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LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO Anselm Grin La alegria, contra el desconsuelo de nuestro tiempo Grupo Editorial Lumen Buenos Aires - México Coleccién Biblioteca Anselm Griin Titulo original: Die Freude wird Vollkommen sein. Die Botschaft des Paulus an die Christen in Philippi © 2005 by Verlag Herder Freiburg im Breisgau, Alemania Grin, Anselm La alegria, contra el desconsuelo de nuestro tiempo - 1." ed. - Buenos Aires : Lumen, 2007 136 p. ; 22x15 em. ISBN 987-00-0664-7 1. Comentario biblico. I. Titulo CDD 220 ISBN 10: 987-00-0664-7 ISBN 13: 978-987-00-0664-0 No est permitida Ia reproducci6n total o parcial de este libro, ni su tra- tamiento informético, ni su transmisién de ninguna forma, ya sea elec- tronica, mecénica, por fotocopia, por registro u otros métodos, ni cual- quier comunicacién piiblica por sistemas alémbricos o inalémbricos, comprendida la puesta a disposicién del piiblico de la obra de tal forma que los miembros del publico puedan acceder a esta obra desde el lugar y en el momento que cada uno elija, 0 por otros medios, sin el permiso previo y por escrito del editor. © Editorial Distribuidora Lumen SRL, 2007. Grupo Editorial Lumen Viamonte 1674, (C1055ABF) Buenos Aires, Repiiblica Argentina ‘ 4373-1414 (Lineas rotativas) Fax (54-11) 4375-0453 E-mail: editorial@lumen.com.ar http://www.lumen.com.at Hecho el depésito que previene la ley 11.723 ‘Todos los derechos reservados LIBRO DE EDICION ARGENTINA PRINTED IN ARGENTINA Inpice Parte I éComo leer y meditar la Biblia? ... 1, Desde la Biblia, entender la propia vida 2. Entender la Biblia, contemplar sus imagenes . 3. Contemplar la Biblia. La lectio divina ..... . Vivir y meditar la Biblia hoy .. . “Que tu alegria sea plena”: como usar este libro ... ye Parte II EI mensaje de Pablo a los cristianos de Filipos Introduccion ... .Fip 1, 1-2 ... . Fip 1, 3-5 . Flp 1, 6-7 . Flp 1, 8-11 . .Fip 1, 12-14... . Fip 1, 15-19 . Fip 1, 20-21 . Fip 1, 22-24 .. . Fp 1, 25-26 10. Flp 1, 27-30 11. Flp 2, 1-2 .. CONAN EAKWNE 12. Flp 2, 3-5 ... 13. Flp2, 6-11 14, Flp 2, 12-13 15. Flp2, 14-15 .... 16. Flp2, 16-18 17. Flp 2, 19-24 18, Flp 2, 25-27 19. Flp 2, 28-30 20. Flp 3, 1. 21. Fip 3, 2-3 22, Fip 3, 4-6 ..... 23. Flp 3, 7-8a 24, Flp 3, 8b-9 25, Flp 3, 10-11... 26. Fp 3, 12-14 27. Flp 3, 15-16 28. Flp 3, 17-19 . 29. Flp 3, 20 30. Fip 3, 21 31. Flp 4, 32. Flp 4, 2-3 33. Fip 4, 4-5 .. 34. Flp 4, 6-7 35. Flp 4, 8-9 .. 36. Fp 4, 10-12a 37. Flp 4, 12b-14 38, Flp 4, 15-17 . 39. Flp 4, 18-20 . 40. Flp 4, 21-23 .. PRIMERA PARTE Como leer y meditar la Biblia? UNA EXPERIENCIA QUE SE REPITE Escucho a menudo que a la gente le resulta dificil la Bi- blia. Intentan leerla, pero no la entienden. Les parece un mundo desconocido. Necesitan a alguien que les diga como abordarla, con guias, por ejemplo, acerca de su contenido e interpretacion. Pero el lector de la Biblia no se ha de con- formar con repetir como un loro lo que otros le dicen. De- be enfrentarse con los textos personalmente. Lo importante es establecer una conexi6n entre el texto y la propia vida: © ZQué me dice el texto a mi, en la situacién que es- toy viviendo hoy? ¢ gEncuentro una respuesta a las preguntas que me in- quietan en este momento? 1. DESDE LA BIBLIA, ENTENDER LA PROPIA VIDA Dentro de la teologia existen dos ramas que se ocupan de la explicacién de los textos. Una es la exégesis, que estudia los textos y su entorno historico y nos ofrece abun- dante informacion que puede ayudarnos a entender la lite- ralidad del texto. La otra rama recibe el nombre de herme- néutica, que es la ciencia de la explicacién. En el fondo, es una disciplina filosdfica. Ya los antiguos griegos se pregun- taban cémo podian explicar los textos que les habian sido transmitidos. Y Ilegaron a la conclusién de que explicar un texto significa interpretar la propia vida. No se trata de re- La ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + flexionar sobre lo que el autor pensé exactamente al redac- tar el texto. Mas bien, el texto se presenta hoy delante de mi, ¢ interpretarlo consiste en entender mi vida de una nue- va manera a su luz: * Entender el texto significa siempre entenderse mejor a uno mismo. Cada texto biblico tiene una manera muy propia de en- tender al ser humano, a Dios y al mundo. Cuando leo un texto, me acerco a él con mi personal vision de mi propio yo y de mi mundo. El gran filésofo aleman Hans-Georg Ga- damer afirma que en la interpretacion de un texto se pro- duce una fusién de horizontes. Cuando leo un texto y pro- curo entenderlo, el horizonte de comprensién que tengo de mi mismo se fusiona con el horizonte que el texto desplie- a ante mis ojos acerca de mi mismo, de Dios y del mundo. ¢ Entender significa siempre alcanzar una nueva posi- cién, obtener una mayor claridad acerca de lo que uno es y encontrar el coraje para ser fiel a uno mismo. 2, ENTENDER LA BIBLIA, CONTEMPLAR SUS IMAGENES éComo se puede conseguir todo eso? Al leer la Biblia, lo importante no es estudiar todos los datos histéricos o im- buirse perfectamente de la teologia del autor en cuestién, sino mas bien leer el texto a la luz de la propia vida y pre- 10 ‘AnséLM GRON + guntarse: qué significan estas palabras para mi?, ¢qué de- sencadenan en mi interior?, ¢cOmo me afectan?, ghasta qué punto-cuestionan la comprensién que tengo de mi mismo?, den qué sentido abren ante mis ojos un horizonte nuevo? Mantengo un didlogo con el texto, a lo largo del cual me pregunto quién soy yo y cémo debo entender mi vida. Y con bastante frecuencia descubro que debo cambiarla por- que me he metido interiormente en un callején sin salida. A la hora de interpretar el texto, puede ser util tomarse en serio la plasticidad del lenguaje biblico. Todo lenguaje es, en esencia, expresion de una experiencia. El lenguaje de la Biblia expresa con imagenes las experiencias que algu- nas personas tuvieron de Dios y de Jesucristo. Por eso es importante que al leer veamos las palabras de la Biblia co- mo imagenes. ¢ Las imagenes abren una ventana a través de la cual podemos mirar el misterio de nuestra vida y el mis- terio de Dios. Cuando tomamos las palabras biblicas como imagenes, no sucumbimos a la tentacién de discutir quién tiene ra- zn en su interpretacién. Lo importante no es tener razén, sino encontrarse con el Dios que nos habla con las pala- bras de la Biblia e ilumina nuestra vida con las imagenes biblicas. No debemos tener miedo a no estar lo bastante informados acerca de la teologia biblica. Las imagenes nos invitan a mirar, a través de ellas, a Dios, que desea mos- trarnos quiénes somos realmente y cémo plenificar nues- tra vida. ll LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO < 3. CONTEMPLAR LA BIBLIA. LA LECTIO DIVINA Ya la Iglesia primitiva reflexionaba sobre la manera de leer y meditar la Biblia. Origenes elaboré lo que se deno- mina interpretacién espiritual 0 mistica de la Escritura. Como hilo conductor, no toma la pregunta “ZQué debo ha- cer?”, sino mas bien: “ZQuién soy yo?” Todos los textos bi- blicos son entendidos como imagenes que pretenden expo- ner el misterio de mi camino hasta Dios. Me muestran co- mo me encuentro ante Dios y qué pasos debo dar para acercarme a El. Sobre el trasfondo de esta interpretacién espiritual de la Escritura, ya en el siglo IV, los monjes elaboraron lo que se lamé lectio divina (“lectura divina”, es decir, la lectura de la Sagrada Escritura). La lectio divina comprende cuatro pa- sos —lectio, meditatio, oratio y contemplatio—, los cuales podrian ser también hoy para nosotros una buena manera de meditar los breves textos biblicos que se nos proponen cada dia. La Lectura (Lecrio) El primer paso consiste en la lectio, la lectura. Leo el tex- to muy despacio, como si lo leyera por primera vez. No de- seo ampliar mis conocimientos teoldgicos, sino dejarme al- canzar por la palabra de Dios. Presto atencién a donde me afecta determinada palabra y lo que provoca en mi. Dice san Gregorio Magno que lo que se busca con la lectura es descubrir en la palabra biblica el corazén de Dios. Leo la Bi- blia, por tanto, para encontrarme con Dios y con Jesucris- 12 Anse GROW + to, de quien habla cada una de las paginas, sobre todo del Nuevo Testamento. LA MEDITACION (MEDITATIO) La meditatio supone dejar que la palabra de la Escritura cale en mi corazon. No reflexiono sobre ella, sino que in- tento paladearla y saborearla. La repito continuamente en mi corazon. El evangelista Lucas describe este método to- mando como ejemplo a Maria, la madre de Jesus. A conti- nuacion de la escena en la que ésta escucha las palabras de los pastores, dice de ella: “Pero Maria conservaba todas es- tas palabras y las sopesaba en su corazon” (Le 2, 19). La pa- labra griega symballousa, traducida aqui por “sopesar”, sig- nifica en realidad “juntar”, “mezclar”, “dar vueltas”. Lucas ve en Maria a la mujer contemplativa que conserva la pa- labra de