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Pachar Medicina Legal y Forense 2016
Pachar Medicina Legal y Forense 2016
FORENSE
SEGUNDA EDICIÓN
1
AUTORES QUE COLABORAN EN ESTA OBRA
Borquez Pamela Médico Legista del Servicio Médico Legal de Santiago de Chile.
Cummings Chiari, Deyka. Licenciada en Tecnología Médica.
Chen Diana. Médico Forense. Magíster en Ciencias Clínicas con Énfasis en Medicina Legal.
Ku Pecho, Violeta. Médico Forense. Magíster en Ciencias Clínicas con Énfasis en Medicina
Legal. Especialista en Bioética de la Investigación.
Mendieta Ramos Catalino Ismael. Médico Forense. Magíster en Ciencias Clínicas con
Énfasis en Medicina Legal.
Pachar Lucio, José Vicente. Patólogo Forense. MPhil Forensic Pathology. Doctor en
Ciencias Clínicas con Especialización en Patología Forense.
Rodríguez de Pachar Geneva. Master en Patología. Patóloga del Hospital del Niño de
Panamá.
Ruiz Arango, José Antonio. Médico Forense. Magíster en Ciencias Clínicas con Énfasis en
Medicina Legal. Especialista en Bioética de la Investigación.
Varela Petrucelli, Vera. Médico Forense. Magíster en Ciencias Clínicas con Énfasis en
Medicina Legal. Especialista en Gerencia de Servicios de Salud. Licenciada en Derecho y
Ciencias Políticas. Especialista en Docencia Superior.
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INTRODUCCIÓN
La segunda edición del libro “Medicina Legal y Forense” brinda una versión actualizada
del texto original, publicado en el año 2011. El libro ofrece una mirada de conjunto sobre los
principales temas de la especialidad, tomados de la práctica pericial científica en nuestro país,
suministrando conocimientos que sirven para una mejor comprensión y valoración de la
importancia de las tareas de los peritos médicos como auxiliares de la administración de
justicia.
Esta edición también refleja los profundos cambios ocurridos en el marco legal de la práctica
pericial científica en Panamá, a raíz de la implementación del Sistema Penal Acusatorio, y
los avances en materia de Ciencias Forenses ocurridos desde la primera publicación. Es así
como se presenta el trabajo colectivo de un grupo de médicos forenses quienes comparten
sus experiencias y abordan una variada temática de conceptos básicos y problemas
específicos de la especialidad, con la legítima pretensión de coadyuvar a la docencia, al
conocimiento y al desarrollo de la Medicina Legal y Forense en Panamá.
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PROLOGO DE LA PRIMERA EDICIÓN
Cuando un libro, además de llenar el objetivo pedagógico del autor, alcanza a ocupar espacios
académicos, docentes y prácticos, más allá de las expectativas asumidas por él al concebirlo,
ya no le pertenece, sino que deviene una valiosa propiedad de la sociedad a la cual pasa a
servir.
Es este el caso de la bien estructurada obra que el autor pone a disposición del público en
general, y en especial al servicio de la comunidad científica: abogados litigantes, jueces,
fiscales, estudiantes de Medicina, Derecho y de diversas especialidades del conocimiento
científico; así como también, a todo aquel que se interese por las imbricaciones de la
Medicina Legal y Forense. Esta actualización científica -que reúne experiencia pericial y
forense, así como aspectos novedosos de la Clínica Médico Legal y de la Patología Forense-
, no podría haber sido más oportuna, pues sus dieciocho capítulos ven la luz coetáneamente
con la entrada en vigor del Sistema Penal Acusatorio, como modelo procesal en la República
de Panamá.
Desde que por primera vez se plantearon y analizaron, en los recintos académicos, las
manifestaciones lesivas a la integridad física como reflejo del comportamiento criminal, el
mundo ha cambiado a un ritmo y en una dirección que, en términos generales, no se
sospechaban y que, a muchos, causa temor. Es por ello por lo que el novedoso aporte literario,
académico, científico y docente sobre esta materia, más que un encomiable esfuerzo
individual del autor representa, además, la recopilación de información valiosa, actualizada
y útil; enriquecida con aportes de colegas, sustentada con riqueza bibliográfica adecuada y
complementada con un número representativo de ilustraciones pertinentes.
Esta propuesta nos ofrece la visión profesional y pedagógica de un excelente patólogo
forense, con más de dos décadas al servicio del Instituto de Medicina Legal y Ciencias
Forenses y de la docencia universitaria en nuestro país; oferta hecha con el desprendimiento
propio de quien agradece a un país que lo ha acogido y permitido desarrollarse familiar y
profesionalmente.
Los elementos aportados confirman el valor, perdurable y meritorio para el proceso judicial,
que resulta del soporte científico que brinda la Medicina Legal y Forense al cumplimiento
del mandato constitucional de la persecución del delito, al deber legal del descubrimiento de
la verdad que acomete el Ministerio Público luego de la ocurrencia de un crimen y a la
administración de Justicia en general.
El fenómeno criminal deja huellas, no apareció de repente y tampoco de repente
desaparecerá. Todos los que tienen entre sus obligaciones el estudio de la escena de un
crimen, así como el análisis de las evidencias, huellas, rastros y señales, presentes en la
exploración del cuerpo humano, agradecerán el advenimiento de esta obra.
Hay tareas inmediatas con el estreno del Sistema Penal Acusatorio y una de ellas, sin duda,
es la que impone mejorar las herramientas de investigación y contar con fuentes confiables,
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con información precisa y bien detallada, para orientar los procesos de búsqueda de la verdad
material que subyace en cada lesión, herida, cadáver, en fin, en todo cuerpo humano
relacionado a la perpetración de un hecho delictivo que sea objeto de investigación judicial.
El particular enfoque que el autor da a la obra, permite conocer y entender las especiales
características que identifican cada tipo de lesión y el tipo de arma con la cual se infringió.
De ahí la importancia del valioso aporte del doctor José Vicente Pachar Lucio, a la
compresión práctica de la Medicina Legal y Forense, con el cual logra un estimulante vínculo
entre la doctrina y la casuística, que conlleva un imbatible triunfo en el contradictorio al
contar con el sustento científico de la teoría del caso.
Los invito a ponerlo a prueba.
Gracias y ¡enhorabuena doctor Pachar!
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PRÓLOGO DE LA SEGUNDA EDICIÓN
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ÍNDICE DE CONTENIDO
Introducción
Prólogo
Cap. 1. Generalidades 12
1.1 Definiciones y clasificación
1.2 Medicina, Ciencias Forenses, Criminalística y Criminología
1.3 La Medicina Legal y Forense en Panamá
1.4 La actuación pericial del médico forense
Cap. 2. Traumatología Forense 25
2.1 Definición y clasificación del trauma físico
2.2 Lesiones elementales
2.3 Lesiones complejas
Cap. 3. Trauma mecánico 40
3.1 Trauma contundente
3.2 Caída
3.3 Precipitación
3.4 Variantes anatómicas del trauma contundente
3.5 Evaluación médico forense del trauma contundente
Cap. 4. Hechos de tránsito terrestres 54
4.1 Introducción
4.2 Colisión
4.3 Atropello
4.4 Volcadura
4.5 Lesiones y muerte en motociclistas
4.6 Consideraciones médico-legales en atropello
4.7 Alcoholemia y hechos de tránsito
Cap. 5. Heridas por armas blancas 67
5.1 Definición y clasificación
5.2 Heridas cortantes o incisas
5.3 Heridas punzantes
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5.4 Heridas punzo cortantes
5.5 Heridas contuso-cortantes
5.6 Tipos particulares de heridas
5.7 Consideraciones médico-forenses
Cap. 6. Heridas por proyectiles de armas de fuego 74
6.1 Introducción, definiciones y conceptos
6.2 Mecánica del trauma por proyectil de arma de fuego
6.3 Clasificación de las heridas de arma de fuego
6.4 Elementos de las heridas de arma de fuego
6.5 Heridas por disparo de escopetas
6.6 Evaluación médico forense de las lesiones causadas por proyectiles de armas
de fuego.
6.7 Determinación de los residuos del disparo
Cap. 7. Asfixias 99
7.1 Generalidades
7.2 Sofocación
7.3 Asfixia mecánica y postural
7.4 Ahorcadura y estrangulación
7.5 Asfixia por sumersión
7.6 Asfixia química
Cap. 8. Trauma térmico y eléctrico 116
8.1 Trauma por exposición a altas temperaturas
8.2 Trauma térmico por bajas temperaturas
8.3 Trauma eléctrico
Cap. 9. Tanatología Forense 128
9.1 Introducción
9.2 Definiciones de la muerte
9.3 Cambios cadavéricos post-mórtem
9.4 Antropofagia cadavérica
9.5 Tanatocronodiagnóstico
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9.6 Causa, mecanismo y manera de la muerte
Cap. 10. La investigación médico forense de la muerte 145
10.1 Introducción
10.2 La participación del médico forense en el escenario de la muerte
10.3 La necropsia forense
Cap. 11. Muerte no violenta, súbita o inesperada 170
11.1 Introducción
11.2 Causas de muerte súbita o inesperada en adultos
11.3 Causas de muerte súbita o inesperada en niños y adolescentes
Cap. 12. Muerte violenta o sospechosa de recién nacidos, lactantes, niñas, niños y
adolescentes 181
12.1 Introducción
12.2 Muerte traumática de recién nacido
12.3 Muerte súbita del lactante
12.4 Muerte violenta o sospechosa de intervención de terceros
12.5 Maltrato infantil en centros de protección infantil
12.6 Suicidio en niñas, niños y adolescentes
12.7 Femicidios de niñas y adolescentes
Cap. 13. Exhumaciones judiciales y mutilación criminal post-mórtem 202
13.1 Exhumaciones judiciales
13.2 Mutilación criminal post-mórtem
Cap. 14. Intoxicaciones y generalidades de la Toxicología Forense 212
14.1 Introducción
14.2 Efectos y consecuencias del trauma químico
14.3 Intoxicaciones frecuentes en Panamá
14.4 Actualización del laboratorio de Toxicología Forense del IMELCF
Cap. 15. Medicina Legal y Salud Pública 237
15.1 Introducción
15.2 Vigilancia epidemiológica y Medicina Legal y Forense
15.3 La autopsia judicial con énfasis en salud publica
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Cap. 16. Clínica Médico Forense 247
16.1 Introducción
16.2 Lesiones personales
16.3 Incapacidad médico forense
16.4 El informe pericial de Clínica Médico Forense
16.5 Violencia de género y doméstica
16.6 Maltrato físico de niño, niña o adolescente
16.7 Evaluación del estado de salud de personas privadas de libertad
16.8 Evaluación médico forense en casos de tortura
Cap. 17. La investigación médico forense de los casos de mala praxis médica
279
17.1 Introducción
17.2 Procedimientos
17.3 Consideraciones médico-legales
17.4 Dictamen pericial
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CAPÍTULO 1
GENERALIDADES
José Vicente Pachar Lucio
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científica); sin embargo, su aplicación y práctica, incluyen algunos aspectos legales, por lo
cual la especialidad debe llamarse: Medicina Legal y Forense.
CLASIFICACIÓN
Existen varias clasificaciones de la especialidad. Por ejemplo, el Profesor Eduardo Vargas
Alvarado (2000), propuso la siguiente clasificación didáctica:
1. Medicina Legal General
2. Medicina Legal Criminalística
3. Medicina Legal Tanatológica
4. Medicina Legal Traumatológica
5. Medicina Legal Materno infantil
6. Medicina Legal Toxicológica
7. Medicina Legal Laboral
8. Medicina Legal Psiquiátrica
9. Deontología Médica
En la presente obra, se propone una clasificación práctica, de influencia anglosajona, que
toma en cuenta las tres áreas básicas de experticia médico forense: Clínica Médico Legal,
Patología Forense, Psiquiatría Forense. (Gráfica 1). En Panamá, la especialidad no incluye
Deontología Médica, Medicina Laboral ni Criminalística.
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La actividad pericial clínica, se apoya en estudios de laboratorio y gabinete e interconsultas,
con otros especialistas de la medicina, con el propósito de lograr una evaluación integral de
los casos investigados.
B. PATOLOGÍA FORENSE
El patólogo norteamericano, Lester Adelson, definió la Patología Forense como la
"Anatomía Patológica de las muertes súbitas insospechadas, de aquellas sospechosas y
de las muertes violentas". En las morgues judiciales, se examinan los cadáveres, se analizan
las circunstancias y los antecedentes del fallecimiento, se practican las necropsias y se
realizan todas las investigaciones complementarias necesarias para determinar la causa de la
muerte.
Aunque la mayor parte de las actividades de Patología Forense se llevan a cabo en la
morgue, las tareas no se limitan al examen de los cadáveres y a la interpretación de los
resultados de los análisis complementarios. También incluyen la participación del perito
médico forense en las diferentes fases del proceso de investigación criminal. Inicia con la
investigación en el lugar del hecho; continúa con la correlación de los hallazgos de necropsia
con la información disponible, y finaliza con la presentación y sustentación de los hallazgos.
C. PSIQUIATRÍA FORENSE
Es la aplicación de los conocimientos de la Psiquiatría a la investigación judicial y a la
administración de justicia. La pericia psiquiátrica forense tiene como objetivos
fundamentales: determinar la responsabilidad de un individuo en relación con la comprensión
de sus actos y su capacidad o incapacidad para ejercer sus derechos, y las secuelas
psicológicas atribuibles a la comisión de un hecho punible.
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En la práctica pericial, la Criminalística aplica las ciencias básicas (química, física,
biología), con artes y oficios particulares, con el objetivo de dar respuestas a las interrogantes
básicas que surgen en un proceso investigativo (qué, cuándo, cómo, dónde).
Una definición concisa de la CRIMINOLOGÍA es consignada por el autor costarricense
Álvaro Burgos (en la Revista Digital de la Maestría en Ciencias Penales de la Universidad
de Costa Rica, 2010) como: “la disciplina que se ocupa del estudio del fenómeno criminal
con el fin de conocer sus causas (porqué) y formas de manifestación”.
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Aguirre, Mercedes de Lasso, Geneva Rodríguez de Pachar, Álvaro Duarte, Adarcilio
Pimentel, Carlos De Bernard, Andrés Tucker, Kleber De Lora, Silvia de Bandel, José
Anderson, Hugo Moreno, José Kaled (q.e.p.d.), Carlos Smith, Roxana Flores, Domiciano
Broce, Eduardo Amato, Nilda Santamaría, Alejandro Pérez y Elaine Bressan.
La práctica institucional y la formación docente de esta especialidad ha experimentado
notables avances a partir del año 2005; estos cambios han sido consecuencia de las
transformaciones ocurridas en el Ministerio Público y en el sistema de administración de
justicia en nuestro país.
En ese año, la Lcda. Ana Matilde Gómez Ruiloba, entonces Procuradora General de la
Nación, dio impulso a una reingeniería institucional que tenía como principal objetivo la
modernización y profesionalización de los servicios periciales médico-forenses en Panamá.
Este proyecto debía tomar en cuenta los avances conceptuales, tecnológicos y científicos de
la especialidad reconociendo los méritos de quienes, hasta entonces, contribuyeron al
desarrollo del Instituto de Medicina Legal.
Los ejes principales del cambio fueron la reorganización administrativa y de los recursos
humanos, la formación profesional específica forense y el establecimiento de un marco legal
cónsono con la nueva realidad del Instituto.
Se dio cumplimiento al requisito de la exclusividad laboral de los médicos y comenzó un
programa de formación de médicos forenses, a nivel de maestría, programa elaborado con el
apoyo del Colegio Médico y ejecutado juntamente con la Facultad de Medicina de la
Universidad de Panamá.
En el año 2006, se presentó a la Asamblea Nacional el primer proyecto de Ley del Instituto
de Medicina Legal de Panamá, proyecto que posteriormente fue aprobado mediante Ley
N.º 50 de 13 de diciembre de ese mismo año. En el texto final se le otorga al Instituto
autonomía administrativa, del manejo del presupuesto y de los recursos humanos; además,
se ordenó que el Instituto fuera regido por una Junta Directiva, compuesta por representantes
de la Procuraduría General de la Nación, del Colegio Médico de Panamá, del Colegio
Nacional de Abogados, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Panamá y de la Sala
Penal de la Corte Suprema de Justicia, y que los cargos directivos fueran ocupados mediante
concursos de méritos.
Posteriormente, mediante Ley N.º 69 de 27 de diciembre de 2007, se incorporaron al
Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, el Servicio de Criminalística y los
laboratorios forenses de la extinta Policía Técnica Judicial (PTJ), con la idea de integrar
todos los servicios periciales forenses en una sola entidad, el Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses (IMELCF) de Panamá.
En los años siguientes se consolidó el programa de formación de médicos especialistas en
Medicina Legal y aumentó el número de médicos idóneos en el IMELCF. Mediante
resolución N 4 de 8 de febrero de 2013, publicada en Gaceta oficial 27246, el Consejo
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Técnico del Ministerio de Salud (MINSA) aprobó oficialmente el programa de la Maestría
en Ciencias Clínicas con Énfasis en Medicina Legal y Ciencias Forenses.
Así mismo, se creó la Asociación Panameña de Medicina Legal y Forense (APAMELEF);
se organizaron jornadas y congresos de la especialidad y se publicaron algunos libros y
artículos en revistas de la especialidad.
En la actualidad, el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses es la única entidad
nacional de servicios periciales forenses y tiene como misión, aportar las pruebas periciales
científicas y técnicas, necesarias para una adecuada administración de justicia, dentro del
marco legal vigente, actuando siempre con imparcialidad, ética, calidad, prontitud y
honestidad.
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especialmente en los casos penales y civiles; aporta las pruebas científicas necesarias para
demostrar o negar la comisión de un hecho punible.
En su Diccionario Jurídico Elemental, Guillermo Cabanellas de Torres (2008),
define el perito de la siguiente manera: “Especialista, conocedor, práctico o versado
en una ciencia, arte u oficio. / Quien posee título estatal de haber hecho determinados
estudios o poseer experiencia en una rama del conocimiento o en una actividad
cualquiera. La Academia agrega, para definir el perito judicial, al que interviene en el
procedimiento civil, penal o de otra jurisdicción, como la persona que, poseyendo
especiales conocimientos teóricos o prácticos, informa, bajo juramento, al juzgador
sobre puntos litigiosos en cuanto se relacionan con su especial saber o experiencia”.
El médico ilustra a los investigadores y a los jueces sobre los aspectos técnicos y científicos
médicos del proceso; por ejemplo, examina el cadáver de una víctima de homicidio en la
escena del crimen; practica la necropsia, elabora el respectivo protocolo y expone sus
conclusiones e interpretaciones de cómo sucedió el hecho a la luz de sus hallazgos. En el
Derecho Penal, el médico forense participa en la constatación del crimen o delito;
especialmente en los casos de delitos contra la vida y la integridad personal: homicidio,
lesiones personales, aborto provocado. Delitos contra la libertad e integridad sexual,
violación y otros delitos sexuales; violencia doméstica, delitos contra la familia, delitos
relacionados con drogas, etc. En el Derecho Civil, por ejemplo, se aportan pruebas
científicas, mediante la valoración y estimación del daño corporal, físico o mental.
En nuestro país, el médico forense sólo responde a solicitud de la autoridad competente. Su
actuación dentro del proceso judicial está normada en el Código Procesal Penal vigente, de
la siguiente manera:
“Artículo 406. PROCEDENCIA. Puede practicarse un peritaje cuando sea necesario poseer
conocimientos especiales en alguna ciencia, arte o técnica para descubrir o valorar un
elemento de prueba. La prueba pericial debe ser practicada por expertos imparciales,
objetivos e independientes. Sólo podrá fungir como perito la persona natural que acredite
mediante el respectivo certificado o diploma su idoneidad para la materia sometida a su
experticia o dictamen.”
En nuestro país, el perito médico recibe la idoneidad, para ejercer una especialidad
forense (Medicina Legal, Patología Forense o Psiquiatría Forense), del Consejo
Técnico del Ministerio de Salud. Los médicos del IMELCF también son declarados
peritos idóneos por el Consejo Administrativo del Instituto.
“Artículo 407. PARTICIPACIÓN EN DILIGENCIAS. Si la naturaleza de alguna
diligencia a realizarse durante la etapa de investigación requiere la asistencia de expertos, el
Ministerio Público llevará los peritos correspondientes. Las partes intervinientes también
podrán asistir con sus peritos si lo consideran pertinente, siempre que hayan sido anunciados
ante el Fiscal. En cualquier otro momento, serán nombrados por el Juez o Tribunal, a
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propuesta de parte. El perito deberá guardar reserva de cuanto conozca con motivo de su
actuación.”
En Panamá, el Ministerio Público cita y lleva los peritos del IMELCF. Los peritos
guardan la debida reserva y no deben brindar declaraciones a los medios de
comunicación.
“Artículo 410. FUNCIÓN DEL PERITO. La autoridad que ordenó el peritaje resolverá
todas las cuestiones que se planteen durante las operaciones periciales.
Los peritos personalmente estudiarán la materia del dictamen y están autorizados para
solicitar aclaraciones de las partes, requerirles informes, visitar lugares, examinar bienes
muebles o inmuebles, ejecutar calcos, planos, relieves y realizar toda clase de experimentos,
que consideren convenientes para el desempeño de sus funciones.
Si algún perito no cumple con su función será reemplazado, sin perjuicio de las
responsabilidades a que haya lugar.”
Del Artículo 410, se desprende que, en Panamá, el perito tiene iniciativa investigativa
e inclusive, puede proponer nuevas metodologías de investigación; tal fue el caso de
las exhumaciones de las víctimas del dietilenglicol, en las que se aplicaron novedosas
técnicas para demostrar la presencia del tóxico en cuerpos enterrados hacia algún
tiempo.
El Artículo 2046 del Código Judicial vigente, establece la actuación del médico forense
como perito en la investigación de los hechos:
"El hecho punible se comprueba con el examen que se haga, por facultativos o peritos, de las
personas, huellas, documentos, rastros o señales que haya dejado el hecho, o con
deposiciones de testigos que hayan visto o sepan de otro modo, la perpetración del mismo
hecho o con indicios, medios científicos o cualquier otro medio racional que sirva a la
formación de la convicción del Juez, siempre que no estén expresamente prohibidos por la
ley, ni violen derechos humanos, ni sean contrarios a la moral o al orden público".
Además de practicar las experticias científicas solicitadas, los peritos médicos pueden
ser citados por la autoridad competente, para ampliar sus peritajes, participar en
diferentes diligencias judiciales o exponer y sustentar sus criterios y opiniones en una
audiencia o ante un tribunal.
La actuación pericial del médico forense debe sustentarse en sus conocimientos básicos de
Medicina, en el amplio dominio de los fundamentos de la especialidad forense; en todas las
acreditaciones, certificaciones, títulos y la experiencia acumulados; pero, sobre todo, en el
respeto a la ley, a los derechos humanos y a los principios deontológicos y éticos.
Cabe señalar que en la práctica pericial los médicos del IMELCF son considerados “peritos
oficiales”. En los diferentes procesos judiciales, también se admite la participación de peritos
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privados, o de parte, quienes también deberán emitir sus dictámenes de acuerdo con las
disposiciones legales vigentes en Panamá.
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Los peritos procurarán practicar juntos el examen. Cuando exista diversidad de opiniones,
deberán presentar su dictamen por separado.”
En la práctica diaria, los peritajes son realizados por un solo perito y no intervienen
peritos de parte, salvo aquellos casos en los cuales la autoridad requiere la
conformación de un grupo de peritos o expertos para que, de manera colegiada,
emitan un dictamen. Tal es el caso de los dictámenes de mala praxis médica emitidos
por el Consejo Médico Forense.
Al informe pericial respectivo se le deben agregar las fuentes bibliográficas consultadas que
sustenten los criterios científicos utilizados.
LOS PERITOS CIENTÍFICOS EN EL SISTEMA PENAL ACUSATORIO
En Panamá, el Sistema Penal Acusatorio (SPA), modelo de investigación, litigación y
juzgamiento de causas penales, comenzó a implementarse de manera gradual en el interior
de la República y a finales del año 2016 está vigente en todo el país (Ley N°63 de 28 de
agosto de 2008, que adopta el Código Procesal Penal en el Primer Distrito Judicial integrado
por las provincias de Panamá, Panamá Oeste, Colón, Darién y las comarcas Guna Yala,
Madugandí, Wargandí y Emberá – Wounaan). Los cambios estructurales y operativos en la
administración de justicia han sido profundos, se han redefinido los roles y los actores de los
procesos judiciales, incluyendo a los peritos científicos.
El SPA busca resolver hechos delictivos en menor tiempo, en condiciones de igualdad de las
partes. El fiscal, la defensa y la víctima tienen igualdad de oportunidades de ser oídas y las
decisiones están a cargo de un juez independiente e imparcial.
Ha cambiado el sistema legal, más no las Ciencias Forenses (incluyendo la Medicina Legal
y Forense); la esencia de la prueba pericial científica no se ha modificado, puesto que la
forma de adquirir y aplicar conocimientos no se ha transformado.
Los cambios legales, sí incluyen variaciones en los procedimientos y roles de los actores, con
un enfoque pragmático y moderno de la prueba pericial. Los peritajes científicos deben
practicarse en base a teorías o técnicas actualizadas, verificables, evaluadas y criticadas por
la comunidad académica nacional e internacional.
Los peritos deben acreditar su certificación o idoneidad en la materia a peritar y se someterán
a las disposiciones éticas y legales inherentes a su actuación, con particular énfasis en el
respeto a los derechos humanos. Ellos continúan ejerciendo sus funciones, como en el extinto
sistema inquisitivo; sin embargo, en el nuevo sistema penal, el perito médico o de
Criminalística, debe proceder con mayor rigurosidad, solidez académica y científica ya que
la prueba científica es el sustento principal de la teoría del caso.
Los peritos tienen la obligación de aplicar en la práctica de sus experticias, métodos
científicos válidos que comprendan: el abordaje adecuado del estudio, motivo de la pericia,
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una lógica formulación de la hipótesis de trabajo; el correcto análisis e interpretación de la
información procesada y, finalmente, el aval científico de sus resultados y conclusiones.
Los conocimientos aportados al proceso, a solicitud de la autoridad competente y bajo la
gravedad de juramento, deberán ser auténticos, específicos, especializados y entregados de
manera oportuna.
A solicitud de los sujetos procesales, los peritos científicos, comparecen a las audiencias
programadas, para que ser interrogados y contrainterrogados en relación con los informes
periciales que elaboraron. Entonces, y ante la autoridad judicial, el perito puede hacer uso de
todos los recursos necesarios para sustentar su opinión; de hecho, acuden para ilustrar a los
presentes sobre los elementos científicos a los que se refiere su investigación.
La oralidad es un cambio radical dentro del novedoso sistema, es la forma en que la
prueba pericial llega a los estrados del Tribunal. Antes del SPA, el perito enviaba a
la autoridad competente su dictamen, documento redactado en tiempo pasado, y el
mismo llegaba al proceso acompañado de las otras fojas procesales en voluminosos
expedientes, cuyas páginas acaso eran leídas con suficiente antelación por los
intervinientes. La presentación escrita del peritaje facilitaba que, la mayoría de las
veces, se podía omitir la sustentación oral, de tan importante pieza inquisitiva, durante
la audiencia ante el Tribunal.
En el nuevo sistema, los peritos tendrán que presentarse frente a los jueces o el jurado
de conciencia, y sustentar sus conclusiones con inmediación y de viva voz. Está
demás decir que, sumado a sus conocimientos técnicos y científicos, los peritos deben
manejar un lenguaje adecuado a las circunstancias; no abusar de términos
indescifrables para la persona común; ser didácticos; convincentes; manejar la
prosodia, el lenguaje gestual y corporal. Todo esto significa que, además de redactar
correctamente su dictamen, el perito sepa transmitir verbalmente sus conocimientos
y experiencias.
Ya en la audiencia, el perito está obligado a explicar los antecedentes que acrediten sus
conocimientos y habilidades en el uso de técnicas, instrumentos o medios utilizados para
realizar sus experticias. Para tal propósito debe detallar su formación académica y
experiencia en el área a peritar; además, debe explicar los principios científicos probados que
fundamentan sus conclusiones; la validación de sus resultados y las referencias bibliográficas
actualizadas sobre la materia del análisis. Sus respuestas deberán ser claras, precisas y
sustentadas.
Uno de los requerimientos fundamentales en la práctica pericial científica en el SPA, es el
estricto cumplimiento de la normativa vigente sobre la Cadena de Custodia.
La Cadena de Custodia comprende una serie de procedimientos destinados a
asegurar la individualización, seguridad, trazabilidad y preservación de los elementos
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materiales y evidencias recolectados, de acuerdo con su naturaleza, o incorporados en
toda investigación relacionada a la comisión de un delito. Tienen como objetivo
garantizar su autenticidad, integridad, debida preservación e inalterabilidad
A fin de cumplir con las expectativas creadas con la implementación del nuevo sistema, los
peritos requieren de los recursos de infraestructura, personal, equipos, materiales y logística
necesarios para desarrollar eficazmente sus tareas periciales. Además, para una respuesta
institucional cónsona con el cambio, su actuación será regulada por guías y normas de
procedimientos, preceptos debidamente conocidos y validados, que garantizarán el adecuado
desarrollo de las funciones periciales. Estas guías sirven como referencias indispensables
para el trabajo diario e instrumentos de evaluación de la gestión de calidad de los peritajes
emitidos.
Se ha dicho que la ciencia evoluciona más rápido que el Derecho; sin embargo, en nuestro
país, esperamos que sea diferente y que el cambio legal, positivo y necesario, conlleve al
desarrollo y perfeccionamiento de las Ciencias Forenses.
Bibliografía
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Gráficos; 2010.
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en Panamá. Departamento de Capacitación. Ministerio Público. Panamá 2008
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Colombia: Editorial Temis S.A; 2003
• MANUAL DE PROCEDIMIENTO DEL SISTEMA DE CADENA DE CUSTODIA.
IMELCF versión 02, 2015.
• Mc Lay W.D.S. Ed, Clinical Forensic Medicine. 3 ed. London, UK: Cambridge University
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23
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• Patitó J. A., Medicina Legal, Buenos Aires Argentina: Ediciones Centro Norte; 2000
• Suescún J.M. et al., "Historia de la medicina legal". Revista de los Estudiantes de la
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• Ministerio Público (página www en la internet). Panamá, disponible en: http://
www.ministerio público.gob.pa
• http://www.imelcf.gob.pa/
24
CAPÍTULO 2
TRAUMATOLOGÍA FORENSE
José Vicente Pachar Lucio
INTRODUCCIÓN
Cuando se ha cometido un delito con resultado de daño en la anatomía de una persona, las
autoridades investigativas solicitan al perito médico que examine a la supuesta víctima
(personas vivas o cadáveres) con el propósito de identificar, documentar y certificar la
presencia (o ausencia) de lesiones traumáticas que sustenten la versión de cómo sucedieron
los hechos investigados. Por ejemplo, si una persona afirma que fue golpeada con el puño en
el rostro, el médico forense examina al supuesto afectado y constata si presenta o no la lesión
en la cara; de la misma manera, si una joven afirma que ha sido ultrajada sexualmente, la
búsqueda de lesiones en sus genitales es parte fundamental de la experticia médico-legal.
Cabe resaltar que, en opinión de Guillermo Cabanellas de Torres, la lesión es una alteración
que no solo involucra un cambio morfológico, sino que también abarca la alteración
funcional y psíquica resultante de la acción de factores externos al cuerpo humano. Es más,
este autor amplía la definición de lesión de la siguiente manera: "Por concretarse rara vez en
un solo ataque y en un solo mal, se habla de lesiones, y no de lesión, para referirse a los daños
injustos causados en el cuerpo o salud de una persona".
Por su parte, M.R. Jouvencel, en su obra: “Manual del perito médico” (2002), considera que:
“por lesión se entiende daño o detrimento corporal causado por una herida, golpe o
enfermedad; y, en una segunda acepción, cualquier daño, perjuicio o detrimento”. Es por eso
que es importante saber que el factor causante de la lesión o del daño (que puede resultar en
la muerte de una persona), puede actuar no solamente desde afuera del cuerpo humano sino
también desde su interior; por ejemplo, en la afectación a la salud que puede resultar de
esfuerzo físico desproporcionado, trastornos hidrodinámicos y electrolíticos, complicaciones
posteriores a un acto quirúrgico, alteraciones de la temperatura corporal (golpe de calor),
efecto de toxinas o agentes biológicos, etc.
El médico forense es un especialista en trauma, no solamente de origen mecánico, sino
también de todo aquel factor nocivo que, actuando desde adentro del organismo o desde
afuera del mismo, resulte en una lesión o daño en la anatomía de un ser humano. La
evaluación del trauma y del daño psíquico y sus consecuencias son competencia del perito
en Ciencias de la Conducta.
En el presente capítulo solamente se presentan la definición, clasificación y efectos (lesiones)
resultantes del trauma físico.
25
2.1 DEFINICIÓN Y CLASIFICACIÓN DEL TRAUMA FÍSICO
El Profesor Vargas Alvarado (2000) definió el TRAUMA FÍSICO de la siguiente manera:
“Es el daño anatómico (en la integridad corporal) y/o funcional (en la función de la parte
afectada), al cuerpo humano producido por cualquier forma de fuerza exterior”. Esta
definición es cónsona con la mayoría de los casos evaluados por el médico forense en la
práctica pericial diaria. Por ejemplo, la pérdida del dedo pulgar de la mano es un daño
anatómico; pero, esa lesión también conlleva la pérdida de la función de prensión de esa
mano.
CLASIFICACIÓN
De acuerdo con la naturaleza del agente lesivo, el trauma se clasifica en:
• MECÁNICO: Resulta de la aplicación violenta de la energía cinética sobre el cuerpo.
Es la forma de trauma más frecuente (golpes, caídas, asfixia mecánica, efectos del uso de
armas blancas o de fuego).
• TÉRMICO: Por efecto del calor (quemaduras, escaldaduras) o del frío (hipotermia)
• ELÉCTRICO: Es consecuencia de la electricidad artificial (electrocución) o natural
(fulguración).
• QUÍMICO: Causado por la acción general o local de compuestos químicos.
• POR RADIACIONES: Resulta de los efectos de la exposición a las radiaciones por
explosiones nucleares, complicaciones de su aplicación terapéutica o por su uso
industrial.
• BIOLÓGICO: Causado por agentes biológicos (bacterias, virus, toxinas, etc.)
• MIXTO: Combinación de cualesquiera de los anteriores.
26
evaluaciones médico-forenses se pueden constatar combinaciones de algunas de las lesiones
descritas a continuación.
2.2.1 ERITEMA POST TRAUMÁTICO
Es una lesión transitoria, leve, que se observa en la piel como una zona rojiza y ligeramente
elevada (edema); resulta del impacto con un objeto contundente; por ejemplo, una bofetada
en el rostro con la palma de la mano, o por golpe contra una superficie dura. Debido a la
brevedad de su duración, casi no es objeto de valoración médico forense, al menos que la
evaluación se practique inmediatamente posterior al trauma. Su ausencia, en el momento del
examen médico forense, no significa que no se haya producido el trauma físico.
2.2.2 EXCORIACIÓN
Definición: Llamada también "erosión epidérmica" o "abrasión" (anglicismo que no debe
emplearse en los informes periciales). Es una lesión superficial que sólo afecta la piel.
Cuando es reciente tiene una coloración rojiza y con el paso de las horas queda cubierta por
una costra.
Forma: Generalmente tiene forma de línea recta, curva (como en los arañazos) o de banda
excoriativa (rozadura) aunque también puede ser irregular. En la mayor parte de los casos es
producida por el paso tangencial - y superficial - de un objeto filoso; por el deslizamiento
corporal o por el paso oblicuo de un objeto contundente. El "surco de compresión"
encontrado alrededor del cuello de un ahorcado también es considerado como una variante
de excoriación.
Otro mecanismo de producción de las excoriaciones es por impacto perpendicular sobre la
piel, generalmente en áreas de prominencia ósea (partes salientes del rostro, codos, rodillas,
etc.) o causando la así llamada: “lesión en patrón”, en este último ejemplo, la impresión del
objeto impactante (tubo metálico, prenda de vestir, etc.) queda estampada en la piel. (Figura
1)
27
Las excoriaciones pueden abarcar amplias zonas traumatizadas de la piel, áreas conocidas
como: "excoriaciones en llama", similares a aquellas que resultan de la caída de una bicicleta
en marcha. Las zonas de excoriación, por efecto de la pérdida de agua (deshidratación)
pueden presentar un aspecto apergaminado.
Evolución: Las excoriaciones generalmente curan en pocos días y no dejan cicatriz
permanente.
Importancia: Su forma, localización, distribución y dirección, pueden indicar el mecanismo
de producción, la dirección de aplicación del trauma y, algunas veces, son un indicador de
las posibles circunstancias delictivas en las que se causaron. Tal es el caso de las
excoriaciones en forma de media luna que se observan en el cuello de una víctima de
estrangulación manual (conocidas como estigmas ungueales); las excoriaciones lineales e
irregulares localizadas en el rostro y cuello (signos de lucha); o aquellas ubicadas en las áreas
genitales, que pueden ser un indicio de intento de asalto sexual.
Algunas veces, en un cadáver en el que se observan excoriaciones, se hace necesario
establecer si las mismas fueron ocasionadas en vida o después de la muerte. Las
excoriaciones post-mórtem se ven amarillentas, transparentes y de aspecto apergaminado.
No siempre están presentes en áreas de trauma contundente. Es importante diferenciarlas de
lesiones causadas por actividad de los insectos. Otro artefacto que puede confundirse con una
lesión excoriativa en un cadáver es el aspecto enrojecido y seco del escroto.
El examen microscópico de la excoriación puede aportar valiosa información sobre el tiempo
de evolución de la lesión, así como también sobre su naturaleza ante o post-mórtem.
2.2.3 EQUIMOSIS
Definición: Es una colección difusa de sangre (hematoma plano) en el tejido subcutáneo, por
debajo de la piel intacta; mide más de 1 centímetro de diámetro y resulta de la ruptura, por
golpe, de pequeños vasos sanguíneos. Se conoce como contusión, "moretón" o "cardenal".
Su extensión y gravedad dependen de la cantidad de fuerza aplicada (no es lo mismo un golpe
con un bate de béisbol que con un palo de escoba) y de la densidad y riego sanguíneo del
tejido afectado.
Tipos: De acuerdo con el mecanismo de producción de la lesión, las equimosis pueden ser
traumáticas (por impacto contundente, caída) o espontáneas (por enfermedades, como las
diátesis hemorrágicas o la cirrosis del hígado).
Forma: La mayoría de las equimosis, no tienen una forma definida; ocasionalmente, calcan
la forma del objeto que impactó el cuerpo (lesiones en patrón); por ejemplo, la lesión que
aparece cuando se golpea la piel con un objeto cilíndrico alargado (palo de escoba, bate de
beisbol). La equimosis puede ser más grande que el objeto que la causó.
28
Una variante de equimosis es la sugilación (chupete), lesión mixta que resulta de la acción
de un doble mecanismo: presión y vacío sobre la piel.
Evolución: Las equimosis cambian de color los días posteriores al trauma. Este cambio se
debe a la degradación química de la hemoglobina (pigmento de los glóbulos rojos). La
transformación cromática de la equimosis es variable – aún en la misma lesión - y está sujeta
a la percepción subjetiva de los colores por parte del perito.
En tal sentido, cabe recordar que no existe una terminología estándar para describir los
colores, es por eso por lo que es probable que dos o más médicos forenses no coincidan en
la valoración del color de las equimosis en una persona viva o en un cadáver y que sea
temerario pronunciarse al respecto en base a fotografías tomadas sin testigo de comparación
de color.
Las equimosis se aprecian mejor en las personas de tez clara, contrariamente, son difíciles de
reconocer en personas de piel oscura (considerable porcentaje de la población panameña).
Por lo general, en un adulto sano, de tez clara, la mayoría de las equimosis recientes presentan
colores: púrpura, violeta oscuro – rojizo (de distintas tonalidades). Transcurridos varios días
la equimosis se aprecia más clara y ha cambiado a rojizo – verdoso. Finalmente, se torna café
- amarillenta cuando ha pasado más de una semana desde el momento del trauma y puede
desaparecer por completo después de dos o tres semanas.
La evolución de una equimosis es distinta en niños y ancianos, varía de persona a persona y
aún en el mismo individuo. Por lo tanto, cuando el médico forense es cuestionado sobre el
tiempo de evolución de una lesión equimótica, la mejor respuesta sería: “parece reciente o
parece antigua”.
En los órganos internos (pulmones, corazón, cerebro, etc.) el equivalente de la equimosis se
conoce como “contusión”. Es más, en casos de maltrato físico en niños es posible encontrar
extensas lesiones hemorrágicas internas sin daño en la piel.
Una equimosis puede ser incapacitante, dependiendo de la ocupación del afectado, de la
extensión, localización y asociación con otro tipo de lesiones. No deja cicatriz.
