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Cuidarse 

para poder cuidar. Atendiendo el malestar de las profesiones sociales 175

Cuidarse para poder cuidar. Atendiendo el


malestar de las profesiones sociales

Carmina Puig i Cruells*1


Cuidarse para poder cuidar. Atendiendo el malestar de las profesiones sociales
Carmina Puig i Cruells

Resumen
El artículo quiere contribuir a la generación de consciencia sobre los efectos que produce
en los profesionales el trabajar con situaciones de riesgo psicosocial y promover la atención y
la proactividad en lugar de instalarse en el malestar. De lo contrario este malestar se trasladaal
interior de losequiposy, en última instancia, también a laspersonasatendidas.
Los profesionales son el recursomásvalioso del sistema de servicios sociales ydeben de
cuidarse para poder cuidar. Cada día se enfrentan con historias de superación, perotambién de
dolor y de frustración, que losconfrontan con ellosmismos.
Para ello se fundamentanpropuestasteórico- prácticas: la interdependencia, la inteligen-
ciacolectiva, el doble cuidado, el atender la subjetividad, la mirada molecular sobre lassi-
tuaciones, la confianza, el volver a la palabra, la creatividady el cuidado, el investigar para
cuidarsey por último la supervisión social. Todas ellas son las reflexiones resultantes de una
práctica sistematizada y un estudio realizado durante la práctica de la supervisión con diez
equipos de profesionales y sesenta profesionales del ámbito psicosocial. Se busca contribuir a
la construcción de una mirada colectiva y así fundar una cultura del cuidado profesional.

Palabrasclaves: Cuidadosprofesionales, supervisión, profesionales.

Introducción les, al mismo tiempo que maximiza su com-


petencia con las personas atendidas.
Los profesionales sociales hablan sobre Queremos abordar la temática desde una
el cansancio que sienten, especulan sobre el perspectiva psico-social y fundamentada prin-
malestar que sienten, pero en la práctica se cipalmente en los autores Bleichmar (2009),
considera que tener cuidado de uno mismo Dejours (2006). Leal (2003-2006), Molinier
está relacionado con mantener una buena sa- (2013-2015) orientados desde el psicoanáli-
lud y como máximo, hacer ejercicio físico. sis. Optamos por relegar el tratamiento de los
Este artículo huye del enfoque fisiológi- problemas desde una orientación de la fatiga
co y es una primera contribución a una nue- por compasión o el trauma vicario planteado
va perspectiva, una nueva mirada fruto de la por Rothschild (2006) en su obra “Ayuda para
experiencia como supervisora de equipos que el profesional que ayuda”, así como por los
pretende generar estrategias concretas para planteamientos psicofisiológicos planteados
favorecer la salud mental de los profesiona-

* Profesora Titular de la Universidad Rovira i Virgili. Tarragona. Supervisora de equipos. carmina.puig@urv.cat


