pesar de tener un empleo estable en la carpinteria de Manolo, los fines de semana se dedica a servir ccopas en la discoteca mas «caferas de Ia ciudad y disfrutar a tope de sus rt- ‘mos preferidos. A Fani, su compaiie- rade barra, leocurre lo mismo. Aam- bos les encanta explicar como los vae sos de cubata se desplazan por el ‘mostrador del bar al son de la mtsica vertida por los altavoces. El nico in- conveniente que encuentran en el asunto es que deben hablarse junto al ido para entenderse Germin siempre lleva colocados los auriculares de su MP3 cuando esté en la carpinterta; se pue- de decir que slo se los quita para ir a desayunar y cuando precisa hablar con sus compaieros. Normalmente, pone la ‘musica a un volumen fuertecito para contrarresta el ruido que hay en el local y escucharla sin interferencias. El joven hhace cinco aos que esté contratado en la carpinterfa y, aciualmente, ocupa la mayor parte de su tiempo en tareas que precisan la utilizacién de la sierra de cinta; esta mi- quina esté ubicada junto a la cepilladora que maneja To- Descripeién: | G=rmin ets loco por la Pelee ica Tenaga fl mds, el compaitero con el que mejor se entiende. Es ahora del desayuno. Germn, Tomas y otros emplea- dos estan discutiendo sobre el ruido que hay en el ta- Ter. Tomas opina que cada vez le resulta mas molesto ‘wabajar con aque jaleo, sobre todo en verano cuando © ponen en marcha los ventiladoresy las puertas de la calle quedan abiertas. Le advierte a German que debe- la ponerse ls protecciones que les dieron en la empre- sa, sobre todo cuando usan las dos méquinas ala ver, la cepilladura ya sierra de einta, porque el ruido es consi- erable. El resto de compaferos cree que Tomés es un exagerado, Sin embargo, él insiste y les recuerda que ‘cuando hicieron las prucbas médicas, Ihace ya varios ailos, hablaron de 87 decibelios y les aconsejaron llevar las ‘orejeras protectoras. Germén comen- ta que él prefiere escuchar su miisi- cca, a llevar esos trastos, pero le hace repetir a Tomas lo de los decibelios porque no lo ha entendide bien, Sus compaiteros estallan en carcajadas ‘ante el comentario y uno de ellos, ddandole un manotazo en la espalda, Te dice: jj Chaval, qué te estés que- dando sordo!