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Job

Job, antítesis del Génesis


Para Adán el castigo es la muerte. Para Job lo es la vida.
Castigo
Job 3: Reescritura del
relato de la creación
en el Génesis
Job 3: Reescritura del relato de
la creaciòn en el Gènesis

Cuando maldice el día en que nació –Muera el día en que fui engendrado– está
maldiciendo el día primero de la creación que debería desaparecer junto con todo
lo creado.
Job 3: Reescritura del relato de
la creaciòn en el Gènesis

Cuando desea que el día de su nacimiento «sea oscuridad», (3,4) y que la noche
de su concepción «espere luz, y no la haya», está negando las primeras palabras
de la creación: «‘haya luz’ y hubo luz» (yehî ́ôr, Génesis 1,3).
Job 3: Reescritura del relato de
la creaciòn en el Gènesis

Cuando exige que se borre del calendario la fecha de su nacimiento, está pidiendo
que el cosmos retorne al Caos, el universo a su estadio inicial, sin sol, luna ni
estrellas que marquen el curso de los días.
Job 3: Reescritura del relato de
la creaciòn en el Gènesis

Cuando implora que la noche de su concepción sea declarada maldita como el


Océano donde mora el Leviatán, está maldiciendo la creación dominada por el
Caos abismal (3,7). «Las puertas del vientre» nunca deberían haberse abierto para
el feto que fue Job, como tampoco las «pupilas de la aurora» en la noche de la
creación (3,9-10).
Caos primordial
Caos primordial
El Génesis no dejaba espacio para el Caos, pues todo era cosmo, armonía y
belleza. En el mejor de los mundos posibles el hombre creado varón y mujer era
«muy bueno y hermoso»
Caos primordial

En Job, por el contrario, el mundo está lejos de ser perfecto y Caos reina
omnipresente con sus monstruos primordiales y apocalípticos, el Leviatán,
Behemot o Rahab.
División y contenido
El poema del capítulo 3 avanza en tres estrofas (1-10, 11-19 y 20-26),
desde el pasado al futuro –el nacimiento y la muerte–, para centrarse en
el presente de sus desgracias y padecimientos.
Serie de
metáforas
entrelazadas
1. Luz y tinieblas
2. Día y noche
3. Vida y muerte
4. Nacimiento y tumba
5. Orden y caos
6. Conocimiento y misterio
Maldiciones
1. «Que perezca el día en que fui concebido y la noche en que se anunció: “¡Ha
nacido un niño!”
2. Que ese día se vuelva oscuridad; que Dios en lo alto no lo tome en cuenta; que no
brille en él ninguna luz.
3. Que las tinieblas y las más pesadas sombras vuelvan a reclamarlo; Que una nube
lo cubra con su sombra; que la oscuridad domine su esplendor.
4. Que densas tinieblas caigan sobre esa noche; que no sea contada entre los días
del año, ni registrada en ninguno de los meses.
5. Que permanezca estéril esa noche; que no haya en ella gritos de alegría.
6. Que maldigan ese día los que profieren maldiciones, los expertos en provocar a
Leviatán.
7. Que se oscurezcan sus estrellas matutinas; que en vano esperen la luz del día, y
que no vean los primeros rayos de la aurora. Pues no cerró el vientre de mi madre
ni evitó que mis ojos vieran tanta miseria.
1. «Que perezca el día en que fui concebido y la noche en que se anunció: “¡Ha
nacido un niño!”
2. Que ese día se vuelva oscuridad; que Dios en lo alto no lo tome en cuenta; que no
brille en él ninguna luz.
3. Que las tinieblas y las más pesadas sombras vuelvan a reclamarlo; Que una nube
lo cubra con su sombra; que la oscuridad domine su esplendor.
4. Que densas tinieblas caigan sobre esa noche; que no sea contada entre los días
del año, ni registrada en ninguno de los meses.
5. Que permanezca estéril esa noche; que no haya en ella gritos de alegría.
6. Que maldigan ese día los que profieren maldiciones, los expertos en provocar a
Leviatán.
7. Que se oscurezcan sus estrellas matutinas; que en vano esperen la luz del día, y
que no vean los primeros rayos de la aurora. Pues no cerró el vientre de mi madre
ni evitó que mis ojos vieran tanta miseria.
El Satán y la
Serpiente del
Edén
1. La Serpiente del Génesis
tentaba al hombre y a la
mujer, el Satán reta al
mismo Dios
El Satán y la Serpiente del Edén

Se pasea por la tierra como Dios lo hacía por el jardín del paraíso
El Satán y la Serpiente del
Edén

Job acusa a Dios de destruirlo, como si él fuera el


Adán primero, modelado de barro con las manos
divinas: Me hicieron tus manos; me modelaron /
ahora me destruyes en redondo (10,8).
Shabat en Job
Yahvé descansa el día séptimo,
fundando así la institución del sábado,
el Sabbat, la fiesta semanal israelita
dedicada al descanso. Job desea el
descanso final, el de la muerte: No
existiría, sería aborto enterrado /
criatura que jamás vio la luz.
Habla del reposo utilizando numerosos sinónimos,
pero nunca el término específico de «descanso»,
šabbat, característico del Génesis.