Dios en su corazon y le da vueltas y mas vueltas para entenderla cada vez mejor. Con ello describe la esen- cia de la meditacion. La meditacién consiste en repetir en el corazén la pala- bra de Dios para que ésta vaya impregnando cada vez mas el coraz6n y las profundidades del alma. No debe permane- cer sdlo en la mente, pues ésta siempre anda inquieta. Las palabras que sdlo se escuchan con la mente se desvanecen enseguida. Pero cuando en el corazon retumba la palabra de Dios, ésta penetra cada vez mas en el inconsciente del ser humano e ilumina también los abismos de su alma, produ- ciendo en el ser humano un sabor agradable. Los Padres de la tradicién monacal llaman también a la “meditacién” ruminatio; literalmente: “rumia”. Dicen que la La ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO palabra que se repite o se “rumia” Ilena todo el cuerpo de un dulce sabor. Es el sabor divino del amor, la paz y la ale- gria. En la tradicién latina, meditari significa detenerse junto a algo, practicar una y otra vez. También puede entenderse como “llegar al centro”. La palabra debe llegar hasta mi cen- tro. Ha de convertirse para mi en el centro desde el cual yo debo vivir. Y ha de conducirme hasta mi centro intimo, a partir del cual deseo configurar mi vida. TA ORACION (ORATIO) El tercer paso de la lectio divina es la oratio, que se re- fiere a una breve oracién en la que expreso mi anhelo de Dios con todos mis sentimientos y afectos. En la meditatio —dicen los monjes— se despierta el anhelo de Dios. En la oratio le pido a Dios que mi anhelo se cumpla. Que él mis- mo se me dé, para que yo me haga uno con él. Que la pa- labra me introduzca cada vez mas profundamente en el amor de Dios, para que yo me entregue en sus amorosas manos. LA CONTEMPLACION (UNION) E] cuarto paso es la contemplatio. Los monjes dicen que nosotros sélo podemos practicar los tres primeros pasos de la lectio divina. El cuarto es un don de la gracia de Dios. Tras haber meditado las palabras de la Escritura, nos des- prendemos de las palabras e intentamos hacernos uno con ANseLM Grin 2 Dios en el silencio. En las palabras nos ha tocado el mismo Dios, En este momento intentamos tocar a Dios y hacernos uno con El en la contemplacién. Para los primeros monjes, la mistica es siempre mistica de la Sagrada Escritura. Leyendo y meditando la Biblia, te- nemos las experiencias misticas mas profundas. La meta de toda mistica es hacernos uno con Dios; no reflexionar ya mis sobre El, sino llenarnos de El y olvidarnos de nosotros mismos en El. Alli donde nos olvidamos de nosotros mis- mos, estamos totalmente presentes, somos totalmente uno con el instante actual, totalmente uno con Dios. Contemplari significa propiamente mirar. Pero no veo al- go determinado. No tengo ninguna vision. Mas bien, miro el fundamento del ser. Cuenta el papa Gregorio acerca de san Benito, como éste vio el mundo entero en un tinico ra- yo de sol. Con ello describe la esencia de la contemplatio. De repente, en una unica mirada, lo veo todo; no una cosa detras de otra, sino una dentro de otra. No distingo nada delimitado sobre lo que pueda hablar. Mas bien, compren- do. De pronto, todo esta claro para mi. No sé cémo explicar mi vida. Pero en lo mas hondo de mi corazén sé que todo se ha aclarado. Todo esta bien tal como es. La contempla- cién es asentimiento al ser, asentimiento a mi vida, confor- midad con todo cuanto es. En la contemplacion no reflexionamos sobre Dios. Pues mientras reflexionemos sobre Dios, seguiremos separados de El. La contemplacién pretende Ievarnos a la unidad con Dios. Isaac de Ninive dice que la palabra de la Escritura nos abre las puertas al misterio silencioso de Dios. Dios, que se expresa en la palabra, esta, sin embargo, mas alla de toda palabra. Y, no obstante, necesitamos las palabras para lIle- 15, LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO gar hasta ese ambito sin palabras del silencio y, una vez alli, habitar en Dios y hacernos uno con El. En el silencio me desprendo de mis pensamientos e ima- genes. Simplemente estoy ahi, soy uno conmigo mismo, uno con Dios. Esto no dura mas que un instante. Y no pue- do provocarlo, sino que lo vivo como un don. En este 4m- bito del misterio sin palabras de Dios puedo sentirme en casa. La palabra alemana Heimat (hogar, patria) viene de Ge- heimnis (misterio). Solo puede estar en casa quien habita el misterio. En Dios mi alma llega al descanso. Entonces se ha- ce realidad lo que dice el salmista: “Tranquilizo y acallo mi alma. Como un nifio en brazos de su madre, como un nifio, asi descansa mi alma en mi” (Sal 131, 2). Este habitar en el misterio de Dios es como el descanso de un nifio junto al rostro de su madre. Es sentirse seguro junto al Dios que es padre y madre a la vez. 4, VIVIR Y MEDITAR LA BIBLIA HOY Los monjes expusieron la relacién entre los cuatro pasos de la lectio divina de la siguiente manera: la lectio rompe el recipiente de alabastro del deleite divino; la meditatio lo huele y hace que la fragancia penetre cada vez mas profun- damente dentro de uno: la oratio le pide a Dios que cumpla el anhelo que se ha despertado con la meditatio; y la con- templatio goza del deleite divino, de la fragancia del amor divino. Los cuatros pasos constituyen una unidad. Sin me- ditatio, la lectio resulta arida. Sin lectio, la meditatio pierde 16 ‘AnseLm GRON * su fundamento y no hace mas que flotar en el vacio. Y la contemplatio completa la meditatio. 2Qué significa esto para nosotros hoy? No tenemos que seguir necesariamente los cuatro pasos del camino de me- ditacién de los primeros monjes. Pero de él podemos apren- der a dejar que las palabras penetren en nuestro corazon y dejen su sello en nosotros. Conozco a muchos cristianos piadosos que, cuando leen la Biblia, entran de inmediato en el plano moralizante. Se someten a presion, y de la lectura de la Escritura deducen algo como: “Realmente, yo deberia ser de otro modo. Realmente, el cristiano tan sélo deberia arhar y renunciar a su ego. Tan solo deberia escuchar a Dios y se- guirlo.” Pero frases como éstas no hacen mas que dejar en el lector una mala conciencia, porque quien asi piensa se da cuenta de que, pese a todo, nunca podra cumplir ese “real- mente”. La lectio divina nos muestra otro camino. Cuando permi- to que la Palabra de Dios penetre en mi, ésta empieza a transformarme. La transformacién no pasa principalmente por la voluntad y los buenos propésitos, que en la mayoria de los casos no Ilegan a cumplirse. Por el contrario, la pa- labra que dejo que penetre en mi corazon provoca algo en mi. Me pone en contacto con lo que la palabra significa: con la alegria, con el amor, con la vida que Dios me rega- la; con Jesucristo, que ya habita en mi, pero de quien tan a menudo me encuentro separado. Cada cual debe practicar su forma personal de medita- cién. Para uno, lo apropiado es repetir las palabras en su corazon, de manera que éstas puedan calar cada vez mas profundamente en su alma. No reflexiona sobre las pala- bras, sino que intenta saborear y paladear la realidad de és- 17 La ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO * tas para que lo impregnen interiormente y den un nuevo sa- bor a su vida. Otro preferira reflexionar sobre las palabras. En la medi- tacién no tenemos que prescindir de nuestro entendimien- to. Pero existe el peligro de que, al pensar, nos quedemos sdlo “en la cabeza”. A mi modo de ver, en la meditacién la cuestion mas importante es: “Si esto es asi, Zcémo he de re- lacionarme con mi propia vida? ¢Quién soy yo, entonces? 2Cémo he de entender mi vida?”. Al leer, nos asalta también la duda de si las cosas seran asi o si no sera todo demasia- do bonito para ser verdad. En la meditacién me digo siem- pre: voy a dejar mis dudas para mafiana; en este momento voy a hacer, sencillamente, como si fuera verdad. * Confio en las palabras y, al hacerlo, experimento el modo en que puedo vivir con ellas. Otra forma de meditacion, especialmente apropiada para los relatos, es imaginarse la situacién, participar personal- mente en la narracién. Esta forma de meditacién fue desarrollada por san Igna- cio de Loyola. Debemos meternos con todos los sentidos en la situacién concreta; por ejemplo, en la de una historia de curacién. Yo mismo soy el enfermo. Yo mismo escucho las palabras que Jestis dice. Yo mismo siento como su mano me toca. (Este método, sin embargo, sélo ha de aplicarse a es- cenas plasticas, y no, por ejemplo, a debates teologicos 0 a las palabras de Jesus. En estos otros casos resulta adecua- do, por el contrario, el método que los monjes desarrollaron. en la lectio divina). 