You are on page 1of 60

PROMUEVE DEMANDA POR DAÑOS Y PERJUICIOS.

SOLICITA
MEDIDA CAUTELAR URGENTE-

Señor Juez:

Gabriela Anahí Abad T° 123 F° 194 C.P.A.C.F, domicilio electrónico CUIT


N° 27-33526206-4, Monotributista, en mi carácter de letrada apoderada de Moira
Lorena Farias, D.N.I 24.242.976, constituyendo domicilio procesal en la calle
Santiago del Estero 366 Piso 6 Of. 66, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, (correo:
estudiojuridico.gabad@gmail.com/ Cel.- 1539262302), a V.S. me presento y
respetuosamente digo:

I.-PERSONERIA. –
Que conforme lo acredito con el Acta Poder –con certificación ante Escribano
Raul R. Dussaut- que se acompaña (art. 53 Dec. 1798/94) soy apoderada de Moira
Lorena Farias, D.N.I 24.242.976, con domicilio real en la calle Av. San Martin 2245
Planta baja, Localidad de San Martin, Pcia. de Buenos Aires.

II.- OBJETO.-
Que vengo por el presente a promover formal demanda sumarísima en los
términos del Art. 53 Ley 24.240 (LDC) contra BBVA BANCO FRANCES
SOCIEDAD ANONIMA (en adelante “BBVA”), CUIT 30-50000319-3, con
domicilio social en calle RECONQUISTA 199, C.A.B.A., pretendiendo de V.S:
-Se declare la nulidad o inexistencia del préstamo personal preaprobado
Nº 155-31-96-00093880 y acreditado unilateralmente por el Banco, que jamás fue
solicitado por la actora, por la suma de PESOS DOSCIENTOS VEINTISEIS MIL ($
226.000).
-Se lo indemnice por el daño moral sufrido por la suma de PESOS
CIENTO CINCUENTA MIL ($150.000) y/o lo que en más o menos surja de la
prueba a producirse y/o lo que en definitiva fije V.S al dictar pronunciamiento.
-Se sancione a la demandada con una multa civil por la suma de PESOS
DOSCIENTOS MIL ($200.000) en concepto de daño punitivo, y/o lo que en más o
1
menos surja de la prueba a producirse y/o lo que en definitiva fije V.S al dictar
pronunciamiento.
Todo ello más los intereses devengados a partir del día del hecho, la
desvalorización monetaria habida, costos y costas del proceso. –
-Una MEDIDA CAUTELAR CON CARÁCTER URGENTE, que
ordene la inmediata abstención del Banco de continuar efectuando descuento
o débito alguno sobre las cuentas del actor, en relación a las cuotas del
préstamo Nº 155-31-96-00093880 que, tal como se acreditará, JAMÁS fue
solicitado por esta parte, siendo VÍCTIMA DE UN ARDID O ENGAÑO
MEDIANTE EL MECANISMO DE “PHISHING”. Al mismo tiempo se
solicita se ordene a dicha entidad bancaria a que se abstenga tanto de efectuar
acciones judiciales en contra de la accionante como de ingresarla en una base
de morosos ante BCRA en relación al préstamo no consentido. Todo ello
mientras dure el presente proceso.
Fundo la presente demanda en los hechos y el derecho que se expondrá a
continuación.

III. HECHOS.
A.- Antecedentes. La pandemia y el cambio de hábitos de consultas
bancarias impuestos al accionante
La actora es una persona de 46 años de edad, lejos de ser una nativa digital,
quien tiene escasos conocimientos en materia informática y/o de contratación vía
electrónica.
La accionante es cliente del Banco BBVA hace más de dos años
aproximadamente, titular de una caja de ahorro en pesos Nº 155-44253/1, donde
cobraba su sueldo. Con anterioridad a la pandemia, canalizaba sus reclamos y consultas
a través de la sucursal, apersonandose dentro del horario bancario en cualquier
momento, o bien, telefónicamente al centro de atención telefónica del Banco.
Con motivo a la pandemia por la propagación del COVID-19, la atención
personalizada del banco se vio reducida notablemente. En un primer momento las
sucursales se encontraban cerradas y sus canales telefónicos sin atención. A partir del
mes de abril de 2020 aproximadamente, se retomó la atención personalizada de los
2
bancos, pero de manera restringida: con turnos tramitados y otorgados de antemano
para cada día de la semana, según la terminación del DNI de la persona.
La atención telefónica también se paralizó, siendo los únicos medios de
“respuesta medianamente rápida” las redes sociales, como ser, INSTAGRAM,
TWITTER Y FACEBOOK. Es así como el Banco BBVA promocionaba sus redes
para que los miles de clientes canalizaran sus reclamos o consultas por dicho medio
(VER ANEXO I, donde se acompañan capturas de pantalla de sus redes sociales).
En consecuencia, ante cualquier consulta o reclamo, el Banco imponía
a sus clientes manejarse 100% por canales online, principalmente redes
sociales.

B.- Maniobra de phishing denunciada.


El día domingo 19 de Agosto de 2020, alrededor de las 19:00 horas, mi
mandante fue víctima de una maniobra de phishing, a través de la red social
FACEBOOK mediante su chat interno MESSENGER, cuando delincuentes
informáticos bajo engaños lograron sustraerle datos bancarios y lograron ingresar de
esta forma, al canal virtual HOME BANKING.
Como se dijo anteriormente, mi mandante necesitaba realizar una consulta al
Banco, no teniendo otra opción que manejarse por redes sociales. Es así que hizo la
consulta al perfil del Banco e inmediatamente un tercero, fraudulentamente, lo
contactó por ese mismo medio, presentándose como empleado de la entidad,
ofreciendo su ayuda para canalizar su consulta. Para ello, comenzó a solicitarle sus
datos para asesorarla, generando la absoluta apariencia y confianza creando la
convicción de “hablar con el banco”.
Luego de haber obtenido los datos bajo engaño, el delincuente logró ingresar
al sistema de home banking de la actora, solicitando un préstamo personal
preaprobado unilateralmente por el Banco, bajo el Nº 155-31-96-00093880, acreditado
en su caja de ahorros en pesos Nº 155-44253/1, por la suma de PESOS
DOSCIENTOS VEINTISEIS MIL ($ 226.000) a reintegrar en un plazo de 60 meses
(60 cuotas) a debitarse mes a mes desde su cuenta bancaria, dinero que, como se dijo,
jamás fue solicitado por mi mandante.

3
Cuando esta parte dice crédito “preaprobado” significa que el mismo se
encontraba a disposición de la actora “a un solo click” no teniendo el cliente que hacer
ninguna gestión personal ni chequeo posterior, ni nada por el estilo.
Luego de efectuada la acreditación inmediata del préstamo en la cuenta de la
Sra. Farias, ese mismo día el tercero efectuó fácilmente y sin control alguno del Banco,
una única transferencia por la totalidad del préstamo, es decir, PESOS DOSCIENTOS
VEINTISEIS MIL ($ 226.000). La consumidora tomó conocimiento de ello a partir
del mensaje de texto que recibió a las 19.02 hs. del 19.08.2020 en su celular número
11-6308-2811 compañía celular MOVISTAR, desde el número 2282, que informaba:
“Se debito una transferencia inmediata a 27355732032 por ARS 226.000,00. Más
detalle en banca online. BBVA”.
A partir de ese momento, la actora quedó inhabilitada para acceder a su home
banking, toda vez que el delincuente informático le modificó fácilmente su clave de
acceso.
La Sra. Farias comenzó a desesperarse, al percibir el engaño sufrido, y a su vez,
imposibilitado de frenar el accionar delictivo, ya que se le había sido bloqueado su
acceso al home banking. Lo único que el sistema del Banco le permitió a mi mandante
fue ser “testigo privilegiado” la tragedia financiera ocurrida en su cuenta en tan solo 10
minutos.

C.- Los reclamos efectuados ante el Banco y la denuncia penal.


Atento a que la estafa electrónica ocurrió en horario no bancario,
inmediatamente el 20/08/2021 la actora se dirige a la sucursal, para informar lo
ocurrido y hacer el reclamo correspondiente ante el Banco. Toda vez que no la actora
consiguió turno por internet, le negaron la entrada a la sucursal, no obstante, los
imperiosos pedidos de que pueda ser atendida por un oficial de atención, para que
tomen las medidas necesarias para dejar sin efecto las operaciones fraudulentas. A
pesar de sus ruegos, no tuvo otra alternativa que volver a su domicilio y solicitar un
turno, que logró obtener para el 21/08/2020. Al día siguiente, regresa al Banco y
efectúa el reclamo correspondiente, quedando a la espera de una respuesta. También,
a partir de ese día, la actora comienza a presentarse en numerosas oportunidades en la
sucursal (se acompañan los turnos solicitados) insistiendo día a día con su reclamo.
4
También, comienza a intercambiar numerosos correos electrónicos con su ejecutivo
de cuentas DIEGO GIANOTTI a su correo electrónico diego.gianotti@bbva.com, a
quien le brindó todos los datos y colaboración necesaria a la demandada para “analizar”
el reclamo. Es así como con fecha 25/08/2020 consulta por las novedades del reclamo,
reiterando su pedido el 01/09/2020, el 03/09/2020, el 11/09/2020, el 17/09/2020, el
23/09/2020, el 28/09/2020, 14/10/2020, recibiendo respuestas sin soluciones, solo
evasivas por parte del Banco. Con fecha 23/10/2020 la actora solicitó que le informen
la cuenta destino del dinero, conforme se lo solicitó la Dra. Gimena Sol Rozas, Auxiliar
Letrada de la Unidad Funcional de Investigaciones Complejas N° 8, Departamento
Judicial San Martin. Dicha cuestión tampoco fue evacuada por el Banco, adoptando
una postura de falta de total falta de colaboración.
La accionante, paralelamente a los reclamos administrativos frente al
Banco, con fecha 8 de octubre de 2020, efectuó la correspondiente denuncia
penal radicada en la Unidad Funcional Número 8 del Departamento Judicial
San Martín, a cargo de la Sra. Agente Fiscal Dra. Verónica Perez, tramita la
Investigación Penal Preparatoria Nro.15-00-035662-20, en orden al delito de
estafa, cuya víctima/denunciante resultó ser la actora. Esta parte manifiesta que
demoró en hacer la denuncia penal, en primer lugar, por desconocimiento de cómo
proceder ante tal maniobra, y segundo, porque presumió –ilusamente- que el Banco
solucionaría lo ocurrido, sin tener que llegar a instancias superiores.
Finalmente, con fecha 19/10/2020 (casi dos meses después) el oficial de cuenta,
luego de reiterados reclamos, le informa que “el reclamo fue resuelto con dictamen
"desfavorable" ya que no se trató de un fraude sino de una estafa telefónica”.
En consecuencia, la actora procedió a enviar una carta documento por Correo
Argentino bajo el Nº 068882445, de fecha 27/10/2020, entregada al banco el
02/11/2020. La misma tenía el siguiente tenor: “C.A.B.A, 27 de octubre de 2020.
Dirijo a Uds. la presente en mi carácter de titular de la caja de ahorro Nº
1550442531 abierta por ante vuestro banco. Conforme Investigación Penal
Preparatoria Nro.15-00-035662-20, que se instruye con intervención del
Ministerio Público Fiscal, Departamento Judicial de San Martín, Pcia. de
Buenos Aires, iniciada en fecha 8 de octubre de 2020, fui víctima de una
maniobra de phishing sobre mi cuenta sueldo, generando diversas
5
transacciones que no fueron realizadas por mi persona provocando un daño de
enorme consideración. Desde ya denuncio que -más allá del engaño que los
delincuentes provocaron en mi persona- la maniobra no podría haberse
realizado sin la absoluta vulnerabilidad que ha mostrado vuestro sistema. Que
estas deficiencias resultan más reprochables, según lo averiguado en estos días,
en el marco de la multiplicación de este tipo de maniobras desde comienzos
del año 2020, circunstancia que debería haber provocado que vuestra entidad
tomara otros recaudos para aprobar determinadas operaciones sospechosas. El
daño consiste en el otorgamiento de un crédito preaprobado que sacaron en mi
nombre por la suma total de $226.000, en 60 cuotas mensuales y consecutivas
con fecha 19/08/2020; suma que en su totalidad fue transferida por el
delincuente informático mediante una única transferencia por la suma de
$226.000, a una cuenta cuyo destino desconozco, ese mismo día. Realicé el
reclamo correspondiente ante Vtra. Entidad, solicitando que dicha operación
se retrotraiga y de su parte solo tuve una respuesta negativa y predeterminada,
desligándose de toda responsabilidad. En este acto denuncio vuestra
responsabilidad en el daño acaecido por varias razones: la primera, tiene que
ver con el no haber tomado ningún recaudo a fin de mejorar y hacer más
seguros sus sistemas informáticos, por ejemplo cargando instrucciones
algorítmicas que permitan detectar automáticamente operaciones sospechosas
(ya sea por los montos, la inhabitualidad de los movimientos, los destinatarios
sospechosos, etc.). Otra forma sencilla de evitar esto sería generar un sistema
de direcciones ip seguras o habituales, pidiendo confirmación telefónica
cuando las operaciones son realizadas desde computadoras o teléfonos que se
conectan desde direcciones ip no habituales. Con lo ocurrido queda al
descubierto la fragilidad de Vtro. Sistema, y que el Banco no cuenta con
mecanismos de seguridad informática que garanticen la confiabilidad de la
operatoria. Segundo, no puedo dejar de señalar que ha sido vuestra empresa la
responsable de haber generado el riesgo de dejar en mi cuenta un crédito pre-
aprobado - por un monto enorme de $226.000- sin haber siquiera confirmado la
operatoria con un llamado telefónico para asegurar la misma. En estas
condiciones el riesgo de que mi cuenta haya sido vulnerada por un delincuente
6
informático de ningún modo puede estar en mi cabeza, debiendo el Banco
correr con el riesgo de la pérdida dineraria por la suma depositada en mi cuenta
(y posteriormente transferida por los delincuentes) la que asciende a $ 226.000.
Tercero y último, destaco la falta de información o alertas por parte de vuestra
entidad acerca de las maniobras estafadoras que estaban creciendo en los
últimos años, dando un salto exponencial durante lo que va del año 2020. Con
simples envíos de alertas, videos online, etc. que explicara lo que estaba
sucediendo hubieran evitado que cientos de clientes como yo hubiera caído en
estas maniobras. Asimismo, como ya es de público conocimiento, es notorio
que Vtro. Banco incurre en prácticas discriminatorias, toda vez que al Sr. “Toti”
Pasman –figura pública, cliente de vtra. entidad- sufrió una maniobra delictiva
similar que fue inmediatamente revertida y solucionada por uds.; lo cual
solicito que en mi caso se proceda con el mismo tratamiento. Por lo expuesto
INTIMO a Vtra. entidad para que en el plazo perentorio de 48 hs. contadas a
partir de la recepción de la presente: 1) Proceda a anular el préstamo otorgado
mediante la maniobra fraudulenta denunciada debido a que jamás mi parte
consintió, suscribió y/o prestó conformidad alguna para suscribir el préstamo
“preaprobado”, siendo a su entero riesgo las sumas depositadas en mi cuenta
y que luego fueran transferidas por los delincuentes informáticos.- 2) Se
abstengan de debitar cuota alguna de mi cuenta por dicho préstamo, que como
dije, esta parte jamás consintió; 3) Asimismo, solicito que se abstenga de cursar
cualquier tipo de intimaciones de pago como así también de incorporarme a
alguna base de datos de informe crediticio con causa en esta deuda inexistente
y 4) informe todos los datos referidos a la transferencia realizada ilegalmente
(destinatario, cuenta destino, banco receptor, etc). Todo lo anteriormente
expuesto bajo apercibimiento de iniciar las acciones administrativas y/o
judiciales que correspondieren, haciendo expresa reserva de reclamar los daños
y perjuicios patrimoniales, morales y/o punitivos habidos en el caso. Advierto
desde ya, que en caso de silencio el mismo será interpretado como negativa
quedando expeditas las acciones pertinentes.- Efectivamente del juego
armónico del art. 263 del CCyC y el art. 4 de la LDC (que establece la obligación
de los proveedores suministrar información cierta clara y detallada) en el
7
supuesto caso de guardar silencio el mismo será considerado como una
manifestación de voluntad, toda vez que vuestra empresa tiene el deber de dar
cuenta de la información con la que cuentan sobre este conflicto.- Si esta
información difiere de la aquí denunciada, deberán Uds. hacer saber dicha
circunstancia en virtud del deber aludido, caso contrario, se interpretará que
reconocen todos y cada uno de los extremos fácticos aquí formulados. Desde
ya les informo que me encuentro siendo asesorado por la Dra. Gabriela Abad
(Mail: estudiojuridico.gabad@gmail.com, cel. 153926-2302) que se encuentra
facultada para tratar el tema en mi nombre y representación. Quedan uds.
debidamente notificados.-”
Asimismo, paralelamente la actora solicitó una mediación prejudicial
obligatoria, realizándose una única audiencia con fecha 05-11-2020, sin arribar a
ninguna solución conciliatoria.
Tardíamente, el banco responde la carta documento, con fecha 18 de
noviembre de 2020, mediante una nota membretada, notificando: “De nuestra
consideración: Nos dirigimos a Ud. en respuesta a su CD Correo Argentino
Nro. 068882445, la cual nos vemos en la obligación de rechazar. Al respecto, le
informamos que, luego de efectuadas las averiguaciones correspondientes, no
se registran indicios de fraude sobre las operaciones detalladas en su misiva,
las cuales solo pudieron haberese efectivizado con su usuario y clave personal,
teniendo Ud. la obligación de no divulgar ni suministrar dichos datos a terceros
conforme lo establecido en las condiciones generales de contratación de
productos y servicios por Ud. suscriptas oportunamente, Atento lo expuesto
deslindamos cualquier tipo de responsabilidad que usted pretenda imputar a
esta entidad en relación a los hechos narrados en su misiva. Sin más, saludamos
atentamente”. La nota se encuentra “suscripta” pero sin firma ológrafa, por quienes
dicen llamarse Luciana Pique y Matias E. Toli, abogados, sin identificarse en sus
respectivas matriculas del Colegio de Abogados al cual pertenecen ni tampoco
informan ser apoderados del Banco.
La actora no tuvo otra opción que solicitar el STOP DEBIT de las cuotas del
préstamo ilegalmente impuesto, ya que se ve imposibilitada económicamente de
afrontar las cuotas. Se acompaña un Excel extraído del HOME BANKING donde se
8
pueden apreciar el detalle de las 60 cuotas del préstamo solicitado SIN EL
CONSENTIMIENTO DE LA ACTORA. La primera cuota era en el mes de octubre
del año 2020 por el monto $23.440,87. Véase conforme recibos de sueldo que se
acompañan, los haberes de la actora ascienden a la actualidad a la suma de PESOS
VEINTE MIL CUATROCIENTOS TREINTA Y NUEVE ($20. 439,00). Es
decir, la primera cuota es de $3.000 más que los ingresos de la actora. En consecuencia,
y como más adelante nos explayaremos, se aprecia la falta de razonabilidad del banco
al otorgar esta enorme cantidad de dinero, sin ningún tipo de parámetro.
Ahora bien, atento los inminentes débitos de las cuotas, sumado a la
inseguridad que le provoca a la actora continuar cobrando su sueldo en un banco cuyo
sistema informático es inseguro y fácilmente manipulable, decidió cambiar de entidad
para cobrar sus haberes. Por ello tuvo que proceder a la apertura en otro banco –
Santander Rio específicamente- de una nueva cuenta de caja de ahorros, bajo el número
499-356622/8.
Atento lo ocurrido y los hechos narrados, la actora no tuvo otra opción
de iniciar la presente acción judicial con el expreso requerimiento de una
medida cautelar, a efectos de que se ordene al Banco se abstenga de continuar
debitando cuotas de un préstamo no solicitado y evitar el agravamiento de los
daños producidos mientras tramita la presente causa.

