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Niveles motivacionales de la acción 1

NIVELES DE LA DIMENSIÓN MOTIVACIONAL DE LA PREVENCIÓN Y DE LA


PROMOCIÓN EN SALUD1

Luis Flórez Alarcón, Ph.D.2

RESUMEN

La labor psicológica que se realiza en el campo de la prevención y de la promoción en


salud tiene un carácter eminentemente motivacional para la modificación de
comportamientos que constituyen factores de riesgo y de protección. En nuestras
actividades profesionales esta labor se ha orientado por un modelo de trabajo al que
hemos denominado “MATICES MOTIVACIONALES DEL SENTIDO”, el cual prescribe
la planeación de acciones evaluativas e interventoras a partir de una representación de
fenómenos que acontecen a lo “largo” de las fases del proceso motivacional, y a lo
“ancho” de tres niveles de conceptualización psicológica de dicho proceso. La presente
conferencia tratará sobre estos niveles, denominados motivo, perspectiva y sentido, los
cuales, siguiendo un esquema de formulación motivacional, conducen al fomento de
acciones de afrontamiento emocional o instrumental que la persona realiza para
alcanzar metas propuestas en situaciones de prevención y de promoción.

La dimensión motivacional de un comportamiento alude a los factores


responsables de que la persona emprenda una determinada acción en alguna
situación particular y se mantenga en su ejecución hasta obtener un resultado
previsto de antemano. Comprender lo que acontece en el plano psicológico para
que la persona decida comprometerse con la realización de una determinada
acción, mantenerse en su ejecución, y llevarla hasta el logro de un resultado, exige
abordar de forma holística y molar la aproximación conceptual a la motivación de la
acción. Esto es, adoptar un abordaje que enmarca la acción motivada en el contexto
de un proceso motivacional, el cual postula la presencia de eventos hipotéticos que
se proponen como factores determinantes de la disponibilidad personal a la

1
Versión escrita de la conferencia expuesta en la 9na. Conferencia Internacional de Psicología de la Salud,
Psicosalud 2022, La Habana (Cuba), 17 de noviembre de 2022.
2
Psicólogo, Magister en Análisis Experimental de la conducta, Doctor en Psicología General Experimental.
Director de la línea de investigación sobre autodeterminación y desarrollo humano en el programa de
doctorado en Humanidades. Humanismo y Persona, de la Universidad de San Buenaventura (Bogotá-
Colombia).
Correspondencia: luisflorezalarcon@gmail.com
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ejecución de algún comportamiento, en respuesta a una situación de estímulo


particular (Palmero et al., 20023).
En el campo de la prevención y de la promoción estas acciones suelen
constituir comportamientos de afrontamiento emocional o instrumental, cuya
modificación se requiere para responder a los retos que plantea la superación de
una situación estimular de enfermedad o de salud. Los modelos cognitivo-sociales
en psicología de la salud suelen proponer diversos factores que constituyen eventos
relevantes del proceso motivacional de la acción saludable (Flórez, 2007)4. Un
modelo particular que se ha venido elaborando en nuestras actividades de
prevención y de promoción en el campo de la salud escolar (Flórez & Vélez, 20205)
aspira a superar su fundamentación en el solo carácter cognitivo de las creencias
en salud, para incluir todos los aspectos cognitivos, emocionales y de personalidad
en general que se ubican en el nivel del sentido de las actividades humanas.
A este modelo se le ha denominado “Matices Motivacionales del Sentido”
(MMMS), porque propone el nivel del sentido como aspecto rector de las actividades
motivadas del ser humano, en coordinación e interacción con el nivel de la
perspectiva, que alude al procesamiento cognitivo-afectivo de la información, y con
el nivel del motivo, que alude a las manifestaciones observables del comportamiento
que el sujeto manifiesta en sus asociaciones con la representación que se forma
acerca de la situación estimular. Estos tres niveles de análisis, presentes a lo
“ancho” del proceso motivacional, conforman una matriz de entrecruzamientos con
las fases secuenciales que se ubican a lo “largo” del proceso, tal como este proceso
es asumido por la teoría motivacional de Heckhausen sobre el rubicón de la acción6.