18 ‘Asem GRON + Quiza también tu hayas encontrado tu manera absoluta- mente personal de abordar los textos de la Biblia. En tal ca- so, confia en tu intuicién. Lo que yo he escrito sobre la me- ditaci6n son simples sugerencias. Sigue el camino que te conduzca a Dios, a la vida y al amor. 5. QUE TU ALEGRIA SEA PLENA: COMO USAR ESTE LIBRO En cada uno de los cuarenta breves capitulos del presén- te libro aparece una cita de la carta de Pablo a los Filipen- ses. Puedes leer uno de esos capitulos cada dia. Las expli- caciones pretenden animarte a entender mejor el texto y a traducirlo en tu propia vida. Las explicaciones desembocan en breves sugerencias sobre el modo en que puedes abordar el texto, lo que has de pensar por tu cuenta y lo que has de poner en practica. Quédate, en cada caso, con aquello que te resulte mas evocador. Cuando hayas lefdo el texto explicativo, convendria que aprendieras de memoria las palabras biblicas que mas evo- cadoras te resulten, 0 que repitieras una y otra vez la pala- bra, de manera que también pueda acompajfarte a lo largo del dia. Producira en ti algtin efecto y te Menard cada vez mas del Espiritu de Jesucristo. Las explicaciones sélo pretenden contribuir a que el co- razon pueda abrirse mejor a la palabra. No debes entender las palabras tal como proponen las explicaciones. Cuando rumies las palabras en tu corazon, como Maria, también en ti se hard carne la Palabra. Cristo nacera en tu corazon. Te LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO aa renovaras. Entraras en contacto con la imagen auténtica e intacta, nica y sin par, que Dios se ha hecho de ti. * La palabra de la Sagrada Escritura nos pone en con- tacto con nuestra verdadera esencia. Puedes estar seguro, ademas, de que las palabras biblicas te moveran a adoptar en este mundo una nueva manera de comportarte, la cual fluird de la experiencia del nuevo ser. No tienes que recurrir a un continuo esfuerzo de la volun- tad, ni tienes que vivir siempre con sentimientos de culpa por las palabras biblicas. Las palabras transforman tu pen- samiento, tu ser y tu obrar. * Las palabras de la Biblia son siempre palabras sana- doras. Asi las entendieron los primeros monjes. Y asi podemos experimentarlas nosotros hoy cuando las dejamos penetrar en nuestro corazén. Las palabras son capaces de sanar nuestras heridas. Son como un balsamo para nuestra alma lastimada. Las palabras poseen ademas una fuerza purifica- dora. Asi lo dijo Jess refiriéndose a su palabra: “Vosotros estais ya limpios por la palabra que os he dicho” (Qn 15, 3). Nos ponen en contacto con el nticleo mas puro que hay en nosotros. Y las palabras de la Biblia desean Ienarnos de alegria: “Os he dicho esto para que mi alegria esté en uste- des y su alegria sea perfecta” (Jn 15, 11). 20 Aseum GRON + Las palabras de la Biblia son luz en nuestro camino. “Lampara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sende- ro” (Sal 119, 105). Iuminan nuestro caminar para permitir- nos dar con el camino recto y poder comprenderlo. Para la segunda carta de Pedro, la palabra de Dios es una “lampa- ra que alumbra en la oscuridad, hasta que amanezca el dia y el astro matutino amanezca en vuestros corazones” (2 P 1, 19). Asi pues, mi deseo para ti, querido lector, querida lecto- ra, es que las palabras de la Biblia amanezcan de nuevo pa- ra ti y se conviertan en una luz que te permita comprender- te mejor a ti mismo y que su resplandor te ayude a encon- trar el camino que te conducira a la vida, al amor y a hori- zontes mas amplios. 21 SEGUNDA PARTE EI mensaje de Pablo a los cristianos de Filipos INTRODUCCION La Carta a los Filipenses es la epistola mas personal que Pablo escribié a una comunidad. El Apéstol le habia toma- do carifio a Filipos, que fue la primera comunidad a la que dio vida en Europa. La ciudad de Filipos fue fundada en el aiio 358 a. C. por el rey Filipos II. En el afio 148 fue anexa- da a la provincia romana y se convirtié en una importante posta en la ruta que unia Oriente con Occidente. En el afio 42, Octavio y Antonio vencieron alli a los asesinos de Cé- sar, Bruto y Casio. Antonio poblo la ciudad con veteranos romanos. En el afio 30 a. C. se convirtié en colonia militar. Las religiones y los cultos mistéricos mas dispares encon- traron adeptos en esta ciudad, que era una especie de crisol religioso. Cuando Pablo Ileg6 a Filipos en el afio 50 d. C., también habia alli judios, los cuales contaban con un lugar de ora- cién fuera de la ciudad. Alli predicé Pablo el mensaje de Jesucristo y fue acogido en su casa por Lidia, la rica comer- ciante de telas. Desde entonces, la comunidad siguié apo- yando econémicamente a Pablo. Este era un privilegio que solo tenian los filipenses, pues en otros lugares Pablo pro- curaba ganarse el sustento con el trabajo de sus manos. Pablo escribe la Carta a los Filipenses desde la prisién. Probablemente se hallaba encarcelado en Efeso. Y no esta- ba claro cual seria el desenlace del proceso. Resulta sor- prendente que esta carta, que tan insistentemente aborda el tema de la alegria, fuera escrita desde la desoladora situa- cién de la prisién. Lo cual indica como la fe cristiana no se dejaba impresionar ni siquiera por hechos tan penosos co- mo la cautividad y la muerte. La alegria por la fe y la re- 25 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO dencién en Jesucristo era mayor que todas las tribulaciones exteriores. La alegria que anuncia Pablo no es una alegria gratuita, sino una alegria que superaba la opresiva situa- cién de la carcel. En la carcel, Pablo no se preocupa por si mismo, sino por la buena marcha de la comunidad de Filipos. En la carta es- td continuamente presente esta preocupacién por la concor- dia y por la recta doctrina. Pero también nos permite ente- rarnos de la lucha personal del Apéstol, que se encontraba a la espera del incierto desenlace de su proceso, aunque no dejé que ello lo arrastrara al miedo y al espanto, porque se sabia leno de alegria y de confianza. Independientemente de la situacién concreta de la comunidad de Filipos, esta carta puede robustecer en todas las épocas nuestra fe, abrir nuestros ojos al misterio de Jesucristo y de nuestra existen- cia y colmamos de una alegria que es mas fuerte que el des- consuelo de nuestro tiempo. Anseim GrON 1. FLP 1, 1-2 “Pablo y Timoteo, siervos de Cristo Jestis, a to- dos los santos en Cristo Jesus que residen en Fi- lipos, con los obispos y didconos: gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Serior Je- sucristo.” En la antigiiedad, atin existia el arte de escribir cartas. La carta empezaba siempre con un preambulo en el que se indicaban el remitente y la direccién, acompafiados de un saludo. Pablo no sdlo se atiene a la forma exterior, sino que la enriquece con afirmaciones Ilenas de contenido. En esta ocasion se presenta, juntamente con Timoteo, como siervo de Jesus. No es su opinidn particular lo que anuncia a la comunidad de Filipos en esta carta, sino el evangelio de Je- sucristo, que sdlo se puede testimoniar juntamente con otros. Cuando uno es profeta en solitario, “arroja” las pa- labras de Dios contra la gente. Pero el mensaje de Jesus solo se puede anunciar en cooperacion. Se testimonia a través de una vida que posibilita nuevas formas de comunién. Pa- ra los primeros cristianos era una experiencia importante que judios y griegos, amos y esclavos, hombres y mujeres, pobres y ricos, pudieran vivir juntos en comunién. En ello veia una prueba de que el Reino de Dios habia llegado real- mente. Pablo se aplica a si mismo y a su colaborador Timoteo, conocido por los filipenses, el titulo de “siervos de Jesucris- 27 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO 2 to”. “Siervo” es para él una denominacién honorifica. En el Antiguo Testamento, a los grandes figuras como Moisés, David o Abrahan se los llamaba siervos de Dios. Pablo se ve a si mismo como siervo de Jesucristo, sobre quien constru- ye su existencia, porque es a El quien desea servir. Es a El a quien ofrece su disponibilidad total. Y en la Carta a los Fi- lipenses vemos la pasion que impulsa a Pablo a entregarse totalmente al servicio de Jestis, poniendo con ello en juego su vida. Lo unico que le interesa es anunciar a Jesucristo, aunque le cueste la vida. A los filipenses Pablo los llama “santos en Cristo Jestis”. El sabe que no son personas perfectas ni sin pecado. Estan tan sujetas a errores y debilidades como nosotros. Son “san- tos” porque, en virtud de Jesucristo, han sido sustraidos al sefiorio del mundo. Poseen un fundamento nuevo. Constru- yen su vida sobre Cristo, no ya sobre las normas de este mundo, como son el éxito, las posesiones, el rendimiento, el reconocimiento y la atencién. Han sido sacados del ambito de poder del mundo, y ahora viven como personas libres en Jesucristo. Esta era, para la gente de la época, una buena noticia. Ya no era el Estado romano, con sus numerosas prescripciones, quien determinaba su vida, sino la libertad interior que habian adquirido en Jesus. Pablo les desea a los filipenses “gracia y paz de parte de Dios nuestro Padre y del Sefior Jesucristo”. La palabra grie- ga charis no significa sdlo “gracia”, sino también “alegria”, “ternura”, “atencién”. Cuando Dios se vuelve a nosotros con ternura, el corazén se Ilena de alegria. El binomio gracia- paz expresa aquello que el ser humano verdaderamente ne- cesita, aquello sobre lo que puede construir su vida para que ésta sea plena. 