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Etica Monografia 1
Etica Monografia 1
TITULO:
NUEVAS TENDENCIAS DE LA ETICA
EN LA ADMINISTRACION
AUTORES:
BUENDIA LARA CARLOS ALEJANDRO
DOCENTE:
Mg. VILLANCA ESPIRITU RICARDO
ASIGNATURA:
ETICA Y RESPONSABILIDAD SOCIAL
CHANCHAMYO - 2023
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NUEVAS TENDENCIAS DE
LA ETICA EN LA
ADMINISTRACION
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INDICE
1. INTRODUCCIÓN.............................................................................................................5
3. DESARROLLO.................................................................................................................7
DESARROLLO?..............................................................................................................................9
6. CONCLUSIONES...........................................................................................................10
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a. INTRODUCCIÓN
La Ética del Desarrollo es una rama de la ética aplicada que se ocupa del análisis de las cuestiones
éticas relacionadas con el desarrollo de los pueblos y las naciones.
Uno de los principales exponentes de la Ética del Desarrollo es el economista indio Amartya Sen,
quien ha propuesto un enfoque centrado en el desarrollo humano como proceso que conduce a la
ampliación de las opciones y capacidades de las personas. Según Sen, el desarrollo no es tanto una
cuestión de aumento de la renta o la riqueza cuanto una progresiva ampliación de las capacidades
humanas que permita a las personas gozar de libertad suficiente para llevar a cabo aquellos
proyectos de vida que valoran.
c. DESARROLLO
El término "desarrollo" comenzó a ser utilizado para referirse a países y regiones del mundo después
de la Segunda Guerra Mundial. Fue en ese momento cuando algunos líderes políticos comenzaron a
diferenciar entre países "desarrollados" y "subdesarrollados". Los documentos fundacionales de las
Naciones Unidas y de las instituciones financieras de Bretton Woods, como el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial, también introdujeron el término "desarrollo" como un estado
deseable para cualquier país. El objetivo era que, si todos los pueblos del mundo alcanzaran el
desarrollo, las guerras tenderían a desaparecer.
Sin embargo, esta idea se enfrentó rápidamente con los problemas de la Guerra Fría, y en ese nuevo
contexto, la idea del desarrollo se convirtió en un elemento más de la rivalidad entre los dos grandes
bloques políticos de la época. Como resultado, la noción misma de desarrollo fue pervertida y
manipulada, porque la finalidad ética primordial de los procesos de desarrollo, la superación de la
pobreza, quedó postergada en relación con una meta propagandística propuesta por cada una de las
dos superpotencias en sus respectivas áreas de influencia: la meta de "salir del subdesarrollo"
alineándose con el bando correcto.
Es en este contexto que nace la Ética del Desarrollo, una disciplina que surge en los años sesenta del
siglo XX como un conjunto de reflexiones críticas y de propuestas de cambio de rumbo en torno a
los modelos de "desarrollo" que comenzaron a aplicarse tras la Segunda Guerra Mundial. Los
primeros autores que publicaron trabajos de Ética del Desarrollo fueron el francés Louis Joseph
Lebret (1961) y el estadounidense Denis Goulet (1965).
Desde entonces, la Ética del Desarrollo ha sido un tema de estudio e investigación, abordando temas
como la justicia social, la equidad, la sostenibilidad, la responsabilidad y la solidaridad en el ámbito
del desarrollo. La disciplina ha tenido un impacto significativo en la política y la economía global, y
ha sido fundamental para la formulación de políticas y programas de desarrollo más éticos y
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sostenibles en todo el mundo. A pesar de esto, aún queda mucho por hacer para lograr un desarrollo
verdaderamente justo y equitativo para todos los pueblos del mundo.