D.- Los casos generalizados. Medios de Comunicación. Campaña


realizada por los Bancos.
Lo que resalta aún más el grado de reprochabilidad de la conducta del banco
demandado, es que lo sucedido a mi mandante no resulta un hecho aislado, sino que
ha sido un problema de enorme magnitud que “explotó” en la pandemia con miles de
afectados en todo el país. Recordemos que la pandemia obligó a miles de clientes
analógicos como la actora a “introducirse en forma inmediata y a la fuerza al mundo
digital”. La situación fue un caldo de cultivo para que los delincuentes informáticos
operaran, y en ese marco, se activó una “pandemia de estafas”.
La pregunta que se impone en estas condiciones y que resulta un poco el
meollo de este planteo judicial pasa por contestar el siguiente interrogante: EN ESTE

9
CONTEXTO, ¿QUE HIZO EL BANCO FRANCES PARA PROTEGER A SUS
CLIENTES? ABSOLUTAMENTE NADA. Sobre esto volveremos más adelante.
Veamos algunas notas periodísticas que daban cuenta de la problemática
generalizada que nos ocupa:
● “Denuncian estafas virtuales en cuentas de BBVA Francés” (El Diario
Sur.com, 4 de noviembre de 2020)1
● Alertan por un crecimiento preocupante de las estafas digitales a
clientes bancarios. (Telam, 18/10/2020)2
● ¡Lo engancharon! Toti Pasman fue víctima de una estafa virtual y casi
pierde “una fortuna de plata” (Clarin, 22 de ocubre de 2020)3
● “Ciberdelito: desde el inicio de la cuarentena, los ataques informáticos
crecieron cerca del 70 por ciento” (Infobae de fecha 22 de Octubre de
2020)4
● Estafas bancarias por redes sociales: lo que necesitás saber para no ser
víctima.5 (La Nación, 13/08/2020)
● Preocupación por el aumento de estafas bancarias virtuales. 6 (Clarín,
01/08/2020)
● ESTAFAS ELECTRÓNICAS ¿EXISTE POSIBILIDAD DE
RECLAMAR A LOS BANCOS? (UCU, 26/07/2020)7

Conforme las imágenes del ANEXO II que se acompaña al presente, V.S podrá
apreciar que el BBVA comenzó con la campaña de prevención y “concientización” el
04/09/2020. La pandemia y sus consecuencias comenzaron puntualmente el

1
https://www.eldiariosur.com/esteban-echeverria/2020/11/4/denuncian-estafas-virtuales-en-cuentas-de-bbva-frances-
43583.html#:~:text=Clientes%20del%20banco%20BBVA%20Franc%C3%A9s,y%20el%20interior%20del%20pa%C3%ADs.

2
https://www.telam.com.ar/notas/202010/526155-alertan-por-un-crecimiento-preocupante-de-las-estafas-digitales-a-clientes-
bancarios.html
3
https://www.clarin.com/fama/toti-pasman-victima-estafa-virtual-pierde-fortuna-plata-_0_ZMPH_3x80.html
4
https://www.infobae.com/sociedad/2020/10/22/ciberdelito-desde-el-inicio-de-la-cuarentena-los-ataques-informaticos-
crecieron-cerca-del-70-por-ciento/

5
https://www.lanacion.com.ar/economia/estafas-bancarias-redes-sociales-lo-necesitas-saber-nid2418411

6
https://www.clarin.com/opinion/preocupacion-aumento-estafas-bancarias-virtuales_0_8PUGrEIuE.html

7
https://ucu.org.ar/estafas-electronicas-existe-posibilidad-de-reclamar-a-los-bancos/
10
20/03/2020. Nada hizo el Banco en seis meses para prevenir que las estafas ocurran.
Si no lo pudo prever el Banco, menos los consumidores vulnerables e inexpertos.
Bajo el hashtag “aprendiendo a cuidarnos” y la consigna “ayudanos”,
permite presumir que el Banco, antes de la “explosión” de las estafas electrónicas
tomaran estado de conocimiento público, no conocía o no sabía (“aprendiendo”)
cómo transmitir a sus vulnerables clientes los riesgos de manejarse ante aplicaciones
online y redes sociales, que el mismo Banco induce a consumir. Apela a los
consumidores a “que lo ayuden”, cuando debería tener un sistema informático seguro.
Asimismo, la situación llegó a una gravedad tal, que los bancos, tarde por cierto,
iniciaron una fuerte campaña para prevenir este tipo de delitos que afectaban a sus
clientes. Esta campaña fue recién lanzada POR REDES SOCIALES a inicios del mes
de octubre del presente año, por ejemplo, INSTAGRAM, y el comunicado de la
“unión” de diversos bancos en el tema (VER ANEXO II, donde se acompañan las
capturas de pantallas que corroboran nuestros dichos).
En conclusión, antes y durante la pandemia, el Banco NUNCA realizó una
campaña de concientización efectiva sobre la utilización de sus sistemas, tampoco
alertó sobre las vulnerabilidades del mismo, ni la prevención ante delitos informáticos;
mucho menos hizo algo obvio: quitar la opción de otorgar a sus clientes préstamos pre
aprobados a un solo click. De hecho, la campaña que lanzó luego, también
mayormente fue y sigue siendo por redes sociales, dejando desprovisto a una gran
franja de clientes que no las consumen.

E.- Los primeros fallos en beneficio de los consumidores.


Ante el aumento exponencial de las estafas electrónicas bancarias, crecieron las
acciones judiciales en nuestros tribunales. Por ejemplo, a raíz de un relevamiento de la
Red de Juzgados Civiles y Comerciales de la Provincia de Buenos Aires
(https://onedrive.live.com/view.aspx?resid=FEC2016209FFA9FD!12779&ithi
nt=file%2cpptx&authkey=!AK5owPr-Z1agFY8) desde marzo a septiembre de
2020 (período de plena pandemia y cuarentena a raíz del COVID) se registraron el
inicio de 17 (diecisiete) causas judiciales con la solicitud de medidas cautelares en
procesos de anulación de contrato por estafa - defraudación informática.

11
Veamos las resoluciones más recientes, sentando jurisprudencia propulsora en
poner en cabeza de los bancos su responsabilidad ante los delitos informáticos:
En los autos PEDERNERA JUAN ALBERTO C/ BANCO DE LA
PROVINCIA DE BUENOS AIRES S/ NULIDAD DE ACTOJURÍDICO
(INCIDENTE ART 250 DEL CPCC), la Sala I de la Cámara en lo Civil y
Comercial de La Plata hizo lugar a la medida cautelar solicitada por el consumidor y
ordenó al Banco de la Provincia de Buenos Aires para que en el plazo de cinco días de
notificado suspenda los descuentos y/o retenciones que haga al accionante en su
cuenta, originados en los préstamos que se habrían obtenido por las sumas de pesos $
500.000 y $41.600. La fecha de la sentencia es del 5 de noviembre de 2020.
En el mismo sentido, en los autos "S.G.M.P. C/ Banco de la Provincia de
Buenos Aires S/ Nulidad del Contrato" otra vez la justicia de la Plata, dictó una
medida cautelar en favor de una consumidora que fue víctima de phishing y ordenó al
Banco “a que se abstenga de efectuar los descuentos a la originados por el préstamo
obtenido por la suma de $380.000 el día 09/12/2019 a través del servicio de
Homebanking de dicha entidad financiera, hasta el momento del dictado de la
sentencia definitiva.” Lo novedoso del caso también, es que la justicia platense intimó
a la entidad financiera para que “en el plazo de diez días, informe cuáles fueron las
medidas concretas de seguridad adoptadas en relación al servicio de Homebanking
para garantizar la identidad del usuario y la fidelidad de la operación que se pretende
realizar por dichos carriles, antes y después de los casos denunciados, bajo
apercibimiento de valorar su incumplimiento como una presunción en su contra.”
En los autos "M. H. G. C/ BANCO P. B. A S/ MEDIDAS
CAUTELARES (TRABA/LEVANTAMIENTO)" Expte. n° . 25384, con fecha
29 de Julio de 2020, el Juzgado Civil y Comercial Nro 25 de La Plata, dio lugar a
la medida cautelar innovativa a favor de un consumidor al que le otorgaron un
préstamo personal a raíz de una maniobra de phishing, intimando al Banco Provincia
a que se abstenga de efectuarle los descuentos al actor por el préstamo obtenido por la
suma de $153.000 en abril del corriente año.
En los autos “PIZARRO, MARIA NAZARETH CONTRA BANCO
CIUDAD SOBRE AMPARO - USUARIOS Y CONSUMIDORES” Número:
EXP 53767/2020-0, el JUZGADO DE 1RA INSTANCIA EN LO
12
CONTENCIOSO ADMINISTRATIVO Y TRIBUTARIO Nº 23
SECRETARÍA N°46 del Poder Judicial de la Ciudad de Buenos Aires, hace
pocos días, resolvió ordenar como medida cautelar “al Banco de la Ciudad de
Buenos Aires abstenerse de efectuar en el futuro débitos automáticos
vinculados con el pago de las cuotas correspondientes al “Préstamo Personal”
-peticionado en fecha 03/X/2020, por el monto de cuatrocientos mil pesos
($400.000)- de la cuenta de titularidad de la Sra. Maria Nazareth Pizarro. Ello,
hasta tanto se resuelva la cuestión de fondo aquí planteada”.

IV.- CONTRATO DE CONSUMO- RELACIÓN DE CONSUMO-


CONSUMIDOR HIPERVULNERABLE.
Que en primer término debemos manifestar que el contrato celebrado entre
las partes es un CONTRATO DE CONSUMO.-
La normativa específica relativa a las relaciones de consumo no constituye una
mera regulación de determinado ámbito de las relaciones jurídicas, como tantas otras.
La preocupación del legislador -signada por la clarísima previsión del art. 42 de la
Constitución nacional y la correlativa contenida en el art. 38 de la Constitución
provincial- radica en obtener la efectividad en la protección del consumidor. El
principio protectorio como norma fundante es cimiento que atraviesa todo el orden
jurídico. El propio art. 1° de la ley 24.240, texto ley 26.361 así lo expresa
terminantemente: “la presente ley tiene por objeto la defensa del consumidor o
usuario”. Este punto de partida es el marco dentro del cual corresponde asumir la
problemática del consumo. Constituye una decisión de regulación especial de una parte
de la economía que, -por mandato constitucional, se reitera-, apunta a favorecer el
ejercicio pleno de los derechos de los más débiles, asumiendo que las fuerzas del
mercado son infinitamente más poderosas que el consumidor aislado. Es un sistema,
un paradigma intervencionista del Estado, con el objeto de corregir las consecuencias
socioeconómicas negativas que la realidad demuestra fehacientemente. (SCBA.
1/4/2015. G. A. C. c/ 'Pasema S.A.' y otros s/ daños y perjuicios. C. 117.760).-
El marco normativo referenciado (Art. 42 CN y Art. 38 CP) son las principales
fuentes del derecho del consumo que necesariamente deben articularse con la

13
normativa que regula específicamente la materia, conforme a lo dispuesto en el Título
Preliminar del CCyCN, Art. 1: Principio de Dialogo de fuentes.
El Art. 1093 del CCyCN establece que: ¨Contrato de consumo es el celebrado entre un
consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u ocasionalmente
o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o privada, que tenga por
objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de los consumidores o usuarios, para
su uso privado, familiar o social¨.
La referencia al contrato de consumo no importa significar un tipo o especie
contractual determinado, sino que por el contrario, se está haciendo alusión a una
categoría que atraviesa de manera transversal prácticamente todo el universo de los
contratos. De esta manera un mismo acuerdo puede ser considerado como contrato
de consumo —o no serlo—, dependiendo de su encuadramiento dentro de dicha
categoría. El Código se propone definir al contrato de consumo como aquel celebrado
entre un consumidor y un proveedor, por lo que quedarán abarcados todos los
acuerdos que involucren relaciones de consumo. (Ricardo Luis Lorenzetti. Código
Civil y Comercial de la Nación Comentado.Rubinzal- Culzoni. Pág. 234).-
La relación de consumo es el vínculo jurídico entre proveedor y consumidor.
Se considera consumidor a la persona humana o jurídica que adquiere (...) en forma
gratuita u onerosa, bienes o utiliza bienes o servicios como destinatario final, en su
propio beneficio o de su grupo familiar o social (Art. 1092 CCyCN y Art. 1º de las Ley
24.240). En definitiva, el consumidor se califica en función del destino que le asigna a
los bienes o servicios que adquiere o utiliza, resultando indistinto que el uso o la
utilización de bienes y servicios se efectúe a título personal o familiar, siempre que sea
para uso privado. Precisamente el recaudo de “destino final” de los bienes y servicios
determina la exclusión del ámbito protectorio de quienes contratan sobre bienes y
servicios para integrarlos en el proceso de producción y/o comercialización de
terceros.
Por el otro lado el proveedor es toda persona física o jurídica de naturaleza
pública o privada que desarrolla de manera profesional, aun ocasionalmente,
actividades de producción, montaje, creación, construcción, transformación,
importación, concesión de marca, distribución y comercialización de bienes y servicios,
destinados a consumidores o usuarios (Art. 2, parr. 1º LCD). Puede afirmarse que la
14
noción de proveedor es deliberadamente amplia para incluir a todos los sujetos que
actúan del lado de la oferta en el mercado.
No hay lugar a dudas que la actora es una consumidora, conf. Art. 1 Ley
24.240 y Art. 1093 CCyCN, frente al Banco BBVA como proveedor de servicios
bancarios. A ello se suma, que el actor es un consumidor con agravada
vulnerabilidad, conforme a la reciente Resolución 139/2020 del MINISTERIO
DE DESARROLLO PRODUCTIVO- SECRETARÍA DE COMERCIO
INTERIOR, es decir, es un CONSUMIDOR HIPERVULNERABLE. Es
decir, además de ser una usuaria financiera, la actora es parte de una población
que padece una profunda situación de vulnerabilidad en razón de
circunstancias económicas y sociales.
Tiene establecido el Art. 1 de la referida Resolución: “Establécese que a los
fines de lo previsto en el Artículo 1° de la Ley N° 24.240 se consideran
consumidores hipervulnerables, a aquellos consumidores que sean personas
humanas y que se encuentren en otras situaciones de vulnerabilidad en razón
de su edad, género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales,
económicas, étnicas y/o culturales, que provoquen especiales dificultades para
ejercer con plenitud sus derechos como consumidores” siguiendo su Art. 2 “A
los efectos de la presente medida podrán constituir causas de
hipervulnerabilidad, entre otras, las siguientes condiciones: (...) i) situaciones
de vulnerabilidad socio-económica acreditada por alguno de los siguientes
requisitos: (...) 1) Ser (…) Trabajador/a en Relación de Dependencia que
perciba una remuneración bruta menor o igual a DOS (2) Salarios Mínimos
Vitales y Móviles; (...)
Conforme los recibos de sueldo que se acompaña, la Sra. Farias es empleada
en una empresa de gestión de cobranzas como TELEMARKETER, cuyos haberes no
superan los dos mínimos salarios y móviles (SMMVM).
Veamos.
A la fecha de interposición de demanda, el SMVM asciende a la suma de $
20.587,50 (Resolución 4/2020 del MINISTERIO DE TRABAJO, EMPLEO Y
SEGURIDAD SOCIAL CONSEJO NACIONAL DEL EMPLEO, LA
PRODUCTIVIDAD Y EL SALARIO MÍNIMO, VITAL Y MÓVIL).
15
El sueldo de la actora del mes de octubre de 2020 apenas llega a la suma de $
20.439,00. Es decir, NO LLEGA A UN SALARIO MINIMO, VITAL Y MOVIL.
Por lo tanto, dicha condición lo convierte en una CONSUMIDORA
HIPERVULNERABLE. Aquí la Sra. Farias se enfrentó a un dilema: o paga la
cuota del préstamo (que tampoco le alcanzaría) o come. Eligió comer.
Por lo tanto, apelamos al sabio entendimiento de V.S en acentuar la protección
sobre la actora, quien es una consumidora con una vulnerabilidad agravada por su
condición económica, que ha sido víctima de una estafa por medios electrónicos
posibilitada en parte por la ausencia de medidas efectivas de seguridad por parte de la
entidad bancaria.

