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He aqui la historia completa de los indi grupos més importantes dentro del ios del Valle de P ntro del imperio espafel en Ary Guista hasta la independencia a principios del siglo XIX. Born Nostigaciones, este estudio saca nueva luz sobre muchos ets ia Historia colonial espafola: la promesa primera de un sera los esparioles y los indios; las dvisiones crecientes de lee Seon imo entre si, el continuo incremento de la explotacion dc hee la opesicién de la corona esparola, El centro del estudio see las instituciones espafiolas sobre la vida indigena en e! rivet key n temprana del imperio azteca en infinidad de pueblos see los relaciones complejas entre las eobeceras y los pucblos sujeh en las economias locales, sobre todo en la agriculture, el ie clomiento, el trabajo y la divisién de la tierra. Los cambios social de las comunidades indias también son analizados de cerca, al igual 4 lucién progresiva de un gran imperio indigeno en grupos de gente, y explotada surge con tod: : indios de la cludad de México. Seis opéndices completion el estudio, fan datos ne estudiados sobre las encomiendos, las relaciones entre eubeceras y y sujetos, las jurisdicciones politicas, las epidemias, las condiciones ‘agticolas. las cifras de poblacién, os charles gibson | Charles Gibson es profesor de historia en la Universidad de Michigan libros sobre los incas y Jos Haxcaitecas, ademés de é bién es director de Hispanic American Historical Review LOS AZTECAS BAJO EL DOMINIO ESPANOL 1519-1810 LOS AZTECAS BAJO EL DOMINO ESPANOL 1519-1810 sis charles gibson ||| a traduccion de JULIETA CAMPOS portads de anhelo hemindez primera ediién en espatl, 1967 ‘ecimoséptinn reimpresién, 2021 © siglo xxi editores, sa. de ev. isn 978-968-23.0144-5 primera edicion en inglés, 1964 © 1964 board of trustees of the leland stanford junior university pubiicado por stanford university pres, stanford, california titulo original: the aztees under spanish rule derechos reservados conforme aI ley impreso en mujicaimpresor, 8. de cv. camelia mim, 4 col, el mento, iztapalapa ciudad de méxico b COLECCION AMERICA NUESTRA 1 américa colonizada AMERICA NUESTRA es una colecci6n (ue Siglo Xx ha planeado como una expresén coherente de examen dela realidad ‘que nvesvos pisos viven dese sigs: tiara olonizada que no loga Henrie (Queremos fund con sistema, textos que exhiban tanto la grandeza dels culras destuidas por la Conquista como los tesimonios de la Tacha por la iberaccn que lega hasta nuestros dias y que tone expresion enia obra yas ideas de los hombres que las orient, Nada Imejoc para defnir esa intencin que as palabras que escribé José Mat". historia de América, defor incas ac, ha de ensefarse al dedilo, zunque no se ensefie Inde los arcontes de Grecia, Nuestra Grecia ‘ preerible a la Grecia que no es nuestra, nos es mis necesaria... Injétese en nuestras replicas el mundo; pero el tronco ha de ser de restras replicas.” a LOS PUEBLOS ueyzcan.# Santa Marla Coatepec y otros antiguos sujetos de Tlatelolco pperdieron su conexién con su cabecera original. La magnifica hacienda de Santa ‘Monica, justamente al oeste de ‘Tlalnepantla, dominé la regién. Otras haciendas y ranchos presionaban sobre los territorios que antes pertenecian a cabeceras y suje- tos. En los afios de 1790 el concepto de pueblos no diferenciados habla desplazado casi al concepto de organizacién de cabecera-sujeto, Més de veinte comunidades que precedieron a la congregacién dé 1603 sobrevivieron para lograr un status de pueblo en el periodo posterior * ‘Cambios semefantes tuvieron lugar en todo el valle. En el siglo xvs, la cabe- cera habla sido ta sede del gobiemo indfgena, residencia de la més alta nobleza indigena, centro de recaudacién de tributos y punto de concentracién para el re- clutamiento de mano de obra. El abandono de un sistema bisico para la historia indigena que se produjo gradtalmente a través de cambios de situacién individua- les, de la despoblacién, de la congregacién y de muchas modificaciones adminis. trativas, propicié el predominio progresivo de las instituciones espafiolas sobre las indigenas. Después del primer periodo, como veremos, la nobleza indigena perdié ‘sa autoridad y los espafioles reorganizaron Jos procedimientos para Ia recaudacién de tributos y el reclutamiento de mano de obra. A fines del siglo xv hubo varios rechazos de sistemas indigenas de organizacién, y un nuevo hincapié en los pueblos. La hacienda se convirtié en la comunidad suprema, El concepto de ca- ‘ecera no fue universalmente descartado, pero la terminologia del siglo xv —ha- cienda, rancho, pueblo, barrio— reflejé la verdadera condicién del valle. 414 sem, Indios, ol 50, fle. 2e6e. El gobemo indigena de Teocalhueyacan era ahora @ gobiemo se rade tom de TepainWése ae Cl ear y srt, we 103, gs 188 Villager y_Sinches, Theatro amerisno, 4 77. sax, Padrons, vl. 6, fle. Mess; Tie vol 1593, ep. y 28 page fle Telste pest fie dewnogeieretiia caamente en lov ifomes defines del sige vm, eo 40% cartrvLo cuaRTo Encomiendas y corregimientos ‘Las instituciones espafiolas de mayor consecuencia para la civilizacién indigena durante los primeros cineuenta affos de historia mexicana colonial pueden clasi- ficarse como privadas, politicas, o religsas. De éstas, la jurisdiccién privada, 0 ‘encomienda, fue la primera en establecerse en una posicién de poder. ‘De inme- diato, la encomienda se convirtié en el sistema de explotacién de indigenas mds abierto y el més agresivamente competitive en relacién con otras instituciones es- fiolas. Aunque fue también el primero en perder en la competencia, sicvid breve- ‘mente como instrumento de atitoridad para los colonizadores espatioles y como fuente de terror para los pueblos indigenas. En principio Tegal, la encomienda era una institucién benigna para la hispani- zaci6n de los indigenas, Su rasgo esencial era la consignacién oficial de grupos de indigenas 2 colonizadores espafioles privilegiados. Aquellos a quienes se otorge ‘ban, llamados encomenderos, tenia derecho a recibir tributo y trabajo de los ind genas que les eran delegados. Los indigenas, aunque sujetos a las demandas de tributo y trabajo durante el periodo en que la otorgacién estaba en vigor, eran ‘onsiderados como libres por la razfn de que no eran propiedad de los encomes ews, Su libertad establecta una distincién legal entre encomienda y esclavitud, y ‘etre encomienda y otros tipos més refinados de tenencia feudal. Una otorgacién de encomienda no conferia propiedad sobre la tierra, juristiceién judicial, do- ‘minio 0 seiiorio. Confiaba a cada encomendero ol bienestar cristiano de un ni ‘mero designado de indigenas. La encomienda era una posesién, no una propio dad, y cra per se inalienable y no heredable, salvo en la medida en que pudieran ermitirlo los términos de donaciones particulares. Una encomienda vacante (sin oseedor) volvia al monarca, que podia retener a sus indigenas bajo Ta adminis ‘racién real o volver a otorgirlos a un avevo encomendero.! La encomiendz habia surgido de prototipos de Espafia y durante los primeros afios del siglo xv1 se haba convertido en el principal medio de control privado es- ppafiol sobre las poblaciones indigenas en las Antillas. Ya era una institucién de terror alli, Pero la transferencia a México trajo nuevas oportunidades para el abuso de reglamentos, Ios cuales estuvieron, en todo caso, imperfectamente definidos has- ta mediados del siglo x11. La riqueza y el tamatio de la poblacién azteca eumenté 1h codicia espatiola, asi como las posibilidades de explotacién y dio origen @ una 2 Para los tatemntos geneiles de Ja encanienda véase Chambedain, “Casting Backgrounds” Lan Pinco, Tratado de contenacioncs cea, fo, 1; Salvo y Pesca, Polls diana, pp. 1303 a, Ea tncomienda indiana; Siopuan, The etcomiends in New Spun.” Las loys pevtioenet ein Tennis en Resp de les 249%, (Lie ts Wes) Le Groped ye pe fies Eerste putts, 370 (Pad mu 2,17 27). Dominio denla le propicad about. Pa ‘ivewossigafieds legals de soto, vase Lis sete putas, 1, 138 (Pati tk. 25, ley 2) [63] ot ENCOMIENDAS Y CORRECIMIENTOS clase de encomenderos inclinada a convertirse en una aristocracia colonial here- dlitaria, ‘Peto los encomenderos se enfrentaban a un monarca que estaba decidido a reducir sus pretensiones, A lo largo del siglo xvt, a medida que las encomiendas volvian a la corona, una parte cada vez mayor de tributos indigenas se divigla al tesoro real y la encomienda se debilit6 y fue colocada bajo el derecho real. A mas Targo plazo, la victoria del monarca sirvié como preliminar al surgimiento de un tereor grupo poderoso, una nueva clase terrateniente de hacendados, que se des- arrollé més gradualmente, asumié fuerzas privadas y escapé a la direcci6n real, La clase de los encomenderos, al aparecer de repente inmediatamente después de Ta conquista, y establecer un dominio tan obvio sobre el txibuto y la mano de obra, indigena, se hizo vulnerable al ataque real, Los hacendados posteriores, aprove- ‘chando la experiencia de sus prececesores, lo evitaron escrupulosamente. Pero los hhacendados tuvieron la ventaja de vivir en otra época, cuando una monarquia ‘menos activa podia perdonar més ficilmente los excesos coloniales. Z Cortés asigné encomiendas en el valle de México inmediatamente al conchuir i la conquista, por lo que era ya una institucién establecida en 1523, cuando Cortés tecibib In orden real prohibiéndola. Su negativa a obedecer la orden pucde ser considerada como el primer acto de desafio de los interesados encomenderos rmexicanos contra el rey. Aquél defendia su posicién citando las demandas de sus soldados, la necesidad estratégica de que los indigenas fueran situados bajo rela mentacign y su creencia de que la encomienda liberaria a los pueblos de sus propios gobernantes indigenas.’ Cualquiera que fuera la justificaciém de toda Ia Ergnmentacién de Cortés, es indudable que habla una razén de fuerza para su jnsistencia en la encomienda —as{ como para la aprobacién condicionada que pron to otorgé la monarquta— en Ia fuerza prolongada de los conquistadores. Aunque | uchas encomiendas del valle fueron otorgadas después a personas que no se bar ban contado entre Tos conquistadores, y aunque Ja clasficacién de “‘conquista- dor” habria de confundirse con la nueva definicin, la primera clase encomendera festuvo constituida en gran medida por soldados recién liberados de la guerra. En cl valle, la primera generacién de encomenderos incluia a algunos de los princi ppales soldados del ejército de Cortés. La ciudad de Méxioo fe desde tn pene pio la residencia de otros encomenderos cuyas posesiones calan fuera del valle y Imuchos espaftoles poseian simultincamente encomiendas dentro del valle y en otros lugares. Asi, el valle surgié al principio del periodo colonial como un foro de fuerza de los encomenderos.t La defensa de Ja encomienda por Cortés fue Ja conseeuencia no sélo de las demandas de sus soldados sino también de su propia ambicién. Hay pruebas fit ‘mes de que queria asegurar a Tenochtitlan como su feudo privado a prineipios dde la década de 1520, y que hizo enérgicos esfuerzos por impedir que fuera entre gada a la cowona cn 1526. Fuera de Ia ciudad se asigné las encomiendas de Te 2 cout 6, 1034; xm, 219s nas, Wy 19; x 114. Gaeta Heabaeet, Don Fray Juan de ZnSe a, 17D, sox, sty Beg. 6, no 2 ol. 80438. cozy, 20m, 393. Encinas, Cedelno, o, 16586 Heoins, y H2ex. Corte, Cvs y tleioes,p. 328, ‘For cinguiadonesapateoon enunerados ea BE, 30%, 38.60, 4855, y enene, 1, ‘enomendeon date el apie W'Stinar y Chinnor spaentemente devgnston Tenochtitlan @ lx corona alrededor de 1525, Dexpo® 36, Sobre Br 1 El conento de Acotman (sinotogeiuny spe) seuomond < ono wep 2 sun ‘swusSipuy 20)» pau o1opuoweosns ap shape sm Ppuauona 2p soe “i 1. Figura de-un indio de pie (Cédice del Museo de América} | 2 tarde ara ble nay Se wy Ni on as abvalee, yatoays lt eacaig cond ster Ca aang Stan fae Gen. Care C. dontiahs mor bus. Ces rer be fiater neces open Sentuenhs ciaaprtess, ausostars addi pectalafony all, cornet attr Ficdoren » cuckaneres taping tape 2 2 Bislts., que qustem heme farce ae Jint NS necamt Bibel il gertat gern erFiab br ron facrsk rutile eum bibere fitecw” Habs Havotie rach foremls ¢3 seam arta i sea pele eacines Se 7 Gee (ee aces ay a L pt Gee Hag Ray abe & Treabtlen spammed on me ba Ase ‘Carpet a] nate eae 5 pen fertput, quo epilepfia nertara Bt pyre fe pes gue pill re cufigee corr tialis homie eniger es ek ag rage, je Sragens sinter 8 ape p er puridler mea nile eoferr Tees EOE frien on fast bas boar ee dpiig sesgua Sralgss cf ren fielle eokbon ence Boa ditt cdots piureure Pedr im pr! hat £20 «Cae o wast 7 miigatrdee’. vn Pisin det Herbiio de Badano "EL sirey confviendo cargos politicos a fs indigense (Cidice Osuna) EP [rae eeepc ples ney het Labor de los indigenes en la hacienda y ef obra (Cédice Osuna) Relacén de tributos: eniba, Antonio Valeriono da testimonio de la muerte de un tribute io (Cédice Valeriaso): abajo, indigenas tamomes (cargadores) proveyendo elomentos pare Ta encomienda (Cédice Kingebor tte =~ ‘Gone a 1. Relcin de teas de fos indigena aria, tres» peopstros mbt fragmento van): tte. nrasons dea med de 600 vr (Papel eos cond de Reels) peor NG, Sy Ali HB Jose Core thie. id igual! lan le Sofub Marlwo alma a aL On dummus de S! Sierra yu Stare d st, Disputa de tieras en Ixtlahuace (Papeles de lr condes de Regla) a} ‘g:. pS Samy ie a a SIS cen el mapa de Uppsala atibuido « Alonso xv. Actividades de tos-indigenaspesea, essa de Santa Cruz Ass, VAL VE DELA LAG LDS: @RDES CRIPCION DELA C avi. Mepa del Desogie de Enrico Mt 1, principios det sigto_xy JcoMIENDAS Y CORREGIMIENTOS 6 ‘Chalco, Otumba, y Coyoncan+ Las dos_sltimas eran grandes cabeceras con casos sujetos, Texcoco era una “provincia” que jincluia a Huexotla, Chiauhtla, Pen Coatlichan.” Por Chalco Cortés entendia todas las cabeceras y sujetos peayrouncia de Chalco, El tamafo y a disribucién de eas regiones sugerian a Pirendia claramente el papel que debia desempefiar el valle en los asuntos He ce, que tmataba de asumic la dirercién sobre el tibuto y la mano de obra ena ci fa capital y en sus alrededores densamente poblados. gems prictica, Cortés pudo conservar su, primera encomienda s6lo mien a gro presente para mantener sus pretensiones. Casi perdié Texcoco a ma- Se ios impositivos funcionarios reales durante su expedicién al su entre sy 1526, y cuando partio hacia Espa para abogar por su propia causa ante la 152t Yea 1528, sus enemigos procedicron répidamente a usurpar sus posesiones. se de Guzindn, miembros de la audienci y otros funcionaros reales tomaron __ Kune so, Chalco, Otumba y Coyoacan, cobrando teibutos y utilizando trabajador _ Terfigenas de esos pucbios.® F concejo municipal de Ia ciudad de México, con- | Tlentemente, ordend que todos los indigenas de Cortés fueran reasignados a Seiquistadores con méritos. Em Espafia, en 1529, Cortés recibié titulos de un vximero de pueblos mexicanos con 23 mil “vasallos” indigenas, mientras otras Fane Jo hicieron marqués y le otorgaron jurisdiecién civil, penal y eclesidstica (patronato) en st, Marquesado. Estos favores, que excedian en mucho a los | Wivilegios acostumbrados de la encomienda, harian de Cortés el hombre mis rico Be America y quid de todo el mundo hispinico.** El nimero efectivo de sus _Sraallos” que pagaban tributos excedia considerablemente a los 23 mil especifi eados:® Peo de los pueblos sélo dos, Coyoacan y Tacubaya, estaban localizados Gentro del valle y es posible que Ia monarquis actuara deliberadamente para res- {tingle sus ambiciones aqui y divigir su atencién hacia otras regiones."* Después de {que Cortés volvid a In colonia en 1530 logré establecer su autoridad en el nuevo Marquesado, pero nunca pudo restablewer sus primeras encomiendas. En unos ‘euantos atios Otumba, Chaco y Texcoco fueron declaradas provincias de la coro- fa, Aunque se le permitié a Cortés curante alein tiempo recibir tributos. de ‘las, el uso de su mano de obra Te fue negado y 10s tributos de Texcoco y Otumba pronto pasaron al monarea. Los tributas de Chalco siguieron asignados, en par des cacnclamento en 1525, fe tomada 2s corns paceblemente po el propo Garés que arab de ‘Site tin cede sn expediion « Hondas, coy sem, 32325. 1 Set a a GS in Cars) oor document, pp. 2233. Archivo mexican, 204, Boetmaniornilon relies 2 Hein Cot 347 ea ar seats a Tiernan Cort, p, MG Archivo mextano,t, 204 El ho d,s an am ete cel oo ce baa, pY, Canprene a obverecions de Foma: see ‘acon yo ge gue ge smmuen dela fete tndgena de Teaco, nena (1041), 5. pueblo deste Oe ge er BDSE4, tty 8 LAL. ‘Necvos documentos relatvr a ls bien, pele 37, 63%, 1g FT Boas aa Cabld, con foerte lege, conta Cortés ea 1519. ne, m, 1088 qv SOS coy ay hy 81 ss ay 2378 ome, 38 1% See de Peale, Note hist, pe 12 1 Sth te Pee te caqtoversa eee modo de oreo er remida por Suite de Pe OA eee bia, iis 1 sepa de Copscan y Tacabya dol Mi ca ene ea Pde Sen elcome te, En re, Soe g Segectn 5 EUW poenin Corr em pesodical pa In euda, peo Cos comsens fen dor poeboe, Véae cont, 2m 427; =, 334 SPs yee puna 2 imeador Al verano de 1530. Véase coor, 1, 52. Sobre scone 6 ENCOMIENDAS ¥ CORREGIMIENTOS tc, al patrimonio de Cortés a través de todo el periodo colonial medio y tardio; la justificacién formal de esto residia, sin embargo, no en su reclamacién original sino en la entrega de ‘Tehuantepec a la corona.** Con el fracaso de las més grandes ambiciones de Cortés, el miimero de enco- ‘miendas en cl valle a mediados de la década de 1530 se mantuvo en 30, con alte- dedor de 180 mil tributarios indigenas. La eneomienda promedio contenia ast ‘unos 6 mil tributarios. La més grande era Xochimilco, con cerca die 20 mil. La mas pequetia era Tequicistlan, con cerca de 450. La corona, incidentalmente, emitis en 1528 una regla prohibiendo encomiendas de més de 300 indigenas.** De las treinta encomiendas de la década de 1530, 26 podian ser descritas como nomales en el sentido de que fueron asignadas a posesionarios espaftoles indivi- uales para toda Ia vida, con el supuesto implicito, al menos para los encomen- eros, de que serki aprobada la herencia subsecuente, Los cuatro restantes, aunque repetidamente clasificadas como encomiendas, representan excepciones a esta nor. ma, Tacuba y Ecatepee, poseldas respectivamente por las dos hijas de Montezuma, se calificaban como posesiones “perpettas”, heredables de generacién en ge- neracién, sin restricciones. Es verdad que su status en este sentido quedé sin resolver hasta los afios de 1530 y serfa tema de disputa mds tarde. Pero su posesién por indigenas y las circunstancias especiales de su fundacién ya las situaba aparte. Una tercera, con semejante perpetuidad y privilegios adicionales, fue el Marque- sado de Cortés, que estaba constituido por Coyoacan y Tacubaya y sus sujetos. Finalmente, Ixtapalapa, en la década de 1530, fue una encomienda temporal de la ciudad corporativa de México, resultado de una donacién anterior de jurisdiccién por Cortés." Breves historias de estas y las demés encomiendas del vale se encon- ‘rardn en el apéndice «. En general, la clase de encomenderos siguié teniendo poderosa influencia sobre las sociedades espattola e indigena a través de la década de 1530. Los enco- ‘mendetos empezaron a suftir restricciones a medida que se aproximaba el periodo del medio siglo, no tanto como consecuencia de la resistencia indigena como de Ja aplicacién intensificada de la ley real. La encomienda de Xochimilco volvié a la Corona en 1541, a la muerte de Pedro de Alvarado y su esposa, y los funcionarios reales negaron después tna peticién para su rcasignacién.™ La legislacién de la re- forma de 1542-43, que prohibié la posesin de encomiendas por funcionarios colo- niales, produjo Jz confiscacién de otra de las encomiendas del valle, Tenayuca- Coatepec, propiedad del Tesorero Joan Alonso de Sosa. Las Nuevas Leyes ‘urgieron mas a la audiencia a reducir las posesiones més extensas, precisamente indicando a los encomenderos del valle —Vasquez de Tapia, Gonzalez de Benavides y Gonzilez. de Avila— como poseedores de un nimero demasiado grande de indi genas** El articulo mis restrictive de las Nuevas Leyes exigia que cada enco- troventas abscuentesy lat sluclones a ts gue te eps, véste Nuevos dovomento rbtos 2 It bi 4s, pp. 6315 wy 1H, 91; vy 149-50; El ido. de hr tscoae, p. 48%, cous 330; 240%, Ya 2; Teaacux Compass, Vorates ltion ct mais, xv, 137 15 ton 36), 203. ot, Contra, leg 823 (1), fle Obes. Vase apénze a2. Chao 1 te, 295 8. Lin Pinto, Tatado de contmstone res, fl. 4 rho mesmo,» 235. 1 oe, yun 88. eer, 1, 6263. 1 dav Mercedes, vo, ol 3103310. coma, xxv, 336, 3 Layer y onder, fl. 6 | ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS a nienda volvieta a la corona a la muerte de su poseedor y probibia asi, en realidad, a flerencia. Su revocacién en 1545 equivalié a una victoria temporal para los enco- Sderos; pro una ley anterior (1536), restrngiendo la hereacia 4 un heredero ‘fom laps Jeidos "vidas”), estaba todavia en vigor, y por lo menos algunas de las Gomteadas del valle esiaban en su segunda “vida” en la década de 1540." Ade fuss, en 1545 la poblacién indigena fue afectada por su primera epidemin seria relucida @ una tercera parte 0 més, lo cual eliminé una poreién sustancial de | fodos los ingresos de la encomienda. Finilmente, en 1549, después de que pas6 la jdemiz, Ia corona dispuso que los encomenderos pudieran seguir recibiendo Pinibuto, pero no pudieran disponer ya de la mano de obra, de los indigenas que Jes estaban asignados.** Cuando entré ex vigor esta regla, un elemento crucial en todas las relaciones de los encomenderos con los indigenas terminé formalmente. Inmediatamente después de estos acontecimientos, las limitaciones reales a las pricticas tributarias de los encomenderos se hicieron efectivas por primera vez. Al principio las encomiendss habian sido otorgadas sin especificacién de las canti- dades que pudieran ser obtenidas, y los encomenderos habian explotado sus opor- ‘tunidades en consecuencia. En la década de 1530 y 1540, los funcionarios reales quisieron fijar Ifmites a los tributos de las encomiendas y especificar en regulacio- nes esctitas (tasaciones) las cantidades que eee ser percibidas por los encomen- deros, Esas especificaciones fueron ignoradas en un principio y atin en 1550 ciertos pueblos del valle no habian recibido tasaciones.* Pero Francisco de Mon- tejo, el encomendero de Azcapotzalco, fue requerido en 1547-48 para que devol- vviera a los indigenas de su encomienda dl exceso de tributo que habfa recibido, y Juan Ponce de Leén, el encomendero de Tecama, fue artestado a princpios de 1550 por malos tratos a los indigenas.* Estos casos sirvieron como advertencia para toda la clase de encomenderos, Las restricciones més estrictas impuestas a la exaccién de tributos durante el periodo dz mediados del siglo fueron las impuestas por el visitador real Diego Ramirez, que examiné més de doce encomiendas del valle entre 1551 y 1553, trazé nuevos reglamentos, redujo tributos y presenté car- gos contra los tenedores de encomiendas por malos mancjos."* En resumen, los Feglamentos de Ramirez y otros semejantes en los aflos de 1350 y 1560 pusiron fin al periodo de licencia de los encomenderos. Después de los primeros afios de la década de 1550, las cuotas tributarias fueron especificadas por funcionarios reales conforme a dichos reglamentos y registradas en contratos entre encomenderos ¢ in- digenas.