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por Figley, Adams & Boscarino (2008) y Fi- Todo ello se ha realizado a través de la
gley (2014). sistematización de la práctica de las sesiones
Las discusiones sobre el estrés y sus de supervisión. Esta es entendida como la re-
efectos en las profesiones sociales y como el construcción teórica de una experiencia prác-
compromiso y la responsabilidad de los pro- tica concreta y realizada (Gagneten, 1987;
fesionales pueden conducir a cambios ensu Aguayo, 1992; Ayllón, 1995). Justamente ha
bienestar psicológico, físico y espiritual son sido a través de la sistematización práctica de
antiguos. En el ámbito del trabajo social qui- las sesiones y contenidos de las supervisio-
zás el autor más tratado y clásico sea la apor- nes que se han ido elaborando las diferentes
tación en 1974 de Herbert Freudenberger- propuestas que se desarrollan y así se ha so-
texto que se ha transformado en un referente metido a análisis la experiencia como super-
cardinal para el abordaje del cansancio en el visora y de los supervisados. Este proceso se
ámbito social, justamente en Puig (2005) se ha desarrollado durante los años 2013 y 2014
han analizado estos fenómenos y su expre- dialogando con más de diez equipos confor-
sión profesional. mados por sesenta profesionales.
Fundamento las propuestas de cuidado en En este sentido la sistematización de la
la idea que los síntomas de agotamiento pro- práctica se sustentado en una metodología
fesional propuesto por Freudenberger son un etnográfica que ha servido de herramienta de
problema acuciante y que es posible la ayuda investigación de procesos que no dependen
cuando los profesionales expanden su cons- tan solo de los instrumentos de registro y de
ciencia y practican activamente algunas de las medida, sino que incorpora al investigador en
propuestas psico-sociales señaladas. Para ello el proceso. La experiencia, el saber hacer y
he tratado de crear y delimitar diferentes pro- estar se erigen en elementos determinantes.
cesos y propuestas prácticas, fundamentadas Diferentes aspectos aproximan la etno-
principalmente con los autores descritos. grafía y la supervisión: el oficio de ser super-
También se ha problematizado sobre los visor o etnógrafo depende en gran parte de la
efectos que tiene sobre los profesionales tra- observación, he aquí su riqueza, pero también
bajar con personas y situaciones de violencia, su límite. El supervisor necesita tiempo y ex-
vulnerabilidad y pobreza, así como el no po- periencia para aplicar la mirada con sentido,
ner atención a la idea expuesta por Dejours: una y otra vez. Debe ir y venir a la percepción
“se han desatendido los sufrimientos del tra- consciente, atenta y crítica del grupo o per-
bajo y en general el de las relaciones entre sonas supervisadas. Ya que el contexto que
subjetividad y trabajo” (Dejours, 2006: 35). se observa o se trabaja no es ajeno ni al su-
Otro eje que fundamenta mi trabajo mul- pervisor ni al etnógrafo. Estos contextos ob-
tidisciplinario e integrador es mi participa- servados le retornan su presencia y lo hacen
ción en procesos de supervisión desde finales partícipe de los efectos de su observación o
de los años 80 y la trayectoria de investiga- intervención haciéndolo conocedor y produ-
ción realizada sobre este tema. Esta se sitúa ciéndose aquí una mutua afectación entre los
en la intersección de diferentes marcos teó- participantes (Galindo, 1995).
ricos: trabajo social, teoría sistémica, teoría Tanto el supervisor como el etnógrafo
psicoanalítica, la ética del cuidado que nos son testigos de lo que ven, de lo que escu-
propone Gilligan, (1985) y las capacidades chan, de los discursos implícitos y de lo que
transformativas de Sharmer (2007), Kofman hay de latente en aquello manifiesto. A me-
(2007), que integran artes, prácticas y cien- nudo son testigos de las dinámicas subjetivas
cias que ayudan a evolucionar competencias del discurso de los otros.
individuales y colectivas desde diversos ejes: Así es como el oficio de la mirada y el
uno desde “el ser” (más interno) y el otro “el sentido se convierte en una escucha que busca
hacer” (más externo). no tener prejuicios y que va desde el sentido
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común a la opinión, de la escucha a la intui- dos, y ordenaremos lo acontecido en la expe-