V.- UN ENFOQUE FÁCTICO JURÍDICO PRELIMINAR SOBRE EL


CASO. RESPONSABILIDAD DEL BANCO
Resulta indispensable para analizar la presente demanda, partir de un somero
análisis del marco jurídico en el marco de los hechos denunciados.

A.- Existencia del llamado “PHISHING” y la vulnerabilidad del sistema


informático del banco.
Del relato de los hechos se advierte que en las presentes actuaciones nos
encontraríamos sin lugar a dudas ante un supuesto que encuadra en lo que
modernamente se conoce como “phishing”, que consiste en un término informático
que denomina a un conjunto de técnicas que persiguen el engaño de la víctima,
ganándose su confianza, haciéndose pasar por una persona, empresa o servicio
confiable (suplantación de identidad de tercero de confianza) para manipularla y hacer
que realice acciones que no debería realizar (por ej. revelar información confidencial).
Aparecen los llamados "phishers", así son denominados estos estafadores, “simulan
pertenecer a entidades bancarias de reconocido prestigio y solicitan a los
cibernavegantes datos de tarjetas de crédito o claves bancarias, a través de un
formulario o un correo electrónico con un enlace que conduzca a una falsa página web
con una apariencia similar a la de la web original” (“Phishing y pharming: nuevas

16
modalidades de estafas on line”, Daniel Monastersky, Clara M. Costamagna, Sistema
Argentino de Información Jurídica, Año 2005, Id SAIJ: DACC050104”8).
Lamentablemente, la actora fue víctima de una extracción ilegítima de sus
datos, convirtiéndola en DEUDORA frente al banco, por un préstamo que JAMAS
solicitó ni consintió, circunstancia que fue perfeccionada dado la vulnerabilidad del
sistema informático del Banco.

B.- Normativa del BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA


ARGENTINA y el INCUMPLIMIENTO por parte del BBVA.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA), como autoridad de
contralor del BBVA, emitió una serie de normas referidas el deber de seguridad y
diligencia que deben asumir las entidades bancarias, en lo que concierne al resguardo
de la información de los clientes y usuarios, particularmente en las operaciones
efectuadas a través de medios remotos.
Veamos:
-Comunicación “A” Nº 6.664, artículo 1.1.1., define al “Usuario de Servicios
Financieros”, como “a las personas humanas y jurídicas que en beneficio propio o de su grupo
familiar o social y en carácter de destinatarios finales hacen uso de los servicios ofrecidos por los sujetos
obligados que se enuncian en el punto 1.1.2., como a quienes de cualquier otra manera están expuestos
a una relación de consumo con tales sujetos”, adicionando en su artículo 2.1. que “los usuarios de
servicios financieros tienen derecho, en la relación de consumo respectiva, a: −
la protección de su seguridad e intereses económicos (...)”. De dicha normativa
se desprende que como principal sujeto obligado a custodiar la seguridad e
intereses económicos, es la entidad bancaria, en este caso, BBVA.
-Comunicación “A” Nº 6.878, artículo 3.8.5, dispone “(...) Las entidades
deberán prestar atención al funcionamiento de las cuentas con el propósito de
evitar que puedan ser utilizadas en relación con el desarrollo de actividades
ilícitas”, agregando que “deberán adoptarse normas y procedimientos internos a
efectos de verificar que el movimiento que se registre en las cuentas guarde

8
http://www.saij.gob.ar/daniel-monastersky-phishing-pharming-nuevas-modalidades-estafas-on-
line-dacc050104-2005/123456789-0abc-defg4010-50ccanirtcod
17
razonabilidad con las actividades declaradas por los clientes”. Asimismo, destaca
en reiteradas oportunidades, la “implementación de mecanismos de seguridad
informática que garanticen la genuinidad de las operaciones”. Ello, de
conformidad con los artículos 1.6.2, 1.6.3, 1.7.2, 1.7.3 y 3.4.5. de la Comunicación
citada en el presente párrafo.
-Comunicación “A” Nº 6.017, concerniente a los “REQUISITOS
MÍNIMOS DE GESTIÓN, IMPLEMENTACIÓN Y CONTROL DE LOS
RIESGOS RELACIONADOS CON TECNOLOGÍA INFORMÁTICA,
SISTEMAS DE INFORMACIÓN Y RECURSOS ASOCIADOS PARA LAS
ENTIDADES FINANCIERAS”, se destaca en el artículo 6.3.2.1, que las “Las
entidades deben desarrollar, planificar y ejecutar un plan de protección de sus
activos, procesos, recursos técnicos y humanos relacionados con los Canales
Electrónicos bajo su responsabilidad, basado en un análisis de riesgo de
actualización periódica mínima anual, en su correspondencia con la Matriz de
Escenarios y en los requisitos técnico- operativos detallados en los puntos 6.7. y
subsiguientes”, enumerando seguidamente, una serie de funciones y tareas relacionadas
con los procesos estratégicos de seguridad para sus Canales Electrónicos, de
conformidad con lo que surge del artículo 6.3.2.2. Entre ellas, se ordena a las entidades
“(...) contar con un programa de concientización y capacitación de seguridad
informática anual, medible y verificable, cuyos contenidos contemplen todas
las necesidades internas y externas en el uso, conocimiento, prevención y
denuncia de incidentes, escalamiento y responsabilidad de los Canales
Electrónicos con los que cuentan (...) adquirir, desarrollar y/o adecuar los
mecanismos implementados para la verificación de la identidad y privilegios de
los usuarios internos y externos, estableciendo una estrategia basada en la
interoperabilidad del sistema financiero, la reducción de la complejidad de uso
y la maximización de la protección del usuario de servicios financieros (...)
garantizar un registro y trazabilidad completa de las actividades de los Canales
Electrónicos en un entorno seguro para su generación, almacenamiento,
transporte, custodia y recuperación”, entre otras (cfme. art. 6.3.2.2.). Ello así,
define “Concientización y Capacitación (CC)”, como aquel “Proceso relacionado con
la adquisición y entrega de conocimiento en prácticas de seguridad, su difusión,
18
entrenamiento y educación, para el desarrollo de tareas preventivas, detectivas y
correctivas de los incidentes de seguridad en los Canales Electrónicos” y “Control de
Acceso (CA)”, como el “Proceso relacionado con la evaluación, desarrollo e
implementación de medidas de seguridad para la protección de la identidad,
mecanismos de autenticación, segregación de roles y funciones y demás características
del acceso a los Canales Electrónicos” (cfme. arts. 6.2.1. y 6.2.2., respectivamente).
Posteriormente, dicha Comunicación, en su artículo 6.7.1., dispone que, “los
contenidos del programa de [concientización y capacitación] deben incluir:
técnicas de detección y prevención de apropiación de datos personales y de las
credenciales mediante ataques de tipo ‘ingeniería social’, ‘phishing’, ‘vishing’
y otros de similares características”, mientras que en el artículo 6.7.4., en lo referente
a los mecanismos de monitoreo y control de las entidades bancarias, resalta que, “las
entidades deben disponer de mecanismos de monitoreo transaccional en sus
[canales electrónicos], que operen basados en características del perfil y patrón
transaccional del cliente bancario, de forma que advierta y actúe
oportunamente ante situaciones sospechosas en al menos uno de los siguientes
modelos de acción:
a. Preventivo. Detectando y disparando acciones de comunicación con el
cliente por otras vías antes de confirmar operaciones.
b. Reactivo. Detectando y disparando acciones de comunicación con el cliente
en forma posterior a la confirmación de operaciones sospechosas.
c. Asumido. Detectando y asumiendo la devolución de las sumas involucradas
ante los reclamos del cliente por desconocimiento de transacciones
efectuadas”.
Asimismo, el BCRA en su página web, publicó un artículo titulado
“Lineamientos sobre ciberseguridad” instando a las entidades financieras, los terceros
y todo el sector financiero “establecer estrategias y adoptar un marco de
ciberseguridad acorde a su tamaño, complejidad, perfil de riesgo y cultura,
teniendo en cuenta las amenazas y vulnerabilidades actuales”, haciendo hincapié
en el análisis del riesgo presentado por las personas, procesos, tecnologías y datos
subyacentes en relación a la propia entidad y en la evaluación de los riesgos propios de
una entidad a partir de sus funciones, actividades, canales, productos y servicios, como
19
así también en el proceso de monitoreo, el cual “debería dar soporte para mantener
los niveles de riesgo definidos como aceptables por la dirección de la
organización y permitir mejorar o remediar las debilidades que corresponda”.
A mayor abundamiento, peticiona que las entidades implementen “procesos de
respuesta a incidentes y otros controles para facilitar una respuesta oportuna y
adecuada” (ver, Lineamientos sobre ciberseguridad”,
http://www.bcra.gov.ar/SistemasFinancierosYdePagos/lineamientos-de-
ciberseguridad.asp)
Queda claro que las normativas del BCRA indican que cada entidad bancaria
tiene el deber tomar las medidas adecuadas a los efectos de que, mediante su accionar,
no se provoquen daños o, en su defecto, a evitar el agravamiento de los mismos. Dicho
deber de prevención resulta fundamental e implica una mirada superadora en materia
de derecho de daños. Ya no basta solamente con reparar; es menester prevenir y en su
caso tomar medidas adecuadas tendientes a evitar el agravamiento del mismo.
Lamentablemente, BBVA (como proveedora de servicios bancarios) no
ha cumplido con dicho deber de prevención y seguridad hacia sus clientes, pese
al alerta por la explosión de estafas electrónicas. A ello se le adiciona la pasividad
del banco quien, pese a los reiterados reclamos de esta parte, no adoptó ninguna
medida efectiva tendiente a evitar la imposición de un préstamo jamás solicitado y la
transferencia de la totalidad del dinero a un tercero desconocido. Además, resulta
inexplicable que la entidad bancaria conceda un préstamo personal tan abultado, que
escapa a la posibilidad de pago de su cliente, sin tomar los mínimos recaudos que la
materia necesita.
Particularmente, el banco:
No cumplió con la Comunicación “A” Nº 6.878, puntualmente, el artículo
3.8.5, toda vez no verificó que el movimiento registrado en la cuenta de la actora guarde
razonabilidad con las actividades declaradas o habituales. Por consiguiente, no
implementó mecanismos de seguridad informática que garanticen la genuinidad de las
operaciones que se realizaron a través del Home Banking.
No cumplió en llevar a cabo un programa de concientización y capacitación de
seguridad informática.

20
No implementó mecanismos adecuados para la verificación de la identidad de
la actora.
No advirtió oportunamente las operaciones sospechosas que ocurrieron en las
cuentas del actor.
No cumplió con ningún modelo de acción establecido por el BCRA: Ni el
“preventivo” (detectando y disparando acciones de comunicación con el actor por
otras vías antes de confirmar las operaciones ilegítimamente realizadas); ni “reactivo”
(detectando y disparando acciones de comunicación con el actor en forma posterior a
la confirmación de operaciones sospechosas); ni el “asumido” (detectando y
asumiendo la devolución de las sumas involucradas ante los reclamos del actor ante el
desconocimiento de las transacciones efectuadas).
Más precisamente, no quitó de sus opciones por defecto la que otorgaba a sus
clientes, la posibilidad de solicitar un préstamo online con un simple click, situación
que hubiera evitado fácilmente toda la maniobra dañosa.
De lo expuesto podemos concluir que el incumplimiento de los deberes de
trato digno, información y seguridad, íntimamente relacionados, sumado a la
introducción de una actividad riesgosa como es la operatoria electrónica bancaria, y el
incumplimiento de las normativas emanadas por la autoridad de contralor en cuanto a
la ciberseguridad, han posibilitado la concreción de un delito, que le generó un daño al
consumidor por el cual el BBVA debe responder.

C.- TRANSGRESIÓN AL DEBER DE SEGURIDAD


Existe una clara responsabilidad civil por parte del proveedor financiero en su
función preventiva de daños traducida en la obligación de seguridad que emana
directamente del Art. 42 CN que enumera entre los derechos básicos de los
consumidores "la protección de su seguridad e intereses económicos" los que han sido
vulnerados en el caso de autos.
En la misma dirección el Art. 5° de la Ley 24.240 establece la obligación de
seguridad en sentido estricto y advertencia en el homónimo artículo de su decreto
reglamentario, el Art. 6° el deber de advertencia y finalmente el Art. 40° la
responsabilidad por el riesgo de la cosa.

21
De hecho la normativa dictada por el Banco Central de la República Argentina
exige a los Bancos "...tener implementado mecanismos de seguridad informática
que garanticen la genuinidad de las operaciones" (Comunicación A 3323, 1.7.2.2.)
La responsabilidad del Banco es palpable –más allá de la regulación del BCRA- en
punto a la confiabilidad del sistema, en tanto es la propia entidad la que lo ofrece e
impone el uso de home banking y redes sociales para la comunicación.
“El hecho de estos terceros (quienes violaron el sistema informático
bancario), carece de aptitud para liberar al Banco de su responsabilidad. El
robo o hurto de un local bancario, hipótesis que se extiende a un cajero
automático que no es más que otra ventanilla -en este caso electrónica-, es un
hecho previsible y por tanto objeto de resguardos por el Banco. Como se ha
dicho, la normativa del Banco Central de la República Argentina no sólo brinda
instrucciones a los Bancos en materia de seguridad en sus locales sino también
en lo relativo a las transacciones electrónicas. Específicamente, como se ha
dicho, las comunicaciones A 3682 y A 4272 prevén específicas reglas en punto
a la seguridad de las operaciones realizadas por medio de cajeros automáticos.
Así mal puede sostenerse que este hecho no pudiera ser previsto por el Banco.
En rigor debía ser objeto de particular atención por la entidad bancaria en
orden a ofrecer a sus clientes la suficiente seguridad para evitar los previsibles
y reiterados, como se ha visto, ataques de delincuentes. Agresiones que podían
concretarse mediante ataques físicos como electrónicos. Al no hacerlo, o fallar
en el intento, el hecho de estos terceros no permiten eximir al Banco de su clara
responsabilidad9”
La Revolución Tecnológica del SXXI nos fue llevando a la digitalización de
nuestra vida, pero de manera avasalladora la pandemia, nos la impuso de manera
excluyente viéndonos obligados a la utilización de las instituciones financieras y medios
digitales como única forma de satisfacción de nuestras necesidades. Siguiendo las
palabras del prestigioso Dr. Álvarez Larrondo, “en materia de tecnología, todos
somos vulnerables, y en algunos casos, HIPERVULNERABLES”.

