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Luis Borges pasibn de la amistad Para Borges la literatura consiste en construir una realidad sdlo simétrica a suefios, y revelar a la vez la maravilla y la permanente insuficiencia del mundo. Ivonne Bordelois(7) ucha. En el intercambio que contemplamos entre literatura ra analitica, el privilegio le correspondera invariablemente xto. El encuentro entre ambas dard lugar a incesantes modifi- anes tedricas y no ya a confirmaciones sino conformaciones. ar de adaptar el texto al psicoanilisis, el psicoandlisis se iptard al texto literario. donde la clinica no ha dado (0 no atin) acabado ejemplo la intuicién freudiana, la literatura podria estar Ilamando a sud cuela la literatura en el molde de su teoria del momen- omo si dijese al texto: “No desarrolles tu pregunta singu- tengo la respuesta universal.” Oscila entre el descubrimien- conquista. No interroga a la obra sobre lo que puede apor- uevo, sino que intentard volver a encontrar alli sus propios ios tedricos preformados. 137 Scanned with CamScanner Convendria invertir las relaciones habituales entre psi. coanilisis y literatura, en lugar de servir de campo de apli- cacién para conocimientos analiticos previamente adquiri- dos, la obra literaria interrogara en lo sucesivo al psicoané- lisis, hasta dotarlo de nuevos instrumentos de escucha y de comprensi6n."(54) La obra de Borges aporta un fecundo campo de investigacién al psicoanilisis. Sus poemas y cuentos ofrecen muiltiples posibilidades de descubrimiento, aclarando ciertas zonas cripticas de la vida psi- quica. En particular, a lo largo de sus escritos, Borges da un giro in- solito a los aspectos tandticos y tréficos del complejo fraterno. Su lectura de ruptura y cambio posibilita abrir nuevas vias de interpretacion al primer fratricidio de la humanidad, representado en el mito biblico de Cain y Abel; descorre el velo de las relacio- nes visibles e invisibles del amor y del poder que se subtienden en los vinculos parento-filiales y fraternales. Y, ademas, nos intro- duce en el tema de la amistad, que ha sido escasamente profun- dizado en la teoria y la clinica psicoanaliticas. Huxe rtivo En efecto, entre los aspectos tréficos del complejo fraterno, sos- tengo que la amistad es uno de sus derivados sublimat. Ejer- ce una funci6n primordial durante todas las etapas de la vida, p ro fundamentalmente durante la adolescencia y_la senescencia, porque posibilita el desasimiento del abuso del poder vertical de- tentado por los padres e hijos. En su Autobiografia, producto de una entrevista realizada a los 71 aiios, Borges testimonia el papel relevante que ha ejercido la amistad en su vida y en su obra: Ya he dicho que pasé gran parte de mi infancia sin salir de mi casa. Al no tener amigos, mi hermana (Norah) yyoin- ventabamos dos compajieros imaginarios a los que llaméba- mos, no sé por qué, Quilos y El Molino de Viento. Cuando Scanned with CamScanner finalmente nos aburrieron, le dijimos a nuestra madre que se habian muerto (pag. 27). _ Dice en otro capitulo: he Los amigos estén todavia muy presentes y muy préxi- mos. De hecho son una parte indispensable de mi vida. Creo que la amistad es la pasién que salva a los argentinos (pag. 92). ~ Y concluye la Autobiografia con estas palabras: Supongo que ya he escrito mis mejores libros. Eso me da una cierta satisfacci6n y tranquilidad. Sin embargo, no creo que lo haya escrito todo. De algiin modo, la juventud me resulta ms cercana que cuando era joven. Ya no considero inalcanzable la felicidad como sucedia hace tiempo. Ahora sé que puede ocurrir en cualquier momento, pero nunca hay que buscarla. En cuanto al fracaso y la fama, me parecen irrelevantes y no me preocupan. Lo que qui ahora es la paz y el placer del pensamiento y dela Y aunque parezca demasiado ambicioso, la a sensa amar y ser amado (pag. 154). 4 larar que, con la inclusién de los psicodinamismos fratrfa en la estructuracién de la vida psiquica, no in- ar ninguno de los temas concernientes a la nodal im- Narciso y Edipo. Al contrario, una de sus finalidades recisamente, reabrir cuestiones, partiendo desde el etno al complejo de Edipo y al narcisismo, y vice- al posibilita una mayor captacién de la complejidad 139 Scanned with CamScanner del alma humana, y una posible superaci6n de los obstéculos qu se etigen en Tos procesos analiticos, bajo una luz mas amplica, dora, acaso inaccesible hasta ahora. No se trata, por lo tanto, de declarar la caducidad del complejo de Edipo. Se trata mas bien de descomprimir este ultimo y aricy, * qo Jarlo con las especificidades de las estructuras narcisista y fratema, So ntre estas tres estructuras se trama una Combinatoria original ys. [gular que determina la irrepetible identidad de cada sujeto. Los personajes borgeanos representan, precisamente, un; muestra elocuente de ese intrincado nexo. llustraré la interaccion de estas tres estructuras a partir de los. guientes poemas, prosas breves y cuentos: “El fin” (1944), “Milon. ga de dos hermanos” (1965), “Animales de los espejos” (1967, “La intrusa” (1970), “Génesis IV, 8” (1974) y “Juan Lopez y bin Ward” (1985). Mi propuesta se articula en los siguientes temas: 1. El complejo fraterno y el complejo de Edipo. 2. Freud y el complejo fraterno. 3. El mito biblico de Cain y Abel. Una interpretaci6n psicce nalitica. 4. La intrusa. 5. Borges, Giiiraldes y Lugones. 6. Del fratricidio a la confraternidad. Epilogo: complejo fraterno tréfico y tanatico. _ Scanned with CamScanner El complejo fraterno y el complejo de Edipo en guarda relacidn con el complejo de Edipo, es independiente Sus eventuales desplazamientos en las relaciones entre los her- inos.