Importancia: Las equimosis indican impacto directo con un objeto contundente (natural
como un puño o artificial como una vara policial); sin embargo, su ubicación anatómica, al
momento de la evaluación médico legal, no necesariamente indica el sitio del impacto; por
ejemplo, una persona recibe un golpe en la frente y la equimosis se forma alrededor de los
ojos o en el área ocular y la equimosis aparece por debajo del ojo (parte declive). (Figura 2)
29
Figura 2: Equimosis infraorbitaria
Estas lesiones también se forman por caídas o en precipitación de altura. Cuando son
múltiples y asociadas a excoriaciones en el rostro, cuello, manos y otras partes corporales, se
interpretan como signos de lucha. La presencia de varias lesiones, de diferente naturaleza, en
las partes anteriores y laterales del cuello pueden ser indicios de estrangulación manual.
Las equimosis de distintas formas, algunas "en patrón", de diferentes tiempos de evolución;
en las así llamadas "zonas de castigo" de la anatomía de un menor de edad, son indicadores
de probable maltrato físico infantil.
Cuando el trauma ha ocurrido en pacientes de edad avanzada o con patología vascular
(vasculitis, fragilidad vascular exagerada, etc.) el tamaño de las equimosis suele ser mayor
que el de aquéllas encontradas en una persona sana.
En los cadáveres, las equimosis no necesariamente son consecuencia de trauma causado
ante-mórtem. Si poco tiempo después del fallecimiento, el cuerpo recibe un fuerte golpe
(como cuando se deja caer durante el transporte) aparecerá una equimosis en el sitio de
impacto.
En cuerpos putrefactos algunos cambios post-mortem pueden interpretarse, de manera
incorrecta, como resultado de golpes (equimosis), tal es el caso de la coloración violeta
oscura que se observa en la cara interna del cuero cabelludo que resulta de la degradación de
la sangre (impregnación hemolítica).
2.2.4 HEMATOMA
Definición: A diferencia de la equimosis, es una colección de sangre más localizada y de
mayor volumen. Se puede formar debajo del cuero cabelludo (chichón), dentro del cráneo
(hematoma subdural); en la piel, en las cavidades corporales (hemotórax, hemoperitoneo,
hemopericardio, hemartrosis) o en los órganos sólidos (riñón, hígado, bazo, etc.).
30
Se produce por la ruptura de vasos sanguíneos de mayor calibre, que los rotos en las
equimosis; generalmente los vasos se rompen por la acción de presión entre dos planos, uno
de ellos duro.
Evolución: Los hematomas son complicaciones agudas del trauma; sin embargo, algunas
veces permanecen en el cuerpo durante un tiempo prolongado y se rodean de una cápsula
fibrosa (hematoma organizado o crónico). También se pueden complicar con la formación
de una colección de pus y tejido muerto que se conoce como absceso.
Importancia: Depende de su extensión y localización; los grandes hematomas profundos
pueden comprimir estructuras anatómicas vecinas o afectar el riego sanguíneo poniendo en
peligro la vida.
31
Figura 3: Herida contusa por golpe diagonal
Importancia: Son lesiones graves que resultan de trauma mecánico violento: impacto
directo con objeto contundente, caída, precipitación. Ocurren principalmente en áreas de
prominencia ósea (como en la cabeza) en las cuales la piel es menos elástica.
La presencia de sangre en una herida contundente se ha considerado siempre como un signo
de trauma en vida; sin embargo, al igual que con las equimosis, también es posible que se
encuentre sangre en una herida si el trauma ocurre poco tiempo después de ocurrida la muerte.
32
Después de ocurrida la fractura, la recuperación de la integridad morfológica de un hueso
depende de: la edad, estado nutricional del afectado, enfermedades previas, etc. Una vez
producida la pérdida de la continuidad ósea, empieza el proceso de curación en cinco fases:
1. Hemorrágica. Escurrimiento sanguíneo en el sitio de la fractura con formación de un
hematoma fusiforme.
2. De proliferación periostal y endostal
3. De formación del callo.
4. De consolidación.
5. De remodelación.
El tiempo del proceso reparativo del hueso quebrado difiere porque depende de la edad y
condición de salud del paciente. En niños, el callo es visible radiológicamente a las 2 semanas
y el hueso puede estar consolidado entre 4 y 6 semanas; en cambio, en los adultos, la
consolidación ósea puede durar aproximadamente tres meses en un hueso mediano y de 4 a
6 meses, sin complicaciones, en un hueso grande (fémur).
2.2.6.1. LAS FRACTURAS POR SU LOCALIZACIÓN
I. FRACTURAS DEL CRÁNEO
El cráneo es una estructura ósea rígida que protege el sistema nervioso central. Es un
elemento anatómico duro que resiste traumas menores sin quebrarse. En los niños, debido a
su particular conformación (huesos más elásticos, presencia de suturas craneales sin cerrar,
fontanelas), la resistencia ósea a las fracturas está relativamente aumentada.
Al recibir un impacto de tipo contundente en la cabeza, el cráneo se deforma hasta cierto
límite que, al ser sobrepasado, resulta en fractura; la fractura comienza en el punto de impacto
e irradia hacia afuera.
La gravedad de las fracturas del cráneo depende de: la velocidad de impacto, el tipo de agente
lesivo, la cantidad y el espesor del cabello en el sitio del golpe, el grosor y la forma del cráneo
y la edad de la víctima.
MECANISMOS DE PRODUCCIÓN
Las fracturas del cráneo ocurren por flexión o estallido:
Por Flexión, cuando se aplica una fuerza directa sobre una pequeña área del cráneo, el hueso
resiste el impacto hasta su límite de flexibilidad y entonces se quiebra, la misma comienza
en la tabla interna (fractura en embudo). Si la fuerza es de gran intensidad, se produce fractura
completa masiva del hueso con disociación de los fragmentos.
Estas fracturas, ocurren en traumas mayores (precipitación, atropello) y generalmente
se localizan en la calota (parte convexa del cráneo). También se encuentran en la base
del cráneo, en una precipitación con caída sobre los pies, cuando la columna vertebral
33
penetra hacia el interior de la cavidad craneal y causa una fractura circular alrededor
del agujero occipital. Igualmente, en caídas frontales con impacto sobre el mentón o
por caída sobre la nariz se produce el hundimiento de la apófisis crista galli del hueso
etmoides.
Por Estallido: la fuerza del impacto se reparte sobre una extensa área del cráneo con
deformación, de tal magnitud, que al vencer su elasticidad estalla. Generalmente las fracturas
empiezan en la base del cráneo y se extienden hacia la bóveda.
CLASIFICACIÓN
Criterios: localización y características morfológicas.
Por su localización son:
• Fracturas de la calota
• Fracturas de la base.
Por sus características:
Fractura lineal: Resulta de una deformación elástica del cráneo. Representa el 80% de las
fracturas craneales.
El hallazgo de una fractura de este tipo no necesariamente significa que también en el área
subyacente del cerebro se va a encontrar una lesión significativa (hemorragia) o que en el
momento del trauma hubo pérdida del conocimiento. Por el contrario, en una necropsia se
pueden encontrar lesiones cerebrales graves (laceraciones, hemorragias) sin fractura del
cráneo.
Fractura con hundimiento: Depresión de un fragmento óseo que abarca todo el grosor del
cráneo. Puede ser: Simple o cerrada, cuando el cuero cabelludo que recubre la fractura
permanece intacto. Compuesta o abierta, cuando el cuero cabelludo está desgarrado. Según
la etiología y aspecto, estas fracturas se dividen en: perforantes o penetrantes y pueden
estar asociadas a fracturas lineales o conminutas (cuando un hueso se quiebra en múltiples
fragmentos). Las fracturas pueden acompañarse de diastasis de sutura (separación de
suturas del cráneo).
Las fracturas de la calota, generalmente, corresponden a la zona de impacto del
trauma contundente; aunque es necesario aclarar que, las fracturas lineales extensas
siguen las zonas vulnerables del diseño anatómico del cráneo lo cual hace difícil
precisar el área de impacto.
En las fracturas de la base del cráneo, cuando ha habido caída o golpe de impacto
lateral, las líneas de fractura se extienden desde la calota hacia los peñascos de los
huesos temporales y la parte media de la base. Cuando las fracturas están en ambos
lados, como sucede en hechos de tránsito con trauma cráneo encefálico severo
34
(atropello, colisión), pueden unirse en la línea media causando la separación completa
de la base en dos mitades, anterior y posterior; fractura conocida como "en bisagra".
Cuando el objeto contundente que impacta en la cabeza es de superficie menor (cabeza de
martillo) causa una lesión limitada con penetración de los fragmentos óseos hacia las
meninges y el cerebro. Una amplia zona de impacto en el cráneo puede mostrar un aspecto
en "telaraña" por la cantidad de fracturas irradiadas y concéntricas asociadas. (Figura 4)
Las fracturas expuestas del cráneo, las fracturas con muchos fragmentos, amplias, con
pérdida de encéfalo, etc., ocurren en impactos masivos (precipitación); en heridas por
proyectiles de arma de fuego (alta velocidad), o como consecuencia de explosiones.
Es raro que los objetos punzantes causen fracturas, salvo que tengan una punta muy afilada
y se usen con mucha fuerza. Generalmente sólo producen orificios circulares, bien
delimitados, del mismo diámetro y forma del objeto punzante (pica hielo) y, algunas veces,
sólo fisuras o fracturas pequeñas.
35
III. FRACTURAS DE LA COLUMNA
La columna vertebral se divide en tres partes: cervical torácica y lumbar, siendo la porción
cervical la más vulnerable en situaciones forenses (principalmente en el trauma cráneo
encefálico y en los hechos de tránsito).
Los mecanismos por los cuales ocurren las fracturas de la columna son:
COMPRESIÓN: Sucede cuando una persona cae de altura (precipitación).
HIPERFLEXIÓN E HIPEREXTENSIÓN: Las vértebras cervicales (y la médula espinal
en hiperextensión posterior del cuello) resultan afectadas en los movimientos violentos y
bruscos que ocurren en una severa colisión vehicular.
36
En los huesos largos también ocurren “fracturas indirectas”, las cuales resultan de la acción
de una fuerza mecánica que actúa a distancia del sitio de la fractura. Los mecanismos por los
cuales el hueso se quiebra son: tracción, angulación, rotación y compresión vertical,
angulación y compresión. Un ejemplo, es la fractura que se puede causar a un niño por
movimientos violentos de una extremidad causados por un adulto maltratador.
V. FRACTURAS DE LA PELVIS
Suceden cuando una persona sufre un trauma mecánico masivo, grave y severo (atropello,
colisión, precipitación, politraumatismo, etc.). Las características de la pelvis (huesos de la
cadera) hacen que cualquier pérdida de la continuidad del anillo óseo se asocie a la presencia
de otra lesión en la pelvis.
37
Cuando ocurre un trauma contundente masivo la energía cinética se transmite hacia la
profundidad del cuerpo. En estos casos, es posible que los signos externos del impacto sean
escasos o nulos; pero que las lesiones internas sean muy graves (desgarros, laceraciones o
estallamiento de las vísceras).
MORDEDURAS
Las mordeduras son traumatismos, contundentes o corto contundentes, de diferente
gravedad, causados por animales o humanos. La morfología de las mordeduras de animales
depende de las características dentales del animal.
Las mordeduras humanas son evaluadas por los Odontólogos Forenses. Por lo general,
cuando se observan en partes expuestas del cuerpo, aparecen como líneas curvas de
excoriación y equimosis, que semejan impresiones dentales, con o sin ruptura de la piel.
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39
CAPÍTULO 3
TRAUMA MECÁNICO
José Vicente Pachar Lucio
40
Las características morfológicas (aspecto) de las lesiones resultantes de trauma contundente
dependen de:
a. La naturaleza del instrumento u objeto utilizado (forma, tamaño, densidad, peso). Si,
cuando impacta, el objeto se deforma o rompe, su energía disminuye; así mismo, si el
cuerpo del agredido se mueve, disminuye la gravedad del daño.
b. La fuerza de impacto del objeto sobre el cuerpo.
c. La región anatómica corporal afectada. Mientras más grande es la superficie
golpeada, la gravedad de la herida es menor, porque la fuerza aplicada con el objeto
utilizado se dispersa en la superficie corporal.
d. La reacción local (área corporal golpeada) y general (reacción ante el estrés
traumático) del organismo afectado.
Según la dirección, velocidad, intensidad y forma de impacto del objeto contundente, los
resultados lesivos son lesiones simples o complejas (excoriaciones, equimosis, heridas de
tipo contundente, fracturas, etc.).
3.2 CAÍDA
La caída es el desplome de una persona en su mismo plano de sustentación o hacia un plano
inferior cercano. La variedad y gravedad de las lesiones que presenta en su cuerpo una
persona que ha caído dependen de varios factores: físicos, estáticos y dinámicos, que pueden
intervenir durante el hecho.
En función de estos factores es posible encontrar las siguientes variantes de caída:
1. Simple, el factor lesivo determinante es la altura de la posición inicial al sitio de impacto.
2. Complicada, al mecanismo del trauma (caída) se agrega algún factor lesivo que incide
en la gravedad de las lesiones; ejemplo, la caída sobre objetos filosos o sobre cables que son
fuentes de corriente eléctrica de alto voltaje.
3. En varios tiempos. Ocurre en dos o más tiempos sucesivos, con multiplicidad y variedad
de lesiones que dificultan la individualización de cada etapa.
4. En movimiento. Sucede en la caída desde un vehículo en marcha con resultado de
complejas lesiones.
Las excoriaciones y equimosis, localizados en los puntos de apoyo e impacto corporal,
especialmente en el rostro (Figura 9) y en las extremidades, son las lesiones más frecuentes.
En casos graves, según la edad y el peso del afectado, puede haber fracturas de brazo,
antebrazo; fracturas costales, de la pelvis o del cuello del fémur.
41
Figura 9: Lesiones por caída en el lado izquierdo del rostro
Si la caída es con impacto directo en la cabeza, ocurre el levantamiento del cuero cabelludo
(scalp) con hundimiento de la calota y fractura del cráneo.
CAÍDA EN NIÑOS
Los niños caen con relativa frecuencia y sufren lesiones (las más frecuentes en la cabeza) que
pueden ser objeto de una investigación judicial.
Una de las denuncias más frecuentes ocurre cuando, supuestamente, el niño se lesionó al caer
de menos de 1 metro de altura (de la cama, de un sofá, de la mesa en que le cambian los
pañales, del cochecito de paseo o de los brazos del cuidador).
Los casos más graves (con trauma cráneo encefálico) ocurren cuando el pequeño niño rueda
las escaleras o cae de un juego mecánico. En estas circunstancias los niños van a presentar
lesiones de impacto – fracturas de cráneo, hematoma extra-dural -, aún sin concusión.
Si un niño presenta fracturas deprimidas en el cráneo, significa que ha sufrido un
impacto o golpe directo; que pudo ser producto de una situación accidental. En
cambio, un diagnóstico de hematoma subdural indica que la caída fue a mayor altura
(más de 1 metro) y a velocidad.
En los niños, es posible no encontrar lesiones en el cuero cabelludo (heridas, equimosis),
pero no se puede descartar que el menor haya sufrido un trauma severo en la cabeza,
especialmente ante la presencia de una fractura. Las fracturas de cráneo, en niños pequeños,
algunas veces no se reconocen y curan entre 2 y 3 meses. Cuando se encuentran pueden
desaparecer de las imágenes radiológicas en 6 meses.
Es inusual que un niño pequeño caiga de una cama (menos de 1 metro) y presente
fracturas de cráneo. Si se encuentran, cuando son accidentales, suelen estar en un solo
lado del cráneo (unilaterales); son finas, estrechas y no ocasionan daños neurológicos
al afectado. El cráneo de los niños pequeños es elástico y se puede deformar sin que
se produzca una fractura. En cambio, las fracturas no accidentales tienen un aspecto
42
ramificado o estrellado, cruzan las líneas de sutura, son bilaterales, múltiples,
deprimidas y se localizan especialmente en la parte posterior del cráneo.
Cuando un niño es llevado inconsciente a un hospital y se diagnostica un trauma cráneo
encefálico los estudios que ayudan a deslindar si se trata o no de una situación accidental
incluye la imagenología del encéfalo, electroencefalograma, resonancia magnética, etc. Estos
casos también deben ser evaluados por el médico forense.
CAÍDA EN ANCIANOS
En las personas de edad avanzada, las caídas representan una grave amenaza para su salud y
bienestar debido a que, cuando ocurren lesiones por caída, disminuye la autonomía personal,
la calidad de vida e inclusive su vida corre peligro.
El riego de caída aumenta con la edad. Son más frecuentes en mujeres, aunque la
morbilidad y mortalidad es más alta en los varones; personas con deficiencias
motoras, visuales o cognitivas; enfermedades neurológicas, cardiovasculares,
osteoarticulares con deterioro de la movilización, la fuerza muscular o el equilibrio;
también debe considerarse que a esa edad es muy probable el consumo de varios
medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas (hipertensión arterial
diabetes, cardiopatías, etc.).
La supuesta caída de un anciano abre la posibilidad de la comisión de un delito, ya sea por
intervención de terceros (comisión) o por omisión de deberes de cuidado (negligencia,
especialmente en asilos o instituciones similares).
En la evaluación del caso se debe tomar en cuenta que una persona puede sufrir un síncope
(desmayo), caer de sus pies y presentar lesiones de impacto (excoriaciones, equimosis,
heridas contusas) en las partes prominentes de su anatomía; por ejemplo, si cae sobre el
costado derecho presentará lesiones en el rostro, hombro, cadera y rodilla de ese lado. Si,
como sucede con frecuencia, posterior a la pérdida del conocimiento y caída, el adulto mayor
recibe maniobras de reanimación cardio pulmonar, que incluyen la fuerte compresión rítmica
del tórax, es posible que presente fracturas costales y del esternón, hemorragias pulmonares
y en el corazón.
En la evaluación de estos pacientes traumatizados también hay que tomar en cuenta que en
la piel puede presentar áreas rojizas o violáceas conocidas como púrpura senil que no son
producto de trauma.
3.3 PRECIPITACIÓN
Es la caída por debajo del plano de sustentación; por ejemplo, desplome de un puente o desde
lo alto de un edificio (Figura 10). En los casos fatales, la causa de la muerte es el traumatismo
mecánico múltiple (politraumatismo) debido al impacto violento contra una superficie sólida.
43
En un cuerpo que cae de altura, la aceleración de la caída contribuye a la severidad y
naturaleza de las lesiones (desaceleración vertical). Existe una alta correlación entre la
presencia y severidad de las fracturas, que van a tener un patrón de distribución característico,
y la altura de la caída. El análisis de tal patrón permite al médico forense determinar si la
persona cayó de pie, sentada, de cabeza, de costado, etc.
44
En el cuero cabelludo se pueden encontrar diversas lesiones elementales y heridas causadas
por armas blancas o proyectiles de arma de fuego siendo las más frecuentes aquellas de tipo
contundente.
Estas heridas son consecuencia de impacto con un objeto sólido o contra una superficie dura;
las lesiones son irregulares, con un patrón definido o en forma de hendidura, rodeadas de
halos excoriativos y equimóticos y con "puentes dérmicos" en su profundidad.
LESIONES TRAUMÁTICAS DEL ENCÉFALO
CONGESTIÓN CEREBRAL: Aspecto inespecífico de vasos sanguíneos dilatados e
ingurgitados que presenta el encéfalo producto del trauma y de la hiperemia secundaria; es
multifactorial, focal o difusa. La forma focal acompaña los hematomas; la difusa, es más
frecuente en niños.
CONCUSIÓN CEREBRAL: Ocurre posterior al trauma en la cabeza; puede ser leve (con
o sin pérdida del conocimiento, como sucede en el boxeo), o severa con pérdida temporal
del conocimiento y pérdida de la memoria del hecho traumático (amnesia).
EDEMA CEREBRAL: Es una complicación del trauma en la cabeza, por acumulación de
líquido en el tejido encefálico (cerebro, cerebelo, tallo cerebral) que, de persistir la acción
del agente nocivo, causa, en intervalos cortos de tiempo, aumento de la presión dentro del
cráneo y la muerte. En la necropsia, el cerebro está aumentado de peso y muestra un aspecto
hinchado, difuso o localizado.
En los casos forenses, los tipos de edema cerebral más frecuentes son:
Edema Vasogénico: Se encuentra alrededor de lesiones focales del encéfalo
(contusiones). Es el resultado de una alteración de la barrera hematoencefálica con
escape de las proteínas, el agua y el sodio hacia el espacio extracelular. Se observa
principalmente en la sustancia blanca.
Edema Citotóxico: Es intracelular, resulta de una alteración en el mecanismo de
producción de energía en las neuronas, específicamente en la función de la bomba de
sodio y potasio en la membrana celular. Es más prominente en la sustancia gris que
en la blanca, afecta a los astrocitos y se relaciona con la isquemia o la disminución
del flujo sanguíneo cerebral.
La complicación más grave del edema cerebral es la herniación del encéfalo (salida del
tejido encefálico por los pliegues de la duramadre o del cráneo), que puede ser: subfalciforme
o supracallosa, transtentorial, cerebelar o de amígdalas cerebelosas.
CONTUSIONES CEREBRALES
Son lesiones hemorrágicas focales – de forma triangular invertida -, que se localizan en la
corteza cerebral (sustancia gris, externa, del cerebro), habitualmente son consecuencia de un
impacto violento y directo en la cabeza. El encéfalo puede resultar afectado tanto en el punto
45
de impacto como en el lado opuesto. Las lesiones por aceleración - desaceleración se
denominan de "golpe" y "contragolpe".
Las “contusiones de golpe” se localizan en el punto de impacto y resultan del impacto
violento cuando la cabeza está fija. En cambio, las “contusiones de contragolpe” aparecen
en el sitio opuesto al punto de impacto; por ejemplo, si una persona cae de espaldas y el golpe
es considerable y fallece a consecuencia del mismo, en la necropsia se van a encontrar
contusiones de golpe en la parte posterior del cerebro (área occipital), y contragolpe en las
partes anteriores (frontal y temporal). (Figura 11).
46
acanaladas en la cara interna del cráneo; los senos venosos están dentro de la duramadre. En
cambio, las arterias y venas cerebrales están por debajo de la aracnoides.
A consecuencia de un trauma en la cabeza, se pueden formar colecciones de sangre
(hematomas) que se denominan de acuerdo con su localización anatómica. En las meninges
se forman hematomas y áreas de hemorragia (Figura 12).
2. HEMATOMA SUBDURAL
Es consecuencia de la ruptura de las venas comunicantes para sagitales; aquéllas que pasan
por el espacio subdural entre la corteza del cerebro y los senos durales; los vasos sanguíneos
se tuercen, desgarran y rompen. Puede formarse sin fractura asociada de cráneo, en el sitio
del trauma, de manera contralateral o en ambos lados.
47
Aparece con más frecuencia en ancianos, quienes presentan cambios degenerativos
atróficos del cerebro con ampliación del espacio subdural; y en los lactantes, como
signo probable de maltrato físico por impacto contundente en la cabeza.
Posterior al trauma en la cabeza, el tiempo de aparición de los síntomas neurológicos puede
ser menor de 72 horas (Hematoma subdural agudo); entre 3 días y 2 o 3 semanas
(Hematoma subdural sub agudo) o mayor de 3 semanas (Hematoma subdural crónico).
Esta última variante es más común en personas de la tercera edad, quienes pueden presentar
cuadros clínicos neuro - psiquiátricos confusos, que ocasionan errores de diagnóstico y
reclamos de mala práctica médica. La acumulación de más de 50 centímetros de sangre en el
espacio subdural es generalmente mortal.
3. HEMORRAGIA SUBARACNOIDEA
Es una colección de sangre – difusa, focal o en parches, mínima o extensa -, por debajo de
las leptomeninges. La causa más frecuente de este tipo de hemorragia es la ruptura
espontánea de un aneurisma (dilatación de la pared vascular) de las arterias que conforman
el polígono de Willis, situado en la base del encéfalo, (Figura 13); ruptura que produce la
muerte rápida, de causas naturales, por el efecto irritante de la sangre sobre el tallo cerebral.
48
3.4.2. TRAUMA CERVICAL
El daño en el cuello puede acompañar el trauma en la cabeza por hiperflexión,
hiperextensión, torsión, elongación (estiramiento) con daño en la médula espinal cervical
(contusiones, laceraciones, sección parcial o completa)
49
La “Conmotio cordis” es aquella condición en la cual un objeto impacta directamente
en la parte media del pecho (por ejemplo, una bola de béisbol), la energía cinética se
transmite por la pared torácica, causa una concusión cardíaca, produce una falla del
ritmo cardíaco (fibrilación ventricular) y la muerte.
A consecuencia de un trauma torácico también pueden ocurrir laceraciones en el pericardio
y acumulación de sangre en el saco pericárdico (hemopericardio) hasta llegar al taponamiento
pericárdico. En la arteria aorta se pueden producir desgarros (como las que ocurren por
aceleración y desaceleración en una colisión); desgarros de la íntima, que pueden llevar a la
ruptura de la pared arterial, formación de dilataciones de la arteria (aneurismas) o la disección
de las capas de su pared. En el diafragma, igualmente se pueden encontrar desgarros y
rupturas que pueden ser la causa de herniaciones del contenido abdominal hacia la cavidad
torácica. Finalmente, en los pulmones, el trauma en el tórax puede ocasionar: enfisema
subcutáneo, hemorragias, embolia aérea, contusiones, desgarros, etc.
3. 4.4 TRAUMA ABDOMINAL Y PÉLVICO
El abdomen comprende la pared y el contenido visceral; sin embargo, debido a la continuidad
anatómica, el trauma abdominal incluye a menudo el compartimento pélvico.
Cuando se aplica una fuerza mecánica sobre las paredes elásticas del abdomen la energía
mecánica se transmite hacia los órganos internos. La gravedad de las lesiones viscerales
depende de la intensidad del trauma y de del tipo de víscera afectada - en el abdomen se
encuentran vísceras sólidas (hígado, bazo, páncreas, riñones), y huecas (estómago, intestino).
La ausencia de lesiones externas no excluye la presencia de graves lesiones internas.
El traumatismo cerrado o no penetrante es frecuente en hechos de tránsito (colisión,
atropello, caída de vehículo en marcha), impacto directo con objeto contundente o por
precipitación (desaceleración), explosiones. Las lesiones son equimosis y excoriaciones en
la pared; desgarros y estallidos viscerales, fracturas de la columna vertebral y/o de la pelvis.
El hemoperitoneo (sangre en la cavidad peritoneal) es la lesión asociada más frecuente.
En el hígado: laceraciones (especialmente en el lóbulo derecho), hematoma subcapsular; en
el bazo: desgarros de la cápsula, estallamiento; en el páncreas: desgarros, contusiones,
sección parcial, posterior formación de pseudo-quistes. Estómago: contusiones, desgarros,
ruptura (si el estómago estaba repleto al momento del trauma); duodeno: contusiones,
perforaciones, rupturas. En el mesenterio: contusiones, laceraciones avulsiones, hemorragia
por rupturas vasculares. Intestino delgado y grueso: contusiones, laceraciones, ruptura.
Riñones: contusiones, laceraciones, hemorragias, infartos (por trombosis de la arteria renal).
Suprarrenales: contusiones, laceraciones, rupturas, hemorragia, necrosis, infarto. Vejiga
urinaria: desgarros, se puede romper si estaba llena al momento del trauma.
50
3.4.5 TRAUMA EN LOS GENITALES
MASCULINOS: Amputación parcial o completa, excoriaciones, contusiones, desgarros en
el escroto y en el pene. En los testículos hematomas, hemorragia intersticial.
Un fuerte golpe en la bolsa escrotal puede causar la muerte por reflejo vagal y asistolia
cardíaca.
FEMENINOS: Son más frecuentes en asalto sexual: excoriaciones, equimosis, desgarros.
Un trauma severo en una mujer con un embarazo avanzado puede tener como consecuencia
la muerte fetal por desprendimiento de la placenta.
51
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53
CAPÍTULO 4
HECHOS DE TRÁNSITO TERRESTRES
Catalino Ismael Mendieta Ramos
José Vicente Pachar Lucio
4.1 INTRODUCCIÓN
A nivel mundial, los accidentes (hechos) de tránsito terrestre se han convertido en una de las
primeras causas de muerte traumática; así mismo, son causa frecuente de evaluaciones
médico-legales e incapacidad, por daño y secuelas, y representan importantes costos
económicos individuales y colectivos.
El principio del uso del cinturón de seguridad se basa, en primer lugar, en “darle más
tiempo” al cuerpo del ocupante del vehículo antes de que impacte con las estructuras internas,
al sujetarlo contra su asiento. De esta manera el cuerpo reducirá su velocidad de
desaceleración y la energía cinética recibida será menor. La forma de “darle más tiempo” al
cuerpo del afectado, es aprovechando el tiempo en el cual el vehículo se deforma
inmediatamente después del choque. A una velocidad de 50 km/h, al impactar contra una
estructura indeformable (objeto fijo), el vehículo tarda en deformarse aproximadamente 100
milisegundos. Durante este tiempo, el cuerpo también va a reducir considerablemente su
velocidad; ya que el cinturón limita las deceleraciones y, como consecuencia, la posibilidad
de lesión se reducirá sustancialmente. Otro objetivo del uso del cinturón de seguridad es
evitar la eyección (proyección de las personas hacia fuera en caso de colisión). La
probabilidad de lesiones severas y mortales es mucho mayor cuando una persona es
impulsada fuera de su posición, aunque no salga expulsada fuera del vehículo. Cuando la
eyección es consecuencia de un accidente con vuelco del vehículo, la probabilidad de fallecer
es entre siete y ocho veces mayor si se produce eyección, que si no se produce. La eyección
54
afecta de modo más notorio a la población infantil y adolescente y a personas de edad
avanzada.
En los motociclistas, el uso del casco tiene como objetivos principales la protección física
de la cabeza frente a la acción de la superficie sobre la que colisiona; también evita que
cualquier objeto penetre en la cabeza, absorbe la mayor cantidad de energía posible y
distribuye la energía vertida sobre el cráneo de la manera más homogénea posible.
Jurídicamente, el hecho de tránsito es considerado una acción culposa cometida por los
conductores de los vehículos, sus pasajeros o los peatones, al transitar por las vías públicas;
sin embargo, los hechos de tránsito también pueden ocurrir en estacionamientos privados o
de uso público, en centros y locales comerciales, en las vías de tránsito privado y en las playas
del país. Como resultado de la infracción que termina en un hecho de tránsito, deben haber
ocurrido daños en los bienes materiales, lesiones o muerte de personas.
La colisión y el atropello son los hechos de tránsito más comunes; el volcamiento y la caída
de pasajeros de vehículos en marcha, también son motivos de evaluación forense. Se debe
tener en cuenta que, en cualquier medio de transporte terrestre (moto, bicicleta, carreta,
trenes, etc.) pueden ocurrir situaciones traumáticas con resultado de lesiones o muerte.
Las evaluaciones periciales médico forenses de estos casos son diferentes en personas vivas
o en cadáveres. Las personas vivas acuden a la Clínica Médico Legal; el médico forense
evalúa el tipo y la gravedad de las lesiones, sus complicaciones y secuelas. En cambio, en las
morgues judiciales se practican las necropsias con el objetivo de establecer la causa de la
muerte y el rol de probables factores contribuyentes: un episodio isquémico del corazón, el
uso de tóxicos (alcohol, drogas de abusos) o la sobredosis de medicamentos. En el presente
capítulo se hace énfasis en los aspectos relacionados a la práctica de las necropsias en
víctimas fallecidas en esas circunstancias.
Tanto en la producción del hecho de tránsito como en la gravedad del mismo influyen:
55
4.2 COLISIÓN
La colisión, es el impacto de un vehículo contra un objeto fijo (muro, árbol, etc.) o con otro
vehículo. El daño que se causa al cuerpo humano se da principalmente por el cambio de la
velocidad del movimiento (aceleración y desaceleración). Este cambio puede ser
cuantificable y depende la cantidad de fuerza que el cuerpo humano tolera. Esta cantidad
también es el resultado de la dirección de aplicación de la fuerza que ejecuta el impacto, y
también del área de superficie del cuerpo que recibe el impacto.
Gran parte de las colisiones ocurre por impacto frontal. La fuerza principal, con efecto en
los ocupantes del vehículo, es la desaceleración del vehículo que colisiona. En cambio, en
los casos de impacto posterior, la fuerza predominante es la de aceleración brusca producto
del golpe desde atrás.
Según la dirección de impacto del vehículo, la colisión también puede ser posterior, lateral
y, con frecuencia sigue con el volcamiento. Frecuentemente, en el hecho puede ocurrir una
combinación de impactos y otras complicaciones, como el incendio del vehículo.
Las lesiones de los ocupantes del vehículo varían de acuerdo con su posición dentro del
mismo. El daño a la anatomía del conductor y de los pasajeros se relaciona con tres tipos de
impactos violentos y sucesivos de las personas dentro del vehículo. El primero, el del
vehículo cuando choca y desacelera súbitamente; el segundo, cuando el conductor y los
pasajeros se golpean contra los objetos del interior del vehículo; y el tercero resulta del
impacto de los órganos internos contra las estructuras anatómicas que la protegen (huesos,
músculos).
56
Figura 14: Mecánica de las lesiones del conductor en colisión
Las lesiones que resultan son de distinta extensión y gravedad, según el tipo de vehículo que
ha producido la colisión (sedán, camión o bus), asociado a la velocidad con que se da el
impacto.
Las lesiones que se darán de manera adicional son consecuencia de que algunas partes o
piezas del vehículo golpean las extremidades o la parte anterior del troco del conductor en
este caso.
57
LESIONES DEL ACOMPAÑANTE Y DE LOS PASAJEROS
El acompañante, por lo general, sufre lesiones similares a las del conductor, pero de mayor
gravedad.
Los pasajeros que se ubican en el asiento posterior en un vehículo tipo sedán, al momento
del choque se golpean contra los otros ocupantes y/o contra los objetos situados alrededor y
algunas veces, al igual que los que viajan en la parte anterior, pueden salir expulsados hacia
los lados sufriendo lesiones adicionales u otras formas de traumas de diferente gravedad.
4.3 ATROPELLO
Atropellar significa alcanzar de manera violenta a personas con un vehículo, chocando con
ellas y ocasionándoles por lo general, daños o lesiones. El tipo, la gravedad y la extensión de
los daños, va a depender de las características morfológicas de la víctima (niño o adulto), del
tipo de vehículo que es utilizado (sedán, bus, camión, motocicleta) y de la velocidad del
impacto.
MUERTE DE PEATONES
Una persona puede ser atropellada por un vehículo en marcha ya sea de pie (por ejemplo,
esperando en una parada) o caminando (al cruzar una vía) y el resultado será una serie de
lesiones que permiten reconstruir la dinámica del hecho.
58
En un adulto que es atropellado se describen lesiones primarias y secundarias.
En el atropello de una persona adulta se han descrito cuatro (4) fases: choque, caída,
aplastamiento y arrastre; sin embargo, generalmente en un atropello sólo ocurren las dos
primeras. (Figura N°16)
A. CHOQUE
En personas adultas atropelladas por un vehículo tipo sedán, el impacto inicial del
vehículo con la víctima ocurre en una o en ambas piernas; las lesiones son: heridas
contundentes, equimosis, excoriaciones, y fracturas expuestas o cerradas en las
extremidades inferiores.
B. CAÍDA
Luego del impacto inicial, y según la velocidad del vehículo que atropella, la víctima
puede caer sobre la tapa del motor o en el parabrisas. En su anatomía se encontrarán
excoriaciones, equimosis, heridas contusas o fracturas a nivel de la cabeza, del tronco y
de las extremidades.
C. APLASTAMIENTO
Posterior a la caída sobre al suelo, el mismo u otro vehículo puede pasar sobre el cuerpo
de la persona atropellada. El masivo peso del vehículo causa lesiones cutáneas, algunas
59
de ellas en patrón (como las marcas de las llantas); a nivel interno: el estallamiento de
vísceras y desgarros de órganos.
D. ARRASTRE
Al pasar las tres fases anteriores, el atropellado puede quedar enganchado en la parte
inferior del mismo o de otro vehículo y ser desplazado cierta distancia. En el cuerpo del
atropellado se pueden encontrar “excoriaciones en llamas” en amplias zonas cutáneas.
4.4 VOLCADURA
Debido a la complejidad de la dinámica del hecho, los ocupantes del vehículo van a presentar
múltiples y diversas lesiones, en función de su posición dentro del mismo y el uso o no de
los dispositivos de seguridad del vehículo (cinturones, bolsas de aire).
La morbilidad y la mortalidad en los hechos de tránsito que involucran como vehículo una
motocicleta, son de mucha mayor envergadura, comparadas con las de los conductores de
otros vehículos a motor.
Las diferencias se explican por la inestabilidad propia del vehículo utilizado (motocicleta);
por el manejo desordenado, a velocidad y sin tomar las adecuadas medidas de protección y
seguridad.
En los casos de colisión, el conductor y su acompañante (si está presente), son expulsados
violentamente de la motocicleta y en la caída, a velocidad, van a recibir el impacto en varias
partes de su anatomía. Las lesiones más graves sobrevienen en el área de la cabeza y cuello,
con desprendimientos del cuero cabelludo, fracturas de la calota y de la base del cráneo,
especialmente la fractura en anillo, alrededor del agujero occipital.
60
A nivel del encéfalo, se van a encontrar severas contusiones y laceraciones, correspondientes
a los mecanismos de golpe y contragolpe, descritos anteriormente. En el área del cuello (por
severa y aguda flexión) son comunes las luxaciones y las fracturas de vértebras cervicales.
En el tórax las fracturas de las costillas y las lesiones viscerales. En las extremidades las
excoriaciones de arrastre, las equimosis y las fracturas cerradas o abiertas, son los principales
tipos de lesiones.
c. ¿Frenó el vehículo?
Cuando un vehículo, tipo sedán, frena bruscamente, su parte delantera se desplaza hacia
abajo y hacia adelante golpeando las extremidades inferiores y causando lesiones
traumáticas de tipo contundente hacia los tobillos.
61
f. En los casos fatales, ¿cuánto tiempo sobrevivió la víctima?
Es importante considerar la posibilidad de un tiempo de supervivencia de la víctima de
un hecho de tránsito, principalmente por las explicaciones que se deben dar a los
familiares y a las autoridades judiciales.
La muerte es instantánea cuando hay una destrucción extensa y masiva de la cabeza por
trauma craneoencefálico severo o por avulsión y estallamiento de partes corporales por
aplastamiento. Si la víctima sobrevive y recibe atención médica, antes de morir, se
encontrarán evidencias de intervención médica reciente (venopunciones, heridas
quirúrgicas, venodisecciones, etc.).
En la necropsia, se pueden identificar infartos, hemorragias, evidencias de falla renal por
hipotensión prolongada, daño muscular masivo y hallazgos de embolismo graso.
Es un hecho notorio y público que el alcohol etílico es la droga de abuso más consumida en
nuestro país. Así mismo, está demostrado que hay una relación directa entre el consumo de
alcohol y la alta incidencia de hechos de tránsito. Cuando las disposiciones legales referentes
al consumo de alcohol se hacen más rigurosas, disminuye la incidencia de lesionados y
muertos a consecuencia de colisiones o atropellos.
62
Un vehículo es una máquina compleja cuya conducción requiere de habilidades, buen juicio,
control emocional, buena visión, coordinación, destreza y claridad mental; facultades que
están reducidas o anuladas a consecuencia del consumo de alcohol.
El alcohol ingerido se distribuye ampliamente por todos los tejidos del organismo, con
excepción de la grasa y su concentración en la sangre (alcoholemia), depende de factores
tales como: el consumo concomitante de alimentos, especialmente de grasas que disminuye
su absorción; el tipo de bebida alcohólica (a mayor concentración más rápida es la absorción),
la presencia de enfermedades (especialmente del hígado), el consumo simultáneo de
medicamentos o drogas y las variaciones genéticas de sensibilidad al etanol.
Los efectos de la ingesta de alcohol son acumulativos. En una persona saludable el 90% del
alcohol es metabolizado en el hígado.
Son varias las reacciones psicológicas resultantes del consumo de alcohol etílico,
especialmente la alteración del juicio, lo cual explica por qué al intoxicado se le hace
progresivamente difícil tomar las decisiones complejas que se requieren para conducir un
vehículo. Así mismo, es importante señalar que el porcentaje de errores en el manejo,
cometidos por un conductor ebrio, aumenta con el incremento de la alcoholemia, haciendo
más alto el riesgo de accidente.
ASPECTOS JURÍDICOS
En el Capítulo V, del Nuevo Reglamento de Tránsito de la República de Panamá, vigente
desde el 1 de enero de 2007, se establece lo siguiente: "DEL ESTADO DE EMBRIAGUEZ
Y LA INTOXICACIÓN POR ESTUPEFACIENTES"
63
“Artículo 139. El estado de embriaguez y la intoxicación por estupefacientes se determinará
por cualquiera de los siguientes exámenes y pruebas:
Análisis de aires expirales (estado de embriaguez)
Pruebas de estado físico:
b.1 Equilibrio
b.2 Dedo índice a la nariz, derecho e izquierdo
b.3 Conversación
b.4 Lectura
b.5 Respiración
b.6 Aspecto del rostro
b.7 Actitud emocional
b.8 Aspecto de los ojos
b.9 Temblores u otros síntomas
c) Pruebas médicas:
c.1 Orina
c.2 Sangre
c.3 Otros que se acrediten en el futuro como medios probatorios aceptados.
