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JUAN. USLAR PIETRL—Nacid en racas (Venenuela) el 22 de mayo de HOUR Cursé sas eieatesy del Doracel tn la Universidad Central de Vencrae Ia'y en a Soborone, de Paris. Aunque de" formacidn, economist ih Historia deisn, pe de coin dada on Pecunia ele an ode Neen dessin Tees, Eviuciuea sell y pollaea dle Ver recs ge IR Tecan asec ap ee aba Aa seganda cdi, JUAN USLAR PIETRI HISTORIA | OBRAS DEL AUTOR de la rebelién popular de 1814 Publicadas: Aspectos de la Historia Universal. Caracas, 1040. Contribucion al estudio de la historia de Venezuela Historia de Robesperse. Caracas, 1050. Bores. Caracas, 1050. ‘istoria de la Filosofia del Derecho y del Estado, Paris, 1951 [La Estructura Social y Politica de Venezuela, Paris, 1081. En preparacién: Problems Beonémicos de Venezuela, 2olMe ws (CARACAS- MADRID PROLOGO La Rebelién Popular de Veneaueta en 1814 no fue un simple acontccimiento local, natural en la lucha. Sino el suceso $0: cial de més envergadura que registra la Historia de la Eman- cipacién americana, No encontramos un hecho igual en nin- fina parte del Continenta, si exceptuamos al Santo Domingo colonial, que pueda ser comparado al de Venezuela. En ningin momento se vio algo semejante en la lucha por Ja Independencia de las otras Republicas, Los ilusres liber- tadores de Argentina, Cubs, Estados Unidos, Uruguay, et- ceétera, no se llegaron a ver en el terrible caso de Bolivar los ‘suyos, Por todas partes se decidlan las Independencias con dos 0 tres batallas importantes contra las autoridades expa- folas. El pucblo o era patriota o indiferente, © luchaba como simple mercenario, sin ideal y sin sentimientos por ta causa realista, Pero en Venezuela, y e30 es lo interesante del asun- to, hubo ademés de ta guorra de Independencia una revolu- cin, estructucaimente hablando, contra os patsfotas que ha flan’ la Independencia, Revolusién ésta que no tuvo que ver ‘aida con el Rey de Espaia ni con el realismo, sino que todo lo contraro, tuvo caractertsticas democréticas y niveladoras, Por eso en el estudio de la Rebetiin Popular se resalta de ‘manera poderosa Ia labor de Bolivar y de sus lugarteniontes, Pues, ademas de sostener nuestros Tbertadores una guerra muerte con spas, mantenfan una lucha contra los mismos | ‘yenezolanos que peleaban por la libertad social. I libertador hha tenido que ser un hombre extraordinario, superior, para hhaber podido resistir aquella oléada de sangre, imponérsele y dominarla, haciéndola suya, para luego ir a lucher contra la autoridad despética del Rey de Espaha. El supo aprovecharla y domarla como un potro cerrero ¥ hasta llevarla por las vias ‘de Ia Independencia de la patria, Y hay que sefialar, que esa [Rebelién fue un movimiento tanto o més sangeiento que la Jecquerie y que la misma Revolucién francesa, * Lo que resulta bastante extraflo es que hasta ahora, si ex cxptuamos las formidables Tineadas de nuestro gran socilogo Taureano Vallenlla Lanz, nadie habla presentado el fonéme- no de fa rebelién como un acontecimienta social de primera magoitud. Las pocas veces que se le ha hecho meneién en la historia, ¢s para presentar a 1814 como una explosién dal rea- lismo frenético de nuestros aneros, pero sin ahondar jamds Ins verdaderas causa. ‘No me explico eémo ha sido posible interpretar como reais. ‘mo la rebelidn por ef solo hecho de dectse realista. El que Inaya observado un poco al pueblo venezolano, demacritico hhasta los tuétanos, no puede afirmar que hhubiese sido éste ceapaz de ser partidario del Rey y de los privilegios. En Amési- fay los portavoces de fa autoridad del Monarea, los que incu! aban amor al Rey, eran los sacerdotes. En aquellas regiones