You are on page 1of 6

Bases epistemológicas

TEMA 2: EPISTEMOLOGÍA Y TRABAJO SOCIAL


1. EL TRABAJO SOCIAL Y LA CIENCIA
Las diferencias de enfoques y concepciones que afectan a la disciplina se materializan
fundamentalmente en dos aspectos:
- Planteamientos contradictorios y heterogéneos sobre la ubicación
epistemológica del quehacer profesional. Dentro del gremio del trabajo social,
se define como arte, ciencia, técnica o tecnología sin aludir a ningún criterio
epistemológico.
- La orientación ideológica que debe guiar a la intervención profesional y que
constituyen opciones a través de las cuales se intenta dirimir el problema de lo
propio de trabajo social.
Parece evidente, que los elementos básicos que conforman la esencia ontológica del
Trabajo Social giran en torno a dos variables básicas: la primera de índole científica y
la segunda de índole ideológica.
Problemas epistemológicos del trabajo social
Trabajo social como: ciencia, tecnología, arte y técnica. Ubicación epistemológica del
quehacer profesional. DIMENSIÓN CIENTÍFICA
Democrática, conservadora, crítica, reformista, asistencialista. Orientación ideológica
que debe guiar a la intervención profesional. DIMENSIÓN IDEOLÓGICA
2. EL TRABAJO SOCIAL COMO CIENCIA
Este posicionamiento que generó en un determinado momento una polémica no
puede ser adjudicado en exclusiva al trabajo social, sino que duda sobre la adquisición
del estatus científico que recae sobre todas las disciplinas no consideradas “duras”
Natividad de la Red presenta una clasificación teórica en cuatro grandes grupos en las
que se explicita la opinión sobre la ubicación de las ciencias sociales en el contexto
científico general:
- Teorías que niegan la cientificidad de las ciencias humanas o sociales
- Teorías para las cuales las únicas verdaderas ciencias e importantes son las
humanas o sociales
- Teorías según las cuales las ciencias humanas o sociales no difieren de las
ciencias naturales salvo en notas accesorias que derivarían de un menor grado
de desarrollo o de una menor exactitud
- Teorías según las cuales las ciencias sociales no son homologables con las
ciencias de la naturaleza y ambas se mantienen como ciencia autónoma.
Estas posturas hacen que la verificación de ciertas leyes no pase de la mera
constatación de regularidades probables que no alcanzan la definición y exactitud de
las leyes físicas.
Las objeciones que pueden realizar las ciencias sociales son las siguientes:
- Dificultad en la separación entre los hechos observados y el esquema del
observador. De aquí se deriva la interacción y duplicidad objeto-sujeto lo que
constituye una dificultad de descentramiento.
- En comparación con las ciencias naturales, las sociales encuentran una triple
dificultad:
o La imposibilidad de experimentación
o Su resistencia a la medida por falta de unidades generales
o La extrema complejidad de los fenómenos a estudiar
Un esfuerzo por establecer una diferencia entre dos formas de concebir la ciencia es
la que hace Mario Bunge, establece una separación entre dos formas de concebir la
construcción científica y establece una diferenciación entre ciencia formal y fáctica

1
Bases epistemológicas

Desde su concepción formal de la ciencia se constituye como:


- Un conjunto de sistemas racionales, sistemáticos y variables
- No poseen objeto de estudio en si mismos son irreales, abstractos
- Forman parte de la creación de la mente humana
En la ciencia fáctica nos encontramos con un fenómeno completamente diferente y
para constituirse como tal necesita:
- De la observación y/o experimento
- Carecen de variables lógicas
- Únicamente operan con datos empíricos que una vez sometidos a verificación
adecuan su enunciado a su objeto de trabajo.
Para cumplir este requisito de objetividad de conocimiento debe cumplir dos premisas:
- Que concuerde aproximadamente con su objeto
- Que verifique la adaptación de las ideas a los hechos recurriendo a la
observación y al experimento
Racionalidad y objetividad son dos conceptos solados al conocimiento científico y
pueden ser analizados en un conjunto de características que de acuerdo con Bunge
constituye el inventario de las principales características de la ciencia fáctica:
- El conocimiento científico es factico
- El conocimiento científico transciende de los hechos
- La ciencia es analítica
- La investigación científica es especializada
- El conocimiento científico es claro y preciso
- El conocimiento científico es comunicable
- El conocimiento científico es verificable
- La investigación científica es metódica
- El conocimiento científico es sistemático
- El conocimiento científico es general
- El conocimiento científico es legal
- La ciencia es explicativa
- El conocimiento científico es predictivo
- La ciencia es abierta
- La ciencia es útil
Parece evidente que las ciencias sociales y el trabajo social se encuentran fuera de las
premisas fundamentales de las ciencias fácticas ya que su objeto de estudio no
cumpliría alguna de las características propias del verdadero conocimiento científico
Merton establece su famosa diferenciación entre sistemas totales de teorías y teorías
de alcance medio. Merton impone una clara delimitación respecto a todos aquellos
sistemas de pensamiento que no puedan acometer con garantías la constatación
empírica de cualquier postulado teórico.
Merton desde su posicionamiento funcionalista establece con sus dos sistemas una
doble forma de conocimiento desde la jerarquía en la construcción de la ciencia.
- Por un lado, aquella capaz de desarrollar teorías especiales de las cuales
derivar hipótesis que se puedan investigar empíricamente
- Por otro, las que están demasiado lejos de los tipos particulares de conducta,
organización y cambio social para tomarlas en cuenta en lo que se observa y
de descripciones de particularidades que no están suficientemente
generalizadas
Estableciendo un elemento de conexión entre las teorías intermedias o de alcance
medio y las ciencias formales de Bunge, comprobamos que las disciplinas volcadas se
consideran cuestionadas dada la inconsistencia e indefinición de un objeto de trabajo
solo definible desde una filosofía positivista.