(43) Las manifestaciones de los vinculos fraternos que se presentan into “en la simplicidad aparente de lo normal, asi como también las desfiguraciones y exageraciones de lo patolégico”(32) son on de aquellas que se originan en las relaciones con los res. En efecto, en la relacién fraterna existen electivamente los dos pectos que Freud describid \6.como la causa de la-difieultad o de Fimposibilidad del trabajo psiquico de desprendimiento que ‘onstituye el proceso normal de duelo: el cardcter narcisista de wvestidura | ysui ambivalencia, Subrayemos aqui que el hermano es un semejante demasiado mejante y, a la vez, la primera aparicién de lo extrafio en la in- incia. El enfrentamiento con el otro, el intruso, el doble, compor- Compromisos narcisistas considerables y reactiva, al mismo iempo, los conflictos edipicos. Albergo ciertos reparos con respecto al término “vinculo frater- parece més apropiado ¢ emplear “complejo ater. | término “complejoMes definido por Laplanche y Pontalis como | “conjunto organizado de representaciones y de recuerdos do- los de intenso valor afectivo, parcial o totalmente inconscien- ”, haciendo la salvedad de ue Er TBCiard de complejo tiende a nfundirse con la de un nticleo puramente patégeno que convie- eliminar, ya que “de este modo se pierde de vista la funcion es- cturante que, en determinados momentos del desarrollo huma- , poseen los complejos”. En el articulo sobre “Algunos mecanismos neuréticos en los ce- 141 Scanned with CamScanner los, la paranoia y la homosexualidad” (1921), Freud emplea ef tér_ mino “complejo”, y no “vinculo fraterno”, y lo diferencia del complejo de Edipo. | Estos celos, por mds que los llamemos normales, en mo- do alguno son del todo acordes a la ratio, vale decir, naci- dos de relaciones actuales, proporcionados a las circunstan- cias efectivas y dominados sin residuo por el Yo consciente; en efecto, arraigan en lo profundo del inconsciente, reto- man las més tempranas nociones de la afectividad infantil y brotan del complejo de Edipo o del complejo de los herma- nos del primer periodo sexual.(34) Si bien Freud admitid, sobre todo al final de su obra, la impor- | tancia del complejo fraterno, no lo estudié de modo sistematico, | como al complejo de Edipo. La importancia de lo fraterno apare- ce en su obra mds como observaciones que se aproximan al te- ma, que como teorizaciones. La forma completa del complejo de Edipo resulta de la combi- nacién, que se encuentra en diferentes grados, de la forma llama- da positiva, tal como se presenta en la historia del Edipo Rey (de- seo de la muerte del rival que es el personaje del mismo sexo, y deseo sexual hacia el personaje del sexo opuesto), y de su forma’ negativa (amor hacia el progenitor del mismo sexo, y odio y celos hacia el progenitor del sexo opuesto). Cada sujeto presenta, segtin la coexistencia entre ambas formas en la relacion dialéctica, un particular caso mixto de un comple- | jo de Edipo. Por su parte, el complejo fraterno se halla determina do, en cada sujeto, de forma particular, por la "presencia de una fantasmatica singular, que proviene del interjuego que sé estable- ‘Cea partir de la dinami Cinca narcisista entre los distintos tipos de do- on interaccién o independencia de la dindmica edipica. Las fantasfas inherentes a la fratrfa son, entre otras: 72s Tabtagiipnnerent entre otras: 142 Scanned with CamScanner fratricidas (Cain y Abel), furtivas y de excomulgacién (Jacob y Esati), de gemelidad (Rémulo y Remo), de complementariedad (Moisés y Aarén), de confraternidad (reconciliacién de José y los hermanos). scene can, Laplanche y Kaés han reelaborado el concepto de com- fraterno en el corpus tedrico y en la practica clinica, al se~ su especificidad respecto del complejo de Edipo y también untos de anudamiento. Lacan Squipara el complejo fraterno el complejo. del “intruso” y sostiene que el hermano puede entar a aquel otro rival k ‘ominoso que satisface el del deseo de la madre. ‘Vaplanch ) precisa que el trian ulo iValidad fraterna esté conformado por el nifio o la nifia, los pa- el hermano o la hermana (mientras que el tridngulo edipi- td formado por el nifio o la nifia, el padre y la madre), y ad- que no debe ser considerado cronolégicamente anterior al gulo sexual del Edipo. Como(Lacan})pone el acento en la es- ura y no en el punto genético. En-su concepcién intrapsiqui- intersubjetiva triangular, cada elemento jueda definido por lacion privilegiada qué sostiene con cada uno de los otros ens, pero a pigi por tarelacin de la que queda exclu Tsu parte, Kad ubraya que, a través de este esquema ima- rio, el sujeto organizard sus relaciones intersubjetivas, por in de objet su posicion. 143 Scanned with CamScanner 2, Sigmund Freud y e! comprejd !ralerno , Yo habia recibido a mi hermano varén yn alg menor (muerto de pocos meses) con malos deseo y genuinos celos infantiles, y desde su muerte ha quedzd, en mi el germen para hacerme reproches, S. Freud, Carta 79, En una carta a Wilhem Fliess del 3 de octubre de 1897, Freud sefiala que la muerte temprana de su hermano Julius a los nueve meses, cuando Sigmund tenia un afio y siete meses, marcé el ger- men de sus autorreproches; ademés, recuerda que sus relaciones con su sobrino John y su sobrina Pauline signaron sus vinculos ambivalentes con las amistades. Caro Wilhem: Todo me lleva a creer que yo habia recibido a mi herma- no vardn un afio menor (muerto de pocos meses) con ma- los deseos y genuinos celos infantiles, y que desde su muer- te ha quedado en mf el germen para hacerme reproches. También hace mucho tiempo que no tengo noticia de mi compafiero de fechorias entre 1-2 afios: es un sobrino un afio mayor, ahora en Manchester, que, cuando yo tenia 14 afios, nos visit6 en Viena. Con la sobrina un afio menor pa- rece que los dos a veces nos portdbamos cruelmente. Aho- ra bien, este sobrino y este hermano menor determinan lo neurdtico, pero también Io intenso en todas mis amista- des.(29) Es en La interpretacién de los suefios, donde Freud formula con mayor acuidad todavia este fragmento de comprensi6n analitica: Un amigo intimo y un enemigo odiado fueron siempre 144 Scanned with CamScanner requerimientos necesarios de mi vida afectiva; siempre crearme a ambos de nuevo, y no rara vez ese ideal in- antil se impuso hasta el punto de que amigo y enemigo incidieron en la misma persona —desde luego que ya no | mismo tiempo ni en una alternancia muchas veces repe- tida, como pudo suceder en aquellos tempranos afios de la infancia (pag. 487 [479}). Anzieu ha sefialado agudamente el aspecto narcisista de las jones de Freud con Fliess. Escribe: Freud se mira en Fliess, dos afios menor, como en un es- pejo. Representa para Freud un mentor... un testigo... un Censor... un colega... un gemelo... un doble idealizado de si mismo. Muchos de los aspectos de su relacién con Fliess podrian ser descritos en términos de transferencia fraterna. Asi, el ardiente deseo de que Fliess tuviese una hija en reemplazo de la hermanita muerta de éste, pareciera indi- car especularmente la persistencia en Freud de un deseo de reemplazo, de reparaci6n con respecto a su hermanito me- nor.