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CIUDADANÍA Y REFLEXIÓN ETICA

Tema:

EL DRAMA DE LOS MIGRANTES VARADOS EN LA

FRONTERA ENTRE CHILE Y PERÚ

Docente:

Medina Alvarado Marcos Augusto

Alumno:

Torres García Claudia Brenda


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El drama de los migrantes venezolanos varados en la frontera entre chile y Perú

Hace ya más de 3 semanas que el punto limítrofe entre Perú y Chile llegaron 200

migrantes la mayoría venezolanos, pero también haitianos y colombianos entre los

cuales hay menores de edad, mujeres embarazadas y adultos mayores, con el objetivo

de cruzar Perú, sin embargo no cuentan con documentos pertinentes, las autoridades

peruanas no les están permitiendo el ingreso, permaneciendo varados en la conocida

línea de la concordia sin poder retornar a territorio chileno porque tampoco los quieren

de vuelta.; sin agua, sin alimentos ni servicios sanitarios; acampan y soportan un sitio

desértico con las temperaturas bajas de la noche.

Este fenómeno migratorio ha retado la capacidad de respuesta de los gobiernos

nacionales debido a la presión que ejerce la población de migrantes venezolanos,

haitianos y colombianos. Pero también es un reto mayor para las regiones fronterizas

debido a los atrasos estructurales de desarrollo y la baja capacidad administrativa de

las autoridades locales y porque no del país venezolano, el cual no agiliza las

documentaciones para poder hacer algo por sus compatriotas. Dicho esto se formula

la siguiente controversia: ¿Consideras como desafío la llegada de los migrantes a

nuestro país? Según mi opinión sí, porque lo vemos como personas que sufren y que

necesitan ayuda, y esto puede ser que nos sintamos incapaces de prestar esa ayuda o

que simplemente no queremos hacerlo. Es por ello que tomare como referencia la

interculturalidad ya que es comunicación e interacción entre personas o grupos con

identidades culturales específicas, donde no se permite que las ideas estén por

encima del otro, y los derechos humanos.

Ante la cruel resistencia de los gobiernos de Boric, Boluarte, miles de personas

permanecen varadas en chacalluta, unidad aduanera que divide a ambas naciones

con fronteras militarizadas, y el gobierno de Nicolás Maduro que no hace nada por
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resolver el problema. Es por ello que los migrantes apelan a nuestra compasión y

suponen la oportunidad de ser generosos con ellos. En su caso, Yosier Canelón

quiere regresar para ver a su madre. "Tengo a mi mamá y a una tía que tienen cáncer

y está a nivel tres. Mi hijo es chileno, quiero darle la vida a mi hijo aquí (en Chile). Pero

si me quedo, él no va a conocer a mi mamá", acoto.

"No hay respuestas de las autoridades y es imposible acercarse a las ventanillas

(migratorias) para hacer un trámite", cuenta Lorena Zambrano, vocera de la AMPRO

en Tarapacá, Chile. Ante la desesperación y la falta de soluciones, tomaron las

carreteras, enfrentándose así a los policías peruanos y carabineros chilenos. La gente

recibió "golpizas" por parte de las fuerzas de seguridad. Desde ambos lados de la

frontera ven como posible salida al conflicto el establecimiento de un corredor

humanitario y la llegada de un avión desde caracas que pueda repartir a los

ciudadanos que por distintos motivos buscan regresar a su país. “sin quedar fichados

y luego puedan volver, si lo desean, cumpliendo las leyes de cada país”, tanto de Chile

como del Perú, sostiene Zambrano. Pero mientras buscan acuerdos sus derechos son

inciertos. Al no tener los papeles al día genera una serie de adversidades para estas

personas, como el no poder acceder a trabajos o a arriendos formales, lo que abre un

abanico de abusos. Para Patricia Rojas, presidenta de la Asociación de Venezolanos

en Chile, estas medidas son un "retroceso en los derechos de las personas migrantes"

y tienen una "intención de persecución a quienes no tienen documentos chilenos".

Entre las violaciones de derechos humanos que padecen los migrantes figuran la

denegación de derechos civiles y políticos, en forma de detención arbitraria, tortura

o ausencia del debido proceso judicial, así como la vulneración de derechos

económicos, sociales y culturales, tales como los derechos a la salud, la vivienda o

la educación. La denegación de derechos a los migrantes suele estar

estrechamente vinculada a leyes discriminatorias y prejuicios y actitudes xenófobas

muy arraigados.
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Ante todo, es una cuestión de derecho y moralidad, las leyes y constituciones

nacionales no limitan su reconocimiento de los derechos humanos únicamente a los

ciudadanos o toda persona físicamente presente en el territorio del estado o sujeta a

su jurisdicción. Aunque hay restricciones en los derechos que otorga a los migrantes y

sus familiares, como hasta qué punto tienen derecho a la residencia y a la

participación política en el país de destino, no hay restricciones en lo que se refiere a

sus derechos humanos, como el derecho a la vida, a la libertad, al trabajo, a la

seguridad de la persona, y los derechos humanos a la educación, la salud y la

identidad cultural. Los tratados fundamentales de derechos humanos protegen estos

derechos, y prácticamente todos los países han ratificado alguno de ellos.

