, cuyos resultados beneficio- que aún no ha sido descubierto.‖
sos pueden descontarse ya, pues así el estado en el pre- ―El plazo acordado, muchísimo inferior que el que fija en
sente y en el futuro tendrá siempre en sus manos la pro- general el Código de Minería, es uno de los medios de
ducción directa de este valioso combustible y un medio estímulo que comprende la presente ley.‖
eficaz para contrarrestar posibles perturbaciones de las ―Tales son, detalles aparate, los lineamientos generales
compañías e intereses particulares.‖ de la iniciativa para la cual el Poder Ejecutivo se empeña
―Figura igualmente entre los conceptos que han inspirado en solicitar el estudio y empeño de Vuestra Honorabili-
el proyecto de ley a la par del fomento de las explotacio- dad.‖

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