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Clase 19
Clase 19
CONTRATOS CIVILES
Pueden ser objeto del mandato todos los actos lícitos para los que la ley no exige la
intervención personal del interesado (2548).
Nota Histórica. En el derecho romano cualquier acto podía ser objeto de mandato,
ya fuera jurídico o material; era suficiente que tuviese un interés para el mandante para que
fuera objeto del contrato.
Este mandato se realiza con la condición de que todos los efectos jurídicos recaigan
en el patrimonio del mandante. Es muy común que el mandante no desee que los terceros
conozcan quien pretende realizar ese acto jurídico, por lo cual, expresamente instruye al
mandatario para que actúe frente a los terceros como si éste tratara a nombre propio. Esta
figura ha dado motivo para considerar al mandatario como testaferro o prestanombre ya que
los efectos repercuten en el patrimonio del mandante y no en el del mandatario. Al respecto
el Código Civil prescribe: “El mandatario, salvo convenio celebrado entre él y el mandante,
podrá desempeñar el mandato tratando en su propio nombre o en el del mandante” (2560).
Cuando por cláusula especial el mandatario quede facultado para que ante un
tribunal desahogue la prueba confesional a cargo del mandante, “forzosamente será
conocedor de todos los hechos controvertidos propios de su mandante o su representado, y
no podrá manifestar desconocer los hechos propios de aquel por quien absuelve, ni podrá
manifestar que ignora la respuesta o contestar con evasivas, ni mucho menos negarse a
contestar o abstenerse de responder de modo categórico en forma afirmativa o negativa,
pues de hacerlo así se le declarará confeso de las posiciones que calificadas de legales se le
formulen. El que comparezca a absolver posiciones después de contestar afirmativa o
negativamente, podrá agregar lo que a su interés convenga”.
b) Mandato general para actos de administración. El mandato general para actos
de administración es aquel en el que se faculta al mandatario para realizar todos los actos
jurídicos que tengan como fin la conservación o acrecentamiento ventajoso del valor
económico del patrimonio del mandante. Dentro de las facultades de administración no
queda incluida la facultad de enajenar por cualquier título, ya sea parcial o totalmente el
patrimonio del mandante. Las facultades de disposición sólo corresponden al mandato para
actos de dominio. El acto de administración del mandato general queda circunscrito al
concepto de explotación económica sin llegar a los actos de disposición. El patrimonio en
explotación, sustentado por Bonnecasse, es un concepto distinto al acto de administración
del mandato, ya que éste sólo tendrá por objeto la conservación y la obtención de ventajas.
Facultades implícitas.
El mandato general para actos de administración tiene implícitas las facultades del
mandato general para pleitos y cobranzas.
El mandato general para actos de dominio comprenderá a su vez las facultades del
mandato general para pleitos y cobranzas y las del mandato general para actos de
administración.