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CBCT

CASO CLINICO 48
Una paciente africana de 50 años afectada por una gran lesión ósea mandibular fue
programada para someterse a una resección mandibular completa. Al paciente se le
realizó una tomografía computarizada multicorte (MSCT) y una CBCT. La TCMD (fig. 48.1)
mostró que la gran erosión ósea mandibular afectaba a toda la sínfisis mandibular
asociada a la pérdida dentaria. El CBCT se realizó para evaluar la eficacia real de este
procedimiento diagnóstico para el estudio de este tipo de lesiones óseas de gran tamaño.
la calidad de las imágenes se consideró satisfactoria, aunque la vista de exploración dental
no era lo suficientemente grande para representar bien la lesión completa (Figs. 48.2-
48.4).
El diagnóstico histológico fue de ameloblastoma. El paciente fue intervenido
quirúrgicamente consistente en una resección mandibular por vía cervical. Al mismo
tiempo se realizó la reconstrucción mandibular mediante un colgajo libre microvascular de
peroné.

CBCT utilizado para detectar lesiones malignas que involucran las mandíbulas

El carcinoma de células escamosas es la neoplasia maligna más frecuente de la mucosa


oral. Con origen en la encía alveolar, invade fácilmente la mandíbula o el maxilar. Cuando
el tumor se extiende al hueso alveolar, es obligatoria la ostectomía marginal o
segmentaria, dependiendo de la extensión de la afectación (Brown et al. 2002). Por lo
tanto, una de las funciones más importantes de las imágenes para los carcinomas
gingivales alveolares es evaluar la presencia y la extensión de la invasión tumoral en el
hueso. Se han utilizado varias modalidades de imagen, incluidas radiografías simples,
gammagrafía ósea, CT y MRI para este propósito y cada modalidad tiene sus ventajas y
desventajas. La radiografía panorámica se usa ampliamente para el diagnóstico inicial de
los carcinomas gingivales y muchos autores han informado sobre su precisión diagnóstica.
Ord informó que la sensibilidad, la especificidad y la precisión de las imágenes
panorámicas para evaluar la invasión mandibular por carcinoma oral fueron del 87 %, 80
% y 82 %, respectivamente (Ord et al. 1997). Según el estudio, las imágenes panorámicas
no mostraron una afectación temprana, aunque sí pudieron mostrar una destrucción ósea
importante. Otros estudios también informaron tasas de falsos positivos y/o falsos
negativos del 20-30% (Zupi et al. 1996).
Entre estas diversas modalidades de imagen utilizadas para evaluar la invasión mandibular
por carcinoma oral, la TC helicoidal se considera una de las más precisas siempre que se
utilicen técnicas de TC apropiadas. Goerres usó imágenes de TC axiales y coronales con
algoritmo óseo de 3 mm de espesor e informó una sensibilidad del 100% y una
especificidad del 91% (Goerres et al. 2005). Los resultados comunes en los estudios
publicados sobre este tema fueron que la TC helicoidal causa pocos resultados falsos
negativos, aunque genera algunos resultados falsos positivos debido a enfermedades
periodontales o cambios secundarios a la extracción del diente.
Recientemente, CBCT se ha utilizado ampliamente en la región oral y maxilofacial
(Boeddinghaus y Whyte 2008).
En comparación con la TC helicoidal, las principales ventajas de la TC de haz cónico
incluyen una alta resolución espacial y una baja dosis de radiación. Sin embargo, no
existen estudios sistemáticos que evalúen su utilidad en el diagnóstico de invasión
mandibular por carcinoma oral. Momin, en un estudio publicado en 2009 (Momin et al.
2009), hizo una comparación de CBCT y radiografía panorámica para la evaluación de la
invasión ósea por carcinoma oral de células escamosas. Según el autor, la tomografía
computarizada de haz cónico mostró que hubo una gran cantidad de resultados falsos
negativos y la sensibilidad promedio fue del 89%.
No pudo comparar directamente la TC de haz cónico con la TC helicoidal, porque el
protocolo de imagen de esta última no estaba estandarizado y el número de casos con
imágenes óptimas de TC helicoidal era bastante limitado. Sin embargo, al combinar los
resultados de su estudio con los de otros estudios de TC helicoidal (Mukherji et al. 2001),
la hipótesis de que la TC de haz cónico es más precisa que otras modalidades de imagen,
incluida la TC helicoidal, para evaluar la invasión mandibular por un tumor puede no ser
correcto Los artefactos dentales graves y el ruido de la imagen fueron los responsables de
la sensibilidad relativamente baja de la TC de haz cónico.
Es bien sabido que los artefactos dentales pueden dificultar las imágenes no solo en la TC
de haz cónico sino también en la TC helicoidal. Sin embargo, en este último caso, la
cantidad de artefactos dentales en estrías se puede reducir de manera efectiva mediante
la técnica de inclinar el pórtico para evitar las restauraciones dentales metálicas.
En conclusión, la CBCT, a día de hoy, no puede considerarse el estándar de oro de las
técnicas de imagen en la evaluación de la afectación ósea por lesiones orales malignas.

