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TEMA 33.

El proceso ante el tribunal del jurado (II)

El juicio oral
Para la apertura del juicio, lo primero que hay que hacer es constituir el jurado. La ley tiene una serie
de disposiciones de tipo administrativo y que podríamos decir que determinan que los potenciales
jurados salegan del censo electoral; es decir, todos los que están incluidos en el censo electoral por
razón de edad, pueden ser incluidos en el jurado.
En función de unas normas establecidas, para un juicio concreto se sortean una serie de nombres y
deben comparecer al menos 20 personas. A partir de ahí empieza la selección definitiva.
Primero hay que comprobar que no concurre ninguna de las causas de exclusión o de excusa y a
continuación viene la selección definitiva de los 9 jurados + los 2 suplentes, lo cual se hace por
sorteo.
Cuando una persona es seleccionada, las partes pueden interrogarle, y la finalidad es volver a
comprobar que no concurre ninguna de estas causas y hacer uso de las recusaciones sin causa, ya
que la ley permite hasta 4 recusaciones por las acusaciones sin causa por parte del acusado y 4
recusaciones sin causa por parte la defensa. En el caso de que sean varios acusados y varios
acusadores, la ley pretende que se pongan de acuerdo sobre estas recusaciones, y si no hay acuerdo,
se sortea quien empieza a recusar.
Cuando ya están los 9 titulares y los 2 suplentes, se les toma juramento o promesa de que van a
realizar bien y fielmente sus funciones. Tras esto comienza el juicio oral.
La LOTJ no tiene demasiadas especialidades respecto a la celebración del juicio, por lo que hay que
ampliar las normas de la LECrim. Aunque hay alguna especialidad.
El juicio comienza con la lectura de los escritos de acusación en su integridad, algo que hace el LAJ.
Esta lectura significa que se lee también la pena que se solicita (que está en el escrito), aunque hay
quien dice que no se debería hacer porque podría influir en el jurado.
Una vez leído, el presidente del tribunal abre un turno de intervención a las partes para alegar lo
que estimen oportuno en cuanto a sus calificaciones y la finalidad de la prueba que han propuesto.
Además, pueden pedir en este momento al presidente que admita nuevos medios de prueba. Sobre
esta cuestión, el presidente tiene que resolver en el acto.
A continuación, viene la práctica de la prueba que se hace según las reglas generales de la LECrim,
pero con una especialidad.
1. Hay que tener en cuenta que los jurados, a través del presidente y por escrito, pueden preguntar.
2. Además, pueden y deben examinar por sí mismos todos los documentos y todas las piezas de
convicción.
3. En el caso de que se acuerde el reconocimiento o inspección ocular, el tribunal debe constituirse
en su integridad en el lugar a inspeccionar.
4. Las partes pueden interrogar a los acusados testigos o peritos sobre las posibles
contradicciones entre lo manifestado en el juicio oral y en la fase de instrucción, pero no se
hará lectura previa a las manifestaciones, sino que se une al acta lo que se declaró en ese
momento.
Terminada la práctica de la prueba se da nuevamente la palabra a las partes para que realicen la
calificación definitiva.
Es posible que en este momento se califique el delio como un delito no atribuido al conocimiento
del tribunal del jurado, pero esto no significaría que acabaría el procedimiento, sino que ya el jurado
continuaría hasta el final.
También la ley contempla la posibilidad de que se acuerde la disolución del jurado. Esto puede
ocurrir en las siguientes circunstancias:
1. Porque el presidente del tribunal estime que dado el resultado de las pruebas practicadas
no hay prueba de cargo en la que pueda fundamentarse una condena del acusado. En este
caso, sin más, se dicta sentencia absolutoria.
2. Que los acusadores desistan de la acusación, donde también hará sentencia absolutoria.
3. Que exista conformidad del acusado con la calificación más rave siempre que la pena
solicitada no sea superior a 6 años. En este caso, se dicta sentencia de conformidad.
Fuera de estos casos, hay que seguir con el proceso y la siguiente fase es la emisión del veredicto