3
Palmero, F., Martínez-Sánchez, F. & Fernández-Abascal, E.G. (2002). El proceso motivacional. En: F.
Palmero, E.G. Fernández-Abascal, F. Martínez & M. Chóliz (Eds.), Psicología de la motivación y la emoción.
Madrid: McGraw Hill, pp. 35-55.
4
Flórez, L. (2007). Psicología social de la salud: Promoción y prevención. Colombia: Manual Moderno.
5
Flórez Alarcón, L.& Vélez Botero, H. (2020). Competencia social y salud escolar: Un modelo de trabajo
basado en el proceso motivacional humano. Colombia: Editorial el Manual Moderno S.A.S.
6
Heckhausen, J. & Heckhausen, H. (2018). Motivation and action. In: J. Heckhausen & H. Heckhausen (Eds.)
Motivation and action, Third Edition. Switzerland: Springer, pp. 1-14.
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El MMMS postula la presencia de un conjunto de fenómenos que se pueden


ubicar en esos entrecruzamientos entre las fases secuenciales y los niveles de
análisis del proceso motivacional. Se trata de fenómenos sugeridos por diversas
teorías cognitivas en el campo de la salud, por lo general de forma aislada, como
factores causales con función predictiva (Conner & Norman, 2005)7. Su importancia
radica en que el MMMS orienta hacia dichos fenómenos las metodologías de
evaluación e intervención que pueden ser aplicadas para el logro de modificación
de comportamientos de riesgo y de protección en las áreas de prevención universal,
selectiva e indicada, y de promoción de la salud. El conjunto de fenómenos asume
la estructura que se grafica en la Figura 1.

Las fases a lo largo del proceso motivacional se representan en la franja


horizontal superior de la Fig. 1: a partir de una situación estimular (E), en la que el
sujeto percibe el surgimiento de una necesidad, se inicia la secuencia conformada
por las fases de predecisión, y decisión, que integran la etapa motivacional de la

7
Conner, M. & Norman, P. (2005). Predicting health behaviour: Research and practice with social cognition
models. Second edition. UK: Open University Press.
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acción; siguiendo a la decisión, que transforma la necesidad en un motivo de acción,


(explícito o implícito) se marca un primer rubicón, simbolizado por la línea punteada
de color azul; estas fases constituyen la etapa motivacional de la acción. A la etapa
motivacional le sigue la etapa volitiva, en la que se ejecuta la decisión mediante la
realización de la acción que aproxima o consuma la meta prevista; esta etapa
integra las fases de pre-acción (en la que se realizan los planes acerca de cómo va
a ser la ejecución concreta) y de acción (en la que se ponen en práctica los planes
diseñados); allí se ubica un segundo rubicón, que simboliza la consumación de la
acción. En la post-acción se retorna a la etapa motivacional, ya que en ella se llevan
a cabo las evaluaciones que hace la persona acerca de los resultados obtenidos y
de las relaciones de causalidad entre la acción y sus efectos reales, formándose
una perspectiva de tiempo futuro acerca de la acción, que dará paso un nuevo ciclo
motivacional cuando vuelva a surgir un E demandante de la acción. El detalle de los
sucesos que acontecen en cada etapa ha sido motivo de amplias descripciones por
parte de los autores del modelo del rubicón (Achziger & Gollwitzer, 2018).8
El aspecto adicional que le agrega el MMMS a la anterior descripción de
sucesos está constituido por la propuesta de tres niveles a lo ancho del proceso
motivacional, referentes a funciones diferenciales de tipo motivacional ejercidas por
diversos fenómenos psicológicos que actúan de manera integrada en el curso de la
acción, bajo la coordinación de lo que sucede en el nivel superior, que es del sentido.
Esos tres niveles se representan en la franja vertical de la Fig. 1 y se denominan:
motivo (nivel 1), perspectiva (nivel 2) y sentido (nivel 3). Finalmente, la propuesta
del MMMS se concreta con la enunciación y la definición, tanto conceptual como
operacional, de los fenómenos que surgen en el entrecruzamiento de las fases con
los niveles del proceso motivacional; esta propuesta de nivelación tiene un
antecedente fundamental en la formulación cognitiva por niveles, diseñada por Riso
(2006)9 para orientar actividades de terapia cognitiva. Caracterizar el estado de esos
fenómenos en una situación de riesgo o de protección, mediante acciones

8
Achtziger, A. & Gollwitzer, P.M. (2018). Motivation and volition in the course of action. In: J. Heckhausen &
H. Heckhausen (Eds.) Motivation and action, Third Edition. Switzerland: Springer, pp. 487-528.
9
Riso, W. (2006). Terapia cognitiva: Fundamentos teóricos y conceptualización del caso clínico. Colombia:
Editorial Norma S.A.
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instrumentales de evaluación, es la tarea inicial sugerida por el MMMS, con la guía


de un esquema de formulación motivacional que se grafica en la Figura 2, para dar
paso, después, a la intervención motivacional de tipo preventivo o promotor.