2
Bases epistemológicas

Consideramos que esta separación entre las ciencias puras o empíricas y sociales o
formales obedece a una concepción positivista y funcionalista del mundo pretende
ocultar aquello que se considera inasequible al diseño experimental. Edgar Morín
afirma que vivimos en el paradigma de la simplificación siguiendo un modelo
cartesiano de pensamiento separamos el sujeto pensante y a la cosa extensa, es decir
filosofía y ciencia. De esta manera nos encontramos con un sistema de pensamiento
donde lo que predomina son los principios de disyunción, reducción y abstracción;
desechando aquellos fenómenos que, son disociados de manera artificial por
encontrarse vinculados a una visión heterodoxa de la ciencia. Aceptamos por tanto la
tesis de la complejidad de Morín que pretende la comprensión holística del fenómeno
científico y social desde una perspectiva que permita la aprehensión de la unidad y la
diversidad, la continuidad y la ruptura.
Ahora aportaremos el posicionamiento de algunos autores estrechamente vinculados
a la disciplina.
Natalio Kisnerman: el autor defiende el estatus científico del trabajo social, afirmando
que ello queda confirmado en la definición de su objeto de actuación, su manejo
conceptual de los problemas que aborda, la acumulación de información sobre su
propia práctica y la existencia de una amplia bibliografía que supone una
sistematización y reflexión crítica.
Este aborda profundamente el debate epistemológico asignando a la tecnología un
papel ideológicamente cuestionable en el ámbito de las ciencias sociales.
También realiza una crítica a todos aquellos reconceptualizados o
postreconceptualizadores que defienden esta posición alienante, bajo su criterio
representan a los paladines del trabajo social mecanicista y enajenante.
Moix Martínez: argumenta su apuesta por la opción científica.
El trabajo social ha compartido y comparte conocimientos con otras ciencias como
pueden ser la sociología, psicología, economía, medicina. Desde ellas ha sido capaz de
elaborar sus propias teorías y métodos y ha estructurado sus propios principios, ha
cultivado sus propios valores y creencias, ha producido su propia investigación
asumiendo cada vez mayores responsabilidades en el desarrollo de su propia
investigación crítica. Sometiendo a prueba y depurando sus peculiares métodos y
resultados.
Natividad de la Red: manifiesta la complejidad en la que está sumido el trabajo social
dentro del marco analítico de las ciencias sociales.
En cualquier caso, el trabajo social puede considerarse como ciencia, ya que parecen
existir criterios bastante amplios sobre el tipo de saber que podemos considerar como
tal. A su opción le incluye, un marcado sesgo practico que puntualiza su marcado
componente de la ciencia comprometida con la empiria
Herman Kruse: se adscribe incondicionalmente al grupo de los cientifistas
3. EL TRABAJO SOCIAL COMO TECNOLOGÍA
Ander Egg es uno de los más firmes defensores del trabajo social como tecnología.
Egg niega incluso la posibilidad de llegar a alcanzar jamás el estatus de la ciencia,
centra la defensa de su postura en la inexistencia de una teoría propia, de una forma
específica de conocimiento en la vida social y en que la intervención se apoya en otras
disciplinas sociales, además de apoyarse en el método científico y en la experiencia
práctica acumulada.
García Salord presenta una amplia argumentación orientada a calificar la cientificidad
del Trabajo Social como un imposible.
En lugar de esta teoría, el saber especializado consiste en un conjunto de metodologías
autónomas de los problemas que atiende un profesional y al margen también de los
objetivos particulares que tiene cada intervención.