** Un tribunal virreinal y Ie audiencia podian recibir las quejas de los indi- genas, y los abogados coloniales siempre estaban dispuestos a aceptar y a aprove- charse de las causas indigenas.”” En esas circunstancias, la famosa conspiracin de 28 Page rnin al. DIDI. ev, 1253 Aen, Mec, yl 1 12% eae, 3229, nts Ghee pla de pti, wae ol eplo eta oe de 149 eth publi en Pa Persian, fe" T7ar (UT Sole ee tea We Mas EI ato ingens, 9p. 108 22 Véanse las observaciones de Zorita ca coms, tt, 104. Culhuacan ¢ Intapalapa no habian recibido tase 1532 a, 30 WT ibe de be haoney p. $8, oa, ve, 136 4B Sts, The igo aides Vis i for apl, acute eve Bein Via Tai y os ts de Hahapcco sa 1st, ih Beco pours, 4 JH7a9,y ra 7 Ht ete de Manin Seed gow da ov at cde sanyo conden, y ot ey deb oso ent de 1551 gin taco #0980. coma an, 8 ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS los encomenderos de los afios 1560 puede ser interpretada como una prueba no de la fuerza sino de la desesperacién de los intereses de los encomenderos. La su- presién de la conspiracién fue otra advertencia y un despliegue de fuerza real. EL hijo y hetedero de Cortés fue exilado, y otros encomenderos del valle fueron arres- tados, Los hermanos Alonso de Avila y Gil Gonzilez de Benavides fueron eje- cutadios, y Ia encomienda de Cuaubtitlan y sus afiliados, Ta posesion més rica que quedaba en el valle, fue inmediatamente fomada por la corona En el ciadro 3, las 36 encomiendas documentadas del valle de México —Ias treinta antes mencionadas més las seis que Wegaron a su fin antes de 1535— estin enumeradas aproximadamente en el orden de su poblacién indigena. y valores tmbutarios. Las cifras de poblacién proceden de registros de alrededor de 1560, y aunque por esa época algunos de los tributos eran pagados a la corona mis que 2 envomenderos individuales, los valores relativos pueden ser aplicables a cualquier pexiodo del siglo xvt, En general, las otorgaciones mayores y mds lucrativas fueron Jas primeras en llegar a su fin: las once encomiendas que aparecen como devueltas, ‘ala corona antes de 1570, incluyendo todas las ocho primeras, representan aprox madamente las tres,cuattas partes de todos los ingresos tributarios procedentes de encomiendas. Las pruebas sugieren que en 1570 la vietoria de la corona sobre los fencomenderos habia sido ganada, y podemos suponer que las encomiendas restan- tes pudieron sobrevivir porque ya no habfa nada que temer de la clase de los enco- menderos.”” ‘Las relaciones entre la encomienda y la estructura de cabecera-sujeto de Ja so- ciedad indigena son mostradas en a segunda columna del cuadro 3, donde se Indican las diferencias entre los distintos tipos de encomienda, Una encomien- dda podia set una sola cabecera, con sujetos, que poseyera un linaje tlatoani uni tario; podia ser una cabecera multiple o varias cabeceras, con sujetos, que poscyera varios linajes tlatcani; 0 podia ser una nueva cabecera, con sujetos, 0 un sélo su- jet, que poseyera una tadcién thtoani intertumpida o que no poseyer ninguna tn absoluto. Es claro que Cortés y otras autoridades no se sentlan obligados a confinar una donacién particular a una sola cabecera con sus sujetos. Ademés, cuando la demands de encomiendas excedia a la oferta y habia que crear nuevas, fencomiendas, la solucién no era necesariamente dividir las encomiendas compues- tas en sus respectivas unidades de cabecera, La solucién acostumbrada era més ‘bien formar ef tltimo tipo de variante —separar uno © mis sujetos de una enco miienda existente y asignarlos como nueva otorgacién. “A pesar de las excepciones, una relacién de uno a uno entre comunidad tlatoa- iy encomienda era considerada indudablemente como una norma. De acuerdo Con la prictica de las Antillas, las otorgaciones de encomiendas en México fueron I Ho de Is tscioner, pp. 14950, Buenss declanioacs clonales sore We consptcim. pueden coca de Cites Muar. indiana, 1, 619s; Suiter de Peak, Notts thins eon ya. Hin de Meat, pp 206s. El ctaiio modern completo eo de Orr y Bend RBC NSkaie de a conurscte” Un iigo inecante de ln conspracin @ Ja atmsén que ar Net esp hdioa magne: Codiee Abin. (Hivote de le nation mexeing p. 107); reas om Is 35 Asya ie Teperaen (ve Bobrn, Dovanents pour sami, 26667); ol Bio de ee cee ge dab, pe o8iy Chinalahio, Antes, ype 27677); y el Codice de Joan Beuts finns Galeton Comes de Oroaco, no. 14, pp. 15334). 5 efecto eles encomcodce 329897 ston gue Ite cats pate des encoenss crignals halon id eros 31s cons y hbionegado 54 fi ve, By 1 ‘quaono 3, Encomiendas ee | Tributarios Encomienda Categoria ca. 1560* Confiseavién® ‘Cinco cabeceras, cuatro de las cuales eran discutidas 160151531 Cuatro cabeceras 14842 Altededor de 1533 Cabecera 12971 ‘Alrededor de 1525 Tres cabeceras consi ‘deradas ‘como una 105831541 ‘Tlatelolco Cabecera 8665 Alrededor de 1525 Otumba Cabecera 5550 1531 Cuanbtitln, ete, Tres cabeveras y una ccabecera discutiéa 5020 1566 “Tepozotlan Cabecera 2971 Alrededor de 1546 ‘Tacuba Cabecera 2700 Perpetua Coyoacen Una cabecera y uma ca- decera nueva o dis- ccutida 2130 Perpetua ‘TenayucaCoatepee Una cabecera y uns a- bese iiple con uunidad 1890 1544 Hueypxta Cabecera 1800 Después de 1658 (2) Hetteeyema Nar seers 1750 Antes de 1653 cra 6 Después de 1666 ‘Azcapotzaleo Dos exbeceras comide- ene : radas como una 1500 Alrededor de 1702 Toltitlan Cabecera 1500 Alrededor de 1702 ‘Teotihnacan Cabecera 1400 Antes de 1658 Ecatepec Cabecera 1390 Perpetua ‘Tizayuca Nueva cabecera 1igie 1531 Tepetinortoe Cabecera 1100 Antes de 1658 Xilotringo Cabecera 1100 Alrededor de 1600 ‘Acotman Cabecera 1000 Después de 1678 Axapusco Sujeto 9404 Antes de 1603 ‘pexpan, Cabecera 850 Antes de 1678 Chimalhnacan Atenco Cabecera 800 © 1670 Cuitlahuae Cuatro cabeceras con- sideradas como una 800 Después de 16: Intapalapa Cabecera gooe gas 108 Ontotepae Sojeto 600 Antes de 1675 Tecan Nueva cabecera 6001554 Cothgcan Cabecera 560 Alrededor de 1659 Mixquie Cabecera 550 _Alrededor de 1702 ‘Tezontepes Cabecera 530 Antes de 1658 Hutelopochen Cabecera 420° Después de 1640 ‘ptapaluca abecera 370 Después de_ 1597 loapa Nueva cabecera 300 Antes de 1597 Tequicistan Cabecera 2206 _Alrededor de 1600 7 ENCOMIENDAS Y¥ CORREGIMIENTOS expresadas originalmente como asignaciones de sefiores indigenas con sus seguido- res mds que como pueblos designados con sus habitantes.®* Tan difundida fue esta primera identificaciin que inclusive la otorgacién como encomiendas de sujetos, como la de Chicoloapa a Pedro Lépez, eran entendidas como asignaciones del “sefior y sus indios”*® Las variantes a la otorgacién normal de un solo cacique y tma sola cabecera a cada encomendero son atribuibles, pues, a circumstancias espé- ciales: rivalidad entre los conguistadores, influencia’ personal, demanda monde. quica, la fuerza de ciertas comunidades y dinastias tlateani en comparacién con otras, la confusién y el eardecter temporal de las encomiendas concedidas durante Ja década de 1520 y, es de suponerse en algunos casos, el no reconocimiento de las, tradiciones tlatoani como tales, Las diversas resoluciones diferian en grado y carécter de comunidad a comunidad y repetidamente dejaron legado de con- flictos que deberfan resolverse en el futuro, ya fuera a través de prolongadas dispu- tas entre las comunidades, 0 mediante la decisién arbitraria del encomendero Podemos dirigit nuestra atencién primero a las encomiendas compuestas, las ‘que inclufan més de un Tinaje tlatoani. Este tipo se producia como comunidad tlatoani miltiple (Xochimileo, Cuitlahuac, Azcapotzalco); como wna “provincia” (Chalco, Texcoco); 0 como un par o grupo (Tenayuea-Coatepec, Coyoacan-Tacu. baya, Cuauhtitlan y sus pueblos asociados). Estas itimas por lo general duraban poco: Xochimiles, Azcapotzalco {aunque después fue reasignada), Tenayuca- Coatepee, Texcoeo y Chaleo habian vuelto todas a la corona en 1545. 1 Ta prlotin de Ie encomiends em Hipanils pede eine en cou & Sobre i peti me sicun dectace via Minds, EI tibato indgens, p52 3 gem, Hospital de Jess Teg. 293, exp. 123, (2. 2 "Ta cts oes sobre trtbtor son aponimaciones de divers grados de preciin. La mayo ‘ase cenan de as ds lta Se ue pbc ee by y re 19$ a Layla tefiren a pesos del agro por tates despues de Ja deduceién det diezmo, Son gus impre tus de" poblaciar taba, especaente ex los casor de. ‘Teacoco, Kocsiilen, fz Provincia de Colo, Otumba y Teponotan, Poa éta, 10 mno que para Tencehtlan Y Ftatlic, el cuadio registra cit dates tabatanos patie de 1360, de El Horo de lx fot? sion; te, % 23, 25; re, tm, 5283; y Sobre ef modo de tte, p77 » Las fechas datas en conto ts confscaiones Sen 2 lat segundasfxigsciones (por een po, de Accsptzleo, Toitlan y ots a Luis de Velasco) pero en gencal precefen a las Zrorgacones de pure renta vitals. En lor ear de algonae encomiendas no puede habla se de una fecha absclte de confiscacbn, 1 lista de Ibeea combina irae y Toleayues, Tenia 1191 tbutaie en 1565, Véaee El Thro de ks tautiones, PAT Este incluye Cagual, ‘ Intaplapa no eth en las listas de Tharts porque no era ni un pueblo de Ia corona comes pondia's un encomendero prado, Léper de Velasco, Geogialla y descrpetin, p. 194, le gna 700 tutes 1 La'lsta de Tora combine Huitslopachoo y Hu tebutaios en 1569. Véawe Gatcia Bmentel, Deter fay deepen, 19% « Esto repreenta ta pattcipacién del encomendero, sproximadamente la mitad de 12 cantidad tot La corona recba £00 esc, ian, EL primero tenia més de 400 225; Lopes de Velato, Geogr ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS n Es distinto el caso de Cuauhtitlan, que siguié siendo encomienda hasta 1566 ¥y que ofrece en todo caso la historia mis reveladora del grupo. No habria duda {cerca de Ta historia Hatoani de Cnaubtitlan; su linaje dindstico puede rastrearse desde el siglo vi. Las cuatto comunidades cercanas, Zumpango, Huchuctoca, Gitlaltepec y Utlaspa (de las cuales sélo las tres primeras estaban dentro del valle, y sélo las dos primeras estaban asignadas a esta encomienda), estaban asociadas Segin cl sistema indigena como Nawhtecuhtli, o cuatro cargos de gobierno rela- ionados, semejante a Ixtapalapa, Mesicalzingo, Culhuacan y Huitzilopochco en el sur, En el caso de Cuauhtitlan, como hemos dicho, las cuatro estaban gobemnadas en 1519 por Aztatzontzin, el tatoani de Cuauhtitlan* En el caso de otras comu- niidades cercanas, la fecha de separacién de Cuauhtitlan antes de la conquista puede establecerse con cierta precisién. Tepozotlan inicié su dinastia tlatoani en 1460 (7 Tecpatl segiin el calendario indigena) bajo el estimulo de Montecuma I. ‘Toltitian se separé cde Cuauhtitlan en tizmpos de Tezozomoc.”* Finalmente, Xal- tocan, més al este, con una historia tlatoani interrumpida, diferfa de éstas cn su afilicién 2 los acothuaque y no a los tepaneca.