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Si hay magia… 2nda parte

Lupita pensó…aquí también hay magia.


¿Cómo era posible que el viaje de su querido ser coincidiera con las recientes inquietudes
medioambientales?
Sobre todo, cuando la idea de buscar soluciones tecnológicas se hallaba en el estudio de
nuestro pasado. No cabe duda que la historia nos sigue dando grandes lecciones.
Mientras disfrutaba de oír, otras aventuras por aquellos lares, Lupita escuchó la palabra
leyenda.
Sus ojos se abrieron de manera estrepitosa y le dijo:
Cuando me dices la palabra leyenda, abuelito, siempre se me viene a la mente cuentos
sobre seres tenebrosos, eventos sobrenaturales y la llorona, pero también personas que
han sido leyendas en sus ámbitos. Por ejemplo, una leyenda mexicana de la lucha libre
fue y sigue siendo, Santo el enmascarado de plata. A estos hombres son a los que me
refiero con la “etiqueta” de leyenda.
Así hay muchos otros que pasaron a la historia por sus acciones o hechos extraordinarios.
Déjame, abuelito querido, ahora yo te cuento sobre la leyenda del padre Juan Ugarte.
Entre 1701 y 1703, este jesuita trabajó incesantemente para restituir la edificación de la
misión de San Francisco Javier al suroeste de Loreto, Baja California Sur, la cual fue
abandonada después de un ataque por indígenas hostiles. Una vez allí él, junto con los
nativos, quienes poco a poco regresaron a las labores de la misión, levantaron de nuevo
ese lugar.
Se dice que sus compañeros jesuitas le proponían abandonar California, pero él
arrodillándose ante la virgen de Loreto, prometió que jamás dejaría su puesto.
En San Javier construyó represas y canales para riego; sembró cereales, plantó árboles
frutales y vides. La misión era autosuficiente e incluso introdujo la ganadería, bajo su
dirección construyeron el templo, casas, un hospital y escuelas.
Se cuenta que un día les preguntó a los nativos, que quién era su mejor luchador y una
vez identificado, le tomó del brazo y apretó tan fuerte, pero tan fuerte hasta que gritó de
dolor. En otra ocasión se topó con un chimbiká, un peligroso felino de la montaña. Ugarte
lo mató de una pedrada; los cochimíes lo admiraron y respetaron por estos hechos.
Aunque ahorita, en esta época abuelito, creo que se le llamaría bullying y cazador de
especies endémicas, pero bueno, eran otros tiempos.
En 1717 Ugarte se convirtió en superior de la Misión de California, continuando infatigable
la fundación de las misiones. Fue un gran intelectual y catedrático, dedicó 30 años de su
vida a los nativos californianos, hasta su muerte el 29 de diciembre de 1730, por su obra
fue llamado “Apóstol, padre y atlante de California”
Catorce años después de su muerte el padre Miguel del Barco inició la construcción del
actual templo de San Francisco Javier, la cual concluyó en 1758, allí descansan los restos
del legendario padre Ugarte.
La vida es redondita Lupita. Fíjate todo lo que podemos aprender de nuestras
coincidencias.
Las diferentes soluciones que nos da el estudio de edificaciones “viejas” como mal las
llaman, la adaptación del hombre, su ingenio para sobrevivir y crear en geografía agreste
y aun reconocer el espíritu emprendedor de una o varias personas.
Ah, que gusto platicar contigo, mi Lupita.
¿Continuamos?

Bibliografía

Remolia Tere, Rubistein Becky y Suárez Isabel. Leyendas de todo México. México, Ed.
Selector, 2017, p. 21.

Imagen recuperada:
https://mexicana.cultura.gob.mx/es/repositorio/detalle?
id=_suri:MNV:TransObject:5bce8af67a8a02074f834558

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