(3) io esté ausente en las preocupaciones manifiestas que cono- de Freud, pero resulta evidente que los remordimientos y ntimientos latentes y manifiestos inherentes a su duelo ano, no elaborado, con su hermano muerto, se han resigni- en los conflictivos vinculos que sostuvo con los hermanos jguientes y con John, su sobrino mayor en un afio. John es para Sigmund una especie de hermano mayor. Quizé aquel que hubiese querido ser para Julio si hubiese so- brevivido; en todo caso, aquel que buscé en Flies, antes de querer serlo para sus discfpulos, sus primeros psicoanalistas. 145 Scanned with CamScanner En un escrito breve dedicado a S. Ferenczi en su 50 cumplea. fios, Freud pone de relieve la importancia que ha tenido la elabo. racion del complejo fraterno en su tarea entusiasta como transmi- sor del psicoanilisis. Ferenczi, hijo intermedio entre una numerosa serie de hermanos, tuvo que luchar en su interior con un fuerte com- plejo fraterno; bajo la influencia del andlisis, se convirtié en un intachable hermano mayor, un benévolo educador y promotor de jévenes talentosos.(37) Bank y Kahn sefialan que “para Freud, la angustia de la muerte ha encontrado en esta desaparicién precoz su escena primaria, trauma renovado en cada muerte producida en su entorno, reali- dad material elaborada por su material psiquico para corporizar la angustia de castigo suspendida sobre los deseos sexuales prohibi- dos, nticleo de esta identificacién con la victima y simulténeamen- te vivencia fantasmatica de su omnipotencia sobre el rival”.(4) Freud ocupaba la cima de un orden social familiar com- puesto por cinco hermanas menores y un hermano que te- nia diez afios menos que él: Ana, Rosa, Maria, Adolfina, Paula y Alexander. Quizé a causa del fracaso de su padre, Jacob Freud, en los negocios, y por su papel endeble den- tro del contexto familiar, Sigmund se convirtié en el herma- no que suplantaba al padre en relacién con los demas her- manos. Freud era el clasico hijo mayor dominante: cuando no lograba imponerse, trataba de eliminar o ignorar a sus contrincantes. Como era el mayor y el mas dotado (sabian que se trataba de un talento excepcional, y su madre Ama- lia solia lamarlo “mi Sigi de oro”), lo trataban con un res- peto que rayaba en la deferencia. Sus hermanas, inducidas porsu madre, p dieron a obedecerlo y a no in- terferir en su camino. 146 : Scanned with CamScanner und se consideraba superior a sus hermanos. Su experien- ellos en Ta infancia y en la adolescencia confirmaban sus ientos de que se puede dominar a los/as hermanos/as. Para |, eran una especie de incomodidad, personas a quienes de- lerarse o que le debian admiracién. la medida en que la familia reconocia los talentos particu- de Sigmund, se tomaron medidas excepcionales para evitar éste tuviera que asumir responsabilidades con sus hermanos ores. Su hermana Anna recuerda en forma ambivalente: Aunque estuviésemos hacinados, Sigmund contaba con una habitacién para él solo. Habia un salén, un comedor, tres dormitorios que compartiamos los demis, y un llamado gabinete, que estaba separado del resto de la casa. Este gabi- nete, largo y angosto, con una ventana sobre la calle, le fue asignado a Sigmund. Esta hermana recuerda que Freud se relacionaba mucho mas Nn amigos y compaferos intelectuales que con sus hermanos: En la adolescencia no compartia las comidas con noso- tros, sino que comia solo en una habitacién donde lefa sin cesar sus libros.” _ En algunas ocasiones tiranizaba a sus hermanos, mostrando a respecto ese sentimiento de privilegio y dominancia que suele caracterizar a los varones primogénitos. Su madre no intentaba evitar este comportamiento. Su hermana Anna prosigue con su re- cuerdo en forma reflexiva: “Cuando yo tenia ocho afios, mi ma- dre, que era musica, deseaba que estudiara piano. Comencé a practicarlo. Aunque la habitacién de Sigmund no se encontraba cerca del piano, el sonido lo perturbaba. Apelé a mi madre para 147 Scanned with CamScanner que sacara el piano, porque de lo contrario se marcharia de casa. El piano desaparecid, y con él la oportunidad de que las herma- nas hiciesen una carrera musical."(5) Para que una joven de la Viena de fines de siglo pasado fuese socialmente atractiva, tocar el piano constitufa casi una necesi- dad. Por fin, Anna recuerda: “En nuestra habitacién usébamos ve- las y Sigmund una ldmpara de aceite.” De este modo, Freud fue ungido por su madre, superé facil- mente a su pasivo padre y se colocé.a la cabeza del grupo frater- a n0, dentro del cual nadie podia cuestionar su dominacién y su es- tatus privilegiado. Segtin Ernest Jones(4) y Paul Roazen,(55) “Freud tena Ia necesidad de dominar a sus pares intelectuales. Su auto- cracia personal en el movimiento psicoanalitico surgia, natural- mente, del rol autocrdtico que habfa desempefiado con sus her- manos. Su hermano menor, tinico rival masculino, era su devoto seguidor, En este contexto, las disputas de Freud con sus colegas Alfred Adler y Karl G. Jung, la dominacién despiadada de uno de sus rivales potenciales, Victor Tausk, y su rechazo a comprometer- se intelectual o socialmente en tanto lider del movimiento psicoa- nalitico, se entienden mas como un reflejo de la dindmica frater- na que como reflejo de la relacién con sus padres.” Considero que la sobredeterminacién de los conflictos no re- sueltos de Freud con sus hermanos muertos y vivos ha ejercido miiltiples consecuencias, tanto en su vida personal como en su teorizacidn. Una de estas consecuencias es que algunos de los componen- tes de los complejos fraternos se desplazaron sobre el complejo paterno, recubriendo de este modo la culpa edipica con una cul- pa fraterna eludida, que Freud no pudo asumir ni, por lo tanto, elaborar. Al retornar esta culpa, desde lo reprimido y escindido, Freud permanecié como un Edipo-Cain errante y agazapado ante la in- minencia de una temida retaliacién de padre-hermanos. Esta ven- us | Scanned with CamScanner resultaba ejercida por la sentencia de un otro Inclerto y oml- , en castigo por haber materializado las fantasfas fratricidas: as de excomulgacidn y usurpacién con sus hermanos vivos, Ante ellos, Freud se posiciond, en connivencla con su madre, 10 el nico, incuestionado y excepcional hijo que no recono- el derecho de nacimiento y de triunfo de los otros, Rosolato se rroga: ";Acaso dehemos entender la insistencia de Freud so- el asesinato del padre como el medio de liberarse de una fan- fa ms desastrosa por su carga narcisistica y por la culpabilidad elaborada que acarrea?”"