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1915128, 1925 ‘Algunas anéedotas, aa. Carlos A. Trobo ~ HomeroCanario Algunas anécdotas, arg. Carlos A. Trobo Anécdotas del arg. Carlos A. Trobo. Por Gabriel < https://hornerocanario.com/author/gabriel/> mayo 9, 2020 < https://hornerocanario.com/anecdotas-arg-carlos- alfredo-trobo/> hnps:thomeracanatio.comvanacdotas-arq-crlos-arado-trobot na 1915123, 1925 ‘Algunas anéesotas, ara. Carlos A. Trobo - HomeroCanario Indice de contenidos en este articulo. Algunas anécdotas de arquitectura y Las Piedras. Sabotaje temprano. Hugo Sotelo, me consulté por una fisura en una pared de su casa, La empresa constructora, que era una empresa muy prolija en sus obras, no acertaba con el diagnéstico, y habia fallado en repetidos intentos de reparacién Yo recién empezaba como arquitecto, y diagnostiqué un asentamiento de un pilote en un lugar determinado. ‘Apenas retirada la tierra de la zona indicada, se constaté la falla constructiva, que era muy rara, porque encontramos 3 cm de barro entre la cabeza del pilote y las vigas que se debian apoyar en este. Se reparé reforzando con hormigén, y la cosa pas6 El duedio me tomé mucha confianza Lo gracioso es que pasados casi 20 afios, un constructor me dijo que un albafil, al que Iamaremos X, durante una huelga, realiz6 un sabotaje en la obra de Sotelo, Me conté que en tal zona, habia echado barro entre el pilote y las vigas sin que nadie se diera cuenta, y después se pavoneaba por lo hecho. Pero lo més gracioso es que al pasar el tiempo, el albafiil X me vino a pedir trabajo y yo le dije: Justo, tengo un trabajo para ti; Conocés a Hugo Sotelo?» Y él me dijo «si». Bueno, le dije yo, «Sotelo necesita urgentemente un albafil, asi que tenés suerte. Anda enseguida» htps:Jhomeracanario.comlanecdotas-are-carlos-aredo-tobo! ana 1915123, 1925 ‘Algunas anéesotas, ara. Carlos A. Trobo - HomeroCanario Nunca mas volvid, Casa del Dr. Arturo Rodriguez Se trataba de una casa muy grande y antigua, con muchas ampliaciones realizadas en diversas épocas por su padre, ingeniero del ferrocartil. ‘Tampoco esta ve ni el arquitecto ni la empresa constructora, acertaron a arreglar innumerables rajaduras por toda la casa. Cansado, Arturo me llamé. Conociendo entonces la diversidad de obras realizadas, reformas, ampliaciones etc,, result6 ser un caso muy complejo. La casa, si bien era una buena mansién, estaba llena de tajaduras, a tal punto que la sefiora, me dijo: » De tanto verlas, he llegado a quererlas. Estamos obsesionados» Recimentar era una de las soluciones, pero habia que romper pisos, revoques, ete. y salia casi mas econémico hacer toda la casa de nuevo. Preferi arriesgar otra solucién que (segiin estudié en libros italianos sobre conservacin de edificios histéricos) partia de reparar individualmente cada rajadura, dindole la cohesién que habfa perdido al romperse la pared. Le sugeri al propietatio atticsgar un minimo de dinero, atreglando a conciencia, rajadura por rajadura, sin llegar a recimentar Contraté un albafill muy prolijo ¢ inteligente que, paso a paso, cumplia lo que yo le indicaba, Asi apostamos... y ganamos. jNunca mis se volvié ajar! Ahora, ya pasados varios afios, se me ocurre una interpretacién, un pensamiento lateral, que me lleva a una analogfa relacionada con la vida en la sociedad y es esta: htps:Jhomeracanario.comlanecdotas-are-carlos-aredo-tobo! ana 1915123, 1925 ‘Algunas anéesotas, ara. Carlos A. Trobo - HomeroCanario «Cuando las instituciones estan deterioradas, muchos proponen demoler y hacer nuevo, 0 por lo menos realizar costosas modificaciones con grandes riesgos. Este ejemplo que nos da consolidar una obra deteriorada, nos animaria a descubrit que lo que una rcligién propone, es arreplar las fisuras internas del corazén del hombre, sin necesidad de destruir lo mucho bueno que puede tener una sociedad. Y me trae a la memoria aquel padre que le muestra a su hijo un periédico con un mapamundi, y rompiéndolo pequetios ped: 20s le pide que lo vuelva a armas, Al minuto, el chico se lo entrega ya armado, y Ie dice: «detrés del mundo, estaba impresa una imagen de hombre. Yo armé el hombre y qued6 armado el mundo». Carlos A. Trobo, arquitecto. Es lindo, cuando tenemos que enfrentar un problema nuevo y debemos «quemarnos las cejas» pesando los riesgos, eligiendo caminos, buscando quien haga el trabajo, y cuidando, vigilando y motivando a todo un equipo para tener éxito, Es claro, que en todo, debe haber buena fe, tanto en el personal, como de parte del propietario. Riesgos que no se ven. Yo, de chico, no era demasiado arriesgado. Me trepaba a los Arboles, como todos, pero no hacia muchas bravatas. Pero al ejercer Ia arquitectura, debi subir a ciertas alturas a las que poca gente adulta se anima: escaleras rotas, techos inclinados y resbaladizos, encofrados a medio hacer o endebles, cabezazos contra puntales con