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Cambio Cognitivos en El Envejecimiento
Cambio Cognitivos en El Envejecimiento
Al igual que otros órganos, el cerebro humano cambia con el envejecimiento. Tanto
en sus estructuras físicas como en su habilidad de llevar a cabo varias funciones. El
cerebro es responsable de la “cognición”. Un término que incluye la memoria; la
toma de decisiones; la velocidad de procesamiento; la sabiduría y el aprendizaje. A
medida que la persona envejece, estas funciones pueden cambiar—un proceso
que se llama “envejecimiento cognitivo.”
El envejecimiento cognitivo no es una enfermedad. De hecho, esto es un proceso
que ocurre en cada individuo. Que comienza con el nacimiento de la persona y
continúa a través de su vida. Existe una gran variabilidad en términos de cómo la
cognición de una persona cambia a medida que envejece. Algunas personas
mayores pueden experimentar muy pocos efectos del envejecimiento cognitivo.
Mientras que en otros, los efectos pueden ser más pronunciados. Además, la
función cognitiva de una persona puede cambiar de un día para otro.
El envejecimiento pueda afectar las funciones cognitivas dedicadas a la realización
de tareas diarias: Tales como pagar las cuentas; conducir un auto; seguir recetas de
cocina; y mantenerse al día con la toma de medicamentos. Este envejecimiento
puede afectar la habilidad de una persona mayor de vivir independientemente;
participar de sus actividades favoritas; y de mantener un sentido de identidad.
Como resultado, algunas personas mayores se muestran reacias a informarles a sus
seres queridos o proveedores de cuidado médico sobre cualquier cambio en sus
funciones cognitivas.
Sin embargo, existen acciones que las personas y sus familiares pueden tomar para
ayudar a apoyar y promover su salud cognitiva. Y adaptarse a los cambios
cognitivos relacionados al envejecimiento. Es importante sobrepasar los estigmas e
ideas equivocadas que pueden prevenir a las personas mayores de buscar aquellos
recursos que pueden promover su salud cognitiva y su calidad de vida.
La memoria
Comenzamos con el proceso que más preocupación genera, precisamente por su
vinculación a procesos neurodegenerativos que llevan a la demencia.
Esto puede estar causado por otros factores físicos como cambios neurológicos y
circulatorios que afectan la función cerebral; la oxigenación y la nutrición celular; y otros
más psicológicos. Como, por ejemplo, la motivación; la pérdida de interés por el entorno;
los sentimientos de impotencia; los estados depresivos; el desacuerdo con la situación de
vida actual; vivencia de duelos, etc.
Las personas mayores suele quejarse de tener problemas para retener información de
poca importancia o para organizarla. La memoria a largo plazo o memoria remota suele
estar muy bien conservada. Por lo que recuerdan situaciones y hechos antiguos con
muchos detalles.
La inteligencia
La inteligencia como tal se mantiene estable. La edad no parece ser un factor que la
modifique por sí solo. Aunque a veces se presenta perdida de interés, dificultades de
concentración o enlentecimiento. Este enlentecimiento puede estar causado por los
cambios físicos de la vejez. Por ejemplo, disminuye el ritmo del riego sanguíneo,
influyendo también al cerebro.
Algunos estudios dicen que hay un cambio en el tipo de inteligencia que se usa. Siendo en
la gente más joven mucho más común la inteligencia fluida (donde se sitúa la creatividad).
Mientras que la cristalizada (relacionada con la experiencia y la reflexión) para la gente
más mayor.
El lenguaje
Lenguaje, entre lo más respetado por los años. Es el proceso cognitivo en el que existe
cierta coincidencia en identificarlo como uno de los que mejor se conserva. De ahí que se
proponga como una variable clave para distinguir entre el envejecimiento cognitivo normal
y el patológico. Pero que se conserve relativamente bien no quiere decir que no
experimente cambios. Por ejemplo, no es extraño ver que un mayor no recuerde el
nombre exacto de un objeto y rellene con explicaciones. O que se olvide el nombre del
“hijo de la panadera”.
Estas funciones parecen deteriorar particularmente con los años, de ahí que, si bien
desorientarse en trayectos familiares no es una buena señal, hacerlo en lugares
relativamente desconocidos entra dentro de la “normalidad”.
Funciones ejecutivas
¿Quizás las funciones ejecutivas sean las más típicamente humanas? Están ente las últimas
en desarrollarse en el ser humano y entre las primeras en deteriorarse. Son muy sensibles
al proceso de envejecimiento y, de hecho, en las pruebas de neuroimagen realizadas a
adultos mayores sanos se puede distinguir el deterioro de las áreas cerebrales implicadas
en estas funciones, las áreas frontales.
Se ha encontrado que los adultos mayores en comparación con los adultos jóvenes tienen
más dificultades para planificar, también resultan más rígidos mentalmente por lo que les
cuesta aprender, desarrollar nuevos comportamientos o cambiar de una tarea a otra;
aunque ojo, no quiere decir que no lo hagan, al contrario.
Otra variable que modifica la personalidad es la adaptación a la vejez, así hay personas
mayor más “adaptadas” que otras. Los más adaptados se muestran más realistas con su
vida y se mantienen activos, mientras que los menos adaptados suelen ser más pasivos y
presentan descontento general.
La motivación
La motivación para hacer actividades satisfactorias personalmente no siempre se
mantiene. Suelen realizar muchas menos actividades, pero hay que procurar que las que
realicen sean más positivas para su satisfacción personal, es decir, hay que valorar más la
calidad que la cantidad de las actividades que se realizan.
Existen factores que pueden aumentar o disminuir todos estos síntomas cognitivos
(mejorando o empeorando la situación), como pueden ser: el estado de salud general y la
ausencia de psicopatologías asociadas, el nivel cultural, la actividad física y la actividad
mental, los estímulos ambientales, la existencia de intereses y las relaciones personales,
etc.