9
Bieniauskas, Carlos c/ Banco de la Ciudad de Buenos Aires, SENTENCIA 15 de Mayo de 2008, CAMARA
NACIONAL DE APELACIONES EN LO COMERCIAL. CAPITAL FEDERAL, CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS
AIRES, Magistrados: Gerardo G. Vassallo - Juan J. Dieuzeide - Pablo D. Heredia, Id SAIJ: FA08971926
22
Al momento de elegir la institución bancaria el usuario deposita la confianza
en ella, en el entendimiento de que su dinero se encuentra resguardado y podrá
disponerlo cuando quiera.
En esa inteligencia el presupuesto básico de los servicios que ofrece la entidad
es que éstos sean brindados, tanto cuando se haga en forma personal como cuando lo
sea por medio de elementos mecánicos o electrónicos, con total seguridad para el
cliente. El Banco al ofrecer a sus clientes un nuevo modo de relacionarse
comercialmente con él, debe procurar como mínimo la misma seguridad que si tal
operatoria se realizara personalmente. Esta seguridad esta dada prioritariamente por la
confianza que al consumidor le brinda el medio empleado. Confianza que no solo
radica en el uso de una clave personal y única, sino también por la esperable
inviolabilidad del software utilizado por la entidad. Todo ello constituye un "sistema
informático" que se pone a disposición del cliente y que debe brindar suficiente
confianza para que ese uso sea aceptado.
Reiteramos: el banco no tomó ningún recaudo a fin de mejorar y hacer más
seguros sus sistemas informáticos, por ejemplo cargando instrucciones algorítmicas
que permitan detectar automáticamente operaciones sospechosas (ya sea por los
montos, la inhabitualidad de los movimientos, los destinatarios sospechosos, etc.).
Otra forma sencilla de evitar esto sería generar un sistema de direcciones ip seguras o
habituales, pidiendo confirmación telefónica cuando las operaciones son realizadas
desde computadoras o teléfonos que se conectan desde direcciones ip no habituales.
Asimismo, existen otros bancos (como ser, Banco Provincia) que no habilitan a sus
clientes a realizar la primera transferencia a una cuenta no frecuente o desconocida de
un tercero, sin antes validar los datos de la nueva cuenta en un cajero. De haber existido
este requisito de seguridad en el banco demandado, las transferencias fraudulentas
JAMÁS se hubieran realizado. Con lo ocurrido queda al descubierto la fragilidad del
sistema de la entidad demandada, y que el Banco no cuenta con mecanismos de
seguridad informática que garanticen la confiabilidad de la operatoria y la identidad de
los clientes. Por lo tanto, es el BBVA el responsable de haber generado el riesgo de
dejar en la cuenta de la actora un crédito pre-aprobado - por un monto semejante de
$226.000- sin haber siquiera confirmado la operatoria con un llamado telefónico para
asegurar la misma. En estas condiciones el riesgo de que la cuenta de la Sra. Farias haya
23
sido vulnerada por un delincuente informático de ningún modo puede estar en cabeza
de mi mandante, debiendo el Banco correr con el riesgo de la pérdida dineraria por la
suma depositada en su cuenta.
Asimismo, más allá de advertir que no le brindaron a la actora todas las
garantías de seguridad adecuadas a la importancia del servicio prestado, cabe
preguntarse –considerando que la actora no llega a cobrar un SMVM- ¿Cómo puede
ser que un banco otorgue semejante suma de dinero a una persona cuyos
ingresos apenas superan los $20.000? ¿Cuáles son los parámetros que utiliza el
Banco para otorgar un préstamo a una persona cuyas cuotas no pueden ser
cubiertas por los haberes de la actora? ¿Otorga préstamos a cualquier persona?
¿Efectúa un análisis crediticio de quien pueda ser tomador de un crédito?
El Banco conoce muy bien los haberes de la actora, toda vez que
cobraba –hasta el momento de la estafa- su sueldo a través de dicha entidad.
Por lo tanto, es IMPOSIBLE que pudiera pagar una cuota de más de $23.000,
si su sueldo apenas llega a $20.000.
Como bien ha dicho la jurisprudencia en un reciente precedente:
“Establecido el marco desde el que se juzgará la cuestión, menciono que dentro de los servicios
que ofrece una entidad bancaria, aparece la obligación fundamental de que los mismos sean prestados,
tanto cuando se opere en forma personal o cuando se lo haga por medios mecánicos y electrónicos, con
total seguridad para el cliente, toda vez que existe una incidencia directa sobre el patrimonio del usuario
(doctr. art. 5 de la Ley 24.240, conf. Garrigues, J., Curso de derecho mercantil, T. IV). De esta
manera, el Banco Central de la República Argentina estableció la imposición a los bancos de contar
con mecanismos de seguridad informática con la finalidad de garantizar la confiabilidad de la
operatoria (Comunicación A 6878, 3.8.5.), obligación que aparecería robustecida en el actual marco
de aislamiento social preventivo y obligatorio de público y notorio conocimiento. En efecto, la referida
institución a través de la Comunicación A 6942 -prorrogada por la Comunicación A 6949- derivó
principalmente la operatoria del sistema financiero a los canales electrónicos y de cajeros automáticos”
(Juzgado Civil y Comercial nro. 10 de La Plata autos Pedernera, Juan Alberto c/ Banco de la
Provincia de Bs. As. s/ Acción Declarativa – expte. LP - 29631 – 2020)
Existe una relación de superioridad entre el experto y el profano -usuario
financiero- que no puede soslayarse al momento de analizar las conductas. Esta
relación de superioridad se evidencia en las relaciones contractuales tanto en su faz
24
jurídica como en su faz técnica. Tal superioridad permite al Banco imponer sus
condiciones jurídicas mediante contratos de adhesión como por la imposición de los
medios para operar con él. Entre ellos los medios electrónicos.
Por último, no podemos dejar de mencionar el emblemático fallo “Bieniauskas,
Carlos c/ Banco de la Ciudad de Buenos Aires” sentencia de fecha 15 de Mayo de
2008, la CÁMARA NACIONAL DE APELACIONES EN LO COMERCIAL con
los magistrados Gerardo G. Vassallo - Juan J. Dieuzeide - Pablo D. Heredia, dictaron
una resolución ejemplar, responsabilizando al banco por los perjuicios padecidos por
el actor al consumarse un hecho ilícito que derivó de la extracción irregular de los
fondos que el actor poseía en la caja de ahorros abierta en el Banco demandado. El
Banco mantuvo su débil defensa, atribuyendo “culpa” al consumidor por haber
informado sus claves. Con gran acierto, la justicia consideró que “una de las
obligaciones primordiales del Banco, que constituye el presupuesto básico de
los servicios que ofrece, es que éstos sean brindados, tanto cuando se lo haga
en forma personal como cuando lo sea por medio de elementos mecánicos o
electrónicos, con total seguridad para el cliente (...) el sistema informático que
maneja en ingreso remoto de clientes al sistema bancario es una cosa riesgosa;
situación que resalta con claridad en el caso en estudio, pues mediante un
simple ardid ciertos terceros lograron defraudar a más de una centena de
clientes. (...) Como fue dicho, el actor reconoció haber revelado a terceros su
clave personal o "PIN".. sin embargo tal conducta irregular no alcanza para
liberar al Banco de su responsabilidad con sustento en la culpa de la víctima
(...) Cabe reparar que el Banco al ofrecer a sus clientes un nuevo modo de
relacionarse comercialmente con él, debe procurar como mínimo, brindarle
igual seguridad que si tal operatoria se realizara personalmente (...) el hecho de
estos terceros (quienes violaron el sistema informático bancario), carece de
aptitud para liberar al Banco de su responsabilidad (...) En rigor debía ser
objeto de particular atención por la entidad bancaria en orden a ofrecer a sus
clientes la suficiente seguridad para evitar los previsibles y reiterados, como se
ha visto, ataques de delincuentes. Agresiones que podían concretarse mediante
ataques físicos como electrónicos. Al no hacerlo, o fallar en el intento, el hecho
de estos terceros no permiten eximir al Banco de su clara responsabilidad (...)
25
Si bien lo expuesto parece suficiente para confirmar la sentencia en estudio, me
parece necesario destacar, como lo hace la sentencia, en el carácter profesional
del Banco, lo cual le impone una responsabilidad mayor … en rigor existe una
relación de superioridad entre el experto y el profano que no puede ser
soslayada al tiempo de juzgar sus conductas dentro de una acción de
resarcimiento. Tampoco lo es que mediante el uso de cajeros automáticos se
concreten depósitos o extracciones de efectivo, transferencias o pagos de
servicios … En definitiva, son las entidades bancarias quienes se encuentran
en una posición ventajosa frente al usuario en tanto ostentan la información y
todas las aptitudes técnicas para ofrecer seguridad y en su caso, brindar la
prueba que otorgue al Juez un cabal conocimiento de lo ocurrido (...) No puede
preguntar el Banco cuál fue su actitud negligente o culpable en tanto su
responsabilidad es de carácter objetivo. A todo evento, ha sido demostrado en
la causa que su sistema informático fue falible, lo cual lo vuelve incumplidor de
sus obligaciones legales y administrativas”. Como V.S podrá apreciar, estamos
frente a un caso que si bien tiene ya algunos años, sus argumentos recobran plena
vigencia al día de hoy.
Finalmente, no puede soslayarse que el hecho delictivo se perpetro en plena
pandemia, donde el acceso al home banking dejó de ser una comodidad para
transformarse en una necesidad de modo que la entidad debió garantizar la seguridad
total de su infraestructura, haciendo un claro hincapié en la promoción de los consejos
y medidas de seguridad, máxime considerando las advertencias que el BCRA efectuó
en orden al incremento de estafas a través del home banking.

D.- TRANSGRESIÓN AL DEBER DE INFORMACIÓN


El deber de información se encuentra consagrado en el Art. 42 de la Carta
Magna que en su parte pertinente establece: "Los consumidores y usuarios de bienes y servicios
tienen derecho, en la relación de consumo, ...a una información adecuada y veraz...". Este derecho-
deber se encuentra complementado con los Arts. 4°, 6° y 36° de la Ley 24.240, los
cuales exigen al proveedor que suministre -al consumidor- en forma cierta, clara y
detallada todo lo relacionado con las características de bienes y servicios que provee, y
las condiciones de comercialización, especificando para el caso de las operaciones
26
financieras para el consumo información calificada que se debe brindar. Por su parte
el Art. 1100 del CCyC agrega "toda otra circunstancia relevante para el contrato".
Finalmente se complementa el contenido del deber informativo con las disposiciones
de la Comunicación A "6664" del BCRA y cctes.
BBVA ha incumplido ciertamente todo lo relativo al deber de informar a la
actora, habida cuenta que JAMÁS brindó -con anterioridad a la estafa electrónica-
información relativa a las precauciones que el usuario debe tener para la utilización de
los canales electrónicos, circunstancia agravada con motivo de la cuarentena y tampoco
informó a al consumidor que se encontraba calificado para la solicitud de un préstamo
por el enorme monto otorgado. Tampoco en momento alguno se le informó sobre los
términos y condiciones del mismo ni la cuenta destino donde “fue a parar” el dinero
ilegalmente obtenido mediante un préstamo.
Todos estos recaudos debieron extremarse en el contexto de la pandemia de
COVID -19 que hizo que las personas se volcaran masivamente a los canales digitales
para realizar operaciones bancarias y comerciales, lo que provocó un incremento de
delitos informáticos. De allí la importancia del suministro de información y campañas
relativas al uso seguro de canales digitales y el refuerzo de los consejos de seguridad.
Cuando hablamos del deber de información en materia de relaciones de consumo,
debemos tener presente que los consumidores somos ignorantes innatos y en ello
radica la IMPORTANCIA de la información que se brinda y el modo y tiempo
oportunos de transmitirla.
Si bien atávicamente se suele sostener que “el Derecho se presume conocido
por todos los ciudadanos”, es que entendemos que dicho Principio ha sido
modificado. En efecto, por la aplicación del Art. 42 de la Constitución Nacional, el
Art.4° de la Ley de Defensa del Consumidor y –en especial- por el Art. 1.100 del
Código Civil y Comercial, es que en nuestra opinión dicho Principio ha cambiado. Así
pues, con la normativa vigente, existe un Nuevo Principio Legal: “El Derecho no se
presume conocido por los Consumidores. Por ello, es que los Proveedores...
deberán cumplir con la obligación de cumplir con el 'Deber de Información
Legal' y en aquellos casos en que no cumplieran con dicha obligación legal, es
que todas las normas legales que no fueran informadas al consumidor (...), no
van a poder ser aplicadas en su perjuicio" (Ponencia presentada en el XVI
27
Congreso Nacional de Derecho de Seguros organizado por la Asociación Argentina de
Derecho de Seguros y el Instituto de Derecho de Seguros de La Plata (21, 22 y 23 de
Septiembre de 2016). Autor. Waldo Sobrino)
A mayor abundamiento, nótese que frente al otorgamiento de un préstamo,
que constituye un contrato en sí mismo, y sin perjuicio del cuestionamiento por no
haberlo requerido, jamás se le remitieron a la actora los términos y condiciones del
mismo, configurándose en los hechos una causa de nulidad absoluta en los términos
del Art. 1389 CCyC, Art. 36 LDC, y cctes. Señala Lorenzetti: "el banco es un
profesional que se relaciona con profanos a los cuales debe informar, y éste deber es
genético y funcional" (Lorenzetti, Ricardo Luis, Consumidores, 2a edición, Santa E,
rubinzal - Culzoni, 2009, pag. 445).
La demandada ha incumplido el deber de información a su cargo posibilitando
la ocurrencia del daño, y por ello, también es responsable.