CBCT en periodoncia
Desde hace bastante tiempo, existen protocolos precisos para realizar diagnósticos
periodontales. De acuerdo con esos procedimientos, todos los factores de riesgo deben
evaluarse al realizar el historial médico de un paciente; posteriormente se debe realizar un
examen clínico, anotando, en una ficha especial (cartilla periodontal), datos como
sondaje, recesión gingival, movilidad dentaria, defectos de furca, sangrado y depósitos.
Hay varios tipos de gráficos periodontales con algunas pequeñas diferencias. Todos ellos,
sin embargo, están diseñados para definir el tipo de enfermedad periodontal, el tipo de
tratamiento a realizar y qué pronóstico de los elementos se espera. Los exámenes
radiográficos son esenciales en periodoncia, ya que es posible definir una serie de
parámetros que son necesarios para planificar el tratamiento y el pronóstico. Además,
dado que pueden repetirse varias veces, los exámenes de seguimiento realizados después
de un lapso de tiempo pueden mostrarnos si nuestro tratamiento ha sido exitoso.
Tradicionalmente, este examen, conocido como “estado periodontal”, incluye un conjunto
de catorce a dieciséis radiografías intraorales con una dosis de radiación a los pacientes de
aproximadamente 100 microsievert. Este estado nos permite comprobar parámetros tan
importantes como los factores dentales que podrían empeorar las enfermedades
periodontales y la cantidad de anclaje de la raíz dental al hueso por debajo del área de
pérdida. También es posible examinar la mineralización ósea alrededor de los elementos
dentales, cualquier defecto del hueso y su morfología. Tanto los parámetros clínicos como
los instrumentales, incluidos los exámenes radiológicos, conducirán al diagnóstico,
tratamiento y pronóstico. El uso de la radiología tridimensional basada en CT Dentascan se
ha restringido especialmente por su alta dosis de radiación a los pacientes, lo que es
contrario al principio de justificación. Otros factores negativos son la baja definición y la
alta interferencia de artefactos metálicos, que no cumplen con el principio de
optimización. Existe un problema más con la TC convencional que está relacionado con las
altas tasas de radiación ionizante: no es posible repetir el examen en un control posterior.
Este problema se ha solucionado con la introducción de los sistemas CBCT, que,
especialmente con FOV pequeño, proporcionarán imágenes muy definidas con una dosis
de radiación baja, evitando así dos problemas graves de imágenes bidimensionales. Las
radiografías intraorales no pueden detectar lesiones óseas en áreas no proximales, como
secciones vestibulares o linguales/bucales. Estos solo podían ser detectados por sondeo.
Además, este examen no estará sujeto a la mala posición de los portapelículas, ni
dependerá de la morfología palatina o de los dientes apiñados, a diferencia de los
exámenes bidimensionales convencionales. Dado que el sistema CBCT proporciona una
dosis de radiación baja a los pacientes, es seguro para exámenes de seguimiento
posteriores. El uso de CBCT en periodoncia ha sido ampliamente explicado por Mohan et
al. (2011). Han clasificado los diversos usos del CBCT, desde el diagnóstico prequirúrgico
hasta el seguimiento, pasando por la medición de defectos óseos, hasta el llamado “CBCT
de tejidos blandos”, para medir los tejidos gingivales y el complejo dentario-gingival. Estos
autores han subrayado las limitaciones del diagnóstico 2D para detectar el estado óseo en
las porciones vestibular o lingual/bucal. Lo mismo ha sido destacado por Misch et al.
(2006); han demostrado que no existen diferencias en las medidas de los defectos óseos
en las porciones interproximales, ya sea mediante sondaje, o realizando un examen
radiológico 2D o 3D. Sin embargo, ninguna radiografía intraoral puede detectar defectos
vestibulares o linguales/bucales. Según estos autores, la CBCT puede ofrecer importantes
ventajas en la detección y cuantificación de defectos óseos, debido a sus imágenes
tridimensionales. Según Vandenberghe et al. (2007), aunque la radiología digital 2D brinda
mejor información sobre la calidad del hueso, la CBCT puede mejorar la descripción
morfológica de los defectos óseos periodontales y anticipan más estudios sobre el uso de
la CBCT para el diagnóstico, pronóstico y planificación quirúrgica de los defectos
periodontales. Además, gracias al renderizado es posible reconocer de forma clara e
inmediata cualquier morfología del defecto óseo, lo que resulta muy eficaz a la hora de
explicar a los pacientes su caso concreto (Casos Clínicos 49 y 50).