ción analizada. La mirada y la escucha son riencia generando conocimientos.
las herramientas principales de la indagación,
elemento característico de las primeras etapas
de la supervisión y de la investigación etno- 1. Propuestas paracuidar y cuidarse en las
gráfica. profesiones sociales
El transitar desde el sentido común a la
fase indagadora se da en una transición sutil, Las propuestas se fundamentan en tres
es un cambio de actitud, dónde los significa- ejes: el derecho a cuidar, cuidarte y que te
dos son puestos en entredicho, la reflexión se cuiden. Partiendo de la inferencia que los
desarrolla al máximo. Esto es lo que es busca profesionales son el recurso más valioso del
también la etnografía. Malinowski ya planteó sistema de servicios sociales, educativos y
la cuestión del “estar allí” en el sentido de que sanitarios, y se enfrentan cada día a historias
la investigación etnográfica «en su límite bo- de superación, pero también de dolor, de frus-
rra prácticamente...la distancia afectiva entre tración que son duras de soportar y que los
observador y lo observado...la tensión entre confrontan con ellos mismos.
los momentos arquetípicos de la experiencia
etnográfica, el empapamiento y la escritura»
(Malinowski, citado en Geertz: 1989: 93). 1.1. Interdependencia
Por último, proponemos comunicar las
reflexiones que han acontecido como resul- La primera propuesta se plantea bajo la
tado de esta sistematización de supervisio- rúbrica de la interdependencia. Las personas
nes con profesionales del ámbito psicosocial. somos interdependientes, nos necesitamos
Ellos, sus aportaciones han guiado las direc- los unos a los otros para sobrevivir. Conti-
trices de las propuestas que se formulan, que nuamente estamos intercambiando e interac-
no tienen otro objetivo que el de amplificar tuando y es precisamente en este intercambio
la toma de conciencia sobre las necesidades donde surgen los efectos más brillantes y los
profesionales y sobre todo de los efectos que más miserables de las relaciones. Todos for-
produce estar trabajando con situaciones de mamos parte de este entramado de dependen-
crisis social y así generar, dentro de lo posi- cias puesto que todos ayudamos.
ble, nuevas prácticas e instrumentos para es- La ética del cuidado nacida en Estados
tar atentos hacia los otros y hacia uno mismo Unidos, de la mano de Carol Gilligan reco-
con el objetivo de evitar y prevenir instalarse noce la vulnerabilidad como una condición
en el malestar personal, en el malestar en los común de la humanidad. En su obra destaca
encuentros con el otro o en el interior de los que somos seres vulnerable extraordinaria-
equipos. mente frágiles y dependientes a lo largo de las
También esperamos favorecer la cons- diversas etapas de la vida y que es necesario
trucción de una mirada más colectiva y así aceptar que somos vulnerables, que nos nece-
generar ideas, estrategias y destinar recursos sitamos los unos a los otros (Gilligan, 1985).
a fundar una cultura del cuidado en sentido Estas afirmaciones se oponen al valor neoli-
global: hacia las personas que atendemos, ha- beral de la autonomía total y la independencia
cia los compañeros y hacia uno mismo. de la necesidad del otro. Guilligan nos dice
A continuación, desarrollaremos pro- somos interdependientes.
puestas para cuidarse y cuidar en las profesio- Con los planteamientos neoliberales im-
nes sociales en la que presentaremos, a partir perantes y las políticas públicas menguando,
de una instancia de reflexión individual como las garantías del estado del bienestar están en
supervisora y otra colectiva de los supervisa- peligro. En contrapartida el uso de métodos
de gestión del mundo industrial, basados en
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los retos de la competencia económica, están Ni todo depende de mí ni todo depende


más presentes que nunca en los sectores pú- de los otros, así es. Esta actitud hace refe-
blicos a través de la gestión del caso en servi- rencia a las iniciativas y nuevas formas que
cios sociales, la gestión sanitaria y también la uno puede ejercer sobre sí mismo y su entor-
gestión universitaria. Todos están regidos por no para que sea más equilibrado. La idea es
las reglas de la buena gestión que si bien son que no todo me viene dado desde fuera de mí,
imprescindible para la administración de los poder cuidar bien a los otros empieza por un
recursos no toma en cuenta el trabajo real de mismo y su medio inmediato.Esto requiere
tener cuidado de las personas. poder preguntarse ¿con quién? ¿Dónde? ¿De
Esta situación hace que tengamos que re- qué manera y de qué forma quieres y quieren
tomar y poner en valor la cultura del cuidado, ser cuidados? ¿Cómo establecer relaciones,
en el sentido de preocuparse por la atención, debates, construcción conjunta de ideas? ¿En
por el trato de los otros. No es suficiente con qué tiempos quieres y puedes hacerlo? No
tratar bien técnicamente. Las personas quie- todo depende del otro.
ren “estar informados, sentirse seguras, que
se ocupen de sus problemas y sus preocupa-
ciones” (Molinier, 2015: 2). Esto es más ne- 1.3. Doble cuidado
cesario que nunca. Lo necesitamos todos para
estar-bien, para dar y darnos bien-estar. La ética del cuidado nos aporta la nece-
El bienestar atraviesa a los profesionales sidad de mantener un doble cuidado. Hacia
que trabajan juntos, a los equipos de dife- nosotros y hacia las personas atendidas.
rentes instituciones que trabajan desconecta- Profesionalmente estamos abocados a
dos y con poca comunicación. Intercambiar trabajar muy atentos en un doble cuidado: por
siempre ha sido importante, ahora acontece un lado, se nos supone una experiencia y sa-
como imprescindible porque los espacios de ber que actúa como resorte de confianza en
intercambio de atención, de conocimiento las personas que atendemos, somos facilita-
consciente y compartido, transforman nuestra dores de acciones sociales en beneficio de las
manera de vivir y son saludables, curan y ha- personas. Pero cómo escribe Tronto, la aten-
cen bien. ción se estructura como una continuidad con
lo que cada uno necesita y nunca como una
dicotomía entre los que son atendidos y los
1.2. Inteligencia colectiva cuidadores. Los profesionales necesitamos
poder reconocer nuestra vulnerabilidad e in-
Una segunda premisa la inteligencia co- terdependencia y así quizás podremos pensar
lectiva. Ni todo depende de mí, ni todo de- de nuevo sobre nuestro rol y responsabilidad.
pende de los otros. Los acontecimientos y el “[...] el cuidado no es una moral de los bue-
insuficiente desarrollo del estado del bienestar nos sentimientos, es un proyecto social[...]”
se han ido tragando una gran cantidad de in- (Tronto, 2013: 44).
teligencia colectiva de los profesionales, que Mantener una atención hacia nosotros
ahora se encuentra suelta y desperdigada, y mismos es completamente necesario para no
no encuentra caminos para volver a re-pensar causar daños, para atender a lo que se está
las situaciones. “La sensación de derrota es sintiendo y no traspasarlo (dentro de lo po-
tan grande que ha dejado a los profesionales, sible) a las personas atendidas (mal humor,
a los intelectuales rendidos no sólo política- frustración). Para controlar las expectativas
mente, sino a nivel de pensamiento. Es cómo profesionales y deshacerse de la idea de que
sino se pudieran pensar nuevas opciones. trabajar con los otros o posibilitar el acceso a
Se ha impuesto una realidad no la realidad” los servicios, satisface plenamente el espacio
(Bleichmar, 2009: 30). personal-profesional. A menudo se les exige
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tomar distancia y separar de forma artificial El contexto individualista, basado en la


