El Gobierno tomo la decisión de participar en las elecciones
prefecturales de sus propios candidatos o apagando a otros para no perder el control de los administradores departamentales.
El gobierno corre el riesgo de que después de las elecciones
del 12 de agosto, si gana algunas prefecturas tenga en frente proclives a enguerrillarse con su gestión. Por eso se hace necesario garantizar gobiernos regionales que comulgen con el poder central.
Porque hasta ahora los departamentos (Prefectos) son los
brazos políticos del poder ejecutivo, en cada región, pero con la elección estas autoridades a través del voto directo el gobierno pierde esa potestad e incluso existe el temor de que algunos sean totalmente contrarios a la administración gubernamental.
La elección democrática de prefectos no puede ser concebida
sino estar acompañada del mecanismo de autonomía que define competencia generación de recursos y elementos administrativos que convierten al prefecto en una autoridad con poder regional.
Y además estos hechos y acciones tienen que adecuarse a la
sociedad propuestos para llevar adelante dichos desafios que poco a poco.