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Estrategia de Aprendizaje Colaborativo Basado en Desafíos
Estrategia de Aprendizaje Colaborativo Basado en Desafíos
Estrategia de
aprendizaje colaborativo
basado en desafíos
Enero de 2019
INTRODUCCIÓN ___________________________________________________________ 4
3.1 Generación______________________________________________________________________ 13
5 REFERENCIAS _________________________________________________________ 23
6 ANEXOS _____________________________________________________________ 25
2
6.1 Marco conceptual ________________________________________________________________ 25
3
Introducción
¿Cuáles son las oportunidades del aprendizaje colaborativo basado en desafíos para Duoc UC?
La incorporación de esta estrategia en Duoc UC permite fortalecer:
el desarrollo de la autonomía de los estudiantes;
el trabajo colaborativo y cooperativo de los estudiantes y los docentes;
el desarrollo de competencias de especialidad y de empleabilidad de manera integrada;
la atención de los diferentes ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes;
el aprendizaje activo, significativo y contextualizado;
la transferencia al mundo laboral de las competencias del perfil de egreso;
el aprendizaje en diferentes modalidades y ambientes de aprendizaje;
los procesos de evaluación para el aprendizaje y la capacidad de reflexión.
6
2 Conceptualización y principios orientadores
En Duoc UC, el aprendizaje colaborativo basado en desafíos permite que los estudiantes
desarrollen competencias específicas y de empleabilidad que potencian tanto su autonomía
como el perfil de egreso.
La estrategia les exige reflexionar sobre su aprendizaje y el impacto que tienen las soluciones
específicas que logran desarrollar gracias a la facilitación y guía de los docentes.
Los estudiantes trabajan con los docentes en problemáticas inspiradas en el mundo laboral
y/o social para generar aprendizajes de los temas que están abordando en sus programas de
estudios, de manera que el propio desafío desencadena la producción integrada de nuevo
conocimiento, habilidades y actitudes.
Por su robustez y versatilidad, el aprendizaje colaborativo basado en desafíos puede utilizarse
como estrategia de un programa de estudios o como técnica en acciones formativas más
acotadas. Asimismo, puede implementarse en los diferentes contextos de aprendizaje:
curricular, cocurricular y extracurricular.
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el desarrollo de ideas, la construcción de propuestas así como instancias de reflexión y
retroalimentación, favorece la implementación de los diferentes ámbitos de la estrategia.
Estos espacios flexibles deben contar con diferentes áreas (Tknika, 2015), de acuerdo a las
diferentes fases y etapas de los desafíos:
analítica
informativa
constructiva
ejecutiva
creativa
lúdica
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3 Fases y etapas de los desafíos
1
Fases elaboradas para Duoc UC a través del análisis de los Modelos de Tknika, Apple y Tecnológico de Monterrey.
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El siguiente diagrama representa las cuatro fases y las trece etapas de los desafíos:
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Las fases del desafío son:
3.1 Generación
Fase inicial en que se prepararan las condiciones y el clima de trabajo para abordar el desafío.
Comienza con la activación del equipo y finaliza con la organización de la información.
1. Activar el equipo
En esta etapa se configuran los equipos, se establecen los roles y se define o revisa el
compromiso de aprendizaje colectivo a través del contrato de equipo2.
La facilitación del docente es fundamental para movilizar el proceso de activación del
equipo y generar confianza entre los diferentes participantes.
2. Plantear el desafío
En esta etapa se presenta el desafío, el cual debe ser difuso3 para permitir que existan
diferentes maneras de solucionarlo. Los desafíos cuentan con niveles distintos de
complejidad según los aprendizajes que pretenden lograr (Tecnológico de Monterrey,
Centro virtual de técnicas didácticas, 2010) y la presentación puede ser realizada a
través de diferentes medios (videos, textos, empleadores, etc.) (Tknika, 2016).
4. Establecer parámetros
En esta etapa se definen los parámetros, es decir, la información relativa a todo lo que
no sabe y lo que debe saber el estudiante en relación con el desafío. Para ello, existen
2
Recurso que se utiliza con cada equipo, donde se establecen los roles, se acuerda cómo se resolverán las diferencias y
problemáticas que puedan surgir en el desarrollo del desafío, y se explicitan las responsabilidades del trabajo en equipo y
las fechas comprometidas para las actividades, entre otros aspectos.
3
Difuso quiere decir que no entrega toda la información para ser resuelto, sino diferentes alternativas para ser
abordado.
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preguntas orientadoras, y el trabajo se realiza primero desde lo individual y luego
desde lo colectivo.
Es fundamental que los docentes vayan verificando que en las preguntas orientadoras
que generan los estudiantes surjan los aprendizajes esperados. En el caso contrario,
deberán formular preguntas catalizadoras y guías para el proceso, pero manteniendo
la autonomía de los estudiantes para que puedan desarrollar su propia reflexión.
3.2 Ideación
Fase en que se generan las ideas para resolver el desafío. Empieza con la generación de
alternativas individuales y finaliza con la selección de la propuesta que desarrollará el equipo.
6. Generar alternativas
Luego del proceso de análisis de la información de la etapa anterior, los estudiantes
deben generar una serie de alternativas de solución de manera individual, para
promover que la solución del equipo cuente con diferentes miradas, sea creativa y
permita abordar el desafío de mejor manera.
7. Presentar propuestas
Las alternativas desarrolladas de manera individual son presentadas al equipo para ser
coevaluadas. Es relevante que se identifiquen de manera conjunta las fortalezas y
debilidades que presentan las diferentes alternativas para evaluarlas de manera global.
En esta etapa, la evaluación se realiza a través de la retroalimentación, cuando el
equipo presenta a otros pares y docentes su propuesta de solución.
8. Seleccionar la propuesta
En esta etapa los estudiantes seleccionan la alternativa con la cual trabajarán. Es
relevante destacar que esta alternativa puede ser una de las que presentaron los
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miembros del equipo, la fusión de algunas de estas o bien una completamente
diferente, que hayan generado de manera conjunta.
3.3 Desarrollo
9. Planificar acciones
En esta etapa los estudiantes deben planificar la ejecución del proyecto, para comenzar
a desarrollar las actividades. La planificación debe ser guiada y retroalimentada por los
docentes.
3.4 Cierre
Fase final del desafío que contempla la evaluación del aprendizaje y el logro de las
competencias abordadas. Termina con una reflexión que permite identificar fortalezas y
oportunidades de mejora del proceso de aprendizaje de los estudiantes.
12. Evaluar
Aunque la evaluación para el aprendizaje se debe dar a lo largo de todo el proceso,
en esta etapa, cada equipo debe evaluar el producto concreto que realizó sobre la
base de la rúbrica (entregada o coconstruida en la etapa de conexión con el desafío)
y presentarlo a los docentes y otros equipos de pares.
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Se debe procurar que, además de considerar la rúbrica formal de evaluación del
desafío, el equipo reflexione respecto del logro alcanzado según los acuerdos
establecidos al momento de activar los equipos.
Pueden existir instancias de evaluación establecidas a lo largo del proceso, donde los
estudiantes generen evidencias de su aprendizaje que alimenten la reflexión tanto
sobre el logro de los compromisos del equipo como de su motivación personal
respecto de su identidad profesional.
