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Verdad y Transformacion
Verdad y Transformacion
Prólogo 13
Prefacio 17
Agradecimientos 21
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14 verdad y transformación
¿Cómo puede ser que —se preguntará usted— un filósofo y
activista indio nos ayude? Como razonó en cierta ocasión C. S. Lewis,
toda cultura tiene sus propios puntos ciegos, su propio punto de
vista. Es adecuada «para vislumbrar ciertas verdades y está especial-
mente expuesta a cometer ciertos errores.»1 Como corrector, Lewis
recomendó que se leyeran libros antiguos. La norma de Lewis era
leer un libro antiguo por cada libro nuevo, o, si eso era demasiado,
uno antiguo por cada tres nuevos. De este modo, «la pura brisa
marina de los siglos» ventilará nuestra mente y obtendremos una
perspectiva más clara de nuestro tiempo.
Yo suelo decir que otra manera de obtener una claridad cre-
ciente sobre nuestro tiempo es vivir por un periodo prolongado en
otra cultura o entre gentes de otras culturas que también conozcan
los Estados Unidos (u Occidente). C. S. Lewis concedió gran valor a
mirar desde ópticas distintas. Dijo: «Mis propios ojos no me bastan,
miraré a través de ojos ajenos.»2 A menos que veamos el mundo a
través de ojos ajenos, habitaremos en un universo tan reducido que
acabaremos sofocándonos. Vishal nos proporciona tal perspectiva
clarificadora de nuestro tiempo; su erudición y su análisis son pro-
fundos, su perspectiva india nos permite contemplar a los Estados
Unidos y la cultura occidental con una claridad fresca y rigurosa.
En los primeros cuatro capítulos, Vishal expone claramente
que los fundamentos que han engrandecido a Occidente se están
derrumbando. Se está tirando de la alfombra sobre la que descan-
saba la moralidad, la dignidad humana, la racionalidad, la tecnolo-
gía y el carácter. Estos pivotes fundacionales que han conformado
nuestra cultura tienen su raíz en la Biblia. A medida que estos y
otros principios son sustituidos por mentiras, se hace absoluta-
mente necesario transformar nuestra cultura y recuperar la verdad.
Como señala Vishal, ésta no será una tarea fácil. Hay podero-
sos intereses creados en Occidente (y en todas partes) inclinados
1. C. S. Lewis, «On the Reading of Old Books,» First and Second Things:
Essays on Theology and Ethics, ed. Walter Hooper (Glasgow: Collins, 1985),
207-208.
2. C. S. Lewis, La experiencia de leer un ejercicio de critica experimental (Edi-
torial Alba, 2000)
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¿Por qué la promesa de una inyección masiva de capital en los
bancos hace que los inversores se sientan tan inquietos? Porque,
en el fondo, el problema no es económico. Al llover las críticas de
que el gobierno estaba rescatando a los corruptos, el Secretario del
Tesoro estadounidense anunció una «prueba de resistencia» para
los bancos que se estaban socorriendo. Manifestó que la Adminis-
tración auditará a los bancos. Los entendidos ya no confían en los
auditores certificados. Los inversores saben que una investigación
genuina revelará al mundo que algunos de los principales bancos
estadounidenses son aún más insolventes que los pobres dueños
de casas que no pueden hacer frente al pago mensual de sus hipo-
tecas. Sin duda la confianza volverá al mercado financiero.
¿Pero sabe usted por qué?
Un opulento, muy convencido y bien informado capo de la mafia,
aconsejó a un amigo mío en Arizona: «No se preocupe. Este es un
buen momento para comprar acciones en el banco (XYZ). El gobierno
no puede en modo alguno permitir que este banco quiebre porque ha
participado en la corrupción bancaria por largo tiempo y obligará a los
sufridos ciudadanos a acudir en rescate de los bancos corruptos.»
Puede que el capo haya exagerado, pero muchos se preguntan
si la cultura de la corrupción no se estará extendiendo a otros
sectores de la economía. El FBI está investigando más de tres-
cientos cincuenta casos de fraude corporativo en Estados Unidos.