la vida del trabajo, pero este mandato es con- búsqueda de la satisfacción de uno mismo, y
traproducente porque niega la realidad y el que a menudo evita el encuentro con el otro,
riesgo. Los profesionales, siempre subjetivos pudo hacer creer en un estado del bienestar
en tanto que sujetos, sufren, sienten, tienen que suplía la propia responsabilidad. Quizás
esperanzas e ilusiones. Es desde este sujeto en el imaginario social no nos hacía falta el
que se creaempatíay se puedeatender al otro. otro y hoy es posible descubrir que las posi-
La conciencia del riesgo y de los límites es lo ciones del cuidador y del cuidado no son fijas
que permite escuchar y aproximarse al otro, y ambos tienen algo que ofrecerse. Se basan
y comporta la necesidad de pensar y generar en la relación y que no son reducibles a una
recursos protectores. actividad ni a una actitud de una sola persona,
sino que se apoya en el trabajo en común.
Se necesita volver a lo colectivo, a creer
1.4. Atender a la subjetividad y sentir que mi vida no sólo depende de mí,
sino de todos los que me rodean. El trabajo,
Las transformaciones sociales son tan rá- el desarrollo profesional, la familia, los ami-
pidas que requieren de atender a la subjetivi- gos, las personas con las que podemos actuar.
dad, de lo contrario no es posible asumirlas; Dependemos de lo colectivo, de aquello que
no se pueden subjetivar, ni hacerlas nuestras es común, de saber poner en valor nuestro po-
tan deprisa (León & Zemelman, 1997). Los tencial colectivo. Una alternativa seria reali-
problemas se tienen que superar y resolver zar un trabajo basado en la cooperación, en
muy rápido; se quiere todo para ahora mismo. la atención compartida a las pequeñas cosas.
A menudo la respuesta profesional es
actuar, hacer, obteniendo en parte, gran satis-
facción del trabajo realizado, a pesar de que 1.5. Mirada molecular
sabemos que cuidar de las personas no es tan
solo actuar, dar prestaciones, hacer informes Dotarse de una mirada molecular es una
o gestionar. propuesta pro activa. La atención social está
Para atender a la subjetividad hay que necesitada de aplicar una mirada más mole-
recuperar la espera, que no es la pasividad. cular, más atenta (Esquirol, 2006) a las trans-
Sostener la espera implica que se moviliza un formaciones mínimas que acontecen en los
proceso psíquico de reflexión y anticipación procesos subjetivos de las personas. Precisa
en el profesional, que puede resultar útil para concentrarse, detenerse y apoyar la interven-
elaborar la propia irritación que se produce ción en los procesos minúsculos que aconte-
cuando se trata de no hacer, de no ofrecer un cen a las personas, también en los momentos
recurso o de respetar otro ritmo profesional de crisis. En términos de cuidado hay que
(Cancrini, 1991). Atender cuidadosamente prestar mucha atención en las relaciones, co-
nuestra subjetividad es no danzar al ritmo del nexiones, redes, que hacen estas personas.
urgente, de lo que es noticia. La concentración en los procesos imper-
En este sentido atender a la subjetividad ceptibles que suceden en las personas permite
no es conformarse con reunir mucha informa- a los profesionales poner en valor sus inter-
ción sobre las personas. Sabemos que estar venciones de contención y soporte, aunque
enterados, tener sobre o infra información, estas sean invisibilizadas socialmente. La ta-
a veces, puede disparar intervenciones y de- rea del cuidar moviliza procesos de reflexión
cisiones sin tomar la suficiente distancia que y anticipación del profesional para elaborar
permita que fluya la reflexividad y la calma los procesos de irritación, incomodidad que
justamente para atender debidamente la pro- se genera cuando se trata de no hacer, de es-
pia subjetividad. tar presente, pendiente sin acto. Este trabajo
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atento, con la mirada puesta en lo molecular 2013)2 normalmente entre dos puertas, pero
moviliza saberes discretos que tienen su efi- simbólicamente un espacio de tránsito donde
cacia precisamente en la invisibilidad. las personas atendidas no están ni integradas
