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MODULO IV

FACTORES CRIMINOGENOS

1. OBJETIVO GENERAL

1.1. Identificar los distintos factores criminógenos y su interacción en la criminogénesis.

2. OBJETIVOS ESPECIFICOS

2.1. Conocer los factores criminógenos endógenos y exógenos.


2.2. Identificar como los factores exógenos influyen o contribuyen en la conducta delictiva.
2.3. Identificar Causa y Móvil criminógeno que conducen a la conducta delictiva.

3. CONTENIDO DEL MODULO

3.1 GENERALIDADES

Cuando hablamos de los factores criminógenos debemos tomar en cuenta que es la


integración de todos los conocimientos que proporcionan las ciencias en auxilio de la
investigación criminológica: Biología, sociología, psicología, psiquiatría, victimología,
derecho, demografía, estadística, entre otras.
Se reúnen para dar respuesta a los factores que conducen a la criminalidad y/o
antisocialidad.
El estudio de los factores causales de la criminalidad surge como medida para poder
establecer adecuadamente la prevención, que se llevará a cabo conociendo las causas de
origen personal y las causas de origen social.
La delincuencia es una forma de inadaptación social y al producirse esa anomalía se da un
desafío la misma sociedad y a su normativa de convivencia. Los hechos y condiciones que
conducen a la delincuencia son múltiples, de ahí que podemos afirmar que la delincuencia
tiene un origen poliforme (Jiménez, 2005: 215-261).
La delincuencia es una situación asocial de la conducta humana y en el fondo una ruptura
de la posibilidad normal de la relación interpersonal. El delincuente no nace, como
pretendía Lombroso según sus teorías antropométricas o algunos criminólogos

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constitucionalistas germanos; el delincuente es un producto del genotipo humano que se


ha maleado por una ambientosis familiar y social. Puede considerarse al delincuente más
bien que un psicópata un sociópata. Para llegar a esa sociopatía se parte de una
inadaptación familiar, escolar o social (Izquierdo, 1999: 45).
Friedlander (1951) señala la existencia de un estado de delincuencia latente; añade que la
base de esa latencia es lo que se denomina el carácter antisocial que se ha formado en el
menor a través de sus primeras relaciones. El autor considera que, aunque el menor llegue
al periodo de latencia con esa formación caracterológica antisocial o susceptibilidad, no
necesariamente se hará manifiesta la conducta delictiva, dependerá más bien de los
diversos agentes que influyan en el desarrollo del joven. Destacan las malas compañías, el
trabajo inadecuado, el deambular callejero y la desocupación como factores secundarios
que, aunque no son determinantes, pueden provocar la delincuencia si existe previamente
esa susceptibilidad o carácter antisocial ya mencionados. Una realidad social frustrante o
una familia excesivamente indulgente, o bien, un entorno delictivo, serían algunos de los
aspectos de mayor importancia para que el joven adopte un estilo de vida delictivo. La
actitud reiterativa y moralizante de los padres y las instituciones ante ciertas actividades del
chico le llevarían a tener una identificación negativa. Facilitarían también la evolución
delictiva, la marginación y el poco contacto que el adolescente podría mantener con la
llamada sociedad normal.
Winnicott (1971) vinculó la delincuencia con “la falta de vida hogareña”, y en función de la
problemática familiar, “el menor antisocial... apela a la sociedad en lugar de recurrir a la
propia familia o a la escuela, para que le proporcione la estabilidad que necesita, a fin de
superar las primeras y muy esenciales etapas de su crecimiento emocional”. En este sentido
podemos pensar en la importancia de la desestructuración familiar y en la falta de
organización de las escuelas como el origen de la delincuencia juvenil.
Datos obtenidos de varios reformatorios ingleses hacen una extensa relación sobre las
circunstancias sociales, económicas y familiares, con su íntima conexión con la delincuencia
(West, 1969). Reid (1979) dijo que “debemos recordar que los menores que odian son los
hijos del abandono, éstos han sido crónicamente traumatizados por la reiterada frustración
de muchas de sus necesidades básicas”.