En la Fig. 2 los tres niveles expresan el conjunto de fenómenos y de procesos


psicológicos de tipo motivacional, mediante los cuales el sujeto se representa la
situación estimular E, transformándola en una ER, o situación representada, a la cual
va a dar respuesta mediante alguna acción de afrontamiento emocional (AFRE) o
instrumental (AFRI). Para efectos descriptivos, el conjunto conformado por los tres
niveles puede denominarse como el bloque motivacional, y se presenta en la Fig. 2
encerrado por el cuadro de línea gruesa, mediador entre el E y el afrontamiento. El
lugar de partida en el análisis del bloque motivacional es E R, punto que refleja la
representación inicial de E y los demás fenómenos que se enunciaron antes en la
Fig. 1, en el primer recuadro del plano correspondiente al nivel del motivo.
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Pero ningún fenómeno psicológico superior funciona de forma aislada de los


demás; ese es un principio epistemológico y metodológico fundamental del enfoque
histórico cultural de la psicología (Cubero & Rubio, 2005)10, en cuyos lineamientos
teóricos se inscribe la propuesta motivacional del MMMS. Por otra parte, el
funcionamiento sinérgico de todos los fenómenos y procesos psicológicos se
expresa a través de la actividad del sujeto, en este caso representada por las
acciones de AFRE y de AFRI que sobrevienen a continuación del bloque
motivacional. Las líneas punteadas de color rojo en la Fig. 2 simbolizan esa
interacción entre los tres niveles, cuyos efectos convergen en ER; por esta razón, la
descripción y el análisis de los fenómenos descritos en el nivel 1 debe realizarse
simultáneamente con el de los fenómenos del nivel 2 y del nivel 3.
Esa simultaneidad se propone que sucede, en concreto, entre los fenómenos
descritos en los siete recuadros del nivel 1 (motivo) en la Fig. 1, todo el conjunto de
esquemas cognitivo afectivos de procesamiento de información descritos en el nivel
2 (perspectiva), y los siete recuadros, correspondientes a los matices del sentido,
descritos en el nivel 3 (sentido). De esta forma, para efectos de un análisis
aproximado, la operación unitaria del proceso motivacional a lo largo de las fases
por las que transcurre el desarrollo de la acción puede ser descrita en los siguientes
términos:
1) La representación ER, que el sujeto se forma de E, es un fenómeno senso-
perceptual presente en el nivel 1, del motivo, fenómeno que, conceptualizado como
necesidad, da origen a una tendencia (actitud) emocional y comportamental que
marca, de entrada, una orientación hacia el tipo de acciones que el sujeto puede
realizar en búsqueda de soluciones, conforme a sus expectativas de reforzamiento
(consecuencias positivas inmediatas en el presente de la ejecución de una acción)
y de resultado (logros esperados a mediano y largo plazo con esa y otras acciones).
Dichas expectativas las establece el sujeto, en coherencia con razones
simbólicas de utilidad presentes en el nivel 3, matiz utilitario en el sentido de una

10
Cubero-Pérez, M. & Rubio-Martín, D. (2005). Psicología histórico- cultural y naturaleza del psiquismo. En:
M. Cubero (Ed.). Vygotsky en la psicología contemporánea: Cultura, mente y contexto. Argentina: Miño y
Dávila, pp. 21-42.
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acción. Las razones operan a través del procesamiento de información cognitiva y