americanas, como Pasto (Colombia), donde el cura tenfa un estrecho contacto con sus feligeses se daba la posibilided det feaso que por presién del pérroco se lnnzaran los habitantes dde ia comarca 1 fuchar en favor det Rey. Pero en Venezuela, donde si se exceptian algunas de las principales ciudades, no hhabia religiosidad en el verdadero sentido de la palabra. En sitios como en los llanos 0 en tos lejanos campos donde era muy dlfell que legara la vor del sacerdote, donde apenas se tenian nociones vagas de lo que era el Cristianismo, mal iba fa saber lo que sigaificaba el Rey. Aquellas insurreccionadas ‘montoneras que iban saqueando y matando blancos, come. tiendo sacrlegios en las iglesias, ensangrentando altares, no podian ser jamés realists, ni representantes del orden y la religién. Lo que sucedia era que aquellos hombres abrazaban las banderas realistas como vn pretexto para satisfacer sus tos de clase, para realizar la libertad social que anhelaban, Porque de haber estado los poscedores dal lado de los real tas ellos hubiesen sido, sin lugar a dudas, fervorotos patrio. tas, La rebelién, pues, bajo las banderas del Rey no fue més ‘que un pretext, En realidad, si observamos bien ta actitud de nuestros con- fgresantes de 1811, y aun In de nuestros promotores de la In- flependencia, veremos que sentfan una intuiciin muy clara de Jo que tha a sucoder. Todos temian que se repitiese, en caso de darse libertades, las mismas escenas que azotaron a Santo Domingo s final det siglo xvi, isla ésta donde los esclavos egolaron los blancos duefios de las plantaciones, ‘Temfan, fiues, ¥ To declan abiertamente que Ia igualdad politica sigo fieaba en cieria manera abrir el digue de las “castas”, y que tas rian a perseguir, como consecuencia légica, la igualdad social, Prevelan inconscientemente lo que luego sucedis, Pues todavia estaban frescas las havatas del zambo Chirinos, to- davia so conoclan las heroicas aventuras de Andresots, aun fe comentaban con temor Ins matanzas del negro Miguel, Dia- flamente se velan esclavos que_se escapaban de Jas planta ones de sus amos para refugiarse en los bosques y levar desde all una vida de asesinatos camineros, Hasta que un buen dia trafan al negro cimarrén, yen el patio de la He. cienda, amarrado aun botaldn, le dabsn delante de todo ef regraje doscientos buenos latigazos que hactan brotar la pul. pa roja de la espalda del condenado, 'Y solamente gracias a los discursos demagigicos de la So- siedad Patritica, tal como lo veremos en estas péginas, es que se provoea una declaracién de absolute independenc Pues si bien estaba en los corazones de todos aquellos eongre- ‘samtes, que en realidad Ja querfan, a la vez tomfan que para sus intereses fuera mis perjudicial’ que una moderada sepa ciém de Espata, Y luego, por sus indecisiones, aquellos home bres iban a ser las victimas de un “Tertoe” shucho més san Blento.y espantoso que of del 93. Pues si bien en Francia la revehiciin fue exclusivamente en Paris, en Venezuela fue en todas partes, principalmente en el campo, La nuestra fue mucho més popular entre las masas que la francesa, Mis gratin que citadina, Roves, Rosete, Antofanzas, Diegote, Morales y el zambo Machado penetraron mucho ms dentro de Ia pricologia de su ambients que Robespierse, que el care nicero Legendre, que Marat, que Saint-Just, que Maillard Baboeuf y tantos otvos. Fueron estructuralmente mds revolu- ionarios y mucho més emprendedores que los apéstoles del jacobismo, Prueba de esto fue el carifo que las turbas revoli- ionarias sintieron por ellos a la hora de la desapariién. ‘Cuando murié. Boves sélo hubo un inmenso silencio a su al- sededor. Nadie entre sus hombres aplaudié el lanzazo que le