** De esta. complefa situacién surgié le gran encomienda de Cuauhtitlan, com- puesta por la propia Cuauhtitlin, Zumpango, Huehuetoca y Xaltocan. Desde el punto de vista del Cuauhtitlan indigena, Ia encomienda aparecié como una inter ferencia y recomposicién no autorizadas. “Cuando vino el Margués del Valle —escribié el comentador indigena de los Anales de Cuauhtitlan (1570)— la ciudad de Cuauhtitlan decays, porque Tepozotlan, Utlaspa, Citlaltepee, Zampango y Toltitlan fueron separadas de ella.” # Tepozotlan y Toltitlan estaban por supucsto ya dindsticamente separadas hacia 1519 en esta medida Ja queja de Cuauhtitian tiene un sonido falso. Pero las cinco hablan recibido la categoria de cabeceras colo- niales en 1570, y a esto se refiere sin duda, ms especificamente, el anal indigena. ‘Tepozotlan, Toltitlan, Utlaspa y Citlaltepec estaban separadas también en el senti- 4o de que ninguna estaba incluida en Ta encomienda de Cuauhtitlan, El punto de interés es que el escritor indigena consideraba 2 Zumpango, que tenia su propio gobierno indigena ** pero que eaia dentrc de la encomienda, también por separado. ‘Zumpango fue considerado, pues, por los espaficles como una cabecera. Y como el status de Cabecera de Cuauhtitlin y Xaltocan nunca estavo en duda, esto constituia una encomienda de tres cabeceras, cada una con sur gobierno indigena local. En las referencias expatiolas todos los pueblos podian ser considerados como sujetos de Cuauhtitlan, la “cabecera” de Ta encomienda. Poner la cuestién de esta manera, por supuesto, era violentar las relaciones indigenas y aplicar ol concepto de cabecera en un sentido social. Los espaitoles se refirieron tam- bién @ los pueblos de encomienda como svietos de Cuauhtitlan y Xaltocan a Vases claiiaca de Gace Crenoy, Dict to Se Sani cua SS Gai Chnalppoc, p62 y fast. 6. Shapin,Hitors gene, a, 39 3 Cole Chinen, p92, 3336, 52, i 5% Gus Grnadey Daina Berto, 438, cautca« op pimerot goberatet. Oust ‘un encl cometarn da Palo Naren em 12029,‘ rege nerrmpif duane aco Tempo, ‘sig de Canihein (Coice Chinapopts, p50) bret que Xabac fiat Sorin Toei de elas nota, ajo Memeo, & @ odo 2 hale Ctnalopes 38, 7 Gn posnafar gts et enconado en 1565, Vee I Ho de lt tacos, p. 658 ingen, mm, 412, de los dst de lop Ane sara 4, Locaciones de encomiendas con gréticas de poblacién tomadas de los datos det cuatro 3. Teguingui ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS ( eS Ecatepec Tequcietlen acoatre (or Tne) i i f ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS a Ja ves, considerando a Zumpango, es de suponerse, todavia como un sujeto de Cuauhtitlan y reconociendo sélo las dos cabeceras principales de la encomienda, Ta tepaneca y 1a acolhua.* Quizd la corsecuencia mas interesante fue la disputa entre Cuauhtitlan y Huchtetoca, en la que Cuauhtitlan reclamaba Huchuetoca como tna estancia propia y Huehuetoca reclamaba la independencia como un pue- ‘blo por si ‘Be parte de Huehuetoca estaba el argumento de que su categoria anterior a a conquista no habia sido distinta de la de Zumpango y Citlltepec y Utlaspa, todas Jas cuales se habian “scparado” de Cuachtitlan, y que su status después de fa con- quista no debia ser distinto del de Zumpango, que era una cabecera dentro de Ja encomicnda, Del lado de Cuauhtitlan estaba el argumento de que antes de la con. quista Huchuctoca habia estado gobernada por los tlatogue de Cuauhtitlan. Si nificativamente, el analista indigena no incluyé Huehuetoca entre los pueblos “se- parados” de 1570, porque Huchuetoca, que habia buscado la independencia desde 1551 por lo menos, era todavia reclamada como sujeto por Cuauhtitlan.”” Los miitiples casos de tlatoani contrastan con la asignacién de comunidades ro tlatoani en encomiendas individuales. El valle tiene seis casos de este fenéme- no *® —Chicoloapa, Teocathueyacan, Tecama, Tizayuca, Axapusco y Oxtoticpac— y se recordard que las primeras cuatro figuran como los cuatro casos de creacién temprana de cabeceras resultantes de la encomienda. Las otras dos siguieron en tuna categoria discutida de sujetos, aunque eran encomiendas distintas. Las con- diciones de sujeto-cabecera de las seis se resumen en el cuadro 4. De ellas, sdlo ‘Chicoloapa y Oxtoticpac dan pruebas de tradicién tlatoani parcial o interrumpida en su historia anterior a Ja conquista. Que cuatro resultaran cabeceras inmediata- mente y que las otras dos pujaran por alcanzar el rango de cabeceras, sin éxito wmediito, sugiere notablemente el papel de la encomienda en la creacién de ‘cuxnno 4, Lugares sin tlatoani en encorienda Status Encomienda coriginario _Cebecera originaria Status colontal Axapusco Sajeto ‘Otumba Sujeto (diseutido) Chicoloapa Sujeto Goatlichen -Gabecera (no discutido) Oxtoticpae Sujeto Otumba Sujeto (discutido) ‘Tecama Sujeto Tlateloleo (2) Cabecera (no Teocalhweyacan Sajeto ‘Tacuba Cabecera {no ‘Tizayuca Sujeto Eeatepec Cabecera (no * Tacuba sf levanté una proteta sin efectos contra Ta pérdide de Teocalhueyacan. Es mis, ct status de eabecera de Teoealhneyacan fue afectado por cl desrollo de ‘Tlalnepanta, 2 For gle conc & 100, sox, Mecedey va 5, fl, 10. Ono y Bera, Noto hites de 4a conjuaciéa, 1 page pe Sten, Mercedes val. 3 fol MOW341e. Guria Pimentel, Desrpcide, pp. 258. ‘8 Obaérese que Tacubn ponss avjetos fuer del valle de Diéeco que fueton ctorgados- por seprado en ncomiensa. Lon ssjetos de Tacuba son objeio de efereasa en el Memorial de oe Pacblos y It ‘asta de Antonio Cortes de 1561. Véiue ent, nv, 118: x, epso. Los pueblos gparecen en spas 1 son cramlados en Gibeo, “Llamansento geneal, ¥ Gibeon, "The Tepanee Zone * ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS nuevas cabeceras. En el caso de Tecama, Ia elevacién a Ja categoria de cabecera se produjo muy répidamente y no podemos estar seguros de su afiliacién anterior 1a conguista; es posible que Tlatelolco fuera su cabecera original-* De cuatro de las comunidades ~Tizayuca, Chicoloapa, Oxtoticpac y Teocalhue- yacan— poseemos datos muy detallados de las primeras asignaciones de enco- ‘mienda y, en consecuencia, del cambio de la categoria de depencliente a la categoria de cabecera indiscutida 0 sujeto discutido. ‘Tizayuca, incluida primero con la otor- gacidn que hizo Cortés de Ecatepec a Leonor Montezuma, parece haber sido sepacada de la encomienda y tomada por el propio Cortés; omitida de la otorga- cidn del Marquesado de 1528, fue entregada a la corona en 1531. Chicoloapa, con 1a cafda de su dinastia anterior a la conquista, qued6 subordinada a Coatlichan, y todavia estaba sometice a ella en tiempos de la conquista espasiola; Cortés la separa entonees para hacer la otorgacién de la encomienda a Pedro Lépez." Respecto de Oxtoticpac, sabemos que sirvié a Cortés como parte de la encomienda de Otumba y que, después de verse obligado a renunciar a Otumba, fue separada y transferida a su agente, Diego de Ocampo, como encomendero.** Teocalhiue. yacan, como sujeto de Tacuba, habia sido parte ce la otorgacién de Cortés a Isabel Montezuma. Hacia 1527, después de la otorgacién de Tacuba, Alon- so de Estrada y su esposa “le rogaron 2 Hernando Cortés que les diern’ciertas stancias con Teocalhueyacan”, (La cita es de un testimonio en un proceso legal de principios de la década de 1560.) Cortés acepté, sabiendo que Isabel y su expo- so no reeibirlan de buen grado la pérdida, como fute efectivamente el caso. Después de Ia asignacidn de estas comunidades no-tatoani en encomienda, las tareas de organizacién con que tropezaron los encomencleros fueron menos dificiles de lo que podtia suponerse. En la préctica, si una encomienda no tenia ningén tlatoani, un simple ajuste interno podia hacerla funcionar como si lo tuvieta. Careciendo pues de tlatoque, las estancias eran organizadas siempre para prestar tributo y servicio a alguna autoridad indigena. Ein Ta encomienda era cuestién sblo de designar una de las estancias como capital, clevando a uno de los principales personajes indigenas a Ta categoria de cacique o su equivalente, y encauzando tributos y servicios de otras estancias a través de este nuevo centro. Hasta donde puede asegurarse, los encomenderos en cada uno de Ios scis casos realizaron estos ajustes sin dificultad. Pero aislar una estancia 0 un grupo de estancias de esta manera suponia inva- riablemente la ruptura de los servicios y tributos indigenas de los que habia depen- dido 1a antigua cabecera. La cabecera sufrié una pérdida en consecuencia. Si habia de insistir en su reclamacién, los indigenas en la encomicnda deberian obe- diencia a dos amos: su propio encomendero y los jefes indigenas de su antigua cabecera, fuera de la jurisdiccién de la encomienda. Al encomendero le convenia, en consecuencia, reclamar la categoria de cabecera para su capital de encomienda y afirmar la subordinacién de sus sujetos a ella, a pesar de Ja ausencia de un ta 31 Véswe el capitulo m, nota 61 © Vease of gpndze t 22 Eentepes, Taye © maw, 825 4s Vastra spbiice se. Oxtotepa #8 acy Josh, hg 165, 20. 2, ole S2ee, ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS % teani hist6rico. Podia confiar en esta cuestién en el apoyo de los indigenas de su encomienda, que esperaban Ia emancipacién de las obligaciones tradicional, En efecto, en esos casos la comunidad indigena era con frecuencia la que apoyaba mis évidamente la categoria de cabecers y sus opositores eran los indigenas de su jurisdiccién de procedencia, : ‘Los seis casos de creacién de cabeveras difitieron marcadamente en tiempo yen grado. Teeama, Tizayuca y Chicoloapa fueron aceptadas de inmediato como Eabeceras, a pesar de la debilidad, o ausencia total, de tradicién tlatoani. Sus enco- menderos eran lo bastante fuertes como para prevalecer, o Tas antiguas cabeceras zo protestaron, 0 se establecié el precedente de tal manera que se desarmé 0 pre- vino la oposicién.” Las autoridades indigenas de Tacuba, la cabecera original de ‘Teocalhueyacan, protestaron por el cambio de categoria de Teocalhueyacan, pero aceptaron la pérdida, y en la década de 1560, como hemes visto, entablaron un Titigio con Teocalhueyacan acerca de la afiliaciém de otros sujetos, reconociéndola asien efecto como una cabecera sival.# Oxtoticpac, que podia jactarse de una inastia tlatoani parcial anterior a la conquista, ofrecié el caso mas convincente en términos de los eritecios normales de cabecera.#* Pero a pesat de este hecho y aunque la legalidad de su situacién de ninguna manera la distinguia de las demés, signi6 siendo considerada como una «stancia por su cabecera, Otumba, hasta fines del siglo xvi." Axapusco fue incidentalmente descrita como cabecera en tna ‘orden virreinal de 1565, pero Otwmba siguié reclamandola también y, ya entrado siglo xr, el gobierno indigena de Otumba trataba todavia de obligar a Axa- pusco a que cumpliera con las obligaciones laborales tradicionales de un sujeto. Contra estas demandas, Tos indigenas de Axapusco insistieron en el siglo xvi en ‘que Axapusco era una cabecera y afirmaron, falsamente, que nunca habia sido sujeto de Otumba.