VI. DAÑO RESARCIBLE. -


El daño es el elemento o presupuesto más importante de la responsabilidad
civil pues sin él carece de sentido analizar los demás (la antijuridicidad, la relación de
causalidad entre este último y el hecho, y los factores de imputabilidad o atribución
legal). Sin daño, o peligro de daño, no hay obligación de reparar, y en consecuencia, no
hay responsabilidad.
Gabriel A. Stiglitz y Carlos A. Echevesti, entienden que para establecer cuándo
un daño será resarcible, es imprescindible en primer término determinar los alcances
del concepto “daño”.
Tanto en doctrina como en jurisprudencia se ha entendido que si bien no se
encuentra definido en nuestra legislación vigente, a éste hay que conceptualizarlo en
sentido amplio, es decir como comprensivo de “todo perjuicio susceptible de apreciación
pecuniaria que afecta en forma cierta a otro, a su patrimonio, a su persona, a sus derechos o facultades”.
Es decir el concepto jurídico de daño, salvo restricciones queridas por el legislador,
abarca la protección de todo interés no reprobado por la ley. (cfr. Causa 45.733,
“Navarrete, M.R. y Díaz, E. C/ Estado Nacional”, en E.D., 157-581 y nota a fallo de
Bustamante Alsina).” (del voto del Dr. Martínez Alvarez en la causa “L.,G. C/
Municipalidad de Buenos Aires”. Resuelta el 14/5/97 por la Sala D C. N. Civ.).
28
Este concepto amplio, halla fundamento en el art. 19 de nuestra Carta Magna,
pues si “Ningún habitante de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de
lo que ella no prohíbe”; y, el interés de una persona es entendido como la facultad de obrar
en su esfera propia a fin de satisfacer sus necesidades a través del goce de bienes
jurídicos; cualquier menoscabo o puesta en peligro a dicha facultad, siempre que ella
no esté prohibida, y aún en el caso, en que tampoco esté expresamente reconocida en
el ordenamiento legal, deberá conllevar una reacción jurídica, sea ésta reparadora o
preventiva.
Y en segundo término, ha de establecerse la certeza del daño.
Para Zannoni, considerar que el daño existe significa que en plano fáctico éste
constituye un suceso cierto que provoca o provocará la privación efectiva del goce de
un bien jurídico. (cfr. Gabriel A. Stiglitz y Carlos A. Echevesti, “Responsabilidad Civil”,
Cap. XI, Ed. Hammurabi, 1993.).
El Artículo 1716 del Código Civil y Comercial de la Nación establece la
obligación de reparar el daño causado: “La violación del deber de no dañar a otro, o el
incumplimiento de una obligación, da lugar a la reparación del daño causado, conforme con las
disposiciones de este Código”.
Por su parte, el artículo 1737 reza lo siguiente: “...Hay daño cuando se lesiona un
derecho o un interés no reprobado por el ordenamiento jurídico, que tenga por objeto la persona, el
patrimonio, o un derecho de incidencia colectiva..”.
“La indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el lucro
cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva de su obtención y la
pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias de la violación de los derechos personalísimos
de la víctima, de su integridad personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las
que resultan de la interferencia en su proyecto de vida..” (art. 1738 C. Civ .y Com. de la Nación).
El Artículo 1.740 del actual Código Civil y Comercial establece que “ La
reparación del daño debe ser plena. Consiste en la restitución de la situación
del damnificado al estado anterior al hecho dañoso, sea por el pago en dinero
o en especie. La víctima puede optar por el reintegro específico, excepto que
sea parcial o totalmente imposible, excesivamente oneroso o abusivo, en cuyo
caso se debe fijar en dinero..”. Asimismo, se estableció un sistema de acumulabilidad
del daño moratorio: “. El resarcimiento del daño moratorio es acumulable al del daño
29
compensatorio o al valor de la prestación y, en su caso, a la cláusula penal
compensatoria, sin perjuicio de la facultad morigeradora del juez cuando esa
acumulación resulte abusiva..” (Art. 1747).
En el caso, nos hallamos ante una “prueba in re ipsa”, es decir, que
surge inmediatamente de los hechos, que su vinculación no se encuentra sujeta
a cánones estrictos, y que no es, por lo tanto, necesario aportar prueba directa
sobre tal padecimiento (Bustamante Alsina, Jorge, en “Equitativa reparación del
daño no mensurable”, publ. en LL. 1990-A-654). Así también lo receptó el CCyCN,
en el art. 1744 que establece: “Prueba del daño... El daño debe ser acreditado por quien
lo invoca, excepto que la ley lo impute o presuma, o que surja notorio de los propios
hechos”. De tal premisa, se infiere una clara excepción a la regla general de la carga de
la prueba cuando los daños surgen notoriamente per se de los mismos hechos que lo
ocasionaron.
En tal sentido, los “hechos notorios” son aquellos hechos comunes, conocidos
y tenidos por ciertos por la generalidad de las personas, que por investir tal calidad
excluyen la posibilidad de que sean puestos en duda por el órgano judicial (Lorenzetti,
Ricardo Luis, en “Código Civil y Comercial de la Nación” comentado, T. VIII, pág.
514, Ed. Rubinzal-Culzoni, Bs.As., 2015). Todo lo expuesto, no hace más que
reafirmar la improcedencia de exigir al actor la demostración del perjuicio sufrido, en
tanto la privación de uso del automotor supone un daño que, como dije, no requiere
de la prueba de su existencia (esta Sala, en un caso igual: “Ponce, Miguel Orlando c/
La Caja de Seguros, 14.6.16).
En ese contexto corresponde sucintamente identificar los factores de
atribución de responsabilidad y consisten en los siguientes:
a) Daño. El daño se encuentra configurado por el otorgamiento de un
préstamo sin el consentimiento de la actora, por una enorme cantidad de cuotas que
cada una de ellas supera el sueldo que la actora percibe mes a mes. Todo ello sumado
a la sustracción de la totalidad del préstamo por un tercero desconocido. Actualmente
la actora figura como deudora por un crédito que jamás solicitó ni autorizó su
acreditación.
b) Antijuridicidad. Se ha violentado el deber genérico de no dañar y prevenir
los daños, y los deberes específicos de seguridad, trato digno e información señalados.
30
A mayor abundamiento, producido el daño la demanda en franca violación con el
deber de buena fe impuesto por el Art. 1710 CCyC, agravó el daño intentar debitar
maliciosamente las cuotas de un préstamo cuestionado y comenzar con los reclamos
extrajudiciales por el cobro de las cuotas. Asimismo, tampoco se cumplió con las
normas de seguridad que emanan de la propia autoridad de contralor del banco
demandado.
c) Relación de causalidad. Por su parte el daño fue ocasionado como
consecuencia de los incumplimientos de la demandada, considerando que de haber
cumplido con los recaudos de seguridad e información señalados, el daño no se hubiera
producido.
d) Factor de atribución. Finalmente, el factor de atribución objetivo surge del
Art. 40 Ley 24.240.
Tal como podrá observar V.S., en nuestro caso “suceso cierto” no es otro que
los morales y económicos que el actor ha sufrido y padece actualmente a consecuencia
del incumplimiento contractual en que incurriere la contraria, y que provocaron,
provocan y provocarán, la efectiva privación de un sinnúmero de bienes jurídicos, cuyo
disfrute importa un interés legítimo propio de su persona.

VII.- RUBROS RECLAMADOS- PRETENSIONES

VII. a.- PRIMERA PRETENSIÓN: LA INEXISTENCIA Y/O


NULIDAD DEL PRÉSTAMO QUE SE LE IMPUTA A MI CLIENTE, NO
CONSENTIDO POR EL ACTOR.
Se requiere la declaración judicial de nulidad del préstamo préstamo personal
preaprobado, bajo el Nº 155-31-96-00093880, acreditado en la caja de ahorros de la
actora en pesos Nº 155-44253/1, por la suma de PESOS DOSCIENTOS
VEINTISEIS MIL ($ 226.000) a reintegrar en un plazo de 60 meses, en razón de haber
sido solicitado en el marco de una operación ilícita en la que la actora resultó ser
víctima, no autorizada ni consentida por ella.
El contrato de préstamo bancario fue concertado sin la intervención de la
actora, de modo que no resulta vinculante para ella. La celebración del mismo por parte
de un tercero -delincuente- simulando la voluntad -aceptación- del titular de la cuenta
31
fue posible debido a los incumplimientos en los que incurrió la contraria y fueron
detallados precedentemente. Queda evidenciado a todas luces el ENORME RIESGO
que el Banco genera a sus propios clientes con el otorgamiento de estos créditos
preaprobados a un solo “click”, sin ningún tipo de control de identidad y seguridad
informática.
A mayor abundamiento, frente al otorgamiento de un préstamo, que constituye
un contrato en sí mismo, y sin perjuicio del cuestionamiento por no haberlo requerido,
jamás se le remitieron al actor las condiciones del mismo, configurándose en los hechos
una causa de nulidad absoluta en los términos del Art. 1389 CCyC, Art. 36 LDC, y
cctes. En virtud de lo expuesto, forma parte del reclamo la declaración de nulidad del
prestamo identificado, y por ende la falta de legitimidad de cobro por parte de la
demandada en relación al actor.

VII.b.- SEGUNDO PRETENSIÓN: DAÑO MORAL:


La confianza y tranquilidad que generaba para mi mandante el sistema
informático del Banco, fueron destruidas por la demandada, toda vez que con la sola
lectura de los hechos, se nota con claridad la vulnerabilidad del sistema, generando
sentimientos de intranquilidad, preocupación, desconfianza, rabia, cansancio,
impotencia, ansiedad, desesperación, etc., que al día de la fecha repercuten
negativamente en su estado espiritual y se trasladan a todo su entorno personal.
Durante todo este tiempo, la Sra. Farias ha hecho innumerables gestiones
telefónicas, por correo electrónico, personalmente en sucursal, y diversos
trámites para obtener siempre respuestas negativas e infundadas de
representantes del Banco, no teniendo otra alternativa que acudir a un letrado
e iniciar la presente acción judicial. BBVA abusó en todo momento de su
posición de superioridad obligando al consumidor a transitar un camino
desconocido de reclamos, que lo mortificó y angustió. Desde el momento en
que ocurrió el hecho delictivo, que solo pudo tener lugar ante la vulnerabilidad
del sistema informático del banco, la actora vive un calvario, agobiada por el
solo hecho de pensar que jamás podría abonar semejante deuda impuesta a raíz
de un préstamo jamás solicitado, y acreditado por el Banco sin ningún tipo de
control.
32
En este sentido, parece oportuno citar al Juez de la Cámara de Apelaciones en
lo Civil y Comercial de Azul, Dr. Galdós, que hace una reconsideración a lo que
llamamos “daño moral” a partir de los aportes de las neurociencias y nos dice10: “daño
moral es el que altera la estructura de los pensamientos, emociones y
sentimientos, provocando afectaciones corporales y mentales, que se
externalizan mediante conductas reveladoras de una situación vivencial
negativa. El daño moral comprende todos los detrimentos espirituales,
emocionales, mentales, de la conciencia y de los sentimientos no
incapacitantes; dolor, aflicciones, padecimientos, desconsuelo, desdicha,
congoja, que generan malestar grave y que alteran la trilogía de pensamientos,
emociones y sentimientos, generando reacciones internas y externas
reveladoras de un estado de ausencia de bienestar y de esa situación vivencial
negativa. El padeciente de daño moral experimenta un estado anímico,
emocional o psicológico negativo o displacentero; se trata de una vivencia
experiencial, subjetiva y personal, con reducción de la energía vital o existencial
que se traduce en variada sintomatología: tristeza, impotencia, desolación,
desamparo, abatimiento, pesimismo, desgano, desinterés, dificultades para
tomar decisiones”. Continúa manifestando el jurista que: “El daño moral nace a
partir de los pensamientos activados negativamente por un hecho exterior
traumático, entendido este último como el evento, situación, objeto,
percepción, evocación, recuerdo o —como concibe el Diccionario al trauma—
un "choque emocional [...] una impresión negativa, fuerte y duradera [...] una
lesión duradera producida por un agente mecánico".
Según establece el art. 1738 del actual Código Civil y Comercial “… La
indemnización comprende la pérdida o disminución del patrimonio de la víctima, el
lucro cesante en el beneficio económico esperado de acuerdo a la probabilidad objetiva
de su obtención y la pérdida de chances. Incluye especialmente las consecuencias
de la violación de los derechos personalísimos de la víctima, de su integridad
personal, su salud psicofísica, sus afecciones espirituales legítimas y las que
resultan de la interferencia en su proyecto de vida..”.

10
Título: Hacia una nueva noción conceptual del daño moral. El aporte de las neurociencias, Autor: Galdós,
Jorge M. Publicado en: LA LEY 28/09/2020, 28/09/2020, 1 Cita Online: AR/DOC/2903/2020
33
Por su parte, el artículo 1740, establece que “La reparación del daño debe
ser plena. Consiste en la restitución de la situación del damnificado al estado anterior
al hecho dañoso, sea por el pago en dinero o en especie. La víctima puede optar por el
reintegro específico, excepto que sea parcial o totalmente imposible, excesivamente
oneroso o abusivo, en cuyo caso se debe fijar en dinero. En el caso de daños derivados
de la lesión del honor, la intimidad o la identidad personal, el juez puede, a pedido de
parte, ordenar la publicación de la sentencia, o de sus partes pertinentes, a costa del
responsable”.
El actor, está legitimado para reclamar por los daños ocasionados, en virtud de
lo dispuesto por el art. 1741, que prevé que: “..Está legitimado para reclamar la
indemnización de las consecuencias no patrimoniales el damnificado directo”.
En el denominado "precio del consuelo", la indemnización del daño
extrapatrimonial se efectúa mediante el dinero, que permite acceder a las
indemnizaciones sustitutivas y compensatorias, como las denomina el art. 1741, Cód.
Civ. y Com. Antes citado, es decir, a bienes, prestaciones o servicios que "resarcen" el
daño moral, consolando, mitigando o apaciguando el padecimiento o aflicción11.
La ley presupone que estos daños no existían con anterioridad a los hechos
acaecidos, y que no hubieren existido de no mediar el comportamiento ilícito del
demandado. En el presente caso, el actor contrató un seguro que cubría los daños y
riesgos que podía sufrir su moto, el cual fue hurtado en la vía pública, generando tal
hecho la obligación de la contraria de abonar la suma asegurada conforme los términos
de la póliza contratada por el consumidor, lo que no ocurrió en tiempo y forma,
generando mucha angustia, desesperación y daños en la esfera moral del actor, que
debe sin duda alguna ser compensado.
La procedencia del “daño moral” (daño no patrimonial) o la indemnización de
las consecuencias no patrimoniales como lo denomina el Código Civil y Comercial en
su artículo 1741, en los contratos de consumo no es de interpretación restrictiva
[como clásicamente solía interpretarse por la doctrina y jurisprudencia ortodoxa ante
el incumplimiento de un contrato civil o comercial entre partes iguales con el Código

11
GAGLIARDO, Mariano, "Psicología jurídica del daño moral", comunicación del académico en la Academia
Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires, en la sesión privada del 14/04/2011, LA LEY, 2011-
E, 886.
34
Civil derogado de Vélez Sarsfield] sino amplia conforme el principio in dubio pro
consumidor (reconocido normativamente como principio general del derecho en los
artículos 3 y 37 de la ley 24.240 y artículos 1094 y 1095 del Código Civil y Comercial),
desde que el punto de partida es la premisa iure et de iure, que el consumidor es un
sujeto en el que el constituyente de 1994 puso énfasis en obtener su máxima protección
al otorgar rango constitucional a la relación de consumo (y lógicamente a los derechos
del consumidor) en el artículo 42 de nuestra carta magna, incorporándolo a su vez en
los tratados de derechos humanos con jerarquía constitucional en el artículo 75 inciso
22 de la C.N. al reconocer la dignidad de la persona humana como un derecho humano
fundamental, brindando una doble protección a los derechos del consumidor en la
pirámide del sistema normativo argentino (constitucional en los artículos 42 y 43 y
convencional en los tratados de derechos humanos de rango constitucional que se
incorporan a nuestro derecho interno por el artículo 75 inciso 22 de la CN). Como
bien enseña la doctrina especializada en palabras del eximio jurista Dante Rusconi, el
derecho del consumidor presume iure et de iure la debilidad del consumidor, y su
hiposuficiencia, subordinación estructural y el deficiente poder de negociación , dado
que se impone la voluntad fuerte de la parte contractual que es la accionada, ello debido
a la debilidad material, psicológica y cognoscente 12, desventajas todas que deben ser
subsanadas mediante una adecuada información por parte del proveedor, siendo
palmaria la violación de ese derecho por la demandada tal como se acreditará en la litis.
Es también lo que ordena el Código Civil y Comercial en su parte general de la Teoría
Contractual (del Título II) en su artículo 1082 remitiendo al capítulo respectivo de la
responsabilidad civil unificando los principales efectos de la responsabilidad civil en el
Título V del Libro III de los Derechos Personales.
La estrictez que exige la jurisprudencia en la valoración y consideración del
rubro, debe ceder ante supuestos como el de autos donde es el consumidor -
parte débil de la contratación- quien efectúa el reclamo (arts. 42 de la CN, 38
de la CPBA). No estamos frente a un contratante más: él es un consumidor en
una relación de consumo, que hizo necesaria una protección específica para la
parte más débil de la estructura negocial que se concreta en la Ley de Defensa

12
Rusconi, Dante (Coordinador) “Manual de Derecho del Consumidor”, pág. 10 y ssts, Ed. Abeledo Perrot, 2009.
35
del Consumidor que vino a ampliar y profundizar, la tutela ya garantizada por
el Código Civil con cuya estructura normativa se complementa, y por la
Constitución Nacional a través de los arts. 42 y 43 a partir de la reforma de 1994.
Así, el marco constitucional utiliza la expresión “trato equitativo y digno”,
refiriéndose a un aspecto social o externo, es decir al honor y el respeto que se
le debe a la persona. Conceptos estos, cuya lesión claramente llevan al dolor, la
angustia, la aflicción y los padecimientos provocados a la víctima por el evento
dañoso. En otras palabras, la privación o disminución de aquellos bienes que
tienen un valor incuestionable en la vida del hombre que son la paz, la
tranquilidad del espíritu, la libertad individual y la integridad individual que
constituyen sus más gratos afectos (cfr. Lowenrosen, Flavio, “La dignidad, derecho
constitucional de los usuarios y consumidores”, elDial.com - DC5F8).
Es que el criterio amplio en la procedencia del daño moral en los contratos de
consumo es una derivación del principio IN DUBIO PRO CONSUMIDOR como
directriz hermenéutica ordenada normativamente en los artículos 3 y 37 de la ley 24.240
(t.o.) y artículos 1, 2, 1094, 1095 del Código Civil y Comercial que ordenan a los jueces
(las normas dicen “deben”, por lo que el verbo es imperativo y no facultativo para los
jueces) a aplicar e interpretar la norma a favor del consumidor, lo que demuestra
palmariamente que cualquier interpretación contraria atenta contra el derecho
constitucional y convencional de los derechos humanos de los consumidores.
La recepción del daño moral pretendido tiene fundamento convencional en el
principio pro homine o favor persona, (de aplicación a los derechos del consumidor
que son derechos humanos esenciales como lo reconocen los artículos 42 y 75 inciso
22 de la CN y el Código Civil y Comercial) que implica “un postulado en materia de derechos
humanos que contiene una vertiente interpretativa y una vertiente normativa, permitiendo delimitar los
derechos y resolver conflictos normativos sobre derechos. Dicho postulado tiene una consagración de
derecho positivo en el derecho internacional de los derechos humanos, al incorporarse válidamente dichos
tratados al derecho interno, se genera la obligación jurídica de su aplicación igualmente en el derecho
nacional en el análisis de derechos fundamentales13” en el mismo sentido Rodolfo Piza
Escalante sostuvo, como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que

13
Nogueira Alcalá, Humberto “El Principio Pro Homine o Favor Persona en el Derecho Internacional y en el
Derecho Interno como regla de Interpretación y Regla de Preferencia Normativa”.
36
el “principio pro homine constituye un criterio fundamental que impone la naturaleza misma de los
derechos humanos, la cual obliga a interpretar extensivamente las normas que los consagran o amplían
y restrictivamente las que los limitan o restringen14”. En la misma perspectiva, Mónica Pinto,
señala que “el principio pro homine “es un criterio hermenéutico que informa todo el derecho de los
derechos humanos, en virtud del cual se debe acudir a la norma más amplia, o a la interpretación más
extensiva, cuando se trata de reconocer derechos protegidos e, inversamente, a la norma o a la
interpretación más restringida cuando se trata de establecer restricciones permanentes al ejercicio de los
derechos o su suspensión extraordinaria. Este principio coincide con el rasgo fundamental del derecho
de los derechos humanos, esto es, estar siempre a favor del hombre, por lo que en caso de duda, debe
optarse claramente por la interpretación que mejor proteja, asegure y garantice los derechos humanos
en su conjunto, en una estructura coherente a la luz de los valores que los informan”.15
Por ello, V.S. advertirá sin hesitación alguna que la procedencia del rubro
pretendido es coherente con el principio de progresividad y no regresividad de las
normas sobre derechos humanos y por supuesto sobre derechos del consumidor.
El daño moral es un daño jurídico, o sea un perjuicio que aprehende el orden
jurídico. Y es así en la medida en que lesiona los bienes más preciados de la persona
humana, al alterar el equilibrio de espíritu. Toda persona vive en estado de equilibrio
espiritual y tiene derecho a permanecer en ese estado; las alteraciones anímicamente
perjudiciales deben ser resarcidas.
Y esa modificación disvaliosa del espíritu no corresponde identificarla
exclusivamente con el dolor porque pueden suceder, como resultas de la interferencia
antijurídica, otras conmociones espirituales: la preocupación intensa, la aguda irritación
vivencial y otras alteraciones que, por su grado, hieren razonablemente el equilibrio
referido (Mosset Iturraspe, Jorge, Responsabilidad por Daños, t. V, págs. 53/4, Ed.
Rubinzal Culzoni, 1999).