sacé las entrafas. En cambio, euando Robespierre fue guillo- tinado y su cabeza dostlands sangre fue ofrecida al piblico, fl pueblo aplaudié fasta calentarse las manos, y las viejas tejedoras rieron hasta m4 no poder ensefando sus dientes ne- fos al cielo de Paris. Por es0 es injusto callar ta Rebclién del catorce. No sole- mente en lo que respecta al interés social que significa tal ‘movimiento, sino porque es necesario destacar que los teiun- fadores de ‘La Puerta, la Villa de Aragua, San Marcos y Urica fueron tan venezolanos como los de Carabobo, Vigiri- ‘mas, Araure y San Mateo. La rebelidn es un hecho venezola. no, provocado por condiciones extranas a nuestra verdadera conclencia nacional, tal como fue el clasicismo colonial, Pero ‘nunca por estar aquellos sangrientos laneeros en contra’ de la patria que les vio nacer. Los hombres de Bollvar y los de ores luchaban regando generosamente su sangre por ideales que, aparentemente distintos, convergian en la libertad, * En la elaboracién de este trabajo he seguido un orden hasta cierto punto clisico en Ia narracién de los acontecimientos. Pero, como lo notard el lector, he saltada por todos aquellos sucesos, gue sin poseer un interés extraordinario para la. his. toria, no tenian nada que ver con la rebeliin popular, prov pésito de estas péginas. Por eso aqut se encuentran algunos puntos que corrientemente apenas se mencionan, bastante des- farrollados, y otros en cambio apenas esbozads, En Ja composicién de los capitulos he uscado més que todo ef suceso, el hecho destacado, el lugar o la frase, En Ta realizaciin de los acontecimientos’ y en las descripcones he seguido la sistemética moderna que exige ef origen y 1s fuente de cada afirmacién que se hace, En la bibliografia, a pesar 10 de no encontrarse casi libros ni documentos de la época que tstudiamos por la ausencia précticamente total de hombres (que escribieran memorias o conservasen apuntes, hemos pre- ferido al ‘'yo vi" 0 el historiador de la época que conoeié a Jos actores y a las victimas, que el especialista moderna. Al propio tiempo de haber destacado el sentida estructural de los fcontecimientos, tanto sociales como econémicos, he tratado de remozar, de darle nueva vida, al viejo método de “colon ido ambiental” que tan bien le va a la Historia, y en espe cial, a la pequefia historia de una época determinada, de un {ndividuo 0 de un momento, siempre y evando semejante co- Jor no signifique fantesfa y sobre todo fantasia que pueda perjudicar a Ia realidad, ‘Antes de terminar, quiero dedicar estas paginas al pueblo venezolano. A Simén Bolivar, el Libertador, simbolo de la ertad y do ta unidad de la patria Y a todos aquellos hom- ‘bres que, Iichando ardientemente contra la dominacién es. pafila, lograron un dia conguistar la Independencia y el jenestar para esta heroica y gloriosa terra de Venezuela, mi Venezuela, Parts, diciembre de 1053. LA REPUBLICA ES COMO UN JUEGO DE NINOS 1 LOS TIMORATOS ‘Ya efectuado el pato del 19 de abril no quedaba ota sa. lida 2 los sefores que jugsban a la revolucién que seguir of ‘camino trazado por los acontecimientos o retractasse de lo hecho. No habla lugar para una tercera posiién, intermedia, que hubiese sido, sin lugar 2 dudas, 1a escogida por aquel rupo de hombres, ricos terratenientes en su mayor parte ¥ por io tanto timoratos ¢ indecisos, TEI grupo que efectué indicectamente el 19 de abril no fue, fa excepcién de un puedo de revottosos, un grupo revolucio. nario. Ni mucho menos. Era un coajunto de hombres mode- zador, a lor que para ol porvenir de sus negocios no convents ‘el monopolio ecanémico de esa Bspaia deeadente y atrasada de la cual eran vasallos obligados. Querian la independencia