Los funcionarios de los centros de atención médica y otros establecimientos de salud del
Estado deberán, en forma de cooperación, practicar las pruebas médicas que solicite la
autoridad competente; no obstante, los inspectores de la Autoridad del Tránsito y Transporte
Terrestre y de la Policía Nacional podrán practicar en el sitio las pruebas de análisis de aires
expirales y del estado físico.”
“Artículo 141. El grado de afectación por consumo de bebidas alcohólicas se establece según
los siguientes niveles de concentración de alcohol; ya sean medidos en sangre, o en el aliento
mediante pruebas de análisis de aires expirales (Tabla modificada de la original):
64
Los conductores que mantengan niveles de alcohol por encima de los diez (10) milígramos
por decilitro de sangre o cinco (5) microgramos por decilitro de aire, serán sancionados según
el procedimiento indicado en cada caso.”
“Parágrafo: Los límites establecidos son aplicables a todo conductor de vehículo, así como
a toda persona que en calidad de peatón intervenga en accidentes o infracciones de tránsito.
Artículo 142. Es prohibido a los peatones y conductores de vehículos:
Caminar o conducir con aliento alcohólico o en estado de embriaguez comprobada.
Caminar o conducir bajo los efectos de estupefacientes.”
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66
CAPÍTULO 5
HERIDAS POR ARMAS BLANCAS
José Vicente Pachar Lucio
La mayoría de las lesiones por arma blanca son causadas con un objeto punzo cortante, con
empuñadura, laminar, puntiagudo y de un solo filo (cuchillo de cocina).
El tamaño y la forma de la herida en la piel dependen de:
a. La forma del objeto utilizado
b. El ángulo de entrada
c. El movimiento de la hoja del instrumento dentro de la herida o el movimiento que
hace el herido en el momento de la agresión o cuando se retrae el arma. Lo anterior
explica la forma en “Y” o “L” de la herida.
d. El estado de tensión o relajación de la piel lesionada.
e. Las líneas de Langer, formaciones de colágeno y fibras elásticas en la dermis que se
disponen en grupos lineares paralelos; verticales en las extremidades y circulares en
el cuello y parte del tronco (Figura 17).
67
Fig. 17: líneas de Langer
CLASIFICACIÓN
Las características morfológicas en la piel y las dimensiones son los criterios de clasificación
de estas heridas.
1. Heridas cortantes o incisas
2. Heridas punzantes
3. Heridas punzo cortantes
4. Heridas contuso-cortantes
Las heridas cortantes son, en su mayoría superficiales; las otras tienen un componente
exterior y otro de diversa profundidad y extensión. Esto se debe a que las armas o
instrumentos utilizados para causar la lesión se usan de diversas maneras.
68
Figura 18: Heridas cortantes en el hombro
69
heridas se reconocen dos componentes: uno superficial (en la piel) y uno interno (trayecto).
El superficial es una herida de bordes lineales y dos extremos: uno agudo y el opuesto obtuso
(“en forma de pececito”). Algunas veces, el instrumento lesivo atraviesa los planos
anatómicos y su punta sale por el lado opuesto al sitio de entrada.
INSTRUMENTOS QUE LAS CAUSAN: Cuchillos, puñales, fragmentos de vidrio.
70
Se trata de heridas cortantes y punzo cortantes en las manos, antebrazos y brazos de la víctima
(Figura 20). Cuando se encuentran en las extremidades inferiores son signos de que el
agredido repelía al atacante con esas partes corporales.
71
algunas en rostro y área precordial, de marcado simbolismo, en un contexto de odio y poder,
tal como se registra en los femicidios (Figura 22).
72
presionado lentamente contra la piel, requerirá de mayor fuerza para entrar en el cuerpo.
Cuando el instrumento utilizado (cuchillo) penetra con gran fuerza en el cuerpo, su
empuñadura deja una lesión contusa en uno de los extremos de la herida.
Tal como ya se mencionó, la morfología de las heridas proporciona elementos que orientan
al médico forense sobre el tipo de instrumento o arma que las causó; no obstante, al momento
de interpretarlas, el perito debe considerar que el aspecto de las lesiones depende de varios
factores:
1. Características del arma empleada: Forma de la hoja, agudeza de la punta, si es de
un filo (cuchillo de cocina) o de dos filos (puñal).
2. El ángulo de penetración en el cuerpo: Cuando un cuchillo penetra
perpendicularmente al cuerpo, en un ángulo de 90 grados, las dimensiones de la
herida probablemente correspondan con las de la hoja; pero, si la penetración coincide
con un desplazamiento, - ya sea por movimiento de la víctima, o del instrumento
utilizado-, la herida será de mayores dimensiones y diferente forma (en L, V, Y).
3. Área corporal lesionada. La densidad de los tejidos es variable en diferentes partes
de la anatomía. Cuando un arma blanca penetra en el cuerpo, la elasticidad de la piel
produce una retracción de los bordes de la herida modificando su aspecto.
4. Si un cuchillo penetra entre las fibras elásticas de la piel, fibras que se distribuyen
paralelamente en la dermis (líneas de Langer), la separación de los bordes es mínima,
y la forma y el tamaño de la herida es muy similar a la morfología del elemento lesivo.
En cambio, si el arma blanca secciona perpendicularmente esas fibras, la herida es
más grande y de bordes separados. Finalmente, si el arma entra oblicuamente, la
herida es irregular o de forma semilunar y con aspecto de colgajo cutáneo.
Esta descripción de cómo se producen las heridas explica por qué una persona puede
presentar heridas de diferente aspecto y tamaño, pese a ser atacada con un solo objeto
(cuchillo de cocina). Las lesiones causadas por otros instrumentos, que no sean cuchillos,
poseen características similares a las de cualquier objeto capaz de provocar este tipo de
heridas.
Un instrumento comúnmente utilizado es el fragmento cilíndrico de una botella de
vidrio (pico); sus bordes son filosos y cortantes y cuando lesiona la piel de forma
tangencial o en un ángulo pequeño provoca heridas irregulares, amplias y profundas
que sangran profusamente. Cabe mencionar que es posible que un fragmento del
vidrio quede incrustado en el cuerpo; por lo cual, durante la autopsia, debe manejarse
la herida con mucho cuidado.
Fragmentos de una taza, de una copa o de un plato de porcelana también pueden ser
usados como instrumentos cortantes o punzo cortantes. Lápices, barras filosas de
metal (platina), pueden causar lesiones de tipo punzante.
73
Las tijeras, utilizadas en incidentes domésticos, cuando penetran en el cuerpo causan
heridas de diferentes aspectos, según si, al momento de causar la lesión, estaban
abiertas o cerradas.
Determinar el orden en el que fueron causadas las heridas no es tarea simple. En la mayoría
de los casos, el intervalo de tiempo que transcurre entre cada lesión es muy corto.
Uno de los criterios sugeridos para determinar el orden en el que probablemente se
produjeron las lesiones, es mediante la observación de la cantidad de sangre presente en la
herida. De las primeras lesiones se escurre una apreciable cantidad de sangre; en cambio, las
heridas posteriores aparecen exangües. Determinar si las heridas fueron producidas en vida
o no, depende de la identificación de la "reacción vital" (reacción macro y microscópica de
los tejidos vivos al trauma).
El tiempo de supervivencia de un herido grave, corresponde al lapso transcurrido desde el
momento del incidente hasta el momento de la muerte; en algunas ocasiones se puede estimar
en función de varios factores: la condición física y el estado de salud del afectado, el número
y gravedad de las heridas; incluyendo los órganos afectados y la presencia en su organismo
de tóxicos o medicamentos.
La gravedad de las heridas causadas con armas blancas es variable y depende
principalmente de la región anatómica y de los órganos afectados. La sección de vasos
sanguíneos de gran y mediano calibre (arterias y venas) produce una hemorragia masiva y
aguda que lleva, en poco tiempo, al choque hemorrágico y a la muerte. La lesión de vísceras
y de sus estructuras vasculares, ocasiona hemorragias internas (Hemotórax, hemopericardio,
hemoperitoneo). El hemotórax (acumulación de sangre en la cavidad torácica), se produce
por lesión de los vasos intercostales, del pulmón, de los grandes vasos del corazón y algunas
veces del mismo corazón; por lo general, se asocia a neumotórax (entrada de aire en la
cavidad pleural). El hemoperitoneo (sangre en la cavidad peritoneal), se produce por lesión
de órganos parenquimatosos (hígado, bazo) y de la sección de vasos sanguíneos del abdomen.
Una forma inusual de muerte, en casos de heridas con armas blancas en el cuello, ocurre por
embolia aérea (entrada de aire al sistema venoso) al ser cortadas las venas yugulares.
Las perforaciones de órganos tubulares (estómago, intestino), producen peritonitis con un
estado tóxico séptico secundario al estado infeccioso generalizado.
Las heridas con armas blancas en los segmentos cráneo cerebral (cabeza) y vertebro medular
(cuello y columna) son inusuales. Se pueden asociar a fracturas que guardan la forma del
objeto empleado y también a lesiones de las meninges, del cerebro y/o de la médula espinal.
La muerte de personas con graves heridas causadas con armas blancas ocurre en minutos
debido a la masiva y aguda pérdida de sangre (Choque hemorrágico); producto de las
múltiples perforaciones vasculares y viscerales. El neumotórax y el embolismo de aire
aceleran la muerte.
74
Si la víctima sobrevive al ataque y recibe atención médica, el tratamiento de los
galenos altera la morfología de las heridas; un cirujano puede ampliar la herida o
suturarla.
Con frecuencia, durante y después de la necropsia, el médico forense debe pronunciarse
sobre si unas heridas fueron causadas después de la muerte (post-mórtem). Se considera
que si la herida está exangüe (sin sangre, limpia) fue causada peri-mortem (antes o después
del momento de la muerte); en cambio, si no presenta signos de reacción vital y presenta una
coloración amarillenta lo más probable es que se trate de una lesión causada después de la
muerte. Sin embargo, esta apreciación no es fácil y en la práctica pueden darse excepciones.
En el informe pericial de las heridas por armas blancas se deben describir: dimensiones,
forma, y ubicación anatómica, con referencias topográficas tales como: la distancia del talón
a la parte media de la lesión y de la parte media de la herida a las líneas media, anterior o
posterior del cuerpo. También se anotan la orientación (vertical, horizontal, oblicua), y la
dirección, la profundidad aproximada y los órganos o cavidades afectados.
El análisis de las circunstancias del hecho y la distribución de las lesiones en la anatomía del
fallecido, aportan elementos para que el incidente sea calificado como homicidio, suicidio o
accidente.
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76
CAPÍTULO 6
HERIDAS POR PROYECTÍLES DE ARMAS DE FUEGO
José Vicente Pachar Lucio
77
CALIBRE: Diámetro interno del cañón; en un arma de fuego con ranuras, el diámetro del
calibre se mide de superficie a superficie entre ranuras. Se ha establecido que la medida se
expresa en milésimos de una pulgada (.22, .25, .38, .44) o en milímetros (5.56, 7,9, 11.18);
sin embargo, no todos los fabricantes siguen esas referencias. En las armas de cañón liso
(escopetas), se emplea la nomenclatura inglesa; por ejemplo, el calibre 12 significa que el
diámetro interior del cañón coincide con el diámetro de una de las 12 esferas iguales que
pueden salir de una libra de plomo.
CAÑON: Tubo que guía la bala o proyectil (descarga del tiro); pasaje interno que cuenta con
ranuras en los rifles y pistolas. Las ranuras son una serie de espirales paralelas dispuestas en
el sentido de las manecillas del reloj o inversamente, que imprimen un giro rotatorio al
proyectil a medida que atraviesa el cañón; su propósito es estabilizar la velocidad del
proyectil una vez salido por la boca del cañón.
CÁPSULA: Pequeño envoltorio de metal que contiene el compuesto que se detonará por
golpe, ya sea del martillo o del percutor.
CARTUCHO: Unidad de munición compuesta de camisa, cápsula, pólvora y bala.
ARMAS CORTAS O MANUALES (en inglés “handguns”): Son aquellas diseñadas para
sostener y disparar con la mano: pistolas (automáticas y semiautomáticas) y revólveres (con
cilindros o tambores que se abren hacia fuera). Estas armas fueron diseñadas como armas
compactas para auto defensa; son fáciles de llevar, esconder y mantener. (Figura 23).
78
ARMAS LARGAS: Se usan con apoyo (generalmente en los hombros) o usando ambas
manos: Escopetas, rifles, fusiles (AK47, M16) y ametralladoras. (Figura 24)
79
6.2 MECÁNICA DEL TRAUMA POR PROYECTIL DE ARMA DE FUEGO
Un proyectil de arma de fuego causa daño al organismo por la transmisión de la energía
cinética que trae (impacto, perforación de tejidos), y por los efectos de la así llamada:
“cavidad temporal”. Cuando una bala entra al cuerpo trae la energía suficiente para perforar
las partes anatómicas interesadas en su recorrido dejando una trayectoria tuneliforme
hemorrágica (cavidad permanente); sin embargo, esa trayectoria no corresponde con el daño
total causado a los tejidos corporales porque, cuando el proyectil balístico pasa por ellos una
onda expansiva lo acompaña causando una cavidad temporal que, debido a la elasticidad de
los mismos, se reduce al tamaño de la cavidad permanente. (Figura 26).
80
La trayectoria (recorrido) del proyectil dentro del cuerpo, es un indicador de la cantidad de
energía que tenía el proyectil al momento de impactar en la anatomía. Se puede deducir
fácilmente que, la gravedad de las lesiones que causan los proyectiles de arma de fuego
depende principalmente de la velocidad del impacto y del área corporal afectada.
De acuerdo con la velocidad de impacto, se distinguen dos tipos de proyectiles: de baja y de
alta velocidad. Son proyectiles de baja velocidad aquellos que viajan a menos de la
velocidad del sonido en el aire; como es el caso de una bala de una pistola o de un revólver
de calibre menor.
En su travesía dentro del cuerpo, las balas causan en las estructuras anatómicas
sólidas, lesiones tuneliformes ligeramente más anchas que su diámetro. También
pueden ocasionar lesiones secundarias, rupturas de vasos sanguíneos, o de otras partes
anatómicas, y lesiones terciarias, que son lesiones indirectas causadas por fragmentos
óseos.
En cambio, los proyectiles de alta velocidad viajan a una velocidad mayor que la del sonido
y van precedidos de una onda de compresión. Esta onda provoca un elevado aumento de la
presión en las partes anatómicas afectadas. Este incremento lleva al estallamiento de una
amplia zona de tejidos alrededor de la trayectoria. Hay daño especialmente notable en el
interior de las vísceras de consistencia suave: cerebro, hígado y músculos.
81
2. Trayectoria dentro del cuerpo.
3. Orificio de salida o punto en el cual queda alojado el proyectil.
A fin de conocer las diferentes morfologías que puede presentar una herida causada por un
proyectil balístico, es necesario conocer los elementos que salen por la boca del cañón una
vez se ha detonado un arma de fuego. (Figura 27)
Estos son:
a. Fuego o llama, se extiende de 3 a 5 centímetros de la boca del cañón; la temperatura
en esa zona puede llegar a más de 700 grados centígrados
b. Gas producto de la explosión
c. Pólvora quemada o no
d. Humo (carbón)
e. Metal vaporizado (provenientes de la bala y del casquillo)
f. Fragmentos del proyectil y de la vaina
Figura 27: Disparo de revolver, elementos que salen por la boca del cañón
A. ORIFICIO DE ENTRADA
Es un agujero redondo, cuando el proyectil entra perpendicular a la piel (Figura 28). Si la
bala penetra la superficie corporal con cierto ángulo, la forma de este orificio se va alargando
hasta quedar ovalado, o como una lesión con aspecto de hendidura.
82
Generalmente, un orificio de entrada corresponde con el impacto de un solo proyectil;
aunque, es posible, que más de un proyectil penetre por el mismo orificio. El diámetro del
orificio de entrada puede ser igual o mayor que el del proyectil que impactó el cuerpo. La
bala puede entrar al cuerpo con cierta inclinación o rotación, debido a un cambio postural
sucedido durante su desplazamiento en el aire. Razón por la cual, no es posible establecer el
calibre del arma que disparó el proyectil considerando solamente el tamaño del orificio de
entrada.
83
En una herida reciente, es un anillo rojizo, simétrico o asimétrico, situado alrededor del
agujero de entrada, por fuera del halo de enjugamiento.
Se forma por la presión mecánica de la bala sobre la piel que se estira antes de romperse
hacia adentro. Luego que la bala pasa hacia el interior del cuerpo, la piel regresa a su posición
original dejando esta zona de pérdida epidérmica.
En los cadáveres, a medida que pasan las horas tras el incidente mortal y debido a la
deshidratación de la piel excoriada, el anillo de contusión se vuelve oscuro y de
aspecto apergaminado pudiendo ser, erróneamente, interpretado como residuo de
pólvora.
Los anillos de enjugamiento y el de contusión, juntos se denominan: Anillo, Halo o zona de
Fisch.
B.3 ZONA DE TATUAJE
El tatuaje, es una zona de minúsculas lesiones, distribuidas alrededor de la lesión de entrada,
resultantes del impacto de fragmentos de pólvora no deflagrada que se incrustan en la piel.
Estos fragmentos pueden atravesar ropas ligeras, como una camisa o un camisón. El tatuaje
no desaparece al limpiarse el área cutánea de la lesión.
La zona de tatuaje es concéntrica y simétrica, cuando el disparo ha sido perpendicular a
la superficie de la piel (Figura 29), y más compacta cuando la distancia entre el arma
detonada y la región lesionada, al momento del disparo, ha sido más corta. A medida que
aumenta la distancia que separa la boca del cañón de la piel, la zona de tatuaje es de
mayor diámetro y menos densa.
84
2. La distancia entre la boca del cañón y la piel. En un disparo hecho a menos de un
centímetro, los granos de pólvora entran al cuerpo junto con el proyectil y, por lo tanto, no
se produce el tatuaje.
3. El tipo de pólvora determina la distancia máxima a la que aparece el tatuaje.
La simetría de la distribución de los gránulos de pólvora orienta al perito respecto al ángulo
de incidencia del proyectil al momento del disparo.
B.4. ZONA DE AHUMAMIENTO O FALSO TATUAJE
Es un área oscura que, algunas veces, rodea la lesión de entrada; son depósitos de los
productos de combustión de la pólvora (humo o tizne) que se depositan sobre o por fuera del
tatuaje verdadero. La zona de ahumamiento o "falso tatuaje" desaparece cuando se limpia el
área del impacto del proyectil; generalmente, sólo se encuentra si no se ha tocado o
manipulado la lesión o las prendas de vestir.
I. HERIDAS DE CONTACTO
El disparo es de contacto cuando la boca del cañón del arma está colocada sobre la piel al
momento de la detonación. El contacto puede ser sellado, laxo, o con cierta inclinación
85
(anguloso). Cuando se dispara el arma en contacto sellado, todos los elementos que salen
por la boca del cañón pasan por la piel y entran en profundidad. Externamente, la herida es
de forma estrellada, con los bordes quemados e irregulares (ennegrecimiento marginal) y
depósitos de tizne y pólvora en el mismo orificio - aspecto en "boca de mina". (Figura 30).
86
Figura 31: Disparo de contacto laxo
87
Figura 31: Elementos de un disparo a distancia intermedia
A pocos centímetros de la detonación, el tatuaje es denso y aún se pueden encontrar,
asociados, algunos efectos de quemadura en piel, pelos y ropa. La distancia máxima a la que
aparece el tatuaje de pólvora depende del tipo de arma y de la pólvora utilizada. En una
misma zona anatómica se pueden encontrar los efectos de disparos realizados a diferentes
distancias. (Figura 32)
88
En los disparos realizados con armas cortas, a más de (aproximadamente) un metro y medio
de distancia entre la boca del cañón del arma y la superficie corporal, no se encuentra tatuaje
de pólvora, y el aspecto del orificio de entrada depende del sitio anatómico de impacto del
proyectil. Si la bala entra en una zona blanda (abdomen, piel sobre músculos), el orificio de
entrada es redondo u ovalado, sin los anillos de enjugamiento y contusión; tampoco se
encuentra tizne o tatuaje alrededor del orificio. (Figura 33)
89
cráneo). Así mismo, puede ocurrir que el proyectil, ya sin energía cinética, sea arrastrado
pasivamente por la corriente sanguínea (émbolo) o quede dentro de una cavidad natural.
En la trayectoria tuneliforme causada por el paso del proyectil en los tejidos, se pueden
encontrar: fibras de ropa, pelos, cabellos, esquirlas, fragmentos de huesos y otros elementos
extraños que ayudan a identificar la lesión de entrada.
6.4.3. EL ORIFICIO DE SALIDA
El orificio de salida es el agujero en la piel causado por el proyectil cuando abandona el
cuerpo. Independientemente de la distancia a la cual entró, a su salida, la bala deja un agujero
irregular, un poco más grande que el de entrada; éste es de bordes evertidos, sin tatuaje,
ahumamiento, ni anillo de contusión.
El aspecto irregular de este orificio obedece a que el proyectil puede girar o
deformarse al chocar con partes corporales densas (huesos, cartílagos), en su
trayectoria.
Si al momento de salir el proyectil, la piel se encuentra apoyada sobre un plano rígido
(cinturón, correa, pared o piso); alrededor del agujero de salida se forma una zona irregular
de excoriación. Otras veces, el proyectil puede salir en ángulo muy inclinado y causar una
lesión ovoide, alargada, que puede parecer una herida por arma blanca.
ORIFICIOS DE BALA EN EL CRÁNEO
Para diferenciar los orificios de entrada y salida en el cráneo se busca el así llamado "biselaje"
(pérdida angulada de tejido óseo); alteración morfológica secundaria al paso del proyectil por
los huesos planos de la calota (diploe).
En la lesión de entrada, el orificio es nítido con biselaje hacia la cavidad craneal; en el agujero
de salida, el biselaje está hacia afuera y tiene forma de cono.
Un proyectil puede impactar tangencialmente el cráneo causando heridas en forma de “ojo
de cerradura”; entonces, el proyectil se puede dividir en dos fragmentos de cara plana, uno
entra y el otro rebota y sigue su trayectoria en el aire.
Pese su aspecto superficial, las lesiones con fractura deprimida, causan daño cerebral y
muerte. Dentro del cráneo se pueden encontrar fracturas secundarias, causadas por las ondas
de presión intra-craneales, siendo las más frecuentes las que se observan en los techos de las
órbitas.
90
Las escopetas disparan perdigones contenidos en cartuchos, de diferentes tipos; también la
pólvora y los tacos utilizados varían en función del arma empleada (Figura 34). Los tacos,
componentes del cartucho, son fabricados de diferentes materiales y se usan para separar la
pólvora de la carga, o para evitar que la pólvora se salga del cartucho.
91
En función de la distancia del disparo, si la herida interesa una parte corporal de menor
grosor, como el cuello o una extremidad, los perdigones la atraviesan causando una lesión de
salida grande, irregular, de bordes hemorrágicos evertidos. Si la parte corporal afectada es
más gruesa (tórax, abdomen), puede haber una lesión de salida más pequeña que la de
entrada.
En disparos a distancia (más de 3 metros), el aspecto de la lesión cambia, los perdigones se
distribuyen en la superficie del cuerpo dando la imagen conocida como: "Rosa de
Dispersión". A medida que aumenta la distancia, los proyectiles se van separando
progresivamente hasta cubrir una superficie corporal mayor (Figura 36).
92
Figura 37: Reconstrucción de incidente con arma de fuego. Tomado de
http://www.forenzika.com/forenzicni_3d.htm
93
A simple vista, si la herida fue causada en vida, el orificio de entrada presenta un
borde hemorrágico y signos de coagulación de la sangre. Microscópicamente, se
observa: daño tisular, necrosis, rupturas vasculares, hemorragia reciente y, después
de varias horas de supervivencia, se encuentran también infiltrados de leucocitos.
En cambio, en las lesiones post mortem, el borde de la herida es liso, se limpia con
facilidad si presenta residuos sanguinolentos. En el examen microscópico no hay
edema, infiltración hemorrágica, ni tampoco signos de reacción inflamatoria aguda
en los tejidos lesionados.
Es importante aclarar que, en la mayor parte de los casos, si las heridas fueron
causadas inmediatamente alrededor del momento de la muerte (peri-mórtem), no es
posible determinar si las mismas fueron causadas antes o después del fallecimiento;
las dificultades son mayores cuando se examinan cuerpos en avanzado estado de
descomposición.
En los casos fatales, al terminar la autopsia el médico forense establece la causa y sugiere
la manera de la muerte. La causa de la muerte en las heridas por proyectil de arma de
fuego, salvo los casos de masiva destrucción corporal, es la profusa y aguda pérdida de
sangre (Choque hemorrágico) proveniente de las rupturas vasculares y del extenso daño
a órganos, tejidos y vísceras. La manera de la muerte (suicidio, homicidio, accidente o
no determinada), se sugiere considerando los datos de la autopsia y toda la información
disponible sobre el caso en particular.
En los suicidios, es usual encontrar un orificio de disparo de contacto, en un área vital
accesible (cabeza, boca, área precordial). No se encuentran signos de violencia en la
ropa o en el cuerpo y el análisis de los residuos de disparo en las manos es positivo.
Cuando el suicida utiliza una escopeta o un fusil, la lesión de entrada suele estar en la
boca, el mentón o en la parte anterior del cuello. Excepcionalmente, el cadáver de un
suicida puede presentar más de una herida, a consecuencia de varios disparos. En la
literatura de la especialidad, se han descrito casos con dos o tres disparos, cerca uno
del otro, en el área precordial o en la cabeza.
94
6.7. DETERMINACIÓN DE LOS RESIDUOS DEL DISPARO
El hallazgo positivo de residuos de la detonación de un arma de fuego, en las manos de un
sospechoso de haber disparado; es de trascendental importancia en la investigación judicial
(Figura 38).
Cuando se dispara un arma de fuego, los residuos que salen por la boca del cañón pueden
impregnar las prendas de vestir o la piel del afectado; su cantidad depende de: el tipo de arma
y munición empleados, la presencia de objetos intermedios y la distancia de disparo.
95
La investigación está orientada a la determinación de la presencia de restos metálicos de
plomo, antimonio y bario en las manos del sospechoso. En la actualidad, se emplean dos
métodos:
a. Microscopía electrónica de barrido con energía dispersiva de rayos X (SEM-EDX),
como método cualitativo (positivo o negativo). Un resultado positivo se interpreta
como que el sujeto sospechoso que disparó el arma estaba cerca del sitio en el que se
produjo la detonación, o manipuló un objeto que tenía residuos de disparo.
b. Absorción atómica sin llama.
Se recomienda que las muestras se tomen en el mismo lugar del incidente. Se recogen de
la piel de las manos (Figura 39), con hisopos de algodón saturados en una solución ácida
diluida.
Figura 39: Zonas de las manos de las que se toman las muestras
La demora en obtener las muestras, la contaminación durante la manipulación o el transporte
del cadáver, así como el lavado del cuerpo antes de la toma de las muestras, disminuyen o
anulan la posibilidad de obtener un resultado positivo.
96
Las heridas que más rápidamente producen pérdida del conocimiento y muerte son
las que interesan órganos vitales; por ejemplo, un disparo de contacto en la cabeza o
una perforación de las aurículas del corazón.
La posibilidad de supervivencia de una persona gravemente herida depende de:
a. El tipo de arma utilizada. Los proyectiles de arma de fuego causan lesiones
tuneliformes que sangran profusamente en las vísceras y órganos que atraviesan.
b. La gravedad del daño depende del calibre y del tipo de arma utilizada; un disparo
en la cabeza con una pistola calibre 22, que no afecte directamente los centros
vitales, permitirá un intervalo de conciencia mayor que una herida causada por un
disparo de contacto con una escopeta. En contraste, cuando la lesión es causada
con un objeto punzo cortante, como un cuchillo de cocina, los tejidos interesados
tienden a cerrarse luego que se saca la hoja metálica, retardando la pérdida
sanguínea que lleva al choque hemorrágico y, eventualmente, a la muerte.
Cuando una persona presenta múltiples heridas, aquéllas ubicadas en las extremidades
inferiores, van a causar dificultades a la movilización. Las de los brazos y antebrazos, pueden
ser consecuencia de los movimientos de defensa de la víctima. Las lesiones internas, en el
tórax o en el abdomen, con pérdida de sangre, no visible externamente, contribuyen a la
limitación de la actividad del herido, y por tanto a la muerte; siendo más incapacitantes
aquellas que han afectado arterias o venas de gran o mediano calibre.
El estado previo de salud del afectado es otro factor para considerar en la respuesta del
organismo. Las enfermedades agudas o crónicas influyen en la actividad terminal de un
lesionado grave (concausas de muerte). El trauma puede complicar rápidamente una
condición patológica previa; por ejemplo, una enfermedad isquémica del corazón, que
provoque un infarto agudo de miocardio al momento del hecho violento.
El consumo de alcohol u otras drogas de abuso, debido a las alteraciones de conducta y al
trastorno de las percepciones sensoriales, incluyendo el dolor, explica las historias de
personas con movimientos o situaciones terminales inusuales. Tal es el caso de la frenética
actividad que ocurre en el así llamado "delirio agitado", condición que se presenta en algunos
individuos que han consumido cocaína.
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98
CAPÍTULO 7
ASFIXIA
José Vicente Pachar Lucio
7.1 GENERALIDADES
Los organismos vivos dependen del oxígeno; su ausencia ocasiona graves trastornos en su
funcionamiento, alteraciones que pueden causar la muerte. Los trastornos aparecen y se
desarrollan en función del grado de insuficiencia del aporte de oxígeno y del tiempo que los
tejidos resisten su carencia.
Etimológicamente, la palabra asfixia significa "falta de pulso". El término no expresa
completamente la etiología y fisiopatología de los procesos implicados; es por eso por lo que,
lo más correcto es referirse a ellos como hipoxia (disminución de la cantidad de oxígeno) y
anoxia (falta aguda de oxígeno).
En los humanos, la oxigenación de los tejidos comienza en el aparato respiratorio. En el
funcionamiento del aparato respiratorio intervienen músculos, movimientos de inspiración y
expiración y el sistema nervioso central. Esta compleja estructura anatómica se divide en una
parte superior (nariz, faringe, laringe y tráquea) y una inferior (bronquios, bronquiolos y
alvéolos). Figura 40
99
MODIFICACIONES GENERALES DE ASFIXIA
Independientemente de su etiología, el proceso asfíctico incluye una fase cerebral, de pocos
minutos de duración; con pérdida del estado de conciencia, alteraciones respiratorias y
cardiovasculares. A continuación, ocurren una serie de cambios comunes a los distintos tipos
de asfixia; tales como, alteraciones no específicas, variables en intensidad, visibles externa e
internamente.
HALLAZGOS EXTERNOS: En algunas muertes por asfixia, el fallecido puede
presentar una marcada cianosis (coloración azul oscura de rostro, labios y uñas), que
es más pronunciada cuando la anoxia ha sido prolongada.
Aparición de petequias (hemorragias puntiformes) en el rostro, conjuntivas y
alrededor de las áreas de presión en el cuello. En las conjuntivas, también puede haber
hemorragias confluentes más pronunciadas en la estrangulación manual.
HALLAZGOS INTERNOS: Son reflejo de los graves trastornos circulatorios;
directamente proporcionales a la evolución y tiempo de anoxia. En todas las vísceras
hay una severa congestión (están llenas de sangre) y aspecto cianótico (azulado); los
cambios son más evidentes en los pulmones y en el cerebro.
Cuando la anoxia es algo más prolongada, se observan petequias en las serosas
(meninges, pleura, pericardio, peritoneo). El corazón derecho está dilatado y lleno de
sangre oscura.
TIPOS DE ASFIXIA
De acuerdo con la etiología y circunstancias del hecho traumático, las asfixias se dividen en:
(Gráfica 3)
I. Sofocación
a. Sofocación ambiental
b. Obstrucción de orificios respiratorios
c. Obstrucción de vías aéreas superiores
II. Asfixia mecánica y postural
III. Ahorcadura y Estrangulación
IV. Asfixia por sumersión
V. Asfixia química
100
7.2.1 SOFOCACIÓN AMBIENTAL
Ocurre cuando, debido a condiciones ambientales desfavorables, los niveles atmosféricos de
oxígeno disminuyen considerablemente; por ejemplo, cuando una persona queda en un
espacio pequeño y cerrado. Los signos externos e internos de asfixia suelen ser mínimos o
estar ausentes.
7.2.2 OBSTRUCCIÓN DE LOS ORIFICIOS RESPIRATORIOS
La sofocación ocurre por la obstrucción mecánica violenta de la nariz y de la boca (Figura
41). Puede ser accidental, como ocurre con un niño que coloca una bolsa plástica apretada
en su cabeza; o intencional, como la compresión intencional de un lactante sobre el colchón
de la cuna o la colocación de cinta adhesiva alrededor del rostro. La obstrucción también
puede ser manual o usando otros objetos: toalla, almohada, pañuelo, mordaza, etc.
101
de defenderse (ancianos o pacientes traumatizados con lesiones graves). También puede estar
asociado a estrangulación manual o con ligadura.
102
Figura 43: Fragmentos de músculo y vegetales en la luz de un bronquio
Es posible que, la obstrucción haya ocurrido, se encuentre el cuerpo extraño, pero la persona
no presenta signos de asfixia.
7.3 ASFIXIA MECÁNICA Y POSTURAL
La asfixia mecánica (generalmente accidental) ocurre cuando hay un impedimento de los
movimientos respiratorios por compresión del pecho y del abdomen. Ejemplos: una persona
atrapada y aplastada en un derrumbe; una persona obesa maniatada e inmovilizada contra el
piso (Figura 44); un mecánico al cual le cae encima el vehículo que estaba reparando; una
persona enterrada en la arena; una persona aplastada por una multitud que escapa en pánico.
En niños pequeños, la muerte puede ocurrir cuando el bebé duerme entre los padres
(colecho).
103
La asfixia postural es una forma de asfixia mecánica. Una persona queda colocada en una
posición que impide la respiración; por ejemplo, una persona que, en avanzado estado de
ebriedad, cae con el cuello inclinado y queda inmóvil dentro de un espacio reducido.
104
se han descrito casos de suspensión incompleta de pie, sentado, de rodillas o
recostado. En estos casos, una parte del peso corporal está atenuada por el apoyo sobre
el plano de sustentación.
Típica: el lazo comprime la parte anterior del cuello y el nudo está en la parte media
de la nuca. Cualquier otra posición del lazo y del nudo (lateral, anterior) se considera
atípica. (Figura 46)
105
Al examen interno del cuello, por debajo del surco de compresión, en algunos casos de
pueden hallar hemorragias en los músculos (especialmente en esternocleidomastoideos) o en
la glándula tiroides. También es posible encontrar, en la carótida común, infiltrados
sanguíneos en la adventicia, y pequeñas rupturas transversales en la íntima. No son comunes
las fracturas del hioides y de la laringe.
Cuando ocurre una caída brusca y con fuerza sobre el lazo sí hay lesiones cartilaginosas
(laringe) y óseas (hioides); inclusive, luxaciones de la columna cervical.
En un ahorcado, además del surco de compresión, pueden encontrarse otras lesiones
traumáticas (excoriaciones y equimosis), en las caras laterales de los miembros o del tronco;
estas lesiones resultan del impacto corporal con objetos vecinos durante la actividad agónica
terminal, actividad en la que puede haber convulsiones, mordeduras en la lengua, relajación
de esfínteres, con pérdida de heces y orina, e inclusive erección del pene y salida de líquido
seminal. Así mismo, puede haber lesiones traumáticas por caída, en caso de ruptura del lazo.
Todas estas lesiones deben ser documentadas y cotejadas con la información de la escena.
En la suspensión completa, si el cadáver permanece en esa posición (colgado del punto de
apoyo) la sangre se acumula en las partes declives de la anatomía: parte inferior del abdomen
(inclusive en las vísceras) y en las extremidades inferiores. Entonces, en la piel de las
extremidades aparecen áreas de hemorragia conocidas como. “Manchas de Tardieu”.
Por su etiología, la ahorcadura es generalmente suicida; rara vez homicida (la víctima
probablemente estaba en una situación en la que no podía defenderse); las situaciones
accidentales son excepcionales. Se puede intentar simular un homicidio colgando un cadáver;
no obstante, la falta de signos de reacción vital a nivel del surco y el hallazgo de otros
elementos que pueden ser causa de muerte, deberían aclarar el caso.
AHORCADURA AUTOERÓTICA
Es una inusual variante de ahorcadura accidental. Una persona, generalmente de sexo
masculino, fallece en el transcurso de prácticas de masturbación asociadas a un mecanismo
asfíctico mediante una forma controlada de ahorcadura. Se trata de un patrón de conducta
repetitivo, en ocasiones fatal.
El análisis de la escena aporta los datos necesarios para establecer que se trata de un caso de
muerte asociada a prácticas auto eróticas. El cuerpo, con un lazo colocado alrededor del
cuello, queda suspendido sobre ropas o materiales atenuantes a la presión ejercida. Sobre el
piso, o en lugar visible, casi siempre se encuentra literatura pornográfica, parafernalia sexual
o espejos.
7.4.2 ESTRANGULACIÓN
106
Es una forma de asfixia en la que, al ejercer una fuerza mecánica sobre el cuello, se
comprimen y cierran los vasos sanguíneos y las vías aéreas; el resultado es la hipoxia
cerebral, la pérdida del conocimiento, convulsiones y la muerte.
Hay dos formas de estrangular a una persona con un objeto (ligadura) o con la(s) mano(s).
Ambas son homicidio (femicidio). La auto compresión del cuello, (suicidio) con un objeto,
es posible mediante el uso de un sistema de cierre (garrote, suncho).
107
ESTRANGULACIÓN MANUAL
Es la compresión violenta del cuello con una o ambas manos. Se debe considerar que en la
compresión violenta del cuello también se pueden emplear los antebrazos u otras
extremidades; por ejemplo, cuando se aplasta el cuello con el pie estando la víctima
inmovilizada sobre el piso. El mecanismo de muerte es similar al de la estrangulación por
ligadura.
Cuando se encuentra el cadáver de una probable víctima de estrangulación manual,
el rostro aparece congestionado, cianótico, con petequias en las conjuntivas, escleras
y piel por encima del área de compresión en el cuello. Ocasionalmente, puede haber
un escurrimiento sanguinolento espumoso de la nariz y de la boca por el edema de
pulmón asociado a la compresión cervical.
La fuerza y violencia aplicadas al cuello, junto con los movimientos de defensa de la víctima,
explican la aparición de equimosis y excoriaciones semilunares, similares a la forma de las
uñas de las manos del agresor (estigmas ungueales), en la piel del cuello de la víctima.
Además, durante la práctica de la necropsia, en el examen interno; se encontrarán
hemorragias en la lengua, músculos y fracturas del hiodes y de la laringe (más frecuentes en
adultos mayores y ancianos) con hemorragias en el sitio de pérdida de continuidad del tejido
óseo o cartilaginoso. (Figura 48)
108
La compresión del cuello causa isquemia cerebral y pérdida de la consciencia.
Ocasionalmente, se puede utilizar un objeto (vara policial, bate de béisbol) para causar la
compresión; fuerza que ocasiona extensas lesiones hemorrágicas y fracturas del hioides y de
la laringe. También debe considerarse que, cuando se ejerce una fuerte presión con el brazo
o el antebrazo, sobre la parte anterior del cuello, las vías aéreas colapsan y desplazan la
lengua, que es empujada hacia arriba, causando el cierre de la hipo faringe, y, por tanto, el
impedimento del paso del aire hacia los pulmones.
109
(el cadáver fue tirado); pudo haber entrado viva en el agua y morir por una causa natural
(infarto del miocardio, epilepsia); o falleció por trauma (golpe en la cabeza al lanzarse a
nadar). También puede ocurrir que el cuerpo haya estado en el agua y, posteriormente, fue
movido o arrastrado por la corriente y quedó a la orilla de un río. Así mismo, la asfixia por
sumersión puede ocurrir si, de manera forzada, se introduce la cabeza en un recipiente lleno
de líquido.
La composición del fluido en el que ocurre la sumersión se relaciona con los cambios
que ocurren en el organismo. En agua dulce, hipotónica; el agua entra a las vías
respiratorias, pasa a los pulmones, hasta los alveolos, daña el surfactante que los
recubre internamente y entra al torrente sanguíneo causando la ruptura de los glóbulos
rojos (hemólisis).
En cambio, si la inhalación es de agua salada (hipertónica); una vez en los alveolos,
causa el paso del plasma sanguíneo al parénquima del pulmón, ocasionando la
destrucción del surfactante; la caída del volumen sanguíneo, con la consiguiente
hemoconcentración y el aumento de los niveles de electrolitos en la sangre.
No existen signos patognomónicos (específicos) en el cadáver que confirmen el diagnóstico
de asfixia por sumersión. El dictamen se realiza analizando los hallazgos de la necropsia y
las circunstancias en las cuales se encontró el cuerpo. Con frecuencia la muerte se certifica
como “Asfixia por Sumersión”; por exclusión de otras causas, especialmente, cuando se
trata de cuerpos descompuestos.