CASO CLINICO 49
Este paciente masculino de cuarenta y ocho años había estado sufriendo de gingivitis
difusa. En la visita periodontal se detectó sangrado al sondaje y bolsas periodontales de
más de 3 mm en varios sitios. Al examinar las radiografías intraorales (estado
radiográfico), no se detectó pérdida ósea grave en ningún elemento dentario. Después del
raspado y alisado radicular, se volvió a examinar al paciente mediante sondaje. Las bolsas
periodontales habían disminuido a un rango normal y el sangrado después del sondaje
había desaparecido en todas partes excepto en el sitio palatino del incisivo central
superior derecho (Fig. 49.1), donde aún se detectaba una bolsa de 6 mm. Gracias al
examen 3D realizado con un pequeño FOV CBCT, se detectó un defecto óseo de tres
paredes en el sitio palatino. Este defecto no podría haber sido detectado por exámenes
bidimensionales debido a su posición palatina (Figs. 49.2 y 49.3). Durante el tratamiento
quirúrgico se confirmó clínicamente este defecto (fig. 49.4). El sondaje periodontal se
realizó después de un período de tiempo; un examen CBCT de seguimiento realizado seis
meses después de la cirugía confirmó el proceso de curación de los tejidos óseos (Figs.
49.5 y 49.6).

CASO CLINICO 50

Esta paciente de 56 años acudió a la consulta por migración de dientes con pérdida de los
efectos de oclusión regular y múltiples recesiones del margen gingival libre. Algunos de
sus dientes estaban fallando en el primer cuadrante. La OPG inicial (Fig. 50.1) mostró una
reabsorción ósea horizontal difusa en ambas arcadas y una alta reabsorción de la cresta
en el primer cuadrante. Se pudo realizar un primer diagnóstico de periodontitis crónica
basado en el cuadro clínico, el dato anamnésico, el sondaje periodontal y el examen
radiológico 2D. Dos bolsas periodontales profundas
se detectaron en el grupo anterior superior (Fig. 50.2), donde se observaron defectos
intraóseos con las imágenes intraorales (Figs. 50.3 y 50.4). El examen CBCT fue diseñado
para proporcionar una imagen tridimensional de la estructura real de estos defectos
intraóseos, ya que no solo estaban ubicados en el área intraproximal sino también en el
área palatina (Figs. 50.5 y 50.6), que no fue detectada por el examen radiográfico 2D. Las
imágenes tomadas durante el procedimiento quirúrgico confirmaron las imágenes
proporcionadas por el examen CBCT (Fig. 50.7).