(57) jostengo que no es casualidad que en su Autobiografia (1935) ud slo mencione a sus padres, omitiendo a sus hermanos y manas, Y ademés que, siendo Freud tan versado en los cono- lentos biblicos y en la obra de Séfocles, no haya mencionado @ el primer crimen en el relato biblico no fue precisamente un rricidio sino un fratricidio y que, al estudiar las tragedias Edipo ‘ey y Edipo en Colona, tampoco se haya ocupado de Antigona, mene, Polinices y Etéocles, figuras todas envueltas en conflictos -fraternales. Propongo a continuacidn la siguiente hipdtesis: los componen- es reprimidos y escindidos del sobredeterminado complejo fra- mo en Freud operaron como un escotoma tedrico, no slo en su corpus conceptual, sino que también tuvieron efectos expansivos en los desarrollos posteriores del psicoandlisis. Tal vez este punto ciego se haya originado en la tendencia te6rica de continuar cen- trando y reduciendo compulsivamente toda la complejidad de la _ teoria psicoanalitica en derredor de! complejo de Edipo, y por un malentendido criterio de lealtad o fidelidad al padre del psicoa- nilisis.(45) Scanned with CamScanner 3. Cain y Abel: Una lectura psicoanalitica Asi de manera fie, Conté la historia hasta el fin, Es la historia de Cajy Que sigue matando a Abe], “Milonga de dos hermanos”(18) Consideraré el mito de Cain y Abel como un suefio del cual se pueden desentrafiar, a partir del contenido manifiesto, otros con- tenidos latentes reveladores de lo mas esencial de la condicién humana. Como todo mito, conforma una prodigiosa condensacién. No estd sujeto al desgaste de la temporalidad, ocurre en el presente de cada tiempo conservando su dramatismo joven. Su conocida historia es narrada en apenas diecisiete versiculos del cuarto ca- pitulo de Génesis. Es una de las mds breves y desoladoras que contiene la Biblia. Ha sido objeto de comentarios y estudios a lo largo de innume- rables generaciones, no sélo por las ensefianzas que brinda o la turbacién que produce, sino por los enigmas que encierra.(1) Este mito fundacional_de la dimensién trdgica del_homicidio convierte a Cain e er fratricida. Deberfamos ahora buscar lo que subyace en lo manifiesto y explorar cual seria la intencio- nalidad del deseo inconsciente que puso en movimiento el fatal desenlace. Concuerdo con Aguinis en que, si bien Cain no mata manifiestamente a Dios, mata al hombre que ha sido creado por él'a su imagen y semejanza. Desviando sobre el hermano Ja hos- tilidad'reprimida y rela ida én realidad con el abuso ejercido por él poder vertical, Cain es Tatentemente > un parricida y deicida activo y reactivo frente a la provocaci6n divina- 150 Scanned with CamScanner Considero que este mito devela, por un lado —a través del ca- ho _de Dios, expresado en su arbitraria eleccién de Abel—, ) de los conflictos més salientes del sistema narcisista parento- [Este conflicto se relaciona con una de las paradojas mas S- iciadas y a la vez cruciales de la inmortalidad’y la mortalidad, suele presentarse entre el padre y sus descen Nn gene- , pero que se acentda con el primogénito en particular. En efec- el_primogénito_viene.a_anunciar_al padre, por una parte, su tinuidad. Por lo tanto, asegura su inmortalidad. Pero, por otra , también anuncia la muerte de su progenitor y el nacimien- le una nueva generaci6n. Por otro lado, pone también al descubierto la crudeza cons- nte e inconsciente de una hostil relacién de dominio, proclive un desencadenamiento de resentimientos y remordimientos rrimos, propios de la particular dindmica narcisista entre los rmanos. Inmortalidad-mortalidad El punto mas espinoso del sistema narcisista, esa inmortalidad del yo, que la fuerza de la realidad asedia duramente, ha ganado su seguridad refugidndose en el nifio. = Freud, Introduccién del narcisismo (32) Feil ples el término 4Vatercomy =n -omplejo paterno, pa- una de las principales dimensiones _de! comple at “complejo de i i6n ambi e desde el hijo hacia el Seip hacia” (50) no viceversa. En lo que sigue trataré de demostrar que en la re- idn haciael | hijo también aparece la aires: Scanned with CamScanner En la narracidn mitica de Layo, encontramos que éste ll paternidad para generar un hijo, Edipo, para que opere comp 4 verdugo de sus antiguas faltas. Son sus propias culpas y neces des de castigo las que requieren ser redimidas por las manos 1k tricidas de su hijo, desde antes de que éste nazca. Recordemo, que “Layo, padre de Edipo, se enamor6 del joven Crisipo, hijo d, Pélope, incitando —asf por lo menos lo creen algunos— el amo, contranatura. Rapté al muchacho y fue maldecido por Pélope, « tal vez por la cdlera de Hera, no pudiendo escapar al ordculo que le predecfa que seria muerto por su hijo”.(39) Por lo tanto, podemos colegir que Edipo ya habia sido inscrito, previo a su nacimiento biolégico, en el proyecto identificatorio de la realidad psfquica de Layo, como su futuro potencial asesino, Caben entonces las siguientes preguntas. Es Edipo un victima- rio o bien una mera victima sometida a la necesidad del castigo destinado a su padre? Y Cain, al ser el primogénito, es decir, el pri- mer heredero que anuncia la muerte a la inmortalidad de su pro- genitor, sno sobrelleva una mayor ambivalencia y rivalidad por parte del padre? El primogénito st con los hermano: le manifestar, ademés, una singular rivalidad siguientes, los otros “intrusos”(49) qué, CO- s ominosos, intentan destronarlo. or suele reforzar con excesiva responsabilidad su topos identificatorio para resenar_con rece, Su feta Continuidad y fusién_con la identidad del progenitor paterno. In- tercepta asi a los hermanos subsiguientes las relaciones Cor’ las fi- guras parentales, para no ser cuestionado en su lugar exclusivo, como el supuesto tinico heredero y poseedor de los derechos ins- titucional izados de Tos bienes: el mayorazgo. Ademés, suele desviar sobre el hermano menor los efectos pro- venientes de la rivalidad edfpica, por los sentimientos ambivalen- tes ejercidos por el padre sddicamente sobre él, y viceversa. A es- ta situacién se le suman los sentimientos hostiles y libidinosos 152 a Scanned with CamScanner nientes de la rivalidad fraterna, derivados de la lucha fratri- en funcién del narcisismo.