* En resumen, las relaciones indigenas originales no fueron mantenidas en Chicoloapa, Teocalhueyacan, Tecama y Tizayuca y el esfuerao por mantenerlas en Axapusco y Oxtoticpac’produjo prolongadas controversias y frastornos. En la encomienda, Jos sujetos eran destigados también ocasionalmente de sus ‘eabeceras para ligarlos a otras cabeceras. Un encomendero poseia poderosos motivos Rens de Fos eds ca 153 que guns eas es eal on cen, nica aus tern coud cols enc, "prs taming nen ya ene ecm e oe Seaepl Sa tee Mae note PBs woe patie els nmin rin de Ctx pore ae ens eres Maras nani re ence mae CRIA nao E ted cet ars cncan sano ee mY Petes foul” 165, oD ks dpa se cles « Tila y Kinng. Vw cia wy B ie - TED uae dina ce te lg po atc Gan, Dic elas Moe ml ear a cogs Ea pt dino i eas ats ca tea a BS Supe pee babe do an gberador ingens en 1589, y foe Indiado a a eet ibe doa gabe lg co 19, fe nda come ee Bo cans fas ab le” eect, va a Sn Pas tea SISSE Recnrcinetwhcne tt Guotee ka Piet SI SEBS Toi, Ye 14, 1 ta a i Paco ei ts Pas Page de tts ae kano s Fon, "Pes pee ob ql nace ewer te ee, opin Goths 16 ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS para usurpar un sujeto, porque si podia adquirit otro sujeto vecino y unirlo a su propia encomienda, sus ingresos por tributos y reserva de mano de obra creceria En consecuencia. Pero las oportunidades de crecimiento de este tipo siempre eran limitadas. Puede recordarse que la concepcién comin del encomendero como despiadado explotador se relaciona con sus tratos con indigenas ya dentro de la fencomienda, no con sus agresiones fuera de ella, Cualquier extensién de su auto- ridad implicaba la correspondiente pérdida de una encomienda vecina y competi- dora, 0 comunidad de la corona. Los funcionarios reales y encomenderos rivales, ‘asi como las comunidades indigenas, siempre estaban alertas a cstas incursiones. Las facilidades legales prestadas a ios indigenas para protestar contra los excesas dentro de la encomienda se ofrecfan igualmente para protestar contra el ataque desde el exterior. ‘Ademés, la corona enviaba otros agentes para controlar los abusos de la encomienda. Que los encomenderos pudieran en muchos casos salvar esta formi- Gable serie de obsticulos y adquirir comunidades fuera de sus primeras donaciones parece més notable que el hecho de que no To hicieran con mis frecuencia. ‘A los encomenderos, por supuesto, les importaba vitalmente la definicién de ‘reas precisas que caian dentro de sus jurisdicciones, y el interés personal los im- pulsata a hacer la interpretacién més generosa posible de Ja intencién de quien Otorgaba el priviiegio. En la profusién de nombres de localidades nativas, la asi nacién eserita de una encomienda no incluia nunca la enumeracién de todos los barrios, estancias y campos que identificarian con precisiGn las localidades pagn- doras de tributos que deberfan ser inciuidas. Aungue los documentos se referian al “Ssefior y sus indios”, las encomiendas se identiticaban por lo general por sus ‘eabeceras, y en todos 10s casos Jos sujetos de las cabeceras eran considerados —por fl encomendero, por encomenderos rivales y por los tribunales-— como contenidos dentro de la otorgacién ‘No era suficiente en casos nada complicados. En las encomiendas forma- das por diversas cabeceras, podia hacerse referencia a todos, especialmente si las cabeceras estaban gcogrificamente separadas y no se rdacionaban de otra ‘manera, como en el caso de Tenayuca y Coatepec; 0 una cabecera en especial podia ser considerada como la “‘cabecera” de la encomienda, como era ocasional- mente el caso con referencia a Cuauhtitlan, Una otorgacién podta, por otra parte, ‘especificar la cabecera y uno 0 dos suetos, es de suponerse que para asegurar su inclusién, y lstas oficiales de las encomiendas en una fecha posterior podian pre- servar esta terminologta* Hucypostla era citada cominmente con sus remotas estancias Tianquistonco, Tlacuitlapilco y Tezcatepec; Tepexpan era aludida en conjuncién con su remoto sujeto Temascalapa; y las referencias a la encomienda de Tequicistlan incluian por lo general a su estancia Totolzingo.** En esos casos no podia haber duda de que las comunidades enumeradas cafan dentro de la ‘encomienda, Pero un opositor del encomendero podia sostener que los sujetos no enumetados cafan fuiera, 0 intereses rivales podtan utilizar la expecificacién como Puede obsenarse en relia con esto que Cortés queda emumerar Ios auctor de ue puedes oc ge angi aun orc a ma en Yon cs a SE rm i vo as tasconen, ppe 208, Caria Pimentel, Relea, pp. 166, 175, 179 FT ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS n pretexto para el status de cabecera, asumiendo la posicién de que si la comunidad Fuera un sujeto auténtico no habia requerido expecificacién.”* ‘El tipo més comin de disputa sobre los sujetos era el conflicto sobre limites entre dos comunidades indigenas. Si un érea discutida estaba habitada, y si podia ecitse que caia dentro de la jurisdicciéa de una encomienda, el interés del enco- mendero cra inmediatamente afectado. El resultado podia ser el conflicto entre tun encomendero y otro, o entre un encomendero y una veeina poblacién indigena En este sentido, Coyoacan, apoyada por el poder de encomienda de Cortés, fue tuna comunidad especialmente agresiva en la primera ctapa. Coyoacan adquirié tres estancias de Huitzilopochco y emprendié una prolongada lucha fronteriza con Xochimilco desde 1520. La estanda de San Agustin Tlalpam fue tomada a Xochimilco en los atios de 1520, devuelta por orden de los tribunales y adquirida Coyoacan en la década de 1540. En un altercado en tomo a reclamaciones por conflictos fronterizos entre los dos pueblos, en 1531, cinco indigenas resultaron Inuettos y otros heridos, y existen pruebas de que la violencia fue provocada por Cortés! Pero en todos estos casos la cuestién era de gran importancia para las comunidades indigenas, y parece que los encomendcros se aprovecharon de. estas divisiones entre los indigenas.*" Vale la pena observar que todos los casos citados se referian a indigenas de filiacién étnica o tribal diferente —tepaneca, culhua y xochimilea.** ‘En uma serie de casos més complejo, las reclamaciones procedentes de la en- comienda misma amenazaban a ciestas cabeceras com la pérdida de sus estancias. La Ccuestién se planted con particular impertancia en el norte, donde las estancias de ‘Tenochtitlan y Tlatelolco estaban situadas cerea de cabeceras indiscutidas poseidas por encomenderos. Para los encomenderos, las estancias eran enclaves extrafios Gentro de los territories de la encomicada, intrusiones no autorizadas en Ia juris. diccign de la encomienda. En ln décala de 1530 Gil Gonailez de Benavides, el tencomendero de Cuauhtitian, se querellé contra los jefes indigenas de Tenochtitlan y Tlatelolco a causa de las estancias de Xoloc, Ozambilla y Tecalco. Lo acompané ‘en su demanda el gobernador indigena de Xaltocan, quien reclamaba que las estan- ‘cas eran sujetos de Xaltocan. Si esto podia demostrarse, las estancias serfan_ presu- miblemente incluidas dentro de la encomienda, puesto que Xaltocan era seialada ‘como tna de las comunidades dentro de la encomienda de Cuauhtitlan. Los testigos indigenas afirmaron de la manera habitual que las comunidades discutidas hablan sido sujetos de Xaltocan “desde que el hombre tiene memoria”, y que Ja reclama- ‘Un ejemplo se da en la dpa ex an y Tenascdap, 41a gue nos hemos rte ma oi Reh Ss ihc eee ee 2 bo ores ‘Soetens gue por auto mo eos com pare leptima dla enccenda de Tepespan, qoe dela voher 2 Grousy faa tbs a tere fos EL agement del encomender en coat de cto, preted eoandel eanrcopa ea una vardades unc de Teperan, propamente dente de lx encomien- oe eee er escapee conga een ele es nh ey Sicc "Le cect eae Coyne 7 Novis sla doceiads en oh SP Ne ion sapiens i nh eclmatnes tri 2 Magee sg ie den ‘ndigen Bn 1564 en vers de a compacta de fos encomenderoy, el seundo Manguts dl Seat ah eee ccytard oct ait ree 2 Aigin mates iterate peo eign sie lpr, publ rea Pi edie tapes os Tas Wade donno whines 2 ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS cién de Tenochtitlan y Tlatelolco era uma innovacién reciente, una usurpacién por lia violencia. Ei argumento de Tenochtitlan y Tlatelolco descansaba no sélo en tuna negativa de estas afirmaciones sino en una autorizacién por Nufio de Guz- min y otros, de quienes se decia que habian otorgado (encomendado) la mi- tad de Xaltocan, con otras comunidades, al jefe indigena de Tlatelolco. La esencia de la disputa se relacionaba con Ia distincién entre sujetos y bienes rai ces. La tierra de las tres comunidades en disputa habla sido poseida por los jefes mexica Huitzitihuitl, Itzcoatl, Montezuma I y Axayacatl, y las tietras de Xaltocan habian sido poseidas por parientes de estos jefes.*" El encomendero y los indigenas de Xaltocan ganaron su causa ante la audiencia en 1531 y en 1536, pero Jos jefes indigenas de ‘Tlatelolco apelaron al Conscjo de Indias en Espatta y la decisién fue revocadas* En 1537, cuando se tomé la decisién del Conscjo, Gil Gonaélez de Benavides estaba en’posesién de Xoloc y Ozumbilla, y es de supo- nerse que también de Tecalco.** Pero hubo adhesién a la decisién y las estancias discutidas fueron asignadas a Tlatelolco y Tenochtitlan. Tanto Tecalco como ‘Ozumbilla eran sujetos divididos, siendo Tenochtitlan la cabecera de una parte y Tlatelolco de la otra. La encomienda de Ecatepec, como Cuauhtitlan, estaba situada al norte de la ciudad, y algunas de las estancias de Tenochtitlan y Tlatelolco parecian caer den tro de su jurisdiccién. A Leonor Montezuma, que cas6 con el conquistador Juan Paz, Cortés le otorg6 Ecatepee y sus estancias como dote en 1527, En su declara- idm de esa fecha Cortés especifieaba Acalhuacan, Coatitlan y Tizayuca (TTeco- ya), como estancias de Ecatepec incluidas en la donacién y justificaba la totali- ad como patrimonio legftimo de Leonor. Como Ecatepee habla “pertenecido” a Montezuma, le parccié correcto a Cortés que le fuera asignada a su hija. ‘Los funcionatios indigenas de ‘Tenochtitlan y ‘Tlatelolco respondieron con la afinmacién de que las estancias de Ecatepec debjan corresponder a los suces res de Montezuma en el cargo, que debian ser “sujetos” de los sefiores ¢ digenas de clase alta (principales) de Tenochtitlan y Tlatelolco. En relacién con esto, se recordard que anterionmente habia existido un estrecho lazo entre la familia gobemante de Teriochtitlan y sus sucesivos tlatoque de Ecatepec. La ‘cuestién se planted ante la audiencia y el Consejo de Indias en una serie de pleitos Se a sea cal ust inne intl conto one coiacin de pointy de thn. Tue dealin, en tio apace innate gta el a ee Sh PED GL ETT, eg vo 2 few Jot, leg. 123, no. 2 BL a Tee pee te ost fo mp 8 Sa Tel 5 pe pt ch Be rep 3 3,199. me son 9192. saw Metis, vl 14 182 vol 7, fl 300% vol 9,6 17 Todos, i} PACS fois. 83v-$4v; ‘Tiers, vol. 265, exp. 6, 2 pag, fols. Irse. Act, Indiferente, leg. 1529, eh a, Jost, leg. 124, no. 5, exp, 4 fl. 38. Sobre copias acon, algunas de as eules iden sic Si “ama Marna sins, wee o apéniie se Eetpee "cz, Jostom eg 124, no. 5. Veane i cata de Disgo Huantzin, que apuds sia gobernador de ‘Tenoctlan, ew Terman Compns, Veyoes Fallat cf enol, vn, 16k. La exta ete, fesbde i532, y tobeta Tiny 7 Tokay tomo actor de Bester” Vee tnbidy fe cuts. de Tite aay ave sum at Eecomencr de Eater de or Cation (Atte) y Aches, cou, Se, 1 FE ee ee eee ae ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS w entre 1531 y la década de 1560. Tizayuca, que pasb a la Corona en 1531, fue elimi. nada de la causa. En 1553 la audiencia otorgs a Acalnnacan la categoria de ‘“yerdadero sujeto” de Ecatepee. Protestando que Acalluacan habja pagudo antes sus tributos a Tlatelolco, los indigenas de Tlatelolco apelaron la decisién ante el Consejo de Indias, pero se les denegé en 1561. Las demés estancias —Coati- tian, Tolpetlac, Coatepec ¢ inclusive nuevamente Ozumbilla y Tecalco— se con- virtieron en tema de discusién. Alguaas habfan sido incluidas ca Ia donaciém de Cortés a Leonor, pero el propio Cortés testimonié mis tarde que no sabia exactamente To que habia otorgado. Otra posiciin interesante asumida por los indigenas de Tlatelolco fue que Cortés no tenia derecho legal para hacer la dona- cidn de Ecatepee, pucsto que Luis Ponce de Leén, el visitador real enviado pata tomar la residencia cle Cortés, ya habla llegado a Nueve Espafia en el momento en gue fue hecha** La audiencia en 1536 habla afirmado que Eeatepec y sus estancizs eran del patrimonio de Monteouma, que las es:ancias tenian esclavos y subordinados de ‘Montezuma, que habjanle pagado tributos como sefior de Ecatepec, y por tanto hhabian sido asignadas con todo derecho a Leonor. La audiencia aftadié que se- ran tibutarios de Leonor aun enando Cortés no hubiera hecho la otorgacién. El Consejo de Indias, sin embargo, hizo una excepeién a este razonamiento. Las sstancias, en opinién del Consejo, no constitefan una propiedad y por tanto no eran heredables de la manera que suponia la audiencia, Asi el Consejo, en 1538, asumié una posicién legal favorable a les pretensiones de Tlatetolco, es decir, que eatepec y sus estancias habian sido sujetos de los indigenas de la ciudad, que Cor- 16s carecia de la autoridad real para crear la encomienda, y que inclusive si habia tenido autoridad, la perdié con la visita de Ponce de Lebn.