wn
de 65 afios de edad,
vendedor de una gran empresa, acude a la
consulta de psiquiatria porque su esposa ha
amenazado con abandonarlo. Aunque al
Principio dijo que le daba apuro contar sus
problemas a un desconocido, describié su in-
terés sexual por la ropa interior femenina con
mucha naturalidad. Este interés habia surgi-
do varios afios antes y no habia supuesto nin-
&iin problema hasta que la mujer lo hallé
ae hacia ya 6 semanas. Al verlo
ane sujetador y bragas, al principio
cee loca» pensando que tenia una
mee spués de aclarar que no tenia
Baba Ald eso escuchatlo y apenas le ha-
habe ee lelamaba «pervertido» y le
Aivoriare gre due estaba pensando en
a que: sbuscara ayuda».
Acs een habia empezado a
Y posible depresién de
Elhabito
Rie dela
su esposa, que habjan disminuido considera-
blemente su nivel de actividad y su interés por
el sexo. Su «fetiche» era lo tinico positivo que
tenian sus frecuentes viajes de trabajo, por lo
dems tan aburridos. También se masturbaba
en casa pero, normalmente, esperaba a que la
esposa hubiera salido. El patron consistia en
masturbarse unas dos veces por semanas po-
niéndose bragas y sostenes que habia ido co-
leccionando durante afios. Refirié que las rela-
ciones sexuales con su mujer habian descendido
a «una vez al mes o cada 2 meses», aunque
eran mutuamente satisfactorias.
El paciente levaba casado mas de 30 afios
y el matrimonio tena dos hijos ya mayores. El
Sr. Najarian habia previsto jubilarse tranqui-
lamente a fin de afio, pero no si las tinicas dos
opciones eran «dividir los gananciales o estar
todo el dia aguantando que me Ilamen per-
vertido». Se puso visiblemente angustiado al