NECROPSIA HALLAZGOS EXTERNOS
Cuando se recuperan cuerpos del agua, en todos ellos se observan "Signos de sumersión";
signos que solamente indican que el cadáver estaba dentro del agua, los mismos aparecen
indiferentemente de la causa de la muerte.
Los signos de sumersión son:
• Aspecto "en piel de gallina", consecuencia de la contracción de pequeños músculos
asociados al pelo.
• Maceración de la piel con blanqueamiento de las palmas de las manos y de las plantas de
los pies, que toman un aspecto en "manos de lavandera". Este cambio se observa
transcurridas pocas horas después del ahogamiento. Si la inmersión es prolongada
ocurren los cambios de putrefacción y la epidermis de las manos se desprende en forma
de guante.
Los cambios post-mórtem son influenciados por el comienzo de la putrefacción y por la
temperatura y composición del agua en la que queda el cadáver.
Otro cambio externo que puede encontrarse en un ahogado es el así llamado "Hongo de
espuma" (Figura 50); espuma blanca rosácea, densa, que sale de la nariz y la boca,
inmediatamente se saca el cuerpo del agua; y que se forma de nuevo si se limpia. La
110
formación de este material espumoso no es exclusiva de los ahogados, ya que también
aparece en casos de muerte natural (edema pulmonar agudo), en sobredosis de drogas
(cocaína, heroína); o inclusive, en estrangulación manual.
111
Las diatomeas son algas microscópicas que viven en el agua de los ríos, lagos y en el
mar; poseen una rica y extensa variedad de formas únicas. (Figura 51)
112
AHOGAMIENTO DE NIÑOS
Los niños menores de 2 años pueden morir, de manera accidental, por ahogamiento en
recipientes llenos de agua: baldes, bañeras, tinas, piscinas inflables. En estas situaciones, ante
la sospecha de actividad dolosa de terceros (como forma de maltrato físico con sumersión
forzada) es obligante la práctica de la necropsia completa, incluyendo estudios de rayos X y
Toxicología. Las investigaciones deberán excluir el ahogamiento como forma de eutanasia
en niños con malformaciones o graves patología congénitas o adquiridas.
En niños mayores de 2 años, son más frecuentes las muertes accidentales en piscinas, ríos y
en el mar.
7.6 ASFIXIA QUÍMICA
Forma de asfixia causada por la liberación e inhalación de gases tóxicos, que impiden la
utilización del oxígeno a nivel celular. Los agentes tóxicos asfixiantes, se clasifican en
simples y celulares.
Son asfixiantes simples: el metano, propano, helio, nitrógeno y el sulfuro de hidrógeno. Son
gases fatales a concentraciones ambientales elevadas por desplazamiento del oxígeno del aíre
inspirado; provocan un cuadro asfíctico por hipoxia severa. El metano, es un gas explosivo,
incoloro, que se libera durante la desintegración de materias orgánicas, (letrinas, pozos
sépticos, alcantarillas). El sulfuro de hidrógeno, un gas que huele a huevos podridos, es
producido por la fermentación de restos orgánicos en esos mismos sitios.
Los asfixiantes celulares son liberados en los procesos de combustión o pirolisis. Causan
asfixia a bajas concentraciones. Actúan por interferencia con el transporte del oxígeno
(monóxido de carbono); o con la respiración celular (cianuro, hidrógeno sulfurado). El
cianuro de hidrógeno y sus sales son venenos rápidos y poderosos que causan la muerte por
la masiva deprivación de oxígeno en las células.
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114
CAPÍTULO 8
TRAUMA TÉRMICO Y ELÉCTRICO
José Vicente Pachar Lucio
8.1.1. QUEMADURAS
En un incendio, una persona quemada por efecto de las llamas presenta quemaduras de
diferente extensión y gravedad, en función de varios factores. Las quemaduras, van desde
lesiones de menor grado hasta graves y extensas, que causan la muerte.
En la evaluación pericial de las quemaduras, se deben considerar el patrón de las lesiones y
su extensión. La extensión, en la superficie corporal, elemento crítico de tratamiento y
pronóstico, que clásicamente se ha estimado mediante el cálculo del porcentaje de piel
afectada. Se considera el área quemada como una parte de toda la superficie corporal; sin
embargo, la evaluación de un área anatómica específica depende de la edad del afectado. Es
por eso por lo que el cálculo se hace de acuerdo con gráficas cónsonas con la edad.
En personas adultas, el porcentaje se calcula mediante la aplicación de la así llamada "Regla
de los 9". El total de la superficie corporal es 100%; la cabeza representa el 9 %; las
extremidades superiores 9 % cada una; la parte frontal del tronco 18%; la parte posterior del
tronco 18 %; cada extremidad inferior 18 %; el cuello 1% y los genitales y el periné 1%.
(Figura 52)
1
En niños, aplica la "Regla de los 5": cabeza y cuello 15%; tronco anterior 30%; tronco
posterior 20%; extremidades superiores 10% cada una; extremidades inferiores 10% cada
una
CLASIFICACIÓN
Las quemaduras se clasifican y valoran de acuerdo con el porcentaje de superficie corporal
total quemada, y a la profundidad de la lesión.
1. De acuerdo con la superficie corporal afectada, las quemaduras son:
Leves, afectan menos de 15 %
Moderadas, entre 15 y 49 %
Graves, entre el 50 y el 69 %
Masivas, por encima del 70 %
Las quemaduras graves y masivas son potencialmente mortales.
2. En función de la profundidad (destrucción de la piel y de los tejidos subyacentes),
las quemaduras se clasifican de la siguiente manera: (Figura 53)
De primer grado, quemaduras limitadas a la epidermis superficial, dolorosas, rojizas
y edematosas. No dejan cicatriz.
De segundo grado, afectan la epidermis y parte de la dermis, se caracterizan por
acentuado enrojecimiento cutáneo, edema y formación de ampollas. Las más
profundas dejan cicatriz.
De tercer grado, abarcan todo el espesor de la piel y los apéndices cutáneos; se
presentan como áreas blanquecinas en las que hay pérdida de la sensibilidad. Dejan
cicatrices graves.
De cuarto grado, destrucción completa de la piel con carbonización de tejidos hasta
el plano óseo.
2
Figura 53: Quemaduras.
Tomado de https://docmanuel.blogspot.com/2015/05/quemaduras.html
La gravedad del daño depende de la intensidad del calor (temperatura) y del tiempo de
exposición al factor traumático. La morfología y distribución de las lesiones indican la forma
cómo ocurrieron las quemaduras. Si la destrucción de los tejidos ha sido masiva, se produce
una complicación médica aguda conocida como "Choque neurogénico". Si el paciente
sobrevive varios días, desarrolla complicaciones: infecciosas pulmonares (neumonía) y de
las áreas quemadas (traqueo bronquitis); infección generalizada (sepsis); falla renal aguda
por necrosis tubular, trastornos hidro electrolíticos severos, etc.
8.1.2. LA ESCENA Y LA NECROPSIA EN CASOS DE INCENDIO
Al encontrar un cadáver quemado entre los restos de un incendio: local, vivienda, vehículo.
(Figura 54), los investigadores, incluyendo al médico forense, deben plantearse varias
interrogantes para poder dar respuestas a las autoridades.
La piel de los niños es más sensible a este tipo de trauma, que la de los adultos; en ambos,
algunas áreas corporales son más sensibles que otras (rostro y genitales).
Las escaldaduras son generalmente accidentales, excepto en el maltrato físico infantil. El
análisis del patrón de distribución de las lesiones permite establecer si la inmersión de un
niño en un líquido hirviente fue accidental o no. En tal sentido, las escaldaduras pueden ser
consecuencia de:
a. Inmersión accidental o intencional de un niño pequeño en un recipiente con líquido
hirviente. En estos casos la distribución de las quemaduras guarda relación con la forma
de la inmersión. (Figura 56)
b. Por salpicadura o rociado de líquido a alta temperatura.
c. Quemaduras por vapor caliente (olla de presión) con lesiones en vías respiratorias.
8
En la electrocución de bajo voltaje, la electricidad pasa por el cuerpo, desde un punto de
entrada a uno de salida. La entrada está en contacto directo con el elemento conductor de la
electricidad (aparato eléctrico defectuoso, alambre) y la salida en contacto a tierra. La
corriente sigue el camino más corto, no necesariamente el de menor resistencia. Depende del
sitio de entrada y de salida (mano a pie, pecho a mano, etc.) La mayor parte de las
electrocuciones suceden por el paso de la corriente de una mano a tierra o por los pies. La
probabilidad de muerte aumenta si la corriente pasa por el corazón o el cerebro.
Debe sospecharse muerte por electrocución cuando hay historia de manipulación de
artefactos o cables eléctricos. Las sospechas crecen si se confirma que el aparato o las
conexiones estaban defectuosos. La muerte ocurre por fibrilación ventricular o paro cardio
respiratorio.
La electrocución fatal con aparatos electrodomésticos a menudo no deja marcas en la víctima.
En estas circunstancias, es aún más importante una investigación completa de la escena de
la supuesta electrocución; este análisis contribuirá a establecer la causa y la manera de la
muerte. Por ejemplo, debe considerarse la probable posición de la víctima al momento del
incidente, a fin de entender cuál fue la probable trayectoria de la corriente en el cuerpo. Es
necesario poner especial atención a las lesiones en patrón y al examen de la ropa, para
correlacionar la información con los hallazgos de la necropsia.
El trauma eléctrico también debe descartarse en cualquier caso en el que no se haya
encontrado una causa de muerte aparente después de una minuciosa investigación.
Cuando están presentes en el cadáver, las lesiones de electrocución son quemaduras en el
sitio de entrada de la corriente -generalmente en las manos. (Figura 58).
9
casi imperceptible -, y la electrocución, como causa de muerte, es un diagnóstico de
exclusión.
La exposición a la electricidad de bajo voltaje no incapacita inmediatamente. De
hecho, una persona electrocutada tiene un corto intervalo de conciencia y actividad
terminal (10 a 15 segundos), antes de colapsar. En ese intervalo puede realizar
movimientos terminales: moverse, hablar, gritar o inclusive, apagar o desenchufar el
aparato defectuoso.
Las quemaduras eléctricas se encuentran presentes, no solamente en las manos, cuando la
víctima tiene un contacto prolongado con un artefacto defectuoso antes de caer incapacitada;
sino en cualquier parte corporal que entre en contacto con la corriente (boca, labios). En la
autopsia no se van a encontrar otros signos específicos adicionales, a la probable lesión de
entrada de la corriente; algunas veces es posible encontrar una lesión de salida de la corriente.
Los exámenes de toxicología aportan información sobre la probable conducta terminal de la
víctima en caso de encontrarse substancias tóxicas con efectos sobre su estado de conciencia.
DISPOSITIVOS PARALIZADORES
Los dispositivos paralizadores disparan unos electrodos que impactan en el cuerpo humano
y descargan una cierta cantidad de electricidad, suficiente para causar parálisis muscular
temporal e inmovilización de una persona. (Figura 59) Se usan para controlar sujetos
agresivos o como un arma de autodefensa.
En el área de impacto en la piel se encuentra una lesión excoriativa y eritematosa, geométrica,
pareja, en patrón.
8.3.3 FULGURACIÓN
Los rayos (súbitas descargas eléctricas en las nubes que bajan a la tierra) poseen enormes
cantidades de electricidad y cuando caen sobre o cerca de un ser humano, le causan daño por
efecto directo; por el voltaje eléctrico inducido o por la explosión de la descarga eléctrica
masiva; o efecto indirecto por descarga en árboles, tuberías o líneas eléctricas. Las lesiones
varían desde mínimas hasta la masiva destrucción tisular.
En la anatomía del afectado, por la caída de un rayo, aparecen varios patrones de quemaduras,
tanto en la ropa como en el cuerpo. En la ropa y en el calzado, hay fragmentación o pérdida
de las prendas (el cuerpo puede quedar desnudo); presentan amplios desgarros, orificios y
quemaduras. Se magnetizan los objetos de hierro o de acero que portaba el fallecido en los
bolsillos.
El cabello y los vellos corporales están chamuscados, hay rupturas hemorrágicas de los
tímpanos, con escurrimiento sanguíneo por los oídos. En algunos casos, se forma en la piel
una imagen característica llamada "eritema arborescente" (Figura 60), patrón de líneas
rojizas con figura de árbol, visible las primeras 24 horas. También hay quemaduras en la piel
en sitios en donde había objetos metálicos (cadenas, anillo, collares, reloj).
11
No todos los casos de fulguración son fatales; hay personas que han sobrevivido la descarga
de un rayo, pero con secuelas neurológicas a largo plazo. En los casos letales, la muerte es
instantánea por parálisis de los centros vitales o por fibrilación ventricular.
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• Pachar J.V., Lecciones de Medicina Legal, Panamá: Universal Books; 2005
• Patitó J. A., Medicina Legal, Buenos Aires Argentina: Ediciones Centro Norte; 2000
• Raffo Osvaldo H. Tanatología. Investigación de Homicidios. 1ª Edición. Buenos Aires Argentina:
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• Shkrum M.J., Ramsay D.A., Thermal Injury. Forensic Pathology of Trauma. Totowa New Jersey
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• Schmidt P., Madea B., Death in the bathtub involving children. For Sci Inter 1995; 72:147
• Spies C., Trohman R.G., "Narrative Review: Electrocution and Life-Threatening Electrical
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• Spitz W.U. Thermal Injuries, Ch X, Medicolegal Investigation of Death. 3 ed. Spitz W.U. Editor.
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• Spitz W.U. Drowning, Ch VII, Medicolegal Investigation of Death. 3 ed. Spitz W.U. Editor.
Springfield, U.S.A: Charles C. Thomas Publisher; 1993
12
• Vargas Alvarado E., Medicina Legal, 2ª ed., México: Trillas; 2000
• Wetli CH, Mitteman RE, Rao VJ. Practical Forensic Pathology. New York USA: Igaku - Shoin
Pub.; 1988
13
CAPÍTULO 9
TANATOLOGÍA FORENSE
José Vicente Pachar Lucio
9.1 INTRODUCCIÓN
El vocablo Tánatos deriva del griego "Thánatos", personificación de la muerte no violenta
en la mitología griega. Logos, significa estudio, tratado, palabra.
El autor costarricense Eduardo Vargas Alvarado (2009) define la Tanatología Forense de la
siguiente manera: “el estudio de todo lo que se refiere a los cadáveres desde el punto de vista
médico-legal”. En cambio, el mexicano José Francisco García Arellano (2015) extiende el
concepto de Tanatología Forense: “desde las horas previas del deceso hasta que el cuerpo es
convertido en elementos simples”.
En cambio, la palabra compuesta Tafonomía también deriva del griego taphos, que significa
tumba y nomos (ley). Es el estudio de los procesos post-mórtem de origen antrópico,
ambiental o animal que se relacionan con la preservación - destrucción de organismos
muertos, la reconstrucción de su biología y las circunstancias de su muerte -. El antropólogo
colombiano César Sanabria Medina (2008), siguiendo el concepto de Efremov, define la
Tafonomía Forense como: “aquella parte de la Medicina Legal, y concretamente de la
Tanatología, que se ocupa de los procesos y relaciones que se establecen entre el cadáver y
su lugar de enterramiento”.
En el presente capítulo se presentan aquellos aspectos prácticos y de aplicación diaria de la
Tanatología Forense en las funciones periciales de los médicos forenses, en el lugar del
hecho y en las morgues judiciales.
16
Algunos fenómenos relacionados a la descomposición del cuerpo pueden alterar lesiones ante
mortem (aumento de tamaño de las heridas por la putrefacción); crear artefactos (rupturas de
tejidos) que simulan lesiones o patología, y cambiar los elementos de identificación -como
los rasgos faciales del fallecido.
La aplicación práctica del conocimiento de los fenómenos cadavéricos es el establecimiento
del intervalo del tiempo transcurrido desde el momento del fallecimiento, hasta el momento
en que es examinado el cadáver. (Tanatocronodiagnóstico).
17
forense, en cuanto a la validez de su utilización práctica; razón por la cual no se aplica en
nuestro país.
Uno de los conceptos simplistas y erróneos sobre el enfriamiento cadavérico, es que la
temperatura del cadáver disminuye un grado centígrado por hora. Los estudios realizados han
demostrado que, más que una disminución lineal, de un grado por hora; el enfriamiento
corporal, representado gráficamente sigue una curva sigmoidal por lo que se puede concluir
que es falso que el cuerpo se enfríe a un grado por hora.
c. HIPOSTASIS Y LIVIDECES (Livor mortis) Las hipostasis son áreas de color rojizo o
vino oscuro que aparecen en la piel del cadáver a consecuencia de la acumulación pasiva de
la sangre, por efecto de la gravedad. Se observan en las partes declives del cuerpo una vez
que el corazón ha dejado de latir. Las livideces corresponden a las áreas pálidas que se
observan con las hipostasis en las partes en las que la piel está en contacto directo con una
superficie dura. (Figura 62)
18
Figura 62: Hipostasis y livideces en la espalda
El fenómeno de estancamiento de la sangre también ocurre en las vísceras; por lo cual es
importante diferenciarlas de alteraciones patológicas previas tales como: infartos del
intestino o del miocardio.
Las hipostasis comienzan a aparecer aproximadamente a la media hora de ocurrido el
fallecimiento. Son más evidentes después de varias horas; luego quedan completamente
establecidas. A partir de ese intervalo quedan "fijas" y no palidecen en el sitio si se aprietan
con un dedo. Las hipostasis están presentes hasta el momento en que comienza la
putrefacción (acelerada en climas tropicales). Con el transcurso de las horas, su aspecto se
intensifica, pues se rompen capilares y pueden aparecer las así llamadas: “petequias post-
mórtem” (manchas de Tardieu), especialmente en las áreas declives del cadáver
(dependientes de la posición en la que queda el cuerpo).
Si la muerte va acompañada de una pérdida masiva de sangre; por ejemplo, cuando
hay múltiples heridas por arma blanca, las hipostasis son muy tenues; e inclusive,
pueden no aparecer. Así mismo, las hipostasis son tenues en personas con anemia o
enfermedades crónicas con caquexia. En las personas de tez oscura las hipostasis se
reconocen con dificultad.
La distribución de las hipostasis indica la posición inicial en la que quedó el cadáver. Si el
cuerpo queda boca arriba, y no es movido, las hipostasis van a aparecer en las partes dorsales
de la cabeza, cuello, tronco y de las extremidades. En cambio, en un ahorcado completo, las
hipostasis serán más prominentes en las partes declives del tronco y extremidades. Si el
cuerpo es movido entre el momento en que son evidentes las hipostasis y el momento en que
se vuelven fijas, se pueden reconocer dos patrones diferentes de distribución de las
hipostasis.
Las hipostasis pueden confundirse, por su coloración, con las equimosis; la diferenciación se
hace mediante la sección de los tejidos sospechosos. En el caso de la lesión traumática se va
a encontrar un área de hemorragia difusa de los tejidos vecinos a los vasos sanguíneos; en
cambio, en las hipostasis la sangre está dentro de los vasos.
Algunas veces, el color de las hipostasis puede ser un indicador de la causa de la muerte; tal
es el caso de las hipostasis de color rojo cereza que se encuentran en los casos de intoxicación
19
por monóxido de carbono o cianuro. Los cuerpos mantenidos en refrigeración prolongada
(cadáveres de marineros muertos en alta mar, cuerpos conservados en cuarto frío de la
morgue), a bajas temperaturas, presentan también hipostasis de color rosado o rojizo
brillante.
20
Los órganos internos, que tienen músculos (lisos) en su estructura, también desarrollan
rigidez; el corazón, aproximadamente una hora después de la muerte; la pupila se contrae por
la retracción del esfínter, al igual que las vesículas seminales (eyaculación post mortem) y el
útero (expulsión fetal post mortem).
En la superficie corporal se produce retracción del escroto y de los pezones; también el
aspecto de "cutis anserina" o "piel de gallina" por la contracción de los pequeños músculos
de los folículos pilosos (arrectores pilorum).
Se afirma que la rigidez desaparece con el inicio de la putrefacción; sin embargo, en la
práctica hemos encontrado cuerpos al aire libre, en avanzado estado de putrefacción y
fijación postural rígida en menos de 24 horas.
24
La actividad destructiva de los animales es frecuente, el cuerpo también puede ser atacado
por roedores (ratones), animales domésticos (perros) o aves de rapiña (gallotes).
En el agua los peces y los cangrejos pueden morder el cuerpo, especialmente las partes
blandas del rostro; también los lagartos y los tiburones pueden causar extensas zonas de
pérdida de partes corporales.
Los bordes de las lesiones suelen ser irregulares y en huesos y/o cartílagos se pueden
encontrar marcas de los dientes del animal. (Figura 66)
9.5 TANATOCRONODIAGNÓSTICO
La extensa palabra “Tanatocronodiagnóstico” significa diagnóstico del tiempo de muerte.
Es de gran utilidad para los organismos de investigación, establecer el momento en que
probablemente se consumó el delito contra la vida de una persona; le corresponde al médico
forense brindar esa respuesta.
A diferencia de lo que se presenta en series de televisión y películas, la determinación del
tiempo transcurrido desde que una persona fallece hasta que la examina el médico forense
25
no es fácil. El perito científico examina el cadáver, pregunta, recuerda experiencias previas
e informa a la autoridad un probable intervalo de tiempo (horas, días) en el que pudo haber
ocurrido la muerte. Tal determinación debe hacerse en el lugar del hecho, - no en la morgue
judicial -. Se debe considerar que, hasta llegar al sitio de depósito, el cuerpo es manipulado,
embalado, transportado (sin refrigeración), y que al llegar a la morgue es depositado en una
cámara refrigerada (por tiempo indeterminado), antes del examen del médico forense.
En consecuencia, los fenómenos cadavéricos, elementos utilizados para establecer el
intervalo post-mórtem, han sido alterados y su valoración, para fines de establecimiento del
intervalo post-mórtem, carece de fundamento científico.
26
En muchos casos forenses, debido al intervalo que transcurre desde el momento de la
aparición de las manifestaciones relacionadas a la causa de la muerte, y el momento mismo
del deceso, se hace necesario conocer y diferenciar claramente los conceptos de causa
inmediata y causa próxima de la muerte. La causa inmediata, es el evento final que ocasiona
la muerte de una persona en un determinado tiempo y lugar; por ejemplo, un
tromboembolismo pulmonar en una persona que ha permanecido inmovilizada en cama, por
tiempo prolongado, debido a un trauma severo. En cambio, la causa próxima es la
enfermedad, condición o forma de trauma que inicia una serie de eventos que llevan
directamente a la causa inmediata de la muerte. Esta serie de eventos deben ser una secuencia
racional y lógica del momento inicial. Ejemplo, una persona recibe una puñalada en el
abdomen durante una riña, es llevada al hospital, recibe tratamiento médico, desarrolla
complicaciones infecciosas y muere en estado séptico.
La causa inmediata de la muerte es una sepsis (infección generalizada), consecuencia de una
infección intra-abdominal aguda (peritonitis). Como esta complicación infecciosa es
consecuencia de la penetración de un objeto punzo cortante en la cavidad abdominal, la causa
próxima de la muerte es una herida punzo cortante en el abdomen.
La causa de la muerte es única (inmediata y fundamental), cuando la lesión o enfermedad
producen la muerte de manera inmediata sin secuelas o complicaciones; por ejemplo, un
disparo de escopeta con el cañón en la boca.
La importancia de estos conceptos, causa inmediata y causa próxima, radica en que
permiten establecer la relación causal entre el incidente original y la manera de la muerte;
facilitando al investigador continuar las pesquisas como un caso de homicidio.
Algunas veces, es posible que ocurran eventos o complicaciones que pueden agregarse como
factores contribuyentes (concausas) o como factores independientes al hecho, que no se
relacionan con la causa de la muerte. Tal es el caso de una persona que ha sido apuñalada en
el abdomen y que en el transporte al hospital sufre lesiones adicionales por colisión de la
ambulancia. Inclusive, algunas veces la defensa del acusado puede argumentar que la muerte
no fue consecuencia de la herida, sino de la demora en recibir el tratamiento oportuno y que
por esa razón falleció; lo cual haría del mismo, un posible caso de negligencia médica.
Para fines de la certificación de la muerte, el intervalo de tiempo transcurrido entre la causa
inmediata y la causa próxima debe ser abierto; como en el caso de una persona que recibe un
disparo de proyectil de arma de fuego en la columna vertebral, queda parapléjico y fallece
años más tarde a consecuencia de complicaciones infecciosas.
En algunas ocasiones, al terminar la necropsia, no se puede establecer una causa razonable
de la muerte y el resultado de la investigación depende de los análisis complementarios. En
esas circunstancias, los certificados deberían completarse de la siguiente forma: "Causa de
muerte pendiente", o "Causa de muerte no determinada en la necropsia". No deben anotarse
27
causas como: "Desconocida", "Congestión visceral generalizada", "Paro cardio respiratorio",
etc.
En Panamá, la causa de la muerte se registra en el Parte Clínico de defunción; este
documento oficial debe ser completado de acuerdo con las directrices consignadas en el:
"Manual para la correcta Certificación Médica de las Causas de Muerte", elaborado por la
sección de Estadísticas Vitales de la Contraloría General de la República. También es
recomendable que, para completar el certificado se utilicen los modelos de diagnósticos de
la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) de la Organización Mundial de la
Salud (OMS).
El Parte Clínico de defunción es un documento oficial que, además de utilizarse como un
requisito administrativo y judicial, se emplea con fines estadísticos y de salud. En él se
incluyen varios datos generales sobre el difunto y las circunstancias de su deceso; siendo la
parte medular la anotación de la causa de la muerte.
La causa de muerte que aparece en el Parte Clínico de defunción debe ser la misma que
aparece en el protocolo de necropsia.
MECANISMO DE LA MUERTE
El mecanismo de la muerte es el conjunto de trastornos fisiopatológicos incompatibles con
la vida (sepsis, choque hemorrágico, edema pulmonar agudo, fibrilación ventricular, etc.).
Estos mecanismos son activados por los factores relacionados a la causa de la muerte,
responden a diferentes etiologías y, por lo tanto, son la vía común de varias alteraciones
patológicas. El término paro cardio respiratorio, es un ejemplo de mecanismo de muerte y
debe ser consignado en un Parte Clínico de defunción - al menos que se precise las razones
que condujeron a esa condición clínica -. Por mecanismo de la muerte, también se entienden
los eventos físicos terminales de la vida de un individuo; por ejemplo, el atropello o la
colisión.
MANERA DE LA MUERTE (ETIOLOGÍA MÉDICO-LEGAL)
La manera de la muerte es un concepto judicial y administrativo cuya determinación no es
competencia del médico forense. El establecimiento de la manera de la muerte (natural,
accidental, homicidio, suicidio, indeterminada, no clasificable) es el resultado de la
evaluación completa e integral, de un caso en particular. Esta evaluación se hace tomando en
consideración toda la información disponible; incluyendo: los datos del lugar del hecho, los
antecedentes médicos y sociales del difunto, los resultados de la necropsia, los informes de
los análisis complementarios, los testimonios, declaraciones y demás diligencias y elementos
probatorios aportados al expediente judicial.
En Panamá, corresponde a los funcionarios de instrucción del Ministerio Público determinar
la manera de la muerte. Si durante el proceso judicial, se obtienen datos o pruebas adicionales
la manera de la muerte puede cambiar.
28
Al terminar la necropsia, el médico forense puede establecer la causa y solamente sugerir el
mecanismo y la manera de la muerte (etiología médico legal). La opinión del médico forense
sobre la manera de la muerte debe tomar en consideración los siguientes aspectos:
1. MUERTE NATURAL: Se considera aquella que es consecuencia de la evolución de
una enfermedad progresiva (cardio vascular, metabólica, infecciosa, tumoral, etc.),
sin influencia próxima o inmediata de factores ambientales; por ejemplo, el deceso
de una persona que durante años sufrió del corazón y que colapsa víctima de un
infarto agudo.
2. MUERTE ACCIDENTAL: Cuando la persona fallece a consecuencia del resultado
de la acción de un medio o ambiente hostil. En la consumación del hecho,
generalmente hay algún grado de negligencia humana; por ejemplo, una persona ebria
que colisiona un vehículo en marcha y fallece a consecuencia de los traumatismos
recibidos.
3. SUICIDIO: Si una persona atenta contra su propia vida con resultado mortal,
probablemente se trate de un suicidio. Para llegar a esta conclusión, son de
fundamental importancia: la necropsia, los antecedentes sociales (problemas
financieros o familiares), la información médica (antecedentes psiquiátricos, abuso de
drogas o medicamentos) y la información de la escena (nota suicida, preparativos para
consumar el hecho, etc.)
4. HOMICIDIO: La muerte ocurre a consecuencia de la acción deliberada de otra
persona (homicidio doloso) o por omisión (culposo).
5. MANERA INDETERMINADA: Cuando aún después de la investigación minuciosa
de las circunstancias relacionadas con el fallecimiento, de la práctica de la necropsia
y de pruebas de laboratorio apropiadas; la información es insuficiente para establecer
la etiología del hecho.
6. MANERA NO CLASIFICABLE: Ocurre cuando, con la información disponible,
no es posible encasillar la manera de la muerte en alguna de las categorías anteriores.
Los patólogos norteamericanos Di Maio y Dana ponen el ejemplo de un individuo
psicótico que piensa que puede volar y se precipita de una gran altura. Esta muerte,
obviamente, no es por causa natural o por homicidio; pero ¿puede considerarse como
suicidio o accidente? También entrarían en esta categoría las muertes relacionadas a
procedimientos terapéuticos.
29
Bibliografía
• Keh B. Scope and applications of forensic entomology, Ann Rev. Entomol. 30 (1985): 137-154.
• Luna Maldonado A., "La data de la muerte, un desafío no resuelto", Rev Esp Med Legal 2010;
36(2):47-48
• Patitó J. A., Medicina Legal, Buenos Aires Argentina: Ediciones Centro Norte; 2000
30
CAPÍTULO 10
LA INVESTIGACIÓN MÉDICO FORENSE DE LA MUERTE
José Vicente Pachar Lucio
10.1 INTRODUCCIÓN
Una vez recibida la solicitud, el caso es asignado a un médico forense quien es el responsable
de practicar la necropsia; a él también le corresponde coordinar y supervisar las tareas de los
demás participantes en los procedimientos - documentación fotográfica, toma de muestras,
cadena de custodia -, de la solicitud de interconsultas necesarias para completar los estudios,
la certificación de la muerte, y de la elaboración del dictamen (protocolo de necropsia).
Posteriormente, el médico forense puede ser llamado a diligencias judiciales adicionales
incluyendo el juicio oral o audiencia.
Además, una persona puede recibir graves lesiones (en hechos de tránsito, incidentes con
armas blancas o de fuego, etc.); ser atendido en instalaciones sanitarias y sobrevivir por un
tiempo determinado. En estos casos, una vez fallecido el paciente, las autoridades de la
instalación sanitaria proceden a notificar al MP; los funcionarios se trasladan al sitio y
asistidos por los peritos del IMELCF proceden a practicar la Diligencia de Levantamiento
31
del Cadáver. El cuerpo es embalado, generalmente en una sábana hospitalaria, y transportado
en el vehículo fúnebre del MP a la morgue judicial, junto con el expediente clínico de
atención (original o copia). El personal sanitario debe saber que en los casos médico-legales
no deben retirar los tubos, cánulas, catéteres ni las líneas de acceso vascular y dejar
constancia de las heridas quirúrgicas practicadas para el tratamiento del paciente. Así mismo,
deberán estar disponibles todas las muestras tomadas para análisis de laboratorio.
Si el paciente fue atendido por servicios de emergencia médica, es importante que los
registros de la atención estén disponibles para la evaluación del médico forense antes de la
necropsia.
En Panamá, se cita el Artículo 166, del Código Sanitario de 1947, para considerar una
defunción como un caso médico legal:
Artículo 166. “El último médico que suministre atención a un paciente dentro de las
24 horas anteriores a su fallecimiento está obligado a extender el certificado de
defunción, en el cual establecerá la causa de muerta siguiendo la clasificación
internacional de causas de muerte que recomiende oficialmente la Oficina Sanitaria
Panamericana. En los casos en que el paciente muera sin atención médica dentro de
las 24 horas anteriores al fallecimiento y en los casos médicos-legales, intervendrá el
médico forense de la localidad quien expedirá el certificado de defunción
correspondiente basado en los hallazgos de la autopsia, si ésta se considera necesaria.”
La errónea interpretación del citado artículo ha sido utilizada como argumento para transferir
a las morgues del IMELCF todas las defunciones hospitalarias de menos de 24 horas.
32
10.2 LA PARTICIPACIÓN DEL MÉDICO FORENSE EN EL ESCENARIO DE LA
MUERTE
La intervención del médico forense en la investigación de una muerte de interés para las
autoridades judiciales comienza en el escenario de la muerte, sitio en el que se encuentra el
cadáver; ese lugar se convierte en escena del crimen cuando se han encontrado elementos
para sostener que el deceso ocurrió por intervención de terceros. (Figura 67)
33
✓ Describir las lesiones y las heridas.
OBJETIVOS
• Establecer la causa de la muerte
• Aportar elementos para sustentar o excluir una hipótesis sobre las circunstancias del
deceso.
• Fijar, recolectar, documentar y preservar todos los hallazgos y las muestras tomadas para
completar la investigación
35
Visto desde otra perspectiva, el conocimiento del lugar del hecho, de los eventos terminales
y de los antecedentes médicos y sociales del fallecido, ayudan a la formulación de la hipótesis
de trabajo y determinan el método de abordaje de la necropsia. En cada caso en particular,
las circunstancias de la muerte apuntan hacia lo que se debe documentar, medir y probar.
Este es el modo forense de pensar; distinto del enfoque "clínico" de los patólogos de los
hospitales.
El médico forense orienta la necropsia pensando en contestar las preguntas de la
autoridad judicial y considerando que la necropsia tiene un doble valor: confirmatorio
y probatorio.
Básicamente, las preguntas que debe responder el perito médico al concluir la necropsia son:
quién, cómo, cuándo, dónde y por qué. Quién es el difunto (identidad del cuerpo del delito),
cómo falleció (trauma, enfermedad o condición patológica), cuándo murió (tiempo de
muerte), dónde (sitio del evento o del deceso) y por qué (análisis psiquiátrico, psicológico y
criminológico del caso).
10.3.2 EXTENSIÓN DE LA NECROPSIA
Una necropsia completa es aquella que cumple con los estándares establecidos en las Guías
de Procedimientos de cada institución de servicios periciales médico-forenses; no en criterios
académicos de servicios de salud. En nuestros países, resulta improductivo y oneroso
practicar necropsias académicas completas a todos los casos que ingresan a las morgues
judiciales; si consideramos el progresivo aumento de la violencia y las serias limitaciones
presupuestarias, de instalaciones y de recursos humanos calificados. Al final, la experiencia
nos ha demostrado que una autopsia completa es aquella que brinda las respuestas a las
preguntas de los investigadores. Esto implica que cada caso debe ser abordado de manera
individual.
En las morgues judiciales se debe establecer un mecanismo de selección de los casos
ingresados; así se decidirá cuándo debe practicarse una necropsia académica completa
(examen externo, interno y toma de muestras), o un simple reconocimiento externo del
cadáver.
El reconocimiento externo consiste en una inspección del cadáver, junto con la
respectiva documentación fotográfica de la identidad, lesiones o patología; y, si el
caso lo amerita, la toma de muestras para estudios complementarios. Tal es el caso
del examen de los cadáveres en situaciones de desastre.
Con la implementación del Sistema Penal Acusatorio, en el Código Procesal Penal se hace
referencia indirecta a la práctica de la necropsia en los siguientes artículos:
Artículo 323 “Levantamiento y peritaje del cadáver. En los casos de muerte violenta
o cuando se sospeche que una persona falleció a consecuencia de un delito, el Fiscal
deberá practicar una inspección en el lugar de los hechos y disponer el levantamiento
del cadáver, el peritaje correspondiente para establecer la causa y la manera de
muerte, así como cualquier estado patológico preexistente y la forma médico-legal
del hecho.”
Artículo 324. Excepciones. “En los casos en que el Ministerio Público no ordene la
autopsia, las partes pueden solicitar al Juez de Garantías que la disponga. Si el
fallecimiento se produce como resultado de un desastre natural en que la causa del
37
deceso sea consecuencia directa de esos sucesos, no será exigible la autopsia para la
entrega del cadáver a sus familiares, previa identificación.”
Actualmente, hay médicos forenses en todas las agencias del IMELCF (a nivel nacional), y
morgues judiciales en Bocas del Toro, Chiriquí, Coclé, Panamá Oeste, Panamá Centro, Colón
y Darién.
La disposición y donación de órganos y tejidos procedentes de los cadáveres de casos
médico-legales, está contemplada en la Ley N° 3, de 8 de febrero, del año 2010: Ley
GENERAL DE TRANSPLANTES DE COMPONENTES ANATOMICOS.
“Artículo 42. En los casos en que un donante muera traumática, violenta, repentina o
súbitamente se efectuaran las técnicas de preservación para asegurar la viabilidad de los
componentes anatómicos. La autoridad competente autorizará la extracción previo informe
y autorización del médico forense, siempre que no contamine el resultado de la instrucción
sumarial.”
“Artículo 43. Los componentes anatómicos que se obtengan de donantes fallecidos
sometidos a necropsias médico-legales sólo podrán ser utilizados para fines terapéuticos o
científicos y estarán destinados a los bancos de componentes anatómicos autorizados,
siempre que inscrito ante las respectivas dependencias del Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses.”
38
fotografías con fines de identificación, solicitar la toma de la necrodactilia y tomar una
muestra para posterior análisis de ADN.
MÉTODOS DE IDENTIFICACIÓN
Métodos científicos
39
etc. Lógicamente esos elementos deben poseer números de serie o datos de
fabricación específicos de un usuario.
5. Prueba de ADN: Es la prueba de mayor probabilidad de certeza en la identificación
humana. El ADN (Ácido Deoxiribonuclear) es único (excepto en gemelos
monocigóticos) polimórfico, duradero, de gran variabilidad y se puede almacenar;
utiliza pequeñas cantidades de muestra; sin embargo, debido a su elevado costo, no
debe considerarse como una prueba rutinaria sino como el último recurso para
establecer la identidad de una persona.
Igualmente, es una prueba comparativa que requiere de la toma de muestras de
familiares o de especímenes ante-mórtem de la persona que se sospecha sean el
fallecido (cepillo de dientes, cabellos de un peine, ropa con manchas de fluidos
corporales o cualquier tejido corporal que tenga células.
Se utiliza principalmente cuando se trata de cuerpos no identificados o irreconocibles,
ya sea por cambios de putrefacción o por efecto de trauma (cuerpos carbonizados,
politraumatizados desfigurados, restos esqueléticos, cadáveres mutilados, etc.)
41
o Protección de heridas existentes, lesiones cutáneas, conjuntivas y membranas
mucosas mediante el uso de barreras adecuadas.
• Se toman vistas fotográficas de la bolsa de cadáveres y del cuerpo, tal como se recibe,
con el respectivo número de necropsia.
o El médico forense deberá revisar la bolsa y el cadáver antes de que sea desvestido;
luego examinará todos los elementos asociados al cuerpo (ropas, prendas, objetos,
etc.).
• Tomar radiografías en casos de muerte de niños por maltrato físico, heridas por
proyectiles de arma de fuego, cuerpos carbonizados, o severamente mutilados por
explosiones o precipitación.
42
toman las muestras cuando se sospecha violencia con fines sexuales, incluyendo las
muestras de control para posterior cotejo.
La necropsia, incluyendo las disecciones y toma de muestras, debe ser practicada por el
mismo médico forense (perito idóneo). En caso de ser necesaria la participación del asistente
de necropsia, el auxiliar deberá ser supervisado por el médico durante la evisceración y
realización de las disecciones.
El médico forense también tiene la obligación legal de fijar, documentar y preservar las
muestras tomadas, así como también de la toma de cualquier elemento u objeto con valor
probatorio. Hay que tomar en cuenta que el perito médico es el responsable directo de
todos los procedimientos y es quien será llamado a declarar sobre el caso; ya sea para
ampliaciones de su peritaje en las diferentes etapas del proceso investigativo o en la
audiencia.
A continuación, se retiran las prendas de vestir (sin cortarlas) y accesorios; se fotografían,
revisan y describen - especialmente y con detalle en los casos traumáticos y sospechosos de
alguna forma de trauma o violencia; a continuación de dejan secando (si están húmedas) y
luego se envían al laboratorio con su respectiva cadena de custodia. Después, se realiza una
evaluación inicial de las lesiones y luego, se limpia el cadáver con agua. Una vez limpio el
cuerpo se procede a la toma de fotografías con fines de identificación (de frente y de perfil).
A. EXAMEN EXTERNO
Se realiza mediante la inspección y palpación del cadáver. Al realizar la inspección externa,
se registran y documentan todas las cicatrices, tatuajes, marcas, deformidades y lesiones que
presente el cadáver, mediante fotografías y gráficas del cuerpo humano.
