You are on page 1of 12
‘SDE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO. 342 ' miniseries yente con- tl Lav ad Hild Oxo Pion Orn ‘ourchook (West Publishing Company, 2. edi cas (0 incluso entre, cone 01999); Jans, J. Hy Enopean Enronmeni diem, Muy POCIS VECES, POF J ay (2 edicion sev., Eubopa lnstieute University a, esta distribuci6a de com- of Amsterdam, 2000); Kusasex, N. K. & Silver. en Espafa se hable de sa~ sa G 8 Beiogmerkt Ly 6 iin, Pent mas c® Hall, 3004); Lozano Curanna, B., Dereda conlleva el que las normas — sjinal Admisisoatio’ (2° edicion, Dykinsos forme a principios generales 903), Masri Marzo, R., Tiatado de Derecho nbientales, por lo que es ob- Ambiental (4 vols.,ed. 1991-2003); Manual de Deres tino Derecho ambiental es cho Ambiental (3* edicién, Aranzadi, 2003); «La (ademis de ser el término Revolucion en ee Daanl tenible y Protecién det Medio Ambiente, pp. liao). s (Cita, 2002); Onrzca AtvaR, LE Cow. cepto de Derecho de Medio Ambiente», apartado IU, del Capitulo Primero del libro Leviones de De- reiho del Medio Ambiente (2. edicién, Lex Nova, 2000), pp. 46-47; Prater Z. J. B., ABRAMS, RH. Gororans, W,, Grattan, RL, Hemzerting,L.& ‘Wire, D_A., Environmental Low and Policy: Natu re, Law and Society (3.* edicién, Aspen Publishers, 2004), Recanre, A., Introduction to the Animal Rights Movement in the United States, Tess de Mis- ter de ka Universidad de Aleali, julio 2002, en htp://werveiuien-uah.net/es/egi-bin/inv/lineas, php; Repowent, C., The Universe and Everything: a Critique of Anthropecentric Rights, Chapter 4 de «Human Rights Approaches to Environmental Protection» (Clarendon Press, Oxford, 1996); Revpinper, B. & Srewarr, R., «Environment Protection Policy», de la serie Integration Though Law, Vol. 2, Walter de Gruyter (ed.), 1985; Ruz Rico, G. (coordinador), La Protecién del Medio Anibiate en ef Ordenamiento Juridica Espariol (Uni vversidad de Jaén, 1995); Sand, P, sLessons Learned in Global Environmental Governance», 18 Boston iran To Blanch, 2003), Dax, College Envionnental Afares Law Review (1991); ny State Economy edivor/eon SONOS, B, Prindples of International Environment iady State Economy Law (2. edicién, Cambridge University Pres.) cman & Co, San Francisco, : 5 Wenz, P S., Environmental Ethics Today (Oxford Economics: The Polite Economy — verity Brey, 2001) ivi and Moral Growth (WH. San Francisco, 1977); Beyond yy of Sustainable Development Brmique Atonso Gancts ) ¥en castellano, “Desarrollo ‘Optima de la Economia», en Excalas y Problema de la Dialéc “Ambiente (Diaz Pros, ed, | CONFERENCIAS DE MEDIO 5). pp. 73 y ssi Fureett,J.W, | AMBIENTE Y DESARROLLO: le Development Laws,ea Ne ESTOCOLMO, RIO, 2 the Environment, 19 Fall 2004, 100 PES, F, «El Pundigm © YOHANNESBURGO 4, E, Unweltecht in Spanien ‘Alemana de Comercio, 2002}; fal de la Comunidad Europea @ }; ALONSO Garcia, E. (editor), al: Regulaién, Gestion, Financia: SBVA, Serie’ Medio Ambien sment Conservation as a Confit rnencia para la Conference on sainable Development and ‘0 de Europa, Estasburgo, 28 DBP/EE (2003) 3; Legisacén ‘niente, Ponencia Marco del 1 I de Derecho Ambiental, Sevi- rublicado en Reviste de Admins- 31, 1995, pp. 57 y s63 AMENOS, Touwrd, L-X., Eb Drets del Jeccié El Medél-Natura n.° 2, W. & Bovir, A. E., international ment (22 ed, Oxford Univer- avo CHARKO, M., Bsritas de sis de Ja Ideologia Juridica Mo= . in del Medio dmbiente en et 1. INTRODUCCION yo Espariol (Universidad de Jaén, COG ED Seee «i Derecho aniBfontal das wn origen'a- NB. H., International Environ nultineo en los niveles nacional, supranacio- 33 CONFERENCIAS DE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO ‘nal e internacional '. Desde la perspectiva del Desecho internacional el punto de partida fay que situarlo forzosamente en la Confe- jencia sobre el Medio Ambiente Humano celebrada en Estocolmo en 1972, cuya decla~ racion de principios es de por si una expre- si6n de derecho suave (soft law) y cuyo resul- tado institucional directo fue el estableci- ‘miento del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) Estas Conferencias, que algunos denomi- nan como decenales por su peridiocidad, han pasado a ser las verdaderas cumbres globales de la Tierra donde se establecen las agendas dlobales tanto ambientales como de desarrollo. Son, por tanto, los marcos de referencia en donde se han de contextualizar las acciones a flevar 2 cabo y marcan tanto las direcciones como las prioridades que los Estados conside- ran como mis importantes en cuanto a las ac~ Giones a levar a cabo a nivel internacional y por todo tipo de instituciones internacionales. Ta fimica excepcién fue la década de los ochenta, cuando, en parte debido a la rece- sién inmediatamente posterior a la prime- 1a Cumbre debido a la crisis del petréleo y en parte a la situacién mundial, no se reali- 26 ninguna, si bien Ia Asamblea General de hs Naciones Unidas aprobé la denominada Carta de la Tierra. 2. CONFERENGIA DE EsrocoLmo (1972) Fue en 1968 cuando el gobierno sueco introdujo en la agenda del Comité Econé- ico y Social de las Naciones Unidas (ECO- SOC) un punto sobre «el medio ambiente humano». Como resultado, la Asamblea Ge- neral de las Naciones Unidas decidié convo- car una conferencia mundial sobre Medio Ambiente Humano en 1972 en Estocolmo, 1h cnal introducia una nueva dimensién a las actividades de las Naciones Unidas. Se acu- " Véase Ia vor «Concepto de medio ambiente como objeto del Derecho» dié a Naciones Unidas, en lugar de crear una organizacién independiente con mecanismos reales de pucsta en prictica y cumplimiento, porque los gobiernos no estaban preparados para ceder el poder de decisién en cuestiones ambientales a una institucién supranacional con poderes legislativos y de exigencia de cumplimiento. Curiosamente, parte de ese razonamiento permanece vigente hoy en dia. ‘Ademis, no habia dudas en aquel momento de que la responsabilidad primaria para tratar los problemas ambientales residia en cada Estado. También qued6 de manifiesto que la cooperacién regional es importante y nece- saria cuando los Estados comiparten ciertos problemas ambientales, pero es insuficiente para tcatar con los problemas de caricter glo- bal. Naciones Unidas era en aquel momen- to el tinico marco disponible donde se po- dia dar un didlogo Norte-Sur, Oriente-Ocei- dente, paises comunistas-no comunistas. Es digno de mencién el peculiar proceso de preparacién para la Conferencia de Esto- colmo de 1972. Ninguna reunién de Nacio- nes Unidas habfa contado hasta aquella fecha con un proceso tan elaborado. La Asamblea General constituyé un Comité de Prepara- cién con 27 Estados, comité que mantuvo cuatro reuniones preparatorias entre el otofio de 1970 y Ja primavera de 1972. La agenda que cl comité establecié de cara a Ja reunion fue la siguiente: 1. Planeamiento y gestién de la calidad ambiental en asentamientos humanos, 2. Aspectos ambientales de la gestién de recursos naturales; 3. Identificacién y control de la conta~ minacién ambiental transfronteriza; 4. Aspectos culturales sociales, educati- vos, informativos de las cuestiones ambien- tales; 5. Desarrollo econémico y medio am- biente; 6. Propuestas de accidn y las implicacio- nes de las mismas en la organizacién interna~ cional. CONFERENCIAS DE MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO. 344 Curiosamente, fue una de las primeras reuniones donde organizaciones no-gubér- namentales (en adelante ONGs) tuvieron un papel destacado. La Uni6n Internacional para la Conservacion de la Naturaleza (UICN) tomé la mayor responsabilidad al preparar el texto borrador de cuatro convenciones rela~ cionados con la conservacién, de las cuales solo una de ellas se adopté con posterioridad a la Conferencia de Estocolmo: Convencién zelativa a la Proteccién del Patrimonio Mun- dial Cultural y Natural ? (1972, aprobada por Ja UNESCO). ‘A. su ver se pidieron contribuciones de das agencias especializadas durante el proceso pteparatorio, contribuciones que tuvieron la peculiaridad de no presentarse directamente ante la Conferencia sino a través del equipo formado por el presidente de la reuni6n, Maurice Strong. De esta forma, la Conferen- cia y los documentos de preparacién de la misma Ievaron una perspectiva unificada de los problemas a discutir. En lo referente a la cuestién institucional, la Conferencia dio lugar a la creacién del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) ». El consenso institucional bisico previo a la reunién era la de la no creacién de nuevas instituciones, sino la integracién de la cuestion ambiental en el fincionamiento de las Organizaciones existentes de las Naciones Unidas y simple- mente creacién de un mecanismo central intergubernamental de coordinacién en el seno de Naciones Unidas para llevar a cabo la funcién de coordinaci6n revision de po- liticas, peticién que se cristaliz6 en el estable- cimiento del PNUMA. La Conferencia: de Estocolmo tuvo lugar del 5 al 16 de junio de 1972 y a la misma 2 Véanse las voces «Convent internacionales so- bre la proteccién de la naturaleza y la biodiversidady ‘Pais, proteccione 5 Véase la vor «Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA)» asistieron representantes de 114 Estados y un néimero importante de organismos interna cionales y ONGs. La Conferencia no conts con Ia asistencia de los paises comunistas del Este de Europa y la Unién Soviética, ante ly imposibilidad de la participacién de Alema- nia del Este en reuniones de Naciones Uni- das. No obstante, a pesar de estas notables au- sencias, cabe destacar que otro de los grandes méritos de la Conferencia, que hicieron que sus resultados fueran ampliamente aceptados ¥ aplicados, fue la integracién y participacién de estos paises en todo el proceso de nego- ciacién de la Conferencia, La Conferencia tuve como resultado la adopcién de tres importantes instrumentos de «derecho suaves. El primero de ellos fue una Declaracién de 26 principios. El segun- do fue un Plan de Accién que contenia 109 recomendaciones. El tercero fue una resolu- cién sobre la cuestién institucional y finan- ciera. 24. Declaracién de Principios de Estocolmo La Declaracin de Principios refleja el compromiso final de los Estados frente a dos interpretaciones diferentes de lo que debia contener la misma. Una serie de paises consi- deraba que la declaraci6n debia simplemente estimular la conciencia y aumentar ln preo- cupacién ciudadana en cuanto a los proble- ‘mas ambientales y de desarrollo. Por el con- twario, otros paises consideraban que la decla- racién debia contener directrices especificas para las acciones 2 emprender por Estados y organizaciones gubernamentales. Por tanto, la declaracién mezcla ambos conceptos, encon- trindonos principios meramente declarativos, orientadores de politicas con escaso conteni- do normative y principios con una mayor relevancia legal. EI principio 1 intenta unir la proteccién ambiental con los derechos humanos estable- ciendo «que el hombre tiene el derecho fan- fe de condiciones de vida adecuadas en un medio de calidad tal que Je permita levar ‘una vida digna y gozar de bienestar, y tiene la ‘soiemne obligacién de proteger y mejorar el smedio para las generaciones presentes y futu- “jas. Siguiendo esa linea el principio 2 recoge ‘un se van a apoyar en Jas acciones que siguen pendientes y vivas derivadas de la puesta en prictica de la Agen da 21. El Plan tiene la ventaja de concentrar los compromisos entorno a unas pocas areas te iticas bajo las cuales se centraron todas las negociaciones. Esas éreas conforman la deno- minada WEHAB, siguiendo las iniciales en

You might also like