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La motivación del paciente en la rehabilitación

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La motivación del paciente en la rehabilitación


21 septiembre, 2010
Por ASEM

LA MOTIVACIÓN DEL PACIENTE, PUNTO CLAVE EN LA REHABILITACIÓN

En todo proceso de rehabilitación física, tras padecer una enfermedad, es de vital


importancia el factor “motivación del paciente”.

El paciente experimenta una serie de reacciones ante la llegada de la enfermedad. Son las
denominadas fases de adaptación:

1. Reacciones de huída o negación: La persona no quiere aceptar su diagnóstico.

2.  Reacciones de rechazo: Patrón de comportamiento pasivo. El paciente no quiere


enfrentarse al problema ni buscar soluciones.

3. Reacciones de racionalización: El afectado se pone en manos de los profesionales y toma


conciencia de su proceso rehabilitador.

En las patologías neurológicas, la alteración del sistema nervioso central es el problema de


base. Este sistema está formado por el encéfalo y la médula espinal. El encéfalo es un
órgano muy importante, ya que controla el pensamiento, la memoria, las emociones, el
tacto, la capacidad para el movimiento, la vista, la respiración, la temperatura, el apetito, y
todos los procesos que regulan nuestro cuerpo.

Este órgano se divide en varias partes: El cerebro, el tronco del encéfalo y el cerebelo, de
entre éstas,  la que nos interesa explicar para este trabajo es el cerebro. Éste se compone
de dos hemisferios, el derecho y el izquierdo, divididos a su vez en lóbulos; los lóbulos
frontales ocupan un tercio de la corteza cerebral. Dicha corteza es la responsable de la
conducta particular que rige a los seres humanos. Desde un punto de vista neurofisiológico,
la corteza cerebral, junto con el sistema límbico o cerebro emocional, son los componentes
que, por medio de una mutua correlación funcional constante, van a dar lugar a formas de
conducta emocional. El sistema límbico está profundamente conectado con centros
emotivos y afectivos, y estrechamente unida a la corteza prefrontal.

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Además, el sistema límbico representa un haz oval que conecta entre sí las distintas
circunvoluciones y lóbulos cerebrales, y que gestiona respuestas fisiológicas ante estímulos
emocionales y los instintos. Por lo que hay ciertas áreas del cerebro responsables del
control de la motivación.

La motivación puede ser entendida como una característica interna de la persona, o


igualmente susceptible de ser modificada por factores externos al individuo.

Dentro de los factores internos, y haciendo alusión a la Teoría de Maslow, padre de la


psicología humanista, tan sólo cuando las necesidades básicas están saciadas (como el
hambre y la sed), el ser humano trata de alcanzar nuevas metas. La independencia o
autonomía personal es considerada una necesidad básica; por consiguiente, la motivación
del paciente es fundamental para lograr satisfacer lo que, tras la aparición de la enfermedad,
se convierte en un objetivo básico.

Dentro de los factores externos se encuentra como fuente principal la familia y, no menos
importantes,  son los profesionales que participan en el tratamiento físico y rehabilitador.
Quienes se dedican a la atención de pacientes (profesionales asistenciales) suelen y deben
practicar la escucha activa. Antes que demostrar nuestras habilidades profesionales,
tenemos que demostrar nuestra humanidad, ya que hay una historia de vida detrás de cada
enfermo. A menudo los fisioterapeutas, durante las sesiones, también proporcionamos
apoyo emocional al paciente.

El fisioterapeuta debe informar sobre los objetivos del tratamiento al usuario y sus familiares
o cuidadores, animándoles así a participar en el programa rehabilitador. El objetivo principal
que se pretende alcanzar desde el inicio es la colaboración de la persona afectada. El
paciente debe sentirse en todo momento parte activa del tratamiento, lo cual repercutirá
positivamente a nivel motivacional y será un factor determinante de los resultados finales.

Los pacientes con lesión dorsolateral en el área prefrontal tienden a estar apáticos, lentos,
inatentos, desmotivados, distraídos. No obstante, numerosos artículos han establecido una
relación entre el bajo nivel de motivación y afecciones de la zona frontal del cerebro, sin
necesidad de lesión cerebrovascular (lesión morfológica), como expusieron en sus trabajos
de investigación Hazif-Thomas y cols.

Desde un punto de vista médico, los fármacos prescritos por los facultativos para estimular
al paciente son los llamados fármacos dopaminérgicos. La dopamina, que es un
neurotransmisor adrenérgico,  que interviene en el correcto funcionamiento de las áreas
cerebrales frontales.

Desde un punto de vista fisioterápico, incluido dentro de las llamadas terapias manuales,
existe una técnica articulatoria muy potente y efectiva que consiste en estimular la glándula
suprarrenal de forma refleja. Esta glándula se encarga de segregar, entre otros, la

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adrenalina, neurotransmisor esencial para el estado de bienestar. Dicha técnica consiste en
realizar un bombeo a nivel de los ganglios laterovertebrales a nivel de T12 (doceava
vértebra dorsal).

La adrenalina, junto con la noradrenalina, activan la alerta de los sentidos y registran el


clima emocional creado en el sistema límbico.

En conclusión, el compromiso activo del paciente es equiparado, la mayoría de las veces,


con el aumento de motivación y el éxito de la terapia, así como el trabajo pasivo con la falta
de la misma y fracaso del tratamiento.

La recompensa del trabajo del fisioterapeuta es la satisfacción de ayudar a mejorar la vida


del paciente, de alguna manera o en algún grado, y sin duda permitir darle “más vida a los
años y no sólo más años a la vida”.

Autora: Almudena Ramírez Cabrales (Fisioterapeuta de ASEM)


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