(6) este modo las tres estructuras, la narcisista, la fraterna y la ipica, imponen sus diferentes juegos de fuerzas entretejiendo 0s Nexos. | relato biblico de Cain y Abel representa el mito de la socia- cidn del hombre. El pasaje de la naturaleza sult la iedad se efecttia por el reconocimiento de la Ley. ta por el padre, admitida y recordada por los hermanos, inte- | sujeto en la continuidad de la cultura humana. ra Andacht, “el mito de Cain y Abel tiene como rasgo excep- nal el presentar un acto de violencia injustificada divina, en lu- ‘de un acto de ceguera humano, Emblematiza todo lo que de itrario e incomprensible tiene toda ley, toda norma o ‘trasvalo- in’”, El autor se interroga: “;Por qué el sacrificio de Abel es ado con buenos ojos y no el de Cain?” No hay explicacién ra- nal. El texto biblico no especifica que el don del primogénito ‘el peor. Pasado algtin tiempo, present6 Cain a Yahveh una ofren- da de los frutos de la tierra. Y también Abel dio su ofrenda de los primogénitos de su rebafio y de la grasa de los mis- mos (Génesis 4, 3-4). os dos dan lo suyo. El labriego da lo que de él se puede espe- 'y otro tanto (“también”) hace el pastor Abel. Todo hace pen- una equivalencia de los gestos. Victima en un mito es aquel n se le priva de algo. El primero en sufrir una carencia y esa Categoria es Cain; si hay un villano en el mito, éste es pues él transvalora positivamente al menor, a pesar de que motivo aparente para ello. Scanned with CamScanner dis bo Yahveh mir6 a Abel y su oftenda; pero no miré a Cain su ofrenda... (Génesis 4, 4-5), sia Wenn e 4. i sabe Sélo en segunda instancia, cuando Abel sea despojado de la yj. da (= término no-marcado dentro del par vida/muerte), pasa 4 ocupar Cafn aquel lugar de lo negativo; es decir, el papel del vi. llano. Si observamos bien, sin embargo, el despojo del primogé. nito es mayor atin que el de Abel. La ausencia de mirada de Dios deja a Cain sin reconocimien. to por partida doble. Esta sancidn positiva le ha sido prometida dos veces institucionalmente: primero, por ser el miembro social no-marcado, el que nacid primero, porque Eva dird de él “He ad- quirido un varén con Yahveh”, al atribuirle a Cain su pertenencia. Cai “entonces el in es entonces el que recibe el atributo de dos modos distintos, pero igualmente eficaces: por ser norma y por ser excepcidn. Por ocupar el sitio del primogénito y por su vinculo especial, extraor- dinario, con Dios. Su madre lo concibe como hijo de Dios, es de- ibuye ese significado especial, no extensible al menor. , “Cain goza de un doble auspicio: el cronoldgico tri- ismo primitivo y el ‘doble origen’ terreno_y.divino so- T la la biblia."(2) El nombre Gainproviene en hebreo del verbo Liknot, que sig- nifica: a prar. En Génesis 4,1 Eva exclama Caniti ish et adonai, que significa: “Adquiri un hijo con y por gracia del Sefior,” Cain es el primer humano que nace de una mujer, pero con el ti- po de acoplamiento de fuerzas divinas que genera la categoria de los héroes. Andacht(2) sostiene que la emocién violenta de Cain es conse- .cuencia de la provocacién generada por la injusticia divina, este mito reduce a claridad cémo la falta, glescesoylaar ari¢ ncién parental propician —ademas del influjo is— hermanos por el narcisismo la génesis y la repeticién de los fratricidios. 154 : Scanned with CamScanner arcaico conflicto parento-filial entre mortalidad e inmortali- fse devela también en Tos confli lue todos los patriarca Biblia han tenido con sus primogénitos y en sus fectos en fivalidades fraternas. Asi, Abraham abandona (0, e Isaac no bendice al primogénito Esau, y tampoco Ja- a Rubén. Este mitico conflicto parento-filial extiende sus in- ios sobre los vinculos entre los hermanos, generando en la rea- social —desde sus origenes y hasta nuestros dias— la com- [sin repetitiva de los enfrentamientos mas sangrientos entre las igiones y los pueblos. Resentimiento y remordimiento en el complejo fraterno(42) El eterno accedié a Abel y su ofrenda, mas a Cain y su ofrenda no presté atencién: esto le causé a Cain gran enojo y se le abatié el rostro (Génesis 4, 5-6). Los resentimientos y los remordimientos que surgen a partir de dindmica vincular entre los hermanos suelen ocupar un lugar de Televancia en algunos sujetos, que hasta pueden determinar, en in medida, el destino de sus vidas y de sus descendientes. Brusset sostiene que “los compromisos del vinculo fraterno son iferentes de aquellos que se originan en las relaciones con los dres, tanto sobre el plano objetal como sobre el plano narcisis- [..1. A menudo, los resultados son de una mayor crudeza pul- nal consciente, directamente asumida, egosint6nica en accio- y actitudes que pueden fijarse y generalizarse para constituir forma habitual de relacién con el otro”.(28) Los padres ocupan una posici6n particular para el sistema narci- a filial. Representan a los primeros herederos de fa traslacion del 185, Scanned with CamScanner narcisismo primario del hijo y se encuentran, por lo tants i | dos con todas ls perfeccinesinhereres ala omnipotent | ai. Son ademas los responsables y Geudores del resenido rex: sismo perdido pero siempre renaci , al cual se aspira a reer, y s@ constituyen en un mismo movimiento en los primeros hire que pueblan a su yo ideal y en las fuentes del resentimienio. — ‘Su Majestad el bebé inviste a los padres en la categoria de 5, Majestad los Reyes Magos: aquellos miti fo valioso que avaramente reparten sus dones de un modo de. ual entre los hijos, a cuentagotas, una sola vez por afio, ex yendolos a veces para siempre. Mientras tanto el otro, el hijo pre ferido, se convierte en un injusto hermano usurpador, pues mono- poliza las mejores condiciones del medio familiar, al aj del sector més valioso del proyecto identificatorio parental. Esta situacién desencadena sentimientos de rivalidad, de celos y de enividia; estructura que nos remite al relato biblico de José y sus hermanos. € instala, ademés, al hermano desposeido de una suti- ciente herencia de potencialidades necesarias para su realizacién