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Argumentos sobre la accion afirmativa Cheryl Hopwood no procedia de una familia acomodada, Se rig con una madre soltera, y logré salir adelante cH el instituto Yeng primer ciclo universitario, y luego ya en la Universidad del Estado de California en Sacramento. Se traslad6é entonces a Texas y solicits Ja admisién en la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, ¢| mejor centro universitario de ese estado para la obtencién del titulo de doctor en Derecho y uno de los mas destacados de Estados Unj_ dos. Aunque tenia una nota media de licenciatura de 3,8 € hizo ra- zonablemente bien los eximenes de admisi6n a la facultad (su pun- tuacion cay6 en el percentil 83), no la admitieron.! Hopwood, que es blanca, pens6 que no era justo que la recha- zasen. Algunos de los solicitantes que si fueron admitidos eran estu- diantes afroamericanos o de origen mexicano que se habjan licen- ciado con notas inferiores y habian obtenido menos puntos en el examen de ingreso. La facultad practicaba una politica de accién afirmativa que daba preferencia a los aspirantes pertenecientes a mi- norias. En realidad, todos los estudiantes de minorias con notas de licenciatura y puntuaciones en el examen de ingreso parecidas a las de Hopwood fueron admitidos. Hopwood Ilevé su caso a un tribunal federal. Sostenia que ha- bia sido victima de discriminacién: La universidad replicé que pat- te de la misin de la Facultad de Derecho era aumentar la diver- sidad racial y étnica de los profesionales del derecho en Texas, 2° solo en los bufetes, sino también en la Asamblea Legislativa del es- tado y en los tribunales. «En una sociedad civil, la Justicia depende 190 [ARGUMENTOS SOBRE LA ACCION AFIRMATIVA ymadoramente de la disposicién de la sociedad a aceptar sus a dictos —declaré Michael Sharlot, decano de la Facultad de De- weipo-— Resultard mis dificil conseguislo sino vemos a los miem- pros de todos los grupos desempefiando papeles en la administra- cin de justicia.»? En Texas, los afroamericanos y los estadounidenses de origen mexicano constituyen el 40 por ciento de la poblacién; la proporcion entre los profesionales del derecho es mucho-menor. Cuando Hopwood hizo su solicitud de ingreso, la Facultad de De- recho de la Universidad de Texas aplicaba una politica de «accion afirmativa» para las admisiones: perseguia que el 15 por ciento de cada promocién estuviese compuesto por solicitantes pertenecien- tes a las minorias.? Para conseguir ese objetivo, la universidad establecié unas pautas de admisién menos exigentes para los solicitantes de las minorias que para los solicitantes que no perteneciesen a ninguna de ellas. Los responsables de la universidad sostenian, sin embargo, que todos los estudiantes de las minorias admitidos estaban cualificados para cursar la carrera y casi todos conseguian acabarla y aprobaban el examen que les facultaba para ejercer. Pero de poco consuelo era todo esto para Hopwood, que crefa que no la habian tratado de modo equita- tivo y tendria que haber sido admitida. El reto de Hopwood a la accién afirmativa no fue el primero en legar a los tribunales; tampoco seria el tiltimo. Durante mis de trein- ta afios, los tribunales han tenido que afrontar las dificiles cuestiones morales y legales que plantea Ja accion afirmativa. En 1978, en el caso Bakke, el Tribunal Supremo de Estados Unidos acepté, aunque por muy poco, la accién afirmativa en las admisiones a la Facultad de Medicina de la Universidad de California en Davis.* En 2003, un Tribunal Supremo dividido en dos partes casi iguales establecié que la raza se podia usar como un factor a tener.en cuenta en las admi- siones; fue al ver un caso que afectaba a la Facultad de Derecho de la Universidad de Michigan.> Mientras, los votantes de California, Washington y Michigan han aprobado hace poco en referendos 101 JUSTICIA convocados por iniitiva popula 7 aa las preferencig raciales en la a ele han de resolver es el de sia pg, El eee en contrataciones y admisiones viola 9 ng oe Ia Constitucion de Estados Unidos oftece de que lag al. Pero dejemos aparte la cuestign, la cuestin moral: ges injusto tener litica de ace la garantia que : leyes protegen a todos por igui stitucional y centrémonos en ae ‘ontrataciones 0 en admisiones nj. la raza y Ja etnia en cuenta en ¢ versitarias? "1 Para responder la pregunta veamos tres razones que: quienes abogan por la accién afirmativa