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Guerra de Corea

Grupo 110

Índice
1. Resumen
2. Información esencial (desarrollo del conflicto)
3. Relevancia del tema para la historia transnacional
3.1. Dimensión económica
3.2. Dimensión política y social
4. Debate historiográfico (otras versiones sobre el conflicto y el papel
de la propaganda)
5. Conclusiones
6. Bibliografía

Resumen
Tras la ocupación japonesa de la península de Corea y la posterior derrota del país
Nipón en la IIGM, Corea fue dividida. Corea del Norte quedó bajo la influencia
soviética y Corea del Sur bajo la influencia estadounidense. El 25 de junio de 1950 tuvo
lugar la intrusión de tropas norcoreanas en el sur, dando así lugar a la Guerra de Corea.
Las agresiones terminaron el 27 de julio de 1953 con un alto al fuego y la posterior
firma de un armisticio. Sin embargo, el conflicto ideológico continúa latente
actualmente.

Información esencial
Para ponernos más en contexto, debemos situarnos en el fin de la Segunda Guerra
Mundial concretamente en la península de Corea territorio anteriormente ocupado por
las fuerzas japonesas y que, tras su derrota, EE. UU y la Unión Soviética 1 acordaron su
división en el paralelo 38, obteniendo el control sur Estados Unidos y el norte la URSS.
Incluso años posteriores se llevaron a cabo conversaciones entre ambos estados con el
objetivo de unificar la península en una sola nación.
Pese a llegar a un acuerdo y encontrase en una aparente situación de balance, el
conflicto latente entre los dos bloques se intensifico debido principalmente a las
escaramuzas fronterizas entre los dos estados recién creados dando lugar a lo que sería
el principio de la guerra fría y a una guerra abierta cinco años después entre varias
naciones.
El conflicto se originó debido al ataque sorpresa en 1950 por parte del bloque norte, que
tras aprobarse el ataque por parte de Stalin se ejecutó el 25 de junio. El objetivo que se
quería lograr era unificar la península bajo un solo gobierno, el comunista, esta idea
tiene sobre todo como cabeza pensante los propios dirigentes norcoreanos que pese a
haber combatido junto a los del sur poseían ideologías contrarias tanto es así que en el
norte se denominaba al sur como “dictadura capitalista” (que en parte era verdad).
Aprovechando la inestabilidad del sur2 y la escasa cantidad de soldados
estadounidenses, la ofensiva se organizó en dos grupos (100000 efectivos en total) que
avanzaban rápida y simultáneamente por ambas costas, conquistando incluso la capital y
reduciendo a Corea del Sur al llamado perímetro de Pusan.

Tras esta rápida acción por parte del norte, Estados


Unidos se reorganiza y decide mandar tropas desde la
vecina Japón, lugar donde tenía una gran cantidad de
efectivos tras la guerra. Además, se hace un

1
La Unión Soviética interviene en esta división principalmente por su participación en la conquista de
Manchuria o también conocida como Operación Tormenta de Agosto. Esto fue debido a la conferencia de
Yalta (1945) donde los aliados pidieron su apoyo contra Japón en el Pacífico.
2
Una de las causas de esta inestabilidad era la inseguridad provocada por atentados y agresiones por parte
de comunistas y campesinos a fines a la ideología de Corea del Norte que de manera obligatoria se
encontraban en el sur.
llamamiento a la ONU la cual proporciona más soldados y equipamiento (15 países) y
autoriza la contraofensiva armada. El hombre puesto al mando para llevar a cabo la
operación fue Douglas MacArthur, comandante supremo de las Potencias Aliadas en
Japón. Inicia la ofensiva con la Batalla de Icheon (septiembre de 1950), batalla en la
cual de manera arriesgada se consiguió reconquistar Seúl, a la par se mandó un
contingente desde el perímetro de Pusan para ganar terreno. A principios de octubre de
ese año se logró estabilizar el frente y devolver el territorio original a ambas Coreas.
Tras este avance tan prematuro, se decidió seguir con él, llegando a un punto de estar a
tan solo unos pocos kilómetros de la recién creada República Popular China, en la que
se comenzó a sentir un posible ataque de las fuerzas aliadas. Por ello en octubre de
1950, junto a la URRS se inició una ofensiva para recuperar territorio y devolver su país
a sus aliados ideológicos. El punto de inflexión llego unos meses después en la batalla
del embalse de Chosin, donde las fuerzas chinas dieron un duro revés a los combatientes
estadounidenses y de la ONU. Tal fue la derrota que el general MacArthur pidió al
entonces presidente Truman el bombardeo atómico de todas las ciudades chinas, debido
a esta respuesta tan desproporcionada fue destituido del conflicto.
Posteriormente solo hubo “un tira y afloja” entre ambos bandos, logrando el
estancamiento del frente y obteniendo las fronteras casi iguales al inicio del conflicto. El
27 de julio de 1953 Estados Unidos y Corea del Norte firman el armisticio. Asegurando
definitivamente el cese de hostilidades armadas.