La toma de huellas dactilares (necrodactilia) deberá hacerse después de la autopsia,
nunca de que el cuerpo llegue a la sala de necropsias; la impregnación de la tinta
utilizada contamina y distorsiona cualquier alteración previa en las manos,
contaminando elementos que pueden ser importantes para la investigación.
En casos de homicidio o sospecha de homicidio, el examen debe incluir la inspección
detallada de las conjuntivas, las fosas nasales, la boca y del cuello, buscando petequias y
lesiones traumáticas menores. Los signos de asfixia mecánica son a veces sutiles, incluyendo
algunas petequias en las conjuntivas; excoriaciones y equimosis pequeñas en el cuello. Áreas
hemorrágicas en la mucosa de los labios, así como la ruptura del frenillo del labio superior
pueden ser los únicos hallazgos de sofocación.
Las mordeduras en los labios, las mejillas o la lengua pueden ser indicadores de actividad
convulsiva terminal que puede estar relacionada con la causa de la muerte. Debe revisarse
cuidadosamente el cuero cabelludo buscando lesiones. Si se encuentra alguna, se afeita el
área, se fotografía y se registra. En caso de haber múltiples lesiones, se afeita toda la cabeza.
43
Buscar cicatrices en las muñecas y fosas ante cubitales que pueden indicar intentos previos
de suicidio. Revisar la boca, los labios, los dientes y las manos por colorantes de
medicamentos o residuos de píldoras que podrían indicar una sobredosis de drogas o
medicamentos. Los residuos de vómito en el rostro o en la ropa deben ser enviados al
laboratorio para los análisis correspondientes.
Es posible que lesiones pequeñas, como el orificio de entrada de un proyectil de arma
de fuego de bajo calibre, o el punto de entrada de un punzón (pica-hielo) pasen
desapercibidos si el examen se realiza de forma superficial. Las excoriaciones y
equimosis en la espalda pueden ser de gran importancia en la reconstrucción de las
circunstancias de la muerte, especialmente cuando al examen externo no se le
encuentren lesiones mayores en otras áreas.
Algunas de esas lesiones pueden indicar maltrato físico en niños, ancianos, personas
detenidas o en custodia, personal de cuarteles de la policía, o ser indicios de graves
traumas internos; ya que, en ocasiones, al examen externo no se le encuentran lesiones
o son mínimas, pero internamente pueden encontrase profusas hemorragias y lesiones
viscerales.
B. EXAMEN INTERNO
A fin de acceder a las cavidades corporales y sus contenidos, se practican incisiones en la
parte anterior del tronco, en "Y" o "T" (Figura 68) o una sola incisión desde el mentón hasta
el pubis (más rápida y práctica).
Una vez expuestas las cavidades se examinan y cuantifican las colecciones de fluidos, se
revisan las paredes y se examinan los órganos "in situ". En este momento se deben tomar
los fluidos necesarios para los análisis toxicológicos. Esta toma debe practicarse de manera
rutinaria para que las muestras estén disponibles, y de esta forma prevenir que no se tomen o
que se pierdan.
Gilbert Lau y Siang Hui Lai (2008), establecieron los roles de la Histología en la práctica de
la Patología Forense de la siguiente manera:
1. Como investigación auxiliar primaria en aquellos casos en los cuales no fue posible,
mediante el examen macroscópico, un diagnóstico de patologías específicas que justifiquen
la muerte; por ejemplo, miocarditis.
6. Como una fuente esencial de material de enseñanza médica a nivel de pre y postgrado.
47
7. Como fuente de investigación.
48
Una vez en la morgue, antes de abrir las cavidades del cadáver se pueden obtener algunas
muestras biológicas para análisis toxicológico: humor vítreo, cabello y uñas, frotis de
mucosas (nasal, bucal, rectal, vaginal), líquido cefalorraquídeo, sangre venosa periférica
(femoral, subclavia), fauna cadavérica (larvas, gusanos), piel (venopunciones en
dependientes de drogas de abuso), líquido sinovial, orina (por punción supra púbica, o por
sonda), piezas dentales. Si el fallecimiento ocurrió en un hospital, se pueden solicitar las
muestras de sangre, orina y lavado gástrico tomadas en la admisión.
La investigación toxicológica se debe llevar a cabo en todos los casos de homicidio, suicidio,
accidente; en las necropsias de individuos dependientes de sustancias de abuso o
medicamentos; cuando existen dudas de que el fallecimiento haya sido consecuencia de
envenenamiento (de cualquier etiología), y en casos en los cuales, al término de la necropsia,
no se ha encontrado una causa morfológica de muerte. Queda a criterio del médico forense
la solicitud de investigación toxicológica en supuestos casos de muerte natural.
En los cuerpos putrefactos o en estado de reducción esquelética, la toma de muestras se
deberá coordinar con el laboratorio de Toxicología Forense.
MUESTRAS QUE TOMAR EN EL CADÁVER FRESCO
a. SANGRE. Este espécimen puede revelar sustancias que se encontraban presentes en
el cuerpo en el momento de la muerte, o poco tiempo antes del deceso (según la cinética del
tóxico). Cuando se trata de evaluar la distribución del compuesto analizado (medicamentos,
alcohol, drogas de abuso), se debe tomar una muestra de sangre central y otra periférica; la
central, preferiblemente de las cavidades derechas del corazón o de la aorta; y la periférica,
preferiblemente de las venas femorales. Las muestras se deben colocar en tubos que
contengan fluoruro de sodio.
Esta muestra tiene el inconveniente de que en el caso de una muerte muy rápida por
tóxicos (formas sobreagudas) se obtiene escasa información al no haber tenido tiempo
suficiente de sobrevida. En cualquier caso, los hallazgos obtenidos pueden
complementar de forma muy valiosa los resultados del análisis de sangre; la falta de
este fluido en la vejiga o su presencia en poca cantidad no debe impedir que se puedan
obtener valiosos resultados realizando un lavado de las paredes de la vejiga con suero
fisiológico o agua destilada.
La orina se somete a pruebas de tamizaje por drogas de abuso; si se detecta droga, se
cuantifica en la sangre; ya que durante la investigación pueden surgir interrogantes sobre si
49
la substancia pudo afectar o no la conducta del fallecido. Se recomienda recoger hasta 50 cc.
de orina, sin conservante, para pruebas de tamizaje de drogas.
c. BILIS La presencia de tóxicos en la bilis indica exposición antigua o consumo
crónico de una substancia; y puede ser una alternativa, ante la falta de sangre, para determinar
la presencia de alcohol. Los opiáceos se acumulan en la bilis y se detectan fácilmente;
también se almacenan en este fluido algunas benzodiacepinas.
d. HUMOR VÍTREO El humor vítreo es una muestra muy valiosa para las
investigaciones toxicológicas, ya que está relativamente aislado respecto al resto del
organismo; también es útil porque se altera muy poco durante las primeras horas post-
mórtem; particularidad importante en la valoración del consumo de alcohol etílico. Se
considera especialmente valioso para la determinación de algunos medicamentos como la
digoxina, también es útil para confirmar la existencia de patologías previas (diabetes,
enfermedad renal con aumento de urea). Algunos autores lo consideran un método válido
para establecer un intervalo post-mórtem mediante determinación de niveles potasio. El
humor vítreo, tomado de ambos ojos, se conserva en fluoruro para la determinación de
alcohol.
El nivel de alcohol debería medirse en sangre y humor vítreo. Este último sirve para
confirmar la validez de la concentración en sangre especialmente: si la persona recibió
atención médica y se le administraron fluidos; si el difunto estaba en la fase temprana de
absorción; o cuando puede haber un aumento artificial del alcohol en la sangre debido a la
putrefacción o a la ruptura del estómago.
e. CONTENIDO GÁSTRICO En el contenido gástrico se puede detectar la presencia
de sustancias ingeridas poco tiempo antes de la muerte; su presencia inalterada en el
estómago facilita la identificación ya que, se pueden detectar principios activos en
apreciables cantidades. Al abrir el estómago, se pueden encontrar medicamentos en forma de
pastillas, tabletas, cápsulas o comprimidos que permiten determinaciones cualitativas y
cuantitativas, que pueden indicar la dosis mínima consumida.
Se debe tomar todo el contenido gástrico existente o bien extraer una porción representativa
del mismo; pero siempre cuantificando el total, para realizar una estimación de la ingesta
mínima del tóxico sospechado. Si hay sospecha de ingesta reciente de drogas, se recoge y
guarda el contenido gástrico completo junto con el contenido del intestino delgado para
determinar la cantidad de droga no absorbida.
f. TEJIDOS El riñón se utiliza para investigar intoxicaciones con metales pesados,
etilenglicol y dietilenglicol; el bazo sirve para estimar la concentración de monóxido de
carbono y hemoglobina unida a ion cianuro. El pulmón y el contenido gaseoso de las vías
aéreas se usan para detectar volátiles (gases lacrimógenos) y solventes industriales. En los
casos que se investigan por intoxicaciones con hidrocarburos halogenados, disolventes
orgánicos y cocaína se puede utilizar tejido cerebral. Si se sospecha ingesta crónica de drogas
50
o abuso de narcóticos se toman entre 100 y 300 gramos de hígado y bilis conservada en
fluoruro.
En casos de sospecha de abuso nasal de cocaína se deben tomar hisopados de las cavidades
nasales; algunas veces también en este sitio se pueden detectar otras drogas como heroína.
En los casos en los que se sospecha abuso de drogas administradas por vía endovenosa, los
sitios de inyección (piel y tejido celular subcutáneo) deben enviarse para análisis
toxicológicos.
Cuando se sospecha intoxicación con algunos venenos como herbicidas, pesticidas,
inhalantes, metales pesados, solventes orgánicos, refrigerantes, etc., se deben agregar
muestras de encéfalo, pulmón, grasa, o riñón.
En los casos de cuerpos en avanzado estado de descomposición se puede tomar muestra de
músculo, preferiblemente del muslo, y se conservan el hígado y los riñones.
También se pueden tomar, para análisis toxicológicos, muestras de líquidos: sinovial y
cefalorraquídeo.
iii. OTRAS MUESTRAS PARA ANÁLISIS DE LABORATORIO
Œ PARA MICROBIOLOGÍA La toma de muestras para cultivos microbiológicos es
de escaso valor en la mayoría de los casos forenses debido al prolongado tiempo transcurrido
entre el deceso y el momento de la necropsia.
51
Œ LABORATORIO CLÍNICO Estudios hormonales (incluyendo insulina) y
determinaciones de otros compuestos (heparina). Análisis de IgE y triptasa en casos de
choque anafiláctico. Troponina en isquemia aguda del miocardio. Detección de anticuerpos
de venenos de animales (picadura de alacrán)
52
CAUSA DE
• Información previa: MUERTE • Certificación de la
personal, familiar, muerte
social. • Hallazgos • Entrega del cadáver
• Información del lugar macroscópicos
del hecho • Pruebas
complementarias
PROTOCOLO DE
NECROPSIA
NECROPSIA
53
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55
CAPÍTULO 11
MUERTE NO VIOLENTA, SÚBITA O INESPERADA
Geneva Rodríguez de Pachar
11.1 INTRODUCCIÓN
La necropsia de las muertes no violentas – principalmente a consecuencia de enfermedades
crónicas o agudas-, de pacientes que han recibido atención médica, es competencia de los
patólogos hospitalarios. Pero, cuando una persona (niño, adolescente, adulto o de la tercera
edad) padece de una enfermedad o condición patológica (diagnosticada o no) y fallece sin
que un médico tratante certifique el deceso, su muerte es considerada de interés médico legal.
Por esa razón, en Panamá, un porcentaje considerable de las necropsias practicadas en las
morgues judiciales corresponden al examen de fallecidos a consecuencia de diversas
patologías (infecciones, malformaciones, tumores, reacciones alérgicas masivas, etc.) o de
personas sin ningún antecedente de patología o trauma.
La muerte de pacientes hospitalizados pasa a ser de competencia del Ministerio Público, y
por ende de los médicos forenses, cuando se sospecha que ha habido una acción culposa
(mala praxis) o dolosa (con intención de causar daño). Tal es el caso de las investigaciones
por el fallecimiento de un paciente en el periodo peri-operatorio o, como ocurrió en Panamá,
a consecuencia de la administración de medicamentos contaminados (jarabe con
dietilenglicol, heparina con alcohol bencílico).
Fuera de los centros de atención de salud, la muerte puede ocurrir de manera súbita o
inesperada, sin testigos ni explicaciones de las circunstancias del deceso (muerte
sospechosa). Ocasionalmente, el fallecido presenta en su anatomía lesiones que no justifican
la muerte (trauma en el rostro posterior a caída cuando colapsó), razones por las cuales es
obligatoria la práctica de la necropsia médico legal.
Antes de abordar el estudio de este tipo de fallecimientos, es importante aclarar conceptos.
MUERTE SÚBITA
Existen discrepancias entre autores al momento de definir la muerte súbita, el centro de las
diferencias es el límite de tiempo que abarca el rápido fallecimiento de una persona
(aparentemente sana). Según algunos (Knight B. 1999), tal límite incluye las 24 horas
posteriores al evento terminal (criterio de la Organización Mundial de la Salud). En
cambio, en los últimos años algunos patólogos forenses han propuesto una definición más
cónsona con la práctica pericial científica.
Actualmente se define la muerte súbita como aquella que ocurre cuando el colapso y deceso
de una persona, sin antecedentes médicos de enfermedades o trauma, en aparente buen
estado de salud, pero con patologías asintomáticas (descubiertas en la necropsia), ocurre al
56
poco tiempo (minutos) del inicio de los síntomas; por ejemplo, un joven que, mientras
espera en una parada de autobús, bruscamente se lleva las manos a la cabeza, colapsa y fallece
antes de recibir atención médica; en la necropsia, el médico forense encuentra una masiva
hemorragia subaracnoidea secundaria a la ruptura de un aneurisma congénito de una de las
arterias del polígono de Willis (en la base del cráneo).
En cambio, los autores norteamericanos Di Maio y Dana (2007), dividen los casos de muerte
súbita en instantánea (en segundos) y no instantánea (en minutos).
MUERTE INESPERADA. Es aquella muerte repentina que sobreviene a una persona con
antecedentes de enfermedad aguda o crónica conocida, cuyo desenlace fatal se esperaba
en algún momento (por ejemplo: pacientes con cáncer, diabetes, infecciones, infarto del
miocardio etc.).
En esa misma línea, los autores españoles Serratosa, Sánchez y Garfia, (2002) van más allá
y consideran que cuando una persona muere de manera inesperada, puede ser de forma
súbita (generalmente antes de la primera hora del comienzo de los síntomas o del estado de
choque, y suelen ser observadas; por ejemplo, un paciente con una miocardiopatía que se
complica con una trombosis coronaria), o prolongada -la muerte ocurre durante las primeras
veinticuatro horas y son, generalmente hospitalarias (por ejemplo: un paciente con cáncer
controlado que rápidamente desarrolla una infección generalizada).
Las causas de muerte súbita e inesperada son diferentes en niños, adolescentes y en adultos,
es por lo que se van a presentar por separado.
58
TIEMPO TRANSCURRIDO
DESDE EL INFARTO A SIMPLE AL MICROSCOPIO
VISTA
0 – 30 minutos Ninguno Ninguno
30 minutos – 4 horas Ninguno Ninguno
4 – 12 horas Ocasional moteado Incipiente necrosis coagulativa, edema,
oscuro hemorragia.
12 – 24 horas Moteado oscuro Necrosis coagulativa de fibras
Diferenciar de miocárdicas, núcleo picnótico,
hipostasis hipereosinofilia, necrosis marginal de las
bandas de contracción, incipiente
infiltrado de leucocitos.
Gráfica 6: Evolución de cambios morfológicos de un infarto de miocardio en las primeras 24 horas
60
Tanto la hemorragia intra cerebral espontánea como el infarto cerebral se conocen
como accidente cerebro vascular o “derrame”.
B.2.4 MENINGITIS PURULENTA (infección de las meninges), las más frecuentes
en adultos son causadas por Neisseria meningitidis y Streptococcus pneumonia;
pueden evolucionar de manera fulminante y causar muerte repentina. Los agentes
etiológicos son diferentes en niños y ancianos. La meningococcemia sin meningitis
puede ser causa de muerte en pocas horas.
B.2.5 TUMORES PRIMARIOS
Se trata de neoplasias primarias del sistema nervioso, no diagnosticadas, que causan
la muerte por las complicaciones relacionadas a la hipertensión endocraneal. Los
quistes coloides (lesiones intracraneales congénitas benignas), suelen ser causa de
muerte súbita en adultos jóvenes.
D. ENFERMEDADES GASTROINTESTINALES
Son patologías que rara vez debutan de manera súbita: hemorragia masiva por ruptura
de várices esofágicas (con masiva hematemesis) o perforación de úlceras
gastroduodenales con erosión vascular; pancreatitis hemorrágica aguda (asociada o
no al consumo masivo de alcohol), complicaciones de apendicitis o diverticulitis
aguda perforada.
62
Las causas de muerte se relacionan con la edad del menor. En el primer año de vida las más
frecuentes son las anomalías congénitas (principalmente del corazón), o las infecciones;
mientras que en los adolescentes predominan: el asma, la epilepsia y la diabetes mellitus tipo
1.
En el periodo previo a la muerte, es posible que el menor no presente signos o síntomas de
alguna enfermedad; que sean insignificantes, o que no hayan sido reconocidos o valorados
por sus cuidadores -los niños comunican con dificultad sus dolencias-, debido a lo cual el
menor no es llevado a un centro de atención sanitaria, o recibe cuidados médicos cuando ya
su condición de salud es precaria. La incertidumbre de las circunstancias del deceso hace
obligante la práctica de la necropsia forense.
La necropsia deberá ser completa. En algunos casos, es posible encontrar una causa macro o
microscópica de la muerte; si no la encuentra, el patólogo o el médico forense, puede solicitar
(si están disponibles) estudios especiales para detectar enfermedades metabólicas o
genéticas. Sin embargo, inclusive después de una investigación exhaustiva del cadáver,
algunos casos quedan en la categoría de: “posibles muertes fisiológicas”; como son los
decesos por: arritmias cardíacas, convulsiones, espasmo laríngeo, o por control respiratorio
inestable.
En los niños y adolescentes, las muertes súbitas o inesperadas son de origen cardíaco, o extra
cardíaco.
64
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66
CAPÍTULO 12
MUERTE VIOLENTA O SOSPECHOSA DE RECIÉN NACIDOS, LACTANTES,
NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
Pamela Bórquez Vera
José Vicente Pachar Lucio
12.1 INTRODUCCIÓN
La muerte violenta o sospechosa de lactantes, niños (as) y adolescentes no es común; cuando
ocurren, generalmente son noticia en los medios de comunicación.
Dadas sus características físicas y el alto grado de dependencia de otros (para la
sobrevivencia), el niño(a) pequeño(a) puede ser una víctima, ya sea por la comisión de un
acto violento o por omisión de los deberes de cuidado. En cambio, los adolescentes pueden
morir en diferentes circunstancias accidentales o criminales; por ejemplo, relacionadas a
actividad de pandillas o grupos marginales de la sociedad.
La investigación de la causa de la muerte en la edad pediátrica requiere de un enfoque
diferente a la del adulto; se deben considerar variables tales como: la edad de desarrollo y
crecimiento del niño(a), su entorno familiar inmediato, y las características de los cuidadores
que supuestamente deben protegerlo. Además, aquellas patologías agudas intercurrentes y/o
crónicas del menor, con sus respectivos diagnósticos, tratamientos y controles médicos.
Al momento de abordar la necropsia de un caso de muerte, en el grupo pediátrico, se deben
tomar en cuenta los siguientes factores básicos:
1. Sexo: Femenino / Masculino
2. Edad: Recién nacido; lactante; niño; adolescente
3. Procedencia
a. Domicilio.
b. Guardería
c. Centro de atención sanitaria: hospitales, centros de salud, clínicas privadas.
d. Centro de protección de la infancia
e. Centros de reclusión
f. Sitios de incendios, desastres naturales
g. Cementerio: Exhumación, con o sin autopsia previa.
h. Inhumación clandestina
i. Exterior: vía pública, interior de vehículos, embarcaciones.
j. Sitio aislado.
k. Centro de actividades colectivas: piscina, instalaciones deportivas o
recreacionales
67
l. Ambiente rural: ríos, lagos, playa, nieve
4. Antecedentes médicos
a. Relacionados con la gestación y el parto, según proceda.
b. Información relacionada con el control médico del niño (a): lactante,
preescolar y escolar.
c. Documentación sobre patologías agudas ambulatorias y hospitalizaciones
asociadas.
d. Documentación sobre patologías crónicas: diagnóstico, tratamiento y
controles, hospitalizaciones relacionadas
e. Bitácora de novedades y registros del estado de salud realizado por cuidadores
en casos de centros de protección infantil.
5. Estado de conservación del cadáver: fresco, descompuesto, carbonizado,
desmembrado, esqueletizado, momificado, saponificado.
6. Información relacionada con el hecho investigado:
a. Antecedentes judiciales: informes de las autoridades judiciales y de los peritos
científicos (informes del lugar del hecho).
b. Informes o testimonios de la actividad que se encontraba realizando el menor;
por ejemplo, practicando deporte, solo o acompañado.
c. Parte policial del hecho violento en el que falleció el menor.
d. Documentación de las atenciones de emergencia y hospitalarias
e. Información sobre actividad de paramédicos (reanimación cardiopulmonar).
68
Es importante señalar que, previo a la necropsia, y de acuerdo con la información disponible
en ese momento, el médico forense deberá elaborar una aproximación hipotética que
considere varias opciones sobre la manera de la muerte del menor. (Gráfica 7)
NO VIOLENTA VIOLENTA
• Enfermedad o • Por intervención de
condición patológica terceros: homicidio
aguda o crónica doloso o culposo.
(Natural). • Suicidio.
• Muerte súbita e • Accidente.
inesperada de causas • Indeterminada.
naturales.
Gráfica 7: Manera de la muerte en la edad pediátrica
Aquellos casos de supuesta responsabilidad del personal sanitario en la muerte del menor
deberán considerarse en el contexto de mala práctica profesional.
12.2 MUERTE TRAUMÁTICA DE RECIÉN NACIDO
El hallazgo del cuerpo abandonado u oculto de un recién nacido es el comienzo de una
investigación que tiene como principales objetivos periciales: determinar si el producto de la
gestación nació vivo y establecer la causa de la muerte. La investigación judicial determinará
si se trata de un caso de abandono y muerte por omisión de cuidados o del fallecimiento
traumático de un neonato.
Cuando se investiga la muerte de un recién nacido, la tipificación de la conducta delictiva
depende completamente de la evaluación médico forense. La investigación penal será
diferente, si del dictamen pericial se desprende que el producto de la gestación nació vivo o
muerto.
En el Artículo 2084 del Código Judicial de Panamá, se dispone lo siguiente sobre la
investigación de estas muertes:
"En el caso de sospecha de homicidio de un recién nacido los facultativos o peritos
dictaminarán si la criatura nació viva, la causa de su muerte, si hubo intervención de
tercera persona, con qué medios o en qué circunstancias se perpetró la muerte y si la
criatura hubiera podido vivir fuera del seno materno y cualquier observación
científica de interés en la investigación.
También declararán acerca del tiempo en que considerasen pudo haberse cometido el
delito. Si la criatura estuviese inhumada, se exhumará para practicar su
reconocimiento, procediéndose cuando fuere necesario, conforme a las disposiciones
anteriores sobre la materia.
69
Una vez establecidos los puntos de la pericia, el motivo principal de la actuación
médico forense, es el de aportar las pruebas científicas necesarias para demostrar que
la muerte de un recién nacido ocurrió antes o después de salir del vientre materno.
En la necropsia se deben determinar: sexo, edad gestacional, viabilidad, signos de
vida extrauterina, tiempo de supervivencia, tiempo de muerte, lesiones y la causa de
la muerte”.
A continuación, se detallan las actuaciones y respuestas de los peritos médicos frente a lo
establecido en la norma citada.
a. EDAD GESTACIONAL
La edad gestacional se estima tomando en consideración los elementos morfológicos del
desarrollo fetal; las características generales son: talla, peso, longitud del pie y los
perímetros cefálico y torácico.
Un recién nacido a término (tiempo completo de gestación), tiene una talla entre 47 y 55
cms.; el peso promedio es de 3 a 5 kilos; la longitud del pie de 7 a 9 cms.; el perímetro
cefálico alrededor de 34 cms., y el perímetro torácico entre 30 y 33 cms. Las cifras varían
porque dependen, principalmente, del sexo del neonato.
En la piel del recién nacido, que ha completado su gestación, se observa grasa protectora
(unto sebáceo), vello fino (lanugo); acumulo de grasa en las mejillas (bola de Bichat),
pequeños granos formados por las glándulas sebáceas (millium). Los cabellos tienen más
de medio centímetro de largo; las uñas de los dedos de las manos alcanzan los pulpejos;
hay pliegues en el escroto y en las plantas de los pies; las orejas tienden a volver a su
posición original cuando son plegadas.
En algunos recién nacidos se puede encontrar, producto de un parto laborioso, una masa
fluctuante (hematoma) por debajo del cuero cabelludo, especialmente en el vértex y/o en
la región occipital (caput succedaneum); edema de los párpados.
En las niñas, puede haber leve secreción vaginal, ocasionalmente de aspecto
sanguinolento; los labios mayores cubren a los menores y el clítoris es pequeño. En los
varones, puede haber una fimosis fisiológica. Tanto en la niña como en el niño se observa
un aumento en el tamaño de las glándulas mamarias (ginecomastia fisiológica). Para
determinar la edad gestacional también se han propuesto métodos radiológicos basados
en el análisis de los núcleos de osificación.
Posterior al nacimiento, el bebé pierde peso (por eliminación del meconio); la caída del
cordón umbilical y la eliminación del vérmix caseoso.
b. VIABILIDAD
El término viabilidad, significa que el feto ha logrado un grado de desarrollo orgánico
tal, que le permite vivir fuera del vientre materno. Un feto de alrededor de 40 semanas de
70
gestación tiene el grado óptimo de viabilidad. Según Keeling JW (2008), el límite inferior
de una viabilidad, de mejor pronóstico, depende del nivel de cuidados que necesita el
recién nacido y de los porcentajes de bebés que sobreviven a una determinada gestación
con los cuidados adecuados, 17 a 49 % a las 24 semanas y entre 70 y 74 % a las 27
semanas.
c. SIGNOS DE VIDA EXTRAUTERINA
Resultan de los cambios internos del organismo fetal, al adquirir vida autónoma, una vez
que se ha separado de la madre.
El proceso del parto vaginal espontáneo comprende tres fases: el borramiento y dilatación
del cuello uterino; el descenso y nacimiento del producto de la gestación y, después de
algunos minutos, el alumbramiento de la placenta con el cordón umbilical y las
membranas. Una vez concluido el parto, continúa el período conocido como puerperio
inmediato.
Al adquirir vida autónoma, el recién nacido respira (llora) y su sistema circulatorio
cambia. Los alveolos pulmonares se abren con la entrada del aire y los pulmones se
expanden. Estos cambios son evidentes en la necropsia del cadáver reciente.
Históricamente se aceptó la "prueba de docimasia pulmonar hidrostática" - la cual se
basa en el supuesto de que la densidad del parénquima pulmonar con aire es menor que
la del agua y; por lo tanto, si el recién nacido respiró, el pulmón flota -, como evidencia
de vida del recién nacido. Sin embargo, estudios posteriores demostraron que esta
prueba no es concluyente por las siguientes razones:
1. En los cuerpos de recién nacidos en estado de putrefacción, la docimacia se altera por
la formación de gases de putrefacción en el tejido pulmonar.
2. Cuando al recién nacido se le han practicado maniobras de resucitación, los pulmones
están parcialmente aereados, la prueba no es concluyente.
3. Finalmente, el niño pudo haber nacido vivo, pero sus movimientos respiratorios no
fueron suficientes para que los pulmones se llenaran de aire (falso negativo).
Las observaciones macroscópicas de los pulmones deben complementarse con el estudio
histológico de fragmentos pulmonares, previamente fijados en formalina (docimasia
histológica).
En una muestra representativa (muestras tomadas de cada lóbulo pulmonar), la
distensión total de los bronquios, bronquiolos y de la mayoría de los alveolos
examinados, se consideran cambios positivos de respiración. También el hallazgo de
enfisema intersticial ha sido sugerido como hallazgo positivo; no obstante, esta
observación es cuestionable por los cambios de putrefacción y los artefactos de
reanimación. Un pronunciamiento definitivo sobre la posibilidad de vida extrauterina
debe hacerse según el caso y tomando en cuenta la historia referida por los testigos,
y las versiones de quienes hicieron el hallazgo.
71
Cuando el feto ha muerto dentro del útero, aparecen cambios de lisis tisular en el cadáver
fetal. Los restos quedan en un espacio cerrado (membranas amnióticas), con ausencia de
bacterias y en un medio líquido. A medida que pasan las horas post-mórtem empiezan a
ocurrir alteraciones que afectan la piel y los órganos internos; proceso conocido como
maceración. Establecer con precisión el tiempo transcurrido desde el momento de la
muerte hasta la expulsión de un feto macerado es tarea imposible. Se recomienda la
descripción de la maceración en tres grados: leve (horas) con desprendimiento de la piel;
moderada (días), formación de bulas (ampollas de contenido líquido) y extensas áreas
de pérdida de la epidermis (la piel adquiere una coloración rojiza); y avanzada (más de
una semana) con colapso de la estructura del cráneo.
d. DURACIÓN DE VIDA EXTRAUTERINA
Si el producto a término nació vivo y no recibió los cuidados necesarios, estará cianótico
(azulado), con restos sanguinolentos, cubierto parcialmente con vermix caseosa; con el
cordón umbilical seccionado o roto, de aspecto deshidratado. Si vivió por unas horas, al
examen interno se encontrará: distensión pulmonar, presencia de aire en el estómago y
en el intestino; contenido meconial en el área anal. En caso de que el recién nacido haya
sido alimentado, es posible encontrar contenido lácteo digerido en el estómago.
e. CAUSAS DE LA MUERTE
La muerte traumática dolosa de un recién nacido puede ser consecuencia de la comisión
de actos violentos: asfixias: sofocación (Figura 72), asfixia por sumersión (dentro de
letrinas); trauma contundente (impacto con un objeto contundente o contra una superficie
sólida), especialmente en la cabeza y heridas con objetos punzo cortantes.
73
CARACTERÍSTICAS
La mayor parte de los casos ocurren en lactantes (algunos prematuros), varones,
afrodescendientes, entre los 2 y 4 meses de edad. La muerte puede ocurrir a cualquier hora
del día, pero es más frecuente en la madrugada, mientras el lactante duerme. Suele acontecer
en cualquier lugar, no sólo en la cuna – en la cama, en el asiento de un auto, cochecito para
bebe; e inclusive, en brazos de un adulto.
FACTORES DE RIESGO
MATERNOS:
Bajo estatus socio económico; menor de 20 años en el primer embarazo; intervalos
cortos entre embarazo y cuidados prenatales insuficientes.
Hábito de fumar (durante y después del embarazo), el tabaco ha sido vinculado con
anormalidades en la placenta y poco aumento de peso del feto durante la gestación.
También es alta la incidencia en embarazadas con anemia, consumo de drogas de
abuso (cocaína, heroína) durante el embarazo.
DEL LACTANTE:
Nacido antes de término o de bajo de peso al nacer. Durante un tiempo se consideró
que existía una relación entre la posición al dormir (boca abajo), el uso de colchones
blandos en la cuna o el lecho compartido con un adulto, con el deceso del lactante.
Esta teoría originó campañas para que los padres o cuidadores colocaran a los bebés
a dormir boca arriba; sin embargo, esta relación ya ha sido cuestionada por autores
norteamericanos (Malloy y colaboradores 2005).
Otros factores de riesgo de los lactantes incluyen infecciones respiratorias o
gastrointestinales, los días previos al fallecimiento.
74
cama; si se le practicaron maniobras de resucitación. Así mismo se deberán solicitar y buscar
recetas, medicamentos, tóxicos y cualquier objeto que represente un riesgo para la integridad
del lactante.
NECROPSIA
Previo a la práctica de la necropsia es importante contar con una historia clínica detallada,
incluyendo enfermedades o accidentes; los informes del levantamiento del cadáver y de la
investigación del lugar del suceso.
El examen externo debe ser minucioso y excluir alteraciones del desarrollo, malformaciones;
signos de violencia, sugestivos de maltrato físico o de asfixia (sofocación); inanición,
deshidratación.
Los hallazgos morfológicos son inespecíficos: escaso escurrimiento sanguinolento por la
nariz y/o por la boca; discreta cianosis labial y ungueal; manos cerradas firmemente;
petequias en pleura, pericardio y timo; edema y congestión pulmonar, líquido espumoso en
las vías aéreas. Microscópicamente inflamación crónica de vías respiratorias, gliosis del tallo
cerebral.
Una amplia documentación fotográfica es obligatoria. Además de los estudios ya
mencionados, deben practicarse exámenes radiológicos y análisis por enfermedades
metabólicas.
En aquellos casos de muerte súbita de lactantes, si al momento de concluir la necropsia no se
ha encontrado una causa morfológica obvia que justifique el deceso, es preferible dejar la
75
causa de la muerte en estudio y clasificarlo posteriormente como "Síndrome Muerte Súbita
del Lactante". Esto si no se han recibido datos de alteraciones en los estudios
complementarios solicitados. Es decir, que debe consignarse como causa de la muerte en el
parte clínico de defunción, únicamente cuando se han agotado todas las investigaciones
complementarias a la necropsia (diagnóstico por exclusión).
77
Figura 74: Lesiones faciales Figura 75: Hemorragias y fracturas del cráneo
Al abrir el cráneo se pueden encontrar fracturas, colecciones de sangre en las meninges,
edema y hemorragias cerebrales. (Figura 75)
El edema cerebral es la respuesta primaria al trauma con o sin hemorragia interna; también
puede ser consecuencia de hipoxia. El edema cerebral, con hemorragia subdural, resulta de
golpe directo, caída o por sacudida violenta.
Las excoriaciones, equimosis y heridas contusas en el rostro o en el cuero cabelludo, indican
golpe con un objeto contundente sólido. Es posible que un golpe con la mano no deje ninguna
lesión.
Cuando con un niño pequeño (lactante) con historia de pérdida del conocimiento fallecía, y
no se encontraban lesiones traumáticas en el cuero cabelludo, se pensaba que pudiera tratarse
de una muerte a consecuencia del así llamado "Síndrome de sacudimiento" o “Síndrome
del Niño Zarandeado".
Se consideraba que, si al practicar la necropsia se encontraban lesiones supuestamente
resultantes de la violenta aceleración y desaceleración de la cabeza de un niño menor de un
año, el mecanismo del trauma se explicaba porque el niño había sido sujetado por el tronco,
con las manos del perpetrador, y luego sacudido violentamente; generalmente en movimiento
de vaivén, -la cabeza oscila violentamente hacia adelante y hacia atrás-, ocasionándole una
triada de lesiones: hematoma subdural, hemorragias en las retinas y encefalopatía, que le
ocasionaban la muerte. De sobrevivir, el menor podía quedar con secuelas neurológicas
graves.
Años más tarde, en diferentes publicaciones, se cuestionó la existencia misma del Síndrome
y se estableció que, si bien estos hallazgos pueden estar presentes en algunos casos de muerte
de niños pequeños, NO son patognomónicos NI constituyen una condición “sine quanon”
de zarandeo. Las lesiones en la cabeza del niño (a) pueden explicarse por trauma directo. Es
por eso por lo que el médico forense debe ser muy prudente al momento de evaluar el trauma
cráneo encefálico en lactantes; ya que, existen otras condiciones y patologías que deben ser
consideradas y descartadas en el diagnóstico diferencial.
78
LESIONES EN EL ROSTRO
Un alto porcentaje de niños con maltrato físico, presentan lesiones oculares: hemorragias en
las retinas o en el vítreo, desprendimiento de la retina.
En la cara, un menor maltratado físicamente puede presentar equimosis y excoriaciones, por
golpe con objetos contundentes o contra superficies sólidas; en la mucosa de los labios,
desgarros por trauma directo en la boca. Una lesión característica de maltrato físico es la
ruptura del frenillo de la parte media del labio superior; consecuencia de impacto directo con
la mano o por el efecto mecánico de un objeto (mamadera) introducido forzadamente en la
boca de un lactante.
79
Los hallazgos de necropsia son mínimos, no específicos.
La determinación de la causa y de la manera de la muerte (accidente, homicidio, etc.)
dependen del análisis integral del caso, el cual debe abarcar el estudio de las circunstancias
del deceso y la práctica de la necropsia. Deben considerarse, además, los estudios
histopatológicos, bacteriológicos y toxicológicos pertinentes. Este tipo de homicidio se
asocia con el Síndrome de Munchausen por poder.
80
En la investigación de un probable caso actual de trastorno facticio, es necesario contar con
toda la documentación médica del o de los casos anteriores, incluyendo atenciones de salud
ambulatoria, de servicios de urgencias y hospitalizaciones. Es muy probable que existan
registros de consultas en varios servicios de salud en diferentes tiempos.
En cuanto al probable victimario, los investigadores deberán indagar acerca de sus
conocimientos de Medicina o del uso de medicamentos u otros compuestos químicos o
farmacéuticos. También es importante establecer el nexo de proximidad física del
perpetrador con la víctima, especialmente durante el último período de vida del niño(a) y al
momento de su muerte.
Se deben revisar videograbaciones de las cámaras de vigilancia, si las hubiere, los registros
de visita hospitalaria de la persona investigada y la documentación de su presencia al
momento en que ocurre algún evento que amenace la vida del menor. Tales registros
permitirán comparar el estado de salud del menor antes y después de la visita. Con la ayuda
de la tecnología de registro se pueden estudiar muertes recientes y algunos que pudieron
ocurrir años atrás. Cuando la investigación lo amerite será necesario exhumar los cuerpos,
con la ayuda de un equipo de Antropología Forense.
En la autopsia se deben buscar signos físicos sutiles de asfixias mecánicas -sofocación o
estrangulación-.
Si el menor recibió atención médica de emergencia, el médico forense deberá distinguir las
lesiones causadas por reanimación cardiopulmonar, de aquellas de maltrato físico, para así
confirmar o descartar su importancia criminalística.
Las muestras para estudio toxicológico deben ser representativas y contar con varias
matrices para análisis de medicamento y/o drogas u otros compuestos. Se aconseja
intercambiar opiniones con los peritos del laboratorio para acordar criterios de búsqueda y
abordaje de los compuestos de los cuales se sospecha.
Las fotografías deben ser representativas e ilustrar la presencia y/o ausencia de lesiones en
zonas habitualmente sospechosas de ser afectadas por algún trauma (zonas de castigo en
niños). Las muestras histológicas deben ser recabadas de acuerdo con protocolos
previamente establecidos por los patólogos, incluyendo la toma de muestras de las lesiones
en la piel y/o en los músculos del cuello.
81
terceros. En el caso específico de los niños y adolescentes, deben diferenciarse de las
manifestaciones de abuso físico por maltrato infantil.
Las lesiones por reanimación cardiopulmonar (de un niño inconsciente y en paro cardio
respiratorio), ocurren a consecuencia de las maniobras físicas practicadas por el personal
sanitario, por parte de quien ayuda y tiene conocimientos para efectuar la reanimación, o
inclusive por los propios familiares, en su desesperado intento de revivir al niño. Son
consecuencia de la fuerza empleada sobre el tórax del menor, durante el procedimiento para
revertir el paro cardio respiratorio en el que se encuentra. Algunas veces, las lesiones
ocasionadas son difíciles de diferenciar de un trauma pre-mórtem o de manifestaciones de
enfermedades previas.
Las lesiones o artefactos están presentes en la piel, tejidos blandos y en el esqueleto del
niño(a). Se pueden encontrar: equimosis alrededor de los sitios de punción e instalación de
vías venosas; quemaduras en el pecho por el uso de los desfibriladores; fracturas costales
y esternales. También es posible encontrar contusiones labiales y fracturas dentales, por
intentos de intubación; contusiones faciales por el uso de la máscara para el ambú (dispositivo
usado para ayudar la ventilación pulmonar); extensos hematomas en el cuello que resultan
del intento de puncionar la vena yugular. Es más, se han descrito en casos pediátricos: la
ruptura de la aurícula derecha del corazón, la ruptura gástrica, perforación traqueal,
laceraciones hepáticas, esplénicas, pancreáticas y la hemorragia retroperitoneal.
Las dificultades en la diferenciación entre artefactos de reanimación y manifestaciones físicas
de maltrato se incrementan cuando se examinan lactantes. Es posible encontrar lesiones
superficiales o mínimas en rostro, cuello y tórax; cambios difíciles de establecer si son
producto de la reanimación o lesiones infligidas por un tercero. Es por eso por lo que, al
momento de practicar la autopsia, el médico forense debe conocer si el menor fue reanimado
o no; quien practicó la reanimación, de qué manera y por cuánto tiempo se efectuaron las
maniobras.