oftecen a favor de que se tenga en cuenta la raza o la etnia: corregir el sesgo de los ex4menes estandari- zados, compensar injusticias del pasado y promover la diversidad. CORREGIR LA BRECHA EN LOS EXAMENES Una de las razones que se dan para tener la raza y la etnia en cuenta es que se debe corregir el posible sesgo de los exémenes estandariza- dos. Se viene poniendo en entredicho desde hace mucho la capaci- dad de los SAT (tests de aptitud escolar) y de otros tests de predecir el éxito académico y profesional. En 1951, un aspirante a ingresar en el programa de doctorado de la Facultad de Teologia de la Universidad de Boston presenté unas puntuaciones mediocres en el GRE (un examen estandarizado para la admision en estudios de tercer ciclo). El joven Martin Luther King Jr., que legaria a ser uno de los més grandes oradores de la historia de Estados Unidos, puntué por deba- Jo de la media en aptitud verbal.° Por suerte, le admitieron de todas formas. Algunos estudios muestran que los estudiantes negros ¢ hispa- nos, tomados en conjunto, puntitan menos que los blancos en los tests estandarizados incluso cuando se corrige el efecto de la clase social, i ee sea cual sea la causa de esa brecha, el uso de tests estan- Iz. i éxi émi darizados para predecir el éxito académico requiere que se interpte- ten las puntuaciones a Ja luz del trasfondo familiar, social, cultural y 192 ARGUMENTOS SOBRE LA ACCION AFIRMATIVA educative. Una puntuacién de 700 en un SAT de un estudiante que gsistiO 2 malas escuelas publicas en el South Bronx significa més que la misma puntuacion de alguien que se gradué en un colegio privado ara 128 élites del Upper East Side de Manhattan. Pero evaluar las yntuaciones de los tests a la luz del trasfondo racial, étnico y eco- nomico no pone en entredicho la idea de que las universidades, de un tipo o de otro, deberian admitir solo a los estudiantes mis pro- metedores académicamente; no es mas que un intento de dar con la manera més precisa de medir hasta qué punto es prometedor cada individuo académicamente. fl auténtico debate sobre la accién afirmativa versa sobre otras dos justificaciones: el argumento compensatorio y el argumento de la diversidad. COMPENSAR INJUSTICIAS DEL PASADO El argumento compensatorio considera la accién afirmativa como un remedio contra las injusticias del pasado. Dice que deberia darse preferencia a los estudiantes de las minorias para compensar toda una historia de discriminaciones que los ha dejado en una situacién. desventajosa. Este argumento trata la admisién mas que nada como un beneficio para el que la recibe, y pretende distribuir ese beneficio de un modo que compense las antiguas injusticias y sus persistentes efectos. Pero el argumento compensatorio tropieza con una gran difi= cultad: los criticos sefialan que los que se benefician no son necesa- tiamente quienes han sufrido, y los que pagan Ja compensacién rara Vez son responsables de las injusticias que se rectifican. Muchos be- Reficiarios de la accién afirmativa’son estudiantes de minorias, si, Pero de clase media, que no han sufrido las penurias que afligen a los Jévenes afroamericanos ¢ hispanos de los barrios pobres de las ciuda- des. sPor qué se le debe dar una ventaja a un estudiante afroamerica 193 de una urbanizacion de gente pudiente de Houston : no ei : i a Cheryl Hopwood, que quiza haya tenido que oe oh émii 2 tu cias econdmicas peorest ° ~ Sj la idea es ayudar a los que estén en una situacign, fi ie; A (00 dese, sa, sostienen los criticos, la accién afirmativa deberia basa, Nts clase, nio en la.raza.Y si se pretende que las ae rail 4 pensen las injusticias hist6ricas que la esclavitud yla Segre fueron, como puede ser justo que corran con el Coste de esa i pensacién personas como Hopwood, que no intervinieron . perpetracién de la injusticia? is la Que el argumento de la compensacién a favor de la cién af mativa pueda responder a esa critica dependera de la espinosa j i de la responsabilidad colectiva: :puede acaso incumbirnos I Tespon. sabilidad moral de enmendar las injusticias cometidas por generacig. nes anteriores? Para responder esta pregunta tendremos que saber més acerca de cémo se originan las obligaciones morales. jIncurti. mos en obligaciones solo como individuos 0 hay obligaciones gu nos corresponden por ser miembros de comunidades con una iden- tidad histdrica? Volveré a esta cuestion més adelante, asi que dejémos- laa un lado de momento y centrémonos