El amonio cuaternario está presente en productos de uso doméstico
como desinfectantes de alimentos. Se realizó un estudio donde se comprobó que es dañino para la salud y medio ambiente, en la actualidad es muy utilizado bajo la creencia que ayuda a combatir el coronavirus. Los amonios cuaternarios son compuestos que se usan como desinfectantes debido a su amplio espectro bactericida fungicida y virucida. Es por este motivo que se utilizan ampliamente para la eliminación del virus Sars-Cov-2, en distintas superficies y en el calzado.
¿Cómo se utiliza el amonio para desinfectar?
Su tecnología desinfectante elimina virus, hongos y bacterias de manera
segura. ... Prepara la solución con una concentración de 5 mL por cada litro de agua. Aplica la solución a la superficie por inmersión, aspersión o manualmente asegurando un contacto completo con la solución.
Fuera de los entornos de atención sanitaria, puede utilizarse hipoclorito de
sodio (lejía o cloro) a una concentración recomendada de 0,1% o 1000 ppm (1 parte de lejía de uso doméstico al 5% por cada 49 partes de agua). También puede utilizarse alcohol con una graduación del 70% al 90% para desinfectar las superficies. Antes, es necesario limpiarlas con agua y jabón o con un detergente para quitar la suciedad. Siempre debe empezarse a limpiar por la zona menos sucia (más limpia) y acabar la zona más sucia, para no esparcir la suciedad a las zonas más limpias.
Todas las soluciones desinfectantes deben almacenarse en recipientes opacos,
en un área bien ventilada y cubierta que no esté expuesta a la luz solar directa e, idealmente, deben prepararse todos los días. No se recomienda pulverizar desinfectantes en las superficies de los espacios interiores para destruir el virus de la COVID-19. Si hay que aplicarlos, debe hacerse con un paño o una toallita que esté empapada en el desinfectante.
Es importante reducir los riesgos cuando se utilizan desinfectantes:
Seleccione cuidadosamente el desinfectante y cerciórese de que tiene la
concentración adecuada para no estropear las superficies y evitar o reducir al mínimo los efectos tóxicos que pueda tener en los miembros de la familia (o los usuarios de los espacios públicos). No mezcle desinfectantes, como la lejía y el amoníaco, ya que las mezclas pueden causar irritación respiratoria y liberar gases potencialmente mortales. Mantenga alejados a los niños, las mascotas y otras personas durante la aplicación del producto y hasta que esté seco y no desprenda ningún olor. Abra las ventanas y use ventiladores para airear. Si el olor se vuelve demasiado fuerte, aléjese. Las soluciones desinfectantes siempre deben prepararse en áreas bien ventiladas. Lávese las manos después de utilizar cualquier desinfectante, incluidas las toallitas. Cierre bien los tapones después de cada uso. Es más probable que se produzcan derrames y accidentes cuando los recipientes están abiertos. No deje que los niños utilicen toallitas desinfectantes. Mantenga los productos de limpieza y los desinfectantes fuera del alcance de los niños y las mascotas. Tire los artículos desechables que se utilicen durante la limpieza, por ejemplo, los guantes y las mascarillas. No los limpie ni reutilice. No utilice las toallitas desinfectantes para limpiarse las manos o como toallitas húmedas para bebé. El equipo de protección personal mínimo recomendado para la desinfección de entornos no sanitarios son guantes de goma, delantales impermeables y zapatos cerrados. Puede que también sea necesario utilizar protección ocular y mascarillas médicas para protegerse de los productos químicos o si existe el riesgo de salpicaduras.
Nota: cuando no haya recursos suficientes para limpiar y desinfectar con
frecuencia, los principales métodos de prevención para reducir cualquier posible transmisión relacionada con la contaminación de las superficies deben ser lavarse las manos sistemáticamente y evitar tocarse la cara.