14
Piza Escalante, Rodolfo. (1986), en su Opinión separada en Corte IDH. Opinión Consultiva OC 7/86.
Exigibilidad de derecho de rectificación o respuesta, 29 de agosto de 1986.
15
Pinto, Mónica, “El principio pro homine. Criterios de hermenéutica y pautas para la regulación de los derechos
humanos” [on line]. Archivo electrónico en la página del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo –
Oficina en Venezuela. Disponible en la World Wide Web:
http://www.pnud.org.ve/archivo/documentos/data/300/332j.htm. Ver Pinto, Mónica. 1997. El principio pro homine.
Criterios de hermenéutica y pautas para la regulación de los derechos humanos, en Abregú, Martín y Courtis,
Christian (Comps.), La aplicación de los tratados sobre derechos humanos por los tribunales locales. Ed. CELS-
Editores del Puerto, Buenos Aires.
37
“La diversidad de alternativas que tuvo que transitar el actor para lograr el
reconocimiento de sus derechos y la zozobra espiritual que debió causarle el hecho de
figurar en guía -cuando había solicitado lo contrario (y pagado por ello) en función de
motivos reservados a su intimidad-, unidos a la pérdida de valioso tiempo de su
vida insumido en diversidad de trámites, exceden la normal tolerancia que es
dable en el sufrido consumidor de servicios que son esenciales para mantener
un mínimo de bienestar en esta turbulenta vida actual. Como nadie se halla
autorizado a alterar indebidamente el sosiego espiritual de otra persona, es
procedente la indemnización del daño moral.” (C. Nac. Civ. y Com. Fed., sala 2ª,
15/10/1998 - Irurzun, Nandor v. Telefónica de Argentina).
Atento a ello, basado en las circunstancias relativas al hecho ilicito y los daños
ocasionados a mi representado, y sin perjuicio de su fijación de acuerdo al prudente
arbitrio de V.S., fijamos este daño moral, en la suma de $ 150.000 (pesos ciento
cincuenta mil) y/o en lo que en más o en menos V.S. determine.

VII. c.- CUARTA PRETENSIÓN. DAÑO PUNITIVO. –


Que la reforma a la ley del consumidor ha incorporado en su artículo nº 52 bis
la posibilidad de que el consumidor damnificado puede solicitar un resarcimiento por
“daño punitivo” en casos de que exista incumplimiento legal o contractual.- Esta multa
civil, dice la norma, se deberá graduar en función de la gravedad del hecho y demás
circunstancias del caso.-
En lo que respecta al caso que nos ocupa, debo decir que estamos ante un caso
de importante gravedad de la conducta incumplidora asumida por la demandada,
agravado ello en el aprovechamiento de la situación de debilidad económica de mi
mandante, mostrando un marcado menosprecio a su situación e indiferencia de su
parte respecto de los derechos como consumidor bancario (tanto en la oportunidad de
los reclamos administrativos como en la instancia prejudicial), agravado por el hecho
de su hipervulnerabilidad, en plena época de pandemia. ¿Qué título le podemos
adjudicar a esta conducta de la demandada más que un MARCADO
MENOSPRECIO Y DESINTERES a los derechos de mi mandante? Lo que
aquí se denuncia no es una mera negligencia del Banco, sino un comportamiento
malicioso y deliberado de no RESPONSABILIZARSE por lo ocurrido, en medio de
38
una pandemia mundial y ante un consumidor hipervulnerable. Asimismo, conforme la
prueba a producirse en autos, no se trata de un caso aislado, sino estamos frente a
numerosos casos de personas en la misma situación que mi mandante, por lo que el
Banco es consciente de la gravedad de los hechos, manteniendo una postura pasiva e
insistiendo en un cobro de cuotas de un préstamo ilegítimamente acreditado.
Quizás a partir del fallo ejemplificador que aquí se solicita, los bancos
seguramente comenzarán a cumplir con sus obligaciones y reforzar las medidas de
seguridad que la normativa les exige.
Bienvenido entonces, la consagración legal del mal llamado daño punitivo al
derecho argentino.- Esta herramienta servirá para poner coto a los abusos de las
empresas como la demandada que violan sistemáticamente los derechos de los
consumidores sabedores de que muy pocos son los que llegan a las últimas instancias.-
El instituto tal como se encuentra redactado, ha merecido justificada y
voluminosa crítica de la doctrina civilista.- Es que el texto de la ley es muy amplio, con
pocos parámetros que puedan guiar al juez a dictar una medida punitiva razonable, que
no peque ni por exceso ni por defecto.-
Dice Alterini al respecto que “habría sido preferible considerar puntualmente -como
dispone el artículo 49 para las sanciones previstas en el artículo 47- "el perjuicio resultante de la
infracción para el consumidor o usuario, la posición en el mercado del infractor, la cuantía del beneficio
obtenido, el grado de intencionalidad, la gravedad de los riesgos o de los perjuicios sociales derivados de
la infracción y su generalización reincidencia y las demás circunstancias relevantes del hecho16" .-
Tiene dicho también la jurisprudencia: “El daño punitivo únicamente procede
en supuestos de particular gravedad, calificados (i) por el dolo o la culpa grave, es
decir, una falta grosera consistente en no haber tomado una precaución juzgada
como necesaria, que se configura cuando media una manifiesta y grave
despreocupación identificándose con la voluntad consciente más que con el
simple descuido; (ii) por la obtención de un enriquecimiento ilícito y, también, (iii)
por un abuso de posición de poder cuando ella evidencia un menosprecio grave

16
Atilio, Aníbal Alterini, “Las reformas a la ley de defensa del consumidor. Primera lectura, 20 años después” en
“Reforma a la Ley de Defensa del Consumidor”, Suplemento La Ley, abril 2008, pág. 18.-
39
por derechos individuales o de incidencia colectiva17”. En el presente caso vemos,
por un lado, una manifiesta despreocupación y menosprecio por los intereses
económicos de mi mandante (atento a que se atravesó por varias etapas antes
de esta instancia judicial, y en momento alguno BBVA dejó sin efecto el
préstamo por la vulnerabilidad de su sistema) y también por otro, un abuso de
posición de poder (dado el poder económico del demandado y la situación de
inferioridad y vulnerabilidad de la actora). No estamos frente a un mero
incumplimiento contractual. No se trata de un simple descuido informático.
Claramente ingresamos en el terreno de la especulación del banco. La pérdida
de tiempo ante la falta de respuestas, el destrato, la imposibilidad de
comunicación, entre otras cuestiones desarrolladas en la presente demanda,
colocaron a la actora en una situación de desprotección y trato indigno, ante la
conducta abusiva desplegada por el banco demandado.
Las prácticas perpetradas por el banco resultan inadmisibles. Jamás cumplió
con el deber de información, no brindó al usuario los dispositivos de seguridad
adecuados al servicio prestado, en un contexto de ALTO RIESGO advertido por el
BCRA con incremento de ciberdelitos no estuvo a la altura de las exigencias, no
verificó la autenticidad del pedido a pesar de ser una operación no habitual en el cliente,
no remitió las condiciones del contrato de préstamo supuestamente concertado, no
resolvió los reclamos presentados por el usuario violando toda la regulación que el
BCRA emitió al respecto.
Es ese orden, no puede sino concluirse que la conducta reseñada constituye un
grave incumplimiento de las exigencias de la ley 24.240, a lo que se le suma la grosera
negligencia del Banco, cercana al dolo. El actuar desaprensivo es determinante, ya que
el desprecio a los derechos de la contraparte, el aprovechamiento económico de los
obstáculos propios del proceso, agravados por el ASPO y toda conducta que violente
desdeñosamente el derecho del consumidor o usuario es pasible de la aplicación de los
daños punitivos.
En este contexto, entendemos que se encuentran configurados los requisitos
para la procedencia del daño punitivo. Los únicos que cuentan con las herramientas

17
Partes: Martínez Pedro Eduardo c/ Gire S.A. s/ ordinario. Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial,
Sala D, Fecha: 2-ago-2018; Cita: MJ-JU-M-114464-AR | MJJ114464 | MJJ114464
40
para frenar los abusos de este tipo de maniobras que afectan severamente a la sociedad
son los jueces, y es por ello que se han dictado las normas que dan sustento jurídico
para hacerlo.
A los efectos de la determinación del mal llamado daño punitivo, hay que tener
presente la reincidencia de la empresa demandada, la magnitud -expansiva- del
perjuicio que puede causar a los usuarios y la necesidad de que la multa sea lo
suficientemente significativa para cumplir con su finalidad disuasiva. Configura una
herramienta legal de prevención y sanción a una conducta reprochada por el
ordenamiento. No tiene su origen en un daño cierto sino en la conducta desplegada
por el proveedor durante la relación de consumo, aún cuando no implique daño alguno
pero sí riesgos a los derechos de los consumidores.
Como corolario de lo expuesto solicitamos V.S. tenga presente que el BBVA
es una de las entidades financieras más importante del país, con un enorme caudal de
clientes de modo que este tipo de negligencias o violaciones a la seguridad puede
proyectarse y generar daños importantes a innumerable cantidad de usuarios
financieros, debiendo ponderarse esta circunstancia al momento de la mensura de la
multa peticionada.
Por ello solicitamos se haga lugar al daño punitivo, que se estima en la suma
de $200.000 (pesos doscientos mil) y/o por la que más o menos resulte de las pruebas
a rendirse en autos y que V.S. se servirá fijar.-

VIII.- LIQUIDACION. -
Se reclaman los siguientes rubros a la demandada:
● Daño Moral: $150.000
● Daño punitivo: $200.000

TOTAL RECLAMADO $350.000

La presente liquidación asciende a PESOS TRESCIENTOS


CINCUENTA MIL ($350.000) suma que se reclama a la demandada por el
incumplimiento de las normas legales y los daños y perjuicios ocasionados a la

41
accionante y/o lo que en más o en menos resulte de las pruebas a producirse
en autos, con más sus intereses a tasa activa del Banco Nación Argentina.

IX. SOLICITA MEDIDA CAUTELAR


Justamente, la medida cautelar que aquí se solicita de V.S. tiende a
evitar un agravamiento del daño ya producido (art. 1710 CCCN), en virtud de las
particularidades que ofrece el presente caso. En tal sentido, dado el carácter de
consumidor hipervulnerable de la actora por su delicada condición económica (sus
haberes no llegan a un SMVM) cabe señalar que, de mantenerse la situación en curso;
se corre el riesgo serio e inminente de que el Banco intente descuentos sobre sus
magros ingresos y la informe injustamente como morosa ante BCRA.
Como se manifestó precedentemente, se solicita a V.S haga lugar de
manera urgente a la medida cautelar solicitada, y en consecuencia, se le ordene
al BBVA a que, suspenda el cobro y/o se abstenga de efectuar descuento
alguno sobre cualquier cuenta bancaria en relación al préstamo personal
preaprobado unilateralmente por el Banco bajo el Nº 155-31-96-00093880,
acreditado en su caja de ahorros en pesos Nº 155-44253/1 de la actora, por la
suma de PESOS DOSCIENTOS VEINTISEIS MIL ($ 226.000). Al mismo
tiempo se solicita se le ordene a dicha entidad bancaria a que se abstenga tanto
de efectuar acciones judiciales en contra la actora como ingresarla en una base
de morosos ante BCRA en relación al préstamo no consentido. Todo ello hasta
tanto se resuelva la cuestión de fondo aquí planteada.
La protección cautelar que aquí se peticiona también reviste fundamento
normativo en el art. 1710 CCCN cuando se regula el "Deber de prevención del daño".
La doctrina especializada ha señalado que el contenido del deber de prevención se
integra por la exigencia de evitar el daño (lo cual incluye tanto al daño que aún no ha
ocurrido como a aquel que ha comenzado a producir sus efectos, siendo previsible su
continuación), disminuir la magnitud del daño y no agravar el daño ya producido. La
tutela comprende todas las etapas y supuestos posibles de prevención de la dañosidad
(ver SEGUI, Adela M. "La prevención de los daños en el Proyecto de Código Civil y
Comercial de la Nación", JA 2012 IV 1468; GALDOS, Jorge M y BLANCO, Gustavo

42
H. "Funciones de la responsabilidad civil" ponencia presentada a la Comisión nro. 1
en las III Jornadas Marplatenses de Responsabilidad Civil).
En nuestros ordenamientos procesales no contamos con normas que nos
permitan fundar una tutela civil anticipatoria genérica diferente de la cautelar. Por ésta
razón, en la práctica los jueces han hecho lugar a medidas de tipo inhibitorio
anticipatorias o provisorias por la vía de las medidas cautelares.
En el sub lite se aprecia prima facie el cumplimiento de todos los recaudos legales a
los efectos de la protección cautelar a saber:
A.- VEROSIMILITUD DEL DERECHO invocado, por cuanto con la
documentación que se adjunta a ésta presentación (vgr. tickets, saldos de cuenta,
denuncia penal, recibos de sueldo) surge claramente el carácter de consumidor
bancario hipervulnerable de la actora así como de la existencia de los hechos del que
ha sido víctima.

B.- EL PELIGRO EN LA DEMORA: En la especie, lo que torna relevante para la


concesión de la medida cautelar radica en la urgencia que reviste la cuestión, toda vez
que -recordemos- queda claro que por medio de maniobras fraudulentas apareció en
la Cuenta bancaria de mi mandante por un préstamo personal que NO FUE
CONTRATADO cuyo reembolso -lógicamente- es y seguirá siendo periódicamente
exigido por el Banco. De esta manera la concesión de la cautelar es la única vía apta
para tutelar preventivamente el derecho invocado (arts. 230, 384 del CPCC). A mayor
abundamiento es dable agregar que el marco consumeril que rodea la presente litis
impone adoptar aquellas medidas que procuren la salvaguarda del accionante, quien
como vimos es un consumidor hipervulnerable, que actualmente sus haberes son
equivalentes a un SMVM. De no tomar esta medida, y obligar a mi mandante abonar
las cuotas del préstamo que ilegalmente se acreditó en su cuenta, implicaría que la Sra.
Farias no tenga para comer ni para vivir, ya que inclusive, las cuotas impuestas superan
el monto de haberes que cobra la actora mes a mes como telemarketer. Es decir, puede
sufrir graves daños, ya que lógicamente el Banco puede intentar ejecutar el préstamo
y embargar el sueldo de la actora, e incluirla como morosa en bases crediticias.

43
C.- CONTRACAUTELA. Atento el alto grado de verosimilitud del derecho que se
acredita, ofrecemos como contracautela caución juratoria de responder por los
eventuales daños y perjuicios que le medida pudiere ocasionar a la empresa, salvo mejor
criterio de V.S.

Por ende se solicita a V.S. el dictado de una Medida Cautelar Innovativa a través de la
cual se le ordene a dicha financiera a que suspenda el cobro y/o se abstenga de efectuar
descuento alguno de dicho préstamo personal sobre las cuentas bancarias de las que la
actora es titular, así como que se abstenga de efectuar acciones judiciales en su contra
en relación al supuesto préstamo, como el ingreso a una base de información crediticia
como moroso, ya que reitero, la suma que fuera depositada en la cuenta de mi
mandante jamás fue consentida ni contratada por el suscrito. Todo ello hasta tanto se
resuelva la cuestión de fondo.