13. Reflexionar
Si bien el proceso de reflexión debe ser continuo durante el desafío, es relevante que
los equipos y los docentes tengan un espacio final para reflexionar sobre la
experiencia, los aprendizajes logrados y las posibles mejoras al proceso.
Es relevante destacar que, a lo largo de las diferentes fases y etapas de un desafío,
los docentes deben ir entregando retroalimentación significativa a los estudiantes,
así como facilitando instancias de auto y coevaluación que guíen hacia la reflexión
personal y/o grupal respecto del proceso formativo a través de diferentes actividades
o técnicas.
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4 Componentes centrales para el diseño y la implementación de la
estrategia de aprendizaje colaborativo basado en desafíos
La estructuración de los desafíos debe ser flexible, es decir, debe permitir que se desarrollen
diferentes tipos de desafíos sobre la base de la progresión académica y el nivel de madurez
de los estudiantes.
Para facilitar que los estudiantes desarrollen herramientas que les permitan enfrentar los
desafíos, los programas de estudios que tengan a la base esta estrategia deben contar con
un desafío 0. Se trata de un desafío inicial, cuyo objetivo es facilitar la adopción de la
estrategia y desarrollar las capacidades transversales y/o de empleabilidad que requerirán los
estudiantes para realizar su programa de estudios, tales como el trabajo en equipo y la
resolución de problemas.
Tanto en su diseño como en su implementación, los desafíos deben plantear actividades que
lleven a los estudiantes a tener conciencia de la o las competencias que están desarrollando
y que sean acordes con las competencias y los aprendizajes planteados para facilitar su
desarrollo. Para ello, se debe considerar que no todos los desafíos tienen el mismo grado de
complejidad, pues integran aprendizajes abordables en acciones más simples o más
estructuradas dependiendo de lo que se requiera.
Asimismo, los desafíos no necesariamente permean todo el programa de estudios, por lo
que coexisten con acciones formativas que utilizan técnicas didácticas distintas de acuerdo
con los aprendizajes que se espera desarrollar.
Un tema fundamental para el diseño es la vinculación que existe entre los desafíos y las
demandas del mundo laboral y social. Por ello, si bien no todos los desafíos deben ser
trabajados en conjunto con el mundo laboral, sí tienen que reflejar las demandas a las que
se verán enfrentados los futuros profesionales.
Como se mencionó anteriormente, la evaluación es central en este tipo de estrategias. Por
ello, los desafíos deben disponer de herramientas de evaluación para el aprendizaje que
favorezcan tanto los procesos de retroalimentación como los de reflexión.
Asimismo, en el proceso de diseño se debe contemplar el tiempo que destinarán los
docentes y los estudiantes a los procesos de coevaluación y autoevaluación, con el objeto de
favorecer la reflexión sobre el logro de las competencias trabajadas en los desafíos.
Para facilitar los procesos de evaluación para y del aprendizaje, tanto de los docentes como
de los estudiantes, se requiere un sistema o plataforma que permita llevar a cabo la
retroalimentación, desde miradas de co y heteroevaluación hasta reflexiones propias sobre el
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modelo de trabajo colaborativo, además de optimizar y fortalecer el proceso de portafolio en
pos del desarrollo de la identidad profesional de los estudiantes.
Si bien los desafíos deben ser diseñados por el equipo central de diseño instruccional junto
con los docentes vinculados al módulo, posteriormente, deben ir retroalimentándose y
nutriéndose desde la experiencia de aplicación. Asimismo, para implementarlos de manera
flexible, deben ir diseñándose nuevos desafíos. Por ello, se debe contar con un repositorio
digital de desafíos por carrera o módulo (que incluya la definición del desafío, su descripción
para la implementación y los resultados obtenidos). Esta información permitirá motivar a los
docentes para que sean más autónomos y capaces de autogestión al momento de definir el
mejor desafío dependiendo del perfil de sus estudiantes.
Para el diseño y la implementación de los desafíos se requieren equipos de trabajo4 con una
fuerte orientación a los resultados y comprometidos con la estrategia. La necesidad del
trabajo colaborativo no solo se ve reflejada en la implementación del proceso de enseñanza
y aprendizaje, sino a lo largo de todo el programa de estudios.
Esta estrategia debe ser implementada de manera paulatina. Por ello, se requerirá el rol del
coordinador de aprendizaje, que estará a cargo de coordinar y controlar el diseño y la
implementación mientras la estrategia comienza a permear la institución y se instala
finalmente dentro de la operación. Este coordinador debe tener la capacidad de controlar el
proceso de implementación y facilitarlo desde el diseño de los desafíos hasta su desarrollo
en los diferentes ambientes de aprendizaje.
Las unidades académicas y los equipos de diseño curricular e instruccional deben trabajar
colaborativamente en esta etapa, dado que los desafíos pueden establecer modificaciones
curriculares o bien definir la estructura de una malla. Es por ello que, desde el análisis del
mapa de transferencia empresa hasta la configuración de los desafíos y módulos
correspondientes en el mapa de transferencia académico, el trabajo colaborativo es
fundamental para el diseño del programa (véase anexo 2). También es esencial el rol del jefe
4
Tanto los equipos de diseño (curricular e instruccional) como los de implementación, sobre todo, los equipos docentes
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de proyecto para resguardar la disciplina, el avance de los tiempos y la coordinación con el
medio y otras áreas.
Todas las personas que estén vinculadas a la etapa de diseño deben contar con la inducción
apropiada para enfrentar el proceso (véase anexo 2).
Es relevante que los equipos centrales de diseño instruccional, las unidades académicas y los
equipos docentes trabajen junto con otras áreas de la institución relacionadas (tanto del
diseño como de la implementación) para visualizar y resolver los temas de manera anticipada
y favorecer el proceso de implementación.
Asimismo, en el proceso de diseño, es crucial el trabajo que se realiza con los docentes, pues
ellos deben establecer los desafíos a partir de su experiencia, acompañados
metodológicamente por un asesor. Dado que los desafíos deben estar vinculados con las
demandas del mundo laboral y/o social, es relevante que los docentes tengan una
vinculación activa con el medio, para que puedan transferir estas exigencias, ya sea desde la
práctica laboral o desde la investigación aplicada. De otro modo, será necesario buscar a otro
informante clave que esté más vinculado con la industria para establecer qué desafíos se
pueden estructurar o desarrollar.
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Para optimizar el trabajo en colaboración, se debe fomentar la creación de comunidades de
aprendizaje multidisciplinarias que faciliten el desarrollo de herramientas entre los docentes
que implementen esta estrategia.
Otro rol relevante es el de los estudiantes, pues el proceso de enseñanza y aprendizaje está
centrado en ellos y, por ende, requiere de su autogestión para alcanzar el aprendizaje
establecido. Sin embargo, para avanzar en los desafíos también es necesario el trabajo en
equipo y la facilitación de él o los docentes, a través de la retroalimentación oportuna,
permanente y significativa.