El veredicto
El presidente entregará un escrito al jurado en donde conste cual es el objeto del veredicto.
Básicamente, cuáles son los hechos que deben declarar probados o no, distinguiendo a estos efectos
entre hechos favorables al acusado y hechos desfavorables al acusado. Hay que hacer esta distinción
porque el régimen de mayorías es diferente según sea favorable o desfavorable.
Hay que hacer referencia a aquellos hechos que puedan calificarse como causas de exención o
eximentes, que influyan en el grado de ejecución o participación, o que puedan ser circunstancias
modificativas de la responsabilidad criminal.
Hay que mencionar cuál es el hecho delictivo en virtud del cual hay que declarar culpable o no
culpable al acusado.
También se le puede preguntar al jurado sobre la posibilidad de aplicar beneficios de reducción de la
pena o pedir el indulto.
Antes de entregar el objeto del veredicto al jurado, se oye a las partes para que manifiesten su
opinión sobre lo que se va a someter a la deliberación del jurado. Pueden pedir que se incluyan o
excluyan hechos.
Resuelta esta cuestión y antes de que el jurado se retirar a deliberar, el presidente les da, en
audiencia pública, las instrucciones al jurado, que deben limitarse a cuáles son las funciones a
desarrollar, las reglas de deliberación y votación y como reflejar el veredicto. Por supuesto, no les
tiene que dar ninguna instrucción de como valorar las pruebas, pero si les dirá que no pueden
fundamentar su decisión en ninguna prueba que haya sido declarada ilegal o nula.
Si para deliberar tienen dudas, deben decidir en el sentido más favorable al acusado.
A continuación, el jurado se retira a deliberar, debe elegir un portavoz y será entonces cuando se
inicie la deliberación. Cuando entienden que el asunto está deliberado, deben votar. Esta votación se
hará nominalmente, en voz alta, por orden alfabético, excepto el portavoz, que es el último que vota.
Además, votar es un deber, no cabe abstenerse. Si alguien manifiesta su intención de abstenerse,
esto puede dar lugar a responsabilidad de pecuniaria o penal, pero, en cualquier caso, el voto no
emitido se considera a favor de la no culpabilidad.
Tiene que decidir sobre cada uno de los hechos que han sido sometidos a su consideración, por ello
cada hecho debe ser calificado por el presidente como favorable o no favorable.
Se hace esta distinción entre hechos son favorables o desfavorables porque las mayorías son
distintas:
- Para declarar probado un hecho desfavorable son necesarios 7 votos
- Para declarar probado un hecho favorable solo se requieren 5 votos.
Lo mismo ocurre para declarar que la persona es culpable (7 votos) o no culpable (5 votos).
Una vez alcanzado el veredicto, se entregará al presidente del tribunal, que la examinará sin hacerla
pública porque puede devolverla al tribunal del jurado por entender que concurre alguno de los
motivos legalmente establecidos:
1. Que no se haya pronunciado sobre todos los hechos o sobre la declaración de culpabilidad o
no.
2. Que no se hayan obtenido las mayorías necesarias.
3. Que exista contradicción ente los hechos declarados probados y la declaración de
culpabilidad o no.
4. Que se hayan infringido las normas de deliberación y votación.

En estos casos se devuelve para que se emita un nuevo veredicto.


Es posible que no se subsanen los defectos o no se obtengan las mayorías necesarias. En estos
casos la ley prevé que se disuelva el jurado y que se constituya uno nuevo. Puede ocurrir que tras
este nuevo juicio con el nuevo jurado tampoco se obtenga un veredicto aceptable, lo que supondría
que se disolviera el jurado y el presidente del tribunal dictara sentencia absolutoria.
SI el veredicto cumple con los requisitos legales, se disuelve el jurado y se cita a las partes para la
lectura del veredicto y posterior emisión de la sentencia.