** El resultado pric- tico fue que la cuestin se dejé a Ja discrecién del vircey, y en lo sucesivo Ta mayoria de las estancias en disputa fueron conservadas por Tlatelolco, Coatitlan siguié pagando tributos en la encomienéa de Ecatepec y siendo considerada dentro de su jurisdiccién.** Pero Tlatelolco pudo exigir servicios de mano de obra de Acalhuacan, Tolpetlac, Coatepec y otzas.”* Un rasgo interesante de estos ‘casos es que ponen en estrecha relacién a tres instituciones que a primera vista parecfan muy distintas: la encomienda espafiola, 4 sujeto indigena y la tenencia privadi de la tierra, con arrendatarios y depen dientes, de los indigenas. El derecho espafiol era claro acerea de la natucaleza de lz encomienda, pero no habla determinado todavia el status preciso del sujeto, Si un sujeto debia su lealtad no a la cabecera corporativa sino al tatoani perti- nente personalmente, entonces estaba compuesto por un grupo de indigenas que Pagaban tributos y trabajo a un individuo especifico y llenaban las exigencias 4 Vea act Justi, ey 159, 0-5. yet, Oe HE Lede arse el ade ca 4 de i de. 1525. Mais ce mio mee Yee Pa9k 99H Teena Mom nd 97, ue Poe te itn cad #'Una docimenticiia completa sobre esto exes que conciene a Bestepes pueden encontaie en dts 4 05 eg 18,05" She hts de ese én Spendie Se ‘2 comae (1941), 1, 9. ree, m, 2930. EI bw dels tascones, pp. 13940. vir, vy 62.64 (Santa ‘Veanse tes demandss de mano de obza en ls comstruccién de los texpancea Wasi 1570, ea Fer ‘inden y Leicht, “Céice dl tcpum", pp. 260° Indien vol 12 (2), fale Sieh 20 ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS cesenciales de In encomienda. De la misma manera, los dependientes que hal taban las tierra “privadas” de otros indigenas y les pagaban con trabajo y the butos tenfan una categoria no fécilmente distinguible de la de los indigenas de 4a encomienda. Cuando esas obligaciones eran confirmadas por autoridades espa Folas, Jos actos cran casi otorgaciones de encomiendas a encomenderos indigenas yeada indicacidn sugiere que los dos procesos —uno de confirmacién patrimonial y 1 otro de otorgacién de encomienda— esteban en efecto confundidos. Los jefce indigenas de Tlatelolco sostuvieron que Ia primera audiencia habia colocade en encomienda la mitad de Xaltocan y ‘Tepeaquilla y otras comunidades propiedad de los indigenas, mientras que la decisién de la audiencia, en 1536, fue clasificar estas otorgnciones no como encomiendas sino que las confirmé como hherencia pri. vada de las estancias de Xoloc, Ozumbilla y Tecalco.* La Suma de Visitas (al. rededor de 1548) inclufa Tecaleo, la estancia dividida de Tenochtitlan y ‘Tlate. loleo, en una enumeracién de encomiendas y pueblos de la corona, con la ad. vertencia de que “sirven a Tos caciques de México”."* Cuando la corona, a prin cipios del periodo colonial, otorgé locaciones especificas a indigenas nobles como “patcimonio”, nadie podia decit si el resultado seria la tenencia privada de la tierra por los indigenas 0 las encomiendas posefdas por indigenas" is entera. mente posible que las otorgaciones originales de Ecatepee por Cortés a Leonor Montezuma, y de Tacuba a Isabel Montezuma, fueran concebidas como confir- Imaciones de herencia, y no ereacién de encomiendas. La suposicién es apoyada por el hecho de que ambas otorgaciones enumeraban las casas indigenas subor- inadas (casas de renteros) que debian ser incluidas, y de que en la propia Tacuba Cortés asign6 s6lo 120 casas a Isabel, muchas menos de las que habrin reaibido en una otorgacién completa de encomienda.™ Fl rasgo notable es que estas heren. cias indigenas fueron clasificadas después como encomiendas permanentes en sentido espaficl. Aunque no todos los detalles estén al aleance de la mano, pare- ceria que este resultado se debié en no poSi medida a las diestras maniobras lepales de Jos maridos espattoles de las mujeres indigenas. La legitimidad de los casos de Isabel y Leonor Montezuma, a pasar de toda Ja mezela intrincada de ideas espaftolas ¢ indigenas, tienen sin embatgo una cuali- dad abstracta remota de la vida indigena ordinaria del valle de México. Por fas- cimantes que parecieran a las mentalidades legales del Consejo de Indias los arew mentos técnicos, los problemas eran resueltos de hecho por funcionarios reales cn cl escenario de los hechos, que determinaban por transaccién y arbitraje sumario ccuiles de las estancias a discusi6n debfan ser asignadas a uno u otro de los recla mantes. Para un observador moderno las decisiones individuales parecen bastante SSE om, aa a ee ae pata Sic cust is Gary apa htndaba, Gey ae Fe ven eet rg pats Mai ‘Resa p24 mae. no 46 fl Soe son, Bisa vl 4, ep. ff re aia poh ae Meo Se ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS a arbitrarias. Los casos se resolvian diversamente, como posesiones indigenas priva- as, como encomiendas indigenas, 0 como sujetos de comunidad en encomienda ‘ode Ja corona. De las encomiendas indigenas, sin embargo, la historia del valle afrece slo los dos ejemplos, Tacube y Eeatepec, y éstos pasaron, en la segunda ggeneracién, de la categoria de encomiendas poseidas por indigenas a la categoria de encomicndas poseidas por mestizos. Iin la historia de las relaciones entre enco- menderos ¢ indigenas, estas encomiendas difieren de otras s6lo por su origen poco habitual, en el primer periodo y su status como posesiones perpetuas mas tarde. [La encomienda es mucho mejor conocida por su subyugaciGn directa de po- blaciones indigenas que por sus consecuencias en las relaciones de cabecera-sujeto. La base de su reputacién como instrumento de maldad, enunciada vigorosamente por primera vez por Las Casas en el siglo xvi, fueron los medios severos utili zados por los encomenderos para obligar a los indigenas a trabajar y a pagar tribu- los tiempos modernos, Silvio Zavala, L. B. Simpson y José Miranda han refinado y ampliado nuestro conocimiento de estos aspectos de la encomienda en el México colonial. Miranda ha prestade especial atencién al papel constructive de Jos encomenderos en el desarrollo econémico de la colonia.”* Las nuevas inter- pretaciones son completamente aceptatles y aplicables al valle de México, 1a severiad de Jos primeros encomenceos pucde explcarse en pte como una extensién del militarismo de la conquista en los afios posteriores a la conquis- ta, La guerra abierta en el valle termind en 1521, pero las reas periféricas al im- perio azteca quedaban por ganarse, y los jefes de expediciones posteriores encon- traron en la encomienda una reserva conveniente de hombres para el reclutamien- to militar, Varios miles de indigenas fueron llevados por Pedro de Alvarado, de su encomienda de Nochimilco, a expeticiones militares a Guatemala, Honduras y Pinuco y, segin declaracién de los indigenas, todos resultaron muertos. Los incidentes implican una leva dréstica, es de suponerse que forzosa. Pero la necesi- dad de esa leva fue relativamente breve. Cesé con la conclusién efectiva de las Conguistas de la perferia y se limité casi totalmente a los afios de 1520 a 1530.7 Los primeros encomenderos hacian ademés fuertes demandas a los trabaja- doves indigenas par € tabejo en euiad. Como h mayora de los encamende: ‘0s se convirtieron en residentes de la capital,” los indigenas de las encomiendas del valle eran susceptibles de ser empleados en labores de construccién en las resi- dencias de los encomenderos. HI palacio de Cortés, la notable residencia privada en la capital, fe construido por trabajidores de Coyoacan y de sus otras pose- siones."* ‘Las casas de Francisco de Mentejo, Alonso de Avila y otros encomen- eros del valle eran sitios que se mostraban en la capital a mediados del siglo xv1. Pero, como en la cuestién de las conquistas periféricas, las mayores necesidades 15 Zovala, La enocmlends indiana. evel, De oncomiendas y propiedad temtoril. Simpson, The Eacomiends in New Sprit. Miranda, El uibuto ‘sdgens, Many "Ls funclin esendrica del ence send 2 ‘delaacién de los indignas Ze Xochimilo e rproduse en cot, xm, 29344, Pero Monte eb joven parce haber wtiado a los indios dela enconienda de av pade ea Arcpotsle para Ta conqusta 4 Yutatin todavz en 1341. Chaubetay, The Congest snd Colonistion of Yocum, p21) com, 1,181. tee, wt, 102. 8 Documentos ingitorvetivoe a Hemén Conte y au fei, pp, 349 x, Temas Compan, Verses ‘cltions ot memes, xv, 137 "9 Gervais de Saas, Crinica, p. 317 @ ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS fueron las primeras, después de que los palacios privados fueron construidos, las demandas de mano de obra disminuyeron. ‘Finalmente, la distincién formal entre encomienda y esclavitud no gan6 acep- tacién en la primera etapa, Las razones son obvias, ‘Toda la historia anterior de In encomiends en las Antlis habia estado estrechamente relacionada con la excl vitud. La cuidadosa diferenciacién planteada en la ley real tenia un aspecto di ante y poco prictico.” Los indigenas capturados en la guerra podian ser legiti- mamente esclavizados aun en la opinién del monarca y, en cierto sentido, todos Jos habitantes nativos del valle haban sido capturados en la guerra, Esta inter- pretacién de la conquista se prestaba al sentido de logro y poder personal de los Conquistadores. El encomendero de Tecama administraba castigos fsicos, se ditt a a sus indigenas usando el lenguaje més soez de la época y se presentaba ante ellos con una actitud opresiva y despética.” Tgualmente, la encomienda era consi- Gerada como propiedad, no simplemente por herencia sino por negociacién 0 venta, Pedro de Alvarado y Francisco de Montejo contrataron en privado Ta trans- ferencia de Xochimilco con sus habitantes y Juan Ponce de Leén alquilaba a se ‘gundas partes los servicios y tributos de sus indigenas. Cortés marcaba a los ndigenas en ‘Texcoco y después los vendia como esclavos.* Los encomenderas justificaban esas medidas ilegales y de explotacin, afirmando que el dominio de los blancos estaba en peligro, que la conquista no habia sido concluyente y que los indigenas podian rebelarse para reafitmar su dominio.” Ta historia de la primera generacién de encomiendas, en cl valle y fuera de &te, es de abuso generalizado y atrocidades singulares. Los encomenderos utili- ‘aban a sus indigenas para todas las formas de trabajo manual, en la construccién, Ta agricultura y la mineria y para el traslado de todos los productos del campo. Les cobraban excesivos tributos y Ios hactan trabajar en exceso, Los encarcelaban, los ‘mataban, los golpeaban y los hacian perseguir por perros. Se apoderaban de sus bienes, destruian su agricultura y se apoderaban de sus mujeres. Los utilizaban como bestias de carga. Les sacaban el tributo y lo vendian por la fuerza con ga rnancias exorbitantes. La coaccién y los malos tratos eran las pricticas diarias de sus vigilantes, calpixque y eapataces. Los primeros encomenderos, sin excepcién conocida, entendian la autoridad espaficla como la disposicién para un oportu- nismo personal ilimitado. ‘Tenemos pruebas abundantes, de los testimonios dados a Diego Ramirez y de ‘otras fuentes, sobre las demandas que hacfan los primeros encomenderos a los in- Aigenas de sus pueblos. Las provisiones de comida, forraje y combustible eran ‘comunes a todas las tasaciones y, a través de ellas, los encomenderos y sus fami- fas tenfan asegurado un sustento regular sin costo alguno. Los tributos inclufan metales preciosos, granos, textiles y una multitud de materiales adicionales com gue los encomenderos podian aumentar su riqueza. La aportacién de sirvientes 1 Yl Sing, The Excominde fNow Seip © ey ds Gants By 45 255,257. sam, Mercedes, vol. 3, fl 3308 Be Gea, pe Cac, Hs de Hi 4333 Vise egy, Cotes, 3 334, SSE Fiehiae anew 125s; on 40m Aron mexicano, 134, et pti, sam, Merode 4, fbr aah, Joss iog 134, 00.1 ot, an, 36 ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS os Jndigenas eran un tasgo coméin del tributo en la encomienda. Los bienes eran epositados por lo general en Ta zesidencia del encomendero en Ia ciudad de Mé- ico, ademis los indigenas trabajaban sus tiercas, dondequiera que se encontraran.