En el mismo equipo de estudiantes que desarrollará el desafío, existen roles que facilitan y
estructuran el trabajo. Es relevante que los integrantes conozcan los roles que pueden
desempeñar, lo cual dependerá tanto de la complejidad del desafío como de sus propias
características. Los roles pueden ir cambiando durante el proceso, a medida que los niveles
de madurez de los equipos y los intereses de los estudiantes se modifican y los llevan a querer
explorar otras responsabilidades (Apple Inc., 2010).
Los roles que pueden adoptar los estudiantes son variados y pueden cambiar. A
continuación, se presentan algunos de ellos (Apple Inc., 2010):
Coordinador: encargado de coordinar el proceso y ver los estados de avance de
acuerdo con los tiempos establecidos.
Documentador del desafío: encargado del proceso de documentación del desafío a
través de textos, audios y videos.
Encargado de producto: responsable de que los entregables finales cumplan con los
criterios definidos, incluidas presentaciones, materiales impresos, productos web,
videos, etc.
Encargado de acciones guía: responsable de guiar las preguntas orientadoras y dirigir
al equipo para que defina las actividades y los recursos necesarios para responderlas.
Encargado de recursos: responsable de poner a disposición del equipo los recursos
necesarios para desarrollar el desafío.
Desarrolladores: responsables de ejecutar la solución seleccionada. Este rol puede ser
adoptado por algunos o por todos los integrantes del equipo en ciertas etapas del
proceso.
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4.3 Requerimientos de implementación del proceso
de enseñanza y aprendizaje
Así como los roles varían en este tipo de estrategia, hay otros componentes que deben darse
para que el desarrollo del proceso de enseñanza y aprendizaje se realice de manera exitosa.
El primer aspecto es que los estudiantes deben ir preparados de la mejor manera para
enfrentar los desafíos, por lo que es primordial que estén al tanto de que su programa de
estudios o actividad formativa se basa en esta estrategia y conozcan sus características e
implicancias.
Para ello, es fundamental que la malla de formación explicite que cuenta con un formato de
aprendizaje colaborativo basado en desafíos en los diferentes medios que utiliza para su
difusión. Asimismo, durante la admisión y la semana cero, los estudiantes deben recibir
información relativa a la experiencia que vivirán en los programas de formación diseñados
según esta estrategia metodológica.
Este tipo de estrategias se potencian y facilitan en espacios flexibles de aprendizaje. Por esta
razón, es indispensable que el ambiente de aprendizaje sea el adecuado. En este caso, se
deben considerar ambientes de aprendizaje (físicos o virtuales) que sean flexibles y
adaptables a las necesidades de los estudiantes y a las características de los desafíos.
Además, se deben considerar los recursos necesarios para que los estudiantes puedan
ejecutar las alternativas de solución que seleccionaron. Hay que facilitar el acceso a espacios
para realizar prototipados, en caso de ser necesario, o bien otro tipo de recursos que se
identifiquen como claves para desarrollar el desafío.
Para favorecer la acción de los equipos docentes autogestionados, la implementación debe
considerar la programación de dos o más docentes por asignatura o módulo que incorpore
la estrategia ACBD, según indique el programa instruccional.
Finalmente, para desarrollarse de forma adecuada, esta estrategia requiere que la cantidad
de estudiantes por aula permita realizar coevaluaciones, tanto dentro de los equipos como
entre ellos (en caso de ser necesario), y llevar a cabo instancias de retroalimentación efectiva
de cada uno por parte de los docentes. Para ello, se sugiere considerar secciones de treinta
alumnos, para favorecer la retroalimentación.
22
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24
6 Anexos
Anexo 1
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conjunto y efectivo en pos de un objetivo
común y el docente tenga el rol de un tutor
que cataliza el proceso. De acuerdo con
Johnson y Johnson, el esfuerzo colaborativo
existe cuando hay interdependencia positiva
entre los logros de los alumnos (Johnson &
Johnson, 1999).
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Los grupos de discusión: son debates abiertos donde la responsabilidad recae en el
docente y/o el alumno. Hay muchas posibilidades centradas en el estudiante.
Las comunidades de aprendizaje: son grupos de personas que tienen temas o áreas
en común y que de manera organizada, cooperativa y solidaria van generando el
proceso de enseñanza y aprendizaje. En estas comunidades todos son estudiantes y
docentes, y ponen a disposición de otros su experiencia. Quienes implementan el
enfoque de aprendizaje colaborativo indican que su objetivo es crear comunidades
de aprendizaje (Smith & MacGregor, 1992).
Antes de describir cada una de las estrategias y/o técnicas de aprendizaje colaborativo que
se presentarán en este documento, es importante definir algunos conceptos. No es poco
frecuente que los términos «estrategia», «técnica» y «metodología» se utilicen como
sinónimos. Sin embargo, para aplicar cada uno de los lineamientos conviene distinguirlos y
precisarlos.
6.1.1.2 Estrategia metodológica
Colom, Salinas y Sureda (citados por Salinas, 2008) utilizan el concepto de estrategia para
referirse a una instancia que acoge tanto métodos como medios y técnicas, lo que
proporciona mayor flexibilidad (Salinas, Pérez, & De Benito, 2008).
De acuerdo con Falus (citado por Szőke-Milinte, 2013), la estrategia es un sistema complejo
de métodos, herramientas, estilos organizativos y formas dirigidas a objetivos, que se basa
en una teoría coherente, cuenta con una sintaxis particular (la definición y el orden de las
etapas que se van a ejecutar) y se realiza en un ambiente de aprendizaje particular (Szőke-
Milinte, 2013).
El término metodología se suele relacionar con el orden y la sistematización dentro de una
manera de proceder con una intención manifiesta en proceso y objetivo. Es así como
tenemos métodos científicos, inductivos, deductivos, etc. Lo complejo es cuando estamos
frente a una amplia gama de competencias y conocimientos que se espera desarrollar en
uno o varios tipos de ambientes de aprendizaje conformados por estudiantes con diferentes
características. Por este motivo, preferimos el concepto de estrategia, entendido como un
«conjunto de acciones que permite la unidad y la variedad de acciones ajustándose y
acomodándose a situaciones y finalidades contextualizadas» (Díaz Alcaraz, 2002).
La estrategia organiza los elementos que desencadenan y estructuran el proceso de
enseñanza y aprendizaje en pos de objetivos y metas. De ahí la importancia que tiene tanto
27
su determinación como la coherencia entre ella y los métodos y técnicas didácticas que se
definen e implementan en el ambiente de aprendizaje.
Tiempo
Aprendizajes esperados
Desde el ámbito del proceso de enseñanza y aprendizaje, se puede apreciar que existen
enfoques de estrategias metodológicas que podrían considerarse distantes. Es así como hay
procesos de enseñanza y aprendizaje donde el estudiante aprende por recepción versus
aquellos donde lo hace a través de la experiencia. En la base de estos procesos, están las
diferentes estrategias metodológicas que se mueven en un continuo que va desde las
expositivas hacia las de descubrimiento. En este continuo se puede situar una serie de
estrategias, métodos y técnicas cuya selección obedecerá a los objetivos finales, tipos de
aprendizajes, número de estudiantes, características del grupo, tiempo en el cual se
implementa dentro del currículo, visión que se tiene del proceso de enseñanza y aprendizaje,
y otros factores relevantes (Salinas, Pérez, & De Benito, 2008).