3
Bases epistemológicas

Desde su punto de vista, que podría ser calificado como pesimista, el papel que le
corresponde al Trabajo Social, es el ejercicio de un hiperempirismo vacío de contenido
que no permite el desarrollo, no solo como ciencia sino incluso como profesión.
Muestra la poca fe de Salord en nuestra disciplina.
La aportación epistemológica que realiza parte de un concepto que define su visión
personal. Trabajo social como SENTIDO COMÚN ILUSTRADO. Salord niega la
posibilidad de considerar trabajo social como una disciplina científica.
De acuerdo con esta percepción, el trabajo social carece de aquello que le es
fundamental a cualquier disciplina que pretenda constituirse como tal: una teoría
propia de la intervención que fuera capaz de articular una conjunción entre la
problemática social y el objeto de intervención. Pensamos que su punto de vista no
ubica el trabajo social actual en un contexto social marcado por las coordenadas
ideológicas que impiden su desenvolvimiento como profesión, confundiendo de esta
forma las dificultades inherentes al trabajo social con su capacidad intrínseca para
generar recursos propios del ámbito de lo teórico y lo profesional. Su visión nos
condena a disponer de un pobre baraje de recursos teórico-técnicos que no contienen
articulación estructural que los catalogue y defina. Nos negamos a aceptar que
podamos pensar en trabajo social como una sucesión de iniciativas profesionales
inconexas y cometidas a condiciones temporales y espaciales de contexto, que no
permite el diseño de estrategias ni la aplicación de referentes teóricos propios.
Para finalizar realizaremos la aportación del autor Boris Alexis Lima, desde su
perspectiva critica, dialéctica y reconceptualizadora, propone una simbiosis entre la
praxis y las ciencias sociales como lugar natural en el que se desarrolle el trabajo
social. De este producto, resultara el conocimiento y la base de una disciplina activa
que permita la transformación estructural de una sociedad que nos rodea y ocupa
profesionalmente.
Para comprender la propuesta hemos de considerar dos premisas:
- La primera es el producto marcado de su espíritu reconceptualizador. Entiende
que los antecedentes del trabajo social han sido influidos por el positivismo
más radical apartándole de la realidad concreta objeto final de estudio. lima se
vincula mas al hacer que a filosofar, resultando su propuesta de articulación
del trabajo social como una opción ideológica de transformación.
- La segunda pretende dignificar la ubicación del trabajo social. El punto de
partida necesario nace de su crítica a la tradición que considera al trabajo
social como una técnica. Desde su punto de vista esta percepción ha separado
artificialmente los dos niveles de aproximación al conocimiento científico. Su
solución es vincular ambos conocimientos para alcanzar el conocimiento de la
praxis, pero con un importante matiz, la deducción incondicional de que el
trabajo social no genera por sí mismo teórica propia dada su ubicación dentro
de los limites de la microestructura social. El resultado es aceptar que el trabajo
social se encuentra en una posición subalterna del conocimiento teórico para
convertirse en una tecnología social nutrida del amplio universo de las ciencias
sociales. su propuesta final es la de hablar de ciencia-técnica.
La visión expresada por algunos defensores de la línea tecnológica del trabajo social
supone, un lastre que difícilmente nos permitirá crecer y desarrollarnos en los ámbitos
profesionales y científicos. Para llevar el trabajo social a alcanzar los niveles de calidad
científica creemos conveniente superar ciertas visiones solo nos anclan en el pasado y
abre debates estériles que no aportan verdaderos cambios. Como alternativa a estos
debates proponemos algunos criterios orientados al crecimiento de los aspectos
profesionales y teóricos. Pensamos que:
- La elevación de los niveles formativos en la profesión
- La rigurosa sistematización
- La aplicación de procedimientos científicos exhaustivos en nuestras
aproximaciones de la realidad
- El análisis ideológico del contexto que nos rodea
- Y la humildad hacia aquello que nos pueda crecer
4
Bases epistemológicas