como un individuo, en el lugar de un rencoroso ciudadano de se- gundo grado, al que injustamente le han sido cercenados los dere- chos y las posibilidades de desarrollo, por culpa del hijo elegido. Desde este indigno lugar, el hermano damnificado extrae un au- tolegalizado derecho a la represalia sobre el hermano beneficiado y ladrén, Este lugar le concede un incuestionable sentimiento de superioridad para punir y atormentar. A su vez, el hermano prefe- rido padece de sobresaltos de remordimientos, como consecuen- cia de los reproches y querellas proferidos por el hermano injuria- do en la realidad material, y por la escenificacién, en la realidad Psiquica, de sus propias fantasias furtivas, manifiestas 0 latentes. El contenido de estas fantasfas estaria dado por una escenifica- cién imaginaria singular, en la cual la afirmacién del si mismo es correlativa a la negacién (robo o muerte) del otro, con la consi- guiente angustia persecutoria por la retaliacién de padres y her- Scanned with CamScanner . Cada nacimiento, cada crecimiento, cada logro reactivan itablemente los remordimientos, porque se resignifican fanta- arricidas y furtivas (caracteristicas tanto del complejo de Edi- 10 del complejo fraterno). telaciones fraternas, sobre todo en los gemelos, ilustran la fica del amo y del esclavo de Hegel, en Ia cual un hermano riamente dominado por el otro, el dominante. Encontra- 5 una particular escenificacién imaginaria en los gemelos: la tasfa referida a la’ existencia de un solo espacio, de un solo po y de una posibilidad para dos. ‘Considero que esta dimensién sacrificial entre los gemelos es ja consecuencia de la estratificacién superpuesta de fantasias as y de simbiosis (de fusién y confusién, de adjudicaciones @ apropiaciones mutuas de roles y funciones), y opera a mane- de rafces que nutren los remordimientos y los resentimientos s virulentos, que suelen expresarse, por ejemplo, mediante la itacién extrema de toda competencia, de la rivalidad. Recorde- jos que el término “rivalidad” proviene del latin “rivalis” y signi- a tener derecho a la misma corriente de agua. Los remordimientos cercenan —en el més talentoso hermano | par especular y simbidtico— sus posibilidades de dicha y de olucién individual, por su necesidad de fracasar de forma par- al o total en sus triunfos. Esto ocurre debido a que sus logros, al aber una sola posibilidad para los dos, suelen ser vividos como ‘tealizacién alucinatoria del “homo hominis lupus”, con los jonsiguientes sentimientos de culpa y la puesta en acto de la ne- besidad de castigo. A su vez el otro, el gemelo postergado en sus ealizaciones individuales, contabiliza correlativamente sus re- entimientos, esperando vengarse del gemelo deudor, al que res- onsabiliza de sus fracasos. Asi, entre ambos, componen un tiempo circular tandtico que perturba la adquisicién de una identidad discriminada. ~ Las culpas edipica y fraterna suelen desencadenarse en los mo- cops epieny Scanned with CamScanner mentos de competencia y mantenimiento del éxito, situacio que propician el surgimiento de fantasfas de robo y de muerte. tas requieren ser elaboradas para evitar, dentro de lo posible, ef fracaso al triunfar. Considero importante distinguir las fantasfas de robo, acompa- fiadas de remordimientos por los logros obtenidos, que se desplie- gan en las dimensiones vertical (con los padres) y horizontal (con los hermanos). En el plano edfpico, estas fantasias se hacen ofr en un poema de Borges titulado “Remordimiento por cualquier muerte”. Todo se lo robamos, no le dejamos ni un color ni una silaba: aqui esta el patio que ya no comparten sus ojos, ahf la acera donde acecha su esperanza. Hasta lo que pensamos podria estarlo pensando él también, nos hemos repartido como ladrones el caudal de las noches y de los dias.(9) c) Ruptura y renovacién Con su capacidad de ruptura y renovacion,(8) Gorges quebran- t6 de un modo elocuente las certezas de las creencias transmiti- das por las sagradas escrituras que consideraban a Cain como al primer victimario y a Abel como la inocente victima pasiva. Asi, cuestiona, en “Génesis IV, 8”, “Leyenda” y “Juan Lopez y John Ward”, quién ha sido en realidad —si el elegido o eb exclui- i iedra do de la mirada de Dios— el que tiré por vez primera la pi ‘generadora def primer crimen de la humanidad. eradora get primer cin Ademés, relativiza la certeza de la presencia exclusiva de un solo Cain o de un solo Abel en el alma humana. Sugiere, en cam- 158 Scanned with CamScanner un victimario y una victima moran_en diferentes grados | diversas aleaciones dentro.de.cada-sujeto:-"Ya-no.sési_fui Fue en el primer desierto. Dos brazos arrojaron una gran piedra. No hubo un grito. Hubo sangre. _ Hubo por vez primera la muerte. Ya no recuerdo si fui Abel o Cain.(24) in “Leyenda”, el poeta presenta una versidn diferente acerca § resentimientos y remordimientos entre Cain y Abel. Desta- | nexo fntimo que se establece entre el olvido y el perdén, y el remordimiento y la culpa. El desenlace difiere del relato ico. Abel y Cain se encontraron después de la muerte de Abel. Caminaban por el desierto y se reconocieron desde lejos, porque los dos eran muy altos. Los hermanos se sen- taron en la tierra, hicieron un fuego y comieron. Guardaban silencio, a la manera de la gente cansada cuando declina el dia. En el cielo asomaba alguna estrella, que atin no habia recibido su nombre. A la luz de las llamas, Cain advirtié en la frente de Abel la marca de la piedra y dejé caer el pan -que estaba por Ilevarse a la boca y pidié que le fuera per- donado su crimen. 159 Scanned with CamScanner Abel contesté: —jTd me has matado 0 yo te he matado? Ya no recues. do; aquf estamos juntos como antes. —Ahora sé que en verdad me has perdonado —dijo Cain—, porque olvidar es perdonar. Yo trataré también de olvidar. Abel dijo despacio: —Asf es. Mientras dura el remordimiento dura Ia cul- pa.