28 ‘ANSELM GRON + éSobre qué construyes tu propia vida? 2A quién pertene- ces: al éxito, al reconocimiento, a las posesiones... 0 a Dios? éTe sientes libre en medio de este mundo y sustraido al te- rror de las normas humanas, o estas sometido a la presién de tener que demostrar siempre tu valia ante todo y en to- dos los aspectos? {Qué sabor tendria tu vida si estuviera de- terminada por la gracia y la paz? Fur 1, 1-2 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + 2. Fir 1, 3-5 “Doy gracias a Dios cada vez que me acuerdo de vosotros, rogando siempre y en todas mis ora- ciones con alegria por vosotros a causa de la co- laboracién que habéis prestado al Evangelio desde el primer dia hasta hoy.” Pablo empieza su carta con una accién de gracias a Dios, a quien llama “mi” Dios. Cuando Pablo ora, surge una rela- cién personal con Dios, un trato familiar con El. Antes de pedir por los filipenses, da gracias por ellos. También para nosotros debiera ser ésta la norma de la oracién. Al rezar, la primera mirada ha de dirigirse a aquello por lo que po- demos dar gracias a Dios. Aun cuando rece por una perso- na, la accién de gracias me abre una visién nueva sobre el otro, en quien veo lo que Dios me ha regalado a través de él: sus capacidades, su lealtad, su amor, su carisma perso- nal... La accién de gracias me muestra aquello que tengo en el otro, haciéndome ver que Dios me lo ha regalado a tra- vés de él. El segundo elemento de la oracién es la alegria. Pablo piensa lleno de alegria en los filipenses. Se encuentra en la carcel, pero, tan pronto como en su oracién recuerda a los hermanos y hermanas de Filipos, lo invade la alegria. Tam- bién en este caso nos muestra Pablo un aspecto esencial de nuestra oracion. Cuando rezo por otro, percibo mi relacién con él. Eso lena mi corazén de alegria precisamente cuan- 30 Anseim GRiN do me siento solo. Rezar por el otro, por los otros, mejora mi estado de animo. La oracién es una forma de contacto con el otro. Dicho contacto se produce en un plano distin- to del de una carta o una llamada telefénica. Puedo rezar por el otro en todo momento. Rezar me recuerda al otro. Trae al otro, a los otros, a mi interior, a mi coraz6n. El mero hecho de pensar en los otros puede alegrar mi corazon. Pero Pablo menciona otra razén mas para su ale- gria y su accién de gracias: es la participacién de los fili- penses en el evangelio. Pablo esta Ileno de agradecimiento porque los filipenses, desde el principio, no se han limitado a aceptar pasivamente el evangelio, sino que, al parecer, también han cooperado activamente para que la buena nue- va pueda ser anunciada en otros lugares. Han apoyado eco- nomicamente al Apdstol y a sus colaboradores. Han acogi- do a los evangelizadores con hospitalidad. Y parece que se han esforzado, incluso en ausencia del Apéstol, por hacer que la buena nueva de Jesucristo penetre cada vez mas pro- fundamente en su coraz6n. Su interés por el evangelio no era un mero entusiasmo pasajero. Todavia perdura. Por eso Pablo se alegra y se muestra agradecido. Se da cuenta de que su trabajo en Filipos no fue en vano, sino que ha dado fruto. Escoge a algunas personas por las que desees rezar: ami- gos o amigas, tu conyuge, tus hijos, algun conocido... Co- mienza dando gracias por esa persona. {Por qué deseas dar gracias? ZQué te ha regalado Dios en esa persona? Qué LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO descubres en el otro mediante la accién de gracias? ¢Con qué ojos lo miras? Siente en la oracion el vinculo con la persona por la que oras. 2Qué sentimientos produce ello en ti? ZEstas también tu lleno de alegria por los demas? En tu oracién de hoy, in- tenta pensar de vez en cuando en esa persona que es tan importante para ti. Asi, hoy sera para ti un buen dia, un dia leno de agradecimiento y de alegria. ‘Anseum GRON + 3. Fir 1, 6-7 “Estoy firmemente convencido de que quien co- menzé en vosotros la buena obra, la ird consu- mando hasta el Dia de Cristo Jesus. Es justo que sienta esto de todos vosotros, ya que os llevo en el corazén, participes como sois todos de mi gracia, tanto en la prisién como en la defensa y consolidacién del Evangelio.” Junto al agradecimiento y la alegria, surge en la oracion un tercer sentimiento: la confianza, la seguridad. Pablo confia en que Dios, que ha empezado en los filipenses la obra buena, la Ileve también a término. La oracién alimen- ta nuestra confianza en la otra persona. La confianza se orienta al futuro. La persona por la que rezamos no esta abandonada a sus fuerzas. Dios actua en ella. Y Dios, que le ha regalado lo bueno, seguira desarrollandolo en ella. La confianza descubre lo bueno que hay en el otro. Y es capaz de no aferrarse al otro, porque Dios mismo esta con él y ac- tia en él. Pablo justifica una vez mas sus sentimientos de agrade- cimiento, alegria y confianza. El fundamento de dichos sen- timientos es que el Apéstol Ileva a los filipenses en el cora- z6n. Pablo no sélo piensa en los hermanos y hermanas de Filipos, sino que esta junto a ellos con su corazon, donde ocupan un lugar importante. Siempre los lleva consigo. Tan pronto como ellos estén en su corazon, él esta también con 33 Fur 1, 6-7 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + ellos. Para él, en su prisidn, esto es un consuelo. Pablo men- ciona aqui muy de pasada el hecho de que se encuentra en la carcel. Las carceles antiguas no eran precisamente hote- les de lujo. La comida era escasa y las condiciones carcela- tias, durisimas. Pero Pablo no hace de ello un drama. Para él es casi evidente que lleva las cadenas del cautiverio por el evangelio. No desea suscitar en los filipenses el interés por su persona y su situacién. Mas bien, prefiere ser él quien piense en ellos. Les habla como a compafieros, como a participes de su gracia. Ya sea en la prisién o en la defen- sa o confirmacién del evangelio, Pablo siempre se sabe en la gracia de Dios, abrazado por la cercania sanadora y amo- rosa de Dios. Y, al mismo tiempo, en esa gracia de Dios se sabe siempre en comunién con sus compafieros de fe. Aun cuando en este momento se encuentra aislado en la carcel, siente la comunién con aquellos que siguen su mismo ca- mino de fe. Esta certidumbre le sirve de consuelo en su cau- tiverio, pues rompe, por asi decirlo, sus cadenas y le procu- ra, en medio de la soledad de la prisién, una experiencia de comuni6n, libertad, agradecimiento, alegria y confianza. Las palabras del apéstol Pablo estan animadas por una fe inquebrantable; una fe que vence al mundo, que ilumina con otra luz aun las situaciones mas dificiles. A quien anuncia el evangelio, la fe le proporciona la certidumbre de que no esta en las manos de las autoridades del Estado ro- mano, a menudo tan arbitrarias, sino en las manos de Dios y en comunion con todos cuantos, junto con él, siguen el camino de la fe. AnseLm GRON 4Cémo vivirias el dia de hoy si te dejaras sostener por la fe del apdstol Pablo? 2Cémo seria entonces tu situacién en el trabajo? 2Como vivirias las cadenas que te tienen preso, las cadenas de tus obligaciones cotidianas, de la estrechez de tu entorno, de la falta de amabilidad a tu alrededor? |Ten nte que no estas solo, sino envuelto por la presencia pres sanadora y amorosa de Dios y rodeado por las personas que piensan en ti, que estén vinculadas contigo en Ta fe y en el amor! Fup 1, 6-7 La ALEGRIA, CONTRA FL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO * 4. Fip 1, 8-11 “Dios es testigo de cuanto os quiero a todos vo- sotros en el corazén de Cristo Jesus. Esto es lo que pido: que vuestro amor crezca mds y mas en conocimiento perfecto y todo discernimiento, para que sepdis apreciar lo que vale mds. Asi Hegaréis limpios y sin tacha al Dia de Cristo, llenos de los frutos de la justicia que vienen por Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios.” Pablo confirma con un juramento que aiiora a los fili- penses. Describe su afioranza con una expresion peculiar: en splanchnois, “en las entraiias” de Jesus. Las entrafias eran para los griegos la sede de los sentimientos, la fuente del amor, la compasién y la misericordia. Pablo afiora a los filipenses y, con su afioranza se sabe en el corazon de Je- sis, dentro de su amor entrafiable. Al afiorar a sus herma- nos y hermanas en la fe, se siente simulténeamente inmer- so en el amor de Jesucristo. Y sabe que su anhelo por los demas no es sélo una necesidad humana, sino que esta sos- tenido por el amor de Cristo, que los tiene por destinatarios tanto a ellos como a él. Pablo afiora a los compafieros de racia, porque en la comunién con ellos puede experimen- tar concretamente el amor entrafiable y tierno de Cristo. La Iglesia primitiva siempre vivié la comunién de sus li- turgias como un dmbito colmado