X.- DERECHO. -
Fundo la pretensión en los Artículos 17, 42 y 75 inciso 22 de la Constitución
Nacional, Artículos XXIII de la Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre, artículo 17 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, artículo
21 del Pacto de San José de Costa Rica, Ley 24.240, Código Civil y Comercial, decreto
1798/1994, comunicaciones y normativa del Banco Central de la República Argentina;
y toda otra norma que, omitida involuntariamente por mi parte, V.S. con su elevado
criterio y sabio entender sabrá suplir.

XI. OFRECE PRUEBA. –

A) Documental.
1. Copia DNI de la actora.
2. Acta poder otorgado por el actor a la Dra. Gabriela Abad.-
3. Denuncia penal.
4. Extracto en Excel emitido por el Home Banking del período 18.08.2020 al
01.09.2020 en la cuenta caja de ahorro en pesos CA$ 155-44253/1.

44
5. Acta de cierre de mediación previa obligatoria conforme ley 26.589 de fecha
05-11-2020.
6. Copia de 10 (diez) recibos de sueldo de la actora.
7. Correos electrónicos intercambiados desde la casilla de correo electrónico de
la actora moira_farias@hotmail.com a la casilla de correo electrónico
diego.giano@bbva.com correspondiente al ejecutivo del Banco DIEGO
GIANOTTI.
8.- Carta documento de Correo Argentino bajo el Nº 068882445, de fecha
27/10/2020, enviada por la actora a la demandada.
9.- Nota recibida por el Banco BBVA con fecha 18.11.2020 firmada por los
supuestos abogados Luciana Pique y Matias E. Toli.-
10.- Extracto en Excel emitido por el Home Banking del banco demandado, donde
se detallan las 60 cuotas del préstamo.
11.- Ocho (8) turnos emitidos por el Banco.
12.- Captura de pantalla del mensaje recibido del número 2282 bajo el mensaje “se
debito una transferencia inmediata a 27355732032 por ARS 226.000,00. Más
detalle en banca online. BBVA”.
13.- Relevamiento entre los Juzgados integrantes de REJUCCBA- MEDIDAS
CAUTELARES EN PROCESOS DE ANULACIÓN DE CONTRATO POR
ESTAFA-DEFRAUDACIÓN INFORMÁTICA (PHISHING) DESDE
MARZO A SEPTIEMBRE DEL 2020
(https://onedrive.live.com/view.aspx?resid=FEC2016209FFA9FD!12779&ithint
=file%2cpptx&authkey=!AK5owPr-Z1agFY8)
14.- Notas periodísticas
● https://www.eldiariosur.com/esteban-echeverria/2020/11/4/denuncian-estafas-
virtuales-en-cuentas-de-bbva-frances-
43583.html#:~:text=Clientes%20del%20banco%20BBVA%20Franc%C3%A9s,y%
20el%20interior%20del%20pa%C3%ADs
● https://www.telam.com.ar/notas/202010/526155-alertan-por-un-crecimiento-
preocupante-de-las-estafas-digitales-a-clientes-bancarios.html
● https://www.clarin.com/fama/toti-pasman-victima-estafa-virtual-pierde-fortuna-
plata-_0_ZMPH_3x80.html

45
● https://www.infobae.com/sociedad/2020/10/22/ciberdelito-desde-el-inicio-de-la-
cuarentena-los-ataques-informaticos-crecieron-cerca-del-70-por-ciento/
● https://www.lanacion.com.ar/economia/estafas-bancarias-redes-sociales-lo-
necesitas-saber-nid2418411
● https://ucu.org.ar/estafas-electronicas-existe-posibilidad-de-reclamar-a-los-
bancos/

15.- Tres (3) tickets de cajero de fecha 15.09.2020 y 17.09.2020 correspondiente


a la cuenta Nº 1550442531 emitidos por BANELCO.
16.- Constancia de cuenta caja de ahorro con el Banco Santander Rio.
17.- Anexo I.-
18.- Anexo II.-

B.- DOCUMENTAL – EN PODER DE UNA DE LAS PARTES -


CARGA PROBATORIA DINÁMICA:
Se requiera al BBVA en los términos del Art. 388 CPCCN acompañe: 1)
los resúmenes correspondientes a los meses de marzo de 2020 a la actualidad de la
cuenta caja de ahorro en pesos Nº 155-44253/1.; 2) se remita la solicitud de préstamo
y sus condiciones.; 3) Copia del legajo del actor, con indicación de alta de titularidad
de cuenta, préstamos solicitados por todo el período contractual; 4) Acompañe todos
los turnos solicitados vía online por la actora para dirigirse a sucursal; 5)
documentalmente el análisis crediticio de la actora para calificarla para el acceso de un
préstamo por $226.000; 6) Acompañe documentalmente las medidas concretas de
seguridad adoptadas en relación al servicio de Homebanking para garantizar la
identidad del usuario y la fidelidad de la operación que se pretende realizar por dichos
carriles, antes y después de los casos denunciados, bajo apercibimiento de valorar su
incumplimiento como una presunción en su contra; 7) Acompañe los poderes de los
sujetos identificados como Luciana Pique y Matias E. Toli, emitidos por el Banco a su
favor, con facultades suficientes para emitir notas dirigidas a clientes a la fecha
18.11.2020.-

C) INFORMATIVA:
Se oficie a los siguientes entes:
46
1) Unidad Funcional Número 8 del Departamento Judicial San Martín, a
cargo de la Sra. Agente Fiscal Dra. Verónica Perez, a efectos de que remita
copia certificada de la denuncia efectuada por la Sra. Moira Farias en trámite la
I.P.P Nro. Nro.15-00-035662-20, en orden al delito de estafa, previsto y
reprimido en el artículo 172 del Código Penal, cuya víctima/denunciante
resulta ser la actora. Asimismo, acompañe todas las actuaciones con motivo a
dicha denuncia y cualquier otro dato de interés.
2) Al Banco Santander Rio a fin de que informe si la Sra. Moira Lorena Farias
es cliente de su banco, a partir de qué fecha efectuó la apertura de los productos
bancarios y si cobra sus haberes a través de su caja de ahorro Nº 499-356622/8
en dicha entidad.
3) En subsidio, para el caso del hipotético de desconocimiento por parte de la
demandada de los recibos de sueldo acompañados, se solicita se libre oficios a
la empleadora Marcelo H. Pena S.A. (Pena & Asoc. Gestión de Cobranzas) a
fin de que se expida sobre la autenticidad de dichos recibos.
4) En subsidio, para el caso del hipotético de desconocimiento por parte de la
demandada de la carta documento Nº 068882445 enviada por esta parte, se
solicita se libre oficio al Correo Argentino, a fin de que se expida sobre la
autenticidad de dicha carta documento y remita su copia certificada de la
con su respectivo acuse de recibo.
5) BANCO CENTRAL DE LA REPUBLICA ARGENTINA S.A: A)
Informe porcentaje de aumentos de ciberdelitos en el período comprendido
entre enero 2020 y hasta el momento de contestar el requerimiento. B) Qué
medidas de seguridad recomendó el BCRA a las entidades en el marco de la
pandemia. C) Cuántos reclamos relacionados con ciberdelitos recibió en dicho
período la Gerencia de Protección al Usuario de Servicios Financieros. D)
Informe si en el período comprendido entre enero – diciembre 2020 la
institución emitió notificaciones de nuevas tendencias o de novedades acerca
de una ciberamenaza contra sistemas de información o acerca de una
vulnerabilidad de los sistemas de información; E) Informe si el BBVA ha
notificado en el mismo período ciberalertas.

47
6) A la Asociación USUARIOS Y CONSUMIDORES UNIDOS: A fin de
que informe: 1) la cantidad de denuncias recibidas contra la empresa
demandada desde enero de 2020 hasta la actualidad con motivo a estafas
electrónicas/phishing/ciberdelitos; 2) Explique los hechos, fechas y detalles
que fundaron las denuncias. - 3) Manifieste si hubo un aumento del número de
denuncias respecto de años anteriores; 4) Informe si hubo conciliación en las
respectivas denuncias. - Todo otro dato que sea de interés.
7) A la Dirección General de Defensa y Protección al Consumidor del
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires: A fin de que informe 1) la cantidad
de denuncias recibidas contra la empresa demandada desde enero de 2020
hasta la actualidad con motivo a estafas electrónicas/phishing/ciberdelitos; 2)
Explique los hechos que fundaron las denuncias.- 3) Manifieste si hubo un
aumento del número de denuncias respecto de años anteriores; 4) Informe si
hubo conciliación en las respectivas denuncias.- Todo otro dato que sea de
interés.-
8) A la Dirección Nacional de Defensa de las y los Consumidores-
Secretaría de Comercio- Ministerio de Producción de la Nación: A fin de
que 1) la cantidad de denuncias recibidas contra la empresa demandada desde
enero de 2020 hasta la actualidad con motivo a estafas
electrónicas/phishing/ciberdelitos; 2) Explique los hechos que fundaron las
denuncias.- 3) Manifieste si hubo un aumento del número de denuncias
respecto de años anteriores; 4) Informe si hubo conciliación en las respectivas
denuncias.- Todo otro dato que sea de interés.-
9) Al Ministerio Público Fiscal - Unidad Fiscal Especializada en
Ciberdelincuencia (UFECI) a efectos de que informe: 1. Estadísticas sobre
la evolución de los delitos de phishing y/o cualquier información útil que se
haya recolectado especialmente la cantidad de afectados por año, bancos
involucrados, geolocalización, etc; 2. Datos de las IPP en trámite por este tipo
de delitos, especialmente durante el año 2020; 3.Datos y porcentajes de los
expedientes judiciales donde se hayan obtenido autos de procesamiento y/o
condenas penales (firmes o no firmes); 4. Copia o constancia
documentada de las instrucciones emanadas desde vuestro órgano a los
48
Fiscales que actúan en el ámbito de la Ciudad y de los métodos de trabajo
implementados para la instrucción y esclarecimiento de estos delitos; 5.
Entidades más denunciadas ante Vtro. Organismo.

Se deja expresa constancia en cuanto a los últimos cinco pedidos de informes, que
no puede obviarse que esta parte solicitó en las presentes actuaciones que se le
aplique al BBVA una multa en concepto de daño punitivo. Siguiendo al gran jurista
Álvarez Larrondo , es menester recordar que bien se ha sostenido en el III
Congreso Euroamericano de Protección Jurídica del Consumidor, que a los fines
de determinar el quantum del daño punitivo (y en consecuencia su prueba), debe
seguirse como pauta ineludible de interpretación, el listado de recaudos impuestos
por el artículo 49 de la ley 24.240. Siguiendo está lógica, resultará clave acreditar
alguno o todos los supuestos previstos en dicha norma, a saber:
1.- El perjuicio resultante de la infracción para el consumidor o usuario,
2.- la posición en el mercado del infractor,
3.- la cuantía del beneficio obtenido,
4.- el grado de intencionalidad,41
5.- la gravedad de los riesgos o de los perjuicios sociales derivados de la infracción
su generalización,
6.- la reincidencia y las demás circunstancias relevantes del hecho.
En el caso de especie, la prueba informativa aportará valiosa información que que
V.S. cuente con elementos que le permitan estimar aproximadamente la cuantía del
beneficio económico (analizado en su totalidad), el grado de intencionalidad de la
conducta de la demandada (dolosa, por cierto), la gravedad de los riesgos o de los
perjuicios sociales derivados de la infracción y su generalización, así como la
reincidencia o conducta repetitiva de la demandada.

D.- Confesional.
A los efectos de que el representante legal de la demandada con facultades
especiales y expresas absuelva posiciones a tenor del pliego que oportunamente
presentaré, el cual deberá ser citado por el juzgado bajo los apercibimientos de ley.

49
E.- Pericial.
1) PERICIAL CONTABLE: Se designe perito contador de oficio a fin de
que practique un informe pericial contable, a llevarse a cabo sobre los libros contables
del Banco, y se sirva constatar:
a) Si los mismos son llevados en legal y debida forma;
b) Informe si los extractos bancarios en Excel acompañados por esta parte son
copia fiel de los registros del Banco, acompañados como prueba documental en los
puntos 4 y 10 de la presente demanda.
c) Informe todos los movimientos y operaciones y sus correspondientes
motivos/conceptos, que se registran en las cuentas de la actora con fecha 18/08/2020
y 01/09/2020: Caja de ahorro en pesos Nº Nº 155-44253/1.-
d) Informe respecto del préstamo bajo el Nº 155-31-96-00093880: fecha de
alta y acreditación; términos y condiciones; de qué forma fue solicitado el préstamo,
cuántas cuotas fueron debitadas por el Banco de las cuentas del actor a la fecha de la
pericia y el motivo del mismo.
e) Determine la suma de dinero extraído en la cuenta de la actora con motivo
a la estafa electrónica.
f) Determine, luego de la estafa electrónica, el monto disponible en la cuenta
bancaria del actor.
g) Indique si dentro de los registros del Banco, con fecha 19/08/2020 a
20/08/2020 se emitió una alerta por operaciones sospechosas sobre la cuenta de la
Sra. Farias.
h) Indique el límite de transferencias diarias de las cuentas de la actora a la
fecha del hecho denunciado (19/08/2020)
i) Indique si a su real saber y entender, una persona física cuyos haberes fueron
denunciados en el presente, puede ser un sujeto calificado crediticiamente para tomar
un préstamo de $226.000.-
j Todo otro dato de interés.

2) PERICIAL INFORMÁTICA: A efectos de designar un perito


informático, licenciado en Ciencias de la Computación, Ingeniero en Sistemas, Analista
de Sistemas y/o cualquier otro profesional idóneo en informática: para el supuesto de
50
desconocimiento de los correos electrónicos, su contenido y las capturas de pantalla
de los ANEXOS I y II, que se acompañan adjuntos como prueba documental, deberá:
1) Expedirse sobre la autenticidad, contenido, fecha, hora cierta de los correos
electrónicos (e-mails) acompañados, con todos sus archivos, imágenes, logotipos,
fotografías y/o cualquier otra información adjunta para que verifique la existencia de
los correos electrónicos acompañados por la actora en esta demanda; si los correos
electrónicos acompañados han sido efectivamente enviados desde las direcciones
declaradas como remitentes; si no han sufrido alteraciones ni han sido modificados
sus contenidos; indique remitente de los mismos, adjunte copia de todos ellos, imprima
la cabecera de internet de cada uno, explique, detalle, analice el contenido de la cabecera
de cada uno de los mails, definiendo la función de cada una de las etiquetas (TAGs)
contenidas dentro, con sus correspondientes fechas de envío, recepción, servidores,
etc. En el caso de contar con firmas digitales como DKIM (DomainKeys Identified
Mail), determine autenticidad de ellas, y los correos electrónicos (emails) enviados por
la actora a las demandadas y los que remitió la accionada a la casilla de la accionante.
3) También deberá determinar si el servidor de correo utilizado en los mails
acompañados tanto por la actora y demandada cumplen con certificaciones
internacionales de seguridad que los acreditan como tercero de confianza y si gracias a
esos niveles de calidad y seguridad de datos, se garantiza que los correos almacenados
en sus casillas no pueden ser adulterados fácilmente;
4) Determine si el dominio “bbva.com.ar” pertenece y se encuentra registrado
por Banco demandado;
5) Determine y detalle cuáles son las redes sociales oficiales del Banco;
6) Informe si las capturas de pantalla acompañadas en los anexos I y II de la
demanda son copia fiel a las que figuran en sus redes sociales;
7) Informe, teniendo a la vista el celular de la actora, si la captura de pantalla
acompañada en el punto 12 de la prueba documental, es original y auténtica, en cuanto
al mensaje de texto recibido por la actora en su celular 11-6308-2811 compañía celular
MOVISTAR enviado desde el número 2282 bajo el mensaje “se debito una
transferencia inmediata a 27355732032 por ARS 226.000,00. Más detalle en banca
online. BBVA”, con fecha 19/08/2020 a las 19.02 hs.

51
8) Para que el perito detalle cualquier otra cuestión que entienda de interés para
confirmar la validez de los mails acompañados impresos ofrecidos como documental.

En esta prueba ofrecemos como Consultora Técnica en los términos


del artículo 458 último párrafo del C.P.C.C.N. a la Ingeniera en Sistemas de la
Información Analía Adelaida Politi, con domicilio en calle Lafuente 354, piso 2°, “A”,
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y con domicilio electrónico vinculado a la C.U.I.T.
N° 27-23878387-4, correo electrónico analiaapoliti@gmail.com, teléfono celular N°
1163321008, peticionando que sus honorarios integren la condena en costas a la
accionada, tal como lo indica el artículo 461 último párrafo del C.P.C.C.N., quien
realizará su labor en forma remota utilizando el programa TeamViewer, Zoom, Google
Meet y/o cualquier otra plataforma que disponga la profesional.