(20) Este texto describe las fronteras imprecisas del sentimiento yoi. co entre hermanos, los desdoblamientos narcisistas, la culpa frz- terna y el remordimiento de Abel por haber sido el “elegido”. Ese “extrafio privilegio” que suele tener tanta gravitacion y puede lle- gar a marcar el destino de las personas, las religiones y los pue- blos. Privilegios y tormentos que disfrutan y a la vez padecen el hijo elegido y el pueblo elegido. Borges d denuncia en “Juan Lépez y John Ward”, texto escrito después de la guerra de las Malvinas, el poder despético ejercido por los gobiernos para obstaculizar el d pliegue de la confrater- nidad entre los pueblos y para auspiciar, .en.cambio, el pasaje al acto de fantasfas filicidas y fratricidas. Juan Lépez y John Ward Les tocé en suerte una época extrafia. El planeta habia sido parcelado en distintos patses, cada uno provisto de lealtades, de queridas memorias, de un pa- sado sin duda heroico, de derechos, de agravios, de una mi- tologia peculiar, de proceres de bronce, de aniversarios, de demagogos y de simbolos. Esa division, cara a los cart6gra- fos, auspiciaba las guerras. 160 Scanned with CamScanner _ L6pez habia nacido en la ciudad junto al rio inmévil; Ward, en las afueras de la ciudad por la que caminé Father Brown. Habia estudiado castellano para leer el Quijote. Ef otro profesaba el amor de Conrad, que'le habia sido revela- do en un aula de la calle Viamonte. Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Cain, y cada uno, Abel. Los enterraron juntos. La nieve y la corrupcién los cono- cen. El hecho que refiero pasé en un tiempo que no podemos _ entender.(26) % este texto podemos colegir los diversos nexos que se entre- n entre las tres estructuras: narcisistica, edipica y fraterna. nel afio 1916, Freud escribié, en Algunos tipos de caracter di- idados por el trabajo psicoanalitico, el apartado “Las excepcio- " referido a un personaje de Shakespeare, Ricardo Ill. Este re- Ita un modelo paradigmatico para ilustrar al sujeto resentido, satisface su sed de venganzas aparentemente sin culpa, y con goce narcisista extraordinariamente elevado. De_ese_modo, id sefiala que Ricardo III, quien encarna a su Majestad el Ren- diferentes grados, en la realidad-psiquica-de-ea- El creador debe ingeniérselas para suscitar en nosotros un secreto trasfondo de simpatfa por su héroe, si es que he- mos de sentar sobre nuestro interior la admiraci6n por su 161 Scanned with CamScanner osadia y habilidad, y semejante simpatia s6lo puede estar formada en la comprensién, en el sentimiento de una posi- ble comunidad interior con é1.(33) En “La intrusa”, Borges logra suscitar en el lector una particular satisfaccién, porque se cumplen en este cuento una serie de fanta- sfas secretas y reprimidas que subyacen en el alma humana; el in- cesto materno, el matricidio, la desmentida de la presencia del pa- dre y de los origenes, la rivalidad fraterna y la homosexualidad. El complejo fraterno opera en general, a ademés de su propia funcién estructurante en la organizacion | psiq ica, COMO UN cami- no real para la elaboracién y la superaci6n de las dinamicas nar- cisista y edipica. Pero en el cuento “La intrusa” ejerce una direc- ci6n opuesta. Funciona defensivamente, a través de la conjure- cién entre los hermanos, para desmentir la presencia de la mujer y refugiarse en un universo fraterno supuestamente despojado de conflictos con respecto al Edipo. Rodriguez Monegal sefiala, en una nota dedicada a “La intru- sa”, que “este cuento marca el retorno de Borges a la narrativa, después de un largo perfodo en que, debido a la creciente cegue- ta, no podia escribir, y tuvo que aprender a dictar. El cuento fue transcrito por la madre. A pesar de que ella rechazaba instintiva- mente el argumento (se basa en una variante de la vieja conviccién gauchesca de que las mujeres no valen nada y de que en la pam- pa un compaiiero es el ser mds importante del mundo), la madre facilité a Borges la diltima linea, lapidaria, del didlogo. La historia se basa en un suceso real. Borges cambié un poco el tiempo y el lugar para hacerla ms remota y primitiva; para evitar toda insinua- cién de homosexualidad, hizo de los protagonistas hermanos. (Tal vez, involuntariamente, slo agregé la sospecha de incesto.) El epi- grafe sélo indica (y con algdn error) la alusién biblica. Se trata de un pasaje de Il Samuel 1, 26 (y no de Reyes, como indica Borges) en que se menciona el amor de David por Jonathan: 162 Scanned with CamScanner jAngustiado estoy por ti, oh hermano mio, Jonathan! Muy dulce has sido para conmigo; maravilloso fue tu amor hacia mi. sobrepujando el amor de las mujeres” (56) ges narra la historia de los hermanos Nilsen, dos criollos defendian su soledad. Eran altos, de melena rojiza. Tenian fa- le avaros, salvo cuando la bebida y el juego los volvian gene- . De sus padres nada se sabia, ni siquiera de donde habian ido. Fueron.muy unidos. “Malquistarse con uno era contar con dos igos.” Cristién, el hermano mayor, llev6 a_vivir« ja Burgos, que era para él una “cosa” de tez morena y ojos ras- Es verdad que ganaba asi una sirvienta, pero no es me- nos cierto que la colm6 de horrendas baratijas y que la lu- cia en las fiestas. En las pobres fiestas de conventillo, don- de la quebrada y el corte estaban prohibidos y donde se bailaba, todavia con mucha luz. En un barrio modesto, don- de el trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal parecida. Eduardo los acompafiaba al principio. Después empren- did un viaje a Arrecifes por no sé qué negocio; a su vuelta Mevé a la casa chacha, que habia levantado por el camino, y a los pocos dias la eché. Se hizo mas hosco; se emborrachaba solo en el almacén y no se daba con nadie. Estaba enamorado de la mujer dé Cristian. ET barrio, que tal vez lo supo antes que él, previé con alevosa alegria la riva- Tidad latente entre los hermanos. — Una noche, al volver tarde de la esquina, Eduardo vio el oscuro de Cristién atado al palenque. En el patio, el mayor estaba esperdndolo con sus mejores pilchas. La mujer iba y venia con el mate en la mano. Cristian le dijo a Eduardo: 163 Scanned with CamScanner —Yo me voy a una farra en lo de Farias. Ahi la tenés alg Juliana, si la querés, usala. ae El tono era entre mandén y cordial. Eduardo se qued6 un tiempo mirdndolo; no sabia qué hacer. Cristian se levant6, se despidié de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa, “mont6 a caballo y se fue al trote, sin apuro. Desde aquella noche la compartieron. Nadie sabré los pormenores de esa sdrdida unién, que ultrajaba las decen- cias del arrabal. El arreglo anduvo bien por una semanas, pero no podia durar. Entre ellos, los hermanos no pronun- ciaban el nombre de Juliana, ni siquiera para llamarla, pero