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En México, un estudio (Jiménez, 2007: 255) realizado en centros de Prevención y


Rehabilitación Social, intentó hacer una tipología desde la Sociología, acentuando el
etiquetamiento y exclusión de aquellos jóvenes pertenecientes a ciertos sectores de la
sociedad. Así, la génesis de las personalidades delictivas ha de buscarse en las primeras
relaciones. Es obvio que existen una serie de determinantes ambientales frustrantes, que
servirán de espoleta provocando actitudes y comportamientos delictivos. Creemos que esto
no se producirá sólo en aquellos menores con una formación caracterológica antisocial o
delincuente latente. Pensamos que, aparte de aquellos casos en los que exista esa etiología
predisponente, la problemática psicológica que atraviesa el adolescente puede por sí misma
hacerle vulnerable a cometer conductas delictivas. Si el adolescente tiene rasgos
psicopáticos de comportamiento (sin entrar a discutir el término de psicopatía), si se
encuentra ante una problemática compleja (como es la crisis de identidad), y si a todo esto
añadimos una conflictividad familiar y un entorno agresivo y perturbado (como hemos
destacado en las anteriores reseñas de autores) resultará sumamente fácil que el
adolescente no pueda contenerse dentro de ese mundo de ansiedad y necesite actuar
convirtiéndose en delincuente. Esto explicaría, en parte, el desmesurado aumento de la
delincuencia juvenil que se ha producido en nuestra sociedad, sobre todo en macro
ciudades como Guadalajara, Ciudad de México, Sao Paulo, Caracas, Buenos Aires, Santiago
de Chile, etc. donde la inmigración y la pérdida de identidad cultural, el asentamiento
irregular, paracaidismo (asentamientos humanos espontáneos) y la consiguiente dificultad
para la convivencia familiar, el desempleo, la despersonalización, los conflictos vecinales,
etcétera, constituyen un caldo de cultivo idóneo para la aparición de conductas disociales
en una gran parte de adolescentes, que se ven incapaces de elaborar su propia y normal
problemática, al mismo tiempo que se enfrentan a un ambiente hostil.
De modo general: falta de empleo, vivienda, salarios insuficientes, inestabilidad laboral,
educación deficiente, crisis en los partidos políticos y formas de gobierno, su corrupción y
cada vez más notoria impunidad, abuso de poder, falta de oportunidades, entre tantos.

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3.2 CONCEPTOS OPERACIONALES

Los conceptos operacionales de orden explicativo tienen una importancia fundamental,


porque son un punto de partida en la utilización del lenguaje criminológico, sobre todo es
importante poder distinguir:
factor criminógeno
causa criminógena
móvil criminógeno
índice criminológico.

CAUSA CRIMINÓGENA
Se entiende, de acuerdo con la definición de Naciones Unidas, "la condición necesaria sin la
cual un cierto comportamiento no se habría jamás manifestado".
Para SELLIN se entiende por causas del delito solamente los antecedentes o condiciones
necesarias de la conducta delictiva.
Para CALDWELL causa significa las condiciones antecedentes suficientes y necesarias para
la producción de un determinado fenómeno.
PELÁEZ es partidario de usar el concepto "condición", que implica multiplicidad de causas.
Von HENTIG entiende por CAUSA un agente que determina, por su incidencia, la aparición
de una nueva fuerza o de un nuevo objeto; una causa precede al efecto y es invariablemente
seguida por el efecto.
La utilización del término CAUSA en Criminología, supone que se ha individualizado la
relación entre el objeto y el efecto de una manera cierta. La causa criminógena tiene
forzosamente un efecto, el efecto de la causa criminógena es la conducta antisocial, toda
conducta antisocial tiene una causa, si no existe esa causa no tendremos la conducta, lo que
interesa en Criminología es demostrar que determinada conducta criminal fue causada
directamente, específicamente por determinada causa; ejemplifico: un sujeto mata a otro
estando drogado,¿ el estar drogado es la causa de que lo haya matado? sí, siempre y cuando
se pruebe que, de no haber estado drogado no lo hubiera matado, ahora aquí estamos en
lo que verdaderamente es criminología clínica, buscar cadenas causales, porque la causa de
lo ilícito, la causa de la conducta antisocial de éste sujeto, es que haya estado drogado, pero

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hay que ver qué y por qué causa se droga este fulano, porque a nosotros nos interesa más
atacar las primeras causas, las más remotas, que las inmediatas.
El esquema de que partiríamos sería el siguiente:

CAUSA EFECTO

Si se da la causa se da el efecto, si quitamos la causa no se dará el efecto.