Los aprendizajes colaborativos, como se verá a continuación, también se encuentran en este
continuo y no todos están dentro del enfoque del descubrimiento, como se podría pensar.
Por esta razón, debe realizarse un análisis de todos los aspectos que inciden en la decisión
de qué estrategia metodológica se va a utilizar.
6.1.1.2 Técnicas
Las técnicas son parte importante en el logro de los objetivos, ya que constituyen los
procedimientos lógicos y con fundamento psicológico destinados a orientar el aprendizaje
del estudiante (Tecnológico de Monterrey, Centro virtual de técnicas didácticas, 2010). Las
estrategias pueden incluir la aplicación de diferentes técnicas, aunque existen algunas tan
complejas que pueden constituir en sí mismas una estrategia, como las que se describirán
en este documento (Salinas, Pérez, & De Benito, 2008). Esto dependerá, además, de si
28
impactan a una parte de la asignatura, a la asignatura completa o a un currículo en general
(Tecnológico de Monterrey, Centro virtual de técnicas didácticas, 2010).
Salinas et al. (2008) establecen una clasificación de las técnicas que permite situarlas desde
la individualización, el trabajo en grandes grupos y el trabajo colaborativo.
Ilustración 9. Las técnicas complejas pueden ser por sí mismas una estrategia.
29
6.1.2 Implementación del aprendizaje colaborativo
Se podría pensar que el trabajo colaborativo cuenta con una estructura que se replica entre
las diferentes estrategias y/o técnicas que lo componen, sin embargo, no solo existen estas
variantes y sus distinciones, sino que, además, dentro de ellas es posible comprender una
serie de actividades que permiten implementarlo en diferentes áreas del conocimiento, con
diferentes equipos de estudiantes y en diferentes ambientes. Asimismo, esta variedad hace
que el enfoque sea dinámico, por lo que continuará siendo interesante y motivador para los
equipos de estudiantes cuyo proceso de aprendizaje esté asociado de manera sistemática a
él.
Es así como existen diferentes métodos para organizar los equipos, además de diferentes
actividades que pueden desarrollarse para abordar el trabajo colaborativo. Estas dependen
de varios factores, pero su diversidad permite flexibilizar el aprendizaje colaborativo de
acuerdo con las múltiples variables del proceso de enseñanza y aprendizaje (Dirección de
Investigación y Desarrollo Educativo, Vicerrectoría Académica, Instituto Tecnológico y de
Estudios Superiores de Monterrey, 2013).
Si bien los lineamientos del aprendizaje colaborativo son flexibles, hay ciertas
consideraciones que se deben tener presentes para que el proceso de enseñanza y
aprendizaje sea eficaz. Primero, este enfoque se asocia a un trabajo con pequeños equipos,
los que deberían ser de tres a cinco estudiantes, con el fin de facilitar que todos participen
de manera activa y equitativa (Dirección de Investigación y Desarrollo Educativo,
Vicerrectoría Académica, Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey,
2013). Asimismo, los ambientes de aprendizaje más facilitadores son aquellos que permiten
la interacción y cuya estructura puede adaptarse de acuerdo con las necesidades del trabajo
que se va a desarrollar. Este puede llevarse a cabo de manera presencial y a distancia, dado
que en la actualidad existen varias herramientas TIC que facilitan el aprendizaje colaborativo.
De esta manera, existen entornos de trabajo que permiten el desarrollo del aprendizaje
colaborativo, recursos, herramientas para compartir archivos e información, y medios para
organizar la información (Planeta, Aula, 2015).
6.1.2.1 Rol del docente
En este enfoque, es esperable que el docente tenga un rol distinto al del expositor. En el
aprendizaje colaborativo, los estudiantes y los docentes comparten la responsabilidad y la
autoridad de una forma distinta al modo en que lo hacen en otros enfoques didácticos. En
este caso, los docentes son agentes de cambio, pues facilitan el proceso de enseñanza y
aprendizaje (Lillo, 2012).
El docente cataliza, media e incentiva el proceso de aprendizaje dentro del ambiente
colaborativo. No es quien supervisa que los estudiantes realicen las actividades, sino quien
los incentiva para que lo hagan (Lillo, 2012). Asimismo, cumple la función de mediador
cognitivo, alguien que a través de preguntas y acciones hace que los estudiantes vayan
cuestionando, generando, incorporando y asimilando nuevos aprendizajes por sí mismos.
Es así como el docente debe catalizar la interacción, la reflexión y el intercambio para facilitar
el proceso. Esto requiere desarrollar ciertas capacidades en los docentes que no están
familiarizados con el enfoque y romper esquemas y paradigmas asociados con las
aprensiones que surgen al enfrentar una nueva estructuración del proceso de enseñanza y
aprendizaje.
6.1.2.2 Evaluación
Un punto fundamental del aprendizaje colaborativo es la evaluación, que no se sitúa como
un hito dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, sino que está inmersa como un
instrumento para el aprendizaje y se constituye como un proceso en sí mismo: la evaluación
formativa. De esta manera, en la formación centrada en el estudiante, la evaluación no solo
sirve para emitir un juicio y valorar o certificar los niveles de cumplimiento de los
aprendizajes, sino que además funciona como una acción intencional y dirigida a la
reconstrucción y/o significación de las competencias y contenidos que se espera aprender y
desarrollar (Salinas, Pérez, & De Benito, 2008). En este sentido, para implementar una
evaluación para y del aprendizaje, es importante que la estrategia evaluativa se encuentre
definida y desarrollada para cada una de las técnicas y/o estrategias que se implementarán
en los programas formativos.
31
6.2 Principales enfoques del aprendizaje colaborativo
Para efectos del presente documento, es relevante caracterizar algunas de las técnicas y/o
estrategias asociadas al aprendizaje colaborativo. Para ello, se organizarán según el grado de
autonomía del estudiante, la necesidad de guía y el nivel de estructura de la problemática.
Ilustración 10. Tipos de enfoques de acuerdo con el grado de autonomía, la guía y la estructura de la
problemática.
Como muestra la ilustración, se han seleccionado los tres principales enfoques: aprendizaje
basado en proyectos (ABP), aprendizaje basado en problemas (PBL) y aprendizaje basado en
desafíos (CBL). Sin embargo, es importante señalar que en el caso del aprendizaje basado en
desafíos se debe distinguir el enfoque adoptado por Tknika del desarrollado por Apple
(challenge based learning) y adaptado por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores
de Monterrey.
32
Kilpatrick sostenía que el aprendizaje es más eficaz cuando se basa en experiencias, ya que
de esta forma el estudiante es parte del proceso de planificación, producción y comprensión
de las mismas.
Según el autor, un proyecto es «una actividad previamente determinada cuya intención
dominante es una finalidad real que orienta a los procedimientos y les confiere una
motivación» (Titone, 1976, citado en Salinas, Perez & De Benito, 2008). Su intención es unir
el aula con la vida real, surge de los propios estudiantes y se desarrolla según el ritmo normal
de la vida práctica (Salinas, Pérez, & De Benito, 2008). Los proyectos logran un producto o
servicio específico en un tiempo determinado y requieren de una práctica pedagógica
concreta, la realización de acciones e interacciones, y el uso efectivo de los recursos. Además,
permiten resolver problemas prácticos o desarrollar planes de cambio para la sociedad, con
lo que se configuran como aprendizajes significativos para los estudiantes.