Estar atento a la vulnerabilidad y al su- (dentro del sistema) ni excluidas (fuera del
frimiento es una actitud central en las activi- servicio). Están en un espacio evolutivo in-
dades de cuidar y esto expone a los profesio- termedio, de difícil evaluación debido a su in-
nales mantener una mirada molecular porque visibilidad, pero que los ayuda a construir su
hay que sentir, estar atenta a las dificultados confianza, su capacidad de superación, y que
de los otros para poder hacer bien el trabajo. les permite construir sus acciones o reacciones
Por una parte, se pide más calidad en los a lo que les está sucediendo. Es un espacio de
servicios y de manera simultánea aumenta la valor incalculable pero que no se puede medir
lógica de la gestión y de la evaluación a par- bajo las leyes de la economía de mercado.
tir de criterios objetivables. Sin duda es na- Ahora bien, también hace falta confianza
tural que tratemos de tener buena atención y en uno mismo como profesional para poder
cuidado a la vez que gestionamos de manera decir no, poder decir basta, para poder poner
óptima los recursos de los ciudadanos. Pero límites. Cuidarse implica esfuerzo, conoci-
la objetividad evaluadora no siempre es com- mientos, preguntarse cómo conozco y trato
patible con la realidad del trabajo de cuidar. al otro, coopero y reflexiono conjuntamente.
La cultura del cuidado implica habilidades Son justamente este conjunto de prácticas de
discretas, encaje emocional y considerar a las cuidado las que están llenas de decisiones
pequeñas cosas inefables. Una conversación, donde no hay reglas fijas sino contextuales,
entrelazada en la cotidianidad o en la textura que implican reflexión y tiempo improducti-
de la vida cotidiana, como nos remarca Oury vo (Molinier, 2013).
(2007). A veces se hace difícil de evaluar este Para todo ello hay que poder hacernos
trabajo que a menudo sólo tiene sentido a largo confiables. Ser más claros y rigurosos, si
plazo o de manera inesperada. El tiempo de la cabe, en las narraciones sobre la realidad que
gestión no siempre coincide con el tiempo del se trabaja. Explicarse mejor en los entornos
cuidado, más flexible y discontinuo. de influencia; exponer con transparencia los
marcos desde donde se puede trabajar y ma-
nifestar posicionamientos. Todo otorga credi-
1.6. La confianza bilidad a los sistemas donde operamos y hace
más confiables a los profesionales.
La sexta propuesta se fundamenta enla Abandonar lo que Bleichmar denomina
confianza, hacia las personas que atendemos “como una autocensura”, que no sólo está con-
y hacia nosotros mismos. dicionada por ser funcionario o pertenecer a
La confianza es un factor básico en las una determinada empresa sino por algo menos
personas, tanto para la autoestima como para tangible, que tiene que ver con la falta de una
la convivencia. Se necesita recuperar la con- perspectiva compartida respecto de la posibili-
fianza en nuestros representantes, pero tam- dad de esbozar o diseñar algún tipo de propuesta
bién la confianza con los compañeros, con las nueva. Ella lo atribuye al “malestar sobrante”,
familias, con los jóvenes con los que traba- en el sentido de que este malestar viene dado
jamos. La desconfianza es un tóxico que nos por la falta de un proyecto, por el sometimiento
deteriora y nos hace débiles. a la idea de que las cosas son así y siempre serán
Poder recuperar la confianza con las per- así, y que lo único que podemos hacer es amol-
sonas está en relación con la espera atenta del
otro, sostenida por el profesional, es en reali- 2 Conferencia pronunciada 12/3/2013 por Itziar González.
Arquitecta, con motivo de la entrega de la medalla de
dad construir un espacio de umbral (González, oro del Colegio profesional del Trabajo Social. Catalu-
nya. Obtenida 1 de junio de 2015 https://youtu.be/xV1I-
HuRVSAk.
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darnos a lo que hay. Es este malestar el que trae tividad es necesaria para reconocer y partici-
la resignación hacia aspectos sustanciales de un par en las iniciativas sociales que acontecen
mismo (Bleichmar, 2009). De este modo, como en nuestros territorios o servicios y requiere