CBCT en ortodoncia

Durante el siglo pasado, los ortodoncistas e investigadores han utilizado el análisis


cefalométrico lateral bidimensional para estudiar el crecimiento y desarrollo de las
estructuras craneofaciales, diagnosticar problemas de ortodoncia, planificar terapias de
ortodoncia y evaluar los resultados del tratamiento (Broadbent 1931 y 1937; Brodie 1941;
Salzmann 1948; Downs 1948; Steiner 1953; Sassouni 1955; Tweed 1962; Harvold 1968;
Jarabak 1972; Jacobson 1975 y 1976; Burstone et al. 1978; Ricketts 1981; McNamara
1984). Debido a la estructura craneofacial, que es un objeto tridimensional, una
radiografía cefalométrica lateral tradicional brinda información limitada en términos de
resultados. El advenimiento de la tecnología de tomografía computarizada de haz cónico y
el software 3D ahora ha hecho posible evaluar las tres dimensiones de la estructura
craneofacial. Las radiografías tridimensionales brindan información no solo sobre el plano
axial, sino también sobre la intrincada interrelación entre las dimensiones sagital, frontal y
transversal. Dado que la CBCT ofrece un alto valor de diagnóstico con una dosis de
radiación relativamente baja, se ha convertido en un método popular de evaluación de los
diagnósticos y resultados de la ortodoncia (Molen 2010). Ha habido un interés
considerable en las imágenes CBCT, y algunos incluso sugieren el uso de rutina para todos
los pacientes (Walker et al. 2006; Kau et al. 2005). Una revisión preliminar muestra que la
literatura actual aún no apoya el uso universal de esta tecnología para todos los pacientes
(Farman y Scarfe 2006). Con esto en mente, y hasta que la literatura sea más alentadora,
se recomienda a los ortodoncistas que usen CBCT con precaución y siempre se pregunten
si la pregunta clínica puede responderse usando radiografía convencional. Las radiografías
deben tomarse solo cuando esté clínicamente justificado. Para resumir las guías de la
Sociedad Británica de Ortodoncia, NO hay indicaciones de ortodoncia para lo siguiente
(Turpin 2008):
●● radiografías tomadas de forma rutinaria antes de un examen clínico;
●● un conjunto de radiografías de rutina para todos los pacientes de ortodoncia;
●● vistas periapicales de boca completa antes del tratamiento;
●● una sola radiografía cefalométrica lateral para la predicción del crecimiento facial;
●● radiografías de la mano y la muñeca para predecir el inicio del brote de crecimiento
puberal;
●● radiografías de rutina para investigar la disfunción del dolor TMJ (miofacial);
●● radiografías prospectivas por razones médicas legales;
●● radiografías después del tratamiento únicamente para exámenes profesionales o
presentaciones clínicas;
●● CBCT tomado de forma rutinaria para todos los pacientes de ortodoncia.

¿CT o CBCT para ortodoncistas?


Las técnicas de imágenes craneofaciales tridimensionales han cambiado la forma en que
los profesionales abordan los diagnósticos en odontología y ortodoncia. Aunque la
tomografía computarizada todavía se usa en muchas situaciones clínicas cuando se
necesita información 3D, su uso ha sido limitado en odontología debido a su alto costo,
baja resolución vertical y alta dosis de radiación. El escáner CT de haz cónico es
intrínsecamente 3D en su adquisición de imágenes y proporciona imágenes utilizables de
un equipo que es compacto y asequible para los centros de diagnóstico pequeños (Arai et
al. 1999a; Sukovic 2003). CBCT se ha considerado el examen de elección en muchos casos,
ya que proporciona imágenes de alta resolución, confiabilidad diagnóstica y análisis de
riesgo-beneficio (Mozzo et al. 1998; Yammamoto et al. 2003). Se recomienda su uso en la
práctica de ortodoncia para dientes impactados (Nakajima et al. 2005), evaluaciones de la
articulación temporomandibular (Honda et al. 2004), vistas en 3D de las vías respiratorias
superiores (Aboudara et al. 2003), evaluación del crecimiento y desarrollo maxilofacial. y
estimación de la edad dental (Yang et al. 2006). CBCT también ha demostrado validez para
simulaciones biomecánicas, modelos para remodelación ósea, simulaciones para cirugía
de ortodoncia