en el argumento de la di- versidad. PROMOVER LA DIVERSIDAD El argumento que apoya la accién afirmativa por su efecto en la d- versidad no depende de ideas controvertidas acerca de la responsibi- lidad colectiva. No depende tampoco de que se demuestre que ¢ estudiante perteneciente a una minoria’al que se le ha dado pret tencia en la admisién ha sufrido personalmente la discriminacién © [a desventaja.Trata la admision menos como una recompensa a quie™ Ie es concedida que como un medio de acercarse a un objetivo qu merece la pena socialmente, La justificacién por la via de Ja diversidad es un argumento ©? nombre del bien comin, el de la universidad misma y el de la socie- 194 ARGUMENTOS SOBRE LA ACCION AFIRMATIVA, gaden general. En primer lugar, mantiene que un alumnado racial- ente mixto es deseable porque asi los estudiantes aprenden més nos de otros que si todos tuviesen origenes similares, Asi como un lymnado que procediese de una misma parte del pais limitaria la variedad de perspectivas intelectuales y culturales, lo mismo ocurre on uno homogéneo en la raza, la etnia y la clase social. En segundo jugar el argumento de la diversidad mantiene que preparar a las mi- norias desfavorecidas para que asuman. puestos destacados en cargos. publics y profesionales clave contribuye al propésito civico de la universidad y al bien comain. El argumento de la diversidad es uno de los que mas a menudo esgrimen las universidades. El decano de la Facultad de Derecho de la Universidad de Texas, al tener que enfrentarse al problema plan- teado por Hopwood, se refirié al propésito civico al que servia la politica de accién afirmativa de su facultad. Parte de la misién de Ja Facultad de Derecho consistia en ayudar a que se incrementase la diversidad entre los profesionales del derecho de Texas y se capacita- saa los afroamericanos y a los hispanos para asumir puestos destaca~ dos en la administracién y en la justicia. Conforme a esa vara de medir, decia, el programa de accién afirmativa de la Facultad de De- recho tenia éxito: «Vemos que a los licenciados en nuestra facultad pertenecientes a las minorias se los elige para cargos piiblicos, que trabajan para destacados bufetes de abogados, que son miembros de la Asamblea Legislativa de Texas y de los tribunales federales. En la medida en que las minorias desempefian puestos importantes en Texas, a menudo es por los licenciados en nuestra facultad».” Cuando el Tribunal Supremo de Estados Unidos juzgé el caso Bakke, el Harvard College (la parte de Harvard dedicada a los estudios de licenciatura) le remitid un parecer —conforme a la figura juridica del «amigo del tribunal— en el que defendia la accién afirmativa por razones educativas.* Afirmaba que las notas y las puntuaciones en los tests nunca habfan sido el tinico criterio de admisién. «Si la excelencia académica fuese el anico criterio, o siquiera el predomi- 195 JUSTICIA | Harvard College habria perdido gran parte de SU Vital nante, el 5 ia intelectual. [...] La calidad de ie experiencia edy. y de su fades todos los estudiantes se resentirfa.» En el pasa do, etn fc eerie California, Nueva Yor, diversidat = alumnos de la ciudad y de campo, Violinistas, intone, oe fiirbol americano, bidlogos, historiadores y esty, ogg ee corredores de Bolsa, 0 profesores, ° Politicos, en potencia». Ahora, se interesaban también por la diversidad racial y étnica, Un chico que viene de una granja de Idaho puede traer algo a Harvard College que uno de Boston no podria ofrecer, De manerg Parecida, un estudiante negro trae de ordinario algo que uno blancg no podri ofrecer. La calidad de la experiencia educativa de todos jo estudiantes del Harvard College depende en parte de esos trasfondos y mentalidades diferentes que los alumnos traen consigo.? Quienes critican el argumento de la diversidad oftecen dos ti pos de objecién, una practica, la otra de principio. La objecién Pric- tica cuestiona la eficacia de las politicas de accién afirmativa. Arguye que la aplicacién de las preferencias raciales no Ilevard a una sociedad mis pluralista o a reducir los Prejuicios y las desigualdades, sino que dafiard la autoestima de los estu diantes Pertenecientes a las minorias, aumentara la conciencia racial en todas las partes, incrementard las Las PREFERENCIAS RACIALES, :VIOLAN Los DERECHOS? la ofiecion principal dice que, por metitorio que sea el objetivo de ue haya més diversidad en Jas aulas o una sociedad mis igual, y