El esquema se nos complica por el hecho de que la conducta criminal es producto no de
una, sino de múltiples causas, relacionadas entre sí, dependientes unas de otras, en un
juego complejo y nada fácil de descifrar.

El esquema resultante sería el siguiente:

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Para el Criminólogo es importante conocer las causas, se buscan cadenas causales; es decir,
las condiciones que llevaron al sujeto a realizar un comportamiento antisocial. Se buscan
éstas para poder eliminarlas por completo y si no por completo, pues tratar de que queden
desahogadas, pero no manifestándose en conductas antisociales.
Esto tiene base en la Profilaxis Criminal del médico italiano BENIGNO DI TULLIO quien tomó
el concepto “Profilaxis” y le dio un enfoque médico-criminológico para hacer hincapié en
conocer las causas y eliminarlas o limitarlas.
Esta labor se realiza por medio de la Criminología Clínica a través de la Criminología
Etiológica-Multifactorial y de la Criminología del Desarrollo, y no es un trabajo sencillo, hay
que darle seguimiento al sujeto y conocerlo a profundidad.

ÍNDICE CRIMINOLÓGICO
Índice es el indicio o señal de una cosa, en nuestro campo es el indicador de ciertos aspectos
diferenciales.
El índice criminológico es un signo o síntoma que permite un diagnóstico criminológico.
El índice tiene una importancia clínica, pero no tiene necesariamente un valor etiológico.
La conducta antisocial es un índice, un indicador de la personalidad del sujeto estudiado,
pero no representa la personalidad en sí, y, en nuestra opinión, el crimen no es
forzosamente demostrativo de la peligrosidad criminal de un individuo.

MÓVIL CRIMINÓGENO
Otro concepto es el del móvil; por móvil se entenderá aquello de naturaleza interna que ha
llevado al sujeto a cometer una conducta antisocial. En español, móvil es lo que mueve
material o moralmente una cosa; en Criminología se acepta exclusivamente en su segunda
forma, es decir, la moral. Para ejemplificar, podríamos pensar en un homicidio pasional cuyo
móvil fueron los celos, o en un robo cuyo móvil lo fuera la ambición.

EL FACTOR CRIMINÓGENO
Por factor criminógeno entenderemos todo aquello que favorece a la comisión de
conductas antisociales.
Para Mayorca es "un estímulo endógeno, exógeno o mixto que concurre a la formación
del fenómeno criminal".

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López Rey dice que etimológicamente "factor" significa el que hace algo por sí o en nombre
de otro, y que, en sentido figurado, representa todo elemento que contribuye o concurre a
un determinado resultado.
Para Pinatel, "se debe entender por Factor Criminógeno, todo elemento objetivo que
interviene en la producción del fenómeno criminal”.

3.3 CLASIFICACION

Los factores criminógenos son los elementos que, en conjunto, favorecen a un determinado
resultado antisocial.
Los factores criminógenos pueden dividirse en dos: factores exógenos y factores
endógenos, cualquier libro de Criminología que se consulte en alguna de sus partes es un
tratado de factores criminógenos.
Los factores exógenos son todos aquellos que se producen, como su nombre lo indica, fuera
del individuo; podríamos decir que son los que vienen de fuera hacia adentro.
Los factores endógenos, por el contrario, son aquellos que están dentro del individuo y que
van en el fenómeno criminal de dentro hacia afuera.