3) PERICIAL PSICOLÓGICA: Se designe perito psicólogo de oficio a fin


de que determine, con las constancias de autos y las correspondientes entrevistas a la
actora, su saber y entender como también con todo método idóneo y científico, los
siguientes puntos de pericia: 1) Estado emocional/psíquico de la Sra. Farias. 2)
Impacto de los hechos denunciados sobre las distintas esferas de la vida de la actora,
tanto a nivel social, profesional, familiar, vincular, laboral; 3) Si el actor, a raíz de los
hechos denunciados, tiene o tuvo pesadillas, si puede o pudo descansar o dormir
placenteramente, si su alimentación tuvo variaciones; 4) Si la actora sufrió emociones
o sentimientos negativos a raíz de los hechos que dieron origen al presente juicio y en
caso afirmativo, detalle cuales; 5) En definitiva, indique si existe o existió Daño
psicológico a raíz del delito informático al que fue víctima y el rechazo del banco ante
sus reclamos.

4) PERICIAL CALIGRAFICA EN SUBSIDIO: Para el supuesto que se


pretenda atribuir como propios documentos negados, solicito se designe perito
calígrafo, único de oficio, quien teniendo a la vista los instrumentos desconocidos y el
cuerpo de escritura de actor, se expida respecto de su autenticidad, y si la firma inserta
se corresponde con la del actor y/o persona a la que se atribuyen. Informará cualquier
dato que sea de interés para el juicio determinando especialmente los tiempos de
52
ejecución de escritura sobre la base de los distintos tipos de letras o escrituras, tintas o
trazos de escritura.

F.- PRESUNCIONES:
Dejo ofrecidas las presunciones que, con carácter de graves, precisas y
concordantes surjan de las constancias del expediente y de las pruebas a rendirse en
autos en cuanto favorezcan a la pretensión esgrimida en un todo de acuerdo a la
hermenéutica dispuesta por los artículos 3 y 37 de la LDC y artículos 1094 y 1095 del
CCyC.

XII.- MEDIACIÓN PREVIA. –


Que habiéndose dado cumplimiento al trámite de mediación previa conforme
lo establecido por la Ley 26.589, se acompaña a la presente el acta de audiencia
pertinente, con las que se acredita que se ha dado por concluida la mediación por
decisión de las partes sin haber arribado a acuerdo alguno.

XIII.- BENEFICIO DE JUSTICIA GRATUITA


En éste acápite corresponde remarcar que todas las acciones judiciales iniciadas
con motivo de infracciones a la ley de defensa del consumidor gozan del beneficio de
litigar sin gastos, de acuerdo a lo normado por el ARTÍCULO 53 ley 24.240 T.O. el
que textualmente dice “Normas del proceso. En las causas iniciadas por ejercicio
de los derechos establecidos en esta ley regirán las normas del proceso de
conocimiento más abreviado que rijan en la jurisdicción del tribunal ordinario
competente, a menos que a pedido de parte el Juez por resolución fundada y
basado en la complejidad de la pretensión, considere necesario un trámite de
conocimiento más adecuado.
Quienes ejerzan las acciones previstas en esta ley representando un
derecho o interés individual, podrán acreditar mandato mediante simple acta
poder en los términos que establezca la reglamentación.
Los proveedores deberán aportar al proceso todos los elementos de
prueba que obren en su poder, conforme a las características del bien o servicio,

53
prestando la colaboración necesaria para el esclarecimiento de la cuestión
debatida en el juicio.
Las actuaciones judiciales que se inicien de conformidad con la presente
ley en razón de un derecho o interés individual gozarán del beneficio de justicia
gratuita. La parte demandada podrá acreditar la solvencia del consumidor
mediante incidente, en cuyo caso cesará el beneficio”. (textual, énfasis
agregado).
De este modo la doctrina mayoritaria afirma que con la reforma “se ha
introducido un beneficio de litigar sin gastos automático a favor del usuario o consumidor18”
Afirma la Corte Suprema de Justicia de la Nación, al emitir su pronunciamiento
en autos "Unión de Usuarios y consumidora y otros c/Banca Nazionale del
Lavoro S.A s/ sumarísimo", que el beneficio de justicia gratuita previsto en la ley de
Defensa del Consumidor alcanza a todas las actuaciones judiciales que se inicien con
invocación de un derecho o interés protegido por el régimen consumerista. Es decir
que el Máximo Tribunal Nacional adopta una postura amplia en la temática bajo
estudio en tanto asimila el "beneficio de litigar sin gastos" como sinónimo de
"beneficio de gratuidad". El reciente criterio fijado por la Corte Federal conduce a la
concesión del beneficio en forma automática, sin perjuicio de invertirse la carga de la
prueba sobre la parte demanda, quien podrá demostrar la solvencia del consumidor a
fin de hacer caer la mentada franquicia.
Es decir que el criterio de nuestro tribunal cimero -de carácter amplio-
considera que la justicia gratuita de la ley de Defensa del Consumidor (arts.53
y 55 de la ley 24.240) posee los mismos alcances que el beneficio de litigar sin
gastos regulado en nuestro ordenamiento ritual (arts. 78 y cctes. del CPCCN).
Desde esta perspectiva, la gratuidad no se agota en la tasa de justicia y sellados
de actuación, sino que comprende también a las costas del proceso. Ello así

18
Conf. BERSTEN, HORACIO L., “Derecho procesal del consumidor”, página 350 y "La gratuidad en las
acciones individuales y colectivas de consumo", pub. en La Ley online el 17-03-09; LOVECE, GRACIELA,
publicado en: Sup. Esp. “Reforma de la Ley de defensa del consumidor 2008” (abril); COLOMBO-KIPER,
CPCCN, comentado…, T VII, p.337; VAZQUEZ FERREYRA, ROBERTO A. - AVALLE DAMIAN, “Reformas a la
ley de defensa de los consumidores y usuarios”, pub. En LA LEY, 2008-D, 1063- Enfoques 2008-11; REYES
ORIBE – IRAOLA, “Cuestiones procesales en la ley de defensa del consumidor, Revista de Derecho Privado y
Comunitario” N°5, mayo 1994, p289; O. DEL ROSARIO, CRISTIAN, "El beneficio de gratuidad y su alcance en
las acciones de clase", pub. en La Ley on line el 07-04-09; JUYENT BAS FRANCISCO- DEL CERRO
CANDELARIA, "Aspectos procesales en la ley de Defensa del Consumidor", pub. en La Ley on line el 14-06-10).
54
por cuanto se asimila -en cuanto a sus alcances- entre el beneficio de gratuidad
y la carta de pobreza prevista en nuestro código procesal nacional.
Es decir que el artículo 53 y 55 de la ley 24.240 cuando alude a que las
acciones judiciales tendientes a salvaguardar los derechos de los consumidores
TIENEN EL BENEFICIO DE LA JUSTICIA GRATUITA, debe ser
asimilado al BENEFICIO DE LITIGAR SIN GASTOS por las siguientes
razones:
a) El fin tuitivo de la ley 24.240: más allá de las diferencias de carácter
semántico a las que hace referencia la tesitura que propicia un criterio restringido, lo
cierto es que aplicar un alcance acotado al beneficio de justicia gratuita sería atentar
contra el propio espíritu tuitivo de la ley 24.240, que tiene raigambre constitucional
(art. 42 Constitución Nacional), reviste carácter de orden público y se encuentra
destinada a promover una amplia y efectiva protección de los derechos que asisten a
consumidores y usuarios (arts. 1, 3, 53, 65 y conds. de la ley 24.240) 19. Tal como lo
expresa su propio nombre, la ley 24.240 es una ley para la defensa de los consumidores
y usuarios. Es por eso que, subsanando los negativos efectos del veto de 1993, en la
reforma de la ley 26.361 se estableció el beneficio de justicia gratuita. Se
presume que el consumidor no es "pudiente" y se lo exime de gastos, como así
también, de la dilación que puede llevar la tramitación del beneficio. Sin
embargo, el proveedor puede acreditar que el usuario o consumidor, más allá
de que puede ejercitar una acción de consumo y goza de una presunción de
gratuidad, es una persona solvente y, por lo tanto, no debe contar con la
mentada presunción en su favor. (argto. art. 53 y conds. de la ley 24.240, conf.
Horacio L. Bersten, Ob. citada).
b) La hermenéutica de la norma: si se considera que el beneficio de
gratuidad alcanzara solamente -como se propone en el criterio reducido- a la tasa
judicial y demás sellados, el interés en articular el mentado incidente de solvencia
debería recaer únicamente sobre el Representante del Fisco y no sobre el proveedor

19
Picasso-Vázquez Ferreyra, "Ley de Defensa del Consumidor, Comentada y Anotada", Ed. La Ley, 2009,
pág. 17 y ss; Jorge Mosset Iturraspe, "El orden público y la tutela del consumidor y usuario" en Revista de
Derecho Privado y Comunitario", N°3 del 2007).
55
de bienes o servicios (argto. art. 53 y conds. de la ley 24.240; conf. Horacio L. Bersten,
Ob. citada).
Por ello, una explicación coherente con la literalidad del dispositivo contenido
en el artículo 53 de la ley 24.240 (T.O. por art. 28 de la ley 26.361) conduce a admitir
que la gratuidad del trámite procesal para quien demanda con fundamento en una
relación de consumo incluye a la tasa de justicia y no se agota en ella, sino que
comprende a los demás gastos que genere la tramitación del proceso, incluidas las
costas (argto. art. 53 y conds. de la ley 24.240) .20
A contrario sensu, si eventualmente el incidente de solvencia del consumidor
prospera, no hay dudas que deberá abonar la tasa judicial, como así también, las costas
procesales en caso de resultar vencido en el litigio (argto. arts. 68 del CPCCN; arts. 53
y conds. de la ley 24.240, doc y jurisp. citada).
También V.S. debe desechar la falsa posición por la cual se interpreta que la
extensión de la gratuidad en los términos aludidos provocaría un gran número de
"aventuras judiciales" carentes de sustento legal. Es que -reitero- si bien el beneficio de
gratuidad opera automáticamente ante la interposición de una demanda con sustento
en la norma citada (art. 53 de la ley 24.240) lo cierto es que se otorga a la parte accionada
la facultad de demostrar incidentalmente la solvencia del consumidor y, una vez
acreditada, provocar el cese de la franquicia. De esta manera, el legislador no limita de
manera absoluta la responsabilidad por las costas (lo que en el entender de la postura
restrictiva fomentaría la "industria del juicio") ya que se ocupa de regular expresamente
un caso excepcional en que el consumidor o usuario deberá cargar con ellas (argto. art.
53 de la ley 24.240).
c) La regla interpretativa in dubio pro consumidor: La solución propiciada
resulta conforme con la regla de interpretación receptada en el art. 3 de la ley 24.240
más los artículos 1094 y 1095 del CCyC. Con arreglo a dicho criterio, para despejar
toda duda en cuanto al alcance que debe darse al beneficio de gratuidad contenido en
la legislación consumerista, debe estarse a la interpretación más favorable al
consumidor. Desde luego, ella no puede ser otra que la de otorgar al principio de
justicia gratuita una amplitud similar a la del beneficio de litigar sin gastos, eximiendo

20
Cám. Nac. Com., Sala F, "San Miguel, Martín Héctor y otros c. Caja de Seguros S.A" del 29-06-10
56
al peticionante no sólo del pago de tasas y demás sellados de actuación, sino también
del eventual pago de las costas (argto. art. 3, 53, 65 y conds. de la ley 24.240; conf.
Horacio L. Bersten, Ob. cit.).
El fallo de la CSJN en autos "Unión de Usuarios y consumidora y otros
c/Banca Nazionale del Lavoro S.A s/ sumarísimo " (sent. del 11 de octubre de 2011)
ha receptado la tesis que propugna el alcance amplio del instituto bajo estudio pues, al
tratar la procedencia del recurso extraordinario, el voto mayoritario decide
desestimarlo "sin especial imposición de costas en virtud de lo establecido en el artículo
55, segundo párrafo de la ley 24.240" (textual). El fallo de la Corte Federal permite
ratificar que el beneficio de gratuidad no agota sus efectos en la tasa de justicia y
sellados de actuación, sino que extiende también sus alcances a las costas del proceso
(argto. arts. 53 y 55 de la ley 24.240).
El beneficio de justicia gratuita debe ser interpretado en sentido amplio,
comparando tal instituto con el beneficio de litigar sin gastos, con los alcances que el
código de rito le adjudica en los artículos 83 y 84, comprensivos tanto del pago de
impuestos y sellados de actuación, como de las costas del proceso.
Por todo lo expuesto se solicita se tenga por reconocido el beneficio de
gratuidad al actor, con respecto a la tasa de justicia y costas para la tramitación de las
presentes actuaciones, respetando de ese modo la normativa consumerista y la doctrina
de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

XIV.- CORRA VISTA AL MINISTERIO PÚBLICO FISCAL:


Al tratarse la ley 24.240 (t.o.) de una norma de orden público (Artículo 65 LDC,
12 y 13 del CCyC), el Ministerio Público Fiscal tiene intervención obligatoria como
fiscal de la ley, aunque no participe como parte en la causa (cfr. art. 52 párrafo 2° de la
LDC), por tal razón, su falta de intervención, tratándose de una obligación legal,
acarrea la nulidad de las actuaciones. En este sentido, ha señalado la jurisprudencia que
“La falta de notificación de la sentencia de primer grado al Ministerio Público
Fiscal, como así también la circunstancia de no haberle dado intervención en
la alzada, configura una inobservancia de la normativa impuesta por la ley
24.240 que atañe de manera directa al orden público, acarreando la nulidad del
pronunciamiento. La razón que determina la institución del Ministerio Público
57
se encuentra en el interés público que se encuentre involucrado en el proceso.
El “presupuesto ontológico” de la intervención del Ministerio Público, la
justificación de su accionar, consiste en la defensa de los intereses vinculados
al orden público y social. Siendo ello así, la no participación de tal órgano en
un proceso en el que se encuentre comprometido el orden público no puede ser
subsanada por preclusión o consentimiento particular” 21.-

XV.- FORMULA RESERVA DEL CASO FEDERAL:


Para el hipotético e improbable caso que la sentencia que recaiga sea adversa a
mis intereses, dejo planteada y en consecuencia formulo la pertinente reserva del caso
federal (cuestión federal), para hacer uso de la vía recursiva prevista en la ley 48 artículo
14, por estar en consideración normas de raigambre constitucional y convencional,
tales como: derecho de la propiedad (artículo 17 de la C.N., artículo 21 Pacto de San
José de Costa Rica, artículo 23 Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, Artículo 17 Declaración Universal de Derechos Humanos); igualdad ante la
ley (artículo 16 C.N., Artículo II Declaración Americana de los Derechos y Deberes
del Hombre, Artículo 24 Pacto de San José de Costa Rica, Artículo 7 Declaración
Universal de Derechos Humanos) el debido proceso y la tutela judicial efectiva
(artículo18 de la C.N., Artículo 8 Declaración Universal de Derechos Humanos,
Artículos 8 y 25 Pacto de San José de Costa Rica, Artículos XVIII, XXVII Declaración
Americana de Derechos Humanos) los que eventualmente pudieren ser vulnerados.

XVI.- PETITORIO.-
Que, por todo lo anteriormente expuesto, de V.S solicito:
1.- Se tenga por presentado, por parte y por constituido los domicilios procesal
y electrónico indicados. -
2.- Se tenga por acompañada la documental y ofrecida la prueba.
3.- Previamente al traslado de la demanda, haga lugar a la medida cautelar
peticionada y, en consecuencia, se le ordene al BBVA 1) a que suspenda el cobro y/o
se abstenga de efectuar descuento alguno sobre cualquier cuenta bancaria en relación

21
TSJ Córdoba, Sala Civ. y Com., fallo del 21/7/2003, JA 2003-IV, fascículo n°12.
58
al préstamo personal Nº 155-31-96-00093880 por la suma de $226.000, no solicitado
por el actor y 2) se abstenga tanto de efectuar acciones judiciales en contra de la actora
como ingresarla en una base de morosos ante BCRA en relación al préstamo no
consentido.
4.- Oportunamente, se corra traslado de la presente demanda por el término y
bajo apercibimiento de ley. -
5.- Se conceda el beneficio de justicia gratuita abarcando tanto la tasa de justicia
como demás costos y costas del proceso. -
6.- Se tenga presentes las autorizaciones conferidas.
7.- Oportunamente se haga lugar a la demanda entablada en todas sus partes,
con intereses y expresa imposición de costas a la demandada, teniendo presente el
planteo del Caso Federal.

Proveer de conformidad,
SERA JUSTICIA.-

59
60
Signature Not Verified
Digitally signed by GABRIELA
ANAHI ABAD
Date: 2020.12.11 14:33:44 ART

You might also like