Ilustración 11. Tipos de proyectos (adaptación de Salinas, Pérez, & De Benito, 2008).
Sin embargo, el aprendizaje basado en proyectos no puede sintetizar ni abarcar todos los
aprendizajes, sino que es una técnica complementaria que permite vivenciar el programa de
estudios (Salinas, Pérez, & De Benito, 2008).
33
Esta técnica cuenta con una serie de fases para su implementación (véase ilustración 12),
que considera desde el planteamiento del proyecto, donde se definen los aprendizajes, el
tema, los tiempos y los indicadores de logro asociados; hasta la preparación y el
planteamiento del problema; el proceso; la ejecución; la evaluación, y la conclusión. Es
relevante mencionar las actividades de seguimiento, supervisión y retroalimentación que son
transversales a las fases de proceso, ejecución y evaluación.
Dentro de los atributos relevantes de esta técnica se puede mencionar que el desarrollo del
producto y/o servicio surge de la necesidad de resolver uno o más problemas de la vida real.
Los estudiantes deben presentar el producto desarrollado, pero los conocimientos
integrados y las destrezas adquiridas durante su producción son fundamentales para el éxito
final (Biblioteca del Congreso Nacional, 2015).
Ilustración 12. Fases de la implementación del aprendizaje basado en proyectos (adaptación de Salinas, Pérez,
& De Benito, 2008).
34
6.2.2 Aprendizaje basado en problemas
El aprendizaje basado en problemas nació en la Escuela de Medicina de la Universidad de
McMaster (Canadá) en 1965, liderado por John Evans (Red de Innovación Docente en ABP
del ICE de la Universidad de Girona, 2012). Puede implementarse como una técnica en una
asignatura en particular y como una estrategia institucional en un plan formativo. Incluso
puede utilizarse para revisar los objetivos de aprendizaje de un curso o tema concreto
(Salinas, Pérez, & De Benito, 2008).
Los problemas que se aplican en este tipo de aprendizaje están relacionados con casos o
situaciones asociados a la práctica profesional y enfocados en la investigación. Es por ello
que el producto no es lo relevante e incluso puede que solo se presenten soluciones (y no
un producto final), es decir, el problema es el elemento fundamental (Biblioteca del
Congreso Nacional, 2015). En esta estrategia se desarrollan nuevas competencias de
especialidad a la vez que se trabajan competencias genéricas como el trabajo en equipo.
Esta forma de aprendizaje se desarrolla con equipos pequeños de trabajo, que aprenden de
manera colaborativa en la búsqueda por resolver un problema inicial. Mientras que el rol del
docente es de catalizador y facilitador del aprendizaje, el estudiante debe identificar las
necesidades de aprendizaje, buscar la información y compararla con el grupo. Las
simulaciones y los juegos de roles son técnicas didácticas para este tipo de aprendizaje.
La implementación del aprendizaje basado en problemas, al igual que la del aprendizaje
basado en proyectos, se compone de fases diferenciadas entre sí. Estas variarán
dependiendo del modelo que se adopte, pero en términos generales existe una fase de
planificación, donde se definen y seleccionan los aprendizajes y se establecen las bases del
trabajo; una en que se presenta el problema; otra de investigación, donde el estudiante, de
manera autónoma y en colaboración con el equipo, debe identificar qué sabe y qué debe
saber para buscar la información necesaria; otra en que el equipo revisa el problema e
integra la nueva información para definir qué respuesta va a dar; una donde se presentan los
resultados, es decir, la propuesta de resolución al problema, y, finalmente, una de reflexión
y evaluación. En estas fases la retroalimentación sistemática en pos del aprendizaje es
fundamental.
35
Ilustración 13. Fases de la implementación del aprendizaje basado en problemas (adaptación de Salinas,
Pérez, & De Benito, 2008).
36
6.2.3 Aprendizaje basado en desafíos
El aprendizaje basado en desafíos se asocia con Apple, producto de una innovación educativa
que realizó la empresa para la educación básica y media. Nació del Apple Classrooms for
Tomorrow, un proyecto mayor de colaboración iniciado en 2008 para identificar los
principios de diseño esencial del ambiente educativo del siglo XXI, enfocado en la educación
secundaria. En este contexto, el aprendizaje basado en desafíos surgió de un grupo de
docentes que realizaron un trabajo en conjunto con educadores de Apple, con el objetivo de
generar un cambio en la educación que permitiera que los estudiantes sintieran una
conexión entre lo que aprendían y el mundo real. Esto con el propósito de encontrar la
manera de prepararlos para un mundo globalizado cada vez más complejo en lugar de
retenerlos en un sistema educativo cuya oferta no era coherente con lo que ellos
necesitaban para el futuro.
La respuesta fue diseñar una estrategia que, en vez de fomentar que los estudiantes
aprendieran a resolver problemas, los alentara a asumir problemas que ellos necesitaran
resolver; que en lugar de enseñar ciencias, generara que ellos hicieran ciencias; que en vez
de provocar que los docentes pusieran su energía en los resultados de las pruebas y las
calificaciones, lo hicieran en fomentar la participación de los estudiantes en su trabajo y
vincularan los contenidos con temas relevantes para ellos (Johnson, Smith, Smythe, & Varon,
2009).
Apple, Inc. define el aprendizaje basado en desafíos de la siguiente manera:
El aprendizaje basado en desafíos es una experiencia de aprendizaje colaborativa en la
que profesores y estudiantes trabajan juntos para aprender sobre asuntos importantes,
proponer soluciones a problemas reales y tomar acciones. El enfoque exige a los
estudiantes que reflexionen sobre su aprendizaje y el impacto de sus acciones, y a
publicar sus soluciones a una audiencia mundial (Johnson, Smith, Smythe, & Varon,
2009).
El aprendizaje basado en desafíos es un método inductivo, con desafíos reales, que proveen
condiciones y motivan a introducir nuevos conceptos y reforzar los ya conocidos. Esta
estrategia involucra a los estudiantes en problemas del mundo real y los hace partícipes del
desarrollo de soluciones específicas. Una de sus características es que presenta
problemáticas abiertas y generales, que los estudiantes eligen abordar a través de
determinados desafíos.
Los estudiantes trabajan en equipo con otros estudiantes, profesores y expertos locales. La
estrategia promueve que identifiquen, resuelvan y socialicen desafíos en sus comunidades,
de manera que logren un conocimiento más profundo de los contendidos que están
estudiando.
El aprendizaje basado en desafíos depende del éxito del modelo de aprendizaje basado en
problemas, donde los estudiantes participan en escenarios de trabajo autodirigidos (o
37
«problemas») vinculados con la vida real. En ambas estrategias, el rol primordial del docente
es disponer y entregar información para guiar la construcción de conocimiento por parte de
sus estudiantes en torno a un problema inicialmente indefinido (Johnson, Smith, Smythe, &
Varon, 2009).