Son antídotos naturales ante eso que nos ha sumido en el desconcierto y el ostracismo
durante décadas. Esta situación de parálisis temporal hace que de forma urgente
necesitemos ponernos manos a la obra, aplicando la inteligencia y el trabajo bien
hecho para llevar entre todos el trabajo social al lugar que le corresponde entre las
profesiones ubicadas en el universo de eso que llamamos lo social
4. LA VIOLENCIA SIMBÓLICA DE BOURDIEU
Bourdieu como verdadero teórico de la presencia del poder simbólico en las
sociedades modernas, propone a través de sus conceptos campo y habitus una
síntesis actual de como a través de estructuras intangibles se articulan las fuentes de
poder y el predominio de estructuras de pensamiento dominantes.
Para Bourdieu, campo social es una construcción analítica mediante la que designar
un conjunto específico y sistemático de relaciones sociales, es decir, se trata de una
especie de sistema que permite trasladar al análisis social la dinámica de relaciones
que se desarrollan en la práctica.
El habitus es la capacidad cognitiva socialmente estructurada, o dicho de otra manera,
el sistema de disposiciones que actúa de forma sistemática y universal en todas
nuestras prácticas que origina a su vez productos sistemáticos y estilos de vida que
pueden ser percibidos en las relaciones mutuas según los esquemas y los principios
del habitus.
La constitución de las relaciones sociales que toman como base la presencia de un
campo determinado y habitus de vida, devienen en un conjunto de interacción donde
lo cultural se convierte en natural. Desde este lugar se construye la realidad que
establece un orden concreto en el mundo
Desde esta interpretación simbólica Bourdieu articula una teoría de dominación que
partiendo de la tradición marxista establece una correlación entre lo sistemas
simbólicos y los intereses concretos de la clase dominante.
Esta forma de reproducción de los sistemas sociales recuerda al concepto de
Hegemonía de clase hace que nos encontremos una vez más con la presencia de
ideología. Desde el punto de vista de los trabajadores sociales, este enfoque
complejidad más aún los procesos de intervención con nuestros usuarios. La
presencia social de modas, estilos de vida, aspiraciones personales, funcionales al
sistema pero desequilibrantes para el individuo suponen un universo que se convierte
en un complejo sobre el que intervenir de manera fundamentada y terapéutica.
Pensamos que la violencia simbólica de Bourdieu ofrece una herramienta de alto
potencial analítico para comprender de forma dialéctica una realidad que se
caracteriza por la interactividad de múltiples elementos.
La intuición lleva a pensar que es la construcción ideológica la que determina las
condiciones materiales e intelectuales de vida, fue abordada a mediados del S.XIX
desde el materialismo histórico por Carlos Marx y Federico Engels. Los autores
afirman que no es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina
la conciencia, estos defienden la existencia de una interpretación de la realidad que
trasciende de lo empírico y “fabrica” una determinada forma de entender el mundo.
Marx y Engels realizan un ejercicio de desenmascaramiento poniendo en evidencia
todo aquello que es capaz de reproducir un statu quo vigente que forma parte de lo
cultural, lo intangible, lo subjetivo, lo oculto, en definitiva de lo ideológico.
No es la conciencia la que determina la vida, sino la vida la que determina la
conciencia. El primer punto de vista es que se parte de la conciencia como del
individuo viviente y el segundo es el que corresponde a la vida real, se parte del mismo
individuo real viviente y se considera la conciencia solo como su conciencia.
5. LA CONCEPCIÓN MODERNIZADORA
La concepción modernizadora mistifica el concepto modernización, aceptándolo
como discurso que apela a la igualdad de oportunidades frente a la inevitable
desigualdad. El sujeto se niega a integrarse y la génesis de la problemática social es

5
Bases epistemológicas

individual y producida por desajustes asociados a la condición de la persona. Su


análisis se articula dentro de los de rango medio, describiendo el caso social sin buscar
el sentido global y/o análisis contextual que explique la conducta del individuo. La
concepción modernizadora evoca la potencialidad simbólica de la racionalidad. Se
sugiere que existe una respuesta técnica a cada problema social y que el orden social
es esencialmente benigno y eficaz. Así se mistifica el orden social, se privilegia el papel
de los expertos y se estigmatiza a los excluidos.
Veamos dichos modelos:
- Institucional-democrático: asume el marco de actuación definido
institucionalmente, propone como incuestionable los discursos técnicos y
culpabiliza de sus déficits a todos aquellos marginados a quienes se les ha
ofrecido un servicio.
- Institucional crítico: señala fallos en las estrategias de intervención de las
instituciones. Dichos fallos evidencian crisis en las que subyace la idea de que
bastaría con poner voluntad para que las carencias sociales quedaran
solventadas. No se analiza porque no se hace tal ejercicio de voluntad ni como
podría llegar a implementarse tal cambio.
- Modernizador de base: refleja la postura de aquellos profesionales que
trabajan en contacto directo con los más precarizados. Sus preocupaciones
están entre una visión paralizada de la realidad social y una búsqueda de
legitimidad dentro del entramado institucional de la política social. Se propone
una intervención desde la base, en contacto directo con la población afectada
y procurando su promoción. Lo que falla en la política social es que las
administraciones no tienen en cuenta al voluntariado y a los colectivos de base,
sin embargo, “apoyando siempre desde arriba” todo iría mejor.

You might also like