de 1a patria mientras esa independencia no sigaificara, en ‘manera alguna, lesién de los intereses por los cuales efectua- Dan semejante movimiento, Fs decir, ni guerra con Espasa tii teastornos internos, “Yo conozco’ los principales persona- jes del Congreso de Venezucla, dice Dauxion-Lavaysse en tuna carta, éstor no son hombres de geandes mivas ai fac- 1s tases, son simplemente propictarios que desean Ia indepen. encia de su pals”? ‘Los hombres de 1810, y que en general eran los mismos, fisica 0 eapiritualmente, dle 181, 0 estaban dispucstos on manera alguna a llevar las costs a un punto extremado que pudiera, en un caso determinado, resultaries més perjudicial, (que la situacién estdtca e intolerante de Espaia. Por eso ‘veremos que en el transcurso de los primeros tiempos el Con- ‘reso Nacional seri moderado, y tlene que crearse, para eS polear a este grupo de hombres y decidirlos por ei cinco de julio, ese club girondino que Is historia conoce como la So- ciedad Patristica, La situacién social, de conjunto, en que se encuentra esa Venezuela de 1811 precursora de la Independencia, «3 la sie uiente. Primero un grupo bastante reducido, compuesto por Jos empleados espatiles y criolos de fos distintos ramos ad- sministratvos: por los hacendados espavioles y por el enjam- ‘bre de pequetics comerciantes, canarios en su mayoria, que escaban ardientemente ta vuelta al viejo régimen, a la eter. na colonia, donde solamente podrian scbrevivir y conservar al- una importancia social *. Este grupo, por conseeuencia Iigi- ca, ha de crear el descontento, ha de azuzar, cuando los tré- ‘cos dias del terremoto, al clero y al fanstismo contra Ia Incipente Independencia; y més tarde, cuando vea todo per- ido, recurrird, como medio timo y desesperado, a la temida insurreccin de Jas “castas™, armando los negros del Tuy con- fra los blancos mantuanos ¥ contra Miranda El segundo grupo estd compuesto por los grandes propieta- los y comersiantes ligados a Ia producsién nacional, Ens ‘mayor parte, con pocas excepciones, ea un grupo que desea a Independencia, pero la desea en ef fondo, sin derramamien- to de sangre, sin escdndalo, calladamente. No quiere exterio- izar su descontento porque en general tiene mucho que per- der, Con el beneplécito de este grupo es que se realiza el 19 de abril, pero es también este grupo quien condena a Miranda ‘evando sus primeras intentonas tibertadoras. Quiere indepen- dencia sin guerra, y Tibertad con pueblo esclavo y sumiso Seuern erin anaes famelen ee Inuretae Sbeehtak uit pas Tormidable Gectreclga pobular ao isi4" fueron pews 16 Este grupo es él que por presién de tos demagogos de la Sociedad Patrica declaracd la Tndependencia, pero también gerd Gel que por sus contradizsiones internas oeasonard a plrdida de la Primera Repiblica y preparard con sus peque- Fas cenclas y compljos de clase advenimiento de esa gran ‘lenda de sangre que fue la rebelin popular de 1814. El tercer grupo es al de los insurers, compuesto en su mayor parte por jévenes perteneientes a ia clase media oa in aches, Eston limos, icos herederos como lo Bolivar © Ios Ribas, impregnados' de la lost revoluionaia Trane esa plenos de idealismo nacional, quienes nada les im porta perder possiones y forcunas con tal de ver una ban- Gera. propia ondeando. sobre el suelo de la patria. Son ellos low fundadores de la Hhertad, Desde la ausera tibuna de Ia Sociedad Patridtica van a ir pulsando ls opinién de una ma- era tal gse,llegado et momento, lox “tinoratos” van a te ner_que dblegarse y someterse, hasta tener que sumarse, fuchas veces fa fess, a este hermoso grupo pleno de Alea Tismo y de Hbertad. El cuarto grupo es el pueblos libres y eselaves, negros resis, formando