Una característica del aprendizaje basado en desafíos, y que lo diferencia del aprendizaje
basado en problemas, es que su problema está ligado a una idea de importancia global. Los
estudiantes son capaces de investigar el área del desafío en términos de acontecimientos
que tienen lugar en el mundo que los rodea. Trabajan en equipos de coaprendices, lo que
aumenta el interés en el proceso. Los maestros actúan como guías para las comunidades de
práctica centradas en el estudiante, abordando preguntas individuales (Johnson, Smith,
Smythe, & Varon, 2009). El desafío es un llamado a la acción que inherentemente requiere
que los estudiantes hagan que algo suceda. Se ven, entonces, obligados a estudiar sobre el
tema y a generar estrategias y soluciones que sean creíbles y realistas en términos de
tiempos y recursos, para luego diseñar y ejecutar una de las soluciones que aborde el desafío
de manera que ellos y otros puedan verlo y evaluarlo (Johnson, Smith, Smythe, & Varon,
2009).
Los componentes clave del aprendizaje basado en desafíos son:
Ilustración 14. Componentes clave del aprendizaje basado en desafíos (Johnson, Smith, Smythe, & Varon,
2009).
38
Idea general: concepto amplio que puede ser explorado desde diferentes ángulos. Es
relevante para la sociedad y los estudiantes.
Pregunta esencial: pueden ser varias y se van acotando en relación con los intereses
de los estudiantes y las necesidades de la comunidad.
Desafío: surge de las preguntas esenciales, debe ser articulado e implica crear una
solución específica que derivará en una acción concreta.
Preguntas guía, actividades guía, recursos guía: son la información y los aprendizajes
que desarrollan los estudiantes a través de preguntas, actividades y recursos, para
fundamentar la solución que propondrán al desafío y pregunta esencial.
Solución: debe ser concreta, claramente articulada y susceptible de ser
implementada en la comunidad local.
Implementación: los estudiantes deben probar su eficacia en un ambiente auténtico.
Evaluación: debe realizarse a través del desafío e involucrar tanto al proceso como al
producto.
Validación: los estudiantes juzgan el éxito de su solución usando una variedad de
métodos cualitativos y cuantitativos. Los docentes y los expertos tienen un rol
fundamental.
Publicación (implementación de los estudiantes): sirve como base de un portafolio de
aprendizaje y como instancia de comunicación social.
Reflexión y diálogo: es contante, el aprendizaje profundo se desarrolla al reflexionar
sobre el aprendizaje propio; relacionar los contenidos, los conceptos y la experiencia,
e interactuar con otros (Tecnológico de Monterrey, Centro virtual de técnicas
didácticas, 2010).
39
Actualmente, se trata de un esfuerzo muy relevante en cuanto costos e infraestructura, y se
implementará en el currículo completo de la universidad a partir del año 2019.
Como explica Jorge González, director del Centro Internacional de Casos del
Tecnológico (TEC) de Monterrey, la principal diferencia entre el modelo de aprendizaje
basado en desafíos y el aprendizaje basado en problemas es que el primero logra una
vinculación con la empresa, mientras el segundo tiene una orientación más academicista.
En el piloto que se está desarrollado actualmente en el Tecnológico de Monterrey, los
contenidos de los cursos se analizan en cuanto a su afinidad con la empresa y se dosifican en
las semanas del semestre (dieciocho). Los docentes reestructuran el programa sobre la base
del desafío y se coordinan para que los entregables sean acordes a las necesidades de la
empresa (Gonzalez, 2017). Al igual que en el enfoque de Apple, los estudiantes tienen la
oportunidad de enfocarse en un desafío de significado global y aplicarlo en el desarrollo de
soluciones locales (Tecnológico de Monterrey, Centro virtual de técnicas didácticas, 2010).
Según González, en la aplicación del aprendizaje basado en desafíos, la coordinación de los
profesores es muy relevante y es necesario que permanezcan más tiempo tanto en el aula
como en la empresa.
Para desarrollar el piloto, se realizó un análisis de convergencia de asignaturas en currículos
ya establecidos. Dada la magnitud de la institución, en este caso los desafíos fueron definidos
por los docentes y no por los estudiantes.
En cuanto a la evaluación, para los entregables se utilizan los criterios de competencias de
manera individual. El desafío es evaluado a través de un portafolio para asegurar que se
lograron los aprendizajes y medir el compromiso que se tiene con la empresa. La
retroalimentación es fundamental y, dado que la implementación del desafío se realiza tanto
de manera presencial como en línea, se aplican diferentes técnicas en diferentes medios para
lograr una retroalimentación significativa. Entre los medios virtuales, están los wikis, los
blogs, los mensajes de audio y los videos. Para que los estudiantes puedan interpretar y usar
toda la retroalimentación apropiadamente, la institución recomienda preparar momentos
regulares de avance del proyecto de manera tanto individual como grupal. Es interesante
mencionar que la retroalimentación no solo se recibe del docente, sino que también de otros
estudiantes que trabajan en los mismos desafíos. En este sentido, el rol del docente es
fundamental, pues no solo debe conocer el progreso de cada grupo, sino también la
retroalimentación que adquiere de distintas fuentes para establecer una mejor guía
(Tecnológico de Monterrey, Centro virtual de técnicas didácticas, 2010).
40
b. Aprendizaje colaborativo basado en desafíos (modelo Tknika)
El aprendizaje colaborativo basado en desafíos (desafíos de acuerdo con su denominación
particular) dentro del modelo Tknika es el eje central de un modelo mayor llamado Ethazi
(ciclos de alto rendimiento).
Ethazi es un modelo para el cambio metodológico de los centros de formación profesional
del País Vasco, ya sean públicos o concertados. Su objetivo principal es incorporar al aula
nuevos contextos de aprendizaje que faciliten el desarrollo de las competencias
profesionales de los estudiantes, considerando tanto las de especialidad como las genéricas,
y, a futuro, mejorar la competitividad de las empresas de la región.
Tknika inició su piloto entre 2013 y 2014, y hoy se encuentra en una fase de ampliación del
modelo, en que están participando 47 centros de formación profesional, con 1646 docentes
y 3550 alumnos en un total de 142 ciclos formativos (planes de estudio). A futuro se espera
que todos los centros de formación profesional de Euskadi (públicos y concertados)
implementen este nuevo contexto de aprendizaje: los ciclos de alto rendimiento o Ethazi.
41
El modelo Ethazi cuenta con cuatro características principales:
Intermodularidad:
• Para que el diseño de retos se acerque al máximo a las situaciones de
desempeño en la realidad laboral de cada ciclo formativo. Esto exige
un análisis profundo de las competencias profesionales y los resultados
de aprendizaje del ciclo de cara a mejorar la eficiencia en los tiempos
de aprendizaje.
Como se puede apreciar, cada una de las características confluyen bajo un eje integrador:
«el aprendizaje colaborativo basado en desafíos», donde se trabajan y desarrollan
competencias de especialidad y genéricas. Estas últimas se encuentran agrupadas en cuatro
áreas, como se observa en la siguiente ilustración.
42
PERSONAL
• autonomia
• implicacion
• iniciativba emprendedora
DIGITAL
• seguridad
• creación de contenidos
• tratamiento de la información
• comunicación
• resolución de problemas
COMUNICACIÓN
• Comunicación oral
• Comunicación escrita
COLABORATIVO
• trabajo en equipo
• resolución de problemas
• toma de decisiones
Si bien estas competencias ya han sido definidas por Tknika, cada centro puede optar por
definir las suyas o seleccionar las que le parezcan más pertinentes para sus ciclos.