82
En el Síndrome de Medea, el supuesto es el mismo, pero la homicida es exclusivamente la
madre (procede de esa manera con el objetivo de utilizar la muerte del menor como un
instrumento de manipulación emocional). En ambos casos, se trata de graves alteraciones
psicológicas de los autores, trastornos que deben ser comprobados por los peritos de
Psicología y Psiquiatría Forense.
En la autopsia, el perito médico deberá buscar signos de asfixias mecánicas: estrangulación,
sofocación o compresión y comprobar; o descartar intoxicaciones con medicamentes y/o
drogas.
83
exámenes complementarios solicitados: histológico, toxicológico (búsqueda dirigida),
genético de paternidad o identificación; rayos X, etc.
Cuando se trata de varios casos, al analizarlos en conjunto se pueden encontrar
características compartidas de las víctimas que permiten agruparlos de manera específica;
por ejemplo: lactantes, niños(as), o con patologías crónicas (psiquiátricas o sistémicas) o con
síndromes del retardo del desarrollo psicomotor y patologías asociadas.
El maltrato puede dejar huellas físicas, producto de castigos o contenciones mal realizadas
(ante agitación psicomotriz del menor) y/o manifestaciones de negligencia y abandono,
como falta de cuidados médicos, o la administración inadecuada de un tratamiento
farmacológico, en caso de que el menor presentara una patología crónica. Igualmente, en el
análisis de los casos deberán tomarse en cuenta historias de castigos como: encierro, uso de
fósforos y posterior incendio con resultado de quemaduras y muerte.
En la autopsia se deben descartar lesiones óseas (fracturas), por medio de estudios
radiológicos de los huesos y de las partes blandas (músculos, tejido subcutáneo) mediante la
disección con la técnica de “peel off”. Además, deberá practicarse la disección por planos
del cuello y el levantamiento del rostro a fin de descartar la presencia de áreas de hemorragia
u otras lesiones.
Para el estudio toxicológico se deben tomar la máxima cantidad de muestras susceptibles de
ser analizada por el laboratorio. Los toxicólogos deberán recibir la orientación pertinente,
acorde con cada caso. El estudio deberá incluir la búsqueda de signos de una eventual
agresión sexual, utilizando el respectivo kit de asalto sexual.
12.6 SUICIDIO EN NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES
La conducta suicida infanto-juvenil ha sido motivo de estudio desde distintas perspectivas.
Diversos análisis indican que, en los casos de suicidio de niñas, niños (excepcionales) y
adolescentes, predomina el sexo masculino y existen factores de riesgo (entorno familiar y
social, antecedentes familiares o de intentos autolíticos, etc.).
La ahorcadura es el principal método utilizado para consumar el suicidio. También se han
descrito la utilización, con fines suicidas, de armas de fuego, armas blancas, tóxicos y salto
y precipitación de altura, entre otros. El lugar de ocurrencia más frecuente del hecho suele
ser el domicilio del fallecido.
En términos generales, los aspectos más importantes a considerar en este tipo de casos son:
antecedentes de psicopatología en fase de diagnóstico y/o tratamiento; patologías físicas en
tratamiento y medicamentos utilizados; consumo de alcohol y/o drogas de abuso. Así mismo
es fundamental el conocimiento de antecedentes de conducta autolítica e intentos previos de
suicidio.
En adolescentes femeninas, se debe considerar la posibilidad de embarazo o signos
de embarazo reciente como factores asociados.
84
También son importantes lo antecedentes de violencia intrafamiliar y/o maltrato
infantil y la agresión sexual; situaciones de acoso o “bullying” en el ambiente escolar
o social.
La autopsia, y los estudios periciales científicos complementarios, deberán aportar
elementos para definir que el menor efectivamente cometió un suicidio, para descartar una
acción accidental o la intervención de terceros en su muerte.
12.7 FEMICIDIOS DE NIÑAS Y ADOLESCENTES
Las niñas y las mujeres adolescentes pueden ser víctimas de femicidios activos o directos,
por el solo hecho de ser mujeres. La muerte puede ser consecuencia de actos de violencia
doméstica, cometidas en nombre del honor, como resultado de un conflicto armado o estar
relacionadas con el pago de una dote. También se incluyen aquellas relacionadas con la
identidad de género y la orientación sexual; el infanticidio/feticidio femenino, y las muertes
violentas relacionadas con el origen étnico de la niña o adolescente.
Desde otra perspectiva, la muerte de una menor puede considerarse como femicidio
pasivo o indirecto, como son: las muertes por abortos inseguros y clandestinos, la
mortalidad materna, las prácticas dañinas a la integridad femenina (mutilación genital);
aquellas relacionadas al tráfico de seres humanos; a consecuencia de actividades del
crimen organizado; las muertes por negligencia, maltrato o privación de alimento y los
actos u omisiones deliberadas por parte de funcionarios públicos o agentes el Estado
(feminicidio).
En términos generales, los hallazgos en la autopsia son los característicos del femicidio:
violencia excesiva, localización de la mayoría de las lesiones en las zonas vitales, gran
intensidad y fuerza de los golpes y aplicación del arma homicida; más de un procedimiento
homicida, manos como mecanismo homicida directo, lesiones de diferente data (incluyendo
fracturas), evidencias de alteraciones en la salud debidas a la violencia de género.
Los femicidios pueden ser aislados o múltiples. Un caso complejo de múltiples femicidios
de adolescentes ocurrió en Chile.
En la región de Tarapacá, en un periodo de tres años consecutivos, 14 adolescentes
femeninas, pertenecientes a una misma comunidad, estudiantes del colegio local, con
una edad promedio entre los 15-16 años, desaparecieron de manera misteriosa. Una
adolescente logró sobrevivir y contó a las autoridades que un sujeto abordaba a la
víctima, la intimidaba con arma blanca y la conducía a un sitio abandonado, en pleno
desierto, muy cerca de un pique minero profundo, posteriormente las menores eran
agredidas sexualmente, golpeadas, ultimadas y enterradas en el lugar.
La descripción anterior corresponde a una combinación entre un caso índice de
muerte de adolescentes en un contexto sexual, narrado por una sobreviviente,
asociado al hallazgo posterior de inhumaciones ilegales, de diferente data de muerte
85
en las que se comprobó la presencia de lesiones por trauma contuso traumatismo
encéfalo-craneano como causa de la muerte.
Los aportes del médico forense a la investigación de casos como el presentado son: el
establecimiento de la causa y probable mecanismo muerte. La demostración de patrones
comunes de lesiones, la determinación de un probable intervalo post-mórtem, la recolección
de evidencia traza (incluyendo, en casos recientes, la toma de muestras para confirmar o
excluir el ataque sexual), el perfil biológico de las víctimas. En base a la información
recopilada podrá sugerir una probable secuencia de eventos que llevaron a la muerte y se
revelarán los métodos para enmascarar el delito o deshacerse del cadáver.
El caso presentado fue resuelto gracias al trabajo coordinado de un equipo multidisciplinario
que contó con la participación de expertos en Medicina, Antropología, Odontología y
Genética Forense.
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87
CAPÍTULO 13
EXHUMACIONES JUDICIALES Y MUTILACIÓN CRIMINAL POST-MÓRTEM
José Vicente Pachar Lucio
88
embalados, sellados y etiquetados, de acuerdo con lo establecido en el Manual de Cadena
de Custodia del IMELCF.
CAUSAS MÁS FRECUENTES DE EXHUMACIÓN JUDICIAL
Cuando no se tienen claros los objetivos de una exhumación, pese a las expectativas de la
autoridad, la diligencia es una infructuosa pérdida de tiempo y recursos. Es recomendable
que, antes de solicitar una exhumación, la autoridad consulte el caso con un médico forense.
Las exhumaciones son exitosas en los siguientes casos:
• Hallazgo de un entierro clandestino, individual o una fosa con varios cuerpos
(ejecuciones).
• Entierro circunstancial: en sitios apartados y de difícil acceso (comarcas indígenas),
el cuerpo es inhumando en un sitio conocido y luego se notifica a la autoridad.
• Sospecha de muerte violenta.
• Aborto o muerte de recién nacido.
• Envenenamientos (dietilenglicol).
• Identidad dudosa del fallecido, especialmente en situaciones con múltiples decesos,
como ocurrió durante la invasión norteamericana a Panamá, en 1989.
• Práctica de pruebas genéticas (paternidad).
• Casos de supuesta mala praxis médica.
• Fallas, omisiones o contradicciones en una primera necropsia; por ejemplo, una
autopsia incompleta (no se abrió la cavidad craneal en un caso de trauma cráneo
encefálico, o no se examinaron los pulmones en un supuesto ahogado.
Aun cuando se disponga de la información necesaria y se cumpla con las recomendaciones
para practicar la exhumación, los resultados no siempre son los esperados por tratarse de un
procedimiento difícil y muy complejo. A medida que el tiempo transcurre se alteran las
lesiones/heridas; se degradan, pierden o modifican las estructuras anatómicas (textura, color,
aspecto; por ejemplo, al poco tiempo de la inhumación el encéfalo se torna una masa pútrida
que impide cualquier estudio macro o microscópico de patología; sin embargo, de contar con
todas las facilidades necesarias para un examen completo, el médico forense deberías estar
en capacidad de aportar los elementos adicionales para la investigación.
13.2 MUTILACIÓN CRIMINAL POST-MÓRTEM
INTRODUCCIÓN
La región centroamericana (Costa Rica, Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador) y
México es una de las áreas geográficas con mayores niveles de criminalidad en el mundo.
Hace algunas décadas, tres de estos países: Guatemala, El Salvador y Nicaragua,
experimentaron guerras internas con violaciones de derechos humanos y miles de pérdidas
humanas y materiales. Honduras, aunque en un nivel inferior, igualmente tuvo experiencias
de confrontación armada. Costa Rica conoció brotes menores de violencia, pero fue afectada
89
por la situación de la subregión. Panamá afrontó una difícil conflictividad política interna y
finalmente, en 1989, la invasión de los Estados Unidos.
A finales del siglo pasado, en la región, se inició un proceso de democratización con positivos
resultados en Nicaragua, Costa Rica y Panamá, el cual ha traído como consecuencia a una
notable reducción de los índices de violencia. Al contrario, en los restantes países y en
México se ha registrado un incremento de la criminalidad, con extremas formas de crueldad
como las mutilaciones corporales post-mórtem.
Actualmente, el estudio de las mutilaciones criminales post-mórtem en esta región es
limitado; y se realiza principalmente mediante el análisis de la información publicada en los
medios de comunicación de nuestros países, debido a la falta de estudios o trabajos de
investigación científica, de Patología o Antropología Forense sobre el tema; reflejo de las
limitaciones técnicas, operativas y financieras de la práctica pericial científica en la región.
Otra limitante considerable es la carencia de registros estadísticos específicos de las
mutilaciones criminales post-mórtem y la dispersión de la información oficial en diversas
instituciones estatales.
La mutilación de cadáveres (descuartizamiento, desmembramiento, decapitación) se ha
practicado desde los orígenes de la humanidad, en todas partes del mundo, por distintas
razones y motivaciones (1-10).
En los últimos años, debido al aumento de la actividad criminal: narcotráfico, paramilitares,
pandillas y maras (organizaciones transnacionales de pandillas criminales asociadas) los
medios de comunicación de México, Guatemala, Honduras y El Salvador han informado de
una alta incidencia de homicidios, feminicidios y mutilación criminal de cadáveres (11-14).
Por ejemplo, el 13 de mayo del año 2012, en Nuevo León, México, se encontraron, en un
solo día, 49 cadáveres mutilados (15). En Guatemala, de acuerdo con el informe estadístico
anual del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), en el año 2012 se consignaron
188 casos de mutilación corporal: decapitación y/o desmembramiento (16). En cambio, en el
Departamento de Patología Forense de ciudad de Panamá, de enero del año 2008 a
diciembre del 2016 se registraron 19 casos.
Por otra parte, al analizar la casuística de la región resaltan las diferencias en las
particularidades de algunas mutilaciones; contraste que no permite su clasificación en los
tipos de mutilación criminal post mórtem conocidos hasta la fecha (4,17-21). Este nuevo
escenario ha obligado a los médicos forenses de nuestros países, encargados de examinar los
cuerpos mutilados - ante la carencia de patólogos y antropólogos forenses, a actualizar sus
conocimientos sobre el tema y a practicar las experticias de manera individual y empírica.
LA MUTILACIÓN CRIMINAL POST-MÓRTEM
La mutilación criminal post mórtem es la fragmentación intencional de un cadáver. En
nuestros países, frente al hallazgo de cuerpos mutilados o de partes anatómicas, los
investigadores del Ministerio Público, de la Policía y de los Servicios Forenses;
90
inicialmente, deben distinguir si se trata de restos humanos o de animales; también deben
considerar que existen formas no criminales de amputación ante mórtem: cortes quirúrgicos,
secciones accidentales o pérdida de segmentos corporales por actividad necrofágica animal.
(22-25) Igualmente, se han encontrado piezas de museos de Anatomía o de Medicina Legal;
material de colección para el estudio de anatomía en facultades de Medicina humana,
veterinaria o de Antropología física; y descartes hospitalarios de un servicio de Anatomía
Patológica. Es por eso necesaria la participación del perito científico médico en la práctica
de la diligencia de investigación del lugar del hallazgo y levantamiento de los restos.
Del registro judicial de los casos, se conoce que en la mutilación criminal post-mórtem, el
cadáver desnudo o con poca indumentaria, ha sido seccionado a nivel del cuello
(decapitación) y de las extremidades (desmembramiento); luego, los segmentos se
empacaron (en bolsas plásticas, costales u otros contenedores); y se cerraron para facilitar su
transporte; tal como ya ha sido descrito por otros autores en otros países (26). La mutilación
suele hacerse en dos tiempos: En un primer momento se seccionan la piel, los tejidos
blandos, los músculos y los tendones; utilizando un instrumento filoso (cortante o punzo
cortante) fabricado (cuchillo) o improvisado: fragmentos de vidrio, hojas metálicas filosas,
instrumentos inventados, etc.; los cuales, por presión, corte y deslizamiento, causan lesiones
lineales, en colgajo o irregulares.
Además, en los restos corporales se pueden descubrir heridas mutilantes de partes
anatómicas del rostro, mamas, ano o genitales; signos de lucha, heridas de defensa,
indicios de tortura y mensajes escritos en la piel.
En un segundo momento, se escinden los huesos y las articulaciones usando un instrumento
cortante dentado (sierra manual – segueta - o a motor) o por impacto de instrumentos contuso
- cortantes (machete, espada, hacha). La desarticulación, con sección de elementos articulares
y acceso a las cavidades articulares, requiere de ciertos conocimientos anatómicos. (Figura
76)
91
Es conocido que los tejidos duros (huesos, cartílagos) registran y conservan las
particularidades estructurales de los instrumentos utilizados para las amputaciones (27-30).
Así mismo, el análisis de la morfología de las lesiones óseas, (características macroscópicas,
forma de fragmentación, fracturas, líneas o áreas de corte); el examen microscópico:
microscopía de luz, microscopía electrónica de barrido (MEB); la espectrometría de la
energía dispersa por rayos X para evidencia traza; la tomografía micro computarizada, y el
análisis mediante el uso de epifluorescencia y macroscopía, son métodos empleados en la
determinación del instrumento que pudo utilizarse para practicar la mutilación (31-32).
Lamentablemente esa tecnología de apoyo a la investigación no está disponible, como
práctica rutinaria, en nuestros países; y las deducciones sobre el o los instrumentos utilizados
para llevar a cabo la mutilación se realiza de manera empírica.
En los casos estudiados en Panamá, se ha constatado lo descrito por otros autores en otros
países: la mutilación del cadáver casi siempre se ejecuta poco tiempo después del deceso,
probablemente debido a las dificultades adicionales que implica la manipulación de un
cadáver en proceso de descomposición (26). La ausencia de reacción vital macroscópica: no
se encuentran infiltrados hemorrágicos ni retracción tisular en los bordes de los planos de
sección; y el resultado del análisis microscópico: falta de eritrocitos extravasados y de
elementos de reacción inflamatoria aguda, sustentan que la mutilación aconteció post-
mórtem (33,34).
También se ha descrito que el número de piezas corporales se relaciona con el tipo de
mutilación. Debido a las dificultades de transporte, los cortes se practican en un sitio
clandestino cercano o en el mismo sector en el que ocurrió el homicidio (35). Ese lugar debe
estudiarse como una escena de crimen secundaria; ya que allí quedan indicios y/o
evidencias relacionadas a la fragmentación, tales como: fluidos corporales (sangre, orina),
cabellos, pelos, uñas, fragmentos de tejidos (huesos astillados, músculos, grasa corporal).
Quedarán también instrumentos utilizados para realizar los cortes, los elementos usados para
alterar la descomposición (cocción, cal), para la conservación (congelador) y empaque de los
segmentos; o para su destrucción (uso de ácido o combustión). (4,26)
En la literatura revisada, se menciona entre los autores de las mutilaciones: agentes
funerarios, asistentes de morgue, carniceros, cazadores, delincuentes psicópatas, pacientes
psiquiátricos y personal de salud con conocimientos anatómicos o forenses (4). Es importante
conocer que Di Nunno (26) señala que dos de las tres mutilaciones presentadas fueron hechas
por individuos descritos por sus familiares o conocidos como completamente normales. En
cambio, de acuerdo con informes de los medios de comunicación, en Centroamérica y
México, la mayoría de las mutilaciones criminales post-mórtem son practicados por
individuos que pertenecen a grupos criminales (sicarios); algunos de ellos, asignados
específicamente al cumplimiento de esas tareas.
92
TIPOS DE MUTILACIÓN CRIMINAL
Saville, Hainsworth y Rutty (28) se refieren a una clasificación basada en la extensión de las
amputaciones:
a. LOCALIZADA, cuando hay remoción de la cabeza (decapitación), alteración del
rostro y/o de las manos o dedos para dificultar la identificación (mediante
reconocimiento facial, comparación odontológica o dactiloscopia) y,
b. GENERALIZADA, si la división del cuerpo se ha hecho en varios segmentos (cortes
en las extremidades, desarticulación de los miembros, etc.)
En cambio, Püschel y Koops, citados por Rajs y col. (4), utilizan una clasificación en cuatro
tipos, de acuerdo con el motivo de la mutilación:
a. DEFENSIVA: hecha con la intención de facilitar el traslado del cuerpo, ocultar
las evidencias y dificultar o impedir la identificación.
b. AGRESIVA: forma de agresión post mórtem contra una víctima de homicidio.
c. OFENSIVA: homicidio necro sádico, cometido en un contexto simbólico
sexual.
d. NECROMANÍACA: mutilación hecha con el deseo de obtener un trofeo o
fetiche.
También se ha descrito la MUTILACIÓN MENSAJE: aquella que incluye un repertorio de
elementos conocidos por un emisor y un receptor, ambos vinculados a grupos criminales. La
mutilación se lleva a cabo como un ajuste de cuentas, con la finalidad de amedrentar e
intimidar a rivales: narcotraficantes, maras pandillas. (29)
Al analizar la información disponible de los casos de mutilación criminal post-mórtem en
México y Centroamérica se puede comprobar que algunos encajan en el tipo defensivo de
segmentación post-mórtem, pero que la mayoría incluye elementos adicionales de intención:
propósito de enviar un mensaje de intimidación a grupos criminales rivales: notas escritas,
rótulos en las partes corporales, gráficas o muestras de violencia de etiología psicológica,
psiquiátrica o simbólica; en los fragmentos corporales: mutilación de la lengua o genitales,
decapitación, extracción del rostro y cuero cabelludo, signos de tortura, elementos
anatómicos colocados en lugares públicos o utilizados como trofeos, fetiches, difusión de
fotos y videos, etc. (12-14,16-20).
Es por eso por lo que, el análisis de la información obtenida sobre las motivaciones de la
mutilación en la región permite proponer que se agreguen a la clasificación de las
mutilaciones criminales post-mórtem las siguientes:
MUTILACIÓN MIXTA: aquella que resulta cuando se encuentran dos o más de los tipos
de la clasificación original. Por ejemplo, mutilación ofensiva (genital) y/o agresiva asociada
93
a la transmisión de un mensaje (envío de fotografías, vía celular, del cuerpo mutilado a los
familiares).
MUTILACIÓN INDETERMINADA: aquellos casos en los cuales la fragmentación
corporal y el estado de los restos impiden su clasificación en algunos de los tipos descritos.
En algunos países de la región, las formas extremas de violencia, como las mutilaciones post-
mórtem; claras manifestaciones de actividad criminal simbólica que, junto con la
desaparición masiva de víctimas, y la aparición de fosas clandestinas, parecen enmarcarse en
un contexto de estados de violencia ligados al crecimiento y consolidación de grupos de
narcotraficantes y otros criminales.
Por ejemplo, en los casos de las mutilaciones informadas en México, el ejercicio más
elaborado de la violencia no sólo involucra dar la muerte, sino alcanzarla a través de
un proceso de dramatización de la misma mutilación. Es decir, lo que se intenta es
montar una escena atemorizante que muestre el grado de violencia y crueldad de la
que son capaces. Además, las mutilaciones, casi siempre van acompañadas de una
producción discursiva que permite a los perpetradores expresar la justificación de su
actuación; mediante mensajes escritos, como si la violencia ejercida hacia el cuerpo
tuviera que acompañarse de una explicación. Es por eso por lo que autores mexicanos
como Pavón Cuellar y Albarrán Días (29) afirman que, en la interpretación de este
tipo de mutilaciones debe considerarse que el cadáver es el instrumento de la acción
discursiva, y que todo el cuerpo no es más que el sustento literal de una sangrienta
enunciación (discurso del narcotráfico).
En El Salvador, Honduras y Guatemala, los altos índices de criminalidad son de larga data;
las mutilaciones criminales son parte de una estela de violencia que incluye lapidación,
ignición y de tortura en los cuerpos. Llama la atención que numerosos casos de
decapitaciones y mutilaciones criminales post-mórtem, se han dado en centros reclusión
penitenciaria; cárceles llenas de pandilleros y mareros en constante lucha por espacios de
poder dentro y fuera de esos sitios. Además, la proliferación de prácticas de enterramiento y
ocultamiento de los cadáveres mutilados; documentado en el aumento de fosas y cementerios
clandestinos, dificulta la localización de los cuerpos, la identificación de las víctimas, y
conlleva a un sub-registro que enmascara la realidad de las mutilaciones. Otro aspecto digno
de resaltar es la cantidad de casos de cuerpos mutilados de mujeres, reflejo de la crueldad y
gravedad de los femicidios en la región. (30)
Tal como se ha mencionado, una de las muchas dificultades encontradas en el registro y
análisis de los casos de mutilación criminal post-mórtem, es la carencia de protocolos
forenses específicos para el abordaje de estos casos. A pesar de que la configuración
constitucional de las instituciones regionales de justicia contempla un diseño de trabajo
coordinado y de permanente colaboración e interacción constante; en la práctica, las
actuaciones de las instituciones de justicia y servicios periciales científicos siguen denotando
94
fragmentación, desarticulación, confusión de competencias y prácticas disfuncionales; lo que
impide que funcionen como un sistema integrado. (31)
Es por eso por lo que lo que la investigación de fragmentos humanos resultantes de
mutilación criminal post-mórtem, debe ser acorde con un protocolo de actuación
interinstitucional (32) que comience en el análisis del sitio y las circunstancias del hallazgo;
guíe el examen de las partes corporales y la determinación del tipo de mutilación. El uso de
tal protocolo facilitará la práctica de las experticias médico-legales; aportará elementos
científicos a las investigaciones policiales y judiciales; propiciando el estudio y análisis del
fenómeno a nivel nacional y regional.
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97
CAPITULO 14
INTOXICACIONES Y GENERALIDADES DE LA TOXICOLOGÍA FORENSE
Deyka Cummings Chiari
Violeta Ku Pecho.
"¿Hay algo que no sea veneno? Todas las cosas son veneno, y no hay nada que no lo sea.
Solamente la dosis determina que una cosa sea o no veneno: dosis sola facit venenum".
Paracelso (1493- 1591)
14.1 INTRODUCCIÓN
El trauma químico es causado por una sustancia exógena al organismo (tóxico). Las vías de
introducción de ese compuesto al cuerpo humano son varias: subcutánea, oral, nasal, rectal,
intravascular, intramuscular, etc., siendo su efecto nocivo local o sistémico.
Desde la perspectiva de la Medicina Legal y Forense, el trauma químico ocasiona daños
(lesiones e incluso la muerte), en función de varios factores. En la práctica médico legal, la
evaluación del daño depende de si se trata de una persona viva o de un cadáver.
Las personas con lesiones, que son consecuencia de trauma químico, son evaluadas en la
sección de Clínica Médico Legal del IMELCF. La evaluación incluye el examen clínico y
los estudios complementarios necesarios para demostrar el efecto nocivo del tóxico
involucrado, tomando en cuenta el tipo de sustancia, la vía de entrada y el tiempo de
exposición. Si la persona recibió atención médica posterior al hecho investigado; el estudio
del expediente clínico es un elemento clave para establecer la relación causa - efecto.
Por otra parte, cuando el resultado de la exposición a un compuesto químico (incluyendo las
drogas de abuso, entre otros), es la muerte de una persona; la valoración del caso debe ser
integral, comenzando desde la investigación del sitio del levantamiento del cadáver, la
práctica de la necropsia, y finalizando con el análisis de los resultados de las pruebas de
Toxicología y de otros análisis.
En el presente capítulo abordaremos algunos conceptos básicos de la Toxicología Forense
y su aplicación en la investigación de los casos médico-legales de intoxicaciones, reacciones
adversas y sobredosis, de las principales sustancias tóxicas descritas en la literatura de la
especialidad con énfasis en aquellas de mayor frecuencia en el quehacer médico legal de
nuestro país.
98
A. CONCEPTOS BÁSICOS
Toxicología: Es la ciencia que estudia las sustancias químicas y los agentes físicos en cuanto
son capaces de producir alteraciones patológicas a los seres vivos. También estudia los
mecanismos de producción de tales alteraciones y los medios para contrarrestarlas; así como
los procedimientos para detectar, identificar y determinar tales agentes y valorar su grado de
toxicidad. (1)
Toxicología Forense: Es la rama de la Toxicología que estudia las sustancias y su
comportamiento en el organismo con fines de aportar elementos en una investigación médico
legal.
Tóxico: Cualquier agente químico o físico capaz de producir un efecto adverso para la salud.
Todos los agentes físicos y químicos son tóxicos potenciales ya que su acción depende de la
dosis, las circunstancias individuales y ambientales. (1)
Toxicidad aguda: Capacidad de una sustancia para producir efectos adversos dentro de un
corto periodo de tiempo (usualmente 24 horas después de la administración de una dosis
única o después de dosis repetidas).
Intoxicación: Proceso patológico con cuadro de signos y síntomas causados por una
sustancia endógena o exógena.
Muerte por reacción adversa al consumo de sustancias psicoactivas (drogas de abuso:
cocaína, éxtasis, heroína, etc.): Muertes inducidas o provocadas directamente por el consumo
reciente de sustancias psicoactivas. No hay un nivel tóxico en sangre a partir de cual se
considere se produce una sobredosis de estas sustancias. (Delgado et al. 2011)
Muerte por Sobredosis por drogas de abuso: El término se utiliza exclusivamente a la
ingesta masiva de un tóxico; por ejemplo, los “body packers” o “mulas” (Blaho et al. 2000).
Tolerancia: Disminución de la respuesta a una dosis concreta de una droga o un
medicamento que se produce con el uso continuado. Se necesitan dosis más altas de alcohol
o de otras sustancias para conseguir los efectos que se obtenían al principio con dosis más
bajas.
99
Desde las perspectivas, judicial y médico legal, cuando el resultado de la intoxicación es la
muerte y tomando en cuenta el origen y las circunstancias del hecho investigado (manera de
la muerte o etiología médico – legal), las intoxicaciones se clasifican en:
101
Los compuestos ácidos precipitan las proteínas causando necrosis de coagulación
(desnaturalización); en la piel, se reconocen como lesiones de color negruzco,
irregulares e induradas.
En aquellos casos en los que el paciente fallece trayecto al hospital el médico forense
debe solicitar los registros de atención prehospitalaria y preguntar, a familiares,
conocidos o amigos, por los síntomas y signos clínicos que presentó el afectado; también,
la(s) probable(s) sustancia(s) tóxica(s) implicada(s) en el deceso. Además, deberá
conocer los antecedentes patológicos del fallecido, especialmente: depresión u otras
enfermedades mentales, enfermedades crónicas (graves degenerativas, tumores
malignos), farmacodependencia o abuso de drogas ilícitas, entre otras.
3. Necropsia.
Hallazgos externos. Se deben fijar fotográficamente aquellos hallazgos que sugieran
consumo o exposición crónica a sustancias químicas. Ejemplos: tabique nasal
102
perforado en consumidores de cocaína, venas que resaltan como marcas (el así
llamado “tracking” debido a laceraciones cicatrizadas de su pared interna), cicatrices
circulares por inyecciones subcutáneas, entre otras.
En aquellos casos de muertes relacionadas con medicamentos, drogas lícitas e ilícitas, los
cadáveres se envían a las morgues judiciales del IMELCF. Se practican las necropsias, se
toman las muestras (de acuerdo con las recomendaciones mencionadas en capítulo anterior),
y se envían, con su correspondiente formato de cadena de custodia, al laboratorio de
Toxicología Forense. También se envía al laboratorio cualquier material asociado al evento
investigado, como jeringas, tabletas, viales y otros contenedores con sustancias sospechosas
de haber causado la intoxicación.
103
En el laboratorio, las muestras son sometidas a un análisis preliminar; luego, en las muestras
de orina o humor vítreo (matrices biológicas) se confirma la presencia de una droga o
compuesto específico. Igual se procede con el análisis del contenido gástrico y de los tejidos
recibidos, para confirmar o identificar otras sustancias de interés toxicológico. Luego, se
procede con la detección (análisis cualitativo); y en la medida de lo posible, la cuantificación
del tóxico en la sangre
14.3.1 PLAGUICIDAS
Según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos, EPA (por sus siglas en
inglés) un plaguicida es una sustancia o mezcla de sustancias diseñada para prevenir, destruir,
repeler o mitigar una plaga.
Generalidades
104
Según la acción biocida que el plaguicida ejerza, es decir, el tipo de organismo sobre el cual
actúan, se clasifican en acaricidas, alguicidas, herbicidas, insecticidas, rodenticidas, etc. Los
plaguicidas más importantes son los orgánicos sintéticos donde se encuentran los clorados,
fosforados, carbamatos, bipiridilos y piretroides; esta nomenclatura corresponde a la familia
química; es decir, el grupo al que pertenece el principio activo.
Su presentación puede ser en aerosol, cebo, formulación soluble, fumigante, granulado o en
polvo.
Generalmente los plaguicidas se componen de un sólo principio activo, junto con los
excipientes; pero también se pueden mezclar varios ingredientes activos para formular un
nuevo producto. Afectan de manera aguda o crónica la salud, aumentan la contaminación
ambiental y provocan intoxicaciones e incluso la muerte.
105
CARBAMATOS: Constituyen el grupo químico más utilizado en el país. Metomil es el
mayormente identificado en el laboratorio de Toxicología del IMELCF. Es un insecticida-
acaricida. El insecticida Propoxur (Baygon) también pertenece a los carbamatos al igual que
el Carbofuran y Oxamil. Su acción tóxica es corta (de minutos a 48 horas) comparado con
la producida por los organofosforados y se debe a la carbamilación reversible de la enzima
acetilcolinesterasa. Algunos nombres comerciales de estos compuestos son: Baygón, Albol,
Landrín, Lannate.
106
evitar la interferencia excesiva de grasas, pigmentos, etc. propios de la muestra; estos
compuestos pueden reducirse con una limpieza del extracto pasándolo por columnas
de vidrio o de extracción de fase sólida antes de analizarlo; ya sea por: CG-ECD
(cromatografía de gases con detector de captura de electrones ) con buena sensibilidad
para los clorados; CG-NPD (cromatografía de gases-detector de nitrógeno-fósforo)
ideal para fosforados y CG-MS (Cromatografía Gaseosa con detección selectiva de
masas) utilizado en modo de barrido (SCAN) para identificar una amplia variedad de
plaguicidas por su comparación con las estructuras de las bibliotecas y en modo de
monitoreo de iones (SIM) para confirmación por el tiempo de retención y los iones
característicos del espectro de masas.
La HPLC (cromatografía líquida) con variados detectores como el UV, de
fluorescencia o de Masas con diferentes columnas y mezclas de solventes en modo
isocrático o con gradientes también es ampliamente utilizada para el análisis de
plaguicidas en general.
Para el año 2015 el Laboratorio de Toxicología del IMLECF realizó 76 análisis por
sospecha de plaguicidas de los cuales 19 resultaron positivos siendo los principales
detectados Paraquat (7), Diazinón (3), Metomil (3) y el resto por Oxamil, Diclorvos,
2-4D, Carbofuran, Terbufos y Amitraz. Durante en 2016 se realizaron 56 análisis por
sospecha de plaguicidas de los cuales 19 resultaron positivos a destacar: Metomil (7),
Paraquat (5), Carbofuran (4), Diclobenil (1), Oxamil (1) y Fosasepam (1).
El monóxido de carbono (CO) es un gas sin olor ni color, con una densidad muy similar a
la del aire. Se produce por la combustión incompleta de materiales orgánicos, siendo fuentes
comunes de CO: el humo de cigarrillo, escapes de automóviles, sistemas calentadores con
deficiente mantenimiento, procesos industriales y humo proveniente de incendios, también
se genera una mínima cantidad de CO endógeno por el catabolismo del grupo hemo. (Baselt,
2011) El CO es 240 veces más afín a la hemoglobina que el oxígeno, por lo que en un
ambiente saturado se formará Carboxihemoglobina (COHb), la cual tiene una vida media de
4-5 horas y puede reducirse al administrar oxígeno puro al individuo.
14.3.3 CIANURO
El cianuro, en forma de sales de sodio o potasio, es uno de los tóxicos de efecto mortal rápido
(causa anoxia histotóxica). Como líquido, es volátil y posee un olor a almendras amargas.
El hidrógeno de cianuro también puede producirse en alta concentración en incendios donde
haya materiales que contienen nitrógeno. Igual que el CO también se encuentra en pequeñas
cantidades normalmente en los tejidos producto de la ingesta de alimentos cianogénicos y
por fumar. En Panamá hemos tenido casos relacionados a exposición laboral (joyeros que
usan sales de cianuro para limpiar piezas de oro). Su análisis preliminar al igual que en el
108
caso del CO se realiza por métodos colorimétricos de micro difusión y la confirmación por
CG-FID (cromatografía de gases con detector de ionización de llama).
Durante los años 2015 y 2016, en el Laboratorio de Toxicología Forense del IMELCF, se
recibieron 10 y 9 solicitudes, respectivamente, por análisis de CO, mientras solo hubo una
solicitud de análisis de CN, en el año 2015.
14.3.4 ETANOL
El etanol, es el alcohol de mayor importancia toxicológica, es una droga socialmente
aceptada presente no sólo en cervezas, vinos y bebidas destiladas, también en elixires
(medicamentos) y enjuagues bucales. Terapéuticamente sólo se aplica vía intravenosa en
pacientes intoxicados con metanol o etilenglicol para prevenir su conversión a metabolitos
más tóxicos. Su efecto como depresor del sistema nervioso central es ampliamente conocido.
La OMS estima que es el causante de 2.5 millones de muertes al año. Mientras que el 3.8 %
de las muertes a nivel mundial han sido relacionadas con el consumo de alcohol. (Rehm J,
Masters C, Popoca S, et al., 2009)
En los quehaceres médico-legales la detección de alcohol dentro de las pruebas toxicológicas
es frecuente.
El laboratorio de Toxicología Forense del IMELCF registra en sus estadísticas, para
el año 2015, un ingreso de 1853 solicitudes para la detección de etanol en sangre, de
las cuales 452 resultaron positivas; mientras que para el 2016 se recibieron 1751
solicitudes de las cuales 432 resultaron positivas, en muestras tanto de Clínica
Médico Legal como de la Morgue Judicial. En la Gráfica 8 se presentan los
resultados positivos por mes, en ambos años.
109
Técnicas utilizadas para la detección de alcohol en fluidos biológicos
En el laboratorio disponemos de pruebas preliminares y pruebas confirmatorias de
la presencia de alcohol en las distintas matrices biológicas. Los principales fluidos
biológicos utilizados son: sangre, orina y humor vítreo. Cabe destacar la importancia
de la toma de muestra de humor vítreo, para la realización de pruebas de confirmación
de los valores obtenidos en las muestras sanguíneas. (Kugelberg, F., 2007).
Aunque existen técnicas químicas y enzimáticas, la cromatografía gaseosa con
ionización de flama es la más ampliamente utilizada. Existen técnicas para la
detección de marcadores de intoxicación alcohólica: el etil glucurónido y el etilsulfato
por HPLC-MS (Cromatografía de líquidos con espectrómetro de masas) y la β -
hidroxibutirato por CG-MS. ( Cromatografía de gases-espectrometría de masas).
Es regla general que en los casos de hechos de tránsito se envíen al laboratorio
muestras de sangre para realizar la prueba de alcoholemia, además de la detección de
otros analitos de interés para la investigación. Este análisis es realizado por
Cromatografía Gaseosa; como en el caso de las drogas y medicamentos, con la
diferencia de que el detector es un dispositivo de ionización de flama (FID) y la
muestra ya preparada en viales es calentada y presurizada automáticamente por un
muestreador de espacio de cabeza (HSP) el cual inyecta directamente la muestra
volatilizada en equilibrio al cromatógrafo.
El reporte de las muestras (resultados) se realiza basado tanto en la tabla del
Reglamento de Tránsito de Panamá, como en las tablas de interpretación clínica,
como las de Dubowsky y Repetto.
111
El alcohol por sí mismo, puede causar la muerte dado su efecto depresor del sistema nervioso
central y del sistema cardiovascular. Valores superiores a los 300 mg/dL son suficientes para
causar el fallecimiento del individuo por intoxicación aguda. (Drummer O., 2014)
14.3.5 COCAÍNA
Es uno de los más potentes estimulantes del Sistema Nervioso Central (SNC) y un
simpaticomimético; químicamente es un alcaloide proveniente de las hojas de las plantas
Erythroxylon coca y Erythroxylon novogranatense, vegetal que no crece en Panamá.
Se procesa, de manera clandestina, como pasta de cocaína y luego, mediante un complejo
proceso, que utiliza distintos solventes (sustancias alcalinas fuertes como: methyl isobutiril
cetona, solventes orgánicos) se obtiene el producto final: Clorhidrato de Cocaína. (Karch,
2016)
Otras presentaciones disponibles para consumo son sus derivados adulterados: el “crack” o
“piedra” (forma de cocaína disuelta en agua, cocida con bicarbonato de soda, lo que le da un
aspecto de cristal o piedra); el “bazuco” se denomina a la pasta base (fase intermedia en la
elaboración de cocaína; conocida como pasta básica o cocaína sulfúrica).
En Medicina, la cocaína se utilizó (ocasionalmente en algunos países) como medicamento
anestésico oftálmico en la presentación líquida de Cocaína HCl al 1-4% y al 10-20%, aplicada
en la nariz o la garganta. El psiquiatra Sigmund Freud le adjudicó supuestas propiedades
terapéuticas, pero hace muchos años se demostró su efecto nocivo y se prohibió su empleo
con fines terapéuticos. Actualmente, su principal uso es como droga recreacional.
Las vías de administración de la cocaína son: oral, intranasal (“esnifar”, “snorting”) -
proceso de inhalar la cocaína en polvo a través de la mucosa nasal-; inhalación del humo
ingresado por vía pulmonar (crack, bazuco) e intravenosa. La vía oral es utilizada para el
transporte de comprimidos, cubiertos por materiales como el látex, ingeridos por la boca y
depositados en el tubo digestivo de personas conocidas como "mulas" (en inglés body
packers). La vía vaginal y/o anal es utilizada en prácticas con fines sexuales y también como
transporte.
La droga se absorbe rápidamente en todos los sitios de aplicación o contacto. Cuando
es inhalada en polvo, el inicio del efecto ocurre en aproximadamente 30 segundos y
dura entre 30 y 90 minutos; en la forma fumada, el efecto también inicia en segundos
y dura entre 45 y 90 minutos. (Payne- James, 2005)
Una vez consumida la cocaína es rápidamente inactivada en el organismo, por
hidrólisis, principalmente en el hígado; su vida media en sangre es de 0.7-1.5 horas.
Sus principales metabolitos benzoilecgonina (BZE), ecgonina metil éster (EME) y
ecgonina aparecen en las horas subsecuentes. (Baselt et al. 2011) La vida media de
112
BZE y EME es mayor comparada con la de la cocaína. EME tiene una vida media de
4 horas y BZE de 4 a 6 horas en sangre, mientras que en la orina es detectable hasta
por 2- 3 días, tras una inhalación de 100 mg. de cocaína en polvo. (Karch, 2016)
Si se consumen simultáneamente cocaína y alcohol, en el hígado se produce cocaetileno un
compuesto menos activo que el original, pero más tóxico.
La cocaína es eliminada por la orina en su forma original entre 1-9% del total consumido;
en forma de benzoilecgonina entre 35 y 54%), ecgonina metil éster entre 32-49 % y
ecgonina, en trazas, en un período de 24 horas; sin embargo, algunos metabolitos pueden
detectarse en consumidores crónicos hasta 5 días o más después del consumo. (Baselt et al.