Los primeros defensores de la Ética del Desarrollo plantearon una serie de críticas al concepto de
desarrollo tal como se entendía en su época. En resumen, sus principales denuncias fueron:
En un desarrollo ético, se busca una comprensión más amplia y equilibrada del concepto de
desarrollo de un país, que no se limite solo al crecimiento económico y el aumento del PIB, sino que
también considere la equidad en la distribución de la riqueza y la satisfacción de las necesidades
básicas de la población. Se reconoce que el desarrollo no puede ser homogéneo en todo el mundo y
que es necesario tener en cuenta las particularidades culturales y sociales de cada país al diseñar y
aplicar modelos de desarrollo. Además, se rechaza la imposición de modelos de desarrollo
occidentales a otras culturas y se defiende la posibilidad de desarrollar modelos basados en las
propias tradiciones y recursos de cada país.
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La Ética del Desarrollo argumenta que sí tenemos una obligación ética de ayudar a quienes padecen
el subdesarrollo. Esta obligación surge de la idea de que todos los seres humanos tienen derecho a
una vida digna y a una igualdad básica de oportunidades. Además, la ética del desarrollo cuestiona el
enfoque tradicional del desarrollo como un proceso económico y propone un enfoque más amplio
que tenga en cuenta las necesidades y las aspiraciones de las personas, especialmente de aquellos
que se encuentran en situación de pobreza y marginación.
Para la Ética del Desarrollo, la ayuda no debe ser vista como un acto de caridad, sino como un deber
moral. La comunidad internacional, los gobiernos y las empresas tienen una responsabilidad especial
de trabajar juntos para garantizar que el desarrollo sea inclusivo, justo y sostenible. Esto significa
que el desarrollo no puede ser solo una cuestión de crecimiento económico, sino que también debe
tener en cuenta la protección del medio ambiente, la promoción de la equidad social y la protección
de los derechos humanos.
En conclusión, la Ética del Desarrollo sostiene que tenemos la obligación ética de ayudar a aquellos
que padecen el subdesarrollo. Esta obligación surge del compromiso con la igualdad de
oportunidades y el respeto por la dignidad humana. La comunidad internacional, los gobiernos y las
empresas deben trabajar juntos para garantizar que el desarrollo sea inclusivo, justo y sostenible, y
no solo un proceso económico.
h. Un país desarrollado podría sentir la obligación ética de ayudar a otro país en vías de
desarrollo a través de la cooperación internacional, proporcionando recursos financieros,
tecnológicos o humanos para mejorar su infraestructura, su sistema educativo o su sistema
de salud, por ejemplo.
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i. Una empresa que opera en un país en vías de desarrollo podría sentir la obligación ética
de adoptar prácticas comerciales responsables, respetando los derechos laborales y
humanos de sus trabajadores y fomentando un desarrollo sostenible en la región.
j. Una persona individual podría sentir la obligación ética de apoyar proyectos sociales o de
ayuda humanitaria en países en vías de desarrollo, ya sea a través de donaciones o de
trabajo voluntario en el terreno.
k. Los ciudadanos de un país desarrollado podrían sentir la obligación ética de presionar a
sus gobiernos para que adopten políticas de ayuda al desarrollo y para que respeten los
compromisos internacionales adquiridos en este sentido.
l. Los países en vías de desarrollo podrían sentir la obligación ética de fomentar su propio
desarrollo mediante políticas económicas y sociales justas y sostenibles, y de establecer
relaciones comerciales equitativas con otros países y regiones del mundo.
m. CONCLUSIONES
Además, la ética del desarrollo como una ética aplicada tiene un amplio horizonte de actividad en
temas como la desigualdad entre países y en el interior de cada país, el uso de tecnologías dañinas
para las personas y/o el medio ambiente, la preservación de rasgos culturales valiosos y la
eliminación de otros rasgos culturales considerados contrarios a la ética, entre otros. Por lo tanto, es
crucial fomentar la formación ética en este ámbito y hacer llegar los argumentos y principios éticos a
todos los actores del desarrollo, incluyendo gobiernos, organismos internacionales, empresas,
organizaciones solidarias (ONG), la juventud y la ciudadanía en general.
Mientras exista al menos una comunidad en el mundo que no disfrute de todos los derechos
humanos, la ética del desarrollo seguirá siendo relevante, tanto para denunciar las injusticias como
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para brindar ayuda solidaria a las personas que las sufren. En última instancia, la ética del desarrollo
es una llamada a la acción para construir un futuro más justo y sostenible para todos.