En el modelo Ethazi la vinculación con el medio es fundamental. Los retos que trabaja
provienen de los requerimientos de la industria y espera aportar a la sociedad con personas
capacitadas de acuerdo con esta realidad. Su foco es la productividad y mejora competitiva
de las empresas de la región a través de capital humano preparado para las nuevas
demandas y exigencias del mercado laboral.
Para que la implementación de este modelo resulte exitosa y no solo sean optimizados los
recursos, sino que en los diferentes centros con que trabajan colaborativamente queden
instaladas las capacidades, se han desarrollado los «nodos de red» en comunidades de
aprendizaje y mentorización, donde los docentes que ya han implementado el modelo
ayudan en la implementación de nuevos ciclos de formación.
Los estudiantes tienen un rol central en este modelo, pues el proceso de enseñanza y
aprendizaje está centrado en ellos y requiere de su autogestión para alcanzar el aprendizaje
establecido. Sin embargo, sobre la base de la estrategia metodológica del aprendizaje
colaborativo basado en desafíos, es posible que los estudiantes avancen en el proceso de
aprendizaje a través del trabajo en equipo y la facilitación de él o los docentes, sumando la
retroalimentación permanente y oportuna. Se puede deducir, entonces, que los estudiantes
y los docentes tienen una dinámica diferente a la que se establece en estrategias más
academicistas. De hecho, en este nuevo enfoque, el docente tiene un rol de guía, catalizador
y facilitador del aprendizaje.
El modelo de desafíos de Tknika está basado en un ámbito más práctico que conceptual y se
centra en el trabajo colaborativo y en los resultados de aprendizaje que deben lograr los
43
estudiantes, antes que en la diferenciación académica entre proyectos, problemas o
desafíos. Es, entonces, un modelo flexible, que permite ir determinando diferentes tipos de
desafíos sobre la base de la progresión académica y el nivel de madurez de los estudiantes.
Un aspecto fundamental de esta estrategia metodológica es la vinculación que existe entre
sus desafíos y los que existen en las industrias, pues, si bien no todos se trabajan junto con
las empresas, sí reflejan las demandas a las que se verán enfrentados los futuros
profesionales.
Los desafíos son coconstruidos por docentes de diferentes asignaturas, que colaboran no
solo para definirlos, sino también para implementarlos en el aula. Esto claramente implica
una concepción distinta tanto del docente, en cuanto a sus horarios, sus espacios y su rol,
como del estudiante, que debe ser el responsable de su aprendizaje en colaboración con
otros.
Para facilitar su implementación, Tknika además ha diseñado el desafío 0, que es un proceso
de aprendizaje para que los estudiantes interioricen la forma de trabajo, aprendan a realizar
un desafío, sean capaces de resolver problemas, etc.
Como los desafíos surgieron para dar respuesta a una industria que pedía de manera
sistemática un profesional que tuviera atributos asociados a competencias genéricas, la
implementación de la estrategia en los ciclos buscó desarrollar no solo competencias de
especialidad, sino también aquellas que las empresas consideraban claves (como la
autonomía, la capacidad de trabajar en equipo y la resolución de problemas). Es así como, al
ser el centro del proceso de enseñanza y aprendizaje, en esta estrategia el estudiante
aprende, entre otras cosas, a autogestionarse, trabajar en equipo y resolver problemas, en
pos de un objetivo: solucionar el desafío.
Los planes del País Vasco vienen establecidos desde el Estado y, aunque es posible realizar
algunas adecuaciones, existen ámbitos transversales que no pueden ser modificados, porque
están asociados a las competencias y los niveles de cualificaciones determinados para el
perfil de egreso.
Todos estos lineamientos se establecen en los «documentos curriculares base», que
contemplan la identificación del título, el perfil profesional y el entorno profesional, las
enseñanzas del ciclo formativo, los espacios y equipamientos mínimos del profesorado, las
convalidaciones entre los módulos profesionales, las relaciones de trazabilidad, y la
correspondencia entre los módulos profesionales del título y las unidades de competencia.
Si bien los objetivos generales deben cumplirse, y para ello existen criterios de evaluación,
los documentos también entregan orientaciones metodológicas que son solo referenciales.
En esta flexibilidad, Tknika ha podido implementar su estrategia metodológica de
aprendizaje colaborativo.
44
La estrategia cuenta con una metodología para definir tanto la estructura que tomará el ciclo
como los desafíos que lo constituirán. Primero, los docentes deben realizar un análisis de los
módulos (asignaturas), porque estos no están ordenados según una progresión académica
en cuanto a dificultad o tipo de competencia. Asimismo, deben identificar las posibles
repeticiones, los tiempos y la ordenación temporal para estructurar los aprendizajes y poder
trabajar los desafíos. Este análisis genera una visión global del ciclo, ya que es realizado por
docentes de diferentes asignaturas.
En resumen, el análisis de los módulos permite:
que los docentes conozcan qué hacen los otros docentes;
detectar repeticiones en los contenidos;
organizar la secuencia y la progresión académica;
identificar qué aprendizajes están relacionados y generar los distintos núcleos;
analizar la pertinencia de las competencias genéricas que se van a trabajar sobre la
base de un número manejable (cuatro a seis).
Una vez realizado el análisis, se establecen los posibles desafíos que configurarán el ciclo. Al
tener los módulos organizados, se pueden identificar los desafíos que irán entre asignaturas
(módulos), aquellos que solo estarán asociados a una de ellas y la secuencia progresiva de
estos.
Posteriormente, se establece el cronograma donde se consignan los desafíos en la secuencia
de semanas y las áreas en que se abordarán los contenidos que se requieren como base para
continuar trabajando los desafíos.
Con el cronograma establecido, se realiza un análisis de los aprendizajes esperados y los
desafíos que los contemplan, con el fin de asegurar que todos los aprendizajes están
considerados a lo largo del semestre. Esto se realiza a través de una tabla simple donde se
van cruzando los desafíos con los aprendizajes. Los aprendizajes que no se encuentran
contemplados en los desafíos deben estar incluidos en el trabajo «tradicional» de aula, sobre
la base del análisis efectuado por los docentes.
Concluida esta etapa, se pasa a la ideación del desafío. Es importante mencionar que los
desafíos son trabajados por los docentes de las asignaturas en las cuales se determinaron
que podían confluir y que estos pueden ir mejorando o cambiando de un periodo a otro.
Para idear un desafío, el equipo docente se reúne y establece lo que se les va a solicitar a los
estudiantes. Esto debe tener relación con su nivel de madurez, el grado de dificultad de los
aprendizajes, los requerimientos de la industria, etc.
Una vez que el desafío se encuentra diseñado, hay que elaborar el material instruccional para
implementarlo, es decir, una guía para el docente y una guía para el estudiante. En la guía
del docente se establecen cuestiones como la organización de la dinámica en el aula,
45
mientras que en la del estudiante se consignan el desafío, los resultados esperados, los
criterios, los recursos y los tiempos.