dice Muraro (2012), nos reducimos a una exis- interés para saber lo que saben los otros, las
tencia disminuida. personas que atendemos, los compañeros, los
Es necesario recuperar el pensamiento de otros servicios del territorio. Hay que resaltar
las cosas, sobre lo que pasa y sucede a nuestro la importancia de incorporar la perspectiva
entorno, más allá de la inmediatez, y no asu- del usuario en los modelos de intervención y
miendo paradigmas insostenibles de atención evitar dentro de lo posible las rutinas cotidia-
que nos alejan del conocimiento de la reali- nas acríticas.
dad y nos colocan en una repetición ritualitza- Cuidar conlleva disponer de creatividad
da (PIRMIS, ayudas económicas) que abocan técnica para dotar a los recursos y las presta-
al desaliento y a la parálisis intelectual. ciones de un nuevo significado. Los recursos
Quizás nos sobran imágenes, actos. Para no pueden cubrir de manera total lo que las
ello hay que volver a la palabra. Nos faltan personas esperan de los servicios. Los profe-
palabras, conversaciones, diálogos para ge- sionales pueden acompañar procesos, mostrar
nerar alternativas o soluciones. Necesitamos posibilidades, distribuir prestaciones, etc.,
volver a la palabranombrar lo que pasa des- pero el grado de satisfacción de las personas
de nosotros y no desde la agenda de los otros atendidas y el de los profesionales es limi-
(políticos, responsables de servicios). tado. Es recomendable no caer en un sobre
También la priorización durante las úl- exceso de valoración del poder transformador
timas décadas de un trabajo individualizado, de los recursos (Puig, 2008).
masivo e invasivo, ha generado pérdidas de Necesitamos re- significar los recursos, en
palabras, experiencias y saber que otras gene- el sentido de dotarlos de nuevos significados.
raciones profesionales tenían sobre el trabajo Estos deben de ser utilizados en su justa medi-
con grupos y colectividades. da porque en caso contrario se devalúa su valor
El regreso a la palabra abre nuevas posi- e invalidamos el poder de cambio que tiene un
bilidades, “el lenguaje es generador; da orden recurso bien indicado y orientado.
y sentido a nuestra vida y a nuestro mundo Es importante prestar atención al mode-
y opera como una forma de participación so- lo de gestión imperante: primero el recurso y
cial” (Anderson, 2000: 22). Estas pasan por después la persona. A menudo los profesiona-
recuperar el diálogo intergeneracional, el les son presionados para resolver rápidamen-
diálogo intercultural, y sobre todo el diálo- te los problemas, las listas de espera, cuan-
go entre profesionales. Tan solo el diálogo, do todo ello es muy complejo, y se sabe que
la palabra y el trabajo colaborativo nos pue- algunos problemas desaparecen a largo plazo
des conducir a ser creativos. Necesitamos ser y algunos no tienen solución. No creer en la
creativos para generar alternativas de trabajo, validez del recurso significa descuidarse pro-
de acción social, alternativas que tienen que fesionalmente, ya que como nos indica Leal,
recuperar aquello que sabíamos hacer cuando lo que genera más incomodidad en el profe-
no había dinero, cuando no teníamos recursos. sional no es la necesidad que le expresa el
La innovación social necesita de la capacidad usuario sino la posición que éste adopta ante
para impulsar prácticas concretas y sostener la misma. Quizás la necesidad sea objetivable
la impotencia, y así generar alternativas.3 [...] pero el sujeto necesitado, el que expre-
La conciliación entre creatividad y el cui- sa, ... yo necesito... me hace falta... apela a
dado profesionalson imprescindibles.La crea- la subjetividad y apunta a la subjetividad del
que escucha” (Leal, 2006: 37).
3 Enrique Sacanell (2009). Curso sobre calidad ser-
vicios sociales. Obtenido el 27 de mayo 2015 http://
Tenemos que avanzar hacia una re-signi-
es.slideshare.net/sacanell/curso-calidad-servicios-socia- ficación de los recursos materiales. Con este
les-2009-eudel-ivap.
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propósito, planteé en algunos artículos de espacio de renovación durante el ejercicio