* EI historial mds completamente documentado de abusos en las encomiendas ‘del valle corresponde a Tepetlaoztoc, cabecera localizada en las bajas laderas de “jos acolhua, al nordeste de ‘Texcoco." En su primer perfodo de encomienda, re- | flejé la dominacién caracteristice de los indigenas, asf como la lucha por el poder ‘entre los colonizadores espattoles. Cortés se apoderd primero de Tepetlaoztor, al smo tiempo que de Texcoco, Otumba, Chalco y Coyoacan. Pas6 répidamente a os de los partidarios de Cortés, Diego de Ocampo y Miguel Diaz de Aux, y des- “pués 2 uno de los peores enemigos de Cortés, Gonzalo de Salazar A’ prin- jos de la década de 1520, Cortés redujo el ntimero de tributarios que pagaban ‘cacique y a otros jefes indigenas de Tepetlaoztoc y se apoderé de grandes canti- dades de mantas, mafz y objetos de om. Ocampo y Diaz de Aux continuaron _recaudando los tributos. Con Salazar, la clase alta indigena perdié més de sus ‘propids ingresos por tributos a manos del encomendero. La compra de ropa, ali- ientos, oro, combustibles, sirvientes indigenas y trabajadoces era un privilegio, “ademis, la comunidad indigena construfa casas y molinos en Ta ciudad de México gece de ell, par Solan y su mujety pa 28 mayordomo. Teibutos mds fuertes fueron exigidos para costear el via‘e de Salazar a Espafia en 1530, y més de 210 indigenas de Tepetiaostoc inuriewon.levando sus pertencncias 2 Veracruz | para embarcarlas, Durante la ausencia de Salazar, sus mayordomos siguieron recau: | dando el tributo y maltratando a los funcionarios indigenas del pueblo. A su re gres0, Salazar mismo golped a los jefes indigenas y exigié més tributos. Aunque ‘era funcionario real, al igual que Sosa, quien tuvo que devolver Tenayuca y | Coatepec, de acuerdo con las Nuevas Leyes, Salazar pudo conservar Tepetlaoztoe "A tavés de todo el periodo de crisis y to legd a su hijo. En sus empresas econémicas, Salazar usurpé las tiesras indigenas comunales dentro de Tepetlaoztoc y crié ovejas, cerdos, cabras y caballos en tierras tomadas 4 los indigenas. Se apoderd de las casas de comunidad (local para asambleas que tenfan los nativos para tratar los asuntos de la comunidad) y las transformé en luna hilanderia, En el proceso depuso y expuls6 al cacique, obligindolo a con- Yettirse en pastor en otra propiedad, ceica de la cindad de México. El batin y canales de agua para hacer funcionar las empresas textiles fueron construidos a peter eeepere enero nip edge” Eres ie & ease oa a aa em eee Ee as eee ese a ment ahryaie (ae Be CASE GSS Se sas HY GOES a oe | RR SEE ioe ee Ee Ree ce Pirates Gee a hee Se ee | S152 gee en bn ed de tbe er stron a6 colin, ‘Tewaus Company, Voyage, reins sires ouies Sree ess Set ES Onn py ore ue Yop ote SEE SA ae te hs ae vir 8 yell oop os Mee Bice a tr ake at etme, adncts ae ron de us lvenlgneoue..Ainbos esha fisnaes por Vergara a” ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS por la comonidad, por Ia fuerza y sin compensacién alguna. La hilanderia utili Peta el suministro de agua del pueblo, construcci6n anterior a 1a conquista para ‘eber agua y para el rigo, a la que se habian echo mejorias con el fraile domi- viee Deminge de Betanzos. Salazar prohibid ahora al pueblo el uso de esa agua Desde los tltimos afios de la década de 1540, el pueblo sufrié de escasez de agua y las peticiones indigenas de ayuda fueron constantemente dencgadas. No fae sivo hasta Ta década de 1550 cuando la audiencia otorgé un poco de agua al pueblo y entonces sélo entre el mediodia del domingo y Jas ocho de la mafiana Bel tunes de cada semana. La audiencia dispuso también que el encomendero evolviera las casas de comunidad al pueblo, pero esto no se hizo. Algunas tierras de la comunidad fueron devucltas por un breve tiempo, pero fueron readquiridas hijo del encomendero, Juan Veldzquez de Salazar, bajo un sistema de ren- tas, y en la década de 1550 seguta operando Ja hilanderis como encomendero de segunda “vida” ‘Los habitantes indigenas de Tepetlaoztoc tenfan conciencia de las oportuni- dades para la acci6n legal pero, como declararon después, no querian protestar porque Gonzalo de Salazar era una persona temible, un hombre de “carder rigu- Meso y duro”, para quien el abuso era una costumbre constante. La comunidad in- Xigena loge6 por fin la reparacién legal en los aos de 1550, cuando las vistas de Remiren, La’ causa de Tepetlaoztoc fue presentada ante la audiencia en 1552 y ante el Consejo de Indias, en Valladolid, en 1555. Siguieron otros pleitos. Los antecedentes indigenas fueron presentados en una serie de declaraciones y en tuna historia. pieterica de los indigenas (Cédice Kingsborough), testimonios gré- ficos ambos de la explotacién de Ia encomienda. La campafia Tegal fue total: mente exitosa, En los afios de 1550, el tributo fue reducido a uno “normal” de 1100 pesos, la mano de obra fue retiada del control del encomendero , si- tuada dentro del sistema virreinal de reclutamiento de mano de obra.** Juan Ver Vizquer de Salazar procedié entonces a dedicarse a la representacién de los inte rene de la Ciudad de México en Espatia y a la composicién de una defensa te6- Tica, en latin, de la autoridad real sobre el imperio hispanoamericano."* “Los rasgos exractersticos de Ia historia de Tepetlaoztoc son el extremado domi: aio en los primeros tempos y los rapidos cambios sufridos en Tes afios de 1550. Te GBasicign de la usurpacién total de tieras y casas a la técnica més refinada de rentas se advierte con claridad y ¢s tipico tanto dentro como fuera de ta en: Sconienda. La demora de la comunidad en pedir justicia esta expresamente ind corttn fancién del tertor inspirado por el encomendero y sus agentes. La.década de 1580 aparece como un periodo en que Jos poderes del encomendero emperaron sebilitase y en que las comunidades indigenas lograron ejercer una acei6n segin €l derecho espatiol. "A peat de sus primitivos abusos, ls encomienda no destruyé la sociedad i> digena” Como usurpadores de teas, recandadores de tributes, explotadores de Snono de obra o intrusos en los sistemas indigenas de dominio politico, Tos enco- ya fie 18h a 18 0 3 fasts He 151; no! 1 eg 159, 0, 2 exe se Soke egies ar, 8 SRF ete ica Teak ) Mire Cato, Cuerpo de documentes, pp. 374 25, ac, Meseedes, vl. fle, 14658, 25% ENCOMIENDAS ¥ CORREGIMIENTOS 5 mendetos presionaron pero nunca suprimicron Ia comunidad indigena, La en- comienda result6, en Tepetlaoztoe y en otras partes, en una comprensién de las Clases sociales indigenas, tna reduccin de la autoridad de los caciques, la pérdida Ge vida y un severo drenaje econémico; pero después de 1550 seria dificil encon- trar en todo el valle de México nuevos casos de explotacién indigena que pu- Geran atribuirsele** En la dltima mitad del siglo xv, los encomenderos no te- ‘alan més autoridad que otros colonizadores en Ia asignacién de mano de obra jndigena, Siguieron recibiendo pagos en tributo de sus indigenas, pero no parece aque To hicicran en exceso de las tasas tibutarias asignadas por la corona En la lucha que tuvo lugar después entre los encomenderos y el rey a fines del siglo xvr, la primera cuestién fue la herencia de la encomienda. En los afios de 1590, aunque varias encomiendas del valle habian terminado bajo la azarosa aplicacién de las Nuevas Leyes, otras estaban ya cn su tercera “vida”°* Los enco- enderos sobrevivientes segufan presiomando para lograr la perpetuidad, reiteran- do argumentos familiares: que Ia encomienda asegurarfa la cristiandad de los indi- genas, aboliia la idolatria y pacificaria el territorio.™ Las cédulas del siglo xv permitfan la tercera vida ¢ inclusive la herencia subsecuente® Peco mientras tanto, con nuevas epidemias y una progresiva despoblacién indigena, los in- gres0s por tributos declinaban constantemente. Numerosas nuevas otorgaciones, {lamadas encomiendas pero de un caricter muy distinto de las otorgaciones ante- sires, fueron emitidas a fines del siglo xv1 y en el siglo xv. En su mayoria eran rentas vitalicias de cantidad fija, sacadas de tributos de dreas designadas, proce: dentes de encomiendas anteriores ya expiradas 0 de una u otra rama del tesoro real. Eran asignadas a familias nobles en Espafia o en la colonia, y todos los pro- ‘esos de recaidacién de tributos y desembolso de fondos permanecfan en manos de la corona" El pico encomendero del periodo colonial tardfo nunca vela a Jos indigenas que pagaban los tributes, cuyos fondos éi recibia. E] marqués de Salinas, el marqués de San Romén, el conde de Cifuentes y los demds bene- ficiatios de los tributos procedentes del valle en el siglo xvi cran_pensionarios reales, a diferencia de sus predecesores encomenderos dei periodo anterior. Ex- cepto las tres otorgaciones originales a perpetuidad —Tacuba, Keatepec y C can-Tacubaya— todas las encomicndas sobrevivientes del valle en los iltimos Uae aan cud e Vira ates 19. Ve ss A pt (1) a Ty. sdepetuitel nee Be ee an on Nac a eae Aap, To ope ace el aS atta atten a STEEL Dla ah yl ny 9 pie Thats fr bls duane See Pea il ee peeled Tilda irre Ga SSTSE t matet Saat pep oe ts le Bal le ite LOREGGLE SRL L Se at th elie te Stay 98 sca, ‘cédulas, duplicados, vol. 6, fols 112-115». Tarqucmada, Monarchia indian, sees TO RURG' un ai 0 Fe ty ale sls Nae Ee ns, a ac, Gn 0s Fa Py ities Gracies Go." SSesee ha ae, "stes Reatla ifgcta Da" ix Mn Wp 3 on rei le fi SCOTS splte cos gig ll de Mao, Soe keene de las Ghimos tiempos, en general, véaee Act, Mécico, leg. 636; Tndiferente, Teg. 1612, a 86 ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOs ticmpos coloniales eran de este tipo. Y excepto por lo referente a estas tes, la Corona nunca accedi6 a las demandas de encomienda permanente. En 1600, con i trabajo indigena negado, con el tributo determinado por la poblacién, y con Ia poblaciOn indigena reducida en un 80 por ciento o més desde los tiempos de Ia conquista, la autoridad de los encomenderos casi habia desaparecido. La pro. ‘gucsiva decadencia de la encomienda fue acompafiada por la progresiva expan. sign del gobierno civil bajo el rey. Los principales representantes del gobierno real, en orden descendente de rango, eran el virtey, los oidores 0 miembros de Ja audiencia, y Tos magistrados Tocales llamados corregidores. La jerarquia fue cstablecida a fines de la década de 1520 y en la década de 1530. Fue el orginismo a través del cual se expresaron las Grdenes reales y casi todos los actos politicos oficiales y, a diferencia de la encomienda, siguié siendo hasta el final un instru- mento efective de gobierno. Nuestra principal atencién estard dedicada a los corregidores, porque fue en el nivel més bajo donde el gobierno espaol afects més intimamente Ia vida indigena. Estos funcionatios espafioles eran titulados diversamente jucces, justicias, alcaldes mayores, comregidores y, a fines del glo xvm, subdelegados. Para los fines actuales, estos titulos no reflejan diferen- Cas significativas nos referiremos al cargo y jusisdiccién como corregimiento y a Jos funcionarios como corregidores, sin tenet en cuenta los términos particilar y localmente empleados.