por el amor de Cristo. En la convivencia de los creyentes se hacia concreto y palpa- 36 Anseum GRON ble el amor que Jests mostré a los suyos durante su vida. Por eso, para los primeros cristianos celebrar el culto era al- go mas que un deber piadoso. Alli, en medio de un mundo hostil, experimentaban un amor entrafiable que los sacaba del duro ambiente de los poderes romanos. En este momento, Pablo expone el contenido de su su- plica por los filipeneses. El amor de éstos ha de crecer toda- via mas, hasta rebosar. Ha de expresarse en dos actitudes que por aquel entonces la filosofia moral griega considera- ba caracteristicas esenciales de una auténtica humanidad: profundo conocimiento y percepcién. Con estos dos térmi- nos, epignosis (conocimiento, comprensién honda) y aisthe- sis (discernimiento, percepcién), Pablo describe la compren- sion intelectual y el entendimiento moral, la sensibilidad para lo adecuado y la inteligencia para hacer en la vida practica lo correcto en cada momento. Lo adecuado, lo que conviene, es una expresién importante en la filosofia estoi- ca. Los cristianos han de ser modelos de verdadera humani- dad. El amor de Jesucristo que han experimentado ha de hacerse visible en un comportamiento que responda a las expectativas de humanidad (de aquel entonces) y que inclu- so las supere. Propio del amor es discernir debidamente lo que resulta adecuado en cada momento. Dos actitudes han de caracte- rizar a los cristianos: han de ser “limpios” y “sin tacha”. Di- gamos que, como indican las expresiones griegas, han de ser puestos a prueba a la luz del sol y encontrados auténti- cos ¢ inmaculados. Y han de estar llenos del “fruto de la justicia”. Su vida ha de dar fruto practicando la virtud fun- damental de la filosofia griega: la justicia. Los cristianos han de vivir de manera justa, acorde con la esencia del ser Fir 1, 8-11 Fup 1, 8-11 LA ALEGRIA, CONTRA FL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO Es humano. Entonces contribuiran a la glorificacién y la ala- banza de Dios. Las suplicas de Pablo despiertan mi anhelo de una vida plena, correcta, Ilena de amor, de comprensién y de percep- cién; de limpieza y claridad interior. Anhelo de que la ima- gen originaria de Dios que hay en mi, sin tacha y auténtica, salga cada vez més a la luz. Entonces brillara en mi algo de la gloria y el resplandor de Dios. Entonces no tendré miedo al dia de Cristo. Ese dia pondra de manifiesto cuanto de res- plandor divino siga aun oculto en mi. 38 Anseint GROW 5. Fup 1, 12-14 “Quiero que sepdis, hermanos, que mi situacién ha redundado en la difusién del evangelio; pues el personal del pretorio y la demas gente han descubierto que estoy preso por Cristo, y la ma- yorta de los hermanos, alentados en el Sefior por mis cadenas, cobran dnimos para anunciar el mensaje sin temor.” Pablo les habla a los filipenses acerca de su situacion en la carcel. Su deseo no es, sin embargo, lamentarse de las circunstancias en que se encuentra. Su situacién en la car- cel no supone un fracaso de la predicacién, sino que mas bien la apoya. Al parecer, en el pretorio, la residencia del gobernador de Ja provincia, Pablo pudo hablar sobre el mo- tivo de su detencién. Manifesto claramente a la gente que estaba encadenado por causa de Cristo. Asi, probablemente aproveché su defensa para hablar de Jesucristo y su evan- gelio. Pablo interpreta su cautiverio en clave positiva. Ha contribuido a la difusién del evangelio. Por medio del apostol encarcelado, Jesucristo ha sido dado a conocer a las autoridades oficiales del imperio romano. Y a la vez los hermanos y hermanas de Filipos y de otros lugares han co- brado dnimos para anunciar también sin temor la palabra de Dios. Detrds de esta interpretacién de su cautiverio se encuen- tra una profunda conviccién del Apostol: Pablo esta con- 39 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + vencido de que Dios puede aprovecharlo todo para que su voluntad salvifica se cumpla y su palabra sea manifestada en este mundo. Ni siquiera el encarcelamiento del predica- dor, que puede conducir a su muerte, impide a Dios difun- dir el evangelio por todo el mundo. Incluso la estrechez e impotencia de la prisién sirven a la difusién de la buena no- ticia. Pablo ve una relacién aun mas estrecha entre las cade- nas que lo atan y el mensaje de Cristo. En sus cadenas se manifiesta Cristo mismo ante los seres humanos. Esta es una interpretacién peculiar. La prision misma de Pablo se convierte en anuncio de Cristo. Para el Apéstol, el mensaje de Jesucristo es tan importante que por su causa asume las cadenas. Las cadenas forman parte de su predicacién. De- muestran el valor del mensaje cristiano. Si, en ellas se hace visible para la gente Cristo en persona. En la mayoria de los casos, nos relacionamos de otro modo con las cadenas que se nos imponen. Nos lamenta- mos de vernos limitados en nuestras posibilidades, de no poder realizar nuestros suefios, de que se nos arrebate nues- tra libertad. Y acusamos a Dios de impedirnos cumplir nuestra tarea en este mundo. Pablo nos muestra otro cami- no. Quiza Dios quiera manifiestar algo de su Espiritu libe- rador precisamente en la estrechez en que nos vemos meti- dos. Quiza Dios utilice nuestras cadenas para anunciar a Cristo en este mundo. Pensamos que solo podremos actuar si somos libres, si 40 no sufrimos restricciones en nuestro estilo de vida, ni tam- poco limitaciones psiquicas y fisicas. Pero Dios quiere ac- tuar en este mundo precisamente a través de nuestra vida limitada y, muy a menudo, encadenada. Cuando la vida nos limita, cuando estamos presos de las coacciones, llegamos a comprender cual es el misterio de la resurrecci6n. Entonces somos capaces —como Pablo en la prisién— de anunciar en este mundo, de manera nueva y convincente, el mensaje de la muerte y resurreccion de Jesus. La gente percibe en no- sotros que no hay nada que, a la larga, pueda mantenernos presos. “Resurreccién” significa que todas nuestras cadenas acabaran rompiéndose. Intenta ver tus limitaciones a la luz de las palabras de Pablo. Qué desea revelar Dios en este mundo a través de ti, tal como tu eres y estas, atado a tus obligaciones cotidia- nas? 2Cémo puede Cristo hacerse visible en este mundo precisamente a través de tu prisin interior? Si intentas res- ponder a estas preguntas, verds bajo otra luz tus cadenas, que perderan su poder sobre ti. Advertirds tu progreso inte- tior en el camino de tu humanizacién, lo mismo que Pablo llegé a entender sus cadenas como una contribucién al pro- greso y la difusién del evangelio. La ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + 6. Fir 1, 15-19 “Unos predican a Cristo por envidia y rivalidad, mas hay también otros que lo hacen con buena intencion. Unos por amor, conscientes de que yo estoy puesto para defender el evangelio; otros por rivalidad, no con puras intenciones, creyen- do que aumentan la tribulacién de mis cadenas. éQué importa? En cualquier caso, hipdcrita o sinceramente, Cristo es anunciado, y de ello me alegro y me alegraré. Pues sé que esto servird para mi salvacién, gracias a vuestras oraciones y @ la ayuda del Espiritu de Jesucristo.” Algunos predicadores del Evangelio tienen motivaciones poco limpias. Pablo os acusa de predicar una falsa doctrina: lo que dicen es correcto. Pero las motivaciones de su predi- cacién son la envidia y el afan de polémica. Al parecer, se alejan de Pablo y de su misién. En la prisién de éste no ven una manifestacién de Jesucristo, sino mds bien la conse- cuencia de la actuacién personal de Pablo. Para ellos, el Apéstol esta en la carcel porque no ha actuado de manera inteligente. En cualquier caso, se aprovechan de su prisién para presentarse en este momento como los verdaderos pre- dicadores del mensaje. Pero también hay predicadores que desempefian su ser- vicio por amor. Amor, en este caso, significa el amor a Pa- blo, el vinculo con él, la solidaridad con el encarcelado. Al 42 Anstim GRON Apéstol le duele ver como algunas personas utilizan su pre- caria situacién en la carcel para pasar por encima de él y convertirse en el centro de atencién. Pero, una vez que ha expresado su dolor personal por ello, da paso a la alegria. {Qué supone en realidad su herida, en comparacién con el hecho de que Cristo es anunciado? Lo fundamental es que Cristo también es dado a conocer en el mundo a través de esos predicadores. Pablo se alegra de ello y, gracias a esa alegria, olvida su sufrimiento personal y las heridas que los predicadores le infligen. Pues sabe que todo, tanto su pri- sion como las llagas causadas por los hermanos que anun- cian a Cristo con intenciones poco limpias, redundara para él en salvacién. Pablo sabe que no es mérito suyo el que las heridas se le transformen en perlas. Es mas bien la oracién de los hermanos y hermanas la que lo capacita para ello. Y el apoyo del Espiritu de Jesucristo. El Espiritu de Jesus transforma su prisién en una