2007 diferentes maneras de aproximación a profesional, se caracteriza por ser un ámbito
las prestaciones, recursos y a las que denominé de reflexión sistemática sobre la acción profe-
micro-intervenciones para la mediación de los sional sin cumplir funciones de control. Es un
recursos, y que ahora denominaría prácticas de espacio para preguntar, para exponer dudas,
cuidado. Las micro-intervenciones refieren a para canalizar la no solución y debatir con-
orientaciones que sitúan al recurso en su capa- flictos. El grupo y el supervisor escuchan y
cidad real de apoyo. Respetando los requisitos permiten que fluya la subjetividad de los par-
de una prestación sin usarlas como reparación ticipantes (Puig, 2015, Hernández, 2000).
de lo que no existe en el sistema. De lo contra- Se basa en la experiencia y la práctica
rio, como nos dice Leal (2006) “las personas profesional, con el fin de mejorarla. Su fun-
no pueden aceptar las prestaciones como fun- ción es pensar sobre lo que se hace, sobre el
ciones neutrales y es el vínculo y la implica- trabajo, para devolverlo a las personas atendi-
ción lo que fatiga y agota a los profesionales” das. Este es el gran potencial formativo.
(Leal, 2006: 38). Es necesario reconocer que, La supervisión permite que puedan ser
aunque las instituciones han hecho un esfuerzo reconocidos problemas y experiencias dolo-
por dotarse de protocolos estandarizados, con rosas que se sufren en el trabajo y tiene efec-
ellos se afrontan las necesidades, pero no los tos terapéuticos en la medida que contiene,
efectos vinculados a ella. trata y posibilita la elaboración de dificulta-
Investigar para cuidar y cuidarse. La in- des de forma cooperativa. El supervisor no
vestigación es una manera de autocuidado. Esta tiene funciones de control, ni de coordina-
se puede hacer investigando sobre la práctica y ción, ni de dirección. Por este motivo es una
la acción profesional a través de la sistematiza- condición indispensable que el supervisor
ción. Son necesarias investigaciones que apor- sea independiente y foráneo de la institución
ten construcciones teóricas desde la experiencia contratante. Es justamente esta posición del
práctica concreta. Se trataría de partir de la ex- supervisor, distando de la tarea y de la insti-
periencia profesional como unidad sometida a tución, que se convierte en una oportunidad
un proceso de análisis (Aguayo, 1992). para el supervisado de descubrir fortalezas
Pero ¿cómo cuida la investigación a los personales y profesionales.
profesionales? La investigación nos da cono- En las sesiones de supervisión se pueden
cimiento sobre aquello que se ha hecho y ha tratar casos o los efectos que las situaciones
resultado útil y ha generado bienestar en las institucionales tienen sobre la intervención
personas y ayuda a identificar aquellas actua- profesional. Aquello que permite al super-
ciones profesionales sin sentido y que no se visor intervenir es el acuerdo de los parti-
tendrían que repetir. Permite identificar for- cipantes de mantener un espacio en el cual
mas alternativas de hacer acción social que estén garantizadas la escucha, la palabra, la
superen las estructuras rígidas de algunos en- participación y la confidencialidad. Para los
cargos institucionales. Para realizarinvestiga- equipos, la supervisión es muy conveniente
ciónydocenciadebemos que proponermarcos, y aconsejable, a veces es imprescindible y
pedirtiemporeconocidoy recursos en nuestra- siempre resulta útil.
sinstitucionesyasí poder repensarsecomopro- En Cataluña diferentes instituciones han
fesionalesyhacerlocolectivamente. hecho suya esta práctica. Concretamente, hay
La supervisión social una forma de aten- experiencias de colegios profesionales en
ción y autocuidado.La supervisión es por ex- convenio con diputaciones, de universidades
celencia una forma de atención de cuidado en convenio con administraciones locales o
de los profesionales.4 La supervisión, como gobiernos comarcales que han contratado ser-