Relevancia del tema para la historia transnacional


Como podemos leer este conflicto implicó a las grandes potencias ganadoras de la
guerra mundial sucedida años atrás, por lo que de manera inevitable esta lucha, que duro
un total de 3 años, afectó de manera irremediable al sureste asiático. Dejando un total de
algo más de 3 millones y medio de fallecidos entre ambos bandos, incluyendo también
civiles. Esto generó casi en ambas Coreas la tendencia conocida como “War Ruin” que
no es más que una reducción del crecimiento económico a largo plazo en los países
implicados, pero este hecho se vio acentuado en la península, por haber sido un campo
de batalla y, por consiguiente, por la pérdida ingente de varones (afectando gravemente
a la natalidad) e infraestructura. Pese a tener una base “común”, a la hora de
reconstruirse estas prematuras naciones se desarrollaron de maneras muy dispares.

Dimensión Economía
En el caso de Corea del Sur, las primeras dos décadas se basaba en una economía muy
rudimentaria basada en el sector primario dotando de especial relevancia al sector
pesquero. Esto se dio en gran parte como mencionábamos antes por la pérdida de
infraestructura, la cual no solo se remite a objetivos militares o de comunicaciones, sino
también al sistema educativo, sanitario y otros muchos elementos de interés para la
población civil. No se daría hasta la década de los 70-80 un verdadero crecimiento
económico, procurado en gran parte por la inversión extranjera y las políticas de
inversión pública (a entidades privadas principalmente) que en tan solo unos años
desarrollaron de manera muy competente sectores como el textil, industrial o el
tecnológico convirtiéndose así en uno de los países más desarrollados de la actualidad.
Por otra parte, su homónimo del norte no genero un adecuado progreso dada
principalmente por sus acciones políticas, estancándose en el sector primario,
centrándose en la agricultura y la ganadería aun día de hoy. Solo existe un pequeño
crecimiento en la industria en el ámbito militar ya que el gobierno destina gran parte de
los recursos en este sector (para asegurar su posición y evitar injerencias extranjeras).
Su principal socio económico fue y es China con la que desde su independencia
mantiene acuerdos comerciales y relaciones políticas.
El resto de participantes no sufrieron gran repercusión en sus respectivas economías, en
el caso de la URSS al no tener una participación directa no hubo problemas, Estados
Unidos vivía un exponencial crecimiento ya que desde la IGM su economía se basó
principalmente en el sector militar y en su desarrollo, derivando en el alza de otros
sectores.

