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Tema 2 Conflictos
Tema 2 Conflictos
IUS AD BELLUM
Término usado para referirse a la rama del derecho que define las prácticas aceptables
mientras se está en guerra.
Diferenciamos entre dos conjuntos de reglas: aquellas que tienen por finalidad regular la
conducta de los beligerantes durante las hostilidades (Derecho de La Haya o
Derecho de la guerra en sentido estricto: Convenciones de 1899 y 1907 y Declaración
de San Petersburgo de 1868 y Conferencia de Bruselas de 1874 ) y aquellas otras que
están orientadas específicamente a proteger a las víctimas de la guerra –personas que
no participan en las hostilidades o que por cualquier motivo han dejado de
participar en ellas, hallándose o no en poder de la parte adversa (Derecho de
Ginebra o Derecho humanitario propiamente dicho: los Convenios de Ginebra de 1864,
1906, 1929 y 1949).
No obstante, las reglas de uno y otro tipo están tan estrechamente relacionadas entre sí
que hoy tiende a superarse esa dicotomía conociéndose el mencionado conjunto de
normas como Derecho internacional humanitario.
Como hitos determinantes en el proceso de creación de este derecho se suelen destacar:
1. En primer lugar, la publicación en 1862 de la obra “recuerdo de Solferino" del
ginebrino Henry Dunant relatando los horrores vividos en el campo de Solferino
(Lombardía, 1859), así como la formación un año después del Comité de los Cinco" que
daría origen al Comité Internacional de la Cruz Roja. La consecuencia más inmediata
fue la convocatoria por el Gobierno suizo de la Conferencia diplomática de 1864 que
concluyó con la firma del Convenio de Ginebra de 22 de agosto de 1864 para el
mejoramiento de la suerte de los militares heridos de los ejércitos en campaña. A partir
de ahí nace la Cruz Roja, cuya labor es decisiva para el desarrollo del Derecho
internacional humanitario.
2. El otro hito fundamental es la redacción, por el profesor Francis Lieber, de las
Instrucciones para los ejércitos de los Estados Unidos en campaña promulgadas en 1893
como orden general n° 100 del presidente Lincoln durante la Guerra de Secesión
norteamericana. El denominado Código de Lieber influyó de forma significativa en las
codificaciones posteriores de las leyes y costumbres de la guerra y en la aprobación de
reglamentos similares por otros Estados. Esta práctica constituyó la base del borrador de
un convenio internacional sobre las leyes y costumbre de la guerra que se presentó en la
Conferencia de Bruselas de 1874 y aunque esta Conferencia no adoptó un tratado
vinculante, gran parte del trabajo realizado sirvió en 1899 y 1907 para las convenciones
y declaraciones que se aprobaron en las Conferencias de La Haya.
Estos tratados no codificaron todos los aspectos de las costumbres de la guerra, pero se
ha destacar la importancia de la denominada «Cláusula de Martens» que se insertó por
primera vez en el Preámbulo de la Convención de La Haya (II) de 1899 en los
siguientes términos:
"Mientras aguardan que un código más completo de las leyes de la guerra pueda ser
dictado, las Altas Partes contratantes juzgan oportuno hacer constar que, en los casos
no comprendidos en las disposiciones reglamentarias adoptadas por ellas, las
poblaciones y los beligerantes quedan bajo la salvaguardia y el imperio de los
principios del derecho de gentes, tales como resultan de los usos establecidos entre las
naciones civilizadas, de las leyes de humanidad y de las exigencias de la conciencia
pública"
El criterio de humanidad y el principio de que los beligerantes no tienen un derecho
ilimitado en cuanto a la elección de los medios ha recorrido como norma clave toda la
historia del Derecho de los conflictos armados, tanto internacionales como internos,
pues no sólo se refiere a la protección de los civiles, sino también a los medios y
métodos de conducir las hostilidades. Hace del ser humano y de sus derechos
inherentes, la justa medida a la que se han de adecuar y convenir las distintas
operaciones militares. Prueba de tal principio de humanidad es el artículo 3 común a los
cuatro Convenios de Ginebra de 1949 aplicable a todo tipo de conflicto armado, tanto
internacional como interno.
ART. 3. COMÚN CONVENIOS DE GINEBRA
En tal disposición se reconoce que las personas que no participen directamente en las
hostilidades, incluso los miembros de las fuerzas armadas que hayan depuesto las armas
y las personas que hayan quedado fuera de combate por enfermedad, herida, detención o
por cualquiera otra causa, serán tratadas con humanidad, sin distinción alguna de
carácter desfavorable basada en la raza, el color, la religión o las creencias, el sexo, el
nacimiento, la fortuna, o cualquier otro criterio análogo.
En conclusión, todos los Estados han de cumplir esas normas fundamentales, hayan o
no ratificado los convenios que las estatuyen, porque constituyen “principios
intransgredibles del derecho internacional consuetudinario” (Legalidad de la amenaza y
el empleo de las armas nucleares, CIJ Reports 1996, par.79 Gran Sala del TEDH en el
asunto Kononov (STEDH de 17 de mayo de 2010, par.215). El Tribunal Penal
Internacional para la antigua Yugoslavia, de hecho afirmó que “la mayoría de las
normas de derecho internacional humanitario” tienen el carácter de normas
imperativas o de ius cogens (asunto Kupreskic y otros, sentencia del 14 de enero de
2000, asunto IT-95-16-T, par.520).