2011) En la orina, la cocaína es rápidamente hidrolizada a benzoilecgonina, a pH mayores
de 7, y en la sangre a ecgonina metil éster por la enzima colinesterasa.
Además de la cocaína y sus metabolitos en las muestras analizadas también se detectan
sustancias adulterantes, las cuales tienen como fin diluir la cocaína o darle efectos que
incrementen los resultados estimulantes), (Negrusz et al. 2013); los adulterantes más
comunes localmente son el levamisol, la lidocaína, la cafeína y la ketamina.
Mecanismo de acción
El efecto de la cocaína en el cerebro humano es dual: por un lado, bloquea la transmisión
nerviosa (cierra los canales de sodio), causando un efecto anestésico local, y al mismo
tiempo bloquea la recaptura de las sustancias encargadas de la transmisión nerviosa a nivel
cerebral (neurotransmisores: Dopamina, Serotonina y Noradrenalina), aumentando su
concentración en la membrana sináptica (efecto estimulante). La descarga inducida de otra
sustancia (Noradrenalina) es la responsable de los efectos adrenérgicos que presenta el
consumidor de la droga: vasoconstricción, hipertensión, taquicardia, taquipnea. Los
efectos sobre el comportamiento son mediados por la Dopamina: euforia, excitación
sexual, energía, paranoia, alucinaciones y disforia. (Delgado et al. 2011)
Signos clínicos:
• Los fumadores crónicos de crack (piedra) suelen tener una pigmentación ocre en las
encías, en los dientes centrales y en las caras externa e interna de los dedos índice y
medio de la mano con que sostienen la pipa para fumar la droga.
• En inhaladores consumados de polvo de cocaína se pueden encontrar perforaciones
de los tabiques nasales, secundarias al efecto de vasoconstricción de la droga
(constricción vascular que causa isquemia del cartílago nasal y necrosis local)
• Los usuarios de la forma líquida (inyecciones) se inyectan la droga en sitios
anatómicos no visibles, con el propósito de ocultar los estigmas residuales de las
punciones. Cuando se encuentran, aparecen en la piel como halos equimóticos
(violáceos) de centro pálido.
Hallazgos de necropsia:
113
• Son inespecíficos: edema pulmonar y congestión general de las vísceras.
• Un consumo agudo puede producir la muerte por constricción coronaria, isquemia
aguda del miocardio y arritmia.
• En consumidores crónicos de cocaína: es posible encontrar cambios viscerales,
principalmente a nivel del sistema cardiovascular: cardiomegalia (corazón aumentado
de tamaño y peso) con hipertrofia (engrosamiento) del ventrículo izquierdo, fibrosis
miocárdica (micro-infartos por isquemia) asociada al consumo cocaína; en fase más
avanzadas de afectación cardíaca miocardiopatía dilatada. La cocaína también es un
factor contribuyente al desarrollo de la Arterioesclerosis coronaria (con cierre de la
luz arterial).
• A nivel cerebrovascular, el consumo de cocaína puede causar: hemorragia
intracerebral, hemorragia subaracnoidea y accidentes cerebrovasculares isquémicos.
(Delgado et al. 2011) (Karch, 2016)
La muerte por cocaína puede ser consecuencia de un efecto tóxico agudo de la misma
droga (muerte por reacción adversa a la cocaína) o a consecuencia de una enfermedad
asociada al consumo crónico. Se considera que no existe un nivel tóxico de cocaína en
sangre a partir del cual se pueda afirmar que se trata de una muerte por sobredosis letal
de la droga; esto se debe principalmente a la tolerancia desarrollada por los consumidores
habituales de cocaína; tal como ya se mencionó, una dosis puede ser alta y causarle la
muerte a un individuo, mientras que esa misma cantidad puede pasar clínicamente
inadvertida en otro consumidor de la droga. (Delgado et al. 2011)
Al laboratorio de Toxicología Forense se envían muestras de sangre periférica, cardíaca,
orina y humor vítreo, principalmente. Además, se deben tomar muestras de tejidos para
estudios histopatológicos, en especial del corazón y todas las muestras sospechosas de
contener la droga encontrada dentro del cuerpo, con su respectiva cadena de custodia.
Para la detección de la cocaína y sus metabolitos se utilizan distintas técnicas.
Preliminarmente se puede realizar un estudio mediante inmunoensayos, que
generalmente detectan el metabolito benzoilecgonina en muestras de orina. Para la
confirmación de la cocaína y sus metabolitos por Cromatografía de Gases se
recomienda la derivatización; la detección puede ser por MS, FID o NPD. También
pueden analizarse por HPLC con detector UV o MS.
En el registro estadístico del laboratorio de Toxicología Forense del IMELCF, para
la primera mitad del año de 2015, consta que se recibieron 1653 solicitudes para la
detección de cocaína, de las cuales, 171 resultaron positivas. En cambio, para el
mismo periodo del año siguiente (2016) se recibieron 1750 solicitudes similares, de
las cuales 217 resultaron positivas.
114
Para la segunda mitad del año 2015 se analizaron 1797 solicitudes por cocaína
obteniéndose 176 resultados positivos; en contraste, en el 2016, en los mismos meses
se recibieron 1617 solicitudes con 180 resultados positivos. En la Gráfica 9 se muestra
la representación de los resultados mencionados.
Gráfica 9. Cantidad de análisis positivos por cocaína, por mes, en los años 2015 y 2016
14.3.6 MARIHUANA
Esta droga proviene de la planta Cannabis sativa (cáñamo), especie de herbácea de la familia
Cannabácea. La planta ha sido cultivada desde tiempos inmemoriales por sus múltiples
empleos, incluyendo el medicinal o por sus efectos sobre el sistema nervioso central
(psicoactivo). La marihuana es conocida popularmente con múltiples denominaciones, como
“ganja, grifa, yerba mala”, entre otros. Sus efectos farmacológicos incluyen: sedación,
euforia, alucinaciones y distorsión temporal.
El principal agente psicoactivo de la marihuana, y que produce efectos alucinógenos, es el
Δ-9-tetrahydrocannabinol (THC), que, una vez entra al organismo, es rápidamente
absorbido y casi completamente metabolizado. Su pico plasmático (nivel más alto de
concentración) se observa a los 10 minutos de inhalar y aproximadamente a 1 hora después
de ingerir THC. El 70% de una dosis se elimina del organismo a las 72 horas, 30% por la
orina y 40% en las heces.
En los consumidores crónicos, el THC se acumula en el tejido graso, y puede ser detectable
en orina por períodos mucho mayores, por lo cual su vida media puede aumentar de 3-13
días; comparativamente, en consumidores ocasionales su vida media es de 20-57 horas.
115
En el laboratorio de Toxicología Forense del IMELCF, los análisis preliminares están
diseñados para detectar el metabolito Δ-9-THC en las muestras de orina; se
recomienda la confirmación del resultado por medio de CG-MS, previa hidrólisis y
derivatización, aunque igualmente puede aplicarse HPLC-UV y HPLC-MS.
En los años 2015 y 2016, se recibieron 6822 solicitudes para la detección de
marihuana, en distintas matrices biológicas, con un 24 % de casos positivos por la
presencia de metabolitos de la marihuana.
La interpretación de pruebas positivas dependerá de si se trata de un consumidor
crónico o eventual de mariguana; sin embargo, es posible la estimación de un rango
de consumo que va de días a varias semanas.
Desde el punto de vista químico, el dietilenglicol (DEG) es un diol (junto con el etilenglicol
o 1- 2etanodiol), ambos son utilizados como solventes industriales y se usan como líquido
anticongelante para radiadores, refrigerante para motores de aviones, en adhesivos, en la
síntesis de fibras poliéster y polimerizado como disolvente en barnices y medicamentos.
El DEG también se usa como lubricante y solvente, carece de color, olor y su sabor es dulce.
Una vez ingerido en el organismo se elimina 80% por la orina y 20% en las heces, en un
periodo aproximado de 5 días. Dos tercios como DEG y el tercio restante como su principal
metabolito ácido 2-hidroxi-ethoxiacético (HEAA). Su vida media en sangre se estima de 3-
4 horas.
La etiología médico forense más frecuente de la intoxicación con DEG es la accidental. En
la mayor parte de los casos registrados en la literatura de la especialidad, la intoxicación con
DEG ha ocurrido por contaminación de medicamentos, como sucedió en Argentina (1992) y
en Panamá (2006), país con la mayor cantidad de muertos y personas con secuelas por DEG
en el mundo. También se han registrado casos de bebidas alcohólicas adulteradas con glicoles
en la India.
Los daños causados por el DEG en el organismo aún son motivo de estudio; sin embargo, ya
hay suficiente evidencia de las alteraciones a nivel de hígado, riñón y sistema nervioso.
En el laboratorio de Toxicología se analizan muestras biológicas (sangre y vísceras) para la
detección del DEG o de sus metabolitos. En el caso de Panamá, además se examinaron
muestras de jarabes y de otros medicamentos sospechosos de contener el tóxico. En el
procesamiento, las muestras son diluidos con metanol (1:10) y luego analizadas mediante
cromatografía gaseosa y detector de ionización de llama (CG-FID) o mediante el uso de un
detector selectivo de masas (CG-MS). Así mismo, el análisis puede llevarse a cabo por CG-
MS, CG-FID, GC-EC. (8)
116
14.3.8 MEDICAMENTOS
Dentro de los principales grupos de medicamentos de interés toxicológico forense, por ser
comúnmente prescritos, administrados o empleados de manera abusiva, están los
analgésicos, sedantes barbitúricos, benzodiacepinas, anticonvulsivantes, anestésicos y los
antidepresivos.
La principal etiología médico forense de las intoxicaciones con medicamentos es la
accidental (como sucedió con el episodio de intoxicación aguda con alcohol bencílico en la
sala de Neonatología del Complejo Hospitalario Metropolitano de la caja de Seguro Social);
también se utilizan medicamentos para cometer suicidios y rara vez homicidios.
Dos factores relevantes en cualquier análisis toxicológico, y de mayor relevancia cuando se
trata de medicamentos, son la vida media de la sustancia, concepto que puede definirse
como el tiempo que tarda el organismo en eliminar del sistema sanguíneo, la mitad de la
concentración administrada; además, las dosis terapéutica, tóxica y letal de un compuesto
tóxico. Por ejemplo, en condiciones normales, no deben encontrase concentraciones de
drogas ilícitas o plaguicidas en el organismo; no obstante, esta condición no aplica para los
medicamentos.
Una clasificación de los medicamentos se hace tomando en cuenta su naturaleza química:
sustancias ácidas (barbitúricos), neutras y básicas (amitriptilina).
En el laboratorio, en función de la complejidad de la muestra biológica -orina, sangre,
contenido gástrico o tejidos-, procede la extracción en columnas de fase sólida para
separar mejor el analito. Las principales técnicas analíticas empleadas en los
laboratorios para la detección de estas sustancias son: CG y HPLC para
antidepresivos tricíclicos; los anticonvulsivantes tipo fenitoína, lamotrigina, etc.;
éstas son bien identificadas por CG/MS y por HPLC. La CG-MS, HPLC, y el UV
son las técnicas recomendadas para barbitúricos, aunque si han pasado más de dos
horas desde la ingesta del medicamento puede que la sustancia migre del estómago al
intestino delgado dando negativo el análisis de contenido gástrico.
Las Benzodiacepinas son tranquilizantes ampliamente prescritos y por lo mismo
presentes con frecuencia en casos de sobredosis; en el laboratorio se analizan
principalmente por CG-EC, CG-MS y HPLC.
GENERALIDADES
El laboratorio de Toxicología Forense, actualmente ubicado en el corregimiento de
Ancón, en la ciudad capital, ofrece una batería de análisis toxicológicos a los
Servicios de Clínica Médico-Legal y Patología Forense (morgues judiciales) del
IMELCF. El laboratorio está en condiciones de detectar, identificar y cuantificar
drogas de abuso, medicamentos, pesticidas, metales y otras sustancias venenosas en
las muestras biológicas recibidas.
118
Generalmente el panel de monitoreo preliminar incluye por rutina las principales
drogas de abuso o sus metabolitos como la cocaína, marihuana, opioides y
anfetaminas; y los más importantes medicamentos como barbitúricos,
benzodiacepinas, antidepresivos, fenobarbital, reportados como consumidos o
administrados.
ANÁLISIS CONFIRMATORIO
Las técnicas cromatográficas en general se caracterizan porque antes de aplicarlas es
necesario separar las drogas de la matriz en la que se encuentran mediante técnicas
de extracción.
La Cromatografía de gases con detección selectiva de masas (CG-MS) es la técnica
de referencia para identificar, confirmar y cuantificar compuestos en fluidos
biológicos. En realidad, es la unión de dos técnicas: la cromatografía gaseosa que es
una técnica categoría B; es decir, selectiva la cual según la IUPAC es un método para
la separación de los componentes de una muestra, mediante su distribución en dos
fases separa los componentes presentes en una muestra volatilizada de acuerdo a su
peso molecular y la espectrometría de masas, técnica categoría A, la cual identifica
los compuestos al comparar su estructura con las estructuras de sus bibliotecas
internas o la de un patrón inyectado.
Esta técnica instrumental es la más utilizada para la identificación, confirmación y
cuantificación de drogas de abuso, medicamentos y plaguicidas.
La CG-MS posee la limitante de sólo poder analizar sustancias volátiles; es decir,
aquellas que podemos pasar de estado líquido a gaseoso; quedando un grupo de
sustancias (las no volátiles) que requieren otra técnica analítica. Para estas sustancias
se utiliza la Cromatografía líquida de alta eficiencia (HPLC) en donde la muestra
directa o procesada es diluida en una mezcla adecuada de solventes, con pH
característico, y pasa a través de una columna adecuada a diversos gradientes (flujo)
para ser separada e identificada por detectores como el UV-Visible, de arreglo de
diodos (DAD), de fluorescencia, de masas con simple cuadrupolo, masas con triple
cuadrupolo (QQQ), cuadrupolo con tiempo de vuelo (Q-TOF), masas ICP para
detección de metales, etc.
RESULTADOS
Los resultados son suministrados directamente al médico forense que envió la
muestra o a la autoridad solicitante, según sea el caso. En el ámbito legal, en el cual
nos manejamos, el analista de Toxicología Forense puede ser llamado a rendir
testimonio sobre su experticia. En el laboratorio debe reposar el expediente del caso
con el registro de todo el proceso de cadena de custodia de las muestras, desde su
recepción hasta el su procesamiento y resultados. Cualquier residuo de las muestras
examinadas debe ser almacenado bajo congelación por un tiempo definido; de esta
119
manera el remanente podrá ser utilizado en caso de solicitud de ampliación de los
análisis o de re-análisis, a solicitud de la autoridad competente.
DIFICULTADES
Una limitante para cumplir con todas las solicitudes de análisis se relaciona con los
paneles de análisis preliminares; ya que los mismos no abarcan todo el espectro de
sustancias de interés toxicológico, por lo que los laboratorios seleccionan paneles que
detecten grupos funcionales característicos de las principales familias de sustancias;
las sustancias en sí o sus metabolitos.
En otras ocasiones, el análisis preliminar no logra diferenciar, por ejemplo, una
anfetamina (droga ilegal) de otras sustancias de uso farmacológico o legales como la
efedrina de los jarabes para la tos; y descongestionantes nasales o la morfina de la
codeína presente en ciertos medicamentos.
Algunas sustancias como los opioides (buprenorfina, morfina) presentan dificultades
analíticas cuando se procesan por cromatografía gaseosa, y se requieren extracciones
más limpias como las extracciones en fase sólida en lugar de las típicas extracciones
líquido-líquido; igualmente, algunas muestras requieren ser derivatizadas para
mantener su estabilidad y no descomponerse y perderse producto de las altas
temperaturas.
Cuando se necesita conocer no sólo la presencia de un medicamento, sino también su
concentración (para establecer una posible intoxicación como causa de muerte), dos
factores influyen negativamente en el trabajo del laboratorio de Toxicología Forense;
en primer lugar la cantidad de muestra enviada, específicamente la cantidad de sangre
disponible para llevar los resultados hasta una cuantificación, y en segundo lugar, la
necesidad de contar con un estándar certificado de la sustancia sospechosa para poder
llevar a cabo la cuantificación (se trata de sustancias con alto grado de pureza y alto
costo); además, pese a que existen disponibles muchas sustancias de importancia
toxicológica, nuestro laboratorio, por razones presupuestarias institucionales, no está
en capacidad de contar con todas ellas.
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122
CAPÍTULO 15
15.1 INTRODUCCIÓN
En la actualidad, los médicos forenses son los encargados de practicar las autopsias médico-
legales y de establecer la causa de la muerte en toda muerte súbita, inexplicada y violenta.
Algunas de esas muertes pudieron haber ocurrido a consecuencia del desarrollo de
enfermedades infecciosas transmisibles dando origen a situaciones de peligro inminente
para la familia y la sociedad. Otras muertes, pueden ocurrir por enfermedades no
transmisibles, cuya prevalencia podría influenciar las políticas nacionales de Salud Pública,
a corto y mediano plazo.
La primera parte de este capítulo se enfoca en estos dos grupos de patologías y presenta las
relaciones que tiene la Medicina Legal y Forense moderna con las instituciones de salud y
Estadística del país. Más adelante, se expondrá cómo deben ser abordados este tipo de casos
y la importancia de seguir protocolos estandarizados para identificar la causa de muerte.
LEGISLACIÓN VIGENTE
124
Tabla 1: Cronología del Sistema de Vigilancia Epidemiológica en Panamá.
125
Este documento debe ser llenado por un médico, quien deberá seguir las
recomendaciones para la clasificación internacional de enfermedades, y el manual
para el correcto llenado de partes clínicos, a fin completar el mismo.
En la Gráfica 9 se presenta un flujograma del proceso de investigación médico forense
de muertes naturales de interés epidemiológico.
126
Sobre estos síntomas y signos, el médico forense deberá indagar detalles como: el
tiempo de inicio, frecuencia, cómo se producían, mejoría por tratamiento y la
descripción -lo más exacta posible- de su condición antes del deceso.
Las historias clínicas deberán ser tomadas a los parientes que estuvieron cuidando al
paciente durante el trascurso de la enfermedad y a las personas que presenciaron el
evento terminal. Ambas fuentes de información son valiosas. El cuidador habitual
puede referir fiebre y pérdida de peso, pero tal vez no estuvo presente durante el
estatus epiléptico (convulsiones) que sufrió el enfermo antes de morir; este evento
pudo haber sido presenciado por un cuidador casual. Así mismo, el entrevistador
deberá preguntar si alguien más del entorno del fallecido presenta síntomas similares,
y en caso afirmativo deberá obtener la historia clínica completa del mismo.
Los relatos sobre las atenciones médicas recibidas por el paciente deberán ser
corroborados con la información consignada en los expedientes clínicos de las
instalaciones sanitarias en las que fue atendido. Se recomienda obtener los resultados
de los laboratorios realizados ante-mórtem. No se deben realizar autopsias de casos
sospechosos de interés epidemiológico sin que el médico forense cuente con la
información clínica y judicial completa.
Una vez completada la anamnesis (historia clínica y análisis del expediente de
atención, si está disponible), se procede a elaborar una hipótesis de trabajo
(diagnóstico diferencial) de las posibles causas de muerte del paciente. Para esta etapa
no sólo es importante conocer la historia natural de la enfermedad infecciosa,
sospechosa de haber causado el deceso, sino también la prevalencia de la misma en
la población de la que proviene el caso. Para eso, se debe investigar con los familiares
cualquier historia de viajes (por lo menos en el último mes), cambios de residencia,
presencia de mascotas o contacto con animales silvestres.
Antes de iniciar la autopsia, el médico forense deberá contemplar el riesgo biológico
que representa la exposición del personal a los agentes biológicos contemplados en la
hipótesis de trabajo (virus, bacterias, hongos, etc.). Se recomienda que todo el
personal que esté presente durante la práctica de la autopsia utilice el equipo especial
de protección y siga los protocolos de Bioseguridad de la institución.
Por otro lado, al momento del examen del cuerpo, el médico forense debe conocer el
riesgo biológico que representa su manipulación y tomar las medidas pertinentes.
127
La clasificación del riesgo biológico, establecida por la OMS (Organización Mundial
de la Salud) es la siguiente:
Aunque se han reportado casos aislados de otros agentes infecciosos, los presentados
han sido los que con mayor frecuencia se encontraron. En la población pediátrica se
128
encontraron principalmente patógenos causantes de neumonía (Streptococcus
pneumoniae, Haemophilus influenzae).
PROCEDIMIENTOS DE AUTOPSIA
Posterior al examen externo, se procede al examen interno mediante la apertura de las
cavidades mediante las técnicas de disección ya descritas en capítulos anteriores.
En los casos de interés epidemiológico, uno de los tiempos más importantes de la
autopsia es la toma de muestras de tejidos para confirmar la hipótesis de trabajo.
Las muestras de fluidos biológicos (sangre, orina, bilis, líquido
cefalorraquídeo) y tejidos; deben ser tomadas, de acuerdo con los protocolos
establecidos para tal efecto, y serán enviadas al laboratorio central de
referencia para su análisis, con su respectiva cadena de custodia; igual se
procederá con las muestras para estudios histopatológicos. Todo el
procedimiento deberá ser fotografiado, incluyendo los hallazgos
macroscópicos patológicos y no patológicos.
Es importante señalar que las muestras a tomar (de acuerdo con la hipótesis de trabajo,
deben tomarse (con las debidas medidas de asepsia), antes de retirar el bloque de
vísceras (técnica de Letulle). Una vez tomadas las mismas, entonces se procede a
retirar el bloque completo; a menos que los hallazgos macroscópicos de las cavidades,
correspondan con la presencia de una patología altamente contagiosa; en cuyo caso,
se recomienda dar por terminada la autopsia dado que no contamos con las
condiciones adecuadas de Bioseguridad para su abordaje completo.
Si el procedimiento continúa, el examen interno debe practicarse de acuerdo con lo
establecido en capítulos anteriores.
Al terminar la autopsia, en algunos casos la causa de la muerte es evidente
(meningitis purulenta, neumonía lobar, etc.); pero cuando sólo se encuentran
hallazgos inespecíficos, la causa de la muerte debe consignarse como: Pendiente de
estudios complementarios, hasta obtener los resultados de los exámenes histológicos
y microbiológicos.
DIAGNÓSTICO ETIOLÓGICO
En el establecimiento del diagnóstico etiológico (microorganismo causal) de la
patología infecciosa, que originó la muerte del paciente examinado, por sospecha de
129
ser un caso de interés epidemiológico, se toman en cuenta 4 elementos, presentados
en la Gráfica 10:
AUTOPSIA
HISTORIA CLÍNICA
Toma de muestras para definir el sindrome patológico
Sugiere el sindrome patológico y el agente etiológico y establecer el agente causal
causa de muerte
MICROBIOLOGIA
Confirma el agente etiológico
HISTOPATOLOGÍA
Corrobora los hallazgos macroscópicos
En el establecimiento del diagnóstico final, el médico forense deberá tomar en cuenta las
siguientes variables:
• Los resultados microbiológicos de las muestras tomadas durante la necropsia son
afectados por múltiples factores entre los que están: el tiempo que se demore en
practicar la autopsia, el tipo de agente patógeno, el tratamiento médico recibido, el
estado de conservación del cadáver, etc.
• Los resultados de los estudios histopatológicos dependen de muestreo. Resultados
inesperados pueden ser consecuencia de no haber tomado fragmentos representativos
de la patología investigada; para evitar que esto ocurra, se recomienda tomar una
muestra generosa de tejido afectado y de la zona aledaña sin patología.
• Para confirmar la presencia de infección se deberá encontrar en los tejidos estudiados
al microscopio signos de inflamación aguda o crónica.
• La interpretación de los resultados de Microbiología, en el contexto de la
investigación de la muerte, es competencia del médico que tomó la muestra. Un
resultado negativo no descarta la presencia de la enfermedad y viceversa; ya que
podría darse el caso de una colonización de patógenos no relacionados directamente
a la enfermedad que llevó a la muerte del paciente.
• El Sistema de Vigilancia Epidemiológica se activa ante la sospecha de que se trate
de un evento de notificación obligatoria; no es necesario esperar la confirmación de
los laboratorios de histopatología o microbiología.
• Se debe mantener informados a los familiares del fallecido sobre las sospechas
diagnósticas y los procedimientos que se estén realizando. Ellos pueden aportar datos
que, en primera instancia pudieron no haber sido valorados; pero que, ante la sospecha
diagnóstica de enfermedad infecciosa de notificación obligatoria, cobren
importancia; por ejemplo, la muerte de caninos en casos de leptospirosis; el dragado
de un rio en casos de dengue.
130
Finalmente, es importante enfatizar que, actualmente, los Institutos de Medicina Legal
o Servicios Médico Forenses, tienen responsabilidades que trascienden las funciones
periciales al servicio de la administración de justicia, e incluyen responsabilidades con la
Salud Pública y la vigilancia epidemiológica del país. Al ser la primera línea de abordaje
de aquellos casos de muerte súbita o inesperada, de personas que no buscaron atención
sanitaria por presentar cuadros infecciosos, le otorga la posibilidad de constituirse en
centinela de la vigilancia epidemiológica en eventos de Salud Pública y de esta manera
alertar a las autoridades correspondientes.
El diagnóstico oportuno de una patología infecciosa y su inmediato reporte a las
autoridades de salud activa un sistema de contención sanitaria que puede detener la
propagación de la enfermedad evitando más muertes y morbilidad en la comunidad. A
fin de lograr los objetivos mencionados, los médicos forenses deberán seguir un protocolo
institucional estandarizado y específico para estos casos y cumplir con las normas de
Bioseguridad para evitar accidentes y contaminación con las muestras.
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132
CAPÍTULO 16
CLÍNICA MÉDICO FORENSE
Vera Varela Petrucelli
16.1 INTRODUCCIÓN
La Clínica Médico Forense es la aplicación de conocimientos y experticias médicas en la
evaluación forense de personas vivas, como parte de investigaciones judiciales o procesos
administrativos. El peritaje médico forense clínico es un acto médico al cual se aplican todas
las reglas deontológicas de la praxis médica: empatía hacia las personas evaluadas, obtención
del consentimiento informado, respeto a los Derechos Humanos y a la ley.
La metodología del examen médico forense clínico es común a todos los tipos de
evaluaciones que se practican día a día en los Institutos de Medicina Legal; sin embargo, sus
conclusiones responden a los requerimientos específicos de la autoridad que solicita la
pericia. Por eso, es fundamental para el médico forense, además de conocer el ordenamiento
jurídico que regula cada tipo de peritaje, ser consciente de la trascendencia de su peritaje para
la investigación judicial y las implicaciones que su pericia tendrá en la decisión judicial.
En Panamá, las funciones de la Clínica Médico Forense relacionadas con el Derecho Penal
son:
• Realizar evaluaciones en casos de delitos contra la vida y la integridad personal: lesiones
personales, tentativas de homicidio, aborto provocado, abandono de niños y otras
personas incapaces de velar por su seguridad o su salud.
• Practicar exámenes periciales en delitos contra la libertad e integridad sexual: violación,
relaciones sexuales con personas mayores de 14 años y menores de 18 años, actos
libidinosos y otros.
• Evaluar casos de supuestos delitos contra el orden jurídico familiar y el estado civil:
violencia doméstica y maltrato de niño, niña o adolescente.
• Evaluaciones por delitos contra la seguridad colectiva: delitos contra la salud pública,
delitos relacionados con drogas, determinación de símbolos personales de identificación
de miembros de pandillas en casos de delitos de asociación ilícita.
• Evaluaciones para determinar si un presunto delito contra los recursos naturales ha puesto
en peligro la salud o la vida de las personas.
• Evaluaciones por delitos contra la humanidad: tortura y otros tratos o penas crueles,
inhumanas o degradantes.
En otras ramas del Derecho, además del Derecho Penal, la Clínica Médico Forense aporta:
133
valoración de daño corporal, determinación de estado de salud, estimación de edad,
determinación de sexo, evaluaciones relacionadas con accidentes de trabajo o enfermedades
laborales.
La toma de muestras biológicas, aunque no constituya un peritaje, también se realiza en la
Clínica Médico Forense, puesto que los análisis realizados arrojarán resultados que pueden
llegar a constituirse en prueba dentro de un proceso, no necesariamente penal. Por ejemplo:
toma de muestra biológica para análisis genético como parte de un proceso de filiación
(Derecho de Familia).
ASPECTOS LEGALES
Los delitos de lesiones personales están contemplados en el Código Penal, Libro Segundo,
Título I: Delitos contra la Vida y la Integridad Personal, Capítulo I: Delitos contra la Vida
Humana, Sección 2ª:
“Artículo 136. Quien, sin intención de matar, cause a otro un daño corporal o síquico
que le incapacite por un tiempo que oscile entre treinta y sesenta días será sancionado
con prisión de cuatro a seis años.”
“Artículo 137. La sanción será de seis a diez años de prisión si la lesión produce:
1. Incapacidad que exceda de sesenta días.
134
2. Deformación del cuerpo o señal visible a simple vista y permanente en el rostro.
3. Daño corporal o síquico incurable.
4. Debilitamiento grave o la pérdida de un sentido, de un órgano o de una extremidad.
5. Apresuramiento del parto.
6. Impotencia o pérdida de la capacidad de procrear.
7. Incapacidad permanente para el trabajo.
Cuando la lesión se produzca como consecuencia del uso de arma de fuego en un
lugar público o de tránsito habitual de personas o aledaño a zonas residenciales, por
motivos intrascendentes o a fin de facilitar otro hecho punible, como derivación de
hechos de violencia doméstica o violencia contra la mujer, cuando se produzca a un
servidor público en ejercicio de sus funciones o por motivo de estas, cuando la lesión
se haya causado con la finalidad de extraer un órgano vital a la víctima, la prisión será
de doce a quince años.”
“Artículo 138. Si alguna de las lesiones descritas en los artículos anteriores causa la
muerte de la persona, la sanción será de cuatro a ocho años de prisión, siempre que el
medio empleado y la ubicación de la herida no debieron razonablemente causar la
muerte. En los demás casos, el autor responde por homicidio.”
“Artículo 138-A. Quien incurra en violencia psicológica mediante el uso de
amenazas, intimidación, chantaje, persecución o acoso contra la mujer o la obligue a
hacer o dejar de hacer, tolerar explotación, amenazas, exigencias de obediencia o
sumisión, humillaciones o vejaciones, aislamiento o cualesquiera otras conductas
semejantes será sancionado con prisión de cinco a ocho años.
Si las conductas descritas en el párrafo anterior producen daño psíquico, la pena se
aumentará de una tercera parte a la mitad del máximo de la pena.”
“Artículo 139. Quien, culposamente, cause a otro una lesión que produzca
incapacidad de treinta a sesenta días será sancionado con prisión de seis meses a un
año o su equivalente en días-multa o arresto de fines de semana. Si la incapacidad
excede de sesenta días, la pena será de uno a dos años de prisión o su equivalente en
días-multa o arresto de fines de semana.
La pena se aumentará en la mitad, si la lesión produce alguna de las circunstancias
señaladas en el artículo 137 de este Código.”
“Artículo 140. Quien cause una lesión a un servidor de la Fuerza Pública, del Órgano
Judicial, del Ministerio Público, de la Autoridad Nacional de Aduanas y otros
estamentos de seguridad pública, por motivo de las funciones que desempeña, a causa
de su empleo o como consecuencia de la ejecución de su trabajo, que produzca
incapacidad no mayor de treinta días, será sancionado con dos años de prisión.
135
Igual sanción se aplicará en caso de amenaza real tangible y comprobable contra las
personas mencionadas en el párrafo anterior.”
LA EVALUACIÓN PERICIAL
El objetivo principal de la pericia de la evaluación clínica forense, por lesiones personales,
es la valoración y documentación del daño físico sufrido por el examinado. Para tal propósito,
el médico forense evalúa las particularidades morfológicas y fisiológicas del evaluado; su
136
capacidad física, considerando su edad, sexo, estado de salud anterior y su entorno social y
familiar.
En el dictamen final, se registran el estado general y las lesiones: heridas, cicatrices,
deformidades, dismetrías, dimorfismos, ausencia de órganos, limitaciones funcionales,
alteraciones en la fuerza o sensibilidad, etc.
Los hallazgos son descritos de acuerdo con el orden anatómico usual: cabeza, cuello, tronco,
extremidades superiores, extremidades inferiores; en términos de referencia anatómica:
anterior-posterior, proximal-distal, medial-lateral, derecho-izquierdo, externo-interno, etc.
En las heridas se describen: dimensiones, forma, dirección, color, características de los
bordes, etapa de cicatrización. En las lesiones por proyectil de arma de fuego o por arma
blanca, además de ubicar la lesión en relación con la posición anatómica, se anota la distancia
desde el vértex o desde el talón, y desde la línea media del cuerpo al centro de la herida.
Con base en el análisis de las lesiones, se consigna la probable trayectoria de las
heridas por proyectiles de arma de fuego y si posible, de las heridas por arma blanca,
tomando en consideración las tres dimensiones espaciales. Esto no siempre es posible,
ya que, en personas vivas, la reparación y cicatrización de las lesiones inicia desde el
momento en que ocurre la lesión, lo que impide observar las características originales
de la lesión cuando la persona es evaluada.
La determinación del mecanismo causal, arma, objeto o instrumento utilizado para causar
las lesiones se hace tomando en cuenta la naturaleza de las mismas y los mecanismos de
acción del arma, objeto o instrumento. Para este propósito se utiliza la clasificación del
trauma presentada en capítulos anteriores, incluyendo además a los agentes biológicos.
En la valoración de las lesiones por accidentes laborales, es necesario conocer el oficio al
que se dedicaba la persona al momento de sufrir la lesión, así como también su profesión u
ocupación habitual.
Cuando se trate de evaluaciones por enfermedades profesionales, si las personas presentan
signos, síntomas o diagnósticos relacionados con sus funciones laborales y/o lugar de trabajo,
se debe profundizar en la descripción del entorno laboral, en las funciones inherentes al cargo
desempeñado y en el tiempo de evolución de los síntomas y signos.
Al momento de emitir sus consideraciones médico-legales en los casos de evaluaciones por
lesiones corporales, el médico forense debe considerar:
1. La relación existente entre las lesiones observadas y el mecanismo causal referido por la
persona evaluada.
2. Si las lesiones coinciden con el tiempo de evolución referido por el examinado.
Si la persona evaluada presenta lesiones más recientes o más antiguas de lo esperado según
137
la historia referida, el informe pericial debe señalar la existencia de tal discrepancia.
139
complicación. En caso de aparecer complicaciones posteriores, que no se hayan podido
predecir, las autoridades judiciales deben enviar a la persona para una "reevaluación".
Cuando el examinado presenta varias lesiones, la incapacidad definitiva se asigna con base
en la lesión de mayor período de incapacidad; es decir, con base en la lesión que demore más
tiempo en estabilizarse. No se suman los tiempos para cada tipo de lesión porque todas las
lesiones evolucionan paralelamente. Si la persona, al momento de ser examinada, no presenta
lesiones traumáticas recientes, el médico forense basa su informe en la documentación
médica que adjunta el lesionado.
En caso de no portar la documentación necesaria al momento de la evaluación, el médico
forense la solicita al centro hospitalario donde el lesionado recibió la atención médica o a la
autoridad que ha solicitado la pericia. No se debe asignar incapacidad hasta tanto no se reciba
la documentación que certifique las lesiones sufridas.
Si el evaluado no presenta lesiones traumáticas recientes y tampoco tiene constancia de que
recibió atención médica tras el supuesto incidente, no se debe asignar incapacidad médico
legal, ya que no hay elementos objetivos que sustenten la existencia de lesiones atribuibles
al incidente relatado.
Si la persona no presenta lesiones al momento de su evaluación y el documento médico
aportado no registra lesiones, tampoco se debe asignar incapacidad médico legal.
En la práctica clínica médico forense, el perito valora las secuelas en porcentajes, utilizando
un baremo. Este procedimiento se conoce como Valoración de Daño Corporal: es una
actividad no exclusiva de la Medicina Legal y Forense ya que también se aplica en la
141
Medicina de los Seguros, aunque con otros propósitos.
Un baremo es una tabla sistematizada que contiene secuelas anatómicas y
funcionales, ordenadas en grado creciente o decreciente, acompañadas de un valor;
por ejemplo, porcentaje. No existen baremos únicos ni estandarizados, sino que cada
uno asigna los valores arbitrariamente según el ámbito en que se utilizará.
El baremo es un recurso indispensable que, en caso de que una persona presente una secuela
o un daño corporal permanente, permite graduar el daño de manera objetiva. Con la ayuda
del baremo, el médico forense “cuantifica” la secuela (estima el porcentaje del cuerpo que
“se ha perdido” de manera irreversible) para que el Juez pueda fijar el monto del
resarcimiento económico, cuando así sea requerido.
En Panamá, esta herramienta pericial no tiene un carácter vinculante. Nuestra legislación
contempla que el monto de las indemnizaciones lo determina el juez (proceso civil), tomando
en cuenta los derechos lesionados, el grado de responsabilidad, la situación económica del
responsable y de la víctima y las demás circunstancias del caso. En otras palabras, el juez
aplica la sana crítica.
Desde la perspectiva médico forense, el riesgo abstracto de muerte (por ejemplo, la amenaza
con un arma de fuego) carece de trascendencia para afirmar que la vida estuvo en peligro.
La función del médico forense es identificar aquellas lesiones, que, por su gravedad,
pudieron causar la muerte de la persona, para que la autoridad judicial pueda calificar el
delito como lesiones personales u homicidio en grado de tentativa.
No compete al médico forense pronunciarse sobre la intencionalidad del acto (doloso o
culposo) en el que se causó el daño. Clínicamente, la gravedad de una lesión no es indicativa
de intencionalidad.
Se consideran lesiones que ponen en peligro la vida de una persona:
1. Aquellas que lesionen y afecten, aguda y gravemente, la función de un órgano vital
(encéfalo, corazón, grandes y medianos vasos sanguíneos, pulmones); o de una víscera
(hígado, bazo, riñón, intestino); de tal manera que, si la persona no recibe pronta atención
médica, puede morir. No ponen en peligro la vida las lesiones que afectan un órgano vital o
una víscera, si evolucionan satisfactoriamente con manejo médico de tipo conservador.
2. Aquellas que produzcan una pérdida de sangre masiva y aguda, que provoque el
desarrollo de choque hipovolémico, o que amerite una transfusión sanguínea para mantener
la vida. Si la lesión no produce un sangrado importante, pero el lesionado padece de anemia
crónica (concausa anterior) y requiere de una intervención quirúrgica por las lesiones
sufridas; la transfusión peri operatoria no debe considerarse como determinante de peligro
de vida.
3. Aquellas que requieran de intervención médica o quirúrgica con carácter de urgencia,
siempre y cuando se diagnostique y trate un daño potencialmente letal (neumotórax,
envenenamiento, edema cerebral, edema pulmonar, falla respiratoria aguda que requiera de
traqueostomía, etc.).
143
Las cirugías de urgencia que, aunque necesarias, no son indispensables para mantener la vida,
no entran dentro de esta categoría (laparotomía exploratoria en blanco, limpieza y
debridamiento, reducción de fracturas, etc.), tampoco los procedimientos médicos
conservadores o expectantes.
144
Incluye datos generales tales como: fecha, número de oficio médico legal, autoridad
solicitante, número de oficio petitorio y/o número de noticia criminal, tipo de examen.
Para la identificación de la persona evaluada, se solicitan los siguientes datos: nombre,
número de documento de identidad personal, sexo, fecha de nacimiento, edad, estado civil,
escolaridad, profesión, lugar de residencia, nacionalidad.
Si la persona a evaluar es menor de edad, o tiene algún grado de discapacidad que requiera
la presencia de otra persona durante la evaluación, se dejará consignado en el informe el
nombre del acompañante, así como su grado de parentesco o afinidad con el evaluado. Igual
medida se aplicará para los custodios de las personas privadas de libertad.
Previo a anotar la historia relatada, se puede incluir cualquier observación pertinente, como
indicar que se firmó el formato de consentimiento informado, las evaluaciones anteriores por
el mismo hecho, entre otras.
c. Antecedentes Médicos
Son todas las condiciones de orden médico que tenía el examinado antes de que le ocurra el
hecho investigado. Son importantes para determinar las concausas preexistentes: factores
contribuyentes que influyen en la curación de las lesiones o para la determinación del estado
secuelar. Además, son fundamentales para la determinación del nexo de causalidad entre el
traumatismo y el daño; también ayudan a establecer el estado de salud anterior.
Se describen los antecedentes personales patológicos (enfermedades), hospitalizaciones,
intervenciones quirúrgicas previas, y las alergias a medicamentos.
En los exámenes por delitos sexuales en mujeres, deben anotarse los antecedentes gineco
obstétricos completos. Es más, en todas las evaluaciones clínicas, si la persona lesionada es
mujer y refiere estar embarazada, deben registrarse también los datos de su último control
prenatal (verificar con tarjeta de control perinatal).