manifestacién del evangelio y sus dolores en alegria por la difusién de la buena noticia. De hecho, se requiere una gran madurez personal para, ante las ofensas que se reciben, ser capaz, pese a todo, de alegrarse del bien que otros hacen en el mundo. Si tu con- yuge o cualquier miembro de tu familia “se vende” bien ha- cia fuera, y ti en casa tienes que aguantar su lado oscuro, seguramente te resultara dificil poder alegrarte de sus éxi- tos. Si en la empresa algunos destacan a costa de los demas, no reconoceras tan facilmente el beneficio que reportan a la empresa. De Pablo debiéramos aprender grandeza interior: lo fundamental es que la causa de Jesus siga adelante. Que 43 Fir 1, 15-19 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO. nosotros salgamos bien o malparados, que la gente perciba © no nuestro mérito, no es lo importante. Pablo no quiere anunciarse a si mismo, sino a Jesucristo. Por eso todo le pa- rece bien, con tal de que se anuncie de alguna manera a Cristo. Eres capaz de alegrarte de la buena reputacién y los éxitos del otro? Puedes concebir que la ofensa que otros te infligen redunde en salvacién para ti? Imagina la libertad interior con que Pablo miraba a sus adversarios. La hirien- tes intenciones de éstos no podian hacerle nada, porque él tenia su fundamento mas profundo en Cristo. Pidele a Dios que te regale esa libertad interior. Quiza entonces crezca también en ti la alegria por todo cuanto Dios te pone dia- riamente en las manos. Anseim GRON 7. Fir 1, 20-21 “Asi lo espero ansiosamente, y no seré defrau- dado. Al contrario, estoy completamente seguro de que ahora, como siempre, sea que viva, sea que muera, Cristo serd glorificado en mi cuerpo. Pues para mi la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia.” La raz6n de la alegria que personalmente puede experi- mentar Pablo ante quienes lo envidian es la esperanza de que no sera defraudado. El esté seguro de que nada puede realmente avergonzarlo, de que no fracasara aun cuando muera en la carcel y caiga en el olvido todo lo que hizo. Aguarda confiadamente que Cristo sea glorificado en él, ya sea que siga viviendo y anuncie en persona a Cristo en to- do el mundo, ya sea que su estancia en la carcel desembo- que en la muerte. Lo fundamental para Pablo es que él, de hecho, es transparente para Jesucristo, y que éste se revela en él y es glorificado con toda su existencia. La gloria de Cristo se hace visible en Pablo cuando se abandona por en- tero a Jesucristo sin segundas intenciones, sin buscar ni el éxito ni la confirmacién por parte de la gente. Viene a continuacién una frase que nunca Ilegamos a comprender del todo y en la que Pablo expresa la expe- riencia mas profunda que ha vivido en la fe en Jesucristo: para él, la vida es Cristo, y la muerte, una ganancia. En ul- timo término, no puede sucederle nada que lo condene al 45 Fir 1, 20-21 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO ca fracaso, da igual que viva o que muera: lo que le importa es Cristo, el cual ha de ser glorificado con su vida... y tam- bién con su muerte. Por eso, morir es para él una ganancia. 2Qué experiencia ha vivido Pablo para poder decir que pa~ ta él “la vida es Cristo”? No podemos mas que entrever la intensidad con que Pablo se encontré con Cristo; y el resul- tado fue que a partir de entonces lo unico que le importé en toda su existencia fue Jesucristo y su mensaje, al que se en- trega de Ileno. Para él deja de ser importante si todo eso le va a permitir salir bien o malparado, si va a ser 0 no perse- guido y metido en la carcel, si va a vivir 0 a morir. Cristo le posibilita una vida que ni siquiera la muerte es capaz de aniquilar. En la muerte, esta vida en Cristo y con Cristo no hace mas que manifestarse en su plenitud. Que el morir puede ser una ganancia lo dijeron ya filéso- fos y poetas griegos como Platén, Esquilo 0 S6focles. Pero para los griegos la muerte sdlo es ganancia cuando la vida se ha vuelto insoportable. Para Pablo, sin embargo, la vida presente ya esta Ilena de absoluta confianza y de gozo. Para al, la vida es Cristo. Para él, vivir significa estar en Cristo, estar con Cristo, estar leno de Cristo. Cristo es el verdade- ro fundamento de su vida. Pablo sdlo se siente plenamente vivo alli donde Cristo lo impregna con su Espiritu. Para quien se siente tan Ileno de Cristo como Pablo, la muerte pierde su cardcter aterrador. Pablo experimenta la li- bertad y la serenidad interiores con respecto a su destino. Ama la vida. Pero tampoco siente temor alguno ante la AnseLM Grin muerte, pues con ella queda develada en su verdadero res- plandor la vida con Cristo que ya aqui lo Ilena y lo hace fe- liz. Con la muerte, Cristo lo sera todo en todo. éQué es para ti vivir? ¢Qué hace que la vida sea para ti digna de ser vivida? Si pudieras decir con el Apéstol: “Mi vida es Cristo”, ¢cémo vivirias tu situacién actual? ¢Cémo afrontarias las heridas que has sufrido y sigues sufriendo una y otra vez? gCémo te las arreglarias con tu enfermedad o con tu miedo a enfermar? £Cémo vivirias tus estados de dnimo depresivos, tus frustraciones, tus miedos? Pidele a Dios que te regale ]a experiencia de Pablo y que compren- das a Cristo como el auténtico fundamento de tu vida. Entonces se relativizaran para ti muchas cosas que en este momento todavia te parecen muy importantes. Y sentirds li- bertad interior frente a todo lo que te sucede cada dia. Fur 1, 20-21 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TEMPO 8. Fre 1, 22-24 “Pero si mi vida corporal va a producir fruto, no sé que escoger. Las dos cosas tiran de mi: deseo partir para estar con Cristo, y eso es mucho me- jor; pero para vosotros es mds necesario que si- ga viviendo.” Pablo se siente dividido entre ambas posibilidades: vivir o morir. No sabe qué escoger. Vivir significa para él dar fru- to en su labor de predicacién, servir a los seres humanos, estar disponible para ellos, proseguir la obra de Jesus, Ie- var el mensaje de Jesus a todo el mundo. En este punto, sin embargo, Pablo hace referencia concretamente a los filipen- ses. Para ellos seria mejor que Pablo siguiera viviendo. Asi podria contribuir a consolidar a la comunidad en la fe. Pero Pablo siente también el anhelo de morir. Entiende la muerte como “partida”. Este es un término que la litera- tura griega suele aplicar al acto de morir. Con la muerte, el ser humano parte de viaje: un viaje al cielo, a la esfera de Dios. Los griegos entienden la muerte como un regreso del alma a Dios. Pablo hace suyas las ideas de su entorno, pe- ro modifica su interpretacion. Para él, la meta de ese viaj no es el regreso del alma a Dios, sino “estar con Cristo”. Pa~ ra él, la vida eterna es encontrarse con Cristo. La comunién con Cristo la experimenta ya aqui en esta vida. Pero, evi- dentemente, de la muerte aguarda poder experimentar de manera nueva la cercania de Jesus, llegar a estar con Cris- 48 o Anseim GRON to y en Cristo. El Apéstol esta aqui lleno de un profundo anhelo: ver con ojos libres de toda clase de velos a Cristo, por quien trabaja y cuya cercania experimenta continua- mente, y gozar de la comunién con EI. Tal como se puede deducir de sus restantes afirmaciones recogidas en el Nue- vo Testamento, Pablo espera que, en la vida eterna, él y to- puedan participar de la gloria de Dios en splandor de Jesucristo bri- del todo lenos del Espi- dos los cristianos la comunién con Jesus, que el re: lle también en ellos, y que queden. ritu y la gloria de Cristo. En las palabras del Apéstol se percibe su preferencia por la muerte. Algunos exegetas piensan que dicha preferencia podria encubrir un afan egoista de realizacion personal. Pe- ro Pablo nos permite mirar dentro de su coraz6n. Alli, en lo mas intimo de si mismo, anhela estar enteramente junto a Cristo. La muerte no es para él una idea que sucite temor. Por el contrario, el pensamiento de la muerte lo lena de alegria, de esperanza y de anhelo. Pero, al mismo tiempo, est dispuesto a entregarse enteramente por los seres huma- nos. Si, comprende perfectamente que para los filipenses se- ria mejor que lo excarcelaran y que pudiera trabajar en fa- vor de ellos. Pablo le deja la decision a Dios. Por eso se siente inte- riormente libre ante ambas posibilidades. No tiene que preocuparse por la sentencia que pronuncien los jueces so- bre él. Le alegra la idea de morir. Pero también le alegra la posibilidad de volver a ver a los filipenses y estar a su ser- vicio. u vida con la libertad de Pablo, desapa- a la muerte. Pero tampoco te entraran unas mizas de morir. La muerte, eso si, no se conver- Si contemplas t recera el miedo ganas enfert 49 Fir 1, 22-24 Fup 1, 22-24 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + tira en una huida de la vida. Por el contrario, te dards cuen- ta de qué es lo verdaderamente importante en tu vida: dar fruto, que florezca la imagen que Dios te ha dado; pero también el fruto de los demas. No vives solo para ti, sino que vives en comunién con otros. Tu vida también tiene importancia para los demas y debe dar fruto para ellos, un fruto que los alimente y con el que puedan deleitarse. {Qué sabor deja en los demas tu vi- da? gUn sabor amargo o el agradable sabor de un fruto dul- ce y jugoso? El fruto no siempre tiene que consistir en una hazafia, sino en que los demas puedan alegrarse por ti y por tu vida, y encuentren en ello verdadero alimento. 