Dimensión Política y social


La Guerra de Corea supuso un punto de inflexión en las políticas tanto militares como
sociales que llevaban a cabo los dos bloques que conformaban el panorama bipolar
internacional tras la Segunda Guerra Mundial. Por un lado, la URSS, bajo el mandato de
Joseph Stalin hasta 1952, tenía como principal objetivo expandir su influencia por Asia,
puesto que sus poderes sobre Europa eran cada vez más escasos, apoyando así al líder
comunista norcoreano Kim-Il-Sung y a su proyecto de Estado con capital en
Pyongyang, por lo que, pese a no realizar desplazamientos directos de tropas, suministró
de manera constante armamento y ayudas de todo tipo a sus aliados en la península y a
su Ejército Popular.
Por otro lado, el gobierno estadounidense, y en especial el presidente Truman, no
poseían mucho interés -en un principio- sobre el territorio coreano, llegando incluso a
obviar el cada vez mayor anticomunismo que se estaba fraguando en el seno de las
oligarquías americanas y dentro del propio cuerpo del Estado, que presionaban al
presidente para realizar una intervención en el país. Sin embargo, tras la invasión de
Seúl por parte de las tropas del norte, el gobierno de Estados Unidos cambió
radicalmente su visión sobre el conflicto, destinando una cantidad ingente de tropas a la
zona, gran parte de las cuales pertenecían a quince países bajo el nombre del
recientemente creado Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, con tal de brindar
apoyo a Sygman Rhee y a sus aliados.
Este acto sentó un precedente dentro de la política norteamericana, ya que Truman y su
gabinete decidieron participar en la guerra de manera unilateral, sin el consentimiento
del Congreso, el cual posee la capacidad de declarar la guerra y mantener y regular el
funcionamiento de las Fuerzas Armadas. A partir de este momento, esta práctica sería
reiterada en múltiples ocasiones, siendo el propio gobierno de EE.UU. el que tomase la
iniciativa en lo que a incursiones militares respecta, pasando por alto las competencias
del Senado y de la Cámara de los Representantes dentro de este ámbito. Para poder
llevar a cabo esto nunca declararon la guerra formal contra Corea del Norte, sino que
excusaron la presencia bélica en la región como meras misiones en solidaridad con el
Estado surcoreano, descritas oficialmente como una “acción política”. De cara a la
visión pública, las autoridades promulgaron el mensaje de que no se estaba en guerra
con tal de no generar revuelo o pánico por una posible amenaza nuclear, una sombra
latente que acecharía al mundo durante toda la Guerra Fría.
Otra de las piezas angulares dentro de estos sucesos comprendidos entre 1950 y 1953,
era la joven República Popular China regida por el comunista Mao Zedong, quien había
accedido al poder en 1949. En un origen, las autoridades del que actualmente es
considerado el Gigante Asiático no pretendían mantener un papel activo ni fundamental
en el conflicto que se estaba desarrollando en el país vecino, sino que su interés por
Pyongyang era mucho más reducido que el de sus aliados rusos de la URSS, pues su
visión estaba más centrada en las disputas internas políticas nacidas tras la victoria de la
guerra civil que se había producido en el país desde 1927 y se había retomado tras el
final de la Segunda Guerra Mundial. Estas tensiones entre los nacionalistas liderados
por Chiang Kai-shek, que se encontraban en Taiwán, y el gobierno comunista, con
capital en Pekín, se reflejaron en las cumbres de la ONU, en las que la Unión Soviética
intentaba de manera continuada que fuese reconocido el gobierno comunista de Mao
con el objetivo de que se le cediese un asiento en esta institución, pero los
representantes estadounidenses y británicos acababan siempre denegando esta
propuesta. Por esta razón, el delegado ruso intentaba boicotear con su ausencia estas
reuniones, acto que le impediría vetar la petición de Estados Unidos para usar el ejército
comunitario en territorio coreano. Empero, tras el avance de las tropas lideradas por el
general MacArthur (previamente citado en el trabajo), el gobierno chino tomó posición
en el asunto ante la presencia de un enemigo potencial en sus fronteras, apoyando al
bando norcoreano de manera directa, tanto a nivel económico, como político y
armamentístico.
Esta guerra carente de sentido y sin un final claro, pasó casi desapercibida ante la
opinión pública del momento ya que fue eclipsada por las consecuencias de la Guerra
Mundial y por la próxima guerra de Vietnam, pasando a la historia como la “guerra
olvidada” sobre todo por los norteamericanos, quienes habían sido bombardeados por la
propaganda y la desinformación bajo el mensaje de que no existía una guerra en sí
misma o que, por lo menos, esta les afectaba mínimamente. Nada más lejos de la
realidad, pues este conflicto marcó el devenir de los acontecimientos, especialmente los
de la guerra de Vietnam. El mundo cada vez se encontraba más polarizado, generando
en la ciudadanía sentimientos de indiferencia, malestar o miedo por una guerra nuclear,
y posicionamientos tanto fervientemente anticomunistas, como los futuros movimientos
pacifistas protagonizados por los grupos “hippies” de los años 60, que se oponían
totalmente -entre otras cosas- al uso de armas químicas que se había producido en Corea
y en Vietnam (en 1997 entraría en vigor la Convención Internacional sobre las Armas
Químicas, donde se prohíbe su almacenamiento, uso y desarrollo); o las revoluciones y
revueltas principalmente estudiantiles del 68, dándose las circunstancias idóneas para el
nacimiento de las nuevas izquierdas en un contexto anticolonial y con la Guerra Fría en
la mente de gran parte de Occidente y de Oriente.
En la actualidad el sistema político de Corea del Norte, el Juche, mantenido desde la
creación del Estado norcoreano por el Partido del Trabajo de Corea e ideado por Kim Il-
Sung (sistema de carácter socialista, autárquico, militarista y con un fuerte culto hacia la
persona de Kim Il-Sung y hacia su familia, siendo el traspaso de poder prácticamente
hereditario), se encuentra en un momento inestable, debido principalmente a la crisis
económica que atraviesa el país tras la caída de la URSS, y a la retirada del apoyo
político chino después de que diversas acciones coreanas chocasen con los intereses de
esta potencia, especialmente a partir del 2008. A su vez, pese a algunos acercamientos
entre el norte y el sur, sobre todo en los últimos años, las relaciones entre ambas
regiones siguen siendo sumamente tensas y, aunque exista una inclinación por parte de
países como EE. UU. o China para que se produzca una unificación o, por lo menos, se
asegure la paz (llevando a cabo mediaciones y cumbres como la de Donald Trump y
Kim Jong-un en 2019 en Hanói), la situación sigue estancada y con una pésima
proyección de futuro. Corea del sur, sin embargo, se ha desarrollado económicamente
de manera exponencial debido a la inversión extranjera y, gracias a políticas
propagandísticas y comerciales, está traspasando su imagen al resto del globo,
publicitando una parte de su cultura como reclamo turístico y económico, aparentando
prosperidad y situándose para algunos en el grupo de los cuatro dragones -o tigres-
asiáticos, unas potencias emergentes de interés para Occidente.