afectiva realizado con el apoyo semiótico de signos del lenguaje y de otros
artefactos, cuyo análisis semiológico y lógico conduce a la detección de los
fenómenos presentes en el nivel 2, nivel de la perspectiva (esta descripción del nivel
2 se repite para todos los siete recuadros descritos en los niveles 1 y 3 en la Fig. 1).
Algunas formas usuales de operación que se detectan en la exploración del nivel 2
son los pensamientos automáticos (PA, Fig. 2), las distorsiones cognitivas (DC, Fig.
2), los sesgos, los heurísticos, las impresiones, los juicios, las vivencias y otros
procesos que la teoría de la perspectiva (Kahneman, 2012)11 incluye en el análisis
de la racionalidad latente que subyace a la toma de decisiones; de ahí la
denominación de “perspectiva” dada al nivel 2.
2) La capacidad que el sujeto se atribuye para agenciar eficazmente la
realización de una acción está en relación directa con sus expectativas de
autoeficacia (a mayor confianza en sus capacidades, mayor probabilidad percibida
de agencia), e inversa con sus expectativas de costo y dificultad de la acción (a
mayor costo o dificultad, menor probabilidad percibida de agencia). Estas
expectativas se forman en el nivel 3, conforme a un matiz de control en el sentido
de la acción, que se expresa a través de razones sobre la capacidad de agencia y
las facilidades requeridas para actuar, que impactan la percepción de autoeficacia
y de costo ante la acción particular contemplada en el nivel 1.
3) La influencia social es un importante determinante de la disponibilidad para
la acción. Esta influencia se procesa conforme a un matiz de pertenencia en el
sentido, que se expresa en el nivel 3 mediante las razones del sujeto para asumir
alguna posición frente a la influencia social, la cual puede impactar favorablemente
en el nivel 1 el curso de la acción, si se trata de una influencia de soporte, u
obstaculizarla, si es una influencia de presión contraria a la acción.
4) La decisión de actuar constituye un paso de gran importancia en el curso
del proceso motivacional de una acción, pues transforma la intención latente, que
se comienza a expresar desde la percepción de la necesidad, en una intención
explícita que convierte esa necesidad en una motivación del sujeto. Dicha decisión

11
Kahneman, D. (2012). Pensar rápido, pensar despacio. Barcelona: Random House Mondadori, S.A.
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obedece a un matiz de valor en el sentido de la acción, matiz que condensa lo que


González Rey (2009)12 denomina “sentido subjetivo”. Las razones incorporadas al
matiz de valor son diversas en las teorías acerca del sentido; por ejemplo, Frankl
(2000)13, autor de la logoteoría, alude a valores actitudinales, de experiencia y de
creación. Estas razones, surgidas en el nivel 3, impactan sobre fenómenos básicos
del nivel 1, como son, de acuerdo con la teoría de autodeterminación (Ryan & Deci,
2017)14, la relación entre la motivación autónoma y la motivación controlada; pero
también otros fenómenos como el balance decisional, que contrapone los beneficios
contra los costos de la acción, aspecto crucial de acuerdo con las posiciones
clásicas de la racionalidad económica; y, también, el juicio moral que lleva al sujeto
a comprometerse, o no, con la realización de alguna acción.
En este punto concluye la etapa propiamente motivacional de la acción
(Achziger & Gollwitzer, 2018, Op Cit.), etapa fundamental de autodeterminación,
para dar paso a la etapa volitiva, relacionada con la ejecución práctica de la
intención expresada en la decisión, etapa de autorregulación y autocontrol de la
acción (Flórez & Vélez, 2020, Op Cit.). Por supuesto, en las fases de esta etapa
volitiva también ocurren fenómenos que tocan con el proceso motivacional,
entendido como disponibilidad del sujeto para mantenerse en la ejecución de la
acción, como son los que siguen:
5) La intención global de actuar requiere la formación de planes específicos
del tipo si-entonces (if-then, Achziger & Gollwitzer, 2018, Op Cit.) que orienten la
práctica concreta durante la ejecución de la acción. Esos planes constituyen
razones con un matiz de coherencia que surge en el nivel 3 sobre el sentido de la
acción, con impacto directo sobre las intenciones específicas de implementación de
la acción (qué, cuándo, cómo, dónde, cuánto, etc.) en el nivel 1, planes requeridos
para mantener la acción ante cambios circunstanciales del medio externo o interno.