50 Awseim Grin 9, Fup 1, 25-26 “Ahora bien, estoy convencido de que me queda- ré y seguiré con vosotros para provecho y gozo de vuestra fe; a fin de que tengdis por mi causa un nuevo motivo de orgullo en Cristo Jesus cuando yo vuelva a estar entre vosotros.” Pablo ha reflexionado acerca de si es mejor seguir vi- viendo o morir. El comprende perfectamente que es mas ne- cesario vivir y trabajar por los demas. Por eso opta por la vida y confia en salir de la carcel. Si Dios considera nece- saria su actuacién, El encontrara la manera de liberarlo de la prisién. Su permanencia y su actividad entre los filipenses ayu- daran a éstos a progresar en la fe y a estar alegres. La ra- zon de su alegria no sera, simplemente, la de volver a ver- se, sino la fe en la que han de crecer, La alegria es un tema fundamental de la Carta a los Filipenses. Precisamente des~ de la carcel, Pablo habla una y otra vez de su propia alegria y de la alegria de sus queridos filipenses. Una alegria que no se ve mermada ni siquiera por unas penosas circunstan- cia exteriores. Es la alegria en la fe, la alegria por el men- saje de Jesucristo, por su sanante y liberadora cercania, que ellos experimentan en la fe. Y Pablo habla del orgullo. El ser humano no debe enor- gullecerse de si mismo, pues lo que posee como don nunca |, 25-26 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO ° es mérito suyo. Pero también hay un modo positivo de enorgullecerse, y es enorgullecerse en Jesucristo. Podemos “enorgullecernos” de sus beneficios, de su gracia, de su amor, de su redencién. Cuando Pablo vuelva junto a los fi- lipenses, éstos se “enorgulleceran” atin mas por Jesucristo. Pero una raz6n de su orgullo también tiene su fundamento en el propio Pablo, el cual les ha anunciado el evangelio y, tras su liberacién, los ayudara a que su fe en el evangelio se profundice y su alegria se fortalezca. Seguramente experimentas en tu interior la necesidad de enorgullecerte, de aparentar ante otras personas, de alabar- te a ti mismo. Pero también conoces personas cuya presun- cion te resulta imposible; otras, en cambio, se menosprecian siempre. Muy a menudo, esto nos deja sin recursos y, a ve- ces, nos vuelve agresivos. ¢Cémo habria que enorgullercer- se, seguin san Pablo? gDe qué puedes estar orgulloso? Cuando te muestras agradecido por tus éxitos, por los dones y facultades que posees, encauzas tu orgullo siempre hacia Dios. Esto es enorgullecerse tal como Pablo lo entien- de. Desemboca en el agradecimiento. El agradecimiento no nos empequeifiece, sino que nos hace reconocer la grandeza que Dios nos ha regalado. Una grandeza que no molesta a nadie, sino que permite que también los demas lleguen a ser grandes. 52 Awseim GRON 10. Fip 1, 27-30 “Una cosa importa: que vuestra vida sea digna del evangelio de Cristo; de modo que, ya sea que vaya a veros o que siga ausente, oiga de voso- tros que os mantenéis unidos en espiritu y cora- z6n, luchando juntos por la fe en el evangelio; sin dejarse intimidar en nada ante vuestros ad- | | versarios. Lo cual, por designio de Dios, sera para ellos sefal de perdicién y para vosotros de salvacién. Pues a vosotros se os ha concedido la gracia, no sélo de creer en Cristo, sino de pade- cer por él, sosteniendo el mismo combate en el que antes me visteis y en el que ahora sabéis que me encuentro.” Pablo aparta su mirada de si mismo para ponerla en la comunidad de Filipos, a la que exhorta a vivir en comunion de tal manera que en ella pueda leerse el evangelio de Je- sucristo. Pablo utiliza aqui una palabra importante para los griegos: politeuesthe. Polis es la “ciudad”: los filipenses han de ser ciudadanos de una ciudad nueva, de la comunidad de Jesucristo. Han de realizar de manera nueva lo que los grie- | gos asociaban con la polis libre. Han de formar en este mundo una comuni6n marcada por el Espiritu de Jesus y que transforme el mundo desde sus cimientos. En sus exhortaciones, Pablo utiliza palabras tomadas del lenguaje bélico. En Filipos se habian establecido muchos 53 Fir 1, 27-30 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO veteranos de guerra, y ellos entendian el conjunto de ima- genes de este lenguaje. Frente a toda amenaza, los filipen- ses deben mantenerse firmes en el espiritu que Dios les ha regalado, lo mismo que un ejército no vacila frente al ene- migo. Deben luchar por la fe todos juntos lo mismo que un ejército sdlo tiene éxito cuando lucha unido. Los cristianos deben dejarse llevar por el unico Espiritu que Dios les ha re- galado. Pero también han de llegar a ser un solo corazén y una sola alma, para que luchen juntos y no unos contra otros. Y no deben dejarse intimidar en su lucha, Finalmen- te, Pablo les recuerda que en la lucha también se puede caer herido. Recibiran sus heridas en la entrega a Jesucristo, no en la lucha por el imperio romano. En el ejemplo del Apés- tol encarcelado pueden leer que la lucha por Cristo también puede conducir a la tribulacién y a la carcel. El cristiano no ha de tener miedo a experimentar el su- frimiento por un entorno hostil. Dado que se trata de un sufrimiento que asume por Jesucristo, en ese sufrimiento experimentara la comunion con El. Pablo habla de la “con- cesién de la gracia” de sufrir por Cristo. Por eso los cristia- nos no deben ver en ello una catastrofe, sino una distincién, un acostumbrarse a la comunién con Jesucristo. En el su- frimiento estaran mas cerca de Cristo, pues su fe se ahon- dara. Quizds tengas dificultades con el lenguaje bélico de este texto y con la comprensién del sufrimiento como distin- cion. Al oir hablar de “lucha”, inmediatamente pensamos en ‘Ansiim GRON conflictos bélicos innecesarios. A los filipenses, por el con- trario, estas palabras les servian de aliento. Los fortalecian en su lucha. La lucha en equipo despertaba en ellos energia y ganas de vivir. No se Jamentaban ni se quejaban de su destino, sino que crecian con él. La lucha de la que habla Pablo no es una lucha contra alguien o contra algo, sino una lucha por la vida, por Cristo, por la libertad y por la vi- vencia de la fe. Los primeros monjes, siguiendo a san Pablo, entendieron su vida como militia Christi, como “servicio militar por Cristo”. La ascesis era para ellos una pelea con las pasiones. Esperaban que esta lucha los fortaleciera in- teriormente, En su vida espiritual no giraban en torno al bienestar, al descanso espiritual, sino que pretendian salir airosos en la lucha por la vida. La lucha no era para ellos solo fatigosa; también les exigia y les proporcionaba ganas de vivir. Cuando estamos dispuestos a entender nuestra vi- da como lucha y a enfrentarnos a los conflictos con los ene- migos interiores de nuestra alma, experimentamos un in- cremento cualitativo de nuestra vitalidad y nuestra fuerza. No nos rendimos tan facilmente, no nos dejamos apartar de nuestro camino ni intimidar por las dificultades de la vida. Fir 1, 27-30 La ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + 11. Fup 2, 1-2 “Si la exhortacién en nombre de Cristo tiene al- gin valor, si algo vale el consuelo afectuoso, o la comunién en el Espiritu, o la ternura y la com- pasion, les ruego que hagan perfecta mi alegria teniendo un mismo sentir, un mismo amor, un mismo espiritu y unos mismos sentimientos.” Tras fijarse en la lucha en equipo por la fe en medio de un entorno hostil, Pablo centra ahora su atencion en la co- munién de los filipenses entre si. Empieza a exhortar a sus hermanos y hermanas, en tono solemne, a la unanimidad. Quiere animarlos en Cristo, alentarlos con todo carifio y re- mitirlos a la unidad en el Espiritu Santo. Y menciona la mi- sericordia y compasién en Jesucristo. Su conducta debe res- ponder a estas condiciones que han recibido en virtud de Cristo, Y al mostrar una conducta que fluya del Espiritu de Jestis le daran al Apéstol una gran alegria. Pablo formula cuatro ruegos; los filipenses han de pen- sar lo mismo, abrigar el mismo amor, ser una sola alma y tener los mismos sentimientos. En el texto griego, estas cuatro exigencias quedan enmarcadas por un doble phro- nein, que significa “pensar”, “reflexionar”. Los filipenses han de pensar primero “lo mismo”, y luego lo “uno”. Han de pensar en la misma direccidn. Pablo explica este ruego con el “mismo amor”: han de tener un amor que vaya dirigido a todos. ANSELM GRON El Apédstol habla luego de eso “uno” sobre lo que han de pensar los cristianos de Filipos. En la filosofia griega, lo “uno”, to hen, es un concepto importante. Los griegos su- frian con el