La sentencia
Si el veredicto es de no culpabilidad, en cuanto se hace público, el juez anticipa oralmente la
sentencia absolutoria, y si hay adoptadas medidas cautelares, se levantan.
Si el veredicto es de culpabilidad, antes de dictar sentencia, las partes deben informarle sobre la
pena que corresponde y sobre la responsabilidad civil. La sentencia en cuanto a su forma se rige por
las normas generales de la LOPJ y la LECrim.
El presidente del tribunal, al redactar la sentencia tiene que hacerlo con base en los hechos
declarados probados por el jurado en el veredicto, pero debe razonar sobre la existencia de prueba
de cargo, y por tanto, que no sea vulnerado su derecho a la presunción de inocencia.
Habrá pronunciamiento también, en su caso, sobre la responsabilidad civil.

Recursos
Los recursos que pueden interponerse dependen de quien haya dictado la sentencia.
Si la ha dictado la sala de lo penal del TS por un supuesto de aforamiento, no cabe recurso alguno.
Si la ha dictado la sala de lo civil y penal del TSJ, cabe recurso de casación ante el TS (Sala Segunda)
Si se ha dictado la sentencia en el ámbito de la AP, contra la sentencia dictada por el magistrado
presidente cabe recurso de apelación ante la Sala de lo Civil y Penal del TSJ correspondiente por
alguno de los motivos que cita la ley:
1. Quebrantamiento de normas procesales que haya causado indefensión, siempre que se
hubiese hecho la oportuna protesta, salvo en el caso de que se invoque la vulneración de un
derecho fundamental.
2. Se puede alegar que la sentencia incurre en la infracción de precepto constitucional o legal
en la calificación jurídica de los hechos, en la determinación de la pena o en la responsabilidad
civil.
3. Si se solicitó la disolución del jurado por inexistencia de prueba de cargo y tal petición,
siendo procedente, se inadmitió.
4. Cuando se disolvió en jurado y tal disolución era improcedente.
5. Por entender que se ha vulnerado el derecho a la presunción de inocencia porque, de
acuerdo a las pruebas practicadas carece de base razonable la condena impuesta.

La apelación de la cuestión de fondo se basa en tres motivos: la infracción de las normas procesales,
el error en la calificación jurídica y el entender que ha habido un error de hecho en la apreciación
de la prueba.
Este error de hecho no aparece en estos motivos, pues si los hechos corresponden a un tribunal de
personas legas, si en la apelación podemos cambiar los hechos, el sistema seria juradista en primera
instancia, pero no en segunda instancia. Por eso no aparece como motivo especifico el error en la
apreciación de la prueba.
Pero esto no significa que no se pueda hacer alegación sobre la prueba, porque aparece enmascarado
en el tema de la presunción de inocencia.
El motivo 5 (entender que se ha vulnerado el derecho a la presunción de inocencia), según como se
interprete se puede ampliar mucho o no el control de los hechos. Lo normal es que se interprete en
un sentido estricto y por lo tanto que se esté refiriendo a la ausencia total de prueba válida o a una
valoración ilógica, arbitraria o absolutamente irrazonable.
La tramitación es sencilla: una vez presentado el escrito, se da traslado a las otras partes y se las cita
a una vista. En la vista, cada una de las partes defenderá su escrito de apelación o de oposición a la
apelación.
Finalmente, se dictará sentencia. En el caso de que sea estimatoria, sus efectos dependen del motivo
alegado. En el supuesto de que se haya alegado una infracción procesal, si se estima el motivo, se
anula la sentencia y se devuelve al momento en que se incurrió la falta. Por cualquier otro motivo, el
tribual, después de revocar la sentencia apelada, dictará la sentencia que corresponde.
Contra la sentencia dictada en apelación se puede interponer recurso de casación ante el TS de
acuerdo a las normas generales.

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