en un 9§ por 100 lo que en ayuellas 6po- cas se denominaba ‘las castas” o también con un cierto sen- tido de desprecio el negraje", aunque fueran indios © sim. plemente mestizos. Este grupo esté sometide por completo a ta ignorancia. yal astamiento esptiual mde absoluto, No tiene nocd de lo que puede sec Ia pata, fa familia o bare Tigién. Es un grupo que en teorla ex humano pero en la pede. tica se considera como animal, 0 como intermedio ent 1a bestia y ef hombre, Ven al blanco con el odio Intenso de la infevictdad forzada, Por genecaciones han tenida que doble- {ers los caprichos més pequetior de sus amos y al Litigo, Material 0 moral, de sus eapatace. Et fibre se dilerencia det feclavo en el solo aspecto de que no es eslavo. Muchas veces no se le paga nada o muy poco, con el agravante de que tiene que cargar consigo mismo," mientras el verdadero clavo, coma propiedad, es protegido por el amo, “Tal es, ozo més 0 menes, el conjunto social en que se ha. aba alviddo el pals después del 19 de abil, fecha en que comenzamos este andlisis. Apenas legado el General Miranda, de Inglaterra, invitado porel grupo etremista de la nobleza, cuando los moderados ” su presién para eliminarle © apartatie, como un pe Jen. Miranda, por st parte, noes hom bre que pueda ser derrotado por’ tan poce cost, y organics ‘con el grupo extremista un Club revolucionsrio inspirado en fos de la Francia de 1789 para poder ir impulando Ia opinid hhacia una libertad absoluta con respecto a Expafia y con res. ecto a la multtud de prejucios de easta que exhibian los ‘moderados 0 “timoratos" de la noblera venezolana. Es, pues, ‘Miranda su organizador y su espiitu “A fin de dar mayor fuer: za a los partidarios de la causa patvistica, dice Palacio jardo, testigo de los acontecimientos, el General Miranda pro- puso establecer un Club donde los ciudadanos se reunieran para discutir las cuestiones de interés general; un abogado dle gran erudicién, don Francisco Espejo, le seeundé podero- samente en esta ‘ocasién, y el Club fue establecido con el ‘nombre de Ia Sociedad Pateigtica” * ‘All se einen todos los exaltados, gritan, vocferan, ofen- den a los movlerados; dejan las ventanas abiertas de par en par para que el pueblo pueda empaparse de los discursos que ‘se dicen en bien do la Tbertad y en contra de los prejuicios Se dictan las normas que se han de seguir y Ia politica que hha de evar al Congreso, Se ennoblecen y se destruyen reputaciones, se halaga al pucblo que hasta ayer no fue mas que et “populacho”, se va revolucimmando todas las conciene clas, Y logran, mediante esa lisea de conducts, una cosa i= norada ¢ imposible en la Venezuela colonial, esto es, una opi- nidn publica. Una opinida pibliea drigida por la Sociedad, bien entendido, pero al fin y ai cabo una opinign, Miranda consigue de esta manera un iviunfo personal sobre los ““imoratos", sus viejos enemigos; pues con la Sociedad y la opinién en ‘sus manos el camino le esta abierto para hacer doblegar @ los Aescendientes de aquellos grandes sefiores que injusiaron a don Sebastién, su padre, traténdole de pardo y que luego fuando su expedicién libertadora habrian de escribir una car. ta al Rey lena de sumisién, Por eso la primera arma que esgrime Miranda es explotar el odio de la gente de color y exaltar los rencores escondidos bajo la opresisn, Sus discur- 108 y proclamas de igualdad y libertad han de ser los prime. ros martilazos a Ta cadena que ha de reventar en 1814 ocasio- nando la gran rebelién popular y sepultando, sin quererlo él, 18 ‘Ua Ia organizacion de los blancos, la Repdblica y trescientos letos de colonialismo sostenio. E] Club de la Sociedad Patristica estaba situado en la es. ‘quina del mismo