por 196 ARGUMENTOS SOBRE LA ACCION AFIRMATIVA mucho éxito que pueda tener la politica de la accién afirmativa en lograrlo, hacer de la raza 6 de la etnia un factor que cuente en las admisiones no es equitativo. La raz6n: viola los derechos de solici- tantes como Cheryl Hopwood, a los que, sin que tengan culpa algu- na, se les pone en una situacién de desver en un ntaja a la hora de competir, Para un utilitarista, esta objecién no tiene mucho peso. Al vere- dicto sobre la accién afirmativa se legaria comparando los benefi- cios civicos y educativos que se derivan de ella con la decepcién que Jes causa a Hopwood y a otros solicitantes blancos que se encuentran en el limite y salen perdiendo. Pero muchos defensores de la accién afirmativa no son utilitaristas; son liberales kantianos o rawlsianos que creen que ni siquiera un fin deseable puede pasar por encima de los derechos individuales, Para ellos, hacer de Ja raza un factor en la admisi6n, si viola los derechos de Hopwood, sera injusto. Ronald Dworkin, filésofo del derecho cuyo pensamiento se orienta hacia los derechos de los individuos, encara esa objecién ar- gumentando que el uso de la raza en Ja accién afirmativa no viola los derechos de nadie."° ;Qué derecho, pregunta, se le denegé a Hopwood? Quizi ella crea que las personas tienen un derecho a que no se las juzgue por factores, como la raza, que estan fuera de su control. Pero la mayor parte de los criterios tradicionales para la ad- misién en una universidad incluyen factores que estan fuera del con- trol de una persona. No es culpa mia que sea de Massachusetts y no de Idaho, o que sea un mal jugador de fitbol americano, o que no sepa entonar una melodia. Tampoco es culpa mia que no tenga la aptitud de sacar buenas puntuaciones en los SAT. Quiza el derecho que esta en juego sea el derecho a que se le considere conforme a criterios académicos nada més, que no se ten- ga en cuenta si juega bien al fitbol americano o si cs de Idaho os ha trabajado como voluntario en un comedor de indigentes. Segin este punto de vista, si mi nota de graduacion, ale paar atte ce los tests y demas formas de medir mis futuras posibilidades académi- cas me sittian entre los mejores solicitantes, me merezco que me admitan. Me merezco, en otras palabras, que seme considere solo segtin mis méritos académicos. JusTICIA orkin, no existe tal derecho. Algunas unj- ii wi ee ee basindose solo poe r parte no procede as: aa ss i tiene derecho a que Jas universidades defi_ ees isefien su politica de admision de manera que oat un tipo particular de cualidades, se trate de la mien sobre todo : in de la atlética o de cualquier otra. Solo cuando capacidad académica, aa d Pee la viniversidad ha definido su mision y establecido los criterios de admision, quien cumpla esos criterios mejor que otros podra tener una expectativa legitima de que se le admita. Quienes resulten ser Jos mejores solicitantes tras tener en cuenta no solo lo que quepa ente de ellos, sino también la diversidad étnica tendran un dere- en las calificaciones 4. Dworkin sostiene Pero c i admiten est’ esperar académicam el servicio a la comunidad, etcétera, admitidos. Pero, en primer lugar, nadie tiene el dere conforme a un determinado y geografica, cho adquirido a ser derecho a que solo se le consi conjunto de criterios."" Ahi se esconde la aseveracion, profunda pero polémica, que constituye el meollo mismo de los argumentos que defienden la accién afirmativa porque fomenta la diversidad: la admisi6n no es un honor que se concede para premiar méritos 0 virtudes superiores. Nia estudiante con altas puntuaciones ni la que procede de un gru- po minoritario desfavorecido se merecen moralmente la admisi6n. La admisién se justifica en la medida en que contribuya al propésito social al que la universidad sirva, no porque premie el mérito o la virtud de la estudiante, definidos de manera independiente. La idea de Dworkin es que la justicia en las admisiones no estriba en pre- miar méritos o virtudes; podremos saber en qué consiste un reparto equitativo de las plazas de primer afio solo una vez la universidad haya definido su misién. La misién define los méritos pertinentes, no jal revés. Cuando Dworkin explica la justicia en las admisiones universitarias llega a lo mismo que Rawls cuando explica la justicia en la distribucién de Ja renta: que no tiene que ver con el mereci- miento moral. 198

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