12
González-Rey, F.L. (2009). Las categorías de sentido, sentido personal y sentido subjetivo en una perspectiva
histórico-cultural: Un camino hacia una nueva definición de subjetividad. Universitas Psychologica, 9(1), 241-
253.
13
Frankl, V.E. (2000). En el principio era el sentido: Reflexiones en torno al ser humano. Barcelona: Ediciones
Paidós Ibérica.
14
Ryan, R.M. & Deci, E.L. (2017). Self-Determination Theory: Basic Psychological Needs in Motivation,
Development and Wellness. New York: The Guilford Press.
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6) La práctica real de la acción y sus consecuencias en el aquí y el ahora


constituyen la base para que el sujeto evalúe sus avances en el logro de la meta
propuesta, conforme a criterios dictados por un matiz de realidad presente en el
nivel 3 del sentido, que obedecen a las razones del sujeto para considerar que la
acción es, o no, eficaz en términos de aproximarlo a la consumación del resultado
esperado. Estas razones impactan la autorregulación del comportamiento, en el
nivel 1 del motivo, mediante el seguimiento de una orientación de acción guiada por
las intenciones de implementación elaboradas previamente, en contraposición a
una orientación de estado guiada por otros criterios diferentes a los ya adoptados,
sobre todo los basados en emociones transitorias, lo cual es esencial en la
regulación hacia el éxito final de la actividad (Kuhl, 2018)15.
7) Una vez finalizada la acción, termina la etapa volitiva y aparece otro rubicón
que marca el inicio, en la post-acción, de una nueva fase motivacional en la que el
sujeto hace atribuciones acerca de la relación entre su comportamiento y el
resultado obtenido, basado en razones matizadas por un sentido interno-externo de
causalidad del logro en el nivel 3 (locus de causalidad, Ryan & Deci, 2018, Op Cit.).
Las atribuciones causales acerca del logro conducen, en el nivel 1, a la formación
de una perspectiva de tiempo futuro acerca del potencial de la acción como medio
para la obtención de resultados. Esta perspectiva, surgida de la evaluación que el
sujeto hace de la experiencia vivida, estará en la base de las percepciones que
guiarán la disponibilidad para volver a actuar en el futuro, cuando reaparezca la
situación estimular y se reinicie un nuevo ciclo del proceso motivacional.

Conclusiones.

El MMMS propone una alternativa conceptual que recoge diversos significados


dados en la literatura psicológica a la noción de sentido y los concreta en siete
clases, denominadas “matices del sentido”. Se trata de los matices de utilidad,
control, pertenencia, valor, coherencia, realidad presente, y tiempo futuro. Las fases

15
Kuhl, J. (2018). Individual differences in self-regulation. In: J. Heckhausen & H. Heckhausen (Eds.)
Motivation and action, Third Edition. Switzerland: Springer, pp. 529-577.
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a lo largo del proceso motivacional, que abarcan el curso de la autodeterminación,


la autorregulación y el autocontrol de la acción, constituyen el marco para la
proposición de estos matices (Flórez-Alarcón, 2018)16.
Del MMMS surge un esquema de formulación motivacional que orienta la
caracterización de un conjunto de fenómenos cognitivos, emocionales y vivenciales,
cuyo estado se pondera como un bloque integrado y único, o sistema de
interacciones entre tres niveles diferentes en los que opera la estructura
motivacional. Se propone el nivel del sentido, en el que operan diversas razones
presentes en cada uno de sus matices, como plano rector del funcionamiento de
esta estructura. Sus directrices permean lo que acontece en los otros dos niveles:
a) El nivel de la perspectiva, plano referente al procesamiento de la información
cognitiva y afectiva que subyace a la toma de decisiones; y, b) el nivel del motivo,
plano que conduce a la observación de las manifestaciones concretas de la
situación estimular, del pensamiento, de las emociones y del comportamiento, y al
establecimiento de sus interacciones y asociaciones, tanto en la realidad objetiva
accesible al observador externo, como en la realidad subjetiva presente en el
discurso del sujeto acerca de sus vivencias.
Los fenómenos que conforman la estructura motivacional se constituyen en el
objetivo de la intervención motivacional en el campo de la salud (Flórez-Alarcón et
al., 2014)17; la descripción y el análisis de dicha modalidad de intervención rebasan
el alcance de la presente conferencia. Las aplicaciones del MMMS y su evaluación
se han realizado principalmente en el campo de la salud escolar (Flórez & Vélez,
2020, Op Cit.).

16
Flórez-Alarcón, L. (2018). La intencionalidad de la acción en el proceso motivacional humano. Psychologia,
Avances de la Disciplina, 12(2), 115-135.
17
Flórez-Alarcón, L., Vélez-Botero, H. & Rojas-Russell, M. (2014). Intervención motivacional en psicología de
la salud: Revisión de sus fundamentos conceptuales, definición, evolución y estado actual. Psychologia,
Avances de la Disciplina, 8(2), 49-61.

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