nombre, en la Casa en que habia tenido su Sele la “Sociedad de Economia y Amigos del Pais” manda- Ga a establecer cuando el Rey Don Carlos IIT ®, Cada ves aque los oradores agitaban en el Club, la calle se Henaba de fsclaves y hombres de color que olan por primera vez lo que jamds les hablan dicho. “EI pueblo de Caracas, dice Pala- io, compuesto principalmente de mulatos, escuchaba con inte- és los argumientos que les ofveca los medios de obtener una faxistencia polities” *, La Sociedad aproveché el dia de la én del 19 de abril para demostrar al Congreso su fuerza y su popularidad, El geupo de los revoltos”, que Lovera nos pinta de manera magistral en 1 "19 de abril de 1810” con sus altos sombreros negros, sus ‘capas sombrias y sire conspirador, son los mismos que en fete primer aniversario patrio se lanzan a la calle con af fin de agitar y reunie masas populares. “Después del servicio diving, dice Palacio Fajardo, Jos abitantes st dispersaron por Ine calle, (odos vestidos con sus trajes fetivos, Hevando fen fis sombreros cucardas rojas, amarillas y azules. Grupos ide misicos, sequidos de danzantes, recorrian la ciudad can- tando aires patrdticos, Los miembros de In Sociedad Patri ‘dca atravesaban en procesién los principales calles evando banderas apropiadas a esta fiesta, Personajes do. considera. iin de Caracas se juntaron al eortsjo, se vié en esta ocasion ‘2 muchos grupos de indios de los alrededores, jugando y dan zanda a su manera, més cdndida que geaciosa; la alegela se ba en todos lor rostros, las mutuas felictaciones eran Vivamente experimentadas en todas partes. La noche trajo smds gente en busca de alegria, Caracas fué enteramente ilu- tminada, os edificios plblicos y muchas casas particulares ofrecfan inscripciones y emblemas ejecutados todos can tanto gusto como gfracia, Los diferentes grupos de misicos conti- rhuaban llenando el ambiente de sonidos melodiosos, y ta ale- rin de los habitantes parecié aumentar a medida que ef calor el dia declinaba. Pequofios teatros elevados en diferentes sitios de Ia ciudad procuraben nuevas diversiones al. pueblo, quien manifests el mAs vivo entusiasmo” [La Independencia estaba conducida por buen camino. La 19 ddemostracién habla sido todo un éaito y ni los enemigos més acéerimos podrian ya oponerse abiertamente a Ia Sociedad Patridtica, dueda dal espeitu del pueblo caraqueio, Los si duos oyentes del Club se multiplicaron convirtiéndose aquella calle en verdadera “Corte de Milagros", donde los més auda- ‘es se agarraban de los Dalaustres de las ventanas, Por las calles empezaron a aparecer grupos amenazadares que. dil iéndose a todos los paseantes entonaban Ia sangrienta can sién que en enero del mismo aio se habla publicado en la imprenta de J. Baitio y Ca, situada en Ia esquina det Palacio Arzobispal. El estribilo deca: Viva tan sélo el Pueblo, BL Pueblo. soberano Mucran lov opresores, ‘Mueran cus partiderios § Entre los principales exaltados que se cantaban en aquellos tiempos estaba José Félix Ribas, quien hablase visto envuel- %, poco tlempo antes, en una eanspiracién que tenia por fin fl" levantamiento de las_clases oprimides contra la hegemo- tla de los blancos possedores EI Congreso temia. Temia que Ia bertad pura, virginiana, que tanto deseaba se le empezase a corromper mercad las estiones demagégicas de Ia Sociedad Patriética. Temfa que luna Tibertad popular, “‘sans-culotte”, serfa una exposiciin constante para sus mis caros intereses *. Tanto més cuanto ue ya en 1811 esos discursos encendedores hacfan prever a os moderados ef curso que més tarde tomaria la Indepen- dencia, rumbo que Jos agitadores nose sospechaban, Bien (es sabido que generaimente los que inician las