En las evaluaciones por maltrato físico infantil, debe registrarse si el menor ha recibido las
vacunas indicadas para su edad, y si ha asistido a los controles de crecimiento y desarrollo
(verificar con tarjeta de control de salud).
d. Examen Físico
Siempre que sea posible, el lugar donde se realiza la evaluación deberá estar bien ventilado,
contar con una iluminación adecuada y estar dotado del equipo médico necesario para un
examen clínico completo. No hay necesidad investigativa alguna que justifique la exposición
a riesgos innecesarios más allá de los habituales en un examen médico de rutina.
Como respaldo de una evaluación decorosa, el médico forense debe, obligatoriamente, estar
acompañado por un(a) asistente al momento practicar la evaluación de la superficie corporal
que esté cubierta por ropas.
El examen físico se orientará al tipo de evaluación solicitada por la autoridad. Por ejemplo,
en casos de lesiones personales, se establecerá la localización y naturaleza de todas las
lesiones y se registrarán todas las limitaciones funcionales. En casos de determinación de
sexo, se evaluará el fenotipo de la persona; en la determinación del estado de salud, se hará
una evaluación física completa a fin de identificar alteraciones producidas por un estado
mórbido; etc.
Cuando las partes corporales a evaluar estén cubiertas por vendajes y sea posible, éstos se
retirarán para proceder a describir las lesiones. No se deben descubrir los vendajes de las
personas hospitalizadas ni quitar los apósitos colocados por Cirugía Plástica, ya que se puede
146
interferir desfavorablemente con el tratamiento. En esos casos, se indicará a la persona que
deberá regresar después del retiro de los vendajes por el médico tratante, para proceder a la
descripción de las lesiones.
e. Documentos Aportados
Son los expedientes clínicos y estudios médicos de gabinete que la persona adjunta al
momento de la evaluación. La documentación debe estar relacionada con los traumas sufridos
en el hecho investigado o corroborar el estado clínico anterior del evaluado. Las facturas y
recetas no contienen información médica de importancia pericial, pero son útiles para obtener
algunos datos importantes como: fecha y lugar de atención médica, estudios médicos
realizados, medicamentos prescritos, etc. Algunos certificados de incapacidad laboral
incluyen el diagnóstico, por lo que también son de utilidad.
f. Documentos Solicitados
Son todos los elementos médicos adicionales necesarios para establecer una relación de
causalidad entre el hecho referido y las lesiones sufridas cuando, al momento de la evaluación
clínica, la persona no presenta lesiones recientes.
Si se requiere confirmar diagnósticos, establecer un pronóstico, valorar secuelas o se
recomienda un tratamiento, el médico forense remite una solicitud por escrito dirigida a
profesionales médicos de la especialidad en la materia en estudio.
Si el médico forense no cuenta con el equipo necesario para complementar el informe, debe
solicitar el apoyo de una instalación estatal de salud cercana para que lo apoye con el estudio
requerido: radiografías, ultrasonogramas, exámenes especiales de laboratorio, etc.
Por último, el médico forense también puede solicitar a instalaciones de salud del Estado que
brinden atención médica de emergencia a la persona evaluada cuando ésta presente alguna
condición aguda que afecte su estado de salud; por ejemplo, personas con fracturas no
tratadas, heridas infectadas, crisis asmática, crisis hipertensiva, etc.
g. Consideraciones Médico-Legales
En esta sección, el médico forense interpreta lo observado; explica todos los aspectos
relevantes para la comprensión de lo consignado en los puntos anteriores; presenta el análisis
de los hallazgos descritos; sustenta el nexo de causalidad entre el traumatismo y el daño;
fundamenta las conclusiones definitivas.
Para una mejor justificación, el informe puede incluir las referencias bibliográficas que
sustenten los criterios científicos aplicados.
147
16.5 VIOLENCIA DE GÉNERO Y DOMÉSTICA
“La violencia es un creciente problema de salud pública, demostrado por los alarmantes
aumentos en las tasas regionales de mortalidad, morbilidad y discapacidad, así como por los
abrumadores años de vida potencial perdidos y sus efectos psicosociales en la población.”
(Conferencia Interamericana sobre Sociedad, Violencia y Salud, promovida en 1994 por la
Organización Panamericana de la Salud).
En Panamá, un importante logro al respecto de esta materia, fue la ratificación, mediante Ley
12 de 20 de abril de 1995, de la Convención Interamericana para prevenir, sancionar y
erradicar la violencia contra la mujer, también conocida como Convención de Belém do
Pará, suscrita en esa ciudad de Brasil, el 9 de junio de 1994, en el vigésimo cuarto período
de sesiones de la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Dicha Convención definió la “violencia contra la mujer” como cualquier acción o conducta,
basada en su género, que cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual o psicológico, tanto
en el ámbito público como en el privado.
También estableció que: “Se entenderá que violencia contra la mujer incluye la violencia
física, sexual y psicológica:
a. que tenga lugar dentro de la familia o unidad doméstica o en cualquier otra relación
interpersonal, ya sea que el agresor comparta o haya compartido el mismo domicilio que la
mujer, y que comprende, entre otros, violación, maltrato y abuso sexual;
149
b. que tenga lugar en la comunidad y sea perpetrada por cualquier persona y que comprende,
entre otros, violación, abuso sexual, tortura, trata de personas, prostitución forzada, secuestro
y acoso sexual en el lugar de trabajo, así como en instituciones educativas, establecimientos
de salud o cualquier otro lugar, y
c. que sea perpetrada o tolerada por el Estado o sus agentes, donde quiera que ocurra.”
150
VALORACIÓN FORENSE INTEGRAL
La respuesta pericial forense debe tener como objetivo principal la elaboración de un informe
integral, con el aporte de un equipo de peritos que responda adecuadamente a la petición
de la autoridad competente.
Considerando la variabilidad de manifestaciones de la violencia de género y/o doméstica, es
necesario que un equipo de especialistas forenses establezca un protocolo de respuestas que
considere la complejidad y las circunstancias específicas de cada caso.
La labor del equipo de peritos forenses debe ser un eslabón más de la cadena de respuesta
social a este complejo problema, siendo indispensable la coordinación con los organismos de
seguridad (Policía Nacional) y las oficinas de atención a las víctimas. Valorar los distintos
aspectos de la violencia de género y doméstica requiere de estrategias diferentes, con respecto
a otras evaluaciones que realiza la clínica médico forense.
Las víctimas de la violencia de género y doméstica son personas inmersas en una vida
compleja, difícil, llena de ansiedad y miedos, pero también de “no saber qué hacer”. Uno de
los mayores obstáculos de la investigación de estos casos es la ambivalencia o la falta de
conciencia de ser víctimas.
La relación doméstica se convierte en un factor modulador y amplificador que requiere la
evaluación forense de todos los protagonistas, habitualmente víctimas y agresor. La
evaluación forense integral debe incluir el conocimiento del hecho investigado, del ambiente
familiar, la historia de las relaciones de pareja y familiares, el riesgo de agresiones y de
muerte violenta.
El equipo forense no actúa de forma autónoma. Como el informe pericial tiene el fin de
auxiliar con su conocimiento específico a los funcionarios encargados de la valoración y la
toma de decisiones, serán ellos, quienes, en calidad de instructores del caso, decidan los
aspectos probatorios que necesitan.
En estos casos, el oficio petitorio debería ser: de una valoración específica sobre un aspecto
determinado (por ejemplo: valoración de las lesiones físicas), o de una valoración integral
(por ejemplo: valoración completa de los aspectos específicos forenses del caso).
151
A. CASOS DE ATENCIÓN HOSPITALARIA
Cuando la víctima requiere de atención hospitalaria ambulatoria y/o hospitalización
(admisión por lesiones graves, agresiones sexuales), la valoración inicial debe ser practicada
por los médicos hospitalarios, quienes deben notificar el caso a las autoridades
correspondientes.
Cuando, por asuntos procesales, la autoridad requiera que el médico forense acuda al centro
hospitalario, éste realizará la evaluación médico legal indicada si las condiciones de la
víctima lo permiten, obtendrá las muestras necesarias y comenzará la cadena de custodia que
garantice la seguridad de las mismas.
Una vez concluida su participación, el médico forense debe comunicar el resultado a la
autoridad solicitante y facilitar la información al equipo forense que el IMELCF debe
establecer.
El equipo forense multidisciplinario, que incluye psicólogos, psiquiatras, trabajadores
sociales, actuará después, en un segundo tiempo; luego de la respuesta inicial, establecerá
una agenda de valoración que se adaptará a lo que decidan las autoridades encargadas del
caso.
B. CASOS AMBULATORIOS
El segundo grupo de casos es aquel en el cual la víctima acude a interponer la denuncia ante
las autoridades y el examen se puede hacer en el entorno de la consulta externa de la Clínica
Médico Forense. De este grupo debe encargarse el equipo forense desde el comienzo.
El médico forense realiza la valoración de lesiones físicas de la(s) persona(s) agredida(s) o
agresora(s).
La intervención del resto del equipo generalmente se dirige a las siguientes actuaciones:
• Psiquiatría Forense:
• Determinar la capacidad de una persona para comprender la ilicitud del hecho que se
le imputa.
• Determinar si una persona presenta riesgo de volver a agredir.
• Establecer la presencia de alguna patología mental, tanto funcional como orgánica,
en presuntas víctimas, y su relación causal y temporal con los hechos investigados.
• Determinar si una persona presenta alguna patología mental que le impida declarar
dentro de un proceso legal.
• Evaluación por el equipo interdisciplinario a los adolescentes en conflicto con la Ley
Penal y situación de riesgo social.
• Psicología Forense:
152
• Determinar si una presunta víctima presenta alguna secuela emocional que presente
relación causal y temporal con el hecho investigado.
• Determinar las condiciones familiares en que se encuentra una persona menor de edad
en riesgo social y si presenta alguna secuela emocional.
• Evaluar la capacidad mental para ejercer el rol materno o paterno.
• Evaluación por el equipo interdisciplinario a los adolescentes en conflicto con la Ley
Penal y situación de riesgo social.
El Informe Mundial sobre la Violencia contra los Niños y las Niñas de Naciones Unidas
consigna que existe una aceptación social de la violencia contra los niños en la medida que
es aceptada como una parte inevitable de la niñez; ya que en muchos Estados se acepta el
castigo físico como una forma de disciplina y ello contribuye a su perpetuación (Pinheiro,
Paulo Sérgio. Informe Mundial sobre la Violencia contra los Niños y las Niñas. Naciones
Unidas, 2006. Pág. 10).
El delito de maltrato a persona menor de edad está tipificado en el Código Penal, Título V:
Delitos contra el Orden Jurídico Familiar y el Estado Civil, Capítulo II.
“Artículo 202. Quien maltrate a una persona menor de edad será sancionado con
prisión de dos a cuatro años. La sanción será de prisión de tres a seis años, siempre
que la conducta no constituya delito sancionado con pena mayor, si la persona que
maltrata es:
1. Ascendiente.
2. Pariente cercano.
3. La encargada de la guarda, crianza y educación o tutor.
4. La encargada de su cuidado y atención.
5. La que interviene en el proceso de su educación, formación y desarrollo integral.
153
La sanción será aumentada de una tercera parte a la mitad cuando la víctima sea una
persona con discapacidad.
Si el autor está a cargo de la guarda y crianza, se aplicará la pena accesoria
correspondiente.”
“Artículo 203. Para los fines del artículo anterior, constituyen maltrato a persona
menor de edad las siguientes conductas:
1. Causar, permitir o hacer que se le cause daño físico, mental o emocional,
incluyendo lesiones físicas ocasionadas por castigos corporales.
2. Utilizar o inducir a que se le utilice en la mendicidad o en propaganda o publicidad
no apropiada para su edad.
3. Emplearlo o permitir que se le emplee en trabajo prohibido o que ponga en peligro
su vida o salud.
4. Darle trato negligente.”
“Artículo 204. Si la conducta descrita en el artículo 202 se realiza por culpa o
negligencia, la sanción será de prisión de seis meses a dos años o su equivalente en
arresto de fines de semana o trabajo comunitario, siempre que la conducta no
constituya delito sancionado con pena mayor.”
Este delito no debe confundirse con el de abandono de niños y otras personas
incapaces de velar por su seguridad o su salud.
“Artículo 148. Quien abandone a un niño o niña menor de doce años o a una persona
incapaz de velar por su seguridad o su salud, que esté bajo su guarda y cuidado, será
sancionado con prisión de uno a dos años.
Si el abandono pone en peligro la seguridad o salud del niño o la niña o de la persona
incapaz, la sanción será de cuatro a seis años de prisión.
Si, debido a las condiciones y al lugar del abandono, se causa un grave perjuicio para
la salud de la persona, el culpable será sancionado con prisión de seis a ocho años. Si
sobreviene la muerte, la pena será de ocho a doce años de prisión.”
Los objetivos principales de la evaluación clínica médico forense de personas menores de
edad víctimas de maltrato, son diagnosticar y documentar la existencia de lesiones
compatibles con daño físico, abuso o asalto sexual y/o negligencia en los cuidados. El abuso
y el asalto sexual serán considerados en el capítulo correspondiente a los delitos sexuales.
En casos de presuntas mordeduras, los peritos de Odontología Forense son los especialistas
en determinar si las mismas son de origen animal o humano; también toman las respectivas
impresiones o muestras que permitirán un posterior cotejo entre la huella y el molde obtenido.
En personas menores de edad víctimas de trauma térmico, deben distinguirse las lesiones
intencionales, de aquellas accidentales. La siguiente gráfica (11) es útil para estos propósitos.
Las caídas suelen ser la explicación de los cuidadores frente al hallazgo de fracturas costales.
Sin embargo, la literatura médica indica que estos incidentes raramente resultan en fracturas
costales. Las caídas de altura y caídas complejas pueden causar fracturas costales, pero las
fracturas costales posteriores y laterales son más probablemente atribuidas a maltrato infantil.
Otras fracturas altamente sugestivas de maltrato infantil son las fracturas de la escápula, el
esternón y la pelvis.
Fracturas que pueden ser causadas tanto por maltrato como por accidente son las fracturas
craneales y las fracturas diafisiarias de huesos largos (húmero, cúbito, radio, fémur, tibia,
peroné). Para diferenciar las fracturas accidentales de las intencionales, será fundamental la
interpretación de los hallazgos frente al relato de los hechos.
EVALUACIÓN DE NEGLIGENCIA EN LOS CUIDADOS
La negligencia o abandono en los cuidados, es una actuación indolente de un adulto
responsable del cuidado de un niño, pero quien no asegura la satisfacción de las necesidades
básicas del menor. En esta evaluación se consideran los siguientes aspectos:
1. Aseo personal
Se valora la limpieza de la superficie corporal, prestando especial atención a las orejas, el
cuello, los genitales, las manos y los pies. De igual manera, se evalúa el estado de higiene
oral, el largo y limpieza de cabellos y uñas.
La persistencia de algunas enfermedades es sugestiva de una falta de atención adecuada:
dermatitis del área del pañal (“pañalitis”), pediculosis (“piojos”), escabiasis (“sarna”), sobre
todo cuando se acompañan de sobreinfección bacteriana.
156
2. Vestimenta
Se observa, considerando el origen social del menor, el estado de limpieza de ropas y zapatos,
principalmente la ropa interior. El hecho de que la vestimenta esté vieja o gastada no indica
negligencia, siempre que se encuentre zurcida y limpia.
3. Crecimiento
La ganancia de estatura y peso es fundamental en los primeros años de vida, es en esta etapa
cuando se configura la talla y contextura de la persona. El crecimiento será adecuado en la
medida que al niño se le ofrezcan factores ambientales, nutricionales y saludables adecuados.
Para evaluar el crecimiento del niño, se recomienda utilizar los “Patrones de Crecimiento
Infantil” publicados por la Organización Mundial de la Salud (OMS); patrones que
describen el crecimiento infantil idóneo, considerando que todos los niños de las principales
regiones del mundo pueden alcanzar estatura, peso y grado de desarrollo similares si se les
proporciona una alimentación adecuada, una buena atención de salud y un entorno saludable.
La privación de alimentos, o dietas inadecuadas pueden producir desnutrición, obesidad,
insuficiente ganancia de peso (“fallo de medro”), retraso de crecimiento, raquitismo,
microcefalia, anemia, entre otros problemas. El menor, muestra palidez, cansancio
inapropiado para la edad, apatía, retrasos en el desarrollo psicomotor, problemas de
aprendizaje y/o retraso en el desarrollo puberal.
4. Desarrollo
El desarrollo se evalúa según los “Períodos de los logros”, para seis hitos clave del desarrollo
motor, publicados por la OMS; estos datos permiten establecer una relación entre el
crecimiento físico y el motor.
Cuando se detecta un retraso en el desarrollo, se debe establecer si el retraso tiene como
trasfondo una patología mental u orgánica, para lo cual se debe referir al menor a las
evaluaciones especializadas correspondientes.
5. Vacunaciones
La Ley 48 de 5 de diciembre de 2007, que regula el proceso de vacunación en la República
de Panamá y dicta otras disposiciones, establece lo siguiente: “Artículo 8. Se reconoce el
derecho que tiene todo individuo, […] a la protección contra las enfermedades incluidas en
el Esquema Nacional de inmunizaciones brindado por el Estado. Las personas que ejerzan la
patria potestad, la tutela o la guarda de los niños y de las personas con discapacidad tienen la
obligación de cumplir las indicaciones del Ministerio de Salud en todo lo relativo a la
inmunización de estos.”
157
Panamá cuenta con una ley general de vacunas que protege técnica y financieramente el
Programa Nacional de Inmunizaciones; además cuenta con la Comisión Nacional Asesora de
Prácticas de Inmunizaciones, que tiene un programa con 23 biológicos que protegen a la
población contra más de 30 enfermedades.
Cada año, la Comisión Nacional Asesora de Prácticas de Inmunizaciones del Ministerio de
Salud y la Caja de Seguro Social publica el Esquema Nacional de Vacunación. La vacunación
es gratuita, por lo que se podría considerar una conducta negligente cuando el niño no esté al
día con el esquema nacional de inmunizaciones.
6. Estado de salud:
De acuerdo con su edad, los niños deben ser llevados a controles pediátricos periódicos. Si
son menores de un año, se aconseja llevarlos cada mes. Si tienen entre 1 y 2 años, cada seis
meses. Después de los 2 años, mínimo una vez al año.
Puede haber negligencia en la atención de salud de un niño, si se comprueba demora en la
búsqueda de asistencia médica al presentar signos y síntomas de una enfermedad,
particularmente cuando se trata de patologías graves. También puede haber descuido cuando
no se cumplen los tratamientos prescritos para su condición de salud; negarse a la aplicación
de determinadas medidas indispensables para tratar al niño o no aportar suficientes datos
durante la atención médica.
7. Otros
Algunos detalles de la historia médico forense o del expediente clínico, hacen necesaria la
consideración de negligencia o descuido del menor:
• Infecciones recurrentes y/o persistentes del aparato digestivo (bacterianas o parasitarias)
por pobre higiene en el hogar y/o ingesta no supervisada de aguas no potables o residuales.
• Infecciones del aparato respiratorio y crisis de asma bronquial recurrentes y/o persistentes,
por inadecuadas condiciones de higiene en el hogar, presencia de humedad y hongos
ambientales, exposición al humo de tabaco.
• Hipotermia, congelación, quemaduras solares, golpe de calor, deshidratación, por
permanencia prolongada fuera del hogar con exposiciones climáticas adversas.
• Ingestión de cuerpo extraño, intoxicaciones, morbilidad y secuelas por accidentes (con
armas blancas, proyectiles de armas de fuego, productos pirotécnicos y otros) a
consecuencia de falta de seguridad en el hogar y/o supervisión parental.
158
para establecer si una persona privada de libertad presenta un estado grave por enfermedad,
o una condición de salud incompatible con el estado de reclusión.
En el Código Penal panameño se establece lo siguiente sobre estas evaluaciones:
“Artículo 108. Cuando el sancionado sea una persona de setenta años de edad o más,
una mujer grávida o recién dada a luz, una persona que padezca enfermedad grave
científicamente comprobada que le imposibilite el cumplimiento de la pena en el
centro penitenciario, o que tenga una discapacidad que no le permita valerse por sí
misma, el Juez, siempre que sea posible, y atendiendo las circunstancias del caso,
podrá ordenar que la pena de prisión, de arresto de fines de semana o de días - multa
se cumpla en prisión domiciliaria.
En el caso de enfermedad o discapacidad se aplicará la medida sobre la base de un
dictamen médico legal.
Esta disposición no será aplicable cuando se trate de delitos contra la Humanidad o
del delito de desaparición forzada de personas.”
“Artículo 110. Si cualesquiera de las personas a las que se refiere el artículo 108, de
acuerdo con el informe del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, corre el
riesgo de morir o de agravar la enfermedad, se podrá ordenar su internamiento en un
centro de salud. Tratándose de una persona que padezca de enfermedad mental y que,
de acuerdo con el informe del Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses puede
ser internada, ésta será ingresada en el Instituto Nacional de Salud Mental.”
“Artículo 111. Si, de acuerdo con el informe del Instituto de Medicina Legal y
Ciencias Forenses, desaparecen las causas de su internamiento antes de cumplir la
pena, el imputado podrá ser transferido al establecimiento penitenciario
correspondiente para que la siga cumpliendo.”
La infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no tiene cura, pero las personas
seropositivas (VIH positivos) pueden y deben seguir un control medicamentoso, recetado por
sus médicos Infectólogos tratantes. En quienes ya han desarrollado el Síndrome de
Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA), enfermedad grave, la evaluación pericial debe
considerar las diferentes manifestaciones clínicas de la enfermedad y el significado,
pronóstico, posibilidades terapéuticas y de supervivencia de cada una de ellas.
En la valoración de la condición de salud del detenido, también se deben tomar en cuenta: la
gravedad y/o estadio de la patología, la posibilidad de tratamiento y la respuesta al mismo,
el pronóstico vital a corto-mediano plazo, la calidad de vida con la patología actual y las
necesidades médico-asistenciales y terapéuticas que demanda el estado evolutivo de la
enfermedad.
Además del examen clínico, en la elaboración del informe pericial y de las recomendaciones
médico-forenses, se deben tomar en cuenta: la historia clínica, el deterioro del estado de salud
del detenido y las condiciones de su confinamiento. El estado de salud actual pudo haberse
deteriorado como parte de la evolución natural de su enfermedad o porque las condiciones
de reclusión la empeoraron.
Las personas detenidas o en custodia también se evalúan en la Clínica Médico Forense por:
• Lesiones personales, posterior a incidentes violentos con policías, custodios u otros
detenidos.
• Delitos relacionados con drogas.
• Delitos sexuales.
161
a. Trauma contundente
Mecanismo: por golpes, caída o impacto con objetos contundentes; golpes en las plantas de
los pies (“falanga”, “falaka”, “bastinado”), fracturas de los huesos de los pies. Golpes
simultáneos, con las palmas de las manos en ambos oídos, (“el teléfono”). Golpes en el
abdomen, acostado sobre una mesa sin apoyar la mitad superior del cuerpo (“mesa de
operaciones”, “el quirófano”).
Hallazgos: Hemorragia en los tejidos blandos de las plantas de los pies y tobillos. Necrosis
aséptica de los huesos. Excoriaciones en el abdomen, lesiones dorsales. Vísceras
abdominales rotas. Trauma en la cabeza: excoriaciones, equimosis, heridas. Fracturas
múltiples en diferentes etapas de curación. Atrofia cortical cerebral. Excoriaciones. Fracturas
del cráneo. Hematomas. Membrana de los tímpanos rotas o con cicatrices. Heridas en el oído
externo.
d. Abuso sexual
Enfermedades de transmisión sexual. Embarazo. Lesiones de las mamas, genitales externos,
vagina, ano o recto.
162
e. Postura forzada
Mecanismo: posición prolongada de pie (“el plantón”). Posición forzada a horcajadas en una
barra (“caballo de palo”, “el caballete”).
Hallazgos: Edema, petequias en las extremidades inferiores, hematomas perineales o
escrotales.
f. Electrochoques
Mecanismo: aguijón eléctrico (“la picaña”). Alambres conectados a una fuente de
electricidad. Pincho de metal calentado que se inserta en el ano.
Hallazgos: quemaduras cuya apariencia depende del tiempo transcurrido desde el momento
del hecho. Inmediatamente: manchas rojas, ampollas y/o exudado negro. En pocas semanas:
cicatrices maculares, circulares y rojizas. Después de varios meses: pequeñas manchas
blancas, rojizas o pardas que asemejan telangiectasias. Quemaduras perianales y rectales.
g. Lesiones diversas
Deshidratación, mordeduras de animales (arañas, insectos, ratas, ratones, perros), marcas de
mordeduras.
Bibliografía
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164
CAPÍTULO 17
LA INVESTIGACIÓN MÉDICO FORENSE DE LOS CASOS DE MALA PRAXIS
MÉDICA
Diana Chen
José Vicente Pachar Lucio
17.1 INTRODUCCIÓN
En Medicina Legal abundan los textos, tratados, artículos y diferentes publicaciones que
abordan ampliamente los aspectos conceptuales, jurídicos, teóricos, prácticos y todas las
connotaciones éticas, sociales y humanas de la responsabilidad de los profesionales de la
salud. Es por eso por lo que, en este capítulo, se ilustra a los lectores, de manera muy
particular, sobre los conceptos generales aplicados en las investigaciones judiciales, la
normativa vigente, los procedimientos institucionales y la participación de los peritos
médicos del IMELCF en las investigaciones de aquellos casos de supuesta mala praxis
médica.
En Panamá no existe una normativa específica sobre la mala praxis de los profesionales de
la salud y le corresponde al IMELCF, a solicitud del Ministerio Público, emitir un dictamen
pericial colegiado cuando se recibe una denuncia por la supuesta comisión de mala praxis,
de uno o varios profesionales de la Medicina. La Ley N° 50 de 13 de diciembre de 2006,
cuando se refiere al Consejo Médico Forense y sus funciones lo establece de la siguiente
manera:
“Artículo 11. El Consejo Médico-Forense estará integrado por: el director del
Instituto, un médico forense ponente, dos médicos forenses de mayor antigüedad, un
médico consultor y el Coordinador de la Sección a la que se refiere el caso que se va
a discutir.
Las funciones del Consejo serán:
1. Pronunciarse en los casos en los que haya una nueva consulta de la autoridad
competente.
2. Dictaminar los casos de supuesta negligencia médica.
3. Realizar las funciones que recomiende el director de acuerdo con las
particularidades del caso.”
166
La práctica de la Medicina no es infalible y al tratarse de una actividad humana está sujeta a
la comisión de errores; sin embargo, existe una diferencia, de graves implicaciones legales y
económicas, entre un error “excusable” dentro de los parámetros de la “lex artis” y una
práctica dolosa o culposa (error inexcusable) por parte del personal sanitario.
En el ejercicio profesional de la Medicina, el resultado de éxito o fracaso de una intervención
médica es interpretado desde diferentes perspectivas, cada cual distinta, algunas veces
completamente opuestas. Se presume que la Medicina es un compromiso de medios y que
puede haber resultados adversos (daño), no prevenibles – causados por particularidades
propias del paciente o por evolución inesperada de la enfermedad -, a pesar de que el médico
empleó todos los recursos disponibles.
Sin embargo, cuando el paciente o sus familiares consideran que el resultado del ejercicio
profesional del médico ha sido negativo y, a su entender, ha causado un daño (doloso o
culposo) buscan asistencia legal y proceden a denunciar la comisión de una supuesta mala
praxis, aun conociendo y siendo advertidos que en la atención de un paciente existen riesgos
y complicaciones. Entonces, se da inicio a un controversial litigio judicial de consecuencias
impredecibles, particularmente negativas para el o los denunciados (como los juicios
mediáticos en los que se condena a los médicos apenas iniciado el proceso).
Lamentablemente, el desconocimiento de conceptos básicos de los procedimientos legales
tiene como resultado que se presenten denuncias sin sustento o argumentos racionales.
La norma institucional establece que el expediente judicial recibido debe ser analizado por
el Consejo Médico Forense, previa elaboración de un resumen del caso, elaborado por un
167
médico forense ponente. Los médicos especialistas mencionados en la Ley N° 50, actúan en
calidad de consultores con el propósito de que ilustren a los peritos médicos del Instituto
sobre temas puntuales de su área de experticia. De todos los procedimientos se levanta un
acta y se elabora un dictamen pericial colegiado, que se envía a la autoridad solicitante.
Como un requisito obligatorio, cuando el resultado de daño se ha dado en un paciente vivo,
la persona afectada debe haber sido evaluada en la Sección de Clínica Médico Legal del
Instituto, mediante examen físico y clínico-funcional, incluyendo todos los estudios
complementarios e interconsultas con los especialistas necesarios. La peritación incluye,
cuando la autoridad así lo considera, un examen psiquiátrico forense y la evaluación
psicológica del afectado.
Cuando el resultado ha sido el fallecimiento del paciente es fundamental la práctica de la
necropsia para establecer si la causa de la muerte se relaciona con los tratamientos o
procedimientos indicados o llevados a cabo por el o los médicos tratantes o intervinientes.
Una vez ocurrido el deceso, los familiares o sus representantes legales interponen la
respectiva denuncia ante la autoridad. El MP procede a la diligencia del levantamiento del
cadáver, que luego es transportado a la morgue judicial para la práctica de la necropsia de
rigor.
Algunas veces, las partes en litigio pueden solicitar la necropsia e inclusive, puede darse la
posibilidad de realizar una segunda autopsia o una exhumación. En este último caso se debe
considerar si el procedimiento va a dar los resultados esperados. Terminada la necropsia, se
certifica la muerte y se envía el protocolo, junto con los resultados de las investigaciones
complementarias, a las autoridades competentes. Las pruebas científicas se incorporan al
expediente judicial y posteriormente se reenvían, junto con otras pruebas recopiladas por la
Fiscalía, al Instituto para ser consideradas por el Consejo Médico Forense.
17.2 PROCEDIMIENTOS
Las normas de procedimientos para el análisis de casos de supuesta mala praxis médica
fueron aprobadas por la Junta Directiva del IMELCF y publicadas en Gaceta oficial Digital
el miércoles, 15 de julio de 2009.
Los participantes en la sesión del Consejo deben considerar que la evaluación pericial médico
legal de cada caso debe partir de la definición de responsabilidad del profesional de la salud:
"Los actos culposos atribuidos al médico a causa del ejercicio inadecuado de la Medicina"
(Vargas Alvarado).
De acuerdo con esta definición, el primer objetivo de la valoración pericial es establecer cuál
es el ejercicio adecuado de la Medicina, a tal conclusión se debe llegar tomando en cuenta el
168
principio de “lex artis ad hoc” (práctica de la medicina en condiciones específicas de modo,
tiempo y lugar). Se excluyen las actuaciones dolosas (con intención de ocasionar daño al
paciente: el médico que inyecta un compuesto letal al paciente), o aquellas no relacionadas
directamente con el ejercicio de la Medicina (como las situaciones de índole administrativa:
el paciente muere por falta de transporte a un centro de atención sanitaria de nivel superior).
EXPEDIENTE CLÍNICO
El expediente clínico (historia clínica) es un registro privado, obligatorio, temporal y exacto
de las condiciones de salud y atenciones brindadas a un paciente, de gran valor probatorio en
las situaciones judiciales. Es el reflejo de la diligencia y profesionalismo del o de los
profesionales de la salud involucrados en el manejo de un paciente. Únicamente puede ser
conocido por terceros previa autorización del paciente o en los casos previstos en la ley.
Para que las conclusiones derivadas del análisis de la información recopilada en el expediente
clínico sean un reflejo de lo sucedido, es importante que los datos consignados sean legibles,
completos y que se pueda establecer una secuencia cronológica, precisa y minuciosa de todos
los eventos relacionados con la atención al paciente.
Deben quedar bien definidos el o los momentos críticos de la atención; de tal manera, que
sea factible reconocer los nombres, las especialidades y funciones de los profesionales
involucrados.
Es vital que el expediente original - o una copia autenticada -, sea entregado inmediatamente
a la autoridad del MP, quien debe foliarlo y certificar su autenticidad; para evitar probables
alteraciones de la información original, modificaciones que podrían interferir con la
169
interpretación de los hechos y que además serían la prueba de la comisión de un posible delito
de falsedad.
Uno de los documentos importantes a considerar, especialmente en aquellos casos en los
cuales se ventila un daño relacionado a un procedimiento invasivo o quirúrgico, es el
consentimiento informado. Al momento de examinar la información anotada se debe
constatar que está debidamente firmado y que en el mismo se registraron el o los diagnósticos
de ingreso, los tratamientos propuestos, los riesgos inherentes a los mismos, así como
también los tiempos en que se dio la información. El consentimiento es un elemento crítico
de la evaluación. No obstante, en la práctica corriente es difícil inferir de lo anotado en la
información recibida si, efectivamente, se explicaron al paciente y/a sus familiares, de una
forma accesible a su nivel de conocimientos, los procedimientos y riesgos; de tal manera que
hayan comprendido la explicación médica.
En el análisis del expediente o historial clínico se debe revisar si las órdenes médicas se
cumplieron, incluyendo la administración de los medicamentos; los controles de signos
vitales y las demás tareas de enfermería; luego, se evaluarán las observaciones sobre la
condición general del paciente y los cambios de la misma, haciendo énfasis en la notificación
a los médicos de la condición del paciente y las medidas tomadas.
170
Cabe señalar también que, se debe evaluar si los resultados mostraban que debían practicarse
otros estudios complementarios y cómo los resultados influyeron en el diagnóstico y por
tanto en el tratamiento seguido.
INFORMES DE INTERCONSULTAS
En la práctica médica, con frecuencia el cuadro clínico que presenta el paciente rebasa la
capacidad de respuesta del o de los médicos tratantes y entonces se requiere de la opinión de
otros especialistas. Los miembros del Consejo deben conocer y analizar si las interconsultas
eran necesarias; si se solicitaron de manera oportuna y acorde con los reglamentos
institucionales; si una vez obtenida la respuesta la misma estaba acorde a las expectativas de
los consultantes; si se incorporó oportunamente al expediente y si se consideraron o no las
recomendaciones del consultor.
PROTOCOLOS DE TRABAJO
En las investigaciones relacionadas a procedimientos quirúrgicos, hay dos elementos
indispensables a considerar: el protocolo operatorio y el protocolo de anestesia.
En el protocolo operatorio se deben evaluar: los diagnósticos que llevaron al paciente al
salón de operaciones; cómo fueron los tiempos dentro del recinto quirúrgico; la descripción
de los procedimientos, incluyendo la técnica o abordaje utilizados. Los hallazgos intra
operatorios y su abordaje médico quirúrgico, las complicaciones aparecidas y cómo fueron
tratadas. Finalmente, la condición del paciente al terminar los procedimientos.
En la valoración también deben incluirse las muestras tomadas y enviadas a Patología u otros
laboratorios.
En cuanto al protocolo de anestesia, se debe verificar si efectivamente está en el expediente
clínico, si cumple con las normas establecidas de la especialidad, si los tiempos y controles
durante el acto quirúrgico fueron adecuados; el registro de los fármacos utilizados, sus dosis
y los tiempos de aplicación.
El registro de los protocolos debe permitir la reconstrucción, paso a paso, de cuál era la
condición del paciente durante los procedimientos quirúrgicos; si aparecieron
complicaciones, cómo fueron manejadas, y si los datos consignados estaban acordes con su
evolución clínica.
Cuando el paciente ha fallecido, en circunstancias relacionadas al tratamiento o
procedimientos médicos, se debe notificar al MP para que proceda con la Diligencia de
Levantamiento de Cadáver y el cuerpo debe ser transportado a la morgue judicial para la
práctica de la necropsia. La necropsia debe seguir parámetros específicos para este tipo de
casos y los resultados serán consignados en el protocolo de necropsia.
171
En el protocolo de necropsia se debe consignar la información de los hallazgos macro y
microscópicos; así como también los resultados de todos los estudios o análisis
complementarios. En las consideraciones médico-legales el médico forense deberá anotar si
hay concordancia o no entre los diagnósticos clínicos y los hallazgos morfológicos; así como
también la correlación clínico-patológica que justifique la evolución del paciente hasta su
deceso.
172
Dicho de otra manera, de la opinión pericial médica la autoridad judicial podrá deducir y
señalar quién o quiénes fueron los participantes del acto médico y dispondrá de los elementos
necesarios para demostrar la existencia de culpa jurídica (impericia, imprudencia,
negligencia o inobservancia de normas y procedimientos) por parte del o de los autores.
IMPERICIA: Actuación sin los conocimientos ni las destrezas suficientes para la
práctica de la Medicina; falta de aptitud, insuficiencia técnica.
IMPRUDENCIA: Actuación temeraria o precipitada, más allá de las exigencias de
las circunstancias. Es afrontar un riesgo sin estar preparado y sin tomar las debidas
precauciones para evitarlo
NEGLIGENCIA: Actuación perezosa, displicente, carente de celo y constancia
profesional.
INOBSERVANCIA DE REGLAMENTOS: Actuación no acorde a las
obligaciones intrínsecas a las tareas médicas asignadas. Las tareas se establecen en
disposiciones normativas emanadas de las autoridades de salud, MINSA/CSS,
consignadas en reglamentos y guías de procedimientos generales y específicas, por
nivel de preparación (médicos internos, residentes, especialistas) y especialidad de la
Medicina (Cirugía, Medicina Interna, Gineco Obstetricia, Pediatría, etc.).
Cada caso debe ser evaluado de manera holística, considerando como factores guía: el modo,
los tiempos del actuar médico y el lugar de los sucesos investigados.
El modo, es el tipo de patología del paciente, su naturaleza y evolución; las características
particulares del enfermo, su edad, antecedentes y patologías asociadas.
En cuanto a los tiempos relacionados al caso, es fundamental considerar la probable fecha
de inicio del cuadro clínico y la fecha exacta en que acaeció el hecho o el proceso investigado;
siendo fundamental conocer y considerar los diagnósticos, medicamentos, instrumental,
estudios de laboratorio y complementarios; los principios de tratamiento y las normas y
protocolos vigentes en esa institución y en ese momento.
Así mismo, es muy importante identificar el lugar; en qué recinto sanitario se dio el evento
motivo de la investigación. No es lo mismo practicar la medicina en un hospital de tercer
nivel, que cuenta con todos los recursos materiales y humanos especializados necesarios para
un diagnóstico y tratamientos completos, que investigar en centros de atención médica
limitados o que solamente prestan servicios de emergencia.
173
del personal sanitario, son diferentes en función de la disponibilidad de los recursos y de los
horarios de atención, especialmente los fines de semana y días feriados.
En muchas ocasiones, el momento crítico para los peritos que analizan el caso llega cuando
se debe decidir entre diferentes criterios y opiniones médicas de atención del mismo paciente.
La Medicina es ciencia y arte y existen distintas escuelas y técnicas, muchas de ellas
controversiales, en desarrollo o no disponibles en el momento en que ocurrió el hecho
investigado. Es por eso por lo que, para una correcta evaluación, es indispensable la consulta
con los especialistas de una determinada área de la Medicina. Debe entenderse que los
errores de juicio clínico, que llevan a resultados inesperados, no son siempre mala praxis
médica.
Pocas veces, la falla y el daño son obvios, "los hechos hablan por sí mismos", y el médico
señalado debe, si puede, dar las debidas explicaciones de su inexcusable error. Un ejemplo
histórico, si a un paciente se le amputa el miembro inferior derecho (sano) en vez del
izquierdo (enfermo).
Cuando se considera la relación de causalidad entre el acto médico y el resultado de daño
físico o muerte, debe tomarse en cuenta que los hechos que dieron lugar a la denuncia, no se
habría producido de no haber ocurrido alguno o todos los elementos de mala praxis
mencionados, y que estuvo bajo el exclusivo control de los demandados, la manera de haber
impedido el daño.
Es importante mencionar que, es posible que haya distintos grados de gravedad en la
responsabilidad. En algunos casos, es muy importante aclarar, si en la causa del daño corporal
no hubo intervención voluntaria, o imprudencia alguna de parte del paciente.
174
17.4 DICTAMEN PERICIAL
Una vez conocidos y analizados los hechos que llevaron a la demanda o querella, contra los
médicos y/o el personal sanitario, se levanta un acta de la reunión del Consejo y se elabora
el dictamen pericial, en respuesta a la autoridad que lo solicita. El informe es un medio de
prueba y como tal debe cumplir con las formalidades establecidas para los peritajes en el
Artículo 411 del Código Procesal Penal.
Los peritos médicos no califican ni juzgan la conducta, tampoco deben pronunciarse sobre
los conceptos jurídicos de impericia, imprudencia o negligencia. Compartimos la opinión de
la autora mexicana Reyna Carrillo (2009) quien afirma lo siguiente: “El perito médico deberá
concretarse a determinar si existió:
175
1. Buena o Mala Práctica Médica. Esto es, si cumplió con su obligación de medios y se
condujo o no con apego a la Lex Artis Médica.
2. En los casos en que determine Mala Práctica Médica establecerá los siguientes puntos:
a. La relación causa – efecto
b. Determinará el daño originado al paciente. Debiendo clasificar las lesiones
originadas conforme a lo establecido en el Código Penal correspondiente.
c. El servicio médico involucrado”
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