Aplicaciones de CBCT en la práctica de ortodoncia


A continuación describiremos algunas aplicaciones clínicas de CBCT en ortodoncia.
Dientes impactados
La radiografía panorámica es una herramienta de diagnóstico estándar en ortodoncia para
el diagnóstico preoperatorio de casos de rutina. La precisión diagnóstica y la validez para
localizar dientes impactados y estructuras adyacentes pueden subestimarse debido a
deficiencias, como errores de proyección de distorsión, imágenes borrosas y estructuras
maxilofaciales complejas que se proyectan en un plano 2D, lo que aumenta el riesgo de
mala interpretación (Ericson y Kurol 1987).
Tradicionalmente, la localización de los dientes impactados se realizaba mediante
radiografías en 2D usando la regla del objeto bucal (SLOB), así como tomando dos
imágenes radiográficas, una vista periapical y una vista oclusal en ángulo recto entre sí
(White y Pharoah 2004). El diagnóstico y la planificación del tratamiento a menudo
desarrollan un mayor grado de complicación cuando se trata de la presencia de uno o más
dientes incluidos que pueden estar presentes en una relación inusual con la dentición
erupcionada. Los estudios de pacientes con caninos impactados han demostrado que la
reabsorción radicular de los incisivos laterales superiores se considera un fenómeno bien
conocido y relativamente común. Estadísticamente, el 35,7% de los casos mostró un nivel
leve, mientras que el 14,2% y el 4% mostraron reabsorción radicular moderada y severa
del incisivo lateral adyacente (Oberoi y Knueppel 2011).
La introducción de CBCT recientemente nos ha permitido arrojar una luz nueva y mucho
más documentada sobre las estrategias diagnósticas y terapéuticas, centrándonos en el
manejo de casos tan complejos (Alqerban et al. 2009a; Alqerban et al. 2009b; Curley y
Hatcher 2009). La CBCT de pequeño volumen puede estar justificada como complemento
de una radiografía panorámica de rutina, especialmente para pacientes cuando (Wriedt et
al. 2012):
●● la inclinación del canino en la radiografía panorámica supera los 30°;
●● se sospecha la reabsorción de la raíz de los dientes adyacentes;
●● el vértice del canino no es claramente perceptible en la radiografía panorámica;
●● podría implicar una dilaceración de la raíz del canino.

Liu et al. demostró la eficacia de la localización canina impactada usando CBCT (Liu et al.
2008). La CBCT puede ser un método confiable para detectar la impactación canina y la
reabsorción radicular de los dientes adyacentes (Alqerban et al. 2011).
Además, los observadores que utilizaron imágenes CBCT mostraron un aumento
estadísticamente significativo en la confianza del diagnóstico y, después de ver las
imágenes CBCT, se realizaron cambios estadísticamente significativos en el veintisiete por
ciento de los planes de tratamiento que originalmente se basaban en radiografías 2D
(Haney et al. 2010). (Caso Clínico 51).