El gobierno estadounidense ha presentado una demanda contra el
primer banco suizo UBS AG, para intentar forzar que se revelen
las identidades de cincuenta y dos mil estadounidenses ricos que
supuestamente han evadido al fisco al menos 14.800 millones de
dólares en cuentas suizas secretas. John DiCicco, Fiscal General
adjunto de la división de impuestos del Departamento de Jus-
ticia, declaró: «En un momento en el que millones de estado-
unidenses están perdiendo sus empleos, sus casas y su asistencia
sanitaria, es aterrador oír que más de 50.000 de los más ricos de
los nuestros hayan activamente procurado evadir su obligación
cívica y legal de pagar impuestos.» Pocos creen que este caso lle-
gará algún lado; sin embargo, cabe esperar de un gobierno que
Prefacio 19
1. Truth and Social Reform (Nueva Delhi: Nivedit Good Books, 1985 y
1996; Londres: Hodder & Stoughton, 1989).
Agradecimientos
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• El Dr. David y Amber McDonald, que hicieron posible
que el Dr. Mark Harris, Samraj Gandhi, Laura Dixon, y
Emily Lewis ayudaran a preparar esta edición.
• La Universidad Internacional William Carey, donde
enseñé como profesor adjunto, por proporcionar el con-
texto para esta edición.
• Scott Allen, que envió el manuscrito a los editores y les
animó a publicar el libro. También organizó el equipo de
la Alianza para el Discipulado de las Naciones (ADN) que
preparó la Guía de estudio en menos de dos semanas.
• Bobby y Jean Norment, que nos recibieron en las hermo-
sas instalaciones de Bethany Fellowship en Bloomington,
Minnesota, durante el mes que pasé preparando el manus-
crito para la imprenta. Con su hijo Davis y su esposa
Michelle, ellos preconizan el Rivendell Sanctuary, una
nueva clase de universidad de educación superior basada
en el modelo de aprendizaje de Jesús, aventura en la que
participo con el fin de transformar a América.
• Ryan Davis, que ha sido un editor fantástico y entusiasta.
• YWAM Publishing por el esfuerzo que hizo en publicar
este libro en seis semanas, y tenerlo dispuesto para la con-
ferencia Mundo a Transformar, en Houston.
Para llevar a cabo este proyecto fueron imprescindibles el estí-
mulo, el consejo y las oraciones de Bob Osburn, Art Lindsley, Tom
Victor, Luis Bush y Rich y Sue Gregg. Quedo en deuda perenne
con Prabhu Guptara por su sabiduría, y con mi familia —Ruth,
Nivedit y Edwin, Anandit y Albert— por su apoyo incondicional
a toda buena cosa que yo pueda hacer.
PARTE I
¿Necesitamos
Transformación?
uno
Moralidad
El secreto perdido del éxito occidental
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casi imposible fingir que aún seguía escuchando, pero justo cuando
me disponía a decirle que necesitaba dormir, reparé en algo que me
intrigó: aunque mi inglés era deficiente, el suyo era aún peor. Me
maravillé que alguien que no hablara bien el idioma inglés pudiera
triunfar como empresario en ese país. De modo que le pregunté:
—Señor Singh, ¿cómo es que resulta tan fácil montar un negocio en
Inglaterra? —Me respondió sin hacer ninguna pausa:
—Porque en ese país todo el mundo confía en ti.
Como yo no era empresario, no entendía qué tenía que ver la
confianza con el éxito económico de un individuo o nación.
Si el señor Singh hubiera defendido el capitalismo, o el socia-
lismo, o el comunismo, tal vez le habría escuchado; pero su res-
puesta no cuadraba con la de ningún erudito —ni tampoco con
la de la Izquierda o la Derecha—. De manera que eché mi asiento
hacia atrás y me quedé dormido.