(Puchol, 2015), nos dice que “La migración nos ha traído en toda la historia nuevas

dinámicas sociales y relaciones que nos muestran la cara más dramática pero a la vez

más solidaria de la humanidad”. Aquí es donde yacen los nuevos paradigmas

culturales que nos comprometen a responder a las oportunidades y desafíos que

plantea la migración internacional para los países de origen, tránsito y destino. La

interculturalidad y la migración van de la mano porque favorece en todo momento el

dialogo y con ello la convivencia entre culturas. Sin embargo, no es un proceso exento

de conflicto, estos se pueden resolver a través del respeto, el diálogo y la escucha

mutua. Según (Salvador P. , 2008), “… la interculturalidad pasa necesariamente por la

comunicación, o para ser más exactas, es comunicación intercultural. La

comunicación, comprendida como interacción, es vínculo entre sujetos, es relación

antes que cualquier otra cosa”.

La complejidad del fenómeno migratorio exige estudios, reflexiones y voluntad política

para realizar articulaciones internacionales que, solidarias y en defensa de los

derechos humanos, posibiliten construir alternativas que favorezcan la comprensión de

los orígenes, de las consecuencias y de las acciones de reconocimiento de las


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personas migrantes o refugiadas, de forma conjunta. La interculturalidad plantea

nuevos retos ante las situaciones de migración que se viven actualmente y esto

presenta una serie de procesos por los que la sociedad debe comenzar a trabajar.

Anteriormente pudimos constatar lo complejo de los procesos migratorios, no sólo para

el que llega sino para quien recibe. Mientras tengamos una perspectiva negativa de la

migración, seguramente estos procesos serán cuesta arriba, para ello la

interculturalidad viene a mostrar otra cara de esos encuentros de dos mundos, dos

ideologías, dos raíces y así poder construir sociedades basadas en el respeto y la

solidaridad.

Como hemos notado la interculturalidad comienza siendo un ejercicio muy personal

que deriva en transformaciones sociales. No es cuestión de teorías y análisis sino

también de vivencias y experiencias desde nuestra cotidianidad que promueven esa

apertura y cambio que estamos buscando. Pero esto no es meramente una tarea

individual, sino que va aunada al quehacer político, porque en la medida en la que

tengamos desigualdades, violaciones a derechos humanos e injusticia social siempre

tendremos la exclusión y la discriminación como respuestas.

En conclusión; la migración es un fenómeno que no está libre de estas

transformaciones y que amerita que sea integrada en esos espacios de adquisición de

conocimientos para poder abordarla de la manera más eficiente y humana posible. La

interculturalidad habla de una posibilidad de imaginarnos caminos diferentes, nuevos,

donde quepamos con nuestras diferencias y que podamos construir continuamente

una identidad diversa con espacios para todos y todas. Recordemos “La integración no

es una responsabilidad exclusiva de las personas pertenecientes a las minorías; no es

un proceso de abandono de sus propias costumbres y creencias para adquirir las de la

mayoría, en nuestro caso las de la sociedad peruana. Por el contrario, la integración

es un trabajo en el que tendremos que implicarnos todos, seamos parte de la minoría

o de la mayoría.
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Supone intercambio y comunicación intercultural desde una actitud de respeto mutuo,

comprensión y aceptación de las diferencias.

Estamos hablando de un reto transcendental para una sociedad que no está

preparada para el conocimiento y la comprensión de otras culturas diversas cuando

han sido contadas desde la historia oficial y no desde las personas. La interculturalidad

viene a plantear soluciones a esto, con una perspectiva de reconocer otras culturas,

para mover las identidades de lugar y crear o desmontar continuamente eso que

“somos”. Por último, considero importante destacar una relación de retroalimentación

que se debe plantear entre las políticas migratorias y la protección de los derechos

humanos, la observancia de las normas y estándares de derechos humanos debe

servir de límite al diseño e implementación de las medidas de control migratorio.


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Referencias

Diaz., J. M. (2018). Migracion,Interculturalidad y Educacion. España: Universidad de

Salamanca.

Hernandez, F. P. (2023). Migrantes varados en la frontera de Chile y Peru. BBC News

Mundo.

Puchol, F. (2015). Migracion, Derechos Humanos.

Salvador, P. (2008). Manual de comunicacion Intercultural. Mexico: Universidad

Autonoma.

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