desgarro interior entre espiritu e instinto, entre pensamiento y sentimiento, entre las distintas necesidades del ser humano. Y sufrian con la divisién que una y otra vez desgarraba las comunidades humanas. Por eso los fili- penses han de cuidar la unidad. Han de reflexionar sobre lo uno necesario y decisivo que han recibido en Jesucristo: su Espiritu Santo de la unidad, su amor que suprime el desga- iro. Si aspiran a este uno, se haran sympsychoi, sus almas creceran juntas. La comunidad se convierte, por asi decirlo, en una sola alma. Al parecer, ésta era la mayor preocupacion del Apdéstol en la carcel: que la comunidad que él habia construido no fuera a desintegrarse interiormente. No esta pensando en falsos maestros, sino en las tendencias centrifugas presen- tes en toda comunidad: juegos de poder y prejuicios, sim- patias y antipatias. Cuando la comunidad esta marcada por el Espiritu que une y por el amor uno, da un testimonio elo- cuente de Jesucristo. La Iglesia actual, con sus disputas internas, ofrece a me- nudo una imagen bien distinta. Se advierte que vive de di- ferentes espiritus, no del Espiritu unico de Jesucristo. Sin embargo, lo que Pablo espera de la comunidad de Filipos es aplicable a cualquier comunidad: a una comunidad monas- tica, a una parroquia o a una familia. “Unidad” no signifi- Fir 2, 1-2 La ALEGRA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + ca, sin embargo, que todos tengan que pensar lo mismo. En nuestra época, el pensamiento individual se valora mucho, y no nos agrada dejarnos dominar por el llamado “pensa- miento unico”. Pero cuando personas independientes son “uno” entre si y cuidan la misma meta, surge una fuerza que es capaz de moldear ese mundo, aun cuando la comu- nidad de los undnimes sea muy pequefia. Esta es la gran oportunidad de las comunidades eclesiales: que construyan juntas en la obra de Cristo y, de ese modo, marquen y trans- formen este mundo. éQué deseas aportar hoy para que en torno a ti crezcan la simpatia y el amor entrafiable? 2Qué puedes hacer para que se fortalezca la unidad en la comunidad? éEres uno contigo mismo? éPercibe la gente que estas en armonia contigo mismo? £0 lo que sale de ti es mas bien division, porque rechazas muchas cosas de ti mismo? Sélo podras ro- bustecer la unidad a tu alrededor cuando no apartes lo que percibes en ti, sino que lo introduzcas en la unidad con Dios y te reconcilies con ello, 58 AwsetM GRON 12. Fup 2, 3-5 “No hagdis nada por rivalidad ni por vanaglo- ria, y con humildad tened a los otros por mejo- res. Nadie busque sélo su propio interés, sino también el de los demas. Tened entre vosotros los mismos sentimientos de Cristo Jesus.” Dos actitudes, sobre todo, ponen en peligro la vida co- munitaria: la rivalidad y la presuncion, la vanagloria. La rivalidad es propia de un corazén desgarrado. Quien discute constantemente con otros traslada a los demas su desgarro interior. Como esta dividido dentro de si, trata de dividir a los demas. La vanagloria, por su parte, puede percibirse so- bre todo en personas con complejo de inferioridad, las cua- les tienen que hablar de si mismas constantemente y darse importancia. Pero la expresién griega denota que el vana- gloriarse es algo “vano”. No son mas que palabras que no responden a una realidad. Por eso, la vanagloria deja en quienes la presencian un gusto insipido y vacio. Para Pablo, la condicién fundamental de una vida comu- nitaria saludable es la humildad. Con ello alaba una actitud que entre los griegos no era apreciada en absoluto. La pa- labra griega tapeinophrosyne significa un modo vil de pen- sar, la actitud del esclavo. En el judaismo, la humildad te- nia una resonancia positiva. La comunidad de Qumran la elogié de manera especial como requisito para una buena convivencia. La humildad es el coraje de percibir y aceptar 59 Fir 2, 3-5 LA ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUFLO DE NUESTRO TIEMPO la propia condicién humana, con sus grandezas y sus mise- rias. Para Pablo, la esencia de la humildad se expresa en te- ner al otro, a los otros, por mejores que uno mismo. Lo cual no significa que uno deba hacerse mas pequefio de lo que es. No se trata de desvalorizarse para revalorizar a los demas. Sdlo puedo reconocer el valor del otro cuando sé también mi propio valor. Pero no necesito demostrar mi ca- tegoria. Soy libre para ver al otro en su categoria y para ale- grarme de ella. Y soy libre para dejar de mirarme a mi mis- mo y fijarme en lo que necesitan los demas. La humildad no es, por tanto, desvalorizacién de uno mismo, sino liber- tad interior y aprecio del otro. La humildad va pareja con un sexto sentido para percibir lo que beneficia al otro. Tal actitud es necesaria para poder convivir en concordia, sin rivalidades constantes, sin la presién de competir con los demas. Pablo desea que los filipenses cuiden precisamente lo que caracterizé a Jesucristo en su encarnacién, en su vida y en su muerte. Han de esforzarse en imitar los sentimien- tos de Jestis, en ver a las personas y pensar en ellas como Jesus. Asi lograran una convivencia. Y con su vida se con- vertiran en testigos de Cristo. Al hablar de esto, Pablo no esta pensando ante todo en la persona histérica de Jesus, con su psicologia individual. Mas bien percibe los senti- mientos de Jesus ya en su encarnacién. Asi descendié Je- sus. Asi mostré humildad. Y dicha humildad culminé en su muerte en la cruz. ‘AnsELM GRON ~Como te ves a ti mismo y a los demas? 2Tienes alguna experiencia de ese mecanismo que consiste en desvalorizar a los demas para revalorizarte ti? gCémo ves a los demas cuando eres consciente de tu valor? Intenta familiarizarte con la humildad de Jestis, que consiste en aceptar tu condi- cién humana, con su corporeidad y su vinculacién a la tie- rra, y poner en manos de Dios todo cuanto hay en ti, para que E! lo transforme con su Espiritu. La ALEGRIA, CONTRA EL DESCONSUELO DE NUESTRO TIEMPO + 13. Fip 2, 6-11 “El, que era de condicidn divina, no consideré esta igualdad con Dios como algo que debia guardar celosamente; al contario, se anonadé a si mismo tomando la condicién de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y mos- trandose con aspecto humano, se humillé hasta aceptar por obediencia la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo exalté y le concedié el Nombre que estd sobre todo nombre, para que, al nombre de Jestis, toda rodilla se doble, en el cielo, en la tierra y en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Seftor, para gloria de Dios Padre.” Para mostrar los sentimientos de Jestis, Pablo inserta en. este punto de su carta el famoso “himno cristolégico”, con el que retoma un canto que la comunidad entonaba en su liturgia y que describe la trayectoria de Jesus con imagenes maravillosas: Jesus ha sido y es Dios. Pero no quiso retener para si como botin su condicién de igual a Dios, sino que se desprendié de si mismo. La palabra griega ekenosen sig- nifica “se vacié”. Se despojé de su figura divina y asumié la figura de un servidor. sta es la cima de la humildad a la que Pablo ha exhortado a los filipenses. Y Pablo utiliza también en este momento la palabra etapeinosen, que es el nombre griego de la humildad: Jesus se ha “humillado” co- 62 Anseim GRON + ‘Arse GENS mo ser humano. Ha descendido hasta el polvo de la muer- te, e incluso hasta el aprobio de la muerte en cruz, expre- sion de la suprema humildad de Jesus y, al mismo tiempo, de su obediencia. Los exegetas han sefialado que en este punto Pablo no dice en absoluto a quién presté obediencia Jesus. Al pare- cer, por “humildad” y “obediencia” Pablo no entiende acti- tudes personales de Jess que éste mostrara ante Dios. “Hu- mildad” y “obediencia” describen mas bien el acontecimien- to de la encarnacién y la muerte de Jestis en la cruz. Al ha- cerse hombre, Jestis se desprendié de si mismo, entré en la vida terrena con sus tribulaciones y limitaciones y se hizo “obediente” a ella. Se aceptd integrado en la historia con sus contingencias, y en una vida que desemboca en la muerte. En este sentido, no deseaba ser objeto de ningun trato especial. Dijo si a una vida que, debido a las intrigas politicas, acabé en la muerte de cruz. Pero con ese desprendimiento y humillacién de si mis- mo, Dios hizo algo totalmente distinto. Ensalzo a Jesus por encima de todo. Le dio un Nombre que esta por encima de todo nombre. Y a partir de ese momento, todos los poderes de este mundo, los del cielo, los de Ia tierra y los del sub- mundo de “los abismos” han de doblar la rodilla ante Jestis y confesar: “Jesucristo es Sefior, para gloria de Dios Padre.” Esta es una imagen mitica que brilla dentro del himno. Los poderes que hasta ese momento esclavizaban a los se- res humanos deben reconocer a Cristo. Su poder queda que- brantado en virtud de la muerte de Jesiis en la cruz. Tales poderes que nos dominan son: 63 Fup 2, 6-11

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