La afectividad
Por último, la afectividad es un aspecto de especial importancia durante toda la vida y más
aun en la vejez. La disminución de los contactos sociales, la perdida de seres queridos o la
soledad hacen mella en esta característica de las personas mayores. Pero por otro lado se
establecen nuevos lazos sociales que anteriormente por responsabilidades laborales y
familiares no se habían podido establecer.
De esta forma, dentro del proceso natural y evolutivo de envejecimiento, son normales
cambios tanto físicos como cognitivos, pero estos cambios pueden despertar cierta
incertidumbre y frustración, ya que en definitiva es un proceso que conlleva su final.
Grandes síndromes geriátrico.
Clasificación de LAS UPP:
ESTADIOS O ETAPAS
Estadio I:
• Eritema cutáneo en piel intacta que no palidece.
• En pieles oscuras, puede presentar tonos rojos, azules o morados.
• Puede incluir cambios de: Temperatura de la piel (caliente o fría) ,Consistencia del tejido
(Edema, induración) Sensaciones como dolor o escozor.
Estadio II
• Pérdida parcial del grosor de la piel que afecta a la epidermis y/o dermis.
• Úlcera superficial con aspecto de abrasión, ampolla o cráter superficial
Estadio III:
• Pérdida total del grosor de la piel. Implica lesión o necrosis del tejido subcutáneo.
Estadio IV: Lesión con destrucción extensa, necrosis del tejido o lesión en el músculo,
hueso o estructura de sostén (tendón, etc.)
Cuidados de enfermerías
Cambios de posición cada 2 horas
Mantener un buen estado nutricional (rica en proteínas y vitaminas)
Mantener la piel limpia y lubricada
Uso de dispositivos que disminuyan la presión “colchón antiescaras”
Almohadones en rodillas tobillos.
Realización de movilizaciones indicadas por kinesiologa 3 veces al dia .
Los trastornos del sueño.
son modificaciones en los patrones o hábitos de sueño. Los estudios muestran que la falta
de sueño conduce a una funcionalidad reducida durante el día, incluyendo síntomas como
falta de concentración, irritabilidad y un sistema inmune debilitado.
Los cambios hormonales pueden interrumpir profundamente los patrones de sueño de
una mujer y, de forma inversa, la falta de sueño también puede afectar los niveles
hormonales. Todo esto resulta en una reducción en la calidad del descanso nocturno y los
niveles de energía durante el día. Cuando los niveles hormonales aumentan o disminuyen
drásticamente durante la pubertad, el embarazo, el posparto o la menopausia, las mujeres
pueden ser particularmente vulnerables a los problemas de sueño.
Causas
Las mujeres deben equilibrar una variedad de factores, tales como cambios hormonales,
agitación física y emocional, familia, trabajo y relaciones; de allí la importancia de dormir
bien. Los trastornos del sueño son, en consecuencia, uno de los síntomas más insidiosos
en las diferentes etapas de la vida de una mujer, desde la pubertad y el embarazo, hasta el
período de postparto (lactancia incluida) y la menopausia. Conocer las causas de los
trastornos del sueño, tanto hormonales como psicológicas, puede ayudar a una mujer a
comprender y enfrentar mejor sus problemas para dormir.
Causas hormonales de los trastornos de sueño
Una de las principales causas de los trastornos de sueño en las mujeres son las
fluctuaciones hormonales que tienen lugar dentro de su cuerpo, en diferentes momentos
de su vida. Los niveles elevados o reducidos de hormonas, específicamente de estrógeno y
progesterona, afectan a una mujer de muchas maneras, pero uno de los resultados más
devastadores de estos cambios hormonales son las alteraciones del sueño. Los niveles
bajos de estrógeno están relacionados con una mayor incidencia de ronquidos o
problemas respiratorios y, por lo tanto, pueden causar trastornos del sueño. Al mismo
tiempo, la progesterona induce el sueño, por lo que niveles bajos de esta hormona pueden
hacer que una mujer sea más propensa a sufrir de insomnio.
También existen causas hormonales específicas que varían de acuerdo a la etapa
reproductiva que una mujer atraviesa cuando aparecen los trastornos del sueño. Dichas
causas hormonales, combinadas con otros factores, pueden influir en la manera en que
cada mujer experimenta los trastornos del sueño.
Causas hormonales durante diferentes fases en la vida de una mujer
La pubertad es la etapa en la cual el cuerpo de una niña comienza a producir hormonas
reproductivas; estos y otros factores, como las presiones familiares y académicas,
contribuyen a la aparición de trastornos del sueño durante la adolescencia.
El embarazo conduce a cambios extremos en la producción de hormonas reproductivas,
que junto con otros factores, como molestias o cambios corporales, pueden provocar
problemas para dormir.
El postparto (incluyendo el período de lactancia) es otra etapa en la que las hormonas
reproductivas están desequilibradas y se presentan alteraciones del sueño.
La menopausia consiste en el declive natural de las hormonas reproductivas, lo que indica
el final de la fertilidad de una mujer. Además de los cambios a nivel endocrino, otros
factores se suman a la aparición trastornos del sueño en esta etapa de la vida, incluyendo
la presencia de otros síntomas de la menopausia.
Síndrome de delirio.
DEFINICIÓN
Se denomina síndrome confusional agudo o delirium al cuadro clínico de inicio brusco
caracterizado por la aparición fluctuante y concurrente de:
alteración del nivel de conciencia,
afectación global de las funciones cognitivas,
alteraciones de la atención-concentración con desorientación,
exaltación o inhibición psicomotriz que puede llegar al estupor o a la agitación,
alteraciones del ritmo vigilia-sueño.