Finalmente, para la implementación del desafío se deben seguir ciertas fases. Estas no son
siempre iguales y dependerá del desafío y el equipo cómo se vayan sucediendo. En general,
estas fases tienden a ser convergentes y divergentes, pero existen aspectos básicos que
componen un desafío.
Primero, debe haber una fase 0, donde se establece cómo se configurarán y/o activarán los
equipos (dependiendo de si se encontraban configurados o no). Los equipos se configuran
sobre la base de un objetivo específico, es decir, pueden hacerlo según:
diferenciados por perfiles
segmentados por objetivos
segmentados aleatoriamente
otros
A continuación, los equipos generan un contrato de aprendizaje en el cual acuerdan
compromisos, definen cómo abordarán los conflictos y establecen las normas básicas de
trabajo.
Una vez finalizada esta fase 0 o de generación de equipos, se inicia el desafío.
01 Plantear problema: los docentes plantean el problema a los estudiantes a través
de diferentes medios (textos, videos, empleadores, etc.).
02 De problema a desafío: los estudiantes establecen qué quieren lograr tanto
individual como colectivamente (para que se comprometan y sea un desafío). En esta
fase el estudiante identifica y se conecta con el desafío. Por lo mismo, es necesario
verificar que todos lo hayan comprendido.
46
03 Establecer parámetros: los docentes incitan a los estudiantes a establecer qué
deben saber y/o aprender para enfrentar el desafío. En sus guías cuentan con
preguntas mínimas para fomentar esta reflexión. En el caso de que no aparezcan los
aprendizajes que deben lograr, los docentes deben catalizar la situación (sin dar
respuestas) para que aparezcan.
04 Obtener y organizar información: los estudiantes deben obtener y organizar la
información de manera autónoma. Sin embargo, como esto requiere ciertas
habilidades y destrezas, deben ser guiados y catalizados por el docente, en cuya guía
aparecen los aspectos mínimos que debe considerar.
05 Generar alternativas: los estudiantes generan diferentes alternativas de solución
sobre la base de la información.
06 Presentar propuestas: los estudiantes presentan las alternativas que han generado
y reciben retroalimentación.
07 Seleccionar la propuesta: los estudiantes seleccionan lo que van a llevar a cabo,
que puede ser una de las alternativas que habían formulado o una propuesta
generada sobre la base de la suma de las diferentes alternativas. La guía del docente
contiene las herramientas para validar las propuestas de los estudiantes.
08 Planificar acciones: los estudiantes planifican las actividades, es decir, establecen
una secuencia que es validada por el docente.
09 Ejecutar acciones: los estudiantes implementan, crean o generan la propuesta.
10 Exponer resultados: los estudiantes exponen los resultados de su trabajo.
11 Evaluar: al establecer el cronograma, los docentes determinan en qué momento
se realizará la evaluación. En el proceso, los estudiantes pueden ir tomando
fotografías de sus avances y generando evidencias, mientras que los docentes
pueden ir viendo los avances en el aprendizaje. La retroalimentación es fundamental,
y el análisis del estudiante debe ser consensuado; se puede establecer un plan de
mejora y priorizar las acciones.
47
6.3 Referencias bibliográficas anexos
48
Tecnológico de Monterrey, Centro virtual de técnicas didácticas. (2010). Características de una técnica
didáctica. Obtenido de http://sitios.itesm.mx/va/dide2/tecnicas_didacticas/caract_td.htm
Tknika. (2016). Ethazi, Ciclos de alto rendimiento. Obtenido de
https://www.tknika.eus/cont/proyectos/ethazi/
49
Anexo 2
50
Ilustración 19. Composición del mapa de transferencia académico
Existen etapas relevantes para los programas en proceso de diseño o actualización que se
deben realizar para establecer los desafíos y la conformación que tendrán los módulos. Este
trabajo se realiza de manera colaborativa entre los jefes de proyecto, el área curricular y el
área instruccional.
Como se mencionó anteriormente, primero se debe realizar un análisis en conjunto de las
áreas de desempeño del mapa de transferencia empresa. Luego, es necesario hacer un
análisis de los aprendizajes, con el fin de asegurar el orden de progresión académica en
cuanto a la dificultad y el nivel de competencia. Asimismo, se deben identificar las posibles
repeticiones, los tiempos y la ordenación temporal para estructurar los aprendizajes y luego
trabajar los desafíos.
El análisis debe ser realizado por los analistas curriculares, los analistas instruccionales, los
asesores y los docentes. Estos últimos aportan una visión conjunta e integrada, dado que
provienen de diferentes especialidades asociadas a un área de desempeño.
Una vez que el área de desempeño ha sido organizada, se identifican las posibles
agrupaciones (que pueden dar como resultado el diseño de desafíos). En esta etapa se
establece la presencia de agrupaciones que pueden generar vínculos entre diferentes
unidades de competencias. Estas agrupaciones ayudan a definir la secuencia y la progresión
del aprendizaje. No solo se deben analizar los aprendizajes, sino también los indicadores de
logro de las competencias de empleabilidad relevadas desde el levantamiento curricular.
51
Para establecer la agrupación de aprendizajes que permitirá conformar los casos o desafíos,
los aprendizajes deben ser analizados según los siguientes criterios:
que estén vinculados a situaciones del mundo laboral y/o social;
que mantengan relación con el área de desempeño;
que permitan configurar una unidad susceptible de ser trabajada a través de una
experiencia de aprendizaje;
que fortalezcan el proceso de aprendizaje del estudiante a través de la integración
de competencias;
que sean observables y evaluables de manera formativa y sumativa (evaluación para
y del aprendizaje).
A continuación, se establecen los niveles de complejidad que tendrá el desafío. Los desafíos
más complejos pueden abarcar diferentes unidades e incluso competencias, permitiendo el
desarrollo integral de los diferentes aprendizajes.
52
Posteriormente, se realiza una verificación de los aprendizajes y de las actividades formativas
que los contemplan, con el fin de asegurar que todos están considerados a lo largo del
semestre. Esto se realiza a través de una tabla simple donde se van cruzando las actividades
formativas con los aprendizajes.
Concluida esta etapa, se pasa a la ideación del desafío. Es importante mencionar que los
desafíos son trabajados por los docentes de las especialidades asociadas al área de
desempeño en la cual se determinó que podían confluir y que pueden ir mejorando o
cambiando de un periodo a otro.
Para idear un desafío, el equipo docente se reúne y establece lo que se les va a solicitar a los
estudiantes. Este proceso de ideación debe ir asociado al nivel de madurez de los estudiantes,
el grado de dificultad de los aprendizajes, los requerimientos de la industria, etc.
Una vez que el desafío se encuentra diseñado, se debe elaborar el material instruccional para
su implementación, es decir, una guía para el docente y una guía para el estudiante. Estas
herramientas contienen información referente al desafío y las pautas para ambos actores
según sus roles en la implementación y el desarrollo. En la guía del docente se establece,
entre otras cosas, la organización de la dinámica en el aula, y en la guía del estudiante, el
desafío, los resultados esperados, los criterios y las formas de evaluación, los recursos y los
tiempos.
Para el diseño de los desafíos es necesario realizar una fase de inducción en el caso de que
existan miembros del equipo que no estén familiarizados con la estrategia.
53