El único descanso ansiado por Job es justamente el


de la tumba, el reposar o yacer ( šak _ab) del cadáver
en el «allí» y en el «entonces» de la muerte, reverso del
paraíso primordial o escatológico: Reposaría ahora,
tendría paz / dormiría entonces, hallando sosiego
(3,13); Allí cesan de perturbar los maléficos / allí
reposan los exhaustos (3,17).
La muerte en Job y
Génesis
Job radicaliza el motivo
común de la muerte como
descanso. Hace de la
muerte su esperanza, que
no llega, y que cuando
llegue matará su
esperanza. Pero no ha de
cesar en su búsqueda ( Job
3,20-22)
En el Génesis, el hombre, el Adán, es
una figura de barro a la que el aliento
divino insufla vida.

Job dirige a Dios dos recordatorios:


Recuerda que es un soplo mi vida (7,7),
Recuerda que me hiciste de barro / y ¿al
polvo me devuelves? (10,9).
El relato del Génesis, desde la creación
al diluvio, no daba espacio al Seól. En
Job el Seól está omnipresente, es
mencionado 66 veces
Las plagas en Job
1. La guerra, que acaba con sus
siervos y bueyes
2. El diluvio de fuego, que abrasa sus
rebaños y pastores
3. El huracán del desierto, que
destroza su casa con sus hijos
dentro
4. La peste, que plaga su cuerpo de
heridas «de la planta de los pies a
la coronilla»
Las proclamas de Job
● Job 9:21 »Soy intachable, pero ya
no me importa; tengo en poco mi
propia vida.
● Job 27:6 Insistiré en mi inocencia;
no cederé. Mientras viva, no me
remordera la conciencia.
● Job 33:9 “Soy inocente. No tengo
pecado. Estoy limpio y libre de
culpa.
La ética de Job y los
mandamientos
El listado corresponde más o menos al
decálogo bíblico, aunque con una
formulación y un orden diferentes. Así,
en lugar de la expresión apodíctica «No
matarás, no robarás, no levantarás falso
testimonio», sigue la forma casuística
de los códigos orientales
Acusaciones y
defensa
Elifaz eleva gravísimas acusaciones
contra Job en el terreno de la ética
social, como si se tratara de un
explotador latifundista que volviera del
revés la proclama del moderno
proletariado: ¡La tierra para los fuertes /
el privilegiado que la ocupe! (22,6-9):
Job 22:6 Sin motivo demandabas fianza de tus
hermanos, y en prenda los despojabas de sus mantos;
¡desnudos los dejabas!

Job 22:7 Al sediento no le dabas agua; al hambriento


le negabas la comida.

Job 22:8 Hombre de poder, te adueñaste de la tierra;


hombre prominente, en ella te asentaste.

Job 22:9 No les dabas nada a las viudas, y para colmo


les quitabas todo[a] a los huérfanos.
Respuesta de Job 31:1 »Yo había convenido con mis ojos no mirar con
lujuria a ninguna mujer.
Job a las
Job 31:5 »Si he andado en malos pasos, o mis pies han
acusaciones corrido tras la mentira,

Job 31:7 Si mis pies se han apartado del camino, o mi


corazón se ha dejado llevar por mis ojos, o mis manos se han
llenado de ignominia,
Respuesta de Job 31:16 »Jamás he desoído los ruegos de los pobres, ni he
dejado que las viudas desfallezcan;
Job a las
Job 31:17 jamás el pan me lo he comido solo, sin querer
acusaciones compartirlo con los huérfanos.

Job 31:18 Desde mi juventud he sido un padre para ellos; a las


viudas las he guiado desde mi nacimiento.

Job 31:19-20 Si he dejado que alguien muera por falta de


vestido, o que un necesitado no tenga qué ponerse; si éste no
me ha bendecido de corazón por haberlo abrigado con lana de
mis rebaños;
Respuesta de Job 31:21 o si he levantado contra el huérfano mi mano por
contar con influencias en los tribunales,[b]
Job a las
Job 31:24-25 »¿Acaso he puesto en el oro mi confianza, o le
acusaciones he dicho al oro puro: “En ti confío” ? ¿Me he ufanado de mi
gran fortuna, de las riquezas amasadas con mis manos?

Job 31:29-30 »¿Acaso me he alegrado de la ruina de mi


enemigo? ¿Acaso he celebrado su desgracia? ¡Jamás he
permitido que mi boca peque pidiendo que le vaya mal!
Job y el respeto a la
mujer
En el decálogo de Job, el primer puesto
de la lista –el más importante,
reservado a Dios en el Decálogo
(«Amarás a Dios con todo tu
corazón...»)– lo ocupa el respeto a la
mujer y no sólo a la casada, como suele
interpretarse el texto, aunque nada
especifique.
El único deber o compromiso al que
Job se refiere por dos veces (31,1 y 7-8)
Job 31:1 »Yo había convenido con mis
ojos no mirar con lujuria a ninguna
mujer.

Job 31:9-10 »Si por alguna mujer me he


dejado seducir, si a las puertas de mi
prójimo he estado al acecho, ¡que mi
esposa muela el grano de otro hombre,
y que otros hombres se acuesten con
ella!
El mandato del final del Decálogo, «no
desearás la mujer de tu prójimo», pasa
ahora al primer puesto.
Job
Job, antítesis del
Génesis

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