revolucfones facaban por ser devorados por elas, pues aquellos que al principio surgen como agitadores al fin terminan como moe Aerados ; nuevas figuras aparecen entonces obedeciendo al BAe tea ap ere mt ale ay co P sow No tivo Ta brlaipal parte nt giao, adn espera ef imperig de ls less dels rlgton as esitumbress lost Dowtrce Dass Heoushdss Wea" ReOGiER SE arse baa: 30S cambio impetuoso de las circunstancias, al devenie constante fe esa vordgine humana que es la revolucién. A. situacion diferente, hombres diferentes. Tal es el Ioma interno, incon. tiente, que gula a los movimientos populares. Y hoy en dia vemos, después de tantos afor de aquellos dias de 1811, que Ininguno de los miembros de la Sociedad Patriética Megs a fet, en su momento oportuno, jefe do la rebelin popular, terminaron més bien por ser perjudicados en sus interes, To mismo que les sucedié a fos “timoratos” ‘Yael vemos a Bolivar desterrado, @ Ribas con la cabeza en tuna pies, ¥ los otros o muertos o escondidos en las selvas hnuyendo como desesperadas bestia de las lanzas inclementes de la rebelién popular, sesencadenaa inconscientemente por fllos con sus afientes discursos de la Sociedad Patridtica El temor de los moderados ereola coda dia y cada dia velan ‘con peores ojos al Club agitador que les levaba directamente 2 la ruina, Urquinaona, crfollo realista que asistié a aquella Tacha entre la Sociedad y el Congreso, opinaba con el riterio de los moderados de Ia época diciendo que la Sociedad estaba fompuesta por “Jos més inmorales y los mAs Tibertinos” y Teno de inignacién reaccionaria, agregaba con mucha amar- ‘gura que esta Sociedad se prnponia el espantoso erimen de Malsipar Ia ignorancia de los pueblos, elevar las ideas de fos ciudadanos a la mAs alta dignidad de un hombre libre, cons- tituir el Estado, manifestar que en Venezuela no deberta. ha- ber otro Rey que el que crid ef Universo, mi otro gobierno que el que ella se constituya, y hacer palpable la falsedad de los derechos que la preocupacién podla atribuir atin a Fer- nando de Borbén”*, Pero a pesar de todos estos juicios, falsos 0 verdaderos, veremos que aquellos revolucionarios de la Sociedad Patris- tiea, pertenecientes en su mayorla a la obleza oa la bur~ ‘uesiay Tigadas con Iszos familiares al geupo de los ‘timo- rates”, no ee daban cuenta de lo que estaban haciendo. En re juego a la democracia tenfan tanto que perder como los timoratos”. Destruyendo a los moderadot con las armas de Ia absolute Ubertad y del igualitarismo se destrufan a ellos rmismos. se grupo de hombres dstinguidos no median a taldstrofe cuando en julio de 1811, con sus vociferaciones ddemagégieas, pedian las libertades rousseaunianas para los es- clavos que Henaban sis haciendas y para la multtud que rugia a fal eco de sus palabras. No podfan prever en aque! momento {de sublimacién espiitual que estaban abriendo las compucr- tas del alud igualtario que debta ahogarios a todot por igual No podian imaginarse que aquellos mismos esclavos siguien- do los emblemas revolucionarios de Andresote, de José Leo- aardo Chirino y det Negro Miguel, guiados ‘por eapataces, pulperos y contrabandistas y aproveehanda las libertades por ellos. inconscientemente propagadas fueran, en un arrebato de furor igualitario, a asesinar a sus mujeres, a sus hijos ¥@ ellos mismos, sembrando por todas partes ta ruina y la esolacién al propio tiempo que Ja libertad social; fandando tun gobierno popular y democratic, sin nobles y sin rieos, re- presentado por aquellos forajidos que fueron Hoves, Rovete, Suazola y Antofianzas. Si esos revolucionarios hubieran po ‘ido prever las consecuencias de sus discursos encendedores ¥y de sus poquefias rencillas, 'a Sociedad