Debate Historiográfico (otras versiones sobre el conflicto y el papel de la


propaganda)
El gobierno de Corea del Norte ha desmentido en reiteradas ocasiones que sus tropas
iniciasen la guerra que paralizó la vida en la península. Los mandatarios del país
afirman que fueron sus vecinos del sur los que realizaron las primeras incursiones
armadas en su territorio, atravesando el paralelo 38. Esta frontera impuesta por el resto
de las potencias que tenían relevancia en el enfrentamiento era prácticamente ficticia en
una primera instancia y tenía multitud de espacios no vigilados, por lo que era posible la
presunta presencia de un bando y el otro en el territorio enemigo.
Además, en 1952 el gobierno de Pekín y el de Corea del Norte acusaron ante el Tribunal
de la ONU el uso de armas bacteriológicas por parte del ejercito estadounidense en
territorio coreano, con la finalidad de arrasar con campos de cultivo y mermar las
fuentes de alimentación y la moral de la población civil. Sin embargo, no existían
pruebas concluyentes que desvelasen una actuación militar de estas características en la
región y el caso se archivó. Asimismo, la URSS se posicionó a favor de sus aliados
asiáticos cuando lanzaron estas acusaciones, pero tras su caída en 1991 algunos
informes soviéticos dejan entrever dudas en cuanto a la veracidad de estos postulados.
Estos mensajes permiten vislumbrar la fuerte industria propagandística que poseían
tanto las naciones pertenecientes al bloque comunista, como aquellas dispuestas en el
bloque occidental-capitalista. Ambos sectores mandaban mensajes y eslóganes
diseñados para manipular a la población y ponerla en contraposición al bando enemigo,
dirigiendo su forma de pensar e intentando acabar con la conciencia crítica; algunos de
los cuales se fundamentaban en la demonización absoluta del enemigo, planteando que
realizaban atrocidades como la experimentación con prisioneros de guerra o la creación
y utilización de armas biológicas, como en el ejemplo anterior.
Cabe destacar que si se produjo una devastación absoluta durante la guerra, quedando
especialmente dañada la parte norte tras los bombardeos masivos, no solo con bombas
convencionales sino también con bombas químicas como es el caso del famoso gas
mostaza. Este hecho podría suponer una de las principales causas que dan lugar al
profundo nacionalismo presente en la ideología norcoreana, en la que se rechaza
cualquier tipo de influencia extranjera, especialmente la occidental.

Conclusiones
La guerra de Corea fue un conflicto fratricida que enfrentó a familiares, amigos y
compañeros que años antes habían luchado de manera conjunta contra el yugo del
Imperio de Japón de la Segunda Guerra Mundial. Supuso el campo de pruebas de un
enfrentamiento aún mayor, de carácter transnacional, que se estaba produciendo a escala
mundial entre el 1947 y el 1991, la Guerra Fría, la cual sigue repercutiendo hasta
nuestros días en una dimensión geopolítica y en una económica, con las grandes
superpotencias chocando entre sí por sus motivaciones enfrentadas. Fue una
conflagración que dividió a dos países emparentados gracias a la posición
geoestratégica relativa de la península, al pánico de un holocausto nuclear, y a la pugna
ideológica de la URSS y de EE. UU., dejando como consecuencia, que ambas naciones
hoy en día siguen separadas, con concepciones contrapuestas de la sociedad y con unas
profundas tensiones que amenazan con desembocar en otra guerra. Corea fue un campo
de pruebas, tanto armamentísticas como propagandísticas y políticas, que sirvió como
precedente para futuras guerras, como la de Vietnam o la de Irak.

Bibliografía

Carcedo, Diego. Corea, el primer ring de la Guerra Fría, artículo publicado en el


número 482 de la revista Historia y Vida, La vanguardia.
Blakemore, Erin. ¿Por qué la guerra de Corea nunca terminó, técnicamente?,
nationalgeographic.com, 25 jun 2020.
Desconocido, formacionimpulsat.com, Impulsa T (01/02/2021)
Almarza González, Rubén. Breve historia de Corea. Madrid, Nowtilus Ediciones. 2021.
González Garrido, María Elena, Los efectos económicos de la guerra, Trabajo de fin de
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Aguado Gamero, Patricia, El fin del conflicto coreano: La unificación pacífica de la
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Fernández Liesa, Carlos R. y Borque Lafuente, Emilio, EL CONFLICTO DE COREA,
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Luna, Joaquín, China ya acuso a EE.UU. de enviarles un virus en 1952, La Vanguardia
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Olsen, Edward. Korea, The Divided Nation, Preager Security International. 2005.

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