clavos, asomarse a bordes peligrosos, ete. Recuerdo una mafiana de invierno, en la casa de Raquel Piriz, que llegué antes que el constructor y me subi a un techo de «dolmeniv» (fibracemento) recubierto de escarcha y apenas subi, empecé a deslizarme hacia abajo... y cacrfa de espaldas por lo menos 4 metros sobre otra escalera con escalones de material htps:Jhomeracanario.comlanecdotas-are-carlos-aredo-tobo! ana 1915123, 1925 ‘Algunas anéesotas, ara. Carlos A. Trobo - HomeroCanario Al sentir que me deslizaba, atiné a apoyar los codos y con eso, frené el deslizamiento. Pero quedé inmévil por unos minutos y al final, pensando que era imitil pedir auxilio, decidi aventurar ir hacia arriba, gateando cautamente sobre el hielo. Y pude llegar arriba, lentamente. Una ver alli, esperé al constructor, que vino una hora después. Y me ayudé a bajar cuando d aparecié el hielo del «dolmenit» Son ricsgos que impone la obra, y a veces hay que aceptar los desafios que nos hacen los constructores, ya sea para ver hasta dénde somos «valientes», © porque confian que uno no se anime a subir, para asf ocultar alguna cosa mal hecha que no quieren que sea descubierta por el arquitecto. Muchas otras vi es me he encontrado entre la espada y la pared, y he tenido que «echar para adelantey. A veces, se trata de una discusién, en la que podsfamos llevar la peor parte, ya que debemos exigir fuertemente cl cumplimiento de algo, y sabemos que la otza parte anda armada, o es de cardcter violento, La burocracia. 1 fantasma de la burocracia aparece desde el comienzo de mi profesién. En esos momentos, se estaba haciendo las obras de sancamiento y pavimento de hormigén de Las Piedras. Alver yo que se tellenaban las zanjas con tierra sin apisonar, lo que no era correcto, me dirigi lleno de buenas intenciones a la seccién técnica de la Junta Local y expliqué al encargado que en Facultad nos habian ensefiado lo que habia sucedido en. Montevideo en iguales circunstancias, es decir que al asentarse el relleno, Ia calle se iba a fisurar fatalmente. Bl encargado de seccién, que no e1 técnico, me opuso una PARED diciendo agriamente que muy bien sabian ellos lo que hacian y que no necesitaban mi opinién. ‘Tres aftos después, todas las calles pavimentadas presentaban dos fisuras paralelas a cer claramente, ambos costados de la zanja de saneamiento, cosa que hoy se puede htps:Jhomeracanario.comlanecdotas-are-carlos-aredo-tobo! ona 1915123, 1925 ‘Algunas anéesotas, ara. Carlos A. Trobo - HomeroCanario Cuando mis tarde se crearon cargos de arquitecto para la Junta de Las Piedras, la cosa mejor6 bastante. Pero queda por dignificar efectivamente la profesién por parte de la Intendencia de Canclones, porque la opinién sobre temas que son inherentes al arquitecto, como la necesidad de ordenanzas modernas, la imprescindible formulacién de planes reguladores, etc., ¢s ignorada sistematicamente por una férrea barrera ‘Tanta y tantas veces me senti frustrado, que hasta mandé buscar a Nueva Delhi en la India, el libro que escribié una ingeniera decepcionada por la burocracia al El Resulté todo igual a lo que aqui sucedel... es decir; la frustracién de las buenas ideas, titulo era: «Three Jeers for the Burocracy'» (jLres hurras por la burocracia!) Y.. sactificadas en el altar de las jerarquias. Mal de muchos, consuelo de... realidad, siento que debo manifestar que siempre he sentido desde lo mas profundo de mi conciencia de profesional Universitario, lo lesivo que es pata el buen nombre de nuestra Profesién, con una tradicién de antigua data, retrac a los arquitectos, la categoria de eternos alumnos que deben concurrir a corregir sus planos ante una autoridad «supremay como en le época de Napoledn, tal como si todavia no hubiéramos egresado de la Facultad, No conozco ningin cirujano que deba presentar planos y memorias antes de operar un cerebro de un paciente, y ahi se juega con la vida. La Universidad capacité al cirujano, y él no deja de ser responsable por el hecho de no presentarse ante una oficina para «orregirse> Capilla del Santisimo Sacramento. < https://hornerocanar io.com/capilla-del- santisimo- sacramento /> EI cuartelillo de Bomberos < htps://hornerocanar io.com/el-cuartelillo- de-bomberos/> Capilla Maria Auxiliadora < https://hornerocanar io.com/capilla- maria-auxiliadora/> Inicio < https://hornerocanario.com/> La obra desaparecida. < hitps://hornerocanar io.com/la-obra- desaparecida/> ‘Acerca de < https://hornerocanario.com/acerca-de/> Blog < https://hornerocanario.com/blog/> Contacto < https://hornerocanario.com/?pag id: 566&preview=true> hnps:thomeracanatio.comvanacdotas-arq-crlos-arado-trobot ra 1915123, 1925 ‘Algunas anéesotas, ara. Carlos A. Trobo - HomeroCanario © 2023 HorneroCanario < https://hornerocanario.com/> Subir t hnps:thomeracanatio.comvanacdotas-arq-crlos-arado-trobot sana

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