Unos pocos meses después, Ruth y yo visitamos Holanda para
dar una charla en una conferencia anual organizada por una de las
organizaciones benéficas más conocidas del país. Una tarde, nuestro
anfitrión, el Dr. Jan van Barneveld, me dijo: «Vamos a traer un
poco de leche». Y ambos nos dimos un paseo hasta la granja a través
de la hermosa campiña holandesa adornada de árboles cubiertos de
musgo. Nunca había visto una vaquería de ese calibre. Tenía cien
vacas, no había personal a la vista y parecía sorprendentemente lim-
pia y ordenada. En la India teníamos una pequeña vaquería de nues-
tra propiedad, con dos empleados, pero estaba sucia y olía mal.
El contraste me llamó la atención porque en la región donde
yo prestaba servicio al menos el 75% de las mujeres dedicaban
una hora o dos cada día para recoger manualmente estiércol de
vaca. Lo echaban en cestos que transportaban sobre la cabeza hasta
los patios en donde lo convertían en tortas que usaban como com-
bustible para cocinar.1
2. La Inglaterra del siglo XVIII estaba tan corrompida como mi país; fue
transformada por el avivamiento religioso dirigido por John Wesley, fundador
de la Iglesia Metodista. Para consultar esa historia, léase el capítulo 7 de mi
libro Missionary Conspiracy: Letters to a Postmodern Hindu (Nueva Delhi, India:
Nivedit Good Books, 1996).
30 verdad y transformación
El reconocimiento de Hume de los límites de la lógica debe-
ría haber humillado la arrogancia de la Ilustración. No obstante,
en vez de admitir que la lógica humana tenía sus límites, muchos
asumieron que si la lógica no podía demostrar la existencia de
Dios, entonces Dios no existía.
Hume procuró construir un marco para una moralidad sin
Dios, pero el filósofo alemán Emmanuel Kant (1724-1804) reco-
noció que, sin la revelación divina, la mente humana era incapaz
de saber si el universo era moral. En esta vida vemos sufrir a los
justos, y los malvados prosperan, pero sin revelación no podría-
mos saber que hay un juicio final después de la muerte.
Kant intentó salvar la moralidad, pero Friedrich Nietzsche
(1844-1900), filósofo alemán del siglo XIX, concluyó que si la
lógica no podía conocer la moralidad, ésta tendría que ser mera
invención social. Y puesto que la moralidad judeocristiana favo-
rece al débil, debió ser inventada por los esclavos para limitar la
libertad de los poderosos: los arios.
Los filósofos existencialistas que siguieron a Nietzsche deci-
dieron que como el universo no tenía sentido divino ni normas
morales, la búsqueda de la libertad exigía crear nuestros propios
valores y propósito. Por ejemplo, el existencialista alemán Mar-
tin Heidegger (1889-1976) comenzó su carrera intelectual como
campeón del pensamiento nazi. El nazismo fue derrotado mili-
tarmente, pero la incapacidad de la lógica para conocer a Dios
o la moralidad, produjo universidades postmodernas que ya no
saben discernir lo bueno de lo malo. Después de rechazar a Dios
y su revelación, las instituciones educativas han sido incapaces de
enseñar bondad, hermosura y verdad. Me topé con este aspecto de
Occidente dos años después de mi viaje a la vaquería holandesa.
Corrupción en Occidente
Corrupción y pobreza
4. Los diez países mas ricos del mundo en términos de su PNB per cápita
en dólares: (1) Luxemburgo 80.000; (2) Qatar 75.900; (3) Bermudas 69.900;
(4) Noruega 55.600; (5) Kuwait 55.300; (6) Emiratos Árabes Unidos 55.200;
(7) Singapur 48.900; (8) EE.UU. 46.000; (9) Irlanda 45.600; (10) Guinea
Ecuatorial 44.100.
Los diez países que más ayudan en el exterior en términos de miles de
millones de dólares (en 2003-2004): (1) EE.UU. 12,9; (2) Japón 9,2; (3) Ale-
mania 5,4; (4) Francia 5,2; (5) Reino Unido 4,8; (6) Países Bajos 3,4; (7) Italia
2,3; (8) Canadá 2,0; (9) Suecia 1,8; (10) Noruega 1,8.
moralidad 35
Corrupción y filosofía