* En el valle cl término comegidor era muy comin en el siglo xv; el término alcalde mayor se hizo més comin en el siglo xvr y se empleaba en todas partes a principios de siglo xcvmy; y el término subdelegado fue introdu- cido después de 1786 En las instruceiones a la segunda audiencia, emitidas en 1530, el corregimien- to aparecié como una altemativa de la encomienda, un sistema de gobierno y recaudacién de tributos para los indigenas bajo la corona. Que cumplié brevemente con este cometido ayuda a explicar la hostilidad que pronto surgié entre encomende- 0s y corregidores." Algunos corregidores fueron designados inmediatamente a principios de la década de 1530, pero los primeros nombrados estuvieron confinados en la ciudad de México y sélo con permiso podian visitar sus jurisdicciones. La res- taiccién sugiere que la audiencia temia que los comegidores pudieran entrar en conflicto con Jos encomenderos o que pudieran hacer uso de su posicién para la ex plotacién, a la manera de los encomenderos." Aun en la década de 1540, cuando ss Aptana tami a ets cnn cn the ya pen dlc de gu eats nga 9's con Sopa del met pr. pnd tate das ee Seances Macon ee sept sls mye cee Vesey po eet Src te fh Goes tens apna ents 0 eno m0 BE hot pr Gt ps ee pet eon ea cepts “Ven tne 3 = dp chief gle Se Sailor Sho junta ea Tote sha ome cn sede gr soe fn clin ou in Sl et Seg The nds SNe Sapo en qe carp pte en po mites we hie per pln ant ita Un pl one ai pooa tr Amon Deion 135 Seis ISAK oor ue Poon cone a yu "Ven am, Need tt 1 Pe Sor naan cece sur deena canine gnernnennpae chy ti 3 web de lace Wacoal fic soa gen nce ee sos caps re et Siti, at easy ite poten p12 Trews plnco da neg en xi le AI, oe 20 Epa egy id emmy aoeaee 121 Veit Sntt'y ts Sap The Bromo in New Spy wp 12. La cone overs sd Sy os ttn eter SE (Pos Prot 9) 9s te cmd eee BNCOMIENDAS Y CORREGIMIENTOS 37 Jos corregidores eran por lo menos residentes parte del tiempo en sus reas, toda- Ma se acostumbraba pensar que los indios cafan bajo la jurisdiccién de un enco- Jhendero 0 de un corregidor.=* Pero la autoridad del corregimiento se extendié to al grado de incluir a los indfgenas en encomienda y en la década de 1550 [oe corregidores recibieron jurisdiccién civil y penal en casos que afectaran a indige- ras y espatioles asf como en casos que solo afectaran a indigenas. Asi, dentro del mismo periodo de veinte afios que con:empl6 la culminacién y el dextive de los po- eres de los encomenderos, el corregimiento se convirtié en una institucién de plena justicia real Después del medio siglo, cuando Ia encomienda se debilit6 pro- ivamente, el corregimiento Ilegé a abarcar el gobierno civil local en su to- falidad. ‘Al principio, Ja encomienda y el corregimiento estaban intimamente relacio- nados, "Todas las comunidades que no estaban en encomienda en el sentido nor- imal podian sex consideradas como en encomienda al rey, y los corregidores, en ‘onsectiencia, podian ser considerados como los calpixque o mayordomos de las en- comiendas reales. Apenas podemos dudar que los primeros corregidores se conside- farina s{ mismos como encomenderos a corto plazo, sustitutos. En efecto, la posicién orignal de la corona fue que el cargo de comegidor per se aignado 2 encomenderos desposeidos, como compensacién por sus pérdidas.*** Los corre- fidores, por supuesto, eran funcionarios asalariados, lo que no eran Tos encomen- deros, pero en un principio sus salarics dependian exclusivamente dal tributo. En Huitzilopocheo y Mixquic, el comregidor de la década de 1530 debia recibir tributos hasta la cantidad de 260 pesos y su salario de 250 pesos debia ser tomado de all, de modo que sélo la pequefia suma de 10 pesos quedaba para el tesoro real. En ‘Chiconauhtla, en los afios de 1530, el tributo y el salario del corregidor por igual ‘cquivalian a 140 pesos y no quedaba nada para el tesoro. En otros casos, depen- diendo del status de encomienda y poblacién y salario, cantidades mas sustanciales ‘cortespondian a la corona.'® Pero corregidores y encomenderos, cualquiera que fuera la diferencia en el ingreso bruto—y habria que observar que las encomiendas mis pequefias rendfan ingresos més amplios que los corregimientos mejor paga- dos— derivaron primero su pago de ls misma fuente. Es especialmente interesante ver, en el tiltimo cuarto del siglo xv, los nombres de encomenderos que aparectan ‘en la lista de designados en corregimiento: Juan Veldzquez de Salazar, enco- mendero de Tepetlaoztoc, como comegidor de Texcovo y Cuauhtitlan; Francisco Verdugo Bazin, encomendero de ‘Teotihuacan, como corregidor de Cuauhtitlan ¥ Otumba; *" Bernardino Vasquer de Tapia, encomendero de Huitzilopochco, ta ga ti Mea ion Cato ir Ee Se eaereg i Re RTL Pou, mae «96 on. 19 ES RAR) ie Se A SEES GRR SM Serica ane is oe ewe sent SRR A we Mi i ig 5 te adv se, 203y-204y, Z10r210v; vol. 16, fols, 2750-276e; vol 17, fols. Sr¥v, 19lvA92¥, 223-223e; wl. He co Met a 6 6, 6 13, fos. 781-79, acetates HOA ane Sihace jn ee ve EBS ce stepson cose ae as staagies [So coo" Fesam aa COE fos tN on Sai sos ee" OTUMEA Serkayee Sony o81Sie concen oan apa inate eSmnctime Yacastaong earn a Eneacin Ser Mtoe sate Fesnsipestiba "Tn suey \ san Sun \ ca cals Coat ey lett loan achamta Set fio) sy Aan se ga ag “suteae mse CORTEPEG ‘ saa: wok are eee SE coma metres eaageige ste sot Lo co Times rete J Mapa 5. Jurisdicciones politioas del periodo colonial tardio. Pare fuentes y cambios de un periodo anterior, véase ef apéntice III ot ENCOMIENDAS ¥ CORREGIMIENTOS como corregidor de Ecatepec.** Las duplicaciones sugieren una manera en que Ja primera antipatia entre encomenderos y corregidores se reconcilié, cuando tos ‘encomenderos buscaron otras fuentes de ingresos. Los primeros corregidores recibian sus alimentos, forraje, combustible y servi- cio de los indigenas como una porcién adicional de sus salarios, asi como los encomenderos reeibfan los suyos en forma de tributo extra. En Chalco durante la década de 1540, el conegidor y su ayudante recibian legalmente de los indios de la jarisdiccién bienes y servicios diarios que incluian tres pollos, una fanega y media de maiz, 200 chiles, un pilin de sal, doce cargas de forraje, ocote, una carga de carbén, doce cargas de madera o combustible y el trabajo de ocho sirvientes indigenas. Las dos terceras partes eran para el corregidor y wna tercera parte para su ayudante."* Los indigenas del corregimiento tenlan que mantener y reparar, ademés, la casa del comegidor y prestar otros servicios. Parece probable que los tributarios indigenas vieran poca diferencia entre este tipo de pago a los corregi dores y los tributos y servicios que debian a los encomenderos y a sus propios funcionarios indigenas. En el caso de Chaleo, los alimentos y otros suministros se convirtieron, en 1552, en un pago anual de 500 pesos." No obstante, en Chalco y otras partes la demanda de sirvientes indigenas por los corregidores, los sumi- nistros de forraje y otros bienes se protongé a través de todo el periodo colonial Después de las primeras décadas, los corregidores debian pagar por los bienes y recompensar a los servidores, pero Ia demanda de bienes y servicios no se mo- dificd." En cada corregimiento desarrollado, el personal completo del corvegidor con- fa en un teniente, un alguacil, un escribano y un intérprete. Pero Tos corregido- res no trataban constantemente con todo el personal, y de los diversos ayudantes €l teniente y el alguacil fueron siempre los mas importantes.* En principio, los nombramientos eran hechos pot la autoridad virreinal, pero en realidad algunos co- tregidores eran nombrados desde Espafia, y algunos asumian la facullad de desig- nar a sus propios stibordinados:** El nombramiento era generalmente anual, pero con frecuencia se extendia por periodos més largos. Cuando les corregidores mo- ran 0 se encontraban incapacitados, Ios tenientes ocupaban el cargo.** El corre- 298 40g, Mscedes, vol. 23, fo, 272, {o> ast 16%. "Hay tna Tye cousin on ite to sca dele dattacibn extra exer 4.slgmetWae Soe el odo de mbit p. £5 Fin sempbr eis Ge ahmenton, lek 7 [ern pgeon alos Seon ves, 148 4 EV Sede ns tonne; poss "0 Por seuple en Meveazng, nye, vi, 14, conte 273,279. a cela Ge Chalo se expla en nx, vi, 197,» Soee el modo de fut pp’ 586. Pus Otar onvenons ees vese Dion, vn S97 ty Lom, Messitn al ast SIMs eu det 10 oS Tes putt tales pen her so il mo qu on 60 none aie sete Antbor nleatan ceaeeieeee a Mende ie ole Wale Chee Sone Es oni, 82. Algnos oreginitos del le tna algea mess que toy Tela lene Yel mmo Vanco et Saigasdn sigue vos cn amb tos eae Suey SD Sh an 1 ‘At Las depos de deigansén por dient atrdedes y cts dor spxzcen docmentados 2 es, Genera de pate, yt he foe Wbel96r Wh by fala Ava wl 6, TING Menelen ac fat 2Sie Vek labia ac mex, 20 ‘88 te "ufo" pod spice, tm embago, un peodo de diets mene. Vine, ack, Genel & ENCOMIENDAS Y CORREGIMIENTDS a gidor y su personal normalmente residian y haclan justicia en una de las cabeceras dentro de la jurisdiccién del corregimiento; otras veces, los fumcionatios altersaben entre las cabeceras, o dividian los deberes de tal manera que el corregidor mante, nia la sede principal en una cabeceray el teniente una sede subordinaca en otra. Las capitales o lugares de residencia eran conocidos también algunas veces como cabeceras de las jurisdicciones,"* y basta observar simplemente que exte uso se refiere a la orginizacién espafiola del corregimiento y no debe confundirse con otros significados del término cabecera Ningiin cambio jurisdiccional importante que afectara al comregimiento se pro- ajo entre 1550 y la introduecidn de la intendencia de origen francés en 17862" Los comegimientos fueron legalmente abolidos por las leyes de intendencia, sien do asumidas Tas posiciones de corregidores por subdelegados bajo la super sid de intendentes. Los salarios del primer tipo no fueron abandonados; eo ver de ello, los subdelegados recibieron et 5 por ciento del ingreso por ‘ributos de su zona como salario."* Bl cambio estaba pensado como una medida de reforma para climinar la corrupcién del corregimiento, pero en esto, como en otres muchos as ppectos, fracas6.**° Todo el valle y una gran parte de su alrededor calan dentro dle Ia sola intendencia de Mésico, Las jurisdicciones teritorales de subdelegados en la década de 1790 no diferian de las de los primeros corregidores, El virrey Revillagigedo aludia a los corregidores que segufan en sus cargos “‘con el nombre de subdclegados” y los titulos de los nuevos funcionarios a veces aparecian en la forma de “corregidores subclelegados". EI término corregidor era usado todavia 8 principio del siglo xx" La transisién al sistema de intendencia apenas reper. cutié en la sociedad indigena, El corregimiento, como la encomienda, exigian una delimitacién de zonas y un nuevo trazado del valle y para ello las unidades cabecerasujeto fueron nue- vamente la base esencial. El nuevo trazado del mapa no pudo fijare en forma permanente hasta los afios de 1550, cuando el comregimiento logré plena autoridad politica sobre las dceas de Ia encomienda, Los primeros corregidores se encargaron de diversos pueblos y regiones al ser liberados de la encomicnda, proceso que dio un cardcter antsistemtico a la distribucién de corregimientos en los afios de 1530 y 1540. En los aos de 1550 habian surgido nueve correg- mientos en el valle, peto nuestra documentacién ¢s atin insuficiente para mos. Eee ter ce tens hn el el plo wns Med 1 fats. 207vabér; General de pate, wl 5, fol. bv, ie Gage felts Fa etmom ow 306, et dt oe Sse cyan Cen, ES AL 2, Uy ce Sige Vaal ae eae fn BS She eens ne ; Us Shee i mde, wa Rie The tnd So, Noe ff nonenae ae eee ° i Re ism oe eat 2p soem io fee SE va mem am Tye, a Pheri aml a ne Ke em sige na etre SMES SP ec ASS ptt ae ROL Rs PET OS doe Erie re ne eta Sn 2 Tai 22 tee 1, Eg cn on 2 De GSD), 228, ek 3 Eiri Va a Sieh age mt

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