Caso 51
Una niña de doce años fue remitida a la consulta por la ausencia del segundo molar
derecho en la arcada dental inferior y una maloclusión asimétrica de Clase II (Fig. 51.1 a-c).
En la OPG se aprecian dos aspectos: el diente 4.7 impactado en el hueso y un proceso
inicial de extrusión del diente 1.7 (Fig. 51.2). Fue necesario tomar un CBCT de esta zona
para despejar cualquier duda sobre alguna interferencia patológica para una erupción
ortodóncica forzada. Al mismo tiempo, fue útil para analizar la proximidad a la muela del
juicio y medir el espacio para insertar un
mini-tornillo (Fig. 51.3). Por lo tanto, la unión de toda la boca se propuso desde el
principio como tratamiento. Podría haber tenido dos objetivos: corregir la oclusión y llevar
el elemento 4.7 a la arcada dentaria. Al final, el paciente rechazó este tratamiento, por lo
que se decidió interceptar únicamente el diente 4.7 utilizando la técnica de arco
segmentado de ortodoncia (Burstone 1966) y un mini-tornillo como dispositivo de anclaje
temporal (TAD) insertado entre el primero y el segundo inferiores derechos. premolares
(Fig. 51.4). Tras la retirada del minitornillo, el diente 4.7 se encontraba en la arcada
dentaria (Figs. 51.5 y 51.6).

Evaluación de los niveles de hueso crestal


La tomografía computarizada de haz cónico está emergiendo rápidamente como un
método de imagen apropiado para la evaluación de los niveles de hueso crestal y, en
última instancia, podría reemplazar las radiografías periapicales y de aleta de mordida
convencionales en el diagnóstico de rutina de los pacientes con ortodoncia. En una
investigación reciente que comparó defectos crestales creados artificialmente en
mandíbulas de cráneos secos, las imágenes periapicales CBCT y convencionales fueron
igualmente precisas para mostrar el tamaño y la presencia de cráteres óseos
interproximales (Misch et al. 2006).
Sin embargo, se encontró que CBCT era más confiable que las películas periapicales
convencionales para documentar los defectos bucales y linguales debido a su capacidad
tridimensional única (Misch et al. 2006).
La presencia de fenestraciones y/o dehiscencias disminuye el soporte óseo de los dientes.
Está bien documentado que, bajo ciertas condiciones (por ejemplo, inflamación inducida
por placa), la falta de soporte óseo durante el movimiento de ortodoncia puede ser
perjudicial para la salud de los dientes y el periodonto (Ericsson et al. 1977; Wennstrom et
al. 1993; Årtun y Urbye 1988). Además, el movimiento dental ortodóncico puede crear
defectos óseos alveolares (Zachrisson y Alnaes 1974a; Wehrbein et al. 1996; Karring et al.
1982; Wainwright 1973; Garib et al. 2006; Zachrisson y Alnaes 1974b; Sarikaya et al.
2002).
Hasta hace poco tiempo, las dehiscencias y fenestraciones óseas no podían visualizarse
mediante radiografía bidimensional tradicional debido a la superposición de estructuras
óseas o dentales corticales contralaterales (Lang y Hill 1977; Rees et al. 1971). El
desarrollo de CT y especialmente CBCT ha proporcionado los medios para visualizar estos
defectos tridimensionalmente (Mengel et al. 2005; Fuhrmann 1996).
La literatura ha informado sobre la precisión de CT y CBCT para medir e identificar
defectos óseos alveolares creados artificialmente (Misch et al. 2006; Mengel et al. 2005;
Pinsky et al. 2006).
Un defecto óseo alveolar bucal no diagnosticado podría ocurrir en algunos pacientes y
causar un mayor potencial de recaída del tratamiento (Rothe et al. 2006; Ericsson y
Thilander 1980) o recesión gingival que resultaría en un final antiestético del tratamiento
de ortodoncia (Melsen y Allais 2005; Wennstrom 1996; Wennstrom et al. 1987; Yared et
al. 2006).
El valor diagnóstico de CBCT para la detección de defectos bucales fue alto para las
fenestraciones: las puntuaciones de sensibilidad y especificidad fueron de alrededor de
0,80. Mientras que para las dehiscencias los valores de especificidad fueron superiores
(0,95) a los alcanzados para la sensibilidad (0,40). Los valores predictivos positivos fueron
0,50 para dehiscencias y 0,25 para fenestraciones, respectivamente. En otras palabras,
cuando se encontró un defecto en CBCT, fue una verdadera dehiscencia
aproximadamente la mitad de las veces y una verdadera fenestración aproximadamente
una cuarta parte de las veces. Los valores predictivos negativos, sin embargo, fueron altos
para ambos, 0,93 para dehiscencias y 0,98 para fenestraciones. Esto significaba que,
cuando no se encontraba un defecto en CBCT, lo más probable era que no hubiera ningún
defecto (Leung et al. 2010) (Caso clínico 52).