Patridtiea no se hax bia fundado y la Independencia hubiera tomado otro rumbo, pero en historia no es bueno modificar Io sucedido. ni ade- Tantar lo ocurride Observando Ia conducta de nuestros patriotas en aguellos primeros afios de ilusién y de lucha, dice José Domingo Diaz que Ta Tndependencia “hasta entonces no habla presentado todo su aspecto feroz, y era semejante a.una reunién de nifios que jugaban a gobierno’ *, En realidad era una observaciin avertada Inde Diaz Por aquellos iltimos dias del mes de junio, precursores de a Independencia, un hecho vino a demostrar la importancia que habla adquitido el pucblo caraquetio ante el Congreso. Este devidié mudarse para la Capilla de Ia Universidad of jueves 22, pues el paqueto saléa gue el Conde de San Javier hhabia puesto a la disposicién para las deiberasiones no tenfa cabida para un auditorio numeroso®, [Ea poca distancia que existia entre ta Capila y la esquina de Sociedad y la amplitud de la “barra” dentro de las sesiones de Ia Asamblea demostrahan claramente el teiunfo del Club popular *, seis Sg chee a Se ere Se yee 2 a tpMiranda, por si parte, sprovechabe Ja situacién reinante, de ‘agio a Ia nobleza y 2 los ricos, para vengarse con sus discursos ‘Gemoledores del sehorfo mantuano que habla vejado a su paidre [Jeaue, en los tiempos de sus expediciones libertadoras en Coro F Ocumare, hablan tomado parte, como ye lo hemos dicho, por Si Rey 7 ef colonialismo, Poudens, inapreciable teatigo de los (tcontecitientos que estamos relatando y enemigo declarado del {futuro Genetaisima, escribe que ‘el esteblecimiento de la So- edad Patidtica le faciits (a Miranda) fos medios de calentar Gr esplritu dul bajo pusblo; y sus discursos, junto @ las vacife- aciones de algunos individuos que le eran adictos, conteibuye- fon al éxito de sus proyectos, No dejé escapar ningena ocasién de volver odiosos a sus sdversaris ante el populacho. Compeeli- ‘ierdo también de cudnta wlilidad podia sere el poder eclesids. tico, tavo cuidade de halagar muy bien al Arzobispo y al lero; Jy wolviendo a sw provecho la conducta imprudente de las femilias poderosas, 2° formé numerosos partidarios, escogidos entre aque- Tios que estaban descontentos de las altancrias de los Mantua nos, De all, surgieron dot partidos may distintes: el partido de Miranda y ef de la alta nobleza. Pero este utimo levaba en st Jos gérmencs de la desunign ; y las miras ambiciosas de algunas de las principales familias favorecian de esta manera y sin que- etl las maniobras de Miranda, Los Toro, los Tovar, los Mon- Sila, os Ustiri, los Ribas, deseando legar a los primeros em= pleos, buscaban a suplantarse recfprocamente” ™ Per eso toda esta serie de acontecimientos vinieron a contre Duir a Ia formacién de ese mal coneepto, que, Iuego después de aquellos agitidos afos tendrfan de Ia Sociedad Patridtica sus ‘mas viejos fundadores. O'Leary, que en sus opiniones sobre acontacimientos anteriores a su legada a Venezuela era fie re- petidor de los juicios de! Libertador, decia, hablando de 1a fun- aciin del cblebre Club : "Habtase formado una sociedad pazrié= tea que, arrogindose el derecho de discutir y decidir las me- das adoptadas por el gobierno, contribula a aumentar Ins ificuleades que rodesban a los patrotas, hostiizando al partido moderado que spayaba al ejecutivo” "Bl propio Bollvar quien fue destacaa figura de Ia Sociedad no vuelve a mencionacla sms, ni una sola vez, en el resto de su existencia, ¢Querria ol vidarla? 2No serla ms bien que aquellos hombres, una vez pa- sada esa juveatud generosa y emprendedora, comprendieran que Ia Sociedad que ellos fundaran habia sido mds perjudicial que 23

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