buscaban, y encontraban, razones para no_estar de acuer- do. Discutian la venta de unos cueros, pero lo que discutian era otra cosa. Cristién solia alzar la voz y Eduardo se calla- ba. Sin saberlo, estaban celdndose. En el duro suburbio, un hombre no decia, ni se decia, que una mujer pudiera im- portarle, més alld del deseo y la posesi6n, pero los dos es- taban enamorados. Esto, de algtin modo, los humillaba. [...] La mujer atendia_a los dos con sumisién_bestial, pero no podia ocultar alguna preferencia por el menor, que no ha- bia rechazado la participacion, pero que no la habia dis- puesto. Un dia, le mandaron a la Juliana que sacara dos sillas al primer patio y que no apareciera por ahi, porque tenfan que hablar. Ella esperaba un dia largo y se acost6 a dormir la siesta, pero al rato la recordaron. Le hicieron llenar una bol- sa con todo lo que tenia, sin olvidar el rosario de vidrio y la crucecita que le habia dejado su madre. Sin explicarle na- da la subieron a la carreta y emprendieron un silencioso y tedioso viaje. Habja llovido; los caminos estaban muy pe- sados y serfan las cinco de la mafiana cuando Ilegaron a Morén. Ahi la vendieron a la patrona del prostibulo. El tra- to ya estaba hecho. Cristidn cobré la suma y la dividi6 des- pués con el otro. Pero esta solucién no resulté. Ambos visitaban el prostibulo. Scanned with CamScanner por la misma mujer. antes de fin de afio el menor dijo que tenia que ha- {a capital. Cristidn se fue a Mordn; en el palenque de que sabemos reconocid al overo de Eduardo. Entré: estaba el otro, esperando turno. Parece que Cristidn je seguir asi, los vamos a cansar a los pingos. Mas va- la tengamos a mano. jabl6 con Ia patrona, sacé unas monedas del tirador y la llevaron. La Juliana iba con Cristian; Eduardo espoled 0 para no verlos. Volvieron a lo que ya se ha dicho. La infame solucién bia fracasado; los dos habfan cedido a la tentacién de ha- trampa. Cain andaba por ahi, pero el carifio entre los jelsen era muy grande —jquién sabe qué rigores y qué pe- s habfan compartido!— y prefirieron desahogar su speracién con ajenos. Con un desconocido, con los pe- con la Juliana, que habia traido la discordia. trema servidumbre. Orillaron un pajonal; Cristidn tiro el cigarro que habia cendido y dijo sin apuro: —A trabajar, hermano. Después nos ayudardn los caran- 10s. Hoy.la maté. Que se quede ahi con sus pilchas. Ya no ard mas perjuicios. Se abrazaron, casi llorando. Ahora los ataba otro vinculo: mujer tr acrificada y la obligacién de olvidara. 165 compartian reiteradamente sentimientos y deseos se- i4n-Cain,_el-no.elegido, en lugar de matar, como en el re- lico, a Eduardo-Abel, descargé su hostilidad con la. mujer— rimer objeto de amor todops leroso,.del.cual_dependia. Scanned with CamScanner Este cuento finaliza con el sactificio de la inteuss, conse, nacion; porque s su presencia quebrantaba, a partir de la fascins. cién especilar entre los hermanos, la ilusion de mantener un oe. tema de autosuficiencia narcisi ~ ~ Braier sostiene que “las tempranas injurias ocasionadas por <2. rencias, sobre todo maternas, suelen reforzar el vinculo iretemnn, con el que se intenta desmentir y compensar el desamparo. Cor. figuran, entre ambos, un sistema defensivo estructurante con urz ilusién de completud que los redima de la falla estructural” (27) A propésito de sujetos con vivencias de desvalimiento o de- samparo, sefiala A. Lichtmann: “La caracteristica comin subyz- cente es un estado de regresién fusional y extrema dependencz del objeto.”(51) Cristién padecia de intensos afectos hostiles, surgidos por la iras- traci6n con la mujer y con su hermano. Estos aspectos tan prima- rios y escindidos generaban un pertinaz resentimiento inconscien- te que se expresa en la puesta en acto del castigo y de la huida. El resentimiento y el remordimiento se asemejan, en la realidad psiquica, a una carcel, que condena al sujeto a permanecer dete- nido en una danza macabra sadomasoquista. Cercena la libertad y “siembra cardos en el jardin del alma”, como dice Oscar Wilde. Como lo hemos visto, Borges sefiala, en “Leyenda”,(20) que mientras dura el remordimiento.dura_la memoria de la culpa; en el poema intitulado “1964” agrega que “no basta ser valiente / pa- ra aprender el arte del olvido(16) Concuerdo con el poeta en que el olvido no depende de un ac- to voluntario de valentia. Guarda, en en cambio, un nexo intimo con la capacidad para duelarlo perdido ¢ irrecuperable. Pero el intrin- ne proceso inconsciente del duelo depende, dentro “de una multiplicidad de fact ualidad de los afectos que inter- vienen en la posibilidad ‘der tesignar a Sa aba pars Sheer el para efectuar el Pasaje aje hacia otr otros objetos. A‘ Asi, la a presencia de una intensa ambi- “valencia de amor y odio puede Hlegar a interferir en él proceso del Scanned with CamScanner 166 lo; pero, cuando el odio es reemplazado por el resentimiento, lar. liza ef proceso del di [resentimiento y el remordimiento guardan una relacién par- ilar con las tres dimensiones del tiempo y nos permiten dife- fa repeticidn de lo malo y da paso a una nueva construccién. En cambio, la repeticién en la memoria del rencor ceinstala — lsién de muerte mediante— la compulsién repetitiva y hasta.in- Ciable del poder vengativo. EI sujeto rencoroso (resentido y re- ordido) és un _mnemonista_implacable ("Funes el_memorio- ).(10) Se halla_poseido_por_reminiscencias_vindicativas. No lede perdonar ni perdonarse. La vivencia del tiempo sostenido por el poder del rencor es el imiar permanente e indigesto de una afrenta que no cesa, expre- 6n de un duelo que no logra elaborarse, no sdlo en el propio su- 0 y en la dindmica intersubjetiva, sino a nivel de venganzas ta- 6nicas que pueden llegar a perpetuarse a través de las generacio- ;, sellando un inexorable destino en la memoria colectiva. Los resentimientos y los remordimientos conscientes e incons- entes, suscitados por el narcisismo de las diferencias entre las eligiones, los pueblos y las naciones, han originado devastadoras secuencias por el repetitivo resurgimiento de un poder fanati- que ha irrumpido con ferocidad a lo largo de la historia de la anidad, como consecuencia de la recurrente activacién del oder de estos afectos.(47) 167 Scanned with CamScanner

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