Caso 52
Una mujer de veintinueve años acudió a la consulta para terminar el tratamiento de
ortodoncia que había iniciado en el extranjero. Desafortunadamente, la presencia de una
Clase III, mordida abierta severa y múltiples recesiones asociadas a mordida cruzada
bilateral nos ponen en alerta (Fig. 52.1).
La comparación de la foto con el modelo de yeso pre ortodóncico que nos había facilitado
el paciente (Fig. 52.2 a-f), nos lleva a establecer que la mayoría de las recesiones se debían
al excesivo movimiento bucal que ejercían los aparatos de ortodoncia sobre los dientes.
Observando la OPG (Fig. 52.3) y la clínica
condición del elemento 1.6, decidimos extraer este diente. Después de realizar la
telerradiografía cefalométrica con superposición del perfil de partes blandas (Fig. 52.4) y
el CBCT (Fig. 52.5 a, b), decidimos cambiar la técnica de ortodoncia y preparar al paciente
para cirugía ortognática con el fin de cerrar la mordida y corregir quirúrgicamente la
discrepancia sagital y la deficiencia transversal del maxilar superior (Fig. 52.6 a-c).
Las figuras 52.7 a-c muestran la buena cicatrización de los tejidos blandos y el
refinamiento ortodóncico

Colocación de miniimplantes
Los miniimplantes de ortodoncia son mecanismos de anclaje confiables para lograr la
cantidad deseada de movimiento dental sin el cumplimiento del paciente (Chen et al.
2008; Antoszewska et al. 2011).
Para lograr un resultado efectivo, es muy importante que se logre la estabilidad en la
etapa inicial. La colocación y la angulación interradiculares precisas pueden mejorar la
estabilidad primaria y disminuir las tasas de fracaso de TAD (Kuroda et al. 2007; Wilmes et
al. 2008), ya que la proximidad de la raíz se ha definido como un factor de riesgo
importante de la estabilidad inicial (Kim et al. 2010). ). Varios estudios han intentado
evaluar las ubicaciones óptimas para la colocación de miniimplantes (Estelita et al. 2006;
Kim et al. 2007; Kitai et al. 2002; Baros et al. 2010; Liu et al. 2010). Varios métodos utilizan
radiografía periapical, radiografía panorámica, tomografía computarizada y tomografía
computarizada de haz cónico (Kim et al. 2010; Estelita et al. 2006; Kim et al. 2007; Poggio
et al. 2006). Sin embargo, las técnicas de imagen panorámicas y periapicales
convencionales combinadas con la inspección visual son insuficientes para realizar una
planificación prequirúrgica precisa (D'haese et al. en prensa) debido a las distorsiones
inherentes de las imágenes radiográficas. La TC es isotrópicamente precisa, pero se ha
visto limitada en odontología debido a su alto costo, menor resolución de imagen y alta
dosis de radiación (Silva et al. 2008).
El desarrollo reciente de CBCT ha superado muchas de las limitaciones de las técnicas
radiográficas dentales convencionales al proporcionar un contraste tisular razonable,
minimizar la borrosidad y la superposición de los dientes adyacentes y ofrecer vistas
ortogonales al eliminar los artefactos de proyección. Las ventajas adicionales de CBCT
incluyen un costo reducido y una reducción significativa de la exposición a la radiación, en
comparación con los dispositivos médicos típicos de TC (Kwong et al. 2008). De esta
manera, la evaluación del grosor y la calidad del hueso cortical, el espacio interradicular y
el ancho de la cresta mediante imágenes CBCT puede garantizar la selección, el
posicionamiento y la angulación adecuados del sitio TAD (Park y Cho 2009) (Caso clínico
53).

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