4 Entrevista Carmina Puig. “Los profesionales somos el sonas y debemos cuidarnos para cuidar” Obtenida 4 de
recurso más valioso del sistema de atención a las per- junio 2015. http://www.social.cat/entrevistes
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vicios de supervisión externa y de este modo Anderson, H. (2000) Conversación, len-


han apoyado a sus profesionales, etc.5 guaje y posibilidades: Un enfoque posmoder-
La supervisiónes unaherramienta que, des- no de la terapia. Buenos Aires, Amorrortu.
pués de décadas de prácticas, es muy útil en la Ayllón, M. R. (1995) La sistematización
lectura de la complejidad actual y para la cons- de la práctica. Apuntes desde una Experiencia
trucciónde una cultura de autocuidadoprofesio- Docente. Revista de Trabajo Social de la Uni-
nal, camino que estamosconstruyendojuntos. versidad Católica de Chile, 61.
Bleichmar, S. (2009) Superar la inme-
diatez: Un modo de pensar nuestro tiempo.
Consideraciones finales Buenos Aires: Ediciones del CCC (Centro
Cultural de la Cooperativa F. Gorini)
Las diferentes propuestas que se des- Dejours, C. (2006) La banalización de la
granan en el artículo se fundamentan en el injusticia social. Buenos Aires, Topia editorial
derecho a cuidar, a cuidartey que te cuiden Galindo, J. (1998). Técnicas de investi-
lasorganizaciones empleadoras. Tres ejes que gación en sociedad, cultura y comunicación.
pueden conducir a una democratización del México, Pearson Educación
cuidado en términos de Trontó. Galindo, J. (1995) Etnografía. El oficio
Los profesionales y sus intervencio- de la mirada y el sentido. Recuperado de:
nes constituyen el recurso más valioso de Consultada en 01/03/2016 http://www.geoci-
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Para ello se enfrentan cada día a historias de Geertz C. (1989) El antropólogo como
superación,pero también de dolor, de frustra- autor. Barcelona, Paidòs Estudio.
ción que son duras de soportar y que los con- Gilligan, C. (1985) In a Different Voice:
frontan con ellos mismos. Por ello su autocui- Psychological Theory and Women’s Develop-
dado y el cuidado organizacional se vuelven ment. Cambridge, Massachussets: Harvard
imprescindibles. University Press, 1982 (Traducido al castella-
Todaslas propuestas expuestastrasfieren no con el título: La moral y la teoría. Psicolo-
hacia una toma consciencia más elevada de gía del desarrollo femenino. México, Fondo
lospeligros a los que se está expuesto en el de Cultura Económica.
ejercicio profesional. Estos que deben ser Cancrini, L. (1991) La psicoterapia, gra-
tomados en consideración y atendidos en el mática y sintaxis. Barcelona, Paidós
ejercicio cotidiano de la acción social. Esquirol, J.M. (2006) El respeto o la mi-
Este aporte se enfoca desde la voluntad rada atenta. Barcelona, Gedisa.
de contribuir a generar cultura sobre loscui- Gagneten, M. (1987) Hacia una me-
dados profesionales buscando ir más allá del todología de sistematización de la prácti-
cuerpo y estar más cerca del vínculo entre ca. Buenos Aires, Humanitas
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sistema de asesoramiento y orientación para
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