Los factores exógenos son, por ejemplo, aquellos que Ferri llamó telúricos; estamos
refiriéndonos aquí ya a factores físicos; la temperatura que tiene una influencia directa
sobre la criminalidad y el tipo de la criminalidad; la lluvia, la precipitación pluvial, y para
algunos autores los cambios en las fases lunares, además de los fenómenos físicos en
general, terremotos, temblores, ciclones, etc.
Tenemos factores sociales, por ejemplo, la familia, el barrio donde se vive; si la familia está
integrada o desintegrada, cuántos hijos tiene la familia, la pandilla, con la que el sujeto se
reúne, la clase social a la que pertenezca, etc.
Por el contrario, tendríamos los factores endógenos, los que en individuo lleva dentro de sí,
también a manera de ejemplificación podríamos mencionar la herencia, el factor
cromosómico, el factor neuronal, el factor endocrino una enfermedad tóxico-infecciosa en
el sujeto que lo impulse hacia la criminalidad, los períodos menstruales en las mujeres, etc.

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3.4 INFLUENCIA DE LOS FACTORES EN LA CRIMINALIDAD:

Los factores criminógenos son los elementos que en conjunto, favorecen a un determinado
resultado antisocial. Lo constituyen factores endógenos y exógenos. Se toman de la
generalidad. Los factores que de acuerdo con el Psicólogo FRANK GELDARD:

· Sociales. Pobreza, condiciones de vida estresante, carencia en el hogar, desorganización


social, multitud;

· Familiares. Padres inmaduros, perturbados mentales, criminales o abusivos, pleitos


matrimoniales graves, disciplina infantil deficiente, patrones desordenados de
comunicación familiar;

· Psicológicos. Estrés, poca inteligencia, falta de control o dominio; y

· Biológicos. Defectos genéticos, cuidado prenatal deficiente (drogas, mal alimentación),


enfermedad o incapacidad (síndrome Down, retraso mental), etc.

La necesidad obligada de que se estudien los factores en sus orígenes internos y en sus
orígenes externos tiene base fundamental para la obtención de resultados completos de lo
que da lugar a las conductas antisociales.
Así, DURKHEIM distingue dos seres inseparables; uno, formado por nuestros estados
mentales; y el otro, formado por nuestros grupos sociales.

Los factores causales de la antisocialidad comprenden los factores endógenos y exógenos,


que se pueden considerar como mecanismos de presión criminógena.
Al hacer hincapié en los factores endógenos “y” exógenos, y poner la letra “y” entre estos,
significa que los términos están estrechamente unidos; y que darán como total, lo que
resulte de la suma de ambos. Estos dos factores no se forman por separado, uno es parte
de su estructura hereditaria y mental, que lo forma desde adentro y de la estructura de su

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ambiente, que lo forma desde fuera. Es importante descubrir uno a uno de estos factores
que llevan al desorden mental.
Parafraseando a LOMBROSO, si consideramos al ser humano en su tendencia al delito,
observamos que depende de su organización, de la educación que ha recibido y de las
circunstancias que lo rodean, y no hay algún problema en admitir la interrelación entre
factores ambientales y factores endógenos.
Para hacer una prevención de la antisocialidad es necesario conocer las causas individuales
y sociales de ésta, para hacer más fácil la comprensión de este tema.

4. LECTURAS Y REVISIONES OBLIGATORIAS


Hikal, W. (2009). Factores criminógenos exógenos (1st ed.). Nuevo León. Recuperado:
https://cienciaspenales.files.wordpress.com/2009/07/hikal.pdf

5. REFERENCIAS:
GELDARD, Frank A., Fundamentos de Psicología, 10ª reimpresión, Editorial Trillas,
México,
1979.
V. DURKHEIM, Émile, Educación y Sociología, Ediciones Península, Barcelona, 2003.

Hikal, W. (2015), Criminología etiológica-multifactorial. Los factores criminógenos,


2da. ed., México, Flores editor y distribuidor.

Rodriguez Manzanera L. Criminología, 2da. Edición 1981. Editorial Porrua México.

LOMBROSO, César, Aplicaciones judiciales y médicas de la Antropología Criminal, La


España Moderna, Madrid.

BERNAT-NOËL TIFFON NONIS, Manual de Consultoría en Psicología y Psicopatología


Clínica, Legal, Jurídica, Criminal y Forense. Bosch Editor. España, 2008.

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